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05/08/23 Investigación

Conceptos generales. Autores.

E
n el libro “El yo piel” de Anzieu, el autor marca como la problemática
de la piel se relaciona con la de las neuronas; y como ésta tiene la
misma etapa gestacional que la neuronal. Muchas afecciones de la
piel son expresiones de procesos de pensamientos no captados.
Es importante pensar lo que traemos a partir de la teoría de Abraham sobre
la musculatura anal con la mandíbula, el masticar y lo anal como propio de
una misma etapa gestacional. Hay cosas que son muy importantes de
interpretar en ciertos pacientes, como por ejemplo el rictus melancólico, que
es tan característico y está hecho de esta conexión.

Vamos a retomar esta discusión; ¿poner el cuerpo o no poner el cuerpo?, ¿qué


hace el analista con la decepción? ¿cómo tener claridad en no ser Abraham, y no
terminar con la espina atravesada en la garganta?

Para ilustrar esto tomemos una experiencia de la APA. En una oportunidad


se presentan dos casos similares en contenido analítico, pero con
posicionamientos de analistas bien diferentes. La diferencia residía en los
siguientes posicionamientos:

a) si se interpretaba y se generaba una posibilidad de cambio, asumiendo el


riesgo de ruptura de vínculos con el paciente;
b) o se hacía de maternaje, sostén, cuidado, que impedía que el analista esté
en posición ética de interpretar.

P
ara algunas escuchas el primer posicionamiento fue “violento” o
considerado un “abandono de paciente”.

Este es un punto importante, porque ahora vamos a girar en la teoría de la


melancolía.

A veces el analista cree que le habla al paciente y le interpreta desde el


aspecto adecuado a la realidad de ese yo escindido. Pero el otro aspecto, el
que tiene la alteridad del yo y ese masoquismo moral, responde a
mantenerse en ese carácter del rictus del melancólico tan severo, con esa
falta de proyecto, decepción, ese “ no hay forma de cambiar mi vida”.
Entonces… ¿Cuanto un analista puede soportar eso?- Esta es la discusión que
retomamos hoy.
En este punto hay que hablar del tema del MASOQUISMO y la MUERTE,
estamos luchando en transferencia negativa contra el masoquismo del otro.
PRIMERA VIÑETA DE ANÁLISIS

Este es el caso de una paciente que vive en el exterior, de años, con alta
frecuencia de análisis. No se pierde sus sesiones, no se pierde un minuto y si
por alguna eventualidad tuvimos un desencuentro, realmente la paso mal
como analista porque me las cobra, se pone muy hostil, que es en gran parte el
vínculo que tiene con el mundo entero; no soporta frustraciones, heridas o
faltas.

RECORTES DE LA PACIENTE:

P- “no quiero que toques ese tema” ; “me pierdo” ;“¿Cuál es la línea de trabajo?”…

Lleva muchísimos años el tratamiento, y este recorte fue del último tiempo.
Hubo un episodio a destacar: el lugar de origen de la mamá tuvo un
temporal muy fuerte, hubo mucho susto en los habitantes, la realidad les
impuso roturas de vidrios, la naturaleza arrasaba. Y en un momento la
paciente cuenta que no podía entender cómo su mamá estaba tan
preocupada; léase “Afectada”.

P -”¿Qué le pasa? Se ofende porque yo no la llamé y no le pregunté cómo


estaba ella?”

La interpretación en ese momento fue que ella estaba tomando distancia,


nuevamente, de lo que vivió durante sus primeros años de vida. Ella, como
cada uno de esos objetos que le nombraba la mamá y así como la mamá fue
espectadora del temporal, ella había sido un objeto más de otro temporal y
fue revoleada por el aire por sus progenitores cayendo en un hospital con
solo meses de vida y con un destino de adopción.

P-”te dije que no quería que toques más eso, yo no voy a volver a pensar en
esas cosas!”

La intervención continuó en decirle que a la madre le estaba haciendo lo


mismo que a mí. No quería que hablara del tema, que no tocara esto que era
tan doloroso y que ella evita. Hoy en su presente está viviendo una situación
de abandono, de soledad, ruptura de vínculos, di cultad para incorporarse a
la vida social. Aunque en otros momentos nos acercamos mucho a poder
reconstruir sus orígenes, ahora no lo puede ni decir.
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Por primera vez en años, en la tercera sesión de la semana, no se conecta y
no avisa. Le mandé un mensaje y casi llegando al nal del día, me escribe:

P-”Perdón, me quedé dormida. Me dolía la cabeza, hace mucho calor acá y


me quede dormida”

Le dije que nos volvíamos a contactar y que vale la pena pensar esto de
quedarse dormida y el tener mucho calor como una hostilidad del ambiente
donde está. Esta ausencia fue una manera de contar que todo eso que no
está dispuesta a escuchar y pensar, lo expresó quedándose dormida y con el
dolor de cabeza.

Bueno, aquí se está trabajando con un aspecto desolado, con una tormenta
violenta que es como se pone esta chica con el mundo. Una insensibilidad
impresionante, porque no se conmueve con nada, lo único que vale es su
propia destrucción y lo vengativo; ese es su lema. Uno no va a hacer una
cura mesiánica, porque ella no es una pobrecita, hay que saber que se está
trabajando con sus aspectos más destructivos y violentos.

El analista se resguarda con que él está en tierra rme y no tiene porqué


estar soportando esa tempestad y además, el paciente se puede ir cuando
quiere. Pero el tema es que no se va, porque se garantiza que la tempestad
quede del lado del analista!

Con esta paciente el tratamiento además de ser de una frecuencia semanal


alta, también es en interconsulta con psiquiatría; y la mamá de la paciente
está también en tratamiento. Y los honorarios son buenos, porque es el
sentido que sea una paciente y que la vida del analista no se signi que por
seguir con ella. El analista tiene su vida privada y su propia historia.

Uno entra a trabajar cuando el paciente aparece en la sesión, porque si uno


no tiene esa llave de tener una vida propia, y poder saber quién es el
paciente, y si encima creemos del paciente una víctima, simplemente:
sonamos!

ILUSTREMOS ESTO CON UNAS ESCENAS DE LA PACIENTE:

Tiene una sola amiga que vive en Paraguay, ahora contratada por una
multinacional, la paciente estuvo viviendo con ella en su casa. Es una chica
homosexual que en algún momento tuvo una intención con la paciente, que
no dió lugar. Pero es una de las pocas personas que están ahí y sostiene
mucho de esta virulencia propia de la paciente, hasta que no tolera más y se
pudre. Con esa chica que la alojó, terminó a las piñas; la paciente fue la que
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le pegó y la que quedó lastimada. Luego de toda esta actuación la amiga
vuelve a comunicarse con la paciente y vuelve a hacerle de sostén. Al tiempo,
ya al punto de saturarse nuevamente, se comunica con la analista , pide
disculpas y dice que ella no sabe como ayudarla y que está asustada.

Es simple: un analista no tiene que hacer eso.

Pero… Por qué se incurre en ese error? Al re exionar respecto del lugar del
analista, y los errores de posicionamiento, incluso muchas veces sostenidos
tergiversando la teoría, tal vez la pregunta pertinente a hacernos sea: ¿Todos
los analistas están dispuestos a correrse y sentir que tienen una vida?

La respuesta es: No. Hay gente que es religiosa como esta chica que se fue a
vivir a Paraguay que cree que siempre uno puede tolerar esas piñas y poner
la otra mejilla. Para no tolerar las piñas uno tiene que saber que existe una
parte que Green llama “ el mal”.

En el caso de la paciente, ella puede seguir viviendo toda la vida así,


haciendo de todo una venganza. Un día hasta se puede tirar de un balcón
porque decidió que ya está; o alguna otra cosa que no va a depender del
analista . Es saber hasta cuánto el otro puede, sin pensar que uno es mágico
y le puede dar al otro lo que el otro nunca recibió.

La amiga dijo al analista: - “recurro a vos porque sé que ella te adora”

Adorar en términos religiosos signi ca: “brindar nuestro amor, reverencia,


servicio y devoción”.

De nuevo, un analista no tiene que hacer eso. Mas que al trabajo


psicoanalítico alude a un sacri cio. Y cómo analistas, posicionados como
analistas, lo que menos tenemos que hacer es poner el cuerpo en sacri cio.
Porque es el cuerpo del otro el que está enfermo, no el cuerpo del analista.

Si el paciente está enquistado en que “el otro me quiere dañar y yo no tengo


nada que ver” estamos ante patología grave.
Para esto, es importante tener siempre presente que cuando la pulsión de
muerte y la pulsión de vida están fusionadas y pujan a la evolución , todo va
encarrilado. Ahora, cuando se desligan, la pulsión de muerte puede
aniquilar a cualquiera.
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Otro factor a tener en cuenta respecto de la posición del analista es la
omnipotencia que solemos tener. Por eso nos metemos con todo y nos
equivocamos poniendo muchas veces, o algunas veces, el cuerpo.
Ahí es donde otra vez tenemos que ver la envergadura del pensamiento de
Freud. Hay otros autores que no prestan atención a esto.

“Es posible – replicó Freud – que la muerte misma pueda no ser una
necesidad biológica. Quizá morimos porque queremos morir. Incluso del
mismo modo que el odio y el amor por la misma persona habitan en nuestro
interior al mismo tiempo, la vida combina, con el deseo de mantenerse, un
ambivalente deseo de su propia aniquilación.
Igual que una banda de goma extensible tiene la tendencia a volver a asumir
su forma original, toda materia viva, consciente o inconscientemente, anhela
recobrar la completa y absoluta inercia de la existencia inorgánica. El deseo
de vida y el deseo de muerte conviven lado a lado dentro de nosotros.
La Muerte es la compañera del Amor. Juntos gobiernan el mundo. Este es el
mensaje de mi libro Más allá del principio del placer.
En el comienzo el psicoanálisis dió por sentado que el Amor era lo más
importante. Hoy sabemos que la muerte es igualmente importante.
Biológicamente, cada ser viviente, no importa cuán intensamente bulla la
vida dentro de él, anhela el Nirvana, anhela el cese de la ‘ ebre llamada
vida’, anhela retornar al seno de Abraham. El deseo puede ser disfrazado
por circunloquios variados. Sin embargo, ¡el último objeto de la vida es su
propia extinción!
(...)
La humanidad no elige el suicidio porque la ley de su ser aborrece el
camino directo hacia su objetivo. La vida debe completar su ciclo de
existencia. En todo ser normal, el deseo de vida es su cientemente fuerte
para contrabalancear el deseo de muerte, aunque en el nal el deseo de
muerte pruebe ser más fuerte” (Entrevista Sigmund Freud, BBC)

El tema en el caso de la paciente que antes trabajamos, es que no solo sintió


morir, sino que pudo haber muerto y tuvo además el antecedente de que su
hermano mayor falleció en las mismas circunstancias a las que ella
sobrevivió. O sea, a él lo mataron.
Y después tuvo “la desgracia” de que en el hogar adoptante, el padre
después de la muerte de su madre se volvió hiperviolento y replicó a los o
años (que es la edad de la paratimia primaria) la misma violencia y
desesperanza de vida que había recibido a los meses de vida.
El problema es que en este tipo de paciente está muy presente el deseo de
volver a lo inorgánico, a eso que Freud llama “el cese de la ebre de la vida”.
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Es interesante reparar en este concepto de que la vida tiene ebre porque
impone un trabajo de conexión con la realidad.
Y en este caso que estamos re exionando es muy fuerte el deseo de la
paciente de volver a lo inorgánico.

“Nos ilusionamos con la idea de que podemos vencer a la Muerte a


voluntad. Lo cual quizá sería posible si no fuera porque tiene un aliado en
nuestro propio interior.
En ese sentido – agregó Freud con una sonrisa – estamos justi cados en
decir que toda muerte es un suicidio disfrazado.
(...) Comprender todo, no es perdonarlo todo. El psicoanálisis nos enseña no
sólo lo que podemos soportar sino también lo que debemos evitar. Nos dice
qué es lo que debe ser exterminado. La tolerancia del mal no es de ningún
modo un corolario del conocimiento.”

En relación a esto, Green remarca:

“Para terminar acaso porque resulta intolerable aceptar esta ausencia de


causalidad convincente, me parece que una sola hipótesis puede ser
considerada, la de Freud. Se proyecta lo malo al exterior para que no mate
desde el interior (…)"
En este punto, lo que dice Melanie Klein no di ere de lo que dice Freud. El
mal sería entonces el efecto de un deseo de no morir.

Otra forma de decirlo sería: si no se proyecta la pulsión de muerte se


produce un suicidio interno. Lo que muestra Freud es que no toda la
pulsión de muerte se puede proyectar, en sentido metapsicológico de la
construcción del aparato psíquico, parte de la tendencia al nirvana
permanece dentro del aparato.

Por eso es tan importante el análisis propio y la supervisión. Para que haya
un analista y el paciente no esté representado en una necesidad
inconsciente del propio analista de proyectar en el paciente al “abuelo
violador", “la prima herida”, o a “las tías que no ayudaron”. Saber que es
importante que uno como analista tenga la cabeza trabajada, en el sentido
de nuestros propios límites y dolores. En ese sentido no vamos a ser héroes
de nuestros pacientes, no tenemos necesidad de tener una construcción de
“adorar”.

Como analistas, tenemos que tomar conciencia de que lo que podemos


hacer, es entender, de qué está hecho el paciente. Para lo cual es tarea
dirimir dentro de uno ¿quién es ese paciente para el inconsciente del
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analista y qué representa?. Solo si la persona del analista es capaz de hacer
estos trabajos con su propia cabeza dependerá si va a poder hacer algo o no
hacer algo.

En los últimos trabajos de Freud como en “análisis terminable


interminable”, es claro cuando dice que uno puede dar cuenta de lo que
hizo con el paciente hasta ese momento pero no de lo nuevo que puede
aparecer y destruir. Por más que el paciente, en una reacción negativa, pueda
culpar al analista diciendo “¿Como no viste?” y en realidad uno vio, lo que
uno no puede hacer es modi car lo que fue la paratimia primaria o ese
“aspecto alterado del yo” que va ganando más espacio y el aparato psíquico
pasa a ser dominado.

SEGUNDA VIÑETA:

Retomando el caso de la chiquita encopretica antes vista, quisiéramos


compartir que el tratamiento ha nalizado. Lo que resulta relevante para
ilustrar lo que venimos diciendo, es la intervención de cierre. Esta fue:

A: -“Bueno, vos sabes que ésta es la última vez que nos vamos a ver, fue muy lindo
estar con vos y trabajar, jugar y que sepamos de tus cosas”.

Ella dijo que si, que sabia que el tratamiento se terminaba porque la
gastroenterologa dice que ahora corresponde terapia ocupacional para que
aprenda a comer y que no tenga que usar el laxante.
Fue muy interesante porque empezó a jugar con todas las muñecas. Ella
trajo una muñeca propia y dice:

P- “La voy a sentar, porque esta muñeca es frágil”


A- “si es verdad, los nenes son frágiles”

Entonces los sentó a todos, les preparó una comida. Empezó a amasar y
amasar como hacía siempre y los muñecos, esta vez había varones también,
empezaron a decir:

P -“tengo hambre, tengo hambre, pasó mucho tiempo. No podemos esperar más!”
P - “Esperen, estoy amasando, estamos en un restaurant, hay que esperar”

Sin embargo, en esta oportunidad, pudo darle de comer a todos los


muñecos. Varones y mujeres.
Así nos despedimos. Se llevó su muñeca frágil.
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Podemos pensar que la nena lo que quería mostrar era que había servido el
tratamiento; el tiempo que había podido curarse la cola, armar el inodoro,
entender que no se tiene que hacer esperar tanto a un chico por la neurosis
obsesiva de los objetos libidinales. Hay un ritmo que hay que respetar y se
conectó lo oral con lo anal y pudo ella ser distinta. Esto queda en esta nena
como rasgo de carácter. Si no continúa con un proceso de elaboración que
se inició, va a estar urgida por esa urgencia que viene de los padres.

Una interpretación durante el corto tratamiento a los padre fue que ellos,
sobre todo que la madre, escribía todo lo que decía el analista, al que hacía
sentir incomodidad; entonces el analista interviene diciendo que estaba
frente a un adulto y que le podía decir a ellos que percibía que estaban
disconformes con el tratamiento pero que la nena era chiquita y no podía
decirle a los padres que se asustaba por el tono que usaban y que aparte veía
las caras de enojo. Y la mama dijo:

P-“ ¿Esto te pasa con todos los padres?


A- Le conteste: -“Claramente no”
P-”si vos supieras como gritaba mi papá”

Ahí está, ella tiene ese masoquismo moral dentro del yo de ella y lo traslada
a su hija.

En la parte de la pulsión de vida, pensamos, que la nena nos está mostrando


que algo se limitó. Que va a poder, a lo mejor por el trabajo hecho en el
consultorio, seguir adelante encontrando un vínculo con otra persona que
arme un tiempo más rítmico en vez de ese tiempo descontrolado.

Bibliografía:

Rosine y Robert Lefort.( - ) “Contribución al estudio de la psicosis


infantil con una referencia al Edipo”
D. Winnicott ( ) “La esquizofrenia infantil en términos de fracaso de
adaptación” M. Mannoni et al (D, Cooper, JL Faure, E Ortigues, R. Tostain,
G. Raimbault, Sami-ali, D W Winnicott, R y R Lefort, P. Martin y J. Lacan)
Ediciones Nueva visión Colección Psicología Galerna
Sigmund Freud ( ) “Duelo y melancolía”
Karl Abraham ( ) “Psicoanálisis clínico” Cap IV. Notas sobre la
psicogénesis de la melancolía”
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Cesio Fidias R. “Tragedia y muerte de Edipo”. Trabajo publicado en el libro
Actual neurosis, Bs As, Editorial La Peste,
Tustin, Frances. ( ). “Autism and childhood psychosis.” London: Hogarth;
traducción “Autismo Y Psicosis Infantiles”, Paidos Ibérica, .
Tustin, Frances ( )”Barreras autistas en pacientes neuróticos” Amorrortu
Ed.
Andre Green ( ) “La nueva clínica psicoanalítica y la teoría de Freud”.
Cap. “Por qué el mal?”
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