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El campo morfogenético

I.IV EL CAMPO MORFICO

Rupert Sheldrake y la teoría de los campos mórficos

El biólogo británico Rupert Sheldrake, cuando trabajaba en el área de Biología del Desarrollo de la
Universidad de Cambridge, empezó a plantearse que no era posible estudiar la biología sólo en
términos de genes y moléculas, sino que tenía que haber una línea de investigación desde una
perspectiva más holística.

En palabras del propio Sheldrake “Nos han educado para que creamos que la actividad mental no
es nada más que actividad cerebral. Sin embargo, sugiero que nuestras mentes se extienden mucho
más allá de nuestros cerebros; se expanden a través de campos que nos vinculan con nuestro
entorno y los unos con los otros”.

Rupert Sheldrake nos cuenta que existe un campo morfogenético o campo mórfico que nos permite
entender cómo los organismos vivos, los cristales y hasta las moléculas, adoptan su forma y su
comportamiento. Cada tipo de organismo, cada tipo de instinto o patrón de comportamiento tiene
su campo mórfico. Estos campos son los que ordenan la naturaleza. Hay muchos tipos de campos
porque hay muchos tipos de cosas y patrones en la naturaleza.

Morfo viene de la palabra griega morphe, que significa forma. Los campos morfogenéticos
son campos de forma; campos, patrones o estructuras de orden. Los campos mórficos de los grupos
sociales conectan a los miembros del grupo incluso cuando están a muchos kilómetros de distancia,
y proporcionan canales de comunicación a través de los cuales los organismos pueden mantenerse
en contacto a cierta distancia, por lo tanto, ayudan a proporcionar una explicación a esa “conexión
invisible“ que podemos observar en la naturaleza.

De acuerdo con sus teorías, los sistemas naturales, tales como una colonia de termitas, una bandada
de pájaros o un grupo de flores, heredan una memoria colectiva de todas las cosas de su tipo que
han existido previamente. Para Sheldrake, existe un comportamiento en todo lo vivo que tiende a
la consecución de una meta.

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Rupert Sheldrake habló de la existencia de una especie de conexión telepática entre organismos.
Sus ideas se aplican hoy, entre otros, a las “constelaciones familiares”. En ésta terapia se considera
que existe una transmisión de conflictos, secretos familiares y hasta comportamientos que se
transmiten de generación en generación y explican situaciones actuales. Sin embargo, esta
transmisión no es genética ni aprendida sino dependiente de una memoria o consciencia colectiva.

Las mentes de todos los individuos de una especie -incluido el hombre- se encuentran unidas y
formando parte de un mismo campo mental planetario. Ese campo mental -al que denominó
morfogenético- afecta a las mentes de los individuos y las mentes de estos también afectarían al
campo. “Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen
todos los miembros de la especie y a la cual conforman”, afirma Sheldrake.

De este modo si un individuo de una especie animal aprende una nueva habilidad, les será más
fácil aprenderla a todos los individuos de dicha especie, porque la habilidad “resuena” en cada uno,
sin importar la distancia a la que se encuentre. Y cuantos más individuos la aprendan, tanto más
fácil y rápido les resultará al resto.

El campo donde está conectada la información genealógica lo describe Rupert Sheldrake desde
un punto de vista cuántico: “Existen en la naturaleza unos campos llamados morfogenéticos, los
cuales son como estructuras organizativas invisibles que moldean o dan forma a tales cosas como
plantas o animales, que también tienen un efecto organizador en la conducta”.

Estos campos morfogenéticos contienen información recopilada de toda la historia y la evolución


pasada, algo a la manera de la “memoria racial” de Freud o el “inconsciente colectivo” de Jung o el
“circuito neurogenético” de Timothy Leary. La resonancia mórfica, el principio de memoria
colectiva, se puede aplicar al estudio del árbol genealógico. Cada familia tiene su propia memoria
colectiva a la que todos sus miembros están conectados y tienen acceso.

Entonces, los campos morfogenéticos o campos mórficos serían una especie de depósito de
información, no energía, que sería utilizable a través de espacio y tiempo. Difíciles de medir, porque
no se trata de campos físicos (no tienen dimensiones, por ejemplo), ejercen influencia sobre los
sistemas organizados.

Los que vivieron hace mucho tiempo también influyen en el sistema a través de lo que se conoce
como un campo mórfico (Rupert Sheldrake), que es como la memoria del sistema en el que se
almacenan todos los datos concernientes a la manera cómo se relaciona cada parte con las demás;
ésta es una memoria dinámica, pues está en constante cambio, enriqueciéndose y adecuándose
con la vivencia del momento, con la información de experiencias anteriores y con la del sistema con
el que esté interactuando.

Tú accedes permanentemente a esta información de manera inconsciente, porque ella está


siempre disponible en tu campo mórfico, contenido en el entorno de cada uno de los sistemas con
los que interactúas, su modo de expresión es por medio de todos los pensamientos y actos que
tienes a lo largo de tu vida y la forma de enriquecerse y alimentarse es con todas las decisiones que
tomas, con tus pensamientos y tus acciones.

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Los campos mórficos tienen la capacidad de influenciar la forma en que están organizados los
sistemas, pues al alimentarse de la información que sus miembros han aportado en el pasado, los
nuevos miembros tienden a organizarse de la misma forma, o por lo menos de manera similar.

El campo mórfico, siempre según Sheldrake, es el depositario de las formas de vida y del instinto
que las acompaña, es la fuente de los sentimientos místicos-religiosos, no pertenece al mundo físico
y preexiste, a su vez, como reservorio de la memoria colectiva de cada especie.

¿Qué es la resonancia mórfica?

A todo esto, Sheldrake agrega el concepto de resonancia mórfica, la cual se deriva de los campos
mórficos. La resonancia mórfica se manifiesta cuando los organismos realizan comportamientos de
forma repetitiva, éstos son más probables a medida que ocurren más veces, de acuerdo a esta
teoría.

La resonancia mórfica es la influencia de las estructuras anteriores de la actividad en estructuras


similares posteriores de la actividad organizada por campos mórficos. Permite que las memorias se
transmitan a través del espacio y el tiempo y desde el pasado.

La base de la resonancia mórfica es que hay una clase de memoria en la naturaleza. En lugar de
que todas las regularidades de la naturaleza se deban a leyes fijas, lo que habría sería un tipo de
memoria dentro del mundo natural, cada especie tiene una clase de memoria colectiva de la cual
cada individuo toma y a la cual contribuye (the extended mind).

Lo anterior lo puedes comprobar al observar tu sistema familiar o el de alguien que conozcas, en el


que los hijos o nietos repiten las historias de sus padres o abuelos; se casan de la misma manera,
con el mismo tipo de parejas, trabajan y progresan o fracasan de forma similar, o contraen las
mismas enfermedades.

Al aprender de qué manera funcionan los sistemas humanos, cuál es el patrón de organización que
les permite estar cerca del equilibrio y mantenerse en el tiempo, podremos empezar a reconocer el
patrón de organización específico de nuestro sistema familiar, y en él, el origen de muchas
situaciones que anteriormente escapaban a nuestra percepción.

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Familia
Ciudad
País
Continente
Planeta

Hasta los años 60 todos estábamos convencidos de que el Universo era algo eterno y que estaba
gobernado por leyes de la naturaleza que también eran eternas.

En los años 60 empezó a verse con claridad que el Universo no era eterno, sino que se está
expandiendo y que parece que comenzó hace 15 billones de años con el Big Bang. El Universo era
más pequeño que la cabeza de un alfiler y estaba a billones de grados centígrados y desde entonces
se ha ido expandiendo y enfriando y a partir de entonces todas las cosas que conocemos fueron
surgiendo, desde los átomos y las moléculas a las estrellas, galaxias, los cristales, la vida. Ninguna
de estas cosas existía antes.

Por ejemplo, esto se aplica en las especias, si las ratas aprenden un truco nuevo, hay ratas en todo
el mundo que tendrán mucha más facilidad para aprender ese truco. Hay evidencias de que esto
ocurre realmente. Se han hecho muchos estudios con ratas en ese sentido. Así que si el Universo
es claramente evolutivo.

Para Sheldrake, la palabra clave es “hábito”. A través de los hábitos, los campos morfogenéticos
varían su estructura y promueven cambios estructurales.

Lo que se deduce es que si un individuo de una especie aprende una nueva habilidad, les será más
fácil aprenderla a todos los de dicha especie, porque la habilidad “resuena” en cada uno, sin
importar la distancia a la que se encuentre.

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Esto mismo se aplica a los crucigramas. Mucha gente piensa que puede hacerlos mejor por la tarde
que por la mañana, porque mucha gente ya los ha hecho por la mañana. Puesto que la resonancia
mórfica depende de la similitud, esto se da más entre personas que están en contacto, entre
miembros de la misma familia, del mismo grupo étnico, social, y genético.

Si se considera la resonancia mórfica, esto proporciona una interpretación completamente


diferente para los mismos hechos. Si respondemos a la pregunta de quién del pasado se parece más
a mí, y por tanto quien ha tenido más influencia desde el pasado mediante resonancia mórfica, la
repuesta es tu mismo.

Nos parecemos más a nosotros mismos que a ninguna otra persona. Así que la resonancia mórfica
más fuerte que experimentamos se debe a nosotros mismos en el pasado. Estamos sintonizados
mediante la memoria colectiva con otras personas, cuanto más parecidos a nosotros, más nos
influencian.

Se plantea la teoría que de la memoria no está almacenada físicamente, sino que la memoria es
una relación en el tiempo del pasado para convertirse en presente mediante la resonancia mórfica.

Todos los sistemas de la naturaleza que se auto-organizan tienen la propiedad de que el todo es
más que la suma de las partes, y todo en la naturaleza está organizado de forma holística, es decir
que el todo, representado por el círculo exterior, está compuesto por partes representadas por los
círculos interiores, y estas partes a su vez son todos que contienen partes interiores que a su vez
vuelven a ser todos que contienen partes interiores.

Esto es simplemente el modo en que se organiza la naturaleza. Estos círculos más pequeños podrían
ser simplemente partículas subatómicas dentro de átomos y los átomos dentro de moléculas, y las
moléculas se combinan formando cristales.

A cualquier nivel todo es más grande que las partes, y el todo coordina e interrelaciona las distintas
partes y las mantiene en equilibrio y en armonía entre ellas, y esta elusiva completitud es lo que yo
llamaría campo mórfico, que viene de la palabra griega que significa forma, y estos campos tienen
el patrón y la estructura que tienen a causa de la resonancia mórfica, los campos tienen una
memoria elevada.

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Si cortas una rama de sauce en trocitos, cada trocito puede dar lugar a un nuevo sauce, cada una
contiene en sí mismo la capacidad de la completitud, y esto es debido a que está rodeada o
embebida en los campos morfogenéticos del sauce.

Muchos animales son sociales y tienen campos mórficos en sus grupos, y estos campos coordinan
el comportamiento de rebaños o bandadas. Cuando vemos aves volando en enormes bandadas,
vemos que pueden cambiar de dirección con extrema rapidez sin tropezar unos con otros. Los
mejores modelos de computador sobre bandadas de pájaros los representan como si estuvieran
producidos por campos magnéticos, el campo del todo, al que están conectados todos los animales,
los cambios que se producen son demasiado rápidos como para que estén atentos a sus vecinos con
tiempo suficiente como para cambiar el movimiento.

Lo mismo pasa con los bancos de peces, en efecto todos los grupos de animales tienen una
organización que depende del campo de grupo.

La resonancia mórfica no garantiza que cada vez seamos más elevados o menos. La principal
implicación moral es que sabemos cómo lo que hacemos y afecta a los demás, incluso nuestros
pensamientos y actitudes afectan a los demás. Y esto quizá nos haga más responsables, si queremos
no propagar patrones no deseables.

Los hábitos tienden a repetirse todo el tiempo que les sea posible, necesitamos las costumbres,
somos criaturas de hábitos, de forma consciente o inconsciente, pero si cambiamos los hábitos
primero tenemos que tomar consciencia de que lo estamos haciendo, y después reemplazarlos por
otra cosa, formando otra forma de comportarse o de responder que se conviertan en hábitos
nuevos y más eficientes.

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Entonces podemos decir que los campos mórficos se manifiestan como hábitos profundamente
arraigados.

Como uno de los aspectos más significativos de la consciencia es su excepcional capacidad para
alterar un hábito o reemplazarlo, Sheldrake sugiere que tal vez la consciencia funcione como un
mediador entre el cuerpo físico y sus campos mórficos.

Es decir, la consciencia funciona como un sistema de sintonización, antes que como un lugar de
almacenamiento de recuerdos.

La transmisión intergeneracional ocurriría pues en este campo mórfico, pues hay una memoria
común compartida por todos los miembros del clan, hayan o no convivido en las mismas
coordenadas espacio-temporales.

Esto podría ser otra forma de entender el inconsciente colectivo y el inconsciente familiar. Daría
respuesta al por qué los secretos y los no dichos de una generación ejercen ese tremendo efecto en
las siguientes.

Claudine Vegh decía que “…vale más saber una verdad, aun cuando sea difícil, vergonzosa o trágica,
que ocultarla, porque aquello que se calla, es subordinado o adivinado por los otros y ese secreto,
se convierte en un traumatismo más grave a largo plazo”.

Anne Ancelin Schützenberger lo ha estudiado a fondo: “Los duelos no hechos, las lágrimas no
derramadas, los secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares
invisibles” pasean sobre los hijos y los descendientes. Lo que no se expresa por palabras se expresa
por dolores”.

El campo de las infinitas posibilidades es un campo de ondas de información, donde la onda de


información contiene un 2 con 20 ceros detrás de bits de información, por lo que hay una infinidad
de posibilidades, que se manifiestan cuando el OBSERVADOR (yo mismo), mediatizado y
programadopor mis creencias, cultura y educación, crea su realidad… Siendo lo peor: que me quejo
de esa realidad.

Despertar es darse cuenta de que podemos reprogramarnos, para lo cual resulta fundamental
cambiar nuestras creencias, renunciar a nuestros valores y dejar de hacer cosas. En este sentido

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cuando no sepamos qué hacer, no hagamos nada. Mientras que cuando sepamos qué hacer, no nos
demoremos en pasar a la acción.

Se trata de renunciar a los «es que«, tengo que, debo de etc o nuestras creencias irracionales
mediante las cuales nos mentimos a nosotros mismos y hacemos cosas que no queremos hacer,
soportamos lo que no queremos soportar, decimos sí cuando queremos decir no, etc., esto es,
anulan nuestra inteligencia emocional, reprimen nuestras emociones que ocultamos en nuestro
inconsciente y acaban manifestándose en un síntoma.

A partir de este reconocimiento comenzaremos a hacer pequeños ajustes en nosotros mismos que
harán que nueva información entre al proceso de retroalimentación y se creen nuevas estructuras
y comportamientos que le permitan auto regularse y acercarse al equilibrio armónico, es decir,
ordenarse.

No importa qué miembro de la familia, o del sistema, o del clan haga el reconocimiento y los ajustes,
en virtud de la interconexión y las propiedades de los sistemas, todos sus miembros se verán
beneficiados de la nueva configuración y la experimentarán de acuerdo con la imagen que su
cerebro les proporcione, bien sea hechos individuales o hechos propios de un contexto sistémico.

Los sistemas actúan como una red de redes en la que todos sus miembros están vinculados entre sí
inevitablemente, aún sin que lo sepamos o lo comprendamos.

“Está comprobado que cuando uno de esos miembros muestra algún tipo de síntoma o malestar,
le está enviando al sistema un mensaje de que hay algo que no funciona para el bienestar colectivo
y personal”.

En resumen los campos mórficos:

1. Son totalidades auto-organizadas.

2. Tienen un aspecto tanto espacial como temporal, y organizan patrones espacio-temporales


de actividad vibratoria o rítmica.

3. Atraen a los sistemas bajo su influencia hacia formas y patrones característicos de actividad,
cuyo nacimiento se organizan y cuya integridad mantienen. Los fines u objetivos hacia los
cuales los campos mórficos atraen a los sistemas bajo su influencia se llaman atractores.

4. Interrelacionan y coordinan las unidades mórficas o holones que se encuentran dentro de


ellos, que a su vez son conjuntos organizados por campos mórficos. Los campos mórficos
contienen otros campos mórficos dentro de ellos en una jerarquía anidada o holoarquía.

5. Son estructuras de probabilidad, y su actividad organizadora es probabilística.

6. Contienen una memoria incorporada dada por auto-resonancia con el propio pasado de una
unidad mórfica y por resonancia mórfica con todos los sistemas similares anteriores. Esta
memoria es acumulativa. Cuanto más a menudo se repiten los patrones particulares de
actividad, más habituales tienden a ser

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