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Misión: La Iglesia existe para evangelizar. Nunca camino sinodal. El desarrollo del proceso sinodal a
podemos concentrarnos en nosotros mismos. Nuestra nivel local también debe implicar:
misión es testimoniar el amor de Dios en medio de
toda la familia humana. Este Proceso Sinodal tiene una Discernimiento a través de la escucha, para dar
profunda dimensión misionera. Su objetivo es permitir espacio a la guía del Espíritu Santo.
a la Iglesia que pueda testimoniar mejor el Evangelio, Accesibilidad, para garantizar que el mayor
especialmente con aquellos que viven en las periferias número posible de personas pueda participar,
espirituales, sociales, económicas, políticas, geográficas independientemente de su ubicación, idioma,
y existenciales de nuestro mundo. De este modo, la educación, situación socioeconómica,
sinodalidad es un camino a través del cual la Iglesia capacidad/discapacidad y recursos materiales.
puede cumplir con más fruto su misión de Conciencia cultural para celebrar y abrazar la
evangelización en el mundo, como levadura al servicio diversidad dentro de las comunidades locales.
de la llegada del Reino de Dios Inclusión, hacer todo lo posible para que
participen quienes se sienten excluidos o
marginados.
Asociación basada en el modelo de una Iglesia
corresponsable.
Respeto por los derechos, la dignidad y la
opinión de cada participante.
Transparencia, garantizar que los procesos de
invitación, participación, inclusión y agregación
de aportaciones sean claros y estén bien
comunicados.
1.5 La experiencia a nivel local Imparcialidad, asegurar que, para que puedan
Como se indica en el Documento Preparatorio (nº 31): participar en el proceso de escucha se trate a
“El objetivo de la primera fase del camino sinodal es cada persona por igual, de modo que cada voz
favorecer un amplio proceso de consulta para recoger pueda ser debidamente escuchada.
la riqueza de las experiencias de sinodalidad vividas,
con sus diferentes articulaciones y matices, implicando
a los pastores y a los fieles de las Iglesias particulares
en todos los diversos niveles, a través de los medios
más adecuados según las específicas realidades locales:
la consulta, coordinada por el obispo, está dirigida «a
los presbíteros, a los diáconos y a los fieles laicos de
sus Iglesias, tanto individualmente como asociados, sin
descuidar las preciosas aportaciones que pueden venir
de los Consagrados y Consagradas