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DE: JAIME DÍAZ PAGE -MÉXICO-


MAYO 2010
ESCRITO 62

SOBRE EL DISCERNIMIENTO ESPIRITUAL


ANTECEDENTES A CONSIDERAR

1 El Padre desea que todos estemos en comunión personal con él. 63:6.
2 En nuestra mente humana existe un núcleo espiritual de Dios. 2094:5.
3 Nuestra mente humana puede alcanzar niveles crecientes de
discernimiento espiritual, puesto que ella no es totalmente material. 2094:5.
4 Habitados por el espíritu de Dios podemos “darnos cuenta” de la
presencia divina y tratar de lograr una experiencia más completa con ella. 2094:8.

Al hablar de discernimiento espiritual, hablamos de religión, porque la


verdadera religión es discernimiento interior de la realidad divina, el hijo de la fe
de nuestra conciencia moral, en que el Espíritu de Dios da testimonio con nuestro
Ajustador del Pensamiento de que “somos hijos de Dios”. La religión consiste en
discernimiento espiritual interior y la sublime confianza de nuestra alma en Dios.
1107:3

Se nos enseña que la religión es la experiencia de la divinidad en la


conciencia del ser moral de origen evolucionario; esto significa que podemos tener
una verdadera experiencia espiritual con las realidades eternas, con las realidades
de Dios en nosotros mismos, obteniendo las correspondientes satisfacciones
espirituales. Encontramos a Dios mediante la guía del discernimiento espiritual.
1104:4; 2076:5.

El Ajustador residente crea en nuestro interior, hambre y sed de rectitud


divina, un certero deseo por la perfección divina. La religión es el acto de fe por
medio del cual reconocemos el impulso interior del Ajustador para alcanzar lo
divino, obteniendo confianza en Dios y seguridad en el alma. 1107:4.

Mediante el mecanismo natural de nuestra mente humana, podemos


obtener las experiencias espirituales en las que las realidades del espíritu divino se
vuelven una realidad para nuestra personalidad. 140:4; 1104:5.

Realizamos el contacto con nuestro espíritu divino mediante el pensamiento


más elevado y espiritualizado, no por nuestros sentimientos y emociones. Podemos
percibir la presencia de Dios con los ojos de la mente, pero la mente que logra
discernir y escuchar al Ajustador residente, es una mente limpia. Sin santidad
ningún hombre puede ver a Dios. Toda comunión interna y espiritual de este tipo
se denomina discernimiento espiritual. 1104:6.

Estas “experiencias religiosas”, son el resultado de las impresiones


producidas por el Ajustador y el Espíritu de la Verdad en nuestra mente humana,
porque estas dos realidades divinas funcionan sobre y por intermedio de nuestras
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ideas, ideales, discernimientos y esfuerzos espirituales en la búsqueda interna de


Dios. 1104:6.

De esta manera, la religión vive y crece en nosotros mediante la fe en Dios y


el discernimiento interior, no por la vista y los sentimientos. La religión consiste en
descubrir nuevos significados espirituales. La religión busca para nosotros, ideales
no descubiertos, realidades inexploradas, valores suprahumanos, sabiduría divina
y el verdadero logro espiritual, el progreso espiritual auténtico. 1105:1; 1781:1.

La religión funciona para que encontremos los valores divinos que inspiran
la fe, la confianza y la seguridad. La religión culmina en la adoración a Dios. La
religión descubre para nuestra alma los valores supremos que contrastan con los
‘valores relativos’ que descubre nuestra mente humana. Este discernimiento
suprahumano lo podemos obtener solamente mediante una experiencia religiosa
auténtica (adoración). 2075:11.

En la búsqueda sincera de Dios, la religión crea en nosotros el


discernimiento espiritual interior, que es totalmente racional y que se origina en
nuestra experiencia mental. Los gérmenes auténticos de la religión, surgen en
nuestra conciencia moral y se revelan al crecer nuestro discernimiento espiritual,
mediante el Ajustador del Pensamiento que revela a Dios en nuestra mente
humana hambrienta de Él. Estas experiencias de la religión nos otorgan
eventualmente la conciencia certera de Dios y la seguridad de la sobrevivencia de
nuestra personalidad. El Ajustador confiere el sentimiento de realidad a nuestro
discernimiento espiritual. 1105:2,3; 1122:8.

Jesús dijo que “ver a Dios por la fe” significa adquirir genuino
discernimiento espiritual. El discernimiento espiritual adquirido mejora la guía de
nuestro Ajustador residente, y este hecho aumenta la conciencia de Dios en
nosotros. Jesús deseaba que desarrolláramos el discernimiento espiritual acerca de
las realidades eternas, el Ajustador, el Espíritu de la Verdad y el Espíritu Santo,
estimulando a la vez una manera original de vivir. Mucho se ocupó Jesús de
nuestras necesidades espirituales. 1574:6; 1583:5.

Jesús vino para concedernos una nueva capacidad para conocer la verdad y
estar en armonía con la voluntad de Dios. Ilustró la “técnica perfecta” de la
oración-adoración, para que captáramos las realidades eternas y divinas. 1583:5,6;
1165:5.

Los valores divinos de eternidad e infinidad: verdad-belleza-bondad,


podemos detectarlos y discernirlos mediante el ojo de la fe, habiendo nacido del
espíritu. Las realidades y los valores de nuestro progreso espiritual no debemos
considerarlos como meras proyecciones psicológicas o ilusiones glorificadas de
nuestra mente material. Las realidades y los valores divinos son: las proyecciones
espirituales de nuestro Ajustador interior, el Espíritu viviente de Dios que reside
en nuestra mente humana. Mediante el ejercicio de la fe en Dios y la adoración a
Dios, facilitamos la expresión de nuestro Ajustador residente que es Dios. 2078:7,8.

FUENTE:EL LIBRO DE URANTIA

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