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Historia Marítima

del Ecuador
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GRAN COLOMBIA 1828 - 1830


REPÚBLICA 1830 - 1840

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CAL (r) CARLOS MONTE VERDE


GRANADOS
Historia Marítima
del Ecuador
TOMO VI
,A GRAN COLOMBIA 1828 - 1830
,A REPÚBLICA 1830 - 1840

CALM (r) CARLOS MONTEVERDE


GRANADOS
PRESENTACION DE LA OBRA

Cuando el 24 de julio de 1984, un grupo de historiadores nacionales se reunieron por


iniciativa del Sr. CALM. Fernando Alfaro Echeverría, Director General de Intereses
Marítimos de aquel entonces, y se fundó el INSTITUTO DE HISTORIA MARITIMA,
fue la principal preocupación de ese primer directorio, el investigar, escribir y difundir
nuestra historia marítima, dictándose los primeros lineamientos para tal fin.

Pero es recién en 1986 que inicia sus labores dicho Instituto, y a la fecha la producción
es muy amplia. En forma paralela fueron preparando el camino para la consecución de
tal cometido, esto es el elaborar la historia institucional.

Nuestra nación es poseedora de un pasado milenario digno de ser estudiado, pues son
sus culturas de las más antiguas del continente americano, con su dominio del mar que
fue la admiración de los propios conquistadores, afición tradicional transmitida a lo largo
del tiempo a las actuales generaciones.

La ARMADA DEL ECUADOR, en consecuencia con el devenir histórico, no ha


podido descuidar este difícil proyecto, pues se ha iniciado ya la tarea y son dos de doce
tomos programados los que salen inicialmente a la luz.

En aquel cometido y propósito ha estado empeñada la Armada, auspiciando,


impulsando y estimulando a aquellos historiadores que con profunda fe van esculpiendo
la verdad de nuestro pasado, cimiento no sólo del espíritu de los marinos actuales sino la
razón de ser de nuestra misión con proyección hacia el futuro.

Se trata este primer esfuerzo de la edición del Tomo VI "LA GRAN COLOMBIA
(1828-1830) Y LA REPUBLICA (1830-1840)" cuyo autor es el Sr. CALM (r) Carlos
Monteverde Granados, y del TOMO VIII "LA REPUBLICA 1850 - 1860" investigado
y escrito por el Capitán de Fragata-UN Mariano Sánchez Bravo. Ambos tomos son
contribuciones meritorias dignas de encomio, pues con la exposición de los hechos
debidamente fundamentados, los autores nos despejan las brumas de la ruta andada por
nuestros ancestros del mar, es más, señalan una estela que nos compromete a seguir la
excelente trayectoria de los marinos que sirvieron en nuestra gloriosa Institución.

VALM. C TINEZ
CO E GENERAL DE MARINA
Instituto de Historia Marítima
Edición: 1997
Derechos Reservados.
Prohibida la reproducción total o parcial
de su contenido sin autorización del
autor.
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HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR
Tomo VI: La Gran Colombia 1828-1830
La República 1830-1840
Edición: INHIMA 1997
Autor: CALM (r) Carlos Monteverde Granados
Impresión: IMPRENTA NAVAL
Indice Alfabético: Abg. Alicia Mosquera, Lic. Patricia Bailén y Lic. Walter Riera
Portada: "Puerto de Guayaquil" por Lauvergne
Viaje alrededor del mundo realizado durante los arios 1836 y 1837
en la corbeta "La Bonite", comandada por M. Vaillant.- Album histórico,
París, Arthus Bertrand, Editor. (Arch. M. Hoyos)
INDICE
Primera Parte

La Gran Colombia 15

CAPÍTULO I
Conflicto con Perú 17
Causas y antecedentes de la guerra 19
Insidia peruana en contra de Bolivia y Colombia 32
Situación interna de Colombia 43
La Guerra de la Gran Colombia en el Pacífico a principios del año 1828 45
La Marina de Guerra del Perú en el ario 1828. 52

CAPÍTULO II
La escalada del conflicto . 55
Preparativos bélicos y declaración de la guerra 57

CAPÍTULO III
La guerra 67
El Perú inicia la guerra en el mar 69
El combate de Malpelo y sus resultados 75
El motín de la corbeta "Pichincha" 91
Bloqueo, ataque, ocupación y desocupación de Guayaquil 93
Tardía pero oportuna llegada de la fragata "Colombia" 122
Crucero de la fragata "Colombia"en aguas del Perú 140
Ataque al tráfico marítimo del Perú 144
Anexos 149
Anexo I 151
Anexo II 155
Anexo III 157
Anexo IV 159

Segunda Parte

La República 1830-40 163

CAPÍTULO IV
La Marina de Guerra ecuatoriana, sus primeros años 165
Los buques 167
La oficialidad y la tripulación 172
Intentos, de enajenación de los buques 180
CAPÍTULO V
Sublevación de los tripulantes de la fragata "Colombia" 183
Tripulantes de la fragata "Colombia"demandan el pago de sus haberes 185
La revolución del general Luis Urdaneta y nueva sublevación de la
tripulación 187
Rebusca y recuperación de la goleta "Istmeña" 196

CAPÍTULO VI
Actividades navales durante el conflicto bélico con Nueva Granada
1831-1832 201
Causas, desarrollos y consecuencias de la guerra 203
La campaña naval 207

CAPÍTULO VII
Acciones navales de la guerra de los Chihuahuas 229
Antecedentes, origen y causas de la guerra 231
Rocafuerte establece su cuartel general a bordo de la "Colombia"y se dirige
a Puná 238
Acciones navales en el río Guayas 240
Terminación de la campaña de la costa 253
Las fuerzas navales contendientes 259

CAPÍTULO VIII
Política marítima del presidente Rocafuerte 261
Desguace de la fragata "Colombia"y decadencia de la Marina de Guerra 263
Los buques de la Marina de Guerra al servicio del comercio 273

CAPÍTULO IX
Incorporación del Archipiélago de Galápagos a la República del Ecuador 289
El coronel Ignacio Hernández, toma posesión del Archipiélago de Galápagos en
nombre del Estado ecuatoriano 291
La expedición científica del bergantín "Beagle" 298
El Archipiélago en la prehistoria y en la historia del Ecuador 300

CAPÍTULO X
José Rodríguez Labandera, inventor de un buque sumergible 309
Construcción del submarino Hipopótamo en Guayaquil 311
Fuentes documentales 319
Bibliografía 321
Indice Alfabético 323
PRÓLOGO

La importancia de una fuerza naval, en el contexto del poder marítimo,


para la seguridad de los Estados, especialmente aquellos con costas y
territorios insulares, es verdad evidente. Sin embargo esto no siempre ha
sido bien comprendido por los gobernantes, no sólo de los Estados con poco
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poder, sino también de algunos que han sido potencias en el ámbito mundial.
La decadencia y extinción del Imperio Español fue consecuencia del descuido
de la Monarquía para mantener y desarrollar un gran poder marítimo; y la
falta de visión marítima de las élites gobernantes de Alemania frustró sus
aspiraciones de hegemonía mundial, tanto en la época del Kaiser como después
en la de Hitler.

El Ecuador que es un país pequeño pero con un perfil costanero muy


desarrollado y con un territorio insular situado en un área de gran importancia
estratégica por su cercanía a la zona de confluencia de las líneas de
comunicaciones marítimas que pasan por el canal de Panamá, es por lo tanto
un Estado de naturaleza marítima-continental; pero, sin embargo de esta
evidente realidad, se observa que desde el mismo momento de la separación
del Distrito del Sur de la Gran Colombia y el consiguiente establecimiento
del Estado Ecuatoriano, sus gobernantes, con pocas excepciones, no han
implementado en forma sostenida una política marítima y por ende no han
tenido interés en la creación y desarrollo de una fuerza naval, omisión que
ha tenido consecuencias negativas, para la seguridad y defensa nacional.

Se ha dicho que la Historia es la maestra del presente, entonces debemos


preguntarnos: ¿por qué se hizo tan poco caso de las claras enseñanzas sobre
la importancia del poder naval que nos dejaron la guerra de la Independencia
y la librada entre la Gran Colombia y el Perú?

¿Por qué desde los mismos primeros años de la República del Ecuador se
inicia una sistemática destrucción de la pequeña fuerza naval que quedó en
su poder después de la desintegración de la Gran Colombia?

Son preguntas que no podemos contestar a priori, pero que dejan la gran
inquietud de encontrar una respuesta.

La primera parte de este libro trata de los antecedentes, causas, desarrollo


y consecuencias inmediatas de la guerra de los años 1828 a 1829, pero dando
énfasis a los asuntos navales; y así es como podremos observar que los
vaivenes de esta guerra son consecuencia de los cambios del poder naval de
cada uno de los adversarios.

El Perú inició la guerra con operaciones en el Teatro Marítimo,


porque así accionaba sobre la parte más débil de su adversario y se
daba tiempo para completar su movilización en tierra; la fuerza naval
de la Gran Colombia en general era superior a la peruana, pero el
grueso de esa estaba en el Atlántico y en el Pacífico, el único buque
en condiciones operativos era la goleta "Guayaquileña" ya que el
resto de los buques que sostuvieron el bloqueo del Callao, como parte
que eran de la Escuadra Unida, hasta la rendición del General Rodil,
estaban completamente inservibles a consecuencia de la larga
campaña que habían hecho.

El combate de Malpelo librado el 31 de agosto de 1828 entre la


"Guayaquileña" y la corbeta peruana "Libertad" fue favorable a la
primera; pero con este triunfo no se había eliminado la amenaza de
la superior Marina de Guerra del Perú en el Teatro de Operaciones,
la que poco tiempo después establecía el bloqueo de los puertos desde
Panamá a Túmbez; y ocupaba, luego de haberla bombardeado, la
ciudad de Guayaquil.

Después de la batalla de Tarqui en donde triunfaron las armas


de Colombia la Grande, se firmó el Convenio de Girón, en el que se
establecía el plazo para la desocupación de la ciudad de Guayaquil,
pero cuando llegó el momento de hacerlo los jefes peruanos se negaron
a cumplir con esta obligación, con el argumento de que el Presidente
La Mar así lo había ordenado.

La intención del Gobierno del Perú de no entregar Guayaquil,


era evidente, lo que a su vez era clara expresión de que pretendía
continuar la guerra, a pesar de su derrota en Tarqui, porque teniendo
el control de las comunicaciones en el Teatro de Operaciones
Marítimo, podía abastecer a las tropas que ocupaban Guayaquil y
reforzarlas; movilizar y desplegar su ejército para emprender nuevas
operaciones.

Por todo esto el Libertador debió tomar el mando directo del


ejército para iniciar una nueva campaña, estableciendo su cuartel
general en Buijo. Se dieron varias acciones contra los destacamentos
peruanos que ocupaban lugares cercanos a la ciudad; y cuando se
había ya terminado la concentración del Ejército para operar contra
Guayaquil, dos acontecimientos cambiaron totalmente la situación:
El Presidente La Mar fue depuesto por un movimiento político militar
liderado por los Generales Gutiérrez de la Fuente y Gamarra, quienes al
asumir el gobierno del Perú declararon su intención de afianzar la paz.

Pero para formarnos un juicio de esta actitud del nuevo Gobierno del Perú
es necesario considerar otro suceso que casi un mes antes había ocurrido: el
hundimiento de la fragata "Presidente", el buque más importante de la
escuadra peruana, a consecuencia de la explosión de su santabárbara.

La pérdida de esta nave, en circunstancias que se anunciaba la próxima


llegada al Teatro de Operaciones de la fragata "Colombia" determinaba un
cambio radical de la situación estratégica en el Teatro Marítimo la que se
tornaba favorable en forma casi absoluta a la fuerza naval de la Gran
Colombia, a pesar de que los otros buques con excepción de la "Istmeña"
estaban en poder del Perú.

Derrotado su ejército en Tarqui y no teniendo ya el Perú el dominio del


mar, era imposible que continuara la guerra, por lo que podemos concluir
que la decisión de su Gobierno de desocupar la ciudad de Guayaquil, estaba
condicionada por el cambio de la situación estratégica en el Teatro de
Operaciones Marítimas; y aún nos es posible pensar que en esas circunstancias
el mismo General La Mar, hubiese optado por igual decisión.

Las enseñanzas de la guerra, relatada y comentada en la primera parte


del presente volumen, no fueron tomadas en cuenta por el General Flores,
afirmación que tiene su justificación por el hecho de que fue en su Gobierno,
ya como Presidente del Ecuador, cuando se inició la decadencia y casi
desaparición de la pequeña, pero significativa fuerza naval ecuatoriana,
constituida por los buques que combatieron en la guerra de la independencia,
del Perú y que después reforzados con la fragata "Colombia" formaban la
Marina de Guerra de la Gran Colombia en el Pacífico.

Causa extrañeza que el General Flores, quien como Comandante Superior


del Distrito del Sur de la Gran Colombia, había escrito al Libertador "que
estaba muy penetrado de los asuntos del mar" fuera él mismo que después,
como Presidente del Ecuador, solicitara autorización al Congreso para
desarmar a la fragata "Colombia" y enajenarla, inaugurando, así, una política
contraria a la existencia y desarrollo de una Marina de Guerra, que fuera
garantía de la seguridad del Estado Ecuatoriano.

Es igualmente incomprensible que en el Gobierno de Rocafuerte se haya


eliminado a casi todos los buques que formaron nuestra fuerza naval,
considerando que éste fue eminente estadista con una clara visión de las
ventajas del comercio marítimo y de la conveniencia de tener una marina
mercante; y aún más es así, si consideramos la intervención que tuvo la fragata
"Colombia", y otros buques, en el proceso que llevó a don Vicente Rocafuerte
a la Presidencia de la República.

En la guerra entre el Ecuador y Nueva Granada no se libraron combates;


pero la acción disuasiva que ejerció la pequeña fuerza naval ecuatoriana,
impidió que el conflicto se extendiera.

La incorporación del Archipiélago de Galápagos a la soberanía ecuatoriana,


es un hecho trascendental, pues, si bien es cierto que en aquellos tiempos su
importancia estratégica no era la que llegó a tener con la apertura del canal
de Panamá, ya entonces constituía una posición avanzada en el Pacífico; pero
por falta de visión marítima, esta realidad de tanta importancia ha sido
sistemáticamente ignorada por los Gobiernos de turno y por todos los sectores,
tanto civiles como militares.

No hemos encontrado un documento que exprese explícitamente las


motivaciones del General Villamil para realizar tal empresa, sin embargo
podemos intuir que fueron de orden económico únicamente.

El último capítulo de este libro está dedicado a relatar los esfuerzos y


frustraciones de un hombre con mucho ingenio y habilidad para las artes
mecánicas: el guayaquileño José Rodríguez Labandera, constructor del buque
sumergible que lo denominó el "Hipopótamo" que es indudablemente el primer
proyecto realizado de construcción de un buque sumergible, en Sudamérica,
pero que por falta de apoyo y de recursos para perfeccionarlo sólo quedó en el
recuerdo como un acontecimiento de importancia histórica.

Que la lectura de este libro, sirva para que los benevolentes lectores
reflexionen sobre estos acontecimientos de nuestro pasado, con el propósito
de que los ecuatorianos encontremos el camino que nos lleve a comprender lo
que el mar ha significado en la vida nacional, no para lamentarnos de las
omisiones y errores del ayer, sino para encontrar la dirección que nos conduzca
a convivir con el mar para el desarrollo y seguridad del Ecuador.
PRIMERA PARTE

2a Gran e'ofom6ia
1828 - 1830
CAPITULO 1

Confficto con Terú


CONFLICTO CON PERÚ

CAUSAS Y ANTECEDENTES DE LA GUERRA ENTRE LA GRAN


COLOMBIA Y EL PERÚ

esde la batalla de Ayacucho librada el 9 de diciembre de 1824 en la que


el Ejército patriota, al mando del General Antonio José de Sucre, derrotó
a las fuerzas españolas del General Canterac habían transcurrido
solamente tres años hasta principios de 1828, pero en tan corto tiempo una
sucesión de acontecimientos hapuesto en evidencia la agresividad peruana
contra Colombia y lo inevitable de una guerra entre estas dos naciones. El
expansionismo del Perú era manifiesto desde un primer momento, cuando
había obtenido su libertad con el esfuerzo del Ejército Libertador liderado
por Bolívar.

Buscar una explicación a la política expansionista de los Gobiernos


peruanos, no es difícil, pues basta recordar la existencia anterior del
Tahuantinsuyo, y la época virreinal, con sus afanes imperialistas y de
conquistas, herencia transmitida hasta el presente a sus clases gobernantes.

Antes de 1824, podemos ya encontrar antecedentes motivadores de la


agresión del Perú a Colombia y de sus designios de conquista de territorios
que por derecho pertenecían a ésta y, sobre todo, su intención de apoderarse
de Guayaquil.

Estos antecedentes de diversos órdenes son ya admitidos por los


20 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

historiadores, pero sin duda alguna, podemos añadir otro para afirmar la
verdad sobre la aspiración de los Gobiernos peruanos de apoderarse de
Guayaquil. Un hecho que por su intención no debía causar tal efecto, pero
que en realidad era proclive a originar ambiciones, sería el mensaje de la
Junta de Gobierno de la Provincia Libre de Guayaquil a los Generales Bolívar
y San Martín, comunicándoles el magno acontecimiento del 9 de octubre de
1820 y poniendo a disposición de la escuadra chilena del Almirante Cochrane,
que combatía por la independencia del Perú, el puerto de Guayaquil, siendo
así incentivo de la agresividad peruana.

Este mensaje de amistad y solidaridad, llevaba, no obstante, el germen


de la discordia, porque para los dos libertadores debió ser evidente: la
importancia geopolítica y geoestratégica del puerto de Guayaquil, así como
la precaria situación militar de la Provincia Libre para resistir cualquier
agresión de sus vecinos o de los españoles.

Fue, desde entonces, Guayaquil objetivo fundamental de sus respectivas


políticas exteriores, pero con mayor posibilidad inmediata para obtenerlo de
Colombia, que ya era un Estado independiente y soberano, no así el Perú que
aún luchaba por su libertad.

Para los dos insignes capitanes de la independencia sudamericana la


importancia del dominio del mar era consubstancial con el futuro de los nuevos
Estados que surgían por el esfuerzo de las armas conducidas por el genio
estratégico de ellos; y en este contexto Guayaquil era la piedra angular de la
estrategia en este Teatro de Operaciones.

Motivado el General San Martín, por el mensaje de la Junta de Gobierno


de Guayaquil, envió a los Coroneles Toribio Luzuriaga y Tomás Guido, este
último abogado de profesión, como sus representantes para establecer
relaciones con la citada Junta de Gobierno; el primero debía tratar de los
asuntos militares, mientras que Guido lo haría en el campo de lo político.

Ambos comisionados llegaron a Guayaquil, a bordo de la goleta "Escobedo"


ex "Alcance" el 20 de noviembre de 1820. Las instrucciones para el Teniente
Coronel Guido eran:
CONFLICTO CON PERÚ 21

GOLETA "PATRIA" Ex ALCANCE


22 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

1. La unión de las fuerzas guayaquileñas al Ejército Libertador.

2. Organizar una expedición contra Cuenca, para aliviar la presión realista


contra el Norte del Perú; y contra el istmo de Panamá para cortar las
comunicaciones con la Península.

3. Obtener facilidades para uso de los astilleros a fin de reparar los navíos
de la escuadra; y

4. Negociar un empréstito. (*)

Sin embargo que en estas instrucciones no se menciona la anexión de


Guayaquil al Perú, que aún no constituía un Estado, los representantes del
General San Martín, desde su llegada iniciaron una abierta conspiración
para que la Junta de Gobierno presidida por el doctor José Joaquín de Olmedo
se pronuncie en pro de dicha anexión, lo que nos permite pensar que a más
de las intrucciones citadas, habían recibido la de intentar la consecución de
dicho propósito, aunque aparentemente el General San Martín no figurara
como mentalizador de tales maniobras; pero lo antes expresado tiene más
probabilidades de ser verdad, si se considera que después de seis días de
haber salido de Guayaquil los Coroneles Luzuriaga y Guido se produjo un
intento de insurrección favorable a la anexión al Perú. Habían emprendido
su regreso el 5 de enero de 1821 a bordo de la goleta "Patria" la misma
nombrada antes "Escobedo". La insurrección fue prontamente controlada.

Pero el General San Martín no abandonó entonces la idea de anexar al


Perú la provincia de Guayaquil, y es así como después personalmente lo
intentará sin conseguirlo por habérsele adelantado, en obtener dicha anexión,
el Libertador Bolívar, lo que dio por resultado el histórico acontecimiento
conocido como la entrevista de Bolívar y San Martín en Guayaquil y el regreso
inmediato de San Martín al Perú.

Volviendo a tomar el hilo de los acontecimientos tenemos que entre la


llegada a Guayaquil de los comisionados del General San Martín y el regreso
de éstos al Perú hubieron algunos hechos, los que pasamos a relatarlos.

(*) Doctor Jorge Pérez Concha.- Historia diplomática y naval de la provincia libre de
Guayaquil.
CONFLICTO CON PERÚ 23

Después de la derrota en Huachi de las fuerzas apresuradamente


organizadas en Guayaquil y comandadas por el Coronel Urdaneta, para operar
sobre Quito, la moral de las tropas estaba muy decaída, circunstancias en
las que llegaron Guido y Luzuriaga. Habiendo este último tomado el mando
como Comandante en Jefe del Ejército en Campaña y establecido su cuartel
general en Babahoyo; destacó una guerrilla sobre Guaranda al mando del
Coronel José García quien ocupó dicha ciudad tras un breve combate; pero al
recibir la orden de regresar a Babahoyo fue sorprendido por los realistas en
Tanizagua, hecho prisionero y fusilado. Su cabeza fue exhibida en Quito,
encerrada en una jaula como demostración de la victoria realista.

Después de esta derrota Luzuriaga pidió su regreso al Perú para


incorporarse al Ejército, aduciendo que las operaciones militares sobre Quito
eran imposibles, debido a la estación lluviosa que hacía intransitables los
caminos que conducían a la Sierra.

Quedaba así frustrado, por el momento, el intento del General San Martín
de anexar la provincia de Guayaquil al Perú, pero sin abandonar
definitivamente tal propósito, tal como fue expresado en líneas anteriores.

Además se puede añadir a lo antes dicho que la retirada de los comisionados


Luzuriaga y Guido dejó despejado de mayores obstáculos, el ambiente en el
que debieron actuar seguidamente los comisionados del Libertador Bolívar
para conseguir la anexión de Guayaquil a Colombia, aun es así, considerando
el intento de insurrección a favor del Perú antes citado; y que la posterior
presencia de San Martín en Guayaquil fuera extemporánea para la
consecución del mencionado propósito, lo que será tratado con mayor amplitud
en las páginas siguientes.

La pugna que se produjo entre Bolívar y San Martín por la incorporación


de Guayaquil a las Naciones por ellos lideradas, fue favorable a Colombia,
porque Bolívar aunando la diplomacia y la fuerza, logró, más por la última,
su propósito.

Así, Guayaquil, Quito y Cuenca fueron desde entonces parte de la Gran


Colombia y luego del Estado ecuatoriano, junto con otros territorios que por
derecho le correspondían, cuando aquella se desmembró.
24 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Pero el Perú heredero de los blasones del poder político del Virreinato de
Lima y sus clases dirigentes descendientes de los Incas y su Tahuantinsuyo,
no ha dejado de soñar con ser la potencia hegemónica de los países ribereños
del Pacífico Sudamericano para lo cual la posesión de Guayaquil y su
expansión territorial hacia el norte y hacia el sur sería la forma de conseguirlo,
habiéndose constituido éstos, por lo tanto, en objetivos permanentes de su
política expansionista.

Los acontecimientos narrados a continuación confirman lo expresado.

El Libertador entendió inmediatamente la importancia de Guayaquil en


el contexto político estratégico de los dos nacientes Estados y las verdaderas
dimensiones que el problema de su incorporación a Colombia tenía,
especialmente en circunstancias que la resistencia realista de los pastusos
impedía operar sobre Quito, lo que determinaba la necesidad de hacerlo desde
el sur, para que después de libertada la capital de la Audiencia proseguir
sobre Pasto en coordinación con las operaciones desde el norte. Resolviendo
en consecuencia, que el General Antonio José de Sucre fuera con la misión
de tratar con tino y firmeza tal asunto y en cumplimiento al tratado de
cooperación y auxilios recíprocos celebrado entre la Junta de Gobierno de
Guayaquil y el General Mires comisionado por el Gobierno de Colombia,
suscrito el 14 de abril de 1821, es decir después de que el General Sucre con
el batallón "Santander" compuesto de 300 hombres habían salido de
Buenaventura con destino a Guayaquil el día 4 del mismo mes a bordo de la
corbeta "Alejandra" y del bergantín "Ana", sin esperar a los buques que la
Junta de Gobierno había ofrecido enviar para transportarlos, tal era la prisa
que tenía.

La corbeta "Alejandra" en la que viajaba el General Sucre arribó a la bahía


de Santa Elena el día 2 de mayo, dando término a una navegación llena de
errores que dieron por resultado que el bergantín "Ana" perdiera contacto
con la corbeta y arribara independientemente a las costas de Manabí, con el
Coronel Juan Illingworth y una sección del batallón Santander. (*)

(*) Illingworth tenía el grado de Coronel del Ejército de Colombia y había combatido en tierra
en varias acciones, pero propiamente era un oficial de marina de guerra que había intervenido
en combates navales desde su juventud enrolado en la Marina británica y después en la
Sigue en la pág. 23...
4

JOSE JOAQUIN DE OLMEDO


(
CONFLICTO CON PERÚ 27

En Santa Elena desembarcó el General Sucre y la tropa, para darle a ésta


el descanso necesario después de un viaje que había durado 28 días y la
corbeta por orden superior continuó su navegación a Guayaquil con los
pertrechos correspondientes. Pero para mejor comprensión de lo arriba
relatado es necesario tener presente que el General José Mires había llegado
anticipadamente a Guayaquil el 20 de febrero del citado año en compañía de
los Tenientes Coroneles Trinidad Morán y Luis Pombo y 35 soldados del
escuadrón de caballería "Guías", a bordo del "Teodocio", conduciendo armas
y municiones enviadas por el General Bolívar para la junta de Gobierno de
Guayaquil, la misma que pagó el respectivo precio con oro en polvo, facilitado
por el acaudalado comerciante Manuel A. de Luzarraga.

Inmediatamente a la llegada del General Mires surgió el problema de la


anexión de Guayaquil a Colombia, pero la Junta de Gobierno con el doctor
Olmedo como su Presidente, manifestó su inquebrantable intención de
mantener a la provincia como entidad política independiente hasta cuando
Quito y Cuenca sean liberados y sólo entonces tomar una decisión definitiva
al respecto.

El General Mires no quedó satisfecho con esto y si bien expresó que "por
ahora se limitaría a los asuntos militares", en una carta al Libertador le
decía: "este Gobierno es necesario destruirlo", refiriéndose a la Junta de
Gobierno de Guayaquil, pero Bolívar creyó mejor recurrir a las dotes de
diplomacia del General Sucre para conseguir la anexión, tal como antes lo
hemos expresado.

...Viene de la pág. 20

chilena. Comandando la Rosa de los Andes corsario chileno, naufragó en las costas
colombianas del Pacífico, en la desembocadura del río Iscuandé, pasando a prestar sus
servicios en tierra con las fuerzas del Libertador con el grado de Coronel. Posteriormente
estuvo vinculado principalmente a las actividades navales del Distrito del Sur de la Gran
Colombia, aunque también combatió en acciones terrestres. Fue el fundador de la Escuela
Náutica de Guayaquil en 1821, Comandante del Apostadero de Guayaquil y del
Departamento Marítimo.
En 1828 fue el principal exponente de las actividades marítimas de Guayaquil y con
anterioridad había sido Comandante de las fuerzas navales que sostuvieron el bloqueo del
Callao hasta la rendición del General español Rodil.
Constituida la República del Ecuador el General Illingworth, grado que le otorgó el Congreso
Constituyente de Riobamba, siguió desempeñando los altos cargos relacionados con la
marina y otros de carácter político.
28 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Con la llegada del General Sucre a Guayaquil junto con sus tropas la
situación se perfilaba ya favorable a Colombia, pero es necesario destacar
que las cualidades diplomáticas de éste fueron factor muy decisivo en la
consecución del propósito anexionista de Bolívar frente a la porfía de los
guayaquileños para mantenerse como Estado soberano.

La resistencia de Olmedo para impedir la inmediata incorporación de


Guayaquil a Colombia hizo que el General Sucre no insistiera en tal propósito,
ante la firme decisión del presidente de la Junta de Gobierno de mantener
independiente a la provincia hasta cuando Quito y Cuenca fueran liberadas
del dominio español y entonces de común acuerdo resolver, según la voluntad
popular, a cual de los dos Estados se anexarían las provincias que
constituyeron la Real Audiencia de Quito. El 15 de junio de 1821 se suscribió
entre el doctor Olmedo y demás Miembros de la Junta Superior y el General
Sucre, el convenio por el cual se ponía a Guayaquil bajo la protección de
Colombia, pero manteniendo su independencia política. (Anexo I)

Es así como el General Sucre dejando de lado temporalmente la


incorporación de Guayaquil a Colombia, prosiguió con los preparativos de la
campaña para libertar a Quito.

Se dieron los combates de Yaguachi, triunfo de las armas libertadoras,


pero luego en Huachi en las cercanías de Ambato la derrota de las tropas
comandadas por Sucre fue desastrosa, situación que puso en peligro a la
misma Guayaquil. Sin embargo el tesón y el genio de Sucre, con el apoyo
logístico de la provincia libre de Guayaquil, hizo posible, que poco tiempo
después el ejército libertador de Quito estuviere nuevamente reorganizado y
reforzado con tropas colombianas y peruanas para proseguir la campaña. El
24 de mayo de 1822 el ejército realista al mando del General Aymerich fue
derrotado en los riscos del Pichincha sellándose así la independencia de Quito
y de todo el territorio de la que fue la Real Audiencia.

El Libertador llegó a Guayaquil el 11 de julio de 1822 procedente de Quito,


siendo recibido con grandes honores y alegría de los guayaquileños, pero la
bandera que se exhibía en los balcones engalanados eran los colores azul y
blanco de Guayaquil independiente.

Bolívar acaso sorprendido y aparentando desconocimiento había


CONFLICTO CON PERÚ 29

preguntado que bandera era aquella, a lo que se le respondió que era la


bandera del Estado Libre de Guayaquil.

Dos días después el 13 de julio el Libertador declaró a Guayaquil bajo la


protección de las armas de Colombia y ordenó arriar la bandera azul y blanco
y enarbolar los colores amarillo, azul y rojo, consumándose así de hecho la
anexión de la provincia al Estado colombiano.

La retirada de San Martín del Teatro de Guerra del Perú, dejó al Libertador
Bolívar la gloriosa misión de consolidar la independencia de esta nación; una
vez conquistada en Pichincha, el 24 de mayo de 1822, la libertad de todos los
pueblos que pertenecieron a la Audiencia de Quito, pudo llevar a las heroicas
huestes Grancolombianas a territorios del hasta entonces Virreinato de Lima
para consolidar la independencia del Perú, en las batallas de Junín dirigida
por el mismo Bolívar y de Ayacucho por el General Antonio José de Sucre
ascendido a Gran Mariscal en reconocimiento a su brillante victoria.

Sin embargo de la decisiva derrota del Ejército español en el Teatro de


Operaciones Terrestre, la guerra continuó en el Teatro Marítimo, por la tenaz
y heroica resistencia del General español Rodil, que, atrincherado en El Callao,
se negó a capitular; siendo necesario por esto que el bloqueo de esta fortaleza
se prolongara por largo tiempo, sostenido por fuerzas navales peruanas y
colombianas, siendo las últimas constituidas en su mayor parte por elementos
humanos y materiales procedentes de Guayaquil. En sus astilleros se
repararon y carenaron los buques de esta fuerza combinada, al mando
inicialmente del Contralmirante Martín Guisse de la Marina del Perú y
después por el Capitán de Navío de la Gran Colombia Juan Illingworth, quien
lo reemplazó en el comando de la fuerza bloqueadora cuando aquél fue
depuesto por sus actitudes intemperantes y agresivas durante uno de los
necesarios y frecuentes períodos de reparaciones de la citada Escuadra en
Guayaquil. Fue arrestado el 6 de enero de 1825 por orden del Jefe Superior
del Distrito del Sur, General Paz del Castillo juzgado por una Junta de
Oficiales Generales y enviado al Perú por vía terrestre bajo vigilancia militar.

En cuanto a los resentimientos que este episodio pudo despertar en el


espíritu de Guisse, solo podemos decir que después en 1828 lo encontramos
empeñado en destruir Guayaquil y que murió en tal empeño.
30 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El Capitán de Navío Juan Illingworth se hizo cargo del mando de la


escuadra unida el 9 de enero de 1825 y continuó en dichas funciones hasta la
rendición del Callao y la consiguiente capitulación que se firmó el 22 de enero
de 1826.

Después de la batalla de Ayacucho librada el 9 de diciembre de 1824, el


Mariscal Sucre dividió su ejército; y dejando a la división del General Lara
en Arequipa ordenó que la división del General Córdova en unión con las
fuerzas peruanas pasaran el Desaguadero para buscar y destruir al ejército
del General español Olañeta que tenazmente resistía en el Alto Perú.

Pero, cercada sus fuerzas por el ejército de Sucre y por las del General
Arenales -que había salido de Salta en busca del ejército español del Alto
Perú, después que tuvo información de la victoria de Sucre en Ayacucho-
Olañeta se rindió después de su derrota en la quebrada de Termusla, cesando
así la resistencia española en la América del Sur, con excepción del reducto
del Callao que se sostuvo un año más al mando del valiente General Rodil,
tal como lo hemos apuntado en líneas anteriores.

Liberado el Alto Perú de la dominación española, los Gobiernos de Buenos


Aires y Lima intentaron la incorporación de aquél a sus respectivos Estados
especialmente este último inició de inmediato una política agresiva en tal
sentido; pero la voluntad de todos los habitantes del Alto Perú fue la de
constituirse en un Estado independiente con el nombre de República de Bolivia
en homenaje al Libertador y bajo el ordenamiento jurídico de la Constitución
Política por él concebida.

El Gobierno del Perú conspiró desde el primer momento contra esta decisión
soberana y envió con este propósito al señor Ignacio Ortíz de Zevallos
inmediatamente que el Mariscal Antonio José de Sucre pasó la frontera para
tomar posesión de la presidencia vitalicia del nuevo Estado.

La misión de dicho comisionado era la de trabajar por la disolución del


Estado boliviano y su unión al Perú, pero al comprender el Gobierno peruano
que el pueblo de Bolivia tenía la firme decisión de ser independiente, optó
por perseguir la federación de ambos Estados, a pasar de que la consideraba
como un sustituto poco conveniente de la íntima fusión que pretendía.
CONFLICTO CON PERÚ 31

GRAL. ANTONIO JOSE DE SUCRE


32 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El Comisionado Ortíz de Zevallos presentó un proyecto de federación que


fue discutido en las cámaras de representantes de Bolivia, siendo la opinión
de éstas que solo sería aceptable si la federación se extendía a Colombia,
para impedir así el peligro de la absorción de Bolivía por el Perú.

Ante esta situación el Perú abandonó por el momento la idea de incorporar


a su soberanía al Estado boliviano para dirigir preferentemente su política
expansionista hacia el Sur de la Gran Colombia, especialmente sobre
Guayaquil.

Para mayor abundamiento sobre lo arriba expresado, es pertinente


recordar, retrocediendo en el tiempo, que después de la segunda derrota en
Huachi el 12 de septiembre de 1821, sufrida por las tropas organizadas en
Guayaquil con el propósito de libertar a Quito, el General Antonio José de
Sucre quien las comandaba, se dirigió al Gobierno del Perú solicitándole
enviara el veterano batallón "Numancia", el antiguo "Voltígeros", para reforzar
su fuerza con la tropa ya fogueada.(*) Pero este pedido no fue atendido por
que se argumentó que la presencia de este batallón en el Perú era
indispensable para la seguridad de Lima, que estaba amenazada por las
fuerzas al mando del General Valdez; y en su lugar el Gobierno del Perú
acordó organizar una división con reclutas de los pueblos del norte peruano,
incluyendo en ésta a los batallones "Trujillo" y "Piura" compuestos por
soldados recién alistados. El mando de esta división fue asignado al Coronel
Andrés Santa Cruz, la misma que franqueó la frontera y se unió con el ejército
de Sucre en Saraguro, marchando luego hacia Cuenca para iniciar las
operaciones sobre Quito.

Durante la marcha desde Cuenca, la división peruana con el Coronel Santa


Cruz a la cabeza, demostró tendencia constante de dirigirse a Guayaquil en
lugar de Quito, actitud que bien puede atribuirse a la intención de inclinar a
los guayaquileños hacia la anexión al Perú.

INSIDIA PERUANA EN CONTRA DE BOLIVIA Y COLOMBIA

La política expansionista del Perú, tal como en líneas anteriores quedó


establecido, se manifestó desde los comienzos de su vida como Estado y en
los años que siguieron a la época independentista.

(*) El batallón Numancia estaba formado por soldados venezolanos, a las órdenes del General
San Martín. Habían manifestado sus deseos de salir del Perú y regresar a su suelo natal.
CONFLICTO CON PERÚ 33

La animadversión al Libertador por parte de la élite gobernante peruana


era palpable, dirigiendo sus nefastos intentos contra Bolivia y Colombia con
el propósito doble de extender sus territorios y a la vez destruir la obra del
Libertador a quien, se le atribuía pretender instaurar la monarquía, y, un
imperio, anexando a Colombia los territorios de Bolivia y Perú.

El 25 de diciembre de 1827, soldados colombianos del batallón Voltígeros


y una parte del escuadrón Granaderos, instigados por agentes peruanos
infiltrados en Bolivia, se amotinaron, apresando a las autoridades de esta
nación y apoderándose de los fondos públicos, al grito de Viva el Perú, viva el
General Santa Cruz.

La decidida intervención del Coronel Brown, que era muy querido por los
soldados del Granaderos, puso fin al motín.

La actitud resuelta del Mariscal Sucre, entonces Presidente de Bolivia y


el fracaso del motín del Voltígeros, impidieron el cumplimiento de los planes
del General Gamarra para invadir el territorio del recién constituido Estado
Boliviano; pero, pocos meses después, el 18 de abril de 1828 se produce un
nuevo motín en la ciudad de Chuquisaca, por parte de las tropas que
guarnecían esa plaza, así mismo incitados por agentes del Perú.

El Mariscal Sucre que personalmente había acudido a sofocar el motín,


fue herido de un balazo en el brazo derecho, viéndose obligado en tales
circunstancias a retirarse al Palacio de Gobierno y encargar el poder al General
Urdininea.

El General Agustín Gamarra con 5.000 soldados del Ejército del Perú,
pasó la frontera, habiendo partido desde Zepita, lugar en el que se encontraban
en espera del momento oportuno para iniciar la invasión, encubriéndola con
el pretexto de ayudar al Gobierno de Bolivia a restablecer el orden y proteger
la vida del Presidente Mariscal Sucre, tal como lo expresara en comunicación
dirigida a éste.

Después de refutar tales afirmaciones, en respuesta a la citada


comunicación el General Sucre le expresa a Gamarra que el Presidente
Encargado, el General Urdininea, "le pedirá a usted las correspondientes
explicaciones" y le aconseja que regrese al Perú como una señal de gratitud
34 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

para el Mariscal de Ayacucho por sus servicios prestados a esa nación.

El 17 de mayo el General Urdininea, desde su Cuartel General en Oruro


lanzó una proclama convocando a todos los bolivianos a tomar las armas
para rechazar al invasor. Sin embargo, como todavía no había completado la
movilización del Ejército boliviano y Gamarra no cesaba su avance Urdininea
provocó una conferencia con el General peruano, que éste al aceptarla, dijo
era para acelerar la campaña y evitar la efusión de sangre.

En esta conferencia entre otros asuntos, el General Gamarra propuso,


que a los dos días de ratificado el tratado, marchasen los restos del Ejército
de Colombia a esperar los transportes en el Puerto de Arica y que no quedara
en el Ejército de Bolivia, ningún colombiano ni extranjero y que el Ejército
del Perú siguiera ocupando los departamentos de La Paz y Oruro. Los
comisionados bolivianos a su vez exigieron que el Ejército peruano repasara
el Desaguadero en el término de 12 días y solo después de esto se podría
iniciar las relaciones diplomáticas.

El General Gamarra continuó el avance del ejército invasor y el 30 de


mayo ocupó Callalmas en su movimiento sobre Paria. En ese lugar fue
atacado por la caballería al mando del Coronel Brown, pero sin mayores
consecuencias.

Por otra parte el General Gamarra al informar a su Gobierno sobre los


acontecimientos decía que su intención era establecer en la República de
Bolivia un sistema propio y análogo al de los demás Estados continentales en
forma que "salvase al Perú de los amagos de una invasión colombiana cuyos
aparatos se observaban de muy "cerca" y continuaba expresando su fracaso
para obtener la paz pero que esperaba terminar la campaña hasta el mes de
junio y poder acudir al norte para hacer frente a la supuesta invasión dirigida
por el General Flores.

La situación de Bolivia era muy crítica con la imposibilidad del Mariscal


Sucre de ejercer el poder, y la traición del Coronel Blanco obligó al Gobierno
provisional a aceptar el tratado suscrito entre representates del Ejército de
Bolivia y del Ejército peruano, el mismo que fue ratificado por el General
Urdininea en su Cuartel General en Potosí, el 7 de julio de 1828 en el que se
establecía como punto principal la salida de Bolivia de todas las tropas
CONFLICTO CON PERÚ 35

colombianas y que se convocaría para el 1 de agosto al Congreso


Constituyente, que debía reunirse en Chuquisaca para ocuparse inicialmente
en recibir el mensaje del Presidente Antonio José de Sucre y aceptar su
renuncia.

El Congreso se reunió el día 3 de agosto, es un ambiente caracterizado por


la demanda de los diputados para que el Ejército del Perú abandonase la
ciudad, pero Gamarra se opuso, amenazando a los que tal cosa expresaran,
con hacerlos fusilar.

Quedaba así consumada la invasión a Bolivia y cumplida la nefasta


intención peruana de alejar al Mariscal Sucre del territorio de Bolivia para
hacer posible sus deseos de incorporarla en un futuro a la soberanía peruana
y no sólo como argumentó Gamarra para asegurar su libertad y hacer frente
a la por él inventada invasión de Colombia, cuando la verdad es que su propó-
sito era asegurar su libertad de maniobra para invadir el Sur de Colombia.

El Mariscal Antonio José de Sucre con fecha 2 de agosto de 1828 presentó


su mensaje al Congreso Constitucional en el que le informaba en forma extensa
y detallada de los acontecimientos antes mencionados; y terminaba
presentando ante esta corporación su renuncia a la Presidencia de Bolivia y
su intención de abandonar su territorio inmediatamente y en forma definitiva.

El mismo día 2 de agosto abandonó Chuquisaca y el 25 llegó a Cobija,


después de un viaje largo, impuesto por la herida que aún no había cerrado,
ahí embarcó en una fragata mercante inglesa que venía de Africa para Callao.
Hizo escala en Arica en donde se informó sobre el embarco de las tropas
colombianas. Llegó al Callao el 10 de septiembre en donde permaneció sin
desembarcar hasta el 12; durante su permanencia en este puerto se informó
de la llegada a Paita del General La Mar para asumir el mando del Ejército
invasor del Sur de Colombia.

El 19 de septiembre arribó a Guayaquil en circunstancias en las que se


continuaban los preparativos para hacer frente a la agresión del Perú.

Pero también, anteriormente a los hechos relatados, el 26 de enero de


1827 la División Auxiliar del Ejército de Colombia, que desde la batalla de
Ayacucho permanecía en Lima y que estaba comandada por el General Jacinto
36 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Lara se había amotinado tomando prisioneros al citado General y a un grupo


de oficiales, instigados y engañados por agentes peruanos. Como para aliviar
sus conciencias los amotinados prometieron ser leales a su patria y a las
instituciones que establecía la Constitución de Cúcuta y oponerse a cualquier
otra, extraña a los fundamentos de esa.

Como, después fue plenamente conocido, fueron elementos del Perú,


quienes indujeron a los soldados colombianos a amotinarse pues se los habían
convencido que el Libertador pretendía imponer a Colombia la Constitución
de Bolivia, en vez de la que estaba vigente, la de Cúcuta.

La División era una fuerza poderosa formada por batallones de honrosa


tradición y veteranos de la guerra de la Independencia; entre ellos se
destacaban el "Vencedor" y el "Rifles". Fueron estos heroicos combatientes
por la libertad, los que cometieron desatinado acto de insubordinación
instigados por agentes del Gobierno del Perú, y en la creencia que así estaban
cumpliendo con su juramento de ser leales a los principios de la República.

Pero, como lo que pretendía el Gobierno peruano era el alejamiento de la


División y producir todo el trastorno posible en el interior de Colombia, de
inmediato proporcionó los buques necesarios para transportarla de acuerdo
a las demandas de éstos para el pronto regreso a su patria, pero sin poner
nada de ésto en conocimiento del Gobierno de Colombia.

En el puerto del Callao, la División embarcó el día 16 de marzo de 1827,


una vez que se le había pagado parte de sus haberes, lo que ascendía a la
suma de 220.000 pesos.

Los buques que transportaban a los 2.400 hombres que constituían la


División Auxiliar, se dieron a la vela ese mismo día con rumbo hacia el Sur de
Colombia.

La División desembarcó, dividida, en diferentes lugares, aproximadamente


la mitad lo hizo en el puerto de Paita al mando del tristemente célebre Teniente
Coronel José Bustamante, el principal cabecilla del motín; otra parte similar
lo hizo en Manta, al mando del Coronel Juan Francisco Elizalde y el batallón
Ayacucho que llegó con retraso desembarcó una parte en Machala y otra
directamente en Guayaquil. Los que desembarcaron en Paita marcharon
CONFLICTO CON PERÚ 37

hacia Loj a; los que lo hicieron por Manta se dispersaron por toda la provincia
de Manabí y los que llegaron a Machala se dirigieron a Cuenca.

En Guayaquil había una guarnición de unos 250 hombres al mando del


Coronel Rafael Merino, oriundo de la misma ciudad y del Coronel Antonio
Elizalde, Jefe del Estado Mayor del Departamento, hermano del que mandaba
la fuerza que había arribado a Manta

Este último envió un comunicado al Jefe de Guayaquil indicándole las


razones de la rebelión de la División y la resolución de no obedecer a las
autoridades del Gobierno y exigiendo que reconociera Guayaquil a la
Constitución de Cúcuta y se nombrara autoridades que aceptaran las
exigencias de la División.

Siendo también Elizalde oriundo de Guayaquil, como lo era su hermano y


habiendo en esta ciudad gran descontento por algunos procedimientos que
ejercían algunos jefes y oficiales granadinos y venezolanos, no fue difícil que
se accediera a tales exigencias y se nombrara al General del Ejército del
Perú José de La Mar, oriundo de Cuenca y tío de los Elizalde, Jefe Superior
Civil y Militar.

El General Jesús Barreto tomó también partido al lado de los amotinados


y logró que plegara al movimiento el escuadrón Húsares.

El Jefe Supremo del Sur General Gabriel Pérez, el General Manuel Valdez
y el Intendente Mosquera se refugiaron en el bergantín de guefra "Congreso"
que no se había unido al movimiento pero el Coronel Luis Urdaneta y otros
oficiales fueron tomados prisioneros y llevados a los pontones, solamente el
General Tomás Heres logró fugar.

Después el bergantín "Congreso" se entregó a las nuevas autoridades, pero


los Generales que en él se habían refugiado, salieron para Panamá en buques
mercantes.

El General Juan José Flores, que era el General en Jefe del Ejército del
Sur, al saber lo que Bustamante y los amotinados intentaban, se había dirigido
a Guayaquil para organizar con el General Gabriel Pérez las fuerzas para
oponerse a los propósitos de Bustamante, pero regresó luego al interior para
38 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

CORONEL JUAN FRANCISCO ELIZALDE Y LA MAR


COMANDANTE DE LA TROPA QUE DESEMBARCO EN
MANTA

CORONEL ANTONIO ELIZALDE Y LA MAR


JEFE DEL ESTADO MAYOR DEL DEPARTAMENTO DE
GUAYAQUIL
CONFLICTO CON PERÚ 39

formar nuevas unidades. Fue entonces, en ausencia del General Flores, que
Guayaquil, el citado 16 de abril, se unió a los insurrectos, quedando Flores
en difícil situación para oponerse a las tropas veteranas de Cuenca y
Guayaquil, pues sólo disponía de las tropas del departamento de Ecuador
(Quito) y tampoco podía esperar auxilios del Norte puesto que el General
Santander, el Vicepresidente Encargado del Gobierno simpatizaba con la causa
de los alzados en armas, tal como lo expresó en carta al Teniente Coronel
Bustamante, enviada junto con su despacho (nombramiento) de Coronel y
comunicándole la autorización que habíase dado a Obando para otorgar
grados y recompensas a los integrantes de la División Auxiliar.

El Libertador se encontraba en la Costa Atlántica empeñado en consolidar


la paz en Venezuela y otras regiones del Norte en donde recibió noticias sobre
los acontecimientos y el 10 de julio en carta al Vicepresidente Santander le
expresaba su absoluta certidumbre que los acontecimientos eran
consecuencias de la intención del Perú de anexar los departamentos del Sur
de Colombia.

En estas circunstancias fue cuando las tropas que se habían acantonado


en Cuenca a órdenes de Bustamante pudieron conocer cual había sido la
verdadera situación en Colombia y fueron dándose cuenta del engaño que
había sido víctima; especialmente contribuyó a este cambio la presencia del
Capitán Ramón Bravo enviado por Flores, quien a pesar de haber sido
apresado logró convencer a los soldados que lo custodiaban, de las patrañas
de Bustamante y reuniéndose éstos al grito reivindicador de la honra de la
División lanzado por Bravo, arrastraron a su lado a toda la tropa, la que
apresó a Bustamante y a todos los oficiales, actores y cómplices de la rebelión.

Desde ese momento el General Flores tenía a sus órdenes a las unidades
de Cuenca y a los batallones que había organizado en Quito disponiendo de
1.300 hombres para iniciar las operaciones sobre Guayaquil.

Sin embargo, esperó que las fuerzas de Guayaquil se le unieran sin abrir
hostilidades, pero, finalmente como esto no sucedía inició la campaña, pero
estando ya apoderado de Babahoyo, se presentó una comisión enviada por el
Cabildo de Guayaquil para llegar a un entendimiento.

El General Flores aceptó a los comisionados y a su vez nombró el suyo,


40 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

habiéndose acordado que las tropas de Guayaquil partieran para Panamá


unas, y otras para Pasto, pudiendo licenciarse los que quisieran o integrarse
a otros cuerpos.

Pero como el Municipio inexplicablemente rechazó ese Acuerdo, el General


Flores movió sus fuerzas hacia Guayaquil y las reforzó con el batallón Caracas
y algunos oficiales y gente de Guayaquil que discrepaban con La Mar, que
abiertamente conspiraba para que la provincia se separara de Colombia y se
incorporara al Perú.

Era esta la situación, cuando el General La Mar se alejó de Guayaquil,


para dirigirse al Perú y asumir la Presidencia de esa República para la que
había sido electo por influencia del partido que entonces dirigía los destinos
de esa nación.

El Concejo Municipal de Guayaquil se hizo cargo del Gobierno de la


Provincia y convocó una reunión de padres de familia que en Asamblea
acordaron el establecimiento de un gobierno federal, sistema que como es
sabido, no era del agrado del Libertador.

En estas circunstancias se produjo la sublevación del batallón Guayas


para deponer del mando al Coronel Elizalde; el Coronel León tomó el mando
del batallón "Vencedores" y secundado por el batallón "Ayacucho" pudo
conseguir que las diferencias terminaran y el 22 de septiembre de 1827 se
proclamara la unión al Gobierno de Colombia y al Libertador Bolívar.

Se hizo cargo de la Intendencia del Departamento, el General Ignacio


Torres designado por el Gobierno de Colombia.

Quedaba así sin efecto este intento del Gobierno peruano de conseguir la
anexión del Sur de Colombia al Perú por estos procedimientos tan desleales,
pero la paz no se consiguió, pues luego sobrevino el levantamiento en Pasto
de los Coroneles José María Obando y José Hilario López, el traidor que llegó
hasta pedirle a La Mar continuara su marcha hasta el Juanambú para
derrocar al Libertador y entregar al Perú los territorios del Sur de la Gran
Colombia; y, el Gobierno peruano seguía preparándose para la agresión, y es
así que en diciembre de 1827 y en el año 1828 se dieron los acontecimientos
ya antes referidos protagonizados por las tropas colombianas en territorio de
CONFLICTO CON PERÚ 41

Bolivia, instigados igualmente por agentes del Gobierno del Perú, presidido
por el Mariscal La Mar, con el propósito perseguido por éste de alejar de la
Presidencia de Bolivia al Mariscal Sucre para así asegurar la no intervención
de esta Nación a favor de Colombia en la guerra que el Perú buscaba para
satisfacer sus impulsos de expansión territorial.

El Perú, empeñado en provocar la guerra con Colombia, accionaba en todos


los frentes y usaba toda clase de procedimientos aún lbs más desleales. De
esta manera y con el propósito de exasperar al Gobierno de Colombia, envió
en aparente misión diplomática al señor José Villa, quien tenía como
verdadera consigna, irritar los ánimos y producir situaciones conflictivas de
tal magnitud para obligar a Colombia a defender su honor y sus intereses
nacionales.

El 27 de diciembre de 1827, dicho señor Villa informó al despacho de


Relaciones Exteriores de Colombia sobre su presencia en territorio de esta
nación y de su calidad de enviado plenipotenciario del Gobierno del Perú;
justificando su inesperado y no anunciado desembarco por el puerto de
Buenaventura, aduciendo su intención de llegar lo más pronto a Bogotá. Fue
ésta la primera noticia que tuvo sobre este personaje el señor J. R.Revenga,
quien tenía a su cargo el Despacho de Relaciones Exteriores.

Habiéndole manifestado el señor Revenga al señor Villa su deseo de iniciar


lo más pronto la discusión de los asuntos que eran causa de la situación de
conflicto que había entre los dos países, le contestó estar de acuerdo con tal
procedimiento.

Después de las primeras conversaciones el Ministro Revenga presentó al


Representante del Gobierno del Perú un pliego de preguntas con el propósito
de que éstas quedaran protocolizadas. Estas eran las siguientes:

1. Si estaba autorizado para explicar porqué el Perú retenía las provincias


de Jaén y parte de la de Mainas; y si también lo estaba para ordenar que
inmediatamente se incorporen a Colombia.

2. Si lo estaba para explicar porqué el Perú devolvió a Colombia sin previa


noticia de su Gobierno la 3a. División Auxiliar del Perú, prefiriendo para el
embarque y desembarque puertos distintos a los que indicó el Encargado de
42 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Negocios de Colombia y si lo estaba para llevar a efecto las indemnizaciones a


las que por todo ello tenía derecho Colombia.

3. Porqué se expulsó del Perú violentamente al Encargado de Negocios de


Colombia.

4. Porqué se había negado el paso por el territorio peruano a las tropas


que vencieron en Junín y Ayacucho y que regresaban de Bolivia; y porqué se
les exigió condiciones sumamente injuriosas a las mismas tropas y a la nación
a la que pertenecían.

5. Porqué se habían acumulado en tanto numerosas tropas peruanas sobre


las fronteras de Colombia, si estaba autorizado para liquidar las cuentas de
los suplementos que Colombia había hecho al Perú y efectuar el pago; porqué
se aprisionó en El Callao al Comandante Ramón Márquez, Edecán del
Vicepresidente de Colombia, que iba en comisión a Bolivia y al Comandante
Machuca que conducía la espada que el Congreso peruano ofreció al Mariscal
de Ayacucho; y porqué se había expulsado del territorio peruano a colombianos
pacíficos y a oficiales que se hallaban en Piura restableciendo su salud.

El representante del Gobierno del Perú en contestación a las preguntas


formuladas por el Ministro Revenga expresó que no tenía facultades para
tratar sobre el estado y devolución de las provincias de Jaén y Mainas, ni
sobre los gastos de guerra, y que en relación a los otros puntos que los
consideraba podían ser remediadas con meras satisfacciones, si estaba
facultado para hacerlo; justificando la negativa del Gobierno peruano del
permiso para el paso de los soldados colombianos que salían de Bolivia, a los
que se les exigía que transitaren por territorios casi despoblados del Perú,
sin armas, sin considerar que estos mismos soldados eran los que habían
combatido por la independencia de esta nación.

Al respecto expresó que existían sospechas de que el Mariscal Sucre


intentaba valerse de dichas tropas para arrebatar territorios al Perú en
beneficio de Bolivia y aún más, lo acusó de enviar dinero al Ministro de
Colombia en el Perú, señor Armero para que conspirara contra la existencia
del Perú.

El señor Villa hizo de su presencia en Colombia, el medio más eficaz para


CONFLICTO CON PERÚ 43

agudizar las tensiones existentes entre ambos Estados, pues en vez de


propiciar un entendimiento pacífico, sus torcidas exigencias y acusaciones,
incrementaban cada vez más el sentimiento de beligerancia que ya estaba
presente. Cumplida así su misión, el enviado extraordinario del gobierno del
Perú pidió su pasaporte y regresó a su país.

SITUACIÓN INTERNA DE COLOMBIA

Mientras La Mar Presidente del Perú, preparaba la guerra de agresión contra


Colombia, en el interior de ésta ocurrían acontecimientos políticos que
afectaban gravemente a su paz interna.

A pesar de que el Congreso, que inauguró sus sesiones el 2 de mayo de


1827 en la ciudad de Tunja, había declarado superadas todas las disenciones
habidas desde abril del año anterior y negado la renuncia al Mando Supremo
presentada por el Libertador por cuarta vez, los antagonismos entre los
poderes continuaron y en la sesión del 19 de junio, suspendió las facultades
extraordinarias al Encargado del Poder Ejecutivo y restableciendo así el
mandato de la Constitución.

Fue convocada la Gran Convención que debía reunirse en Ocaña el 2 de


marzo del año siguiente y, por Decreto, el 8 de agosto de 1827 por sugerencia
de General Santander el vicepresidente encargado del poder en ausencia del
Libertador, el Congreso decretó la disminución de los efectivos del Ejército a
la base de 9.880 hombres, lo que constituía un verdadero atentado a la
seguridad de la nación, que se hallaba en situación de tener que afrontar la
guerra que a todas luces se veía venir y también asegurar el orden perturbado
por la demagogia de quienes se oponían al Libertador.

Bolívar en estas circunstancias resolvió trasladarse a Bogotá para oponerse


a tales medidas que las consideraba inconsultas ya que le privaba de los
medios necesarios para mantener con vida a la nación.

El 5 de octubre el Congreso celebró su última sesión, al mismo tiempo que


el General La Mar iniciaba la concentración de su ejército en la frontera
norte peruana.

Pero esto no era todo lo que perturbaba la paz en Colombia, en el frente


44 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

externo la situación era inquietante, pues a más de la evidente agresión que


preparaba el Perú, habían rumores de la llegada de la Escuadra española a
las costas de Venezuela; para el mes de enero de 1828, dichos rumores eran
más frecuentes y se fundamentaban en el hecho de que en La Habana estaban
estacionados varios buques que según se aseguraba traían oficiales y armas
para las guerrillas que mantenían en constante agitación a varios
Departamentos en los cuales se intentaba aún favorecer a la reacción española.

De todos estos rumores, que como veremos después, ocasionaban serias


interferencias a la defensa frente al Perú, sólo se concretó la presencia de
una fuerza naval española al mando del Almirante Angel Laborde compuesta
del navío "Guerrero" la fragata "Iberia" y el bergantín "Hércules" que llevaban
armas para los complotados con Arizabalo para restaurar el dominio español
en Venezuela. Sin embargo, todo esto no tuvo mayores resultados, no obstante,
el Libertador declaró el 16 de febrero en Asamblea los Departamentos de
Zulia, Venezuela, Orinoco y Maturín, asumiendo el ejercicio de las facultades
extraordinarias en dichos Departamentos, lo que significaba negarle el
ejercicio del poder al Vicepresidente, General Santander.

La Convención se reunió el 9 de abril de 1828 y desde los primeros


momentos, los enemigos de Bolívar, no tuvieron otro propósito que combatirlo
y tratar de quitarle todo poder, siguiendo las ideas de Santander que había
expresado que hacía todo lo posible o lo imposible para salir de Bolívar, a
quien señalaba como causa de las perturbaciones de la República. Ante este
clima de franco conflicto entre las dos fracciones de los asambleístas, los
partidarios del Libertador optaron por retirarse de las sesiones, dejando sin
quórum a la convención.

Los pueblos en general reaccionaron a favor del Libertador, llamándolo a


regir los destinos de Colombia con un poder dictatorial y el 24 de julio entró
en Bogotá siendo recibido con grandes festejos en su honor, principiando de
inmediato a dictar nuevas leyes o modificando otras.

Ya por esta época el Perú, para el que la situación interna de Colombia le


facilitaba la consecución de sus propósitos de agresión, había penetrado en
territorios del Sur de Colombia y sus buques de guerra merodeaban en aguas
colombianas.
CONFLICTO CON PERÚ 45

Sin embargo, los enemigos del Libertador no se dieron por vencidos y pocos
meses después, el 25 de septiembre, intentaron asesinarlo, intento frustrado
por la intervención de la quiteña Manuela Saenz.

Vino luego la insurrección en Pasto de los Coroneles López y Obando,


acontecimiento que durante la guerra con el Perú tuvo importante significado
porque aislaba al Sur de Colombia con el resto de la República por vía terrestre;
y el dominio del mar que lo tenía el Perú, hacía imposible reforzar y abastecer
al Ejército del Sur, lo que determinó que casi el tota' esfuerzo bélico de
Colombia, fuera realizado con medios humanos y materiales del Distrito del
Sur, es decir lo que hoy es el Ecuador.

En medio de todas estas dificultades, el Libertador, hizo frente a la agresión


del Perú con entereza y determinación.

LA MARINA DE GUERRA DE LA GRAN COLOMBIA EN EL


PACÍFICO A PRINCIPIOS DEL AÑO 1828

Al iniciarse el año 1828, en circunstancias en las que se aproximaba el conflicto


bélico entre la Gran Colombia y el Perú, y cuando la amenaza española
sobre la costa Atlántica se hacía presente, el Poder Naval Grancolombiano
no era suficiente para cubrir los dos Teatros de Operaciones que la geografía
determinaba en tal situación.

La Gran Colombia, si bien en aquella época incluía entre otros buques de


su fuerza naval, a las dos poderosas fragatas de 62 cañones: La "Colombia"
y la "Cundinamarca", debía, por fuerza de las circunstancias, mantener
concentrada en el Teatro Atlántico a la citada fuerza para rechazar en el caso
de concretarse la agresión de la Escuadra española al mando del Almirante
Laborde, que operaba en apoyo de la expedición del General Morales que
había llegado a Puerto Rico.

De tal manera que en el Pacífico, solo había, para hacer frente a cualquier
emergencia la goleta "Guayaquileña" ya que los otros buques que habían,
estaban en tal estado de destrucción que en esa época eran ya verdaderas
ruinas, consecuencia del desgaste sufrido durante la larga campaña que
46 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

debieron realizar en el tiempo que duró el bloqueo del Callao, último reducto
de la resistencia española en el Perú, hasta la rendición del General Rodil en
enero 23 de 1826.

En el mes de marzo de 1828 el Comandante del Apostadero de Guayaquil,


Capitán de Navío don Juan Illingworth comunicaba al Secretario de Estado
del Despacho de Marina sobre la precaria situación de los buques,
informándole que sólo disponía del bergantín goleta "Guayaquileña" como
único bajel en estado de prestar servicios; que se estaba trabajando para
poner nuevamente en servicio al bergantín "Chimborazo" de acuerdo al plan
general de defensa; que la corbeta "Pichincha" había sido vendida por
inservible y que en relación al bergantín "Congreso" estaba en espera de la
resolución del Gobierno para venderlo en pública subasta o desbaratarlo por
cuenta del Estado; así poco después en mayo del mismo año este buque, fue
quemado con excepción de las partes útiles a los otros buques del apostadero.

Además, le manifestaba su opinión favorable para la compra de la corbeta


"Adela" según la propuesta presentada por el Coronel Manuel Antonio
Luzarraga, quien se comprometió a transformarla en un bergantín, tal como
había sido construida inicialmente en Francia para buque de guerra; debiendo
quedar, al terminarse los trabajos, con características semejantes a las de la
"Guayaquileña" para constituir con ambas una fuerza capaz de hacer frente
y destruir a los corsarios españoles que amagaban al comercio de la Gran
Colombia en el Pacífico. (*)

Es algo curioso observar que pocos meses después la corbeta "Pichincha"


que, según el antes citado informe del Comandante del Apostadero de
Guayaquil, había sido vendida por inservible, fue en unión con la
"Guayaquileña", los dos únicos buques grancolombianos que protagonizaron
el combate de Malpelo.

En cuanto a lo relacionado con el bergantín "Chimborazo" y con la corbeta


"Adela" es fácil deducir que los trabajos que se realizaban en el primero no se
concluyeron antes del 31 de agosto, fecha en la que se libró el mencionado
combate; y en lo pertinente a la corbeta "Adela" la vemos figurar en
acontecimientos posteriores al combate de Malpelo, pero en forma pasiva,

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico


CONFLICTO CON PERÚ 47

sin intervenir en ninguna acción, lo que hace posible concluir que en tal época
no habíase finalizado los trabajos para transformarla en bergantín de guerra
y que la venta fue realizada.

También es necesario referirnos a los antecedentes que obraron en lo


relativo al bergantín "Congreso" y así anotamos que con fecha 12 de enero
del año en cuestión, el Capitán de Navío Juan Illingworth informó al Secretario
de Marina sobre el estado del citado bajel y de las medidas que había adoptado,
para decidir su futuro; y así le decía que había designado al Capitán de Navío
Tomás Carlos Wright y al de igual grado Manuel Antonio Luzarraga para
que lo inspeccionaran y les informaran sobre los resultados de dicha
inspección.(*)

Podemos deducir que lo expresado en el mes de marzo por el mismo Capitán


Illingworth, en relación al bergantín "Congreso" era consecuencia del informe
de Wright y Luzarraga.

En resumen se puede concluir que en el año 1828 la Marina


Grancolombiana del Pacífico solo tenía como unidad en condiciones de prestar
servicio a la goleta "Guayaquileña", que los pocos buques basados en el
Apostadero de Guayaquil, estaban reparándose y otros habían salido del
servicio tal como quedó expresado anteriormente.

Pero es preciso anotar que la citada goleta no estaba con su correspondiente


artillería al iniciarse el año 1828 pues recién el 29 de febrero el Comandante
del Apostadero de Guayaquil, en comunicación al Secretario de Marina
solicitaba la autorización para armarla con las carronadas y cañones que
indicaba en la respectiva nota, en la que solicitaba también se aprobara la
designación para Comandante en la persona del Capitán de Fragata
Archivaldo Taylor y para oficiales de guardia al Teniente de Fragata Francisco
Calderón y Alférez de Navío Juan Evangelista Granja. Esta solicitud fue
aprobada por el Gobierno según consta en la comunicación del Secretario de
Marina al Comandante del Apostadero fechada el 8 de marzo de 1828.

Llama la atención la rapidez con la que la solicitud del Comandante del


Apostadero de Guayaquil llegó a su destino y aun más la presteza con que

(*) Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal.- Tomo 79 - 1828 Folio 30.


48 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

fue atendida y contestada, si se considera el tiempo que en aquella época, se


empleaba en la generalidad de los casos para recorrer trayectos como el de
Guayaquil a Bogotá.

Es necesario también referirnos a otro aspecto que determinaba la situación


naval en aquellas circunstancias, esto es la disponibilidad de oficiales y
tripulantes, para completar las dotaciones de los buques en condiciones de
armamento, que no era favorable, especialmente porque en la región que
correspondía al Apostadero de Guayaquil, escaseaba la gente de mar, lo que
obligaba a las autoridades navales a reclutar gente sacada de las canoas y
otras embarcaciones fluviales, pata completar las tripulaciones, básicamente
formadas por extranjeros, es decir mercenarios, los que no pocas veces,
ocasionaron motines, reclamando el pago de sus remuneraciones estipuladas
en sus contratos de enganche, que no eran oportunamente entregadas por
razones de la pobre economía de la hacienda pública, consecuencia de los
gastos que ocasionó, especialmente al Departamento de Guayaquil, la guerra
de la independencia del Perú.

La situación respecto a oficiales era mejor, pues marinos como Illingworth,


Wright, Pareja y Luzarraga constituían el Alto Mando Naval y la oficialidad
estaba formada por unos pocos extranjeros y todos los oficiales egresados de
la Escuela Náutica de Guayaquil.

Esta era la situación naval de la Gran Colombia en el futuro Teatro de


Operaciones del Pacífico y ante la amenaza de agresión del Perú ya evidente,
el Libertador consideró la necesidad de trasladar al Pacífico las dos fragatas
o por lo menos una de ellas acompañada con otra nave de menor porte y
poder, pero la también gravísima amenaza de España, en el Atlántico le
impidió tomar tempranamente una decisión al respecto. Grave era el dilema
que se le presentaba: fortalecer el Teatro del• Pacífico, debilitando el del
Atlántico. ¿Cuál era la amenaza más peligrosa?

Pero a más de la incertidumbre que lo agobiaba, debía hacer frente a la


limitada economía del Estado en aquella época, que dificultaba el alistamiento
para la larga travesía que los buques debían realizar por el Sur del Cabo de
Hornos.

La decisión finalmente fue la de enviar una sola fragata con una corbeta,
ALMIRANTE JUAN ILLINGWORTH
CONFLICTO CON PERÚ 51

pero la falta de recursos retrasó el cumplimiento de lo ordenado, circunstancias


en las cuales el Libertador expresó que si había necesidad de empeñar la
casaca debía de hacerlo con tal que la fragata llegara oportunamente al
Pacífico; tal era su convencimiento sobre lo decisivo que era el Dominio del
Mar en la guerra que se esperaba.

Desgraciadamente más pesaron las dificultades que los esfuerzos de Bolívar


y la fragata no pudo intervenir en los acontecimientos bélicos del conflicto,
tal como después lo relataremos con más detenimiento.

Para mayor claridad de lo antes expresado en relación a la situación de


absoluta inferioridad de la Marina de Guerra Grancolombiana en el Teatro
del Pacífico frente a la de su potencial adversario, el Perú, es pertinente dar
a conocer algunas de las características principales del único buque de guerra
de la Gran Colombia que estaba en condiciones operativas en aquella época:
la histórica goleta "Guayaquileña".

Este buque fue comprado en 22.000 pesos en el año 1822 por disposición
del Libertador para reforzar a la Marina de Guerra de la Gran Colombia en
el Pacífico, que sostenía, junto con las Escuadras chilena y peruana, la
campaña por la independencia del Perú, habiendo tomado parte importante
en el bloqueo del Callao. Su nombre anterior fue "Lady Collier" y su armador
don Guillermo Rabinet.

Según el Capitán de Fragata Mariano Sánchez Bravo, en su obra "Buques


y Personajes", la goleta "Guayaquileña", en la época en que fue adquirida,
montaba 18 cañones, lo que sería 9 por banda pero de acuerdo a documentos
correspondientes a años posteriores, el número de cañones que tenía, hacia
1828, debió ser inferior, pues en el inventario según el cual fue recibida en
1830 por el Comandante del Apostadero de Guayaquil Capitán de Navío Tomás
Carlos Wright, en circunstancias en la que el Perú devolvía las naves
entregadas, con inventarios, por el Almirante Juan Illingworth a Boterín en
enero de 1829 al ser ocupada la ciudad de Guayaquil por los peruanos, se
hace constar 13 carronadas de hierro y 3 cañones de bronce, sin objeción
alguna; lo que nos permite concluir que en 1828 en vísperas de la guerra y
luego al momento de producirse el combate de Malpelo, el armamento que
tenía la goleta "Guayaquileña" correspondía a las cifras últimamente citadas
y que deben ser las mismas del inventario de enero de 1829, pues en caso
52 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

contrario el Capitán Wright hubiese dejado constancia de tal diferencia.

El casco de la "Guayaquileña" era de fuerte construcción y forrado de


cobre. (*)

En cuanto a la corbeta "Pichincha" que como hemos expresado en páginas


anteriores, fue vendida por inservible según el informe del Almirante
Illinworth, podemos decir que fue un buque de bandera francesa llamada
"Peruviana" comprado en 1822 por orden del Libertador, para reforzar la
Marina de la Gran Colombia del Pacífico. Su costo fue de 25.000 pesos.

Pese a su condición de inservible y de haber sido vendida, la encontramos


interviniendo en el combate de Malpelo, en compañía de la "Guayaquileña"
contradicción que se explica precisamente por su extrema condición de
inservible, pues, como lo señaló el historiador Julio Estrada Y., ya en 1827 se
había encontrado un comprador que se arrepintió de adquirirla al constatar
su estado de casi destrucción total, situación que se repitió en 1828 y que
debe ser lo que determinó el anuncio de su venta por el Comandante del
Apostadero don Juan Illingworth en el mes de marzo del citado año, pero
igualmente sin confirmarse la venta, lo que hizo posible su intervención en el
conflicto con el Perú, al no disponerse de otra nave en condiciones de operar
al producirse la emergencia. (**)

LA MARINA DE GUERRA DEL PERÚ EN EL AÑO 1828

Sin el propósito de tratar in extenso, sobre el proceso del desarrollo de la


Marina de Guerra del Perú, debemos sin embargo recordar que desde sus
comienzos el Estado peruano dio gran importancia a los asuntos navales,
procediendo a organizar su Escuadra, la que si bien con vicisitudes, logró
afianzarse con el devenir del tiempo.

En 1828 la Escuadra del Perú no era superior a la de Colombia, por cuanto

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.


(**) La transformación de la corbeta "Adela" en bergantín de guerra no quedó terminada hasta
diciembre de 1828. El 19 del citado mes el Capitán Francisco Reyna informó al Comandante
del Apostadero sobre la terminación de las obras, indicándole que solo faltaba montar el
armamento y que lo relacionado con el casco, arboladura, jarcia, maniobra estaba listo
con excepción de las velas que no habían sido cosidas totalmente, pero que había lona en la
cantidad necesaria para confeccionarlas.
CONFLICTO CON PERÚ 53

ésta contaba entre sus unidades navales a las fragatas de 62 cañones


"Colombia" y "Cundinamarca", pero para el Estado colombiano, su mayor
fuerza naval no significaba un superior poder naval, porque teniendo costas
en el Atlántico y en el Pacífico, debería en determinadas situaciones actuar
defensivamente en dos Teatros de Operaciones Navales, separados por
grandes distancias, en tanto que el Perú podía mantener concentradas sus
fuerzas en el Pacífico y este era el caso en la situación que nos estamos
ocupando, tal como quedó expresado en páginas anteriores al referirnos a la
Marina de Guerra Grancolombiana del Pacífico.

La principal nave de la Escuadra del Perú, era en aquella época la fragata


"Presidente", antes llamada "Protector" en honor al General San Martín, y
que fue en la Marina de Guerra de España denominada "Prueba".

Relatar todos los pormenores sobre el modo como esta nave española pasó
a formar parte de la Marina de Guerra del Perú, llevaría muchas páginas,
por lo que nos limitaremos a lo que la extensión y el propósito de este libro lo
permite.

Cuando en 1822, el puerto del Callao fue bloqueado por la Escuadra chilena
al mando del Almirante Cochrane, los buques españoles perdieron su base,
circunstancias en las cuales, la persecución de la "Prueba" y la "Venganza"
por el Almirante chileno fue incesante, lo que obligó a los Capitanes de Navío
José Villegas y Joaquín de Soroa, comandantes de los buques en el orden
respectivo, a entregar sus naves al Gobierno peruano, entrega que se hizo
por intermedio de la Junta de Gobierno de la Provincia Libre de Guayaquil.

Este buque, fue como veremos en páginas más adelante, el que bombardeó
la ciudad de Guayaquil en el año 1829 al mando del Contralmirante Martín
Jorge Guisse, quien murió en el transcurso de la acción, y el que poco después
se hundiera frente a esta misma ciudad a causa de un incendio y consiguiente
explosión de su santa bárbara.

Pero abandonemos esta digresión para seguir con el tema que se está
tratando, dando a conocer la composición de la Escuadra del Perú en el año
1828, en víspera de iniciarse la guerra:

Fragata "Presidente" de 42 cañones


54 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Fragata "Monteagudo"
Corbeta "Libertad" de 22 cañones
Bergantín "Congreso" de 20 cañones
Goleta "Arequipeña" de 14 cañones
Goleta "Peruviana"
8 lanchas cañoneras

En 1828 encontramos al Contralmirante don Joseph Pascual de Vivero en


el cargo de Comandante General de la Marina del Perú y al Contralmirante
Martín Jorge Guisse en el de Comandante General de la Escuadra peruana.

El primero de los nombrados era el Gobernador de Guayaquil en el año


1820, y fue tomado prisionero al producirse el movimiento del 9 de octubre y
enviado al Perú, en la goleta "Alcance", a órdenes de San Martín.
CAPITULO II

,,,a escafaba bef


confacto
LA ESCALADA DEL CONFLICTO

PREPARATIVOS BÉLICOS Y DECLARACIÓN DE LA GUERRA


esde la batalla de Ayacucho, en la que el ejército libertador, al mando
del General Antonio José de Sucre, consolidó la independencia del Perú
del dominio de España, hasta el año 1828, solaffiente han transcurrido
aproximadamente tres años y durante tan corto tiempo, la ingratitud del
Perú para con Colombia se manifestó con una política insidiosa contra ésta y
en especial contra el Libertador, tal como quedó relatado en páginas anteriores
al tratar sobre los acontecimientos que protagonizó la División Auxiliar
Grancolombiana y luego los de Bolivia instigados por agentes peruanos. El
doble propósito que perseguía el Perú en Bolivia, era como ya quedó expresado
anexar todo el territorio de ésta y alejar al Mariscal Sucre de dicha nación
para así asegurarse la no intervención del Ejército boliviano a favor de
Colombia, en la guerra de conquista que preparaba contra ésta, para
arrebatarle los Departamentos del Sur, incluyendo el puerto de Guayaquil.

Desde La Paz el Mariscal Sucre, le escribió a Flores, el 27 de enero de


1828: "Es preciso pensar que el Perú aspira a dominar a Bolivia y sustraer a
Colombia los Departamentos del Sur, sea por instigaciones o la fuerza". Ante
esta actitud de franca beligerancia del Perú, el General Juan José Flores,
que era el Jefe Superior del Sur de la Gran Colombia, creía que era necesario
adelantarse a tal intento tomando la ofensiva, pero el Libertador Bolívar no
compartía estas ideas.

Sin embargo, la proclama de Flores del 18 de abril anunciando que el


Libertador marchaba hacia el Sur con el designio de castigar a los pérfidos
que habían mancillado el honor nacional, no fue de su propia iniciativa, sino
siguiendo órdenes de Bolívar expresadas en carta del 10 de marzo de 1828.(*)

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador Quito 1977.
58 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Los acontecimientos en Bolivia fueron conocidos por el Libertador en los


primeros días del mes de marzo, habiendo suspendido por esto su proyectado
viaje a Venezuela hasta el 14 del mismo mes.

El día 13, día anterior de su partida, le escribió al General Sucre, desde


Bogotá lo siguiente:

"El General Urdaneta queda aquí encargado del Ministerio de Guerra y


con él debe usted entenderse para todo lo relativo al ramo. Flores está en el
Sur para concurrir a donde lo exijan las necesidades. Con él no debemos
temer por esa parte y además dispondrá lo más que se necesite, pues toda la
República volará a la frontera, si el honor de Colombia lo pidiese. Usted no
tiene más que decir una palabra a Flores y a Urdaneta y será auxiliado
oportunamente contra los invasores y corruptores.

Claras son las palabras de Bolívar, pero el Mariscal Sucre prefirió dejar la
Presidencia de Bolivia para no comprometer la paz entre Colombia y el Perú,
aunque bien conocía las intenciones de beligerancia del Mariscal La Mar y
su decisión de iniciar el conflicto bélico; y de los preparativos que para el
efecto se hacían en el Perú.

A mediados del año, el 23 de junio desde Zipaquirá en carta al General


Juan José Flores, el Libertador le hace conocer a éste sus ideas y le da orden
para la preparación de la guerra, que ya la consideraba inevitable, pero que
sin embargo no quería iniciarla en esos momentos, sino más bien adoptar
una actitud fuerte y amenazadora, que disuadiera al Perú de sus nefastos
designios. Le ordenaba aumentar el Ejército del Sur y mantenerlo listo para
entrar en campaña y le encarga la habilitación del camino que por Bracamoros
conduzca al Ejército a Cajamarca. (*)

La estrategia aunque no la guerra que Bolívar concebía era ofensiva, tal


podemos deducir de lo arriba expresado y aún más cuando a continuación le
ordena que debe estar listo para lanzarse contra el Perú tan pronto como lo
decidiera pero que debe guardar prudencia y aguardar la llegada del día de
iniciar la ofensiva, si el Perú no diera las satisfacciones que Colombia exigía.

El día 3 de julio Bolívar le escribe a Flores una larga carta, que en sí hoy
la podemos considerar una síntesis de la situación político-estratégica. En
ella trata de diversos tópicos que incidían en la configuración de la situación
general.

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores. - Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador Quito 1977.
LA ESCALADA DEL CONFLICTO 59

Dicha carta, que la copiamos textualmente del libro Correspondencia del


Libertador con el General Juan José Flores 1825-1830 publicada por la
Pontificia Universidad Católica del Ecuador es la siguiente:

"Bogotá, 3 de julio de 1828

Al señor General Juan José Flores:

Mi querido General:

"Las comunicaciones que recibí de usted el 10 de junio de usted y de Sandes


en que anuncia la llegada a Guayaquil del doctor Marquisio, que asegura la
guerra del Perú que iba a empezarse por la mar, con operaciones decisivas, no
me ha dejado la menor duda de que ya es preciso combatir para defendernos
de esa nación malechora. No hay cosa más cierta como que el Perú está decidido
a entretenernos hasta que concluya con Bolivia, para venir después con todas
sus fuerzas reunidas atacando por mar a Guayaquil, por la provincia de
Manabí y al mismo tiempo el grueso de su ejército, introducirse por Loja,
para tomar por frontera el Juanambú o Popayán. El hecho es que el ataque a
Bolivia es una prueba evidente de lo que nos espera. Cuando estén dentro de
nuestro territorio darán una proclama como la de Gamarra declarando que
son hermanos y amigos llamados por los pueblos y que no hacen la guerra
sino al usurpador y al tirano Bolívar, para separar los intereses del pueblo de
los derechos del Gobierno. En todo esto está usted de acuerdo conmigo y por
lo mismo no debo extenderme. Ahora lo que nos toca es ver como hacemos esta
guerra. Desde luego debe usted contar con que del Norte, no pueden ir más
batallones que los que usted tiene a sus órdenes; y que de Popayán al Azuay
todos estarán dispuestos a obedecerle en todo cuanto mande, he mandado
poner el departamento del Cauca sujeto a la autoridad del General en Jefe del
Sur. Yo estoy seguro de que la España nos manda una expedición en el acto
que sepa que estamos en guerra con el Perú y a nosotros no nos queda más que
diez batallones para defender 300 leguas de costa en el Atlántico.

"Ayer mismo tuve seguridad por un conducto extranjero, pero infalible,


que se ha pensado en esto y se piensa ahora mismo. Por consiguiente, las
largas marchas que harían nuestros cuerpos del Norte, sería para perderlos
sin utilidad del Sur, no siendo posible ya mandarlos por Panamá por temor
de los buques peruanos que bloquearán nuestras costas. Yo haré un esfuerzo
60 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

extraordinario para que marchen allá nuestras dos inmensas fragatas, pero
no gastarán menos de 6 meses. Que Illingrot haga construir hornillas de
bala roja en tierra para destruir a Guisse y que se adopten todas las medidas
imaginables como brulotes y seducciones para destruir "La Prueba", pues que
los peruanos nos han dado el ejemplo de la más inaudita abominación.

"He mandado antes de ahora que marche para el Sur un escuadrón de


Húsares de la Guardia a órdenes de Sirascoqui con doscientas plazas y que
del Cauca le mande a usted Mosquera 300 soldados de caballería de aquel
país llanero, por mar o por tierra.

"Disponga usted que los seis batallones: Rifles, Caracas, Quito, Yaguachi,
Cauca, Ayacucho y Pichincha, que deben restablecerse, cada uno de ellos monte
a más de mil hombres.

"Nosotros mandamos al batallón de Paya a cubrir a Pasto, para que no se


insurreccione en estas circunstancias. Cada uno de los escuadrones nuestros
debe pasar de 200 plazas y usted debe formar cuatro inmediatamente, aunque
sea con milicianos usted no debe llevar ni una pieza de cañón. La milicia
debe organizarse y disciplinarse muy bien para cubrir a Guayaquil y el Azuay.
No se olvide usted nunca que los peruanos han de atacar a Guayaquil siempre,
defendiéndose o invadiendo. En el primer caso para llamar nuestra atención
y en el segundo porque sus operaciones sean más perfectas. Si usted puede
reunir siete u ocho mil hombres y tiene los medios necesarios para entrar en el
territorio del Perú, debe usted ejecutarlo para no acabar de arruinar nuestros
pueblos del Sur con esfuerzo tan extraordinario.

"Puede usted tomar hombres de caballería de los Pastos y de Guayaquil.

"Para decidir de las operaciones del ejército de su mando debe usted


consultar mucho la situación del enemigo y los recursos del país por donde
emprenda sus marchas. El General Heres es el hombre más instruido y capaz
de aconsejar en esta materia y es indispensable que usted lo consulte y obre de
acuerdo con sus opiniones; también, el General Illingrot es hombre muy capaz
de aconsejarle lo mejor. El General Heres debe ser empleado en el ejército de
usted como Jefe de Estado Mayor o como segundo de usted pues es muy
indispensable que usted tenga a su lado un hombre de mucha prudencia y
que tenga conocimiento del país y de la gente muy particularmente de los jefes
LA ESCALADA DEL CONFLICTO 61

y oficiales que tengamos que combatir. En caso de obrar sobre el Perú, deberá
usted dar una proclama a imitación de la de Gamarra, separando los intereses
del pueblo, a quien deberá lisonjear, de la mala fe y la perfidia del Gobierno.
Un manifiesto recapitulando todos nuestros agravios debe preceder esta
proclama. El General Illingrot puede hacer este papel con toda la dignidad
que convenga, porque él está acostumbrado a leer este género de escritos y a
oír hablar del derecho de gentes entre las naciones más cultas.

"Estoy pensando mandar una proclama a los departamentos del Sur, que
irá impresa; en el momento mismo ha salido para la imprenta. También se
han mandado publicar los documentos con observaciones muy hostiles y el
Ministro de Estado está componiendo un manifiesto para declarar la guerra.
Por consiguiente lo que usted haga en este género debe reducirse a los pueblos
y tropas del Sur, manifestándoles la obligación en que estamos de salvarlos
del sacrificio que la conducta del Perú nos obliga a hacer. Con respecto a las
tropas, será preciso hablarles en el lenguaje de la gloria y de la esperanza.

'Yo espero, para decidirme a marcharme al Sur, las nuevas noticias que
vengan de los sucesos de Bolivia pues en el caso de que hayan triunfado los
peruanos, marcharé al instante y si por el contrario, han sufrido ellos, entonces
basta la presencia de usted y de su ejército, pues tengo mucho que hacer para
organizar esta república y defenderla de los españoles. Sin embargo se debe
hablar siempre de mi marcha al Sur y obrar con decisión si nos atacan
poniendo al país en la más cruel alarma y adoptando medidas desesperadas,
pero si nosotros invadimos al Perú debemos hacerlo con mucho orden y
siguiendo la sabiduría de la guerra, no aventurando nada sin tener una
probabilidad de gran suceso, pues aun cuando los pueblos del Sur sufran con
nuestras tropas, sufrirían más si sucumbimos. Tenga usted presente estas
últimas palabras para que nunca se aparte de ellas.

"Esta carta puede servir a los intendentes y al mismo General Heres, a


quien escribo por separado.

"Tenga usted muy bien entendido que yo no tengo ninguna mira sobre el
Perú, únicamente deseo para la seguridad de Colombia y tranquilidad del
Sur, que aquel gobierno esté en manos amigas, que sepan cumplir con lo que
previene el derecho de las naciones y la gratitud exige, usted debe decir esto en
todos los escritos públicos y privados.
BOLÍVAR"
62 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Las disposiciones del Libertador, tenían completa justificación, puesto que,


en el momento en que fueron impartidas, ya era realidad la guerra de Colombia
con el Perú.

En el mes anterior el Mariscal La Mar, tácitamente había declarado la


guerra al expedir el siguiente Decreto del Gobierno peruano:

"Ministerio de Estado en el Departamento de Guerra y Marina.

"El ciudadano José La Mar Presidente de la República. Por cuanto el


Congreso ha dado la Ley siguiente:

El Congreso General Constituyente del Perú:

lo. Que el General Bolívar Presidente de Colombia no ha recibido según la


práctica de las naciones al Ministro Plenipotenciario de esta República cerca
de ese Gobierno; que a más de esta falta le han pasado por conducto de su
Ministro de Relaciones Exteriores una nota exigiendo condiciones, unas que
debieran transigirse amistosamente y otras desconocidas en el derecho
internacional, con la precisa calidad de cumplirse en el término de seis meses
o en el caso contrario, librar su decisión a la suerte de las armas; que el General
Flores ha proclamado a las tropas del Sur de Colombia en términos que en
cualquier nación se consideraría un rompimiento; que el General Figueredo a
las órdenes del Jefe de Bolivia ha hecho anteriormente en iguales términos
otra proclama a la División Auxiliar de Colombia existente en Bolivia.

2o. Que estos hechos y otros que se tienen en consideración ponen de


manifiesto el empeño del General Bolívar en llevar adelante su plan de
dominación atacando la independencia de la República.

3o. Que el primero y más sagrado deber de la Representación Nacional, es


defender la existencia de la nación y sostener su dignidad.

DECRETA:

Art. 1.- El Poder Ejecutivo contestará por conducto del Ministro respectivo
a los puntos contenidos en la nota del 3 de marzo último del Ministro de
Relaciones Exteriores de Colombia; y además que convenga para el sostén de
LA ESCALADA DEL CONFLICTO 63

los derechos de la nación.

Art. 2.- Pondrá al Ejército y a la Armada en el pie de fuerza capaz de


resistir, o atacar las tropas que atentaren a la dignidad nacional; bajo la
protesta solemne de que en el caso inevitable de un rompimiento, el Perú no
hará la guerra a los pueblos hermanos de Colombia y de Bolivia, sino a sus
actuales Jefes.

Art. 3.- Podrá disponer de la milicia nacional fuera de sus respectivos


Departamentos.

Art. 4.- El Presidente puede mandar en persona al ejército dentro y fuera


del territorio de la República, concurriendo a donde lo llame la necesidad.

Art. 5.- En el caso del artículo anterior mantendrá el mando político en los
departamentos en que se hallan y fuera del teatro de la guerra.

Art. 6.- El Vicepresidente quedará encargado de la administración de la


República, conforme al artículo 83 de la Constitución.

"Comuníquese al Poder Ejecutivo para que disponga lo necesario a su


cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar y circular.

"Dado en la Sala del Congreso en Lima, a 17 de mayo de 1828 Mariano


Alvarez, Presidente.- Juan Antonio de Torres, Diputado Secretario.- Ramón
Echanique, Diputado Secretario.

Ejecútese, guárdese y cúmplase

"Dado en la Sala de Gobierno a 20 de mayo de 1828

José de La Mar

Por orden de S. E.

Juan Salazar" (*)

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.- Copia de Gaceta de Colombia.


64 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

MARISCAL JOSE LA MAR


LA ESCALADA DEL CONFLICTO 65

Pero volviendo a la carta de Bolívar a Flores debemos admitir que es la


síntesis de la apreciación estratégica de la situación en la que el Libertador
no omite aspecto alguno de importancia.

Se desprende de ella, que había tomado la decisión de hacer frente a la


guerra con solo las tropas y recursos que estuvieren ya ubicados desde Popayán
hacia el Sur y que el General Flores debería tener siempre presente que no
tendría refuerzos del Norte, tanto por las distancias que tendrían que salvar
al utilizar las comunicaciones terrestres, como por lo peligroso de las
comunicaciones marítimas, ante la superioridad de la fuerza naval del Perú
en el Teatro de Operaciones del Pacífico y por otro lado, la necesidad de
cubrir una línea de costa muy extensa, expuesta a la agresión española, pero
se compromete a "hacer un esfuerzo extraordinario" para que vayan al Pacífico
las inmensas fragatas, es decir la "Colombia" y la "Cundinamarca" para tener
así la superioridad naval, que permita detentar el Dominio del Mar en el
Teatro de Operaciones, y poder rechazar las operaciones ofensivas que
estimaba harían los peruanos contra Guayaquil y por Manabí e impedir el
bloqueo de las costas.

Superioridad en fuerzas navales que le permitiría también, al General


Flores, tener libertad para transportar sus tropas por la vía marítima, libertad
de movimientos, que también significaba tener la movilidad estratégica
necesaria en toda circunstancia bélica, pero aún más, para ejecutar una
ofensiva, como la sugerida a Flores por el Libertador.

Pero como conoce que las fragatas emplearían como mínimo seis meses
para su navegación , ordena destruir a la fragata "Prueba" cuanto antes, sin
economizar medios aún recurriendo a la seducción de su tripulación, es decir
empleando los mismos procedimientos que había empleado el Perú, para
debilitar el Poder Militar de Colombia, y así es como lo expresa Bolívar.

Sobre esto vuelve a insistir, tres días después, en carta fechada el 6 de


julio, en la que le previene al General Flores que, "debe tomarse mucho interés
para lograr la adquisición de la "Prueba".
CAPITULO III

2a #t3uerra
LA GUERRA

EL PERÚ INICIA LA GUERRA EN EL MAR


1 Perú inició la guerra, con operaciones en el Teatro Marítimo y
concentrando sus fuerzas terrestres en áreas de la frontera con la Gran
Colombia.

La corbeta peruana "Libertad", al mando del Capitán de Fragata Carlos


García del Póstigo, estableció en el mes de julio de 1828 un bloqueo no
declarado del Golfo de Guayaquil, cruzando en aguas de la isla del Muerto.

Según el historiador peruano, Capitán de Fragata, Manuel I. Vegas G., la


citada corbeta, fue el buque que estuvo listo para operar y no así los demás
buques de la Escuadra del Perú, que se encontraban en estado de alistamiento.

Sobre esta situación tomó conocimiento el General Juan José Flores por
medio del parte correspondiente del Comandante del Apostadero de
Guayaquil, Contralmirante Juan Illingworth, en el que además de informarle
de esta novedad le pedía órdenes para proceder convenientemente.

Dicho parte es el siguiente:

"Al Señor General, Jefe Supremo del Sur Juan José Flores

Señor General:

Tengo el honor de informar a usted, que hace algunos días que la corbeta
del Perú nombrada "Libertad" tiene establecido su crucero sobre la isla Del
Muerto y aunque no tengo noticias de que haya entrado en aguas del
Departamento, sin embargo cruza sobre ellas interceptando a cañonazos todos
70 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

los buques que entran en este río, bien sean nacionales o extranjeros,
sometiéndolos a ser visitados y registrados por oficiales de dicha corbeta. Puede
V S. concebir cuanto influye sobre el reposo y prosperidad del Departamento
una amenaza de esta naturaleza perjudicando hasta el último extremo al
comercio nacional con este bloqueo disimulado, que nada diría si no se hubiesen
interrumpido las amigables relaciones entre el Perú y Colombia, pero que en
el día no puede mirarse sino como hostilidad anticipada. Al poner en
conocimiento de U.S. esta novedad espero se sirva darme las órdenes que
tenga por conveniente, a fin de calmar los recelos que causa en este comercio
el mencionado buque.

Dios, etc... Guayaquil, agosto 1 de 1828

JUAN ILLINGWORTH

Nueve días después el General Flores en contestación al parte anterior


impartía sus órdenes al Contralmirante Illingworth en los términos siguientes:

Al señor Comandante del Apostadero Guayaquil

Impuesto de la nota de U.S. fecha lo. del presente relativa al crucero


establecido en la embocadura de ese río por la corbeta del Estado de Perú
nombrada la Libertad, prevengo a U.S. que sin pérdida de tiempo se armen
las fuerzas disponibles de ese Apostadero y poniéndolas al mando del señor
Coronel Tomás C. Wright, dará a la vela con las instrucciones que V S. debe
explicar a ese Jefe arregladas al tenor de las que tengo dadas a U.S.
para éste e iguales casos en que pueden comprometerse las
hostilidades. Aunque el objeto esencial de la comisión que se encarga al
Coronel Wright, sea el pedir al Comandante de la corbeta "Libertad" una
explicación sobre las miras de recelo de parte del Gobierno de Colombia, debe
nuestra fuerza marítima estar preparada a defender a todo trance el honor
del pabellón y rechazar cualquier agresión.

Dios, etc.- Cuartel General en Cuenca a 10 de agosto de 1828"

JUAN JOSÉ FLORES


LA GUERRA 71

GRAL. JUAN JOSE FLORES


72 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

En cumplimiento de lo ordenado por el General, Jefe Superior del Sur, el


Comandante del Apostadero de Guayaquil, impartió las órdenes necesarias
para armar a las dos únicas naves que estaban en condiciones de ser activadas
para la acción inmediata: la goleta "Guayaquileña" y la corbeta "Pichincha",
aunque ésta última era casi inservible, tal como quedó expresado en páginas
anteriores al referirnos al estado de los buques del Apostadero de Guayaquil
y, como no había sido posible venderla por las pésimas condiciones de su
casco y arboladura. Sin embargo, la falta de otra nave, en mejores condiciones,
obligó al Almirante Illingworth a utilizar a la "Pichincha" lo que a más de lo
arriba expresado, tenía fama de ser de dificil maniobra y lenta.

Comandante de la "Guayaquileña" fue hasta el mes de julio, el Teniente


de Navío Archivaldo Taylor y de la "Pichincha" el de igual grado Claudio
Johntson, pero en el citado mes, por haber, poco antes, ascendido Taylor al
grado de Capitán de Fragata y debido a consideraciones jerárquicas, fueron
cambiados recíprocamente en dichos mandos.

Pero volvamos a las órdenes impartidas por el General Flores al


Contralmirante Illingworth, para reflexionar sobre el significado de los
términos: "arregladas al tenor de los términos de las instrucciones que tengo
dadas a U.S.". Al respecto encontramos que el 7 de agosto el General Flores
había remitido al mencionado jefe naval las instrucciones siguientes:

"República de Colombia.- Comandancia en Jefe del Ejército del Sur.-


Cuartel General en Cuenca, a 7 de agosto de 1828.

"Al señor General Comandante del Apostadero de Marina de Guayaquil.

"Por las poderosas reflexiones que U.S. se ha servido hacerme en su oficio


del primero del corriente y considerando los intereses nacionales y particulares
del benemérito comercio de esa ciudad, he resuelto: Primero: Que la goleta de
guerra la "Guayaquileña" unida a otro buque que U.S. hará armar y tripular
lo mejor posible, y ambos a las órdenes del señor Coronel Carlos C. Wright,
tomen la corbeta de guerra del Perú "Libertad", donde quieran que la hallen
sola.- Segundo: Que tomado este buque y después de puesto en perfecto estado
de guerra, se una a la misma "Guayaquileña" y ambos buques al mando del
mismo Coronel Wright salgan inmediatamente al mar con los objetos
siguientes: Tomar todos los buques de guerra y mercantes del Perú, sea que
LA GUERRA 73

los encuentren en alta maro sea que estén en cualquiera de los puertos, caletas
o surjideros de aquel Estado. 2o.- .,Con el de hostilizar el comercio del Perú y
aún de arruinarlo si posible fuera.- Con el de inquietar los ánimos y esparcir
la alarma en toda la costa del Perú, ya amagando con desembarcos, ya
apresando toda especie de buques, poniéndose en comunicación con los
habitantes y ya en fin esparciendo noticias sobre la fuerza, movimientos y
triunfos de nuestro Ejército.- 4o. Con el de maniobrar de tal modo que impidan
todo bloqueo sobre Guayaquil.- 5o. Con el de impedir todo movimiento de
tropas por el mar que nos pueda ser perjudicial. U.S. dará además al Coronel
Wright todas aquellas instrucciones que tiendan al buen desempeño de su
importante comisión. En ella contraerá U.S. todo su saber y experiencia a
presentar todos los medios imaginables para impedir un combate desigual
por el cual perdiésemos algunos de los buques, pues U.S. sabe muy bien que
son tan graves los males que nos seguirán de esto, como son importantes los
servicios que ellos nos podrían prestar y como es alta la reputación que
resultaría al Coronel Wright del buen éxito de las operaciones que se le confían.

J.J. FLORES

El último párrafo del arriba transcrito documento nos permite comprender


la razón de la falta de coherencia que se aprecia entre el objeto de la comisión
que se encomendaba al Capitán de Navío Wright en la orden del General
Flores constante en la comunicación del 10 del citado mes de agosto y la
causa que originaba dicha comisión.

Para mayor afirmación de lo expresado tenemos que con fecha 23 de agosto


el General Flores le escribe al Libertador una extensa carta, uno de cuyos
párrafos es el siguiente:

"....No estoy cierto si desde Guayaquil escribí a V. E., anunciándole que el


General Illingworth había propuesto a Chile compra de la corbeta
"Independencia" para armarla en Guayaquil y hostilizar con ella y la
"Guayaquileña" las costas del Perú. Aunque no hay tiempo para saber el
resultado, lo pongo en conocimiento de V E. para que tenga la esperanza de
que si consigue este buque, no debemos temer el bloqueo que se anuncia a
Guayaquil porque calculando con la posible exactitud, parece que la "Prueba"
no preferiría un crucero en nuestras costas dejando las suyas a merced
de nuestra escuadra.- Para poder llevar a cabo este proyecto, antes que
vengan al Pacífico nuestras dos grandes fragatas, me parece bien y de necesidad
74 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

que V. E. me remita en blanco las patentes de corso que V.E. tenga a bien para
distribuirlas entre los particulares que requieran armar buques
mercantes...."(*)

Una semana después el General Flores envía una nueva carta al Libertador,
en la que, entre otros asuntos le vuelve a tratar del proyecto antes citado. En
esta ocasión encontramos en ella nuevos elementos de juicio que nos hacen
entender todo el alcance del plan concebido, así como sus limitaciones.

El párrafo de la carta, que tiene fecha 28 de agosto, es el siguiente:

"....Por carta que acompaño del General Illingworth verá V.E. que ya se ha
mandado a ejecutar la empresa marítima de que hablé a V E., en correo
anterior, y no dudo de un brillante resultado, si la "Prueba" no hubiera venido
a Paita. Son incalculables las ventajas que vamos a reportar tomando la
corbeta "Libertad" y la goleta "Macedonia". las costas del Perú serán
hostilizadas por nuestra escuadra se suspenderá el bloqueo pasivo que la
misma corbeta "Libertad" ha establecido contra Guayaquil cruzando en el
Muerto y la "Prueba" no podrá impedir lo primero, porque nuestros barcos
son extraordinariamente veleros, ni tampoco continuar el bloqueo, viendo que
se destruye el comercio del Perú.- Cuando el General Illingworth me consultó
su pensamiento, lo aprobé sin vacilar y le di en el mío una extensión vasta
porque hace tiempo que he fijado mi consideración en operaciones del mar.
Toda la dificultad que yo encuentro para realizar en todas sus partes el plan
que nos proponemos seguir consiste en que Wright logre sorprender la
"Libertad" para no dar lugar a un combate que pudiera averiar nuestros barcos
y obligarnos de este modo a una dilatada carena que nos quitaría el tiempo
que necesitamos para llevar la empresa hasta la costa de Bolivia que guarda
la "Macedonia". Estaré inquieto hasta saber el resultado de la expedición de
Wright " (**)

Es fácil descubrir en lo expresado en todos los documentos que hemos


copiado, la idea de una maniobra estratégica defensiva, al servicio de una
estrategia de igual naturaleza, fundamentada en los procedimientos y
principios de la Guerra en el Mar, clásicos y vigentes en aquella época.
(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores Pontificia
Universidad Católica del Ecuador.- Quito 1977.
(**) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores Pontificia
Universidad Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador 1977.
LA GUERRA 75

Es precisamente por esta consideración, que surge en la mente el


interrogante lógico: ¿De quién fueron estas ideas?; ¿Del General Flores o del
Contralmirante Illingworth?

Así para el historiador naval peruano, Capitán de Navío José Valdizán


Gamio, fue Flores, apoyándose para tal afirmación en las instrucciones
impartidas por éste, al comandante del Apostadero de Guayaquil con fecha 7
de agosto, desde Cuenca en donde tenía su Cuartel General; pero es el mismo
General Flores quien expresa en su carta al Libertador del 28 de agosto, lo
siguiente: "Cuando el General Illingworth me consultó su pensamiento, lo
aprobé sin vacilar y le di en el mío una extensión vasta, porque hace tiempo
que ha fijado mi consideración en operaciones del mar".

Pero siendo Illingworth, un oficial naval, procedente de la Marina británica,


que había intervenido en acciones de guerra en su patria de nacimiento y
luego en la naciente Marina de Chile y considerando la antes dicha expresión
de Flores, es asunto de sindéresis pensar que fue el Contralmirante quien
delineó la maniobra concebida, ideas que fueron consultadas con su superior
jerárquico y que luego expresadas en un documento escrito, tal como eran las
instrucciones tantas veces mencionadas.

Con esto queda también aclarada la razón de la forma como Wright condujo
el combate del 31 de agosto y la ambigüedad de ciertas expresiones del parte
que dio a Illingworth, pero que para éste debió ser perfectamente claro, dada
la inteligencia que había entre ellos al respecto.

Los historiadores nuestros, que han tratado de estos acontecimientos han


omitido deliberada o inadvertidamente esta realidad, presentando el hecho
como un acto traicionero del Comandante de la corbeta "Libertad", sin
considerar que se estaba ocultando a la posteridad los méritos militares de
Flores e Illingworth, quienes en circunstancias de extrema adversidad,
intentaban compensar la inicial inferioridad de fuerza con inteligencia y
audacia.

EL COMBATE DE MALPELO Y SUS RESULTADOS

En acatamiento a las órdenes del Comandante del Apostadero de Guayaquil


impartidas el 28 de agosto, zarparon al mando del Capitán de Navío Tomás
76 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

C. Wright, la goleta "Guayaquileña" y la corbeta "Pichincha" el día 29 del


citado mes de agosto, en busca de la corbeta "Libertad".

El Capitán de Navío Wright izaba su insignia en la "Guayaquileña" cuyo


comandante era el Teniente de Navío Claudio Johntson y de la "Pichincha"
era el Capitán de Fragata Archivaldo Taylor.

Estos dos buques como lo hemos expresado antes, eran de características


diferentes, por lo que no constituían una fuerza tácticamente homogénea y
además la "Pichincha" tal como quedó establecido estaba en tal estado de
destrucción que se la consideraba como inservible; pero siendo el único buque
disponible para acompañar a la "Guayaquileña", fue alistado y armado
apresuradamente en vista de la situación de emergencia. Estaba al servicio
de la Marina Grancolombiana desde 1822, año en el que fue adquirida por
disposición del Libertador, pagando por ella 25.000 pesos, que se sacaron de
una contribución que se impuso a la provincia de Guayaquil, según consta en
una carta del Libertador al General Santander. Su nombre había sido
"Peruviana" de bandera francesa y fue armada con 20 cañones.

La "Guayaquileña" habíasela adquirido en 1823 al precio de 22.000 pesos.


Inicialmente fue transformada en buque de guerra lo que no se había efectuado
con la "Pichincha" y armada con 18 cañones. El nombre anterior de este
buque fue "Lady Collier" y su dueño Guillermo Rabinet.

En 1828 el armamento de este buque estaba compuesto por 12 carronadas


de 18 de hierro y 2 cañones de 12 de bronce. (*)

En la madrugada del 31 de agosto de 1828 la corbeta peruana "Libertad",


que estaba al ancla frente a Punta Malpelo, fue avistada desde los buques
colombianos, pero la falta de viento, que en ese momento crítico había, impidió
que la goleta "Guayaquileña", la más rápida de las dos naves de Wright, se
acercara lo más pronto posible al buque peruano, para evitar que éste se
pusiera en movimiento, y así abordarlo y capturarlo sorpresivamente,
siguiendo las instrucciones del Comandante del Apostadero, el Contralmirante
Illingworth. La distancia que separaba a los buques contrarios, al momento
del avistamiento era aproximadamente de diez millas.

(*) Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal de Guayaquil.


LA GUERRA 77

Habiendo fracasado el intento de sorprender al adversario debido a la


citada calma, los acontecimientos fueron otros, tales como constan en el parte
del combate elevado a su superior inmediato por el Capitán de Navío Tomás
Carlos Wright, el mismo que es transcripto a continuación por ser esto la
forma más directa de conocer las incidencias del histórico combate de Malpelo:

República de Colombia.- Comandancia de la División Marítima goleta de


guerra "Guayaquileña", al anda el lo. de septiembre de 1828 fondeado frente
a la Punta Centinela.

Al señor Comandante del Apostadero:

En cumplimiento de las últimas órdenes de V. S. de 28 del pasado relativas


a la salida de la goleta "Guayaquileña" y la corbeta "Pichincha" con el objeto
de pedir una explicación al Comandante de la corbeta de guerra peruana
nombrada "Libertad" que se hallaba cruzando entre las costas de Tumbez y la
isla del Muerto, salí exactamente el 29, como se previno, y en la madrugada
de ayer avisté dicha corbeta, que se hallaba fondeada frente a la Punta de
Malpelo; más como nos encontrábamos en calma y a más de diez o doce millas
de distancia, tuvo aquel bajel tiempo sobrado para hacerse a la vela, como lo
verificó mucho antes que pudiéramos acercarnos. Así que principió a soplar
una brisa, hice señal a la "Pichincha" para que pasase a mi voz, y entonces
ordené verbalmente a su Comandante, siguiera muy de cerca mis movimientos,
para unida la fuerza, entrar luego en comunicación con la corbeta. A las dos
de la tarde, viendo que la "Pichincha" no podrá unírseme por su mal andar,
determiné acercarme a ella sólo con esta goleta, bajo el supuesto de que la
"Pichincha" fácilmente y en su corto tiempo podría tomar la posición que se le
había señalado en caso de un choque. Observando que la corbeta peruana
estaba preparada para el combate y no teniendo otro medio más presto para
ponerme en inteligencia con ella que acercarme a la voz, lo verifiqué así,
poniéndome por su aleta de barlovento a distancia de medio tiro de pistola,
como lo ejecuté; y entonces le dirigí la palabra exigiéndole la causa porqué se
hallaba en un bloqueo disimulado, cruzando sobre la boca de este río, a lo que
me contestó con frivolidades, y por último rompiendo el fuego, que fue bien
contestado por nuestra parte. En cinco minutos estaban ya los dos bajeles
amarrados, pero cuidé siempre al verificar esta maniobra, el dejarle el lugar
necesario por la amura de proa, de barlovento a que atacase por allí, nuestra
corbeta "Pichincha"; desgraciadamente calmó en parte el viento y ese bajel no
llegó hasta media hora después; en todo este tiempo sostuve un fuego vivo de
78 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

MODELO DE LA GOLETA DE GUERRA "GUAYAQUILEÑA"


MUSEO NAVAL, INSTITUTO DE HISTORIA MARITIMA
LA GUERRA 79

metralla y fusilería. A la segunda descarga, viéndome en la posición citada


intenté abordarla, pero cuando di la voz al efecto, observé un incendio en la
proa y poniendo mi primera atención en apagarlo, lo logré en pocos minutos.
Al fin cuando la "Pichincha" se me acercó ordené a su Comandante atacar
inmediatamente por el lugar que se le había prevenido; más no lo hizo así y de
consiguiente no entró en acción, siendo esta la causa, en mi concepto, de no
haber apresado la corbeta peruana de la que desde un principio fue su
tripulación casi toda destrozada por este buque, en términos que a fines de
este combate se hallaba su cubierta abandonada desde el palo mayor hasta la
popa, sin tener siquiera un timonel, ocasión que hubiera sido aprovechada, si
así como he dicho antes, no me hubiera encontrado casi sin gente. En estas
circunstancias logró el buque peruano cortar las espías con que estábamos
amarrados y nos separamos mutuamente a reparar nuestras averías, las que
de mi parte constan de un ancla partida, estáis, burdas y casi toda la jarcia
pendiente trozada, bauprés y cebadera pasados de bala. Y en fin otras mil
averías que sería demasiado relatarlas. Aunque la "Pichincha" no ha tomado
su parte correspondiente en la acción, de ningún modo puede acusarse a su
Comandante de deseos de evitarla, porque es un oficial de bastante valor de lo
cual tengo sobradas pruebas antes de ahora; su buque acercándose a la
Guayaquileña", cuando estábamos en la acción, fue tomado por avante, más
por casualidad que de intento del que lo mandaba; y la única cosa de que es
culpable este oficial es la entera falta de disposición y de no haber obrado con
actividad.

Pasaré con inmenso dolor de corazón a poner en conocimiento de U.S. las


pérdidas personales que hemos sufrido: veinticuatro muertos y treinta y seis
heridos, entre los primeros se cuenta al valiente Alférez de Navío Juan
González, un cabo y seis soldados de la guarnición y siete marineros; y entre
los segundos al Comandante de la goleta Teniente de Navío Claudio Johntson
y el Alférez de Navío José María Urbina, tres cabos, nueve soldados y veintidós
marineros y el Teniente de Fragata Juan Unsdworth contuso. Aunque no he
logrado vengar la atroz agresión cometida por la corbeta capturándola, por
la falta de la "Pichincha" sería una negligencia imperdonable, si no
recomendara a U.S. muy particularmente para conocimiento del Supremo
Gobierno la heroica conducta de estos bravos oficiales a quienes tengo el
sentimiento de ver heridos y contusos. La intrepidez del Subteniente Juan
Vergara, Comandante de la guarnición de este bajel es muy recomendable; y
últimamente, los esfuerzos extraordinarios que han tenido que hacer todos
mis oficiales para sostener, en un combate tan desigual, el timbre de las armas
80 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

colombianas con una tripulación tan moderna y un buque tan pequeño respecto
al peruano, son dignos de no olvidarse. La tropa ha cumplido con su deber y
es acreedora a todo elogio pues si la tripulación hubiera sido tan veterana
como ella, habría sin duda, caído la corbeta peruana en nuestras manos; pero
ya que esto por una desgracia no ha sucedido, puedo asegurar a U.S. que la
Marina del Perú ha recibido una lección escarmentadora, de la del Sur de
Colombia. Así que me he separado de la acción, hice señales sucesivas a la
"Pichincha", para que pasase a mi voz, para que se nos acercase y últimamente,
para que siguiera mis movimientos, todos con la intención de que, si se me
acercaba, atacar por segunda vez; pues ni la excesiva mortandad, ni las muchas
averías que sufrió este buque, podrían haberme contenido, si la "Pichincha"
hubiera observado mis señales.

Ultimamente tuve a bien dirigirme a este puerto, haciendo las señales


correspondientes a la corbeta "Pichincha" para que me siguiese. Como dicho
bajel está ya a nuestra vista, sin aguardar a que se me reuna en este puerto,
seguí con la próxima creciente hasta Guayaquil, por exigirlo imperiosamente
la humanidad que se resiente de la permanencia de tanto mal herido en esta
goleta.

Me veo en el caso de no poner en conocimiento del señor General Jefe


Superior del Sur, este detalle, por no tener otro oficial disponible, que el que
tendrá la honra de poner en manos de V.S. este parte; debiendo U.S. estar
persuadido de que si se rompieron las hostilidades antes de poder abrir una
conferencia con el Comandante del bajel peruano, ninguna culpa puede
atribuirseme, porque el precipitado fuego empezado por dicho buque no dio
lugar a otras razones que las del cañón. Soy de U.S. con perfecta consideración
su muy atento y obediente servidor:

TOMAS C. WRIGHT (*)

En sus memorias, escritas años después, el Capitán de Navío Wright afirma


que habría capturado a la corbeta "Libertad", si la tripulación hubiese sido
veterana y no la formada por una forzada leva de cholos sacados de las canoas
y balsas del río de Guayaquil.

(*) Destruge Camilo.- Biografía del General Juan Illingworth.- Archivo Histórico del Guayas.-
Banco Central.
GRAL. TOMAS CHARLES WRIGHT
LA GUERRA 83

El historiador naval peruano Capitán de Fragata Manuel I. Vegas en su


obra Historia de la Marina de Guerra del Perú, al referirse al combate de
Malpelo dice:

"Naturalmente Wright dijo que solo se acercó a nuestro buque para hacerle
algunas preguntas respecto del "mal disimulado bloqueo que mantenía", pero
nosotros, compulsando los procedimientos navales de la época, nos limitamos
a observar que ambos jefes navales antagonistas se conocían muy bien y eran
zorros viejos". (*)

Creemos también, que la anteriormente difundida versión sobre la


inesperada y traicionera actitud del buque peruano, no tiene ningún
fundamento, pues está plenamente explicado cual era la intención de Wright
al acercarse con sus dos buques a la corbeta adversaria y de tal modo es de
necesidad concluir que por ambas partes se usó o intentó usar procedimientos
similares, es decir basados en la sorpresa, lo que no debe constituir motivo de
reproche para ninguno de los dos, sino precisamente lo contrario.

Además, debe tomarse en cuenta, para juzgar los hechos la formación


mental de los jefes involucrados en este combate, tanto de uno como de otro
lado. Illingworth, Wright, Guisse y García del Póstigo pertenecían a una
generación naval forjada bajo concepciones navales, estratégicas y tácticas
británicas y tenían como fuentes de inspiración de sus decisiones y acciones
las enseñanzas de Cochrane; el plan concebido por Illingworth y aprobado
por Flores tiene muchos puntos de contacto con otros similares concebidos y
ejecutados por el Almirante chileno.

Sin embargo, que el objetivo perseguido: capturar a la corbeta "Libertad"


mediante una acción sorpresiva, no fue alcanzado por las naves colombianas,
es evidente que el combate naval de Malpelo fue tácticamente favorable a la
"Guayaquileña" pues a pesar de no haber logrado la sorpresa y a la ninguna
cooperación de la corbeta "Pichincha", fue la nave adversaria, "Libertad" la
que rompió el contacto y eludió seguir el combate, para evitar ser abordada y
capturada; triunfo táctico sí, pero que no sirvió para los propósitos estratégicos
que motivaron el encuentro.

(*) Manuel I. Vegas G. Historia de la Marina de Guerra del Perú.- Publicaciones del Museo
Naval del Perú.- Biblioteca del oficial.- Vol. 1.- 1978.
84 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Según los mismos historiadores del Perú la "Libertad" tuvo cuarenta bajas,
entre ellas estaba el Comandante García del Póstigo que recibió dos balazos
y fue reemplazado por el segundo Comandante Juan José Panizo y entre los
muertos se contaba el Alférez Williamson.

En la "Guayaquileña" las bajas entre muertos y heridos fueron 61,


contándose entre los primeros al Alférez de Navío Juan González; y al
Comandante, Teniente de Navío Claudio Johntson entre los heridos.

Para encontrar una o varias causas determinantes de los resultados de


esta acción naval, debemos volver a examinar el plan en el cual estaba
insertado el combate de Malpelo.

La maniobra estratégica, concebida por Illingworth y aprobada por Flores,


en síntesis, consistió en capturar la corbeta "Libertad", para lo cual era
condición necesaria hacer uso de la sorpresa y el empleo de la goleta
"Guayaquileña", y de la corbeta "Pichincha" los únicos buques que podían
operar, pese a las precarias condiciones del último; para compensar la
superioridad material del buque enemigo.

Conseguido este primer objetivo es decir incorporar a la propia fuerza la


corbeta "Libertad"; con ésta en unión de la "Guayaquileña", apoderarse de la
goleta "Arequipeña" ex-"Macedonia", que vigilaba las costas de Bolivia y
reunidos estos tres buques emprender luego el ataque a las comunicaciones
marítimas y objetivos en la costa del Perú con la cooperación de naves
mercantes armadas para el corso, con el propósito de obligar a la fragata
"Presidente" a diferir el bloqueo, que se anunciaba, del golfo de Guayaquil y
acudir a proteger sus propios objetivos. Las condiciones veleras de los buques
que constituirían la fuerza así integrada harían posible eludir el combate
con la fragata adversaria.

El plan que era, en su concepción, estratégico, defensivo y operativamente


ofensivo, falló en su totalidad al no haber tenido éxito el intento de apoderarse
de la corbeta enemiga; tomándose desde ese momento la situación estratégica
en el Teatro de Operación Marítima totalmente favorable al Perú, que con su
fuerza naval ya lista y completa tenía libertad de acción para bloquear las
comunicaciones marítimas de Colombia, en el Pacífico y para todas las otras
operaciones de ejercicio del dominio del mar que le fueren necesarias, situación
LA GUERRA 85

CAPITAN DE NAVIO CARLOS GARCIA DEL POSTIGO


Comandante de la Corbeta "LIBERTAD"
86 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

que podía cambiar solo con la llegada al Teatro de Operaciones de las fragatas
sea la "Cundinamarca" o la "Colombia".

El seis de septiembre, desde Cuenca, el General Flores le comunica al


Libertador los acontecimientos relativos al combate de Malpelo en los
siguientes términos:

Por nuestra comunicación oficial verá V E. que nuestra operación marítima


falló a causa de los malos marineros que tripulaban la "Guayaquileña" y de
la deplorable cobardía del Comandante de la "Pichincha". Yo he mandado
que lo juzguen en consejo verbal y que los marineros sean quinteados para
ejemplo de los que queden y para que no sobrevivan a su propia infamia. Esta
medida que a primera vista parece despótica y severa es muy necesaria al
principiar la guerra y pesa mucho más en la balanza de los grandes intereses
de la nación; ella, pues, será mi regla en todo el curso de la guerra, pues he
jurado no dejar impune al que diera la espalda a los peruanos. Las tropas de
tierra no necesitan de ejemplos semejantes, porque están resueltos a vencer o
a morir El Coronel Wright se ha comportado heroicamente; a nombre de V E.
he mandado darle las gracias en la orden el día. Pudiera suceder que Plaza
quisiera invadir nuestro territorio; pero que más quisiéramos, su derrota está
escrito si lo ejecuta. (*)

No se tiene conocimiento si la orden que, según lo expresa Flores, había


dado de quintear a las tripulaciones de ambos buques, fue ejecutada, lo cual
constituiría una injusta y bárbara sentencia, pues, como ya antes lo hemos
apuntado en líneas anteriores, el General Wright expresó que hubiese
capturado a la corbeta 'Libertad" si la tripulación hubiese sido veterana y no
la formada "por una leva de cholos sacados de las balsas y canoas del río", de
tal suerte que la única falta de esta tripulación fue su condición de bisoña.
No siendo por lo tanto responsable de errores en la ejecución de la maniobra
del buque y aún más en una situación de combate. Es importante subrayar
que situaciones como ésta solo pueden ser enfrentadas con éxito, si las
tripulaciones tienen una gran preparación marinera y técnica, condición
necesaria tanto en la época de la vela como en la actualidad y con mayores
exigencias en ésta, caracterizada por el gran desarrollo tecnológico.

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador.- 1977.
'17:A7,w7

LA GUERRA 87

Plan de Operaciones del


Almirante Illingworth

I. Fase Defensiva

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88 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Pero aún hay más: comentar la ejecutabilidad del plan en consideración a


la preparación marinera de las tripulaciones. No hay coherencia entre la
falta de veteranía de las tripulaciones y la premisa fundamental: evitar el
combate con la fragata "Presidente" para lo cual se consideraba las buenas
condiciones veleras de los buques, condiciones que solo podrían ser
aprovechadas por una hábil, bien preparada y experimentada tripulación.

El General Flores con fecha 15 de septiembre en su carta dirigida al


Libertador le informa, además de otros asuntos, lo siguiente:

Hemos sabido que la corbeta "Independiencia" se vendió en Chile a un


particular y por supuesto que no debemos tener esperanza alguna en la
adquisición de aquel buque. Por lo mismo creo de una necesidad imperiosa
que vengan las fragatas ganando todo el tiempo posible. (*) Acabamos de
tener noticias de que la corbeta "Libertad" estuvo al rendirse en el combate,
que su primer Comandante fue herido, muerto el segundo, fuera de muchos
que tuvieron igual suerte de la tripulación y guarnición. No me canso de
deplorar la cobardía del Comandante de la "Pichincha", cuando menos será
expulsado del país y separado del servicio. (**)

La causa para esclarecer la conducta del Capitán de Fragata Archivaldo


Taylor se inició a continuación de los acontecimientos de Malpelo pero sin
resultados inmediatos pues por razonamientos jurídicos ésta fue trasladada
al 3er. Departamento de Marina con sede en Cartagena, lo que dio motivo
para que el Capitán Taylor elevara una petición al General Flores, Jefe
Superior del Sur, para que se efectuara en Guayaquil la reunión del Consejo
de Guerra que debía juzgarlo; petición que fue enviada por intermedio del
Comandante General del Apostadero de Guayaquil, la misma que estaba
expresada en los términos siguientes:

"SR. General Jefe Superior del Sur

"Archivaldo Taylor Capitán de Fragata graduado de la Armada Nacional


en la causa que se ha seguido sobre su comportamiento en la corbeta
"Pichincha" en el combate del 31 de agosto último, ante V S. con el mayor

(*) Se refiere a la "Colombia" y "Cundinamarca"


(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador 1977.
LA GUERRA 89

respeto hace presente: Que habiendo indagado sobre el motivo de no haberse


ya celebrado el Consejo de Guerra al cabo de algunos días que había devuelto
la Defensa la causa al Fiscal, se le ha asegurado que porque se juzga que no
debía reunirse aquí el Consejo sino en Cartagena de Colombia a causa de no
haber el número de Jefes de Marina designados por el novísimo reglamento
del 30 de agosto último. Esta resolución sería muy gravosa no solo al exponente
sino también al Estado, en una causa de naturaleza tan complicada porque
sería preciso que pasasen a aquel Departamento no solo el exponente sino
también, a lo menos, los siete testigos presenciales de las ocurrencias... que
han caracterizado la conducta del que representa, a bordo de la Pichincha.

En los párrafos 167 y 172 del tomo 3o. de Colón se previene que se hallen
inmediatos a la sala del Consejo los testigos de la causa para que si este lo
creyere necesario los haga entrar a fin de aclarar algunas dudas. Si esto se
previene para las causas de delitos comunes, con cuanto mayor razón en el
Consejo de Guerra conforme al Reglamento de San Félix. Así lo espero de la
beneficiencia de V S. A. TAYLOR

Guayaquil, octubre 20 de 1828

El General Flores a su vez negó el pedido de Taylor decretando que el


Consejo debía reunirse en el 3er. Departamento de Marina, resolución que
la hizo conocer al Comandante del Apostadero de Guayaquil expresando su
razonamiento de la manera siguiente:

"Cuartel General en Guayaquil a 22 de octubre de 1828

No siendo escencialmente necesario la asistencia de los testigos para hacer


perfecto el juicio del Consejo, sino como medio presidencial de ilustrar a sus
vocales; ni siendo preciso que vayan al 3er. Departamento de Marina los testigos
que han declarado en la causa del oficial representado, por la falta que sus
servicios harían en este Sur en las presentes circunstancias. Considerando,
por otra parte, la fuerza de la razón, deberá verificarse en las causas de
operaciones facultativas que la Ordenanza de Marina previene lo mismo que
Colón en los citados párrafos. Ahora bien señor si el defensor y el exponente
tienen que pedir al Consejo que se aclaren muchas circunstancias que oyeron
y presenciaron varios testigos las cuales lo favorecen y se niega este medio de
defensa?. La justificación de que, el concuerda, si debe conceder al que
90 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

representa, sin embargo de que esto cedería en perjuicio de la defensa de este


Departamento.

En medio de lo expuesto el exponente expresa, que conforme al derecho, que


se reúna el Consejo con arreglo al Reglamento San Félix por razones de que la
causa se ha seguido según trámites de este Reglamento hasta ponerla en estado
de pronunciarse la sentencia: fallo que debió haberse dado mucho antes de
que hubiese llegado este último Reglamento, si los testigos y el defensor no
hubiesen estado ocupados en funciones del servicio. Por último señor, si el
fallo hubiese de pronunciarse conforme a este Reglamento debería también la
causa empezarse de nuevo y según y conforme las Ordenanzas Españolas y la
causa tendría fuerza retroactiva y el exponente también sufriría la pena de la
demora y sus perjuicios por lo cual suplicó se debe mandar que se reuna el
Consejo según hace presente el en su oficio... al señor Comandante General de
este Apostadero.

Diríjase el Consejo y su causa al Ser. Departamento de Marina; para que se


entere si hay prescripción para que su viaje ocurriera y sin ocasionar
dificultades para que la formación de la causa se celebrara inmediatamente.

J.J. FLORES

Y, sin embargo, el Capitán Taylor permaneció en Guayaquil hasta que se


produjo la revolución de Urdaneta en el año 1830, cuando recién abandonó el
país expulsado en unión de otros deportados que habían participado en dicha
revolución. (*)

La llegada de las fragatas "Colombia" y "Cundinamarca" al Teatro de


Operaciones del Pacífico, cambiaría la situación estratégica en general, pues
al pasar la superioridad de la fuerza naval hacia el lado colombiano, no sólo
el bloqueo sobre las costas sería suprimido, sino que las comunicaciones
marítimas de orden militar estarían garantizadas para Colombia y
amenazadas para el Perú, lo que repercutiría fuertemente en el frente
terrestre a favor de Colombia; pero como ya antes quedó explicado, el esperado
arribo de estos buques y como en definitiva fue de uno solo, fue extemporáneo
con las consecuencias que más adelante serán conocidas.

(*) Archivo Histórico del Instituto de Historia Marítima


LA GUERRA 91

En relación a la intención del Almirante Illingworth de adquirir la corbeta


"Independencia", se conoce que ésta habría pertenecido antes a la Marina de
Guerra de Chile, y que en el año 1827 fue enajenada a la Marina de Guerra
de Argentina junto con dos naves más, en circunstancias que dicha nación
libraba una guerra contra Brasil. Entonces recibió el nombre de "Montevideo",
pero naufragó en las cercanías de Talcahuano durante su viaje al citado país.
En 1828 fue rescatada por un particular y vendida a la Marina del Perú en la
cual volvió a tomar el nombre de "Independencia". (*)

Debemos por lo tanto considerar que el buque en mención fue adquirido


por el particular que cita Flores, pero luego vendido al Perú.

EL MOTÍN DE LA CORBETA "PICHINCHA"

Después del combate de Malpelo la corbeta "Pichincha" arribó al puerto


de Guayaquil poco tiempo más tarde que la goleta "Guayaquileña", iniciándose
inmediatamente las investigaciones para establecer la responsabilidad del
Comandante Capitán de Fragata Archivaldo Taylor y de los tripulantes en
los hechos que protagonizó dicho buque durante la acción del 31 de agosto.

Conocemos que el General Flores con fecha 6 de septiembre le informó al


Libertador de tales acontecimientos y le decía haber mandado formar un
consejo verbal para juzgar al Capitán Taylor y que la tripulación sea quinteada
"para ejemplo de los que quedan y para que no sobrevivan a su propia infamia".

El Teniente de Fragata Juan Unsdworth fue designado comandante de la


corbeta "Pichincha", en reemplazo del Capitán Taylor; en cuanto a la
tripulación no conocemos si todos fueron reemplazados, mas nos parece que
no sería así, pues la escasez de gente de mar, lo que antes ya hemos
mencionado, no permitiría prescindir de todos aquellos que ya formaban parte
de la dotación de dicho buque, lo que puede ser el origen de los acontecimientos
que a continuación pasamos a relatar, por el resentimiento producido por las
medidas adoptadas por Flores.

(*) Rodrigo Fuenzalida Bade.- Historia de la Marina de Chile.-


92 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Siendo necesario transportar al batallón Girardot desde Panamá a


Guayaquil, fue designada la corbeta "Pichincha" para ejecutar dicha operación;
de tal manera que el 9 de octubre de 1828 se encontraba fondeada en aguas
de la isla Taboga, en la bahía de Panamá.

En la noche de este día la tripulación en forma sorpresiva se amotinó, e


intentó dar muerte al comandante y a todos aquellos que no secundaran su
propósito.

Según declaraciones del Teniente de Fragata Unsdworth y de los pocos


que lograron huir y llegar a tierra, era aproximadamente las 11 y 30 de la
noche cuando se produjo el motín; pero el comandante, que se encontraba
durmiendo en la cubierta del buque en una hamaca, aunque fue herido, logró
llegar a tierra nadando, después que había escapado de la agresión con la
ayuda del Guardia Marina José Vicente Flores, quien fue uno de los pocos
que no secundaron la acción de los amotinados.

La tripulación de la corbeta era de 29 hombres según declaración del propio


comandante y de éstos ocho eran extranjeros el "resto todos del Pacífico", lo
que nos hace pensar que en su mayoría eran iguales a los "cholos" a los que
se refería Wright al tratar de explicar la razón por la que no capturó a la
"Libertad" en Malpelo, lo que nos lleva a conjeturar además que había en los
tripulantes un profundo descontento por el modo, como fueron juzgados por
el General Flores después de dicho combate, lo que los llevaría a tan equívoco
proceder, secundando a quien se había infiltrado en el buque con tan protervos
propósitos.

En declaración del marinero Custodio de la Cruz, uno de los pocos que no


hizo causa común con los amotinados, consta que el cabecilla del motín era
un individuo nombrado Manuel, nativo de Buenos Aires, que se había
embarcado en Guayaquil, y que era un desertor de la corbeta peruana
"Libertad", antes del combate de Malpelo.

También podemos conocer que los otros dos guardias marinas, que con el
Guardia Marina Flores formaban parte de la dotación de la "Pichincha",
Ramón Avilés había tenido gran participación en el motín, pero que el Guardia
Marina José Cevallos sólo seguía a bordo forzado por las circunstancias.
LA GUERRA 93

Entre los tripulantes que lograron escapar se encontraban tres marineros


británicos cuyos nombres eran Eduardo Lee, Santiago Lee y Santiago Jame
Noodbille; también se cuenta entre los que no se amotinaron al marinero
José Albino Romero, siendo por lo tanto éstos y el Guardiamarina Flores los
que no se vieron comprometidos en la sublevación y que lograron abandonar
el buque.

Algunos historiadores del Perú han relatado este episodio en tal forma
que dejan la impresión de que el amotinamiento de la tripulación de la corbeta
"Pichincha" se produjo a continuación del combate de Malpelo, lo que como
hemos visto no tiene ningún fundamento, puesto que fue un mes después
cuando se produjo, este infeliz acontecimiento.

Otra de las versiones que carece de fundamento, es la que atribuye a todos


los oficiales y tripulantes de la corbeta "Pichincha", la presentación ante la
autoridad militar de Paita de un oficio en el que constaban las razones que
decían haber tenido para amotinarse y entregar el buque al Gobierno peruano.

La verdad es otra, no negamos que la tripulación, con algunas excepciones,


fue la que protagonizó tal acto de traición, pero no así los oficiales, pues los
que formaban la oficialidad de la "Pichincha", en esta oportunidad, eran el
comandante, el piloto y tres guardiamarinas. Sabemos que el Guardia marina
Flores logró escapar junto con el comandante y que el Guardiamarina José
Cevallos tuvo que continuar a bordo forzado por las circunstancias, al igual
que el piloto que fue gravemente herido. Sólo el Guardiamarina Ramón Avilés
hizo causa común con los tripulantes amotinados. Todo esto consta en las
declaraciones juramentadas del Comandante Unsdworth, del Guardia marina
Flores y de los tripulantes que lograron llegar a las playas de Taboga huyendo
de los amotinados.

BLOQUEO, ATAQUE, OCUPACIÓN Y DESOCUPACIÓN DE


GUAYAQUIL

La derrota sufrida en el combate de Malpelo por la corbeta peruana


"Libertad" no podía ser causa de detención de la agresión del Perú a los
territorios del Sur de la Gran Colombia, si consideramos que el resto de la
Escuadra de ese país no había sido batida y se encontraba lista para entrar
94 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

en acción y la misma corbeta "Libertad" no tuvo averías de magnitud que le


impidieran, después de su corto período de reparaciones, volver a combatir,
lo que tiene lógica explicación si consideramos que el propósito perseguido
era su captura y no su destrucción.

Es así como el 9 de septiembre de 1828 el Gobierno peruano decretó el


bloqueo de los puertos colombianos entre los tres grados, seis minutos de
latitud Sur y los nueve grados de latitud Norte, es decir desde Tumbez
inclusive, hasta Panamá. (ver anexo II)

La escuadra peruana se hizo a la mar el 18 de septiembre, bajo el mando


del Vicealmirante Guisse, arribando al puerto de Paita el día 22, para
desembarcar al Mariscal José La Mar en Tambo Grande, un lugar cercano a
Piura, quien iba a incorporarse al ejército que ya se encontraba concentrado
en el Norte del Perú.

Al finalizar el mes de septiembre la Escuadra del Perú, había ya establecido


dicho bloqueo y con fecha 6 de octubre el General Flores informó al Libertador
de esta situación en los términos siguientes: "Hace siete días que la Escuadra
del Perú ha bloqueado este puerto. Ayer hemos tenido un parlamentario, con
el pretexto de proponer el canje de un oficial que tomaron en Naranjal, vino a
reconocer las baterías y nuestros medios de defensa. Yo no quise que se me
presentara, porque a más de ser un oficial subalterno, es cuñado de Guisse,
por quien no tengo ninguna consideración. Sin embargo, hice que se le
contestara con moderación, que no podía tener lugar el canje porque no
habiendo roto Colombia las hostilidades contra el Perú no había en nuestro
poder prisionero alguno de dicha República".

A continuación en la misma comunicación, después de referirse a otros


aspectos de la guerra, vuelve a tratar del bloqueo en lo relativo a los efectos
de éste sobre el país en general y sobre las operaciones militares: "Hasta
ahora nada ha hecho Guisse con su bloqueo, pues no ha tomado ni un solo
buque mercante. La sorpresa que mandó a ejecutar sobre Naranjal, fue
creyendo que allí encontraría más de quinientas cargas de fusiles, municiones
y vestuarios que se remitieron al Azuay; así es que apenas logró tomar al
Alcalde, al Administrador y, a un oficial del Yaguachi, malo que por
corrompido se le había separado de su cuerpo y destinado en aquel pueblo...
En mi humilde opinión, el bloqueo perjudica más a las operaciones militares
que a las inconveniencias del país, por cuanto ya no podemos comunicarnos
LA GUERRA 95

con el Azuay y Loja por el Naranjal y Santa Rosa, ni con Panamá de donde yo
esperaba sus guarniciones y recursos que me había ofrecido el General
Sardá". (*)

La afirmación del General Flores de que Guisse no había hecho nada con
su bloqueo nos parece que carece de coherencia y aún es contradictoria con lo
que luego expresa sobre las consecuencias de dicho bloqueo en las operaciones
militares, pues él mismo nos hace conocer cuales fueron éstas, a lo que
podemos añadir que tenían tal significación que constituye un desatino la
antedicha expresión.

El mismo día en que el General Flores informaba lo arriba citado, el


Almirante Illingworth envió al Secretario de Estado de Marina un oficio
informándole que la fragata "Presidente" y la corbeta "Libertad" habían
fondeado en la isla Puná y de las medidas que él había tomado para proteger
las baterías, las cuatro cañoneras y la goleta "Guayaquileña". Le daba aviso,
así mismo, que el enemigo sabía que la corbeta "Pichincha" salía para Panamá
a traer 300 hombres y que esperaba que éste destacaría a la corbeta "Libertad"
para apresarla, pero que confiaba en la habilidad del comandante de la
"Pichincha" para eludirla.

Mientras tanto, poco tiempo después la goleta "Arequipeña" llegó a Puná


a reforzar a la fuerza bloqueadora, pero casi a continuación, en la primera
quincena del mismo mes de octubre, la escuadra peruana se alejó de Puná,
conociéndose en Guayaquil que la corbeta "Libertad" se había dirigido a Paita,
pero que no se tenía noticias sobre la fragata "Presidente"; pero en los primeros
días de noviembre se encontraba nuevamente en el fondeadero de Puná, hasta
el 21 del mismo mes, cuando zarpó para Guayaquil deteniéndose en Boca de
Zono a 15 millas de la ciudad, en donde estuvo hasta el siguiente día, sin que
se tuviera noticias en Guayaquil de estos movimientos.

Sorpresivamente, el 22 de noviembre a las cinco de la tarde una parte de


la Escuadra del Perú, se presentó frente a Guayaquil demandando su
rendición y luego, al no obtenerla, intentando apoderarse de la ciudad por la
fuerza o destruirla.

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador.- Páginas 421 y 422
96 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Estaba constituida esta fuerza naval por la fragata "Presidente", la corbeta


"Libertad", la goleta "Peruviana" y cinco lanchas cañoneras, la misma que
logró sorprender a los vigías apostados a lo largo de los cañales de acceso al
puerto siendo avistados solo en las inmediaciones de la batería de "Las
Cruces", sobre la cual abrió fuego, el que no pudo ser contestado por los únicos
16 artilleros que estaban en el lugar; procediendo de inmediato a desembarcar
en ese punto para luego incendiarla y soltar la cadena que cruzaba el canal y
que impedía el paso de los buques. (*)

A continuación el ataque fue dirigido contra la goleta "Guayaquileña" y


las cañoneras que ya no tenían la protección de la citada cadena, pero se
batieron valerosamente en retirada y lograron evitar su captura o destrucción
por cuanto al caer la noche el ataque a los buques fue detenido.

A las 7 de la mañana del siguiente día, es decir, el 23, abrieron nuevamente


el fuego contra nuestras unidades navales y a las 4 de la tarde, aprovechando
el viento y la marea siguieron hacia el norte hasta situarse frente a la Aduana,
abriendo un horroroso fuego que fue contestado por una batería que se había
alistado en la Planchada y por la "Guayaquileña" y las cañoneras que se
habían refugiado en ese lugar para apoyarse en ella.

A las 10 de la mañana principiaron sus intentos de desembarcar y tomarse


la ciudad, pero fueron rechazados por partidas del batallón Caracas, todos
los botes en los que era transportada la fuerza de asalto.

La fragata "Presidente", que aprovechando la vaciante, se retiraba a un


fondeadero fuera del alcance del fuego enemigo, es decir hacia el Sur de la
ciudad, tocó fondo en un bajo, quedando inmovilizada, situación que fue
aprovechada para atacarla, al amanecer del día 24, con un cañón, que durante
la noche y bajo la dirección del Capitán de Navío Manuel Ignacio Pareja
había sido montado sobre un terraplén semicircular en las inmediaciones de
la aguardentería, causándole averías considerables en su estructura, pero lo
más significativo de esta acción fue la muerte del Jefe peruano el
Vicealmirante Martín Jorge Guisse, quien recibió el impacto de un fragmento
de granada, cuando dirigía el combate desde la cubierta de su nave; falleciendo

(*) El lugar en el que se asentaba la batería de Las Cruces es el que en la actualidad corresponde
el extremo Este de la avenida Olmedo.
LA GUERRA 97

RECUERDO HISTORICO - L a fragata "Prueba" en la que murió el Almirante Guisse, en el Puerto de


Guayaquil. Tomado de la Revista Municipal año XVII octubre - noviembre
lo. de diciembre de 1941
98 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

luego a consecuencia de las heridas, en circunstancias en las cuales, la fragata


"Presidente", en su retirada, después de haberse zafado del bajo, se encontraba
en las cercanías de Punta de Piedra.

En el transcurso de la acción, mientras la fragata peruana, se encontraba


encallada, fue constantemente atacada por las lanchas cañoneras de la Marina
Grancolombiana, que estaban al mando del Teniente de Fragata Francisco
Calderón Garaicoa.

El General Sandes, sufrió al principio del combate un accidente y fue


reemplazado como Comandante General del Departamento de Guayaquil,
por el Contralmirante Illingworth que venía desempeñando las funciones de
Intendente de dicho Departamento, siendo en adelante quien tuvo la
responsabilidad de la defensa de Guayaquil.

La fragata "Presidente" principal buque de la Escuadra peruana fue


conducida desde Puná a Guayaquil por un individuo llamado José Camuñes
que se había presentado al Almirante Guisse cuando llegó éste con la Escuadra
a dicha isla. Tuvo este sujeto la mala suerte de aparecer responsable del
varamiento del citado buque, por lo que fue ahorcado inmediatamente.

Sobre los acontecimientos arriba relatados, el Almirante Illingworth, que


temporalmente ejercía la Comandancia General del Departamento de
Guayaquil, envió al General Flores el siguiente informe:

"República de Colombia.- Comandancia General del Departamento de


Guayaquil, a 28 de noviembre de 1828.

Al Benemérito General Jefe del Ejército

"El día 22 de los corrientes a las 5 de la tarde se aparecieron en la Puntilla


la fragata "Presidente", la corbeta "Libertad" y una goleta pequeña y dos
lanchas de la escuadra del Perú. Como sorprendieron a los vigías nada se
supo hasta que a favor de la buena brisa que había se pusieron sobre las
baterías de Cruces y le hicieron descargas cerradas que no pudieron resistir
16 artilleros qué solamente habían en ella. Cuando se dieron disposiciones
para defenderla, ya eran inútiles, pues los enemigos en el acto dieron fuego.
En seguida se dirigieron sobre la "Guayaquileña" y las lanchas que después
LA GUERRA 99

VICEALMIRANTE MARTIN JORGE GUISSE


COMANDANTE DE LA ESCUADRA PERUANA QUE BOMBARDEO A GUAYAQUIL
100 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

de haber resistido con valor, mucho más porque los enemigos, luego que saltaron
a incendiar la batería, aflojaron la cadena y la pasaron. Ayer principiaron el
fuego desde las siete de la mañana contra nuestras fuerzas marítimas y a las
4 de la tarde aprovechando el viento y la marea subieron a situarse frente a
la Aduana y rompieron un fuego horroroso contra la ciudad que duró hasta
la noche y que fue bien contestado por la batería que se pudo alistar en La
Planchada y las fuerzas marítimas que se habían apoyado en ellas. A las 10
principaron a hacer tentativa con sus botes para tomarlas; pero protegidas
por partidas del batallón Caracas las rechazaron con firmeza. La fragata
"Presidente" al bajar en la vaciante, se detuvo en la madrugada sobre un bajo
y al amanecer con un cañón de 24 que se pudo montar en la Aguardentería le
hemos causado un daño notable que lo ha demostrado retirándose en remolque.
Luego que estuvo llena la marea se retiró más allá de Las Cruces, en donde
queda fondeada actualmente con las demás fuerzas. Las casas de la orilla del
río han recibido una avería considerable, pero ellos la han recibido igualmente
sin que de nuestra parte hayamos perdido más de 5 hombres entre soldados y
paisanos. El pueblo ofendido por este procedimiento tan atroz y desconocido
por toda nación, se muestra resuelto a no omitir medio alguno para acreditarles
su indignación y contribuye con empeño a las disposiciones que se están
tomando con el fin de establecer baterías y hostilizar cuanto sea posible a
unos enemigos los más bárbaros que se conocen. El batallón Caracas y el
escuadrón Dragones han manifestado valor y entusiasmo propios del Ejército
colombiano. Con ellos y el batallón Cauca, que acaba de llegan será destruida
cualquier fuerza que pueda desembarcar. Por esta sospecha había anticipado
órdenes para que el batallón Ayacucho venga a ocupar los cuarteles del Cauca
en Samborondón y la primera sección del Girardot, compuesta de 200 hombres
que desembarcaron en la provincia, venga a Daule. Más como ahora parece
desvanecida dicha sospecha se quedarán en dichos puntos. De todos modos el
Departamento está asegurado con las fuerzas que tiene. Debido a un fuerte
insulto que tuvo ayer el señor General Sandes, me he encargado del mando
del Departamento en todos los ramos, confiriendo al señor Coronel Luque la
dirección inmediata de la división.- Dios guarde a U.S. Juan Illingworth".(*)

La goleta pequeña citada por el Almirante Illingworth era la "Peruviana"


tal como quedó sentado en páginas anteriores. En relación a las lanchas
cañoneras, los autores peruanos expresan que fueron cinco las que actuaron

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo histórico.- Copia del Archivo Histórico del Municipio
de Guayaquil.
LA GUERRA 101

JOSE BOTERIN
MARINO COLOMBIANO QUE SIRVIO EN LA MARINA DE GUERRA DEL PERU
102 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

en esta acción naval y no dos como consta en el informe arriba transcrito.

Con anterioridad a estos últimos acontecimientos, el día 6 de noviembre


había arribado al puerto de Paita la corbeta "Pichincha" a consecuencia de la
más abyecta acción de su tripulación, que estando en aguas de Panamá
traicionó a su patria, para pasarse al lado peruano inducidos por agentes de
ese país.

Así como la derrota de la corbeta peruana "Libertad" no podía ser causa


suficiente para disuadir al Perú de continuar su agresión contra el Sur de la
Gran Colombia, tampoco su fracasado ataque a Guayaquil, lo sería para poner
fin a su propósito, puesto que si bien es cierto que sufrió la fuerza muchos
daños, tenía sin embargo, entera capacidad para continuar la agresión, aunque
la muerte de su Comandante en Jefe el Contralmirante Guisse fue en un
principio causa de desorientación en la Escuadra, poco tiempo después bajo
el mando del 2o. Comandante de la fragata "Presidente", Teniente de Navío
José Boterín, continuó ejerciendo un riguroso bloqueo estrecho sobre
Guayaquil, suprimiendo así toda la posibilidad de obtener los abastecimientos
vitales para sus habitantes y de recibir los refuerzos necesarios para hacer
frente a un probable nuevo ataque a la ciudad. (*)

Era esta la situación que tenía que enfrentar el Contralmirante Illingworth


en su calidad de Comandante General del Departamento de Guayaquil. Las
comunicaciones con Daule y Santa Elena fueron cortadas, siendo éstos los
lugares que proporcionaban los víveres que se consumían en Guayaquil, y
no se podía esperar la llegada de refuerzos por vía marítima, fluvial o terrestre;
pero a pesar de todos estos infortunios se resistía a capitular, hasta cuando
un cambio radical en la situación militar le obligó a aceptarla, debido a que
recibió órdenes del General Juan José Flores para que marcharan al Azuay
los batallones Caracas y Cauca y el escuadrón de caballería que debían
incorporarse al ejército que entablaría la batalla decisiva contra el ejército
peruano al mando del Mariscal La Mar.

Además de todo esto, el pueblo de Daule, instigado por agentes peruanos

(*) El Teniente de Navío José Boterín era colombiano, pero había cursado sus estudios en la
Escuela Náutica de Lima. En 1827 estando al servicio de la Marina de Gran Colombia en
el Departamento Marítimo de Guayaquil, desertó pasándose a la Marina del Perú en la que
continuó su carrera naval hasta obtener el grado de Capitán de Navío.
LA GUERRA 103

infiltrados desde los buques que señoreaban en el área marítima y fluvial del
departamento, se amotinó en contra de las autoridades cometiendo toda clase
de desafueros y asesinando al Jefe Militar del lugar, el Comandante Dávalos.

Obligado por una situación militar absolutamente desfavorable y para


evitar más sufrimientos a la población, entró en conversaciones con el Jefe
de la escuadra peruana, para acordar una capitulación, la misma que después
de algunas dilaciones, fue suscrita el 19 de enero de 1829.

El Convenio de capitulación que acordaron los delegados de ambas partes


es el siguiente:

"En el río de Guayaquil a la vista de la ciudad el 19 de enero de 1829,


reunidos a bordo de la goleta de guerra de la República del Perú nombrada
"Arequipeña" los SS Coroneles Manuel Antonio Luzarraga y Juan Ignacio
Pareja comisionados por parte del señor Comandante General de la Plaza de
Guayaquil, el General de Brigada Juan Illingworth y los señores Tenientes
Comandantes don Alejandro Aquaroni y don José Félix Márquez comisionados
por el Comandante en Jefe de la Escuadra del Perú don José Boterín, con el
objeto de acordar los puntos convenientes para ambas partes sobre la
evacuación de la referida plaza a fin de evitar los padecimientos de la población
consiguientes a un estrecho bloqueo y demás accidentes de la guerra, después
de haber canjeado sus respectivos poderes ante nosotros los Secretarios Alférez
de Fragata de la Armada del Perú Manuel González Pavón y Florencio del
Valle de la Tesorería del Departamento, presentaron los referidos SS
comisionados por parte de la Plaza las proposiciones siguientes:

1.- Que si dentro de diez días no se tenía una noticia oficial de una de las
dos partes contratantes de haberse dado una batalla entre los ejércitos de
Perú y Colombia se evacuará la Plaza bajo las condiciones necesarias para la
seguridad de las personas y propiedades de los que se hallan comprometidos
por sus opiniones políticas.- Concedido.

2.- Si antes, como es probable, tuviese el General de la Plaza órdenes de su


jefe para evacuarlas, lo haría bajo las mismas condiciones.- Concedido.

3.- Si nuestro Ejército perdiera una batalla se evacuará del mismo modo
la Plaza al tercer día de haberse recibido la noticia oficial. Concedido.
104 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

4.- Los buques de guerra, fuerzas sutiles, artillería de la Plaza y demás


máquinas de su servicio, que se entregarán con las formalidades
acostumbradas, permanecerán en clase de depósito, durante la presente guerra,
sin que puedan emplearse contra la República o cualquier partida de ella.-
Concedido y solo se podrá hacer uso de estas armas cuando lo exija la
tranquilidad pública.

5.- Hallándose el vecindario temeroso de los males de la anarquía, el Jefe


de la Escuadra designaría la forma de Gobierno que se habría de establecer
después de evacuada la Plaza, para garantizar la tranquilidad pública y las
propiedades de los ciudadanos.- Con respecto a la forma de Gobierno que
debe regir el punto desocupado será en lo político el actual que lo rige, mientras
el Supremo Gobierno del Perú instruya sobre esta materia y por lo que toca al
Jefe Militar, el Comandante de la Escuadra nombrará al que considere más
idóneo para mantener el reposo y tranquilidad de los habitantes
proporcionándole la fuerza que juzgue bastar al objeto indicado.- Concedido.

6.- Las deudas contraídas por el Gobierno serán religiosamente reconocidas


y pagadas, quedando establecidas las rentas sobre las cuales se han contratado
algunas deudas de preferencia.- Concedido.- Siendo de primera deducción
los gastos de la guarnición y Armada.

7.- Respecto a que las fuerzas sutiles hostilizan indirectamente a la


población amedrentando a los abastecedores por hallarse colocadas en su
tránsito, se incorporarán a la Escuadra y si llegase el caso de romperse las
hostilidades, se les permitirá tomar la posición que actualmente tienen,
dándose el aviso correspondiente una creciente antes que espire el término.-
Concedido.

8.- No será la Plaza molestada con contribuciones.- Concedido.- Y de las


entradas naturales se hará uso para el sostenimiento de las tropas y marina
que sea indispensable mantener en el puesto, valiéndose, en el caso que éstas
no sean suficientes, de los medios que dicta la prudencia.

9.- No se obligará a ningún vecino a que tome las armas contra el Gobierno
de Colombia.- Concedido.

10.- Las comunicaciones entre ambas partes contratantes se harán como


LA GUERRA 105

CONTRALMIRANTE HIPOLITO BOUCHARD


COMANDANTE DE LA ESCUADRA DEL PERU DURANTE LA OCUPACION DE GUAYAQUIL
106 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

hasta ahora por medio de parlamentos durante el armisticio.- Concedido.

11.- No se hostilizarán a las partidas que desembarque la Escuadra fuera


del alcance de tiro de cañón para comprar víveres o hacer aguada, como su
número no pasare de diez o doce hombres.- Concedido.

Siguen las proposiciones de los comisionados por la parte de la Escuadra


bloqueadora.

1.- Todas las personas que se hubieran pasado a la Escuadra peruana o


emigrado por sus opiniones políticas durante el bloqueo volverán a tomar
posesión de sus propiedades y se les hará la debida indemnización con arreglo
a las leyes del país.- Concedido.

2.- Las tropas de la guarnición evacuarán la Plaza a las veinticuatro horas


del término prefijado en el artículo primero de las proposiciones hechas por
parte del Jefe de ella, sin que hostilicen de ningún modo a la población y si
por algún suceso de los de la guerra llegara el caso de que deba volver a
ocuparla, dará previamente un aviso anticipado al jefe de la guarnición para
que evacúe la Plaza, según y en los términos que se ha estipulado en estos
tratados.- Concedido.

3.- Todo vecino que habiendo pertenecido al Ejército o Marina se quedase


en la Plaza no será molestado en sus personas o propiedades, siempre que su
comportamiento sea conforme al orden que se establezca.- Concedido.

4.- No se aumentará de manera alguna la fuerza por ninguna de las partes


contratantes, se continuará ocupando las mismas posiciones que al presente y
no se romperá las hostilidades sino después de diez horas en caso de no haber
convenio.- Concedido, a excepción de lo estipulado en el artículo 7 sobre la
incorporación de las fuerzas sutiles a la Escuadra.

Estos Tratados quedan concluidos a las ocho de la noche del día de la


fecha, seran notificados dentro de veinticuatro horas. Si ocurriera alguna
duda se aclarará por ambas partes antes de esperar el prefijado término; y si
es necesario prolongarlo se verificará con convenio de los mismos.

Manuel Antonio Luzarraga.- Juan Ignacio Pareja


LA GUERRA 107

GENERAL JUAN IGNACIO PAREJA MARISCAL


108 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Alejandro Aquaroni.- José Félix M.


Manuel González Pavón- Secretario.- Florencio Bello.- Secretario.

Queda ratificado por mi y aprobado en todas y cada una de sus partes


cuanto se ha tratado en la presente negociación.- Como Comandante que soy
a la presente de la Escuadra contratante, verifico y apruebo en todas sus partes
los anteriores tratados que se han celebrado con mi antecesor a fin de que se
de el debido cumplimiento por esta Escuadra.- A bordo de la fragata de guerra
"Presidente" a veinte de enero de mil novecientos veintinueve. Ipólito
Bouchard". (*)

El Capitán de Navío Hipólito Bouchard se hizo cargo del comando de la


escuadra peruana el 19 de enero, el mismo día que se firmó el Convenio de
capitulación entre el Almirante Illingworth y el Comandante de la Escuadra
interino Teniente de Fragata José Boterín, lo que aclara la razón del último
párrafo del citado Convenio.

Para el Almirante Illingworth fue causa de mucha inconformidad la


decisión que tuvo que tomar como autoridad superior de Guayaquil y es así
que tres días después informó al Jefe Superior del Distrito, General Juan
José Flores sobre este acontecimiento, explicándole las razones que
determinaron la necesidad de entregar la plaza y luego, el 31 del mismo mes,
le reitera su anterior razonamiento.

De lo expresado en estos informes se deduce que tantas exigencias de orden


militar como sentimientos humanitarios lo impulsaron a aceptar la
capitulación que le proponía el jefe peruano; pero en descargo de la
responsabilidad, que se le podría atribuir en este desenlace de los
acontecimientos, debemos enfatizar que la situación militar se había tornado
extremadamente desfavorable y que en la decisión superior había ya la idea
de que Guayaquil podía caer temporalmente en manos enemigas en
consideración que la concentración del ejército para la batalla decisiva obligaba
a retirar las tropas de su guarnición, situación en la que, por falta de la
fuerza naval necesaria para hacer frente a la Escuadra del Perú, impedir la
llegada de refuerzos enemigos y levantar el bloqueo, la caída de Guayaquil

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.- Copia del Archivo Nacional de Bogotá.
LA GUERRA 109

era solo cuestión del tiempo necesario para que el adversario organice el
ataque para tomar la plaza por la fuerza.

Las razones que el Almirante Illingworth creía le asistían para justificar


su decisión son detalladamente explicadas en los documentos arriba
mencionados, los mismos que constan en los anexos III y IV.

Igualmente en una carta muy extensa fechada 23 de enero dirigida al


General O'Leary, Illingworth expresa: "Sublevado Daule, cortadas las
comunicaciones con Baba, Babahoyo, Yaguachi, con las nueve lanchas que
plantó el enemigo allí, fuera de tiro de cañón y en comunicación con los facciosos
de Daule a donde introdujeron tres oficiales de la División con armamento y
municiones; los demás de estos suizos en camino al Morro y Samborondón; la
segunda mitad del Girardot expuesta, cinco buques de guerra mayores para
oponerse a medias baterías tan admirablemente construidas que solo tienen
una boca libre una vez fondeado un buque a tiro de pistola, la ciudad vacía".

Esa era la situación a la que tuvo que hacer frente el Almirante, la que
justifica de por sí, su decisión de capitular, pero esta fue siempre causa,
durante toda su vida, de mucha tristeza.

El 27 de febrero se libró la batalla de Portete de Tarqui, en la que el ejército


peruano al mando del Mariscal La Mar fue derrotado por el ejército de la
Gran Colombia al mando del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
El triunfo de las armas Grancolombianas fue completo, pero es necesario
para mejor conocimiento de los acontecimientos, enfatizar que el ejército que
triunfó en Tarqui, estuvo compuesto en su casi totalidad por tropas
pertenecientes al Distrito del Sur de la Gran Colombia es decir que es gloria
de los ecuatorianos, y porque además el apoyo logístico descansó en la
economía de los tres departamentos que formaban dicho Distrito.

De la carta del Libertador al General Flores, de fecha tres de julio de


1828, la misma que consta en páginas anteriores de este libro, extraemos
ahora algunos párrafos para afirmar lo dicho respecto a la casi total
conformación del ejército Grancolombiano que combatió en Tarqui con
soldados del Sur de la Gran Colombia, principalmente con los de los
departamentos correspondientes a Quito, Guayaquil y Cuenca:
1 10 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

...."Ahora lo que nos toca es ver como hacemos esta guerra.- Desde luego
debe usted contar con que del Norte no pueden ir más batallones que los que
usted tiene a sus órdenes y que de Popayán al Azuay todo estará dispuesto a
obedecerle en todo cuanto mande, pues he mandado poner el departamento
del Cauca sujeto a la autoridad del General en Jefe del Sur.- Yo estoy seguro
de que la España nos manda una expedición en el acto que sepa que estamos
en guerra con el Perú y a nosotros no nos queda más que diez batallones para
defender 300 leguas de costa en el Atlántico... Disponga usted que los seis
batallones: Rifles, Caracas, Quito, Yaguachi, Ayacucho y Pichincha que debe
restablecérselos, cada uno de ellos monte a más de mil hombres"... Si usted
puede reunir siete u ocho mil hombres y tiene los medios para entrar en
territorio del Perú, debe usted ejecutarlo para no acabar de arruinar nuestros
pueblos del Sur con esfuerzo tan extraordinario.- Puede usted tomar hombres
de caballería de los Pastos y de Guayaquil"

Nos parece suficiente las palabras del Libertador para confirmar


documentadamente la mayoritaria participación de la población del Distrito
del Sur en la integración del ejército Grancolombiano que triunfó en la llanura
de Tarqui; así como también en la logística que apoyó a dicho ejército.

El día 28 de febrero se suscribió el Convenio de Girón, el mismo que fue


ratificado el 1 de marzo por los Mariscales Sucre y La Mar. (Anexo IV)

En el artículo 10o. de dicho Convenio consta que el Gobierno del Perú se


compromete a entregar al de Colombia la corbeta "Pichincha" en el menor
tiempo posible; y la cantidad de 150.000 pesos en el término de un año para
cubrir las deudas que el Ejército y la Escuadra del Perú hayan contraído en
los departamentos de Azuay y Guayaquil, que no estén aún pagadas y en
retribución de algunos perjuicios hechos a propiedades particulares; y en el
artículo llo. que "El Ejército peruano emprenderá su retirada por Loja desde
el día 2 del próximo marzo y evacuará completamente el territorio de Colombia
dentro de veinte días contados desde la fecha. En el mismo término se devolverá
a las respectivas autoridades la ciudad de Guayaquil y su Marina con los
elementos de guerra en los mismos términos que se entregaron en depósito al
Jefe de la Escuadra peruana por la estipulación e inventario de veintiuno de
enero último".

El artículo 16 manifiesta: "El bloqueo declarado a los puertos de Colombia


LA GUERRA 111

se entenderá haber cesado desde que los comisionados de ambos ejércitos


hayan entrado en la Plaza de Guayaquil a ejecutar el cumplimiento del llo.".

El Gobierno peruano incumplió con lo estipulado en estos artículos del


Convenio de Girón, al no desocupar la Plaza de Guayaquil en el tiempo
acordado, y al no devolver los buques entregados en depósito por el Almirante
Illingworth, faltando de esta manera dos veces a su palabra empeñada, pues
ya con anterioridad había adquirido el compromiso de devolverlos según el
Convenio de capitulación de Guayaquil.

Cuando había transcurrido el tiempo que el artículo llo. del Convenio de


Girón establecía, el comandante peruano se negó al cumplimiento de tal
obligación, actitud que determinó la decisión del Libertador de abrir
nuevamente las operaciones militares para recuperar la ciudad. Con este
propósito el Almirante Illingworth recibió la orden de ocupar la zona de
operaciones que antes de la batalla de Tarqui le ordenara abandonar el
Mariscal Sucre. En relación a las razones que habían determinado la
precipitada orden recordemos que la idea del General Flores desde antes fue
abandonar la defensa de Guayaquil, considerando que el objetivo principal
era la destrucción del ejército peruano que había invadido el territorio de la
Gran Colombia y que ocupaba Loja, objetivo al cual debían apoyar a su
consecución todas las demás fuerzas que pudieran ser consideradas necesarias
para tal finalidad, entre las cuales se consideraba a las que defendían
Guayaquil, pues ocupada esta plaza por las tropas peruanas, una vez
derrotado en tierra el Perú, éstas estarían obligadas a entregarla ante la
superioridad adversaria. El Mariscal Sucre al asumir el mando del ejército
confirmó las anteriores disposiciones, pero expresó en un informe al Ministro
de la Guerra: "La pérdida de Guayaquil al momento de las operaciones activas
nos ha causado grandes males", el informe tenía fecha 18 de febrero, es decir
9 días antes de librarse la batalla de Tarqui.

Sin embargo, la desocupación de Guayaquil por las tropas del Perú no se


realizó según las espectativas del General Flores y del mismo Mariscal Sucre,
tal como quedó expresado en líneas anteriores.

El 4 de marzo el Mariscal Sucre envió a Guayaquil a los Generales Sandes


y Febres Cordero para tratar de la devolución de la ciudad; con ellos estaba
el Coronel Porras Edecán de La Mar. A su llegada a Guayaquil, el día 11,
112 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

fueron a bordo de la corbeta "Libertad" para conferenciar con el Comandante


en Jefe de la Escuadra peruana, sobre el objeto de su comisión; mientras
tanto en tierra en la casa del Coronel José Prieto, que era el comandante de
la Plaza desde el 16 de febrero, se efectuó una Junta de Guerra, habiéndose
decidido esperar la ratificación del Convenio de Girón por el Congreso del
Perú para luego desocupar Guayaquil.

El 21 de marzo el cónsul de Gran Bretaña Walter Cope protestaba por


dicha decisión del mando militar peruano, al mismo tiempo que el General
Flores emprendía la marcha desde Ambato para operar sobre Guayaquil.

El 24 de marzo el Contralmirante Illingworth, en cumplimiento de la orden


que había recibido de ocupar la zona de operaciones -la misma que
anteriormente debió abandonar por disposición del General Flores- llegó a la
población de Baba, ocupándola inmediatamente, desde donde exigió al
Comandante en Jefe de la Escuadra, Capitán de Navío Hipólito Bouchard y
al Comandante de la Plaza Coronel José Prieto la desocupación de Guayaquil
en cumplimiento de lo establecido por el artículo 110. del Convenio de Girón
y les notificó que de no hacerlo, continuaría con las operaciones y marcharía
sobre la ciudad.

La respuesta del Comandante en Jefe de la Escuadra no dejaba duda sobre


las intenciones peruanas de burlarse del Convenio de Girón, especialmente
en lo pertinente a la desocupación de la ciudad y a la entrega de los buques
en depósito. Dicha contestación estaba redactada en los términos siguientes:

"República peruana.- Comandancia General de la Escuadra.- Fragata


"Presidente, al ancla en Guayaquil, marzo 27 de 1829.- Al señor General Juan
Illingworth.- Señor General: Instruido como ya lo está U.S. de la resolución
que me dice le comunicó el Comandante General de la Plaza en 13 del corriente,
acerca de la entrega de ésta, nada más me resta que añadir a U.S. por esta
justa determinación, sino que posteriormente he recibido orden de S.E. el
General en Jefe y Presidente de mi República para que suspenda dicha entrega
y que en caso que este punto sea atacado por fuerzas de U.S. u otras que
vengan en su auxilio, trate de sostenerlo con las de mi mando.- Por consiguiente
si U.S. quiere evitar cualquier encuentro desagradable, puede suspender su
marcha, ínterin recibo nuevas órdenes de mi Jefe en la inteligencia de que si
son conformes a lo estipulado en Girón, no habría por mi parte embarazo en
LA GUERRA 113

cumplirlas. Tengo el honor de manifestarle a U.S. en contestación a su


apreciable nota de ayer, que me ha entregado su Ayudante el señor Capitán
José María Urbina.- Con la más alta consideración me repito de U.S.- Hipólito
Bouchard".

El General Flores en conocimiento de la respuesta del Comandante en


Jefe de la Escuadra peruana al Contralmirante Illingworth, con el propósito
de evitar un nuevo derramamiento de sangre y con la convicción de que la
obstinación del Perú de no desocupar Guayaquil, tenía como fundamento, el
dominio del mar que disfrutaba, envió una carta al Comandante de la fragata
"Presidente" Capitán de Fragata Guillermo Prunier, ofreciéndole ayuda
económica para la reparación de su nave y de seguridades para su salida;
tomando para hacerlo, en consideración la estimación que suponía tenía dicho
jefe naval, por el Libertador.

La respuesta de Prunier fue muy ambigua y se mostró muy misterioso en


su entrevista con el Coronel Elizalde que fue el portador de la carta del General
Flores.

Es oportuno mencionar que ya en ese tiempo las reparaciones que se


efectuaban en la fragata "Presidente" estaban terminándose y que se le había
reemplazado su palo trinquete, trabajos hechos todos en Guayaquil.

También podemos aquí recordar que el Capitán Prunier, poco antes, fue el
Comandante de la corbeta "Pichincha" al ser incorporada a la Escuadra del
Perú, a consecuencia del traidor comportamiento de su tripulación.

Cuando el Almirante Illingworth estableció su cuartel general en Daule


insistió enérgicamente para la devolución de la ciudad de Guayaquil, pero
recibiendo las mismas respuestas negativas, aduciéndose ahora que el mismo
Presidente del Perú, General La Mar había dado órdenes de retener la ciudad,
es decir no dar cumplimiento al Convenio de Girón.

Prosiguiendo la marcha sobre Guayaquil, el General Flores se encontraba


en los alrededores de Babahoyo en la primera quincena de abril; el 14 estaba
en Samborondón, con los batallones Caracas, Yaguachi, parte del Rifles y el
escuadrón Húsares de Colombia. En Daule se encontraba Illingworth con el
batallón Ayacucho, el Girardot, el resto del Rifles y una compañía del
114 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

escuadrón Itsmo. Más tarde llegaron los batallones Quito, Pichincha y Cedeño.

El Perú por su parte no solo se negaba a cumplir con el dictado de Girón


sino que más bien procedía a reforzar a las tropas que guarnecían Guayaquil;
desde Paita enviaron a bordo de la corbeta "Pichincha al batallón Ayacucho y
del Callao zarpó el bergantín holandés "Mercurio" con tropas y pertrechos el
día 18 de abril; el 19 y el 20 zarparon para Guayaquil la fragata "Monteagudo"
y el bergantín goleta "Guayaquileña" conduciendo los escuadrones Húsares
de Junín y Dragones de Arequipa; y en la noche del 22 de abril arribó a
Guayaquil el Mariscal Mariano Necochea a bordo de la goleta "Sirena", quien
de inmediato tomó el mando de la división que estaba formada por 2.100
hombres.(*)

El empleo de la "Guayaquileña" para transportar tropas peruanas con


fines de agresión, como era el caso, era otra manera de no cumplir con los
compromisos de honor contraídos por el Perú; el numeral 4 del Convenio de
Capitulación del 19 de enero prohibía el empleo de los buques, entregados en
depósito, en contra de Colombia.

El 16 de mayo se terminó la concentración de las fuerzas del General Flores


y del Contralmirante Illingworth y el Libertador tomó el mando de todo el
ejército, es decir de todas las fuerzas empleadas en la campaña; el 13 de
junio estuvo en Baba y el 20 llegó a Samborondón. Por primera vez los
peruanos que ocupaban Guayaquil dieron una respuesta satisfactoria,
ofreciendo entregar la plaza, pero "en condiciones decorosas". El 28 de junio
Bolívar estableció su cuartel general en Buij o y se aprestaba a accionar sobre
Guayaquil.

La ocupación de Samborondón se realizó mediante un rápido movimiento


de las fuerzas que estaban acantonadas en la población de Baba, ejecutado
en la mañana del 16 de junio, que obligó a las fuerzas sutiles y a las tropas
peruanas a retirarse a Guayaquil. En este mismo día, tropas peruanas que
estaban en Yaguachi fueron desalojadas de ese lugar por una compañía del
batallón "Rifles", quedando de esta manera libres las comunicaciones entre
el Cuartel General y la ciudad de Cuenca.

(*) Julio Estrada Ycaza.- Gloria y Tragedia.- Documentación y estudio del Departamento de
Historia de la Marina Nacional 1975.
LA GUERRA 115

Al día siguiente el 17 de junio el General Necocheá, Jefe Superior de las


fuerzas peruanas que retenían en su poder a Guayaquil, se embarcó para
dirigirse al Callao, acompañado del Coronel Prieto. El Coronel Benavides
recibió el mando militar de la plaza de Guayaquil.

El Libertador tal como quedó expresado, llegó a Samborondón el día 20 de


junio y el 28 estableció su Cuartel General en Buijo con la previa intención
de continuar la Campaña para tomar Guayaquil. Pero el día anterior se había
celebrado una suspensión de hostilidades en ese mismo lugar, la que luego
fue ratificada por el Libertador después que el General Tomás C. Mosquera
Jefe del Estado Mayor lo había hecho previamente.

Dicho acuerdo era el siguiente:

"SUSPENSIÓN DE HOSTILIDADES EN GUAYAQUIL

Reunidos en el cuartel jeneral de Buijo lo. de junio de 1829, los señores


jeneral de brigada León de Febres Cordero, por parte del ejército colombiano,
y el teniente coronel don Francisco Valle Riestra, Jefe del E.M. de la división
peruana que está en Guayaquil, por ella, con el objeto de celebrar una
suspensión de hostilidades, mientras dura la reunión que ha llevado de S.E.
el Libertador el coronel Antonio de la Guerra, cerca del ilustrísimo señor gran
mariscal, jeneral en jefe del ejército del norte del Perú, que está en Piura,
reclamando la entrega de la plaza de Guayaquil, para celebrar un armisticio
que de lugar a entrar en tratados los gobiernos supremos de Colombia y el
Perú, y que se termine una guerra tan calamitosa, y que decididamente ha
querido evitar la república de Colombia, desde la primera misión de paz que
trajo el jeneral O'Leary, y que fue desoído por el anterior gobierno del Perú. Y
canjeados los poderes que recibieron los comisionados, acordaron:

Art. 1.- Habrá una suspensión de hostilidades entre las fuerzas belijerantes
de mar y tierra de los contratantes, hasta que vuelva el coronel Guerra al
cuartel jeneral libertador.

Art. 2o. - Ambas fuerzas permanecerán en los cuarteles y campo que ocupan,
pudiendo patrullar por tierra y agua hasta la línea divisoria, guardando
siempre la distancia de más de un tiro de cañón; los peruanos lo harán dentro
de su tiro de cañón.
116 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Art. 3.- La demarcación del territorio que ocupan ambas fuerzas, sería
una línea tirada desde la boca del estero de la Matanza, hasta la boca del río
Daule: la de la Matanza será prolongada en toda la extensión del estero por
ambas partes, y la del Daule para las tropas de Colombia, toda la longitud
del río y los límites naturales, quedando las tropas que ocupan la plaza,
poseedoras de la rivera derecha hasta el fuerte del pueblo de Daule.

Art. 4.- Ni el gobierno de Colombia, ni la división peruana podrán tener


más fuerza que la de veinticinco hombres, desde los puntos de Mapasingue y
Batán, en las respectivas riveras del Daule, sin poder subir al territorio de
este río con fuerza armada, más allá del punto señalado.

Art. 5.- No podrán recibir ninguna de las partes belijerantes refuerzo


alguno, durante la suspensión de hostilidades, ni tampoco mantener tropas
en depósito, ni escala dentro de los límites del departamento. Se exceptúan de
esta prohibición, los buques conocidos de la escuadra peruana, con la precisa
condición que no traigan tropas de desembarco.

Art. 6.- El comercio de víveres y ropas será permitido en el territorio que


ocupan ambos ejércitos, llevando todo el que lo haga pasaporte de los estados
mayores.

Art. 7.- Los esquifes colombianos que vayan a Guayaquil, no podrán llevar
a su bordo más que un oficial que podrá usar todas sus divisas y señir su
espada, y seis hombres de tropa desarmados, con la precisa condición de
presentarse a su arribo al estado mayor peruano. Tampoco podrán estar a la
vez en Guayaquil, más de dos esquifes.

Art. 8.- Los simples ciudadanos que por razones particulares quieran pasar
de Guayaquil al territorio que ocupa el ejército colombiano, podrán hacerlo
libremente sin ser molestados a su regreso, en cualquiera tiempo que lo
verifiquen.

Art. 9.- Si desgraciadamente fuese necesario volver a romper las


hostilidades, no podrán verificarse sin que se anuncie setenta y dos horas
antes.

Art. 10.- Este convenio será ratificado dentro del perentorio término de
LA GUERRA 117

veinticuatro horas, así por parte del E.M.J. libertador a nombre de S.E. el
Libertador, por cuya orden ha entrado en esta negociación, como por la del
señor comandante jeneral de las tropas que ocupan a Guayaquil.

A cuyo efecto firmamos dos de un tenor en el mencionado cuartel jeneral,


día y fecha citados a las siete de la noche.

León de Febres Cordero.- Francisco Valle Riestra.- Alejandro A. López


secretario.- J. G. Alcira

El jefe de E.M.J.T.C. Mosquera

Comandancia general de Guayaquil 28 de junio de 1829 a las diez del día.


Se aprueban y ratifican por mi estos tratados en todas sus partes.

El Comandante general Miguel Benavides".

La ocupación de Guayaquil por las fuerzas colombianas no se produjo por


medio de las armas, porque dos acontecimientos, uno de carácter estratégico
y el otro político vinieron para cambiar la situación; primero: el día 18 de
mayo, el principal buque de la Escuadra peruana explotó y se hundió en la
ría frente a Guayaquil, a consecuencia de un incendio que se había iniciado
en el pañol de sustancias inflamables de dicho buque. Con la pérdida de la
fragata "Presidente" la absoluta superioridad naval del Perú disminuyó en
términos de gran significación y cambiaría radicalmente con la llegada al
Pacífico de las fragatas "Colombia" y "Cundinamarca" y aún en el caso de
una sola de ellas; esta posibilidad era obviamente conocida en el Perú, lo que
le privaría de la libertad que disfrutaba para transportar tropas y
abastecimientos por vía marítima.

Si el incendio y destrucción de la fragata "Presidente" tuvo su origen en


un hecho involuntario o si fue provocado intencionalmente, no ha sido
claramente determinado. No se dispone de datos explícitos que confirmen la
segunda suposición, aunque algunos historiadores la consideran así, tal vez
motivados por determinadas expresiones del Libertador que recomendaba
agotar todos los medios posibles para su destrucción.

En un primer momento se expresaron dudas sobre el origen de esta


118 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

catástrofe que puso en peligro a la ciudad de Guayaquil, la que fue abandonada


por sus pobladores, ante el peligro de que explosionara la pólvora que se
almacenaba en su santabárbara pero afortunadamente, solo fueron según
cálculos de su época unos diez quintales los que hicieron explosión, pues en
el caso de haber sido que todos los 135 que estaban almacenados, Guayaquil
hubiere sido terriblemente afectada, si se considera que la fragata estaba a
menos de 1 milla de la ciudad.

En un artículo que se publicó en el "Patriota de Guayaquil" encontramos


el siguiente párrafo que hace referencia al posible origen de la explosión de
la fragata "Presidente": "Si el tiempo descubriera que el origen de esta terrible
catástrofe ha sido un desesperado estravío del corazón humano, tiemble el
perverso que dio entrada en el suyo de semejante atrocidad. El ha puesto en
confusión a los inocentes habitantes de este pueblo y ha despojado a la nación
peruana de una fuerza marítima que no solamente hacía respetable a ella,
sino a todos los pueblos de la Mar del Sur. No, no es posible proponerse que
existe un monstruo tan horroroso y tan detestable. No creemos otra cosa,
aunque más se declame que una casualidad, tan rara vez experimentada y
que haya tenido un término tan raramente feliz".

Para darnos una explicación sobre lo expresado por quien tuvo tales ideas
debemos recordar que Guayaquil, estaba ocupado por fuerzas peruanas y
tales ideas eran consecuencia de la coacción ejercida por las autoridades
impuestas por el Perú.

El segundo acontecimiento fue de carácter político; el 6 de junio el Mariscal


La Mar fue depuesto de la Presidencia de la República del Perú por un
movimiento acaudillado por los Generales Antonio Gutiérrez de la Fuente y
Agustín Gamarra, este último el invasor de Bolivia y Colombia. Los días 6 y
7 de junio en Lima y Piura respectivamente los antedichos Generales en el
mismo orden, encabezaron el golpe de estado contra La Mar; pronunciándose
de inmediato por la terminación de la guerra; el General Gutiérrez de la
Fuente en una proclama al pueblo peruano calificó a esta guerra como
"insensata y fraticida, provocada artificialmente con depravados designios".

En esta situación el Libertador pensó tener las condiciones favorables para


alcanzar la desocupación de Guayaquil y para esto envió al General
Demarquet en comisión especial ante Gamarra para tratar sobre la salida de
las tropas peruanas. Habiendo accedido a ésto Gamarra, se suscribió el
LA GUERRA 119

MARISCAL AGUSTIN GAMARRA


120 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

armisticio de Piura el día 10 de julio.

El día 20 de julio se efectuó la entrega de la plaza, le correspondió hacerlo


al General de Brigada Blas Cerdeña que había sido designado por Gamarra,
Comandante General.

Que la salida de las fuerzas peruanas de Guayaquil, obedeció a la recta


intención del General Gamarra de cumplir con el Convenio de Girón, es una
hipótesis sin fundamentos firmes, a pesar de que así lo han estimado algunos
de nuestros historiadores.

Para juzgar la conducta de Gamarra en lo relacionado con este


acontecimiento, es importante considerar la trascendencia que tuvo, en tales
circunstancias, la pérdida de la fragata "Presidente" en la situación estratégica
general, para el Perú.

Derrotado su ejército en Tarqui, la magnanimidad del Mariscal Sucre, le


facilitó su retirada; no se lo persiguió tenazmente para su mayor destrucción,
favoreciendo, así a su recuperación y futuro empleo para la continuación de
la guerra, lo que fue un incentivo, seguramente, en los jefes peruanos para
soslayar el cumplimiento del Convenio de Girón, especialmente reteniendo
Guayaquil; para lo cual el dominio del mar que lo habían poseído en forma
absoluta era condición fundamental para poder reforzar y abastecer a sus
fuerzas de ocupación.

Al producirse el hundimiento del principal buque de su Escuadra, dicho


dominio o control de las comunicaciones marítimas para el Perú perdió su
carácter de casi absoluto, aunque sí lo retenían todavía; pero en un cercano
futuro, pasaría totalmente hacia la parte adversaria con la llegada al Pacífico
de las poderosas fragatas "Colombia" y "Cundinamarca" y aún sería así en el
caso de que llegara una sola de ellas; esta probable situación estratégica en
el Teatro Marítimo no permitiría enviar refuerzo y abastecimiento a las tropas
que ocupaban Guayaquil por la vía marítima, los mismos que tampoco podrían
llegar por la vía terrestre dada la evolución de la situación estratégica general.

Ante estas circunstancias al General Agustín Gamarra no le quedaba otra


alternativa que entregar Guayaquil, con lo que además aparecía como leal
cumplidor de los compromisos de honor aceptados por el Perú.
LA GUERRA 121

Al finalizar el año Perú devolvió los buques que había retenido. El 25 de


diciembre anclaron en el Puerto de Guayaquil la corbeta "Pichincha", la goleta
"Guayaquileña" y el pailebot cañonero "Gracia del Guayas" que habían sido
conducidos desde el Perú por la goleta "Arequipeña" de aquella república.(*)

Posteriormente el 26 de febrero de 1830 la misma "Arequipeña", llegó a


Guayaquil conduciendo al bergantín de guerra "Adela" para entregarlo a las
autoridades del puerto. El Capitán de Navío Manuel Antonio Luzarraga fue
el encargado de recibir esta nave así como los cañones y elementos de guerra
que venían a bordo y que pertenecían a la Plaza de Guayaquil, los que también
habían permanecido en depósito de acuerdo al Convenio de Capitulación de
Guayaquil. (**)

Según los respectivos informes sobre las condiciones de conservación que


tenían los buques en el momento de recibirlos se observa que el casco y la
arboladura de la goleta de guerra "Guayaquileña" estaban en buenas
condiciones, pero sus jarcias y velas en regular estado; su armamento estaba
formado por 12 carronadas de 18 libras de hierro y 2 cañones de 12 libras de
bronce. La corbeta "Pichincha" por lo contrario se encontraba en completo
estado de destrucción según el informe presentado por el Teniente de Navío
Francisco Reyna, que fue el encargado de recibir esta nave así como el pailebot
"Gracia del Guayas" del cual informa estaban en buen estado su casco, timón
y arboladura; y armado con un cañón con su colisa. El bergantín "Adela" fue
devuelto en las mismas condiciones que tenía el 19 de enero de 1829, es decir
sin armamento, pero en buen estado su casco y más partes de la nave.

Como dato para la historia de nuestra Marina de Guerra y prueba de la


malicia del Perú debemos consignar el hecho de que el Gobierno peruano
había mandado que el bergantín "Adela", fuera denominado "lo. de Febrero"
día del aniversario de la ocupación de la Plaza de Guayaquil por tropas del
ejército peruano, disposición que implicaba una grave ofensa y además
reflejaba la poca intención que tenía de cumplir con el convenio del 29 de
enero de 1829 en lo pertinente a la entrega en depósito de los buques del
Apostadero de Guayaquil.

(*) (**) Instituto de Historia Marítima.- Archivo histórico.- Copia del Archivo Nacional de
Bogotá.
122 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Fue, en respuesta a este agravio, que el Prefecto General del Distrito ordenó
con fecha 10 de marzo de 1830, es decir pocos días después de la llegada a
Guayaquil del bergantín "Adela", que este fuera denominado "27 de Febrero",
aniversario de la gloriosa batalla de Tarqui. (*)

TARDÍA PERO OPORTUNA LLEGADA DE LA FRAGATA


"COLOMBIA"

El 23 de septiembre de 1829 suscribieron el Tratado de Guayaquil, la Gran


Colombia y el Perú, por el cual se restablecía la paz entre estos dos Estados;
pero continuaban las tensiones, porque el Perú no se mostraba decidido a
cumplir las obligaciones que había contraído por dicho Tratado, de tal manera
reinaba la incertidumbre sobre las intenciones que al respecto tenía el
Gobierno peruano.

Es necesario en esta parte hacer una digresión para señalar, que los límites
que se establecían entre los dos países eran favorables al Perú, al cedérseles
territorios sobre la margen derecha del Amazonas que por derecho pertenecían
a la Gran Colombia, pese a lo cual el Perú continuaba reteniendo territorios
de la provincia de Mainas que el mismo Tratado establecía eran del Estado
Grancolombi ano.

Esta era la situación cuando el 1 de febrero de 1830 arribó a la Isla Puná


la fragata "Colombia"; y, después de 161 días de navegación, desde su salida
de Puerto Cabello, llegó a Guayaquil el 8 del citado mes.

Si bien es cierto que la llegada al Pacífico de esta nave fue tardía y por
esto no intervino en la campaña, es también verdad que su presencia en
aguas del Pacífico contribuyó a afianzar la paz y disminuir el temor que se
tenía en la Gran Colombia sobre las intenciones del Gobierno peruano de no
cumplir con lo estipulado en el Tratado de Guayaquil.

Es así como el General Flores en carta de fecha 20 de febrero le decía al


Libertador, justificando su orden sobre el crucero que la fragata "Colombia"
debía realizar en aguas de la costa del Perú, lo siguiente: "Que la crisis que

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.- Copia del Archivo Histórico de la
Biblioteca Municipal.
LA GUERRA 123

nos amenaza y teniendo además datos para creer que el General Gamarra no
obra de buena fe, se concilia la seguridad del Sur y el orden interior de este
Departamento pues como sabe VE., no habrá quien se atreva a pensar en
trastornos estando nuestra fragata surcando los mares del Pacífico".

Reiterando lo expresado en páginas anteriores sobre la absoluta


superioridad que en 1828 se observaba ya, de la Escuadra del Perú sobre la
escasa o mejor dicho única nave de la Marina Grancolombiana del Pacífico,
lo que determinaba el vehemente deseo del Libertador de trasladar a estas
aguas las dos principales naves de su Escuadra o por lo menos una de ellas;
es necesario referirnos ahora a las órdenes, cartas y más documentos que
reflejan y explican las causas que determinaron el retraso en el cumplimiento
de dichas órdenes y la consecuente llegada extemporánea de la fragata
"Colombia" al Teatro de Operaciones del Pacífico.

Dos fueron las causas principales de la tardía llegada de la antes citada


fragata a las aguas del Pacífico.

La primera, tal como ya es de nuestro conocimiento, la incertidumbre que


reinaba en la Gran Colombia sobre las intenciones del Almirante Laborde,
Comandante en Jefe de la Escuadra española que permanecía en aguas del
Atlántico y del Caribe amenazando las costas de Venezuela y Nueva Granada,
en circunstancias en la que era esperada la guerra con el Perú; situación que
le planteaba al Libertador el dilema entre mantener concentrada la fuerza
naval en el Atlántico o enviar las dos o una fragata al Pacífico, con la convicción
que tenía de que España intentaría la reconquista de Venezuela en cuanto la
Gran Colombia estuviera en guerra con el Perú.

La segunda fue de orden económico, porque eran escasos los recursos para
realizar el alistamiento y travesía, a la vez que la Gran Colombia debía pagar
su deuda externa, de gran magnitud, considerando especialmente el prestigio
nacional.

El Libertador, a pesar de tales restricciones, hacía todo lo posible para que


las "inmensas fragatas", como él acostumbraba nombrarlas, fueran destacadas
al potencial Teatro de Operaciones del Pacífico, tal como lo demuestra la
abundante correspondencia entre él y otros miembros del Gobierno, relativa
al envío de estas naves.
124 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El 7 de agosto de 1828, pocos días antes del combate de Malpelo, al dirigirse


al General Mariano Montilla le decía: "También deseo saber a vuelta de correo
si podemos mandar una de esas grandes fragatas a Puerto Cabello para que
allí la pongan en estado de salir al mar contra los españoles o contra los
peruanos. Diga usted el dinero que puede costar esto, para mandarlo, aunque
sea vendiendo la casaca, pues importa mucho que esa fragata esté en estado
de guerra". (*)

Pocos días más tarde, el 21 de agosto vuelve a insistir sobre este asunto,
le escribe al mismo General Montilla diciéndole: "Usted debe tomar mucho
interés en que la fragata que debe equiparse en ese puerto salga a la mar
cuanto antes. Indíqueme usted, desde ahora, cual puede ser su Comandante
y sus oficiales, pero que no la vayan a llevar; y cuanto necesitará para alistarla
para un crucero de seis meses. Se me ha asegurado que con 40.000 pesos
sobrará". (**)

Después del combate de Malpelo, al mismo General le dice en carta del 7


de septiembre, desde Bogotá: "Siga haciendo usted todo lo posible para
habilitar esa fragata lo mejor que pueda y si no encuentran buenos oficiales
se buscarán los mejores y se tratará de suplir la falta con un buen Capitán".
(***)

El 8 de septiembre en carta dirigida al señor Rafael Arboleda le dice: "No


tenemos ni para lo más sagrado, no lo tenemos ni aún para dirigir un barco
al mar que auxilia a Guayaquil. Será pues preciso que usted o el Intendente
muestren los medios de poner de acuerdo los intereses de usted con los
intereses de la patria". (****)

Es evidente el vivo deseo del Libertador de trasladar, por lo menos una de


las fragatas al Pacífico para así obtener la superioridad de su fuerza naval en
este Teatro de Operaciones con el propósito de controlar las comunicaciones
marítimas que eran de importancia vital en el desarrollo de la guerra; pero
sin embargo por las razones antes mencionadas, la orden respectiva fue
impartida con algún retraso.

(*) (**) (***) (****) Cartas del Libertador.- Volumen IV- Maveco de Ediciones S. A. 1984.
LA GUERRA 125

FRAGATA COLOMBIA
126 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Finalmente en el mes de octubre le ordenó al General Montilla hacer


efectiva su decisión de enviar una fragata al Pacífico según consta en la
siguiente carta, que copiarnos a continuación:

"Bogotá 7 de octubre de 1828.- Al señor General Mariano Montilla.- He


determinado enviar una de esas grandes fragatas al mar del Sur. Para ello
usted la enviará sin pérdida de tiempo a Puerto Cabello, donde aumentará
sus provisiones y su tripulación, pues supongo que en cuanto a víveres y
repuestos, puede ir bien provista hasta ahí.

Conviene que ella lleve de allí e) algunos marineros hábiles que serán
extranjeros e irán pagados y algunos otros que deben formarse tales en la
navegación o que convenga destinar a ella. Chitty la irá mandando hasta
Puerto Cabello; si él quisiera continuar le escribirá usted al General Páez de
mi parte. El General Páez ha de dar instrucciones al que venga mandando el
buque al salir dePuerto Cabello; y yo le encargo, si Beluche está allí, lo prefiera
por su grado, etc. Vaya o no Chitty de ahí mandando el buque procure usted
poner a bordo subalternos de confianza para impedir toda intención o suceso
siniestro. Encargo a usted la mayor diligencia en la salida del buque y qué
recomiende al Comandante la mayor presteza. Si faltaren a usted enteramente
otros medios para equipar el buque, puede usted hacer uso de los fondos que
existan destinados al pago de la deuda interior; y si estos no alcanzaran aún,
a los destinados a la exterior; bien que sentiré mucho lo último, porque ahora
más que nunca nos importa hacernos respetar... En el buque de que hablo
arriba, remita igualmente alguna tropa para su defensa. Al presente estoy
aumentando la que había en ese departamento. Ya dije a usted antes, que
marchaba ahí el batallón Paya con más de 500 plazas; y también irán cosa de
100 artilleros; mas con respecto a estos deseo que si llegan a tiempo sean
remitidos a Puerto Cabello en la misma fragata. Si llegaren tarde los
incorporará en esa guarnición.- Bolívar".

El mismo día le escribía al General Páez la siguiente carta:

"Bogotá 7 de octubre de 1828.- Al señor General J. A. Páez, Jefe Superior,


etc. etc.- Querido General.- Hoy he resuelto en Co. nsejo de Ministros: primero
traer aquí a Yanes y que entre en su lugar en la Corte Superior el joven doctor

(*) Se refiere a Cartagena.


LA GUERRA 127

Sanabria; segundo enviar al mar del Sur una de las grandes fragatas que
ahora están en Cartagena; me debe usted las gracias por lo primero, con lo
cual variará la índole de esa Corte de Justicia; y Yanes puede sernos muy útil
aquí. En cuanto a lo segundo partirán hoy mismo a Cartagena órdenes para
que se haga ir a Puerto Cabello a recibirla de usted una de las fragatas.-
Cuando llegue ahí dicha fragata usted dará el mando de ella al General
Beluche o al Coronel Boguier, o a otro oficial digno de él. Beluche es muy
superior a cualquier otro, por su grado, conocimiento, entusiasmo, etc. En
Puerto Cabello se complementará la tripulación de la fragata hasta ponerla
en completo estado de servicio en tiempo de guerra y se le dará provisiones
bastantes para dar la vuelta al Cabo de Hornos y llegar a Guayaquil. Conviene
poner a bordo algún dinero, para en caso de avería y al dar a usted las
instrucciones al Capitán le prevendrá que no ha de detenerse un solo momento
que no sea indispensable en todo el viaje y que si le fuera forzoso tocar en
algún puerto del Brasil, puede hacerlo en la confianza de que conservamos
muy buenas relaciones con el Emperador; que puede tocar en Montevideo,
pero que ha de esforzarse en evitarlo; que si doblado el Cabo fuera muy urgente
tocar en algún puerto de Chile, lo hará por solo el tiempo indispensable evitando
cuidadosamente que sea en Valparaíso, donde es mayor el número de los
desafectos a Colombia, de donde abunda muchos en todo Chile; que por ningún
motivo ha de tocar en puerto del Perú y que a su llegada a Guayaquil
encontrará órdenes directas del Gobierno. Sobre todo es necesario que la fragata
salga de Puerto Cabello con la menor demora posible, y que salga tan bien
provista, que no tenga que detenerse antes de llegar a Guayaquil o a lo más
toque por sólo momentos en algún puerto del Brasil a tomar refrescos para
pasar el Cabo. Ha de tener usted presente que no tenemos ahora ministro o
agentes de ninguna especie en el Brasil ni en el Río de la Plata, ni Chile; que
nosotros tenemos además dos corbetas y un bergantín en el mar del Sur (*); y
aunque los peruanos tienen una fragata y una corbeta, aquella es mucho menor
que cualquiera de las dos grandes que tenemos en Cartagena (**) En caso
que para hacer salir la fragata no tenga usted el dinero necesario, puede usted
tomar al efecto el que exista destinado al pago de la deuda interior. Y conviene
que, al proveer de alguno a la fragata, se tenga presente la necesidad en que
pueda hallarse de aumentar hasta su completo la tripulación que le
corresponde a la de cubrir las bajas... Bolívar (***)

(*) Se refería a las corbetas "Pichincha" y "Adela" y al bergantín goleta "Guayaquileña".


(**) La Escuadra peruana además de los dos mencionados, que eran los principales estaban
constituidas por otros de menor importancia.
(***) Cartas del Libertador.- Maveco de Ediciones Volumen V-1984.
128 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El 19 de noviembre vuelve a escribir al General Páez sobre estos asuntos:


"Acabo de tener la desagradable noticia por Cartagena que en la corbeta
"Pichincha" se ha sublevado su tripulación en la rada del Istmo, pero se me
dice también que el Comandante General Sardá había salido personalmente
en su alcance. Acaso usted sabrá más circunstancialmente este suceso cuando
reciba ésta, porque el General Montilla lo había comunicado por la "Colombia"
que está al salir para Puerto Cabello y cuyo pronto alistamiento al regresar
de abajo le recomiendo encarecidamente, no sea que los peruanos se luzcan
con nosotros en el mar, ya que por tierra no son tan poderosos. También es
menester que usted la haga acompañar de un bergantín o corbeta más para
que podamos estar seguro de todo chasco". (*)

El día 20 de noviembre le dice al General Montilla: "He sabido la


sublevación de la "Pichincha" y las medidas que usted ha tomado para alistar
la "Colombia".- He mandado que el General Páez acompañe a la "Colombia"
con otro buque que sea algún bergantín o corbeta, porque la "Pichincha" nos
hace notable falta. El Capitán Chitty mandará la "Colombia". Atienda usted
al Istmo y a todo lo que pueda hacer por aquella parte en auxilio del Sur, que
yo por ésta lo hago con mucha actividad porque creo que los peruanos están
obrando con empeño sobre nosotros. (**)

Algo más de cuatro meses habían transcurrido desde que el Libertador le


interroga al General Montilla sobre las posibilidades de enviar una de las
grandes fragatas a Puerto Cabello para alistarla para la larga navegación a
través del Cabo de Hornos hasta Guayaquil; y ordenado luego la ejecución de
esta operación con disposiciones precisas y detalladas al respecto.

Pero está por terminarse el año y la fragata no había salido de Cartagena,


a pesar de lo urgente que era su llegada a aguas del Pacífico.

De los motivos que pesaron adversamente en la decisión del Libertador de


trasladarla al Pacífico, sólo debemos tomar en cuenta, a partir de la orden
dada al General Montilla, el económico pues en el momento de su decisión, la
amenaza española, influía sólo en su propia apreciación de la situación y no
en la de los que debían ejecutar la orden. Pero las deficiencias económicas
seguían siendo la principal causa de la tardanza en la ejecución de la orden

(*) (**I Cartas del Libertador.- Maveco de Ediciones Volumen V-1984.


LA GUERRA 129

del Libertador, ocasionando en él mismo, dudas y vacilaciones.

Es así como , el 15 de diciembre, al dirigirse al General Páez expresaba lo


siguiente: "Para impedir, pues los efectos de la imbecilidad de los ciudadanos
pacíficos, así como para economizar la sangre de los mismos contendientes, es
necesario inundar, por decirlo así, el teatro de la guerra con tropas numerosas
y disciplinadas. Así no más puede triunfarse con seguridad de enemigos que
minan incesantamente la opinión. Así es como puede salvarse Colombia del
inminente riesgo en que se halla. Insisto de nuevo a usted por la remisión de
los cuerpos de tropas que le he pedido; que sus gastos de habilitación, equipo
y demás se hagan de preferencia a los que hayan de emprenderse en los aprestos
de la expedición marítima que debe surcar el Pacífico. Por interesante que sea
la defensa de nuestras costas meridionales yo reporto por más preferente y
por de instante urgencia la formación de un ejército de reserva con el cual
pueda adquirirse una actitud capaz de imponer a los enemigos externos de la
República y de exigir de ellos una paz sólida y duradera. Encarezco a usted
el envío de tropas que le he pedido; que no economice sacrificios; que
antes de habilitar la escuadrilla, se hagan los gastos indispensables
a mover dichos cuerpos; y que si después de esto se encuentra usted con
fondos disponibles, me envíe al Sur la fragata y el bergantín de que se habla
oficialmente.- He mandado que Boguier sea destinado a Cartagena, que Chitty,
mande la fragata y que Beluche mande en Jefe la expedición. Por útil que sea
Beluche en Puerto Cabello, lo considero más necesario a la cabeza de la
expedición. (*)

Pocos días antes le había ordenado al mismo General Páez que hiciera uso
de los fondos reservados para aumentar las tropas, impartiéndole el 23 de
noviembre las disposiciones siguientes: "Haga usted uso de los fondos
reservados y he determinado no mandar la fragata al Sur para no
hacer dobles gastos y poder aumentar las tropas de tierra por consiguiente
no piense más en esta atención".

Posiblemente es a esta comunicación a la que se refería el Libertador al


incluir en su carta al General Páez del 15 de diciembre la frase "Insto de
nuevo a Ud" en relación a la preferencia que debía darse a los gastos que
demandaban la preparación y remisión de las tropas que formarían aquel
ejército de reserva.

(*) Cartas del Libertador- Maveco de Ediciones Volumen V-1984


130 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Sin embargo, hay una significativa diferencia entre lo expresado


primeramente en la nota del 23 de noviembre en la que le pide al General
Páez no pensar más en el alistamiento de la fragata y lo expresado en la del
15 de diciembre en la que se da prioridad a la formación del ejército, en
desmedro de la preparación de la expedición marítima, pero sin desecharla
definitivamente. Esta diferencia nos muestra muy claramente el estado de
incertidumbre que afligía al Libertador y sus dubitaciones al respecto de
preferir uno u otro curso de acción.

Pero aún encontramos otra prueba del estado de dubitación del Libertador
en la nota fechada el 13 de diciembre en la que le dice al doctor José María
del Castillo, lo siguiente: "Como no había dispuesto nada en contrario de las
órdenes que dí para aprestar una fragata que debe navegar al Pacífico, escribo
nuevamente al General Urdaneta para que se repitan dichas órdenes
y se amplien de modo que sin falta monten el Cabo de Hornos dos
buques de guerra de los nuestros.- También accedo al nombramiento del
Jefe de la escuadrilla en el señor Beluchi. Sin embargo, de que Chitty es
también destinado al mando de uno de los buques, no le será fácil cometer
una defección escandalosa como usted recela".

Al iniciarse el año 1829 la situación continuaba igual en lo relativo a la


salida de la fragata hacia aguas del Pacífico. Es así como el Libertador le
escribe, con fecha 6 de enero, al General Páez lo siguiente:

"La adjunta copia impondrá a usted de la declaración de guerra que ha


hecho el Perú a Colombia. En consecuencia domina hoy el Pacífico y
tiene cortadas las comunicaciones con el Sur por el Istmo. La
preponderancia de los peruanos en el mar es para Colombia muy ominosa y
es preciso contrarrestarla con nuestra Marina o parte de ella estacionada en
el Atlántico. La fragata "Colombia" debe haber salido el 13 de diciembre de
Cartagena para Puerto Cabello. Allí debe ser socorrida de todo lo necesario
para un viaje de seis meses; y debe salir en convoy con una corbeta o bergantín
de guerra perfectamente equipado. Dicha expedición debe salir al mando de
Beluche, hacer escala en Río de Janeiro, refrescar allí víveres, aguada etc.,
tomar noticias del estado del Perú y luego montar el Cabo y dirigirse a
Guayaquil. Es indispensable que usted tome mucho interés en el apresto y
remisión de esta flotilla al Pacífico con la prontitud que exigen las
circunstancias porque el Ejército de Colombia es nada teniendo
descubierto sus costas meridionales.
LA GUERRA 131

"También debe tener usted presente y advertirlo así a Beluche y Chitty que
la Escuadra del Perú tan pronto como sepa que la escuadrilla de Colombia se
dirige al Pacífico, es probable que salga a esperar a esta última a la altura de
Chiloé, pues ya ningún buque de guerra monta al Cabo sin haber desmontado
su artillería; lo cual da una superioridad a la escuadra que se halla en
expectación". (*)

De acuerdo a lo expresado en esta carta se conoce que el Libertador no


tenía certeza en el momento que la escribía, sobre la salida de Cartagena de
la fragata, pero también es confirmación de la importancia que él daba al
dominio del mar en la guerra que Colombia libraba contra el Perú.

El 29 de enero le escribe al General Montilla: "He celebrado infinito que


haya salido ya la fragata" y el 6 de febrero, a Páez: "Espero que los dos buques
hayan salido ya para el Pacífico".

Creemos que se refería a la fragata "Colombia" y a la corbeta que debía


acompañarlo. (**)

Pero el 6 de marzo desde Cumbal le escribe al General Sucre: "Las dos


grandes fragatas y dos corbetas deben montar el Cabo en todo abril y mayo...
El apresto de estos buques de guerra ha costado un sentido".

¿Por qué el Libertador se refiere en esta última comunicación a dos fragatas


y dos corbetas; si ya antes había decidido llevar al Pacífico solo una fragata y
una corbeta?

Pero la respuesta a este interrogante la encontramos en la comunicación


al General Urdaneta del 28 de febrero es decir casi un mes antes en la que
manifiesta: "Lo que usted me dice en relación a Colombia es bien desagradable,
pero consuela al mismo tiempo el generoso esfuerzo del Consejo de
Gobierno en el envío de cuarenta mil pesos para aprontar la "Cundinamarca".

Sin embargo es ahora oportuno tener en cuenta que el apresto y remisión


de la "Cundinamarca" no se realizó y que las causas de esto deberán ser
investigadas en beneficio de la verdad histórica.
(*) Cartas del Libertador- Maveco de Ediciones Volumen V-1984.
(**) Era la "Urica"
132 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Después el 20 de marzo, estando ya en Quito, en carta al General Briceño


expresa: "Mucha falta nos hacen los buques de guerra. Yo deseo que estén
muy lejos de las costas de Venezuela".

No sabemos si en ese tiempo seguía creyendo que las dos fragatas estaban
en el mar camino al Pacífico, o si ya se refería a la "Colombia" y a la "Urica"
únicamente, pero lo que sí es cierto es que para el Libertador era de suma
importancia la llegada al Pacífico de los buques, pues solo así se le negaría al
Perú el control de las comunicaciones marítimas como única manera de poder
utilizarlas para el transporte -del ejército propio. Es sobre ésto que le escribe
al General Córdova desde Rumipamba, el 1 de abril: "Mientras no llegue
nuestra escuadra y cesen las aguas nada podrá hacerse con fruto, ni podía
emprender con seguridad de buen suceso, porque los caminos están
intransitables y Guayaquil inundado por el invierno".(*)

Abandonado por ahora, el relato de las visicitudes del alistamiento de la


fragata "Colombia" para su crucero hacia Guayaquil a través del Cabo de
Hornos; pongamos nuestra atención en aquel suceso, ya antes citado en
relación a la fragata "Presidente" ocurrido el 18 de mayo, que determinó el
cambio de la situación estratégica en el Teatro de Operaciones Marítimo y lo
que fue causa principal para que el Gobierno peruano se vea obligado a cumplir
lo señalado en el Convenio de Girón, aunque el Libertador creía que aún era
necesario la presencia de las fragatas para conseguir la paz.

En carta al General Montilla del 2 de junio le decía: Ya sabía usted la


pérdida que han sufrido los peruanos el 18 del pasado mes con el incendio de
la fragata "Prueba". (**) Este acontecimiento tiene bastante consternados a
los Jefes de Guayaquil (***) y bien por un golpe de mucha suerte o por alguna
negociación con el señor Gual que ya tiene permiso para venir a nuestro
territorio, cuanto con ocupar la plaza en todo el mes; y aún conseguir la paz si
acaban de llegar nuestras fragatas, porque entonces dominaríamos el Pacífico
y se le acabaría al Perú toda proporción de incomodarnos. (****)

Se puede inferir de lo expresado en esta carta, que hasta la fecha en la que


fue escrita, el Libertador creía que las dos fragatas estaban ya navegando

(*) Cartas del Libertador.- Volumen V- Maveco de Ediciones.- 1984.


(**) Es decir la fragata "Presidente"
(***) (****) Cartas del Libertador.- Volumen V- Maveco de Ediciones.- 1984.
LA GUERRA 133

hacia el Cabo con destino a Guayaquil; y fue al día siguiente, según él mismo
lo expresa que conoció que los buques no salieron de Puerto Cabello en el mes
de abril.

Desde Riobamba el 3 de junio le escribe al General Urdaneta: "Hoy he


recibido el correo que yo creía perdido, yen él ha venido una carta del General
Páez en que me dice que los buques no podían salir en abril y lo peor que los
marinos decían que no podían pasar al Cabo antes de octubre, por consiguiente
ordene usted a Páez y al Comandante Beluche que inmediatamente que reciban
las nuevas órdenes de usted marchen al mar y traten de remontar los buques
todos reunidos y se dirijan sobre Río de Janeiro. En este tránsito se informarán
de todo, todo, todo, sobre el modo de pasar el Cabo y la estación. Después
saldrán de Río de Janeiro a principios de octubre y no gastarán menos de 30
días para pasar el Cabo, de manera que a fines de noviembre o a principios de
diciembre podrán estar en nuestras costas del Sur No necesitamos más que
de las dos fragatas, y si no es posible que vengan las dos, que venga una con
una corbeta o un bergantín, pero si pueden venir todos los cuatro es mejor,
porque los peruanos tienen muchos y arman todos los días muchos buques.
Este retardo nos va perjudicar infinitamente, tendremos que sufrir seis meses
más de campaña... Hay otra cosa desfavorable: Los Jefes del Perú no valen
nada y sus tropas menos; pero sus buques de guerra no lo pueden coger sino
buques de guerra. Al fin hemos de intentar la locura de abordarlos con canoas. -
Mande Ud. al Istmo que armen cuantos buquesitos puedan agarrar y nos los
manden a la bahía de Manta que estará ocupada por nosotros en todo este
mes; que nos manden cañones y proyectiles que es lo que más falta nos hace.-
El General Montilla tiene que mandarnos por medio de Sardá y haciendo
cuanto sacrificio sea necesario municiones de artillería, armas y sobre todo
b-uquesitos armados". (*)

En esta parte, es oportuno, reflexionar sobre la importancia que el dominio


del mar tenía en el pensamiento estratégico del Libertador: Antes del
hundimiento de la fragata peruana "Presidente", la presencia en el Teatro de
Operaciones Marítimas de las fragatas "Colombia" y "Cundinamarca"
inclinaba la balanza del Poder Naval a favor de la Gran Colombia; después,
serían el medio disuasivo para impedir que el Perú emprendiera una nueva
aventura bélica y para obligarlo a cumplir con sus compromisos contraídos
por el Tratado de Guayaquil.

(*) Carta del Libertador.- Volumen V- Maveco de Ediciones.- 1984.


134 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

La fragata "Colombia" que fue la única nave de su tipo que en definitiva


sería enviada al Pacífico, salió de Puerto Cabello en unión de la corbeta "Urica";
acontecimiento del cual tuvo noticia el Libertador en el mes de octubre por
medio de la carta del General Soublette de fecha 29 de agosto y a la que dio
contestación el día 2 de noviembre desde Ibarra, estando ya de regreso a
Bogotá, en los términos siguientes: "He recibido con mucho gusto su carta del
29 de agosto último y quedo impuesto de que ha salido por fin nuestra escuadra
para el Pacífico, reducida a la fragata "Colombia" y a la corbeta "Urica",
después de todos los esfuerzos hechos en Cartagena y Venezuela. No he dudado
un punto del interés que ustedes han tenido para llenar mis deseos y cumplir
mis disposiciones; han hecho ustedes cuanto se ha podido y es lo que debe
exigirse. Por el Ministerio se. comunicarán las órdenes convenientes relativas
a la "Cundinamarca".(*)

De esta manera, superados los inconvenientes que habían retardado la


salida de las naves, inicialmente desde Cartagena y después de Puerto Cabello,
la fragata "Colombia" y la corbeta "Urica" salieron de este puerto el 1 de
septiembre de 1829 con destino a Guayaquil pasando por el Cabo de
Hornos.(**)

De los acontecimientos ocurridos durante la navegación es importante


mencionar la grave avería que sufrió la "Urica" cuando navegaban en latitud
aproximada a la correspondiente a la desembocadura del río Negro al Sur del
Río de La Plata y que obligó a dicho buque a separarse de la fragata para
buscar un lugar adecuado para su reparación.

Otro hecho importante que se puede anotar es el relevo del Comandante


de la fragata por el Segundo Comandante, por orden del General Renato
Beluche; pero esto, como también lo relativo a la "Urica", serán relatados en
otro lugar de este libro

Continuando la navegación la "Colombia" pasó el Cabo de Hornos sin


inconveniente alguno bajo el mando de su Comandante Capitán de Fragata
Leonardo Stagg y el 1 de febrero arribó a la Isla de Puná, continuando días

(*) Carta del Libertador.- Volumen V- Maveco de Ediciones.- 1984


(**) Si la carta del General Soublette tenía fecha 29 de agosto, pero la fragata salió el 1 de
septiembre, es forzoso colegir que la nave sufrió un nuevo atraso en su salida o que la
información fue adelantada ante la seguridad de tal evento.
LA GUERRA 135

después hacia Guayaquil a donde llegó el 8 de dicho mes, habiendo


transcurrido 161 días desde su salida de Puerto Cabello hasta su llegada.

El 6 de febrero el General Flores en carta dirigida al Libertador le informaba


lo siguiente desde Guayaquil: "Antes de ayer hemos recibido la satisfactoria
noticia de haber llegado a la Puná la fragata "Colombia" dejando a la "Urica"
en Río Negro al Sur de Janeiro tomando un agua que se le descubrió. Esto ha
sucedido a tiempo que el General Mosquera escribe que el Gobierno del Perú,
ni quiere pagar la deuda ni fijar límites ciertos; y aún añade que me prepare
para resistir una invasión, sino llegaba la escuadra y que llegada que fuese le
enviase la "Colombia" al Callao. Yo tengo pensado hacerlo después que conozca
por mi mismo el estado de aquel buque, la moral de sus Jefes, Oficiales y
tropa, y después de haber tomado cuantas medidas sean necesarias para
asegurarlo de un cóntraste, pues considero que él va a ser en adelante el
blanco a donde el enemigo va a dirigir todos sus tiros. El objeto ostensible que
me propongo con su remisión al Callao es imponer al Gobierno del Perú y
realizar alguna parte de la deuda; a fin de no alarmar con esta medida voy a
escribir a Mosquera con bastante espíritu de moderación, manifestándole que
la fragata y la "Guayaquileña" van al Callao con el triple objeto de tomar
informes de la "Urica", pasar allá los tres meses de invierno, porque aquí se
pudre su velamen y corrompe la marinería y proporcionar al mismo tiempo
víveres baratos y de buena calidad. En la misma nota le diré, que siendo
notorio los sacrificios que Colombia hizo en la guerra de la independencia del
Perú y las penurias a que por ahora se halla reducida, es muy justo que el
Gobierno de aquella República haga cuanto le sea posible por adelantar una
cantidad de trescientos mil pesos para sostener nuestra escuadra, etc. Yo
manejaré este negocio de modo que corresponda a nuestras esperanzas.- Al
principio estuve inclinado a desarmar la fragata, pero después he recapacitado
que no conviene por ahora, es decir, no se decida la suerte de Colombia y las
cosas tomen un giro conveniente. (*)

Podemos seguir conociendo los acontecimientos relativos a la llegada de la


fragata "Colombia" a Guayaquil por la carta del General Flores al Libertador
del 14 de febrero en la que dice: "Me levanto de la cama enfermo solo por
escribir esta carta y participar a V.E. la llegada a este puerto de la fragata

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores-.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador.- Página 515
136 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

"Colombia" el 8 del presente mes con ciento sesenta y un días de navegación y


con escala en el Janeiro; ella ha traído 560 hombres a su bordo entre marineros
y tropa, pues solo ha perdido diez de los primeros, que murieron en la vuelta
del Cabo. Según los informes que me ha dado el General Beluche y los demás
que he podido recoger entre los Oficiales, el Coronel Chitty es generalmente
aborrecido en la fragata por su genio duro y cruel, y poco ha faltado para que
se hubiese sublevado la tripulación por esta causa. El General Beluche lo ha
traído preso en toda la navegación por inobediencia, y me ha dicho de la
mejor buena fe, que si no se lo manda al Norte se perderá infaliblemente la
fragata. En consecuencia he resuelto que el Segundo Comandante se encargue
de ella, tanto por las recomendaciones que hace de él el General Beluche,
como porque no hay otro que pueda aquí mandar este buque. He rogado a
Beluche que él quede en el Sur por algún tiempo, pero me ha contestado que lo
haría de muy buena voluntad sino tuviera el inconveniente de su familia e
intereses que lo llaman a Venezuela. Sin embargo, de esta negativa pienso
reiterar mis instancias para que se quede un par de meses más... (*)

Debemos recordar que Leonardo Stagg fue el reemplazo de Gualterio Chitty


en el cargo de Comandante del buque y que Mateo Palmer Game, que era el
oficial más antiguo después del Capitán Stagg, lo reemplazó a su vez en la
Segunda Comandancia. Tanto el Capitán de Fragata Stagg como el Teniente
de Navío Game se quedaron definitivamente en Guayaquil y fueron el origen,
cada uno de ellos, de dos familias guayaquileñas que han figurado
destacadamente en la historia naval, social y económica del país.

Seis días más tarde con fecha 20 del mismo mes el General Flores le escribe
al Libertador sobre estos acontecimientos: "La fragata "Colombia" zarpará
de este puerto para las costas del Perú el 23 del presente. Al efecto y para que
no se de interpretaciones siniestras a esta disposición he dirigido cartas muy
francas y expresivas al General Gamarra, al señor Larrea y demás personas
que tienen influjo en el Perú. Para decidirme a enviar la fragata después de
una consideración muy detenida y de haber oído las opiniones de los hombres
juiciosos de este Departamento he tenido presente: Primero: "que fondeada en
nuestra ría se pudrirían sus jarcias y velamen por los rigores de la estación y
se expondrá el buque a un contraste por las grandes palizadas que ahora
traen las corrientes", Segundo: "Que en la crisis que nos amenaza y teniendo

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador.- Página 116.
GENERAL LEONARDO STAGG
LA GUERRA 139

además datos para creer que el General Gamarra no obra de buena fe, se
concilia la seguridad del Sur y el orden interior de este Departamento pues
como sabe VE., no habrá quien se atreva a pensar en trastornos estando nuestra
fragata surcando los mares del Pacífico".

Tercero: "Que la marinería y tropa no reclaman sus sueldos cuando están


navegando y con una paga que se les de cada dos o tres meses se contentarían
demasiado, lo que no se conseguiría desembarcándolos en un país como éste
que no deja de ofrecer placeres. Por los presupuestos que remito a la Secretaría
de Marina verá V.E. que con la suma que se paga un batallón de tierra, se
puede muy bien conservar armada la fragata siempre que se aprueben las
reducciones que se proponen. Lo que más ha ocupado mi consideración es la
composición interior del buque y la elección de los Jefes que deben mandarlo.
Como no ha sido posible reducir al General Beluche a que se quede en el Sur,
y como el Coronel Chitty, a más de ser odiado por la oficialidad y tripulación
ha perdido su respetabilidad desde que el General Beluche lo depuso del mando
por su falta de subordinación y por su carácter fuerte e intolerable cuando se
excede un poco en la bebida, ha sido necesario confiar el mando al segundo
Comandante Stagg, de quien el General Beluche ha dado excelentes informes,
ya por haber sido el que condujo la fragata a este puerto ya por tener más
capacidad marinera que Chitty, y ya por su obediencia al Gobierno. No
habiendo podido disponer del General Illingworth, porque todavía no ha venido
aprobada la sentencia que pronunció en su causa del Consejo de Oficiales
Generales, ni del Coronel Pareja, he dispuesto que el Coronel Wright se
embarque como Comodoro para cumplir las severas instrucciones que se han
mandado extender, dejando siempre la dirección del buque al Capitán de
Fragata Stagg". (*)

De las razones que el General Flores dice tener para su decisión de enviar
a la fragata "Colombia" a cruzar frente a las costas del Perú, no todas podemos
considerarlas acertadas; pues si bien la operación se justificaba plenamente
para obligar al Perú a cumplir sus deberes contraídos por el Tratado de
Guayaquil, no podemos decir lo mismo respecto a que ésta fuera el medio
para escamotear a los tripulantes sus salarios, no solo considerando ésto
bajo el aspecto ético, sino también porque sería el origen de futuros actos de
indisciplina.

(*) Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.- Pontificia Universidad
Católica del Ecuador.- Banco Central del Ecuador.- Página 116.
140 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Es importante también destacar el hecho admitido por Flores de que el


costo de mantenimiento y operación de la fragata equivalía al de un batallón
de tierra, pero que el significado e importancia estratégica de ésa era
infinitamente superior al de éste, conclusión última implícita en el contexto
de sus comunicaciones. Esta verdad no ha sido siempre bien percibida en
nuestro país, lo que sería la causa del desequilibrio que hasta hace poco tiempo
se observaba entre los presupuestos asignados al Ejército y a la Armada, a la
que se le dio un puesto muy inferior en relación al primero, en el complejo
problema de la Seguridad Nacional.

Ponemos aquí punto final al relato de los acontecimientos ocurridos en el


largo viaje de la fragata "Colombia" hasta su llegada a Guayaquil, el 8 de
febrero de 1830 para después ocuparnos en otra parte de este libro, de su
crucero por aguas peruanas.

CRUCERO DE LA FRAGATA "COLOMBIA" ENAGUAS DEL PERÚ

En acatamiento a la orden del General Flores, se inició, inmediatamente,


el alistamiento de los buques que debía ejecutar el crucero en aguas del Perú:
La fragata "Colombia" y la goleta "Guayaquileña". Respecto a esta última
debemos recordar que junto con la corbeta "Pichincha" y el pailebot "Gracia
del Guayas", habían sido devueltas por el Gobierno del Perú en el mes de
diciembre del año anterior, arribando a Guayaquil el 25 del citado mes,
custodiados por la goleta "Arequipeña" de aquella República.

Se había fijado como fecha para iniciar la operación el día 20 de febrero, es


decir 12 días después de la llegada a Guayaquil de la fragata "Colombia"; la
operación debía durar 60 días, lo que significaba la necesidad de satisfacer
asuntos de abastecimientos y personal.

El 10 de febrero el Prefecto de Guayaquil, General León de Febres Cordero


recibió la orden de tomar medidas adecuadas para hacer acopio de las raciones
de armada para el tiempo que debía durar el crucero; y el 12 del mismo mes,
la de completar la suma de las remuneraciones de los oficiales y tripulantes
de la fragata "Colombia", para lo cual debía conseguir la cantidad de dos mil
pesos.
LA GUERRA 141

El General Febres Cordero presentó su renuncia del cargo de Prefecto el


día 11 y fue reemplazado en estas funciones por el doctor José Joaquín de
Olmedo.

El General Renato Beluche no accedió a quedarse en el Sur desempeñando


el cargo de Comandante de la División Marítima, firme en su decisión de
regresar a Venezuela, y fue remplazado por el Capitán de Navío Tomás Carlos
Wright; Comandante del Apostadero fue nombrado el Capitán de Navío Juan
Ignacio Pareja.

El reemplazo del General Beluche por el Capitán de Navío Wright se efectuó


el 19 de febrero, es decir el día anterior al señalado para que se iniciara la
operación, pero dificultades de varias órdenes impidieron hacerlo en dicha
fecha, especialmente los relativos al alistamiento de la "Guayaquileña" que
no tenía completa su tripulación.

El día 23 de febrero la fragata "Colombia" zarpó de Guayaquil hacia Puná;


en este lugar debía continuar su alistamiento en espera de la "Guayaquileña"
que estaba retrasada en su salida por la antes mencionada escasez de su
tripulación; lo que determinó que el Comandante del Apostadero de Guayaquil,
Capitán de Navío Juan Ignacio Pareja, solicitara, el 25 de febrero, al General
Flores que ordenase a la Tesorería le entregara diez onzas de oro para
enganchar marineros de primera clase. Por otro lado el Comandante de la
División Marítima tomó medidas internas para acelerar su salida al mar,
disponiendo que cuatro marineros de la tripulación del pailebot "Gracia del
Guayas" pasaran a la "Guayaquileña" y del Maestre de la "Colombia", a la
primera de las naves nombradas.

No obstante de todas estas medidas el zarpe de los buques seguía


atrasándose a causa de la "Guayaquileña", cuyo Comandante era el Teniente
de Navío Francisco Calderón, hasta el 8 de marzo día en el que la citada nave
zarpó para Puná a fin de reunirse a la "Colombia". Sin embargo, después de
que el 9 de marzo habían zarpado ambos buques para iniciar la operación, la
"Guayaquileña" regresó a Guayaquil, por orden del Comandante de la División
Marítima, conduciendo arrestado al propio comandante del buque, el Teniente
de Navío Calderón, por graves faltas a la disciplina. (*)

(*) Chacón Juan.- "Historia Marítima del Ecuador- Documentación y estudio.- Departamento
de Historia de la Marina Nacional.- La fragata "Colombia".- V-1976.- Página 31
142 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Algunos historiadores han considerado que la carrera naval de Francisco


Calderón Garaicoa lo llevó a la jerarquía de Capitán de Fragata, pero tenemos
buenas razones para afirmar que solamente fue la de Teniente de Navío y
que después de los incidentes que hemos arriba relatado, terminó su carrera
naval.

El Capitán de Navío Wright en vista de este nuevo acontecimiento continuó


la operación con la fragata "Colombia" como único buque.

Entre los oficiales que en esta época pertenecieron a la dotación de la


fragata "Colombia" podemos anotar a los siguientes:

Capitán de Fragata Leonardo Stagg, que era el Comandante; Teniente de


Fragata Mateo Game, segundo Comandante; Teniente de Fragata José María
Urbina y Alférez de Fragata José Antonio Gómez.

Estos dos últimos fueron destinados a la "Colombia", cuando ésta había


arribado a Guayaquil en el mes de febrero; los dos eran oficiales procedentes
de nuestra Escuela Náutica, como lo era también el Teniente de Fragata
Francisco Calderón Garaicoa, que, como se anotó antes, era el Comandante
de la "Guayaquileña" y a lo que podemos añadir que había sido destinado a
dicho comando por disposición del Libertador.

Como Comandante del pailebot cañonero "Gracia del Guayas" constaba


el Alférez de Navío Juan Doyle quien llegó a Guayaquil formando parte de la
dotación de oficiales de la "Colombia". (*)

Regresemos a los acontecimientos pertinentes al crucero de la fragata


"Colombia" en aguas del Perú estableciendo que la fecha de su arribo al Puerto
del Callao fue el 1 de junio, después de haber permanecido navegando frente
a las costas peruanas desde su salida de Puná el 9 de marzo.

La fragata "Colombia" de regreso desde El Callao llegó a Puná el día 20 de


julio, permaneciendo en este lugar sin continuar hacia Guayaquil por expresa
disposición del General Juan José Flores, a la sazón Jefe del Estado, como

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo histórico copia del Archivo histórico de la Biblioteca
Municipal.
LA GUERRA 143

consecuencia de los importantes acontecimientos ocurridos poco después de


haber iniciado dicho buque su navegación en el mes de marzo.

El 13 de mayo en Quito, habiéndoselo convocado, el Cabildo abierto, acordó


la separación del Departamento del Ecuador (Quito), de la Gran Colombia
para constituir un "Estado Libre e independiente con los pueblos comprendidos
en el Distrito del Sur y los más que quieran incorporarse". Guayaquil se
adhirió a esta resolución el 19 de mayo y Cuenca el día 20. Se convocó este
mismo día, a la Asamblea Constituyente en la ciudad de Riobamba la que
nombró al General Flores Presidente de la República y al doctor Olmedo
Vicepresidente; y sancionó la primera Constitución del Ecuador.

Es así como la "Colombia" no solo llegó tardíamente al Pacífico para tomar


parte en la guerra con el Perú , sino también al regreso de su crucero encontró
que la Gran Colombia había dejado de existir, al producirse su fraccionamiento
en tres Estados Independientes.

En sus memorias el General Wright al referirse al crucero de la fragata


"Colombia" expresa: "En los comienzos del año 1830 Wright izó su insignia a
bordo de la "Colombia" fragata de 60 cañones, la cual vino pasando por el
Cabo de Hornos desde Venezuela, pero arribó tarde para tomar parte en la
guerra con el Perú, la paz entre los dos países había sido celebrada, cuando
ella llegó. El Comodoro Wright nuevamente navegó para Callao con la
"Colombia"; y poco tiempo después retornó a Guayaquil con el buque; él fue
hecho un General de Brigada en septiembre de 1830"

No se ha encontrado un documento que nos indique la fecha precisa de la


salida de la fragata "Colombia" del Puerto de Callao; solo tenemos elementos
de juicio que nos dan un dato aproximado al respecto. Uno de éstos es el
oficio enviado por el Secretario General de la Administración Esteban F.
Cordero al Prefecto del Departamento de Guayaquil, comunicándole la orden
del General Flores para que la fragata permaneciera en el fondeadero de
Puná; del cual transcribimos lo siguiente: "Con esta fecha digo al señor
Comandante de la División Marítima de Colombia en el Pacífico lo que copio:
Impuesto S.E. de que V.S. ha dado a la vela del Callao en la fragata "Colombia"
para Guayaquil dispone que se detenga dicho bajel en el puerto de la Puná
hasta segunda determinación. Lo que tengo la honra de participar a V.E.
para su cumplimiento".
144 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Esta comunicación tenía fecha 19 de julio de 1830; dos días después, el 21


del mismo mes, dicho Secretario General insiste sobre este asunto ante el
citado Prefecto en los términos siguientes: "Con fecha de hoy digo al señor
Comandante de la División Marítima de Colombia en el Pacífico lo que copio:
"Hoy ha sabido S.E. el Jefe de Estado que la fragata "Colombia" ha llegado a
la ría de Guayaquil y en consecuencia dispone que si ha fondeado en la Puná,
puede permanecer allí hasta segunda determinación, pero que si aún ha
continuado hasta Guayaquil, entonces V.S. reunido con los señores Prefecto,
Comandante General y Comandante del Apostadero acuerden si conviene
vuelva a estacionarse en la Puná o si debe quedarse allí". Lo que tengo la
honra de participar a V.S. para su cumplimiento".

De lo expresado en estos dos documentos y en consideración a sus


respectivas fechas podemos solo deducir que la "Colombia" había salido del
Callao antes del 19 de julio; pero por otro lado como asunto de importancia,
debemos observar que en ambos oficios se menciona al Comandante de la
División Marítima de Colombia en el Pacífico, lo que nos permite pensar que
en ese tiempo había la idea de mantener a los tres Estados que habían formado
la Gran Colombia unidos en una federación, idea que fue concretada poco
más tarde, en la Convención de Riobamba.

Para facilitar las comunicaciones de la fragata "Colombia" se le asignó


como buque correo al pailebot "Gracia del Guayas". Esta disposición del
General Flores fue comunicada al Comandante del Apostadero de Guayaquil
el 24 de julio, es decir inmediatamente después de la llegada a Puná de dicha
nave lo que es concordante con la intención del General Flores de mantenerla
fuera de Guayaquil todo el tiempo posible, asunto que nos parece tener su
origen en un sentimiento de desconfianza hacia los oficiales y tripulantes
que no habían tomado parte de los acontecimientos políticos ocurridos durante
el tiempo de su permanencia en el mar.

ATAQUE AL TRÁFICO MARÍTIMO DEL PERÚ

Después de la capitulación y ocupación de la ciudad de Guayaquil por


fuerzas peruanas el poder naval de la Gran Colombia, en el Teatro de
Operaciones en el Pacífico, quedó totalmente reducido, disponiendo
LA GUERRA 145

únicamente de la goleta de guerra "Istmeña" para hostilizar el tráfico marítimo


enemigo en unión con los buques mercantes armados para la guerra de corso.
Casi todos estos buques corsarios fueron alistados en el puerto de Panamá
pero operaron en todo el Teatro de Operaciones Marítimo, incluyendo las
áreas controladas por la fuerza naval del Perú.

El 23 de marzo de 1829, zarpó de Panamá la goleta de guerra "Istmeña",


sin tener todavía conocimiento del triunfo del Ejército Grancolombiano en el
Portete de Tarqui, con la finalidad de hostilizar al tráfico mercante del enemigo
de acuerdo a las instrucciones recibidas por su Comandante, Teniente de
Fragata Juan Unsworth.

Habiendo arribado al puerto de Tumaco, tuvo noticias sobre los resultados


de la batalla de Tarqui, por lo que se dirigió de inmediato a Guayaquil, pero
estando en la entrada del río tuvo información, por un buque mercante neutral,
que la ciudad seguía en poder del enemigo, en vista de lo cual, regresó al mar
para continuar su crucero.

Frente a Tumaco, después de haber salido de Guayaquil, apresó a una


goleta, que antes a su vez había sido capturada por la goleta de guerra peruana
"Macedonia". Después en las cercanías de Paita, se apoderó de un bergantín
que iba. al Puerto de Callao; luego, con un golpe de sorpresa tomó posesión de
un bergantín goleta que estaba en el puerto de Lambayeque.

Todas estas presas fueron enviadas a Panamá con tripulaciones


completadas con marineros sacados de la "Itsmeña", razón para que el
Comandante Unsworth decidiera regresar a dicho puerto para recuperar a
su gente.

El bergantín capturado en Lambayeque, y bajo el pabellón de la Gran


Colombia, fue bautizado con el nombre de "Tarqui" y su Comandante fue el
oficial J.M. Labarriera, quien había sido el segundo oficial del mismo buque
en circunstancias de su captura.

El bergantín "Tarqui" en su viaje a Panamá a fin de completar su


armamento, arribó al puerto de Esmeraldas el 11 de mayo, con el objeto de
renovar su aguada, y entregar a la autoridad del puerto una comunicación
remitida por el comandante de la "Istmeña" al Intendente del Departamento
146 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

de Quito (Departamento Ecuador) informándole de los acontecimientos antes


relatados. (*)

Durante el tiempo comprendido entre la capitulación de Guayaquil con la


consiguiente neutralización de su fuerza naval y el final del conflicto, la goleta
"Istmeña" fue la única nave de la Marina de Guerra de la Gran Colombia, en
el Teatro de Operaciones del Pacífico, hasta cuando el bergantín `Tarqui"
pasó a formar parte de ella.

Ambos buques fueron empleados para proteger a los transportes mercantes


con tropas enviadas de Panamá para Guayaquil desde que esta ciudad quedó
libre del invasor, pero en circunstancias que aún se podía esperar ataques
sorpresivos de los buques de guerra peruanos.

El 23 de septiembre de 1829 arribó al puerto de Manta la goleta "5 de


Abril", con tropas enviadas desde Panamá, con el objeto de reunirse en dicho
puerto con el bergantín "Tarqui" y la goleta "Istmeña", que le debían dar
escolta en su ruta a Guayaquil.

Es importante observar, que el día anterior a la llegada de la citada goleta


a Manta, se había firmado el Tratado de Guayaquil con el que supuestamente
se daba fin al conflicto entre la Gran Colombia y el Perú, siendo por lo tanto
este episodio que protagonizaron el "Tarqui" y la "Istmeña" el último
acontecimiento en el mar del conflicto bélico iniciado en Malpelo.

Pero volviendo a retomar el tema objeto de este capítulo debemos referirnos


a las acciones de los corsarios que actuaron durante el desarrollo de esta
guerra y sus proyecciones posteriores. Entre estos se destaca el episodio
protagonizado por el corsario "La Boliviana" y la goleta peruana "Mercedes",
que tiene su origen en los acontecimientos ocurridos en el puerto de Paita,
cuando el Mariscal Gamarra ordenó tomar posesión de la goleta "Mercedes",
cuyo armador era el paiteño José Chinga, para que condujera a CentroAmérica
en calidad de exiliado al Mariscal La Mar.

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.- Gaceta de Colombia.


LA GUERRA 147

En efecto el día 9 de junio de 1829 zarpó de Paita la goleta "Mercedes" con


el ex-Presidente del Perú, quien iba bajo custodia de 2 oficiales y 17 soldados,
habiendo arribado a Punta Arenas, puerto de Costa Rica, el día 23 del mismo
mes.

Estando en el citado puerto el Capitán de la "Mercedes" tuvo conocimiento


el día 5 de julio, por informe del Capitán del Puerto, que por las aguas próximas
merodeaba un buque corsario Grancolombiano.

Ante esta situación el oficial al mando de los soldados de la escolta que


condujo al exiliado Presidente La Mar, puso sobre las armas a sus hombres,
para rechazar la posible agresión. Fue así que cuando se acercó al buque una
canoa con 4 remeros que iban en procura de agua y se le dio el quien vive de
rigor, sin obtenerse contestación, el citado oficial abrió fuego con un fusil,
obligando a la canoa a retirarse para informar al Comandante de la
"Boliviana" buque al que pertenecía dicha canoa. El Comandante de la nave
corsaria don Isidro Hacera, prevalido de tal incidente, apresó a la "Mercedes"
después de haber obligado con intenso fuego a que la tripulación la
abandonara. Para justificar tal proceder en un puerto neutral, argumentó
que había sido previamente agredido y como el capitán lo admitió tiempo
después que así había sido, parece justificable la conducta del comandante
de la "Boliviana".

En esta oportunidad, la "Boliviana" apresó a otro buque de bandera


centroamericana, la goleta "Costatlán" de la cual era su Capitán Santiago
Chone.

Inicialmente estos buques fueron llevados al puerto de Iscuandé en donde


el comandante de la "Boliviana" trató que se los declarara buena presa de
acuerdo a los procedimientos de ley, pero solo pudo cumplir a medias tal
propósito, pues se le envió para los trámites a Panamá en donde se había
establecido un Tribunal de Marina desde cuando Guayaquil fue ocupado por
fuerzas peruanas, arribando a dicho puerto el 10 de septiembre, pero el
Tribunal había cesado sus funciones desde que Guayaquil fue desocupado,
debiendo Hacera dirigirse a este puerto para dirimir el caso. El auditor de
Marina José María Pareja sentenció que la goleta debía ser rematada en
subasta pública estableciéndose su avalúo en 325 pesos considerando el mal
estado de su casco y arboladura. Sin saberse la causa, el Capitán Hacera le
148 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

pagó esta misma cantidad al dueño de la nave es decir a Chinga, a pesar de


que el Comandante de Marina Tomás Charles Wright, la había declarado
buena presa, lo que legalizaba la captura y expropiación de la nave. (*)

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.


ANEXOS
151

ANEXO I

GUAYAQUIL
LA JUNTA SUPERIOR DECLARA LA
PROVINCIA BAJO LA PROTECCIÓN DE
COLOMBIA
1821

El Gobierno de la República de Colombia, para llevar a efecto la ley


fundamental del Estado, deseando obtener libremente el voto de los pueblos
que han sacudido la dominación española en el Sur de Quito incorporados en
consecuencia a la República; llamar a sus representantes de la Asamblea
Nacional, y constituirse en el mundo bajo una forma sólida y concentrada en
su Gobierno; habiendo confiado sus poderes al General de Brigada Antonio
José de Sucre para presentar al Gobierno y pueblo de Guayaquil la ley de la
República como el pacto social de Colombia, invitarlo a su reunión o concluir
una negociación que abrevie el término de ella y la más pronta libertad del
Departamento de Quito. Y la Junta Superior de Gobierno de la Provincia de
Guayaquil recibiendo con singular aprecio aquella honrosa invitación por
medio del señor Comisionado y examinadas las credenciales y poderes que le
ha conferido el Libertador Presidente de la República; estando penetrada de
las ventajas de la ley fundamental; de la necesidad de reunir esta provincia a
alguna de las grandes asociaciones de la América meridional; de las
conveniencias que su situación local ofrece en sus íntimas relaciones con
Colombia; consultando, en fin, todas las circunstancias de mutua utilidad
que pueden conducirle a un alto grado de superioridad, y teniendo presente la
Constitución provisoria de la provincia, ha acordado, después de las más
detenidas conferencias y explicaciones necesarias, celebrar un convenio que
fije y asegure su existencia política y la garantía de su derecho sobre las bases
contenidas en los artículos siguientes:
152 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

ARTICULO I

La Junta Superior de Guayaquil, no estando facultada por su Constitución


provisoria para declarar la incorporación de la provincia a la República de
Colombia, según la ley fundamental, protesta no obstante manifestar y
recomendar las ventajas de la ley a la Junta Electoral de la provincia, luego
que se reuna, con el fin de expresar libremente su voluntad sobre su agregación
en la forma que le convenga; para cuyo efecto se aprovechará la oportunidad
que presente nuestra situación después de la próxima campaña en que deben
quedar libres las provincias de Quito y Cuenca.

ARTICULO II

La Junta Superior de Guayaquil declara la provincia que representa, bajo


los auspicios y protección de la República de Colombia. En consecuencia,
confiere todos sus poderes a S.E. el Libertador Presidente para proveer a su
defensa y sostén de su independencia, y comprenderla en todas las
negociaciones y tratados de alianza, de paz y comercio que celebrare con las
naciones amigas, enemigas y neutrales; a cuyo efecto la Junta de Gobierno
formará y remitirá directamente o por medio de comisionados las exposiciones
convenientes que recomienden las consideraciones que debe merecer esta
provincia en cualesquiera tratados por su situación geográfica, política y
mercantil.

ARTICULO III

Siendo de la mayor importancia la ocupación total del Departamento de


Quito por el bien general de la América, y el particular de aquellos pueblos de
Colombia que aun gimen bajo la opresión española; Guayaquil, animada de
los sentimientos de uniári y fraternidad, se obliga a cooperar con todos los
medios que están en su poder a los planes de la República para libertar las
provincias del Departamento. Al efecto, promete todos los elementos de guerra
necesarios de los que existen en los parques, cuantos recursos pueda
proporcionar el país y ochocientos hombres de las tropas veteranas de la
provincia por ahora, pagados y mantenidos por ella; que incorporados a la
División destinada por el Libertador, a obrar en el Sur de la República, darán
este nuevo testimonio de su devoción e interés por Quito, Cuenca y demás
pueblos subyugados aún.
ANEXO I 153

ARTICULO IV

La República de Colombia ofrece sus tropas, sus armas, sus recursos y sus
hijos para la defensa y libertad de Guayaquil y de todo el Departamento de
Quito. Se compromete por tanto a mandar los cuerpos que sean necesarios, y
Guayaquil a facilitar los transportes y víveres para el tránsito y subsistencia
en la provincia, cuyos gastos serán reconocidos en la deuda nacional.

ARTICULO V

Estando Guayaquil bajo la protección de la República e incorporando por


este convenio la mayor parte de su fuerza a la División del Sur de Colombia y
a las órdenes del Jefe de ella, la Junta Superior concede en nombre de la
provincia al mencionado Jefe, las facultades necesarias para estipular con el
Gobierno de Quito cualquiera negociación que lleve por base la libertad del
país, para celebrar alguna suspensión de armas que sean necesarias, y hacer
que la regulación de la guerra entre Colombia y España, por el 7}-atado de 25
de noviembre pasado, comprenda también a la República de Guayaquil.

ARTICULO VI

El Gobierno de Colombia, después de las manifestaciones que ha hecho de


aprecio y consideración a los esfuerzos de los hijos de Guayaquil, para romper
sus cadenas y elevarse a la libertad y pleno goce de los derechos de la vida
civil, reconoce en la provincia y en sus habitantes, los más importantes apoyos
de la libertad de Quito; y ofrece recompensar sus generosos servicios y su
cooperación a los planes de la República con todas las ventajas que reclama
su situación en el Pacífico.

El presente tratado, hecho por la Junta Superior de Guayaquil en nombre


del pueblo que representa, y por el General de Brigada Antonio Sucre
comisionado del Gobierno de Colombia en virtud de sus poderes, tendrá fuerza,
valor y cumplimiento desde el día de la fecha, y cualquiera que sea la forma
en que se constituya la provincia, el Gobierno de ella será obligado a observarlo,
como lo será el de Colombia por su compromiso.

Yen fé de que así lo convenimos y acordamos nosotros el Presidente y vocales


de la Junta Superior de Gobierno de la Provincia de Guayaquil, don José
154 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Joaquín de Olmedo, don Rafael Jimena y don Francisco Roca, y el General de


Brigada Antonio José de Sucre, comisionado del Gobierno de la República,
firmamos cuatro de un tenor, de los cuales dos quedarán archivados en la
Secretaría de la Junta, y dos se entregarán al expresado señor comisionado
para los usos convenientes.

Guayaquil, 15 de mayo de 1821

José Joaquín de Olmedo.- Francisco Roca.- Rafael Jimena, Antonio José


de Sucre.
155

ANEXO II

DECRETO DEL GOBIERNO DEL PERÚ


ESTABLECIENDO EL BLOQUEO DE LOS
PUERTOS GRANCOLOMBIANOS DE LA COSTA
DEL PACIFICO
Ministerio de Estado en el departamento de guerra y marina.

El ciudadano Manuel de Salazar y Baquijano Vicepresidente de la


República.

CONSIDERANDO:

lo. Que el jeneral Bolívar por su proclama suscrita en Bogotá 13 de julio


último declara la guerra al Perú.

2o. Que es un deber del gobierno sostener la independencia e integridad de


la nación, y tomar todas las medidas que exige el derecho de la guerra para
frustrar las combinaciones del enemigo y disminuir sus recursos: he venido
en decretar

lo. Los puertos y caletas comprendidos entre los paralelos de 3 grados seis
minutos Sur y Norte, es decir, desde Tumbez inclusive, hasta el puerto de
Panamá, se declaran en rigoroso estado de bloqueo.

2o. Todas las naciones se consideran suficientemente notificadas de esta


declaración vencido el término que se prefija en el artículo siguiente; no
pudiendo ninguna en consecuencia traficar con los indicados puertos, sin
incurrir en la responsabilidad que impone el derecho de jentes.

3o. Se prefija el término de ocho meses para las naciones europeas, Estados
Unidos de América y puertos de Africa, el de cuatro para los del Brasil, Estados
Unidos Mexicanos y la república Argentina y el de dos para los de Chile y
Centroamérica.
156 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Este término se extenderá a un año para los establecimientos europeos en


Asia y costa oriental de Africa.

4o. Todo buque que tocando en los puertos bloqueados después de concluido
el término estipulado en el artículo anterior, condujese cualquiera clase de
artículos de armamento, municiones, víveres, útiles navales y cuanta especie
pueda contribuir al auxilio del enemigo y prolongación de la guerra será
remitido al Callao para ser juzgado con arreglo a la lei de las naciones.

5o. No podrá ningún buque entrar en los puertos comprendidos en la latitud


prescrita; y el comandante del bloqueo notificará a cuantos arriben a ellos
esta declaración, anotándolo para constancia en las licencias que presenten a
fin de que si no obstante la intimidación tocaren en alguno, puedan ser
remitidos al Callao para su juzgamiento.

6o. Los buques que arribaren de dichos puertos sin los documentos
correspondientes o con otros que sean simulados, quedan sujetos a lo dispuesto
en el artículo 4o.

7o. Los comandantes de los buques de guerra destinados a sostener el


bloqueo, intimidarán a cualesquiera embarcaciones que encontraren ancladas
en los puertos que abraza la latitud indicada, que verifiquen su salida de
ellos en el término de horas que les señalen con conceptos a sus circunstancias;
en inteligencia que si excediere el término que se les detalle, o arribasen a otro
serán detenidos y mandados al Callao para ser juzgados.

80. En las licencias para salida de buque se anotará la notificación del


bloqueo para hacer en caso de violación el cargo correspondiente en este
documento.

El ministro de estado en el departamento de marina queda encargado de


la ejecución de este decreto. Imprímase, publíquese y circúlese.

Dado en la casa de gobierno en Lima a 9 de setiembre de 1828.- Manuel


Salazar. Por orden de S. E.- Mariano Castro.
157

ANEXO III

República de Colombia.- Comandancia General del Departamento de


Guayaquil a 22 de enero de 1829.- 19 - Al Benemérito Señor Gral. Jefe Superior
del Distrito.- Señor Gral. Por el oficio que tuve el honor de dirigir a V.S. con
fecha 16 habrá conocido el objeto de extender las comunicaciones con el Jefe
de la Escuadra enemiga y que fue el de dar tiempo para que llegaran a esta
plaza las secciones del batallón Girardot; en efecto a las doce de la noche de
ese mismo día llegó la 2a.; pero apenas había recibido este refuerzo cuando
varió esencialmente mi posición con el amotinamiento del pueblo de Daule
el día 19 y que fue señalado por el saqueo de la casa y propiedades del Juez
Político y el asesinato del Comandante Dávalos con circunstancias demasiado
atroces. Entre tanto se reunió a la Escuadra Peruana el bergantín Congreso
y pasaron sus fuerzas sutiles por Santay a situarse en las embocaduras de los
ríos de Daule y de Babahoyo. En tan críticas circunstancias, cortados todos
los recursos y la comunicación con los pueblos, sin poder destacar ni un solo
soldado por las contínuas amenazas de la Escuadra enemiga, temiendo una
sublevación general en los cantones, la introducción de armas y de la
oficialidad de la 3a. División, me ví precisado a oir la última invitación del
Jefe enemigo a fin de entrar en una transacción que me diese el tiempo
necesario, bien para salvar esta guarnición bien para disminuir los nuevos
peligros que me rodeaban y como cada hora se producía eventos que
angustiaban más y más mi situación, no fue posible conseguir otras condiciones
que las que constan del Convenio que en copia tengo el honor de acompañar a
V.S. Además de las circunstancias ya referidas fui incluido a entrar en esta
transacción dolorosa por varias otras consideraciones. La llegada de la
División del General Gamarra a Payta ponía en problema el resultado de la
Batalla que V S. busca y podía obligarle a variar sus operaciones en tales
términos, que mi posición llegaría a ser enteramente falsa y debía tener presente
que V S. me había insinuado que en el caso de la reunión de los dos ejércitos
enemigos se vería precisado a llamar esta guarnición que ocupa un país
enteramente inútil al Ejército y a la nación, mientras no tengamos en el Pacífico
una fuerza marítima superior a la del enemigo o al menos capaz de levantar
158 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

el bloqueo que le priva a Guayaquil de sus únicos recursos; de consiguiente


debe considerarse perjudicial la ocupación del Departamento en cuanto se
emplee en él una fuerza que sería útil en las operaciones que V S. dirija en
persona y de que depende absolutamente la suerte del sur. Si yo hubiera
determinado por una vana ostentación de valor provocar las hostilidades sobre
un pueblo que no tiene defensa que dos o tres baterías mal construidas que no
resistirían el fuego concentrado de un buque de guerra ni media hora, me
habría expuesto como tengo dicho a que una sublevación general en el interior,
hiciese sumamente difícil mi retirada en esta estación en que la tierra está
anegada y los ríos ocupados por las fuerzas enemigas, fuera de la censura que
merecía por exponer esta ciudad a una destrucción sin logar el menor resultado
favorable a nuestras armas.- Al mismo tiempo que le hago a V S. esta breve
exposición de las razones principales que me han obligado a entrar en esta
transacción de armas tan sensible al espíritu militar, debo decirle que ningún
lenguaje puede expresar el ardor con que los Jefes y oficiales de la guarnición
de mi mando han deseado combatir con el enemigo a pesar de la enorme
desigualdad de las fuerzas respectivas y la imposibilidad de llegar a las manos
con los agresores.- Inmediatamente que se ratificó el convenio destaqué algunas
partidas sobre el río de Daule para sofocar aquella rebelión y mantener aquella
posición de donde saco en el día los únicos recursos, porque al fin razones
militares aconsejan la ocupación del país abierto en donde puede existir esta
guarnición con más comodidad y mantener las comunicaciones con ese Cuartel
General, con la provincia de Manabí y la costa por donde deben venir los
restos del batallón Girardot. Considero la ocupación de esta plaza enteramente
inútil en el día, y si la permanencia de la fuerza de mi mando en el
Departamento se juzgase necesaria estaría en el caso de hostilizar con más
eficacia al enemigo desde los mismos cantones estrechándole los recursos y
teniendo en alarma la fuerza.- Yo espero que mis medidas merezcan la
aprobación de V S. pues las he tomado bajo mi sola responsabilidad y como
✓ S. me ha encargado del mando militar del Departamento sin instrucción
alguna para los casos en que me encuentro y sin ninguno de los elementos de
una defensa análoga a las circunstancias del país.- Espero mañana dar a
✓ S. un detalle más circunstanciado de los motivos que me dirigen y de las
operaciones que debo emprender, mientras reciba las órdenes definitivas de
✓ S.

Dios guarde a V S.
JUAN ILLINGWORTH
159

ANEXO IV

República de Colombia.- Comandancia General del Departamento de


Guayaquil a 31 de enero de 1829.

Al Benemérito Sr. General en Jefe del Ejército del Sur. Señor General.-
Con fecha 22 del presente tuve la honra de poner en el conocimiento las razones
principales que me obligaron a la transacción con el enemigo, que en copia
incluía V S.

Mi posición fue tal que si me obstinaba en la primera proposición de resistir


a todo trance la pretención del Jefe de la Escuadra enemiga, una sublevación
general organizada por los oficiales de la 3a. División y los elementos que
proporcionaba el enemigo, había dificultado sino impedido del todo mi
retirada, cuando el hambre, la desnudez y el contínuo desvelo del Batallón
me hubieran obligado a tomar este partido dejando el Parque, los Archivos
del Gobierno y el Hospital Militar en la plaza.

Las noticias oficiales que he recibido de todos los cantones y de la misma


leal provincia de Manabí convencen hasta la evidencia que si la tregua se
hubiese retardado tres días más una convulsión general nos habría envuelto,
al mismo tiempo que los enemigos ocupaban los ríos y las lluvias anegaban
los campos.

Yo presionado señor General, de los clamores que me llegaban de todas las


autoridades de los cantones señalados, como las de Daule, por víctimas de la
anarquía, como de la multitud de familias principales refugiados en los campos
por temor de un bombardeo de la ciudad. Semejantes consideraciones no
podían influir sino de un modo secundario en las disposiciones militares y si
me rosolví a evacuar la ciudad de Guayaquil, fue en la plena convicción de
que si no lo hacía se perdía todo el Departamento, nuestros únicos recursos,
quizás las pequeñas fuerzas de mi mando y la mitad del Batallón Girardot
160 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

que aún no había llegado de la provincia de Manabí. Si mi conducta en estas


circunstancias no merece la plena aprobación de V. S. debo reclamar desde
ahora aquel juicio que será mi primer anhelo luego que las circunstancias
permitan que deje el puesto que ocupo. Entre tanto tendré el honor de explicar
a V S. brevemente los objetivos que me propuse en el indicado convenio
celebrado y verificado la noche del 20 del corriente, conforme está V S.
impuesto.

Intenté conseguir una suspensión de hostilidades para poder sofocar la


rebelión de los pueblos y aproximar al Daule el Batallón de Manabí,
propusieron mis comisionados por término y evacuación condicional de la
plaza, el resultado de la batalla entre ese Ejército del mando de V. S. y el
enemigo; esta proposición fue tácitamente admitida cuando el motín de Daule
indujo al enemigo a reclamarla, y poniéndolos en actitud de aprovechar aquel
evento en los términos predichos, me ví precisado a atenerme a los diez días.

Los artículos 2o. y 3o. fueron dictados por la probabilidad de una alteración
de los movimientos de ese Ejército si la División de Gamarra se incorpora a la
del Norte, antes que V S. pudiera reunir a todas sus fuerzas

El 4o. ha tenido por objeto la conservación de un menaje considerable e


importante si nuestras armas triunfan y de poco valor para el enemigo si la
suerte nos fuera adversa; y como las probabilidades están en favor de la
República creí de mi deber calcular sobre ellas antes que destruir la propiedad
pública.

El artículo 5o. tuvo por objeto escudriñar las intenciones del enemigo que
debía ilustrar la política de esta guerra y ponerle en el caso o de desmentir su
declaratoria sobre la integridad de Colombia o de las pretenciones del Perú
sobre este.

El 6o. fue propuesto por miras casi paralelas a las que dictaron el
antecedente. Y la respuesta del enemigo, en los términos que se esperó, me ha
inducido a destruir algunas notas pagaderas en esta plaza como los Estancos
y que pienso aprovechar para la manutención de la tropa, en los Cantones.

Al mismo tiempo, creí justo dar a nuestros acreedores esta prueba del interés
que el Gobierno toma en sus compromisos.
ANEXO IV 161

La medida que se logró por el artículo 7o. me puso en aptitud de destacar


pequeñas partidas al Cantón de Daule y demás pueblos que se ha conseguido
tranquilizar con excepción de los Cantones del Morro y Santa Elena que por
el crecido número de oficiales desembarcados por el enemigo y el atraso que
ha sufrido la segunda sección de Girardot ha sido necesaria operaciones más
formales, de cuyo resultado en esta fecha dará a V S. cuenta el Sr. Coronel
Comandante General de la División.

En la condición 80. como por la la. se estipuló en favor de las personas y


propiedades de nuestros ciudadanos pronto a ser abandonados por nuestras
armas.

Los demás artículos eran contraídos del mejor modo que se pudo a los
mismos pues, y si en alguna parte de este Convenio he dejado descubiertos los
intereses nacionales y la reputación del Gobierno debe V. S. persuadirse que
había sido más bien por una falta de penetración que por otro motivo alguno.

Mañana emprendo la marcha sobre el Daule, dejando el mando civil político


de esta ciudad en manos de Sor. Coronel José María Villamil y en aquella
villa se organizará el Gobierno del mejor modo posible, quedando el enemigo
reducido al recinto de la plaza. He hecho transportar a dicha villa las
respectivas Secretarías con sus archivos y el Juzgado de Letras, los pertrechos
y artillería de campaña, la Imprenta y todos los individuos del Ejército y
Marina con excepción del Sor Coronel Juan Ignacio Pareja que con tres
subalternos quedará encargado de la entrega de los elementos citados en el
artículo 4o. del Convenio.

Tan luego que fije mi residencia en Daule daré a V S. parte de las medidas
proyectadas para la conservación del Departamento y la oportuna reocupación
de esta ciudad.

Dios guarde a V S.
JUAN ILLINGWORTH
SEGUNDA PARTE

;£a QRepú6fica
1830 - 184o
CAPITULO IV

2a Marina be &lerra
ecuatoriana.
€bus 1D-dineros Años
LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA,
SUS PRIMEROS AÑOS

LOS BUQUES
a Marina de Guerra del Ecuador existe como institución del Estado
desde cuando la República fue establecida, al producirse la separación
del Distrito del Sur de la Gran Colombia en el mes de mayo de 1830.

Los buques de guerra grancolombianos, estacionados en el apostadero de


Guayaquil, pasaron a formar la Marina de Guerra del Ecuador
simultáneamente al nacimiento del Estado ecuatoriano.

Sin embargo es necesario considerar que las raíces de nuestra institución


naval se remontan a épocas lejanas que se pierden en la prehistoria, en las
cuales fueron protagonistas nuestros aborígenes manteños-huancavilcas y
punaes, de actividades marítimas de gran importancia, tanto en lo bélico
como en lo comercial. Después, en los sucesivos períodos de la colonia, las
guerras de Independencia y de la Gran Colombia, innumerables acciones
navales testifican el protagonismo del hombre ecuatoriano en la historia
marítima. Guayaquil, principal astillero en la costa del Pacífico en los siglos
XVI a XIX ocupa lugar importante en nuestra historia; el bloqueo del Callao,
último acontecimiento de la guerra por la independencia del Perú y los hechos
navales de la guerra entre la Gran Colombia y el Perú son parte de nuestra
historia naval, pues fueron realizados con recursos humanos y materiales
del Distrito del Sur o sea de lo que hoy es la República del Ecuador.

Pero en esta parte de nuestra historia naval debemos tratar solamente lo


que corresponde a los inicios de la Marina de Guerra de la República del
Ecuador es decir a partir del año 1830.

Los buques que constituyeron nuestra Marina de Guerra en los albores de


168 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

la República fueron los siguientes:

Fragata de guerra "Colombia"


Bergantín de guerra "27 de Febrero"
Goleta de guerra "Guayaquileña"
Goleta de guerra "Istmeña"
Pailebot "Gracia del Guayas"
Corbeta "Pichincha" (*)

La más importante de estas naves era la fragata "Colombia" que tenía un


armamento de 62 cañones, de los cuales 30 eran largos y estaban situados en
la batería baja y en la cubierta alta 30 carronadas y dos cañones largos. Sus
dimensiones eran: eslora 181 pies y 6 pulgadas, manga 46 pies y 2 pulgadas
y puntal 30 pies. Había sido construida en los astilleros de New York en el
año 1825 para la Marina de Guerra de la Gran Colombia, al igual que la
"Cundinamarca" de idénticas características.

Según el inventario elaborado en Cartagena en 1826 los cañones que tenía


este buque, los arriba citados, eran de 32 libras y las carronadas de 42
libras.(**)

Su tripulación en condiciones de combate era aproximadamente, de 500


hombres pero podía transportar hasta 1.000.

Para formarnos una idea bastante aproximada sobre esta nave, disponemos
de un documento que nos permite deducir sus características principales, así
como conocer su poder de combate, materiales con los que fue construida,
etc. Este es el inventario del año 1826, traducido del inglés al español, por lo
que suponemos fue elaborado en circunstancias en que la nave era recibida
por los comisionados de la Marina y el Cónsul General de la Gran Colombia
en Estados Unidos de América, de los constructores americanos.

Igualmente tenemos copia del inventario del año 1829, que aunque
incompleta ayuda a acrecentar la información sobre la fragata "Colombia".
Ambas copias fueron obtenidas del Archivo Histórico Nacional de Bogotá. El
(*) La corbeta "Pichincha" estaba en condiciones para ser desguazada o vendida como
inservible.
(**) Los cañones eran clasificados en esa época por el peso en libras del proyectil que disparaban
y se denominaban carronadas aquellos de corto alcance, de largo limitado y gran calibre.
LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 169

primero consta de 12 páginas manuscritas, pero el segundo aparentemente


está incompleto, faltando aspectos importantes que debieron ser incluidos.

En el inventario de 1826 consta en la primera página una nota aclaratoria


que dice: "Original Inglés fechado en .. diciembre y firmado por el señor
Cónsul General de Colombia cerca de Estados Unidos de la América del Norte,
traducido literalmente por el señor Comandante Interino de la Escuadra de
Operaciones benemérito Capitán de Navío Renato Beluche".

Las características y otros aspectos importantes relativos a los otros buques


que constituían la Marina de Guerra Ecuatoriana en el año 1830 han sido
mencionados en la primera parte de este libro, razón por la cual nos
concretaremos ahora a resumir, lo antes dicho, añadiendo otros datos.

La goleta "Guayaquileña" ex "Lady Collier" comprada en el año 1822 por


disposición del Libertador Bolívar, consta en algunos documentos como
bergantín goleta, sin que hayamos encontrado un documento que nos permita
conocer que se le haya hecho alguna modificación que justifique tal diferencia.
Sin embargo encontramos que en el numeral tercero de la comunicación del
Capitán Luzarraga al Comandante de Marina proponiéndole venderle al
Gobierno la corbeta de su propiedad llamada "Adela", expresa lo siguiente:
"Por la cantidad de veinte y ocho mil peso me obligo a costear además de
cuanto ofrezco en la segunda propuesta para la formación de las cámaras
para comandante y oficiales y los entrepuentes para la tripulación en el orden
que tiene actualmente la "Guayaquileña"; arboladura jarcias pendientes,
maniobras y un juego de velas todo nuevo y completo, dejando en disposición
de no necesitar más que el armamento para un bergantín de guerra".

Si la idea es que la "Adela" quedaría igual a la "Guayaquileña" y sería


aquella un bergantín se puede concluir que esta última sería también una
nave de este tipo, es decir un bergantín, aunque también podemos imaginarnos
que tal igualdad no tenía relación con el tipo de velas, que es lo que diferencia
a un bergantín de un bergantín goleta, y solo se refería a la ubicación de las
cámaras y camarotes, quedando aún la inquietud sobre el tipo de buque al
que correspondía la "Guayaquileña".

En relación al "27 de Febrero", sí se tiene información que confirma lo


expresado en el documento en el que consta lo ofrecido por el Capitán
170 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

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CARRONADA USADA EN LA FRAGATA "COLOMBIA"


LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 171

Luzarraga de transformar la corbeta de su propiedad "Adela" en un bergantín


de guerra, denominación que consta en toda la documentación posterior
relativa a esta nave.

No pudiendo llegar a la verificación del tipo de buque que debemos


atribuirle a la "Guayaquileña" pasamos a tratar de otros aspectos relativos a
esta nave, que fue una de las que prestaron sus servicios a nuestra Marina
por más largo tiempo.

Ya lo hemos anotado antes, que la "Guayaquileña" tenía en el tiempo que


fue adquirida para la Marina de la Gran Colombia, un armamento compuesto
por 18 cañones, pero posteriormente, después de la guerra con el Perú se
expresa en diversos documentos que era de 12 cañones. En enero de 1828 el
Comandante de Marina don Juan Illingworth en una comunicación al
Secretario de Estado en el Despacho de Marina le manifiesta que: "Estando
concluida la carena de la goleta de guerra "Guayaquileña" he dispuesto que
se arme con doce carronadas de a dieciocho y dos cañones de a doce". Siendo
las carronadas de 18 libras, es decir más pesadas que los cañones de 12,
puede ser esta la razón de la diferencia anotada.

Al finalizar el período de 1830 a 1832 los buques de la Marina de Guerra


del Ecuador eran los mismos que constan al principio de este capítulo, con la
excepción de la corbeta "Pichincha" la que en esta época había sido desguazada
a causa de su completo estado de destrucción; y reemplazada por una nave
de menor importancia, el pailebot "Diligencia", es decir un pequeño buque
con aparejo de pico y botavara en sus dos mástiles.

Estos buques estaban artillados de la siguiente manera:

Fragata "Colombia" Treinta cañones de a 32 libras en su batería baja


y treinta carronadas de a 42 libras y 2 cañones
de a 32 en la batería alta. (*)

(*) Batería baja significa el conjunto de cañones montados en la cubierta debajo de la principal,
siendo ésta la superior en donde se encontraba el conjunto de cañones que constituían la
batería alta. La localización y distribución del conjunto de todos los cañones estaban
determinadas por el número y peso de cada tipo de cañón en relación a los problemas de
estabilidad de la nave.
La expresión de a 32, de a 42 o de a 12 significa que el cañón o carronada disparaba
proyectiles de tal peso; y el término carronada se refiere a un cañón de menor longitud y de
limitado alcance, por lo que se podía disminuir el peso de la pieza, razón por la cual estaban
montadas en la cubierta superior, como el caso de la fragata "Colombia".
172 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Goleta "Guayaquileña" Doce carronadas de a 18 libras y dos cañones


de a 12 libras.

Goleta "Istmeña" Un cañón de a 12 libras

Pailebot "Diligencia" Un cañón de a 12 libras

Bergantín "27 de Febrero" Sin armamento por encontrarse en


reparaciones; pero podía montar el mismo
número y clase de cañones de la
"Guayaquileña"

Goleta "Gracia del Guayas" .... Un cañón de 12 libras

LA OFICIALIDAD Y LA TRIPULACIÓN

Los oficiales de mayor jerarquía, en el inicio de la Marina de Guerra


Ecuatoriana fueron aquellos que habían pertenecido a los buques y repartos
navales del Distrito del Sur de la Gran Colombia y que optaron por permanecer
en el servicio naval del Ecuador.

Con excepción del Capitán de Navío Juan Ignacio Pareja que era
ecuatoriano de nacimiento y formado profesionalmente en el seno de la Marina
Española; los demás, tales como Illingworth, Wright, Stagg y Luzarraga eran
de origen extranjero; los tres primeros británicos y el último nativo de Viscaya.
Fueron éstos los que dirigieron desde diversas posiciones de mando, a la
naciente Marina Ecuatoriana.

La oficialidad joven estaba formada por ecuatorianos egresados de la


Escuela Náutica de Guayaquil, fundada en 1822 por el Libertador y por
iniciativa del Capitán de Navío Juan Illingworght; y por los oficiales, en su
mayoría, procedentes de la Escuela de Cartagena de Indias, que habían llegado
a Guayaquil, a bordo de la fragata "Colombia" en el año 1830, comandada
por el Capitán de Navío Leonardo Stagg.

Las tripulaciones de los buques eran una mezcla de extranjeros y nativos


LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 173

CAÑON DE LA FRAGATA "COLOMBIA"


174 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

del país, predominando los primeros entre los de mayor jerarquía; los
tripulantes de la fragata "Colombia"cubrieron en parte la necesidad de
hombres preparados para las faenas marineras, a pesar de la gran merma
que sufrió esta clase, como consecuencia de los acontecimientos a bordo de
esta nave ocurridos en 1830, los que serán relatados en los siguientes capítulos;
pero en todo caso su contribución fue muy importante en la preparación de la
gente de mar necesaria. Muchos tripulantes veteranos de la "Colombia" fueron
trasladados a otros buques, cuando ésta fue puesta en desarme.

En el año 1831 desempeñaba las funciones de Comandante del Apostadero


de Guayaquil el Capitán de Navío Manuel Antonio Luzarraga; y en el año
1832 ejercía tales funciones el Capitán de Navío Tomás Carlos Wright, siendo
éste el último Jefe Naval que tuvo dicha denominación, pues en lo sucesivo el
Apostadero de Guayaquil se denominó Departamento Marítimo del Ecuador,
según las leyes dictadas por el Congreso Constitucional del año 1832 y
consecuentemente habría en adelante un Comandante General del
Departamento Marítimo del Ecuador como equivalente del anterior
Comandante del Apostadero de Guayaquil.

El Contralmirante Juan Illingworth estaba, en esos años iniciales de la


República fuera de territorio nacional en razón de habérselo expulsado por
disposición del Presidente Flores en represalia a su participación en la
revolución que encabezó el General Luis Urdaneta; siendo ésta la causa para
que el marino más ilustre de la época no estuviera ocupando el puesto de
mayor importancia en la Marina de Guerra Ecuatoriana de aquel entonces.
Regresó en 1836.

Los buques estuvieron comandados en el año 1832 por los oficiales que a
continuación se expresa:

Capitán de Navío Leonardo Stagg de la "Colombia".


Capitán de Fragata Hipólito Soulín, de la "Guayaquileña".
Teniente de Navío Mateo Game, de la "Istmeña".
Teniente de Navío Juan Bartlet de la "Gracia del Guayas".
Teniente de Fragata Jaime Williams, de la "Diligencia".

Todos los Comandantes, arriba citados, provenían de la oficialidad de la


fragata "Colombia", que en el año 1830, habían llegado a Guayaquil a bordo
LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 175

de dicha nave.

En el año 1831 la oficialidad de la fragata "Colombia" era la siguiente


según consta en la lista de Comisario del mes de octubre:

Capitán de Navío Leonardo Stagg


Capitán de Fragata Manuel María Cotes
Teniente de Fragata Juan María Doyle
Teniente de Fragata Jaime Williams
Teniente de Fragata Juan Bartlett
Alférez de Navío Ramón Iglesias
Alférez de Navío Lucas Rojas
Alférez de Navío Diego Matos
Alférez de Navío Leocadio Fernández
Alférez de Fragata Juan José Valverde
Alférez de Fragata Pedro Pérez
Aspirante Isidro Solórzano

En el mismo documento encontramos los nombres de los tripulantes de


este buque. Aquí solo anotamos los de aquellos de mayor jerarquía:

Contramaestre Darío Macarthy


Guardián Roberto Taylor
Guardián Samuel Bacter
Carpintero con cargo Andrés Hitchell
Carpintero sin cargo Darío Marth
Carpintero sin cargo Gabino Ramírez

El total de los tripulantes era de 80 hombres, de los cuales, la mayoría


extranjera tal como se puede deducir por sus apellidos. Es pertinente recordar
que esta tripulación era solamente la necesaria para el mantenimiento del
buque, en condiciones de desarme, situación que se la mantenía desde los
acontecimientos tantas veces mencionados, ocurridos en el año anterior.

Las guarniciones de la fragata "Colombia" y de los otros buques estaban


integradas en una compañía de Infantería de Marina de 85 hombres al mando
del Comandante Pascual Guedes y del Capitán Diego Salinas. En los buques
menores habían grupos poco numerosos para cubrir la seguridad, variando
176 HISTORIA MARITTMA DEL ECUADOR

MODELO DE LA GOLETA "GUAYAQUILEÑA"


MOSTRANDO PARTE DE LA ARTILLERIA
LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 177

su composición de acuerdo al tamaño del buque y su tripulación.

Según la lista de comisario pasada en el mes de septiembre de 1831, a


bordo de la fragata "Colombia", el personal de la Infantería de Marina que
servía a bordo de los buques era el siguiente:

01 Comandante
01 Capitán
02 Tenientes 2o.
01 Subteniente
01 Sargento lo.
02 Cabos leros.
03 Cabos 2dos.
02 Músicos
73 Soldados

El número de oficiales y tropa que integraban la guarnición de estas naves,


en los siguientes años no tuvo variación significativa, es así que en el año
1832 en la revista de comisario del mes de marzo constan los mismos oficiales
y el total de la compañía era de 86 hombres.

Los oficiales y soldados que integraban la denominada Infantería de Marina


no tenían una preparación especializada previa, pues todos ellos provenían
de las filas del Ejército; pero como se los mantuvo por largo tiempo embarcados,
es posible pensar que adquirieron mucha experiencia en asuntos navales;
además se observa que los pocos reemplazos que hubieron en 1832 venían
del batallón Flores lo que nos plantea el interrogante si fueron trasladados a
bordo por su calidad de veteranos, considerando que este batallón fue formado
con las reliquias de los batallones que lucharon en la guerra de la
Independencia, o si fueron embarcados como castigo. Parece más probable lo
primero tomando en cuenta la función de seguridad que tenían a bordo de los
buques.

En el aspecto económico observamos que en 1831 los sueldos de los oficiales,


tripulantes y soldados de la fragata "Colombia" eran los siguientes:

01 Capitán de Navío Comandante del buque 240 pesos


01 Teniente de Navío embarcado de dotación 100 pesos
178 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

GENERAL MANUEL ANTONIO LUZARRAGA


LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 179

01 Teniente de Fragata embarcado de dotación 80 pesos


03 Alféreces de Navío a 62 pesos c/u 186 pesos
01 Alférez de Fragata 50 pesos
02 Aspirantes a 22 pesos 4 reales c/u 45 pesos
01 Comisario 133 pesos
01 Cirujano Mayor con cargo 120 pesos
01 Practicante 20 pesos
01 Primer Guardián con cargo 22 pesos
01 Segundo Guardián con cargo 17 pesos
01 Primer Carpintero con cargo 20 pesos
02 Segundos Carpinteros sin cargo a 16 pesos c/u 32 pesos
01 Segundo Calafate sin cargo 16 pesos
01 Velero 16 pesos
01 Herrero 18 pesos
01 Primer cocinero 14 pesos
02 Cabos de guardia a 16 pesos c/u 32 pesos
01 Gaviero 14 pesos
31 Marineros de la. clase a 12 pesos c/u 372 pesos
67 Marineros de 2a. clase a 8 pesos c/u. 536 pesos
02 Marineros de 3a. clase a 6 pesos c/u 12 pesos

01 2o. Comandante de Infantería 125 pesos


01 Capitán de Infantería 80 pesos
01 Sargento Primero 12 pesos
02 Sargentos Segundos a 10 pesos c/u 20 pesos
03 Cabos Primeros a 8 pesos c/u 24 pesos
01 Cabo Segundo 7 pesos
33 Soldados a 6 pesos c/u 198 pesos
Total 2.561 pesos

Las limitaciones de la economía del Estado en los primeros años de la


República eran causa de atrasos y omisiones en el pago de sueldos y
gratificaciones a los oficiales y tripulantes de los buques de la Marina de
Guerra y aún más a fin de dar solución a estas dificultades se procedía a
elaborar presupuestos reducidos; tal es por ejemplo el presentado en 1832
por la fragata "Colombia" en el mes de enero, en el que se hace constar la
cantidad de 1.472 pesos y 6 reales correspondiente al total de medios sueldos
y gratificaciones de los oficiales y tripulantes de esta nave.
180 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

INTENTOS DE ENAJENACIÓN DE LOS BUQUES

Por la misma causa pero ignorando la importancia de una Marina de


Guerra en la problemática de la defensa y seguridad de los Estados, el Poder
Ejecutivo y el Legislativo, argumentando la conveniencia de suprimir el gasto
público en la conservación de los buques de guerra y el pago a sus tripulantes,
intentaron enajenar la fragata "Colombia" y todos los buques de la Marina
de Guerra de la naciente República, sin considerar las enseñanzas, aún frescas
del conflicto bélico de 1829 y la importancia que tuvieron los buques en la
reciente situación prebélica y en el transcurso de la guerra con Nueva
Granada.

En el Congreso de 1832, se trató sobre la venta de los buques de guerra; es


así como en la sesión nocturna del 23 de octubre se conoció la solicitud del
Ministro del Interior para que se le conceda autorización para vender la
fragata "Colombia". En la parte pertinente del acta de dicha sesión suscrita
por los señores Salvador Ortega, Presidente y Mariano Miño, Secretario, se
expresa: "Así se dio cuenta con otra comunicación del mismo honorable
Ministro en que manifiesta que conformándose el Gobierno con el dictamen
del Consejo ha tenido a bien manifestar al Cuerpo legislativo, que acaso puede
ser muy conveniente la enajenación de la fragata "Colombia", ya por el peligro
que puede tener en la ría de Guayaquil y ya también para evitar los grandes
costos que se emprenden en su conservación. Que para este caso desea el
Ejecutivo hallarse suficientemente autorizado por el Congreso, en el concepto
de que de verificarse la venta, se observarán todas las formalidades requeridas,
procurando la mayor ventaja del Estado, y se mandó a pasar a la comisión de
guerra y marina".

En la sesión de la noche del 9 de noviembre se siguió tratando de este


asunto y en el acta de esta sesión consta lo siguiente: "Abierta con los señores
Arteta, Landázuri (Julián), Carrión, Escudero, Lazo, Peñafiel, Quiñones,
Letamendi, Tola, Arteaga, Torres, Valdivieso, Noboa, Santistevan y Riofrío y
nombrado el honorable López, por impedimento del Secretario, se dio cuenta
con el informe de la Comisión de Guerra y Marina y en vista de una nota del
señor Ministro del Interior fecha 25 del pasado en que a nombre del Gobierno
pide la autorización del Congreso para la enajenación de la fragata "Colombia"
por el peligro que puede ella correr en el río de Guayaquil y por evitar los
grandes gastos que causa, sobre lo que cree la Comisión que se debe conceder
LA MARINA DE GUERRA ECUATORIANA 181

al Gobierno la autorización que solicita para dicha venta, previo el avalúo


bajo los requisitos de estilo, con prevención de que para evitar en mucha parte
el gasto, debe desarmarse y asegurarse a la orilla del río, al cargo de un Capitán
de Fragata o Primer Teniente que tendrá a sus órdenes tres oficiales
subalternos, cuarenta marineros, sus correspondientes oficiales de mar y la
compañía de infantería de marina, debiendo el Contador del Arsenal pasar
revista diaria a este buque para el abono de las raciones correspondientes, y
fue aprobado". (*)

En el Congreso de 1833 se siguió insistiendo sobre la venta de la fragata


"Colombia" pero incluyendo también, en este proyecto, a otros buques de la
Marina de Guerra. En la sesión del 3 de octubre se leyó el informe de la
comisión de marina, el mismo que consta en la respectiva acta, cuya parte
pertinente dice: "Se leyó otro informe de la comisión de marina en que
dictamina se debe enajenar en pública subasta la goleta "Diligencia" y la
quilla y otras piezas, que existen en el Astillero de Guayaquil con el objeto de
construir una goleta. El señor Roca hizo la moción apoyada por el señor
Llona: "Que se vendan a dinero, previo el requisito de tasación o a billetes en
proporción al quebranto que tienen en el comercio". El señor Letamendi
presentó otra con apoyo del señor Roca: "Que esta disposición sea extensiva al
bergantín "Veintisiete de Febrero" y a la goleta "Guayaquileña". Se aprobó el
informe de las comisiones expresadas". (**)

El ucase legislativo alcanzaba hasta la histórica goleta "Guayaquileña"


pero una nueva solicitud del Poder Ejecutivo impidió se cumpliera tal
disposición y es así como en el acta de la sesión del 29 de octubre, en la
mañana se anota: "Se tomó en consideración la solicitud del Poder Ejecutivo
reducida a la autorización para la venta de la fragata "Colombia" del modo
que crea más conveniente y ventajoso al Estado; se presentaron varias
observaciones y fue aprobada". (***)

Estas medidas propuestas por el Congreso de 1833 eran nada menos que
el intento de supresión total de la fuerza naval del Ecuador, el mismo que no
prosperó de inmediato en lo relativo a los buques menores, aunque si a la

(*) Salazar Francisco Ignacio.- Actas del Congreso Ecuatoriano de 1832.- Imprenta del
Gobierno 1890.- Página 176
(**) (***) Salazar Francisco Ignacio.- Actas del Congreso Ecuatoriano de 1833.- Imprenta del
Gobierno 1890.
182 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

nave más importante de la época; pero por algunas razones ajenas a tal
propósito la "Colombia" no fue vendida, pero sufrió cada vez más las
consecuencias de la total negligencia de los Poderes Públicos para atender a
su conservación; y pocos años más tarde participaría en los acontecimientos
políticos internos de la agitada vida nacional, hasta que, en estado de total
destrucción, fue desguazada en el año 1836; su casco fue quemado y las piezas
metálicas de su estructura, vendidas a un comerciante francés.

Para no omitir asunto tan importante, pertinente a lo que trata este


capítulo, debemos referirnos a los principales aspectos jurídicos que han
normado la existencia y organización de la Marina de Guerra del Ecuador en
los primeros años de la República.

Así principiaremos recordando, lo que ya antes hemos citado, el Decreto


de creación del Departamento Marítimo del Ecuador, expedido por el Congreso
de 1832; departamento que sustituía al antiguo Apostadero de Guayaquil,
así como también a la Comandancia y de éste por la Comandancia General
de Marina.

En el Congreso Constitucional de 1835 se debatió un proyecto de la Ley


Orgánica de la Marina de Guerra, el mismo que pasó hasta segunda discusión,
quedando luego aplazada su aprobación hasta el próximo Congreso, por
moción del diputado Pareja, en vista de que habían algunas observaciones al
citado proyecto.

En el Congreso Constitucional de 1837 se aprobó la Ley Orgánica de la


Fuerza Armada, cuyo artículo lo. trataba de la composición de esta; y el
artículo 2o. decía: "La Fuerza Armada se divide en Terrestre y Marítima.
Esta última se organizará por medio de una ley particular".

Quedaba así establecida legalmente la Marina de Guerra como entidad


distinta del Ejército, pero formando con éste la Fuerza Armada Ecuatoriana,
cada una con su propia organización y funciones.

Debemos agregar que el Congreso de 1835, había autorizado al Poder


Ejecutivo organizar la Marina de Guerra, con la sola condición de ponerlo a
consideración de la siguiente Legislatura.
CAPITULO V

0ou,6feloaciones be íos
tripulantes be fa fragata
"Corom6ia"
SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE
LA FRAGATA "COLOMBIA"

TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" DEMANDAN EL


PAGO DE SUS HABERES
1 21 de noviembre de 1830 veinte tripulantes de la Fragata "Colombia"
que permanecía al ancla en el fondeadero de la isla Puná desde su
regreso del crucero por aguas del Perú, se presentaron ante el
Comandante Stagg para pedirle que se los enviara a tierra, por cuanto habían
cumplido el tiempo por el cual fueron enganchados en Río de Janeiro, es
decir que hacía más de un año que servían a bordo de dicha fragata, esto es
que se había cumplido ya el plazo para el cual fueron contratados, sin
habérseles pagado un solo centavo; a lo que se sumaba las condiciones de
extrema miseria en que vivían oficiales y tripulantes de este buque. Se les
adeudaba más de un año de sueldos, carecían de vestimenta, andaban casi
desnudos y se les había prohibido su salida a tierra.

La falta de recursos económicos necesarios para atender a tales menesteres


era la principal causa de esta deplorable situación.

El dos de diciembre del año anterior el General Flores había ordenado


suspender el pago de los sueldos, para así poder atender a los gastos que
demandaba el transporte de tres batallones que saldrían para Panamá a los
que se les debía dar sus raciones para el viaje; y en el mes de julio de 1830
tomaba medidas similares, pero esta vez, para atender a los gastos que
demandaba el mantenimiento de la fragata "Colombia", es así como ordenó
el traslado a Bodegas de Babahoyo del batallón "Cauca" y al Morro del
escuadrón "Cedeño" que estaban en Guayaquil, con el propósito de que las
rentas de esta ciudad "queden libres para subvenir las necesidades de dicho
bajel".

La pobre economía del país, no solo afectaba al personal de la fragata, sino


186 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

también a la nave misma; no había dinero para las más mínimas adquisiciones
que eran necesarias para el mantenimiento de la nave. Con fecha 5 de
noviembre de 1830 el Comandante de Marina del Apostadero de Guayaquil,
Manuel Antonio Luzarraga se había dirigido al Prefecto del Departamento
en los siguientes términos: "Señor: El Señor Comandante de la División
Marítima ha solicitado por conducto de esta Comandancia doscientas varas
de lona vieja para el trabajo que actualmente está emprendiendo la fragata
"Colombia" como de necesidad urgente; y necesitando además el acopio de
otros varios efectos marítimos para la recorrida que va emprender este buque
soy de parecer que si V.S. lo hallasen por conveniente, se nombre una persona
de confianza para que haga postura a los artículos de esta clase que van a ser
rematados el 8 del corriente de los pertenecientes al bergantín "Caupolicán" y
que se sacarán de este modo a precios muy cómodos, logrando el acopio de los
que hubiese, principalmente el de la jarcia trasada que sirve para estopa y
que con precisión se necesita para sus costuras; pudiendo además ahorrar el
costo de esta, pues con la gente del Arsenal y buques de desarme se puede
trabajar fácilmente lo que hubiere".

Lo arriba transcrito es solo uno de los casos en los que se demuestra las
graves dificultades de orden económico, que desde los principios de la
República, tuvo que sufrir nuestra Marina de Guerra.

Esta era la situación en la que se daba el justificable reclamo del grupo de


tripulantes de la fragata "Colombia"; pero en aquellos tiempos el sistema
que imperaba para mantener la disciplina a bordo era en extremo riguroso,
razón por la que el Capitán Wright, Comandante de la División Marítima
actuó con exagerada severidad para reprimir este "principio de rebelión",
haciendo uso de medidas punitivas que en el presente nos parecen
verdaderamente bárbaras, pero que entonces eran normales en tales
circunstancias. A diez de los reclamantes les impuso el castigo de seis docenas
de azotes y los otros diez fueron castigados con menos severidad, pero también
fueron azotados.

Fue así como se procedió para restablecer la disciplina a bordo de la fragata,


pero el Comandante de la División Marítima una vez más, solicitó al
Comandante del Apostadero, se pagara a los oficiales y tripulantes dos meses
de sueldo, haciendo presente que a la mayor parte de los últimos se les debía
los correspondientes a más de un año, añadiendo, que así mismo los oficiales
SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 187

estaban en situación de miseria y endeudados hasta para cubrir sus gastos


ordinarios.

El Comandante del Apostadero, a su vez hizo conocer al Intendente tal


situación y la necesidad de aumentar el presupuesto de la fragata para
incrementar el número de tripulantes, pues los marineros de primera clase
no pasaban de cuarenta y cinco, debiendo aumentar hasta ciento veinte, que
eran los necesarios para la eficiente operatividad de la nave.

Aparentemente este incidente había terminado, pero esto no era así, pues
el resentimiento y descontento por la situación de indigencia que soportaban
seguía constituyendo la causa de las posteriores sublevaciones, que solo
necesitaron un pretexto para que ocurrieran, tal corno fue en el caso de la
sublevación de la tripulación en circunstancias que se producía un movimiento
político para restablecer la unidad de la Gran Colombia, dirigido por el General
Luis Urdaneta y del cual nos ocuparemos de inmediato.

LA REVOLUCIÓN DEL GENERAL LUIS URDANETA Y NUEVA


SUBLEVACIÓN DE LA TRIPULACIÓN

El 4 de noviembre arribó a Guayaquil la goleta "Istmeña" en la cual llegó


el General Luis Urdaneta que había sido enviado a este puerto por el Gobierno
de Colombia con el propósito de que provocara la insurrección de las tropas
colombianas, desconociendo al General Flores como Presidente del Ecuador
y conseguir así que se restituyera la unidad Grancolombiana bajo el mando
supremo del Libertador, tal como lo consideraba posible el General Rafael
Urdaneta quien ejercía el mando supremo de Nueva Granada.

Cumplida la misión, es decir transportar al General Luis Urdaneta, la


"Istmeña" zarpó de Guayaquil, lo que dio origen a que el General Flores
ordenara, el 20 de noviembre, se armase a la goleta "Guayaquileña" -que por
disposición del mismo Flores había sido desarmada poco antes, para
concentrar todos los recursos económicos para el mejor mantenimiento de la
fragata "Colombia"- para que zarpara en persecución de la "Istmeña".

Fue así como instigados por Urdaneta, el 28 de noviembre, los jefes y


188 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

oficiales de la plaza de Guayaquil desconocen la autoridad suprema del


General Flores y se pronuncian en contra de la separación del Distrito del
Sur y a favor de la unidad de la Gran Colombia, bajo el mando supremo del
Libertador, que según lo afirmaba Urdaneta se hallaba ejerciendo el Gobierno
de la República, lo que era absolutamente falso, puesto que si bien el
Libertador todavía no fallecía, su salud estaba tan disminuida que sólo era
cuestión de poco tiempo para que se produjera su muerte y el Gobierno de
Nueva Granada lo ejercía el citado General Rafael Urdaneta.

Este pronunciamiento, que fue de carácter exclusivamente militar, tenía


como principal protagonista al antes mencionado General Luis Urdaneta,
quien de inmediato procedió a nombrar nuevas autoridades, tanto civiles
como militares.

Comandante del Ejército fue el mismo General Luis Urdaneta y Prefecto


de Guayaquil el General José María Villamil, luego que rehusó dicha
designación el señor Martín Santiago de Icaza.

El día 29 de noviembre el General Urdaneta envió una comisión a la fragata


"Colombia", que estaba en su habitual fondeadero en la isla Puná, con una
comunicación al comandante del buque, el Capitán de Navío Leonardo Stagg,
haciéndole conocer los sucesos de Guayaquil y confirmándolo en el mando de
la nave, con exclusión de la autoridad superior del Comandante de la División
Marítima, el General Wright, recientemente ascendiendo a este grado, quien
se resistió a acatar esta nueva situación y pretendió llevar a la fragata a la
mar, en tanto que Stagg quería conducirlo a Guayaquil, produciéndose la
consiguiente pugna entre estos dos jefes.

En esta situación fue que en la noche del 3 al 4 de diciembre se produce


una nueva sublevación de los tripulantes, desconociéndose la autoridad de
los oficiales, a quienes se los apresó y se les colocó grillos, sin consideraciones
de ninguna clase y bajo amenaza de ser fusilados; especialmente, la violencia
fue para aquellos que se habían opuesto a las órdenes de Urdaneta; el buque
quedó en poder de los sediciosos, en un completo desorden e indisciplina hasta
el día 5, cuando llegó a Puná el Contralmirante Juan Illingworth, quien había
aceptado el cargo de Comandante de Marina, convencido que era posible
todavía restablecer la Gran Colombia bajo el liderazgo de Bolívar.
SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 189

GENERAL LUIS URDANETA


190 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Con la enérgica intervención de Illingworth se restableció la disciplina a


bordo de la "Colombia"; hizo poner en libertad a los oficiales apresados y
ordenó el regreso de ésta a Guayaquil, adoptando luego en este puerto medidas
de seguridad, entre otras, sacar a tierra la pólvora almacenada en la nave y
guardarla en depósitos bajo la custodia de personal del Ejército.

El 19 de diciembre el General Luis Urdaneta se trasladó a la fragata con


el propósito de tomar juramento de la Constitución de la Gran Colombia al
Comandante Stagg, oficiales y tripulantes así como a los soldados que
formaban la guarnición del buque. (*)

El General Urdaneta ordenó desarmar la nave, decisión adoptada de


acuerdo con el Contralmirante Illingworth en consideración de que no había
ninguna posibilidad de mantenerla operativa, tanto por la falta de personal
confiable suficiente, así como por el costo para su operación. Todo el material
quedó almacenado a bordo bajo la responsabilidad del Capitán Stagg, dejando
una reducida tripulación con unos pocos oficiales para atender a la limpieza
y mantenimiento. La guarnición encargada de la seguridad y disciplina estaba
constituida con soldados del batallón "Girardot". (**)

Los sucesos políticos y militares que a continuación tuvieron lugar se dieron


sin la participación importante de la Marina y se prolongaron hasta el 7 de
enero de 1831, fecha en la que se celebró en la hacienda Ciénaga un cese de
hostilidades y poco tiempo después llegó la triste noticia del fallecimiento del
Libertador ocurrido el 17 de diciembre del año anterior, lo que ponía término
a cualquier otra aspiración de restablecer la unidad Grancolombiana bajo el
mando de nuestro Libertador.

Así concluyó este episodio de la historia de la República, pero los


acontecimientos que tuvieron lugar en la fragata "Colombia", trascendieron
en el devenir de la Marina de Guerra del Ecuador, pues el desarme de la
"Colombia" fue el inicio de una política de gobierno, adversa al desarrollo de
la institución naval; y por otro lado, una vez afianzado el gobierno del General
Flores, los tripulantes que protagonizaron la sublevación, fueron sometidos
a un Consejo de Guerra, que condenó a los principales cabecillas del motín a

(*) (**) Archivo Histórico del Instituto de Historia Marítima


SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 191

BOLIVAR EN SUS ULTIMOS AÑOS DE VIDA i


Por Espinoza (Colección Fundación John Boulton)
192 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

la pena de muerte, después de un largo proceso que solo terminó en el mes


de septiembre de 1831.

Durante el largo debate, que se inició después que el Consejo de Guerra


presidido por el Capitán de Fragata Juan Hipólito Soulín y constituido por
Diego Salinas, Juan Antonio Franco, Juan M. Doyle, Francisco Martín,
Francisco Lira y Francisco Reina había condenado a la pena de muerte a
los siguientes tripulantes: José Gonzales, Manuel Fausto, Flavio Cardosa,
Santana García, Manuel Marchan, Jacinto Silva, Gregorio Gonzales, Matilde
Márquez, Sito Arrazabal, Anizeto Blanco y Nieves Colina; y a ser igualmente
ejecutado a quien le tocara en suerte de aquellos considerados cómplices
que eran Agustín Cárdenas, Francisco Ramírez, Juan Bautista Rojas,
Viviano Aguirre, José de Jesús Arizmendi, Pascual Guevara y Leonardo
Ramírez, los defensores de los acusados lograron que solamente cuatro de
los sentenciados fueran ejecutados. (*)

Este largo proceso se inició en el mes de julio de 1831 y el 4 de agosto el


Juez Fiscal Mayor del Apostadero, Capitán de Navío, Domingo Agustín
Gómez, de acuerdo al dictado del consejo de guerra emitió la sentencia antes
citada, es decir condenando a la pena de muerte a los once reos arriba
mencionados y a igual pena a quien en suerte le tocara entre los otros
considerados como cómplices. El auditor puso reparos a la sentencia,
recomendando que solo se ajusticiara a cuatro de los condenados, los más
culpables. La causa pasó a consideración del Gobierno, que acogiendo lo
recomendado por el auditor dispuso que se procediera así. El día 15 de
septiembre se cumplió la sentencia de acuerdo a lo ordenado por el
Comandante General del Departamento General León de Febres Cordero
quien había dictado el día anterior la orden siguiente:

"Guayaquil, septiembre 14 de 1831.- Cúmplase lo resuelto por el Supremo


Gobierno en el anterior decreto; y al efecto mañana a las once del día serán
ejecutados a bordo de la fragata de guerra "Colombia" los reos José Gonzales,
Manuel Fausto, Gregorio Gonzáles, y Anizeto Blanco, condenados al último
suplicio como los más culpables en la conspiración que tuvo lugar en la
misma fragata la noche del 3 al 4 de diciembre. Expatriados perpetuamente
del territorio Hilario Cardoso, Matilde Marquez, José de Jesús Arizmendi,

(*) Archivo Histórico del Instituto de Historia Marítima



SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 193

Santana García, Jacinto Silva, Sito Arrazabal, Nieves Colina, Agustín


Cárdenas, Francisco Ramírez y Leocadio Ramírez; y destinados al servicio de
las Armas Juan Bautista Rojas, Viviano Aguirre, José de Luque, Manuel
Marchán, Pascual Guevara, José María Prieto, Luis Densi, Juan Banhof,
José del Carmen Leal, José Vivero, Evangelista Pérez, Francisco Barrio, Félix
Ventura, Rosario Parra, Apolinario Brizuela, Francisco Manzanillo y José
Jacobo.

Vuelva al Fiscal para que disponga su cumplimiento. -León de Febres


Cordero".

Este mismo día los presos fueron notificados de la sentencia y los cuatro
condenados a morir, después de recibir la ayuda espiritual de los sacerdotes
llamados para asistirlos, fueron conducidos a bordo de la fragata "Colombia";
los demás reos fueron llevados a bordo del bergantín "Veintisiete de Febrero"
para que desde allí presenciaran la ejecución.

El día 15 de septiembre a la una de la tarde fueron pasados por las armas,


José Gonzales, Manuel Fausto, Gregorio Gonzales y Aniceto Blanco; en
presencia del comandante del buque, el Mayor del Apostadero y demás
oficiales. Los cadáveres fueron izados en la verga del palo trinquete por tres
horas y luego llevados a la Planchada para ser enterrados en el cementerio,
de acuerdo con la orden del Mayor del Apostadero.

Podríamos decir ahora que con este lúgubre acontecimiento terminamos


este relato de los hechos relacionados con el fallido intento de restablecer la
República Grancolombiana, pero para completarlo debemos referirnos a los
sucesos relacionados con la expulsión de los comprometidos en la "revolución
de Urdaneta".- Fracasado el movimiento, el Gobierno del Ecuador presidido
por el General Flores, expulsó del territorio nacional a todos los que
intervinieron en dicho movimiento revolucionario, para lo que se los envió a
Panamá a bordo de la goleta "Guayaquileña" y de la "Istmeña". En esta iba
la mayoría de los expulsados pero la "Guayaquileña" , que llevaba a unos
cuantos, era la responsable de la custodia de la "Istmeña" y del fiel
cumplimiento de la orden.

Antes de continuar con este relato debemos explicar que la goleta "Istmeña"
se encontraba en Guayaquil después de que había sido recuperada con la
194 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

intervención de la "Guayaquileña" al mando del Capitán Hipólito Soulín el


18 de marzo de 1831, es decir 4 meses después que el General Flores ordenara
el zarpe de la "Guayaquileña" en persecución de la antedicha goleta, pero el
giro que inicialmente tomaron los acontecimientos dejaron temporalmente
sin cumplimiento dicha orden; por ahora solo esta aclaración, para continuar
con lo que estábamos tratando respecto a la expulsión de los involucrados en
el movimiento político del General Urdaneta.

El 10 de mayo de 1831 el Comandante de Marina del Apostadero de


Guayaquil Capitán de Navío Manuel Antonio Luzarraga le informaba al
Comandante General del Departamento General León de Febres Cordero, lo
siguiente:

Señor General: Acabo de extender las instrucciones que debe observar el


Comandante de la goleta de guerra "Guayaquileña" que custodia a la goleta
"Istmeña" que se halla destinada para embarcar al General, Jefes, Oficiales
y Tropa que están detenidos en la Isla Puná, para expulsarlos del territorio
del Estado y conducirlos al departamento del Istmo. En ella he comprendido
los puntos principales de la apreciable nota que U.S. se ha servido pasarme
con esta fecha, y no dudo que serán exactamente cumplidas por el jefe encargado
de aquella expedición para que merezcan la aprobación de U.S. y del Supremo
Gobierno. Con sentimiento de alta consideración quedo de U.S. obsecuente
servidor.- Manuel Antonio de Luzarraga". (*)

Con fecha 13 de mayo le fueron entregados al comandante de la


"Guayaquileña" los jefes y oficiales que debían ser conducidos a Panamá;
para el efecto el Comandante del Departamento del Guayas con fecha 11 del
citado mes dirigió la siguiente nota al Coronel Antonio López Jefe del Estado
Mayor Departamental: "El 13 del presente pondrá U.S. a disposición del
Comandante de la goleta de guerra "Guayaquileña", bajo formal recibo al
General, jefes, oficiales e individuos de tropa que se hallan detenidos en esa
isla (Puná). Al tiempo que deban embarcarse estos individuos U.S. les hará
entender que el gobierno les expulsa del territorio del Estado y que no podrán
volver a él sin expreso y previo permiso del Poder Ejecutivo; en la inteligencia
de que, si vuelven sin este requisito serán juzgados como espías y subversores
del orden; firmando U.S. esta diligencia junto con el juez territorial del

(*) Archivo Histórico del Instituto de HiStoria Marítima


SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 195

Comandante Militar de allá y el Teniente José María Piedrahita que servirá


de Secretario en suscribir el acta. Los oficiales comprendidos en la lista que
va adjunta, deben quedar en esa isla, hasta segunda orden, pudiendo venir a
esta capital los Alféreces de Navío Francisco Robles y Ramón Boloña.- Dios
guarde a U.S. León Febres Cordero".

El acta de entrega de los expulsados, que luego fue suscrita, estaba


redactada en los términos siguientes: "Alejandro Antonio López, Coronel Jefe
del Estado Mayor Departamental, etc., certifico que de conformidad con lo
dispuesto por el señor Comandante General del Departamento, según la nota
adjunta, y, acompañado del Juez Territorial, ciudadano Manuel Santos, del
Comandante Militar Capitán Francisco Lira y del Teniente José María
Piedrahita, Secretario Ad-hoc, les hice saber a los señores Generales, Jefes y
Oficiales y Tropa que dice la lista que también se adjunta, que el Gobierno los
expulsa del territorio del Estado y que no podían volver a él, sin expreso y
previo permiso del Poder Ejecutivo; en la inteligencia de que si vuelven sin
este requisito serán tratados y juzgados como espías y subversores del orden.
Y para que conste lo firma Su Señoría, con los demás referidos señores, en la
Isla Puná a trece días del mes de mayo de 1831.- A. A. López.- Manuel Santos.-
Francisco Lira.- José María Piedrahita Secretario".

Los jefes, oficiales y más personas que constaban en la lista mencionada


en la arriba citada acta de entrega, eran los siguientes: General Luis
Urdaneta, Coronel Santos Pacheco, Coronel graduado Juan Antonio Muñoz;
Comandantes Archivaldo Taylor, Nepomusemo Montero, Juan Bautista
Guzmán, José Escobar, Clemente Lárraga, Manuel Satillo y Pedro Merato;
Capitanes Manuel Infante, Juan Díaz, Felipe Parra, Matrá Piñanga, Manuel
Alvarez, Felipe Plaza, Rafael Bravo, Pedro Rusconk, José Antonio Rincon,
Fernando Llaguno, Juan Bautista Tabat, José Garmendia, Pedro Pazos, José
Villanueva, Salomón Raire y Ventura Pérez; dos tenientes, diez subtenientes,
dos alféreces, un guardia marina, un físico, diez sargentos y seis individuos
de tropa. Estos eran los expulsados del territorio del Estado, de acuerdo a la
lista citada, pero además los Tenientes José Negrón y Francisco Campusano;
el Subteniente Francisco Bahamonde y el Alférez N. García de Henares debían
permanecer en la isla Puná hasta nueva orden; los Alféreces de Navío
Francisco Robles y Ramón Boloña estaban autorizados a trasladarse a
Guayaquil.
196 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Cumplidas estas formalidades zarparon para Panamá la "Guayaquileña"


y la "Istmeña", en donde dejaron a los jefes y oficiales y más personas
comprendidas en el decreto de expulsión. Los buques regresaron a Guayaquil,
sin ninguna interferencia, luego de cumplir la orden recibida del Comandante
del Apostadero.

Respecto a la expulsión del Capitán de Fragata Archivaldo Taylor, es preciso


puntualizar que ésto obedecía a causas ajenas a la revolución de Urdaneta.
Desde el 7 de marzo de 1831 el Gobierno había dispuesto la baja del servicio
y su traslado a la Isla Puná hasta cuando hubiera un buque que lo saque del
país, con la amenaza de ponerlo preso si no cumplía la orden inmediatamente.
El largo proceso que se le seguía a Taylor después del combate de Malpelo se
prolongó hasta cuando tuvo su epílogo con su expulsión del país. ¿Fue Taylor
víctima de las circunstancias o fue culpable de lo ocurrido el 31 de agosto de
1828?

REBUSCA Y RECUPERACIÓN DE LA GOLETA "ISTMEÑA"

La goleta "Istmeña" aparece en el listado de nuestros buques de guerra en


el año 1830 después de la separación de los Departamentos del Sur de la
unidad Grancolombiana; cuando en agosto de este año es designada para
servir de buque aviso de la fragata "Colombia" en reemplazo de la goleta
"Guayaquileña" que pasaba al estado de desarme junto con el bergantín "27
de Febrero" por razones de economía, tal como fue comentado en páginas
anteriores.

Durante la guerra de 1828 a 1829 la "Istmeña" había operado en el área


de Panamá, contra el tráfico marítimo enemigo permaneciendo en esta
jurisdicción hasta el final del conflicto.

En el año 1830 esta nave trajo a Guayaquil al General Luis Urdaneta,


hechos ya relatados y comentados en las partes correspondientes de este libro.

Reiterando lo antes citado recordemos que la "Istmeña" llegó a Guayaquil


el 4 de noviembre de 1830 y que zarpó luego, en forma sorpresiva, lo que dio
origen a que el General Flores ordenara rearmar a la "Guayaquileña" para
SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 197

que salga en persecución de la nave fugitiva, orden que no fue cumplida de


inmediato por el giro que tomaron los acontecimientos promovidos por los
Generales Rafael y Luis Urdaneta, hasta cuando la revolución fue sofocada y
el 7 de enero de 1831 se pactó el cese de hostilidades en la hacienda Ciénaga;
y luego llegó la triste noticia de la muerte del Libertador ocurrida el 17 de
diciembre del año de 1830, lo que ponía fin a este episodio de nuestra historia
republicana.

Superada la situación, el Gobierno del Estado del Ecuador insistió en


recuperar a la "Istmeña" que estaba sirviendo en la Marina de Guerra de
Nueva Granada en la jurisdiccción de Panamá, por lo que el Comandante del
Apostadero de Guayaquil ordenó que la goleta "Guayaquileña" zarpara en
busca de la "Istmeña" y procediera a su captura y conducción a Guayaquil.
En esta segunda vez la "Guayaquileña" cumple su misión a cabalidad.

El informe que presentó el Comandante de la "Guayaquileña" Capitán de


Fragata Soulín a su regreso de la operación nos permite seguir paso a paso
los acontecimientos que culminaron con la recuperación para la Marina de
Guerra del Estado del Ecuador de la citada goleta "Istmeña"

Tal informe es el siguiente:

"República de Colombia.- Estado del Ecuador

"Comandancia de.- Goleta de Guerra "Guayaquileña", al ancla en


Guayaquil, a 11 de abril de 1831.- Al señor Coronel Comandante General del
Apostadero.

"Cumpliendo con las órdenes de vuestra Señoría abrí el pliego de


instrucciones, el día 8 de marzo, hallándome afuera de la isla Santa Clara.
En su virtud me dirigí al norte, reconociendo las caletas, ensenadas de la
costa y las velas que avistaba: inútilmente toqué en varios puertos, hasta que,
al fin, al amanecer del 18, dí caza a una vela que avisté, hallándonos al Este
de la Gorgona, a dos millas de distancia y como a nueve de dicha vela por el
SSO.- A las siete reconocí que era la goleta de guerra "Istmeña" a la que
buscaba; y a la media hora afirmé mi bandera con un cañonazo que fue
contestado del mismo modo por la "Istmeña". A los diez minutos después
hice poner una bandera de parlamento al tope de proa, disparando otro tiro,
198 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

en cuyo momento, la expresada goleta cortó la vela y se puso en facha; y


habiéndome puesto a la voz, a poco rato hice venir ami bordo a su Comandante
y le intimidé que pusiera el buque de su mando a mis órdenes; y habiendo
consentido en el momento, mandé, tomar su posesión al Alférez de Navío
Manuel Yépez; y asegurada su tripulación y equipaje, me dirigí al puerto de
Yzcuandé, en donde desembarqué a todos, con excepción de doce hombres que
hicieron esfuerzos para quedarse a bordo y además los oficiales Leocadio
Fernández, José Ginez y Juan José Valverde, quienes prestaron, con la mayor
satisfacción el juramento de fidelidad al Estado del Ecuador.

La "Istmeña" procedía de Santiago de Veragua, mandada por el Teniente


de Navío Miguel Lavarrier, tripulada con 56 hombres de tropa y marinería;
además de tres oficiales, armada con un cañón giratorio de a doce y conducía
para el puerto de Izcuandé 80 fusiles, 20 fornituras y 2 barrilitos de pólvora.

"El 20, habiendo tripulado la "Istmeña" con 24 hombres, a las órdenes del
Teniente de Fragata José María Doyle, me levé para este puerto con ambos
buques.- Sin haber ocurrido ninguna novedad, hemos llegado a fondear a las
6 112 de esta mañana, cumpliendo con la puntualidad que me ha sido posible,
cuanto se me ha prevenido y particularmente evitando la efusión de una gota
de sangre, como me recomendó Vuestra Señoría. Y sin embargo de que esta
campaña no ha sido dilatada ni penosa, creo de mi deber recomendar el celo
y la precisión de los oficiales y tripulantes del buque de mi mando por el
sostenimiento del orden y la dignidad del Gobierno del Estado.

"Soy de Vuestra Señoría atento y obediente servidor.- Juan Hipólito Soulín".

Después de haber cumplido a cabalidad la orden recibida el Capitán de


Fragata Hipólito Soulín, anotó en su diario de navegación lo siguiente:
"Bergantín goleta "Guayaquileña".- Al ancla en Guayaquil a 11 de abril de
1831.- Zarpamos de Guayaquil el 5 de marzo del presente año, habiendo
tomado esfuerzo para salir del río lo más pronto posible; el 8 del mismo
estuvimos afuera y abrí el pliego que encerraba las instrucciones. Seguimos
para el puerto de Manta a donde llegamos el 10 y registramos el fondeadero y
viendo que no estaba ninguno de los buques que buscábamos seguimos para
el puerto de Atacames el 16 del mismo mes y no econtrando, seguimos para
Tumaco a donde llegamos el 18 y no se encontró nada. Seguimos para
Buenaventura y en frente de la isla Gorgona nos encontramos con la goleta de
SUBLEVACIONES DE LOS TRIPULANTES DE LA FRAGATA "COLOMBIA" 199

guerra "Istmeña" que venía del puerto de Santiago de Veragua y seguía para
el de Iscuandé, conduciendo a su bordo algún armamento y pertrechos de
guerra. Llegando a tiro de cañón izamos la bandera, asegurándola con un
cañonazo, a lo que contestó inmediatamente la referida goleta, imitando
nuestra demostración. Cuando estuvimos más cerca disparamos otro cañonazo,
sin dirección al objetivo; izamos la bandera parlamentaria, a lo que contestó
el bajel expresado, cargando y aferrando el velamen, virando de bordo al mismo
tiempo que cargó el trinquete y foque, poniéndose en facha. De consiguiente lo
atravesamos muy pronto, en el mejor orden de rendirlo; luego que llegamos
al habla saludamos al buque y convidamos al Comandante Lavarsier para
que viniese a nuestro bordo. En efecto vino, y los dos comandantes, después
de una larga conferencia, quedaron de acuerdo. Sin embargo, al momento de
embarcarse el Comandante Lavarsier, para volver a su buque los oficiales de
la dotación juzgaron ser más prudente detener al Comandante de la "Istmeña"
a fin de evitar cualquier evento y efusión de sangre; aunque ellos estaban
seguros, conforme lo han manifestado, de que el Comandante Lavarsier era
incapaz de faltar a la palabra que había dado.- Nos apoderamos totalmente
del buque y nos dirigimos para Iscuandé para poner los prisioneros en tierra
y volvernos a Guayaquil; pues sabíamos de positivo que la "Gracia del Guayas"
no había llegado a Panamá según los datos fundados que adquirimos.-
Zarpamos de Iscuandé el 23 del mismo y llegamos a ésto el día 11.- Por lo
que toca a la parte científica no teníamos a bordo instrumento alguno, ni
tampoco un minutero para poder operar. Solo hemos experimentado que del
10 al 20 de marzo hubo muchas calmas la poca brisa que hubo fue del Norte
y las aguas corrían al 0.S.0.; del 20 de marzo en adelante hemos tenido las
mismas calmas, la poca brisa del N.O. y las aguas al E.N.E.- J. Hipólito
Soulín".

Es necesario también considerar que la tardanza en el cumplimiento de la


orden inicial de captura de la "Istmeña" no solamente obedecía a la situación
que se vivía en aquellas circunstancias, sino a que la "Guayaquileña" no solo
debía ser armada como hemos expresado, pero que requería de importantes
reparaciones en su casco y timón, los que requirieron considerable tiempo
para su ejecución.

El Comandante del Apostadero con este motivo dirigió la comunicación


siguiente al Prefecto del Departamento:

"Estado del Ecuador.- Comandancia del Apostadero.- Guayaquil a 20 de


200 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

noviembre de 1830.- Al señor Prefecto del Departamento.

"Acabo de recibir órdenes terminantes para que a la brevedad posible se


aliste y salga la goleta "Guayaquileña" a represar a la "Istmeña" que con
execrable felonía fue apresada por sorpresa en el puerto de Panamá de orden
de la autoridad de aquel Departamento y para llevar a cabo la orden de S.E.
el Presidente, es de indispensable necesidad que U.S. se sirva franquear la
cantidad de mil pesos, a que aproximadamente ascenderán los gastos de la
reparación que exige el casco del buque y el timón que se le debe construir...
Dios guarde a U.S.- Manuel Antonio de Luzarraga".
CAPITULO VI

Actfiaibabes noafes burante e(


confficto 6ético con
c2ituma03ranaba 1831 - 1832
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL
CONFLICTO BÉLICO CON NUEVA GRANADA
1831 - 1832
CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
os sucesos de orden naval conexos al fracasado intento de restablecer
la Gran Colombia, protagonizado por el General Luis Urdaneta,
finalizaron en el mes de abril de 1831, con la recuperación de la goleta
"Istmeña" para la Marina de Guerra del Ecuador, los que fueron ya citados
en páginas anteriores de este libro, debiendo ahora pasar a los acaecidos
entre 1831 y 1832, en relación al conflicto con Nueva Granada por la anexión
del Departamento del Cauca al Ecuador, sucesos que repercutieron
intensamente en la actividad naval, obligando a que los buques que constituían
nuestra Marina en aquella época permanecieran en el mar por largos períodos
cumpliendo tareas de reconocimiento y vigilancia de las actividades enemigas,
tanto de orden interno como externo.

La goleta "Guayaquileña", el pailebot "Diligencia", la goleta "Istmeña" y


la goleta "Gracia del Guayas" fueron los buques que soportaron todo el peso
de estas contínuas operaciones, en tanto que la fragata "Colombia", la más
importante por su poderío, no tuvo ninguna actuación, debido a que su
alistamiento y operación demandaban gastos que la débil economía del país
no podía hacer. Antes hemos hecho referencia, en varios pasajes de este
libro, a esta situación de miseria en la que vivían los tripulantes de la citada
fragata; ahora insistimos en lo mismo para destacar la causa principal, aunque
no la única de la prematura destrucción de esta nave; proceso que se inicia
precisamente en el tiempo en que se dieron los acontecimientos que estamos
tratando.

Dejando por ahora los acontecimientos navales, pasamos a resumir los


antecedentes, causas y los hechos principales del conflicto bélico entre el
Ecuador y Nueva Granada en el año 1832, para insertar, luego, los del Teatro
Marítimo en la situación general de este conflicto.
204 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El primer Congreso Constitucional del Estado Ecuatoriano inauguró sus


sesiones el 20 de septiembre de 1831 en la ciudad de Quito, con la asistencia
de seis de los siete representantes elegidos por el Departamento del Cauca,
que se había incorporado voluntariamente al Estado del Ecuador desde el
año anterior por libre decisión de sus habitantes. En la sesión del 21 de
septiembre, el Vicepresidente del Congreso señor José Cornelio Valencia,
representante de la provincia de Popayán, presentó la moción de tratar sobre
la agregación del Cauca al Ecuador, la apoyó el representante de la provincia
de Pasto señor José Félix Valdivieso, la que después de ser discutida fue
aprobada.

El Gobierno de Nueva Granada presidido por el General Urdaneta, antes,


con fecha 20 de julio del mismo año, había reclamado la devolución del
Departamento del Cauca, pero el General Flores, confiando en el Derecho y
en la veteranía de algunos de los batallones que constituían el Ejército
ecuatoriano, creyó poder sostener la decisión popular de dicho Departamento,
que estaba gobernado por los Generales Hilario López y José María Obando,
quienes habían jurado la Constitución del Estado del Ecuador y apoyado el
pronunciamiento de la población del Cauca de anexarse a esta unidad política.
Ambos jefes eran enemigos irreconciliables del General R. Urdaneta,
Presidente de Nueva Granada, siendo ésta la causa fundamental de su actitud
favorable a la integración del citado Departamento al Ecuador y solo con el
propósito de causarle graves dificultades a su enemigo político, lo que quedaría
confirmado después, cuando el Gobierno Granadino pasó a manos del General
Domingo Caicedo.

El 10 de enero de 18321a guarnición de Popayán capital del Departamento


del Cauca, comandada por el General López, se sublevó, dirigida por su
Comandante, proclamando su separación del Ecuador y su anexión a Nueva
Granada. El pueblo de Popayán no participó en este acontecimiento, que fue
mentalizado y dirigido por el traidor López.

El historiador Pedro Fermín Cevallos al relatar estos acontecimientos nos


dice: "Extraño, y por demás parecería que quien al incorporarse el Cauca al
Ecuador, había dado a luz una proclama protestando sostener la Constitución
y leyes del Ecuador y luego combatiendo a nombre de este Gobierno como su
auxiliar con las tropas Jiménez y Briceño; que quien después de esta campaña
había suscrito y elevado una solicitud el 6 de diciembre último como
consecuencia de la deliberación de la junta reunida en Popayán haciendo
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 205

anotar su nombre entre los noventa suscriptores de lo granado de la ciudad;


que quien apreciando su elección de diputado por el Chocó para el Congreso
ecuatoriano de 1831, aunque sin concurrir a él, había remitido dos proyectos
de ley para que fuesen considerados; que el General López, en fin, que por
carta particular aún había solicitado la comandancia general de ese
departamento y estaba entonces desempeñándola a nombre del Gobierno del
Ecuador; fuera el mismo que cerrando los ojos a tales acontecimientos y a su
pundonor y lealtad, quisiese que el Cauca, su patria dejase de ser ecuatoriana
y se hiciese granadina".

La proclama de López en Popayán en los momentos que siguieron al


pronunciamiento de la guarnición de esta capital del Departamento, hizo
imposible un arreglo pacífico de este conflicto, que venía agudizándose por
los reiterados pedidos del Gobierno de Nueva Granada; en septiembre de
1831 dicho Gobierno que era presidido por el General Domingo Caicedo había
reclamado la entrega inmediata de los territorios materia del litigio; como
antes lo había hecho el General Urdaneta.

El mismo historiador Cevallos dice: "La verdad, pues, con que cambió de
bandera el que hacía de Comandante General del Cauca, cambió también, de
súbito el aspecto de la contienda".

En efecto el conflicto que había sido de naturaleza externa, después de la


traición del General López, pasó a tener implicaciones externas e internas
que hacían muy poco probable que tuviera una solución pacífica, quedándole
al General Flores solo dos opciones: ceder a las demandas de Nueva Granada
o hacer respetar, por la fuerza de las armas, los derechos del Ecuador sobre el
territorio cuyos habitantes habían manifestado su voluntad de ser
ecuatorianos y que además era parte del que pertenecía a la Audiencia de
Quito, fundamento del Derecho Territorial ecuatoriano. Se decidió por esta
última opción y tomando el Comando del Ejército inició la campaña,
desplegándolo entre Otavalo y Pasto. A principios del mes de febrero dio
comienzo a los movimientos de las unidades para emprender las operaciones,
pero acontecimientos de orden interno protagonizados por tropas oriundas
de Nueva Granada y Venezuela entorpecieron el desarrllo de la campaña.
Durante la marcha hacia el Norte, en Ambato se produjo una insubordinación
del batallón Flores; fueron asesinados los oficiales y saquearon la ciudad; el
comandante fue hecho prisionero y poco después también lo asesinaron. Es
206 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

significativo señalar que el batallón Flores estaba constituido por los restos
de los batallones veteranos de soldados de Nueva Granada y Venezuela, que
desesperadamente deseaban regresar a sus respectivos lugares de origen.

Estos hechos bandálicos se repitieron al paso de aquellos por Latacunga,


en su marcha hacia el Norte. El General Otamendi al mando de su temible
caballería los persiguió y exterminó en sangriento epílogo de este episodio de
nuestra historia. Los últimos soldados del batallón Flores fueron batidos y
ejecutados en el último combate que libraron con la tropa de Otamendi, en
las inmediaciones de Bahía de Caráquez, acontecimientos sobre los que
volveremos a tratar más adelante cuando demos a conocer las actividades
navales de esta campaña.

El General Flores al iniciar las operaciones en los primeros días del mes
de febrero, movilizó inmediatamente al batallón Quito que fue la primera
unidad en llegar a Popayán, logrando establecerse en este lugar, pero habiendo
ocurrido una nueva sublevación en Pasto dirigida por el mismo General López,
debió abandonar Popayán y replegarse hasta el río Mayo y luego al Juanambú,
perseguido tenazmente por fuerzas enemigas a las órdenes del General
Obando.

En el Juanambú el General Flores intentó detener al enemigo, pero su


ejército se estaba desintregrando por las numerosas deserciones de los
soldados oriundos de Nueva Granada y Venezuela, situación que le obligó a
entrar en conversaciones con el adversario, para acordar una suspensión de
armas, el día 9 de octubre de 1832, entre el General Antonio Martínez Pallares
Jefe del Estado Mayor General del Ecuador y el General José María Obando
Comandante en Jefe de la Primera División del Ejército de Nueva Granada.
Este acuerdo fue suscrito en la ciudad de Pasto, ciudad en la que dos meses
después se celebró el Tratado de Límites entre el Ecuador y Nueva Granada
tomando como base la línea del río Carchi.

Con este brevísimo resumen damos fin al relato de los acontecimientos


pertinentes al origen, causas, evolución y desenlace de este conflicto, para
continuar con aquellos que tuvieron como escenario el espacio marítimo, desde
el golfo de Guayaquil hasta Panamá; y como protagonistas a los buques que
formaban la naciente Marina de Guerra del Ecuador, correlativos todos ellos
a los acontecimientos del conflicto.
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 207

LA CAMPAÑA NAVAL

Volviendo a lo expresado en páginas anteriores de este capítulo, sobre la


inactividad de la fragata "Colombia", a diferencia de las frecuentes operaciones
de los otros buques, en el período de 1831 a 1832, debemos añadir otra causa
más a la ya señalada. Esta es la desconfianza del Gobierno en la tripulación
de dicha nave, originada sin duda alguna por los acontecimientos del año
anterior, tripulación que por obvias razones no podía ser cambiada por otra
de su entera confianza.

Estos factores fueron los que determinaron la poca o ninguna preocupación


del Gobierno, en especial de su Presidente el General Flores, por el
mantenimiento y conservación de la más importante y representantiva nave
de nuestra Marina de Guerra de aquel tiempo lo que originó su prematura
destrucción y el inicio de una política adversa a los asuntos navales. Sin
embargo debemos anotar en honor a la verdad que en el mes de abril de 1831
el Secretario de Hacienda señor José Félix Valdivieso le comunicaba, con
fecha 22 del mismo, al Comandante del Apostadero de Guayaquil Manuel
Antonio Luzarraga que había dado la orden de preparar el presupuesto para
reparar a la fragata "Colombia" y a la goleta "Istmeña", atendiendo al pedido
de éste, de proceder a tales trabajos que tenían carácter de urgentes para
evitar el completo deterioro de dichas naves.

Hay documentación sobre la reparación y puesta en servicio de la "Itsmeña",


pero no hemos encontrado ningún documento que nos diga que se haya
realizado en este período las reparaciones de la "Colombia" solicitadas por el
Comandante General del Apostadero de Guayaquil. Por lo contrario el
Gobierno resolvió venderla, asunto que hemos tratado ya en este libro.

La anexión del Departamento del Cauca al Ecuador y las noticias, que


llegaban desde Panamá, sobre la tendencia favorable a un igual
pronunciamiento de ciertos sectores de la opinión pública del Istmo, eran
causas de gran incertidumbre, respecto a posibles acontecimientos; situación
que hacía necesario la constante vigilancia de las actividades militares en
los puertos y de las comunicaciones marítimas, desde el Golfo de Guayaquil
hasta Panamá, así como también de los cambios en la situación política que
podían darse.
208 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Es por esto así como también por los frecuentes motines de fracciones del
Ejército que perturbaban la paz interna, que, en esta época inicial de la
República, se observa una intensa actividad de los buques de guerra con
fines de vigilancia y transporte de tropas y prisioneros entre diferentes lugares
de la costa.

En el transcurso de los seis primeros meses del año 1831, hasta cuando la
goleta "Istmeña" fue totalmente reparada de sus múltiples averías que tenía
desde que llegó a Guayaquil el 11 de abril del año arriba citado, la goleta
"Guayaquileña", principalmente, y la goleta "Gracia del Guayas" fueron las
naves que ejecutaron casi todas las operaciones de vigilancia y transporte
que debieron realizarse. El bergantín "27 de Febrero" estaba aún en las
mismas condiciones en las que fue devuelto por el Perú y por esto impedido
de intervenir en dichas actividades.

El 12 de febrero de 1831, la goleta "Guayaquileña" zarpó de Guayaquil


para realizar un corto crucero en busca de informaciones sobre la situación
política en Panamá, habiendo arribado al puerto de Manta con este propósito
y el de indagar noticias de la "Istmeña". Regresó a Guayaquil a donde dio
fondo el día 20 del mismo mes.

Pocos días más tarde, el 5 de marzo salió de Guayaquil para iniciar la


búsqueda de la goleta "Istmeña", asunto que hemos tratado extensamente
en páginas anteriores. Regresó a este puerto el día 11 de abril, tal como lo
hemos anotado antes.

Nueve días después de su regreso, el 20 del mismo mes, a las 4 de la


mañana zarpa nuevamente de Guayaquil con orden de transportar desde
Jambelí oficiales y soldados prisioneros con destino a Puná y Guayaquil.

En el diario de navegación de su Comandante Capitán de Fragata Hipólito


Soulín consta lo siguiente:

"Zarpamos del puerto de Guayaquil a las 4 de la mañana del día 20 del


presente mes, dejándonos derivar para aclararnos de las demás embarcaciones;
a las 5 nos pusimos a la vela con el viento flojo del N. N.O. Refrescó con la
creciente y pudimos llegar a Puná donde dimos fondo a las 5 de la tarde. En
ese puerto se tomaron todos los informes relativos al buen éxito de la comisión.
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 209

En la vaciante de la misma noche no podíamos seguir el viaje por falta de


viento y a las dos de la mañana atracó a nuestro bordo un bote de la fragata
"Colombia" con pliegos. Al siguiente (día) embarcamos un piquete de 53
hombres que venía de refuerzo y tomamos las embarcaciones, que los traían,
a remolque. En cuanto lo permitió la marea nos pusimos a la vela y fondeamos
en la boca de Jambelí el día 23 a las 10 de la mañana. Al día siguiente se
operó el desembarque con las dos chatas y los botes del buque.

El mismo día por la tarde recibimos un bote de Guayaquil que venía con
pliegos para el Comandante.

Al día siguiente vimos una goleta muy cerca de tierra y se despachó al


guigue con el Alférez de Navío José Gómez y en su reconocimiento resultó
encontrar a bordo de ella 4 frasquitos de aguardiente cuya cantidad se trajo a
bordo de la goleta. Al otro día a las 4 de la tarde llegaron las dos chatas y
botes con toda la tropa que fue al desembarco, más otras trayendo 16
prisioneros entre oficiales y soldados. Al mismo instante dimos la vela y
llegamos a Puná al día siguiente a las 6 de la mañana. Tan luego como
llegamos desembarcamos los oficiales y sargentos prisioneros. A la una de la
tarde levamos y llegamos a Guayaquil sin novedad a las 9 de la noche. Al
amanecer de este día desembarcamos toda la tropa de refuerzo y amarramos
a barba de gato.

Al ancla, Guayaquil, abril 27 de 1831. HIPÓLITO SOULÍN

Los prisioneros a los que ha hecho mención el Comandante Soulín eran


aquellos acaudillados por el Coronel Manuel León, oficial que había sido
desterrado a Panamá por insurrecto; pero que después de 24 horas de haber
desembarcado de la goleta "Luna" que lo condujo a ese lugar, volvió a
embarcarse, luego de haberse sublevado contra el Capitán de esa nave, para
dirigirse a Talara y desde este puerto tratar de reunirse con el General
Urdaneta, pero las autoridades de este lugar lo impedieron; entonces se dirigió
a Machala en embarcaciones menores en unión del Capitán Sotillo y 22
hombres que venían desde Panamá con él. Intentó dirigirse a Cuenca para
reunirse con las fuerzas seguidoras de Urdaneta, pero fue batido por el Coronel
Cestaris y tomado prisionero, para después ser recluido en la isla Puná y
fusilado; ejecución que por ironías del destino fue presenciada por el General
Urdaneta. El Coronel León fue desembarcado en Puná el día 26 de abril y los
210 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

prisioneros que salieron expatriados incluido el citado General, salieron en


la "Guayaquileña" con destino a Panamá el día 13 de mayo es decir que la
ejecución de dicho Coronel se llevó a cabo en el tiempo comprendido entre
estas dos fechas.

Solo con el propósito de mantener la secuencia de las sucesivas operaciones


efectuadas por nuestros buques durante el período estudiado, es que volvemos
a mencionar el viaje de la histórica goleta "Guayaquileña" con los individuos
expulsados del Ecuador, en el mes de mayo de 1831.

En el mes siguiente la goleta "Istmeña" una vez que se encontraba reparada


y lista a operar, entró en actividad, compartiendo las tareas que debieron
cumplir con la "Guayaquileña", la "Gracia del Guayas" y la "Diligencia".

El día 23 del mes de junio el Secretario General del Presidente comunica


al Comandante General del Apostadero de Guayaquil, la orden de alistar a la
"Istmeña" y a la "Gracia del Guayas" para una prolongada permanencia en
el mar, disponiendo además que se encargaran del mando de las mencionadas
naves el Teniente de Navío Mateo P. Game y el Alférez de Navío Leocadio
Fernández respectivamente. La "Gracia del Guayas" debía establecer
vigilancia frente a las costas del Ecuador para evitar el contrabando "que
perjudicaba a la hacienda pública" y la "Istmeña" debía zarpar el día 27 de
junio con raciones para 45 días para efectuar un crucero hasta Panamá a fin
de tomar informaciones sobre los preparativos de una expedición militar a
las costas del Ecuador, sobre la cual se corrían rumores.

La goleta "Itsmeña" salió de Guayaquil el 3 de julio de 1831, es decir seis


días después de la fecha señalada para iniciar su navegación; llevaba una
pequeña agrupación del ejército al mando directo del Comandante Pedro Mena
quien a la vez era el Jefe Superior de la operación. En las instrucciones que
se le dieron constaba que debía iniciar sus indagaciones entrevistándose con
el General Fábrega, desembarcando con este fin con la tropa en Santiago de
Veragua y permanecer en este lugar, mientras la "Istmeña" practicaba un
reconocimiento sobre Panamá en donde se había insurreccionado el Coronel
Alzura. La misión que tenía Mena era impedir, aún combatiendo, cualquier
expedición de Panamá hacia nuestras costas, esto, lo afirma el historiador
Camilo Destruge, citando documentos; pero Pedro Fermín Cevallos dice que
fue para combatir contra Alzura. Nosotros coincidimos en este punto con
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 211

Destruge, pues fueron las circunstancias que hicieron cambiar al Coronel


Mena la misión que había recibido de su Superior. En efecto no habiendo
encontrado ningún indicio o prueba de una expedición militar contra el
Ecuador, creyó conveniente contribuir con su fuerza a destruir a las del
Coronel Alzura, tratando en lo posible, proceder de acuerdo a las instrucciones
recibidas. El Boletín de Panamá No. 7 dice al respecto: "La columna
ecuatoriana que venía a la vanguardia rompió el fuego y con algunos cortos
tiros del resto del ejército pusieron en vergonzosa fuga a Alzura y los suyos".

No justificamos la decisión del Comandante Pedro Mena de cambiar la


misión que había recibido, esto bajo una óptica puramente militar, pero no
política; pero en lo que discrepamos con el historiador Cevallos y coincidimos
con Destruge es que a dicho Jefe Militar no se lo envió a Panamá a combatir
a Alzura, sino a destruir cualquier acción militar contra las costas del Ecuador.

Pero como en el Ecuador no se tuvo noticia alguna sobre los hechos arriba
relatados y habiendo transcurrido sesenta días desde la salida de Guayaquil
de la goleta "Istmeña", el Gobierno principió a preocuparse por la suerte que
hubiera tenido la nave y la fuerza al mando del Comandante Mena; temiendo
que dicho buque hubiese pasado a poder de Alzura, ordenó el alistamiento de
la goleta de guerra "Guayaquileña" para que saliera a buscar a la "Istmeña"
el día 12 de septiembre.

El Comandante General del Departamento General León de Febres


Cordero entregó al Comandante de la "Guayaquileña" un pliego de
instrucciones muy detalladas para que sean cumplidas por el Capitán de
Fragata Hipólito Soulín:

"Instrucciones que deberá observar el Comandante de la goleta de guerra


"Guayaquileña", Capitán de Fragata Juan Hipólito Soulín.

"Justas razones de política y seguridad, obligaron al Gobierno del Ecuador


a comisionar a la goleta de guerra "Istmeña" a un reconocimiento militar
sobre Panamá, dirigido por el Comandante Pedro Mena. El buque salió de
este fondeadero el día 3 de julio, con noventa personas, entre tripulación y
guarnición, y víveres para cuarenta y cinco días. A Mena se le prevenía en sus
instrucciones que comenzara su comisión por Santiago de Veraguas,
abocándose con el señor General Fábrega que manda aquella provincia; y que
212 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

quedándose en tierra con la tropa, remitiese la goleta a cruzar en las aguas de


Panamá. Sesenta días transcurridos sin la menor noticia de este buque, por
ninguna vía, han inspirado a esta Comandancia General, fundados temores
de algún mal éxito; y por ello la resolución de que salga la goleta
"Guayaquileña" en perfecto estado de guerra a explorar el paradero de la
"Istmeña" y saber el resultado de su encargo.- Al efecto observará el
Comandante de la goleta las instrucciones siguientes:

"lo.- Luego de que esté fuera del Muerto dirigirá su derrota en una
proporcionada distancia de tierra, a tocar en el puerto de Manta para
averiguar, aunque sea sin dar fondo, si tienen alguna noticia de la "Istmeña";
cuya diligencia la debe repetir en varios puntos que no consigan riesgos y
demoras, hasta Buenaventura, que por su mayor inmediación a Panamá,
será probable adquirir allí alguna razón. Se supone que siendo este trayecto
la recalada ordinaria de las embarcaciones que remontan; y muy posible que
exista alguna de ellas, no dejara una que no reconozca y de quien no indague
el paradero de la "Istmeña".

"2o.- Si por una feliz casualidad se encontrase con ella misma, que regresara
a este puerto en buen sentido, asegurado de ello, la dejará continuar, y la
"Guayaquileña" pasará a cruzar como guardacosta, entre Manta y Santa
Elena, hasta consumir sus víveres, o hacer que la releve la propia "Istmeña".

"3o.- Si al contrario se encontrase con ella en poder ajeno, sola o en convoy


con otros buques que conduzcan tropas, tratará de rendir primero a la
"Istmeña", que por orden natural será la de más fuerza; y después entre las
dos, a los demás buques, si es que las circunstancias no traen a éstos antes a
las manos y puede apresarlos sin dejar escapar a la "Istmeña", tratando con
todo el rigor de la guerra a los que se resistan o intenten tomar la ofensiva.

"4o.- Si no avista convoy alguno ni a dicha goleta; pero si recibe noticias


ciertas de que apresada ella se trata en Panamá de alguna expedición que,
aunque de poca importancia, puede incomodarnos aquí, entonces en
consecuencia con los datos que adquiera respecto a la calidad del armamento
del tiempo de su salida y del objeto hostil con que venga, o bien regresará la
"Guayaquileña" para dar aviso a esta Comandancia General, o encargará en
algún punto de la costa, que por la posta, vengan los pliegos de su Comandante
con la noticia; o bien, si hay proporción segura por mar, la comunicará,
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 213

encargando, en todo caso, la velocidad de la marcha, para que se sepa aquí


cuanto más antes. Al efecto autorizo al Comandante de la "Guayaquileña"
para que pueda emprender en cualquier gasto al hacer pasar por una u otra
vía, o por las dos, las noticias a esta Comandancia General.

"5o.- No habiendo novedad alguna hasta Buenaventura, desde ese puerto


se abrirá a entrar en la gran bahía de Panamá por el O. del archipiélago de
las Perlas, para llegar a Taboga sin ser visto en ningún punto de la costa. En
esa isla parece natural que encuentre noticias de la Istmeña, sea el que fuese
el resultado de su comisión, atendiendo al largo tiempo que ha mediado.

"6o.- Si adquiere noticias de hallarse fondeada en el pozo, y protegida, por


tanto, de las baterías de la plaza, debe intentarse, con sigilo y sin perder
instantes, uno de aquellos golpes de mano con que los sabios e intrépidos
marinos, llenándose de gloria, han sacado o destruido los buques enemigos,
en iguales circunstancias. La "Istmeña" debe ser del Ecuador, o no debe existir

"7o.- Pudiera suceder que, apresada la Istmeña en Panamá y uniéndole


algunos buques extranjeros y de Payta, se estuviera habilitando alguna
expedición contra este puerto, y que los encontrase en Taboga o Perico.- En
este caso, bien informado el Comandante Soulín de la fuerza enemiga, dejo a
su discreción si ha de atacarla o retirarse, conciliando en su resolución el
honor de nuestras armas como lo importante que nos es conservar un buque
como la "Guayaquileña". Decidido por la retirada, si teme mal resultado de
un combate, debe volar a comunicarnos la noticia, recogiendo antes cuantos
detalles pueda.

"80.- Si por no haber recibido noticias de la "Istmeña", ni en el viaje ni en


Taboga, hallare por conveniente adelantarse hasta Perico, o no debe dar fondo
al tomar las noticias que necesita, o, si se viese forzado a darlo debe hacerlo
en el paraje más cómodo a poder marearse en un momento; no debe permitir
que ningún jefe ni oficial suba a bordo, prohibiendo con rigor la comunicación
de los de tierra con su tripulación y tropa; debe adelantar su prudente malicia,
hasta el extremo de desconfiar, en la primera entrevista, del mismo
Comandante Mena; porque sí en la guerra con una nación extraña, ninguna
precaución es excesiva, con mayor razón deben tenerse en las civiles, por mil
conceptos demasiados obvios.
214 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

"9o.- Si resulta de las informaciones recogidas, que la "Istmeña" pertenece


ya a las autoridades de Panamá, bien por apresamiento, bien por sublevación,
movida por los presos que llevaba o bien por una entrega, y que la han
despachado a alguna comisión, se dirigirá en su busca inmediatamente para
apresarla en donde la encuentre, deshaciéndose de su tripulación en cualquier
puerto donde, ni peligre la existencia, ni nos puedan hacer daño.

"10o.- Si llega a saber que la Istmeña, o no ha pasado de Veraguas a


Panamá, o, si pasó ya, ha vuelto a aquel destino, sin la menor dilación se
dirigirá a la isla Gobernadora y pasará un bote a la ranchería que tiene al
doblar la punta N. E., en donde le darán las noticias que necesite, dando
fondo, entretanto, la "Guayaquileña", entre esta isla y la de Cébaco pues ambas
son muy limpias y hondables. Si encuentra a la "Istmeña" y está libre, por su
relación sabrá el éxito de su empresa, y si debe permanecer algún tiempo más
a la orden de Mena para auxiliarle, o si se podrá restituir en su compañía. Si
es lo primero, debe regresar sola la "Guayaquileña",con toda diligencia, para
informarnos de todo lo ocurrido y si lo segundo, volverse los dos juntos, trayendo
cuantos documentos oficiales sea posible, para informar con ellos al Supremo
Gobierno. Para este caso debe tener presente el Comandante Soulín, lo que
previne al Comandante Mena en el oficio adjunto, con lo cual cumplirá si este
faltara.

"11o.- En caso de tomar transportes, de tropas, conservará solamente a los


soldados cazos, para traerlos a este puerto, y a los oficiales y clases los
desembarcará donde pueda ser, consultando la conservación de su existencia
y que no causen daños al Ecuador.

"12o.- Por lo dicho hasta aquí, juzgo que el Comandante Soulín, penetrado
del espíritu de la interesante comisión que pongo a su cuidado, reducida a
buscar la "Istmeña", auxiliarla y protegerla en cuanto necesite, si está libre;
apresarla o echarla a pique si se halla capturada por la fuerza o por la intriga;
no perder ocasión de comunicarnos cuanto le vaya ocurriendo; y, a su retirada,
traer una relación menuda del estado político y militar del "Istmo" y de la
costa del Norte.

Un buque bien equipado, ochenta hombres, víveres para dos meses y un


Comandante de la pericia, de la prudencia y del valor del Comandante Soulín,
dan a esta Comandancia General, la más segura garantía del éxito más feliz
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 215

en la empresa que se le confía. Así le expondré al Ejecutivo del Estado al


darle parte de ella, recordándole el acierto con que este Jefe desempeñó cuanto
el Gobierno puso a su cuidado.- Guayaquil, septiembre 11 de 1831.- León de
Febres Cordero.

Siguiendo las instrucciones, estaba la goleta "Guayaquileña" en la bahía


de Manta el 26 de septiembre, día en el que arribó a este puerto la goleta
peruana "Carmen" procedente de Panamá, con 28 días de navegación al mando
de su Capitán Bernardo Mesa, quien informó al Capitán Soulín que en el
meridiano de Morro de Puercos había encontrado a la goleta "Istmeña", en
compañía de un bergantín inglés y de una goleta nacional.

En esa misma fecha el Comandante de la "Guayaquileña" informó a las


autoridades militares de Guayaquil, lo siguiente:

"Al ancla en el fondeadero de Manta a 26 de septiembre de 1831.- Al


Benemérito señor General, Comandante General del Departamento.- Señor:
Esta mañana fondeó en esta bahía la goleta peruana nombrada "Carmen",
procedente de Panamá con 28 días de navegación, su Capitán Bernardo Mesa
y nos dio las noticias siguientes: Que por el Meridiano de Morro de Puercos,
encontró la goleta de guerra "Istmeña", que convoyaba un bergantín inglés y
una goleta nacional, que ella había apresado; en vista de estos datos positivos
y de las instrucciones que tengo de V. S. mañana daré la vela de este puerto y
me dirigiré a Montijo, por ser fácil después llegar a Panamá y las
circunstancias lo exigieren. - Según parece la expedición de la goleta "Istmeña"
no ha tenido ningún mal resultado; pero puede V S. estar seguro de que por si
o por no llegaré a estas costas con la mayor precaución. - Aprovecho la ocasión
para suscribirme de V S. este su seguro servidor y fiel subordinado.- Dios
guarde a V S. - Hipólito Soulín".

Este informe, que tiene fecha 26 de septiembre, aparentemente fue


elaborado un día antes del día en que se reunió un consejo de guerra para
resolver lo mejor en tales circunstancias determinadas por la noticia del
Capitán Mesa, lo que indica que el Comandante Soulín había decidido seguir
hacia Montijo sin esperar la opinión del citado consejo de guerra o que éste
fue convocado para respaldar la decisión del Comandante.
216 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El acta de dicho Consejo de guerra es la siguiente:

"Goleta de Guerra Guayaquileña

"En la bahía de Manta a los veinte y siete días del mes de septiembre del
año de mil ochocientos treinta y uno.- Se reunieron en junta de guerra el
cuerpo de oficiales que componen la dotación de la expresada para resolver
sobre la marcha de este bajel, para ir en busca de la goleta de guerra "Istmeña",
resolvieron marcharse inmediatamente por los motivos siguientes:

"Art. lo.- Considerando que las instrucciones del Comandante le ordenan


a marchar tan luego como tenga datos positivos del paradero de la "Istmeña";
y habiendo sabido positivamente por la goleta peruana "Carmen" que salió de
Panamá el veinte y seis de agosto, que se había encontrado con la "Istmeña"
por el meridiano de Morro de Puercos, escoltando a un bergantín inglés y una
goleta nacional que ella había apresado y que naturalmente debió, para
tripular estos bajeles, disminuir, sus fuerzas y de consiguiente ser expuesta a
cualquier desgracia.-

"Art. 2o.- Como los víveres van disminuyendo cada día y que no es posible
reponerlos en este puerto; pensaron que era mucho mejor dirigirse cuanto antes
a Montijo, pues que, si el viento era medianamente favorable, en cinco días
podía este buque estar en esas costas y si las cosas tuvieron resultados
favorables, recoger la documentación correspondiente y volver a este puerto;
que la ida y venida no podía pasar de veinte a veinte y cinco días y que tenían
víveres sobrantes para emprender esa navegación.-

"Art. 3o.- Como el Comandante de la goleta "Istmeña" no ha escrito por la


goleta peruana, sabiendo que ella venía para Guayaquil, la junta piensa que
tal vez el bergantín y la goleta habían apresado a la "Istmeña" y parecía forzoso
que la "Guayaquileña" se aproximara inmediatamente en el paraje antes dicho,
para auxiliar a la "Istmeña" o bien combatir los buques que la hubieran
apresado.- Convencidos de lo que arriba se expresa y deseando la junta probar
su celo por el Servicio y el amor al Estado lo firman.- J. Hipólito Soulín.-
Teniente de Fragata Juan M. Doyle.- Alférez de Navío Lucas Rojas.- Alférez
de Navío Diego E. Matos.- Teniente 2o. Manuel Guerrero.- Guardiamarina
Santiago Cantera.- Guardiamarina Carlos Robles".
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 217

No conocemos la fecha en la que el Comandante General del Departamento


recibió la noticia enviada por el Comandante de la "Guayaquileña"; pero el
historiador Destruge dice que el 23 de septiembre el Gobierno sabía ya, por
la vía del Cauca que la comisión del Comandante Mena había tenido un feliz
éxito, lo que le hacía suponer que la "Istmeña" estaba regresando a Guayaquil;
pero que sin embargo había ordenado que la "Guayaquileria" continuase el
viaje; a más de haber aprobado todas las medidas tomadas por el Comandante
General del Departamento General León Febres Cordero.

La orden impartida por el Gobierno para que la goleta "Guayaquileña"


continuara su crucero hasta Panamá nos parece poco práctica e inútil pues
sin conocer exactamente el lugar en donde se encontraba dicha nave, mal
podría hacer llegar la orden a su destinatario oportunamente, para confirmar
una anterior que estaba vigente.

Fue así, como la "Guayaquileña" continuó su crucero de acuerdo a las


instrucciones que tenía; y a fines del mes de octubre estuvo de regreso al
puerto de Manta, pero sin haber encontrado a la goleta "Istmeña".

En el mes de noviembre la "Guayaquileña" había regresado a Guayaquil a


reabastecerse de víveres y a reparar una vía de agua que le dificultaba la
navegación pero se esperaba que después de cuatro días estaría lista a cumplir
las órdenes que se le había dado para continuar el patrullaje hasta Panamá.

En el oficio enviado desde Quito con fecha 7 de noviembre, del Estado


Mayor General al Comandante General de Guayaquil, entre otros tópicos se
expresa:

"Hecho cargo de todo S. E. el General Presidente, me ordena decir a U.S.


que aprueba en todas sus partes las medidas que U.S. ha tomado de acuerdo
con los señores Comandante del Apostadero y Manuel Antonio Luzarraga;
pero estas no obstan para que no se pongan en ejecución las que no le comunican
en este mismo correo, referentes a la pronta salida de ese puerto del bergantín
"27 de Febrero". En una palabra quiere S. E. que jamás pierda nuestra
escuadra la vista del puerto de Panamá y la costa del Chocó".

La urgente salida del bergantín "27 de Febrero", que deseaba el General


Flores era para reemplazar a la "Guayaquileña", que como sabemos regresó
218 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

a Guayaquil por las razones que hemos explicado, en el patrullaje marítimo


que se estaba ejecutando.

El conocimiento que el Gobierno tenía sobre el éxito de la misión dada al


Comandante Mena y la confianza sobre la próxima llegada de la goleta
"Istmeña", no sería causa para suspender o disminuir las actividades de
patrullaje marítimo en aguas frente a las costas nacionales y en las
correspondientes al departamento del Istmo.

En efecto y tal como antes fue anotado, el Presidente Flores, había


expresado que la escuadra debía vigilar constantemente el puerto de Panamá
y las costas del Chocó; al respecto debemos admitir que dicha tácita orden
del Presidente Flores se inspiraba en lo expresado por el Comandante General
de Guayaquil, General León Febres Cordero quien había ordenado que todos
los buques de la Escuadra recorriesen las costas del Chochó y Panamá, pero
siendo la "Guayaquileña" el único buque disponible y habiendo regresado
por víveres y a reparar su avería no pudo ejecutarse la orden; y de esto se
derivaba las urgentes medidas que demandaba el Gobierno para poner en
servicio al bergantín "27 de Febrero" ya que la goleta "Gracia del Guayas" y
el pailebot "Diligencia" se turnaban en la vigilancia de las aguas nacionales,
en tanto que la fragata "Colombia" por las razones que ya sabemos permanecía
desarmada.

Mientras tanto la goleta "Istmeña" regresó con el Comandante Pedro Mena,


después de haber cumplido su misión, haciéndose acreedor a calurosas
felicitaciones del General Flores, quien además lo recomendó al Comandante
General para que le diera una colocación que le recompensara los servicios
prestados al Estado, "desempeñando tan bien la comisión que se le confió".

Ni el historiador Camilo Destruge, quien es el que más ha investigado


esta época de nuestra historia naval, ni los documentos que hemos consultado
en nuestra investigación nos dicen quien era el Comandante de la goleta
"Istmeña" y menos aún si éste fue felicitado por el Gobierno; pero en el año
siguiente encontramos documentos que expresan que el Comandante de dicha
nave era el Teniente de Fragata Mateo Palmer Game, por lo que suponemos
que lo era también durante la operación antes relatada y a órdenes del
Comandante Mena.
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 219

No fue el bergantín "27 de Febrero" el que salió a cruzar frente a las costas
del Chocó y Panamá, porque no estuvo listo oportunamente; y ante la urgencia
que había de efectuar esta operación fue la misma goleta "Guayaquileña"
una vez que estuvo reabastecida y reparada la avería, la que se hizo
nuevamente a la mar.

En el mes de diciembre zarpó la citada goleta del puerto de Guayaquil, al


mando de su Comandante Capitán de Fragata Hipólito Soulín; en los últimos
días de este mes estuvo ya en Taboga, cumpliendo siempre sus tareas de
vigilancia e informaciones; el 30 zarpó de este lugar para proseguir su
navegación y regresar a Guayaquil.

No pudo permanecer mucho tiempo en puerto, pues no bien había llegado


recibió nueva orden de alistarse para emprender la navegación hacia las
costas del Chocó y Panamá, en circunstancias que ya desde el 10 de enero se
había producido la insurrección del General José Hilario López Comandante
General de Popayán.

El 19 de febrero de 1832 salió de Guayaquil la histórica goleta


"Guayaquileña" para iniciar su tercera operación, consecutiva a las dos que
hemos relatado en líneas anteriores. El Comandante Soulín había recibido el
día anterior el pliego de instrucciones; el mismo que dice: "Siendo el objeto
del presente viaje sustancialmente el mismo que el del anterior de esa goleta,
deberá U. considerar como dadas ahora las instrucciones que entonces se le
dieron; y para su perfecta aplicación, haré un resumen, con las modificaciones
que juzgue más oportunas:

"lo.- Los documentos oficiales, los periódicos y estado de los negocios


públicos, convencen de que el Gobierno de Nueva Granada está resuelto a
envolvemos en una guerra injusta y desastrosa, y, en Popayán ha dado ya la
primera señal de esta agresión el señor General López, sabe nuestro Gobierno
que el del Centro trata de sostenerlo (a López), auxiliándolo con tropas
dirigidas de Panamá a Buenaventura. De aquí y del deseo de paz y de armonía
que, no obstante, dirige al Ecuador, nace la necesidad de que la "Guayaquileña"
se presente en los puntos amenazados, y el principio general con que debe
hacerlo; a saber: No tomará la iniciativa en hostilidades de ningún género,
limitándose a reconocimientos de pura observación, si no se nota aprestos de
transportes; pero impedir, a toda costa, que éstos se realicen, siguiendo al
220 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

efecto las órdenes del artículo 3o. de la citada instrucción del 30 de noviembre.

"2o.- Esto supuesto, que esté U. afuera del Muerto se dirigirá al


reconocimiento de la costa, desde Manta inclusive, sin detenerse en cada puerto
más que el tiempo preciso para tomar noticias del objeto que le lleva. En
Buenaventura y, si le parece también en algún punto anterior, debe no sólo
dejarse ver y recoger noticias exactas del estado de los negocios y de la opinión
pública, sino también introducir temores entre los revoltosos, con varias
preguntas misteriosas sobre la localidad, medios de movilidad para las tropas,
etc.- Concluida brevemente esta legal estrategia, por si contribuye a un
resultado favorable, seguirá U. a Panamá para instruirse, en la isla de Taboga,
del estado militar y político del Istmo con la posible seguridad; y dejándola en
la absoluta ignorancia de su procedencia, de sus fines y de su regreso, voltejeará
un poco tiempo sobre Perico; ya para cerciorarse por sus ojos, con
independencia de cualquier otro informe de si hay buques fondeados, ya
también para lograr la conmoción que puede causar en la ciudad la vista de
la goleta, repentinamente.

"3o.- Si sus propias observaciones y los informes tomados convencen a U.


de que en la actualidad, no hay riesgo próximo de invasión, por no haber
llegado tropas a Panamá o por otros motivos regresara U. inmediatamente a
este puerto a dar noticias del éxito de la comisión.

"4o.- Si, por el contrario, la llegada de tropas a Panamá, las disposiciones


tomadas y demás datos que U. pueda recoger, le hacen ver que se intenta
expedicionar sobre aquellas, no desamparará, por título alguno su crucero,
aun cuando temiese el consumo de los dos meses de víveres que se le han
embarcado; pues, en este caso, deberá disminuir la ración diaria en ciertos
artículos procurando proveerse de lo más indispensable en la costa;
conciliando, en lo posible, el remedio de su necesidad, con el menor gravamen
de los propietarios de los víveres, y apresurándose a remitirme, por cuantas
vías pueda, noticias circunstanciadas de todo, para tomar las medidas
convenientes.

"5o.- Este, en sustancia, es el fondo de la comisión que se confía nuevamente


al honor e integridad de U. Los pormenores que pueden ocurrir en su
desempeño, o cualquier incidencia inesperada, los resolverá con la prudencia
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 221

y tino que tiene acreditados, para lo cual le faculto completamente.- Guayaquil,


febrero 18 de 1832.- León de Febres Cordero.

La goleta "Guayaquileña" regresó a Guayaquil, puerto al cual arribó el


día 16 de abril, después de casi dos meses de permanencia en el mar. El
parte del Comandante de la nave al Comandante General del Departamento,
nos hace conocer todos los acontecimientos importantes que ocurrieron
durante el cumplimiento de su misión:.

"Estado del Ecuador- Goleta de guerra "Guayaquileña".- Abril 17 de 1832.-


Al señor General Comandante General del Departamento.

"Tengo la honra de dirigir a U.S. el resumen de mis operaciones durante la


última campaña, ciñéndome a las instrucciones privadas que U.S. me dio al
momento de marcharme. - El día 12 de marzo, llegué a Buenaventura, sin
haber avistado ningún buque sospechoso. Tan luego como llegué mandé mi
lancha armada, con un oficial, al pueblo, para hacer saber al señor Corregidor,
que, teniendo que tratar un asunto de la mayor importancia con él, se servirá
ocurrir a bordo de mi buque, para evitar las idas y venidas de los botes, que
hacen perder mucho tiempo.- El mismo día a las 6 de la tarde la lancha
regresó, trayendo al referido señor. Apenas llegó a bordo le anuncié la llegada
de un cuerpo de infantería con quinientas plazas, indicándole que, al efecto,
era preciso que aprontara las canoas necesarias para transportarlo hasta
Juntas. Me contestó que tomaría todas las providencias necesarias para no
detenerlo; y al mismo tiempo, me hizo observar que era mucho mejor que la
tropa siguiera por tierra, en razón de que los caminos son hermosísimos y las
canoas servían para las municiones, víveres, equipajes, etc. Quedamos
perfectamente de acuerdo, y a las 8 de la noche del mismo día, el Corregidor
regresó al pueblo en una canoa.- El oficial que había ido en comisión en la
lancha, me dio parte, a su llegada, de que varios sujetos habían manifestado
el deseo de hablar conmigo, dándole a entender que ellos no se atrevían a
venir a bordo por no comprometerse. Viendo que mi presencia era necesaria,
tanto, que sabía lo que tenían que comunicarme los señores antedichos, y
también para adquirir datos positivos del estado político del Valle, resolví ir a
la población. El día siguiente, a las seis de la mañana, me embarqué en mi
lancha y llegué a las ocho, apenas desembarqué fui rodeado por varios vecinos,
demostrando el mayor entusiasmo y la mayor satisfacción por la noticia que
les había dado el Corregidor. Uno de ellos me llamó aparte, y me llevó a su
222 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

casa, y me entregó un oficio para S. E. (El General Flores), mostrándome al


mismo tiempo varias cartas de Cali y del interior de Cauca, donde la opinión
pública se manifiesta en favor del Ecuador del modo más terminante. Pregunté
a este señor, por qué no había despachado el oficio para S.E. cuanto antes, ya
que la suerte del Cauca pendía de que S. E. recibiera estas comunicaciones.
Me contestó que la vida de muchos individuos peligraba, y no se atrevió a
confiarse a nadie, esperando siempre que llegaría algún buque de guerra,
para dirigirla con seguridad. Aun no había concluido en esa casa, cuando
vino otro señor y me pidió de favor le acompañara un poco, y me entregó el
pliego que tengo el gusto de enviar a U.S. diciéndome que el Coronel López lo
mandaba al Coronel Herrera (el Comandante General del Istmo), y que había
juzgado prudente entregármelo, pues a él le constaba que estas comunicaciones
encerraban datos que debían ser de mucha utilidad al Gobierno. Abrí el pliego
delante de él, y efectivamente ví que era bastante importante, y creí necesario
ponerlo en conocimiento de S. E.- El día 13 de mazo último saqué una copia,
la junté con el oficio para S. E. y la dirigí al señor Coronel Larrigán en
Izcuandé, para que se sirviera dirigirla a S. E. con la mayor velocidad. Al día
siguiente me disponía a marchar para Panamá, pero la calma me forzó a
demorarme dos días más; en este intervalo, recibí varios recados, suplicándome
no saliera tan pronto pues mi presencia era suficiente para impedir que el
Cauca fuese oprimido y también para apoyar un movimiento que no podía
demorar en hacerse. Yo le contesté lo mejor que me fue posible, y puedo asegurar
a U.S. que los dejo muy contentos.

"El 16 zarpé de Buenaventura para Panamá a donde llegué el 26 de marzo.


Me presenté al frente de Perico, me puse en facha, durante un cuarto de hora
para recorrer la bahía; y viendo que no había nada que temer, arribé para
Taboga, fondeando en dicha isla a las dos de la tarde. Inmediatamente envié
un oficial a tierra, con un oficio para los Alcaldes para que me proporcionase
una canoa con la gente necesaria, para llevar la correspondencia que dirigí al
señor Coronel Herrera con una nota y se marchó. Al otro día regresó con la
contestación.

"Durante el tiempo que estuve en Taboga, haciendo la aguada, adquirí la


seguridad de que las autoridades del Istmo no podían realizar sus planes por
el momento, porque no tenían tropas, ni buques para trasnportarlas. Por lo
que toca al estado político del Istmo, me ha sido muy fácil reconocer, en la
mayor parte de sus habitantes, el deseo de unirse a nuestro Gobierno. No
refiero el estado de miseria de este desgraciado Departamento, porque estoy
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 223

muy seguro de que U.S. tiene datos más exactos que los que pudiera dar, y
también porque creo que la miseria del Istmo está fuera de toda expresión.

Teniendo pues la convicción de que nada se podría emprender por nuestros


enemigos por esa parte, zarpé de Taboga el lo. del corriente para regresar a
este Apostadero, a donde lleglié el 16 con la mayor felicidad. Tengo el honor
de suscribirme de U.S., atento-'y obediente servidor Juan Hipólito Soulín".

En el mes de mayo la "Guayaquileña" fue requerida para ejecutar, con el


mismo propósito de vigilancia y control, otra operación. Al respecto el
Comandante General del Departamento General León de Febres Cordero al
dirigirse al Prefecto Departamental le dice, en el oficio que a continuación
copiamos, lo siguiente:

"Comandancia General del Departamento del Guayas.- Guayaquil, a 10


de mayo de 1832.- Al Sr. Prefecto Departamental.

"En circunstancias en que se han establecido preliminares de paz con el


Gobierno del Centro, aconsejan la política y la conveniencia que el Estado se
presente de una manera que pueda sacarnos ventajas. De consiguiente es de
indispensable la necesidad, no dejar descubierta la costa. Esta Comandancia
General tiene informes positivos de que se trataba de enviar una expedición
para ocupar el cantón de Rapos y la Buenaventura, y U.S. conocerá a primera
vista, que, aun en el caso de que se convenga en los tratados de que aquella
provincia pertenece al Centro, debemos conservarla para cederla con alguna
utilidad. Por lo tanto, me dirijo a U.S. para que se sirva disponer que se
cubran los presupuestos y se proporcionen los pedidos de cargo de las goletas
de guerra "Guayaquileña" e "Istmeña", principalmente de la primera que debe
dar a la vela inmediatamente.- Dios guarde a U. S.- León de Febres Cordero".

Ya en el mes de abril la goleta "Istmeña" se encontraba completamente


reparada y se hacían esfuerzos para que quedara lista para hacerse a la mar,
lo mismo se hacía para el alistamiento de la "Guayaquileña". El 26 del citado
mes, el General Antonio Martínez Pallares le dirigió al Comandante General
del Departamento de Guayaquil el oficio que copiamos a continuación:

"Estado Mayor General. - Departamento de Guerra. Cuartel General en


Quito a 26 de abril de 1832.- 22.- Al señor Comandante General del
224 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Departamento de Guayaquil.- He presentado al despacho de S. E. el


Vicepresidente encargado del Ejecutivo la nota de V. S.. fecha 13 del corriente,
número 28 y con ella las dos copias que contienen la relación de las obras que
han hecho en la carena de la goleta "Istmeña" y un acta de la Junta Económica
de Marina; e impuesto S. E. de ambos documentos se ha complacido mucho
al ver por dicha relación la presteza con que el señor General Luzarraga ha
desempeñado los encargos: del Gobierno en la reparación tan buena de aquel
buque, que ha merecido la aprobación de la Junta Económica de Marina.-
S.E. siente vivamente, que concluidas las principales obras de la expresada
goleta, no haya tenido la Prefectura de ese Departamento el dinero necesario
para pintarla y habilitarla de todo lo demás que le falta, y mucho más de que
se hubiese tratado de rebajar las raciones de la Marina en razón de haberse
retirado de sus contratos los proveedores; pero S.E. que está penetrado de los
males gravísimos que podían ocasionar esta medida, librará por el Ministerio
correspondiente la orden más eficaz para que se atienda con preferencia a
estos gastos, sin rebaja alguna en las raciones.- Tengo la honra de decirlo a
V.S. en contestación a la referida nota de V S.- Dios guarde a V S.- A.
Martínez Pallares. (*)

No hemos encontrado otros documentos que nos confirmen si las goletas


"Guayaquileña" e "Istmeña" cumplieron con las disposiciones superiores, pero
el historiador Destruge dice que esta fue la última expedición motivada por
los asuntos de Nueva Granada, en el estudio que sobre la goleta "Guayaquileña"
publicó en el Boletín de la Biblioteca Municipal de Guayaquil.- Año HL -
Octubre y noviembre de 1912 No. 31.

No estamos completamente de acuerdo con esta afirmación, pues hay


constancia que hasta finalizar el año 1832, se dieron acontecimientos de los
cuales fueron protagonistas tanto la goleta "Istmeña" como la "Gracia del
Guayas", de los que trataremos a continuación y que están relacionados con
la situación originada por el conflicto con Nueva Granada.

En el diario de navegación de la goleta de guerra "Gracia del Guayas" de


la que era Comandante el Teniente de Fragata Juan Bartlet, se anotan hechos
importantes, relacionados con la situación bélica de ese momento, ocurridos
durante el crucero que esta nave efectuó entre el 11 de agosto y el 23 de

(*) Instituto de Historia Marítima.- Archivo Histórico.- Copia del original AHBM tomo 126
folio 49.
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 225

octubre de 1832, con el objeto de vigilar y controlar las actividades marítimas


en el área contigua al litoral ecuatoriano, a fin de prevenir posibles acciones
del adversario contra los puertos y otros lugares de la costa; y también
controlar el comercio marítimo y evitar el contrabando.

En cumplimiento de esta última tarea, inspeccionó algunos buques


nacionales y extranjeros que encontró en su navegación y en los puertos a los
que arribó durante el tiempo comprendido entre el 11 de agosto, día de su
salida de Guayaquil, hasta el 8 de septiembre.

Después, los acontecimientos originados por 4a guerra, determinaron que


la "Gracia del Guayas" se involucrara en acciones violentas propias de la
situación bélica y costumbres de la época.

El 9 de septiembre estaba la goleta en la bahía de Santa Elena, cuando el


Comandante Bartlet recibió la orden de dirigirse a los puertos de Callo y
Montecristi para que se pusiera en comunicación con el Coronel Juan
Otamendi, que era el jefe militar que comandaba a la fuerza que perseguía a
los soldados sublevados del batallón Flores que aún sobrevivían después de
haber sido derrotados en combates sucesivos.

El día 10 dio fondo la "Gracia del Guayas" en el puerto de Callo, desde


donde remitió un oficio al Coronel Otamendi; y zarpó inmediatamente hacia
el puerto de Montecristi, tratando de ponerse en contacto con dicho jefe; para
lo que envió a tierra a un oficial con la consigna de informarse de la situación
militar y del lugar en donde se encontraba el mencionado coronel.

Habiendo tenido noticia que éste estaba en Bahía de Caráquez y que en


las cercanías de ese lugar se encontraban los soldados enemigos, zarpó para
ese puerto, después de haber enviado otra comunicación a Otamendi; y a las
doce del día 11 de septiembre dio fondo en la rada exterior de dicho puerto.

A las tres de la tarde por orden del Coronel Otamendi, la "Gracia del
Guayas" cambió de fondeadero, entrando en la ensenada para que no fuera
avistada por los enemigos; pero al día siguiente, recibió el Comandante Bartlet
una nueva orden para que fuera a situarse en la ensenada de San Vicente
para mayor seguridad de permanecer sin ser observada por el enemigo.
226 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El empeño de Otamendi de que los rebeldes no conocieran la llegada de la


goleta, obedecía, quizá, al propósito de que éstos no se retiraran sin presentar
combate, ante la posibilidad de que pensaran que hubiesen llegado refuerzos
a sus perseguidores.

A las 5 de la tarde del 12 de septiembre los rebeldes se encontraban a dos


leguas y media de la población; y en la noche llegó la goleta "Istmeña" e
intentó dar fondo en la ensenada de punta Bellaca; en la misma noche; ya el
enemigo estaba oculto en las proximidades, pero no hizo frente a su adversario
hasta las tres de la tarde del día 13 de septiembre, hora en la que salieron a
la playa; trabándose en feroz combate con la fuerza del Gobierno, siendo los
rebeldes casi totalmente exterminados.

La goleta "Gracia del Guayas", es decir sus oficiales y tripulantes, fueron


testigos presenciales de la acción en la cual sucumbieron casi todos los 250
rebeldes, que eran los últimos que habían sobrevivido a la persecución de la
fuerza comandada por el Coronel Otamendi.

El mismo día fueron entregados a la "Gracia del Guayas" unos tantos


prisioneros, según consta en el antes mencionado diario de navegación, pero
sin precisar el número de éstos; y el día 14 a las tres de la tarde fueron
ahorcados en el penol de la verga del trinquete "por orden del señor Coronel".

El 15 de septiembre fue fusilado a bordo del mismo buque otro prisionero,


ejecución ordenada también por Otamendi. En el informe que éste elevó a su
superior dice: "Hoy a las tres de la tarde han tocado en este punto los facciosos
compuestos de 250 hombres y apoderados de la inespugnable posición que
expreso, se volvieron a resistirme por segunda vez; pero fueron batidos por la
columna de mi mando y acuchillados en el campo de batalla setenta de ellos
y cinco mujeres que perecieron en la carga de caballería por hallarse
uniformadas y entre la tropa. Quedan en nuestro poder catorce prisioneros,
doce mujeres... Los sublevados sufrieron el castigo que la ley impone a los
traidores".

El 16 fueron desembarcados 23 prisioneros por orden de Otamendi; y el


día diez y siete, la "Gracia del Guayas" entregó a la "Istmeña" las personas y
el material que había antes recibido. Según se expresa en el documento
antes citado fueron trasbordados "19 mujeres, un muchacho y tres chiquillos,
ACTIVIDADES NAVALES DURANTE EL CONFLICTO 1831 - 1832 227

33 bayonetas, 90 cartuchos con municiones, 30 talíes, 2 cajas de guerra, 1 res


en pie y cuatro heridos".

Causa asombro la falta de homogeneidad de esta lista, en la que se mezcla


a las personas con los animales y las cosas, sin establecer siquiera un
ordenamiento lógico; pero hemos preferido transcribirlo sin alteración alguna
para destacar el ambiente y las realidades de aquella época.

Después de estos acontecimientos la goleta "Gracia del Guayas" prosiguió


su crucero, arribando a los puertos de Atacames, Esmeraldas, Bahía de
Caráquez, Montecristi, etc. de acuerdo a la misión que tenía de controlar las
actividades de los buques que arribaban a nuestra costa. Finalizó este crucero
el 23 de octubre de 1832, cuando dio fondo en el puerto de GuayaqIiil a las 7
de la noche.

La goleta de guerra "Istmeña", cuyo Comandante era el Teniente de Navío


Mateo Palmer Game, había salido de Guayaquil el 8 de septiembre para
dirigirse a los puertos de Manabí a fin de entregar al coronel Otamendi, los
oficios que llevaba para él. Con este propósito dio fondo en el puerto de Callo
el 11, desde donde envió un oficio al citado Coronel; el 12 estuvo en Manta,
sufriendo en este puerto la pérdida del anda de babor; de ahí se dirigió a
Bahía de Caráquez, en donde, al momento de dar fondo perdió, por haberse
cortado la cadena, el anda de estribor. Permaneció frente a este puerto
"capeando y voltejeando los días 14, 15, 16 y parte del 17". Siempre en
comunicación con el Coronel Otamendi.

El 17 en la tarde partió para Guayaquil con los heridos, mujeres y el


material de guerra que le había entregado el día anterior la goleta "Gracia
del Guayas"; arribó a este puerto el día 23 a las 8 de la noche y dio fondo con
un anclote que le había entregado el Capitán del bote nacional "Manabí" el
mismo día que perdió la última anda en el puerto de Bahía de Caráquez.

Poco tiempo había transcurrido desde el regreso a Guayaquil de la goleta


"Istmeña", cuando recibió la orden de dirigirse al puerto de Buenaventura
con la consigna de retirar de esta plaza los cañones que la defendían y traerlos
a Guayaquil.

En efecto zarpó de este puerto el día 4 de octubre, y habiendo arribado a


228 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Buenaventura el día 11, después de una navegación sin ningún inconveniente,


a las 2 de la tarde; en donde permaneció hasta el día 17, tiempo necesario
para que el comandante del buque agotara todos los argumentos para que la
autoridad militar de dicha plaza accediera a permitir que se sacaran los
mencionados cañones.

Con fecha 12 de octubre el Comandante de Armas y Jefe de Operaciones


de Buenaventura le comunica al Comandante de la "Istmeña", Teniente de
Navío Mateo Palmer Game lo siguiente: "En contestacion a su nota del 11 del
mismo que V S. le dirigía a embarcar a su bordo la artillería que había en
este puerto, en particular el cañón de bronce y por tanto que ni los cañones de
fierro, menos el de bronce los puede llevar, pues se necesitan para la defensa
de esta provincia, pues sus beneméritos habitantes, los han conseguido por
sus pulsos, haciendo el sacrificio de sus vidas e intereses a beneficio de la
R.D.C. y ahora con más veraz que se han unido al Estado del Ecuador, menos
pueden darlos, hasta no hallarse tranquilos con los hermanos del Centro.-
Dios guarde a V S. M. Zamora".

El Comandante Game no consiguió cumplir la comisión que se le había


dado pero a su regreso a Guayaquil, el día 19 de octubre la situación había
cambiado; y la orden de retirar los cañones fue anulada, aunque tardíamente,
pues recién el 22 de ese mes el Jefe del Estado Mayor General, General
Antonio Martínez Pallares le comunica al Comandante del Apostadero de
Guayaquil: "Es en mi poder la nota de V. S. de 14 del que cursa No.5 1 y en
contestación digo a V.S. que en razón de los armisticios ya no debe tener efecto
la extracción de los cuatro cañones que la goleta "Istmeña" tiene el encargo de
trasladar a Guayaquil, tomándolas de la costa de la Buenaventura; en esta
virtud espero que V.S. dará al Comandante de dicho buque la orden necesaria
para que por las razones dichas no lleve a cabo el objeto de su comisión".
CAPITULO VII

Acciones narafes
be fa guerra be ros
gibabas
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS
CHIHUAHUAS

ANTECEDENTES, ORIGEN Y CAUSAS DE LA GUERRA


a propensión del Presidente Flores a gobernar sin acatar la Constitución
vigente desde 1830 y su favoritismo por los granadinos y venezolanos,
dio lugar al descontento de los ciudadanos, especialmente de aquellos
que se sentían relegados de las principales funciones públicas.

Esta preferencia se extendía al ámbito militar, en el que los mandos


superiores eran confiados a oficiales venezolanos, en su mayoría, y algunos
de ellos sin ningún mérito para obtener los grados militares que habían
alcanzado como recompensa a servicios prestados al Presidente.

En Quito, con el propósito de hacer oposición al Gobierno de Flores, se


había fundado una sociedad nombrada "El Quiteño Libre", cuyos principales
socios eran: Los Generales José María Sáenz y Manuel Matheu; los Coroneles
Francisco Hall y Ricardo Wright; el Comandante Pablo Barrera y los señores
Roberto Ascázubi, Vicente Sanz, Pedro Moncayo, Manuel Andrade, Ignacio
Saldumbide y Juan Miguel Murgueitio.

Editaban como órgano de difusión de sus ideas, el periódico "El Quiteño


Libre" del que eran sus principales redactores el Coronel Hall y el doctor
Pedro Moncayo.

El 10 de septiembre de 1833 se inauguró el Congreso Constitucional y en


la sesión de este día el Presidente Flores presentó su Mensaje en el que
manifestaba que había completa paz en la República "a despecho de los
esfuerzos para turbarla de algunos espíritus inquietos. En el desasosiego que
éstos han causado, el Gobierno ha ofrecido a la Nación un ejemplo de tolerancia,
de amor a la libertad y de respeto a la ley". En el informe del Ministro del
232 HISTORIA MARMMA DEL ECUADOR

Interior se expresaba iguales conceptos.

Sin embargo de todo esto, en la sesión secreta del 14 del mismo mes, los
Ministros de Estado y el Jefe del Estado Mayor General solicitaron que se
invistiera al Poder Ejecutivo de facultades extraordinarias, lo que dio paso a
un debate acalorado entre una mayoría que apoyaba la solicitud y unos cuantos
diputados que se oponían a ésta.

Representante por la provincia de Pichincha salió electo el señor Vicente


Rocafuerte, que había regresado poco tiempo antes a su patria después de
algunos años de ausencia, pero el señor Rocafuerte no estuvo presente en la
sesión del 14 por encontrarse enfermo en su domicilio.

Enterado de que en la sesión del 14 se había concedido las facultades


extraordinarias al Ejecutivo, envió una comunicación presentando su renuncia
a sus funciones de legislador y reprobando la decisión del Congreso con
palabras que fueron consideradas sumamente ofensivas para los legisladores
y miembros del Gobierno, en la sesión del 16 de septiembre, en la que se
resolvió: "Que habiendo reconocido el señor Vicente Rocafuerte solemnemente
la nota que ha pasado al Congreso, ratificando su contenido expontaneamente,
se le declare destituido de la representación que le confió el Pueblo".

Con las facultades extraordinarias en su poder y habiendo el Congreso


puesto al señor Rocafuerte a órdenes del Gobierno, el Presidente Flores
dispuso el 24 de septiembre su arresto y expulsión del país. Fue hecho
prisionero y bajo la vigilancia del capitán Viver un español al servicio de
Flores, fue conducido por la vía de Naranjal hacia la frontera del Macará,
para el Perú.

Pocos días antes, el 18 de septiembre, habían partido de Quito con destino


a Guayaquil, para que en este puerto fueran embarcados y salieran
desterrados al Perú, los señores Pedro Moncayo, Roberto Ascázubi,
Comandante Muñoz, Coronel Machuca, doctor Landa y otros miembros de la
Sociedad "El Quiteño Libre" que se había disuelto ante la situación política y
sus socios pretendían pasar a Nueva Granada a continuar la oposición a
Flores; otros consiguieron escapar, entre ellos estaba el General Hall quien
en el mes siguiente fue asesinado en Quito en el transcurso de un obscuro
incidente.
VICENTE ROCAFUERTE Y RODRIGUEZ DE BEJARANO
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 235

Estos prisioneros al llegar a Guayaquil fueron embarcados en la fragata


"Colombia" en espera del buque de carrera que debía conducirlos al lugar de
su exilio.

En este tiempo era comandante de esta nave el Capitán de Navío Hipólito


Soulín quien había reemplazado al Comandante Leonardo Stagg cuando éste
ascendió a General en—élte mismo año. (*)

El 12 de octubre de 1833 se sublevaron en Guayaquil, desconociendo el


régimen de Flores, el regimiento de artillería que guarnecía la plaza y la
tripulación de la fragata "Colombia", en la que se encontraban como
prisioneros los miembros de la disuelta sociedad "El Quiteño Libre". El
Comandante Pedro Mena era el Jefe de dicho regimiento, cargo que acaso lo
ejercía por recomendación del General Flores para recompensarlo por su
desempeño en la comisión que le había confiado el año anterior.

El Comandante Mena y el Coronel Andrés Subero eran los que habían


promovido la sublevación. Este último se hizo presente en la fragata
"Colombia" y tomó el mando de la nave, de tal suerte que cuando llegó a
bordo el Capitán de Navío Hipólito Soulín fue rechazado por la tripulación,
pero pudo regresar a tierra, para informar de este acontecimiento al
Comandante General del Departamento Marítimo que era el General de
Marina Juan Ignacio Pareja Mariscal.

En conocimiento de estos hechos el General Pareja acompañado del General


de la Guerra, que era el Comandante de las fuerzas militares, y del Capitán

(*) El doctor Pedro Moncayo en su obra "El Ecuador 1820-1875" dice: "Como consecuencia de
la Revolución de Urdaneta el General Juan José Flores destituyó del mando de la fragata
"Colombia" al Coronel Leonardo Stagg y nombró en su lugar a un militar francés, un
hombre sin dignidad, sin prestigio, sin dotes de ninguna especie".

No estamos de acuerdo con lo expresado por el, doctor Moncayo por las razones siguientes:
1) El Capitán de Navío (no Coronel) Leonardo Stagg ascendió a General en 1833; por lo que no
podemos creer que al mismo tiempo que era separado de sus funciones de Comandante de
la fragata "Colombia" en represalia por swintervención en los acontecimientos a bordo de
esta nave en el año 1830, fuera también ascendido a General de la República. Posible es
que al ascender a General, el Capitán de Navío Stagg tuvo que pasar a desempeñar funciones
superiores a las de Comandante de la citada nave.
2) El Capitán de Navío Hipólito Soulín fue Comandante de la "Guayaquileña" casi el mismo
tiempo que lo fue Stagg de la "Colombia"; luego, es obvio, que le correspondía asumir el
mando de la nave principal después de haber desempeñado iguales funciones en el buque
que le antecedía en importancia a la fragata.
236 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

de Navío Soulín se trasladó al cuartel de artillería en donde fueron recibidos


por Mena, quien expresó que se dejaría matar antes que permitir que se
alterara la paz. Después de visitar el cuartel y pasar revista a la tropa, el
General Pareja y sus acompañantes se retiraron creyendo que no había nada
anormal en ese lugar; pero la realidad era otra y Mena había logrado engañar
a sus superiores, mientras que intentaba apresarlos, de modo que a
continuación de la salida del cuartel de dichas autoridades, ordenó rodear
con tropas la Casa de Gobierno, sin permitir que escapara ninguna persona
de los que estaban en su interior.

Al amanecer del día 13 toda la ciudadanía de Guayaquil conocía los sucesos


ocurridos aquella noche; y como Mena tenía reputación de abusivo e
inescrupuloso se temía acciones violentas contra la población indefensa por
parte del autoproclamado Jefe Civil y Militar.

Para contrarrestar estos posibles hechos se formó una Junta de


prominentes personas tales como Olmedo, Ycaza, Anzoátegui, Morías,
Ordeñana, Santistevan y otros; quienes procedieron a otorgarle a Mena el
grado de General y reconocerlo como Jefe Militar pero bajo la autoridad de
don Vicente Rocafuerte a quien se debía rescatar y traer a Guayaquil para
que asumiera el mando de la revolución como Jefe Supremo de la República.

En un primer momento Mena no aceptó lo propuesto pero luego


aparentemente se conformó con lo decidido por dicha Junta y envió a Naranjal
al Teniente Campos para que liberara al señor Rocafuerte de sus captores.

El 17 de octubre el destacamento de caballería al mando del Teniente


Campos rescató a Rocafuerte en las inmediaciones de Naranjal, conduciéndolo
a Guayaquil; en donde fue proclamado, el día 20 del mismo mes, Jefe Supremo
de la República en una Asamblea reunida con los mismos personajes de la
anterior y confirmando a Mena como Jefe Militar de todas las fuerzas, pero
bajo la autoridad de Rocafuerte, lo que le disgustó profundamente,
principiando de inmediato a buscar un entendimiento con Flores, ofreciéndole
entregar la ciudad de Guayaquil sin ninguna resistencia y así lo hizo como
veremos más adelante.

Rocafuerte estaba en situación muy insegura, por un lado tenía como


enemigo declarado al General Flores y en su propio lado al General Mena, a
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 237

quien lo consideraba capaz de traicionarlo.

En esta circunstancia Rocafuerte pidió protección al Presidente de Estados


Unidos de América John Quincy Adams, quien le respondió ofreciéndosela; y
en efecto ordenó que un buque del Escuadrón de Corbetas del Pacífico se
dirigiera a Guayaquil; y es así como en el mes de noviembre arribó a este
puerto la corbeta de guerra "Fairfield" cuyo Comandante era el Capitán
Lavallete.

Volviendo atrás en el tiempo, pasemos ahora a tratar sobre la forma como


reaccionó el General Flores al conocer los acontecimientos de Guayaquil del
12 de octubre. Sin perder tiempo reunió todas las tropas que pudo y se puso
en marcha adelantando al Coronel Otamendi con un regimiento de caballería.

Otamendi llegó a Sabaneta el 20 de octubre, el mismo día en que era


proclamado Rocafuerte Jefe Supremo de la República, y sabiendo que en
Babahoyo había gente de la revolución al mando del Coronel Oses, se dirigió
a este lugar, sorprendiéndolos, tomó algunos prisioneros y dispersó a los
demás. Entre los primeros estaba el joven Roberto Ascázubi a quien Otamendi
lo condenó a la última pena, pero por la intervención de varias personas fue
indultado con la aprobación de Flores; Ascázubi era uno de los que estuvieron
presos en la "Colombia", y que al producirse la sublevación en Guayaquil
quedó en libertad.

El 24 de noviembre, cuando Rocafuerte, que había sido desconocido como


Jefe Supremo de la República por los que obedecían a Mena, se encontraba
en compañía del comandante y oficiales de la corbeta americana, en casa del
Capitán de Navío Manuel Antonio Luzarraga, fue advertido que las tropas
de Otamendi se aproximaban a la ciudad por el Estero Salado, mientras que
el grueso de la fuerza contraria al mando del General Flores, escalaba el
cerro Santa Ana y que los soldados de Mena se desbandaban abandonando
sus armas, cumpliéndose así lo ofrecido por Mena, al General Flores, de
entregar la ciudad sin resistencia.

Rocafuerte y Pedro Moncayo lograron escapar y se embarcaron en la corbeta


"Fairfield" en donde fueron muy bien recibidos por el comandante y oficiales,
pero no sin haber corrido el riesgo de ser aprendidos y solo pudieron evitar
esto por la casual y oportuna intervención del señor Clemente Ballén que
238 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

pasaba por el lugar en una canoa en el momento que intentaban llegar a


bordo del citado buque.

Al siguiente día se trasladaron a la fragata "Colombia", cuya tripulación


recibió con gran entusiasmo como Jefe Supremo de la República al señor
Vicente Rocafuerte, quien sin embargo, se encontró con la desagradable
sorpresa de que allí estaba instalado con su familia el General Pedro Mena,
quien la noche anterior se había embarcado apresuradamente, al tener
noticias de que se acercaban a Guayaquil las fuerzas del Gobierno.

El General Flores pidió al Comandante Lavallete que le entregara al señor


Rocafuerte y a sus acompañantes que se habían asilado en la corbeta
norteamericana, pero éstos ya se habían trasbordado a la fragata "Colombia";
y así le informó Lavallete a Flores, pero no sin advertirle que en el caso de
haber estado estas personas a bordo de su buque, tampoco accedería a tal
pedido, porque así lo exigía el Derecho Internacional Marítimo; y que él
cumpliría siempre con su deber como oficial naval de los Estados Unidos de
Norteamérica.

ROCAFUERTE ESTABLECE SU CUARTEL GENERALA BORDO DE


LA "COLOMBIA" Y SE DIRIGE A PUNÁ.

En estas circunstancias Rocafuerte decidió retirarse con la fragata y otras


naves, a la isla Puná, en donde podía establecer la sede de su Gobierno, fuera
del alcance de las fuerzas del General Flores, así como también iniciar el
bloqueo del puerto de Guayaquil a fin de crearle a éste graves dificultades,
tanto en el orden económico como en lo político. El 26 de noviembre, la fragata
"Colombia" con varias goletas y embarcaciones menores, salieron de Guayaquil
con destino a Puná, estableciéndose de hecho desde ese momento, el bloqueo
del puerto; poco tiempo después se hizo presente en dicho lugar la goleta
"Guayaquileña" con el General Tomas Carlos Wright, para unirse a la causa
de Rocafuerte, quien así tenía a su lado las dos principales naves de guerra
de aquella época.

Flores a su vez declaró que los que se encontraban a bordo de la fragata


"Colombia" eran considerados piratas por haberse apoderado de una nave
que era propiedad del Estado y a quienes los llamó "Chihuahuas" en alusión
al señor Rocafuerte que había servido a la República Mejicana, residiendo en
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 239

su territorio por algún tiempo. Es por esto que se conoce a este episodio de
nuestra historia como "la Guerra de los Chihuahuas".

Acaso pretendía el General Flores que, con esta declaración, buques de


otras naciones intervinieran para arrebatarle a su enemigo el concurso de
esta nave, a la que no podía combatir con los escasos medios navales que
tenía.

Organizado el Gobierno revolucionario en la isla Puná y establecido el


control sobre los buques que entraban al puerto de Guayaquil, los que debían,
en estas circunstancias, pagar los derechos aduaneros en dicha isla, antes de
obtener el permiso para continuar al puerto (*); Rocafuerte creyó que era el
momento en el que él debía viajar a Lima, a fin de conseguir recursos, los que
eran necesarios para sostener la revolución; lo que sería posible dadas sus
relaciones con diversos personajes de esta ciudad. En efecto emprendió el
viaje, el 4 de enero de 1834, a bordo del bergantín norteamericano "Johnquing"
con destino al Callao.

Pocas horas después de haber zarpado este buque, arribó a Puná la goleta
"Istmeña" procedente de Paita con el Comandante Pascual María Guedes
quien tenía la consigna de tomar prisionero a Rocafuerte.

Desembarcando en forma sorpresiva inquirió sobre el lugar donde estaba


el jefe de la revolución, pero solo se le informó que acaso lo podía encontrar
en el embarcadero de Punta Española, a donde llegó luego, para saber que
Rocafuerte había emprendido viaje a bordo de la mencionada nave
norteamericana.

De Puná se dirigió la "Istmeña" al puerto del Morro, en donde debería


esperarlo el Comandante José María Urbina para hacerse cargo del prisionero.
Al abandonar las aguas de la Isla Puná, la "Istmeña" hizo algunos disparos
de cañón contra la población; y después de informar a Urbina de su inútil
desembarco, intentó Guedes llegar con la goleta a Guayaquil, rompiendo el

(*) Desde el momento que se instaló el Gobierno revolucionario en la isla Puná y la fragata
"Colombia" establecía su presencia en aguas de esta isla, existía de hecho el bloqueo del
puerto de Guayaquil pero fue sólo el 20 de diciembre de 1833 cuando Rocafuerte pasó una
circular a los gobiernos de otros países comunicándoles dicho bloqueo. El decreto de
Rocafuerte es por lo tanto posterior a la proclama de Flores declarando piratas a los que
estaban a bordo de la fragata "Colombia".
240 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

bloqueo, pero también en esto fracasó, y el buque regresó a Paita, lugar de


donde había partido.

ACCIONES NAVALES EN EL RÍO GUAYAS

Al divulgarse la noticia sobre la ausencia de Rocafuerte, se extendió la


especie de que éste había abandonado la causa, idea que era coherente con la
apatía que Mena mostraba al no tomar ninguna iniciativa en las operaciohes.

Para demostrar lo contrario y levantar la moral, muy decaída en esas


circunstancias, de los partidarios de Rocafuerte, el General Tomas Carlos
Wright le propuso a Mena ejecutar una incursión a Babahoyo con una
escuadrilla formada por el bergantín "Victoria" bajo su directo mando, la
goleta "Gracia del Guayas" a órdenes del Capitán de Fragata Archivaldo Taylor
y la fuerza sutil, para ponerse en comunicación con los que estaban a favor
de la revolución e informarles sobre la verdadera situación.

En efecto, con la autorización de Mena, se llevó a cabo la operación y el


día 9 de enero, cuando la escuadrilla pasaba frente a Guayaquil, intentó
Wright apoderarse de la goleta "Celadora" que estaba amarrada al muelle
del fuerte de la Planchada con fuertes cadenas, lo que impidió el éxito de tal
intento y por la resistencia que opusieron los efectivos de dicho fuerte, dirigidos
por el Comandante Pereira.

Siendo imposible para Wright apoderarse de la nave continuó con sus


buques hacia Babahoyo, pero no sin antes haberla echado a pique, mediante
el fuego de su artillería.

A su regreso el 10 de enero se detuvo en la noche frente a la boca de


Yaguachi, siguiendo luego a La Matanza, para desde allí acercarse a la orilla
derecha del río, navegando lentamente frente a la ciudad de Guayaquil;
entablándose un duelo de artillería entre los buques y los cañones que Flores
había emplazado en el malecón para oponerse a un posible ataque de los
buques. La escuadrilla siguió hacia el Sur para reunirse con la fragata
"Colombia" que estaba fondeada en un lugar alejado algunas millas de
Guayaquil.
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 241

GENERAL JUAN MANUEL URAGA


En enero de 1834 era el comandante de la Goleta armada "Juanita" con el grado de Teniente de Fragata.
242 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Durante el combate murió el Capitán de Fragata Taylor y del lado de las


fuerzas floreanas hubieron algunas bajas; pero a más de haber cumplido
Wright con el propósito de demostrar que la revolución estaba viva, no hubo
ningún cambio importante en la situación general del conflicto.

Las operaciones por el río eran las que con más facilidad podían ejecutarse,
porque la estación lluviosa hacía sumamente difícil el tránsito terrestre, de
tal manera que las acciones de la fuerza naval revolucionaria adquirieron un
ritmo acelerado.

Así, dos días después de los acontecimientos arriba relatados, el 12 de


enero de 1834 se produce otra acción naval en circunstancias en las que la
goleta armada "Juanita" con el Coronel Andrés Subero a bordo, luego de haber
hecho un reconocimiento sobre Sono al salir por la boca de Santay al río
Grande, así llamado entonces el Guayas, se varó a corta distancia de
Guayaquil. El General Flores ordenó inmediatamente apresarla y en el
momento 15 canoas con gente armada se dirigieron al lugar para abordarla y
apoderarse de aquella, iban al mando del Capitán de Navío Hipólito Soulín.

Al llegar las canoas a distancia de tiro de fusil fueron recibidas con nutrido
fuego de fusilería, siendo así rechazado el abordaje por los soldados que
estaban embarcados en la goleta; mientras que, en medio del combate que se
libraba, el Teniente de Fragata Juan Manuel Uraga, Comandante de la goleta,
con la tripulación, se esforzaba para poner a flote la nave, lo que logró después
de mucho trabajo, cuando la marea lo permitió.

Al quedar a flote la goleta "Juanita", Soulín comprendió que sus intentos


de apoderarse de ésta serían inútiles, por lo que decidió retirarse, después de
que había sufrido muchas pérdidas de vidas y de algunas canoas; entre los
muertos estaba el Capitán Fiallos que sucumbió al intentar abordar la nave
enemiga.

Un documento que, por su confusa redacción, no ayuda mucho a reconstruir


el desarrollo de esta acción de armas, es el parte del Coronel Subero al Jefe
de Estado Mayor, el mismo que transcribimos a continuación, porque es
documento probatorio de los hechos relatados, aunque como queda dicho no
esclarece el desarrollo táctico de la acción. Sin embargo podemos rescatar
algunas ideas que nos permiten intuir el limitado protagonismo que tuvo
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 243

Subero en este combate, por su inicial alejamiento del centro de los


acontecimientos; y la confirmación de la intrepidez del Teniente de Fragata
Juan Manuel Uraga; aunque Subero insinúa en dicho parte, que hubo falta
de iniciativa para rechazar el asalto, antes de su intervención.

A continuación copiamos textualmente el citado documento:

"El Ecuador en Colombia.- Comandancia de las Fuerzas Sutiles. - A bordo


de la goleta "Victoria" a 12 de enero de 1834.

Al señor Coronel Jefe de Estado Mayor Señor Coronel: En este momento he


puesto en fuga a los enemigos que en once esquifes capitaneados del primer
bote intentaron sorprendernos en la boca de Santay. Nuestra fuerza estaba
dividida, porque la falúa se había desviado, yo mismo me hallaba en el esquife
de la hacienda de Amador; tuve pues que acudir inmediatamente y replegarme
a la "Juanita" y quinto bote, que solos rompieron el fuego sobre el enemigo
que estaba ya a corta distancia, dirigiendo todos sus fuegos sobre la goleta.
Pero la buena dirección de nuestros fuegos llenó de terror a los satélites del
General Flores que sobrecogidos de espanto se retiraron a tierra, colocándose
fuera de tiro de fusil, donde no me fue posible perseguirlos por hallarse aún
dispersas nuestras fuerzas.- El daño que ha sufrido el enemigo es bastante
considerable, muchos muertos y heridos, pues dos canoas quedaron
enteramente sin gente. Nosotros no hemos recibido el más perjuicio. Sírvase
V.S. ponerlo en conocimiento de Su Señoría el General Comandante en Jefe
del Ejército, recomendando el valor y la serenidad de nuestros soldados y
marinos que han peleado con grandísimo entusiasmo. Dios guarde a Su
Señoría.- E Andrés Subero".

Compulsando ambas versiones, creemos que el parte del Coronel Subero


no dice toda la verdad, porque omite mencionar al Teniente de Fragata Juan
Manuel Uraga cuyo comportamiento en este combate es merecedor de elogio,
puesto que para evitar que la goleta cayera en manos del enemigo era necesario
ponerla a flote antes que mayor número de adversarios concurrieran al lugar
para continuar el ataque y abordarla. Si la goleta seguía varada, su captura
hubiera sido sólo cuestión de tiempo.

Seis días después, el 18 de enero de 1834 las fuerzas sutiles revolucionarias


protegidas por la fragata "Colombia" se presentaron frente a Guayaquil con
244 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

la intención de apoderarse del bergantín "Valeroso" y de la goleta "Atrevida",


naves del Gobierno, que estaban atracadas a la Planchada. La fuerza agresora,
compuesta de 5 goletas y 7 botes con personal armado al mando del
Comandante Agustín Franco, se movió hacia su objetivo, navegando muy
cerca de la orilla opuesta, hasta el momento que se lanzó al ataque, siendo a
su vez agredidas por las fuerzas sutiles adversarias, entablándose un combate
que duró una hora. Los revolucionarios fueron rechazados y se retiraron a la
Matanza, sin haber logrado su objetivo.

No hay datos ciertos sobre el número de muertos y heridos como


consecuencia de esta acción, pues mientras del lado del Gobierno se dice que
sólo tuvieron un muerto y trece heridos, las versiones de los revolucionarios
afirman que las bajas sufridas por ambos lados fueron muy elevadas. Creemos
que esto último es lo verdadero, si consideramos, lo violento que fue el
combate, como todos lo expresan; y no es posible imaginar que en tales
circunstancias hayan habido bajas tan insignificantes.

Antes de seguir relatando los acontecimientos de orden naval que a


continuación se dieron, pongamos nuestra atención en las dos naves del
Gobierno antes citadas: el bergantín "Atrevido" y la goleta "Valerosa", las
mismas que no habían sido parte de nuestra Marina de Guerra de los albores
de la República.

En un documento muy destruido por el tiempo, consta, en su parte más


legible, el informe al Jefe de Estado Mayor General, del origen y estado actual,
en esa época, de los dos buques citados y que dice lo siguiente: "Señor General,
Jefe de E.M. Gral.- Febrero 12 de 1834 Señor: El señor Coronel Stagg,
encargado interinamente de esta Comandancia, escribió a V S. en 14 de
diciembre último, haberse botado al agua y estaba aparejándose los dos
barquitos que unos particulares estaban construyendo y que la necesidad ha
convertido en buques de guerra con el título de bergantín goleta "Atrevida" y
goleta "Valerosa"; pero desde aquella fecha no solo se ha concluido su
habilitación, sino que han arrojado a las fuerzas sutiles enemigas muchos
balazos, que las han contenido y causado daño. Al presente se hallan en
perfecto estado de ataque y defensa, el bergantín con un cañón giratorio de a
18 de los seis que abandonaron en la línea los cobardes sediciosos en la entrada
del Presidente; y la goleta con una hermosa carronada de a... que se les cayó
al agua en la orilla en el mismo tiempo y que pusimos corriente con bastante
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 245

trabajo, por haberla dejado clavada y tener atacada una bala cubierta de
orín; teniendo además cada una de ellas la correspondiente guarnición de
Infantería".

Lo que a continuación sigue de este documento se refiere a un proyecto de


organización de una pequeña fuerza naval, compuesta de las dos naves antes
mencionadas y de tres cañoneras con un cañón giratorio cada una. Estas
cañoneras se estaban construyendo en el Astillero de Guayaquil utilizándose
algunas piezas labradas que habían sido trabajadas para la construcción de
la goleta "Diligencia"; también se refiere a "las goletas habilitadas en Paita",
se trata seguramente de la goleta "Istmeña" y alguna más de la que no
conocemos el nombre. Esta sería la fuerza naval del Gobierno, que se
enfrentaría a la revolucionaria en un combate naval decisivo, para suprimir
el bloqueo de Guayaquil. (*)

Poniendo fin a esta digresión sobre el bergantín "Valeroso" y la goleta


"Atrevida" volvemos al asunto que estábamos tratando.

Al fracasar el intento de los revolucionarios de apoderarse de las dos naves,


se retiraron a la confluencia de los ríos Daule y Babahoyo, permaneciendo
ahí hasta el día 20 de enero sin que se registraran reacciones adversarias;
pero cuando pretendieron, en este día, entrar en el Daule, para dominar el
área e impedir el abastecimiento de víveres a Guayaquil, fueron rechazados
por la flotilla de canoas del Gobierno, produciéndose el combate entre éstas y
tres botes de los revolucionarios. Al día siguiente repitieron el intento, con
los mismos resultados.

Impedidas las fuerzas del Gobierno y la población de Guayaquil de


comunicarse por vía marítima con el exterior y con el resto del país, por el
bloqueo, la vía fluvial era la única que le permitía recibir abastecimientos de
víveres, principalmente por el río Daule, de ahí la importancia que tenía
para ambas partes el control de la desembocadura de este río.

No habiendo conseguido este objetivo, las naves revolucionarias a pesar


de sus dos intentos, pasaron a la expectativa, en una actitud defensiva,

(*) Instituto de Historia Marítima.- Copia del A.H. B.M. Goberc. 0451.- Guayaquil.- Tomo
148.- 1834.- Folio 199.
246 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

variando su posición frecuentemente, ya en la Matanza, ya en la Vuelta de


Buijo, ya frente a la boca del Daule.

Informado de estos movimientos de los buques enemigos, el Presidente


Flores ordenó que la fuerza fluvial propia, es decir de canoas, se situara en la
punta del Tornero, ocultas por la vegetación; a la vez que en la isla Matanza
situaba tropa, emboscada para que ejecutaran acciones sorpresivas contra
las embarcaciones enemigas.

El plan fracasó porque éstas amanecieron frente a Buijo fuera del alcance
del enemigo; y ante las pocas probabilidades de ejecutar una sorpresa, el
General Flores ordenó al Coronel Otamendi un reconocimiento sobre las
fuerzas revolucionarias, para conocer si éstas estaban divididas. Otamendi
se vio forzado a emprender una acción contra una fuerza superior, saliendo
bien librado de la temeraria empresa, gracias a su audacia, lo que le permitió
salvar cinco embarcaciones con tropas, que habían quedado aisladas del resto
de la fuerza y al alcance de fuego de las goletas enemigas; pero no sin sufrir
algunas pérdidas: dos muertos y trece heridos. Entre los últimos se contaba
al mismo Otamendi y a los Capitanes Ayarza, Medina y Lira, este último de
gravedad. Los revolucionarios tuvieron cuatro muertos, entre ellos 2 oficiales,
y quince heridos; la mayor parte de las bajas de estos fueron ocasionadas
por el fuego de fusilería de los soldados al mando del Comandante Pío Díaz
emboscados en la isla Matanza, contra las goletas que estaban muy cerca de
tierra, a distancia de tiro de fusil.

Esta acción no alteró la situación, pues la fuerza naval revolucionaria siguió


dominando el área, bajo la protección de la fragata "Colombia" hacia la que
se replegaban las embarcaciones menores después de ejecutar sus incursiones.
Esta última acción de armas se libró el 25 de enero, con los resultados arriba
señalados.

Para eliminar la constante amenaza que significaba la presencia de la


fuerza fluvial revolucionaria en el área de la confluencia de los ríos Daule y
Babahoyo, el General Flores ordenó ejecutar un abordaje contra todas las
goletas y embarcaciones enemigas que operaban en el área arriba descrita,
sin considerar que sólo tenía para su ejecución al bergantín "Atrevido", la
goleta "Valerosa" y la flotilla de canoas, para enfrentar a una fuerza superior
de pequeñas goletas armadas, entre ellas la "Diligencia" y la "Gracia del
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 247

Guayas", lanchas cañoneras y los botes armados de la fragata "Colombia",


sin contar a esta misma que por su calado y tamaño no podía intervenir en el
área geográfica en donde se desarrollarían las acciones, pero que en caso de
retirada de las embarcaciones empeñadas en combatir, constituía el baluarte
hacia donde estas se acogían.

Al mando de la flotilla gobiernista estaba el General de Marina Juan


Ignacio Pareja Mariscal, quien, según lo expresa en su informe, de fecha 27
de enero de 1834, el Jefe del Estado Mayor del Ejército, se había ofrecido
"voluntariamente para ejecutar tan atrevida empresa". (*)

A las tres de la tarde del 26 de enero, al comenzar la creciente, la flotilla


gobiernista se dirigió hacia las goletas enemigas que maniobraban en aguas
de la desembocadura del Babahoyo. El bergantín "Atrevido" fue el primero
en romper el fuego con el cañón, lo que fue escuchado a bordo de la fragata
"Colombia" que estaba fondeada frente al fuerte de Las Cruces, lo que hizo
que se destacara inmediatamente a las cinco cañoneras, tripuladas con 128
hombres entre marineros y soldados, para atacar desde el sur a las naves
enemigas poniéndolas así entre dos fuegos.

El General Pareja ordenó que el bergantín "Valeroso" y la goleta "Atrevida"


dieran fondo cuando estuvieran a medio tiro de cañón de las goletas enemigas
y envió al ataque a la flotilla de canoas contra las cañoneras, que a su vez
intentaban capturar o destruir a las dos naves enemigas. El combate fue
violento, siendo finalmente favorable al lado gobiernista, pues cuatro canoas
lograron capturar a las tres principales cañoneras; la flotilla de canoas estaba
comandada por el Comandante Juan Antonio Fernández, quien resultó herido,
junto con 8 soldados; murieron el Capitán Fiallos y el Teniente Rodríguez.
Las bajas de los revolucionarios fueron mayores; así consta en el parte
correspondiente, que dice eran 8 los oficiales que habían sido muertos, heridos
y hechos prisioneros y 56 soldados prisioneros; en cuanto a los demás soldados
y marineros que iban en las tres lanchas cañoneras capturadas, dice dicho
parte, que todos murieron a causa de las heridas o por haberse ahogado.

Las lanchas apresadas montaban cada una un solo cañón pero de diferentes
calibres: de a 12, 8 y 4 libras respectivamente.

(*) Francisco Ignacio Salazar.- Actas de la Convención Nacional del Ecuador.- Año 1835.
248 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

A pesar de que el triunfo táctico fue para los gobiernistas, se debe señalar
que tampoco, después de este combate, la situación estratégica cambió, porque
la superioridad en fuerzas seguía del lado de los revolucionarios. Además se
observa que los objetivos que cada uno de los beligerantes se habían propuesto
no fueron obtenidos. Para los seguidores de Rocafuerte su objetivo era la
captura o destrucción de las dos naves principales del adversario, en tanto
que para los gobiernistas era la captura o destrucción de las goletas enemigas;
pero, si bien es cierto, que el combate se inició entre éstas y las del Gobierno,
al producirse el choque entre las cañoneras y la flotilla de canoas, las naves
principales no ejecutaron ninguna acción, permaneciendo únicamente como
simples espectadores, acaso inmovilizadas por el sangriento espectáculo que
a su vista se desarrollaba. Como suele suceder, en este caso también los
acontecimientos arrollaron a los planes e intenciones de ambos adversarios.

La situación logística de las fuerzas revolucionarias, reducidas al espacio


y recursos de la isla Puná, determinaba la necesidad de obtener los recursos
alimenticios indispensables en los pueblos y otros lugares cercanos de la costa,
realizando con este propósito frecuentes incursiones, las mismas que podían
ejecutar fácilmente por la movilidad de sus buques que podían operar, sin
oposición naval, en extensas áreas, explotando así la sorpresa.

Una de estas incursiones fue la que ejecutaron en los primeros días del
mes de febrero, pero en esta ocasión con resultados adversos, pues fueron
ellos los sorprendidos.

Al informar a sus superiores el Jefe de Estado Mayor del Ejército de Flores,


sobre este episodio dice lo siguiente:

"Sin embargo que en mi última comunicación anuncié a U.S. que por las
declaraciones del oficial Doyle y de dos más que abandonaron las filas de los
rebeldes, se presentaron a S. E. se sabía que los sublevados en su desesperación
pretendían dar un ataque a la plaza con todo el resto de sus fuerzas, nada
han intentado y en el día están casi en la imposibilidad de hacer el menor
movimiento por la divergencia de opiniones entre los cabecillas por el
descontento general de la tropa, por la inmensa deserción que han tenido, y en
fin por sus últimos reveses.- El 3 a las 4 de la tarde, recibió aviso S. E., el
General Presidente, por un sargento que se pasó de los sublevados, que habían
desembarcado en Punta Gorda 80 hombres con el objeto de robar el ganado
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 249

de Masa, y en el mismo instante dispuso que el Comandante Pío Díaz con 50


caballos y 100 infantes marchase a darles una sorpresa. Al Comandante Díaz
se le previno que hiciese el movimiento con la mayor rapidez y atacase a la
bayoneta porque la casa en que debían acamparse los facciosos estaba en el
mismo barranco protegida por los fuegos de la fragata y de las goletas "Gracia
del Guayas" y "Diligencia", que se habían acercado a tierra con este objeto. A
las 11 de la noche estuvo sobre ellos el Comandante Pío Díaz, y se verificó de
tal modo la sorpresa, que cuando lo sintieron estaban ya algunos de los rebeldes
en las bayonetas de nuestros infantes. Unos se tiraron al agua, otros se
dispersaron y muchos pagaron con su vida los males que han causado a este
Departamento. Aunque este movimiento se hizo con la posible precaución, no
pudo evitarse que lo sintiesen los buques, e hicieron un fuego tan vivo que
hemos tenido la desgracia de perder dos soldados muertos y 11 heridos. Con
este suceso los facciosos han sufrido muchas bajas y me cabe la honrosa
satisfacción de anunciar a U.S. que muy pronto quedará asegurada la paz
del Ecuador, con el aniquilamiento de esta desastrosa revolución y el castigo
de sus pérfidos autores.- Dios guarde a U.S.- Antonio de la Guerra".

El optimismo del General Antonio de la Guerra, sobre la imposibilidad de


realizar nuevos ataques de los revolucionarios, era eso y solamente eso, pues
25 días después, asaltaron al destacamento gobiernista en los Cerritos,
triunfando los primeros, quienes ocasionaron muchas bajas a su adversario
entre muertos y heridos, siendo 70 el número de los que murieron.

El anunciado ataque contra Guayaquil, del cual el General Flores había


tenido conocimiento por medio del Teniente de Navío Juan María Doyle, se
concretó el 4 de marzo, día en el que toda la fuerza naval revolucionaria se
presentó frente a la ciudad, iniciando el ataque con las goletas contra la batería
de La Planchada para continuar toda la fuerza bombardeando la ciudad.

La fuerza se reunió en Sono el 1 de marzo, al siguiente día se acercaron a


Punta Gorda y el día 3 fondearon frente a la batería de Las Cruces.

El día 4 a las once de la noche las goletas abrieron fuego contra La


Planchada la que respondió con intenso fuego de sus baterías, mientras que
la "Colombia" que se había movido desde su fondeadero, iniciaba el bombardeo
de la ciudad al pasar, impulsada por la corriente de vaciante, por la
aguardientería. Las baterías de Saraguro, Aguardientería y Aduanas
250 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

devolvieron el fuego, generalizándose el combate que duró más de cuatro


horas.

Durante este tiempo en el que se libraba combate entre los buques y las
baterías de tierra, otros acontecimientos se desarrollaban en las cercanías de
Las Cruces. Una fuerza de 300 hombres desembarcó en este lugar, sin
oposición enemiga, pero como lo hicieran en distintos puntos, no pudieron
reconocerse en la obscuridad, y se atacaron entre ellos mismos, lo que dio
por resultado que se ocasionaran algunas bajas, antes de que se dieran cuenta
de su error.

Renunciando a continuar con su misión, se reembarcaron, bastante


maltrechos, sin haber obtenido su objetivo; siendo por lo tanto los daños que
causó el bombardeo, las únicas consecuencias de la operación dispuesta por
el General Mena. Toda la fuerza regresó a Puná.

El General Tomás Carlos Wright, que era el Comandante de los buques


revolucionarios, no estuvo conforme con la orden del General Natalio Méndez
-quien tenía el mando superior de toda la fuerza por disposición de Mena- de
no proseguir la operación, a pesar de que Wright creía que el triunfo era aún
posible.

Disgustado por esto, el General Wright abandonó Puná y se fue para Paita,
con el convencimiento de la traición de Mena y de sus perversas intenciones.

Después de estos acontecimientos, las actividades de los buques de guerra,


en poder de los revolucionarios de Puná, fueron decreciendo, sea porque el
entusiasmo de éstos había desaparecido al no haber obtenido algún éxito en
las acciones libradas, para alcanzar el propósito de la revolución; sea porque
el plan del General Mena, tenía otros designios distintos a los objetivos
proclamados por los revolucionarios; sea porque éstos, principalmente los
oficiales empezaban a entender cuales eran las intenciones de quien tenía el
mando superior militar.

Es así como, después del fracasado desembarco en el lugar cercano a la


batería de Las Cruces, siguió un período de tiempo en el cual no se registra
ninguna actividad bélica naval entre los buques revolucionarios y los del
Gobierno; período que se extiende hasta cuando el señor Rocafuerte fue tomado
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 251

prisionero, mediante un golpe de mano, en circunstancias que había regresado


a Puná, trayendo del Perú algunos recursos para sostener la revolución; asunto
que luego pasamos a tratar, no sin antes referirnos a dos episodios que merecen
recordarse en este contexto, por ser consecuencias del bloqueo de Guayaquil
por la fuerza naval revolucionaria.

Estando el señor Rocafuerte en Lima dirigió al Cónsul de Francia en esa


ciudad un oficio, con fecha 25 de marzo, adjuntando una copia de la circular
que había pasado al cuerpo consular en Guayaquil, informándoles del
establecimiento del bloqueo de este puerto.

Sin preocuparse de contestarle por escrito, el citado Cónsul envió un


emisario para decirle que desconocía la calidad de hombre público del señor
Rocafuerte; y que la corbeta de guerra "Favorita" rompería el bloqueo cuantas
tantas veces quisiera, para lo que echaría a pique a la fragata "Colombia".

El señor Rocafuerte que no tenía la paciencia como su mayor virtud, le


endilgó inmediatamente otro oficio, en el que expresaba entre otros tópicos,
lo siguiente: "Me es duro decirlo, pero si no me equivoco, señor Cónsul, se ha
dado en este caso unos aires de importancia que no le corresponden y que
tocan en ridículo.- En cuanto a la parte del mensaje verbal relativo a que la
corbeta de guerra de S.M. cristianísima "La Favorita" echaría a pique la
fragata de guerra "Colombia" de sesenta y cuatro cañones, después lo veremos;
la suerte del combate decidirá la contienda... y si por disposición de U. la
corbeta de guerra Favorita ataca la línea del bloqueo, el valor de los libres
sabrá castigar el orgullo de sus pretensiones; siendo U. el único responsable
de las calamidades que resulten". Este comunicado tenía fecha 30 de marzo
de 1834.

Es fácil imaginar la indignación del Cónsul Barvere, éste era su apellido,


al leer el oficio arriba citado; prometió que haría todo lo posible para forzar el
bloqueo de Guayaquil; mostrándose aun más agresivo con la llegada al puerto
de Callao de la corbeta de guerra "La Mame" con el Jefe de la Escuadra
francesa estacionada en el Pacífico, señor Bonafous Murat, quien tuvo una
larga conferencia con el mencionado Cónsul, decidiendo finalmente forzar el
bloqueo de Guayaquil con los dos buques que estaban bajo su comando.

Felizmente los acontecimientos tomaron otros rumbos, debido a que


252 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Rocafuerte, acordándose que el señor Bonafous había sido su compañero en


la Academia de Nobles de Saint Germain, lo que luego fue confirmado, arregló
una cita con el Jefe naval francés, por intermedio de un comerciante de la
misma nacionalidad; produciéndose un emotivo encuentro de estos dos
personajes, finalizando así este desagradable incidente; y Rocafuerte le
extendió el permiso para que la corbeta "Favorita" pudiera entrar a Guayaquil.

Rocafuerte regresó a Puná a principios del mes de abril, una vez que había
obtenido la mayor parte de los recursos que estimaba necesarios para la
revolución; entre otras cosas había adquirido una imprenta.

La presencia en Puná de Rocafuerte, incrementó el entusiasmo, que estaba


muy decaído, de sus seguidores; pero para Mena y sus cómplices, sería motivo
para proseguir con sus protervos planes de traicionar a Rocafuerte.

En el mes de junio, un incidente de carácter internacional complicó más la


situación de Rocafuerte, cuando arribó a Puná el bergantín norteamericano
"Amos-Palmer" con su armador, el señor Alejandro Rudens quien obtuvo el
correspondiente permiso para seguir con su buque a Guayaquil, pero con la
condición de no prestar ningún auxilio al General Flores.

Faltando a su palabra Rudens vendió su buque al Presidente Flores; pero


al pasar por Puná, en su intento de proseguir su viaje, fue apresado por orden
del Jefe Supremo, quien ya estaba informado del negocio efectuado.

Para obtener su libertad Rudens, aceptó pagar cuatro mil pesos, con la
caución de unas alhajas que quedarían en poder del señor Rocafuerte; pero
podemos creer que al emprender viaje Rudens tenía la intención de recobrarlas
sin perjuicio económico para-él, porque, a los pocos días de su partida, se
presentó en Puná la corbeta de guerra norteamericana "Vicennes" con el
Comodoro Wandworth, quien de inmediato exigió la devolución de dicha
prenda, amenazando con hacer uso de la fuerza si no accedía Rocafuerte a su
pedido. Rocafuerte se negó a devolverlas, argumentando que Rudens no había
cumplido con su compromiso de no prestar auxilio al General Flores; el
Comodoro insistía en su exigencia, de tal forma que la situación se volvía
cada vez más tensa.

La mediación del Cónsul de Gran Bretaña en Guayaquil señor Walter


ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 253

Cope, que residía temporalmente en Punta Española, vino a poner término a


esta disputa.

Habiendo arribado, en esos días, a Puná la fragata británica "Challenger"


el señor Cope ofreció un agasajo al comandante y oficiales de la nave y como
invitados estuvieron el señor Rocafuerte y el Comodoro americano, quienes
se dieron mutuas explicaciones; y Rocafuerte convino en entregar las alhajas
a Rudens.

Sin embargo el ofrecimiento no llegó a concretarse, porque nuevos


acontecimientos lo impidieron.

TERMINACIÓN DE LA CAMPAÑA DE LA COSTA

El General Mena, de ingrata recordación, persistente en su intención de


entregar al General Flores, en calidad de prisionero al señor Rocafuerte, seguía
buscando la mejor oportunidad para consumar sus nefastos propósitos. Con
este fin había sacado, con varios pretextos, casi toda la fuerza de Puná; dejando
al Jefe Supremo expuesto a cualquier golpe sorpresivo de sus enemigos; la
fragata "Colombia" estaba en el fondeadero de Sono la noche que se dieron
los acontecimientos que pasamos a relatar.

Así la cosa, el Comandante Ponte con cincuenta hombres, que habían salido
de Guayaquil por el Estero Salado, desembarcaron en Puná el 18 de junio,
logrando sorprender durante la noche de este día al señor Rocafuerte,
tomándolo prisionero junto con el Coronel Ricardo Wright, el Coronel Lavayen
y el señor Rivas, Secretario del Jefe Supremo.

El día 20 llegaron los prisioneros a Guayaquil y fueron llevados a un cuartel,


en donde se les pusieron grillos y fueron amenazados con el inmediato
fusilamiento.

Pero esto no sucedió y por lo contrario los acontecimientos que luego


tuvieron lugar llevaron al señor Rocafuerte a la Jefatura Superior del
Departamento de Guayaquil por voluntad del mismo General Flores.

La sagacidad política y su innata habilidad militar de Flores son cualidades


que nadie puede negárselas; y es por esto que pronto comprendió que más le
254 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

convenía que un personaje como Rocafuerte, conocido y respetado dentro y


fuera del Ecuador, dejara de ser su enemigo político y pasara a colaborar en
su Gobierno; lo que además le daría el mérito de ser considerado muy
benevolente.

Con esta finalidad envió al doctor Bernardo Daste a entrevistarse con


Rocafuerte, para que le sugiriera que propusiese arreglos con Flores, con la
certeza que sería atendido.

No podemos saber la reacción interna del señor Rocafuerte, al escuchar al


doctor Daste, pero lo cierto es que accediendo a tal sugestión, dirigió al General
Flores el siguiente oficio:

"Excmo. Señor: Sensible a los males que deplora mi patria, y consecuente


con mis principios de sacrificarlo todo en bien y prosperidad de los pueblos,
creo de mi deber proponer los medios más adecuados para terminar la guerra
desastrosa que destruye al país y restablecer la paz bajo las bases siguientes:
la. Se reunirá extraordinariamente el Congreso para que tome las medidas
necesarias que entran en sus atribuciones, con el objeto de mediar las
calamidades públicas.- 2a.- Se concederá la más amplia y solemne amnistía
a todas las personas que se hallen en los buques de guerra que están bajo mis
órdenes y a todos los individuos que hayan tomado parte en el pronunciamiento
del 12 de octubre, sin que ahora ni en tiempo alguno pueda hacérseles por el
Gobierno ni por particulares el menor cargo.- 3a. Se les confirmarán a los
jefes y oficiales en los empleos que yo les concedí en calidad de Jefe Supremo.
Se les mandará formar los ajustamientos que hubiesen devengado para que
sean satisfechos por el Estado, según permitan las circunstancias, y quedará
al arbitrio de dichos Jefes y oficiales continuar o no en el servicio.- 4a. Si
obstinado en continuar los males que afligen al país por inobediencia a mi
autoridad o por miras de ambición personal del Jefe (Mena) de la fuerza
armada no se sometiera al Gobierno, se le declara pirata, y a todos los que
sigan bajo sus órdenes, haciéndole la guerra hasta reducirlo a su deber. Pero
todos aquellos que abandonen al Jefe inobediente gozarán de las concesiones
que abrazan los artículos 2o. y 3o.- Si estas proposiciones fuesen aceptadas,
como lo espero, el Gobierno puede contar con mi patriota cooperación a todo
cuanto tienda al grande objeto, de cimentar la paz y hacer que el Ecuador sea
feliz y dichoso bajo los auspicios de la libertad.- Guayaquil, julio 3 de 1834.-
Vicente Rocafuerte.

Excmo. Señor General Presidente del Estado del Ecuador".


ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 255

El mismo día el señor Rocafuerte recibió la siguiente comunicación:

"Estado del Ecuador.- Secretaría General de S.E. el Presidente del Estado.-


Cuartel General en Guayaquil a 3 de julio de 1834.- He tenido la honra de
dar cuenta a S. E. el Presidente de la República, de la nota que ha dirigido el
Señor Rocafuerte, como Jefe reconocido por las fuerzas que se hallan a bordo
de la fragata "Colombia" y demás buques de guerra; y después de una
consideración detenida, he recibido orden de contestarla, manifestando que
S.E. acepta las proposiciones contenidas en los cuatro artículos de la expresada
comunicación, tanto porque son conformes con los magnánimos sentimientos
de S.E. como porque no hay sacrificio que rehuse hacer por la dicha de los
pueblos que le han honrado con su confianza. El señor Rocafuerte puede por
tanto impartir las órdenes convenientes bajo la seguridad de que S. E.,
cumplirá por su parte todo cuanto está comprendido en las proposiciones ya
admitidas.- También acepta S. E. la patriótica cooperación que le ofrece el
señor Rocafuerte, con la cual se promete afianzar S.E. la paz interior de que
tanto ha menester la República para reparar las pérdidas que le han causado
la guerra y las revoluciones. Si los resultados correspondiesen a las esperanzas
del S.E. y a los buenos deseos del señor Rocafuerte, el Ecuador hallará en los
sensibles males que ha deplorado una sabia experiencia para conocer los
medios que le puedan conducir al punto a que le llaman sus prósperos destinos.-
Con muy distinguida consideración, me suscribo del señor Roca fuerte,
obediente servidor.- José Miguel Gonzáles.- Al señor Vicente Rocafuerte, Jefe
de las fuerzas que se hallan a bordo de la fragata "Colombia" y demás buques
de guerra".

Con este acuerdo se ponía término a la campaña de la costa, pero la


revolución continuaba en otros sectores de la Patria y solo finalizaría esta
situación de beligerancia interior con la batalla de Miñarica librada en enero
de 1835 en la que el General Flores fue el triunfador y en la que intervino ya
no como marino, sino como distinguido General del Ejército don Tomás Carlos
Wright, quien en ese tiempo, en el que se libró la célebre batalla, había ya
regresado de su voluntario destierro.

Pero estos son hechos que no tienen relación con la historia marítima, por
lo que volvemos a ocuparnos de los que siguieron al acuerdo entre el General
Flores y el señor Rocafuerte.
256 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Quince días después del intercambio de las antes transcritas


comunicaciones, el 19 de julio, los ayer enemigos irreconciliables y ahora
unidos por los intereses políticos suscribieron un nuevo acuerdo que tenía
carácter oficial, confirmando lo expresado en las citadas comunicaciones del
3 de julio y que eran consideradas como relativas a un acuerdo personal.

El citado acuerdo contenía los siguientes puntos:

"Los infrascritos, animados del más vivo deseo de poner término a las
calamidades que afligen al Ecuador y de restablecer la paz de un modo sólido
y permanente han convenido en los artículos siguientes.- Art. lo. Habrá paz,
unión, concordia sincera y fraternal, entre todos los ecuatorianos.- Art. 2o.-
Se reunirá un Congreso con el principal objeto de crear una Convención
Nacional que se ocupa de los grandes arreglos y reformas, que a juicio de la
Convención sean necesarios para el bien y necesidad de los pueblos.- Art. 3o.-
El señor Vicente Rocafuerte mandará el Departamento del Guayas con el
carácter de Jefe Superior.- Art. 4o.- La plaza de Guayaquil será guarnecida
con doscientos hombres de cada una de las divisiones del ejército del Ecuador.-
Art. 5o.- La caballería y el resto de infantería de las fuerzas que se hallan
actualmente en Sono y la fragata "Colombia" se acantonarán entre Taura, el
Morro, Puná y Santa Elena y las tropas que están situadas en Guayaquil se
compartirán en Daule y Samborondón, más no podrán pasar al interior del
Estado entre tanto no se haya publicado el decreto de amnistía de que habla
el artículo 12 en todos los pueblos.- Art. 6o.- La fragata "Colombia"
permanecerá en el fondeadero de Puná con la guarnición de cien hombres y
otros tantos de tripulación, bajo la garantía del señor Comodoro de los Estados
Unidos en el Pacífico, hasta que la Convención disponga de este buque.- Art.
7o.- Todas las fuerzas sutiles serán desarmadas en Guayaquil, a excepción de
dos buques que se destinarán al servicio de la Nación y armados con marineros
y jefes de cada una de las partes.- Art. 80.- Los señores jefes y oficiales serán
reconocidos en los empleos que actualmente tienen, y al efecto se les expedirá
por el Gobierno sus correspondientes despachos.- Art. 9o.- La deuda causada
por el ejército, fragata "Colombia" y fuerzas sutiles, desde el 12 de octubre del
año pasado, será reconocida como deuda pública.- Art. 10o.- El Gobierno
abonará mensualmente las medias pagas y sostendrá el ejército conforme a
ordenanza en sus acantonamientos.- Art. llo.- Los comisarios de cada una
de las partes harán los ajustamientos de los sueldos devengados.- Art. 12o.-
Se dará por el Gobierno un decreto de olvido, para que ningún individuo sea
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 257

perseguido por sus opiniones políticas, aunque las haya sostenido con las
armas en la mano. Regresarán al país todos los que han sido expulsados
desde el 14 de septiembre hasta la fecha.- Art. 13o. Todos los militares
guardarán entre si buena armonía y amistad, quedando sujetos a las penas
de ordenanza los que promovieren disgustos y deserciones por las cosas
pasadas.- En fe de lo cual los infrascritos han suscrito y firmado este convenio
hecho en Guayaquil el 19 de julio de 1834.- Firmado.- Juan José Flores.-
Vicente Rocafuerte".

La fragata "Colombia" y otros buques que estaban en Sono, pasaron al


fondeadero de Puná, tal como lo mandaba el Acuerdo en sus artículos 5o. y
6o.; quedando estos buques bajo la vigilancia y garantía del Comodoro
Wandworth.

Así mismo el personal de la fragata "Colombia" fue reducido a 200 hombres


entre tripulación y guarnición, en igualdad de proporción; los demás marinos
y soldados que estaban a bordo de esta nave debieron abandonarla, disposición
que al principio fue resistida, pero luego acatada ante la presencia y amenaza
de emplear la fuerza de los buques de Estados Unidos.

La fragata "Colombia" permaneció bajo control del Comodoro hasta el mes


de octubre, cuando el General Tomás Carlos Wright se trasladó a Puná para
recibir del jefe americano la citada nave así como los demás buques que
estaban en Puná, por orden del Jefe Supremo del Guayas don Vicente
Rocafuerte.

El Secretario General del Jefe Supremo del Departamento del Guayas con
fecha 15 de octubre puso en conocimiento del Comandante General de dicho
Departamento la orden del señor Rocafuerte por medio del oficio que a
continuación transcribimos:

"Señor General.- S. E. el Jefe Supremo se ha servido disponer que el señor


General Tomás Carlos Wright marche a la Puná a hacerse cargo de la fragata
"Colombia", que pondrá a su disposición el Comodoro de la estación de los
E.U.- Tengo la honra de comunicar a V.S. para que se digne disponer se
cumpla esta orden de S.E. librando al efecto las instrucciones convenientes al
señor General Wright.- Dios guarde a V.S. Juan Ignacio Pareja".-
258 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

El Comandante General del Departamento del Guayas, a su vez y tal como


se le había ordenado remitió al General Wright las instrucciones siguientes:

"Al señor General Carlos Wright: Guayaquil, octubre 16 de 1834.- S.E. el


Jefe Supremo ha dispuesto que V.S. pase al fondeadero de Puná para hacerse
cargo de la fragata "Colombia" que pondrá a disposición de V S. el Comodoro
de los E.U.- Luego de que V S. se haya hecho cargo del referido mando,
dispondrá que a la mayor brevedad posible venga a este fondeadero.- Para el
efecto en la marea de esta noche debe transportar la goleta de guerra
"Diligencia" algunos marineros de la corbeta de guerra "Fairfield" y veinticinco
soldados de la guarnición de esta plaza. Los referidos marineros deberán
embarcarse en la fragata "Colombia" y los soldados en el bergantín
"Ecuatoriano" para que con cinco o seis marineros de la "Diligencia" puedan
traer este bergantín a este fondeadero, y para que su actual dotación pase
también a la fragata "Coloinbia" para auxiliar las faltas de esta fragata.- Si
con la actual dotación que tiene este buque, con los treinta hombres que lleva
la "Diligencia" y la actual dotación del "Ecuatoriano" no se pudiera levar las
anclas de la fragata, empleará V S. la parte que crea conveniente de las
dotaciones del bergantín y goleta, lo que tal vez será necesario, pues las anclas
de la fragata deben estar enterradas en el fondo, porque hace mucho tiempo
que no se suspenden.- Luego que V S. haya levado las anclas en el fondeadero
de la Puná, dispondrá que el bergantín y la goleta se dirijan a este puerto sin
detenerse porque la plaza queda con poca guarnición.- V S. con este fin dará
las disposiciones que crea conveniente para el mejor cumplimiento de la
comisión que el Gobierno no duda será conseguida con el mejor éxito confiados
en la actividad y acreditado celo de V.S. en el servicio. El mando del bergantín
"Ecuatoriano" que V S. encargará al Teniente de Navío Manuel Yépez para
el mejor cumplimiento en su comisión que el Gobierno no duda será conseguido
confiado en la actividad de V. S. ".

Con el regreso de la fragata "Colombia" y el bergantín "Ecuatoriano" a


Guayaquil, se ponía fin a la intervención de los buques en la beligerancia que
asolaba al Ecuador; sin embargo como la guerra civil continuaba, aunque ya
no en la región de la costa, sino que el centro de gravedad de las operaciones
se desplazó hacia el interior del país, algunos de los jefes y oficiales navales y
aún los tripulantes, pasaron a prestar sus servicios en tierra, uniéndose al
ejército; pero esto tenía antecedentes cercanos, pues en el mes de junio el
Capitán de Navío Leonardo Stagg al mando de los soldados y marineros que
estaban en la goleta "Istmeña", desembarcó por la costa del Departamento
ACCIONES NAVALES DE LA GUERRA DE LOS CHIHUAHUAS 259

del Azuay y marchó por el camino de Santa Rosa para incorporarse al ejército
de Flores.

Para claridad de lo arriba expresado, recordemos que la goleta "Istmeña"


no pudo entrar a Guayaquil, después que estuvo en Puná, con el Comandante
Guedes en su fallido intento de apresar a Rocafuerte y desde entonces había
permanecido fuera de la base principal.

Solamente quedaron en condiciones operativas, para cumplir tareas de


vigilancia en la costa, la goleta "Guayaquileña" y el bergantín "Ecuatoriano",
comandados por los Tenientes de Navío Manuel Cotes y Leocadio Fernández,
oficiales que provenían de la oficialidad de la fragata "Colombia" en 1830
cuando esta nave arribó a Guayaquil.

Estos buques cumplieron tareas de vigilancia de la costa, especialmente


en el sector del Morro a Santa Elena.

La ausencia de los principales jefes navales de su ambiente natural: los


buques, la falta de mantenimiento de éstos por causa de las circunstancias
que vivía el país, la escasez de recursos económicos y los largos períodos que
las naves permanecían en sus fondeaderos sin recibir el carenamiento
indispensable para su conservación, a más del resentimiento que por razones
políticas dividió al personal naval, fueron las principales causas de la
prematura decadencia de la Marina de Guerra Ecuatoriana que con tan
buenos auspicios se había iniciado en el 1830; pero esto será materia de otro
capítulo y por ahora ponemos fin a éste.

LAS FUERZAS NAVALES CONTENDIENTES

Buques de la Revolución Buques del Gobierno


Fragata de Guerra "Colombia" Goleta de guerra "Istmeña"
Goleta de guerra "Guayaquileña" *Goleta "Valerosa"
Bergantín de guerra "27 de Febrero" *Bergantín "Atrevido"
Goleta de guerra "Gracia del Guayas"
Goleta de guerra "Diligencia"
*Bergantín "Ecuatoriano"
*Goleta "Juanita"
* Los bergantines "Ecuatoriano" y "Atrevido" y las goletas "Valerosa" y
"Juanita" eran naves mercantes improvisadas como buques de guerra.
CAPITULO VIII

Torítica marítima bef


'Tresibente 9Rocafuerte
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE
ROCAFUERTE

DESGUACE DE LA FRAGATA "COLOMBIA" Y DECADENCIA DE LA


MARINA DE GUERRA
uando no finalizaba la campaña de 1834, y los buques de guerra debían
ejercer la vigilancia y control del tráfico marítimo a lo largo de la costa
para evitar acciones subversivas, a pesar de que la beligerancia entre
las fuerzas de Rocafuerte y las del General Flores había terminado, pero
continuaba en el interior de la República; se repite los anteriores intentos de
los congresos de 1832 y 1833 de suprimir la Marina de Guerra.

En el mes de agosto el Comandante General del Departamento Marítimo,


General Juan Ignacio Pareja, ordenó al Capitán del Puerto de Guayaquil,
Teniente de Navío Francisco Reyna, que en unión con los peritos del Arsenal,
procediera a evaluar la goleta "Diligencia", como requisito a su venta en
subasta pública.

El Capitán del Puerto informó el 25 del mismo mes que, habiéndose


efectuado el mencionado avalúo, estimaban que el precio de la "Diligencia",
considerando el estado de su casco, arboladura, etc., era de treinta mil
quinientos pesos.

La goleta no fue vendida entonces, porque necesidades propias de la


situación de beligerancia interna lo impidieron, de tal manera que en el año
1840 era el único buque de la Marina de Guerra Ecuatoriana; los otros que
ésta había tenido en 1834 fueron desapareciendo, unos porque fueron vendidos
y los demás porque se destruyeron totalmente por falta de mantenimiento.

En el mes de noviembre de 1835, durante la Jefatura Suprema de Vicente


Rocafuerte, se trató nuevamente sobre la venta de la fragata "Colombia";
pero se hace mención sólo al cobre y otros objetos de esta nave, porque su
264 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

casco y arboladura eran solamente ruinas.

Siempre los gobiernos de épocas pasadas, trataron de justificar la absoluta


falta de atención a las necesidades de la Marina de Guerra, con razones de
orden económico; pero aún aceptando que éstas eran realidades, no es fácil
concordar con la decisión del Jefe Supremo de destinar el dinero que se
pretendía obtener de la venta del cobre de la "Colombia" para auxiliar al
señor Angel Tola, quien debía cumplir una comisión en Nueva Granada y así
"no ocasionar molestias al Tesorero". Si la situación económica del Estado
era tan mala que no permitía atender los gastos que demandaban las
reparaciones y mantenimiento de los buques de guerra; nos parece que lo
justo y conveniente era que el dinero que se obtendría de la venta del cobre
de la "Colombia" sirviera para solventar las necesidades de los otros buques,
de aquellos que estaban en mejores condiciones.

Inicialmente se designó al General Leonardo Stagg para que se encargara


de realizar los trámites legales y las acciones necesarias para efectuar dicha
venta; pero éste se negó a aceptar tal encargo, sin que se conozca sus razones.
Así las cosas, el Gobernador de Guayaquil propuso a un señor Aguirre para
que desempeñara esta comisión, pero el Jefe Supremo no estuvo de acuerdo
con lo propuesto y ordenó que el mismo Gobernador y el Comandante General
del Departamento Marítimo se encargaran del negocio, recomendándoles que
tomaran medidas adecuadas para asegurar los despojos y proceder con las
formalidades de rigor para estos casos.

En el mes de diciembre de 1836, después de un año desde cuando se


impartió la orden de desguazar la fragata "Colombia", ésta fue varada e
incendiada para destruir su inútil casco, luego que se había retirado todo el
herraje y otros objetos que habían a bordo, los que fueron vendidos al señor
Guillermo Gellibert.

Así terminó la existencia de la nave de guerra más importante que tuvo la


Marina del Ecuador desde su nacimiento hasta cuando principió la época de
la moderna Marina de Guerra Ecuatoriana, con la adquisición de la fragata
"Guayas" en el año 1947 es decir, un siglo más tarde.

En su época la fragata "Colombia" fue la nave de guerra más poderosa


entre todas las pertenecientes a las Armadas de los países Sudamericanos
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 265

del Pacífico; pero esta importancia, perfectamente demostrada por los


acontecimientos de la guerra entre la Gran Colombia y el Perú, no fue tomada
en consideración por los Gobiernos de los primeros años de la República, que
solo vieron en ella un inconveniente económico para el Estado y sin entender
el gran significado que tenía para la defensa de su soberanía y existencia.
Después durante el siglo XIX y parte del presente los sucesivos Gobiernos
siguieron la misma política mezquina para la Marina de Guerra, lo que fue
una de las causas, acaso la más importante, de la invasión y ocupación de
Guayaquil por la fuerza naval del Perú en el año 1858; y en 1941 cuando el
Ejército peruano ocupó y conquistó territorios legítimamente ecuatorianos,
nuestra Marina de Guerra era solamente algo simbólico, lo que no impidió,
sin embargo, las épicas acciones del pequeño cañonero "Calderón", y del aún
más pequeño aviso "Atahualpa".

Pero dejemos las digresiones y volvamos a ocuparnos en conocer cómo se


inició el largo período de decadencia y casi extinción de la Marina de Guerra
del Ecuador en aquellos años del pasado siglo.

En el año 1837 estaban todavía en servicio las goletas "Guayaquileña",


"Gracia del Guayas" y "Diligencia"; pero en 1840 la Marina de Guerra del
Ecuador quedó reducida a una sola: la goleta "Diligencia", cuando había
finalizado el Gobierno de don Vicente Rocafuerte y ocupaba por segunda vez
la Presidencia de la República el General Juan José Flores.

El historiador Camilo Destruge al referirse al ocaso de la histórica goleta


"Guayaquileña" dice: "Corta vida le restaba ya a la "Guayaquileña", después
de una carrera tan llena de incidentes importantes, de largas e interesantes
campañas. Hacia 1837 no podía ya salir a la mar... y luego como el viejo y
bravo militar que se retira lleno de heridas y agobiado de cansancio, para
terminar sus días tranquilamente, la histórica goleta, se estuvo allí acoderada
a las orillas del Guayas y se fue acabando poco a poco, hasta desaparecer y
solo queda de ella su glorioso recuerdo".

El bergantín "27 de Febrero" , la goleta "Istmeña", el bergantín


"Ecuatoriano", las goletas "Gracia del Guayas" y "Valerosa" y el bergantín
"Atrevido" fueron enajenados unos y otros desaparecieron por falta de
mantenimiento.
266 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

La compañía de Infantería de Marina que existía desde antes de constituida


la República, había desaparecido, al igual que los buques al finalizar la década
de los años treinta del pasado siglo.

En 1831 la compañía de Infantería de Marina que servía a bordo de la


fragata "Colombia" estaba formada con 51 hombres inclusive su Comandante
Pascual María Guedes y el Capitán de Infantería de Marina Diego Salinas.

El historiador Michael Hamerly dice que en 1832 la Infantería de Marina


tenía 102 hombres (3 oficiales y 99 infantes de marina).

Comparando las cifras arriba citadas podemos establecer que el 50% de la


Infantería de Marina permanecía embarcada en la "Colombia" y que la otra
mitad correspondía a las dotaciones de los buques más pequeños.

En el año 1833 las compañías de Infantería de Marina y de Artillería de


Marina se reunieron en un solo cuerpo con la denominación de Cuerpo de
Artillería de Marina, según lo había propuesto el Comandante General del
Departamento Marítimo, por razones económicas. Comandante de este
Cuerpo fue designado el Capitán Diego Salinas que en ese año pertenecía al
batallón No. 2 del Ejército acantonado en la provincia del Azuay.

Con esta unificación aparentemente había desaparecido la compañía de


Infantería de Marina; pero esto era más bien una cuestión de denominación,
pues las tareas que habían sido propias de ésta, fueron transferidas al Cuerpo
de Artillería de Marina; y además el reglamento que para éste se adoptó fue
el de la compañía de Infantería de Marina, porque se lo consideró el más
idóneo para la nueva organización.

Después, en los años siguientes poco o nada se menciona a la Compañía


de Infantería de Marina o a su sucesor el Cuerpo de Artillería de Marina,
silencio que tiene su explicación en la destrucción o venta de los buques,
puesto que si la misión de la Infantería de Marina, según el concepto que de
ésta se tenía en esa época, era dar seguridad interna a las naves y tomar
parte en el combate naval sea en acciones de abordaje o como sirvientes de la
artillería, es obvio, que al no existir los buques, no había razón alguna para
mantener a la Infantería de Marina, de tal suerte que la desaparición de esos
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 267

determinó el final de la existencia de la compañía o cuerpo de infantería de


marina del pasado siglo.

Si la extinción de la tradicional Compañía de Infantería de Marina fue


una consecuencia natural de la carencia de buques de guerra, no es lo mismo
cuando en el año 1837 el Presidente Rocafuerte decreta el restablecimiento
de la Escuela Náutica de Guayaquil, en circunstancias en las que ya no había
necesidad de oficiales para la Marina de Guerra por no haber ya buques en
los que ellos pudieran ejercer su profesión.

Por un lado se eliminaba todo vestigio de la histórica fuerza naval que


había combatido en El Callao y en Malpelo y que luego había servido a la
República; y por otro, se restablecía la también histórica Escuela Náutica de
donde procedían muchos de los oficiales que habían servido en los buques de
aquella fuerza. Incoherencia tal vez aparente, pues lo que creemos intentaba
el Presidente era desarrollar una Marina Mercante al servicio del comercio,
y la Escuela Náutica sería la base fundamental para tal propósito, al igual
que lo sería para la Marina de Guerra si se hubiese comprendido que ésta es
la que garantiza la actividad de aquella en tiempos de guerra.

Las actividades comerciales de don Vicente Rocafuerte y algunas de sus


trascendentales decisiones que tomó durante su vida pública, apoyan esta
hipótesis.

En su informe que presentó a la Legislatura el 15 de enero de 1837 el


Presidente Rocafuerte, en la parte relativa a la Marina consta lo siguiente:
"La marina se encuentra en bastante decadencia, y aunque el Gobierno está
muy penetrado de la importancia de su fomento no ha podido darle todo el
impulso que quisiera; el Ministro del ramo os presentará varios proyectos que
contribuirán a reanimar su débil existencia y a ponerla en estado de defender
nuestras extensas costas y prestar su protección a nuestro comercio". (*)

Transcurrido el tiempo de la Presidencia de Rocafuerte, la situación de la


Marina de Guerra no había mejorado, seguía siendo la misma como la había
descrito en su informe de 1837; y es así como lo expresa en su Mensaje a las

(*) Francisco Ignacio Salazar.- Actas del Congreso Constitucional del Ecuador.- Año 1837.-
Volumen I Actas del Senado.- Quito1892.
268 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Cámaras Legislativas de 1839. En el último párrafo del título Estado Militar


dice: "La extensión de nuestras costas, el número de nuestros puertos, la
facilidad de comunicaciones que ofrecen nuestros ríos y la variedad y riqueza
de nuestras producciones, indican que el Ecuador está llamado por la
naturaleza a ser una nación marítima y comercial; nada hemos hecho hasta
aquí para desenvolver estos fecundos elementos de prosperidad, que están
enlazados con los progresos del comercio y de la navegación. El departamento
de la marina está casi abandonado y reclama toda nuestra patriótica
consideración .

El Ministro de Marina os presentará un proyecto de ley orgánica sobre la


materia, y algunas observaciones interesantes sobre el arreglo de los puertos,
de los prácticos, de los faros y de una milicia naval".

El concepto del Presidente Rocafuerte es muy acertado en cuanto a la


importancia de los factores del potencial marítimo del Ecuador; se refiere a
la producción, puertos, navegación marítima y fluvial, etc.; pero solo se refiere
al factor militar del poder marítimo, como una milicia naval y en último
término. Esto nos deja la impresión de que no le asignaba al Poder Naval la
importancia que tiene en el contexto del Poder Marítimo, lo que tal vez sea la
explicación de la falta de apoyo a la Marina de Guerra durante su Gobierno.

Pero, es el Presidente Rocafuerte, quien ordenó el restablecimiento de la


Escuela Náutica la misma que había dejado de funcionar todo el tiempo que
duró la situación de beligerancia interna la que se había iniciado con la
sublevación del Coronel Pedro Mena en Guayaquil y finalizó con la batalla
de Miñarica en el mes de enero de 1835; pero las actividades docentes de
dicha escuela sólo se iniciaron el 1 de agosto de 1837 con veintiún alumnos y
bajo la dirección de don Manuel de la Haza.

En el mes de enero de 1838, el Gobierno al mismo tiempo que confirmaba


el nombramiento del Director de la Escuela Náutica de Guayaquil, disponía
que todos los guardiamarinas y los aspirantes que estuvieran embarcados,
asistieran a los cursos que se dictaban en dicha escuela, sin dejar el servicio
activo, para lo cual quedaban exentos de asistir a las clases, los días que
estuvieran de guardia a bordo de los buques de guerra.

En esta época la Escuela Náutica funcionaba en el edificio del Colegio San


POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 269

Luis, pero en el mes de septiembre de 1839 se trasladó al convento de San


Agustín en el cual ocupó dos de las celdas y una parte del claustro.

El señor de la Haza desempeñó la Dirección de la Escuela Náutica hasta


el año 1840 cuando lo reemplazó en dichas funciones el señor Ignacio
Mariátegui, quien era oficial de la Marina de Guerra del Perú, pero que por
razones de política interna de su país, estaba residiendo en Guayaquil. En
enero de 1846 había ya regresado a su patria y a su marina con el grado de
Capitán de Fragata, en donde se distinguió profesionalmente hasta alcanzar
el rango de Contralmirante.

En el año de 1858 era el Comandante en Jefe de la Escuadra del Perú, que


bloqueó los puertos ecuatorianos y transportó a las tropas que invadieron al
Ecuador, ocupando el puerto de Guayaquil; agresión ejecutada sin oposición,
por la inexistencia absoluta de una fuerza naval ecuatoriana.

Volviendo una vez más al tema que estamos tratando, podemos


preguntarnos: ¿el restablecimiento de la Escuela Náutica se debía a un afán
de servicio del Presidente Rocafuerte a los intereses de la Marina de Guerra
del Ecuador?.

Para el autor de este libro esto no fue así, pues si analizamos este
acontecimiento a la luz de la situación que se había conducido a la Institución
y por las declaraciones frecuentes del Presidente Rocafuerte respecto a la
importancia del comercio y la industria es probable que su intención fue
sentar las bases de una Marina Mercante necesaria para el comercio del
Ecuador con el exterior, proyecto digno de toda alabanza pero que relegó al
olvido a la Marina de Guerra, sin considerar que la seguridad de los buques
mercantes y en consecuencia del comercio marítimo depende de la existencia
de un poder naval, en situaciones de guerra.

Sin embargo, el restablecimiento de la Escuela Náutica fue una luz en


medio de la obscuridad que reinaba para comprender la importancia de una
marina de guerra, para la seguridad y defensa de la Nación.

Hacia 1837, año en el que la escuadrilla estaba constituida por las tres
goletas que hemos citado en páginas anteriores, la Comandancia General de
Marina con sede en Guayaquil, la antigua Comandancia del Apostadero,
270 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

estaba formada por el Comandante General, que en esta época era el General
de División Tomás Carlos Wright, un Teniente de Fragata, un Teniente de
Milicias y dos escribientes.

Así mismo encontramos que los sueldos de este personal según consta en
el presupuesto presentado en el mes de mayo del citado año, eran los
siguientes:

1 General de División 250 pesos


1 Teniente de Fragata 50 pesos
1 Teniente de Milicias 40 pesos
2 Escribientes a 25 c/u 50 pesos
Para gastos de oficina 6 pesos 2 reales
Suman 396 pesos 2 reales

En este año y en los posteriores algunos oficiales desempeñaban funciones


que no eran propias de una Marina de Guerra, tal es el caso, entre otros, del
Teniente de Fragata Francisco Robles, quien a cargo del primer bote de la
que había sido fragata "Colombia" se encontraba estacionado en Puná,
cumpliendo actividades para combatir el contrabando.

A este respecto, en el mes de julio del año antes citado, el Comandante


General de Marina General Tomás Carlos Wright, solicitó al Gobernador de
la Provincia, instrucciones directas al Teniente Robles para el cumplimiento
de la comisión que se le había ordenado, en consideración de que ésta no era
de incumbencia de la Comandancia General de Marina.

Esta era la decadente situación de la Marina de Guerra Ecuatoriana, en


los últimos años de la década de los treinta del siglo pasado, situación que se
prolongó por mucho tiempo, pero como esto ha sido antes repetidamente
señalado no volveré a insistir para no aburrir al amable lector; pero no sin
antes decir que todo esto sucedía apenas en menos de 10 años desde que la
organizada Marina de 1830, herencia de la época Grancolombiana, pasó a
ser patrimonio de la República del Ecuador, pero en especial la decadencia se
hizo más evidente, después de concluir la campaña de la costa de 1834.

En el año 1836 el Gobierno había dispuesto la venta del bergantín


"Ecuatoriano" pero conservaba en servicio a la goleta "Guayaquileña". Al
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 271

respecto encontramos un oficio procedente del Ministerio de Guerra y Marina


y firmado por el Capitán de Fragata Hipólito Soulín que dice: "Habiéndose
dispuesto por el Supremo Gobierno que el bergantín "Ecuatoriano" fuese
vendido según lo participo a Ud. en mi nota de esta fecha bajo el número 259,
S. E. el Presidente de la República dispone que toda la tripulación se trasborde
a la goleta "Guayaquileña" a excepción de cuatro hombres y un oficial que
deberán permanecer en el precitado bergantín para cuidarlo hasta que la
venta se efectúe y que el Capitán de Fragata graduado Juan María Doyle se
encargue interinamente del mando de la referida goleta; recomendando a
V S. que sin pérdida de tiempo la antedicha goleta con el primer bote de la
fragata "Colombia" marche al crucero que le está destinado.- Dios guarde a
V S.- Hipólito Soulín".

Esta comunicación estaba dirigida al señor General Comandante General


del Distrito del Sur por el Capitán Soulín al igual que otra respecto a la
orden de venta del bergantín "Ecuatoriano", la misma que copiamos a
continuación por considerarla importante para conocer las motivaciones que
determinaron dicha venta:

"Al señor General Comandante General del Distrito del Sur.- Quito a 7 de
septiembre de 1836.- Por el contenido de la comunicación que V S. dirigió a
este Ministerio el 31 del pasado bajo el número 144, S.E. el Presidente de la
República se informó de las medidas que V.S. tomó a cerca del bergantín
"Ecuatoriano" con el fin de poder formar el presupuesto exacto de los fondos
que se necesitan para la compostura del referido buque, empero considerando
S.E. que el precitado bajel no es aparente para buque de guerra, me ha
ordenado decir a V S. que en el acto de recibir esta comunicación, V S. ponga
al antedicho bajel en venta, fijando al efecto los carteles de costumbre, la cual
deberá verificarse en pública subasta, y en presencia de la junta económica y
gubernativa de marina, en el local que V S. designe para su reunión. También
dispone S. E. se deposite en el almacén todos los lingotes que servían de lastre
al indicado buque, así como los demás artículos de guerra que servían para
su armamento. - Lo que tengo la honra de participar a V S. para su inteligencia
y fines debidos; recomienda a V.S. que con esta fecha transcriba esta
comunicación al señor Ministro de Hacienda, con la advertencia que de la
cantidad que el dicho bergantín produzca se le satisfaga a V.S. la renta de la
acrecencia que está pendiente en virtud de la hipoteca que existe sobre el dicho
bajel a favor de V. S-. Dios guarde a V S.- Hipólito Soulín".
272 HISTORIA MARITIIvIA DEL ECUADOR

En afirmación a lo expresado en líneas anteriores sobre el verdadero


propósito del restablecimiento de la Escuela Náutica copiamos a continuación
el Artículo 4° del Decreto de apertura de dicha Escuela:

"El alumno que gane los cursos que determina el Poder Ejecutivo en su
Decreto Reglamentario, será considerado como Guardiamarina; y cuando se
lo necesite será llamado al servicio con el sueldo correspondiente. Entre tanto
puede dedicarse libremente al servicio de la Marina Mercante o a dedicarse a
cualquier otra industria".

La decadencia y casi desaparición de la Marina de Guerra Ecuatoriana al


iniciarse la década de los años cuarenta, se la atribuye generalmente y no sin
razón, a la situación de extrema pobreza del Estado, debido a la constante
beligerancia interna que asolaba a la República.

Pero siendo esto verdad, es también importante y necesario puntualizar


que tanto el General Flores, como don Vicente Rocafuerte no le dieron a la
Marina de Guerra la atención debida, a causa de su falta de visión marítima
del primero y de la ausencia de conceptos claros sobre la importancia de una
fuerza naval en la problemática bélico-marítima, del segundo.

De una carta particular de don Vicente Rocafuerte, Gobernador de


Güayaquil, del 18 de marzo de 1840, al General Flores, Presidente de la
República, transcribimos el párrafo siguiente, para apoyar lo antes expresado:

"...Por lo mismo que debemos trabajar por la conservación de la paz nos


debemos preparar a la guerra, y el mejor modo es pensar en muchas economías,
y éstas emplearlas en útiles de campaña, en bélicos preparativos que son los
mejores garantes de la tranquilidad interior y exterior del país. Los 20.000
pesos que habían de emplearse en la misión inútil, extemporánea e impolítica
del señor Valdivieso, pueden gastarse con más provecho en remontar la
caballería, lo que costará de 5 a 6.000 pesos, en proveer los parques de fusiles,
pólvora, plomo, hierro, brines, etc. etc., etc., en fin, tener todo listo para armar
4.000 hombres llegado el caso extremo de no poder evitar una guerra exterior..."

Sensatas son las ideas de Rocafuerte sobre la importancia del Poder Militar
como elemento disuasivo de una agresión externa, pero ni en esta ni en otras
oportunidades en las que se manifestó su gran capacidad de estadista,
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 273

Rocafuerte se refiere a la necesidad de una Marina de Guerra, no sólo como


elemento complementario del Ejército, sino como factor del Poder Militar.

LOS BUQUES DE LA MARINA DE GUERRAAL SERVICIO DEL


COMERCIO

En el título anterior hemos dicho que el Presidente Rocafuerte estaba muy


preocupado por impulsar el desarrollo de la Marina Mercante; así como
también de su poco interés por conservar los buques de guerra que habían en
aquella época; aserto que quedará explicado por lo que a continuación sigue:

Con fecha 3 de febrero de 1836 el Ministro del Interior y Relaciones


Exteriores, General Bernardo Daste, en comunicación dirigida al Gobernador
de Guayaquil dice lo siguiente: "Deseoso el Gobierno de fomentar por todos
los medios posibles el comercio que es la principal fuente de la riqueza nacional
y considerando que la facilidad en las comunicaciones es el más eficaz, ha
dispuesto que dos de nuestros buques de guerra pasen al servicio de paquetes
desde el puerto de Guayaquil al de Panamá, para lo cual se han destinado el
bergantín "Ecuatoriano" y la goleta "Gracia del Guayas" que deberán salir
alternativamente de ese puerto, del primero al diez de cada mes. Y dispone
además S.E. que se admitan, pasajes, caudales y mercancías para ser
transportados de un punto a otro de los dos mencionados, cuyos precios deberán
ser los corrientes, así del importe que debe corresponder al oro y plata y
mercancías, como el que corresponde a los pasajeros por el precio del piso y
comunicarlo oportunamente al Gobierno.- S. E. ha determinado igualmente y
me ordena diga a V.S. por último que trate de hacer salir el primero de marzo
próximo uno de los buques destinados a tan importante servicio y que este
aviso debe V S. hacer insertar en el Ecuatoriano del Guayas.- Dios guarde a
V S. - Bernardo Daste".

Es así, como lo había dispuesto el Presidente, estos dos buques efectuaron


varios viajes en la ruta Guayaquil-Panamá y viceversa, pero fue la goleta
"Gracia del Guayas" la que por más tiempo mantuvo este servicio, debido a
que el bergantín "Ecuatoriano" poco tiempo después de iniciadas estas
actividades mercantiles, estaba en tales condiciones que hacían necesarios
realizar urgentes reparaciones en su casco y arboladura, lo que determinó
que el Presidente Rocafuerte resolviera ponerlo en venta, asunto que ya ha
sido tratado anteriormente.
274 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Sin embargo alcanzó a realizar algunos viajes a Panamá hasta el mes de


agosto; se dispone de alguna información sobre un viaje en el mes de junio,
que hace posible que conozcamos cual fue el capitán, los puertos a los que
arribó, la carga que transportó, los dueños de ésta y los pasajeros que
embarcaron y su destino.

A continuación transcribimos el documento en el que constan dichos datos:

"Bergantín Ecuatoriano"

Lista de carga que conduce este buque desde el puerto de Guayaquil y


nombre de los dueños:

Del señor Manuel Ibañes: Seis damascenas de vino


Para Tumaco y Un barril de cremor
Buenaventura Cuarenta y cinco barriles de harina
Cuatro cajones de aceite
Un cajón de silletas
Un quintal de comino

Del señor Miguel Romano: Treinta y cuatro botijuelas de aceite


Para Tumaco y Buenaventura

De los señores Pérez: Un tercio con 400 varas de bayeta


Para Panamá Dos tercios con 10 arrobas de
yerba medicinal del país.
Dos tercios de encomiendas

Pasajeros Señor Antonio Ibañes


Para el Chocó Señor Manuel Leoro
Una criada

Guayaquil, junio 20 de 1836


J.M. DOYLE

En el mes de agosto, posiblemente realizó otro viaje, del cual no hemos


encontrado datos sobre los pasajeros y carga transportados, pero sí un
documento: la lista para pasar revista de comisario, elaborada, estando el
POLITICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 275

buque en el mar, en el arriba citado mes y firmada por su Comandante el


Capitán de Fragata J.M. Doyle y por el Comisario Jorge Moore. (*)

Este viaje fue el último que realizó el bergantín "Ecuatoriano" como buque
de la Marina de Guerra, aunque cumpliendo tareas ajenas a su condición de
tal; pues como antes quedó expresado fue el 7 de septiembre de 1835 que el
Presidente Rocafuerte ordenó en forma terminante proceder a su venta y en
situación en la que ya no tenía completa su tripulación, la que había sido
transbordada a la goleta "Guayaquileña" dejándole sólo un grupo muy pequeño
para su cuidado, por expresa disposición del Primer Mandatario. (**)

Respecto a la goleta "Gracia del Guayas" se conoce que realizó algunos


viajes entre Guayaquil y Panamá, y puertos intermedios; lo que se expresa
en forma imprecisa en varios documentos consultados pero sin encontrar
datos sobre las fechas de sus salidas y entradas de puerto, de los pasajeros y
carga transportada, etc.; pero sí conocemos quienes fueron, en este tiempo,
sus comandantes y algunos hechos relacionado con las condiciones de la nave
y las dificultades que estos tuvieron que hacer frente.

El Teniente de Navío Leocadio Fernández comandó este buque hasta el


mes de julio de 1837, mes en el que le fue concedido su retiro del servicio, de
acuerdo a su pedido, siendo reemplazado por el Capitán de Fragata graduado
Juan María Doyle.

No habiendo en este tiempo una organización logística para apoyar las


actividades operativas de los buques, se producían frecuentemente incidentes,
que sin tener trascendencia histórica de por sí, sin embargo nos ayudan a
formarnos una idea de las situaciones adversas a las que debían hacer frente
los comandantes de los buques para cumplir con sus responsabilidades.

Uno de estos casos es lo ocurrido al comandante de la goleta "Gracia del


Guayas" durante el viaje de esta nave en el mes de mayo de 1836
transportando un cargamento del sal para los puertos del Chocó.

El Teniente de Navío Leocadio Fernández que como ya sabemos era el


Comandante decidió arribar al puerto de Atacames para abastecerse de

(*) (**) A.H.B. M. copia en Instituto de Historia Marítima


276 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

víveres, los que eran necesarios para continuar el viaje. Aparentemente la


autoridad de dicho puerto resistió al pedido del Comandante, pero este ordenó
requisarlos, según lo expresado por el Corregidor de Esmeraldas en su informe
a la autoridad superior, habiendo llegado este incidente a conocimiento del
Presidente Rocafuerte, quien dispuso suspender en sus funciones al Teniente
de Navío Fernández hasta que se estableciera las razones que tuvo este para
apoderarse de los víveres, cuando sólo habían transcurrido díez días desde la
salida de Guayaquil de la citada nave.

No conocemos qué argumentó Fernández en su defensa, pero es fácil


imaginar que pudo justificar su conducta porque continuó como Comandante
de la "Gracia del Guayas" hasta el siguiente año. Sin embargo, este incidente
fue motivo para que el Presidente mandara se dieran órdenes terminantes a
los comandantes de los buques de guerra para que se limitaran a obtener
víveres en los puertos nacionales de tránsito, sólo en los casos de urgente
necesidad.

Poco tiempo después el mismo comandante, se vio envuelto en otro


incidente, la pérdida del cañón de 12 libras de la goleta "Gracia del Guayas",
en circunstancias que era desembarcado en la isla Taboga con el objeto de
varar el buque para recorrer su casco. Este cañón no pudo ser recuperado y
fue reemplazado por uno de 4 libras que había servido para armar el primer
bote de la fragata "Colombia"

Este incidente ocurrido en el mes de junio del mismo año, era consecuencia
del mal estado del casco de la citada goleta, por lo que era necesario sus
frecuentes recorridos y varadas en las oportunidades que se presentaba,
mientras permanecía en los puertos que arribaba en sus viajes como buque
mercante, actividad que contribuyó a su rápida destrucción.

Pero esta no sería la última vez que el Teniente de Navío Leocadio


Fernández protagonizara algún acontecimiento adverso como Comandante
de la goleta "Gracia del Guayas", pues en el mes de agosto del mismo año
fue separado temporalmente de su cargo, situación en la que permaneció
hasta cuando se esclareció su conducta, ante la queja presentada en su contra
por el Gobernador del Departamento del Istmo. No conocemos los motivos
de tal reclamo pero sí que Rocafuerte aprobó la medida tomada por el
Comandante General, es decir la temporal separación del Teniente
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 277

Fernández del comando del buque, para que se conservara la armonía entre
las dos Repúblicas; pero solamente hasta cuando se recibiera las justificativas
del Gobernador de Panamá.

Considerando todos estos incidentes de los que fue protagonista el Teniente


Fernández, nos permitimos pensar que así como fácilmente se involucraba
en situaciones de esta naturaleza, también era muy hábil para salir airoso
de ellas y así permaneció como comandante de la goleta citada hasta el año
1837 cuando voluntariamente dejó el servicio naval.

La política marítima del Presidente Rocafuerte no se limitó solamente a


impulsar el desarrollo de la Marina Mercante Nacional y a fomentar el
comercio marítimo, sino también a otros aspectos relacionados con esas
actividades.

Reglamentó el tránsito de los buques mercantes, estableciendo rutas


obligatorias en aguas jurisdiccionales del Ecuador con el propósito de
precautelar el contrabando y la consecuente disminución de las rentas del
Estado, mediante el siguiente Decreto:

"Vicente Rocafuerte Presidente de la República del Ecuador

Considerando:

Que conviene prevenir los delitos para evitar la necesidad de castigarlos


después de perpetrados; y que el contrabando al mismo tiempo que relaja la
moral pública, disminuye las rentas naturales con que el gobierno debe contar
para los gastos de la nación; siendo necesario dictar medidas que lo eviten y
que en su caso lo castiguen.

Decreto:

Art. lo. Las embarcaciones que salgan de las costas del Perú, o cualquier
otra parte, y se dirijan a la costa abajo, ya sea el Chocó, Panamá, Costa Rica,
etc. etc.; y tengan a su bordo mercancías susceptibles .de desembarcarse
furtivamente en las costas correspondientes al territorio, no podrán traspasar
los límites que a continuación se expresan:
278 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Art. 2o. Todas las embarcaciones de que se hace mención, Pn el artículo


anterior, dirigiéndose a los puntos indicados, no podrán internarse en el Golfo
de Guayaquil y si fuesen encontrados al Este de la isla de Santa Clara, serán
conducidos al puerto de Guayaquil para ser juzgados como contrabandistas.

Art. 3o.- Las embarcaciones indicadas deberán pasar dos millas al Oeste
de la punta de Santa Elena, y por ningún motivo podrán apartarse de este
meridiano, y si fuesen encontrados más al Este en las varias ensenadas que
forma la costa desde el punto indicado al cabo de San Lorenzo, serán
consideradas como contrabandistas y remitidas al mismo punto para ser
juzgadas.

Unico.- Es indiferente que pasen al Este o al Oeste de la isla de la Plata,


siempre que conserven la misma distancia de la costa que observarán en la
punta de Santa Elena.

Art. 4o. Les es prohibido introducirse en la vasta bahía que forma la punta
de San Mateo y el cabo Pasado, debiendo conservar siempre el mismo
meridiano que observarán en la punta de Santa Elena, salvo el caso que fuesen
destinados al puerto de Manta.

Art. 5o. Los buques no podrán ir a la bahía de Caráquez, sino para cargar
cacao y para poder verificarlo tendrán que dirigirse al puerto de Manta en
donde presentarán sus manifiestos y harán el pedimento correspondiente al
administrador de esa aduanilla, el cual les será concedido; empero si el buque
tuviera a su bordo efectos que hayan sido declarados, estos deberán
desembarcarse y depositarse en la aduana mientras se efectúa el cargamento
en la bahía, y al regreso podrán ser reembarcados.

Art. 6o.- Si los efectos que se encuentran a bordo no hubiesen sido


declarados, la embarcación y efectos serán embargados en el acto y remitidos
a Guayaquil con la sumaria correspondiente para ser juzgados como
contrabandistas.

Art. 7o. A fin de evitar toda introducción clandestina y despertar el celo


del administrador y de los guardas, los comandantes de los buques de guerra
están autorizados para registrar todos los bajeles que salen de dicho puerto, y
cuando encuentren alguno o algunos, que se dirijan a la precitada bahía,
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 279

deberán asegurarse si han obtenido la licencia; y si tienen o no efectos


susceptibles de ser introducidos.

Art. 80.- Si no hubiesen obtenido la licencia serán considerados como


contrabandistas; y si la hubieren obtenido y tuviesen a bordo efectos
susceptibles de ser introducidas, obrarán como se previene en el art. 6o.; y el
administrador de la aduana de Manta pagará una multa igual a los derechos
que hubieran producido los efectos encontrados, por primera vez; y si se
repitiese, a más de pagar la multa indicada, el administrador será destituido,
sin perjuicio de poder ser castigados todos los individuos que fuesen
delincuentes.

Art. 9o. Igual advertencia se hace del cabo Pasado al cabo San Francisco.
Si fuesen encontrados más al Este, ya sea en la ensenada de Jama, Cojimíes
u otra cualquiera, serán tratados como contrabandistas.

Art. 10o. Deberán pasar tres millas al Oeste del cabo San Francisco y
conservar este meridiano hasta llegar al paralelo del Estado limítrofe.

Art. 11o.- Todos los bajeles que vengan de remontada y no traigan efectos
que puedan desembarcarse podrían prolongar sus bordadas en todos los
puntos de costa, hasta la distancia de tierra que les parezca.

Art. 12o.- Los buques que remontasen y tuviesen a su bordo efectos que
puedan desembarcarse no podrían prolongar sus bordadas más allá de dos
millas de la costa; y si fuesen encontrados a una distancia menor, serán
considerados como contrabandistas y juzgados como tales.

Art. 13o. Los bajeles que se hallasen en el caso del precedente no podrán
arribar a ningún punto de la costa, por pretesto alguno, a menos que no sea
por avería grave o por falta de víveres; en cuyos casos deberán hacerlo constar
por medio de un proceso verbal firmado por el Capitán o patrón, y cuyo
documento quedará en poder de la autoridad del lugar para legalizar la
arribada hasta la salida del bajel.

Art. 14o. El buque cuyo capitán o patrón no llene la formalidad prescrita


en el artículo anterior, no podrá ser admitido en ninguno de los puntos de la
costa y la autoridad que lo consintiere sin las firmas indicadas, o por causa
280 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

ilegal, sufrirá el mismo castigo impuesto al administrador en el artículo 80.

Art. 15o. Los buques nacionales o extranjeros que salieran de Guayaquil


para la costa abajo están en un todo sujetos a las mismas disposiciones.

Art. 16o. En atención a que los buques balleneros tienen comunmente


necesidad de llegar a puerto, ya sea por aguada, víveres o leña, se les concede
la facultad de llegar al punto de la costa que les convenga para esos fines;
bien entendido que les es prohibido hacer toda clase de comercio clandestino,
y si fueren cogidos haciendo semejante tráfico serán tratados como
contrabandistas.

Art. 17o. Ninguna embarcación nacional o extranjera podrá ir a la punta


de Santa Elena en busca de sal, sino ha obtenido la licencia de la gobernación
de Guayaquil; y los buques que se dirijan al punto indicado teniendo a su
bordo mercaderías destinadas para otros puertos, deberán declararlas y a su
salida se apartarán de la costa hasta coger el meridiano que se especifica en
el artículo 3o.

Art. 180. Para hacer observar los artículos expresados en este reglamento,
habrá un buque de guerra con las embarcaciones menores que se juzguen
necesarias, que establecerá su crucero desde la isla Santa Clara en todo el río
de Guayaquil; y otro que perennemente cruzará desde la punta de Santa Elena
hasta la Tola.

Art. 19o. Como la extensión de la costa es mucha y un buque de guerra


puede no ser suficiente, se dará las órdenes para que los paquetes concurran
al mismo objeto tanto a la ida como a la venida

Art. 20o. El buque que estableciera su crucero en el río de Guayaquil, no


omitirá diligencia alguna para lograr el fin a que está destinado, registrando
todos los bajeles y pequeñas embarcaciones para asegurarse que no están en
contravención con este reglamento, de lo contrario obrará como lo indica el
artículo 2o.

Art. 21o. El crucero de la costa, la recorrerá sin cesar, registrando todos los
puertos, bahías, ensenadas y reconociendo todos los buques que vayan o vengan.
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 281

Art. 22o. Si encontrara algún bajel fondeado, cualquiera que sea el punto
de la costa (excepción del puerto de Manta) deberá fondearse a su lado e
inmediatamente dirigir un oficial cerca de la autoridad competente, para
averiguar si se han llenado las formalidades que expresa el artículo 13o.
para cuya constancia se presentará el documento que al efecto se haya formado.
Si estas se han llenado y el buque hubiese arribado por falta de víveres, velará
para que se lo surta lo más pronto posible y si fuere por averías deberá
auxiliarlo con todo lo que él tenga, y contribuirá a su pronta composición
para que pueda seguir su viaje.

Art. 23o. Si las formalidades no se hubiesen llenado el buque será aprendido


y remitido a Guayaquil como contrabandista, con el proceso verbal
correspondiente, el cual servirá para imponerle la pena que expresa el artículo
14o. a la autoridad que hubiera consentido al bajel.

Art. 24o. Todos los buques encontrados más al Este de los límites prescritos
serán irremisiblemente apresados, en cuyo acto el comandante del buque de
guerra tomará las marcaciones necesarias y se situará matemáticamente en
presencia del capitán o patrón apresado, cuyas marcaciones deberán constar
en el proceso verbal que al efecto se formará, el cual debe ser firmado por el
comandante y oficiales del buque de guerra y por el capitán o patrón de la
embarcación apresada; y remitido junto con el buque apresado a la
Comandancia General de Marina, a fin de que ésta ponga su informe y la
eleve al Gobierno con los demás documentos, para la verificación y condena.

Art. 25o. Cuando la Comandancia General reciba un buque apresado velará


que todo su cargamento se deposite en la aduana hasta la resolución del
Gobierno, y mandará hacer un prolijo inventario de todos los enseres del buque.

Art. 26o. Todos los buques y cargamentos decomisados, se venderán en


pública subasta, a beneficio de los apresadores; deduciéndose del producto
las costas procesales, y la cantidad que los efectos descomisados hubieran
producido al tesoro en derechos. El resto les será repartido con arreglado al
decreto del 23 de noviembre de 1826, excepto en los casos previstos en los
artículos 80. y 14o.; es decir cuando el administrador de la aduana de Manta
o las autoridades de la costa deban pagar las multas que los precitados
artículos indican a fin de cubrir los derechos que los efectos descomisados
hubieran producido.
282 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Art. 27o. El comandante del buque de guerra que esté estacionado en el río
de Guayaquil, deberá pasar semanalmente a la Comandancia General el
estracto de su diario, y el que esté en la costa cada día, a fin de que aquella
vea si se han cumplido las órdenes que se les hayan dado; y los paquetes
cuando regresen de sus viajes, entregarán sus diarios de navegación, para
que se vea si han observado las instrucciones a que debían ceñirse, en
inteligencia de que los comandantes de los buques de guerra son responsables
con sus personas y empleos de cualquiera infracción de estos artículos.

Art. 280. Este reglamento empezará a tener efecto a los quince días de su
publicación en Guayaquil, para los buques que salgan de Paita; a los treinta
para los que salgan del Callao; a los cincuenta a los que salgan de Valparaíso.
Para los procedentes de Mejico y Costa Rica a los cincuenta días; para los de
Panamá cuarenta; para los puertos del Chocó treinta días.

Art. 29o. Por el ministerio respectivo se harán las comunicaciones


convenientes a los gobiernos vecinos, para que puedan hacer saber este decreto
a sus respectivos súbditos, que trafican en los puertos del Ecuador.

Art. 30o. El Ministro Secretario de Estado en el despacho de Hacienda


queda encargado de la ejecución de este decreto que se someterá para su
aprobación en la próxima legislatura.

Dado en el Palacio de Gobierno en Quito, a 15 de abril de 1836-26o. Vicente


Rocafuerte.- Por S.E.- El Ministro Secretario de Estado en el despacho de
Hacienda.- Francisco Eugenio Tamariz".

Los buques destinados al control del contrabando fueron las goletas


"Guayaquileña" y "Diligencia", al mismo tiempo que el bergantín
"Ecuatoriano" y la goleta "Gracia del Guayas" se los empleaba como buques
mercantes. Todos ellos realizaron sus respectivas tareas hasta cuando por
la acción del tiempo y falta de mantenimiento no pudieron salir a la mar,
quedando sólo en 1840 la goleta "Diligencia".

Es así como, en el Gobierno de don Vicente Rocafuerte, se inicia la época


en la que la Marina de Guerra Ecuatoriana, pasó a constituir sólo una Marina
de servicios o aún mejor digamos en una de Guardacostas, abandonando la
preparación para el cumplimiento de su propia misión.
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 283

La destrucción de estos buques, que entonces ya eran viejos, se aceleró


más por sus largas y continuas permanencias en la mar, sin tiempo para
efectuar en puerto el mantenimiento y reparaciones necesarias.

Los cruceros de la "Guayaquileña", de la "Gracia del Guayas", cuando ésta


realizó también la vigilancia, y de la "Diligencia" se prolongaban por más de
treinta días, y cuando regresaban a Guayaquil sólo permanecían el tiempo
necesario para reabastecerse de víveres.

Como ejemplo podemos citar el crucero de la goleta "Diligencia" que


principió el 18 de octubre y finalizó el 28 de noviembre de 1836 bajo el comando
del Teniente de Navío Lucas Rojas. Luego en el mes de diciembre emprendió
otro crucero, el que duró 30 días.

Este buque fue el que permaneció por más tiempo ejerciendo la vigilancia
de las costas para controlar la actividad de los buques mercantes y evitar el
contrabando. Con anterioridad a los cruceros arriba citados, había ya
realizado otros, desde que se puso en ejecución el reglamento antes
mencionado, así es como, desde el mes de julio registró la bahía de Jaramijó
y Santa Elena entre el 15 y 23 de este mes; en el mes siguiente, el 17 estuvo
en Manta; el 25 en Santa Elena y el 12 de setiembre otra vez en Manta.
Durante todo este tiempo estuvo comandada por el Teniente de Navío Lucas
Rojas. (*)

En el mes de diciembre la "Diligencia" se preparaba para un nuevo crucero


de 30 días; para lo cual, su Comandante, el mencionado Teniente Rojas había
firmado un vale a favor del proveedor por 600 raciones de Armada de campaña,
para el consumo del buque a razón de 20 plazas diarias. La lista de los
víveres y otros artículos de dichas raciones de Armada era la siguiente: "Carne
600 libras; galletas 450 libras; manteca 150 libras 18 onzas; cacao 37 libras 8
onzas; azúcar 37 libras; aguardiente 120 botellas; leña 600 rajas".

La vigilancia en el río entre la isla Santa Clara y la de Sono, en las cercanías


de Guayaquil estuvo a cargo de la goleta "Guayaquileña", cuyos Comandantes
fueron el Teniente de Navío Lucas Rojas y luego el de igual grado Francisco
Robles, cuando el primero pasó a comandar la goleta "Diligencia". El entonces

(*) A.H.B.M. copia en el Instituto de Historia Marítima


284 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Teniente Robles alcanzaría el grado de General de Marina y sería Presidente


de la República, años después.

La "Guayaquileña" desempeñó las tareas de vigilancia y control del


contrabando, en el área que se le había asignado, hasta cuando su extremada
destrucción le impidió seguir navegando; siendo estas las últimas actividades
de esta histórica nave, la misma que había sido parte de la escuadra combinada
que sostuvo el bloqueo del Callao, la que combatió en Malpelo y que
protagonizó otras acciones recogidas por la historia.

El estrecho control que ejercieron los buques en sus respectivas áreas de


vigilancia dio muy buenos resultados, disminuyendo el contrabando que se
había efectuado casi libremente por los puertos de la costa. Hubieron casos
de capturas de buques que originaron largos litigios tales por ejemplo el de la
goleta de bandera inglesa "Rosario" y el de la goleta peruana "Catalina",
especialmente este último que duró varios meses.

El tráfico marítimo, en los primeros años de la República, fue de notable


importancia especialmente por el puerto de Guayaquil, pero también había
actividades marítimas en los puertos de Esmeraldas, Manta, Bahía de
Caráquez y Santa Elena (Salinas). En este último se embarcaba sal para los
puertos del Chocó y Panamá; en Bahía de Caráquez, tagua, el llamado marfil
vegetal tan apreciado para la industria de botones y otros objetos, hasta
cuando el mundo entró en la época de los productos sintéticos derivados del
petróleo; pero sólo los puertos de Guayaquil y Manta estaban habilitados
para la importación de productos en general.

El cuadro que sigue indica por nacionalidades el número de buques que


entraron y salieron mensualmente del puerto de Guayaquil, durante el primer
semestre de 1836 de los informes que obligatoriamente debía presentar el
Capitán del Puerto, que en este año, 1836, era el Teniente de Navío Francisco
Reyna.

MES ENTRADAS SALIDAS

ENERO Peruanos 5 Peruanos 5+1 de guerra


Norteamericano 1 Norteamericanos 2
Mejicano 1
POLÍTICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 285

Dinamarqués 1 Sardo 1
Total 8 buques Ecuatoriano 1+1 de guerra
Total 11 buques

FEBRERO Peruanos 2 Peruanos 3


Colombiano 1 Mejicano 1
Norteamericanos 1+1 de guerra Inglés 1
Chileno 1 Chilenos 2
Ingleses 2 Francés 1
Total 8 buques Granadino 1
Total 9 buques

MARZO Peruanos 5 Peruanos 4


Ecuatoriano 1 Ecuatoriano 1
Ingleses 2 Ingleses 2
Chileno 1 Alemán 1
Hamburgués 1 Norteamericano 1
Norteamericanos 2 Total 9 buques
Total 12 buques

ABRIL Peruanos 2 Peruano 1


Ecuatoriano 1 Ecuatoriano 1
Inglés 1 Inglés 1
Norteamericano 1 Chileno 1
Centroamericano 1 Norteamericano 1
Total 6 buques Mejicano 1
Centroamericano 1
Total 7 buques

MAYO Peruanos 6 Peruanos 5


Ecuatorianos 4 Ecuatorianos 2
Ingleses 2 Ingleses 3
Chileno 1 Norteamericano 1
Norteamericano 1 Hamburgués 1
Granadino 1 Total 12 buques
Sardo 1
Total 16 buques
286 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

JUNIO Peruanos 17 Peruanos 15


Ecuatorianos 3 Ecuatorianos 7
Inglés (de guerra) 1 Chilenos 2
Norteamericanos 2 Norteamericano 1
Sardo 1 Inglés 1
Francés 1 Sardo 1
Colombiano 1 Colombiano 1
Total 26 buques Granadino 1
Total 29 buques

En el segundo semestre del año citado y en los posteriores de la década


estudiada, los datos sobre el número de buques y sus nacionalidades son
similares a los arriba anotados; pudiendo así generalizarse afirmando que
en estos primeros años de la existencia del Ecuador, los buques de bandera
peruana tuvieron preponderante participación en el tráfico marítimo por el
puerto de Guayaquil; sin embargo es preciso advertir que el 50% de los buques
de bandera peruana que arribaban a este puerto procedían del puerto de
Paita y eran de menor tonelaje. (*)

Como secuela de este movimiento marítimo, el contrabando era muy


intenso a pesar de los esfuerzos del Gobierno para combatirlo y la firme
voluntad del Presidente Rocafuerte para mantener una permanente
vigilancia, aún a cambio de la total destrucción de los buques que la hacían,
las goletas "Guayaquileña" y "Diligencia".

En el mes de setiembre de 1837 la "Guayaquileña" había regresado a


Guayaquil, autorizado por el Comandante General de Marina, para efectuar
ciertas reparaciones, pero Rocafuerte ordenó que la goleta regresara a su
área de crucero inmediatamente y que el bote de la ya desaparecida "Colombia"
se estacionara en la boca de Sono.

Después, cuando la "Guayaquileña" dejó de operar, por las causas ya


conocidas, sólo quedó la "Diligencia" en condiciones de realizar estas tareas
de vigilancia y otras, pues como lo hemos relatado, en el año 1840 era el
único buque de la Marina de Guerra Ecuatoriana.

(*) A.H.B.M. cgpia en el Instituto de Historia Marítima


POLITICA MARÍTIMA DEL PRESIDENTE ROCAFUERTE 287

Antes de poner punto final a este capítulo, pasamos a relatar dos


acontecimientos que tienen trascendencia en la historia de la navegación en
aguas ecuatorianas. Estos son la llegada a Guayaquil de la fragata "Sulphur"
perteneciente a la Marina de Guerra de Gran Bretaña; y la elaboración de un
proyecto para instalar un faro en la isla Santa Clara y otros arreglos para
dar seguridad a los buques que entraban y salían de Guayaquil.

El 26 de agosto de 1836 llegó al puerto de Guayaquil la citada fragata,


comandada por el Capitán Kellet, trayendo a su bordo una comisión científica
que tenía la misión de efectuar el levantamiento topográfico de la costa del
Ecuador para la elaboración de cartas náuticas.

El Presidente Rocafuerte ordenó se les brindara todas las facilidades para


el cumplimiento de la misión que tenían, considerando la importancia de
ésta y las atenciones y deferencias debidas a la nación de la que procedían.

El otro acontecimiento que lo consideramos importante para la historia de


la navegación ecuatoriana es la disposición del Presidente Rocafuerte
impartida en octubre de 1836 al General Leonardo Stagg para la elaboración
de un proyecto de obras que las consideraba necesarias para dar más seguridad
en la navegación de los buques que entraban a Guayaquil, tanto al arribar al
golfo como en el río; el mismo que debía considerar los siguientes puntos:

lo. Establecer un faro en la isla de El Muerto


2o. Situar en la misma isla la estación de los prácticos
3o. Situar en este lugar dos buques pequeños para que provean de víveres
a los prácticos y para que salgan al encuentro de los buques.
4o. Establecer habitaciones para los prácticos y si el medio lo permite
plantaciones.
5o. Exigir matrículas.
6o. Establecer una línea telegráfica desde El Muerto o desde un punto que
sea más acomodado al efecto; ya se considere más arriba o abajo hacia
Guayaquil.
7o. Formar presupuestos de los costos que puedan tener el faro, las
habitaciones, los dos buques pequeños y la línea telegráfica.

Este proyecto producto de la iniciativa del Presidente Rocafuerte, no fue


ejecutado hasta el año 1841, cuando Rocafuerte era el Gobernador de
288 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Guayaquil en la segunda Presidencia del General Flores.

El 25 de noviembre del citado año se inauguró el faro en la isla Santa


Clara colocándose una placa en la torre con la siguiente inscripción:

"En esta isla de Santa Clara a las 12 del día del 25 de noviembre de 1841
se colocó por los señores Comisionados, Capitán Jorge Peacock, Segundo
Superintendente de la Compañía de Navegación por Vapor en el Pacífico y
Diego Girdón, este faro para aviso y resguardo de los navegantes. El señor
Vicente Roca fuerte, actual Gobernador de la provincia de Guayaquil fundó
tan importante obra, manifestando así su gran interés por la seguridad del
Comercio y prosperidad de la Industria".

Quedaba así instalado y en funcionamiento el primer faro de la costa


ecuatoriana, gracias a la tenacidad de don Vicente Rocafuerte para hacer
realidad su proyecto concebido 5 años antes y terminado a costa de grandes
esfuerzos, pues para adquirir la farola construida en Baltimore tuvo que
recurrir a un empréstito porque no había el dinero necesario en las arcas del
Gobierno.

Para la adquisición de la farola fue comisionado el arriba citado señor


Diego Girdón de nacionalidad francesa, entendido en cuestiones de navegación
y que en ese tiempo desempeñaba las funciones de Jefe del Cuerpo de
Bomberos de Guayaquil. La construcción de la torre fue dirigida por el
Teniente de Navío Lucas Rojas, con intervención del mismo señor Girdón.

Es así, como en 1836 ocurriera dos acontecimientos que son de


trascendencia para el desarrollo de la navegación en aguas ecuatorianas: El
primero es el paso inicial del desarrollo de la cartografía hidrográfica del
Ecuador y el segundo marcó el comienzo del desarrollo del sistema de
alumbrado de nuestra costa. Ambos son aspectos fundamentales para la
seguridad de la navegación en aguas costeras; y si bien la primera no es de
iniciativa nuestra, pero fue de enorme beneficio para el incremento del
comercio marítimo del Ecuador, cuando el Almirantazgo británico, elaboró
las cartas náuticas de la costa sudamericana y estas estuvieron al alcance de
todos los marinos del mundo, facilitándose de esta manera el arribo de toda
clase de buques a puertos ecuatorianos.
CAPITULO IX

Incorporación bef
Arc4ipiéfago be
Caapagos a fa
9Repú6fica bef Ccuabor

Naval.
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE
GALÁPAGOS A LA REPÚBLICA DEL ECUADOR

EL CORONEL IGNACIO HERNÁNDEZ TOMA POSESIÓN DEL


ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS EN NOMBRE DEL ESTADO
ECUATORIANO
1 acontecimiento más importante en la historia marítima ecuatoriana,
durante la primera década de la República, es la incorporación del
Archipiélago de Galápagos a su espacio territorial.

Este grupo de islas, situado a 520 millas náuticas de la costa continental


y en un área comprendida entre los 89° 16'y 92° de Longitud Occidental; y
entre 1° 40' de Latitud Norte y 1° 27'de Latitud Sur, había permanecido casi
ignorado y sin pertenecer a ningún Estado, sin embargo de haber sido parte
del Imperio Español, por Derecho, de acuerdo al Tratado de Tordesillas firmado
en 1494 por España y Portugal.

Después de la independencia de los países sudamericanos, ninguno de


éstos se preocupó de incluir a las Galápagos en su espacio territorial, hasta
cuando en el año 1832 el Ecuador tomó posesión de estas islas, que tanto por
su situación geográfica, como por otras razones, debían pertenecerle y ser
parte de su territorio desde el mismo momento que se separó de la Gran
Colombia.

Lejos de la costa, las islas Galápagos constituyeron por varios siglos el


lugar adecuado para refugio de piratas y corsarios, los que ocultos en sus
innumerables bahías permanecían en ellas el tiempo necesario, para reparar
las averías de sus buques, descansar y repartirse el botín.

Fueron también lugar de descanso de los balleneros, a partir del siglo


XVIII cuando cobraron mayor impulso las actividades de los buques dedicados
a la caza de ballenas en el océano Pacífico.
292 HISTORIA MARITTMA DEL ECUADOR

GENERAL JOSE MARIA DE VILLAMIL


INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 293

En 1793 llegó al Archipiélago de Galápagos el Capitán James Colnet, a


bordo del "Rattler"; quién con el propósito de explorar las islas del Pacífico,
había sido enviado por una junta de armadores ingleses. El Capitán Colnet,
que era un experimentado marino, encontró que el Archipiélago, era el pasaje
ideal para servir de centro de actividades de los balleneros y levantó una
carta hidrográfica del área, que fue el segundo mapa o carta moderna de las
islas Galápagos.

Desde entonces la presencia de buques balleneros en las islas fue


permanente durante los siglos XVIII-XIX, reemplazando a la de corsarios y
piratas, cuyas actividades habían decaído hasta casi desaparecer.

Dejando esta digresión, continuemos con el propósito de este capítulo


diciendo que el General José María de Villamil concretando sus ideas sobre
lo conveniente que era incorporar al Ecuador el Archipiélago de Galápagos,
tomó la iniciativa de organizar una empresa colonizadora de las islas, para
cuyo propósito había enviado, en el mes de octubre de 1831, una comisión
encargada de realizar estudios preliminares sobre las condiciones que ofrecían
las islas principales para los grupos humanos que pudieran establecerse en
éstas; y el 14 de noviembre del mismo año, a nombre de la Sociedad
Colonizadora del Archipiélago de Galápagos denunció las islas y le propuso
al Gobierno del Ecuador la colonización de éstas.

El Prefecto de Guayaquil que era en este año el señor Vicente Ramón


Roca, años más tarde Presidente del Ecuador, acogió con entusiasmo el
proyecto y recomendó la solicitud del General Villamil al Ejecutivo,
remitiéndola para conocimiento del General Flores, quien también le dio
resolución favorable; y al año siguiente autorizó al Prefecto doctor José Joaquín
de Olmedo, quien había reemplazado al señor Roca en estas funciones, para
que mandara a tomar posesión solemne y formal de las islas.

La relativa cercanía del Archipiélago de Galápagos al territorio ecuatoriano


fue el argumento principal del General Villamil para justificar su proyecto;
sin embargo hubieron otras motivaciones de orden económico que pesaron
en el razonamiento del insigne prócer y es que en aquella época en varias
islas del Archipiélago se producía un vegetal llamado científicamente rocella
tintorea y comúnmente conocida como orchilla; utilizada en la industria, para
teñir las telas, lo que había determinado que los balleneros en sus viajes de
294 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

regreso a sus respectivos países, embarcaran este producto vegetal para


venderlo. Villamil con su visión comercial vio en el cultivo y exportación de
la orchilla una fuente de grandes ganancias.

El 20 de enero de 1832 zarpó de Guayaquil la goleta "Mercedes" al mando


del Capitán Santiago Rugg, conduciendo a su bordo a la expedición comandada
por el Coronel Ignacio Hernández, comisionado por el Gobierno del Ecuador
para tomar posesión de las islas Galápagos.

El 9 de febrero la "Mercedes" navegaba en aguas insulares, para luego dar


fondo en una de las bahías de la isla San Carlos (Floreana) y que suponemos
era bahía Correo o Post Office como se la designa en la cartografía actual,
aunque en el acta de Toma de Posesión no se determina su nombre.

El día 12 de febrero el Coronel Hernández reunió a los tripulantes de los


buques balleneros que estaban fondeados en la bahía para que estuvieran
presentes en el solemne acto que a continuación se realizó para tomar posesión
del Archipiélago en nombre de la República del Ecuador.

Presentes todas las personas que habían venido de Guayaquil con el


Coronel Hernández, las citadas tripulaciones y un antiguo habitante de la
isla, se dio inicio a la ceremonia declarando el jefe de la expedición cual era
el objeto de ésta, para de inmediato tomar posesión de las islas en nombre
del Gobierno del Ecuador, izándose la bandera nacional, que fue saludada
con tres descargas de fusiles.

A continuación se transcribe el Acta de Toma de Posesión del Archipiélago,


documento de gran importancia histórica:

"Archipiélago del Ecuador.- En la isla de San Carlos a los doce días del
mes de febrero del año de mil ochocientos treinta y dos; el Coronel Ignacio
Hernández comisionado por el Gobierno del Ecuador para reconocer las islas
del Archipiélago, conocidas antes con el nombre de Islas de Galápagos, y tomar
posesión de ellas en nombre del Estado del Ecuador; en presencia de los señores
Joaquín Villamil y Lorenzo Bark socios de la Compañía Colonizadora, del
señor doctor Eugenio Ortíz, Capellán de la Colonia, de los ciudadanos Miguel
Pérez, Andrés Fumiel, Tomás Parra, Lorenzo Quirola, José Chasín, Domingo
Soligny, José Manuel Muñoz y Juan Silva, primeros pobladores; del Capitán
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 295

Santiago Rugg y tripulación de la goleta "Mercedes" y del señor Juan Johnson,


habitante antiguo de esta isla, hallándose presentes los capitanes de las
fragatas norteamericanas "Levante" y "Richmond" señores Tomás Russell y
John Facker con sus tripulaciones: Hago manifiesto:

"Que habiendo arribado a esta isla el jueves nueve del presente en la goleta
nacional "Mercedes" pisado felizmente con la ayuda de Dios. Procedo a llenar
y cumplir la comisión con que me honró el Gobierno; y en su virtud declaro:
Que en este acto tomo posesión de esta mencionada isla y de cuantas comprenda
el Archipiélago del Ecuador en nombre del Estado y empiezo a ejercer el oficio
de Juez de Paz que se me ha conferido. Después de esta declaración se hizo
tremolar el pabellón del Estado, saludándolo con tres descargas de fusiles y
proclamó el nombre del Estado Ecuatoriano, victorió el de su actual Presidente
General don Juan José Flores. Con lo cual se concluyó este acto que firmaron
los expesados conmigo.- (f) Ignacio Hernández.- Lorenzo Bark.- Joaquín
Villamil.- Según mi fuero Eugenio Ortiz.- Juan Johnson.- Domingo Soligny.-
Miguel Pérez.- Tomas Parra.- Santiago Rugg".

El Coronel Hernández en ejercicio de las funciones que se le habían


conferido procedió a poner en posesión de los terrenos de Floreana a los
representantes de la Compañía Colonizadora, el día 19 de febrero.

Igualmente la citada autoridad impuso nuevos nombres a tres islas, así a


la Charles la llamó Floreana en honor al Presidente Flores, Olmedo a la
James y Roca a una que hasta entonces no se le había dado nombre. En la
actualidad sólo ha perdurado el nombre de la primera.

Poco tiempo después de haberse establecido en la isla el Juez de Paz, el


capellán y 80 soldados del batallón Flores que fueron los primeros colonos, se
dedicaron a buscar el lugar apropiado para fundar la población; y eligieron
uno situado a cinco millas de la costa y a 1.000 pies de altura sobre el nivel
del mar, al que dieron el nombre de Asilo de la Paz.

En este lugar se celebró por segunda vez el santo sacrificio de la misa, en


la historia de Galápagos, allá por el mes de marzo de 1836 después de tres
siglos desde cuando fray Tomás de Berlanga ofreciera la primera en 1535.

Los ochenta soldados que antes hemos citado y que fueron los primeros
296 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

colonos que se establecieron en la isla Floreana, habían pertenecido al


exterminado batallón Flores, el mismo que fue mencionado en páginas
anteriores.

Condenados a muerte por los crímenes que cometieron en su desesperado


intento de regresar a sus lugares de origen, fueron salvados por el General
Villamil, quien consiguió se les perdonara la vida a cambio de ir a trabajar en
las Islas Galápagos.

Cercano al lugar elegido para asiento de la colonia había una fuente de


agua dulce a la que llamaron Piedra del Gobernador, la misma que había
sido utilizada por los piratas y corsarios, pues cuando 'se efectuaban
excavaciones para agrandar el pozo se encontraron restos de herramientas,
lo que es prueba de la presencia anterior de hombres en ese lugar.

El General Villamil, para fomentar el desarrollo de la colonia, envió al


Archipiélago, caballos, asnos, ganado vacuno, cerdos, cabras, aves de corral,
etc., especies que se multiplicaron considerablemente en poco tiempo.

Estos animales y algunas especies vegetales que se introdujeron en esta


época en las Islas Galápagos y que fueron entonces factores de desarrollo y
bienestar de estos primeros pobladores, con el transcurrir del tiempo pasaron
a ser elementos indeseables para la supervivencia de las especies autóctonas
de las islas.

En el mes de octubre el General Villamil, que había sido designado


Gobernador del Archipiélago, se trasladó a la isla Floreana para ejercer su
cargo y administrar la colonia, funciones que desempeñó con energía y
prudencia hasta 1837.

Por así haberlo pedido el General Villamil, el Gobierno designó a la Floreana


como capital del Archipiélago en el año de 1833 pero en ese mismo año, con
decreto del 16 de marzo, dispuso que los desterrados por causas políticas,
fueran enviados al territorio insular pretendiendo aumentar así la población
que era poco numerosa. Desgraciadamente las autoridades interpretando
mal tal disposición comenzaron a mandar a Galápagos a los más contumaces
criminales y mujeres de mal vivir; perjudicando así el ambiente de paz y
trabajo que inicialmente reinó entre los colonos de Floreana.
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 297

Durante la administración del General Villamil, los colonos con su trabajo


honrado adquirieron bienes y muchos de ellos comerciaban con los balleneros,
mejorando así su situación económica, de tal manera que se sentían arraigados
al territorio insular; pero todo esto cambió cuando el General renunció a la
Gobernación del Archipiélago y un nuevo Gobernador el Capitán de Navío
Jaime Williams, marino de nacionalidad norteamericana al servicio del
Ecuador y famoso por su crueldad y pocos escrúpulos, cambió totalmente la
política de justicia y trabajo de Villamil.

Después de cinco años de dirigir la colonización del Archipiélago, con fecha


23 de noviembre de 1837, el General Villamil dirigió un oficio al Gobernador
del Guayas informándole sobre su decisión de renunciar a sus funciones de
Gobernador del Archipiélago, por tener la imperiosa necesidad de viajar a
Panamá para atender asuntos de gran interés particular para él.

Con el nuevo Gobernador se inició una etapa de acontecimientos adversos


al desarrollo de la colonia, motivados por el temperamento, cruel y conducta
amoral del citado Williams.

Los colonos de Floreana poco a poco fueron abandonando la isla


desengañados por tantas penurias ocasionadas por los abusos del Gobernador
Williams, quien rodeado de varios marineros desertores de buques balleneros,
cometía toda clase de atropellos. Hasta el mismo General Pedro Mena, que
tampoco era ejemplo de virtud y que era el encargado de cuidar los intereses
del General Villamil, tuvo que retirarse a otra isla para huir de la violencia
de Williams.

Los acontecimientos a los que tuvo que enfrentar el Gobierno de la


República en esta primera década de la existencia del Ecuador, impidieron
que se prestara al Archipiélago la atención debida, especialmente en estos
primeros años posteriores a su integración al territorio del Estado, para una
buena organización y armónica convivencia de sus primeros habitantes. Pero
por las causas arriba anotadas, las autoridades pertinentes sólo se acordaban
de su existencia, cuando enviaban grupos de delincuentes comunes o presos
políticos desterrados del Continente.

La población de Floreana fue así conformada con gente indeseable, en su


mayoría delincuentes, que promovían toda clase de desórdenes, obligando a
298 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Williams a emplear la violencia para combatirlos; lo que unido a su natural


inclinación al atropello y procedimientos desprovistos de justicia, fueron
causas para que en 1841 se produjera una sublevación contra el Gobernador,
quien tuvo que huir de la isla para salvar su vida.

Consecuencia de la pésima administración de Williams fue la disminución


de la población de la isla Floreana, la que en el año 1842 era solo de ochenta
personas. En este mismo año el General Villamil intentó que la colonia
recuperara su anterior situación de prosperidad, pero todo fue inútil; y no le
quedó otro recurso que trasladar, lo que quedaba de sus bienes, a otra isla,
dando así por terminado su primer intento de colonización del Archipiélago,
que con tan buen éxito habíase iniciado y de acuerdo con los propósitos que
habían motivado los esfuerzos del General.

LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA A BORDO DEL BERGANTÍN


"BEAGLE"

En 1835 arribó al Archipiélago el bergantín de la Marina de Guerra


Británica "Beagle" con un grupo de científicos entre los cuales estaba el más
tarde famoso Carlos Darwin, autor de la teoría sobre la evolución de las
especies.

El Gobierno de Gran Bretaña, había organizado en 1831 una expedición


para reconocer y estudiar el extremo meridional del Continente Americano y
algunas islas del Pacífico, comisionando para este objeto al bergantín "Beagle"
de la Marina de Guerra Británica comandado por el Capitán Robert Fitz Roy,
el mismo que en 1826 había realizado importantes exploraciones al mando
del "Adventure", otro buque de la Marina Real.

Atendiendo al llamado del Capitán Fitz Roy, habiéndose ofrecido un puesto


en la expedición a una persona con conocimiento y que estuviera interesada
en el estudio de Geología y de la Historia Natural, Carlos Darwin, joven de
solo 22 años de edad, se presentó a bordo del "Beagle" para integrarse al
grupo de científicos, siendo aceptado como naturalista de la expedición.

Con este hecho se iniciaba la serie de acontecimientos que determinaron


finalmente la elaboración de una nueva teoría sobre el origen del hombre, la
que revolucionó el pensamiento científico y filosófico de la época y que aún
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 299

en la actualidad es causa de profundas discrepancias.

El "Beagle" salió de Devonport el 27 de diciembre de 1831, dirigiéndose


directamente a las costas del Brasil, en donde los científicos realizaron estudios
en diversas áreas del conocimiento, las de sus respectivas especialidades;
luego estuvieron en las costás de Argentina y Chile, dedicando gran atención
a la observación del territorio de la Patagonia. Durante su permanencia en
las costas de Chile subieron a la cordillera de los Andes; en todos estos lugares
Darwin realizó estudios geológicos, zoológicos, botánicos, etnológicos y
sociológicos, los que después serían utilizados para la formulación de sus
teorías.

Habían transcurrido casi cuatro años desde que el "Beagle" zarpó de


Devonport cuando entró en aguas del Archipiélago de Galápagos el 15 de
septiembre de 1835 y el 17 del mismo mes echaba el anda en un lugar frente
a la isla San Cristóbal en donde permaneció 6 días, dedicándose los científicos
a diferentes investigaciones, hasta el 23 que se dirigieron a la isla Floreana,
en donde permanecieron 5 días, para luego de navegar alrededor de la isla
Isabela, dar fondo en el canal Bolívar el 30 del mismo mes. En este lugar los
investigadores se dedicaron a estudiar las rocas, plantas y animales de Isabela
y Fernandina hasta el 8 de octubre, dirigiéndose luego a la isla San Salvador
para realizar las mismas observaciones hasta el día 20, fecha en la que el
"Beagle" abandonó las aguas de Galápagos llevando, muestras de plantas,
animales y rocas, así como innumerables gráficos de las islas, de inapreciable
valor que fueron conocidas por todos los científicos del mundo.

De sus estudios de las Galápagos, Darwin sacó algunos argumentos para


sostener su teoría del origen de las especies por la selección natural.

Darwin publicó en Londres en 1839 su famosa obra "Viaje de un naturalista


durante un viaje alrededor del mundo"; pero en 1844 en una nueva edición
cambió el capítulo sobre Galápagos, expresando, sin dudas, su teoría sobre la
evolución de las especies, que en las islas Galápagos, creía él, estaba
plenamente confirmada.
300 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

EL ARCHIPIELAGO EN LA PREHISTORIAY EN LA HISTORIA DEL


ECUADOR

La tradición conservada por los aborígenes y transmitida a los cronistas


españoles sobre una expedición efectuada por el Inca Túpac Yupanqui a unas
lejanas islas situadas al occidente de las costas de lo que hoy es la República
del Ecuador, fue narrada por el famoso navegante y conquistador Pedro
Sarmiento de Gamboa en un manuscrito titulado "Historia de los Incas", el
mismo que debía ser la segunda parte de una obra que tenía proyectada con
el título de "Historia Indica"

Este manuscrito entregado al Virrey Toledo para que sea remitido a Felipe
II fue enviado a España en1572, pero permaneció traspapelado durante tres
siglos hasta que en 1893 se descubrió una copia en la biblioteca de la
Universidad de Gotinga ( Alemania).

Ocho años después de que Sarmiento de Gamboa enviara su manuscrito,


en 1580 el presbítero Miguel Cabello de Balboa terminó de escribir la "Historia
del Perú", en la cual relata la expedición del Inca Túpac Yupanqui en forma
similar al relato de Sarmiento de Gamboa.

Miguel Cabello de Balboa vivió algunos años en Quito, en donde, así como
en otros lugares, recogió cuantas noticias pudo de los aborígenes para escribir
su obra, sin embargo no es seguro afirmar que tuvo conocimiento de la citada
expedición del Inca por sus propias investigaciones o por el relato del autor
del célebre manuscrito.

Al respecto Sarmiento de Gamboa dice:

Y andando Tupa Inga Yupangui conquistando la costa de Manta y la isla


de Puná y Tumbez aportaron allí unos mercaderes que habían venido por la
mar de hacia el poniente, en balsas navegando a la vela. De los cuales se
informó de la tierra de donde venían que eran unas islas llamadas una
Ayamchumbi y otra Ninachumbi, a donde había mucha gente y oro. Y como
Yupa Inga era de ánimo y pensamientos altos y no se contentaba con lo que en
tierra había conquistado, determinó tentar la feliz ventura que le ayudaba
por la mar.
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 301

Mas no se creyó así ligeramente de los mercaderes navegantes, que decía


el; que de mercaderes no se debían los Capos así de la primera vez creer, porque
es gente que hablo mucho. Y para hacer más información, y como no era
negocio que donde quiera se podía informar él, llamó a un hombre que traía
consigo en las conquistas llamado Autarqui el cual todos estos afirman que
era grande nigromántico, tanto que volaba por los aires. Al cual preguntó
Tupa Inga, si lo que los mercaderes marinos decían de las islas era verdad,
Autarqui le respondió después de haberlo pensado bien, que era verdad lo que
decían y que iría primero allá. Y así dicen que fue por sus artes y tanteó el
camino y vidó las islas, gente y riquezas de ellas, y tornando dio certidumbre
de todo a Tupa Inga.

"El cual con esta certeza se determinó ir allá, y para esto hizo una
numerosísima cantidad de balsas en que embarcó más de veinte mil soldados
escogidos. Y llevó por capitanes a Guaman Achachi, Conde Yupango, Quigual
Topa (estos eran Hanancuzcos), y a Yancan Myta, Quezo Myta, Cachimapaca
Macus Yupangui, Limpita Usca Mayta (Huricuzcos) y llevó por General de
toda la armada a su hermano Tilca Yupangui y dejó con los que quedaron en
tierra a Apo Yupangui".

"Navegó Tupa Inga y fue y descubrió las islas Ayachumbi y Ninachumbi y


volvió de allá de donde trajo gente negra y mucho oro y una silla de latón y un
pellejo y quijada de caballo, los cuales trofeos se guardaron en la fortaleza del
Cuzco hasta el tiempo de los españoles. Este pellejo y quijada de caballo
guardaba un inga principal que hoy vive y dio esta relación y de ratificarse
los demás se halló presente y llámase Urco Guaranga. Hago instancia en
esto, porque a los que supieren algo de Indias les parecerá un caso extraño y
dificultoso de creer. Tardó en este viaje Tupa Inga Yupangui más de nueve
meses, otros dicen un año, y como tardaba tanto tiempo todos le tenían por
muerto, más por disimular y fingir que tenía nuevas de Tupa Inga, Apo
Yupangui, su capitán de la gente de sierra, hacía alegrías, aunque después le
fueron glosadas al revés, diciendo que tal alegría era de placer, por que no
parecía Tupa Inga Yupangui y le costó la vida".

La versión de Miguel Cabello de Balboa sobre la expedición marítima de


Túpac Yupanqui es la siguiente:

"Llegado Tupa Inga Yupangui a Hipixapa y a Apelope, habiendo sabido


302 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

que en las cercanías se encontraba un buen puerto donde podía embarcarse y


aumentar la gloria de su nombre, dirigióse a la costa y mandó que su ejército
acampara en Manta, Charapotó y Picoaza... En esta jornada fue cuando vio
por vez primera, desde el alto de una montaña el mar, que adoró y nombró
Mama-cocha, o madre de las lagunas. Luego dispuso se juntaran muchas
balsas, escogió expertos pilotos y se embarcó valientemente con sus mejores
soldados. Los historiadores peruanos dicen que este viaje duró más de un
año, y que el Inga descubrió en el mar del Sur unas islas que ellos llaman
Hahuachumbi y Ninachumbi. No me atreveré, sin embargo, a afirmar el hecho,
ni a determinar cuales son las islas de que se trata; pero los indios se refieren
que el Inga trajo de esa expedición muchos prisioneros de piel negra, mucho
oro y plata, un trono de cobre y pieles de animales semejantes a los caballos.

"Ignórase por completo en que parte del Perú o de los mares que bañan sus
costas pudo encontrar estas cosas".

Marcos Jiménez de la Espada, ilustre historiador y geógrafo español del


siglo XIX., en su obra "Las Islas de las Galápagos y otras más a Poniente",
expresa:

"La tradición o leyenda del viaje de Tupac Inca Yupanqui a las islas
Hahuachumbi y Ninachumbi llegó a los primeros españoles curiosos de las
antiguedades del Perú en la forma propia de estos fenómenos psicológicos: un
núcleo, el hecho que la determina, envuelta en una atmósfera más o menos
densa, más o menos turbia de ficciones que generalmente no deja percibir con
claridad el núcleo. Sin embargo en el caso presente..., quedó con la
transparencia y tenuidad bastantes para que hoy podamos distinguir a través
de ella la verosimilitud de la empresa marítima que constituye su fundamento.
Porque el trono de cobre, los prisioneros negros de los que no quedó casta en el
Perú, lo victorioso de la jornada, ni siquiera los cueros de los animales
semejantes a caballos son partes a ofuscar el raciocinio de tal modo que no
veamos a un Inca o a un Chimu soberano o simplemente curacas que por
nuevas ciertas y positivas, o solo por barruntos, tiene noticia de unas islas no
lejos de la costa de su tierra y por curiosidad o por ambición determina lanzarse
a describirlas".

Fábula o hecho verdadero, lo cierto es que no podemos negar que la


expedición de Túpac Yupanqui, está dentro de lo posible, pues descartando
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 303

aspectos tales como los prisioneros negros, silla de cobre, piel de caballo, oro,
etc., que son sólo fantasías, a las que eran muy inclinados los cronistas
españoles de esas épocas, queda sólo lo esencial del relato como acontecimiento
posible: la expedición en balsas a esas lejanas islas.

Dos aspectos quedan, sin embargo, para ser precisados:

Primero, ¿cuáles eran las islas que la tradición aborigen menciona? Al


respecto sabemos ahora, que no habiendo otro grupo de islas situado al
occidente de la costa mencionada por ambos cronistas, deben ser esas dos de
las que forman el archipiélago de Galápagos.

Pero establecer cuales de las islas de la Galápagos fueron las nombradas


Hahuachumbi y Ninachumbi es asunto de más dificil determinación. Empero,
si conforme lo señala Jiménez de la Espada el nombre de la primera significa
de Fuera y el de la segunda de Fuego, éstas serían San Cristóbal, la primera;
y la otra cualquier isla de las más orientales como Santa Cruz, Santiago,
Barrington o Floreana, pues si fuere, como algunos autores sugieren, que
serían Fernandina o Isabela, porque son éstas las que contienen el mayor
número de volcanes en actividad, nos parece esto poco fundamentado porque
antes de llegar a avistar las islas Isabela y Fernandina, las más occidentales,
debieron ver otras situadas más al Este. Además el hecho de haber visto la
erupción volcánica desde el mar, no es indicio cierto de que estaban en las
cercanías del lugar en donde se situaba el fenómeno.

El autor de este libro presenció, en circunstancias que navegaba hacia el


continente en un lugar alejado algunas millas de la isla San Cristóbal, la
erupción de un volcán de la isla Isabela, en el año 1943. Y por último se debe
considerar que bien podía en esas épocas, haber en otras islas volcanes en
actividad uno de los cuales sería el causante del fenómeno que tanta impresión
causó en el Inca.

Así también es necesario puntualizar que la expedición del Inca


conquistador a las islas tendría en su origen y ejecución como principal factor
de éxito la experiencia en el arte de la navegación marítima de los pueblos
manteños - huancavilcas, siendo por lo tanto este episodio prehistórico
propiedad de la Historia Marítima del Ecuador. Tanto Sarmiento de Gamboa
como Cabello de Balboa coinciden en decir que Túpac Yupanqui desde una
304 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

montaña vio por primera vez el océano, lo que quiere decir que para él todo
esto era un descubrimiento, pero para los aborígenes navegantes era sólo un
nuevo viaje marítimo a las islas ya conocidas por ellos.

Las islas Galápagos, a pesar de que la leyenda de la expedición de Túpac


Yupanqui debió ser conocida por los españoles, permanecieron abandonadas,
ignoradas, hasta que un acontecimiento fortuito dio fin a esta situación.

En el año 1534 el Obispo de Castilla del Oro, el sacerdote dominico fray


Tomás de Berlanga fue comisionado por el Emperador Carlos V para que
inspeccionara e informara de los actos de Francisco Pizarro en el Perú.

Cumpliendo esta orden, el obispo Berlanga salió de Panamá el 23 de febrero


de 1535, con rumbo al Perú, navegando sin novedad alguna hasta el 1 de
marzo día en el que el buque entró en una zona de calma y en donde
permaneció ocho días, siendo arrastrado durante este tiempo por la corriente
hacia el Oeste, apartándolo de la costa.

Fue en estas circunstancias, que el día miércoles 10 de marzo, avistaron


una isla, en la cual desembarcaron para aprovisionarse de agua y yerba para
los caballos, pero no hallaron lo que buscaban; y habiendo visto otra isla más
grande fueron a ésta en donde al fin encontraron agua, la que tanta falta les
hacía, pues habían consumido toda la que tenían a bordo.

Pero dejemos al mismo Obispo relatar esta aventura, transcribiendo un


fragmento de su carta al Rey, escrita en Portoviejo el 26 de abril de 1535,
estando ya de regreso al Continente para continuar su accidentado viaje al
Perú:

"Paresciome ser justo fazer saber a Vuestra Majestad el proceso de mi viaje


desde que partí de Panamá que fue en veinte a tres de febrero deste presente
año hasta llegar a esta Villa nueva de Puerto Viexo".

"Trazo el navío muy buen tiempo de brisas siete días, e haziase el piloto
cerca de tierra e dionos calma seis días; eran tan grandes las corrientes, e nos
engolfaron de tal manera, que miércoles en diez de marzo vimos una isla; e
porquen el navío no abía mas agua que para dos días, acordaron de echar la
barca e salir en tierra por agua y yerba para los caballos, e salidos no hallaron
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 305

sino lobos marinos, e tortugas e galápagos tan grandes que llevaban cada
uno un hombre encima e muchas higuanas que son como sierpes. Otro día
vimos otra isla mayor que aquella e de grandes sierras; e creyendo que allí
por su grandeza como por su montruosidad que no podía dejar de tener ríos e
fuentes, fuimos a ella, porque la primera boxaría quatro o cinco leguas, e la
otra boxaría diez o doze leguas, e en esto bebiose el agua quen el navío abía e
estuvimos tres días en tomar la isla, con calmas en las cuales allí los hombres
como los caballos padecimos muchos trabajos".

"Surto el navío, salimos todos los pasajeros en tierra, e unos entendían en


hazer un pozo, e otros en buscar agua por la isla; del pozo salió el agua más
amarga que la del mar; en la tierra no pudieron descubrir gota de agua en
dos días, e con la necesidad que la gente tenía echaron mano de una hoja de
unos cardos como tunas, e porquestaban como sumosas, aunque no muy
sabrosas, comenzamos a comer de ellas, e esprimillas para sacar dellas agua,
e sacada parecía lavazas de legía, e bebiéndolas como si fuera agua rosada".

"Domingo e Pasión yo hize sacar en tierra recaudo para decir misa, e


dicha, torné a cambiar la gente de dos en dos o de tres en tres, por diversas
partes; fue nuestro señor servido, que hallasen en una quebrada, entre las
piedras, hasta media pipa de agua, e cogida aquella hallaron más o más; en
fin, que se cogieron ocho pipas e los barriles e botijas que abía en el navío,
pero de la necesidad del agua se nos murió allí un ombre e desde en dos días
que salimos de aquella isla otro e murieron diez caballos.

"Desde esta isla vimos otras dos la una muy mayor que todas, que
largamente boxaria quince o veinte leguas; la otra era mediana; yo tomé la
altura para saber en que paraje estaban estas islas y están dende medio grado
hasta grado e medio de la Equinoccial, a la banda del Sur. En esta segunda
abla la misma despusición que en la primera; muchos lobos marinos, tortugas,
higuanas, galápagos, muchas aves de las de España pero tan bobas que no
podían huir e muchas tomaban a mano; a las otras dos no llegamos; no se la
dyspusyción que tienen. En esta, en la arena de la playa abía unas chinas,
que así como salimos pensamos queran piedras de diamantes, e otras de color
de ambar; pero en toda la isla no pienso que hay donde se pudiese sembrar
una hanega de mahiz, porque lo más de ella está llena de piedras muy grandes,
que parece quen algún tiempo llovió Dios piedras, e la tierra que ay es como
escoria, sin que sirva, porque no tiene virtud para criar un poco de yerba, sino
306 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

unos cardones, la oja de los quales, dixe que comiamos. Pensando que no
estábamos de esta tierra del Perú mas de veinte o treinta leguas contentamonos
con el agua ya dicha, que pudiéramos tomar otras veinte botas de aquellas;
pero fizímonos a la vela, e con mediano tiempo navegamos once días sin ver
tierra, e vino a mi el piloto e maestre a decirme adónde nos estabamos, e que
no abía en la nao más de una pipa de agua; yo procuré de tomar aquel día el
sol, y alle questábamos tres grados de la banda del Sur, e vi que por el rumbo
que llevábamos, que más nos engolfábamos, que no llegábamos a la tierra
porque ybamos al Sur, hize virar del otro bordo e la bota de agua repartirla
desta manera; que lamitad se dio para las bestias, e con la otra mitad hizose
brevaje que se echó en la pipa de vino, tenido por cierto que no podíamos estar
lejos de la tierra, e navegamos ocho días, los quales duró la pipa del brevaje,
dando ración a cada uno que se contentaba, e acabada aquella pipa que no
nos quedaba más remedio, vimos la tierra, e dionos calma de dos días, en los
cuales bevimos vino puro, pero teníamos ánimo de ver la tierra. Entramos en
la bahía e río de los Caraques, viernes en nueve de abril..."

Cuales eran las islas del Archipiélago de Galápagos en las que


desembarcaron los españoles y las que éstos avistaron no es asunto fácil de
explicar, porque no hay en el informe del obispo Berlanga alguna referencia
a una característica particular de cada una de las islas que menciona, pues
las que él dice haber observado son propias de todas las que componen el
Archipiélago.

Sólo como una hipótesis se podría afirmar que la isla en la que primero
desembarcaron Tomás de Berlanga y sus compañeros era una de las de más
al Norte tal vez Marchena y que la más grande, en donde obtuvieron la poca
agua que les permitió sobrevivir, sería la isla Santiago, supuesto que tiene
alguna verosimilitud por la observación, desde lejos, de "unas chinas que así
como salimos, pensamos queran piedras de diamantes e otras de color ambar".

En la isla Santiago hay un cráter que contiene sal gema, la misma que ha
sido desde hace mucho tiempo utilizada por los pescadores para preservar
los pescados. No sería extraño que en aquella época como consecuencia de
una erupción de este volcán, ahora supuestamente inactivo, estos granos de
sal estuvieran regados en la playa, como nos permite pensar la observación
del Obispo de Castilla del Oro, considerando que la coloración y aspectos que
dice tenían dichas "chinas" coinciden con las de este mineral.
INCORPORACIÓN DEL ARCHIPIÉLAGO DE GALÁPAGOS AL ECUADOR 307

Mapa que indica la ruta que siguieron el Obispo Berlanga


-1o1 y el Capitán Rivadeneira
308 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Las otras dos, las que vieron pero no desembarcaron, pueden ser Isabela,
la más grande y Santa Cruz la otra, pues ambas son fácilmente vistas desde
Santiago.

Después de la involuntaria llegada a las Galápagos del Obispo Berlanga


debieron transcurrir diez años para que otro español, el Capitán Diego de
Ribadeneira arribara al Archipiélago, sin habérselo propuesto. Ribadeneira
había salido de Arica, sin tomar las precauciones del caso para una larga
navegación, con destino a Nicaragua, huyendo de la persecución de Francisco
de Carvajal, y cuando habían transcurrido 25 días de su apresurada salida,
se encontraron frente a una costa que les era completamente desconocida y
que inicialmente creyeron era la isla Puná o la costa de Túmbez; pero luego
comprendieron era una gran isla desconocida para ellos, la que por la
extensión que decían tenía, no podía ser otra que la Isabela. Avistaron otras
islas y aún desembarcaron en una antes de poner rumbo al continente,
llegando, después de sufrir muchísimas dificultades, a San José de Itapa, en
Guatemala.

Con este episodio finalizamos el relato de los acontecimientos más remotos,


conocidos, sobre la presencia del hombre en el archipiélago de Colón.
CAPITULO X

fosé 9Robrí,quez
2a6anbera, hwentor be
un buque suntergiffe.
JOSÉ RODRÍGUEZ LABANDERA, INVENTOR
DE UN BUQUE SUMERGIBLE

CONSTRUCCIÓN DEL SUBMARINO "HIPOPÓTAMO EN


GUAYAQUIL"

n 1776 el norteamericano David Bushnell diseñó y construyó el primer


submarino, considerado así a pesar de que artefactos de esta naturaleza
habían sido realizaciones de varios hombres de ingenio, desde la remota
antigüedad.

En el año 1801 aparece el segundo submarino, proyectado y construido


por el norteamericano Roberto Fulton; lo llamó "Nautilus" y la primera prueba
de su funcionamiento se hizo en el Sena con resultados satisfactorios, así
como la segunda realizada en el puerto de Brest.

Tenía una hélice en popa, a diferencia del de Bushnell que estaba situada
a un costado, pero ambas eran impulsadas por un mecanismo accionado a
mano por medio de una manivela.

El "Nautilus" en su segunda prueba se mantuvo sumergido durante tres


horas, con tres hombres a bordo, pero sólo navegó unos 450 metros.

El Gobierno de Francia no acogió favorablemente este nuevo tipo de


embarcación y lo consideró un medio de combate traicionero, por lo que Fulton
ofreció su invento al Gobierno de Gran Bretaña, pero con los mismos
resultados; lo que hizo que decidiera regresar a Estados Unidos en 1841 y
construir un nuevo modelo, al que lo denominó "Muto" e instalando en éste
una máquina a vapor para navegar en superficie.

Con estos antecedentes, pasamos a relatar un episodio, el que debe ocupar


lugar destacado en la Historia Marítima del Ecuador: el diseño y construcción
de una pequeña nave sumergible, hechura de un ecuatoriano, el guayaquileño
312 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

José Rodríguez Labandera, en el año 1838; lo mismo que es decir, que sólo los
ingenios de Bushnell y Fulton fueron anteriores al "Hipopótamo", nombre
que Rodríguez le dio a su invento.

José Raymundo Rodríguez Labandera ingresó en 1823 a la Escuela Náutica


a los 19 años de edad; después de un año, terminados sus estudios, se embarcó
en la corbeta "Limeña", junto con sus compañeros, en calidad de aspirante de
marina, para la campaña del Perú. Permaneció embarcado hasta la
finalización de ésta, habiéndose luego retirado del servicio naval para
dedicarse a sus actividades particulares y a la construcción de aparatos de
diversas clases, que eran productos de su ingenio y habilidad.

Algunos historiadores dicen que Rodríguez Labandera llegó a tener la


jerarquía de oficial naval y aún afirma uno, que fue Capitán de Fragata; pero
ésto es sólo imaginación, pues no hemos encontrado documento alguno que
confirme esta versión; y lo cierto es que fue alumno-distinguido de la Escuela
Náutica, constando a la cabeza de los seis primeros graduados y luego a bordo
de los buques de la Escuadra Unida, tuvo destacada actuación como aspirante
de marina o como Guardiamarina según era el significado de este término en
esa época.

Retirado del servicio naval Rodríguez Labandera dedicó gran parte de su


tiempo a la construcción de diversos ingenios, productos de su inventiva.

Según el historiador Julio Estrada, en 1831, había construido "una


máquina especial para la fundición de imprenta", la que presentada a las
autoridades municipales fue objeto de muchos elogios por parte de la comisión
formada para examinarla; y se le confió a Rodríguez la administración de la
imprenta municipal en consideración a su afición a estas actividades; pero
posesionado, el 2 de enero de 1832, de este empleo, no duró más de 10 días en
él, pues el 12 del mismo mes el Gobierno y el Municipio convinieron en fusionar
sus respectivas imprentas, quedándose así Rodríguez sin empleo. (*)

Disgustado por este proceder se fue a residir en Lima, en donde el 7 de


julio de 1837 presentó al Gobierno del Perú el proyecto de construcción de
una nave sumergible, el mismo que había sido concebido y desarrollado años

(*) Julio Estrada Icaza.- El Puerto de Guayaquil.- II Tomo


a

JOSE RODRIGUEZ LABANDERA


INVENTOR DEL BUQUE SUMERGIBLE "HIPOPOTAMO"

SUBMARINO "HIPOPOTAMO"
JOSÉ RODRÍGUEZ LABANDERA, INVENTOR DE UN BUQUE SUMERGIBLE. 315

antes en su ciudad natal.

Examinado el proyecto el Gobierno del Perú le concedió la respectiva


autorización para que procediera a construir la embarcación por él diseñada,
pero sin darle ninguna ayuda económica; lo que determinó que Rodríguez
Labandera, nuevamente desengañado, emprendiera su regreso a Guayaquil;
y sin ayuda, sólo con sus escasos recursos, una vez, en su propio terruño, se
dedicara a construir una pequeña nave sumergible, la que fue lanzada al
agua en el mes de julio de 1838 y en septiembre del mismo año estaba lista
para probarla.

En el número 237 del "Ecuatoriano del Guayas" de fecha 21 de septiembre


se publican las noticias sobre este memorable acontecimiento, mediante una
nota oficial del Gobernador de Guayaquil y otra propia del citado periódico,
las que transcribimos a continuación:

"Nota oficial

"República del Ecuador.- Gobierno de la Provincia.- Guayaquil, a 19 de


septiembre de 1838.- Al Señor Ministro de E. en el despacho del Interior.- El
señor José Rodríguez, natural de esta ciudad, alumno de la Escuela Náutica
que estableció y desempeñó con tanto lustre el Coronel Domingo Agustín Gómez;
y se hallaba en 1837 residiendo en Lima, en clase de licenciado de la Marina
de Colombia a que había pertenecido, propuso al Gobierno del Perú, en 7 de
julio de aquel año, fabricar una embarcación que navegando entre dos aguas
pudiese ofender sin ser ofendida con artillería o con barrenos para echar a
pique los buques enemigos. El Gobierno del Perú le autorizó en consecuencia
para establecer la fábrica del modo que más le conviniese al empresario; pero
como no le proporcionase recursos de ninguna especie, y lejos de esto se mirase
el proyecto con desprecio de las personas cuya protección solicitó para llevarlo
a cabo el espresado Rodríguez se restituyó a su país en el presente año, y sin
embargo de la escasez de su fortuna para una empresa costosa como
aventurada, a fuerza de constancia y de arbitrios ha podido destinar los
pequeños ahorros que ha hecho de su trabajo personal para manifestar al fin
el primer ensayo de la empresa.

"Ella se ha presentado a las primeras noticias como desatinada e


impracticable y que no solamente ofrecía la duda de su realización sino que
316 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

exitaba una admiración burlesca al inventor. Hace como dos meses que echó
al agua un pequeño bote construido a fuerza de afanes y de medios miserables,
y aquel día creció la admiración de los que supieron, al mismo tiempo que se
hablaba de la manera más desconfiada del particular por toda clase de
habitantes.- Antes de ayer apareció por fin el convite que acompaño, cuyos
adornos han sido esculpidos por el mismo Rodríguez, y ayer a la hora citada
todo el pueblo de Guayaquil se hallaba reunido en espectativa esperando que
el nuevo bajel atravesase desde la ribera opuesta donde se hallaba preparado.
Multitud de botes y embarcaciones de otra especie partieron a presenciar de
cerca la operación y se mantuvieron alrededor del bote desde que se sumergió
con el expresado Rodríguez y José Quevedo que lo acompañaba. Muchos vecinos
notables y el que suscribe hemos presenciado su separación de la costa y su
tránsito como de diez cuadras en dirección invariable hacia la ciudad; pero
su marcha era lenta, la noche estaba tan cerca y nos asistían tantos temores
respecto de los embarcados en el bote referido, entre otras razones por el estado
de la marea, próxima a cambiar, que nos pusieron en el caso de remolcar al
Hipopótamo con el fin de que no se malograse la primera operación y de que el
vecindario pudiese presenciar su llegada al muelle. Así se verificó a las seis y
cuarto de la tarde a presencia del más numeroso concurso que hasta hoy he
visto en Guayaquil y de exclamaciones placenteras.- Tan raro como atrevido
proyecto merece bien ponerlo en conocimiento del Gobierno por el respetable
órgano de V.S. tanto por las circuntancias que dejo referidas, como porque
aún cuando deje de perfeccionarse esta obra, el autor es acreedor, en mi opinión,
a las consideraciones que el Gobierno y el pueblo dispensan en todas partes al
ingenio y al valor. Sería necesario que V S. hubiese presenciado lo que dejo
referido para poderle convencer de la importancia con que se ha visto por
todos los que la presenciaron, el arrojo, la serenidad y acierto con que Rodríguez
y su compañero ejecutaron una operación tan desconocida como valerosa, y
para la que no han tenido ni protección, ni medios, sino tan miserables que la
hacen más recomendable.

Todos los espectadores lucharon por mucho tiempo con la ansiedad, de la


incertidumbre, hasta que habiendo podido hablar a los empresarios por la
boca de un respiradero que el bote llevaba fuera del agua, nos persuadimos de
que vivían y de que la empresa no era tan impracticable como llegó a pensarse.-
Si la hora y la marea lo hubiesen permitido, y si no hubiese faltado uno de los
remos que se rompió por su debilidad el empresario se habría presentado por
sus propias fuerzas, acrecentando la admiración pública y el mérito de sus
trabajos. La Gobernación, que se hace un grato deber en recomendarle, no ha
JOSÉ RODRÍGUEZ LABANDERA, INVENTOR DE UN BUQUE SUMERGIBLE. 317

podido disponer de otros medios para protejerlo que el de provocar una


suscripción patriótica que de alguna manera manifieste al autor la gratitud
de sus conciudadanos.- Dios guarde a U.S.- Vicente Gonzáles".

A continuación en la misma columna del citado periódico encontramos lo


siguiente:

"El Hipopótamo".- Tal es el nombre que se ha dado al buque de guerra que


navega entre dos aguas, obra de la invención del señor José Rodríguez alumno
que fue de la Escuela Náutica de esta Capital. Este ilustrado joven ha logrado
poner en planta el proyecto que propuso al Gobierno del Perú y presentar a la
espectación pública su primer ensayo en esta ría el día 18 de los corrientes,
sin más protección que su jenio y sin otros recursos que los que le dan su
trabajo personal en fuerza de sus talentos.- Cuando en nuestro número anterior
insertamos un artículo tomado del "Telégrafo de Lima" bajo el epígrafe de
"Progresos de las artes en Europa", ya preveníamos que si el proyecto del señor
Rodríguez se realizaba sería inconcebible lo que habían progresado entre
nosotros en esta parte y si en sentir del autor de aquel artículo, la maquinaria
ha subido en Europa a una abreviación tan rápida como feliz, que es a lo que
fue treinta años como de uno a ciento; en América decimos ha excedido como
de uno a mil. Compárense sino, los recursos, la protección y los premios que
obtiene el inventor de cualquier ramo de utilidad en Inglaterra, Francia, etc.
con la indiferencia o apatía que se ven en nuestro suelo los talentos. Sin
embargo es de creerse que nuestro Gobierno y los conocedores del verdadero
mérito, dispensarán siempre el homenaje debido a la virtud y al saber. Así es
que penetrada de estos sentimientos la Gobernación no ha podido menos que
recomendar este particular a la consideración del Gobierno, como se nota en
la comunicación al Ministerio, que queda inserta. Dispútense norabuena en
Europa y en los Estados Unidos del Norte de América los puntos de
mejoramiento en las ciencias y en las artes; apresúrense las sociedades, las
academias, los potentados y los gobiernos en conceder premios a los que
adelantan cualquier ramo científico o artístico; que nosotros nos contentamos
con la idea de que haya salido del Ecuador el primer ensayo de una obra que
fue meditada del primer hombre de Europa de nuestros tiempos, y que
perfeccionada acaso por su mismo autor la admirarán esas naciones que
marchan a la vanguardia de la cultura y de la ilustración .- Con demasiada
sorpresa han visto los habitantes del Guayas que se hallaban en botes y
diferentes embarcaciones menores, colocados enfrente de la Ciudad, al otro
318 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

lado del río, sumergirse el Hipopótamo, estando a su bordo el señor Rodríguez


en unión del señor José Quevedo, joven contemporáneo de aquel y natural
también de este país y seguir con la vista fija a un pequeño tubo que quedaba
muy poco fuera del agua e imperceptible a la simple mirada a una distancia
regular, que estaba amparado por una boca de fuego, en el que estaba colocada
el asta de la bandera nacional que flameaba hermosamente por la brisa que
corría. El ha tomado en este estado su dirección con rumbo invariable hacia
la Ciudad, luchando contra la corriente y el viento sur que no desmayaba, y
después de haber recorrido un espacio bastante considerable, entre la
admiración y aplausos del numeroso concurso de embarcaciones que la
seguían, ha sido preciso, haciéndolo surgir, conducirlo a remolque por habérsele
roto una de las ruedas que le daban movimiento, y de este modo ha llegado a
la orilla de este lado, donde un inmenso gentío, atraido por el convite que
salió el día anterior, lo expresaba lleno de regocijo.- No es de extrañarse la
incidencia de haberse roto una rueda pues es muy fácil concebir la debilidad
de una máquina construida exclusivamente por el autor que careciendo de los
medias precisos para esta clase de labor, no ha podido emplear ni todos los
brazos que necesitaba, ni hacer uso de los materiales más propios para ella;
pero él ha logrado con este primer ensayo, manifestar al mundo, que su proyecto
no era obra de una cabeza vacía o de una imaginación visionaria como algunos
habían creído, y es de esperarse de las luces del siglo, que este invento sea
colocado en un lugar célebre de la Historia".

No hemos encontrado algún documento relativo al destino que tuvo esta


invención, sólo en el libro antes citado, el señor Julio Estrada dice que hubo
una segunda prueba en el mes de diciembre, pero no menciona sus resultados;
por lo que podemos concluir que por falta de estímulo y apoyo económico
para seguir perfeccionándola, Rodríguez Labandera desistió de la empresa,
dedicándose a desarrollar otras actividades, pero sin dejar de llevar a la
práctica algunas de sus ideas sobre la construcción de aparatos, que por su
magnitud eran más fácilmente realizables. Así construyó una máquina para
tejer sombreros de paja y una pierna ortopédica para el General Vallejo.
FUENTES DOCUMENTALES
Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal de Guayaquil.

Archivo de la Nación.- Bogotá Colombia

Correspondencia del Libertador Bolívar.- Publicación Maveco de Ediciones


S.A. Madrid España.

Correspondencia del Libertador con el General Juan José Flores.-


Publicaciones del Archivo Juan José Flores.- Pontificia Universidad Católica
del Ecuador.

Epistolario de Vicente Rocafuerte.- Banco Central del Ecuador


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El Puerto de Guayaquil - 1: La mar de Balboa

El Puerto de Guayaquil - 2: Crónica portuaria

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VEGAS G. MANUEL J., Historia de la Marina de Guerra del Perú.


INDICE ALFABETICO 323

INDICE ALFABETICO

PERSONAJES Bolívar, Simón, 19,20,22,23,27,28,29,40,43,


44,51,57, 58,59,61,62,65,126,127,155,188,191
Boloña, Ramón, Alférez de Navío, 195
Boterín, José, Capitán de Navío, 51,101,102,103,108
Adams, John Quincy, 237 Bouchard, Hipólito, Contralmirante, 105,108, 112,
Aguirre, 264 113
Aguirre, Viviano, 192,193 Boulton, John, Fundación, 191
Alciro, J. G., 117 Bushnell, David, 311,313
Alvarez, Manuel, 195 Bustamante, José, Teniente Coronel, 36, 37, 39
Alvarez, Mariano, 63 Blanco, Coronel, 34
Alzura, Coronel, 210, 211 Blanco, Anizeto, 192,193
Andrade, Manuel, 231 Bravo, Rafael, 195
Anzoátegui, 236 Bravo, Ramón, Capitán, 39
Apo Yupangui, 301, Briceño, General, 132
Aquaroni, Alejandro, Teniente., 103,108 Brizuela, Apolinario, 193
Arboleda, Rafael, 124 Brown, Coronel, 33,34
Arenales, General, 30
Arizabalo, 44
Arizmendi, José de Jesús, 192
Armero, 42
Arrazabal, Sito, 192,193
Arteaga, 180 Cabello de Balboa, Miguel, Presbítero, 300,301,303
Arteta, 180 Cachimapaca Macus, Yupanqui, 301
Ascázubi, Roberto, 231, 232, 237 Caicedo, Domingo, General, 204, 205
Autarqui, 301 Calderón Garaicoa, Francisco, Teniente de Fragata,
Avilés, Ramón, 92,93 47, 98,141, 142
Ayarza, CP, 246 Campos, Teniente, 236
Aymerich, Melchor de, General, 28 Campuzano, Francisco, Teniente, 195
Camufles, José, 98
Cantera, Santiago, Guardiamarina, 216
Canterac, General, 19
Carlos, V., 304
Bacter, Samuel, 175 Cárdenas Agustín, 192,193
Bahamonde, Fco., Sub Teniente, 195 Cardosa, Flavio, 192
Ballén, Clemente, 237 Cardoso, Hilario, 192
Banhof, Juan, 193 Carvajal, Francisco de, 308
Bark, Lorenzo, 294,295 Castillo, José María del, Dr., 130
Barrera, Pablo, Comandante, 231 Castro, Mariano, 156
Barreto, Jesús, General, 37 Cerdeña, Blas, General, 120
Barrio, Francisco, 193 Cestaris, Coronel, 209
Bartlet, Juan, Teniente Ny., 174,175,224,225 Cevallos, José, Guardiamarina, 92, 93
Barvere, Cónsul, 251 Cevallos, Pedro Fermín, 204, 205, 210
Beluche, Renato, General, 126,127,129,130, Chacón, Juan, 141
131,132,136,139,141, 169 Chasín, José, 294
Bello, Florencio, 108 Chinga, José, 146, 148
Benavides, Miguel, Coronel, 115,117 Chitty, Gualterio, 126,128,129,130,131,136,139
Berlanga, Tomás de, Fray, 295,304,306,307,308 Chone, Santiago, 147
Boguier, Coronel, 127,129 Chochrane, Almirante, 20, 53, 83
324 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Colina, Nieves, 192,193 135,136,139,140,141,142,143,144, 174,185,187,


Colnet, James, Capitán, 293 188,190,193,194,196,204,205,206,207,218,
Conde Yupango, 301 221,225,231,232,235,236,237,238,239,240,242
Cope, Walter, Cónsul, 112,252,253 243,246,248,252,253,254,255,257,259,263,265,272,
Cordero, Esteban E, 143 288,295,296
Córdova, General, 30,132 Franco, Agustín, Comandante, 244
Cotes, Manuel María, Capitán de Fragata, 175, 259 Franco, Juan Antonio, 192
Cruz, Custodio de la, Maro, 92 Fuezalida Bade, Rodrigo, 91
Fulton, Roberto, 311,313
Fumiel, Andrés, 294

Darwin, Carlos, 298, 299


Daste, Bernardo, Doctor, 254, 273
Dávalos, Comandante, 103, 157 Gamarra, Agustín, Mariscal, 33,34, 35,61,118,
Demarquet, General, 118 119,120,123,136,139,157,160
Densi, Luis, 193 Game,MatoPalmer, Teniente, 136,142,174,210,
destruge, Camilo, 80, 210, 217, 218, 224, 265 218,227,228
Díaz, Juan, 195 García de Henares, N., Alférez, 195
Díaz, Pío, Comandante, 246,249 García del Postigo, Carlos, Capitán de Fragata,
Doyle, José María, Capitán de Fragata, 142,175,192, 69,83,84,85
198, 216, 248, 249, 271, 274, 275 García, José, Coronel, 23
García, Santana, 192,193
Garmendia, José, 195
Gellibert, Guillermo, 264
Gínez, José, 198
Echanique, Ramón, 63 Girdón, Diego, 288
Elizalde, Antonio, Coronel, 37,38,40,113 Gómez, Domingo Agustín, Capitán de Navío,
Elizalde, Juan Francisco, Teniente Coronel, 36,38 192,315
Escobar, José, 195 Gómez, José Antonio, Alférez de Navío, 142,209
Espinoza, 191 González, Gregorio, 192,193
Estrada Ycaza, Julio, 52,114,313,318 González, José, 192,193
Gonzáles, (sic), José Miguel, 255
González, Juan, Alférez de Navío, 79,84
González, Pavón Manuel, Alférez de Navío,
103,108
Fábrega, General, 210,211 Gonzáles, (sic), Vicente, 317
Facker, John, 295 Granja, Juan Evangelista, Alférez de Navío, 47
Fausto, Manuel, 192, 193 Gual, Sr., 132
Febres Cordero, León de, General, 111,115,117,140, Guamán Achachi, 301
141,192,193,194,195,211, 215,217,218,221,223 Guedes, Pascual María, Comandante, 175,239,
Felipe, II, 300 259,266
Félix Marques, José, Teniente, 103,108 Guerra, Antonio de la, Coronel, 115,249
Fernández, Juan Antonio, Comandante, 247 Guerrero, Manuel, Teniente 2o, 216
Fernández, Leocadio, Teniente de Navío, 175,198, Guevara, Pascual, 192,193
210, 259, 275, 276,277 Guido, Tomás, Coronel, 20,22,23
Fiallos, Capitán, 242,247 Guisse, Martín Contralmirante 29,53,54,60,83,94,
Figueredo, General, 62 95,96,97,98,99,102
Fitz Roy, Robert, Capitán, 298 Gutiérrez de la Fuente, Antonio, General, 118
Flores, José Vicente, Guardiamarina, 92,93 Guzmán, Juan Bautista, 195
Flores, Juan José, General, 34,37,39,40,57,58,59,62,
65,69,70,71,72,73,74,75, 83,84,86,88,89,90,
91,92,94,95,98,102,108,109,111,112,113,114,122,
INDICE ALFABETICO 325

Leal, José del Carmen, 193


Lee, Eduardo, 93
Hacera, Isidro, 147 Lee, Santiago, 93
Hall, Francisco, Coronel, 231,232 León, Manuel, Coronel, 40,209,
Hamerly, Michael, 266 Leoro, Manuel, 274
Haza, Manuel de la , 268,269 Letamendi, 180, 181
Heres, Tomás, General, 37,60,61 Limpita, Usca Mayta, 301
Hernández, Ignacio, Coronel, 291,294,295 Lira, Francisco, Capitán , 192,195,246
Herrera, Coronel, 221,222 López, 180
Hitchell, Andrés, 175 López, Alejandro Antonio, Coronel, 117,194,195
López, José Hilario, General, 40,45,204,205,
206,219,221
Llaguno, Fernando, 195
Ibañes, Antonio, 274 Llona, 181
Ibañes, Manuel, 274 Luque, Coronel, 100
Icaza, Martín Santiago de, 188 Luque, José de, 193
Iglesias, Ramón, Alférez de Navío, 175 Luzarraga, Manuel Antonio de, Capitán de Navío,
Illingworth, Hunt Juan, Contralmirante, 27,46,47,48,103,106,121,169, 171,172,174,178,
24,27,29,46,47,48,49,51,52,60,61,69,70, 186,194,200, 207,217,224,237
72,73,74,75,80,83,84,87,91,95,98,100, Luzuriaga, Toribio, Coronel, 20,22,23
102,103,108,109,111,113,114,139,158,
161,171,172,174,188,190
Infante, Manuel, 195

Macarthy, Darío, 175


Machuca, Comandante, 42
Jacobo, José, 193 Machuca, Coronel, 232
Jame Noodbille, Santiago, Maro, 93 Manuel, 92
Jimena, Rafael, 154 Manzanillo, Francisco, 193
Jiménez de la Espada, Marcos, 302, 303 Marchan, Manuel, 192, 193
Johnson, Juan, 295 Mariátegui, Ignacio, Contralmirante, 268,269
Johntson, Claudio, Teniente de Navío, 72,76,79,84 Marquisio, Dr. 59,
Márquez, Matilde, 192
Márquez, Ramón, Comandante, 42
Martín, Francisco, 192
Martínez Pallares, Antonio, General, 206,223,
Kellet, Capitán, 287 224,228
Marth, Darío, 175
Matheu, Manuel, General, 231
Matos, Diego, Alférez de Navío, 175,216
La Mar, José D., Mariscal, 35,37,40,41,43,58,59,62, Medina, Capitán, 246
63,64,94,102,109,110,111,113, 118,146,147 Mena, Pedro, Coronel Comandante, 210,211,213,
Labarriera, Miguel, Teniente de Navío, 145,198, 199 214,217,218,235,236,237,238,240,250,252,
Laborde, Angel, Contralmirante, 44,45,123 253,254,268,297
Landa, Doctor, 232 Méndez, Natalio, General, 250
Landázuri, Julián, 180 Merato, Pedro, 195
Lara, Jacinto, General, 30,35,36 Merino, Rafael, Coronel, 37
Lárraga, Clemente, 195 Mesa, Bernardo, Capitán, 215
Larrea, 136 Miño, Mariano, 180
Larrigan, Coronel, 221 Mires, José, General, 24,27
Lavallete, Capitán, 237,238 Moncayo, Pedro, 231,232,235,237
Lavayen, Coronel, 253 Montero, Nepomusemo, 195
Lazo, 180 Montilla,Mariano,General, 124, 126, 128, 131, 132,
326 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

133 Pérez, Evangelista, 193


Moore, Jorge, Comisario, 275 Pérez, Miguel, 294,295
Morales, Generales, 45 Pérez, Gabriel, General, 37,38
Morán, Trinidad, Teniente Coronel, 27 Pérez, Pedro, Alférez, de Fragata, 175
Morlás, 236 Pérez, Sres, 274
Mosquera, Intendente, 37,60 Pérez, Ventura, 195
Mosquera, Tomás C., General, 115,117,135 Piedrahíta, José María, Teniente, 195
Muñoz, Juan Antonio, Coronel, 195 Piñanga, Matra, 195
Muñoz, Comandante, 232 Pizarro, Francisco, 304
Muñoz, José Manuel, 294 Plaza, 86
Murat, Bonafous, 251 Plaza, Felipe, 195
Murgueitio, Juan Miguel, 231 Pombo, Luis, Teniente, Coronel, 27
Ponte, Comandante, 253
Porras, Coronel, 111
Prieto, José, Coronel, 112,115,193
Necochea, Mariano, Mariscal, 114,115 Prunier, Guillermo, Capitán de Fragata, 113
Noboa, 180
Negrón, José, Teniente, 195

Quevedo, José, 316, 318


Quezo Myta, 301
Obando, José María, General, 39,40,45,204,206 Quigual Topa, 301
Olañeta, General, 30 Quiñónez, 180
O'Leary, General, 109,115 Quirola, Lorenzo, 294
Olmedo, José Joaquín de, Doctor, 22, 24, 27, 28,
141, 143, 154, 236, 293, 295
Ordeñana, 236
Ortega, Salvador, 180 Rabinet, Guillermo, 51,76
Ortiz de Zevallos, Ignacio, 32 Raire, Salomón, 195
Ortiz, Eugenio, Doctor, 294,295 Ramírez, Francisco, 192,193
Oses, Coronel, 237 Ramírez, Gabino, 175
Otamendi, General, 206,225,226,227,237,246 Ramírez, Leonardo, 192
Ramírez, Leocadio, 193
Revenga, J.R., 41,42
Reyna, Francisco, 52,121,192,263,284
Ribadeneira, Diego de, Capitán, 307,308
Pacheco, Santos, Coronel, 195 Rincón, José Antonio, 195
Páez, J.A., General, 126,128,129,130,131,132 Riofrío, 180
Panizo, Juan José, Comandante, 84 Rivas, 253
Pareja, José María, 147 Robles, Carlos, GAMA, 216
Pareja, Juan Ignacio, General, 103, 106, 107, 139, Robles, Francisco, General de Marina,
141,161,172,235,236,247,257,263 195,270,283,284
Pareja, Manuel Ignacio, Capitán de Navío, 48,96 Roca, 181
Parra, Felipe, 195 Roca, Francisco, 154
Parra, Roario, 193 Roca, Vicente Ramón, 293,295
Parra, Tomás, 294 Rocafuerte, Vicente, 232, 233, 236, 237, 238,
Paz del Castillo, Juan, General, 29 239,240,248,250,251,252,253,254, 255,256,257,
Pazos, Pedro, 195 259,261,263,265,266,267,268,269,272,273,275
Peacock, Jorge, Capitán, 288 276,277,282,286,287,288
Peñafiel, 180 Rodil, General, 27, 29, 30, 46
Pereira, Comandante, 240 Rodríguez, Teniente, 247
Pérez Concha, Jorge, Doctor, 22 Rodríguez Labandera, José, 309,312,313,314,
INDICE ALFABETICO 327

315,316,317,318
Rojas, Juan Bautista, 192,193
Rojas, Lucas, Teniente de Navío, 175,216,283,288
Tabat, Juan Bautista, 195
Romano, Miguel, 274
Tamariz, Francisco Eugenio, 282
Romero, José Albino, MARO, 93
Taylor,Archivaldo, Capitán de Fragata, 47,72, 76,
Rudens, Alejandro, 252,253
88, 89,90,91,195, 196, 240, 242
Rugg, Santiago, Capitán, 294, 295
Taylor, Roberto, 175
Rusconk, Pedro, 195
Tilca Yupangui, 301
Russell, Tomás, 295
Tola, Angel, 180,264
Toledo, Virrey, 300,301
Torres, 180
Torres, Ignacio, General, 40
Sáenz, José María, General, 231
Torres, Juan Antonio de, 63
Sáenz, Manuela, 45
Túpac Yupanqui, 300,301,302,303,304
Salazar, Francisco Ignacio, 181
Salazar, Juan, 63
Salazar y Baquijano, Manuel de, 155,156
Saldumbide, Ignacio, 231
Unsdworth, Juan, Teniente de Fragata, 79, 91, 92,
Salinas, Diego, Capitán de Infantería de Marina,
93, 145
175,192, 266
Uraga, Juan Manuel, General, 241,242,243
San Martín, José de, General, 20,22,23,29,32,54
Urbina, José María, Teniente de Fragata,
Sanabria, Doctor, 127
79,113,142,239
Sánchez Bravo, Mariano, Capitán de Fragata, 51
Urco Guaranga, 301
Sandes, General, 59,98,100,111
Urdaneta, Luis, General, 23, 37, 58, 90, 130, 131,
Santa Cruz, Andrés, Coronel, 32,33
132,174,187,188,189,190,193,194,195, 196, 197,
Santander, General, 39,43,44,76
203, 204, 205, 209, 235
Santistevan, 180,236
Urdaneta, Rafael, General, 187,188,197,204
Santos, Manuel, 195
Urdininea, General, 33,34
Sanz, Vicente, 231
Sardá, General, 95,128,133
Sarmiento de Gamboa, Pedro, 300,303
Silva, Jacinto, 192,193
Silva, Juan, 294
Valdez, Manuel, General, 32,37
Sirascoqui, 60
Soligny, Domingo, 294,295 Valdivieso, 180,272
Solórzano, Isidro, 175 Valdivieso, José Félix, 204,207
Soroa, Joaquín de, Capitán de Navío, 53 Valdizán, Gamba, José, Capitán de Navío, 75
Sotillo, Manuel, Comandante, 195,209 Valencia, José Cornelio, 204
Soublette, General, 134 Valle, Florencio del, 103
Soulín, Hipólito, Capitán de Navío, 174, 192, 194, Valle Riestra, Francisco, Teniente Coronel, 115,117
197, 198, 199, 208, 209, 211, 213, 214, 215, 216, Vallejo, General, 318
219, 223, 235, 236, 242, 271 Valverde, Juan José, Alférez de Fragata, 175, 198
4 Stagg, Leonardo,General, 134, 136, 137, 139, 142, Vegas, G. Manuel Y., Capitán de Fragata 69,83
172, 174, 175, 185, 188,190, 235, 244, 258, 264, Ventura, Félix, 193
287 Veraguas, Santiago de, 211
Subero, Andrés, Coronel, 235,242,243 Vergara, Juan, Subteniente, 79
Sucre, Antonio José de, General, 19, 24, 27, 28, 29, Villa, José, 41,42
30, 31, 32, 33, 34, 35, 41, 42, 57, 58, 109, 110,111, Villamil, Joaquín, 294,295
131, 148, 153, 154 Villamil, José María de, General, 161,188,
292,293,294,296,297,298
Villanueva, José, 195
Villegas, José, Capitán de Navío, 53
Viver, Capitán, 232
328 HISTORIA MARITIMA DEL ECUADOR

Vivero, José, 193


Vivero, Joseph Pascual de, Contralmirante, 54

Calderón, cañonero, 265


Carmen, goleta, 215,216
Catalina, goleta, 284
Wandworth, Comodoro, 252, 253, 257, 258 Caupolicán, bergantín, 186
Williams, Jaime Capitán de Navío, 174,175, 297, Celadora, goleta , 240
298 Challenger, (sic), fragata, 253
Williamson, Alférez, 84 Chimborazo, bergantín, 46
Wright, Ricardo, Coronel, 231,253 Cinco de Abril, goleta, 146
Wright, Tómas Carlos, General, 47,48,51,52, Colombia, fragata de guerra, 53,65,86,88, 90,
70,72,73,74,75,76,77,80, 81, 83, 86, 92,139, 117,120,122,123,125,128,130,131,132,133,134,
141,142, 143, 148, 172, 174, 186, 188, 238,240,242, 135,136, 139, 140, 141, 142, 143, 144, 168, 170,
250, 255, 257, 258,270 171, 172, 173, 174, 175, 177, 179, 180, 181, 182,
183, 185, 186, 187, 188, 190, 192, 193, 196, 203,
207, 209, 218, 235, 237, 238, 239, 240, 243, 246,
247, 249, 251, 253, 255, 256, 257, 258, 259, 263,
264, 266, 270, 271, 276, 286
Yancán Myta, 301 Congreso, bergantín de guerra, 37,46,47,54,157
Yanes, 126,127 Costatlán, goleta, 147
Ycaza, 236 Cundinamarca,tragata,53,65,86,88,90, 117,120,131,
Yépez, Manuel, Teniente de Navío, 198, 258 133,134,168

Diligencia, goleta de guerra, 171, 172, 174, 181,


Zamora, M., 228 203, 210, 218, 245, 246, 249, 258, 259, 263, 265,
282, 283, 286

BUQUES
Ecuatoriano,bergantín, 258, 259, 265, 270, 271, 273,
274, 275, 282
A Escobedo, goleta, 22

Adela, corbeta, 46, 52, 121, 122, 127, 169, 171


Adventure, buque, 298
Alcance, goleta, 54, 21 Fairfield, corbeta de guerra, 237,238,258,
Alejandra, corbeta, 24, 27 Favorita, corbeta de guerra, 251,252
Amos-Palmer, bergantín, 252
Ana, bergantín, 24
Arequipeña, goleta, 54, 84, 95, 103, 121,140
Atahualpa, aviso, 265 Gracia del Guayas, goleta de guerra, 121, 140,
Atrevida, goleta, 244, 245, 246, 247, 259, 265 141,142,144, 168, 172,174, 199, 203, 208, 210, 218,
221, 224, 226, 227, 240, 246, 247, 249, 259, 265,
273, 275, 276, 282, 283
Guayaquileña, goleta de guerra, 45, 46, 47, 51,
52,72, 73, 76, 77, 78, 79, 83, 84, 86, 91, 95,96,
Beagle, bergantín, 298,299 98, 114, 121, 127, 135, 140, 141,142, 168, 169, 171,
Boliviana, corsario, 146,147 172, 174, 176, 181, 187, 193, 194, 196,
197, 198, 199, 200, 203, 208,
210, 211, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 219,
INDICE ALFABETICO 329

223, 224, 225, 235, 238, 259, 265, 270, 271, 275,
282, 283, 284, 286
Guayas, fragata, 264 Nautilus, buque sumergible, 311
Guerrero, navío, 44

Patria, ex-Alcance, goleta, 21,22


Hércules, bergantín, 44 Peruviana, buque, 52,54,76,96,100
Hipopótamo, buque sumergible, 312,313,315, Pichincha, corbeta, 46, 52, 72, 76, 77, 79, 80, 83,
316,317 84, 86, 88, 89, 91, 92, 93, 95, 102, 110, 113, 114,
121, 127,128, 140, 168, 171
Presidente, fragata, 53, 84, 88, 95, 96, 98, 100, 102,
112, 113, 117, 118, 120, 132, 133
Iberia, fragata, 44 Primero de Febrero, bergantín, 121
Independencia, corbeta, 73,88,91 Protector, fragata, 53
Istmeña,goleta, 145, 146, 168, 172, 174, 187,193, Prueba„ fragata, 53,65,73,74,97,132
194, 196, 197, 198, 199, 200, 203, 207, 208, 210,
211, 212, 213, 214, 215, 216, 217, 218, 223, 224,
226, 227, 228, 239, 245, 258, 259, 265
Rattler, buque, 293
Richmond, fragata, 295
Rosa de los Andes, corsario, 24
Rosario, goleta, 284
Johnquing, bergantín, 239
Juanita, goleta armada, 241,242,243,259

Sirena, goleta, 114


Sulphur, fragata, 287
La Mame, corbeta de guerra, 251
Lady Collier, 51,76,169
Levante, fragata, 295
Libertad, corbeta, 54,69,70,72,74,75,76,77,80,
83,84,85,86,88,92,93,94,95,96,98,102,112 Tarqui, bergantín, 145,146
Limeña, corbeta, 313 Teodosio, 27
Luna, goleta, 209

Urica, corbeta, 131, 132,134,135


Macedonia, goleta, 74,84,145
Manabí, bote, 227
Mercedes, buque, 146,147
Mercedes, goleta, 294,295
Mercurio, bergantín, 114 Valeroso, bergantín, 244, 245, 246, 247, 259, 265
Monteagudo, fragata, 54,114 Veintisiete de Febrero, bergantín de guerra, 122, 168,
Montevideo, corbeta, 91 169,172,181,193,196,208,217,219,259,265
Muto, buque sumergible, 311 Venganza, fragata, 53
Victoria, bergantín, 240,243
Vincennes, corbeta de guerra, 252
Armada del Ecuador
Instituto de Historia Marítima

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