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Dialnet DelTraficoDeEstupefacientes 8982583
Dialnet DelTraficoDeEstupefacientes 8982583
Recibido: 09 de octubre de 2022 Palabras clave: Tráfico de estupefacientes; tipicidad objetiva; conducta punible;
drogas; sustancias psicotrópicas.
Aprobado: 02 diciembre de 2022
Universidad Libre sede Cartagena, Magíster en Derecho de la Universidad de Cartagena y Especialista en Derecho
Procesal de la Universidad Libre. Doctorando en Derecho, Ciencias Políticas y Criminológicas de la Universidad de
Valencia-España. Investigador Junior por Colciencias. Editor de la Revista Jurídica Mario Alario D’ Filippo, director
del grupo de investigación Ciencia y Proceso y codirector del grupo de investigación Derecho Privado, Procesal y
Probatorio. Conjuez de la Sala Especializada Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cartagena-
Bolívar. Miembro del Instituto Colombiano de Derecho Procesal. Director del Centro Internacional De Estudios
Jurídicos y Políticos (CIEJP). flunas@unicartagena.edu.co
INTRODUCCIÓN
En cuanto a los cultivos de amapola, la gran mayoría están ubicados entre los
2.200 y 2.800 metros sobre el nivel del mar en áreas pendientes de los bosques
de niebla cercanos a los páramos, donde no existe una presencia activa de las
instituciones. A pesar de que en los últimos años disminuyeron las hectáreas
cultivadas de amapola, entre 1997 y 1999 los cultivos se mantienen y se estima
que existe un promedio de 6.600 hectáreas sembradas, con un potencial de
producción de pasta de opio de 66 toneladas y 6,6 de heroína. Las áreas de
concentración de los cultivos se ubicaron en los departamentos de Huila, Cauca,
Tolima y la Serranía del Perijá (Cesar-La Guajira) (DNE, 2000, p. 13).
(…)
El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o sicotrópicas está
prohibido, salvo prescripción médica. Con fines preventivos y
rehabilitadores la ley establecerá medidas y tratamientos
administrativos de orden pedagógico, profiláctico o terapéutico para
las personas que consuman dichas sustancias. El sometimiento a esas
medidas y tratamientos requiere el consentimiento informado del
adicto.
Este artículo fue revisado por la Corte Constitucional y con ocasión a lo anterior,
emitió la sentencia C-882 de 2011 (2011, 23 de noviembre) en [M.P. JORGE
IGNACIO PRETELT CHALJUB] en la que se declaró la exequibilidad de la
disposición demandada. Con respecto a esta decisión es importante traer a
colación los siguientes apartes:
(2019), en los últimos quince años, el daño forestal causado al entorno por la
tala del bosque para la implantación del cultivo de coca en el territorio nacional
ha sido superior a 608.000 hectáreas de bosque húmedo tropical, esto significa
que en promedio se han deforestado 40.500 hectáreas por año a una tasa de
111 hectáreas por día. (Et al, p. 53).
Es importante traer a colación los Informes Mundiales sobre las Drogas de los
años 2020 y 2021 de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra las drogas
y el delito, por sus siglas en inglés), el cual muestra un panorama general sobre
las drogas a nivel global.
Si bien sigue siendo difícil evaluar el impacto que han tenido las leyes
que han legalizado la cannabis en algunas jurisdicciones, es de resaltar
que su consumo ha aumentado en todos estos lugares tras la
legalización. En algunas de estas jurisdicciones los productos de
cannabis más potentes son también los más comunes en el mercado.
La cannabis sigue siendo la principal droga que pone en contacto a las
personas con el sistema de justicia penal, pues es causa de más de la
mitad de los delitos relacionados con drogas, de acuerdo con datos de
69 países que abarcan el período entre 2014 y 2018.
Con ese panorama sobre el escenario actual, se pasará a traer los aspectos más
relevantes de los instrumentos internacionales que regulan el cultivo, la
conservación y financiación de plantaciones de sustancias estupefacientes,
señalando que las principales disposiciones para el control internacional al
tráfico de drogas de la Convención de 1988, que se agregaron a los anteriores
acuerdos multilaterales de las Naciones Unidas, fueron: i) la penalización del
consumo, ii) la penalización del lavado de dinero, iii) la extradición de acusados
por narcotráfico y iv) la cooperación judicial internacional aporte e intercambio
de pruebas.
5. Las Partes podrán así mismo adoptar las medidas necesarias para
que los estupefacientes, sustancias sicotrópicas y sustancias que
figuran en el Cuadro I y el Cuadro II que se hayan incautado o
decomisado sean destruidas prontamente o se disponga de ellas de
acuerdo con la ley y para que las cantidades necesarias debidamente
certificadas de esas sustancias sean admisibles a efectos probatorios.
En este punto se hará referencia al análisis del bien jurídico protegido en los
delitos de tráfico de estupefacientes de que trata el capítulo II del título XIII del
código penal colombiano, específicamente el artículo 375 de la ley 599 de 2000.
Otros autores, uno de ellos Corredor Beltrán (2019) reconoce que los códigos
modernos ubican las infracciones contra el tráfico de estupefacientes como
atentatorias a estos intereses jurídicos supraindividuales. Este autor señala que,
la salud pública, desde esta perspectiva, debe entenderse como la alteración de
las condiciones del individuo, como miembro del grupo, incluidas las sociales.
Por eso se indica que estas conductas relacionadas con estupefacientes
persiguen vulnerar esa estabilidad que muestra la colectividad, no solo en el
plano físico, psicológico y moral, sino también en el económico y moral.
Según este autor cuando se está ante este tipo de comportamientos, se trata
de tipos pluriofensivos, ya que si bien es cierto, el legislador ha escogido un
objeto de protección prevalente; de igual manera se perciben otros que así
también se vulneran con la comisión de las conductas correspondientes,
citándose por ejemplo, y para el caso colombiano especialmente tan
perjudicado por estos punibles, la economía nacional, el orden público, el
patrimonio económico, la vida e integridad personal y hasta la propia seguridad
estatal, siendo además ésta la perspectiva que acogió la Corte Constitucional.
En cuanto a ello hay que decir que hay una amplia gama de derechos
interferidos por el narcotráfico. Inicialmente la tipificación del tráfico
de estupefacientes se ligó a la necesidad de proteger un bien jurídico
en particular, la salud pública, postura esta que resultaba compatible
con el deber que el constituyente impuso a toda persona de procurar
el cuidado integral de su salud y la de su comunidad -Artículo 49, inciso
final, de la Carta- y con el deber que le asiste a la persona y al
ciudadano de obrar conforme al principio de solidaridad social,
respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan
en peligro la vida o la salud de las personas -Artículo 95, numeral 2°.
Sobre este punto y desde otra perspectiva evidente crítica con el criterio
anterior, el profesor Cattani (2003) señala que, si bien un grupo de autores
sostiene que se trata de un tipo penal pluriofensivo haciendo referencia al caso
argentino, porque el legislador ha tomado en cuenta múltiples intereses y
establece respecto de todos ellos la tutela penal, es criticable esta posición en
cuanto a la referencia a la seguridad general, pues, no se puede presumir juris
et de jure que una persona por el hecho de usar droga se vaya a convertir en
delincuente. En algunos casos, se está haciendo uso del estereotipo
“drogadicto-delincuente”, en el que simplifican las múltiples causas que
conducen al delito y al rol del consumo de una sustancia que muchas veces
opera de acompañante, pero sin fuerza causal. La extensión desmesurada de
este tipo de delitos exige examinar en la práctica y ante cada caso concreto la
real afectación al bien jurídico protegido. En la doctrina argentina es manifiesto
que, para ser fiel al discurso dominante sobre las drogas “la salud de la
comunidad” ha sido considerada de poca jerarquía y se ha echado mano a la
seguridad nacional, defensa nacional o la continuidad generacional. (P. 107).
Para solo traer un ejemplo, la C.S.J Sala Penal (2017,11 de junio) mediante
sentencia SP9916-2017 dentro del proceso con radicación No 44997 [M.P.
PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR], sostuvo que:
4 En todos estos casos está en definitiva ausente de peligro para el bien jurídico protegido.
(…) el tipo penal del artículo 376 del Código Penal, cuando la conducta
se relaciona con el porte de estupefacientes, contiene un ingrediente
subjetivo tácito, atinente al propósito del sujeto agente, por lo que la
realización del tipo penal no depende en últimas de la cantidad de
sustancia llevada consigo sino de la verdadera intención que se
persigue a través de la acción descrita:
Lo primero que se debe manifestar es que este es un tipo penal en blanco que
en sus vacíos se complementa en primer lugar con la ley 1787 de 2016, así como
con el Decreto 780 de 2016 expedido por el Ministerio de Salud y Protección
Social, a partir de su artículo 2.8.11.1.1. a través del cual se explica todo lo
relativo al acceso seguro e informado al uso del cannabis.
5Ver Resolución 315 de 2020. Por la cual se actualizan los listados de estupefacientes- psicotrópicos precursores y
demás sustancias sometidas a fiscalización, de aquellas clasificadas como monopolio del estado y de los
medicamentos de control especial de uso humano y veterinario y se dictan otras disposiciones.
Este mismo autor citado, sobre el mismo punto anterior agrega que:
En cuanto al punto objeto de análisis, esto es, el punible de que trata el artículo
375 de la ley 599 (2000), el cual consagra el delito de Conservación o
Financiación de Plantaciones, así;
Para Vivero Castellanos (2019), con esta conducta lo que el legislador reprime
es la financiación, siembra o conservación ilegal de los denominados
narcocultivos: plantas como la amapola, marihuana, coca, entre otras, de las
que se extrae una gran variedad de sustancias adictivas, entre las que se
destacan como de mayor consumo la marihuana, heroína, cocaína, bazuco,
morfina y opio. También se prohíbe la tenencia de más de un kilogramo de
semillas de cualquiera de estos vegetales. La pena es menor cuando la
plantación excede de 20 plantas, sin sobrepasar las 100 unidades.
Adicionalmente a la afectación de la salud pública, estas plantaciones causan el
deterioro y la desertificación de los suelos, contaminación del aire y aguas,
- Sujeto Activo:
El sujeto activo es indeterminado, teniendo en cuenta que cualquier persona
puede realizar la conducta punible.
- Sujeto Pasivo:
El sujeto pasivo es el Estado en representación de la colectividad
- Objeto Material:
La acción recae en las plantaciones de cannabis o marihuana, amapola o
adormidera, coca y cualquier otra planta de la que puedan extraerse drogas que
generen dependencia, en las cantidades indicadas en el tipo penal. Así las cosas,
el objeto material son plantaciones de marihuana o cualquier otra planta de las
que pueda producir cocaína, morfina, heroína o cualquier otra droga que
produzca dependencia o más de un kilogramo de semillas de dichas plantas.
Al respecto, esa acción debe recaer sobre un objeto material de contenido real:
las plantas de las cuales pueda derivarse cualquiera de las sustancias químicas
allí anotadas o “cualquiera otra droga que produzca dependencia”, lo que deja
en presencia de un elemento normativo, pero que no constituye mayor
problema para su interpretación, como que se trata de términos y conceptos
de contenido eminentemente científico, de configuración precisa y rigurosa,
sobre las cuales la autoridad administrativa no podrá acomodar ni manipular,
por lo que el destinatario de la norma no se va a ver asaltado, como si puede
suceder frente a los otros tipos de estas características (Corredor Beltrán ,
2019).
6 Según la Convención de 1961 se entiende por (…) b) Por “cannabis” se entiende las sumidades, floridas o con
fruto, de la planta del cannabis (a excepción de las semillas y las hojas no unidas a las sumidades) de las cuales no
se ha extraído la resina, cualquiera que sea el nombre con que se las designe. c) Por “planta de cannabis” se
entiende toda planta del género Cannabis.
7 Según la Convención de 1961 se entiende por (…) o) Por “opio medicinal” se entiende el opio que se ha sometido
a las operaciones necesarias para adaptarlo al uso médico. p) Por “opio” se entiende el jugo coagulado de la
adormidera. q) Por “adormidera” se entiende la planta de la especie Papaversomni-ferum .r) Por “paja de
adormidera” se entiende todas las partes (excepto las semillas) de la planta de la adormidera, después de cortada.
8 Según la Convención de 1961 se entiende por (…) Por “arbusto de coca” se entiende la planta de cualesquiera
especies del género Erythroxilon. f) Por “hoja de coca” se entiende la hoja del arbusto de coca, salvo las hojas de
las que se haya extraído toda la ecgonina, la cocaína o cualesquiera otros alcaloides de ecgonina.
- Conducta
El tipo penal es compuesto alternativo y consiste en realizar la conducta de
cultivar9, conservar y financiar plantaciones de cannabis o marihuana, amapola
o adormidera, coca y cualquier otra planta de la que puedan extraerse drogas
que generen dependencia, en las cantidades indicadas. La conducta se hace
consistir en que, sin el permiso de autoridad competente cultive, conserve o
financie plantaciones de marihuana o de cualquier otra planta de la cual pueda
extraerse alguna de las drogas citadas dentro de la norma: morfina, cocaína,
heroína o cualquiera otra que produzca dependencia, o más de un kilogramo
de semillas de dichas plantas.
Tal como explica Corredor Beltrán (2019), la acción está enmarcada por los
verbos cultivar, entendido como la actividad enderezada a conseguir un
apropiado desarrollo de la planta de la cual pueda extraerse drogas que causen
dependencia; conservar: tener plantas de las características anotadas, bien sea
antes de sembrarlas o después de ser arrancada de la cementera; o igualmente
la conducta puede recaer sobre semillas, entendidas como embriones en
estado de vida latente o amortiguada, acompañados o no de tejido nutricio y
protegidos por unas cubiertas, que cuando germina en condiciones adecuadas
reproduce la planta; las semillas tendrán que ser de las plantas a las cuales se
les reconoce esa cualidad; para la estructuración de la conducta punible en este
caso se exige que la incautación se haga sobre semillas en la cantidad
referenciada, ya que de no ser así la conducta decae en atípica; y la tercera
forma conductual está enmarcada por la expresión financiar, entendida como
la actividad de patrocinio económico que lleva a cabo una persona para la
existencia del cultivo.
9Según la Convención de 1961, se entiendo por Cultivo, la actividad destinada al desarrollo de una plantación en
los términos descritos en el literal anterior.
- Modalidad de la Conducta
La modalidad de la conducta en este tipo penal es dolosa, por lo que no admite
culpa ni preterintención.
La Sala Penal de la C.S.J. sobre este tipo penal, en una importante sentencia
(2015, 17 de junio) identificada con el radicado No. SP 7600-2015 [M.P.
PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR], sostuvo que:
- Ingrediente normativo
El ingrediente normativo es obrar sin permiso de autoridad competente. es
decir, carecer de autorización legal para efectuar las conductas de cultivar,
En este capítulo se hará un análisis del ingrediente normativo del punible objeto
de análisis, relacionado con la conservación y financiación de plantaciones, ello
a partir del análisis de las disposiciones nacionales que regulan la materia, en
especial, el acto legislativo 02 de 2009, la ley 30 de 1986, ley 1787 de 2016 y
demás normas reglamentarias.
Así las cosas, según la normatividad antes mencionada, para importar, adquirir,
procesar, sintetizar, elaborar y distribuir medicamentos de control especial, los
laboratorios farmacéuticos deben inscribirse ante la Unidad Administrativa
Especial del Fondo Nacional de Estupefacientes del Ministerio de Salud y
Protección Social, para tal efecto, el representante legal y el director técnico
deben presentar toda la documentación que señale el citado Ministerio.
La ley 1787 de 2016 también es clara en señalar que el Estado es quien tiene el
control y la regulación de las actividades de cultivo, producción, fabricación,
adquisición a cualquier título, importación, exportación, almacenamiento,
transporte, comercialización, distribución, uso y posesión de las semillas de la
planta de cannabis, del cannabis, de sus derivados y de los productos que lo
contengan con fines medicinales y científicos, en los términos y condiciones que
al respecto fije la reglamentación.
La ley 1787 de 2016 modificada por el Decreto 2106 de 2019 señala las
autoridades competentes para la expedición de licencias, así:
Las licencias expedidas con ocasión al régimen de la ley 1787 de 2016 son las
siguientes:
La realización de las conductas descritas en el artículo 375 del código penal, por
fuera del marco normativo señalado en las convenciones de 1961, de 1971 y de
1988 y de las leyes antes mencionadas y su reglamentación, con relación al
régimen autorizatorio y el licenciamiento implica encajar el comportamiento
desde el punto de vista objeto, en el ingrediente normativo del tipo penal de
conservación y financiación de plantaciones.
Conclusiones
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