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Auto catalogados como sociedades civilizadas. Véase el enfoque evolucionista de la antropología cultural.
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Propio de las sociedades no occidentales principalmente. Aunque los antropólogos sostienen que Europa
también tuvo esa etapa en su desarrollo.
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En términos de Lévy-Brull “«místico» se refiere a la creencia en fuerzas, en influjos y en acciones
imperceptibles a los sentidos, pero no por ello menos reales.” (Lévy-Bruhl, 1922). Lo místico es aquello
vinculado a lo divino o a lo espiritual. En este sentido, el concepto resulta opuesto a lo terrenal o a lo
racional. Las creencias místicas, por lo tanto, se relacionan con lo sobrenatural y están asociadas a la fe.
es de un tipo distinto del que nos es familiar y este tercer carácter es solidario con los
dos primeros. (…) la causa, carece de contacto visible con los seres y los hechos del
mundo percibido por los sentidos, es extraespacial y, por consiguiente, por lo menos
bajo un aspecto, extratemporal.” (Lévy-Bruhl, 1922)
El misticismo de este pensamiento radica en que son ajenos a la verificación,
inatacables por la experiencia e indiferentes a la contradicción. “En otros términos, su
vida mental (y por lo tanto sus instituciones) dependen de este hecho primitivo
esencial, que para sus representaciones el mundo sensible y el otro mundo son uno solo.
El conjunto de los seres invisibles es inseparable para ellos del conjunto de los seres
visibles. Su presencia no es menos inmediata que la otra; es más eficaz y más temible.
Por consiguiente, emplea más toda su alma y aparta su espíritu de profundizar, por poco
que sea, los datos que nosotros denominamos objetivos.” (Lévy-Bruhl, 1922)
Pero, la realidad misma en la que se mueven los primitivos, es en sí misma mística. Ni
un ser, ni un objeto, ni un fenómeno natural de sus representaciones colectivas está
fuera de esta cosmovisión. Pero, además, no solo que las percepciones de los primitivos
incluyen representaciones místicas, sino que son las representaciones místicas las que
suscitan las percepciones. Así, pues, las representaciones colectivas rigen la percepción
y a la vez están fundidas con ella. Por eso una sombra, no es la ausencia de luz como
diríamos nosotros, sino es el alma para ellos debido a que sus representaciones
colectivas son místicas.
Con prelógico Lévy-Bruhl no sostiene que los principios de la lógica sean ajenos a las
mentes de los primitivos. Prelógico no significa alógico o antilógico. Prelógico, aplicado
a la mentalidad primitiva, significa simplemente que no se preocupa por evitar las
contradicciones como hace la cultura occidental europea. Tampoco se refiere a la
capacidad o incapacidad de razonar de un individuo, sino a las categorías con las cuales
razona. No habla de una diferencia biológica o psicológica entre los primitivos y
nosotros, sino de una diferencia social.
En relación a las causas que explican los fenómenos naturales en el pensamiento
primitivo Lévy Bruhl señala que “de manera general, todo lo que no es explicable de
inmediato por una causa natural visible es atribuido a los espíritus malignos o a la
hechicería.” (Lévy-Bruhl, 1922) En las sociedades primitivas, por ejemplo, se atribuye
como causa de la muerte a un hechicero, así como la excesiva lluvia o la sequía; la
desaparición de animales o frutas silvestres, etc. Pero “ante todo son los espíritus de los
muertos los que intervienen en la vida de los hombres para favorecerlos o para
perjudicarlos. (por eso) Se dirigen a los antepasados con el fin de obtener su apoyo (…)
les llevan ofrendas, les hacen sacrificios, etc.” (Lévy-Bruhl, 1922)
Las influencias de los seres invisibles por las que más se preocupa el primitivo son: los
espíritus de los muertos; los espíritus de las cosas y los encantamientos y sortilegios de
los hechiceros. Estas influencias se imponen a las representaciones colectivas.
Por eso mismo, “de manera general, en distinto grado, los muertos son parte integrante
del grupo social, y el individuo no siente enteramente separado de ellos. Tienen
obligaciones para los mismos, y de las que no se extrañan como tampoco de las que
tiene con los vivos” (Lévy-Bruhl, 1922)
Pero existen otros espíritus que conviven y motivan al primitivo. En efecto, “al cabo de
un cierto tiempo el alma va perdiendo los caracteres humanos y se convierte en un
espíritu. Estos espíritus logran entonces ser objeto de una verdadera adoración y son
representados como favorables o enemigos siguiendo sus disposiciones. -son- (…) una
potencia terrible que les inspira un miedo extraordinario.” (Lévy-Bruhl, 1922)
“Pero en la mayoría de las sociedades inferiores la muerte se produce cuando el
huésped del cuerpo, que tiene algunos rasgos comunes con lo que nosotros llamamos
alma, se separa definitivamente, aun cuando la vida fisiológica todavía no se haya
extinguido. (Lévy-Bruhl, 1922)
“La acción maléfica del nuevo muerto puede ejercerse bajo mil formas (…) añora la
sociedad de los suyo, y a continuación querrá acercárseles (…) Los fenómenos físicos,
por ejemplo, las tempestades violentas, cuando se produce en el momento de la muerte
o de los funerales de una persona, son atribuidos a su influencia.” (Lévy-Bruhl, 1922)
“es necesario también contar con los muertos más lejanos, los que poco o nada se
conocieron, desaparecidos hace mucho tiempo de entre los vivos, pero que no por ello
dejan de tener una influencia notable sobre su suerte.” “La familiaridad con que a
menudo los antepasados son tratados proviene en parte de la relación constante que se
tiene con ellos. Forman parte todavía del grupo social, donde la prosperidad y la vida
misma dependen de su benevolencia y de ellos mismo reciban constantemente
alimentos y presentes.” (Lévy-Bruhl, 1922)
En definitiva, estamos frente a un pensamiento que cree “en una vida de dos existencias
que nada separa, y que se sumergen una en la otra, como lo humano en lo espiritual y
lo espiritual en lo humano, el tiempo en realidad no tiene las divisiones que tiene para
nosotros. Por lo mismo carece de valor y objeto, y por esta razón lo tratan con un
desprecio y una indiferencia enteramente inexplicables para el europeo.” Es un tiempo
que no contempla pasado, presente ni futuro. “Lo que acaba de decirse del tiempo se
aplica también al espacio por las mismas razones.” (Lévy-Bruhl, 1922)
Estas afirmaciones de Lévy Bruhl han generado múltiples cuestionamientos, pero
principalmente, interrogantes: En las llamadas sociedades modernas ¿no existe
diversidad de pensamientos debido a los estratos existentes (Obreros, intelectuales) ?;
si las sociedades modernas provienen de las sociedades primitivas ¿cómo pudo darse
el tránsito entre una mentalidad y la otra?
Según Evans Pritchard, “los objetos no suscitan necesariamente representaciones
místicas cuando no se están usando a efectos rituales, (…) como los fetiches y los ídolos
son de fabricación humana y carecen de significación en su materialidad; sólo la
adquieren cuando son revestidos de poder sobrenatural mediante un rito que, también
por obra del hombre, lo infunde en ellos, de modo que mentalmente se distinguen el
objeto y su virtud.” (Evans-Pritchard, 1991) Es decir, los objetos y los seres
sobrenaturales están separados en el pensamiento humano en general y no es cierto
que en el pensamiento primitivo estén íntimamente imbricados en un halo místico.
Asimismo, sigue afirmando Pritchard, “los objetos que para los adultos tienen
significación mística no pueden evocar nociones místicas en los niños, pues éstos
desconocen su significación; puede incluso que el niño ni siquiera los advierta: entre
nosotros al menos es frecuente que un niño descubra su sombra cierto día. Además, hay
objetos que tienen valor místico para algunos y ninguno para otros: dentro de una
misma comunidad los miembros de los otros clanes se comen el tótem sagrado de un
clan.” (Evans-Pritchard, 1991)
De la misma manera cuando hablamos de la amplia complejidad y el rico simbolismo
de las lenguas primitivas y del pensamiento que expresan, encontramos que al
interpretarlo desde un idioma moderno pareciera encontrarnos con una contradicción
total, aunque en la lengua originaria, no exista tal contradicción. Por ejemplo, el que un
indígena diga que un hombre de cierto clan es un tigre, nos parece absurdo, porque la
palabra que él usa y traducimos con «es» no tiene para él el mismo significado que «es»
para nosotros.
Otro error de Lévy Bruhl es suponer que una explicación causal objetiva y una
explicación mística tienen necesariamente que contradecirse, cuando perfectamente
pueden convivir ambas. Por ejemplo, los nativos “saben de sobra que al hombre lo mató
un búfalo, pero opinan que no pudo haberlo matado si el hombre no hubiera estado
embrujado.” (Evans-Pritchard, 1991)
Por tanto, “pueden saberse las propiedades objetivas de las cosas y la causación natural
de los acontecimientos, pero ni se destacan socialmente ni se niegan porque se
encuentren en conflicto con algún dogma social concordante con alguna institución, en
cuyo caso la creencia mística resulta más adecuada que el conocimiento empírico.”
(Evans-Pritchard, 1991)
Pero más grave aún, el sociólogo Pareto llega a la conclusión que son los sentimientos
(Los residuos) los que están por encima de las ideas y explicaciones lógicas (las
derivaciones). Entonces, mientras Lévy-Bruhl nos dice que “los primitivos son
pre-lógicos, y nosotros, lógicos. Pareto nos dice que nosotros somos alógicos en buena
parte. La teología, la metafísica, el socialismo, los parlamentos, el sufragio universal, las
repúblicas, el progreso y todo lo que se quiera añadir son tan irracionales como
cualquier cosa en que crean los primitivos, por cuanto son producto de la fe y del
sentimiento, no del razonamiento y la experimentación.” (Evans-Pritchard, 1991)
Aunque Pareto parece contradecir a Lévy Bruhl ambos coinciden plenamente al
considerar y recalcar “que, fuera de la conducta empírica o científica, los hombres
tratan de asegurarse de que sus ideas y su conducta concuerden con sus sentimientos
y valores, y no les preocupa si sus premisas son válidas científicamente o sus inferencias
plenamente lógicas” (Evans-Pritchard, 1991)
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Los términos bricoler, bricolage y bricoleur, no tienen traducción al castellano. El bricoleur es el que obra
sin plan previo y con medios y procedimientos apartados de los usos tecnológicos normales. No opero con
materias primas, sino elaboradas, con fragmentos de obras, con sobras y trozos