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El documento argumenta que el uso del smartphone en el aula puede mejorar los procesos de lectura y escritura de los estudiantes universitarios. Explica que las aplicaciones como Adobe Reader, Evernote y diccionarios en línea permiten a los estudiantes leer y escribir de formas más efectivas que usando solo el papel. También señala que los profesores deben estar abiertos a incorporar las herramientas tecnológicas que usan los estudiantes para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El documento argumenta que el uso del smartphone en el aula puede mejorar los procesos de lectura y escritura de los estudiantes universitarios. Explica que las aplicaciones como Adobe Reader, Evernote y diccionarios en línea permiten a los estudiantes leer y escribir de formas más efectivas que usando solo el papel. También señala que los profesores deben estar abiertos a incorporar las herramientas tecnológicas que usan los estudiantes para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
El documento argumenta que el uso del smartphone en el aula puede mejorar los procesos de lectura y escritura de los estudiantes universitarios. Explica que las aplicaciones como Adobe Reader, Evernote y diccionarios en línea permiten a los estudiantes leer y escribir de formas más efectivas que usando solo el papel. También señala que los profesores deben estar abiertos a incorporar las herramientas tecnológicas que usan los estudiantes para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Aprender en la universidad implica poner en marcha una serie de conocimientos que
cada vez se vuelven más exigentes, y que para su adquisición es necesario estar en contacto con el mundo académico y tecnológico. Así que, tanto profesores como estudiantes demandan diferentes estrategias y con ellas, instrumentos que permitan asimilar cada día más mecanismos necesarios para su formación. Ahora bien, quiero centrar la atención en la forma como hace décadas, muchos profesores se dedicaban a la transmisión de conocimientos sin brindar espacios para que los estudiantes tomaran parte de ese aprendizaje y se dedicaran únicamente a ser receptores. Debo señalar ahora que las cosas han cambiado y que la educación no es la excepción. Es por esto que, la propuesta que aquí se presenta, requiere el uso de nuevas metodologías que establezcan cambios en las formas de enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura. Afirmaré ahora que, entre tantas herramientas que el mundo actual ofrece, el Smartphone es el instrumento didáctico que ayuda a mejorar los procesos de lectura y escritura. Ahora bien, no podemos desconocer que estamos en una sociedad cada vez más exigente e inmersa en la tecnología, con lo cual, los teléfonos inteligentes como también se conocen, se han convertido en un medio fundamental que brinda facilidades en los procesos de aprendizaje. Debo señalar ahora, que a través de mi experiencia como docente he observado que existen ciertos distanciamientos entre lo que esperan los profesores y aquello que logran los estudiantes en el nivel universitario con relación a procesos de lectura y escritura, esto me lleva a pensar en la siguiente pregunta ¿Acaso el estudiante del siglo XXI no lee ni escribe? Al contrario de lo que se cree, el estudiante sí lo hace y de múltiples formas; lo que sucede es que algunos profesores quieren que los estudiantes lo hagan como ellos aprendieron a hacerlo; es decir, usando el papel. De hecho, esto permite apreciar la separación entre el uso de herramientas tecnológicas y deliberar por qué algunos profesores no desean que se utilicen en sus aulas y que los estudiantes reclaman otra forma de aprendizaje. Ilustremos lo que venimos diciendo, vivimos en una sociedad de la información, en un mundo globalizado, donde la economía se mueve a través de la información. Es así que con el transcurrir del tiempo, los avances tecnológicos ofrecen a los usuarios otras alternativas que hagan más fácil su vida. Por ello, se crea el Smartphone o teléfono móvil que almacena suficiente información, ofreciendo más funciones que el teléfono común y permite realizar actividades similares a las de un computador con mayor conectividad. La mayoría de los teléfonos inteligentes permiten la inclusión o instalación de varias aplicaciones que debido a la necesidad del usuario hace que sea indispensable para el desarrollo de sus actividades. Antes de continuar insistiré que el mundo académico no debe ser ajeno al uso de estos teléfonos inteligentes o más bien, ser inteligentes con los teléfonos. Sin embargo, en algunas instituciones es visto como una mala herramienta que aleja al estudiante de los fines escolares. Por el contrario, en la actualidad el estudiante universitario está provisto de herramientas necesarias para el aprendizaje de la lectura y la escritura; es así que, “quien lee lo hace guiado por su propósito de lectura y, a fin de recabar sentido de lo impreso, ha de aportar su propio conocimiento sobre el tema y sobre cómo se organiza el lenguaje escrito” (Carlino, 2013) y lo hace de las formas en las que él considera necesario, por consiguiente la lectura y la escritura en la Educación Superior transforma mundos posibles de pensamiento innovador. Como ya lo hice notar, los estudiantes usan aplicaciones para leer y escribir; sin embargo, varían de acuerdo con las intenciones que cada uno tenga, por ejemplo, si su propósito es la lectura, entonces muy seguramente buscará extraer la información necesaria que supla sus expectativas para un determinado fin, de allí que la lectura también sea vista como un “proceso que se da desde el texto hacia el lector, es algo externo a éste, algo que el sujeto recibe y en consecuencia puede ser enseñado” (Dubois, 2005, p. 24), entonces podrá acercarse a utilizar Adobe Reader y para Diccionarios y Referencias utiliza RAE Diccionario, Wordreference, APA Style. Hay un aspecto que mencionar en la aplicación Adobe Reader, la cual es fundamental para la lectura que va más allá de un rastreo visual, exige de una decodificación que permita recuperar el implícito, también activa la voz automatizada denominada lectura en voz alta para hacer el recorrido por el documento en PDF, accede al subrayado de aquellos elementos que se consideran fuerza y conviene el uso de glosas necesarias para una lectura eficaz Pongamos otro ejemplo, si por el contrario, su deseo es la escritura como eje fundamental en los procesos de formación donde el autor plasma sus pensamientos e ideas que se producen a diario para convertirlos en textos, entonces optará por utilizar una aplicación muy útil como es el blog de notas; así que: “la necesidad de escribir para vivir en comunidad constituyen un fenómeno importante para el individuo, en las interacciones sociales en las que se ve envuelto a lo largo de toda su vida” (Álvarez, 2010, p. 27), otro rasgo de la escritura es cuando se hace la toma de apuntes dentro del aula y otros buscadores que conectados a una red, enriquecen sus conocimientos y amplía la participación dentro de la clase. Es así como, el Smartphone al igual que el sistema solar, están conformados por un conjunto de elementos que individualmente tienen una función específica, al unirse representan y funcionan como un todo; lo mismo ocurre con el sistema solar, está rodeado por la estrella principal que es el sol y una variedad de objetos en órbita que giran en torno a el, como los planetas, satélites y asteroides. Sirva esta ilustración para identificar, como las aplicaciones del Smartphone representan herramientas que son necesarias para un alcanzar un objetivo común. Añádase a esto, el uso de la aplicación Evernote, permite digitalizar documentos en varios formatos, tales como: videos, imágenes páginas web, libros digitales, todo esto organizado al arbitrio del docente; otro rasgo de la aplicación es que accede a la escritura que puede ser compartida; y que además admite agendar todos los aspectos relacionados en el ámbito académico tales como tareas, parciales, fechas especiales y todo cuanto sea de interés. Para finalizar, se considera necesario que la labor docente debe estar sujeta a las transformaciones que exige una sociedad en constante evolución y que nuestras prácticas deben ir ligadas a las necesidades que exige la educación del siglo XXI. Por ello, es importante que se analice cada uno de los interrogantes que a diario circulan entorno a los procesos de enseñanza/aprendizaje para que se conviertan en herramientas que contribuyan no solo a cualificar las prácticas pedagógicas, sino que también favorezcan la formación de profesionales cada vez más competitivos. Referencias Álvarez, T. (2010). Competencias básicas en escritura. Barcelona: Octaedro. Carlino, P. (2013). Escribir, leer y aprender en la universidad. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econòmica. Dubois, M. E. (2005). El proceso de lectura: de la teoría a la práctica. Buenos Aires: Aique Grupo Editor.