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Romancero ilustrado del cacique

Primer dibujo publicado por Tabaré en un medio gráfico uruguayo.


Es una publicidad en el diario El País para el programa de radio La
cinta de oro, que conducía Homero Rodríguez Tabeira. Sin fecha.

Ilustración de portada en blanco y negro: Don Chipote de la


Pampa, parodia entre Don Quijote y Martín Fierro, con guiones de
Fabre. Publicada en revista Humor.

Ilustración de portada en colores: regalo de Tabaré al Museo del


Humor y la Historieta. Digitalizada y cedida por el Museo para
este proyecto.
Nota sobre los derechos de autor:
las historietas e ilustraciones que aparecen en este libro fueron cedidas
por Tabaré Gómez Laborde y en algunos casos los guiones son de Carlos
Trillo, Guillermo Saccomano y Aquiles Fabregat. Montevideo Comics
posee autorización de Tabaré Gómez Laborde para reproducirlas en
este tomo y su edición digital para la web, a condición de que sea una
publicación gratuita y en carácter de homenaje. Cualquier uso posterior
de las historietas e ilustraciones deberá ser negociado con sus autores y
herederos. La comercialización de este libro o su pdf no está permitida.

www.montevideocomics.com.uy

Diseño y dirección artística de la colección:


Orestes Mancuso
emontanodg@gmail.com

Web y redes sociales:


Ignacio Avellanal y María Pérez.

Digitalización: Cuatro Tintas.

Prensa: Florencia Murias.

Edición, prólogo y coordinación: Matías Castro.


matias.castro@montevideocomics.com.uy

Agradecimientos: Marcelo Sánchez (Montevideo Comics), Silvio


Galizzi por su ordenado archivo y buena voluntad, Blanca e Isaías (por
haberme comprado Berp! y La República de la imaginación), Alejandra
Mosca (Gráfica Mosca) y a Gustavo Guadalupe (Museo del Humor y
la Historieta).
ÍNDICE

Prólogo:

Romancero ilustrado del cacique Tabaré


Pág. 6

Diógenes y el linyera
Pág. 25

Historia en Bosquivia
Pág. 35

El cacique Paja Brava


Pág. 44

Romancero ilustrado del Eustaquio


Pág. 51

Historias de no contar y otras yerbas


Pág. 72

Vida Interior
Pág. 85

Bicherío
Romancero ilustrado del cacique Tabaré
Matías Castro

La familia Gómez Laborde enfren-


taba una disyuntiva en 1948. Estaba
por nacer su segundo hijo y tenían
tres nombres posibles para él. Uno
era Sarandí, nombre del arroyo que
atraviesa Florida, de un arbusto co-
mún en Uruguay y también alusivo a
una batalla histórica. El segundo era
Yamandú, cacique charrúa desvir-
tuado e inmortalizado por el poema
Tabaré. Y el último era, justamente,
Tabaré, el charrúa de ojos celestes
de esa obra de Zorrilla de San Mar-
tín. El niño que nació el 21 de agosto
de ese año llevó ese primer nombre
y Manuel como segundo. El lugar
era la ciudad de La Paz, en el límite
sur de Canelones.

Don Gómez era hojalatero; “arre-


glaba los fondos de las ollas, primus
y cosas así”, recuerda Tabaré. Doña
Laborde era empleada en una tien-
da en la ciudad. “Ellos me contaron Carné del liceo 9 en Montevideo, 1961
lo de mis nombres, pero no me expli- rama, que era un gran dibujante y un entre textos y viñetas. Entre ellas, la
caron mucho más. Porque no había bohemio según sus propias palabras, revista Peloduro, nacida en 1943, se
mucho diálogo. Eran muy buenos terminó en el frente de batalla duran- convirtió en un faro para el género y
tipos y no tuve problemas con hacer te la Segunda Guerra. “Era un crack. su personaje en uno de los emblemas
lo que quise”. Y lo que quiso fue di- Pero calentaba el agua del mate que- de la historieta uruguaya. En 1957
bujar. mando sus dibujos para hacer fuego. apareció la revista Lunes, fundada
Era una injusticia. Me daban ganas por los hermanos Jorge y Daniel
La Paz había vivido de sus cante- de prenderlo fuego a él y no a sus Scheck, que fue uno de los referentes
ras de granito y por eso a sus habi- dibujos. El tipo no tenía nada, ni un del humor de actualidad. Allí empe-
tantes se los denominaba, a veces, primus. Lo llamaron de varios lados zó a trabajar Aquiles Fabregat, un
picapedreros. Tan importante fue y no quiso saber nada con nadie. inquieto y verborrágico escritor del
que de ahí salía gran parte de los Hasta rechazó una pensión vitalicia barrio Sayago, que todavía ni ima-
adoquines para las calles de Buenos que le daba el gobierno francés por ginaba lo que años después haría
Aires y Montevideo. Tabaré pasó haber estado en la guerra”. junto a Tabaré.
su infancia jugando todo el día en
calles de balastro al fútbol, la bolita Ese ejemplo, el del talentoso bohe- Eran tiempos en los que en una
y las cometas. Pescar en los lagos mio que quemaba sus propios dibu- casa común y corriente el padre era
que se habían formado en las viejas jos, lo marcó para siempre. No iba a considerado el jefe de familia y que
canteras era otra forma de pasar el repetir la historia. cada familia podía recibir dos o tres
día, además de dibujar, dibujar y diarios por día. El único caso noto-
dibujar. Después de cursar el tercer año de rio de humorista mujer en la prensa
liceo resolvió dedicarse a su pasión era el de Elina Berro, quien, según
“Como dibujante era terrible cho- y buscó trabajo como dibujante, aun- los que la han leído, se enfocó en la
rro. Y era muy clásico. Dibujaba que uno de sus primeros empleos fue parodia a los lugares comunes de las
como veía en las revistas de Disney, el de mozo de una pizzería. A fines clases altas. El humor que se produ-
las Patoruzú y Rico Tipo. Me gusta- de los cincuenta había posibilidades cía recorría todos los tópicos, desde
ban las humorísticas, no las de aven- para dibujantes entre la prensa y el el fútbol hasta la inevitable política y
tura ni las de cowboys. La pequeña mundo de la publicidad, así que la vida hogareña, y llegaba en for-
Lulú, El gato Félix, las de Disney su primer paso fue en una agencia ma de relatos, en verso, como chiste,
eran las mías”, cuenta. Pasaron los llamada Imperio, donde estuvo cin- tiras de humor o historietas. Como
años y entró al liceo en la cercana co años. Y más o menos al mismo reflejo de la influencia del humor del
Colón, pero el impulso seguía ahí, tiempo que dibujaba para el diario argentino Divito, una parte (no toda,
moviéndole la mano sobre las hojas Hechos de Montevideo, consiguió su vale aclarar) de ese humor gráfico
sin importar si estaban en blanco o segundo trabajo en publicidad, en la popular podía representar al arque-
si tenían renglones. “Siempre la tuve agencia Amarelle. tipo de la suegra como una mujer
clara, sabía que me gustaba dibujar agresiva y bigotuda, mientras que el
historietas. No me gustaba la pintura El humor o la sátira en la prensa marido era caricaturizado como un
ni nada. Y además, las revistas eran uruguaya tienen una larguísima tradi- hombre panzón, con aspecto de vie-
lo único que había para entretenerse ción que ha sido rastreada hasta la jo que pierde la chaveta por una mu-
en ese momento. Había casas tipo segunda mitad del siglo XIX, durante jer joven con silueta de avispa que,
ferias que en vez de venderte cosas la segunda dictadura de Lorenzo La- inevitablemente, no es su esposa.
te cambiaban revistas”. torre. A lo largo del siglo XX fueron
apareciendo numerosas publicacio- A pesar de las posibilidades que
Sus abuelos maternos eran france- nes, secciones y suplementos de dia- podían aparecer en los medios loca-
ses. Por eso, uno de sus tíos de esa rios dedicadas al humor ejecutado les, a los veintiún años Tabaré eligió

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cruzar el charco para probar suerte mujeres voluptuosas o actitudes de
en Buenos Aires. “Me volví en segui- macho, pero cuya esposa es casi un
da porque no pasó nada”. Casi una monstruo y le arruina la fiesta. La his-
década después, en 1973, hizo un torieta Las puertitas del señor López,
segundo intento. También fracasó. de Trillo y Horacio Altuna, fue tal vez
En 1974, cuando dibujaba para la el mayor ejemplo de esa línea y no
revista La Balota y el diario Noticias, en vano tuvo su propia película.
lo intentó otra vez, pero con su es-
posa, a la que había conocido a los “Ahora está todo muy sensible.
trece años en La Paz y con la que Ahora hay que cuidarse. Pero aque-
hoy sigue casado. Y ahí si, se instaló llo fue una etapa cumplida. No me
definitivamente y no regresó más que importa nada. Por mí está bien, aga-
de visita. rro para otro lado y ya está. No voy
a considerarme peor ni mejor por lo
Uno de los destinos más obvios en que hacía, porque tampoco me inte-
Buenos Aires para quien aspiraba a resa mucho la idea de volver a ese
hacer historietas de humor era la re- humor. Lo que me interesa es volver
vista Patoruzú. “En esa época paga- a los temas sociales”.
ban bien, porque vendían de a miles.
Me dieron una prueba para hacer y
De esa manera continuó hasta los
tuve la oportunidad de entrar a dibu-
noventa trabajando sin parar y culti-
jar sus personajes. Pero me pregunté
dónde iba a estar mi personalidad vando su forma única de hacer histo-
en todo eso, así que empecé a bus- Primera comunión, 1955
rietas de humor, con personajes que
car lo mío, mi estilo. Por eso empe- caminan de un lado para otro con
cé en revistas con amigos. A la vez, redacción era el uruguayo Aquiles sus anatomías compactas y que lo
seguíamos viviendo en una pensión Fabregat. dicen todo a través de sus ojos ino-
con mi señora en una pieza de tres centes, desorbitados, aterrorizados
por tres. Hasta que nació mi hija más “Yo tenía muchísimo trabajo” re- o lujuriosos. En esa década incluso
chica”. cuerda Tabaré. “Además de la tira llegó a publicar en España e Italia y
diaria de Diógenes, dibujaba más Diógenes y el linyera fueron reedita-
La dictadura uruguaya lo echó de de veinte páginas mensuales de his- dos en diarios de otros países, aun-
su país y la argentina lo sorprendió torietas en Humor y en las otras dos que nunca pegaron tan fuerte como
en 1976, cuando ya estaba dando revistas”. Además, en los ochenta en Argentina.
sus primeros pasos verdaderamen- comenzó a colaborar con publica-
te profesionales en revistas como ciones uruguayas como El Dedo y En los noventa siguió publicando
Chaupinela y Satiricón y en el diario Guambia. “Lo que pasa es que soy en Uruguay en las revistas Berp!, diri-
Clarín, donde había sido presentado muy rápido para trabajar, por eso gida por Parissi, y La República de la
por Hermenegildo Sábat. Fue en me salen los muñequitos con ese imaginación. Pero la edad de oro de
ese diario, en 1977, cuando cambió trazo suelto. Siempre fui un vago ese tipo de revistas estaba llegando
la pisada gracias a que empezó a y entregaba a último momento. a su fin en la región. Humor Regis-
publicar la tira diaria Diógenes y el Me gustaba tener esa adrenalina y trado cerró sus puertas en 1999 tras
linyera, creada por él pero escrita como soy rápido dibujando, aprove- perder dos juicios contra el gobierno
por los humoristas Jorge Guinzburg chaba. Y por eso usaba guionistas de Menem y luego de años de no pa-
y Carlos Abrevaya. “Yo la había di- que me escribieran, porque no me garles a sus colaboradores. Las revis-
bujado pero ni sabía que iba a em- daba el tiempo. En comparación me tas uruguayas tenían corta duración,
pezar a salir. Y me la encontré como lleva mucho más la creación de la salvo Guambia que logró sobrevivir
de sorpresa”. historia que el dibujo”. como pudo hasta 2012.

En 1978 apareció en Buenos Ai- Además de ilustrar libros, en esos “La gráfica es algo perimido. ¿Dón-
res la revista Humor Registrado, co- años colaboró con guionistas como de ves un joven con una revista o a
nocida popularmente como Humor, el prolífico Carlos Trillo, Meiji (Jorge cualquier persona con el diario en
que se convirtió de inmediato en un Meijide, un pediatra que también el subte? Está bien, es la época en
bastión de resistencia a la dictadura, fue dibujante), Julio César Parissi que vivimos y no se puede mirar para
sostenido por artistas e intelectua- (dibujante, escritor y editor urugua- atrás. Capaz que es mejor, yo que
les entre los que estaban Alejandro yo) y, sobre todo, Aquiles Fabregat,
sé”. Lo cierto es que Diógenes y el
Dolina, Aída Bortnik, José Pablo conocido como Fabre. La represión
linyera siguen en las plazas y las ca-
Feinmann y Horacio Verbitsky . Fue de la dictadura y la sensibilidad
de la época generaban una gran lles dibujadas en sus tiras diarias de
una de las pocas que logró sortear Clarín, que ya suman más de catorce
la censura gracias a la inteligencia voracidad por las revistas, la sátira
y el humor gráfico. Lo que se llamó mil (aunque Tabaré no lo sabe con
de sus autores y al enorme respaldo exactitud). Él trabaja como antes,
de sus lectores. “Lo lindo que tenía es el destape, que también se vivió en
España tras el franquismo, le dio pero ahora escribiendo sus guiones
que puertas adentro no había censu-
rienda suelta a un humor que se ca- y haciendo las tiras de un día para el
ra. Igual sabíamos los límites, hasta
lificaba como picante o franja verde otro, siempre sobre el plazo de entre-
donde meter el cuchillo; no nos íba-
y que se representaba muchas ve- ga. “Cuando empecé, quería hacer
mos a pisar el palito ni tropezar dos
veces con la misma piedra. Por eso ces como represión liberada y que lo que me gustaba y por eso no quise
había un ambiente especial”. tenía que ver con aquel imaginario dibujar para Patoruzú ni convertirme
nacido en el humor de Divito en los en uno más de los que pasaban por
Tanto creció que en poco tiempo cuarenta y cincuenta. Bien podía ahí, como le pasó a los que dibuja-
llegó a vender más de trescientos verse en El cacique Paja Brava per- ban para Disney. Tampoco quería
mil ejemplares mensuales y derivó siguiendo y manoteando mujeres, o formar gente ni dejar un legado. Yo
en publicaciones como Superhumor, en chistes centrados en un hombre solo dibujo todos los días. No puedo
SexHumor y Humi. El secretario de viejo que se hace la cabeza con estar sin dibujar. Es una adicción”.

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Diógenes y el linyera
Diógenes y el linyera nacieron sin nombre, como dos personajes
que protagonizaban una tira de pie de página a lo largo de la
revista Chaupinela, fundada en 1974 por Andrés Cascioli. Cuando
se alió con los humoristas Carlos Abrevaya y Jorge Guinzburg,
Tabaré le dio nombre a sus personajes, que pasaron a protagonizar
una tira de diario. La primera fue publicada el 15 de febrero de
1977 y desde ese momento ha continuado sin parar. Guinzburg
escribía los guiones sobre servilletas en un bar, mientras Tabaré
dibujaba rápidamente. En los noventa los dos guionistas dejaron la
tira por distintos motivos y luego el dibujante le pasó los guiones a
Héctor García Blanco, que trabajó en ella durante unos diez años.
Finalmente Tabaré se hizo cargo de todo.

Hay una estatua de los personajes en Puerto Madero, Buenos Aires,


como parte del Paseo de la Historieta.

Nota sobre los materiales: la primera tira a continuación es también


la primera de los personajes en Clarín, de 1977. Las siguientes
veintitrés tiras fueron escritas por Abrevaya y Guinzburg y el resto
llevan guiones de Tabaré.

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Historia en Bosquivia
Escrita por Carlos Trillo y Guillermo Saccomano, esta historieta era una
fábula de capítulos autoconclusivos sobre la dictadura en Argentina. Fue
publicada desde el número uno de la revista Superhumor, un proyecto
paralelo a la revista Humor en el que trabajaba parte del equipo y
que buscaba competir con las revistas de historietas que publicaban
Columba (El Tony, entre otras) y Récord (Skorpio, entre otras).

El número uno apareció en julio de 1980. Tabaré se ocupó de los dibujos


hasta el número once y luego le pasó la posta a Raúl Fortín. Superhumor,
por su lado, duró hasta su número cuarenta y ocho, publicado en 1984.

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El cacique Paja Brava.
Poema telúrico ilustrado.
Apareció por primera vez en la revista Humor, en el número 52 de febrero de
1981. Escrito y creado por Aquiles Fabregat, ese episodio a color lo presentaba
con un grupo de indios que corrían a Buenos Aires tras ver la foto de una vedette,
dispuestos a secuestrarla. Al encontrar el teatro cerrado, el cacique no tenía más
remedio que conformarse con llevarse el afiche y entretenerse en solitario.

Las situaciones que vivía el cacique eran más o menos parecidas, pero su
verdadera gracia radicaba en las expresiones desencajadas de los personajes, el
desenfreno irracional del protagonista y, sobre todo, en los versos de inagotable
ingenio escritos por Fabregat.

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Romancero ilustrado
del Eustaquio
Eustaquio nació de relatos humorísticos que escribía Aquiles Fabregat
antes de crear esta historieta. Su primera desventura ilustrada por
Tabaré apareció en el número 24 de Humor (ese es el número en
tapa, porque en el pie de imprenta dice ser el 22), en diciembre de
1979.

Tabaré recibía los textos de Fabregat sin indicaciones y, como mucho,


el escritor le contaba en una charla informal cómo se imaginaba que
podían ser algunos dibujos. De un modo parecido a lo que pasa con
las historietas de Paja Brava, la anécdota es la misma en todos los
episodios, pero la gracia radica en la forma en que Tabaré dibuja la
inocencia del educado Eustaquio y lo grotesco de sus contrincantes,
además de la florida manera en que Fabregat maneja los adjetivos
como chistes en sí mismos. Y al igual que Paja Brava y muchas Historias
de no contar, es fiel testigo del humor de los ochenta y noventa.

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Historias de no contar
y otras yerbas
Las historietas reproducidas a continuación fueron publicadas en distintas
épocas y revistas, todas con guión y dibujo de Tabaré. Los chistes de una
página son una pequeña muestra del comentario social por el que Tabaré se
interesa más, el mismo que quiso explorar cuando se hizo cargo de escribir
sus propios guiones para Diógenes.

La serie Historias de no contar, de la que hizo veinticuatro capítulos, se


ambientaba en un bar de campaña donde se sucedían todo tipo de situaciones
absurdas y personajes extraños. La inspiración lejana está en los boliches de
pueblo chico que visitaba junto a su padre, entre billares, competencias de
truco y bochas.

La historieta El incidente fue publicada en la revista uruguaya El Dedo en el


número especial dedicado a historietas de enero de 1983.

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Vida Interior
Esta serie nació con el número diez de la revista
Humor, en 1979. Las páginas que se publican
a continuación son de diversas fechas.

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Bicherío
Tal vez esta sea la única serie dedicada
a niños. Se publicó en la revista Humi,
una derivación infantil de la Humor, que
existió durante treinta y nueve números
entre 1982 y 1983. Tuvo, además, una
reversión en formato de libros infantiles
en los que se usaban dibujos a color de
Tabaré, acompañados por textos de Sanyú
(Héctor Alberto Sanguiliano, historietista
argentino también colaborador de Humor).

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Mini Apéndice
Algunas de las caricaturas publicadas en el diario “Hechos”.
LOS CLÁSICOS DE
MONTEVIDEO COMICS

Desde su segunda edición, en 2003, el festival


Montevideo Comics regala una publicación de
historietas junto con su entrada. Originalmente
eran revistas que contenían a los ganadores de su
concurso anual. Pero desde el año 2013 regalamos
estos libros, con autores clásicos de la historieta
uruguaya, con obras dispersas en la prensa y muchas
veces desconocidas para las nuevas generaciones.
Cada año el proyecto empieza de nuevo, ya que se
ha financiado de distintas formas, empleando fondos
o premios públicos, auspiciantes privados y apoyos
institucionales según las circunstancias. Romancero
ilustrado del cacique Tabaré es posible gracias a la
producción de Montevideo Comics, los Fondos de
Incentivo Cultural, al apoyo de Gráfica Mosca y del
Museo del Humor y la Historieta.

Montevideo, mayo de 2019. 

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