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Propuesta de modificación de
los
ESTATUTO DE LA RCC DE LA
DIOCESIS DE LA
SANTISIMA CONCEPCION
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Contenido
CAPITULO I
INTRODUCCION
Identidad
Espiritualidad
NATURALEZA
OBJETIVOS
CARACTERISTICAS
CAPITULO II
CAPITULO III
CAPITULO IV
CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA
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CAPITULO I
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Introducción
Identidad
La Renovación Carismática Católica surge alrededor de los años 1966, probablemente como uno de
los tantos frutos del Concilio Vaticano II que no solo produjo una profunda revisión y renovación
espiritual dentro del ámbito de la Iglesia Universal sino que a través de los diversos documentos que
promulgó, propuso los lineamientos básicos para una nueva pastoral y una nueva evangelización en
el mundo.
La Renovación Carismática Católica es sin duda alguna una corriente de gracia, una manifestación
concreta de la presencia dinámica del Espíritu Santo en la Iglesia universal que en estos tiempos de
su historia ha querido derramarse sobre ella como una gran lluvia de dones y carismas para afirmarla,
para sostenerla, para amarla y para hacerla crecer a través de una renovada acción apostólica hasta
abarcar a todos los hombres destinados a ser hijos de Dios. Es como lo ha expresado el Papa Pablo
VI, una “renovación espiritual que aparece en los lugares y medios más diversos y que conduce a la
oración gozosa, a la íntima unión con Dios, a la fidelidad del Señor y a una profunda comunión de las
almas” (DP 207).
La RCC suscita en las personas una mayor profundización en su vida espiritual a través de la acción
permanente del Espíritu Santo, alma de la Iglesia y quien “por la fuerza del Evangelio la rejuvenece, la
renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con el esposo (LG 4).
La RCC es sin duda “una realidad eclesial” y “nadie debe confundirse ni caer en el erro de pensar que
el Movimiento de RCC es algo distinto de la Iglesia”.
Es importante hacer destacar que el fundamento del presente Estatuto de la RCC tiene su raíz en los
documentos del magisterio papal, en los lineamientos básicos del Episcopado Argentino y en particular
en las Normas Pastorales propuestas por nuestro Obispo, Mons. Bernardo Witte.
Espiritualidad
Para comprender la espiritualidad de la RCC es necesario tener en cuenta una visión trinitaria de la
Iglesia universal. La Iglesia es la expresión, en el tiempo, del designio amoroso del Padre que “quiere
que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1Tim 2,4) y para
conseguir éste fin “cuando llegó la plenitud de los tiempos, envió a su hijo, nacido de una mujer para
rescatar a los que hallaban bajo la ley y para que recibiéramos la adopción filial” (Gal 4, 4-5). “Cristo
es cabeza de la Iglesia y el Salvador de su Cuerpo” (Ef 5, 23) y “la amó y se entregó por ella para
santificarla” (Ef 5, 25-26) y “consumada la obra que el Padre le encomendó realizar sobre la tierra,
fue enviado el Espíritu Santo el día de Pentecostés a fin de santificar indefinidamente a la Iglesia y
para que los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espíritu” (LG 4).
El fundamento último y más importante de toda la vida cristiana y espiritual es la Santísima Trinidad,
quien nos comunica la vida divina: vida trinitaria que el Padre desde el seno de su eterno amor regala
a los hombres por Cristo, su Hijo unigénito, Nuestro Señor, en el Espíritu Santo, Espíritu dador de
vida, Espíritu vivificante que otorga la vida eterna.
En particular, la RCC al centrar su vida fundamentalmente en el Espíritu Santo que es el que
especifica fundamentalmente, y le da carácter absolutamente original y creativo, no hace cosa más
que cumplir con la misión de invocar ardientemente al Espíritu Santo y adorarlo para que Él glorifique
a la Iglesia universal y la conduzca a su plenitud: “adorar en Espíritu y el verdad” (Jn 4, 24). De éste
modo, la RCC pertenece a la Iglesia peregrina siendo parte integrante indisoluble del Cuerpo
Glorioso de Cristo penetrado por la fuerza vital del Espíritu Santo, “porque en un solo Espíritu hemos
sido bautizados” (1Cor 12, 13) para que congregado en un solo cuerpo por el Espíritu Santo seamos
en Cristo, víctima viva para su alabanza.
Como lo ha expresado el Papa Juan Pablo II en el discurso al Consejo de la Oficina Internacional de
la RCC el 14 de Marzo de 1992: a finales de éste segundo milenio la Iglesia necesita poner cada vez
su enseñanza en el Espíritu Santo, que impulsa
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Naturaleza
Objetivos
• Propiciar una apertura decisiva hacia la persona del ESPIRITU SANTO, su presencia y su
poder.
• Con frecuencia estas dos GRACIAS ESPIRITUALES se experimentan a la vez, en lo que se
llama de diferentes maneras: “un Bautismo en el Espíritu Santo” o “un dejar actuar libremente
al Espíritu Santo” o “una efusión del Espíritu Santo” o “una renovación del Espíritu Santo”.
• Ordinariamente por ello se entiende una aceptación personal de las gracias de la iniciación
cristiana y un recibir fuerza para poder realizar el propio servicio personal en la Iglesia y en el
mundo.
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Los objetivos y proyectos que de allí dimanan han marcado a la Renovación Carismática Católica, en
los individuos, los grupos de oración, las comunidades, los equipos de servicios locales, diocesanos,
regionales, nacionales y los ministerios.
Características
La Renovación Carismática Católica propone, a partir de la fuerte experiencia personal de
PENTECOSTÉS:
• Los propios cantos, basados en la Palabra de Dios, los cuales acompañan las distintas
celebraciones litúrgicas y animación de la asamblea de oración y que son empleados también
en los medios de evangelización.
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• PROCLAMACIÓN de la Palabra de Dios con el poder del Espíritu Santo, según el mandato y
el modo revelado por Cristo y sustentado por el Magisterio de la Iglesia.
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CAPITULO II
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Para expresar su presencia concreta en la Iglesia, y para organizar sus servicios, la Renovación
Carismática Católica, se constituye en una ASOCIACIÓN PRIVADA de fieles, compuesta por clérigos,
religiosos y laicos, sometida a la autoridad eclesiástica conforme al derecho (canon. 298/329, 116,2)
En la Renovación Carismática Católica, el liderazgo se caracteriza más que como gobierno, como un
ofrecimiento de servicios para aquellos que lo desean. Con esta modalidad se enumeran los diversos
grupos que en esta corriente de Gracia, y con su estructura y organización prestan un importante
servicio a la Iglesia.
GRUPOS DE ORACIÓN:
Son las células base de la Renovación Carismática Católica, es un grupo de personas de distintos
ambientes, edades, culturas, que se reúnen una vez por semana para ORAR, de una manera
espontánea, compartir la experiencia fraterna, la unidad en la edificación mutua, bajo el impulso del
Espíritu Santo. Se comparte el crecimiento espiritual en la vida de la fe, a través de la oración, cánticos,
lectura de la Palabra, testimonios, recibiendo, manifestando, ejerciendo, discerniendo y animando a
que crezcan los dones y carismas al servicio de la Iglesia.
Los Grupos de Oración deberán solicitar al Equipo Coordinador Diocesano su reconocimiento. A tal
efecto deben comunicar nombre de servidor titular y suplente, nombre de los integrantes, grupo, día,
hora de reunión y parroquia correspondiente; todo esto con la debida autorización y firma del párroco
para su nombramiento por el ECD.
Los Grupos de Oración oficiales de la RCC son aquellos que funcionan en una parroquia con aval del
párroco y con el conocimiento del ECD.
Cada Grupo elige de entre sus miembros dos servidores responsables que serán los encargados de
coordinar el crecimiento y consolidar el grupo de oración por dos años. Al mismo tiempo, ellos serán
el nexo entre el Equipo Coordinador Parroquial y los miembros del Grupo de Oración bajo su
responsabilidad.
La tendencia de los Grupos de Oración será la de no ser tan numerosos para posibilitar el diálogo y la
expresión de cada uno, cuando esto suceda, de común acuerdo, podrán dividirse y formar un nuevo
Grupo de Oración.
SERVIDORES:
Son los hermanos que dirigen, coordinan el crecimiento y los distintos servicios, de los Grupos de
Oración y los Equipo de Servicio, en mutua comunicación con los demás servidores y con el equipo
coordinador parroquial y diocesano.
Los servidores que conduzca un grupo de oración, deberán reunir como mínimo las siguientes
condiciones:
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EQUIPOS COORDINADORES:
Los Equipos Coordinadores responsables en los planos, parroquial y diocesano deben ser fuente de
unidad, testimonio de amor y ejemplo de servicio para toda la comunidad.
Cada Diócesis establecerá según su criterio la conformación de equipo coordinadores, que actúen en
el ámbito de cada parroquia y su correspondiente función o servicio. Estos Equipos estarán formados
por tantos integrantes según la cantidad de servicios tenga la RCC en la parroquia.
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EL ASESOR DIOCESANO:
La función del asesor diocesano, que no forma parte del Equipo, con voz y sin voto, es:
a. “Está llamado a ser pastor y guía espiritual de los fieles”
b. Garante de la doctrina verdadera de la Iglesia Católica.
c. Responsable en comunión con el Obispo de la celebración autentica de la Eucaristía y
Sacramentos.
d. Testigo y promotor de la comunión eclesial.
e. Su función es orientadora y de asistencia. Su tarea de Pastor y Guía, garantiza el carácter
eclesial de la RCC.
f. Es representante y delegado del Obispo, en los equipos diocesanos.
g. Garantiza el fiel cumplimiento del espíritu y contenido del Estatuto Diocesano y los
Lineamientos Nacionales de la RCC.
h. Buscará la comunión y el dialogo con los demás hermanos del Clero, el intercambio y la
comunión con los demás asesores, promoviendo siempre la integración de la RCC a la vida
plena de la Iglesia.
i. El asesor diocesano, en dialogo con el Obispo y con el Equipo Coordinador, es el que
autorizará, la actividad de sacerdotes y/o laicos, de otras diócesis o de otros países para
prestar servicios pastorales, como RCC, en la Diócesis.
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CAPITULO III
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GENERALIDADES
Dada la naturaleza de esta corriente de Gracia, se recomienda, vivamente que todas las elecciones,
en su tiempo previo y durante las mismas, se hagan en un espíritu de mucha oración, y en un clima de
sana espiritualidad, que solo busque la voluntad del Señor y la edificación de la misma comunidad.
(He. 1,15-26). Tener siempre como principio que no se vota como merito o competencia, sino en la
búsqueda, de agradar a DIOS y la mejor vocación de servicio. Ser generosos en la frecuente
renovación de los dirigentes, especialmente integrando a los jóvenes a crecer en los servicios de
coordinación.
Metodología
El Equipo Coordinador Diocesano será quien convoque a las elecciones en conformidad con el Asesor
Diocesano y con la aprobación del Obispo. El ECD deberá informar a los coordinadores parroquiales
de la diócesis para que a su vez informes a los servidores de los Grupos de Oración reconocidos con
una anticipación no menor a 60 (sesenta) días a la fecha de la Asamblea Diocesana para la elección
del nuevo Equipo.
Cada votante anotará los nombres de 7 (siete) personas de la que figuren en la lista de candidatos
elegibles en un papel que se le entregará al efecto.
El escrutinio se realizará leyendo a viva voz cada uno de los papeles con los votos. La conformación
del nuevo equipo se dará por simple mayoría.
Luego se procederá cada votante a la elección del Coordinador General que será por voto secreto,
buscándose la mayoría absoluta, en dos primera vueltas, definiéndose por mayoría simple en la
tercera.
La nómina de todas las personas, con el número de votos que hayan obtenido, cada uno, será
presentada al Señor Obispo.
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Tienen derecho a votar los miembros del Equipo saliente, los coordinadores parroquiales electos y el
representante enviados de cada parroquia donde existan uno o más grupos oficiales de la RCC de la
Diócesis de la Santísima Concepción.
Los representantes enviados de cada parroquia deben tener por lo menos 2 (dos) años de
perseverancia en un Grupo de Oración reconocido y deben contar con el aval del párroco
correspondiente.
Tanto el Coordinador General como los otros miembros del equipo salientes podrán ser reelectos una
sola vez consecutiva. Siempre y cuando cuenten con el aval correspondiente de su párroco o del
coordinador de su parroquia.
3 (tres) años
Metodología
El Equipo Coordinador Parroquial será quien convoque a las elecciones en conformidad con el Párroco
y con la aprobación del Equipo Diocesano. El ECP deberá informar a los servidores de cada Grupo de
Oración para que a su vez informe a cada integrante con una anticipación no menor a 60 (sesenta)
días a la fecha de la Asamblea Parroquial para la elección del nuevo Equipo.
El día de la elección, cada Grupo presentará a sus nuevo Servidores electos, quienes inmediatamente
formarán parte del Equipo Coordinador Parroquial, a la Asamblea Parroquial. Se elaborará la lista de
candidatos elegibles para constituirse en el nuevo Coordinador General de la Parroquia.
Los mismos serán propuestos por los integrantes de los Grupos pudiendo ser cualquiera que reúna las
condiciones.
No todos los responsables o candidatos propuestos por los Grupos deben necesariamente ser
candidatos elegibles. Al confeccionar la lista de los candidatos elegibles, incluir solo a quienes además
de reunir las condiciones necesarias, hayan aceptado expresamente serlo.
Luego procederá cada votante a la elección del Coordinador General que será por voto secreto,
buscándose la mayoría absoluta, en dos primera vueltas, definiéndose por mayoría simple en la
tercera.
Cada integrante de Grupo o Equipo de Servicio anotará los nombres de 2 (dos) personas de la que
figuren en la lista de candidatos elegibles en un papel que se le entregará al efecto.
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El escrutinio se realizará leyendo a viva voz cada uno de los papeles con los votos.
La nómina de las dos personas elegidas en la Asamblea, con el número de votos que hayan obtenido,
cada uno, será presentada al Párroco.
Tienen derecho a votar todos los miembros de cada Grupo de Oración o Equipo de Servicio.
Los integrantes de los Grupos de Oración o Equipos de Servicio que tengan por lo menos 1 (uno) años
de perseverancia en su Grupo de Oración.
Tanto el Coordinador General como los otros miembros del equipo salientes podrán ser reelectos una
sola vez consecutiva.
3 (tres) años
Estará formado por un Coordinador Parroquial, un Sub Coordinador Parroquial y los responsables de
los distintos Equipos de Servicio. Conformándose como Asesor el Párroco del lugar.
Metodología
El Servidor será quien convoque a las elecciones en conformidad con el Equipo Coordinador Parroquial
y con la aprobación del Párroco. Los servidores deberán informar a cada integrante con una
anticipación no menor a 30 (treinta) días a la fecha de la Asamblea Parroquial para la elección del
nuevo Servidor.
El día de la elección, cada Grupo reunirá a sus miembros a la Asamblea Parroquial. Se elaborará la
lista de candidatos elegibles para constituirse en el nuevo servidor de su Grupo de Oración o Equipo
de Servicio.
No todos los integrantes de los Grupos deben necesariamente ser candidatos elegibles. Al
confeccionar la lista de los candidatos elegibles, incluir solo a quienes además de reunir las condiciones
necesarias, hayan aceptado expresamente serlo.
Cada integrante de Grupo o Equipo de Servicio anotará los nombres de 2 (dos) personas de la que
figuren en la lista de candidatos elegibles en un papel que se le entregará al efecto.
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El escrutinio se realizará leyendo a viva voz cada uno de los papeles con los votos.
La nómina de todas las personas elegidas en el Grupo de Oración o Equipo de Servicio, con el número
de votos que hayan obtenido, cada uno, será presentada al Equipo Coordinador Parroquial.
Tienen derecho a votar todos los miembros de cada Grupo de Oración o Equipo de Servicio.
Los integrantes de los Grupos de Oración o Equipos de Servicio que tengan por lo menos 1 (uno) año
de perseverancia en su Grupo de Oración.
Tanto el Servidor titular como el suplente saliente podrán ser reelectos una sola vez consecutiva.
3 (tres) años
Estará formado por un Servidor, un Servidor Suplente y todos los demás integrantes.
Si se produce una renuncia, abandono, incapacidad o muerte, de alguno de los miembros de los
equipos coordinadores, se reúne la asamblea, si faltare más de un tercio del tiempo de mandato, y
elige a un reemplazante, que ejercerá las funciones hasta la finalización del mandato respectivo.
Se podrá remover a alguno o a todos los miembros de un equipo coordinador, como así a algún
servidor o integrante de ministerios, únicamente por causas graves muy justificadas, según D.C. canon
316-318 (192-195), la remoción será efectivizada por la autoridad eclesial competente. Esta podrá
realizarse de oficio o a solicitud del equipo coordinador pertinente.
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CAPITULO IV
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La RCC es una institución sin fines de lucro, cuyo patrimonio está constituido por:
a. Contribuciones, donaciones, legados o subvenciones que se hagan a su favor, aportes
que se establecen para cada grupo de oración.
b. Bienes adquiridos en el ejercicio de sus actividades o proveniente de sus rentas
patrimoniales.
c. Ingresos que provienen de sus actividades, inscripciones, colectas y otros.
d. Cuando se trate de bienes registrables, el titulo de dominio correspondiente, se hará a
nombre del equipo coordinador nacional, diocesano o parroquial.
La administración de esos bienes, estará a cargo de: Los coordinadores, diocesanos o parroquiales,
según sea el origen y la finalidad. Cada equipo deberá realizar un permanente informe de sus cuentas
a la comunidad carismática y a la autoridad eclesial respectiva, debiendo presentarse para su
aprobación, un balance anual, de ingresos y egresos, que será aprobado por el equipo pertinente y
luego será sometido a la aprobación de la autoridad eclesial.
En caso de disolución, cese o clausura definitiva de la RCC, los bienes, cualquiera que sean, pasará
sin más trámite a propiedad de la Iglesia Diocesana respectiva.
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CONCLUSION
Estos Estatutos son la norma de la RCC en la Diócesis. Todos sus miembros deben conocerlos y
vivirlos para que por la Gracia de Dios, la RCC sea fiel en la Iglesia a la misión que el Señor le ha
confiado. El cumplimiento de estos lineamientos básicos deben incluir y tener en cuenta los criterios
fundamentales aprobados y que los complementan.
Estos Estatutos aprobados por el Obispo entran en vigencia en toda la diócesis y los Sacerdotes que
acepten y aprueben la RCC, en sus Parroquias, deben aprobar íntegramente su vigencia, en el ámbito
Parroquial. Cada diócesis a propuesta de la RCC diocesana, someterá a aprobación del Obispo, las
normas que establecen las formas de elegir y conformar, los equipos, servicios y ministerios en el
ámbito diocesano. El equipo nacional aprueba un modelo como sugerencia.
Para modificar estos lineamientos se requiere la aprobación por mayoría absoluta de los miembros del
equipo coordinador diocesano, previa consulta con las coordinaciones parroquiales, de la manera que
estime conveniente y presentarlo luego, para su total aprobación al Obispo Diocesano.
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