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Desarrollo cognitivo según Jerome Bruner

Sara Daniela Hernández


El desarrollo cognitivo es el proceso por el cual las personas adquieren,
organizan y utilizan el conocimiento sobre el mundo que les rodea. Una de las
teorías más influyentes sobre este tema es la propuesta por el psicólogo
Jerome Bruner, quien se basó en las ideas de Piaget, Vygotsky y otros autores
para elaborar su propio enfoque.
Según Bruner, el desarrollo cognitivo implica la construcción de sistemas de
representación que permiten al individuo comprender y comunicar la realidad.
Estos sistemas de representación son tres: el enactivo, el icónico y el
simbólico. Cada uno de ellos tiene sus propias características y funciones, y se
van integrando progresivamente a lo largo del desarrollo.
El sistema enactivo es el primero en aparecer y se basa en la acción. El
individuo codifica la información mediante respuestas motoras y sensoriales,
sin recurrir a imágenes o símbolos. Por ejemplo, un bebé recuerda cómo
sacudir un sonajero o cómo alcanzar un objeto. Este sistema permite al niño
explorar el mundo físico y desarrollar sus habilidades perceptivas y motrices.
El sistema icónico surge después y se basa en las imágenes. El individuo
codifica la información mediante representaciones visuales o mentales, que
pueden ser estáticas o dinámicas. Por ejemplo, un niño recuerda cómo es la
cara de su madre o cómo se mueve un animal. Este sistema permite al niño
ampliar su campo de conocimiento y desarrollar su memoria y su imaginación.
El sistema simbólico es el último en aparecer y se basa en el lenguaje. El
individuo codifica la información mediante signos arbitrarios que tienen un
significado convencional. Por ejemplo, un niño recuerda el nombre de un
objeto o una persona, o una regla gramatical. Este sistema permite al niño
abstraerse de la realidad concreta y desarrollar su pensamiento lógico y
creativo.
Bruner considera que estos sistemas de representación no son etapas fijas ni
excluyentes, sino que se complementan entre sí y se transforman a lo largo del
desarrollo. Así, el individuo puede pasar de uno a otro según las demandas de
la situación y las características del contenido. Además, Bruner destaca el
papel fundamental que tiene la cultura y la interacción social en el desarrollo
cognitivo, ya que proporcionan al individuo los instrumentos simbólicos y las
pautas para interpretar la realidad.
La teoría cognitiva de Bruner tiene importantes implicaciones educativas, ya
que propone una metodología basada en el descubrimiento guiado, la
motivación intrínseca y la espiral curricular. El descubrimiento guiado
consiste en facilitar al alumno la búsqueda activa de su propio conocimiento,
mediante preguntas, sugerencias y retroalimentación por parte del profesor. La
motivación intrínseca consiste en despertar el interés del alumno por aprender,
mediante la presentación de retos adecuados a su nivel de desarrollo y sus
necesidades. La espiral curricular consiste en organizar los contenidos de
forma que se vayan revisando y ampliando a lo largo del tiempo, teniendo en
cuenta los diferentes sistemas de representación.
En conclusión, la teoría cognitiva de Bruner es una teoría que ofrece una
visión dinámica e integradora del desarrollo cognitivo, así como una propuesta
pedagógica que fomenta el aprendizaje significativo y autónomo por parte del
alumno.

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