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CAPÍTULO I: CONSIDERACIONES GENERALES

LITIGACIÓN ORAL

1. DEFINICIÓN
1.1. LITIGACIÓN ORAL PENAL
La reforma procesal penal representa un cambio jurídico de carácter
paradigmático, que se refleja en la transición de un sistema inquisitivo a uno
acusatorio (sin la mediación de modelos inquisitoriales mixtos o reformados) y
en la modificación de la lógica escrita por parte de lógicos y profesionales,
centrándose en la oralidad como motor del sistema.
Antes de empezar, recordemos que en el nuevo sistema procesal penal se
pueden distinguir claramente dos etapas principales. La primera fase tiene
lugar en el Juzgado de Garantía y se extiende ampliamente desde la audiencia
de control de detención, pasando por la audiencia de formalización de la
investigación, hasta la audiencia de preparación del juicio oral (incluida la
posibilidad de opciones alternativas), como una suspensión condicional del
procedimiento y acuerdos reparatorios, o la terminación a través
procedimientos especiales como el abreviado).
La segunda fase, en cambio, es lo que ocurre en el Tribunal de Juicio Oral,
cuyas audiencias comienzan con un resumen de la acusación formulada por el
Ministerio Público, seguido de declaraciones introductorias del fiscal y del
abogado (y en última instancia del demandante), la presentación de evidencias
por el fiscal y la defensa vía examinación de testigos y peritos y las
contraexaminaciones correspondientes, la presentación de pruebas físicas y
documentales, la conclusión de la intervención persuasiva de las partes con
sus discursos de clausura, finalizando con la resolución de absolución o
condena por parte del tribunal colegiado integrado por tres jueces de carrera.

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