La falta de planificación en espacios públicos puede tener diversos impactos

negativos en la calidad de vida de las personas y en la identidad de las ciudades.

Para abordar estos problemas, es necesario mejorar la planificación urbana en
múltiples niveles de gobierno y promover la participación ciudadana en los
procesos de planificación. Además, es importante considerar los caminos
escolares, las escuelas y su entorno como espacios públicos saludables y
adaptados al cambio climático, incrementando la vegetación, estructuras de agua
y sombra, y priorizando el transporte activo y limitando el tráfico, para disminuir las
problemáticas e inseguridad que se presentan en los diversos espacios públicos,
porque es muy triste ver que en diversos espacios públicos no podemos ingresar,
ya que estos no nos proporcionan seguridad y poco a poco estos se van olvidando
y deteriorando.
En el contexto de la planificación urbana y medioambiental, donde se evidencia
una ausencia de la comprensión del vivir el espacio, las dinámicas y la
participación social en este y las necesidades o problemáticas que este puede
padecer, dando como resultado en algunos casos áreas blandas
desaprovechadas, o por el contrario, ausencia de las mismas perdiendo gran parte
su valor, transformándolos en lugares delictivos. El desarrollo urbano que
compone y crea ciudad debe de ser proyectado como un lugar amigable, que
permita e incentive a la participación de la ciudadanía en el planteamiento y el
desarrollo de este, siendo estos los principales beneficiados, mejorando así su
calidad de vida, por ello es importante obtener un diálogo asertivo entre influyentes
y comunidad, para poder solucionar o mejorar las estrategias de edificación y de
espacio público, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la sociedad.