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228 BRUJERÍA, ROMANCE Y ROMANTIQSMO

cias unos cuantos dólares. Cuando el rudo Bartram


convierte en fragmentos los restos de Ethan Brand,
1"
Hawthorne también destruye la prueba de su cri- VI. LA LOCURA, LA MAGIA
men literario, crimen cometido sólo en su imagina- Y EL EGO ROMÁNTICO
ción -cierto es-, pero crimen, a su parecer, que
más,valdría no haber cometido. Concll-lsión
La destrucción del emblema del !Arácter maligno
de Brand nos neva a otros restos, "la piedra con Al final, me pareció sagrado el desorden
letras de días posteriores" de "Alice Doane's Appeal". de mi espíritu.
Allí, Hawthorne sintetizó mejor los elementos his': ARTHUR' RIMBAUD

tóricos, alegóricos y éticos. Levantó un monumento


en la Colina de las Brujas a la verdad del corazón
humano y sacó de la violencia de la historia de la DURANTE toda la época romántica, se creyó que los
Nueva Inglaterra una moraleja que puede aplicarse gérmenes de la locura engendraban la sobrenatural
l' a la historia en general. Hawlhorne grabó esta ver- brillantez necesaria para el que aspirara a ser un
dad en piedra, pidiendo que todos los hombres ob- artista. "Dotado de una notable inteligencia", dijo
servaran su hertnandad con los más culpables de sus Maupassant refiriéndose a Algernon S\\.-inburne,"pa-
congéneres, y nunéa perdieran de vista su' propia recía vivir, como Edgar Poe, en un sueño fantásti-
capacidad de superstición, prejuicio y ocupación. co. Amaba lo sobrenatural, lo maéabro, lo tortura-
En comparación con elcorai:ón de mármol de Ethan do ... " (16:12I).i También para Nerval, el genio
Brand, este monumento a la injusticia de la violen- poético y la locura eran complementarios; la equi-
cia humana' no queda pulverizado, pues expresa esta paración de locura y genio ,alentó a muchos artistas
llamada de Hawthorne: a estudiar psicopatología, y el' resultado fue un pro-
fundo cambio deja forma literaria, el estilo,'el con-
Levantamos la columna conmemorativa en la aÍtura tenido y, especialmente, la conducta, del artista. El
que nuestros padres hicieron sagrada con su sangre, artista romántico se presentó como el transmisor de
vertidélpor una causa santa, Y aquí, en la piedra negra
la locura y' de la inspiració!l macabra, colocándose
ftmeraria debe levantarse otro monumento tristemen-'
te co'nmemorativo, de los errores d~ una r~a anterior deliberadamente en las márgenes de 1(1,socIedad y
que no será derribado mientras el corazón human~ actuando frenéticamente entre la multitud y la sole-
tenga una fana que pueda dar por resultado el crimen. dad. Por una parte, desdeñó la sociedad y buscó la
[1l:280.]
I Las referencias a Cuy de Maupassant, Oeuvres complCtes, 16
vols. (París: L'Edition d'Art H. Piazza. 1968-1973).
j! 229
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soledad con el propósito de alimentar sus propias musas predilectas. Quejándose de la miseria y'la tris-
visiones excéntricas. Por otra parte. sólo entre la teza de la condición humana, el protagonista de "So-
multitud su delirio podía ser, reconocido como lu- litude" recita unos versos de Musset: "Estoy solo.-La
minosidad. El artista romántico fue atrapado en un hora suena.! ¡Oh soledad! ~ ¡Oh pobreza!" (7:309).
ciclo eterno~de oscilación entre el aislamiento y la El recluido héroe de Maupassant supone que Musset
muchedumbre. Bajó corriendo de la montaña para comprende la soledad y sin embargo se queja de que
inspirar a la chusma, pero retornó a las alturas, él los poetas, que llenan su vida con fantasmas y sue-
mismo inspirado. Su talento incomparable consis- ños, nunca están realmente aislados. Sólo este redu-
!' tió en .transformar la idiosincrasia en poesía, y los so afirma conocer la enorme carga de la soledad, y su
reproches de los demás en las pruebas de su genio, respuesta al lamento (romántico) de Musset capta,
como lo proclamó Nodier en "Paul ou la ressem- en una generalidad, la queja romántica por excelen-
blance": cia: "Nunca estuvo solo. ¡Yo soy el que está sólo!"
(7:309). Para el ego romántico, ser el poeta suprana-
'" Pero, a estos tesoros de gusto, de amor, de poesía, turalmente inspirado es convertirse en el Único ("le
¿qué los remplazará? La idiosincrasia. 2 . , seul"), como adecuadamente lo demuestra "Le Christ
aux oliviers", de Nerval. El romántico cree que él es J
Conforme la conducta de los aspirantes a genio se le seul y que los demás, en comparación, apenas )-
volvía más excéntrica, evolucionó y prosperó el mi- conocen el significado del aislamiento. Por una par- " ,/
to del artista loco: Baudelaire, Gógol, Hoffmann, te, condena a los demás por cerrarse y ridiculizarse ,.,
Maupassant, Nerval y Poe. La locura, junto con la unos a otros. Por otra parte, se niega a entregar su
superstición, floreció como tema preferido y palabra corazón a nadie, pues es en el borde de la comunica-
clave de una generación de escritores, y a comienzos
ción donde se siente más aislado y retraído. En cam-
l'
del siglo xx, la fe en la crealividad de la locura al- bio, se retira a la soledad y se diviniza a sí mismo; en
canzó nuevas cumbres de delirio, cuando el concep- palabras de Maupassant: "Guardo dentro de mí, en
to freudiano del inconsciente legitimó el deseo de
lo más hondo, este hogar secreto del Ego donde na-
los surrealistas de hundirse ellos mismos en la locura.
die penetra. Nadie puede descubrirlo, enu:ar allí, por-
Aunque Maupassant fue lo bastante lúciqo para
que nadie se asemeja a mí, porque nadie comprende
reconocer la existencia de "aquellos narradores, al
a nadie" (7:310). Que nadie comprenda a nadie más
estilo de Edgar Poe, que terminan locos por su in-
es una exageración, aun para el genio romántico,
.tensa reflexión sobre extraños casos de locura" (3:298),
porque en realidad pretende decir qué nadie le com-
el aislamiento y la idiosincrasia también fueron sus
prende a él. "Todos estamos en un desierto" (7:309),
2 Charles Nodier, Contes (París: Gamier Freres, 1961), 645. gime, pero se oivida de añadir que es el "gran desier-
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to de los hombres" (de.Baudelaire) ~el que intencio- La regla monástica más rigurosa, la orden irresistible
nalmente se ha exiliado.' a sí mismo. del Viejo de la Montaña, que exigía el s';li~idio.~s~s
embriag~dos discípulos, no eran más des~ucas m ~~s
La personalidad romántica es, como 10 sabía Bau- obedecidas que esta doctrina de la elegan~a. y la ongl-
delaire, el vampiro de su propio corazón, que adora nalidad, pues también impone a sus amblCloS?sy h.u-
en un "culto el yo" pero de un"yo sedieiuo de no- r'nildes fieles, hombres a menudo llenos de mgemo,
yo" (1161).3 "¡Extraño espiritualismo!", dijo Baude- valor, pasión y energía controlada, este terrible manda-
laire, ."para aquellos que al mismo tiempo son sus miento: Perinde ac cadaver! [1179.]
sacerdotes y sus víctimas ... " (1t79). El dandy es el
El dandismo es la "última chispa de heroísmo"
sacerdOte y la víctima del arte, que define su existen-
(1179), pero de una raza que desea cantar bajo tortu-
cia de acuerdo con los extremos de la representación
ra, hacer cada gesto imaginable y creer en todos los
fantástica: Jesucristo y Satanás. Deseando estar fuera
encantamientos. Con el mismo espíritu de Nodier,
del n;¡undo, canta·a la .verdadera grandeza de los
'Baudelaire anunció que la "supersticiól1 es el depó-
parias: "deseó ser un ángel, se convirtió en una bes-
sito de todas las verdades" (1273) y se rodeó de un
tia ... " (355). Para Baudelaire, quien creía que el
congr~so ,de infiernos, esforzándose así por tránsfor-
tipo más perfecto de "virtud varonil es Satanás, co-
mar la infamia en gloria y la crueldad en encanta-
mo lo describió Millon" (1255), sólo había "dos cua-
miento. Esto no es locura ni sobrenaturalismo, sino
lidades literarias fundamentales: supranaturalismo
el sofisma de la locura y la impostura de la supersti-
e ironía" (1256). Por ironía, Baudelaire entendió la
ción. El artista encuentra siempre un placer en asom-
amarga irrisión, el desapego de sí mismo yel sarcas-
brar: .su satisfacción, el nunca quedar asombrado.Se
mo, cuyos aspectos más metafísicos lograron los ro-
sacrifica a la poesía para sacralizarse a sí mismo y a
mánticos entronizar como la mentalidad doméstica
li su arte. Como lo lamentó Rimbaud en Une Saison
de la modernidad.
en enfer: "Al fina!, encontré sagrado el desorden de
Tanto el supranaturalismo como la ironía permi-
l' I
tieron al genio romántico envolverse en la adversi-
I mi espíritu." 4 El artista ,romántico se esfuerza por
dad y ]a marginalidad, pero este culto de la alt~ vida, .¡ derivar un placer de toda légítima fuente de dolor y

.
de la superstitio, podía
sus sacerdotes y fieles:
-~
hacer grandes demandas a
'
., cargar su humor más feliz con su opuesto, el hastío.
La verdad fatal que se. oculta tras su máscara de
locura es una patología única. Al marcarse a sí mis-
En realidad, no estuve completamente equivocado al
considerar al dandismo como una especie de religión.
\'!
mo con el signum diaboli, se esfuerza por lograr una
forma siniestra de luminosidad. Espera derivar el
I
I

3 Las referencias a Charles Baudelairé, Oeuures completes (Pa· • AniJUr Rimbaud, Oeuures completes (París: Pléiade, 1963),
rís: Pléiade, 1961). 234.
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genio del tormento y, por ello, pide a los demás que cual oculta coquetamente su genio evidente, su Su-
lo tortu·ren mientras él se tortura a sí mismo, y siem- perioridad y nobleza para despertar el deseo y- la
pre con el celo del mártir. El objetivo siJ)gular del curiosidad de la multitud. Desea estar "lejos 'de 'su
genio romántico es traQ.sformarel signum diaboli casa y sin embargo sentirse en casa por doquier; ver
en el genius diaboli, y hacer del pavor de la supersti- el mundo, estar en el centro mismo del mundo y
ción el poder de su arte. '0:, '
permaneCer oculto del mundo ... " (1160). El artista
, Como el Hombre de la Multitud de Poe, el artista romántico es Le Prince des sots, un "prince", dijo
romántico es el "tipo y el genio de profundo cri- Baudelaire, "que viaja por doquier de incógnito"
men", crímenes profundos contra el yo (2:515).5Y (1160).6 Éste es el homme-dieu, el homme-diable, el
sin embargo, si el romántico quiere triunfar en su autococu, para quien "lo hermoso si~mpre es extra-
búsqueda masoquista de la agonía del arte, deberá vagante" (956).Se casa con la multitud para que ésta
tener testigos, pues sólo entonces tendrán significa- lo haga cornudo, pero los cuernos que desea llevar
do su unicidad y su luminosidad. Las obras de Bau- son los del poder, de una variedad satánica o sobre-
delaire, Poe, Nerval yMaupassant incluyen a la vez natural.
celebracionesdelirantes del autoexilió y tributos exal- Pese a las afirmaciones de Baudelaire, el artista
tados a la multitud. En realidad, un buen índice del romántico no deseó ser el ciudadano espiritual del
temperam~nto romántico es la tendencia a reflexio- universo; quiso, en palabras de Hawthorne, ser el
nar sobre la relación entre la soledad y las multitu- Paria del Universo, pues sólo mediante la expulsión
des. La multitud es el dominio del artista, no porque podría trascender el gran desierto de los hombres.
quiera a la humanidad, sino porque deseaprobar su Como intuitivamente lo comprendió Baudelaire, la
superioridad sobre cada quien. "Su pasión y su pro- ~egalomanía y la manía persecutoria son reaccio-
fesión es casarse con la multitud" (1160), observa nes positívas y negativas aja persecución, y por con-
Baudelaire, pero este matrimonio de conveniencia siguiente, el romántico siempre golpea sin ira, golpea
está destinado precisamente a cargar el espíritu de estéticamente, no para sacar la sangre sino para atraer
rebelión del artista y a ofrecerle el contexto en el
cual profesar su originalidad. Envuelto en la excen- 6 Kierkegaard, en The Cancept 01 lrony (Bloominglon: India-
trIcidad, el romántico se hunde entre la multitud, na Universily Press, 1965), enconlró palab~s similares para des-
buscando "el mejor modo de distinguirse" (1178). cribir la ironía: "La figura irónica del habla también comiene un
, atribulO caraclerÍslico de lodas las formas de ironía, a saber, cierta
Juega a un delirante juego de escondidiUas, en el exclusividad derivada del hecho de que, aunque comprendida, 110 es
directameme comprendida. Por tanlo, eSla figura de dicción mira
• Las referencias a Edgar Allan Poe, Callected Works, 3 vals., de arriba a abajo por decirlo aSÍ, al discurso llano y ordinario
comp. Thomas Ollive Mabbol (Cambridge: Harvard Universiry Press, comprendido inmediatameme por cualquiera; viaja de incógnito
1969-1978), exclusivo, con láslima al ordinario discurso pedestre" (265).
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chedumbre "por la misma densidad de la compañía
los golpes. Su propósito no es dañar sino ser daña-
que le rodea" (2:508). El artista sabe cómo pOQlar la '
do. Su megalomanía florece cad~ vez ~ue logra'uans-
soledad y esta.r solo en una multitud. "Apreciar la
formar su heridas en marcas de distinción o meda-
multitud es un arte", dijo Baudelaire; mas para el
llas de genio. Su ma~ía peFsecutoria simplemente
artista hundirse en la multitud es más que un arte,
afirma en lo negativo su dominio. Éstos son los
es arte, arte fundado en la abyección y el deseo frus-'
Hombres deja Multitud y los Parias del'Universo,
trado (243). El romántico siempre es adverso a su
que huyen de otros, horrorizados, tan sólo paracele-
situación Ínmediata. Perdido en la multitud tumul-
brar un egoa~errador, que se envuelven en la supers-
tuosa, se aísla y sueña con el aislamiento. Una vez
tición y la locura con la esperanza de incubar el
solo, imagina un mar de cabezas en torno suyo. He '
genio. El genio romántico de Baudelaire es un si-
aquí el juego del deseo que hay en el corazón de la
niestro espejo que fundona para reflejar tochts- las
fórmula de Baudelaire: "Multitud, soledad: términos
cosas para todos:
iguales y transmutables para el poeta activo y el
¡Soy la lira y el puñal! imaginativo" (243).'En el caso de Baudelaire, culti-
¡Soy el golpe y la mejilla! vó las siniestras y hermosas Les F leurs du mal. Para
¡Soy los ,miembros y el potró de tortura, Maupassant y Nerval, produjo sueños y locura su- '
y la víctima y el torturador! [74.] pranaturalistas. .

La sangría que el 'poeta hace de su ego, su auto-


vampirismo, también es una bendición a sí mismo,
EL EGO ROMÁNTICO
pues como su etimología lo indica, "bendecir" sig-
nifica a la vez-sangrar y hacer sagrado. La bendición
En 'T:Evolution du roma n au XIXe siecle", Mau-
del artista romántico consiste en desempeñar ante la
passant parece haber aludido a las novelas experi:
multitud el .papel de la figüra inspirada, posesa y
mentales del naturalismo, pero también pudo haber
sobrenatural: el sacerdote y la víctima de su arte:
estado describiendo el ego romántico: "Hemos lle-
"Uno de los abandonados sin esperanza/ Condena-
gado entonces al retrato de un yo, de un yo hipertro-
do a la risa eterna" {74), que guiña un ojo en las
,1 I fiad~ por intensa observación, de un ya en que se
regiones sobrenaturales de la' poesía. Su necesidad
han myectado los misteriosos virus de cada enferme-
de la mul titud no es para huir del aburrimiento o el
dad mental" (16:286). El tormento del ego románti-
hastío. Antes bien, es para distinguirse a sí mismo,
co también fue familiar a Nerval, quien expresó su
para ser'único y solitario en la gloria ante las mare-
angustia en los términos de! baudelaireano Perinde
jadas de la población. El Hombre de la Multitud
ac cadaver, y para Maupassant, quien realmente sin-
como concluyó J>oe, descubre la soledad en la mu~
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tió miedo de sus propios pensamientos: "Pensar se imágenes de lo fantástico, como 10 sugiere la yuxta-
convierte en un tormento abominable cuando el ce- posición de locura, genio y representación fantástica
rebro ~s sólo una herida. Yo tengo tan~s heri~s en en los pensamientos de Maupassant acerca de "Le
la cabeza que mis pensamientos 1;10 pueden agitarse Horla":
sin que sienta deseos de llorar." 7 Adoctrinado por
Schopenhauer en que la vida·es sufrimiento, Mau- Hoy envié a París el manuscrito de "Le Horla"; antes
passant se consagró a su propia enfermedad, locura de una semana verás que todos los periódicos dirán que
y extrañeza. Aunque no fues.e un dubitativo en el estoy loco. Buen provecho les haga, por Dios, pues
estoy sano de espíritu, y supe muy bien al escribir esa
sentido tradicional, sin embargo era un escéptico, novdita lo que estaba haciendo. Es una obra de la
pues albergó graves dudas de su propia personali- imaginación que estremecerá al lector·enviándole más
dad: "Se me considera .sin duda uno de los hombres de un escalofrío por la espalda, pues es extraña.9
más indiferentes del mundo. Yo soy escéptico, lo
que no es lo mismo, escéptico porque tengo una Maupassant previó que la aparición de "Le Hor-
visión dara. y mis ojos dicen a mi corazón: ocúltate, la" probaría que él era un loco (y un genio), pero se
viejo amigo, eres grostesco, y él se oculta."8 He aquí sintió tristemente decepcionado, pues el público y
la dualidad del personaje maupassantiano. Por una sus críticos sólo lo vieron como un cuento fantásti-
1 \

parte, fingió locura y se alejó de los demás con el co. Resulta reveladora la ansiedad de Maupassant
propósito de alardear de su unicidad. Por otra parte, con respecto al'cuento: exprelia su deseo de estre-
no pudo resistir la tentación de esforzarsepor alcan- mecer a sus lectores con sus escritos y con su
l.
zar la grandeza y de exponer el encanto poético de lo persona. Las contradictorias visibilidad e invisibili-
sobrenatural: "Hoy, nuestro planeta me parece un qad del Horla duplican su paradójico deseo de parti-
mundo desierto, yermo y vacío. Han desaparecido cipar en el juego rOmántico de multitüd y soledad.
las creencias que lo hacían poético" (7:380). El Horla es un ser invisible, pero en parte representa ..
r Puesto que el principal rasgo romántico de inte- el deseo de visibilidad de MaupassaÍlt, de mostrar la
\ ligencia consiste en la reflexión sobre sí mismo, su inclinación a la locura como huella del genio.
ciencia es la psicología, especialmente una psicolo- El propio "Le Horla" toma la forma de un relato
( gía que requiere las más brutales observaciones y diario del descenso de un hombre a un infierno per-
juicios sobre sí mismo. El genio y la locura siempre sonal de reflexión y duda de sí mismo. La for-
ponen en duda el ego y las más de las vecesconvocan ma de diario sirve para enmarcar lo fantástico
dentro de los márgenes de lo real, y sin embargo
7 Citac!o por el doctor Charles Ladame, Guy de Maupassant esta mise en abime resulta verdaderamente abismal,
(Lausana: "Revue Romande"), 18.
s ¡bid., 18. 9 [bid., 13.
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pues el protagonista languidece en su soledad: "No trospección, como muchos de los héroes de Maupas-
cabe duda de que la soledad es peligrosa para cere- sant, volviendo siempre a la misma pregunta: "¿He
bros que están activos ... Cuando estamos solos du- perdido el juicio?" "Me he vuelto loco." "Definiti-
rante largo tiempo, llenamos qe fantasmas el vacío" vamente, estoy loco." Al principio, la duda de sí
(9:31-32). La evaluación que el narrador hace de sí mismo es exacerbada por un irresistible temor a que-
mismo es c.orrecta, y pronto llega a creer que un darse dormido, pero esto es cuestión superficial, pues
vampiro sobrenatural e invisible, llamado el HorIa >en el universo romántico sólo hay dos causa.slegíti-
lo visila de noch~: Hombre racional empieza a expe: mas de terror: lo sobrenatural y el ego. Según Mau-
rimentar sobre sí mismo para poner. a prueba sus passant, la noche libera lo del otro mundo para que
percepciones, pero su mediación sólo le produce se apodere de voluntades menores, y a la vez, per-
nuevos enigmas y terrores. No puede decidir si está mite al ego enumerar sus indecibles horrores. El pri-
loco o si el monstruo realmente existe porqúe. su mer miedo, como lo sugiere "La Peur", es clásica-
escepticismo, como el del loco df' "Lettre d'un fou" y mente fantástico: "El verdadero miedo es algo como
el romántico enamorado de las mentiras, es contra- una reminiscencia de los terrores fantásticos del pa-
dictorio y autodestructivo: "Todo es falso, todo es sado. Un hombre ..• que imagina ver un fastasma
la
posible, todo 'es dudoso" (9:347).Llevado por de- en la noche debe experimentcÍr el miedo en todo su
sesperación, incuba uh plan, bloqueando las ven- horror" (3:52). De manera similar, el temor del ego
tanas de su habitación con placas de acero, con la se relaciona perfectamente con el supranaturalismo,
esperanza de atrapar al HorIa. >Entoncesprende fue- porque consiste en el temor de estar poseído por una
go a la ~asa y aguarda eÓn insidi~sa alegría algún fuer~ fantástica y superior: "Ante todo, tengo mie-
tenu~ símbolo de la muerte de su perseguidor,· mas, do de las horribles perturbaciones de mi pensamien-
para su horror, sólo ve los rostros empavorecidos de >to,de mi razón, .que escapa de mí, cOQfusa,dispersada
sus sirvientes, a quienes, inv(}luntariamente, aprisio~ por una agonía misteriosa e invisible" (4:252).
nó dentro del terrible horno. El HorIa de Maupassant y el Smarra de. Nodier
Si el resumen anterior logra captaf la intensidad y son dos terribles encarnaciones del concepto roman.
el apremio >delescalofriante relato de Maupassant, tico de inspiración. El genio romántico es tan diabó-
en .cambio no puede transmitir lo incisivo de su lico que el artista se encuentra deseándolo y, a la vez,
análisis de la psicoÍogía romántica. El narradÓr, vir- temiéndole. Su brillántez lo aterra, a la manera del
tualmente esquizofrénico, combina las personalida- Jacques Parent de Maupassant: "Tengo ... tengo
des del escéptico y 'del amante de>las. mentiras, y miedo ... tengo miedo de mí mismo •.. Es que estoy
capta las pruebas respectivas qe su escepticismo}" en posesión de un poder ... de una fuerza,... no ...
de su locura con asombrosa claridad. Vive de la in- de un potencial ... Oh, no sé cómo decir qué es,
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pero tengo en mí una acción magnética tan extraor- voz de la inspiración le llama desde la negra quietud
dinaria que tengo miedo, sí, tengo miedo de mí mis- de la noche, y el ciclo se renueva.
mo ... " (7:393).
La personalidad romántica nunca puede escapar
Aunque la estrategia román tica consiste en pro- de la multitud, pues para ser el Uno, debe estar entre
bar el genio inspirando terror y miedo en otros, el los Muchos. Éste es el mensaje de "La Nuit" de
truco a menudo es tan completo que el genio solita- Maupassa.nt. Aquí la noche, ese ambiente de inspi-
rio también se vuelve a veces contra sí mismo. Desea ración aterradora, produce una visión más horripi-
aterrorizar a los demás, pero no puede dejar de sen- lante que las más fantásticas apariciones. No engen-
tirse ligeramente aterrado por sí mismo. Cultiva la dra nÍnguna visión, en absoluto. El narrador se
otredad hasta tal punto que empieza a considerarse encuentra verdaderamente solo, y esta vez recibe la
como múltiples personalidades. Por desgracia para oportunidad última de gozar de esa soledad que afir-
el aspirante a artista, el concepto romántico del ge- ma'amar tan bien. Su reacción es una extraña bús-
nio es multidimensional: junto con su genio diabó- queda del más pequeño signo de movimiento hu-
lico medra un espíritu humano con necesidades hu- mano, de sonido, sentido o calor. Sin la opinión de
manas, un espíritu aterrorizado por la enajenación y otros, sea para aceptar o para reprobar, el genio ro-
la soledad que cultiva en nombre del arte. De ahí mántico pierde toda energía, y su brillantez se redu-
. \
proviene el notable frenesí del genio romántico, que ce a una chispa.
oscila obsesivamente entre su deseo de compañía y La noche es el dominio propio del romanticismo,
de soledad. POr una parte, huye de sí mismo, teme- no porque los románticos subrayaran el aspecto som-
roso' al verse solo, e impulsado sin razón por su brío de la naturaleza humana, sino porque su oscu-
profunda soledad. Como Jacques Parent, en un mo- ridad permite al genio romántico permanecer entre
mento ruega que no dejen de atenderlo, yen otro otros y aun simular que está loco. y sin ninguna
momento pide que lo dejen solo. Como el narrador influencia. La noche lo libra de caer en sus sueños, .
i' I
de "¿Luí?", su insatisfacción de la situación inme- pero, dado que sus sueños son pesadillas, a la vez
diata le mantiene en un frenesí: "Una soledad infi- teme y aguarda la muerte de la luz. Aurélia~de Ner-'
nita y penosa me rodeaba ... pero pronto la imposibili- val, capta esta visión estremecedora del sueño con
dad de quedarme en un lugar me hizo levantar otra pasmosa claridad. 10 La poética de Nerval se basa, en
vez, y sentí que tenía que irme, salvarme, encontrar parte, en la fe en-la creatividad del sueño, y sin em-
un amigo" (4:253-254). Por otra parte, una vez entre bargo, él sueño también produce temor y locura.
amigos, el genio romántico redescubre su superiori- "La noche eterna empieza, y será aterradora" (1:401),
dad y debe estar solo para regodearse en ella. Cuan-
10 Las referencias a Gérard de Nerval, OeUilTes, 2 vols. (París:
do encuentra esta maravillosa soledad, la horrible Pléiade, 1952, 1956).
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advierte la persona nervaliana, anunciando otro des- como la víctima para todos los tiempos. O se lla~a a
censo más en la locura fantástica y la inspiración. sí mismo el loco, el Desdichado, Cristo, Lucifer, Ica-
Como los héroes de Nodier y de Maupassant, esas rd, el íluminado, o simplemente la víctima. No pue-
víctimas del Smarra y del Horla, esta personalidad de entrar en el reino de los dioses o de los hombres,
teme y ama la inspiración. Sin embargo, la visión pues en su esfuerzo por mezclarse con ellos los ofen-
del genio de Netval es más instructiva, porque expre- de y, a cambio, recibe la condenación eterna."
sa tan claramente que el monstruo de fuera es idén- La más breve ojeada a Aurélia confirma la afini-
tico a la víctima dentro, que las víctimas del Hoda y dad entre la víctima etema y la personalidad román-
del Smarra encuentran a sus perseguidores eri el es- tica' además de sugerir el efecto de la asociación sobre
pejo. Vampiro que chupa su propio brazo, Nerval el a~pirante a artista. Aurélia, similar a LesFilles ~u
estaba obsesionado por la persecución d.~sí mismo, feu y Les Chimeres, es una "revene supernaturalzs-
pero al decrecer el círculo de la autorreflexión, tam- te~·. El narrador, como el Pecador Imperdonable _de
,bién disminuyen las recompensas: "Me alimento de Hawthorne, es "culpable de un crimen del que ya
mi propia sustancia y no me renuevo a'mí mismo." 11 no tenía esperanzas de ser perdonado ..... (1:364).
El círculo de las reflexiones de Nerval -,-que va ha- Seres extraños y visiones lo amenazan, y cada coinci-
ciéndose más y más estrecho- adopta muchas for- dencia señala la aproximación de su muerte. Al prin-
mas, pero acaba por volver a la identidad entre lQCUra, cipio, 'actúan sobre él: 'amigos con fuerzas,sobre~u-
genio y supranaturalismo, cada qno de los cu~les manas lo rodean, y el Espíritu del Universo le pIde
separa a su poseedor de la corriente principal de la abandonar su atuendo terrenal. Su tamaño aumenta
especie humana. La persona nervaliana desearía ha- enormemente Ytodo lo que le rodea parece nadar en
cernos creer que ha sido víctima de su genio, pero corrientes eléctricas. Las aves le hablan de los vivos y
en realidad se identifica a sí misma con la víctima 16S muertos, todo el mUndo cobra vida, el mobilia-
para poder envolverse en el aura de la superstición. no reluce y lo visitan los fantasmas 'de las cosas.
La persona nervaliana, como el dandy de Baude- Unos monstruos cambian de forma despojándose de
l~ire, está condenada e inconsolable. Si desea aqop- sus,extrañas apariencias para volverse hombres. Co-
lar el papel de Cristo, deberá ser "Le Christ aux mo él desea ser distinto de otros hombres, el narra-
oliviers", el sa~vador traicionado, acusado, alpunto dor'se lanza en busca d~ un universo distinto, pero
de la crucifixión. Si no es un dios, es al menos ,un "el universo está en la noche" (1:378).
demonio. Este eterno doliente tiene muchos nom- El curso de Aurélia dramatiza el esquema narrati-
bres y títulos: es Caín y Prometeo a la vez, marcado vo que pertenece a la mayor parte de los cuentos
11 Citado por Jean Richer. N eTlJal:Expéríence et créatioll (Pa·
fan-tásticos. Su héroe, como el narrador de "Le Hor-
rís: Hacheue. 1963). 340. la", empieza por buscar y combatir a un adversario
_______ . __.J
246 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO .ROMÁNTICO 247

sobrenatural, pero pronto él mismo adquiere dimen- lo asaltan. Al progresar la novela, crece la fuerza del
siones fantásticas. El narrador de "Le HorIa" cree narrador, y se vuelve cada VeZ más violento. Al prin-
que sólo él puede salvar al mundo de la bestia. De cipio, es una víctima de lo fantástico, y trata de con-
manera similar, la persona nervaliana es colocada traatacar. Sin embargo, pronto adquiere él mismo
en correspondencia con aquellas cosas necesarias poder fantástico. A este respecto, la escena decisiva
para restaurar la armonía universal. Es"a un tiem~ es la aparición del Doble. Ante el narraqor aparece
po, la víctima y el rey de gloria, que renuncia a todas' 'el espíritu del mundo, y él decide atacar. Pero se
las mentiras y posee el alma de Napoleón. Empieza ataca a sí mismo: "¡Oh terror! ¡Oh cólera! Era mi
por identificarse con Jesucristo: "La idea de que yo rostro, era mi forma idealizada y agrandada ••. "
era lo mismo que.un dios y que tenía·el poder de (1:384). Las palabras de Nerval para sí mismo, "Je
curar me hizo poner las manos en varios inváli- suis l'autre", se vuelvenaplicables también a su hé-
dos.•. " (1:404).Ya en la última secciónde la segunda roe, y esta condición no podría ser más autodestruc-
parte, cree ser verdaderamente fantástico: "Me' atri- tiva. Creyéndo~ despojado de su apariencia exterior,
buí' una influencia sobre la. órbi la de la Luna ... " el narrador resuelve luchar con mayor encono con-
(1:406). "Me pareCió que mi papel-era restablecer la tra su gemelo, y su grito de batalla, irónicamente,
., armonÍa'universal con las artes cabalísticas y buscar toma la forma de una orden en primera persona del
. \
una solución evocando las fuerzas ocultas de diver- plural: "Combatamos contra el espíritu mortal,.com-
sas f!,!ligiónes" (1:406). Una fuerza invisible invade batamos contra. el dios mismo ... " (1:386).12
sil espíritu" y Se,Vuelveigual a su Doble. Como el
J2 Ha sido notado muchas veces que el Doble nervallano en·
presidente Sch.re~r, el caso de Freud, se imagina en cuentra su ánálogo en la estructura de Aurélia. El relato que el
con:espondencia magnética con dioses y objetos: narrador hace de su pasado divide la narración en primera perso·
na en dos, produciendo un "je"·héroe, y un "je"·narraclor.Según
"Todo viVe, todo tiene efectos, todo está en corres-
Ross Chambers, en "Narraúon dans.sylvie", Poétique, 41 (1980);
pondencia;los rayos rpagnétícos que emanan de mí o 38, este recurso tiene un valor terapéutico, pues los dos-grados de
de otros pasaban s~nobstáculos por la cadena infini- narración permiten a Nerval reintegrarse a la,sociedad .haciendo
tad!,!los.seres.... " (1:407). Ha:Qiendocomenzado co- más aceptable su locura. En cambio, si la de.scripción de la estruc·
turación fantástica de Nodieres correcta y si Aurélia parece con·
mo ~ÍctiIIia,de lo sobrenatural, terIllina como su venir notablemente. bien a sus comentarios, podemos añadir otra
.agente, como fuente de. imágenes.Jantásticas. y de- ,dimensión a la sensible interpretación de Chambers. Los efectos
menciales. terapéuticos del texto pueden quedar viciados por la necesidad dE'
Nerval de racionalizar, criticar o explotar ciertos aspectos de' ~u
El héroe I]ervahano está, desde luego, empeñado antigua locura .. En este caso, las ironías encontradas por wdu c'l
,en una prueba, una iniciación en un mundo de mis- relato pueden tener un propósito antagónico, además dE'los IJw,
pósitos cómicos y educativos. En suma, la lucha del narrr,ldm' (:IJII
terios, y no necesita mucho tiemp() para tomar re- el i)éroe reproduce la lu~hª del héroe con su D{)blc:. t:n IHtlbM~
presalias.contra las fuerzas fantásticas y hostiles que situaciones, cuando una persona abusa de otra y Se' mOr!1 (1(' 01111,
248 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO 249
El doble en Nerval y Maupassant es a la vez psico- para la expulsión del personaje al final del cuento.
lógico y estético: psicológico, porque capta el deli- En "Lettre d'un fou", el narrador también encuen-
rio de la personalidad que alimenta. una otredad tra vacío su espejo y éifirma que el Invisible lo oscu-
dentro de sí misma; estético, porque realiza con la rece. Su observación de sí mismo se vuelve obsesiva:
mayor perfección la pauta ficticia de que dependen "Permanezco horas, noches, días, semanas, ante mi
la mayor parte de los cuentos fantásticos. En el Do- espejo, aguardándolo ... Yen ese espejo empiezo a
ble, se mezclan lo fantástico y 10 delirante, marcan- ver imágenes demenciales, monstruos, cadáveres ho-
dó a la VÍctima con un doble signo de diferencia. En rribles .•. todas las visiones absurdas que deben ron-
el ~pisodio que tal vez sea el mas dramático de "Le dar los espíritus de los locos" (9:350). Esta visión de
HoNa", el narrador descubre al Hoda en su propio sí mismo lleva a la caída del narrador, marcándolo
espejo: "¡No me vÍ a mí mismo en mi espejo! ... definitivamente como loco. Lo que ve en el espejo
¡Estaba vacío, claro, profundo, lleno de luzr. .. ¡Y de Su imaginación no es un vacío, sino el loco que él
yo estaba enfrente de élt" (9:49). Se han hecho varios se ha vuelto.
intentos por explicar tales escenas'de espejo con teo- En "Jettatura", de Gautier, una secuencia ante el .
<Tíaspsicológicas, especialmente las de Jacques La- espejo también. prepara la escena en que d'Aspre·
can, pero d Doble no es un simple rompimien~o de mom se arranca los ojos y se suicida. Tras enterarse
la continuidad del ego durante la etapa del espejo. de las características que identifican al jettatore, co-
Éste es el punto del cuento en que la víctima se rre a su espejo para reivindicarse. Pero el dandy des-
convierte en el victimador. El Horla es un vampiro cubre la imagen que otros tienen de él: "Se colocó
invisible, y cuando el narrador se encarga de su pa- ante el espejo y se contempló con aterradora intensi-
pél, también adquiere su semejanza. Especie de vam- dad •.. Paul se llenó de espanto: re pareció que los
piro, ahoia por derecho propio, el narrador no se rayos de sus ojos, reflejados por el espejo, volvían a
refleja ,en el espejo.' El único paso que le queda es él como dardos envenenados ... " 13 c;on la prueba de
cometer lÍn asesinato. sU condición diabólica ante s'us ojos; el héroe de
Este. "doblaje" ~o es ~culiar de "Le Horla" o de Gautier decide salvar de la muerte el su amada AIÍ-
·Áuréliá. Aparecen espejos por toda la literatura fan" ~cia, y poco después recurre al 'suicidio.
tá~tica, y habitualmeiue tienen el, !Dismo sigpifiqt,- Por último, "William Wilson", de Poe, nos narra
do. MAlrcanel momentg en. que se funden la víctima la hisloriá del "paria de lodos los parias", William
y elagente de lo fantástico, preparando así al lector Wilson, que sufre el desprecio de su raza y descu-
bre en su camino una sombría .conciencia. Un ho-
taÍllbién .Se ridiculiza a. sí misma. Si' este tipo de abuso de sí
rÍliS~lo se lleva a un extremo. como en A urélia, puede ser identifi- 13 Théophile Gautier, Romans et cantes (París: Charpentier,
celdo. e5ti'ictalilente hablando, como forma de locura. 1863), 202-203.
250 LOCURA, MAGIA y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO 251

mónimo exacto y Doble persigue al narrador durante matado a sus sirvientes, conquista el honor de con-
toda su vida, fastidiándolo con exhortaciones y vi- templar su propio suicidio. El hilq común que corre
siones fantásticas. El Doble estropea las francachelas por las concepciones románticas de la locura, el ge-
de Wilson y frustra sus planes de ha,cer trampa ju- nio y lo fantástico, es la idea de la víctima. El loco, el
gando a las cartas. El atormentador persigue ince- genio romántico y el agente de lo fantástico se seña-
sa~temente a su víctima y Wilson huye en vano, lan como distintos de la multitud. Sus diferencias
C9mo de la peste. Por último, resuelve vengarse y los marcan como el uno entre los muchos, pero por
acorrala a su Doble en una minúscula antecámara. desgracia las más de las veces el uno es el paria, el
Con el "poder de una multitud" en su brazo, hunde marginado y la víctima. El genio romántico no lu-
una espada en el pecho de su adversario, sólo para cha por liberarse de la condición de víctima para
enfrentarse a esta aterradora imagen: "Un gran espe- elevarse al título de genio. Tampoco trata de elevar
jo -al principio eso me pareció, en mi confusión- el papel de víctima porque no tiene opción. Antes
estaba ahora donde ninguno había sido perceptible bien, busca el papel porque conserva una temible
antes; y, al acercarq¡e a él, en la extremidad del terror, diferencia para quien lo desempeña, y demasiado a
mi p.ropia imagen, pero con rasgos pálidos y bañada menudo se supon~ que los hijos de la diferencia
en sangre, avanzó para hacerme fren~e,.con su paso integran la urdimbre de la originalidad.
débil y vacilante" (2:447-448),En !~s últimas pala- Sin embargo, en el momento de locura, cuando
bras del Doble también se encuentra eJ _destino de todas las diferencias quedan anuladas, el -genio ro-
William Wilson: "En mi muerte, ve por esta imagen, mántico puede hablar la verdad dé Su condición.
que es la tuya propia, cuán definitivamente te has Para el poeta activo y prolífico, multitud y soledad
dado muerte.a ti mismo" (2:448). vuelven iguales; y él encama las múltiples -imágenes
Las imágenes qu~ estos personajes ven en el espe- que animan su genio. La visión de los Dobles narra
jo son a menudo las imágenes que ellos han cultiva- la verdad del doble papel del genio romántico: él es
do pa:r;adistinguirse de ~os demás. En Nerval, la quien se ha hecho la víctima pará reinar sobr,esus
apariciól1 del I)oble e~ uP l'll0mento de triunfo y de victimarios. Grita que es a la vezvíctima y jefe, pero
derrota porque el héroe triun(a y fraca?élen su deseQ como se encuentra en garras de la locura, confundi-
de .volverse un dios. Triunfa porque su imagen Qb- 1 .1
mos su lucidez con otra alucinación más. El genio
viamen te posee fuerzas_sobrenaturales; fracasa,-por- romántico incorpora todas las posiciones porque tnl-
que su imagen lo poseeaél y amenaza con arrancarle ta de ser todo para todos. Es el nérvalismo salvador y
a su ama,da-Aurélia y, al Ínismo tiempo, su viqa. El salvado, el autoverdugo baudelaireano, el sacerdote
narrador de "Le Hoda" desea salvar al mundo de un y el sacrificio, el suicida. Cuando anuncia el mons-
_monstruoso asesino, y'al final del ctiento, tras haber truo que hay _ensí ihí~mo, sus palabras convocan un
252 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA y EGO ROMÁNTICO 253

mundo de imágenes que tratan de comunicarlas a análisis. El resultado sería Qna crítica al estilo d~
los demás, pues la verdad indecible de su {:aídafinal Baudelaire y Freud, de Leo Bersani," que no se abs-
es un intento de último minuto por reunirse con la tiene de aplicar ideas freudianas y lacanianas para
humanidad. Su ascenso de los infiernos va acompa- lleg;:u-a una teoría del masoquismo, la conciencia y
ñado por gritos de auxilio, pero cuando su voz váci- la poesía. Mas para esta opción hay, al menos, una
la y se vuelve monstruosa, se reafirma la imposibi- objeción, que ya fue mencionada por el propio Praz:
lidad de su retorno. sugirió que la propia psicología de Freud es román-
tica. Similar a Maupassant, Nerval y Poe, Freud des-
cribió el delirio de la conciencia yel estado consciente
LA POÉTICA DEL SUFRIMIENTO románticos. Como Freud dependió de la con(:epción
romántica del personaje, su discusión de las pecu-
Las explicaciones tradicionales de la fantástica poe- lÍ4res ambivalencias de la mente, de masoquismo y
sía de locura y sufrimiento del artista romántico se _ sadismo, está sujeta a la ceguera. y la lucidez de la
har basado en las ideas de masoquismo y sadismo. visión romántica. Esto no significa que sus descu-
En La agonía romántica, Mario Praz aventuró la briIl!ientos no sean precisos. Por lo coo.trario, agu-
teoría más persuasiva que hasta hoy se haya plantea- damente definió un tipo de personalidad que aÍln
1·1
1, do del carácter romántico, arguyendo.lúcidamente estaba en proceso de surgir dura.nte su vida. La teo-
que la esencia de la sensibilidad romántica ~ en- ría freudiana de la mente acaso no sea cierta para la
cuentra en las agonías de la perversión, lo diabólico humanidad considerada desde el punto de vista his-
y el sufrimiento.u Sin embargo, si praz ubicó brillan- tórico, pero sí es una visión penetrante de la psicolo-
.temenie el surgimiento del sadismo y el masoquismo gía romántica, que es, en último análisis, la psicología
durante el romanticismo, sin embargo no expli- dominante de la modernidad. La insistencia román-
có por qué ocurrió el desarrollo y por qué ocupó un tica en la psicología pu~e explicar, incidentalmen-
lugar central en la creatividad romántica. Habría te, por qué Todorov arguye que el psiéoanálisis rem-
podido contestar que~l vÚe anglaiS fue experimen- p1c:uaa. lo fantástico, aunque hasta la más sumaria
tado como un lamentable brote de la época, respuesta mirada a la historia de la literatura !fantástica venga
que quedaría sin motivación a menos'que estuviese a qesaprobar su infortunada y simplista conclusión.
arraigada en la teoría psicológica de la libido y la La teoría psicológica, en su mejor aspecto, sí moder-
personalidad. En este caso, la única opción de Praz niza nuestra visión de lo sobrenatural; sólo cuando
sería abrazar a Freud y basarsu estudio,en el psico- fracasa como ciencia conserva tradiciones ocultas o

14 Mario Praz, The Romantic Agony, trad. Aógus Davidson


• Ba~delaire y Freud, edición en español del FCE, 1987.
(1933; reimp. Oxford: Oxford University Press, 1978).
254 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO 255

complementa lo fantástico. En general, el psicoaná- cura de la razón, una recuperación técnica de la


lisis, como lo practicó Freud, se esforzó por aclarar la demencia que sigue siendo más un discurso sobre la
lógica de la superstición sin expulsarla, lo que sig- locura que un discurso de la locura.
I '
nifica que trató de enfrentarse, honrada y científica- La paradoja es más viciosa en la interpretación
mente, al problema de lo sobrenatural. . que da Jacques Derrida a la teoría de Foucault.l6
La Ilustración psicologizó 10 fantástico para eli- Derrida afirma que el intento de Foucault por estu-
minarlo, mas terminó sustituyéndolo por una maca- diar' la división entre la razón y la locura se arriesga
bra visión de la locura. Los románticos, a su vez, a interprétar la división como un hecho o una es-
transformaron este descenso dentro del espíritu en tructura que se sigue de la unidad de una presencia
un descenso al infierno, recuperando así y entroni- original. También presupone que la razón posee
, zando la superstición. Sólo recientemente, la crítica una alternativa simétrica, y que razón y sinrazón
literaria ha repetido este gesto con íocura~ El racio- obedecen a la lógica unitaria de la oposición .binaria
nalista representa lo fantástico como demencia, es estructuralista. La estrategia de Derrida consiste en
decir, hasta que empieza a enfocar la demencia de la entrar en el argumento de Foucault como un doble
razón, a argüir que la razón está loca y a afirmar que agente, l~yendo por encima de los hombros del maes~
, , la locura es la única respuesta racional al irracional tro mientras sutilmente se esfuerza por exasperar su
1,
mundo de la razón. hipótesis. Lleva las ideas de Foucault hasta sus lími-
Ésta es, desde luego, una alusión a la Histoire de tes, subvirtiendo"la división entre razón y sinrazón y
a
la folie l'age classique de Michel Foucault, libro que sustituyendo la idea de écriture. El resultado es un
ha ejercido considerable influencia Sobrelos estudios li- ejemplo clásico de desconstrucción, en que el prin-
terarios de la locura.1s'Foucault afirma que la historia cipal término (razón) es reinscrito dentro del térmi-
de la cultura occidental evoluciona pasando por la re-' no menor (sinrazón). El análisis de Derrida implica
presión de la demencia; ypará: liberar la locura, afirma que escribir es delirante por naturaleza y que la misma
que debemos encontrar un lenguaje"distínto del de empresa de escribir es enloquecedora. El filósofo
la razón, por el cual pueda hablar el propio delirio. que hay en Derrida sólo filosofa cuando se llena de
El proyecto queda atrapado en una paradoja porque terror, pero en el terror reconocido del enloquecer,
Foucault define la locura precisamente como a:que- pues cada gesto filosófico lleva dentro de sí el rastro
110 que lio habla. La locura es silenciosa. Las con- de la violencia. Cualquier momento de decisión es
cepóohes existentes de la locura dependen de la 10- locura. Derrida desea evitar el totalitarismo de la
15 Michel Foucault, Historie de la folie /¡ l'íige classique (París: 16 Jacques Derrida, "CogilO and the Hislory of Madness", Wri·
Gallimard, 1972), [Historia de la locura en la época clásica, FCE, ¡ing alid Difference, trad. Alan Bass (Chicago: University of Chi·
1962.] cago Press, 1978), 31-63.
256 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO 257

posición de Foucault, que reconoce la locura como tre locura y pensamiento es mediada por la ficción,
portadora de sentido, pero que no puede liberar a siendo el resultado que la literatura al mismo úempo
/ sus vícúmas sin crear otras. Y sin embargo, su crítica circun~cribe y centra la locura. Para ella, la literatura
de Foucault se arriesga a producir una decisión de es e1locus del sujeto parlante: ni lo que dice ni aquello
I :
no menor violencia. La teoría de la escritura de De- de lo que habla; sino la posición desde la que habla.
rrida se esfuerza por neutralizar la violencia difirien- La idea foucaultiana de la locura y sus secuelas son
do el significado y negándose a localizar su origen románticas porque tratan de situar al loco y al paria
en algún centro preciso, pero termina equiparando en el centrO de la credibilidad y del pensarpiento: "el
todo lenguaje con exclusionismo, agresión y locura. hombre moderno no tiene verdad", dice Foucault,
La interpretación que hace Sarah Kofman de "aparte del enigma del loco, que es y no es" ,(548).
E. T. A HoffmanIl en Quatre Romans analytiques ofre- "Foucault", afirma Derrida, "trata de escribir uha
ció un caso exacerbado de la id~a de Derrida sobre historia de la locura misma sin repetir la agresión
escritura y locura. Kofman afirma que escribir re- del racionalismo ..• " (34). Peto el mismo propósito
presenta la culminación de lo macabro y que los anima las teorías de Derrida. Como· ninguno de los
escritores necesariamente deben enmascarar o inte- dos posee una teoría capaz de enfrentarse a la rela-
rrogar sus textos para escapar de la locura.17 Dos ción entre violencia, representación y metafísica, re-
recientes estudios sobre Nerval, La Folie et la chose curren a la .estrategia romántica que abandona la
litthaire, de Shoshana Felman, y La Lettre perdue, decisión y celebra la marginalidad, antes que come-
de Michel jeanneret, presentan elaboraciones más ter la violencia de,la decisión. Aunque puedan libe-
persuasivás y rigurosas de la misma posición.181ean- rar al loco de toda acusación específica, no dejan
neret concluye que la escritura en Nerval es un dis- medios de enfrentarse a sus sufrimientos. Todo en-
curso de y simultáneamente sobre la locura. La pri- frentamiento es necesariamente un vehículo de opre-
mera función es mimética, y amenaza la cordura de sión y violencia, y el locé>y el cuerdo están igual-
Nerval. La segun<ia función es críúca y actúa para mente atados en la crisis de la representación.
inscribir, mOruficar y neutralizar la enfermedad del Resulta a la vez extraño y lamentable que los in-
autor. El estudio más origimUde:Felman enfoca el con- tentos de Foucault y de Derrida por liberar al loco
cepto mismo de literatura. Arguye que la r~lación en- terminen poniéndole unos grilletes más destructivos
que los de la razón. Deliberadamente colocan la lo·
,7 Sarah Kofman, Quatre Roma7'ls a7'lalytiques (París: Editions cura fuera del alcance de la racionalidad, transfor-
Galilée, 1974). mándola en una entidad misteriosa y macabra. En
18 Shoshana Felman, La Folie el la chose littéraire (París: Seuil,
1978), y Michel jeanneret, La Lettre perdue (París: .Flarnmarion,
cierto sentido, la marcan como radicalmente otra,
1978). no a la manera de la Ilustración, que trataba de
258 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO 259

curar la locura, sino a la manera del cultista, que ción son exclusivamente textuales, lo que, sin em-
anhela rendirle culto.' 1\.1coronar la locura con "el, bargo, no significa que existan fuera de la represen-
halo lírico de la enfermedad", en términos de Fou- tación. Por lo contrario, locura y superstición son
cault, la expulsan a' un reino fantástico (582). Nin- supremamente miméticas, en donde yace el peligro
guno de los dos reconoce qué la supresión de la para el artista que prueba a hacer representaciones
locurél por la I1ustraóón es, an_tetodo, una supre,- de locura y suptanaturalismo. Para los escritores de
sión del supranaturalismo. Su afirmación de que la lo fantástico romántico, que vieron la locura y la
locura es silenciosa pone al loco 'fuera de toda comu- superstición como objetos literarios de moda, la li-
nicación humana y acaba de mitologizarl0. Esto está teratura se convirúó en el vehículo de la locura. Sus
muy lejos de la teoría de Gregory Bateson, quien sueños de triunfo y de genio y las demandas del arte
describe la locura como una respuesta a las comu- romántico les debían a la vez ser locos y supersticio-
nicaciones paradójicas, cQmoproducto de que el su- sos. El artista romántico estaba literalmente loco. Su
jeto no se énfreme a'aqu~JJos signos por los cuales locura empezó en las letras y terminó en la realidad,
los demás tratan de manipularlo y de engañarlo.J9 y es en este marco donde debe verse el descenso a los
Los escritos no cabalistas de Haiold Bloom sobre la infiernos de tantos autores del siglo XIX. La pregun-
angustia de la influencia y la teoría del deseo mimé- ta de si los arústas fueron llevados a sus límites psi-
tico, de René Girard, también son medios viables de coiógicos por el romanticismo o si el romanticismo
explicar las diversas paradojas de la comunicación. atraía personalidades marginales es puramente aca-
Si el loco guarda silencio, no es porque su locura sea démica. El pUnto importante es que la psicología de
incomunicablé, sino porque el dolor lo ha despoja- la víctima está subyacente en la lógica que nosotros
do del don del habla. Suponer que sus gritos ahoga- idenúficamos como romántica. Se puede encon-
dos son poesía tal vezsea el gesto más cruel de todos. trar en cualquier etapa del desarroJJo humano, pero
Éste fue el vicio del romanticismo. Los románú- el siglo XIX la vio surgir como la cosmovisión predo-
cos dependieron de la locura y la superstición para minante, una cosmovisión que, sin embargo, se re-
cargar su arte y su persona con la unicidad que a presentaba como marginada.
menudo IJeva consigo la marginalidad. Y sin em- Hegel dijo de Edipo que un público moderno no
bargo, la causa de la representación fantástica y puede dejar de identificar su situación con la lucha
delirante en el siglo XIX no fue la escritura misma, por la individualidad, mientras que tal busca tenía
sino el mundo de la escritura. Ni locura ni supersti- una importancia muy relativa en el espíritu griego.
Aquí, Hegel arroja luz sobre la contribución esen-
',9 Véanse Gregory Bal~SoIl, Sleps lo and Ecolog;y 01lI1ind (Nue-

va York: C.handler, 1972), y AllIhony Wilden. Syslem and SITllC-


cial del romanticismo a la sensibilidad moderna.
tUTe (Londres: TavislOck, 1980). Los románticos subrayaron el sufrimiento del indi-
260 LOCURA, MAGIA Y EGO ROMÁNTICO

viduo como medio de establecer el derecho del indi-


vidualismo a existir. Pero al identificarse con la vÍc-
tima, aBanaron el camino a una poesía del sufrimiento ÍNDICE ONOMÁSTICO
en que el aspirante a artista creía que el dolor y la
~ marginalidad eran los requisitos del genio y del he-
Abrams, Meyer. 12, 35\ 35n, 3& Bdl', MimaeI Davitt: 188n,. 189n
) roÍsmo. La usurpación del romanticismo y la glori- Aenchen (La prometida del B'enjamin,. Wal'te¡¡: 21S, 218n
j\ ficación. de la posición de víctima definieron sU Rey): 112 B'ergeFat,. Emile: 79IID
verdad, pero ésta fue una sabiduría fatal, autodevo- Akakievich, Akaky (El abrigo): Bergson, Henri: lOS, 10Sn, 109,
9S, l~I, 132..133, 133n" 134n,. 133
radora. Generó una forma extraña de masoquismo; 134,136-138, 161 Bersani, Loo: 2.53
no un tipo,psicológic.o, sino un tipo estético o litera- Alphonse, H. M. (La Venús Bessiere,i mene: 55,. 55n
rio, que sí tuvo devastadoras implicaciones psicoló- d'llle): 63, S3..-91,93-94" 101n Bi:b, ColilStantin:: 2JO', 28n
Atenberg, von (TIie Specti'e·B1i- Bll!lom, lfuJ¡old: 34,.34n, 35, 54,
gicas si se le llevaba a los extremos y se le daba rienda degroom): 10 540,2.58
libre. Al amar la mentira de lo fantástico, los ro- Ambrosio (The monlt): 63\ B0I:eI, Péttus: 2.6i
mánticos se arri~sgaron a convertgla en su verdad, a Anselmus. (La macetá. de OTO): BoccaEtio, Giov.amrir.. 115,
106 Booth:,. Wayne <C.: sr, 82n
llevar en ellos mismos las flores del mal y de la Aurelfa(AuTelia): 243,2.45,248, Bovary, Emma (Madame Bova-
enfermedad .. 24Sn 7')1): 173
Aued>ach, Erick: 1490, 156 Bowman, FflIIlk huI: 82n
Ayl:mer eThe Birth-mark): 182, Brand,. Ethall' ~Ethan Brand):
lS90',2:17 99¡.F04,.1l9¡,190·191,1'96-202,
204-208; 211-2.H, 223, 228
Babbitt, Irving: 16S, 169n B¡:ooke-Rbse, Cliristine: .64n,
Bacon, Francis: 42; 420 li9a
Bajtín, Me M.:. 115,. 115rr &:ome, Walter. (Alice Doane's
Baklensperger, Femami: 11n Ilppewl).: 177, l78'" 1;79, 180
Bálzac,. Honoré de: 100, rS9 Brown (Young GoodmanBrown):
Barthes, Roland: 45 199-200 .
Bamam (Ethan Brand): 198,224 Burr, E;eorge Lincoln~ 169n
Basavriuk (La víspera de San
Juan): 120,.121, 122 CaiUois, Roger: 45, 45n, 53; 53n
Bateson, Gregory: 25S; 258n: Cain: 244
Bimdelaire, Charles: 74, 104, Callot: 156
106, l06n, lOS, 109-ll2, 116, Cameroll, Shar.on:.21Sn
llS-120, 126-12S, 139, 149, Carmen (Carmen): i7
142., 142n, 144-146, 152, 155, Caro- Barojas, Julio: 2Sn, 52
167, 176,204,230,.232, 2.32n, Cassire:r, Emest 280'
233-237,244,253,2.53n Castex, Pierre-Georges:.53, 53n
Barthes, Roland: 45n Catharine (The Gentle Boy):
,0 . Baym, Nina: 170n,. 177,. 177n roo, 191, t97
2.61

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