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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS

ASIGNATURA: SOCIOLOGÍA

CATEDRÁTICA: LESDYBETH CAROLINA RODRÍGUEZ

TEMA: LA CULTURA

ALUMNA: JENNIFER GABRIELA ANTUNEZ 202120010092

CAMPUS: SAN PEDRO SULA

SECCIÓN: 9

FECHA DE ENTREGA: 9/02/2022


Investigar sobre el tema en internet y presentar un ejemplo de las
Instituciones para la interacción social.

Institución de la familia
La familia es de vital importancia para el desarrollo social, económico,
político y cultural de cada nación, ya que posee una función social
determinada e insustituible que garantiza la perpetuación y estabilización
de la sociedad. Es decir, la familia posee gran influencia en el desarrollo
sostenible de las naciones.

Características de la institución de la familia


 La familia concede un reconocimiento especial a la relación existente
entre un varón y una o dos mujeres. Monogamia y poligamia
 La segunda característica peculiar de la familia es la importancia que
se concede al parentesco en la forma de organizarla.
 La familia continúa ejerciendo las funciones educativas, religiosas
protectoras, recreativas y productivas.

En ocasiones los padres de los esposos (los suegros) y otros


familiares suelen interferir en las d
ecisiones que deben
tomarse en la familia, como por ejemplo respecto a las
finanzas, los negocios, la educación de los hijos, etc. Resolver
estos problemas no es fácil. Es necesario que marido y mujer
actúen en bloque y encuentren una salida a sus desacuerdos.
La decisiones respecto a la educación de los hijos, las
finanzas, etc., tiene que hacerlas los esposos juntos y en
común acuerdo. Es importante, entonces, que la intervención
de terceros sea puesta bajo control ambos. Este trabajo de la
pareja de compartir el control prepara el terreno para otras
tareas que son igual de importantes, como el respeto mutuo en
la pareja, la educación de los hijos (que requiere que ambos
actúen también en bloque).

Desacuerdos respecto a problemas de


dinero
En muchas familias, el dinero es una causa importante de los
conflictos. Debido a que el dinero está presente en muchas de
las decisiones que toma la familia, los conflictos por dinero
también suelen ser frecuentes. Una consecuencia del mal
manejo de este tema, es que quien gane más dinero en la
pareja tiende a tener más poder en la relación. Es importante
manejar la situación de tal forma que el dinero no sea una
fuente de poder en las familias. El poder de decisión tiene que
ser algo compartido, de lo contrario se incurre en relaciones
desiguales que dan pie al abuso, el maltrato y otros tipos de
violencia.

Elección de la carrera de los hijos


Muchas veces los padres presentan dificultad en aceptar las
decisiones de sus hijos sobre qué carrera estudiar, e incurren
en coaccionar a sus hijos. Evidentemente esto es
problemático, pues es un intento de limitar su libertad y su
seguridad en general. En ocasiones los hijos tienden a
oponerse y a generar conflicto al respecto (lo cual es muy
saludable), y sin embargo existe el riesgo para muchos hijos
de querer evitar confrontación con sus padres, y acceder sin
mayor problema, y sin ver que subordinar una decisión así de
importante en sus vidas tendrá consecuencias negativas en el
futuro. Aquellos hijos que han adoptado una forma de ser con
la cual se le da prioridad a no confrontar a sus padres, a hacer
sentir bien a los demás, a erigir una imagen positiva a ojos del
otro, estas personas tienen que tener especial cuidado de no
terminar complaciendo una necesidad de los padres de querer
tener la razón y creer que saben lo que es mejor para sus hijos
por siempre. Porque para un hijo estar de acuerdo con eso
supone que él mismo está retrasando la tarea de conquistar
una seguridad y una autoestima propia. Es importante que los
padres respetan las decisiones de sus hijos adultos y los
apoyen incondicionalmente.

Problemas de la adolescencia
El periodo de la
adolescencia de los hijos es un reto para ambas partes, tanto
para los hijos como para los padres. Los hijos experimentan
por primera vez la necesidad de independizarse de sus padres,
de querer explorar el mundo. Sin embargo, no se percatan de
que no cuentan todavía con los recursos suficientes para
enfrentar el mundo de forma conveniente (quieren salir y
correr sin tener en cuenta que han pasado los últimos 10 años
o más sentados, y tienen las piernas adormecidas).
Evidentemente, los padres se percatan de esto y se alarman,
lo cual dificulta las cosas. Pues al ver que los hijos
adolescentes no tienen "los pies en la tierra" y quieren
conquistar el mundo, redoblan sus esfuerzos de dominar la
voluntad rebelde de sus hijos. El riesgo es que los padres se
enojen constantemente y estas dificultades se agraven y
ocasionen complicaciones innecesarias, que dañan la relación
padres-hijos y se interrumpe la oportunidad de los padres de
ayudarles a los hijos en su construcción de una seguridad y
autoestima estables. La adolescencia es un reto tanto para
los hijos como para los padres, pues los hijos tienen que
experimentar los límites de que todavía viven con sus padres y
que realmente son dependientes, y los padres tienen que tener
hacerles ver a sus hijos con claridad estos límites, pero
cuidando de no aplastar este ímpetu que surge en la voluntad
de sus hijos. Si lo ponemos en palabras, este ímpetu tiene que
ver con el inicio una lucha por conquistar la convicción de que
ellos pueden saber en primer lugar lo que es conveniente para
ellos. Hasta ahora, eran sus padres quienes ocupaban este
lugar (lo cual es natural): antes de la adolescencia son los
padres (idealmente) los que saben qué es mejor para sus hijos.
Los hijos dependen completamente de ellos, hasta que
cuenten con un criterio suficiente para tomar las decisiones
importantes en su vida.

La terapia psicológica para adolescentes es de mucha ayuda


para mejorar la relación entre padres e hijos.

Leer más en 'Problemas de adolescentes'.

Peleas entre hermanos


Las peleas entre hermanos son normales y frecuentes y en
ocasiones pueden producir un ambiente tenso en la familia.
Los padres tienen que ser capaces de intervenir en estas
peleas cuidando de no tomar partido con ninguno de sus hijos.
Una intervención que puedan percibir justa los hijos ayuda a
que el problema se mantenga siempre bajo control, y no
rebase líneas que lleven la situación a más complicaciones
innecesarias. Una mala intervención de los padre puede
resultar en resentimientos de parte de uno de los hijos hacia
los padres, o bien puede confundir a un hijo haciéndole creer
que está en lo correcto cuando en realidad no es así.

Problemas financieros
En ocasiones no está
en manos de los padres el poder evitar problemas financieros
(un despido, falta de trabajo, crisis económica), y a veces es la
falta de planeación y buena administración que ocasionan
constantes problemas económicos en la familia. En ambos
casos, es importante que este problema se mantenga lo más
posible no visible para los hijos. Evidentemente, los hijos
tienen que saber que no existen recursos en tal momento para
adquirir ciertas cosas, y tienen que aprender a asimilarlo. Sin
embargo es importante que los padres no les transmitan que
es un "grave problema" el que están atravesando como familia,
porque esto ocasiona inevitablemente que ellos se preocupen
e intenten resolver un problema al que no pueden realmente
ayudar. Es importante simplemente que los padres tengan
claro que este tipo de problemas es un problema de los
padres, y que los hijos tienen que conservar cierta tranquilidad
de sentir que los padres saben lo que hacen. En todo momento
(incluso cuando se pueden equivocar), los padres deben
transmitirle a sus hijos que ellos son pilares y que pueden
apoyarse en ellos. Comunicarles a sus hijos que tienen
problemas y no saben qué hacer, es hacer que ellos se
involucren en problemas que no son de ellos y que no sabrán
cómo ayudar (generando así frustración innecesaria en los
hijos). Mantener estos problemas relativamente invisibles a los
hijos es algo que ayuda a que los hijos crezcan con mejor
seguridad y autoestima.

Divorcio e hijos

La separación o el
divorcio de los padres puede ser una experiencia muy dolorosa
inclusive traumática para la familia. Tanto los esposos como
los hijos experimentan mucho sufrimiento por los cambios que
supone la ruptura de una relación. Es importante tener
presentes varios puntos para que pueda haber un manejo
adecuado de un divorcio o una separación, y evitar que las
consecuencias repercutan durante años en los miembros de la
familia. En primer lugar es muy importante nunca perder de
vista que tras un divorcio la familia permanece completa,
desintegrada pero completa. Es decir, seguirá existiendo un
padre, una madre y los hijos (dependerá del buen manejo de la
situación para que se logre una convivencia armoniosa entre
todos). Evidentemente ya no será lo mismo, es decir, la
experiencia de una familia desintegrada no es la misma, y los
padres tienen que trabajar para que los hijos logren vivirlo
como la mejor opción para todos. ¿Por qué? Porque de lo
contrario, si los padres no se esfuerzan en que los hijos
acepten la nueva forma de vida (familia desintegrada), para
ellos será más difícil dejar atrás los daños que recibieron en
este momento, y aumentarán los riesgos de que los arrastren a
la edad adulta. Es importante que los hijos confíen y asimilen
que esta decisión que toman los padres es por el bien de
todos. Y para que esto se consiga, los padres también tienen
que ser capaces por su parte de decirse a sí mismos que si se
toma la decisión del divorcio, es por el bien de todos en la
familia. Tal vez el esposo pueda decir, pero la decisión no la
tomo yo, ella ha sido quien ha querido el divorcio. Incluso en
ese caso, hay que estar de acuerdo en que solo falta una
persona para romper con la relación. Es decir, si la decisión de
la persona es no continuar más, por desamor por ejemplo, con
la relación, basta para que no tenga sentido continuar juntos.
Pues, de lo contrario, le estaríamos dando el ejemplo a los
hijos de que a pesar de que no existe el amor se va a continuar
juntos, tal vez por ellos, se va a sacrificar la felicidad, tal vez
por los hijos. Y esto directa o indirectamente los hijos lo van a
percibir. Van a sentir que es por culpa de ellos que los padres
decidieron estar juntos, a pesar de que no se amaban. Y esta
culpa los puede hacer sentir muy mal en adelante.

En segundo lugar, es importante hacer una diferencia clara


entre lo que son problema de familia (padres e hijos) y
problemas de pareja. El divorcio es necesariamente un
problema de pareja, entre marido y mujer, no de familia. El
divorcio deshace una relación que se creó antes de la
aparición de los hijos. Y esto tiene consecuencias
importantes. Evidentemente es algo muy duro para los hijos,
pero ellos tienen que tener claro este límite, para evitar que se
involucren en el problema y se carguen sobre sí problemas que
no son suyos. Por ejemplo, puede existir un impulso
espontáneo de los hijos (o de uno) a tomar partido por alguno
de los dos padres. Es importante que ambos padres
interrumpan este impulso, y no permitan que, por ejemplo,
defienda a la madre y ataque al padre. Todo esto a veces es
inevitable que suceda. Lo importante es que los padres no se
queden con los brazos cruzados. Es decir, que le hagan saber
que no es necesario que defienda a la madre, o que ataque al
padre. Hacerle ver de alguna u otra forma que este problema
no le incumbe. Que ellos son los encargados de resolverlos,
que no necesitan de su ayuda. Las consecuencias de esto son
muy importante. De esto depende incluso que los hijos no
lleguen a "comprar" un problema que no es suyo, y que lo
carguen consigo hasta su vida adulta, y tengan por lo tanto
mayor probabilidad de repetir este problema en su vida, es
decir revivir este problema ya no de espectador sino de actor.

La terapia de pareja es de gran ayuda en caso en que la


pareja tome la decisión de separarse o divorciarse.

Leer más sobre divorcio y los hijos.

Adicción o alcoholismo de uno de los padres


La adicción a alguna droga o el alcoholismo tiene
consecuencias muy destructivas en toda la familia. De hecho,
el alcoholismo se conoce como una enfermedad de familia.
Una persona con alcoholismo puede quebrantar totalmente la
vida de la familia y causar daños que pueden durar toda la
vida. El alcoholismo es responsable de más problemas de
familia que cualquier otra causa. Los hijos de padres con
alcoholismo, por ejemplo, tienden a presentar baja autoestima,
culpa, sentimiento de desesperanza, miedos de abandono y
depresión crónica. Los niños de padres con alcoholismo
pueden sentirse responsable por los problemas de la persona
alcohólica y pueden pensar que ellos crearon el problema.
Esto puede llevarlos a desarrollar codependencia emocional
en la vida adulta. Los hijos adolescentes de padres alcohólicos
también pueden desarrollar fobias. Además, presentan
problemas en la escuela. El ambiente estresante que viven en
casa les impide estudiar adecuadamente. También presentan
problemas de conducta: como engañar, pelar, robar. La
esposa de un hombre alcohólico también tiende a
desarrollar co-dependencia (en muchas casos ya estaba
presente antes de la relación).
Es importante recibir tratamiento, mediante el programa que
ofrecen Alcohólicos Anónimos, que ayuda a dejar de tomar y
mejora los estilos de vida, y también asistir a terapia de
pareja, o terapia familiar, y a grupos de apoyo (terapia de
grupo). Los familiares de la persona alcohólica necesitan
tratamiento tanto como los alcohólicos.

Padres abusivos
Todos los padres son humanos, es decir que tienen defectos,
pero algunos tienen problemas psicológicos profundos que los
llevan a dañar a sus hijos en la forma en que los tratan.
Existen muchos tipos de acciones o actitudes abusivas de
parte de los padres. El rechazo hacia un hijo, de parte un
padre o un tutor, es una forma en la que se le comunica, de
muchas formas, que no es deseado. Puede tratarse de críticas
crueles, llamar por apodos, gritos, humillaciones o bromas
humillantes, burlarse de capacidades mentales o apariencia
física, rehusar amor, atención o tacto y abandono físico o
emocional. El ignorar a los hijos. Los adultos que han
sufrido, cuando niños, de carencias emocionales usualmente
son incapaces de atender las necesidades de sus hijos.
Muchas veces el padre está físicamente ahí, pero no está
disponible emocionalmente. Aterrorizar mediante amenazas,
gritos o insultos causan serios daños psicológicos a los
niños. Aislar a los niños, dejarlos desatendidos por periodos
de tiempo, no permitirles relacionarse con otros niños,
encerrarlos, todo esto es un abuso que les impide que
desarrolle habilidades para relacionarse con los demás, lo que
ocasiona miedos e inseguridades. El abuso emocional tiene
como consecuencia un daño en la autoestima y el bienestar
psicológico del niño. Estas familias pueden beneficiarse
principalmente de terapia familiar, terapia de grupo. La terapia
individual puede ayudar a los niños que han devenido adultos.

Padres sobreprotectores
Cuando los padres sobreprotegen a sus hijos, en ese momento
se entorpece la educación que se les quiere dar. La razón es
que mediante la sobreprotección los padres le comunican
constantemente a sus hijos de que no confían en sus
capacidades. Al asumir las responsabilidades de sus hijos, al
supervisarlos constantemente, al resolverle sus problemas, al
cobijarlos excesivamente del frío, etc., los padres les
transmiten a sus hijos constantemente que no confían en que
puedan relacionarse adecuadamente con el mundo. Por tanto,
los niños que crecen con padres sobrerprotectores tienen
dificultades para tomar decisiones, enfrentar frustraciones y
carecen de la seguridad para tener una vida de éxito.

Una causa profunda de que los padres sean sobreprotectores


tiene que ver con un problema no resuelto que vienen
arrastrando de su pasado. Veamos este caso. María, una mujer
con hijos que de niña sufrió de abandono emocional de parte
de sus padres, puede tender, ya siendo madre, a esforzarse
en no ser como sus padres. Y por tratar de no ser como sus
padres, puede tender de manera general a nunca dejar solos
ni descuidar un instante a sus hijos. Con esto, la madre
realmente no actúa en función de un cuidado hacia sus hijos,
de un peligro real que los hijos puedan ver o al que estén
expuestos, sino que actúa en función de sus propios miedos y
fantasmas. ¿Son los hijos que van a sufrir si ella no está con
ellos un instante, o ella que siguesufriendo de que sus padres
no estuvieran ahí como ella quería? Es claro que la madre no
ha sabido resolver un problema no resuelto, que sufre desde la
infancia, y que esto interfiere con la educación a sus hijos
(pues de esta forma hereda este problema a sus hijos).

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