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La atención es una función compleja del sistema nervioso central que involucra varias

estructuras anatómicas interconectadas. Según la teoría de Posner, existen tres redes


atencionales: Alerta, Orientación y Control. Estas redes tienen funciones diferenciadas pero
están interrelacionadas entre sí.

La atención es un proceso complejo que involucra varias redes atencionales con bases
neuronales específicas. La educación superior y la edad, particularmente la adultez emergente,
pueden influir en el funcionamiento de estas redes atencionales. El análisis de estas influencias
puede arrojar luz sobre cómo mejorar la atención y contribuir al enriquecimiento cognitivo a lo
largo de la vida. La atención es un proceso cognitivo fundamental que involucra una variedad
de estructuras anatómicas en el cerebro. Estas estructuras trabajan en conjunto para regular la
atención selectiva, la atención sostenida, la atención dividida y otros aspectos de la atención.
Los avances en la investigación neurocientífica continúan arrojando luz sobre los mecanismos
subyacentes a estas funciones atencionales, lo que tiene implicaciones significativas para la
comprensión de la cognición humana y para el desarrollo de intervenciones terapéuticas en
trastornos de atención. (Kolb Y Wishaw, 2017);

Posner y Petersen en su teoría, dividen el proceso de atención en tres partes:

Red atencional de vigilancia: se distingue esta red por ser la que induce una respuesta
fisiológica antes los estímulos de alta intensidad que despiertan luego la sensibilidad en el
cuerpo. Las neuronas que actúan principalmente en esta red son el lóbulo frontal, parietal y el
locus coeruleus.

Red atencional de orientación: esta red por otro lado, guía la atención hacia una ubicación
espacial antes de que aparezca un estímulo externo relevante. Cuando se presenta esta señal
predictiva, se produce un fenómeno que posibilita la orientación de la atención, mejorando así la
percepción y la velocidad de procesamiento del estímulo. La corteza parietal posterior es la base
donde se asienta este proceso.

Red de control ejecutivo: esta red es la encargada de suprimir respuestas específicas en


situaciones donde existe un conflicto de estímulos. Esta red por lo general entra en función en
situaciones en las que el ser humano requiere destrezas como planificar, dar soluciones,
comunicar, etc. Estructuras que participan en este proceso son la corteza del cingulado anterior
y el área dorsolateral prefrontal.

De entre las funciones podemos destacar:

La función de Alerta se refiere a la capacidad de mantenerse despierto y alerta en presencia de


estímulos fuertes. Las estructuras anatómicas involucradas en esta red son el lóbulo frontal,
parietal y el Locus Coeruleus.

Por otro lado, la red de Orientación permite dirigir la atención hacia un punto específico en el
espacio en respuesta a un estímulo relevante. La corteza parietal posterior es la estructura
anatómica principal en esta red.

Para Balseca-Bolaños et al. (2022), en cuanto a la red de Control, su función es inhibir ciertas
respuestas y permite la planificación, generación de estrategias y regulación de respuestas
emocionales. Las estructuras implicadas en esta red son el área dorsolateral prefrontal y
cingulado anterior, que se conectan con el hipocampo, involucrado en los procesos de
aprendizaje.

Es importante destacar que estas estructuras se interconectan para facilitar las funciones
cognitivas, especialmente el aprendizaje. Desde temprana edad, el desarrollo cognitivo de los
niños está relacionado con el funcionamiento de las redes atencionales.

Sin embargo, un hallazgo interesante es que no se encontraron diferencias en el funcionamiento


de las funciones atencionales entre personas con educación superior y aquellas sin ella. Esto
sugiere que las tres funciones atencionales no se ven mejoradas o no requieren un mayor
esfuerzo en individuos con educación superior. (Funes & Lupiánez, 2003),

Además, se observó que las funciones de orientación y control cognitivo presentan un


rendimiento en curva, es decir, hay una disminución del tiempo de reacción hasta los veinte
años, pero luego aumenta con la edad. Estos resultados se relacionan con el hallazgo anterior
sobre la educación superior y sugieren que el rendimiento atencional no se ve afectado por el
nivel educativo. (Flores, 2016).

En conclusión, las estructuras neuronales involucradas en las funciones atencionales están


interconectadas y desempeñan un papel crucial en los procesos cognitivos, especialmente en el
aprendizaje. Sin embargo, el rendimiento atencional no parece verse afectado por el nivel
educativo y las funciones de orientación y control cognitivo presentan un rendimiento en curva
a lo largo de la vida.

Referencias

Bibliografía
 Balseca-Bolaños, D., León-Tapia, A., Gamboa-Proaño, M., & Pérez-Lalama, K. (2022).
Funcionamiento de las redes atencionales en la adultez joven y el nivel de
educación. Acta Colombiana de Psicología, 25(2), 181–195.
 Flores, E. B. (2016). Proceso de la atención y su implicación en el proceso de
aprendizaje. Didáctica y Educación, 7(3), 177–186.
 Funes, M., y Lupiánez, J. (2003). La teoría atencional de Posner: Una tarea para medir
las funciones atencionales de Orientación, Alerta y Control Cognitivo y la interacción
entre ellas. Psicothema, 15(2), 260–266.
 Kolb, B. & Wishaw, I. (2017); Neuropsicología Humana; Buenos Aires-Argentina:
Editorial Médica Panamericana.

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