Está en la página 1de 97
LAS REVOLUCIONES DELA CULTURA ESCRITA Roger Chartier Lelircen stone irene awe an Lebrun ‘tops Chartie, 2018 rg aa aoa ein (Cogr Chari, 2018 (Coemecia: Bore Credo ‘Traduca Alberto Le Baio (Cater: donn Pub Venda riers ein: ove del 200, Breton Segunda eh tay dl 018, arena Derechos eer prs tft a ellos en eatlians Batra Gedia, ‘eda de Mab 12, 8° (6023 Bareaana (pate) edict com pron som Dept log B57 2018 Qua poibida i reproduc alo pars por calgier meio de ‘Denton fra etc, entruta 0 maiend, deta ver inpice Paovodo aa xoxva eoiiow: cL cultura esrita, enel mundo digital i Paaracto I. Dutoco Entrevista con Jean Lebrun Préloge {La revolucién de las revoluciones. Elautor entre el castigo y la proteciin... a1 Eltexto entre autor y editor Ellector entre retriccionesy libertad. La lectura entre Teac yeh 22080 61 La biblioteca entre la concentracién y la dispersién. n Lo numérico como sueno de lo universal. Brnt1o0Raria. vl 35 a 81 9 1h Lyrexvenctones ‘Muerte o transfiguracién del lector? on. 301 Educacién ¢ historia ee El manuscrita on la era dela imprenta.. 1st Précticasdelecturay representaciones colectivas renee BT La mediacién editorial nce. 169 PROLOGO A LA NUEVA EDICION La cultura escrita en el mundo digital libro que reeditan mis amigos de Gediaa tione casi veinte afios. Los textos que lo componen fueron escritos 0 dictados fen un mundo muy diferente del mundo que es el nuestro hoy fen dia. En el alo 2000, fecha de In primera edicién de mi Ii bro, el Congreso de la Unién Internacional de Editares tuvo lugar en Buenos Aires. Los reaponsables de Microvoft anun- ciaron la muerte programada y fechada de los cbjetos de la tgalaxia de Gutenberg: los ibros, las revistas, os periéieos. Como sabemos, sus profecias no fueron eumplidas: los bros impresos dominan todavia el mereado del libro en todos los pisos (inclusive en los Estados Unidos), y no desaparecieron las revistasy periédicoa en sus formas tradicionales, Nuestra cultura etcrita queda hasta ahora ampliamente fel a la tée- nica inventada en el siglo xv y profundamente transformada ‘on las innovaciones de los sigloe xxx y xx. Pero, por otro lado, ‘el mundo digital de hoy no es mas el del ao 2000. En este tiempo, la cuestién esencial era lade la conversién ‘pruccioner de In culture impr, De abt ‘iscusiones en cuantaa las mutaciones de Ia edicin de libros, ‘ala transformacién de las coleciones y del papel de las bibio tecas, Ta supervivencia de las ibreriaa, Veinte afi después, ‘estos interrogantes son todavia relevantes, ero se ubican en tuna mutacin digital mucho més amplia. No solamente ae di titalizarn bras y revista, sine también las ralariona ba- ‘anas los conceptos que las designan, ‘Las relaciones co Ia intituciones, las précticas comers Jes, las formas de la socabilidad: todas fueron profondamente transformadas por la comunicacién digital, Son Ins nocionas smismas de identidad, intimidad, amistad o espacio pablico las que han adquirido nuevas definiciones al ser reempleadas on las redes electrénicas. Los debates en cuanto a Ins nue- ‘vas modalidades de la edicidn, alos programas de conversién electrénica de las colecciones de las bibliotecas y archivos, oa Ja presorvecién de las librerias no pueden separarso de una reflexion sobre el impacto de os, obsesivos, de los aparatos que invadieron nuostra ex dianidad, Bs sin duda tina realidad absolutamente nueva en relacin con la cultura impresa, que mantenia una distincén cesencial entre la técnica de reproduecién de los textos destina- dor una eirculaciin pablicay las experiencias ordinarias y personales de ls usoe de Ia escritura. No todo e! mundo poseia ‘uns imprenta, pero cualquiera puede tener ordenadores,ta- bletas o méviles. Como eonseevencia las préeticas impuestas 1 otorgadas por estos aparatos electrénicos modifiean noce- ssariamente las relaciones con los objetos y las précticas tra dicionales de In cultura escrita: leer Ibros,revistas odiarios, ‘recuontar bibliotoeas y Iibrerias, escribir cartas. Leer hey en ia los textos recopiladas en este libro es entonces volver al principio de la discusién sobre «las revoluciones de la cultura ‘seritar que planteabe observaciones y preguntas, inquietu- des y promesas, en un mundo que nose pensaba ni experimen- taba como ya totalmente digital ‘ on iro de orena, ade, ‘9 Roger Charter, -Langunge, Boks an Reading fom the Pinta Word othe Digital Tero, ce Crt! Tnquiry. Are af Tratsinsin, Elta by “Smee Candle oa LDevidion ot Adrian Jo, Yo, "1g ota de 20s, pas. 18-82. lectrinico reintroduce en la escritura algo de las lengua for males que buscaban un lenguaje stmbolio capaz de represen- tar adecuadamente los procedimientos del pensamiento. Con- oreet subrayaba en su Esquisse d'un tableau historique des progris de Yesprit humain la necesidad de una lengua comin, pta para formalizar las operaciones del entendimiento y 10s ‘azonamientos lgicos. Baa lengue universal debia eseribirse ‘mediante aignos convencionales: sfmbolos, cuadros y tablas, todos ellos «métodos ténicos» que permiten captar les relacio. nes entre los objetasy las operaciones eognitivas” ‘Si Condoreetvinculaba estrechamente el uso de esta len- ‘rua universal con la inveneion y Ia difusin de Ia imprenta, fen el mundo contempordneo es en relacién con la textualidad tleetrénica como se asboza un nuevo idioma formal, inmedis tamente descifrable por eada uno. Sucode con Ia invencién de Jos fmbelos, los emoticonos, que uilizan de una manera picto- srafica algunos caracteres del toclado (paréntesi, coma, punto '¥ coma, dos puntos) para indicar el registro de significado de las palabras: alogria tristeza, iron, ete. Més recientemente, ‘std ol easo de la multiplicacién de los emojis, que permiten ‘raducir pitogréficamente los discursos. Expresan la bisque dda de un lenguaje no verbal y que, por esta misma razén, pueda permitir I comunicacién universal de las emociones y ‘jar el sentido del discurso, Por otro lado, es posible decir que el inglés de la comunica- in cloctréniea e6 mée una longua artificial, con su voeabu- lario y sintaxis propics, que una lengua particular clevada, como lo fue antes el latin, al rango de lengua universal." De ‘uns manera més escondida que en ol caso de las lenguas in- 10, Meta de Condens Dogan ty in pro sot de epi hamano, Ghdad de Min, Fonda de Caltara Bennen, 1. Anse Rasmumen, «Ala echerce ne langue ntrationale de a sinc, 180-1914, en Sciences ef langues en Europe, ou a trcin 8 ager Chartier Petro Cos, Par, eae des Haste ter on Snes ‘vontadas en siglo x10 inglés tranaformado en lingua fran a eleetrinica es una especie de nueva lengua que reduce él ‘exco,simplifca Ia gramatica, inventa palabras y multiplica sbreviaturas. Esta ambiguedad propia & una lengua univer~ ‘al que tiene como matriz una lengua Ya existente refuerza | certidumbre de los estadounidenses en Is hegemonia de su lengua y en la inutilidad del aprendizaje de otras. Bl segundo desaffo so rfiere a la biblioteconoma, Cierta- ‘mente la revolucién electroniea parvcié augurar el fn de las bibliotecas. La comunicscin a distancia hace concebible, i no {nmedintamente posible, la dsponiilided universal del patri- ‘monio escrito al mismo tiempo que hace que la biblioteca ya no sea el ‘nico ugar de conservacién de ese patrimonio. Todo lector, sea cual fuese su lugar de lectura, podria recibir cual- 4quiera de los textos que componen la biblioteca sin muros en J. que se hallardn, en su forma electrénic, todos los libros. El suefio no carece de seduccién. Pero no debe engaftarnes, Ante todo, es necesario recordar que la conversign electri {de los textos cuya existencia no empieza con la nueva técnica ‘no debe impedir la posibilidad de encontrarlos en las formas ‘materiales que fueron las suyas durante Ia historia de su pu blicacién. Es la razén por la cual hoy més que nunca la tarea ‘esencal de Tas bibliotcas os recoger, protager y hacer accesi- bles los objtos escritaa tal como fueron publicados ylefdos. Si las obras que difundieron esos objetoa a comunicarsn y we ‘conservaran solamente en una forma electrnica, existiria el aran riesgo de que se perdiera la inteligibilidad de una eul- tura textual y ibresea identfienda con los objetos que la han ‘ransmitido. La biblioteca de hoy debe sor una biblioteca elee- ‘tronic, por supuesto, pero debe ser también el lugar donde rmantiene el conocimiento y la apropinein ca In cultura enc tan sus materialdades suoesivas osimulténcas Las bibiotecas deben también ser un instrumento que per rita a los nuevos lectores encontrar su camino en el mun- do digital que les desconcierta, Pueden desempetiar un papel fundamental en el aprendizaje de las téenicas eapaces de ane~ xurar a los més desprovistos de los lectores el manejo dela ‘nueva oferta textual. La comunicacién electrénica de los tex tos no transmite por s sola el saber necesario para utilizaroe. Elector navegante del mundo digital corre el erse en un mar textual sin faro ni puerto. La bi procurar ambos, Por ltimo, la biblioteca debe reconstituir alrededor del li- bro y de Ia cultura escrita las socinblidades ¢ intercambios ‘que hemos perdido. La historia de la leetura ensefia que la letra se transformé en una précticasilencosa, elitaria, que borré los momentos compartidos alrededor de lo escrito y de la lectura colectiva hecha en vor alta —Ins reuniones fanilia- res, las asambleas amistosa, los compromis militantes. En lun mundo en el que la letura se identifiea eon tna relacién personal, intima, privada, con el libro, o bien eon Ia eanversa- idn sin presencia de la red, a biblioteca debe multiplicar I sircunstancias para que los lectores se encuentren alrededor del patrimonio esrito, de la ereacién intelectual, de las expe- riencias estéticas. De exe modo puede contribuir @construir ‘lespacio pblic y erftico que nevesitan nuestras soiedades. En nuestras sociedades la informacién, maltiplicada en sus fuentes y formas, # encuentra a menudo manipulada por los poderes econémicos, politicos o medistiene. Resist a semejan- te multiplicacién y manipulacién supone que los ciudadanos puedan adquirir los instruments inteleetuales que permiten evitar el sometimiento los mensajes que reciben, La bibiota- ‘canoes el dinico lugar donde puede hacerse el aprendizaje de ‘esto uso ertico de Ia razén. Pero es uno de ellos. El tercer desafio es pedagdgico, Como subrays Emilia Fe- rreiro:sLa tecnologia, de por sf, nova a simplificar ls dificul- tades del proceso de aifabetizacin, niet In oposicién “metodo vs. tecnologia” la que nos permitiré superar las deeventaras del analfabetismo (..J La alfabetizacion no es un Iujo ni una ‘obligacion: es un derecho. Un derecho de nifos y niias que serdn hombres y mujeres libres (al menos eso es lo que desea- ‘mos, ciudadanos y ciudadanas de un mundo donde las dife- reneias lingfsticasy eulturales se consideren una riqueza y noun defacto, La diveridad cultural estan importante como argo wo peeve mpRN‘uqHIND ep Ume Fo eH ML speuopuos ses8sqH S| “esaxdun UpFaPS Ns ueUOpUOGL on soxporiad soy ;wsaduat wangino v] 9p souoPmynEU | sypOL fp ets ot (roo a ome9 gg, W oye) WDUEIY Uo S0x4y| fp sPiuos op [8100 BP % ¥ & % g AIUD azuaRTE|O) [HNP ‘opvozpu fous osaudartaagi fp vou=nssas v| ax}ue STOIDAP “e300 se] se2qé30 apand anb v] euafearnbe e] ap ‘wouUUD fred squopiao eyerpouu wodaoxod wa sg 'SEzaAqN UD wad “oo ov au wo soagt op wadiaoo v0 “aded augos UpIopo ns scomupsiooqo sootppsed so seoavoHgt4 ED 9p SosoaduHt S01 “4180 © soqusfeamnbo uos ou sepezteriifp souo}09}00 su isy "ano sod oasqmytens agap ou 0 apand ou wun ‘opua od ‘amb & soyuoqearnbo uog ou seys089 so, 9p worseydoade & uoreoniqnd ‘ugiaduneut ap seuaoj susie sep onb 9p X04 op S232} 0] { seoygnd saxapod so sous sow z90u0suCD HON! ‘soasnaaqp so7 se2n2pad & sossnoetp a1yu9 ox3uonouD un U9 1 99 suaaiod y9 anb aoaxed ou: fond v| 30d uozes 9] Sa “copped jo 0 wysaox Bs nope sy ‘gy P & wago of opto > & opm yo az109 UPIDIND ‘aye ajqezedaruy v1 20d ootuosn>eya opunds fo swt UpeLI faxduigs “eyuose wanyno v| ues UpPEfar B| Bxed ouDD (eaNyUD 2° 1 9p upeettenptatpay “age | op pupreMratz Tensooy | ‘pepatdod ‘yduuaa tod) one wjaepon 89 an O89 op "uopio fe uarmjusurepuns an eejudHoyes soy ezed UE) OL “9p opumyoad un ouodns soquoso soap uprermsue & upon “aud ap teaiRip wtaieyv{ anb pepsaA 89 o8zequI UIE 4 280% ‘Cassin ave oyiaod sou eaBep UppNfoAas wT oab eH) "upeo eangyto 6] 3p wppectueBsoor oyufouos wg “WwonDvIT & seaquspy sesanu so] soys08 £ sopalgo sondpyre so] U9 [tt ‘tuo euspraoo wun offpnad (wan wap souorIn]O4a4 we “eyuaidary of op uotouastr 2|‘x2pe> [op UpUIEdY Bp UO!DEVNUL ‘ups eyuDse wang o| ap uyFoeAMp VALE] 9p MHONET vw vojuedso 0 wasn sou onb sopeposou se» oyzena ua opin spur cone wh amazon Jew k sopequotnpos sopesed op oroot pi aya “100"eRpop oops ag “sop ee somone op nang musa ste me ang ot Seomenag sro er] 09 9) 9 pug 1 OES Lae ane ete mp0 PHD HP OPSNE SPIN PP cm quar son top aernl capo smaang eS TE oud @ onb sepsoons yan wee x04 to ‘syuaeeud fop souoPUE ‘agjsuen sv] op svuostu & sezopuesd Foy aofour ZoNys wa Guyprjury vf & ouseysnyuD [2 axyue sBoyo anb oy Pepson {o? orag“oprprod soureyqey ex onb 073999 of op opune un aod viSjeysou vj o3sondo sy 9] 9s so[eEFp sopxe 0] 9p 00, -guliyaze so axjuo souoredoxv vy op sosoud 89g}: eet 208 uoeareape BY "D9| ¥| op K ososdU O 9p ‘OuG F EP epunue ugpuiedesop of ‘epaypunge widoud ne sod mznfuoo Uworeyuazur ‘90% ou" |e opwep ‘ob sosmnaeyp eorqesaumus 50 s0d supninostp equoure8i9y ops wey eA souoRsano cone {eonguNY BURT uN YS -uouoqd ns 9p squoyuaxoud yo anb spt epz=yuo9 az30 ous a ‘orxa1 vpeo apuop eorppdoppoua & wneue waxH9| wu wND9] vf ‘ouodan sojose sot ap uperunsuesy &tupzeaseuD9 op OPORTO -on. jy onb sezzuo (omppuod wn “eystAa7 BUN a39H UR) OAGO fourstur un wo sogeay 9p UEUD}4009 vf Op ARNE v USO TURE ‘8 uadnzjsue onb 309] ap swiouvUE seAeseLd OWN? {9900} grey & saxon op upiquan ozod ‘soyuoruoUaD & seuOTUdo 9p [wsseamun uppoqnas wo vyeond vf ‘sored tu BopemsuED UIE ‘aopruied seomtay, sopepriqised Fe] optEnd qupRRSAARA op ‘own & ages 9p poproine ayuatTEtpexyse exose anb SELON” ‘seunponpoad se] ap uopze un Hofou ojpep exe “0 Souq Hot ‘9p uopro un oxduots ony onb ‘ozznamp op w9pUO Un sea0toORE ‘ung? csovorge ‘so[qeofuts‘oqtapas aewofaisod Hos FOP | apuop opunr un to ‘uoeariqnd ns 9p WEL UL BOR 9M 2p pis sym syqoou0oex ‘seAGO ev| op upensedod popruepr wun op anand ¥ nine ove (o opsep oprayep “ereseny pepat -oad ap oydanueo jo souqueRr 0199? “Fealspop eEsmy geo to souerex sne uoyfou oyeasaud [op sojuesouze1u so Sopa, -21 op soovdeo sowaios ox ‘Sournays9p B| J8“PUpISUAApONG Bt «le deoapacieién, las biblitseas que relogan sus coleccanes Jimpresas o deploran Ia baja de la frecuentacién de sus salas Es en eontra de la idea de equivalencia que debe afirmarse la necesidad de mantener y sociales tres culturas de lo eserito ‘ue tenemos boy en dia: la eacritura a mano, la publicacion pres el mundo digit Pero ios discursos no bustan para producir les realidades ‘que desean. Lo que las determina es el conjunto de las prc ticas, con 0 ain dlaeurso, de los usuarios —en este e280, los digital natives, para quienes la cultura escrita esa cultura de la red Para ellos, el orld ya no es un stage, como en Shakes- peare, sino una seriede pantallas. Son sus hibitos y deseos los ‘que dibujan el porvenir de la cultura escrta. Pero son lectores apaces de ubiarse en una cultura escrita que no empieza en Faeabook. iladelfia, 15 de marzo del 2018 PREFACIO ‘Todos los textos recopilados en este libro fueron en primer lugar palabras vivas: un largo didlogo con el periodista francés Jean Lebrun, tes conferencias dictadas en diversos congresos o coloquios y dos entrevistas publicadas en revis- ts brasilefas, que se dirigen a lectorea que no son profesic- de ia historia. ‘Espero que en su nueva existencia libresca, estas intr veneiones orales puedan mantener algo de su primera iden- tidad que permite, pese 0 gracias a las vacilaciones de la palabra, precia® corregir las imprecisiones y ms tizar las afirmaciones demasiado contundentes. En este vo- Tumen dedicado a Is cultura escrita en Ia larga duracién de su historia, es a partir de diversas précticas de Ta oralidad ‘que se reflexiona sabre las mutaciones olas revoluciones que transformaron las técnicas de reproducein de los textos, las ormas dl libros y las meneras de leer ‘iPor qué no aceptar esta irdnica paradoja como la super- vivencia en nuestras sociedades invadidas por los etcritos, Imanuseritos ¢ impresos ayer, hoy y mafana electrénieos, de In idea de los antiguos que, como lo dijo Borges, “vofan en el Iibro un sucedéneo de la palabra ora” y por esto alababan la palabra oral que “tiene algo de alado, de liviano”. No estoy Cogure de que lar palabrea recordedas on eats libro owns toda “aladas y livianas” pero me gustaria que los lectores la recibieran con la libertad que permite una tertuia amistosa (el didlogo entablado después de una conferencia, Buenos Aires Septiombre del 2000, I DIALOGO ENTREVISTA CON JEAN LEBRUN PROLOGO éLa revolucién de las revoluciones? ‘La aparicion del texto electrénico se presenta como tuna revolucidn. Pero el libro ya conoeié muchas otras, inoes cierto? La tentacién més inmediata es, en efecto, comparar Ia revolueién eleetréniea con la revolucién de Gutenberg. A modiados de Ia década do 1450, la inica manera quo existia dereproducir un textoera copisindoloa manoy, sabitamente, luna nueva téenica, bazada en los earacteres méviles ¥ en Ia ‘prensa, transformé la relacién con a cultura escrita. Eleosto al libro disminuy6, puesto que los gastos de su produccion ‘ahora podian repartirse en la totalidad de la tirada, muy modesta, por otra parte: entre mil.y mil quinientos empl: res. Paralelamente el tiempo de reproduccién del texto st ‘acorté gracias al trabajo del taller tipogrfico. Con todo la transformacin noes tan absoluta como suele decirse: un libro manuserit (sobre todo en los stimos siglos el manuscrito, en los siglos xv y xv) y ua libro posterior a Gutenberg se basan en las mismas estructuras fundamenta- les: las dal codes. Amabos son objetos compuestos por hojas dobladascierta cantidad de veces locual determinacl forma- ‘dal libro y la suceaién de cuadernillos. Estos cundernillos se unen, ee cosen uno junto al otray se protegen mediante la fencuadernacin. La distribucién del texto en la euperficie de la pagina, los instrumentes que permiten establecer referen- 18 ‘poca del manuscrto. Gutenberg lo “dl hereda el libro moderno. La rarquta de los formatos, por ejemplo, ya se ha extabloida Aoede los tims siglo del manuserito: el gran infolio, que el lector coloca sobre la mesa, es el libro de estudio, de la scolasticn, del eaber los formatoe mediescorresponden alas novedades, a ls texte humanistes, copiados durante la pris Gutenberg; yl libelus os decir el libro que wno puede evar nel bolailla, enellibro de oracién ode devociény, a veces, un libre de diversion, ‘De modo que hay una importante continuidad entre la cultura de le manuerito In cultura de lo impreo, aunque durante mucho tiempo se erey6 quela apariciondelaimpre ta marcé una ruptara total entre uno y oto, Supuestamente, con Gutenberg, a prensa, los tipégrafos, el taller, todo un ‘mundo antiguo habria desapareeid subitamente, Bn reali: dda, lo escrito copiado a mano sobrevivié mucho despues de Ininveneisn de Gutenberg, bast el siglo xy hasta cl siglo 1%. En el caso de los textos probibidoe, cuyaexiatencia debia, ‘mantenerse on aocroto, la copia manuserita continud siendo la ropa. BI disidente del siglo xx que opt6 por el samizdat dentro del mundo sovstico antes que por le improsion en el, ‘extranjoro perpetué esta forma de resistencia, En un plano ‘mds general, persistié ademas una gran desconfianza ante 1a imprente, pues ae estimaba que quebrabe la familiar dad entre l aitory sus lectoresy corrompia la correc do loa textos al entrogarios a manos “mecanicas”y «Tas prsc- ticas del comercio, Se mantuvo asi la figura de agucl que, en 1a Inglaterra del siglo xv, se conocia con el nombre de sentleman-writer el que escrbia sin acogerse alas leyes del ‘erento ea mantenin sSstancia do low elochibitesdelon ba una mayer comple ‘De modo que la imprenta se impuso mds lentamente de lo ‘que en general se imagina en virtud de deslizamientos “ sucesivos. Los occidentale tienen ademés dificultades para representarse el hecho de que la imprenta no era universal:

También podría gustarte