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El teatro del siglo XVIII estuvo marcado por la influencia de la Ilustración, que propugnaba la
razón, la ciencia y la naturaleza, así como la libertad y la justicia. En este contexto, la tragedia se
convirtió en un género más popular y se desarrollaron nuevas formas de teatro, como la
comedia de enredo, la comedia de costumbres y el melodrama. Durante este siglo, la
Ilustración propició el desarrollo de un teatro más realista y naturalista, en el que se dejó de
lado la exageración y el idealismo del teatro barroco. Los principales autores del teatro de este
periodo fueron Voltaire, Rousseau, Diderot, Goldoni, Lessing y Schiller.
Goethe y Schiller fueron dos de los principales representantes del teatro alemán del siglo XVIII.
Goethe trabajó principalmente en el teatro de la tragedia, con obras como “Götz von
Berlichingen” y “Fausto”, mientras que Schiller se destacó por su teatro de la historia, con
piezas como “Wilhelm Tell” y “La muerte de Wallenstein”.
Goethe y Schiller fueron amigos y colaboraron en varias obras teatrales. También colaboraron
en la fundación de la Sociedad Literaria Alemana, que tuvo una importante influencia en la vida
cultural de Alemania y contribuyó al desarrollo de una nueva conciencia nacional. Ellos son
considerados dos de los más importantes escritores del Romanticismo alemán.
La influencia de Goethe y Schiller se extendió más allá del teatro y llegó a otras áreas, como la
filosofía y la poesía. Goethe desarrolló el concepto de la “fenomenología poética”, que
aseguraba que la poesía era un modo de conocimiento y experiencia humana y no solo una
forma de expresión.
Por su parte, Schiller desarrolló la idea del “juego espiritual”, que defendía que la poesía era un
medio para explorar el lado espiritual del ser humano. Esta idea fue fundamental para el
desarrollo del Romanticismo y también influyó en la teoría literaria del siglo XX.
Tanto Goethe como Schiller fueron influidos por la filosofía de Kant y del pensamiento de la
Ilustración. Goethe también desarrolló una teoría de las ciencias, la “antropología poética”, y
escribió sobre temas científicos como la química, la geología y la metereología.
Los directores en el teatro son las personas encargadas de dirigir el montaje de una obra, es
decir, el proceso de planeación, preparación y puesta en escena de una obra. El director es
quien decide cómo va a ser estructurada la obra, incluyendo el diseño del escenario, la
escenografía, la iluminación y la vestimenta.
Por otro lado debe entenderse que la aparición del director en el teatro es algo bastante
discreta. De hecho, el director no se hace visible físicamente durante la representación. Sin
embargo, es su influencia, pensamiento y dirección lo que hace que una obra teatral quede
acabada y aceptada por el público. Aunque el director no se vea en la obra, su presencia es
fundamental en todo el proceso de montaje, ya que es él quien decide qué obra se realizará,
cómo será representada, cómo se escogerán los actores y actrices, y qué dirección artística se
dará. Es el director el que da la "voz" al montaje y define el estilo de la obra.
A su vez, la aparición del director en el teatro es más subjetiva que física. En el teatro, es de la
mente del director desde donde emana la existencia y puesta en escena de una obra, por lo que
puede decirse que el director es el alma y la conciencia de una producción teatral. Así, el
director hace parte de una práctica colectiva y colaborativa. No es un genio solitario, sino una
pieza fundamental en un equipo artístico. Así, la aparición del director en el teatro no debe ser
vista como una aparición física en escena, sino como la fuerza motora detrás de una producción
artística.
ACTOR PERSONAJES
Para hablar de la aparición del actor y los personajes en el teatro, es importante distinguir entre
ambos conceptos.
El actor es una persona que representa un personaje, pero el personaje es una figura creada
por la obra y por el director, y representada por un actor.
Es decir, el actor y el personaje son dos cosas distintas. El actor es una persona que interpreta
un rol, mientras que el personaje es una creación ficticia que se desarrolla en la obra. Entonces,
la aparición del actor en el teatro es la aparición de una persona física en escena, mientras que
la aparición del personaje es la representación de una idea o una figura creada por la obra.
Si bien el actor y el personaje son dos cosas distintas, ambos necesitan de la aparición en
escena para ser comprendidos por el público. En otras palabras, la aparición del actor y del
personaje en el teatro es fundamental para que el espectador pueda entender y sentir la obra.
Es el actor quien conecta con el público y es el personaje quien representa una idea o un
sentimiento.
Por lo tanto, la aparición del actor y del personaje es más bien una aparición en sintonía con el
público y la obra. Es una aparición en diálogo con la idea y la intención de la obra. Es por ello
que la relación entre el actor, el personaje y el público es tan importante en el teatro.
Así pues, la aparición del actor y del personaje en el teatro se caracteriza por la interacción
entre el actor, el personaje, la obra y el público. Es una aparición en constante cambio, en
donde la reacción del público y la interpretación del actor y del personaje se condicionan
mutuamente.