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Visión Mundial para la Familia

La iglesia en las casas.

LECCIONES PARA NUEVOS CREYENTES 12

ANDAR CONFORME AL ESPIRITU

Luego de rendirnos, un hijo de Dios necesita aprender a andar conforme al espíritu.

En términos generales, los cristianos no saben a cuál espíritu se hace referencia en la frase “andar
conforme al espíritu”. Piensan que espíritu se refiere al Espíritu Santo, el Espíritu de Dios.

El andar conforme al espíritu tiene un entendimiento general pero inexacto: creen que esto
significa obedecer al Espíritu Santo. Hablando estrictamente, andar conforme al espíritu y
obedecer al Espíritu Santo no son exactamente lo mismo. Aunque son muy similares, también son
bastante diferente.

Cuando hablamos de andar conforme al espíritu, nos referimos al espíritu humano regenerado.
Esta es una lección muy práctica. Si después de que hemos sido salvos, hemos terminado con el
pasado y nos hemos rendido al Señor y no sabemos como andar en el espíritu, no nos será fácil
crecer apropiadamente.

LA POSICIÓN DEL ESPÍRITU

La mayoría de las personas divide al hombre en dos partes, una parte externa, que es el cuerpo, y
una parte interna, que es el espíritu-alma. Los psicólogos también dividen al hombre en dos
partes: una parte física y una parte metafísica.

Pero la revelación hallada en la palabra de Dios muestra que el hombre consta de tres partes: un
cuerpo visible externamente, un espíritu invisible internamente y un alma que se encuentra entre
el cuerpo y el espíritu.

1 Tesalonicenses 5:23 y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser
espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro señor Jesucristo.

Acá podemos ver que el espíritu y el alma son dos palabras distintas que se refieren a dos cosas
diferentes. Por lo tanto, el alma es una cosa y el espíritu es otra. El alma es la personalidad del
hombre, el yo del hombre, que incluye la mente, la parte emotiva y la voluntad.

Los pensamientos y consideraciones, el gozo y la ira, las preferencias y decisiones son asuntos
relaciones con el alma, no con el espíritu.

Tenemos otra parte dentro de nosotros que es más profunda que nuestra mente, parte emotiva y
voluntad; esta parte es nuestro espíritu. El espíritu es la parte más profunda del hombre.

La parte más externa es el cuerpo, dentro del cuerpo esta el alma y más profundo que el alma esta
el espíritu.

Cuando un hijo de Dios desea llevar a cabo algo, a menudo considera si es correcto o no hacerlo. Si
en su parte emotiva se siente contento con ello, muchas veces decidirá hacerlo. Pero en ese
momento, en la parte más profunda de su ser, podría haber cierta resistencia, la cual está en
desacuerdo con esa acción y desaprueba. Esta protesta que emana de los más profundo de su
interior procede del espíritu.

Nuestro espíritu es la parte más profunda de nuestro ser. Andar conforme al espíritu es andar
conforme a la parte más profunda de nosotros.

LA CONCIENCIA UBICADA EN EL ESPÍRITU

El espíritu dentro del hombre consta de tres partes: la conciencia, la intuición y la comunión.

La comunión rige nuestra comunicación con Dios.

Juan 4:24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren.

La intuición es un sentido que no se basa en el razonamiento de la mente. Por ejemplo, cuando


una persona quiere hacer algo, piensa sobre el asunto en busca de una razón para hacerlo. Si se
siente contento (en su alma), decide hacerlo. No obstante, la sensación de resistencia que procede
de la parte más profunda de su ser (espíritu) no se basa en ninguna razón; por tanto, corresponde
a la intuición.

Marcos 2:8 y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de si
mismos, les dijo: Porque caviláis así en vuestros corazones.

2 Corintios 2:13 No tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así,
despidiéndome de ellos partí para Macedonia.

La conciencia es una parte principal del espíritu, además de las funciones de la intuición y
comunión, nuestro espíritu ejecuta todavía otra tarea importante: la de corregir y reprender de
modo que estemos inquietos o intranquilos cuando no actuamos conforme a la naturaleza de
Dios.

Esta capacidad la denominamos conciencia. Tal como la santidad de Dios condena el mal y justifica
el bien, así también la conciencia de un hijo de Dios reprueba el pecado y aprueba la justicia. La
conciencia es el punto donde Dios expresa su santidad.

Hebreos 9:14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a si
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios
vivo?

1 Juan 3:20 Pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y él sabe
todas las cosas.

Hechos 23:1 Entonces Pablo, mirando fijamente al concilio, dijo: Varones hermanos, yo con toda
buena conciencia he vivido delante de Dios hasta hoy.

EL ESPÍRITU ES VIVIFICADO Y RENOVADO


Cuando Dios creó al hombre, creó un espíritu en el hombre a finde que este pudiera comunicarse
y tener comunión con Dios, conocer intuitivamente el deseo de Dios y determinar si un asunto es
apropiado o inapropiado.

En el momento de la creación del hombre, el espíritu estaba viviente y cumplía su función. No


obstante, debido a que el hombre pecó, el espíritu humano fue dañado y prácticamente perdió su
función.

Es por esto, que antes de recibir a Cristo nosotros como pecadores no nos agradaba contactar a
Dios y no podíamos contactarlo porque el órgano que nos permitía tener este contacto estaba
dañado.

Por ejemplo: Los oídos sirven para escuchar, pero no podríamos escuchar ningún sonido si los
oídos estuvieran dañados y fuésemos sordos. Así mismo la capacidad de nuestro espíritu humano
para contactar a Dios fue dañada, y, por ende, la función de nuestro espíritu se perdió debido al
pecado.

Aun cuando los incrédulos digan que actúan según su conciencia, su conciencia en realidad es
insensible, y la sensación de su conciencia no es acertada. Según la palabra de Dios, ellos están
muertos con relación a la función de su espíritu.

Efesios 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.

En el momento que fuimos salvos, nuestro espíritu fue vivificado y renovado. Mientras
escuchábamos el evangelio, el Espíritu Santo nos conmovió y tocó nuestra conciencia.

Hizo que la verdad del evangelio penetrara en nuestra mente e iluminara nuestro espíritu,
particularmente nuestra conciencia, lo cual nos capacitó para comprender que éramos pecadores
delante de Dios. Después que el Espíritu Santo nos tocó, iluminó y condenó, nosotros mismos nos
condenamos, y la conciencia comenzó a funcionar apropiadamente.

Romanos 2:15 Mostrando la obra de ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia,
y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos.

La salvación tiene dos aspectos.

Primero, los pecados de una persona son perdonados delante de Dios y la cuenta de sus pecados
es anulada.

Segundo, en su interior experimenta la regeneración y su espíritu es vivificado y renovado. Por lo


tanto, la salvación de una persona no solo tiene que ver con su posición delante de Dios, sino
también con que recibe vida en su interior y su espíritu es vivificado y renovado.

Efesios 2:5 Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos)

Los hijos de Dios experimentamos un cambio en nuestra vida y nuestro vivir debido a que nuestro
espíritu a sido vivificado y renovado; esto produce un cambio en la parte más profunda de nuestro
ser. El Espíritu de Dios entra en nuestro espíritu y lo transforma.
El Espíritu de Dios introduce la vida y la naturaleza de Dios, es decir, a Dios mismo en nuestro
espíritu.

Por tanto, tenemos una conciencia que es fresca, viviente y mucho más fuerte que la conciencia
de los incrédulos. La conciencia de los incrédulos está muerta y vieja, pero nuestra conciencia es
viviente y renovada.

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