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Josmery Cedano Mat.

21-0033
Trastornos de la Personalidad (PSI-404-02)
Prof. María Grullón

Evaluación y Tratamiento de los Trastornos de Personalidad

1. Evaluación y tratamiento de los trastornos de personalidad.

Los trastornos de personalidad son patrones persistentes de pensamiento, sentimientos


y comportamiento que se desvían significativamente de las expectativas culturales y que
provocan malestar y deterioro en diferentes áreas de la vida del individuo. Es necesario
realizar una evaluación clínica completa y adecuada para la identificación y diagnóstico
de los trastornos de personalidad, así como para la elección del tratamiento más
adecuado para cada caso. A su vez es importante crear una buena relación terapéutica
y la alianza entre terapeuta y paciente en el proceso de tratamiento de los trastornos de
personalidad.
Se deben considerar diferentes factores en la evaluación, como el contexto social y
cultural, las situaciones estresantes y las experiencias traumáticas en la vida del
individuo. La evaluación debe ser cuidadosa y exhaustiva, utilizando múltiples fuentes de
información, incluyendo entrevistas clínicas, pruebas psicológicas y observación directa.
Además, destacan la importancia de la evaluación diferencial, es decir, la necesidad de
distinguir entre los diferentes trastornos de personalidad y otros trastornos psiquiátricos.
Existen diversas pruebas psicológicas utilizadas para la evaluación de los trastornos de
personalidad, entre ellas se encuentra: el Inventario Clínico Multiaxial de Millon-III
(MCMI-III), el Inventario de Personalidad de NEO Revisado (NEO-PI-R) y la Entrevista
Estructurada para el Trastorno de Personalidad (SCID-II). Estas pruebas permiten
identificar los rasgos de personalidad y los síntomas específicos que están presentes en
cada individuo, así como el grado de gravedad de los trastornos de personalidad.
Por otro lado, entre los diferentes tipos de terapia que se utilizan en el tratamiento de los
trastornos de personalidad. Entre ellos se incluyen: la Terapia Dialéctico-Conductual
(TDC) que se enfoca en enseñar habilidades para regular las emociones y mejorar la
relación interpersonal; la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) se enfoca en cambiar los
patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales; y la Terapia de Esquemas
que se enfoca en identificar y corregir patrones de pensamiento y comportamiento
desadaptativos y en fomentar la construcción de un sentido de identidad positivo.
Otras técnicas utilizadas en el tratamiento de los trastornos de personalidad, son: la
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) que se enfoca en ayudar al paciente a
aceptar las experiencias emocionales dolorosas y comprometerse con acciones
orientadas a valores importantes; la Terapia Interpersonal que se enfoca en mejorar las
habilidades de relacionarse con los demás; y la Terapia Psicodinámica que se enfoca en
explorar los patrones de relación temprana y cómo estos influyen en los patrones
actuales de relación interpersonal.
En algunos casos es necesaria la utilización de farmacoterapia, ya que la medicación
puede ser útil en el tratamiento de los trastornos de personalidad, especialmente cuando
se presentan síntomas asociados, como la ansiedad o la depresión. Los medicamentos
más comúnmente utilizados incluyen antidepresivos, ansiolíticos y estabilizadores del
estado de ánimo.
Uno de los métodos más comunes para la evaluación de los trastornos de personalidad
es la entrevista clínica, que puede ser estructurada o no estructurada. La entrevista
estructurada utiliza un conjunto predefinido de preguntas que se realizan de forma
sistemática y que permiten evaluar los síntomas de los trastornos de personalidad y su
intensidad. Por otro lado, la entrevista no estructurada es más flexible y abierta, y permite
al paciente hablar libremente sobre sus experiencias y sentimientos.
Otra herramienta de evaluación es el uso de cuestionarios y escalas de medición
estandarizados, como el Inventario de Personalidad de Minnesota (MMPI) o el Inventario
de Personalidad de Millon (MCMI), que permiten evaluar diferentes aspectos de la
personalidad y detectar la presencia de trastornos específicos. Además, pueden
utilizarse técnicas de observación directa del comportamiento del paciente en diferentes
situaciones, como en la terapia o en situaciones sociales.
Es importante destacar que la evaluación de los trastornos de personalidad debe ser
realizada por profesionales de la salud mental capacitados y con experiencia en la
detección y tratamiento de estos trastornos. También es importante tener en cuenta que
los resultados de la evaluación deben ser interpretados cuidadosamente y no deben ser
utilizados de forma aislada para realizar un diagnóstico, sino que deben ser integrados
con otros factores, como la historia clínica y los antecedentes familiares.

2. Dentro de las causas bio-psico-sociales ¿Cuáles son los factores


predisponentes para desarrollar un trastorno mental?
Dentro de las causas bio-psico-sociales, los factores predisponentes para desarrollar un
trastorno mental pueden variar según el tipo de trastorno en cuestión. Entre ellos se
encuentran los factores biológicos. En el caso del síndrome de Down, la influencia
genética es determinante. Por otra parte, en el caso de la esquizofrenia, se ha observado
una mayor frecuencia de esta enfermedad en familiares de personas que padecen esta
enfermedad, lo que sugiere la existencia de factores genéticos implicados. Asimismo, se
ha encontrado que algunos neurotransmisores, como la dopamina, están implicados en
el desarrollo de la esquizofrenia.
Los factores psicológicos también pueden ser predisponentes a la aparición de trastornos
mentales. Por ejemplo, en el caso de las fobias, se ha observado que la exposición
temprana a situaciones traumáticas o estresantes puede aumentar el riesgo de
desarrollar fobias en el futuro. De manera similar, el estrés crónico y la falta de
habilidades para afrontarlo pueden ser un factor de riesgo para la aparición de trastornos
mentales como la ansiedad o la depresión.
Por último, los factores sociales también pueden ser predisponentes a la aparición de
trastornos mentales. Por ejemplo, la pobreza, la marginación social o el aislamiento
pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos mentales. Asimismo, los cambios
sociales y culturales también pueden tener un impacto en la salud mental, como en el
caso de la migración o el cambio de roles de género en la sociedad.
Por lo tanto, la comprensión y equilibrio de los diversos factores causales es importante
para la comprensión científica del trastorno y la elección posterior de las estrategias
terapéuticas más adecuadas. Theodore Millón, autor americano de gran prestigio
internacional en el estudio de los trastornos de la personalidad, considera que la
integración de teorías es clave en el estudio de la génesis de los trastornos de la
personalidad, en su evaluación y en su posterior tratamiento. Así, en las causas
biológicas, psicológicas y socioculturales, se tendrían en cuenta una gran variedad de
contenidos, integrando así también las distintas teorías psicológicas.

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