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Selección de historietas de

Viñeta de la tira Leonardo Olivera, el león del oeste. Publicada originalmente en 1979,
en la revista Patatín y Patatán y luego reeditada en El colegial. De ella solo alcanzó a hacer
el primer capítulo y no la pudo continuar porque se lo impedían los compromisos de trabajo.
Nota sobre los derechos de autor:
Las historietas e ilustraciones de esta publicación fueron cedidas por
Pedro Cano Iribarne. Su autorización admite este libro y su edición
digital para la web a condición de que sean gratuitas y en carácter de
homenaje. El libro en papel se presentará y regalará durante el festival
Montevideo Comics 2021. Cualquier uso posterior de las obras deberá
ser negociado con Cano. La comercialización de este libro y de su
versión digital está prohibida.

www.montevideocomics.com.uy

Edición y prólogo:
Matías Castro
matias.castro@montevideocomics.com.uy

Producción:
Marcelo Sánchez
marcelo.sanchez@montevideocomics.com.uy

Diseño y dirección artística de la colección:


Orestes Mancuso
emontanodg@gmail.com

Digitalización:
Cuatro Tintas.

Agradecimientos: Gustavo Guadalupe, del Museo del Humor y la


Historieta de Minas, por su apoyo infatigable. A Tito Lagos, por haber
adivinado este proyecto cuando nos dijo “tienen que homenajear al
mejor dibujante de gauchos de Uruguay”. Dedicado especialmente a
quienes hacen historietas en el Uruguay del siglo XXI, herederos de
la antorcha que prendieron Pedro Cano y todos los historietistas que
trabajaron desde el casi anonimato a lo largo del siglo pasado.
Índice

Pág. 7
El gaucho ventarrón
Pág. 28

El escurridizo
Pág. 33

El viejo Vizcacha
Pág. 56

Daniel Futbolista
Pág. 78

Historia Vs. Historieta


Pág. 83

Muestrario de otras obras


Matías Castro

Lavalleja, ruta 8, kilómetro 87,


cerca de Solís de Mataojo. Pedro
Malasartes es un niño de casi diez
años, que duerme tapado con una
cobija sucia, sobre una bolsa de ar-
pillera rellena de paja. Amanece y
se despierta, presto a realizar sus
tareas cotidianas.

Deja de lado el único par de zapa-


tillas que tiene, porque las cuida al
extremo, y cruza descalzo el terre-
no cubierto de escarcha para buscar
dos animales. Una es la única vaca
lechera que tienen, que él deja dis-
puesta para ser ordeñada por Ma-
riana, su madrina. El otro animal
es un caballo, que tiene que estar
dispuesto a primera hora para el ca-
rro del Gallego Sastre, su padrino y
esposo de Mariana, un hombre de En 1956 en el programa de folclore de Cristina Morán. Posteriormente Pedro
participó de otros programas de radio, componiendo versos y payando en vivo.
carácter agrio al que vale más obe-
decer o evitar su paso. en un rincón durante un rato lar- Nació el 11 de julio de 1938 cerca
go, soportando además la burla de de Solís de Mataojo. Era el cuarto
La siguiente tarea es cruzar has- sus compañeros. Cuando vuelve al hijo de un matrimonio que se des-
ta lo de una vecina que les regala banco, enojado, él susurra “vieja armó al poco tiempo, ya que su
leche de sus vacas, más rendido- de mierda”. Blondina Morales, una padre los abandonó. Debido a la
ras que la única que tienen ellos. compañera lo escucha y lo denun- pobreza en la que quedaron, su ma-
Después de eso, desayuna con pan cia. La maestra lo agarra de la ore- dre se mudó a Montevideo con los
y cocoa. Compra vino para el pa- ja, lo lleva a la dirección y junto a dos hermanos mayores para buscar
drino, ayuda algo más en su casa, la directora Dora, le dan una buena oportunidades que no existían en
almuerza frugalmente y parte a ca- paliza. el campo. Pedro tenía dos años y
ballo hacia la escuela. junto a su hermana quedó bajo el
Sangrando y malherido, Pedro
cuidado de sus abuelos. No la vol-
Al final de la jornada, su maestra Malasartes no vuelve a su casa,
vieron a ver durante ocho años.
Yolanda lo llama aparte y le da una sino que se refugia en lo de su abue-
carta para sus tutores. Esa misma lo, Pedro Iribarne. Muy enojado, el
veterano se sube a su carro y va a Su maestra de primer año, la se-
tarde el Gallego estalla de furia ñorita Burgueño, le regaló un libro
la escuela a enfrentar a la maestra
cuando la lee. En la carta, la maes- para colorear que no requería lápi-
y la directora.
tra les cuenta que Pedro Malasartes ces. Simplemente había que hume-

tenía los pies y las piernas sucias y decer un pincel, un pedazo de trapo
A los 82 años, Pedro Cano Iribar-
que no debe volver así a la escuela. o la yema de los dedos y frotar los
ne, antes conocido como Malasar-
A golpes de rebenque el padrino lo tes por sus picardías y porque era el dibujos para que el color apare-
corre hasta una cañada y le hace la- nombre de un popular personaje de ciera. La magia fue más allá de la
varse los pies con arena, hasta que la radio, describe lo que pasó entre sorpresa que escondían esas hojas
le sangren. su abuelo, la directora y la maestra blancas y así nació el amor de Pedro
como “un duro altercado”. Así Malasartes por el dibujo, el mismo
Al día siguiente, Malasartes le ex- rememora su historia, con natura- que lo llevó a convertirse en el di-
plica a su maestra que no era sucie- lidad, sin rastros de rencor ni dolor
dad lo que tenía, sino piel quemada bujante profesional Pedro Cano. El
y cargada de detalles que prueban siguiente paso fue copiar una y otra
por las heladas del amanecer. Pero que esos tiempos lejanos siguen
ella le dice frente a la clase que es vez las imágenes de ese libro, luego
frescos. Y de ese modo sigue rela- las historietas de los diarios de la
un mentiroso y lo hace arrodillarse tando su vida.
época, sumado a lo que veía o ima-

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ginaba y de ese modo sus trazos no El Gallego Sastre sobrevivía “Mi abuelo era sensacional, era
se detuvieron más. como podía. Así como organizaba domador y tenía treinta cuadras de
un baile en su casa, con venta de campo que cosechaba a medias con
Como los abuelos solo podían chorizos y vino, también vendía un medianero que trabajaba una
hacerse cargo de uno de los nie- alcachofas de cardos y espigas de parte. Aprendí ahí lo que significa
tos, enviaron a Pedro a vivir con trigo a una florería de Montevideo. el campo, cómo se esquilaba, las
el Gallego Sastre y su esposa Ma- O periódicamente viajaba en carro trillas, andar a caballo desde los
riana. El Gallego, en realidad, era a Piriápolis junto al tío biológico siete años, todo”, cuenta Pedro con
un bebé que el abuelo había encon- de Malasartes, para vender huevos. una sonrisa.
trado abandonado en el cementerio Aunque de este último empren-
y que había criado como un hijo dimiento no siempre volvían con Tras la reyerta o “duro altercado”
propio, tanto que lo convirtieron dinero ya que, como contó Pedro, entre su abuelo, la maestra y la di-
en el padrino de Pedrito. La idea “les gustaba el naipe y el trago”. rectora, Malasartes dejó la escuela.
demostró ser desafortunada ya que Al verano siguiente recibieron la
el padrino era un alcohólico temi- Las historias de Malasartes pare- visita de Pirulo, su hermano mayor,
ble. Cada vez que volvía a su casa, cen nacer de una dimensión ajena a que iba desde Montevideo. El nom-
Pedro y Mariana temblaban por los la fantasía que representan las his- bre real de Pirulo era Núber Cano,
estallidos que se venían. A veces, torietas populares que leía de chico se convirtió en jugador de Peñarol
ella optaba por acusar a Malasartes y joven. Esa fantasía creada por di- e integró la formación con la que el
de alguna picardía para que la furia bujantes de las grandes ciudades en club salió tri campeón uruguayo y
de su marido no cayera solamente la que convivían las aventuras de de la Libertadores. Al reunirse con
sobre su cabeza, así que él se esca- bucaneros, las osadías de Tarzán, su hermano, Pedro vio la oportuni-
paba por la ventana y se refugiaba los ataques de los apaches, las his- dad de escaparse y volver junto a
en algún lugar cercano durante la torias de detectives o las andanzas su madre, a la que recordaba vaga-
noche. espaciales de Flash Gordon. mente. Sus abuelos los autorizaron
y los niños emprendieron el viaje
Las anécdotas sobre su padrino se “Una vuelta, una perrita tuvo seis “en un ómnibus marrón que mane-
multiplican. Malasartes se ocupaba cachorros. Yo los escondí pero mi jaba un tal Crisio”.
de cebarles el mate y en cierta oca- padrino los vio y los puso en una
sión le puso, por error, azúcar al del bolsa de arpillera. Me dijo ´Tiralos En Montevideo su madre lo reci-
Gallego, quien furioso se lo tiró por a la cañada o te muelo el lomo a pa- bió de brazos abiertos y en marzo
la cabeza. No fue la única vez que los´. Los tiré y salí corriendo, amar- él retomó la escuela, en tercer año.
le pagaron de mala manera por sus gado, porque quería a los bichos. “Mis tiempos en la escuela de Solís
errores en ese servicio. Al otro día, un vecino que me tenía de Mataojo fueron muy desdicha-
tirria porque entraba a la quinta dos, tanto que nunca más quise pa-
Una noche, el Gallego perdió su a robarle sandías, me dijo que los sar cerca de ella. En cambio, de la
sombrero nuevo al regreso de una cachorritos se habían salvado pero gran escuela Felipe Sanguinetti de
timba y le ofreció a Pedro un real, o que él los había matado”, recuerda. Montevideo guardo recuerdos ma-
sea diez centésimos si se lo encon- ravillosos. Tanto que, siempre que
Y esa es apenas una de sus varias
traba. Cuando el niño salió a bus- puedo, paso acariciando con mis
memorias con animales muertos de
carlo, descubrió que antes que él lo gastados zapatos las grises veredas
formas crueles o injustas.
había encontrado un vecino llama-
de esa escuela”, dijo en una mini
do Chito De León. El hombre se lo
Pero entre sus recuerdos hay autobiografía dibujada que armó
dio a Pedro y le pidió que le avisa-
muchos entrañables. Comer las junto a su hija.
ra a su tío que le debía una grapa
por el hallazgo; pero el niño no le sandías robadas a aquel vecino,
dijo nada, lo entregó y se cobró su pescar en la cantera del gringo Ma- “Cuando llegué, era un canarito
real. Cuando el Gallego supo quién rrero, fantasear con el origen del de afuera, cazado a espejo como
había encontrado verdaderamente Loco Barba, un vagabundo de la se decía de la caza de los cana-
su sombrero, castigó a Malasartes zona, recoger leña junto a su abue- rios. Saludaba a la gente como se
suspendiéndole durante una sema- lo, visitar el circo itinerante de los hacía en campaña. Me encandila-
na el vintén cotidiano que le daba hermanos López y, a veces, cuidar ba todo, los tranvías, el cine, las
para comprarse la merienda en la a Dulcinea, la bebé del Gallego y luces. Fijate que afuera nos ilumi-
escuela. Mariana, fueron algunos de ellos. nábamos a candil y a las siete nos

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acostábamos. Así que venir fue lo más ya que se publicaban más de noventa La inmensa mayoría de su obra
maravilloso que me pasó en la vida”, páginas al mes. “Fue el mejor trabajo como historietista o ilustrador tiene
recuerda hoy. que tuve en mi vida”, asegura mientras que ver con el mundo de los gauchos,
recuerda cómo ordenaba cientos de ti- las tradiciones, las historias legen-
Como vivían en una pieza, el dinero ras de historieta y se ocupaba de cui- darias del campo como la de Martín
escaseaba y cada tanto recibían avisos dar sus capas de color. Con los años, Aquino, la vida cotidiana rural e in-
de lanzamiento por falta de pago, así los trabajos se multiplicaron en esos cluso el fútbol, una de sus aficiones.
que tres de los hermanos debieron tra- diarios y otras revistas y suplementos “Hasta el cuarenta o cincuenta toda-
bajar para colaborar. Después del ho- que lo contrataron como dibujante. vía veías gauchos y costumbres como
rario de clases, se empleó con un ven- la que había de dejar las zapatillas
dedor de huevos a cambio de un peso Curtido por las desventuras de su junto a la carretera para ponerse los
vida, aprovechó para aprender va- zapatos en el momento de viajar lejos
al día, que equivalía a cinco veces
rios oficios y también se dedicó a la de la campaña y usarlas otra vez a la
más del vintén que el Gallego le daba
maquetación de páginas y a la dia- vuelta”, evoca. “A pesar de las palizas
para la escuela, y más adelante como
gramación de los avisos. Tanto que, que me daba mi padrino, adoro ese
repartidor de una fábrica de pastas. Y
hacia 1980 llegaba a producir en tres tiempo. Pero todo lo malo tiene algo
así continuó, dividido entre clases y bueno”.
trabajos hasta segundo de liceo, cuan- publicaciones unas doscientas pági-
do se empleó con un verdulero para nas al mes, entre las que ilustraba con
Es cierto que muchos de esos te-
trabajar en las ferias desde la madru- historietas o con pasatiempos y las
mas rurales y folclóricos venían de la
gada hasta la mitad de la tarde. Su si- que solamente maquetaba. “Yo hacía
mano del perfil de las revistas para las
guiente trabajo fue en la construcción, lo mío y tenía memoria fotográfica.
que trabajó, pero quien trace una línea
donde integró la llamada Cuadrilla Dibujaba muy rápido, lo que otros ha- entre su vida personal y sus trabajos
del Sacrificio, un pequeño grupo dedi- cían en seis horas, yo lo dibujaba en descubrirá a un autor. Aunque la valo-
cado a las tareas más duras. Todas las una”, cuenta con sencillez. ración sobre su calidad quede librada
tareas se hacían a mano y sin guantes, al criterio o gusto de cada lector, ese
cargando y descargando escombros o Entre los ´60 y ´80 no hubo revis- hecho es indiscutible
empujando carretillas por puentes de ta y casi tampoco diario en el que no
tablones a veinte metros de altura. dibujara. Sus últimos trabajos antes de la
jubilación fueron igualmente inten-
“Ahí me hice hombre a la fuerza”, “Charoná salió en 1968”, recuerda, sos en Charoná, Moñita Azul, Gurí
recuerda en una historieta que realizó “después de que cerró Pilán. Llegó y El Colegial. El retiro, sin embargo,
sobre esos años. La página en que di- a vender treinta y cinco mil ejempla- apenas cambió su pasión y continuó
bujó ese trabajo es apenas una mues- res. Y en 1970 eliminaron la sección dibujando para el diario Hoy Cane-
tra de la forma que suele utilizar para de dibujo de La Mañana, aunque yo lones, algunos libros e incluso para
comunicarse y contar episodios de su me salvé porque estaba a cargo de las publicaciones barriales. Cuando le
vida. historietas extranjeras y porque hacía pregunto si se siente artista después
de esa larguísima carrera entre ilus-
los textos para los avisos. Aprendí ese
A pesar de que era duro, el trabajo de traciones, historietas, maquetas de
oficio con la gente del diario. En un
la obra le daba más plata y le permitía páginas, imprentas de diario, versos y
momento me nombraron encargado de payadas, responde que sí. Lo hace con
comprarse las revistas de historietas tiraje, trabajaba en un lugar de maña-
de la época como Rayo Rojo, Pato- orgullo, naturalidad y sin intención de
na y en otro iba de noche y estuve has- reivindicarse.
ruzito, Misterix, Puño Fuerte y otras.
ta 1980. Después Alfredo Testoni me
El dibujo seguía vivo sin importar las
llamó para trabajar en el suplemento Hace doce años que lo trato. Muchas
llagas en las manos y los músculos
El Colegial, donde metí historietas, veces ha preferido comunicarse y con-
cansados, y lo practicaba de noche,
pasatiempos y de todo, porque tenía tar su historia y las de sus colegas a
hasta que pudo pagarse el curso por
mucha práctica. También dibujaba través de dibujos y escritos que hace
correspondencia de la legendaria
chistes en El País y otros suplementos. especialmente para responder mis
Continental Schools. En 1959 recibió
Estuve en El Escolar hasta que se que- dudas, siempre de forma generosa,
su diploma y se dispuso a cambiar la compartiendo sus archivos y conoci-
pisada. bró la tablita y pasé a Mundo Color,
mientos. Ese impulso, poco frecuente
hasta 1987. Todos esos trabajos tenían
en dibujantes retirados, no hace más
Un par de años más tarde consiguió unos plazos de entrega muy ajustados, que reflejar que la magia descubierta
sus primeros encargos en Seusa, la pero yo cumplía aunque tuviera que en aquellos colores que aparecían en
empresa que editaba El Diario y La quedarme dos días sin dormir. Lo que el papel humedecido por el travieso
Mañana y poco después entró oficial- me movía sería la desesperación de y castigado Pedro Malasartes sigue
mente como encargado de la publi- dibujar, no sé para qué. Pero es que te brotando ante sus ojos cuando toma el
cación de las historietas extranjeras, sentís capaz de algo y lo hacés”. marcador.

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El gaucho ventarrón
Publicada originalmente en 1978 en la revista Patatín y Patatán.
La forma de trabajo de Pedro era consecuencia del volumen de páginas y
dibujos que tenía que sacar adelante todos los meses. Por eso se zambullía
en el dibujo sin tener un guión escrito, sino con un plan en su mente. “Es
como el jugador de fútbol, que ve la jugada antes. Nunca empecé una cosa
sin saber lo que iba a hacer. Porque si empezás sin saber, nunca sabés
cuándo está terminado. Yo una historieta la podía hacer en cuatro o cinco
horas”, cuenta.

Hay pequeños cameos cinematográficos en esta historia. Uno de ellos


es el de Stan Laurel y Oliver Hardy, más conocidos como El Gordo y el
Flaco, estrellas del cine mudo que continuaron su carrera hasta los años
cincuenta. Aparecen también Bud Spencer y Terence Hill, grandes figuras
del cine italiano. Y el cameo final es el de George Hilton, mítico actor
uruguayo que hizo carrera en Estados Unidos y que aquí actuó en El
lugar del humo. Esta película se puede ver en YouTube y se convirtió en
hito debido a la participación de Hilton y a que en ese entonces casi no se
filmaba ficción en el país.

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El escurridizo
Con guión de Williams Gezzio, otro inagotable dibujante
e ilustrador, esta historieta fue publicada en 1978 en la
revista Patatín y Patatán.

Es una de las pocas obras de Cano en las que solamente


dibujó. Otra de esas excepciones fue la historieta de Super
Cacho, que escribía Cacho de la Cruz cada semana en el
mismo canal 12 después de terminar las grabaciones de su
programa. Pedro se encontraba con él en el canal y luego
corría a dibujar para que la historieta llegara a tiempo a la
edición del fin de semana de la revista Mundo Color del
diario El País.

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El viejo Vizcacha
Publicada originalmente en 1979 en Patatín y Patatán.

Republicada luego en las revistas Moñita azul y El Colegial.


Adaptación de parte de La vuelta de Martín Fierro, conti-
nuación del poema de José Hernández, de 1879.
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Daniel Futbolista
Esta historieta fue publicada en 1992 en el suplemento El Colegial, de El
Diario.

El protagonista y su abuelo parecen ser un reflejo lejano de la relación


del mismo Pedro junto al suyo, a pesar de las diferencias notorias entre
personajes y realidad. Otro guiño autobiográfico está en la aparición del
Gringo Marrero, un vecino de Solís de Mataojo al que admiraba y que aquí
convirtió en personaje. Sobre él, Pedro escribió unas décimas y este es un
fragmento:

“Conocía todos los trabajos / durísimos de la campaña / hombre noble y


sin mañas / sin agachadas ni atajos. / Trabajando a destajo / vi su estampa
vigorosa / que tenía, entre otras cosas / para mi niñez pobre y dura / el afecto
y la ternura / de su mano generosa. / Me llevaba de aparcero / en un petiso
barrigón / mañerazo y barrigón / junto a su bayo parejero / a recorrer los
potreros / a repuntar la majada / o a torear la novillada / cruzándola por el
centro / o a buscar monte adentro / alguna res extraviada.”

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Historia Vs historieta
Esta serie de historietas de dos páginas fue publicada en 1980
en el suplemento El Colegial.

Aquí seleccionamos dos ejemplos, aunque la serie completa incluyó personajes


como el rey Arturo y El Cid, entre otros. En todas Pedro jugaba con el
contraste entre un dibujo realista para presentar a la figura histórica y la
versión caricaturesca para contar la leyenda o la literatura sobre él.

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Muestrario de
otras obras
De los trabajos en las siguientes páginas, el más viejo
es Deporteca, una sección informativa que publicaba
en 1980 en el suplemento El Colegial. Dieguito y las
páginas de humor infantil son más recientes; la primera
se publicó en 1998 en Charoná y las otras aparecieron
entre ese año y 2008 (el de su retiro) en el suplemento
Gurí de Últimas Noticias y en Charoná.

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Colección de clásicos de la
historieta uruguaya

Este es el octavo libro de la colección hecha para el festival


Montevideo Cómics, en la que se recopila la obra dispersa
y, a veces, olvidada de trabajadores fundacionales de
la historieta nacional. Hay muchos más, naturalmente.
La colección es un gusto que nos damos como forma de
homenajear a estos creadores que, desde el anonimato y
la humildad, forjaron las bases del presente del medio. Es
también un lujo que copiamos del festival Semana Negra
de Gijón, ya que los libros se regalan masivamente durante
el festival y luego se publican sin costo en Internet. Otro de
los lujos fue el de hacer más de una versión de portada a
algunos de ellos, como para convertir a la serie entera en
objeto de colección.

Debido a la pandemia, la versión en papel de este tomo


será presentada y regalada en Montevideo Comics 2021.
Mientras tanto, lanzamos la versión digital. Junto a algunos
de la serie, está disponible en la Biblioteca Ceibal.

Agosto, 2020.

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