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DONDE MADURAN

LOS LINFOCITOS
TYB
Linfocitos B
Los linfocitos B, al igual que el resto de las células del sistema
inmune, se originan en médula ósea a partir de un precursor
común.

Las células B comienzan su maduración en la médula ósea y la


finalizan en el bazo.

Durante las primeras etapas de desarrollo, los esfuerzos se centran


en la generación de la inmunoglobulina de superficie que es parte
del receptor B (BCR).
Una vez que el BCR puede ser expresado en la membrana, los mecanismos
de control evalúan la especificidad del mismo, eliminando a aquellos
linfocitos B cuyos BCR reconozcan moléculas propias.

Si bien durante la ontogenia de linfocitos B la mayoría de las células muere


por apoptosis antes de alcanzar la madurez, este proceso, lejos de ser un
gasto innecesario de energía, mantiene el delicado equilibrio entre la
diversidad y la autoinmunidad.
Linfocitos T
Los linfocitos T inmaduros derivados de la célula madre
pluripotencial en la médula ósea, ingresan en el timo y van
colonizando diferentes zonas del mismo, donde proliferan y
empiezan su proceso de maduración.

El proceso de maduración supone entre otros el reordenamiento y


la expresión de genes seleccionados para formar el complejo TCR
(receptor de linfocitos T), un conjunto de moléculas proteicas que
se encuentra en la superficie de los linfocitos T con función similar a
la de los anticuerpos, que son capaces de reconocer antígenos.
Estos receptores juegan un papel importante en la maduración de
los linfocitos T en desarrollo, dado que a través de estos
receptores se realiza la selección positiva y negativa de éstos.
Es importante saber que los linfocitos T de un individuo concreto sólo pueden
detectar un antígeno si es presentado por una célula presentadora de
antígenos y si viene asociado a la molécula del complejo mayor de
histocompatibilidad (CMH) I o II. }

Por lo tanto, en el timo, tiene lugar un proceso de selección de los linfocitos


capaces de ejercer dicha función. Sobrevivirán solamente los linfocitos T que
tengan receptores que permitan la interacción con dichas moléculas (selección
positiva).

Durante este proceso los linfocitos T se unen a la molécula CMH I o a la CMH II, y
en función de con qué molécula interactúen, se diferenciarán y darán lugar a
dos poblaciones linfocitarias distintas, los CD8+ y los CD4+ respectivamente.
En un segundo paso, se eliminarán los linfocitos T cuyos receptores
muestran una afinidad muy alta para los antígenos propios (auto-
antígenos) presentados por las moléculas CMH, ya que de lo
contrario se podrían producir enfermedades autoinmunes.

De esta forma se asegura que los linfocitos T no ataquen a los


antígenos propios (auto-tolerancia).
Una vez los linfocitos T, tanto los CD4+ como los CD8+, ya son
maduros, abandonan el timo y migran hacia el torrente sanguíneo y
los órganos linfáticos secundarios en busca de antígenos extraños.

Como ves, el timo juega un papel muy importante en la salud y en


nuestro sistema inmunitario. Cualquier problema asociado con la
glándula del timo puede afectar adversamente el sistema inmune.

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