“Ser libres para educar en libertad”
CRISIS MEDIEVAL DEL SIGLO XIV
Durante el siglo XIV, Europa entró en una larga
crisis. La población creció de forma importante,
lo que derivó en la sobreexplotación de las
tierras de cultivo, altos precios de los cereales
(principal alimento de consumo) y hambrunas,
que detuvieron el crecimiento demográfico en
esa época.
Las pestes y las guerras
Entre 1346 y 1353 se expandió la peste negra,
una devastadora epidemia que transmitía la
bacteria Yersinia pestis a través de las pulgas de
los roedores. Esta letal enfermedad, cuyo origen
y tratamiento era desconocido, afectó a millones
de personas, desapareciendo a más del 60 % de
la población europea. NIVEL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
La epidemia no distinguía clases sociales y se
centró en Europa y Asia. Las ciudades fueron
focos de propagación. Tuvo brotes cada diez
años, dificultando la recuperación demográfica.
La crisis se acentuó con las guerras entre
monarquías europeas, las cuales significaron
numerosas muertes, destrucción de propiedades
y medios de producción y el cobro desmesurado
de impuestos para costear las guerras.
(Documento 9)
Lic. César Villanueva Collantes
Área: Ciencias Sociales
La población tenía menos acceso a los alimentos,
debido a los altos precios, a la irregularidad del
comercio y a los frecuentes pagos de impuestos.
En este contexto, surgieron rebeliones
populares. La caridad esperada por parte de la
Iglesia católica no llegaba porque sus máximas
autoridades estaban concentradas en sus
propias disputas de poder: desde 1309, los papas
se trasladaron a Aviñón para tener a protección
de la monarquía francesa, y a partir de 1378
surgieron conflictos por la mitra papal.
La crisis agraria
La catástrofe demográfica, producida por pestes
y guerras, tuvo repercusiones sociales
inmediatas. Una de ellas fue la escasez de mano
de obra. Por otro lado, se produjeron una serie
de catástrofes naturales, como sequías e
inundaciones, que afectaron gravemente los
campos de cultivo. Estos hechos
desencadenaron la crisis de la producción agraria
que produjo grandes hambrunas al no haber
suficientes alimentos para la subsistencia de
gran parte de la población.
La guerra de los cien años
Este conflicto se desarrolló entre 1337 y 1453 e
involucró a las monarquías de Francia e
“Ser libres para educar en libertad”
Inglaterra. Se inició con el reclamo del trono
francés por parte del rey inglés Eduardo III, nieto
de Felipe IV, y tuvo como trasfondo el control del
comercio de lanas y telas.
Los franceses sufrieron cuatro grandes derrotas:
en Sluys (1340), Crécy (1346), Poitiers (1356) y
Agincourt (1415). En 1420, el monarca inglés
Enrique V fue designado por Carlos VI como
heredero de la monarquía francesa. Entró de
manera triunfal a París, pero murió dos años
después.
Los franceses se organizaron con Juana de Arco
para defenderse de los ingleses. Ella formó un
ejército y liberó Orleans. No obstante, en 1430
fue capturada y entregada a los ingleses, quienes
la acusaron de brujería y la quemaron viva. De
manera progresiva, los franceses retomaron sus
fuerzas y, en 1453, recuperaron los territorios
que habían ocupado los ingleses, excepto Calais
y las islas del Canal. (Documento 10)
El cisma de Occidente
Tuvo como antecedentes el conflicto entre las
máximas autoridades civiles y eclesiásticas. Tal
enfrentamiento tuvo su mayor auge en 1302 con
NIVEL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA
Lic. César Villanueva Collantes
Área: Ciencias Sociales
la bula Unam Sanctam en la que Bonifacio VIII
declaró la supremacía papal sobre cualquier
poder en la tierra.
La reacción del rey francés Felipe IV no se hizo
esperar. Acusó al papa de herejía y
prácticamente lo secuestró.
Luego el papa Clemente V se instaló en Aviñón y
los siguientes pontífices continuaron ahí,
controlados por los monarcas franceses.
Tal situación, además de los despilfarros de los
papas y el crecimiento de impuestos
eclesiásticos, disgustó a los fieles. La crisis vino
con la coexistencia de dos papas, desde 1378
hasta 1417, uno en Roma y otro en Aviñón.
En el desarrollo del concilio de Pisa (1409), en
congreso de autoridades eclesiásticas, se eligió a
un tercer papa: Alejandro V. Las monarquías
europeas mostraron su lealtad a uno de los
papas y fragmentaron la unidad del mundo
cristiano.
Con el concilio de Constanza (1414-1418) se
finalizó el cisma. El conjunto de papas
renunciaron y la asamblea seleccionó a uno
nuevo: Martín V.