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Premisa

Me tengo que defender a golpes cuando me molestan

Los motivos por los que los niños pegan pueden ser diversos, y la forma en la que podemos abordar
la situación va a depender mucho de en qué circunstancias se dé esa situación.

Tenemos tendencia a pensar que pegan porque lo han visto en su casa y/o porque sus padres les
pegan, y hay parte de verdad en ello, ya que sabemos que imitan sus conductas.

En realidad, cuando son agredidos por sus padres, lo que aprenden es que se puede ejercer la
violencia desde las posiciones de poder, es decir, con aquellos que consideren inferiores a ellos; por lo
que es probable que se conviertan en agresores de otros niños o niñas más pequeños o iguales a
ellos.

A todos nos enfadan ciertas situaciones que hacen estallar el fuego de la rabia dentro de nosotros. Y,
¿cómo reacciona un niño que se siente atacado, o juzgado o simplemente contrariado? Pues en
muchas ocasiones, pegando.

Pegar es una reacción violenta que viene desencadenada por un enfado. Y, debajo de este, se
esconden sentimientos como la frustración, el resentimiento o el miedo. En el trasfondo está la ira,
una de las emociones básicas del ser humano.

Los Padres son los principales responsables, por eso es tan importante el vínculo y el tipo de relación
que establecen con los hijos, pero en todos los casos pueden intervenir para ayudarnos a establecer
relaciones personales sanas y respetuosas.

Los niños no siempre tenemos lo suficientemente desarrolladas las habilidades emocionales y


lingüísticas para transmitirnos cómo nos sentimos ante determinadas circunstancias o
estímulos, cuáles son nuestras necesidades afectivas o qué deseos nos mueven en la
búsqueda de nuestro bienestar personal.

Es importante que identifiquen sus sentimientos para que actúen de forma no violenta cuando
los vuelvan a sentir.
Hay que tener claro que pegar no es la forma de solucionar los enfados; que hay otros caminos
para llegar a acuerdos con otros.
Nuestros padres y maestros nos hacen ver que hay límites, pero desde el respeto. Y no hay
que violentarnos ni violentar a los demás.

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