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Review

Author(s): JOSE ANTONIO DEL CAÑIZO


Review by: JOSE ANTONIO DEL CAÑIZO
Source: El Ciervo, Año 32, No. 384 (FEBRERO 1983), p. 35
Published by: Ciervo 96, S.A.
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40812164
Accessed: 05-04-2016 13:37 UTC

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5.- La biblioteca, como en Borges, es
un cosmos que constituyen el centro
del universo; y su saber está reservado

Í8AÑCO
a una minoría selecta.

Muchas ideas son éstas, y de enorme


entidad, para ser comentadas en tan
exiguo espacio. Pero ahí están. Y con
ellas, la convicción de que El nombre de Cry:
la rosa no será lo único que nos quede de
esta ambiciosa y apasionante novela de
Umberto Eco.

Todavía
esperamos ir tramez _v^-~
a Godot
haya quien dude de la
oportunidad de esta "resurrec-
ción" de la más famosa obra
dramática de Samuel Beckett. Yo no.
Porque creo firmemente que seguimos
"esperando a Godot", quienquiera que
éste sea. Lo mismo que Estragon y Vla-
dimir. Al menos, somos muchos los que
aún le esperamos. ;Y han pasado treinta
años, casi un tercio de siglo, desde que JOSE ANTONIO DEL CAÑIZO ha leído: DOS DAMAS MUY SERIAS,
vimos o leímos por primera vez esta de Jane Bowles. (Ed. Anagrama,
obra!
Barcelona, 2 edición, 1982).
Samuel Beckett es uno de los repre-
sentantes más característicos de la filo-
sofía desesperanzada que nació después
de la Segunda Guerra Mundial. Debe su
fama, principalmente, a su teatro, tan
original como ambiguo, y en el cual
la farsa se confunde íntimamente con
la tragedia metafísica. Junto a Adamov,
Dos enigmas femeninos
a Ionesco, a Vian, a Tardieu, etc., Samuel
Beckett está considerado como uno de
los creadores del llamado "teatro del esta novela atraído por sueltos, como por quien no acaba de co-
absurdo" o "antiteatro", heredero le- las siguientes frases que campean nocerles bien, lo cual les rodea ante
gítimo del teatro surrealista. Tanto en en su portada de atrás: "Un hito nuestros ojos de un inquietante y moles-
sus obras dramáticas como en sus novelas en la literatura norteamericana del siglo to halo de misterio y perplejidad que
-Murphy, Malloy, El innombrable, Ma- XX" (Alan Sillitoe). "Mi libro favorito. confiere a esos tipos humanos un paradó-
hne muere, etc.-, Beckett, a la manera Para mí no hay otra novela moderna que jico atractivo. No nos extraña nada que
de Joyce, inventa palabras y rivaliza en sea más susceptible de convertirse en un les gusten mucho a Truman Capote y
incoherencia con el monólogo interior. Tennessee Williams.
clásico" (Tennessee Williams). "Jane Bow-
Ese sorprendente verbalismo subraya les, esta leyenda moderna... una de las más
Jane Bowles nació en Nueva York en
el humor que da origen a su creación li- originales y puras estilistas" (Truman Ca-
teraria; un humor negro, inhumano por pote), etc. Lógicamente, cuando se come 1917 y publicó esta su única novela a
los veinticuatro años. A los cuarenta su-
su dureza, hecho de rebeldía, de ira y, uno un plato anunciado por tales aperiti-
a veces, de desesperación. Un humor vos, suele acabar la novela pensando que frió una hemorragia cerebral que le im-
que se apoya en un acusado realismo. no es para tanto. Sin embargo, y rehuyen- pidió prácticamente volver a leer y escri-
Beckett sabe retener la mirada sobre do por supuesto esos maximalismos, tan bir, y murió en Málaga (tras una vida
los detalles más ínfimos de la vida, y discutibles siempre, lo que sí es cierto es trashumante) en 1973, en un hospital
crea de ese modo una atmósfera de una que esta novela desasosiega, intriga, extra- de monjas que imagino psiquiátrico,
poesía muy especial. En lo que atañe a ña, sobrecoge, amarga, sorprende y se que- pues su marido decía que en los últimos
sus dramas, suelen desarrollarse en un da grabada en la memoria, pues uno acaba tiempos bebía demasiado, y el indudable
ámbito escueto y desnudo (el horizonte con la sensación desagradable pero exci- hálito de la propia autora que late en
con un solo árbol seco en Esperando a tante que se tiene al darse cuenta de que sus dos protagonistas me hace intuirlo.
Godot), y el diálogo se espacia, cesa de se ha asomado a ciertos abismos desazo- Por lo que cuentan los dos prólogos (uno
repente o se resuelve en aparentes in- nantes de la personalidad humana, a si- de ellos de Truman Capote), debió ser
congruencias. mas muy hondas veladas por un estilo una mujer de gran personalidad y cultura
maliciosamente recatado y reticente. La y de un raro poder de fascinación, que se
Como ha dicho Pierre de Boisdeffre, autora escarba, husmea, en dos enigmas refleja en esta original novela, a la cual se
Beckett no ha escrito más que un sólo femeninos, fascinantes y mágicos en su le puede sacar toda la punta que se quiera
libro, la interminable crónica de un ins- atroz y atónita vulgaridad, en sus impre- respecto al feminismo, la búsqueda por
tante ensanchado hasta las dimensiones decibles y súbitas reacciones dictadas la mujer de su propia identidad e indepen-
de la eternidad, de un átomo de existen- por alguna parte desconcertada y des- dencia, y un largo etcétera; pero que
concertante de sí mismas. -aparte de ello- sugiero saborear como
cia que se aferra a su absurdo fundamen-
Tanto las dos protagonistas, que se ese plato raro y desconocido que encon-
tal y declara que pertenece a la nada y tramos a veces en la carta de un exótico
encuentran sólo en dos momentos de
que regresa a ella para siempre. Toda la restaurante. Por mi parte puedo decir
obra de Samuel Beckett ejemplifica este la novela, como los personajes secunda-
doble aforismo: "Nombrar, no; nada es rios (Lucie y Arnold, que viven con la que las dos novelas más originales y
nombrable. Decir, no; nada es decible." señorita Goering; el viejo padre de Ar- extrañas que he leído en los dos o tres
nold, que quiere dar un brusco viraje a últimos años son Contra natura ("A re-
Sin embargo, la obra existe, paradójica-
mente, ambigua y veraz a la vez. Quizás su vida, que ya acaba; el marido de Frie- bours"), de Huysmans, y Dos damas
da y la amiga de ésta, la prostituta pana- muy serias. Una de hace cien años. Otra
por eso podemos seguir esperando a Go- de hace cuarenta. Dos descubrimientos.
dot. Todavía. meña, etc.), están retratados con trazos
El Ciervo - 35

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