Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Este aroma tan característico fue creado en monasterios hindús y budistas de la India y Nepal. Su
composición cuenta como base esencial el sándalo al cual se le añaden varios aceites de flores, especias
y resinas más la famosa flor de la champaca, de ahí su nombre
2
Nombre de la Tienda, se deja original en inglés
3
Nombre de la localidad, se deja original en inglés
Decir que era torpe era una subestimación; combinado eso con la
mala suerte (de la que ni siquiera con el famoso Smudging4 de Mamá
podría tomar ventaja), era una maravilla que no hubiera logrado
romperme todos los huesos de mi cuerpo, y era un completo milagro
el que nunca me hubiese roto uno. Ni siquiera mi dedo meñique.
4
—Tienes razón, Mamá. Iré a buscarla. —Me di la vuelta y comencé
a subir las escaleras para coger mi bolso de supervivencia, pero antes
de que pudiera alejarme, ella volvió a hablar. Me detuve a escuchar.
— ¿Y Emery?
— ¿Si Mamá?
— Ten cuidado cuando des el anteúltimo paso ¿de acuerdo?
Eso era fácil. Sonreí y me apresuré a subir las escaleras. Mientras
menos luz diurna desperdiciara, mejor. Quería estar en las rutas de
senderismo tanto como pudiera hoy. —Gracias Mamá. Me aseguraré
de que...
A dos pasos del rellano superior, mi pie se enganchó en la parte
inferior de la escalera. Grité de sorpresa y me caí con toda la gracia de
un oso negro borracho. Mis manos rasparon los escalones, y aterricé
con fuerza sobre mis rodillas. Todo el aire salió de mis pulmones, y
por un segundo, permanecí donde había caído para recuperar el
aliento. Mi corazón estaba listo para saltar fuera de mi pecho después
de esa pequeña sorpresa.
— ¿Estás bien, cariño? —Mamá llamó desde abajo. La planta baja
ya no estaba a la vista, pero sabía que había oído todo. No me había
caído exactamente con gracia. Al menos, esta vez, no había caído en
las sobras en descomposición de la cena de Acción de Gracias de
alguien.
—Estoy bien, Mamá—Me detuve nuevamente, contuve la
respiración y decidí seguir adelante. Una caída no iba a detenerme.
Estaba hecho para aguantar cosas más duras que eso.
Pero ¿esa bolsa para la noche? Sí. Eso definitivamente sonaba como
una buena idea.
LOS SENDEROS para caminatas eran abundantes en los terrenos
montañosos alrededor de Eureka Springs.
4
Método tradicional de los nativos americanos quemando hierbas sagradas para producir una nube de
humo que se utiliza en varias ceremonias de limpieza u oración y rituales de purificación o curación.
Desde el momento en que tuve la edad suficiente para explorarlos
por mi cuenta, había estado memorizando sus giros y vueltas, y todas
las ubicaciones que no se encontraban en los mapas. El bosque me
llamaba.
Mamá dijo que era porque tenía un "alma vieja" y que mi conexión 5
con la naturaleza estaba vinculada a mi aura salvaje, pero no estaba
seguro de creerle. Sus palabras de sabiduría eran una cosa, pero
cuando comenzaba a hablar acerca de la energía y las almas,
realmente nunca me hacía clic. Mi alma no era vieja, era mía, y era tan
extraña y tan rara como yo.
Lo cual era mucho, si creía a los otros chicos de mi edad.
Emery Jones, el bicho raro. Ser un omega definitivamente no ayudó
a mi caso, pero con toda la mala suerte por la que era tan famoso, tenía
sentido. Además de ser el chico raro de la Magick Shop que siempre
se estaba cayendo para aterrizar sobre su rostro, me había convertido
en uno de los raros individuos que ni siquiera los genetistas podían
descubrir. Los omegas formamos una porción tan pequeña de la
población que, durante mi primer celo, un equipo de especialistas de
California inundó el departamento que compartía con mi madre para
hurgar y pincharme en un erróneo intento por averiguar qué me
estaba pasando. A propósito, tomaron muestras de saliva, muestras
de cabello, muestras de piel, cosa que, dicho sea de paso, es mucho
más doloroso de lo que parece, y me preguntaron si no me importaría
darles también una muestra de esperma, porque invadir mi vida por
una semana mientras estaba perpetuamente con el calor no era lo
suficientemente malo.
Rechacé dar la muestra de esperma, pero no dudaría que alguno de
ellos pasara por mi papelera para tomar del interior alguno de los
pañuelos usados.
Qué asco.
Pero esos días ya habían quedado atrás. Los especialistas eran un
lejano recuerdo, y pude pasar por mis celos sin interrupciones... lo que
era bueno y malo. Bueno porque lo último que quería era un equipo
de rigurosos hombres de pelo blanco preguntándome con toda
seriedad sobre mis hábitos de masturbación, cuando todo lo que
quería hacer era acurrucarme y dejar de existir por un tiempo, y malo
porque cuando estaba en celo, realmente, realmente quería
acurrucarme con alguien. Y masturbarme como un mono rabioso. Ya
sabes... sólo mierdas del calor básico.
Pero lo que daría por tener a alguien con quien acurrucarme.
Alguien como... un alfa, uno de los raros, pero menos señalados,
miembros de la sociedad cuya estructura genética les permitía
anudarse a voluntad.
Los especialistas de pelo blanco, no necesitaban saber que cuando 6
estaba en celo, mi principal objeto de masturbación era imaginar que
un alfa macizorro me llenaba con su nudo. Esos pensamientos los
guardaba mejor para los momentos de culpa, para mí solo y cuando
me sentía solo. La intensidad de soledad durante mi calor era normal,
los investigadores me lo habían explicado, y estaba de acuerdo con sus
hallazgos anteriores. Investigación o no, no me facilitó el tiempo en la
pequeña ciudad de Eureka Springs. Ser un marginado me dejó
doblemente solo, sin alfa ni amigos.
Las rutas de senderismo me ayudaron a mantener mi mente alejada
de mis impulsos y en algo mucho más emocionante: la aventura.
Conocía todos los senderos de memoria, pero ahora que tenía
veintiún años y estaba mucho más seguro de que podía cuidarme a mí
mismo, sentí que era hora de comenzar a explorar los caminos no
dibujados que había estado demasiado nervioso para investigar antes.
Había varios tipos de caminos que había notado durante mis
caminatas. Los más obvios eran los que los senderistas con
normalidad, del tipo en que la hierba está desgastada y deja avenidas
polvorientas que conducen a lo profundo del bosque. Luego estaba el
tipo en las partes más densas del bosque, donde la maleza había sido
retirada de un lugar en particular, y el camino recién despejado,
conducía a la oscuridad.
Pero ¿el camino que más me interesaba explorar? Lo había notado
por accidente un día, cuando me incliné sobre la barandilla principal
del sendero después de haber cometido el error de intentar correr
para recuperar el tiempo perdido en el sendero. El camino era tan
sutil que casi no se notaba, y si no hubiera estado casi doblado por las
sibilancias5, nunca lo habría visto.
Destellando por debajo de las hojas caídas y crujientes había
piedras circulares y planas, ricas en cuarzo blanco. Estaban
espaciadas a distancias iguales entre sí, casi tan separadas que alguien
menos observador podría no haber notado que llevaban a algún lugar.
5
Sonidos que se hacen al respirar mal cuando se está agitado.
Pero su forma y el hecho de que el cuarzo en ellas captaba la luz en
ciertos momentos del día y brillaba como un faro, guiando
visualmente de uno a otro, me llevó a creer que no se habían dejado
allí por accidente. Alguien las había colocado para guiar el camino
hacia algo, y hoy, iba a averiguar qué era.
7
Podría haber sido una idea estúpida, pero era mi idea estúpida. Y
además, era mejor que estar sentado en casa sabiendo que mi calor
estaba en camino. Eso era algo en lo que definitivamente no me
gustaba pensar.
Llegué a la primera piedra de cuarzo y miré por encima de mi
hombro hacia un lado, luego hacia el otro. No había nadie más
alrededor, así que me metí debajo de la barandilla de madera que
bordeaba el sendero y pateé las hojas caídas de la piedra con mi pie.
La piedra era aproximadamente del tamaño de mi palma, tal vez un
poco más grande, y parecía que estaba lijada suavemente. Una vez
descubierta, observe el horizonte, buscando la siguiente luz brillante.
Encontré la siguiente piedra sin problema y de nuevo pateé las hojas
de alrededor con mi pie. Era del mismo tamaño que la piedra anterior,
y su superficie era igual de lisa.
O iba a encontrar el tesoro perdido, o iba a terminar en una película
de terror. Conociendo mi suerte, probablemente era la última opción,
pero seguí adelante sin importar que. Me moría de ganas de ir por este
camino desde hacía mucho tiempo, y ahora que finalmente había
encontrado el coraje para hacerlo, no iba a acobardarme.
Piedra por piedra, me adentré más en el bosque. Árboles de
secuoyas se alineaban en el camino, gigantes naturales que me hacían
sentir diminuto en comparación. Las hojas caídas crujían bajo mis
pies, y de vez en cuando, me topaba con un obstáculo que tenía que
despejar en mi camino para continuar hacia adelante: un arroyo, una
fuerte pendiente hacia abajo, un árbol caído... No fue hasta que las
piedras me llevaron a para detenerme frente al árbol de secuoya más
grande que había visto en mi vida, que me di cuenta de lo diferente
que se veía el bosque sin guías hechas por el hombre.
Y por Dios, todo estaba tranquilo.
Por un tiempo, me detuve y escuché. Sin mis pies crujiendo sobre
las hojas caídas, no había nada que oír. Los pájaros no cantaban, los
insectos no zumbaban y las ardillas no correteaban por el suelo.
Aparte de los latidos de mi corazón, todo estaba en silencio.
Era como si el tiempo estuviera congelado, y yo era el primero, en
vaya a saberse cuánto, que se atrevía a romper el silencio. A pesar de
mi intrusión, no me sentía fuera de lugar. De hecho, había aquí una
sensación en el aire como si fuera bienvenido.
Era la cosa más extraña. Como si, después de años de salir por los 8
senderos en busca de aventuras, finalmente hubiera llegado al final
de mi exploración.
Cerré los ojos y dejé que esa sensación me inundara. Cuando los
abrí de nuevo, el bosque había cambiado. Los enormes árboles de
secuoya frente a mí eran diferentes, pero no podía precisar cómo. No
eran más grandes, y no era como si hubieran cambiado de forma, pero
había algo alterado en ellos, y lo mismo podía decirse de todo lo que
me rodeaba.
Todos los árboles, todas las hojas caídas, e incluso el terreno se
habían movido un poco, como si alguien hubiera cambiado el
contraste en mi mundo, o hubiera puesto un filtro que hiciera que las
cosas se vieran apagadas.
Fue mi invitación a continuar.
Me giré para mirar por encima del hombro, seguro de que vería el
brillo de la roca infundida con cuarzo en el horizonte. No lo vi. Lo que
vi fue mucho más escalofriante.
En la distancia, justo de dónde venía, vi las siluetas sombrías de
cuatro hombres altos, y todos corrían directamente hacia mí.
No había suficiente aire en mis pulmones para gritar. El sonido que
hice en su lugar fue agudo y patético. Me tropecé hacia atrás para
tratar de empezar a correr, pero me golpeé en el enorme árbol de
secuoya detrás de mí. Mi mochila abarrotada de suministros de
supervivencia para la noche presionando contra la gruesa corteza, y la
malla en la parte posterior de la misma se enganchó. Agarré las
correas y luché para separarme, pero el árbol me retenía.
¿Qué demonios iba a hacer?
Suplicar parecía un buen comienzo. A menos que las figuras en la
distancia fueran bebés de Pie Grande, estaba bastante seguro de que
entenderían el inglés.
—Por favor, por favor, no me hagan daño. —Luché por tirar de mi
mochila para liberarla. Hace un tiempo, escuché que humanizarse a
uno mismo con posibles asesinos mejoraba las tasas de supervivencia,
y tomé la decisión en una fracción de segundo, que no tenía nada que
perder al intentarlo. De todos modos, no era como si estuviera yendo
a ningún lado rápidamente, y si las figuras que se acercaban fueran 9
entre rocas estrechas era una mala idea. Vi en mi mente que su camisa
se enganchaba en los bordes de piedra irregulares y se apretaba contra
su pecho, revelando su hermosa piel...
Pensamientos peligrosos, peligrosos. Especialmente con mi calor
tan cerca.
La hendidura en las rocas, conducía hacia adentro poco más de dos
metros, luego se detenía abruptamente. Cuando llegó a su fin, me
encontré de pie dentro de una caverna. La luz se derramaba desde un
agujero en el techo de la caverna y bañaba el centro del área con luz.
Las lianas colgaban del área superior como una película de Indiana
Jones, pero, afortunadamente, eran demasiado altas para que pudiera
soñar con columpiarlas. Conociéndome, eso era algo bueno. Sin duda,
la primera enredadera que trataría de sostener resultaría ser una
serpiente, o activaría una trampa y el suelo se derrumbaría. Yo no era
Indiana Jones.
Pero por todo lo que vi de la caverna, lo que no vi fueron los
hombres que estaba siguiendo. Habían desaparecido.
—¿Hola? —Mi voz hizo eco a través de la caverna, y salté—. Um,
¿ho-ola? Os seguí aquí. Sé que me has estado ignorando, pero quiero
saber qué está pasando...
No hubo respuesta, tampoco pasos. Con la forma en que viajaba el
sonido en este lugar y con la rapidez con la que esos hombres se
habían estado moviendo, estaba seguro de que habría oído algo. No
era como si hubieran podido salir por el agujero en la parte superior
de la caverna. Quiero decir, eran unos cuatro metros y medio de
altura. No importaba lo atléticos que fueran, no había forma de que
eso sucediera.
La única forma en que podrían haber salido de esta caverna era si
hubiera otro pasaje que se adentrase en la oscuridad.
Mi bolsa de noche tenía algunas barras luminosas, pero
definitivamente no estaba equipada para hacer espeleología 6. Si este
lugar fuera mucho más profundo, tendría que irme. ¿Si me tropezaba
y caía en una cueva subterránea? Eso era un poco diferente de plantar
cara en las escaleras. No me pondría a romperme mi primer hueso
mientras estaba en una profunda y oscura grieta lejos del sendero 15
6
Actividad que consiste en la exploración de cuevas y otras cavidades subterráneas naturales.
Ciencia que estudia el origen y la formación de las cavernas y las cavidades subterráneas
naturales, así como su flora y su fauna.
Un escalofrío me recorrió la columna vertebral, mientras observaba
la colección de estatuas. Tres de ellas estaban en un semicírculo
protector alrededor de los otros dos. Cuando levanté mi teléfono y los
iluminé, inmediatamente me di cuenta de quiénes debían ser: los tres
hombres con cabello negro que se habían unido al hombre con el que
había estado fantaseando vergonzosamente, y su compañero más 16
7
Aparato utilizado para indicar tiempo o pulso de las composiciones.
Un destello cegador iluminó el área. La oscuridad detrás de mis
párpados se volvió roja, y salté hacia atrás y grité de la sorpresa. Los
latidos de mi corazón permanecieron constantes, pero se unió a un
sentimiento edificante que me hizo sentir como si pudiera volar. Se
estremeció en mi estómago y envió piel de gallina por mis brazos,
luego se arremolinó más y despertó mi calor. 18
Nunca antes había tenido un golpe de calor tan rápido o tan fuerte.
Mi polla se agitó y se acomodó en la parte delantera de mis
pantalones, mientras me tambaleaba hacia atrás, buscando el
equilibrio. Todo lo que podía pensar era en el sabor que aún quedaba
en mis labios, un sabor que una estatua definitivamente no debería
tener.
No fue una sorpresa cuando golpeé una de las otras estatuas de
piedra y perdí el balance de mi cuerpo, pero aun así grité cuando perdí
el equilibrio y caí hacia atrás. Me preparé para el impacto,
manteniéndome en un ángulo lo mejor que podía para no golpearme
la cabeza... pero nunca golpeé el suelo.
Algo cálido y duro me sujetó y me levantó.
Humo de madera.
El olor se elevó en mi nariz. El sabor se quedó en mis labios. Sabía
quién me estaba sosteniendo antes de que lo viera.
El latido de mi corazón era diferente ahora, en el silencio, escuché
algo. Un ritmo. Una melodía. Complementó mi pulso como nada que
hubiera escuchado antes, como si hubiera una canción en mi alma.
El hombre que me sujetaba, un hombre, no una estatua, levantó mi
barbilla para que lo mirara a la cara. La linterna nos golpeó
parcialmente, iluminando su rostro de tal manera que sólo podía
distinguir sus impresionantes ojos azules. Me sonrió, esos labios más
tentadores que nunca, luego inclinó la cabeza y me trajo a un beso que
me quitó el aliento.
—Hola, Corazón Cantante—susurró el hombre cuando nuestros
labios se separaron. Su voz era profunda, tenebrosa y hermosa como
un cielo estrellado en pleno verano—. No puedo creer que realmente
seas tú.
Capítulo 3
CORYPHAEUS
8
Stone=Piedra. Se deja original porque así lo llama Emery.
Y cuando separó nuestros labios y deslizó su lengua en mi boca,
dominándome de todas las maneras en que siempre había soñado
serlo, ese calor estalló en llamas. Mi lengua se encontró con la suya,
hambrienta. Lo quería y no iba a negarme más. No importaba cuánto
tiempo lo conocía, o lo que sabía de él, todo lo que necesitaba saber
era que mi cuerpo estaba en sintonía con el suyo, y que tenía que 24
9
Resplandor. Por ser un nombre, se deja el original.
10
Ladrillo. Por ser un nombre, se deja el original.
No recordaba nada de eso.
Todo lo que rememoraba era el escape. Habíamos huido volando de
Novis y aterrizamos en este bosque siguiendo el consejo de Orris. Él
había afirmado que había una colonia que evitaba los horrores de la
guerra, donde los árboles estaban tan rojos como el fuego y las 34
montañas estaban cubiertas de hielo. Habíamos sido seguidos todo el
camino, y nos habían obligado a aterrizar abruptamente para que
pudiéramos avanzar el resto del camino a pie. Quien nos hubiera
estado siguiendo, nos debió haber encontrado y se deslizó en la cueva
justo detrás nuestro. Apenas habíamos estado allí por diez minutos,
antes de que no pudiera recordar más.
—¿Desde hace cuánto tiempo sabías que estábamos aquí? —Le
pregunté. Lo dejé para que descansara en el suelo de la caverna,
mientras me ponía de pie, encontrando mi ropa a través de la
oscuridad. Mi camisa estaba destrozada, pero era de poca
importancia. Todo lo que necesitaba era mis pantalones. Me los puse
y ajusté sus cordones. Cuando mis ojos se adaptaron a la luz tenue,
encontré su ropa y se la devolví. La tela me sorprendió, se sentía muy
bien. Increíblemente bien. En mi prisa por despojarlo de ellas, no lo
había notado.
—No mucho—Aceptó su ropa y se incorporó lentamente. Su cuerpo
dejó la luz, y vi su forma desplazarse a través de las sombras, mientras
se ponía de nuevo en su apretada camisa—. Estaba caminando, y dejé
el camino principal para seguir un sendero a través del bosque.
Mientras estaba de pie al final, tú y los demás atravesaron el bosque.
El hombre mayor me señaló directamente, y luego vosotros seguisteis
corriendo. Necesitaba ayuda, por lo que te seguí a esta cueva, y... ugh.
—¿Ugh? —Lo que había dicho activó las alarmas en mi cabeza, pero
lo dejé pasar para poder escuchar todo lo que tenía que decir.
Suspiró. —Debo sonar loco para ti. Quiero decir, creo que lo estoy.
Eso nunca es una buena señal.
—No, no lo estás. Continúa.
Un nítido silencio continúo a mi invitación, como si no pudiera
creer que quisiera escuchar. Cuando se rompió, su voz era
cautelosamente esperanzadora. — ¿No crees que parezco loco?
—Por supuesto que no—Me dejé caer de rodillas a su lado. Se había
puesto la ropa interior extraña y apretada que hacía un mal trabajo
protegiendo sus genitales, pero aún no se había puesto los pantalones.
—En este tiempo de guerra, todos estamos haciendo nuestro mejor
esfuerzo para sobrevivir. La supervivencia significa caos. No dudo ni
por un segundo las cosas que dices, y quiero escucharlas para saber
cómo proceder.
—Bueno... —se calló. —Pedí ayuda todo el tiempo que estuvisteis 35
corriendo, pero ninguno me reconoció. Os seguí a la cueva y os volví
a llamar, pero os habías ido. Estaba seguro de que te habías adentrado
más, así que saqué mi teléfono y usé mi aplicación de linterna para
intentar descubrir dónde podríais haber desaparecido. Fue entonces
cuando vi las estatuas. Todos estabais allí, pareciendo exactamente
como los había visto en el bosque, pero congelados en su lugar y
hechos de piedra.
Ni siquiera el salpicado de términos extraños me distrajo de la
importancia de lo que me había dicho. De hecho, si hubiéramos
cruzado caminos, y si Orris lo hubiera señalado como dijo, entonces
lo habría visto. Pero más que eso, si nos hubiera seguido, ¿por qué no
se había encontrado con nuestro enemigo? Si hubiera estado justo
detrás nuestro, debería haber visto la persecución. ¿Por qué no fue
así?
Todo lo que podía recordar del momento antes de que mi memoria
se esfumara, era que Orris nos guiaba a la parte trasera de la cueva y
nos pedía que asumiéramos una posición defensiva mientras él hacía
su magia para asegurarse de que el lugar estaba asegurado contra el
enemigo. No había forma de que el pequeño omega se hubiera
perdido algo tan memorable como un ataque que pudiera dañar
críticamente a un dragón.
No a menos que mi omega fuera el enemigo.
Mi corazón se negó a creerlo, incluso si mi cabeza supiera que era
una posibilidad. La guerra civil draconiana había sido sangrienta
desde el principio, y la realeza fue la que la orquestó. El poder era algo
peligroso, y la codicia lo corrompía fácilmente. Lo supe de primera
mano porque mi propio reino había sido atacado y arrastrado a la
batalla. Existe la posibilidad de que el omega pertenezca a una de las
líneas nobles que buscan robar el poder de mi familia.
—¿Cómo te llamas? —Le pregunté.
Su cuerpo se tensó. Olí su miedo en el aire. —Emery Jones.
No era un nombre que hubiera escuchado antes, tan extraño para
mi oído que estaba seguro de que estaba inventando algo para tratar
de ocultar su verdadera identidad. Le daría el beneficio de la duda.
Había un nombre draconiano semi-común que era similar. Tal vez él
tenía un acento—. ¿Eemeli?
36
—No. No, no... No eso11. —Escuché la vergüenza en su voz, a pesar
de que no podía distinguir los detalles más finos de su expresión. Las
sombras lo ocultaron de mí—. Emery. Em –Er -Ree. Pero no importa
cuál sea mi nombre, porque necesito irme. Hay sólo... alguna manera.
—¿Qué quieres decir? —La conversación dispersa estaba haciendo
que mi cabeza girara. ¿No entendió lo importante que era averiguar
quién nos había atacado? Si no fuera él, su propia vida estaba en
juego, y la vida del niño que esperaba que le hubiera dado.
—Oh, sólo el hecho de que tuve sexo con una estatua que cobró vida
y que le crecieron alas solo porque él tenía ganas—. Rió
nerviosamente—. Y no sólo sexo, sino sexo en medio el calor. No hay
forma de que todo esto no sea un sueño o algo así. Estoy convencido
de que me rocé contra un musgo alucinógeno de la cueva, pero
también creo que esta caverna está llena de algún tipo de gas natural
que me está drogando, y probablemente me mate si me quedo aquí
mucho más tiempo. No puedo pensar en ninguna otra explicación
lógica para todo esto. Tiene que ser una alucinación inducida por las
drogas, y voy a entrar en calor junto a ella. Necesito llegar a casa antes
de que empiece a ver los unicornios bailando tap.
Parpadee —Hay unicornios, pero estas tierras están fuera de su
territorio. Si han vagado hasta aquí, tal vez sea mejor que llegues a
casa. No querrás estar marcado con su hedor.
Se puso de pie, sus piernas temblando. El alfa en mí, quería
levantarlo y acostarlo de nuevo hasta que estuviera seguro de que mi
semilla se había apoderado de él, pero el caballero en mí se contuvo.
En cambio, lo vi tropezar en la luz. Hizo que le subieran los pantalones
a las caderas y luchaba con el diminuto artilugio de metal que cerraba
el frente de ellos. Si era un dispositivo de castidad, era pésimo.
—Oficialmente estoy volviéndome loco, —murmuró—. Mi madre
me va a internar en un neuropsiquiátrico. Estoy completamente loco.
—No lo creo.
11
Emery supone que el Alfa entiende su nombre en el sentido de Esmeril que es el significado de su
nombre. O sea, materia pulverulenta resultante de la descomposición de rocas eruptivas, que por su
dureza se usa para pulimentar metales y piedras preciosas.
Sus ojos se movieron rápidamente hacia mí, y vi las primeras brazas
de molestia en sus ojos. El dragón interior estaba despertando, y él
era tan hermoso y testarudo como me había imaginado que sería.
—Por supuesto que no. Eres una de mis alucinaciones. Si crees que
estoy loco, estoy perdido. ¿Puedes creerlo? ¿Una de tus propias 37
alucinaciones que te dice que estás loco? Ahí es cuando sabes que
necesitas ayuda.
—No me gusta que me refieran como una alucinación—Di un paso
adelante para reducir la distancia entre nosotros—. Soy real, tal como
tú eres.
Rió. El sonido rozó lo desesperado, como si no estuviera dispuesto
a creerme. —Entonces, pruébalo.
—Está bien—Lo miré a los ojos hasta que estuvo quieto y en
silencio, luego hablé con tremenda gravedad para asegurarme de que
sabía que estaba hablando en serio—. Llévame a Mymom12, y que sea
juez de lo real que soy.
12
Mymom = mi Mamá.
Capítulo 7
EMERY
13
Alto verano. Nombre propio, se deja original.
—Trajiste a casa a un amigo—Era una declaración, pero había un
indicio de malicia en sus palabras, como si hubiera anticipado mi
llegada. —Supongo que es bueno que te haya dicho que llevaras tu
bolsa de viaje.
—Una muy buena cosa—Emery cambió su peso de un pie a otro. 49
—Entonces... entonces quieres decir que ¿puedes verlo?
—¿Se supone que no pueda? — Se detuvo frente a nosotros y tendió
su mano. La tomé en la mía y la sostuve de modo que su palma
estuviera mirando hacia abajo, luego me dejé caer sobre mi rodilla.
Presioné mis labios en el dorso de su mano, después incliné mi cabeza.
—Reina de Eureka Springs, es un honor.
—Oh, mi... —Ella se llevó la mano libre a la boca, pero vi su sonrisa
complacida a pesar de todo. —¿Una reina? Creo que me siento
halagada. No creo haber escuchado eso antes. Emery, deberías traer
a tus amigos más a menudo.
La ansiedad de Emery se disparó, y mi corazón se aceleró junto con
el suyo. Extendió la mano y tomó mi mano, luego hizo un vano intento
de levantarme. Seguí su ejemplo y me puse a su lado. Me dolió saber
que había lastimado a mi pareja, pero no tenía idea de lo que podría
haberlo hecho mejor. En su vestido fluido y estampado, y de los largos
aretes de plata que colgaban de cada una de sus orejas, estaba claro
que su madre era una mujer de estatus. Si no le mostrara respeto,
estaría manchando la reputación de Novis. No podía permitir que eso
sucediera.
—Él es... —Emery suspiró, y la incomodidad persistió—. Él es... no
es realmente un amigo, Mamá. Estamos como... conociéndonos.
Había sabiduría oculta detrás de la naturaleza jovial de su madre
que me dijo que ya lo sabía. La intuición de una madre nunca mentía.
—Bueno, —dijo. —Eso hace que lo que sucedió sea aún más dulce.
Cualquier hombre que considere a mi Emery su príncipe, es un buen
hombre en mis libros.
—Y esa es la cosa—Emery sostuvo mi mano, sin soltarla. Estaba
bastante seguro de que era un acto subconsciente, pero su sutil afecto
confirmó mi creencia de que sentía el mismo impulso hacia mí que yo
hacia él—. Él no es realmente un hombre, tampoco. Necesito tu ayuda,
Mamá, y la necesito a lo grande. Si realmente puedes verlo...
—Puedo—ella insistió.
—Entonces tengo problemas. Grandes problemas. Problemas
mágicos.
La forma en que su sonrisa se iluminó, me hizo creer que había
estado esperando mucho tiempo por este momento.
—Oh, Emery. —Ella se adelantó y besó su frente. El vestido que 50
llevaba se arremolinaba a su alrededor como niebla sobre el suelo en
una fría mañana de otoño.
—Mientras esté cerca, la magia nunca será un problema. Ahora,
¿por qué no traes a tu nuevo novio a la habitación de atrás? A ver qué
puedo hacer.
Capítulo 10
EMERY
14
Impronta: cualquier tipo de aprendizaje ocurrido en cierta fase crítica, ya sea en una edad o etapa de
vida particular, que es rápido y aparentemente independiente de la importancia de la conducta.
Me conocía. Respiré profundo y traté de juntar mis fatigados
pensamientos. —Seguí una serie de marcadores fuera del camino y
llegué a un gran árbol. El bosque estaba tranquilo allí, y tan pronto
como me di cuenta, me detuve a sentirlo.
— ¿Tranquilo, como lejos de otras personas? —Preguntó. Envolvió 52
sus manos alrededor de su taza de té y se inclinó hacia adelante sobre
sus codos. Los múltiples anillos en sus dedos chocaron contra la
porcelana de la taza. —¿O tranquilo como algo más?
Era una pregunta tan extraña, que casi no sabía cómo responderla.
Miré a Coryphaeus en busca de apoyo, pero él había empezado a pasar
sus dedos sobre el asa de su taza de té con curiosidad, como si fuera
un niño pequeño acariciando a un gato por primera vez.
Estaba sólo.
—Silencioso, como... —Negué con la cabeza—. Silencioso como si
no hubiera pájaros ni insectos. Era como si el mundo se hubiera
cerrado.
—Hmm. —Miró su té pensativamente, pero la vi sonreír—. Bueno.
—Así que tranquilo, como dije, y cerré los ojos para asimilarlo.
Cuando los abrí, el bosque era diferente en pequeñas formas, como...
como si todo fuera más brillante y más nítido de alguna forma, y luego
oí botas. Acercándose desde la distancia a través de las hojas secas.
Coryphaeus apareció, y luego también lo hicieron otros muchachos,
pero no pude escuchar lo que decían y, por lo que pude observar, no
pudieron verme.
Mamá levantó los ojos de su té para mirar a Coryphaeus. —Cory,
¿es esto cierto?
Cory.
Mi corazón dio un vuelco, y miré en dirección a Coryphaeus.
Levantó la vista de su taza de té y le ofreció a Mamá una suave sonrisa.
—Él dice la verdad.
¿Entonces no odiaba el apodo? Si pudiera dejar de utilizar su
enorme, torpe y formal nombre, estaría de acuerdo con eso. Cory era
corto y dulce, y cuando estaba yuxtapuesto con la situación en la que
nos encontrábamos, era muy apropiado para él. Un nombre como ese
escondía su verdadera forma, al igual que Cory escondía a su dragón
detrás de su humanidad.
Siempre y cuando no odiara ser llamado por un apodo, estaba
bastante seguro de que nunca volvería a recurrir a la formalidad.
Después de lo que habíamos compartido, simplemente no se sentía
bien.
—¿Qué pasó después? —Preguntó Mamá. Levantó su taza y la 53
sostuvo en sus labios, pero no dio un sorbo.
—Bueno... pasaron corriendo a mi lado. Los seguí a una cueva, y
cuando entré, los encontré a todos congelados en piedra, como
estatuas. Yo, um... logré liberar a Cory, pero el resto sigue ahí. Sólo
resulta que Cory no es sólo una estatua... él es...
No me atreví a decirlo. Ya era bastante malo que acabara de
admitirle a mi madre que era más que amigo de una estatua, pero
¿decir que él también era un dragón? Se sentía como si estuviera
amontonando mentira tras mentira.
Cory lo hizo por mí. —Soy Coryphaeus de Novis, —dijo con una
inclinación de cabeza. —Heredero del trono de Novis, de pura
ascendencia draconiana.
Allí estaba. La verdad. Tragué el nudo que se alzaba en mi garganta
y esperé a que mi madre dejara su té y se riera. Ella era una firme
creyente en la sanación con cristales y en la alineación del chakra,
pero estaba bastante seguro de que dibujaría la línea a dragones
respirando y viviendo.
Puso su taza de té pensativamente sobre la mesa, el pequeño
tintineo mientras golpeaba la delicada superficie de madera, pero no
se rió. En cambio, miró a Cory con curiosidad.
—Coryphaeus of Novis—reflexionó. —De ascendencia draconiana...
—Es un dragón, Mamá—Ya no podía ocultarle la verdad. —Si
puedes verlo y es real, entonces es un dragón. Me mostró sus alas y
todo.
—¿Y esto es un problema porque...? —Se detuvo y me miró con
curiosidad. —Cariño, si te gusta, entonces, ¿qué importa? Te gusta,
¿verdad?
Decir que me gustaba era una subestimación. Me ardían las mejillas
y sabía que me estaba sonrojando.
—Bueno, quiero decir, es un problema porque... porque...
—Porque hay una amenaza contra nuestra gente—anunció Cory,
con voz tensa, pero no desagradable. —Y ahora que tu hijo está
cargando al mío, la amenaza también lo encontrará.
Por un momento, mi madre no dijo nada. Estudió a Cory como si
no estuviera segura de lo que quería decir, y luego volvió su atención 54
hacia mí. No había nada negativo en su energía y su expresión era
plácida, pero no pude evitar sentir que estaba en problemas.
—¿Emery? —Me preguntó.
No quería nada más que hundirme en el suelo. —¿Si Mamá?
— ¿Estas embarazado?
No podría responderle, aunque quisiera. La verdad es que podría
estarlo, pero habíamos tenido relaciones sexuales hace tan poco
tiempo que no podía decirlo con seguridad.
Ninguna prueba de embarazo sería precisa hasta unas pocas
semanas después de la concepción, cuando mis hormonas
comenzaran a cambiar. No había planeado decirlo aún, pero parecía
que Cory tenía otras ideas.
—No lo sé, Mamá, —le susurré al fin. No me atreví a mirarla—.
Podría estarlo. Es muy pronto para decirlo.
—Oh, querido—Tomó un sorbo de té. —Bueno, ahora entiendo un
poco más claramente. Cory, ¿cuál es esta amenaza que mencionaste?
¿Estás hablando de espíritus, cazadores, algo más...?
—Otros dragones—Los labios de Cory se volvieron una línea, y él
negó con la cabeza. —¿No habéis oído hablar de la guerra civil? Los
dragones se están volviendo unos contra los otros, algunos tan
cegados por la codicia que no ven problema en quitarles la vida a
otros. Las colonias se han quemado hasta el suelo y las hordas son
atrapadas. Novis, una vez orgulloso, estaba en llamas cuando mi
padre me hizo jurar que escaparía para salvar nuestra línea de sangre.
Si lo que creo es cierto, a estas alturas se ha quemado hasta el suelo.
—Entonces, no tendrás nada de qué preocuparte—Sonrió. —Emery
mencionó que estabas congelado y encerrado en piedra, ¿correcto?
—Correcto—Cory asintió.
Mamá tarareaba y tocaba con las uñas en forma de melodía contra
su taza de té.
—Así que no queda ningún enemigo al que temer. Si mi corazonada
es correcta, y generalmente es así, estuviste congelado en el tiempo
durante miles de años. Ya no hay dragones. Nadie va a venir tras de
ti. Tú y los otros en tu grupo son los últimos dragones vivos.
¿Miles de años? Pero había visto a Cory y los demás atravesar el 55
bosque de camino a la cueva. No podía decirme que esas secuoyas
gigantes con las que me había topado tenían miles de años, ¿verdad?
Ese no podría ser el caso.
Los labios de Cory se contrajeron. En la superficie, hizo todo lo
posible para contener su dolor, pero sentí la tensión en su alma. Sin
pensarlo, extendí la mano y apreté su muslo para consolarlo. Su mano
se deslizó sobre la mía y la apretó en respuesta. Un escalofrío recorrió
todo mi cuerpo.
¿Cómo era que incluso las cosas más simples que me hacía yo podía
sentirlas tan intensamente?
—Ese no puede ser el caso—declaró Cory. —Sé a ciencia cierta que
tu hijo es un dragón, como lo eres tú. Conozco a los de mi especie. No
me confundiría con algo así. Ningún humano ha sido nunca un
omega. Es un hecho.
Mamá pasó el dedo por el borde de su té, como si pudiera hacer
cantar la taza. No había ningún zumbido, pero el movimiento logró
atraer mi atención y mantenerme calmado mientras mi alma me
gritaba que hiciera las cosas bien para Cory.
—Sólo puedo decirte lo que sé por mi comprensión del universo—
dijo en voz baja. —Desafortunadamente, las percepciones cambian de
persona a persona. La realidad de todos no es la misma. Cuando se
trata de asuntos como este, tengo que remitir mi juicio a los expertos.
—¿Qué expertos? —Pregunté. —¿Conoces a un experto en
dragones, Mamá?
Levantó los ojos y me recompensó con una astuta sonrisa.
—¿Por qué? De hecho, lo conozco.
Capítulo 11
CORYPHAEUS
Lo deseaba 64
En todos los sentidos de la palabra, lo quería.
Mi lengua dominó su boca, y mis manos encontraron su hogar en
sus caderas. Él estaba arriba, pero eso no significaba que yo fuera
inútil. Mientras permaneciera donde estaba, lo guiaría a través del
placer que brindaba su propio cuerpo. Lo primero es lo primero,
necesitaba asegurarme de que tenía suficiente apoyo para mover sus
caderas libremente.
Emery juntó nuestras erecciones, mientras el beso avanzaba. Por
un tiempo, se enfocó en establecer un movimiento oscilante, nuestro
corazón cantó su metrónomo. Entonces, cuando ya no fue suficiente,
se apartó bruscamente. Arqueó la espalda, luciendo más hermoso de
lo que nunca lo había visto, y se quitó la ajustada camisa en un
movimiento fluido que bien podría haber sido arrancado de mis
fantasías.
La lujuria en él, había arrastrado sus párpados hacia abajo, y
cuando me miró, todo lo que vi fue su deseo. Los dragones eran
criaturas que toleraban bien el calor, tanto relacionados con el fuego
como con la fertilidad. Nunca había conocido a un omega draconiano
que no pudiera controlar sus impulsos sexuales mientras estaba en
celo, aunque hacerlo fuera difícil. El consentimiento de Emery era
claro. Quería esto tanto como yo, y sólo me hacía quererlo más.
No había palabras. Deslizó sus manos debajo de mi camisa y la
levantó lentamente, mientras sus manos exploraban mi ceñido
estómago y mi firme pecho. Separé mis manos de sus caderas, sólo
para poder levantarlas sobre mi cabeza, luego ondulé mi torso en una
posición hacia arriba. Aprovechó la oportunidad para quitarme la
camisa completamente y dejarla a un lado.
No me lo perdí.
—No puedo creer que seas real—susurró cuando el silencio le
resultó demasiado difícil de manejar. Sus manos volvieron a mi pecho
apoyando su peso, y comenzó a presionar sus caderas de nuevo. El
placer fue excepcional. Me derritió, eché la cabeza hacia atrás y le
expuse el cuello en señal de total sumisión. —Estaba seguro de que me
estaba volviendo loco, pero si Mamá puede verte... entonces...
—Nunca te mentiría—prometí. —Tú eres quién llevará a mi
heredero, quiero que seas mi compañero. Nunca haría nada para
lastimarte, física o emocionalmente. Nunca tendrás que temerme.
Nunca.
Dejó escapar un pequeño y lento suspiro a través de sus labios que 65
no habría notado si no hubiera levantado la cabeza para verlo mejor.
La lujuria aún estaba en sus ojos, pero un encantador color rosado
había sobrepasado sus mejillas, lo que sugería que estaba satisfecho
con lo que había dicho. Levanté la mano y deslicé una mano alrededor
de la parte posterior de su cabeza, luego lo atraje hacia mi pecho.
Nuestros labios se encontraron, pero esta vez nuestro beso fue suave
y dulce en lugar de ardiente.
Esto era más que simple intimidad. Emery se abrió a mí en formas
vulnerables y hermosas que una follada salvaje no permitía. Sus
suaves besos exploratorios mapearon mi boca, mientras mis manos
exploraban su cuerpo. En ese momento, estábamos aprendiendo el
uno del otro. Su cuerpo era lo más hermoso que jamás había conocido.
—Cuando me mordiste antes—susurró Emery contra mis labios.
Sus caderas se mecían contra las mías, el ritmo era tan lento que casi
era una imaginación. —Dijiste... dijiste que querías aparearte
conmigo.
Si los dragones no existieran en su mundo, entonces, por supuesto,
él no habría sabido acerca de la marca de apareamiento. No importa
lo convencido que estuviera de que un dragón acechaba su alma, si no
hubiera tenido a nadie que le enseñara nuestras costumbres, no
tendría ni idea de la tradición. Tuve que hacerle saber.
—Elegir un compañero es un proceso delicado—le dije. —No es algo
que un dragón tome a la ligera. La canción del corazón, la melodía en
nuestras almas que ahora escuchas cuando estamos cerca, demuestra
la compatibilidad. Hay muchas almas a las que responderá tu
corazón, pero se ha dicho que cuando se encuentre con el corazón que
se hizo para ti, sólo tú lo sabrás. Será el sonido más hermoso... y yo he
encontrado esa belleza en ti.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo. —¿Cómo lo sabes? ¿Has
escuchado la canción del corazón con alguien más antes?
—No—No le mentiría. Lo miré a los ojos y le dejé ver mi verdad.
—Lo sé porque lo que he encontrado contigo es demasiado puro
para ser otra cosa. Mi corazón y mi alma han hecho su elección. No
me arrepiento ni por un segundo de reclamarte como mi compañero,
mi único y verdadero compañero. La marca de acoplamiento entre un
par alfa y omega significa un compromiso para siempre.
66
Se estremeció de nuevo. —¿Estabas listo para darme tu “para
siempre” de inmediato?
—Y lo daría todo de nuevo, Emery. Sé que eres el indicado para mí.
Nunca cambiaré de opinión.
Cerró los ojos. Sus labios se separaron en lo más mínimo, y
brillaban por el beso que acabábamos de compartir. A la luz de la
ventana de su habitación, su pelo rubio pálido brillaba. Podía ver el
dragón dentro de él, joven y sin pretensiones, pero poderoso más allá
de lo que él sabía. En mi mente, vi sus alas extendidas. Escamas
doradas pálidas de aspecto delicado que eran duras como diamantes
alineaban los brazos de sus alas, y una membrana de color dorado
pálido se extendía entre cada dedo. A la luz, brillaría como un tesoro.
Ni siquiera la magnificencia de mi tesoro se compararía.
¿Se verían nuestros hijos como él? ¿Delicados por fuera, pero
fuertemente armados y más fuertes de lo que parecían? Quería
saberlo, pero sólo el tiempo lo diría.
—Yo... quiero que me muerdas de nuevo—susurró Emery. Se
mordió el labio inferior de la manera que siempre me debilitaba. —Y
luego... entonces quiero saber cómo puedo...
La puerta de la habitación de Emery se abrió. Se quedó inmóvil a la
mitad de rodar las caderas y giró la cabeza para mirar hacia la puerta.
También miré.
En la puerta estaba la madre de Emery. Tenía la extraña pieza de
tecnología en la mano en la que había estado hablando anteriormente.
Nos dio una mirada de disculpa.
—Perdón por interrumpir, muchachos—dijo, y luego extendió el
dispositivo. —Sam, el experto en dragones, realmente quisiera hablar
contigo, cariño. ¿Puedes disponer de un segundo? Dice que es
importante.
Capítulo 14
EMERY
—Sí. Sí... —Sam se calló. Cuando volvió a hablar, lo hizo con gran
entusiasmo. —¡Sí! Eres el omega que está durmiendo con el dragón
recuperado, ¿verdad?
Bueno, eso me asustó un poco, pero supuse que era relevante para
el tema de conversación. —... si
—Entonces necesitas parar.
Abrí la boca para protestar, pero no pude encontrar las palabras que
decir. Resultó que no necesitaba hacerlo. Sam continuó.
—Lo último que alguien quiere, es que haya bebés dragón corriendo
en el lugar. Eres un omega, ¿verdad? ¿De buena edad fértil? No
recuerdo que Vivian fuera mayor, por lo que debes ser un hombre
joven a lo sumo. ¿Entras en calor regularmente?
—Realmente no tienes filtro, ¿verdad? —Me apoyé contra la pared
y crucé mi brazo sobre mi pecho. —¿Por qué no quiero bebés dragón?
—Porque va a despertar mucha atención. Mucho de eso.
Toneladas de atención. Tener un dragón bebé no es como asociarse
con un dragón adulto. Los bebés no tienen exactamente un buen
control sobre sí.
—¿Cómo sabes todo esto? —Le pregunté. Si hubiera estado
hablando con Sam en las calles, habría pensado que estaba loco.
Hablaba en oraciones cortas y abruptas y a una milla por minuto.
Tuve la clara impresión de que estaba en un estado perpetuo de
paranoia. —No queda ningún dragón a excepción de Cory.
—¿Cory? —Sam preguntó categóricamente.
Oh, esta conversación iba a ser una explosión. Hice una mueca y
sacudí la cabeza. —Es un apodo. En realidad, no es un dragón llamado
Cory. Te prometo que no lo estoy inventando.
—Cory... Cory... —Sam murmuró por lo bajo, como si estuviera
tratando de poner el nombre. —Ah, debes estar haciendo referencia a
Coryphaeus, ¿verdad?
Mi sangre se enfrió. —¿Disculpa?
—Genial. Bien. Quiero decir, en términos de dragones que podrían
haber vuelto a la vida, supongo que el Príncipe Heredero de Novis no
es una elección tan mala. No está mal. Podríamos haber tenido
Phydra, después de todo. Oh, por favor, dime que no te has
encontrado con Phydra.
69
—¿Quién es Phydra? —Pregunté, exasperado. —Escucha, no sé
nada de esto. Lo único que sé es que le devolví la vida a Cory, pero sus
hombres todavía están congelados y...
— ¿Sus hombres? —La voz de Sam se apagó. —¿Hay otros?
—Yo...—estaba empezando a preguntarme si Sam no era
únicamente un chiflado. Si no hubiera usado el nombre completo de
Cory, probablemente ya habría colgado. —No lo sé, ¿de acuerdo?
— ¿No los viste?
— Lo hice.
—Entonces sabes. —Escuché a Sam aplaudir con sus manos. ¿No
estaba sosteniendo su teléfono? —Bien…
—¿Estás en el altavoz? —Le pregunté, horrorizado. —¿Hay otras
personas escuchando?
Sam resopló. —No. Como si fuera posible. Estas líneas son tan
seguras como puedo hacerlas, y tengo suficientes cambios de ruta y
codificación de llamadas para confundir incluso a los espías más
difíciles. Puede haber datos comprometidos en tu lado de la llamada,
pero te aseguro que cualquier persona que esté escuchando, no
escuchará una palabra de la que estoy hablando. Todo está saliendo
como un farfullo confuso. Al menos, si mis aparatos están haciendo
su trabajo.
Fue demasiado. No quería dudar de Mamá sobre el nivel de
experiencia de Sam, pero tal vez esta era una de esas raras ocasiones
en que se equivocó en algo. Para mí, no sonaba como mucho más que
un fanático paranoico y obsesionado con los dragones.
—Aprecio que quieras hablar conmigo, pero creo que tengo todo
bajo control—Necesitaba colgar antes de que mi piel saliera de mi
cuerpo. Sam me estaba dando los escalofríos. —Cory y yo estamos
felices con lo que ya hemos hecho, y encontraremos la manera de...
—Ya estás embarazado, ¿verdad? —La voz de Sam se tensó, y de
repente, estaba muy serio. —Por supuesto que sucedería de esa
manera. ¿Por qué no sucedería de esa manera? Siempre tiene que
suceder de la manera más difícil... o la forma en que es más probable
que nos haga notar The Man15.
70
—No, no lo estoy—Me pasé una mano por el vientre plano. —Quiero
decir... no sabré si lo estoy o no por un tiempo, pero en este momento
no lo estoy.
Sam chasqueó la lengua varias veces en rápida sucesión.
—Eso lo afianza. Me guste o no, no me dejas muchas opciones.
Necesito ir.
—¡Espera! —Casi no quería continuar la conversación, pero tenía
que saber a qué se refería Sam. — ¿Qué es lo que lo afianza? ¿Qué vas
a hacer?
—Necesito preparar mis maletas—dijo Sam como si fuera obvio, y
yo fuera tonto por no saberlo. —Tenía la esperanza de poder
permanecer donde estoy y no comprometer mi posición, pero así no
puedo ayudar. ¿Si tienes un ejemplar de dragón vivo, un grupo de
dragones en estasis y un dragón bebé en camino? Entonces
obviamente necesitaré estar allí en persona. Hay demasiadas maneras
en que esto podría salir mal.
—¿Salir mal? —Pregunté.
—Ah, eres tan ingenuo—dijo Sam con un suspiro. —Sí. Mal. Al igual
que: todo-Eureka-Springs-puesto-bajo-cuarentena. Mal. O mis
personas favoritas: secuestradas y diseccionada por los hombres del
gobierno. Mal. Esas son sólo dos de los cientos de miles de formas en
que tu situación podría volverse nuclear. ¿Quieres que siga adelante
o quieres que prepare mis maletas y llegue tan pronto como pueda?
A los especialistas en omega que pulularon en mi casa y me
empujaron y pincharon hasta que lo único que quería era que me
dejaran solo y las voces frías y clínicas de los hombres que me veían
como una anomalía médica... todo lo que les había interesado era su
investigación. Ninguno de ellos podría haberse preocupado menos
por mi bienestar, y si se enteraran de que había dragones y un
embarazo de dragón en marcha...
15
El Hombre. Manera de llamar al Gobierno.
Comprendí de qué estaba hablando Sam, incluso si no quería
creerlo.
—Haz las maletas—pronuncié. Un escalofrío me recorrió, y miré
nerviosamente hacia la ventana del pasillo. Se sentía como si alguien 71
me estuviera mirando. —
Sabes dónde encontrarnos.
Capítulo 15
CORYPHAEUS
75
lo suficiente.
Qué extraño individuo. La pasión y la convicción en sus palabras
bordeaban lo maníaco, pero todo lo que dijo estaba respaldado por la
verdad. No me presentó pruebas, pero conocía la historia de mi gente.
Hubo un tiempo en que habíamos sido venerados. Un legado como
ese no desaparecía de la noche a la mañana.
Sam retorció sus manos y negó con la cabeza. —Pero nada de eso
importa. Nada de eso. Lo que importa es que debemos mantener a las
personas correctas ignorantes todo el tiempo que podamos. Al menos
hasta que tengamos un plan. Supongo que no has pensado demasiado
en eso, ¿verdad?
—El plan es simple. —Me encontré con su mirada. —Si alguien viene
por mi omega o su familia, me desharé de él.
—Lindo, pero no práctico—Negó con la cabeza. —Vamos a necesitar
más que eso. Rutas de escape, puntos de encuentro, dinero en cuentas
extranjeras... en este punto, creo que es seguro decir que The Man
tomará al menos a uno de nosotros. Necesitamos asegurarnos de qué
planeamos la situación para que él no capture a más.
El miedo en su voz y la energía tensa que vertió en la habitación me
pusieron nervioso. Cerré mis manos en puños y me preparé para
responder cuando Vivian se movió entre nosotros.
—¿Sabes qué? Estoy de acuerdo contigo, Sam. Sé que eres un
planificador, por qué no me dices lo que se te ocurrió durante el té y,
mientras lo planeamos, Cory puede ir a despertar a Emery para
avisarle que nuestro invitado ha llegado.
Vivian dirigió a Sam hacia la habitación de atrás. Cogió su mochila
y se la llevó caminando detrás de él, chirriando y haciendo ruido. Miró
por encima de su hombro y me lanzó una mirada que me decía que
hiciera lo que ella decía.
No estaba dispuesto a discutir.
Me alegré por la ayuda, los dejé en la habitación de atrás y subí las
escaleras hacia el apartamento. Con un poco de suerte, Emery podía
darle algo sentido a nuestro invitado, porque no podía envolver mi
cabeza alrededor de él. 80
Capítulo 16
EMERY
17
Onomatopeya de un taladro eléctrico
—Estoy hablando de un campo de fuerza, Emery—dijo Sam
claramente. —Un campo de fuerza. Cosas poderosas. Ondas
electromagnéticas y todo tipo de otros artilugios. Todo tipo de locos
fenómenos. Ciencia. 92
Podría haber sido un chico de un pueblo pequeño, pero estaba
bastante seguro de que los campos de fuerza no existían.
—La ciencia no ha producido campos de fuerza todavía.
—Y en eso—Sam agitó el taladro, y yo me alejé de él lo más que
pude—, es donde te equivocas. Tal vez no en público, probablemente
no en público, pero no pienses por un segundo que no existen. Hay
formas de manipular la materia. Las olas... las olas pueden hacer todo
tipo de cosas. ¿No me crees?
—No, en realidad no—Fruncí el ceño.
Sam aseguró el último tornillo, luego bajó el taladro y se sacudió las
manos. —Bueno, entonces, supongo que tendremos que arreglar eso.
Tomó una llave que quedó fuera de la caja de herramientas que
Mamá le había dejado pedir prestada y la tiró con todas sus fuerzas
contra la ventana. Grité para intentar detenerlo, pero la llave ya estaba
navegando por el aire cuando el sonido salió de mi boca. En cámara
lenta, cruzó el espacio entre la mano de Sam y el vidrio. Cerré los ojos
con fuerza y esperé a escuchar la rotura del cristal y sentir el corte de
un millón de fragmentos diminutos, pero nunca llegó. En su lugar,
había un sonido vibrante, como si la llave hubiera golpeado plástico
fino. La llave cayó al suelo de madera.
—¿Ves? —Sam se rió entre dientes. —Está bien. Y estará bien desde
el exterior, también.
Abrí los ojos para encontrar la ventana intacta y la llave en el suelo.
Nada había cambiado. No había ni un rasguño. Pasos apresurados
corrieron por el salón de té. Las cortinas fueron arrojadas hacia atrás,
y Cory salió corriendo. Cuando vio que estaba ileso, se detuvo.
— ¿Emery?
—Estoy bien, —prometí.
—Te oí gritar.
—Sam me estaba mostrando cómo funcionaban los nuevos campos
de fuerza—expliqué. Todavía me sonaba a ciencia ficción, pero ¿quién
era yo para dudar de su validez cuando Sam me había mostrado la
eficacia de sus pequeños ingenios?
No le creí. 93
—Un error fatal—murmuró Sam. Cogió la caja en la que guardaba
sus aparatos y se movió a la siguiente ventana. —Siempre confía en
mí. Nunca confíes en nadie más. Es demasiado peligroso depositar su
confianza a ciegas. Nadie más sabe lo que están haciendo.
La semana pasada, nos habíamos enfocado en asegurarnos de que
la tienda y el apartamento estuvieran equipados con la mayor
cantidad de "aparatos" que Sam consideraba necesarios. Además de
ser la autoridad principal sobre los dragones en América del Norte, se
consideraba una especie de inventor. La mayor parte de lo que dijo
pasó por encima de mi cabeza, pero se trataba de la manipulación de
las ondas y algo que ver con los electroimanes. No era exactamente
una eminencia en ciencias, así que mucho de lo que dijo sonaba como
si lo estuviera inventando, pero había demostrado una y otra vez que
sabía de lo que estaba hablando.
¿Campos de fuerza? Sip. No hay problema.
¿Encriptar la comunicación a través de nuestros teléfonos fijos y
móviles para que los extraños no nos puedan escuchar? Comprobado.
Incluso había instalado un sistema de seguridad para el hogar que
prometió que se activaría si alguien fuera de nuestro pequeño grupo
entrara al apartamento. Él también quería instalar uno en la tienda,
pero Mamá lo había puesto en su lugar. Teníamos un negocio que
dirigir, después de todo. No queríamos mantener a todos fuera.
Todavía no estaba seguro de si la paranoia de Sam estaba basada en
hechos, o si todo era producto de su imaginación, pero en este punto,
no me importaba. Él estaba haciendo todo lo posible para
mantenernos a salvo contra lo que había destrozado nuestras
ventanas.
—Bueno... siempre que todo esté bien, supongo que no hay nada de
qué preocuparse. —Cory me dio un beso en la cabeza. —Vivian y yo
estábamos discutiendo opciones de vivienda alternativas, en caso de
que necesitemos ponerte a salvo.
—¿Alternativa? —Sam entrecerró los ojos. —No habrá opciones
alternativas. Estoy haciendo mi mejor esfuerzo para asegurar este
lugar. A menos que tenga acceso a algún equipamiento serio, no podré
asegurar otro. El plan, por ahora, es fortificar. The Man podría saber
dónde estamos, pero no podrá entrar cuando yo haya terminado con
este lugar. 94
De todas las malas ideas que había tenido, estaba bastante seguro 101
de que no mucho calificaba sobre deslizarnos a través de la puerta de
entrada de la tienda de Mamá, como una sombra en la noche. Estaba
medio esperando que uno de los aparatos de Sam cobrara vida y
comenzara a parpadear y aullar como una alarma de incendio, pero
afortunadamente, eso no sucedió. No nos sorprendió, ni nos disparó,
ni nos rechazó uno de sus electro-como-quiera-que-sea campo de
fuerza. De hecho, fue anti climático cuando salimos a la calle y nos
dirigimos hacia las rutas de senderismo. Una luz ni siquiera se
encendió en el piso de arriba.
Parecía que nos estábamos alejando de nuestro pequeño plan.
Casi deseé que no lo estuviéramos haciendo.
Cory era confiado y fuerte, y yo tenía fe en él, pero todavía estaba
convencido de que no conocía nada de mi mundo. Todo lo que sabía,
lo había dejado atrás cuando había entrado en estasis. Había nuevas
amenazas para las que no estaba preparado para lidiar, sin importar
cuán poderoso fuera su dragón.
Dependería de mí mantenerlo a salvo de eso, mientras que él me
mantenía a salvo de amenazas que no podía comenzar a comprender.
Sam estaba seguro de que era el gobierno y sus tecnologías secretas
las que habían destrozado todo el vidrio en la tienda, pero yo no estaba
convencido. El gobierno no daría advertencias. Quien haya hecho un
ejemplo de las superficies de vidrio en la tienda quiso dar a conocer
que estaban sobre nosotros.
Esas eran las amenazas de las que Cory tenía que protegerme. Todo
lo demás dependería de mí.
Nos limitamos a las calles secundarias en nuestro camino a través
de Eureka Springs. Era una ciudad adormecida, pero había suficientes
jóvenes para que el día no terminara al anochecer. Los chicos con los
que había ido a la escuela y el instituto, ahora eran mayores de edad,
y eso significaba que una nueva generación estaba probando sus
límites y mostrándose, mientras demostraban al mundo que eran
adultos. Lo último que quería era que Cory se encontrara con un
grupo de ellos.
Habían sido crueles conmigo en el instituto, y sabía que a la primera
señal de maltrato, él vendría en mi defensa. Entrar en una pelea a
puñetazos estaba en el fondo de mis deseos para esa noche.
Entrometerse un dragón enfadado con un ex atleta que me había
hecho la vida miserable en el instituto, estaba incluso más bajo que
eso. 102
Abrí los ojos para encontrar que su rostro estaba tenso por la
preocupación. Verlo tan roto me hizo arrepentir de haber aceptado
salir esta noche con él. Todo esto podría haberse evitado, si sólo
hubiera tenido la fuerza de voluntad para decirle que no.
—¿El enemigo que me seguía hace tantos años, Corazón
Cantante?—Cory me preguntó en voz baja. —¿Los dragones que me
persiguieron desde Novis y a través de la tierra, buscando matar al
último de la realeza de Novis? Todavía están ahí fuera. Si no son los
mismos que antes, son descendientes que han mantenido a salvo el
secreto del dragón. Quienesquiera que sean, y sea cual sea su motivo,
me quieren muerto... y si descubren que estás cargando a mi
heredero, también te querrán a ti así. Desearán causar daño a la vida
dentro de ti.
Cerré los ojos con fuerza y respiré profundamente para
estabilizarme. Era difícil imaginar que estuviera embarazado, y
mucho menos que la vida que podía o no llevar, ya era tan detestada
que estaba en peligro mortal.
—Entonces tendremos que resolver algo—murmuré.
—Necesitamos encontrar a esta persona Orris para poder
protegerlo, pero también debemos pensar en nuestro bebé.
La mano de Cory se movió para acariciar mi mejilla. Dejé que su
toque me calmara.
—Sé que hay mucho de qué preocuparse—El dedo de Cory se movió
en pequeños y lentos círculos contra mi mejilla. —Sé que tu corazón
es grande y que no deseas que nadie sufra daño. Deseo lo mismo. Pero
en una situación como esta, deben establecerse las prioridades.
Nuestra prioridad, ante todo, es mantener a nuestro bebé a salvo.
Orris es un hombre amable, y ha servido fielmente a la familia real de
Novis durante toda su vida, pero no es de sangre real. Él no es su
objetivo. Más allá de eso, no creo que cause una escena. Es discreto.
Abrí mis ojos. Cory estaba haciendo todo lo posible para
mantenernos unidos, pero escuché la incertidumbre enmascarada en
sus palabras tan claramente como sentí que resonaba en su alma.
—Sé que no es lo ideal, pero es un hombre inteligente y sabio, y no
tengo dudas de que podrá cuidarse solo. No traicionará nuestros
secretos. Cuando sepamos que podemos mantener a nuestro hijo a
salvo, y que no le vendrá ningún daño, entonces podemos comenzar a
buscar para recuperar a Orris.
124
—¿Qué pasa con los otros? —Le pregunté. —Si te despertaste, y él
también, el resto lo hará pronto, ¿cierto? No quiero que se pierdan
también.
—Nos preocuparemos ante todo por el peligro que nos afecta,
Corazón Cantante—me recordó suavemente. —Cuando eso este
resuelto, nos preocuparemos por el resto. Sé que no es una respuesta
satisfactoria, pero con los recursos limitados que tengo, es lo mejor
que puedo hacer.
Lo que me dijo era la verdad, pero eso no impidió que doliera.
Asentí con la cabeza entumecida. Aquí no había respuestas fáciles. Por
ahora, simplemente teníamos que hacer lo mejor que pudiéramos.
—Ahora tenemos que volver a la tienda, antes de que se realice
cualquier otro intento contra nosotros—Cory se puso de pie. Me
ofreció su mano, y acepté. Me puse de pie con su ayuda.
—Necesitamos asegurarnos de que tus alas se guarden antes de
regresar a la civilización. Para hacer eso, deberás tomar la parte de ti
que hiciste sentir bienvenida y empujarla atrás nuevamente. Enfócate
en ello. Haz que se sienta otro.
Ocultar mis alas fue mucho más fácil que sacarlas. Me concentré en
los destellos de oro dentro de mí y los miré, y mientras lo hacía, la
conexión con mi dragón desapareció. Mis alas se retrajeron de regreso
a donde vinieron, y una vez más, solo era el simple omega Emery.
—Vamos a tener que hablarle a Mamá y Sam sobre esto, ¿no? —
Murmuré mientras nos dirigíamos de regreso al sendero. Después de
lo sucedido, ninguno de los dos quería correr el riesgo de volar de
nuevo.
—Lo haremos—estuvo de acuerdo Cory.
Me estremecí —¿Hay alguna forma de que podamos omitir la parte
de 'casi morimos al caer'?
—No.
—Temía que ibas a decir eso—Escabullirse ya era lo suficientemente
malo, pero ¿sincerarnos sobre que casi habríamos muerto mientras lo
hacíamos? No estaba esperando esa conversación.
Dejamos el camino y volvimos a Eureka Springs juntos.
125
Capítulo 27
CORYPHAEUS
—¿Ves? —Preguntó Sam, con voz baja. —Operativo del Gobierno. 131
Él no debería haber...
No pude escuchar lo último que dijo. No ahora. Antes de que
supiera lo que estaba haciendo, avancé y tiré a Sam contra la pared.
El destornillador cayó de sus manos y golpeó el suelo, luego rodó
hasta que se detuvo contra la pared. Hice una bola con las manos en
su camisa de gran tamaño y lo levanté hasta que se vio obligado a
mantener el equilibrio sobre los dedos de los pies. —Ahora no es el
momento para 'Te lo dije'. Necesitamos recuperar a Emery, y
necesitamos hacerlo ahora.
—Por supuesto que sí—chilló Sam. Empujó mi pecho, pero su
fuerza no era comparable a un dragón alfa entrenado en el arte del
combate. —¿Pero sabes qué nos va a meter en más problemas? Hm…
Actuar precipitadamente. Necesitamos calmarnos. Las bromas son
buenas para calmarte. Vamos a bromear. Tratemos de ser optimistas.
Lo dejé caer, y volvió a aterrizar en sus plantas con un ruido sordo.
Había otras cosas por las que tenía que preocuparme que por lo que
dijera Sam. El hombre con el que compartí el más hermoso canto del
corazón, mi compañero destinado, se había ido, y con él, nuestro hijo
por nacer.
—Se suponía que tus dispositivos evitarían que esto sucediera—
Señalé las ventanas. Sam había instalado más gadgets de los que tenía
nombres para llamarlos. —¿Por qué no lo hicieron? ¿Qué está
sucediendo aquí?
Sam cruzó los brazos sobre su pecho y miró a un lado. —No lo sé.
Los programé para otorgarnos la autorización. Nosotros y la familia
Jones. Somos los únicos que deberíamos poder acceder al
apartamento, está vinculado a nuestro ADN. A menos que Emery
tenga una hermana. ¿Tiene una hermana? Nadie mencionó a una
chica... mujer... híbrida.
—No hay hermana—Mi cabeza giraba demasiado rápido para
precisar mis pensamientos. —Debe estar defectuoso. Los mecanismos
que instalaste deben estar defectuosos.
—No lo están.
La tensión aumentó entre nosotros. Quería hacerle entender, pero
sabía que sólo estaba perdiendo el tiempo. En este momento,
teníamos que actuar.
—¿Eres capaz de llegar a Vivian? —Le pregunté. —Necesita saberlo.
Tal vez, a tenga una mejor comprensión de lo que acaba de suceder. 132
—Le haré una llamada—Tiró de la parte delantera de la camisa
varias veces, luego sacudió la cabeza rápidamente y se pasó las manos
por el pelo. —No puedo garantizar nada. Todo esto es... bizarro. Tan
bizarro. The Man no opera de esta manera. Por lo general, quiero
decir. Debe ser un nuevo operativo.
—No es el gobierno. —La rabia como el fuego se estaba acumulando
dentro de mí, y si Sam no dejaba de avivar sus llamas, explotaría.
—Sea lo que sea, es de origen draconiano, no humano. Cualquiera
contra quien nos enfrentemos conocerá su dragón. Su poder será
diferente a cualquier cosa que hayas visto.
—Estoy llamando a Vivian—Sam se apartó de la pared y se dirigió a
la sala de estar. Alambres y otras piezas metálicas estaban esparcidos
sobre la mesa de café. —Cuando ella sepa, todos podemos trabajar
juntos en nuestro próximo plan de acción. Sé que esperar es difícil,
pero asúmelo. Sólo un poco más, al menos. Fuerza en números. No
dividas la fiesta. Ya sabes, el trabajo en equipo hace que el sueño...
—Por favor, llámala—El dolor en mi voz pareció llegar a él, porque
dejó de hablar y se dedicó a llamar. Por primera vez en mi vida, carecía
de la capacidad de dar forma a mi futuro. Todo lo que tenía estaba
relacionado con Emery, y en este extraño momento en el tiempo en el
que me había encontrado, no tenía las habilidades que necesitaba
para salvar a la persona más querida por mí.
No pude salvar a mi familia.
El pensamiento se elevó como una enfermedad en mi garganta, y
tuve que tragarlo. Dejé la entrada y me quedé en la sala mientras Sam
hablaba con Vivian en voz baja en la cocina. Yo era el Príncipe
Heredero de Novis, un hombre que se había ganado los corazones de
mi pueblo y cuyo reinado anticipado había sido celebrado. Sobresalí
en mi educación, demostré mi ferocidad en los juicios de combate y
me defendí en una guerra que estaba destinada a perder. Si no hubiera
sido por la súplica de mi padre, habría muerto junto a él.
Pero me habían dado la vida. Había sobrevivido cuando debería
haber muerto.
Tenía que haber una razón para ello.
Un movimiento captó la esquina de mi ojo, y miré hacia arriba para
encontrar a Sam apoyado en la puerta de la cocina. Había un pequeño
ceño fruncido en su rostro, casi como si se resistiera a decir lo que iba
a decir. 133
—Hablé con Vivian—dijo al fin. — Ella ya lo sabía. La llamada no se
realizó la primera vez porque me estaba llamando al mismo tiempo
que la estaba llamando.
—¿Qué dijo?—Le pregunté.
Negó con la cabeza. —No sabe quién lo hizo, pero sí que es malo.
¿La visión que tuvo? Sí, dijo que esto era malo.
—Pero las visiones se pueden cambiar. —Me enderece un poco
más—. Ella misma lo dijo. Dijo que no todas se cumplen.
—Sin embargo, ésta ya ha pasado—Sam empujó sus labios hacia un
lado. —No sé cómo funcionan sus visiones. No creo en la magia.
Realmente no. Demasiado nuevo para mí. Los dragones son mucho
menos complejos, ligados a la historia. La historia es algo que puedes
confirmar. Pero ¿la magia? No tanto. Pero um, ¿sabes... si hay algo
para eso? No sé qué creer. No sé qué pensar.
—Lo hago—Lo que Sam y Vivian necesitaban en este momento era
un líder, alguien quién tuviera la experiencia para hacer lo necesario.
Ese líder era yo. Me había entrenado para el puesto toda mi vida.
—¿Está de camino a casa?
—Sí—Sam dio un paso fuera de la puerta para acercarse. —¿Por
qué?
—Porque voy a necesitar toda la ayuda que pueda tener para salvar
a Emery—le dije. —Fui congelado a tiempo para un propósito. No voy
a dejar que el enemigo se lleve lo mejor de mí. Incluso si tengo que
caminar hacia una muerte segura, recuperaré a Emery.
Capítulo 29
EMERY
18
Contracciones “de práctica” que suceden tiempo antes del parto, pueden comenzar en el segundo
trimestre, pero lo más “normal” es que sucedan en el último trimestre.
—Embarazo—dijo Sam sabiamente. —La “pequeña y agradable
mierda de la naturaleza: déjanos darte un poco de dolor ahora, como
si los bebés ya no fueran lo suficientemente difíciles de cuidar una vez
que los sacas”. Horrible. Nunca dejaré que me pase a mí.
Abrí mis ojos. —¿Eres un omega también? 148
—¿Omega? ¿Yo? No, eso es... ridículo. —Su respuesta no fue
convincente. —De todas formas. Um, Vivian está de vuelta. Ella te
cuidará. Creo que solo iré y.… y atenderé la tienda. Sí. Eso es lo que
haré. Iré a atender la tienda, tal vez.
Nunca antes había escuchado a Sam tan dubitativo. Estaba tenso y
nervioso en el mejor de los casos, pero ¿ahora? Su manía había sido
reemplazada por tímida incertidumbre. Las respuestas sobre
emocionales que solía dar eran suaves y vacilantes.
No podía creer que fuera el mismo hombre que conocía. ¿Y todo
esto por un bebé?
—¿Sam? —Pregunté.
—¿Sí?
—¿Estás bien? —Los dolores de contracción que sentía, aunque
intensos, no eran nada nuevo. Me levanté lo mejor que pude para
mirar la puerta cerrada de la habitación. — Suenas... diferente.
—No. No. Bien. Estoy bien. —Se aclaró la garganta. —No soy un
experto en embarazo. Hay una razón por la que estudio dragones.
Demasiado... demasiado real. Muy intenso. Realmente no puedo
lidiar con ello.
Parpadeé —¿En serio?
—¡Hey! —Su tono era más agudo que antes. —Si te pusieran en
medio de un... un exorcismo y te dijeran que tienes que supervisarlo,
te sentirías igual de nervioso.
Uní mis labios y arqueé una ceja. Sam no podía verme, pero mi
expresión incrédula se desangró en mi voz.
—Me estoy poniendo de parto, amigo. No estoy albergando a un
demonio.
—Bien. No. Quiero decir, ¿algo así? Se podría pensar de esa manera,
pero probablemente no lo harías, supongo—Suspiró. —Aquí. Vivian
está subiendo las escaleras. La escucho. Cuidará de ti. Voy a ir a otro
lado y hacer... ya sabes. Cosas. Cosas más seguras.
Ni una sola vez desde que había llegado, se había ofrecido para
vigilar la tienda. Pensé que era demasiado torpe y temeroso
socialmente para hacerlo, pero supongo que, para él, participar en un
parto era cien veces peor que ayudar a los clientes.
Tuve que reír. 149
—¡Qué! —Preguntó Sam, pero su voz era distante, ya había
comenzado a ir por el pasillo para saludar a Mamá en la puerta—.
Tantos fluidos corporales. Tantas complicaciones potenciales. Los
dragones bebés son peligrosos. ¿Quieres estar en el extremo receptor
de una garra afilada?
—Cory dijo que el bebé nacería humano—le recordé. —El dragón
sólo se manifestará más adelante. Se necesita esfuerzo. Es por eso que
Mamá y yo nunca conocimos a nuestros dragones.
—Nunca puedes estar demasiado seguro.
Entonces, sin decir nada más, Sam se había ido.
Había pocas cosas más difíciles que sentir el dolor de Emery, pero 151
no poder hacer nada al respecto era peor. En el momento en que Sam
vino a reemplazarme en la tienda, me apresuré por las escaleras y
entré en el apartamento. Antes de que atravesara la puerta, escuché
los gemidos laboriosos de Emery.
El bebé se acercaba.
Me metí en el dormitorio para encontrar a Vivian a su lado. Tenía
un recipiente de agua con aroma floral a su lado y estaba usando un
trapo húmedo para mantenerle la frente fresca. Cuando entré en la
habitación, él me miró. Sus ojos azul gema se encontraron con los
míos, y vi el alivio en su rostro tan claramente como vi su dolor. Me
moví a su lado.
—Estoy bastante seguro de que voy a dividirme en dos—me dijo
Emery. —Quiero que esto termine. Duele. Haz que se detenga, Cory.
—Terminará pronto, Corazón Cantante—lo prometí. Tomé su mano
y lo dejé apretar, y lo hizo casi de inmediato. Las contracciones venían
fuertes. —Puedes hacerlo. Eres poderoso. Esto no es lo peor que has
enfrentado.
—No dirías eso, si fueras el que está en la cama en este momento—
Gimió, y su mano apretó más fuerte que nunca. —Lo necesito fuera.
Lo necesito ahora mismo.
Miré a Vivian en busca de orientación, pero estaba demasiado
absorta en atender a su hijo.
—¿Vivian? —Pregunté. Me miró. —¿El dolor se prolongará por
mucho más tiempo?
—Podría. Ningún trabajo de parto es exactamente el mismo.
Algunos duran días, y otras horas. No lo sabremos hasta después de
que nazca el bebé.
¿Emery podría sufrir un dolor así durante días? No podía soportar
la idea. —Entonces déjame asistir el parto.
Emery abrió los ojos y se incorporó lo mejor que pudo. Vivian, sin
perder un segundo, lo empujó de nuevo sobre la cama.
—¿Qué? —Preguntó Emery. —¿Quieres... asistir el parto?
—Aun sentirás dolor—le advertí. —No puedo quitarte eso... pero
puedo hacer nacer al bebé, si lo deseas. Pensé que lo tenías cubierto,
pero no me di cuenta de que sufrirías durante días de agonía. Con tu
permiso, puedo acortar eso.
—Está bien, sólo para que estemos en la misma... ¡ah! —Todo su 152
cuerpo se tensó, y por un momento, todo lo que pudo hacer fue
respirar. Cuando se recuperó, se encontró con mis ojos nuevamente
—Te refieres, a que realizarás una cesárea, ¿verdad? ¿No hay
alguna... alguna extraña forma mágica de dragón de sacar a este bebé
de mí más rápido?
—Si por cesárea quiere decir que haré una incisión para extraer al
bebé yo mismo, entonces sí—Incliné la cabeza. —Es mi deber como tu
alfa, y como tu compañero.
—¿Qué pasa con la pérdida de sangre? —Me preguntó. —¿Y los
puntos de sutura? Y desinfectar el área, y... — Dejó de hablar y aulló
de dolor. Las contracciones iban empeorando rápidamente.
—Supongo que lo que estoy diciendo es, ¿cómo me mantendrás vivo
y con vida durante y después?
—Hay maneras de asegurarse de que suceda—le dije. Nunca antes
había asistido un parto, pero había visto a un nacimiento cuando tenía
la edad suficiente para apreciar el cuidado brindado durante el
procedimiento. Mi padre había recibido a todos los hijos de mi madre,
a mis hermanos y hermanas. Recordé la mirada orgullosa, pero
salvaje, en sus ojos, y el cuidado que le había dado a cada niño
mientras los limpiaba después del parto. Era instintivo. Pensé que no
era necesario, y que algunas tradiciones eran anticuadas y que era
mejor dejarlas morir, pero sentí el tirón dentro. De repente, supe en
mis huesos que esto era algo que tenía que hacer.
El niño nos conocería a los dos antes de conocer al resto del mundo.
Antes de las sábanas o los colchones, él conocería el toque de mi
mano. Era como se suponía que debía ser, como lo pedía mi dragón,
y era muy difícil luchar contra él.
—Todo lo que necesito, es una aguja curva y un poco de hilo—le
dije—. Desinfectantes para la piel, si hay disponibles. Nunca tuvimos
ningún cuidado especial que pudiera recordar durante las labores de
mi madre, pero entiendo la importancia de ellos, por tu bien.
—¿Y entonces todo habrá terminado? —Preguntó. — ¿Podremos
tenerlo?
—Podremos —Sonreí. —El dolor no tiene que durar para siempre.
Vamos a trabajar para quitarte el dolo. Lo prometo.
—Entonces confío en ti—dijo Emery. Miró a Vivian. —¿Puedes
ayudarlo, Mamá? ¿Puedes conseguirle lo que necesita? Nosotros...
necesitamos hacer esto. Necesito esto. No sé si puedo seguir adelante. 153
La mirada preocupada en su rostro, hablaba por ella, pensaba que
era una idea terrible. Pero al mismo tiempo, ella no tenía acceso a
nuestro corazón. Ni tampoco al instinto que ahora corría a través de
mí cuando miraba a mi compañero embarazado, y no sabía cómo este
afectaba a Emery. De manera sutil, la conexión nos alineó. Nuestros
deseos y necesidades estaban sincronizados.
Estábamos listos para ser padres, al igual que estábamos
preparados para enfrentarnos juntos al mundo. No dejaría a mi pareja
sufrir, mientras me sentaba y observaba.
—Ya vuelvo—murmuró. —Todo lo que pido, es que estés a salvo.
—Nunca pondría a Emery en peligro—le dije. Me encontré con sus
ojos, del mismo color azul gema que los de él. —Lo amo, Vivian.
Estamos emparejados, y mi juramento es eterno. Mientras viva, le
serviré.
Un nuevo y fuerte grito de dolor interrumpió el momento, y Emery
apretó mi mano más fuerte que nunca.
—Por favor—le insté a ella. —Él me necesita, y para eso, te necesito
a ti.
La comprensión cruzó su rostro, y me asintió. En un remolino de
gasa y el suave golpecito de sus sandalias de cuero contra el suelo, se
había marchado. Por el bien de Emery, sólo podía rezar para que no
pasara mucho tiempo antes de que ella regresara.
Capítulo 33
EMERY
—Respira, Corazón Cantante, —me instó Cory. Apreté su mano con 154
más fuerza aún, cuando otra contracción me dejó casi paralizado. El
dolor se manifestaba como manchas blancas en mis ojos, y sabía que
si continuaba así por más tiempo, iba desmayarme—. Respira.
—¡Estoy respirando! —Mis palabras fueron más duras de lo que
pretendía que fueran. Cory sólo estaba tratando de ayudar, pero mi
cuerpo estaba empujando más allá de sus límites. No me quedaba
mucha paciencia. —¡Estoy respirando!
—Entonces, lo que necesito que hagas, es abrazar al dragón.
—¿Qué? —Lo miré como si estuviera loco. —Quieres que haga eso
¿ahora? Estoy un poco ocupado aquí.
—Cuando invitas al dragón a entrar en ti, tu cuerpo comienza a
adormecerse para permitir que se produzca la transformación—Cory
pasó su mano por mi cabello. Tenía que estar empapado de sudor.
—Actuará como un analgésico natural. Todo lo que necesitas hacer,
es dejar salir tus alas, y el resto vendrá. Tu cuerpo se hará cargo. Fue
diseñado para dar a luz hijos, y no te fallará.
En este momento, sentí que estaba fallando a lo grande. Quería
rasgarme la camisa y decirle a Cory que lo que necesitaba era meterme
en un baño de hielo hasta que llegara un médico de verdad, pero una
parte de mi alma me dijo que no tenía nada de qué preocuparme. Cory
habló con certeza, y sentí lo mismo en su alma.
Con mis contracciones cada vez más frecuentes, no tuve mucho
tiempo para desconectar mi mente y dejar que el dragón entrara.
Mientras todavía me quedaba un poco de cordura, cerré los ojos y me
centré en convertirme en uno con lo extraño que estaba al acecho
dentro de mí.
Los efectos fueron casi instantáneos.
El adormecimiento se extendió desde los omóplatos hacia abajo,
siguiendo el camino de mi columna hasta el intenso dolor en mi
pelvis. De hecho, me quedé sin aliento por el alivio. Era la misma
carrera salvaje que saltar en una piscina fría en el día más caluroso
del verano: el impacto fue instantáneo, y fue demasiado satisfactorio
para ser real.
Mantuve mis ojos cerrados, aislándome de ese sentimiento todo el
tiempo que pude. Vagamente, era consciente de que había
movimiento a mí alrededor. Los pasos de mi Mamá. La voz de Cory,
suave pero tranquilizadora. Una salpicadura fría cuando un líquido
tocó la parte inferior de mi estómago distendido. El corte de las
tijeras... 155