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Hach un nuen,diseño u *a
de la ense a
y el aprendizaje
en las profesiones
Donald A.Schon
Temas de educa&
Paidós
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Ministerio de Educacióny ciencia


E,'1 a U L O i Primera parte

El desafío de la perspectiva artística


en la preparación de los profesionales -

Los dos capítulos que integran esta primera parte pretenden establecer el marco
para la discusión posterior acerca de un taller de diseño en arquitecmra y las varia-
ciones sobre la idea de un prácticum reflexivo en otros campos de la práctica.
El capítulo primero describe el dilema del rigor o la perrinencia que reclama
una nueva epistemología de la práctica a la vez que un replanteamiento de la for-
mación para una práctica reflexiva. De manera concisa, compendia la línea argu-
mental que se desarrolla a lo largo de todo el libro.
El capítulo segundo presenta aquellas ideas que son centrales en mi comoren-
Donaid A, Schon es Ford Professor de esntdios de urbanismo y educación en el sión de una práctica reflexiva: conocimiento en la acción, reflexión en la acción y
Instituto de Tecnología de Massachusetts. Schon es licenciado en fiiosofía (195 1) reflexión sobre la reflexión en la acción. Se exploran en él las relaciones de estas
por la Universidad de Yde y ha obtenido un Master y un Doctorado en filosofía ideas con el m e de ia práctica y se describen las características generales de un
por la Universidad de Harvard. Además ha realizado cursos en la Sorbona y obre- prácucum reflexivo.
nido un certificado en el Conservatorio de Parls.
En su trabajo como invesrigador y asesor, Schon ha cenuado su atención en los
problemas del aprendizaje de las organizaciones y de la eficacia profesional.
Durante los siere años anteriores a su vinculación al profesorado del Instimto de
Tecnología de Massachusem, Schon presidió la Organización para la Innovación
Técnica y Social (OSTI), una organización sin ánimo de lucro que él mismo ayu-
d6 a crear. Ha desempeñado, asimismo, muchas ouas funciones de carácter adrni-
nisuativo y consultivo tanto en agencias gubernamentales como en la industria
privada.
En 1984, Schon fue profesor en la Universidad de Queens y se convinió en
miembro honorario del Real Instituto de Arquitecros Británicos. En 1970 panici-
pó en los debates radiofónicos de las Reith Lecnues que fueron retransmitidos por
la B.B.C. Entre sus publicaciones figuran El profesional refZPxivo ((1 983), El apren-
dizaje a2 Lu organizaciones: uno teoria áe la acción (1978, en colaboración con
Chris Argyris), y b teoría en la práctica: cómo aumentar la eficacia proferzonal
(1974, con C h i s Argfis). El Profesor Schon panicipa aaivamente en numerosas
organizaciones profesionales y es miembro de la Comisión para el Ano 2000 de la
Academia Americana de las k e s y las Ciencias así como de la Comisión sobre
Sistemas Sociotecnicos del Consejo Nacional de Invesrigación.
LA PREPAMCION DE PROFESIONALES Pi4RA
LAS D E . W D A S DE LA PRACTICA

La crisis de confianza en el conocimiento profesional

En la variopinta topografía de la práctica profesional existen unas tierras altas y


firmes desde las que se divisa un pantano. En las tierras altas, los problemas fáciles
de controlar se solucionan por medio de la aplicación de la teoría y la técnica con
base en la investigación. En las tierras bajas del pantano, los problemas coniÜsos y
poco claros se resisten a una solución técnica. Lo paradójico de esta situación es
que los problemas de las tierras altas tienden a ser de relauva importancia para los
individuos o para la sociedad en su conjunto, aún a pesar de lo relevante que pue-
de resultar su interés técnico, mientras que en el pantano residen aquellos otros
problemas de mayor preocupación humana El prácuco debe elegir. ;Tendrá que
quedarse en las tierras altas donde le es posible resolver problemas de relativa im-
portancia según los estándares de rigor predominantes, o descenderá ai pantano de
los problemas relevantes y de ia investigación carente de rigor? --
Un diiema así tiene dos puntos de origen: uno, la idea dominante del cono+
miento profesional riguroso, hndamentado en la racionalidad técnica; y otro, la,
roma de conciencia de aqueilas zonas de la práctica poco definidas y cenagosas que
permanecen fuera de los cánones de la racionalidad técnica
La racionalidad técnica es una epistemología de la prácrica que se deriva de la
filosofía positivista y se consuuye sobre los propios principios de la invesugacion-
universitaria contemporánea (Shiis,1978). La racionalidad técnica defiende la idea
de que los profesionales de la práctica solucionan problemas insuumentales me- ,
diante la selección de los medios técnicos más idóneos para determinados propósi- 1

ros. Los profesionales de la prácrica que son rigurosos resuelven problemas insuu- ;
mentales bien estructurados mediante la aplicación de la teoría y la técnica que se i
derivan del conocimiento sistemático, preferibiemente cienúfico. La medicina, la /
abogacía, y la empresa -las «profesiones principales» en términos de NarhG
Glazer (Glazer,1974)- se consideran, desde es= perspectiva, como modelos de
prácucz profesional.
18 El desafío de la perspectivz ertistica La preparación de proiesionaies . 19

IJero, como hemos ido viendo con mavor claridad cada vez a lo largo de los J!- las perspecrivas polirico-rcsnómicas d e t e r m i n a e! modo cn que puede verse u n 2
timos veinte años, los problemas que se les plantean a estos profesionaies en la rea- situación problemárica. y los debares sobre la maia aiimentación giran alrededor ae
lidad no siempre se presentan como estructuras bien organizadas. De hecho, no- &n problema que requiere solución. Estos debates encierran estructuras de conflic-
i
suelen presenrarse ni siquiera como problemas sino como situaciones poco defini- . i ~
1 to que no se resuelven fácilmente, si es que pueden resolverse, por el exclusivo re-
das v desordenadas. Los ingenieros de caminos saben, por ejemplo, cómo construir ; ! curso a los datos. Aquellos que manejan estructuras de conflicto arienden a hechos
,-/
carreteras que se adapten a las condiciones de ciertos lugares y a dererminadas es---' diferentes e interpretan de manera distinta los hechos en los que reparan. No es
pecificaciones y, así, recurren a su conocimiento de las caracreristicas del suelo, de por medio de la solución técnica de los probiemas que somos capaces de convenir
los materiales y de los recursos tecnológicos de la construcción para determinar ni- una situación problemática en un problema bien definido: más bien. es a través de
veles, superficies y dimensiones. Sin embargo, a la hora de decidir que carretera se i la denominación y la esrructuración por la que la solución récnica de los proble-
va a construir, o incluso si construirla o no, su problema no es factible de resolver C m a s resulta posible.
mediante la aplicación del conocimienco récnico, ni siquiera por medio de las so- Es basranre frecuente el hecho de que una siniación problemática aparaca co-
fisticadas récnicas de la teoría de la toma de decisiones. En estos casos, los prácti- mo si se tratase de un caso único. Un médico reconoce una constelación de sínro-
cos se enkentan a una mezcolanza compleja y mal definida de factores topogrfi-
tos, financieros, económicos, medioambienrdes y políticos. Si quieren llegar a te-
-1 mas que es incapaz de asociar con una enfermedad conocida. Un ingeniero indus-
rriai se enfrenra a una estructura para la que no puede elaborar un dererminado
ner.un problema bien definido que encaie con las teorías y técnicas que mejor co- j análisis con los insrrumentos y medios de que dispone. Una profesora de matemá-
nocen, deben construirlo a partir de los materiales de una situacion que, en la ter- ] t i a es capaz de detectar algún ripo de confusión y, en simultáneo, algún tipo de
minología de John Dewey (1938) cabe definir como (~problemáticax.Y e! proble-+, comprensión intuitiva por el simple hecho de escuchar la pregunta que le hace un
ma de la definición del problema no pertenece a la categoría de los problemas bien ; \ alumno y para la que no dispone de una respuesta a mano. Como quiera que el ca-
i
dsíinidos. .- .
i
so único queda fuera de las categorías de la técnica y la teoría existentes, el práaico
1
Cuando un práctico define un problema, elige y denomina aquello en lo que no puede tratarlo como si fuera un problema instrumental que se resuelve median-
i
va a reparar. El ingeniero de caminos, en la situación de tener que consrruir una-.. ! <..- re la aplicación de alguna de las regias guardadas en el almacén del conocimienro
carretera, puede ser consciente de los problemas de drenaje, consisrencia del firme i! profesional. El caso no figura «en el libro)). Si se pretende abordar e! problema con
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;

o facilidad de mantenimiento; pero puede no ver los efeaos colaterales de la carre- comperencia, habrá que recurrir a algún tipo de improvisación, inventando y pro-
[era sobre las circunstzncias económicas de los pueblos situados a lo largo de su ,i4,ando en la situacion concreta estrategias de su propia cosecha.
[a. Mediante acciones complementarias de denominación y estrucmración, el 1
Liblr,, Aigunas situaciones problemáticas son sinraciones de conflicto de vaiores.
prácuco seiecciona sus puntos de atención y los organiza guiado por el sentido de Ciertas tecnoiogias médicas, como la diálisis de riñón o la tomografía, han produ-
la situación que faciliia la coherencia y marca una dirección para la acción. En este cido tales demandas que exigen de la voluntad de los pueblos una mayor inversión
sentido, la definición del problema es un proceso onrológico -urilizando la me- en el área de servicios médicos. ;Cómo deberían responder los médicos a las exi-
morable palabra de Nelson Goodrnan (1978)-, una forma de consrruir e1 mun- / gencias tan conflictivas que suponen la eficacia, la equidad y la calidad de la'aten-
do. ción sanitaria! Las tecnologías en el campo de las ingenierías, poderosas y refinadas
En función de nuesua experiencia disciplinar, nuestros roles organizativos, si- a la hora de ser juzgadas desde una perspeaiva estrictamente técnica, pasan a tener
niaciones del pasado, intereses y perspecuvas políticas y económicas, nos enfrenta- una serie de efectos coiarerales~no intencionados e impredecibles, que degradan el
mos a las situaciones problemáticas de maneras muy diferentes. Un especialista en ambiente, producen un riesgo inaceptable, o crean unas demandas excesivas en
nuuición, por ejemplo, puede convenir una vaga preocupación sobre la mala ali- función de los escasos recursos. ;Cómo, en e! marco de sus proyectos reales, debe-
mentación de los niños de países en vías de desarrollo en un problema de selección rían los ingenieros tener en cuenta tales faaores? Cuando los agrónomos reco-
de la diera ideal. Pero un agrónomo puede definir el problema en términos de pro- miendan métodos eficaces de cultivo del suelo que favorecen la utilización de
ducción de alimentos, un epidemiólogo puede hacerlo en términos de las enferme- grandes latifundios pueden estar dando al trasre con la viabilidad de las pequeiias
dades que aumentan la demanda de alimentos nutritivos o que impiden su a'os0.r- explotaciones familiares que constiruyen la base de la economía m a l . ;Cómo de-
ción; los demógrafos rratarán de verlo en términos de una tasa de crecimiento de la bería reflejar la práctica su reconocimiento del riesgo que se corre? En estos casos,
gob!ación que ha sobrepasado a la producción agrícola; los-ingenieros en términos los prácticos comperentes no sólo están obligados a resolver los problemas técnicos
O: ~ n r inadecuada
? distribución y almacenamiento de alimentos; los economisrzs por el recaso a los medios que resultan apropiados a fines daros y coherenres, sino
2:; :crmlnos cic un insuficiente poder -,dqulsirivo o de la desiguai distribución c z ic
I .
que: dzben t-xnbiSn reconciliu, integrar o elegir entre las valoraciones opuestas de
,-.! c i?- r:quc~z.Ln si campo de la Oesnutrición, las afinidades ?rofesioi:z.ies y
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5;za six~zci6ne $2 de fc~rrndarun problema coherence que vaiga la pena resolver.


20 El oesafío de la perspectiva artística La preparación de profesionaies j 21

Con frecuencia, las sjtuaciones son problemáricas de varias aaneias -, ia vez. pesar del discinto ~ i p ode énfasis, el público en general, los radicdes y los
LJn hidrólogo, a quien se emplea para aconsejar a los funcionarios de una planta profesionales críticos coinciden en alerrar sobre una queja común: que las áreas
de abasrecimienro de agua, puede encontrar el sistema hidrológico demasiado sin- más imporrantes de la práctica profesional se encuentran hoy más allá de los lími-
gular. Puede, a la vez, experimenrar incertidumbre porque no posee un modelo sa- tes convencionales de la competencja profesionai.
tisfactorio del sisrema. A esto cabe añadir que p e d e llegar a descubrir aue su El difunto Everetr Hughes. un pionero en el campo de la sociología de las pro-
clienre no está rnuv interesado en prestar atención a sus intentos por describir lo fesiones, observó una vez que las profesiones han establecido un pacto con la socie-
excepcional y lo incierto de la situación, y sólo insisre en disponer de la respuesta dad. A cambio del acceso a su extraordinario conocimienro en asuntos de vital im-
del experto que le especifique el camino correcto a seguir. En esca siruación, esrará portancia humana, la sociedad les ha concedido un mandar0 sobre el control social
atrapado en una maraña de requerimienros de carácter confiictivo: el deseo de en sus Sreas de especialización, un aito grado de autonomía en su práctica, y una
mantener su puesto de trabajo, el sentimiento de su orgullo proiesionai en lo rela- licencia para determinar quien asumirá el manto de la autoridad profesional
tivo a su competencia para poder dar un consejo úul, y un agudo sentido de su (Hughes, 1959). Pero en el acrual clima de cririca, controversia e insatisfacción, el
obligación de manrener sus pretensiones denrro de los límires de su comprensión Qacto se esta rompiendo. Y cuando se cuestiona tanto la pretensión por parre de
propiamente dicha. las profesiones de poseer conocimienros exrraordinarios,';por qué deberíamos con-
Hay zonas indeterminadas de la práctica -[al es el caso de la incerridurnbre, tinuar otorgándoles derechos y privilegios excepcionales?
singuiaridad y el conflicto de valores- que escapan a los cánones de la racionalida
técnica. Cuando una siniación problemática es inciena, la solución técnica del pr
blema depende de la construcción prwia de un problema bien definido -10 que e La crisis de confianza en la preparación de los profesionales
sí mismo no es una tarea técnica. Cuando un práctico reconoce una siniación com
única, no puede trararla solamente mediante la aplicación de reorías y técnicas de La crisis de confianza en el conocimiento profesional se corresponde con una
vadas de su conocimienro profesional. Y, en sirnaciones de conflicto de vaíores, no 1 crisis similar en 1a preparación de los profesionales. Si al mundo profesional se le
hay metas claras y consisrentes que guíen la selección récnica de los medios. \ acusa de ineficacia y deshonestidad, a los centros de formación de profesiondes se
Son precisamenre esras zonas indeterminadas de la práctica, sin embargo, las / les acusa de no saber enseñar las nociones elementales de una práctica eficaz y éti-
que los profesioAles prácticos y los observadores críticos de las profesiones han co- ca. El Presidente del Alto Tribunal de Justicia, Warren Burger, cririca a las facuita-
menzado a entender con creciente claridad, a lo largo de las dos úitimas décadas, des de derecho, por ejemplo, porque los abogados procesales no son buenos en su
como centrales en la práctica profesional. Y la progresiva preocupación por su me- trabajo. En el actual clima de desconrenco con los cenrros públicos escolares, las
jor conocimienro ha hecho que figuren de un modo destacado en aquellos debares escuelas de formación de profesores son puestas en entredicho; las facuirades de
sobre el ejercicio de las profesiones y el lugar que debe ocupar en nuesrra sociedad. ciencias económicas y empresariales se convierten en objero de crítica en ei mo-
Cuando un profesional es incapaz de reconocer o de dar respuesra a un conflic- mento en que sus t i d a d o s no pueden ejercer una administración responsable o no
ro de valores, cuando viola los estándares de su propia ética, cuando es incapaz de son capaces de avanzar adecuadamenre ante el reto japonés. Las escuelas de inge-
sausfacer todas las expectativas respecto a su acruación competente, cuando parece niería pierden su credibilidad porque malamente producen técnicos con escasa
no ver aquellos problemas públicos que él mismo ha ayudado a crear, enronces esrá comperencia para saber diseñar y resolver los diiemas del desarroilo tecnológico. ,.
más y más sujero a expresiones de desaprobación e insarisfacción. Críticos radicales Tras estas criticas se esconde una versión del dilema del rigor o la pertinencia.
como Ivan I h c h (1970) recriminan a los profesionales e1 hecho de malversar y Lo que más necesitan aprender los aspirantes a profesionales de la práctica es aque-
monopolizar el conocimiento, ignorar alegremenre las injusticias sociales y misufi- llo que los centros de preparación de estos profesionales parecen menos capaces de
car su grado de conocimiento cualificado. Los propios profesiondes argumenran enseñar. Y la versión del dilema que se produce en estos centros tiene su origen, al
que no es posible sausfacer 1% elevadas expectativas sociales acerca de la ejecución igual que para los prácticos, en una subyacente episremologia de la práctica profe-
de su papel en medio de un clima social que combina un creciente desorden con sional, durante mucho riempo ajena a un examen críuco, consisrente en un mode-
un aumento de la regulación de la acxividad profesional. En esre sentido, destacan lo de conocimienro proiesional incrustado instinicionaimente en el currícuium y
su falta de conrrol sobre los sisremas a gran escala de los que injustamenre se les en los convenios entre el mundo de la investigación y el de la práctica.
hace responsables. 111 mismo riempo, llaman la atención sobre la fdta de comple- Los cenrros superiores de formación de profesionales, en el marco de la moder-
menración entre la división tradicional del trabajo y las murantes complejidades de na investigación universiraria, sientan como premisa la racionalidad técnica Su cu-
la sociedad acrual. Así, OS profesionales solicitan reformas en las normas y estmc- rrícdum normativo, establecido en las primeras décads del siglo m, en un mo-
nuas profesionales. mento en el que las profesiones buscaban ganar prestigio integrando sus centros de
22 ; El desafío de la perspectiva anistica La preparación de profes~onaies , 23

formación en el marco universitario. codavia acaricia la idea de que la práctica que han dependido siempre para su credibilidad y legitimidad. Han asumido que
competente se convierre en práctica profesional cuando la solución de problemas la investigación académica da como resultado un conocimiento profesional útil y
insrrumenrdes se basa en el conocimiento sistemático, preferentemente de carácter que el conocimiento profesional que se enseña en ¡os centros prepara a los estu-
científico. De este modo, el curricdurn normativo de los centros de formación de diantes para las demandas de la práctica de la vida real. Ambas creencias se cuesrio-
presenta en primer lugar las ciencias básicas pertinentes, a continua- nan cada v a más.
ción las ciencias aplicadas, y finalmente un prácticum en el que se supone que los En estos úitimos años ha aumentado la sospecha de que los investigadores, que
dumnos aprenden a aplicar el conocimiento basado en la investigación a los pro- se supone proveen a las escuelas profesionales de un conocimiento útil, tienen me-
blemas de la práctica cotidiana (Schein, 1973). Y la creencia predominante sobre la nos y menos que decir sobre aquello que los prácticos encuentran útil. Los profe-
relación apropiada entre los centros de formación y los centros de la ciencia y el sa- sores se que,jan de que los psicólogos cognitivos tienen poco que enseñarles sobre
ber codavía se ajusta al dicho popular enunciado hace muchos años por Thorsrein cuestiones de utilidad práctica. Los empresarios e incluso los profesores de las fa-
Vebien (191811962) del siguiente modo: de las escuelas técnicas «inferiores», sus cultades de estudios empresariales manifiestvl una «duda persistente acerca de que
problemas no resueltos; de las escuelas <<superiores» su conocimiento úril. algunas investigaciones resuitan excesivamenre academicistas y que se puede a r a r
A medida que los centros superiores de formación han ido buscando la conse- descuidando la formación de los empresarios en cuanto a la aplicación de las esua-
cución de niveles más altos de rigor y itatus académico, se han ido orientando ha- regias que tienen que desarrollar>)(Lynton, 1984, pág. 14). Los políticos y los ideó-
cia un cipo de ideal que aparece muy daramenre represenrado en el caso de la vi- logos manifiestan dudas muy parecidas sobre la utilidad de la ciencia política.
sión p m i c d a r que se da a la formación de los médicos: se cree que un médico Martin Rein y Sheidon. White (1980) han observado recientemente que la invesri-
debe formarse para solucionar problemas biotécnicos por medio de un proceso gación no sólo se ha distanciado de la prácuca profesional, sino que también ha si-
que comienza con la inmersión en las ciencias médicas y sigue con las prácricas de do capturada de un modo crecienre por su propia agenda, divergente de las necesi-
supervisión clínica en las que aprende la aplicación de recnicas basadas e-,, la inves- dades e intereses de la práctica profesional. El mismo Joseph Gusfield (1979, pág.
rigación a los problemas del diagnóstico, el tratarnienro y la prevención. En esta 22), refiriéndose al fracaso de la sociologia a la hora de proporcionar una base fir-
perspecuva de la formación de profesionales de la medicina, y en su extensión al me y de utilidad para los asuntos públicos, ha escrito un párrafo que podría tener
currículurn normativo de orros cenuos de formación de profesionales, existe una una aplicación mucho más general: «La gran esperanza había sido que la sociolo-
jerarquía de conocimientos: gía, por la lógica de sus reorías y por el poder de sus descubrimienros empíricos,
proporcionase ideas y generaiizaciones que permitiesen tanto a gobernantes como
Las ciencias básicas a profesionales elaborar pianes políticos y gestionar programas de acción, respecri-
Las ciencias aplicadas vamente, que pudieran resoiver los acucianres problemas de la sociedad y que ayu-
Las habilidades técnicas de la prácúca cotidiana dasen a los intelecmales a gobernar la comprensión y la crítica. Nuesuo récord no
ha sido muy bueno. En cada una de las áreas -erontología, crimen, salud men-
Por regla general, cuanto más se aproxima uno a las ciencias básicas rnás alto tal' relaciones raciales, pobreza- tenemos nuestras dudas acerca de que la tecnols.
resulta su stam académico. El conocimiento general, teórico y proposicional, dis- gía que se requiere sea adecuada para la demanda... No se trata de que los conflic-
fruta de una posición privilegiada. Incluso en las profesiones menos equipadas con tos de intereses lleven a los grupos a ignorar las ciencias sociales. Más bien se trata
un fundamento seguro acerca del conocimiento profesional sistemático -aquellas de que nuesua creencia en la legitimidad de nuestro conocimiento se pone a si
que Nathan Glazer (1974) denomina .profesiones menores* como es el caso de los misma en tela de juicio.))
asisrentes sociales, urbanisras y profesores- el ansia por alcanzar el rigor del cono- Al mismo tiempo, los que se dedican a la profesión de la enseñanza han mani-
cimienro científico y el poder de la racionalidad técnica lleva a las escuelas profe- fesrado, cada v a con más insistencia, su preocupación sobre la falta de conexión
sionales a imponar especialistas de los vecinos depanamenros de las ciencias socia- existente entre la idea de conocimienro profesional que prevalece en las escuelas
les. Por ouo lado, el relarivo status de las distintas profesiones se conelaciona en profesionales y aquellas competencias que se les exigen a los prácticos en el terreno
gran medida con su capacidad de presentarse como prácricos rigurosos de un co- de la realidad. Un eminente profesor de ingenieria, a propósito de un comentario
nocimiento profesional científico y de incluir en sus centros de formación una ver- sobre la falta de atención al diseño técnico en las escuelas superiores de ingeniena,
sión del currícuium profesional normativo. observaba hace casi veinte años que si el m e del diseño técnico fuese-conocido y
Pero los centros superiores de formación, inmersos en la angusua de los ataques constante podría enseñarse; pero no es constante (Brooks, 1967). En la misma
externos y de las propias dudas internas, se hacen rnás y más conscientes de los época, un decano de una escuela superior de ingeniería decía que «sabemos cómo
problemas que tienen que ver con determinados supuestos fundaciondes de los enseñar a la gente a construir barcos pero no a resolver la cuestión de qué barcos
28 El desafío de la perspectiva artistica

construiru (Aifred Kyle, comunicación personal. 1974). El dncero de u22 zsnoci- de este modo de pensar lo tenemos en un iibro de Ernst Lynton t19Sjl que conec-
aa escuela de administración observaba hace ya diez años que íii.ceci- ca 10s problemas de los centros superiores de formación de profesionaies con una
qile . .
tamos es enseñar a nuestros estudiantes a tomar decisiones bajo condicioí.,es .cis 12- crisis multidimensionai de la Univeriidad y clama por una revisión fundamental
certidumbre, pero esto es precisamente lo que no sabemos cómo ensiñzr)., (Wi- de la naturaleza y la conducta de la preparación que se da en las Universidades.
lliam Pownes, comunicación persona!, 1?72). Los profesores de Derecho han rtsra- Comentarios de este tipo atribuyen !a falra de conexión entic las escuelas profesio-
do discutiendo durante algún tiempo la necesidad de enseñar <(abogacía),y: sobre nales y los centros de trabajo, la investigación y ¡a práctica a una concepción ina-
codo, las comperencias para resolver disputas por otros medios diferentes al pleito; decuada de la competencia profesional y de su relación con la investigación cientí-
una importante facultad de medicina está encargada de un programa piloto entre fica y acadimica. Desde este punEo de visca, si existe una crisis de confianza en las
cuyos objeuvos figura el de a.mdar a los estudianres a aprender a desenvolverse de profesiones y en sus centros de formación, su origen reside en la epistemología de
manera competente en situaciones clínicas en las que no exisren respuestas correc- la práctica que hoy prevalece.
tas ni procedimientos ordinarios. En todos estos ejemplos, ios docentes expresan
su insatisfacción ante un currículum profesional que no puede preparar a los estu-
diantes para adquirir su competencia en aquellas zonas indeterminadas de la prác- El problema al revés
tica.
La toma de conciencia de estas dos lagunas, que se influyen y exacerban mutua- Resulta sorprendente que persista la inquietud acerca del conocimiento profe-
mente, socava la confianza de los profesionales docentes en cuanto a su capacidad sional, aunque algunos prácticos lo hagan muy bien en aquellas zonas indetermi-
para cumplir con su mandato. No obstante, muchos centros superiores de forma- nadas cuya importancia estamos aprendiendo a reconocer. rilgunos ingenieros son
ción -y, sin duda, las facultades de Medicina, Derecho y Ciencias Empresaria- competentes en el diseño técnico; algunos abogados son buenos en el ejercicio de
les- siguen acaparando la atención de un gran numero de alumnos que buscan re- la abogacía, son competentes en el dominio de las técnicas de una negociación o
compensas tradicionales d es como el sranrs, la seguridad y la riqueza. La duda de una mediación, y en las relaciones con los clientes que van más allá de los límites
uno mismo coexiste con la presión por facilitar a los estudianres que van en busca convencionales del conocimiento legal. hlgunos ejecutivos de empresa son clara-
de recompensas tradicionales aquellos tipos de servicio más convencionales. mente mejores que otros a la hora de clarificar una situación confusa, y algunos
Los prácticos reflexivos del campo de la formación de los profesionales han políticos están bastante bien dotados de la habilidad para armonizar eficazmente
presrado atención a estos problemas de muy diferentes maneras. Algunos, en el puntos de vista e inrereses en conflicto.
campo de la medicina. la dirección empresarial y ia ingeniena, han cenrrado su Pocos críticos de la práctica profesional negarían estas cosas, pero solo algunos
atención en las dificultades que crea al mundo de la formación de los profesionales las tomarían como una fuente de indagación en las crisis del conocimiento y la
la ingenre masa de conocimiento cambiante que resulta relevante para la práctica; preparación profesional. La dificultad no reside en que los críticos sean incapaces
su forma de ver el problema es la de ((mantenerseal día, e <(integran)en el currícu- de reconocer aigunas acnraciones como superiores a o t r a -un pun-
lum profesional el caudal de resultados de la investigación que resulten potencial- to en ei que sorprendentemente se produce un acuerdo generalizado- sino en qúe
mente údes. Otros, en derecho o en arquitecrura, por ejemplo, se han centrado en no pueden asimilar aquello que se escapa de lo que eiios admiten como modejo
aspecros de la prácrifa para los que la formación profesional tradicional no propor- dominante del conocimienro profesional. Así,no se dice de un práctico que desta-
ciona ningún tipo de preparación formal y llegan a recomendar remiendos al cu- ca que tiene más conocimiento que otro sino que tiene más ((sabidu-
r r í c u l m convencional del tipo de cursos sobre ética profesional o sobre relaciones r í a , «talento», (cintuición»o ((arte».
entre los profesionales y sus ciientes. Y aún hay otros que ven el problema como Lamentablemente, términos de este tipo no sirven para abrir un proceso de in-
un desprenderse de los estándares originales del rigor e integridad profaional: en dagación sino para conduirio, ya que se uulizan como categorías inoperantes que
r d d a d quieren restringir el currícuium a fin de reinstalarlo en sus primeros nive- denominan fenómenos que eluden las estrategias normales de explicación. De esre
les de excelencia modo, el dilema del rigor o la pertinencia se reafirma en esre punto y, sobre la base
Hasca aquí hemos visto unas cuantas maneras de poner parches a problemas de unasubyacente epistemologia de la práaica poco examinada en el tiempo, nos
que se consideran carentes de impottancia Pero otro grupo de voces críticas, en las alejamos de ios tipos de actuación que necesitamos más para poder comprender.
que cabe incluir a algunos alumnos, prácticos y formadores, la cuestión La cuestión de la relación entre la competencia en la práctica y el conocimiento
de manera más profunda ¿Pueden los conceptos imperantes de preparación profe- profesional precisa ser planteada al revés. No deberíamos e m p a a r por preguntar
sional llegar alguna v a a favorecer un tipo de currículum adecuado a los comple- cómo hacer un mejor uso del conocimiento científico sino qué podemos aprender
jos, inestables, incierros y conflictivos mundos de la práctica! Un ejempio recience a partir de un detenido examen del arre, es decir, de la competencia por la que en
26 El desafio de la perspectiva anística

reaiidad los prácticos son capaces de manejar las zonas indeterminadas de ia prácti- , ,
aprender las habiiidades políticas y administrativas propias de su ?"esta en pricrl-
ca independiencemenre de aquella otra competencia que se puede relacionar con la cc:
racionalidad tecnica. La preparación en las facultades de derecho tradicionalmente se ha planteado
Esta es la perspectiva.de este libro que comienza a parrir de las siguientes pre- entre sus objetivos el de conseguir que sus esnidiantes ((piensen como un a'oogz-
misas: do». Estos centros fueron pioneros en la utilización del mérodo de casos de
Chrisropher Langdell para ayudar a sus alumnos a aprender cómo argumentar le-
Inherente a la práctica de aquellos profesionales que reconocemos como espe- galmente. cómo clarificar asuntos legales por ei procedimiento de los oponenres y
ciaimenre competenres, existe una fundamentación arrística. cómo elegir de entre los procedimientos jurídicos plausibles el más pertinente para
El arte es cna forma de ejercicio de la inteligencia, un tipo de saber, aunque una determinada cuesrión de interprecación legai. No obstante, durante algunos
diferenre en aspecros cruciaies de nuestro modelo estándar de conocimiento profe- años ciertos profesores de ias facultades de derecho de mis reconocido presti,oio
sional. No es intrínsecamente algo misterioso. es riguroso en sus propios términos han visto la necesidad de desarrollar competencias aue vayan más allá del simple
y podemos aprender mucho sobre él 4 e n c . r o de ciertos límites deberíamos consi- hecho de pensar como abogados. Así, por ejemplo. ia capacidad para las careas
derarlo una cuestión abierta- estudiando detenidamente el nivel de ejecución de procesales, las reiaciones con el ciienre, la negociación, la defensa v la ética profe-
los prácticos especialmente Competentes. sional. En la formación de profesionales de la medicina, se han dseñado nuevos
* En el terreno de la práctica profesiofial, la ciencia aplicada y las técnicas basa- programas con el fin de preparar a los estudiantes no sólo para las exigencias bio-
das en la investigación ocupan un territorio críticmente importante si bien limita- i técnicas de ia práctica clínica, sino también para la práctica de las cuestiones relati-
do, colindanre en varios de sus lados con el arre. Existe un arte de definición del vas a la familia del enfermo, la gestión relacionada con la problemática de los en-
problema, un arte de su puesta en práctica y un arte de la improvisación: todos i fermos crónicos y las dimensiones psicológicas de la enfermedad. Críticos de
son necesarios para mediar el uso en la práctica de la ciencia aplicada y de la récni- j denuo y de fuera de las facultades de ciencias empresariales ponen ahora en duda
ca. la adecuación del venerado mérodo de casos para las demandas específicas de la
;estión en c i e m empresas lo mismo que para las demandas más generales de un
No sólo la cuestión de la relación entre una práctica comperente y el conoci- ! control y una administración responsables bajo condiciones de incertidumbre. En
miento profesional necesita que le demos la vuelta, sino también la cuestión de la j esre tipo de ámbitos, un curriculum profesional organizado en corno a una prepa-
preparación Del mismo modo que debiéramos indagar las manifesra- i ración para comperenci~bastanre genéricas de solución de problemas y toma de
cienes del arce profesional, deberíamos examinar las disrintas maneras a través de ' ii decisiones, comienza a parecer radicalmente insuficiente.
las cuaies los profesionales lo adquieren. I En algunos iampos, la cuestión de1 arte profesional se ha desarrollado en e1
Cuando, en las primeras décadas de este siglo, las profesiones comenzaron a contexro de la formación continua. Los formadores se plantean cómo s'e puede
apropiarse del prestigio de la Universidad insralando sus centros de formación en ayudar a los profesionales ya maduros a renovarse con el fin de evitar «quemarse»,
el marco universitario, la <cprofesionalización»significó la sustitución del arre por i cómo se les puede ayudar a construir sus propios repertorios de comperencias
el conocimiento sistemáuco, preferentemente científico. A medida que se ha ido ; habilidades sobre la base de la conunuidad. La formación de profesores es un buen*
produciendo una toma de conciencia de la crisis de confianza en el conocimiento i
f ejemplo de ello. En ios últimos treinta años, la preocupación pública por la proble-
profesionai, los formadores han empezado una v a más a ver el arre como un com- j mática de las escuelas ha ido un poco a la deriva cristalizando de vez en cuando en
ponente esencial de la comperencia y a preguntarse si las escuelas pro-
fesionales pueden o deberían hacer aigo sobre eiio y, en este caso, cómo la prepara-
1i [orno a cuestiones taíes como la caiidad de la enseñanza y la formación del profe-
sorado en ejercicio. Los profesores, que a menudo llevan mal el hecho de conver-
1
ción para el m e puede hacerse en coherencia con el currículum profesional básico : tirse en los culpables directos de los fallos que se derecran en la educación pública,
de ciencia aplicada y i.ecnología. i tienden no obstante a defender sus propias versiones de la necesidad de1 desarrollo

iI
Los debates que suelen rodear a este tipo de cuestiones han adoptado diferentes profesional y de la renovación. En los últimos años, críticos de denuo y de fuera
formas en ¡as distintas profesiones y escuelas profesionales. En un currículum de de la insrimción escolar han esgrimido el argumento de que debe Eavorecerse y re-
ingeniería, fundamentalmente organizado alrededor de la ciencia de la ingeniería, compensarse el desarrollo del oficio de la enseñanza.
la cuestión se planrea, por ejemplo, en cérminos de jcómo deberían aprender los Aiií donde el currículum básico de la formación de es algo más
estudiantes el diseño técnico? En otros casos, en el de aquellas ciencias rala como difuso, inestable e inseguro, como sucede en las S~~rofesiones menores» que estable-
la economía, la teoría de la toma de decisiones, la investigación operativa y el má- ce Nathan Glazer. el problema de la preparación para lo artístico tiende a a d o p ~ z
lisis estadístico, la cuestión se planrea en torno a ;cómo deberían los rsc~dianres una forma diferente. Así, por ejemplo, en el trabajo social, en urbanismo, en el sa-

l
26 i El desafio de la perspectiva artística La preparación de profesionaies 25;

cerdocio y en la administración eaucativa, los formadores suelen pregunrarse más cienes que implican aprenaer haciendo. Artes y oficios forman ia etapa inicizi de!
abiertamente qué cipo de competencias deberían adquirirse. por medio de qué m i - curricuium, puesto que corresponden al saber cómo emprender el logro de los fi-
todos, y en que ámbiros de la prácrica, e incluso dudan de si aquellas necesidades nes» (Dewey, 197-4,pág. 364).
más acucianres en e1 proceso de aprendizaje pueden aprenderse en un centro supe- Los estudiantes aprenden mediante la prácrica de hacer o eiecurar aquello en lo
rior de preparacion profesional. En este punto, ia cuesción cie la formación para e; que buscan converrirse en expertos, y se les ayuda a hacerlo así por medio de otros
arre se entremezcla con una cuestión más amplia: la de la legitimidad a c ia forma- prácticos más veteranos que -volviendo a la terminología de Dewey- les inician
ción de los profesionales. en las tradiciones de la práctica: «Lar cosrumbres, los métodos y los esrindares de
Al considerar el arte de aquellos prácticos que resultan exrraordinarios y al ex- trabajo de la profesión constituyen una "tradición", y... la iniciación en la rradi-
plicar las maneras a través de las que adquieren este arre, nos topamos necesaria- ción es el medio por el que se liberan y se dirigen 10s poderes de los aprendices,,
mente con cierra tradiciones anómalas de la preparación para la prácrica, tradicio- (1974, pág. 151).
nes que o bien permanecen fuera o bien permanecen a lo largo ¿e los currícdos No se puede enseñar ai estudiante lo que necesita saber, pero puede ,ouiá~sele:
normativos d e las escuelas superiores de formación. «E1 alumno tiene que ver por sí mismo y a su propia manera las reiaciones entre
Existen rradiciones aúpicas en las propias escuelas de formación. En las facdta- los medios y los métodos empieados y los resulrados conseguidos. Nadie m i s pue-
des de medicina y en aquellas escueias concebiaas, ai menos en parre. a su imagen de verlo por él, y no puede verlo simplemente porque alguien se lo "diga", aunque
y semejanza, es hecuente encontrarse con un currícuium dual. Cuando íos médi- la forma correcta de decirlo pueda orienrar su percepción para verlo v así ayudarle
cos internos y residentes trabajan bajo la tutela de profesores veteranos con pacien- a ver lo que necesita ven> (1974, pág. 15 1).
tes reales en las d a s de un hospirai, aprenden algo más que la simple aplicación de A menudo, exisre un poderoso senrido de magga y de rnisrerio en la arrnósfera:
la ciencia médica que se enseña en ias clases. Hay al menos un reconocimiento im- la magia de los grandes inrérpreres, el misterio del taienro que de un modo capn-
plícito de que los modelos de diagnósúco y uaramiento basados en la investigación choso, como la gracia divina, cae va sobre un individuo, ya sobre orro. Existen
no se pueden poner en prácuca hasta que los estudiantes adquieren un m e que se grandes arrisras que lo simbo!izan así y los niños prodigio cuyas apariciones ocasio-
saie fuera de los modelos; y, desde este punro de vista, mpiiamente compartido nales son evidencia de su continua renovación. En esra atmósfera, más bien mági-
por los médicos. el prácticum en medicina ciene que ver tanto con la adquisición ca, la función rurorid se presta a controversia. Cuando el talenro escasea, algunos
de un arre cuasi autónomo de la prácuca clínica como con el aprendizaje de la rurores creen que poco se puede hacer; pero si exisre taienro en abundancia resulta
aplicación de la reona científica mejor mantenerse fuera del propio camino seguido por el alumno. Otros creen
Más d á de los limites de las escueias profesionales, existen otras tradiciones que los estudianres dotados de talenro pueden aprender por aigún cipo de conra-
aúpicas de preparacion para ¡a prácúca. Hay un aprendizale iniciático en e1 campo gio, a uavés de la observación de sus maestros. Y aún hay quien sinía el aprender
de la indusuia y de los oficios manuales. Existe entrenamiento guiado en la prácti- haciendo como una forma de iniciación 4scipiinada al planteamienro y resolución
ca de la educación fisica. Y, tal v a lo más destacado, existen los conservatorios-de de problemas de producción y acruación.
- música y danza y los esrudios de las artes plás9cas y de la imagen. El m e de los Tal v a , entonces, e1 aprendizaje de t o d a las formas de arre profesional depen-
pintores, escuirores, músicos, bdarines y disefiadores ciene un Fuerre parecido con da, al menos en parre, de condiciones similares a aquellas que se producen en los
el arre de aquellos abogados, médicos, ejecutivos y ~rofesoresque son exrraordina- talleres y en los conservatorios: la libertad de aprender haciendo en un contexto de
rios profesionales. No es casual que los profesionales a menudo se refieran a un riesgo relativamente bajo, con posibilidades de acceso a rurores que inician a OS es-
uarre)) de la enseñanza o de la dirección empresarial y uciiicen el término a+tirta tudiantes en las ((tradicionesde la profesión» y les ayudan, por medio de la «forma
para referirse a aquellos profesionales de la prácúca extraordinariamente expertos correcra de decir», a ver por sí mismos y a su manera aquello que más necesitan
en el manejo d e situaciones de incertidumbre, singularidad y conflicto. ver. Por tanto, deberíamos esrudiar la experiencia del aprender haciendo y el arte
En la preparación para las Bellas Artes, nos enconuamos con aquellos que de una buena acción mtoriai. Y deberíamos fundamentar nuestro esnidio en la hi-
aprenden a diseñar, ejecurar y producir compromeuéndose en tareas de diseño, pótesis de trabajo de que ambos procesos son inreiigenres y - d e n t r o de los límites
ejecución y producción. Todo es prácrica. El conocimiento profesional, en el senu- aún por descubrir- comprensibles. Y además, deberíamos buscar ejemplos donde
do de los contenidos proposicionaies de la ciencia aplicada y el saber, ocupa un lu- quiera que se encuentren: en el currícuium duai de las escuelas profesionaies, en ei
, secundario -si
m es que en algún caso llega a estar presente- en los márgenes aprendizaje iniciático y las prácticas que los aspirantes a profesionales más ambi-
del currículum. El énfasis se sinía en el aprender haciendo, que fue descrito ya ha- ciosos descubren o crean por sí mismos, y en las tradiciones singulares de los talle-
ce mucho tiempo por John Dewey como «la disciplina básica o inicial)): eel reco- res y de los conservatorios.
nocimiento del curso nanirai del desarrollo ... siempre d o r a en. el marco de sima-
30 : El aesaiio ae la perspectiva artística La preparación de proiesionales ' 3:

* Diálogo entre estudiante y tutor. Si imaginarnos la interacción entre un esru-


Lo que está por venir dianre y su tutor como aquella en que una serie de mensajes se envían, se reciben y
se inrerpreran, jcudes son las formas de comunicación al alcance del tutor y del
Exploraré en este libro algunas de ias tradiciones divergentes en la preparación alumnoliDe qué factores depende la eficacia comunicativa?
para el arte y desarrollaré, a parúr de ellas, una visión general de 10 que denomina- 9 Fomar de diálogo. ;Cuáles son aigunos de los principales modelos de interac-
ré un «prácticum reflexivo»: unas prácticas que pretenden a,yudar a los estudiantes ción comunicativa entre tutor y estudiante? ;Para qué ripos de aprendizaje sonmás
a adquirir las formas de arre que resuitan esenciales para ser competente en ias zo-
nas indeterminadas de la práctica. Defenderé el argumento de que las escuelas pro-
[ apropiados?
* El turory los estudiantes como prúctic~~.En vinud de las formas de diálogo que
fesionales deben replantearse tanto la epistemología de la práctica como los su- i operan en un taller, tutor y estudiante están sujetos a distintos tipos de demandas
puestos pedagógicos sobre los que se asientan sus planes de estudio a la vez que
deben favorecer cambios en sus instituciones de modo que den cabida a un prácti-
j complementarias. ;Cuáles son los típicos problemas que deben resolver en su mu-
Lua interacción?
curn reflexivo como un eiemenro clave en la preparación de sus profesionales.
Comenzar6 con el t d e r de diseño arquitectónico. Las escuelas de arquitectura
resultan aquí interesantes ya que se encuentran a mitad de camino entre los cen-
tros profesionales y las escuelas de arte. La arquitectura es una profesión sólida y
1
1
* El arte de la tutoría Los buenos rutores d e diseño muestran un tipo de arte
característico. ;Cuáles son sus pauones distinuvos de conocimiento?
Obsta'culos m el aprendraije. ;Cuáles son algmas de las maneras en que d diá-
logo entre tutor y alumno puede fracasar? qué tipo de competencias pueden faci-
dotada de importanres funciones sociales, pero además es una de las bellas artes, y Iitar la superación de estos impedimentos para aprender?
las artes suelen senrirse incómodas en las estructuras de investigación que wacteri-
zan a las modernas universidades. Aunque a i p a s escuelas de arquitectura son ins- A rravés del estudio de esros temas en e1 contexto de los talleres de disefio ar-
tituciones independientes, la mayoría forman parre de una determinada universi- quitectónico, esquematizaré los rasgos pnncipaies de un prácticum reflexivo apli-
dad y. en ella cienden a ser marginadas, aisladas, y a tene: un s t a m ambipo. cable a la preparación para el m e en otras profesiones.
Cuanto más prestigiosa sea la Universidad más ambiguo resulta este srarus. Sus pla- En la tercera y cuarra parte, examinaré y desarrollaré mi interpretación de un
nes de estudio pueden incluir algunas ciencias aplicadas aunque el sraw de estas prácticum reflexivo por medio de la descripción y el análisis de cuatro casos extraí-
ciencias es con frecuencia ambiguo y controvertido. No obstante, por regla gene- dos de ouos campos: una clase magistral de interpretación musical; ejempios de
ral, estos centros mantienen la tradición de sus talleres de trabajo centrados en el supervisión psicoanalítica; los seminarios de <(teoríade la acción» que Chris Argyris
arce del diseño. y yo hemos dirigido a lo largo de siete &os con el fin de ayudar a los estudiantes a
He preferido centrarme en el taller de diseño arquitectónico no sólo porque he aprender destrezas de relación interpersonal y orpizativa: y la introducción de un
renido la opominidad de analizarlo con alguna profundidad, sino cambien porque curricdum básico en un deparramento de urbanismo. En cada uno de estos casos,
he llegado a convencerme de que el diseño arquitectónico es un prototipo de la trataré de demostrar que los estudiantes buscan adquirir -y los tutores ayudarles
forma de arte que otros profesionales necesiran adquirir por encima de todo; y el a adquirir- una forma de arce que es semeiante a la del diseño. Las situaciones y
taiier de diseño, con su parrón taracterísrico de aprender haciendo y tutoría, ejem- pauones característicos del taller de diseño son centraies también para la prepara-
plifica aquellas situaciones difíciles, inherentes a todo prácticum reflexivo, y las ción para el arte en ouos campos. Los estudiantes aprenden haciendo y sus ins-
condiciones y procesos esenciaies para su éxito. De este modo, orras escuelas profe- tructores funcionan más como tutores que como profesores. En las primeras fases
sionales pueden aprender de la arquitectura. del prácticum reina la c o n h i ó n y el misterio. El paso gradual hacia la convergen-
En la segunda parte de este iibro, que se dedica en exclusiva ai caller de diseño, cia de significados es mediado --cuando así sucede- por un diálogo pecdiar en-
trataré de los siguientes temas: tre estudiante y tutor en el que la descripción de la práctica se entremacla con la
ejecución; y las complejas formas de interacción entre los estudiantes y sus tutores
El diseño como unafirma de arte. ;Cuáles son las formas de conocimiento que tienden a conformar unos cuantos modelos básicos, cada uno de ellos ajustado a
operan en el diseho arquireaónico? los diferentes contextos y tipos de aprendizaje. En estos términos, describiré la
* lürea findarnentaler y caracteríttrcar esperíf;car& un talkr & diseiio. ;Cómo práctica del prácticum, las múltiples demandas que soponan aquellos que lo viven,
deberíamos explicar el sentido de c o n h i ó n y misterio que envuelve las primeras y los tipos de m e de los tutores, incluyendo aquel arte por el que los obstáculos
fases de un taller de diseño? ;En que sentido se pueden enseñar -o aprender- las ~redeciblespara aprender pueden superarse.
aptitudes en el diseño? ;Cuáles son los roles y las tareas más características de los Además, cada uno de los ejemplos que se analizarán en la tercera y cuarta p m e
estudiantes y de los instruaores de un taller? plantea cuestiones y consideraciones propias.
32 1 El ciesaiío de la perspectiva artística

La clase magistral de intcrprecación musical se parece *S-: :la situación pro- L A FNSFfl.4,NZ4 DEL ARTE A TRAVES DE.
pia del taller de diseño. Una y otra forma de prácticum sin-¿. -i:mo ejemplo de las LA REFLEXON EN LA ACCION
tradiciones discrepanres de la educación para el arte ): ofre?~-:iempios muy rela-
cionados de modelos de diálogo y tipos de competencia r::r.ri. En simultáneo,
revelan diferencias importantes atribuibies a sus ci-rntivos diferentes y
a sus medios redes.
La supervisión psicoandítica se deja algo más de los e j e v o s anteriores, pero
también se parece ai diseño. Desde una perspeaiva consr~:"sta7 10s yalistas
son oyentes activos que construven los significados desde z r e r i d proporciona-
do por sus pacientes y tratan de configurar una relación -zd que conduzca a
10s USOS psicoandíticos propios de la transferencia. De man& similar, la supervi-
sión psicoanalítica puede entenderse como un prácticum r e i t c i v ~en el que 10s es-
. tudiantes para terapeutas y sus tutores crean paraiejismos la práctica de
uno y otro, dentro y fuera del prácticum- sobre cuya base yrtncian o impiden
el trabajo de aprendizaje y tucoría. Conocer en la acción
Estos paralelismos, y la s d a de los espejos que hacen posiaC son también inhe-
rentes a los seminarios de la ((teoría de la acción». En esre &j,% caso,
>no obstante, He utilizado el término arte profesional para referirme a los tipos de comperen-
y porque tendremos acceso a los registros de la experiencia de rzcudiantes y tutores cia que los prácticos muestran algunas veces en situaciones de la práctica que resul-
a lo largo de grandes períodos de tiempo, tendremos ocasión -Y estudiar cidos de tan singulares, inciertas y conflicrivas. Nótese, sin embargo, que su arre es una va-
aprendizaje y de acción tutorid a largo plazo. Examinarema; .+m0 los ((ciclos de riante esotérica, de gran poder, de aquellos tipos de competencia más familiares
fracaso» de los estudiante evolucionan hasra llegar dgunasw.5 ': superarse, y có- que todos nosotros manifestamos a diario en un sinfín de acros de reconocimiento,
mo los tutores ~ u e d e naprender de la experiencia de muchos z-~cticums. enjuiciamiento y ejecución práctica de nuestras habilidades. Lo que llama la aten-
Por último, en el caso de la inuoducción de un nuevo c A d u m básico en un ción sobre ambos tipos de competencia es que no dependen de nuesua capacidad
depanamento de urbanismo, podremos explorar las forma cr:que el conrexto ins- para describir lo que sabemos cómo hacer o incluso para albergar conscientemente
titucional d e una escuela profesional se resiste a la creación ci: sn prácticurn retle- en nuestra mente el conocimiento que revelan nuesuas acciones. Como observó
xivo y, en simuitáneo, contiene las potencialidades para SU d a r o l l o . Gilbert Ryle, «lo que distingue una actuación razonable de una irracional no es su
A partir de¡ esnidio de estos diversos ejemplos y experimecos, ensambiaré las parentesco sino su procedencia, y esto vde tanto para una actuación de tipo inte-
líneas de una teoría del prácticum reflexivo como un i n s m m t o para la prepara- lectuai como para una de tipo práctico. 'Inteligente' no puede definirse en térmi-
ción en el v e ; una respuesta a las situaciones difícdes de las s u e l a s profesionaies nos de 'inrelecnial', ni 'saber cómo' en términos de 'saber qué'; 'pensar en lo que
&da v a más preocupadas por la necesidad de preparar a 10s studianres para ser hago' no implica 'pensar qué hacer y a la v a hacerlo'. Cuando yo hago algo d e ma-
competentes en las zonas indeterminadas de la prácrica. nera inteligente ... estoy realizando una sola cosa y no dos. Mi ejecución tiene una
No obstante, antes de continuar con la segunda, tercera y cuarta parre, presen- manera o un procedimiento especial, no unos antecedentes especides)) (1949, pág.
taré un análisis más general de la habilidad artística en la prxtica y una descrip- 32). Por razones similares, mi difunto amigo Raymond M. Hainer hablaba de asa-
ción más general de las funciones de un prácricum reflexivo. ber más de lo que podemos decin, y Michaei Polanyi, en La dimensión tácita
(1967),acuíió el término conocimienlo táciw.
Polanyi escribió, por ejemplo, acerca del exuaordinario virniosismo con e1 que
reconocemos los rosuos de nuestros conocidos. Señaló que, cuando reparamos en
un rosuo farmliar en medio d e una muchedumbre, nuesua experiencia de recono-
. ulllizamos consuenremente ningún.m-
cimiento es inmediata N o r m a l m e n t ~no
zonamiento previo ni recurrimos a comparar este rosuo con- imágenes de ouos
rosuos gabados en nuesua memoria Sencillamente vemos. el rosua d e l a persona
a la que conocemos. Y si alguien llega a.preguntamos cómo lo hacemos, cómo so-
mos capa= de distinguir un rostro determinado enue cientos d e ouos más o me-
34 1 El desafío de la perspectiva artística La ensefianza del arte 35
b
nos similares a él, es probable que nos demos cuenta de que no pouemos decirio. 9 enfermedad entra en su despacho. El reconocimiento se produce de inmediato !.
Generalmente somos incapaces de elaborar una lista de los rasgos caracrerísticos de
este rosuo y distinguirlo de los demás rostros a su airededor; y aun en e1 caso de : de manera globai y, aunque el médico puede descubrir más carde, en un examen
más detenido del pacienre, una serie de razones para su diagnóstico3 con frecuencia
poder hacerlo, la inmediatez de nuestro reconocimiento sugiere que no se debe a le resulta imposible decir con precisión cuáles fueron íos indicios que desencadena-
un listado de rasgos. ron su juicio inmediato.
Polanyi m b i é n ha descriro nuesrra común capacidad de apreciación táctil de Chester Barnard, en el apéndice a L a Funciones &i Ejecutivo (193811968), es-
las superficies de los materiales. Si nos pregunran acerca de lo que sentimos cuan- !r cribió acerca de nuestros «procesos no lógicos», con los que se refería a aquellos
do exploramos la superficie de una mesa con nuestra mano, por ejemplo, tenemos juicios, decisiones y acciones eficientes que rcaiizamos de un modo espontáneo,
tendencia a decir que la mesa tiene un tacto tosco, liso, pegajoso. o resbaladizo, pe- f
1 sin ser capaces de esiablecer las reglas o los procedimientos que seguimos. Por
ro es improbable que digamos que sentimos una cierra compresión o abrasión de ejemplo, un muchacho que ha aprendido a l a n a una peiota realiza juicios inme-
las yemas de nuestros dedos. No obstante, debe ser ésre el tipo de sensación que diatos acerca de la disrancia y los coordina con los movimientos de su cuerpo que
nos lleva a la apreciación de las cualidades de la superficie de la mesa. En palabras F intervienen en el acro del lanzamiento, aunque no puede decir cómo lo hace o ni
S
de Polanyi, percibimos a para+ de las sensaciones de las yemas de los dedos g en di- siquiera incluso mencionar la disrancia del lanzamiento que él estima. Una chica
recczo'n hacia las cualidades de la superscie de la mesa. De manera similar, cuando
usamos un palo para escudriñar un agujero en w muro de piedra no centrarnos
nuesrra arención en las marcas que deja el paio en los dedos y en la pdma de nues-
tra mano sino en'ias características del agujero (su tamaño y su forma, las supe&-
! de bachiiierato que ha aprendido a resolver ecuacjones de s e p n d o grado, puede
llevar a cabo, de forma esponránea, una serie de operaciones sin ser capaz de pro-
porcionar una descripción precisa de los procedimientos que sigue cuando las re-
suelve. Un experro contable conocido de Barnard era capaz de coger un baiance
cies de las piedras que lo rodean ...) que a través de las impresiones táci- de bastanre complejidad y en minutos, o incluso segundos, obtener una serie de
tas. Llegar a convemrse en alguien hábil en e1 uso de una herramienta, significa daros significativos del mismo» (pág. 306), si bien no podía describir en paiabras
aprender a apreciar, direaamente o sin un razonamiento intermedio, !as cuaiidades los juicios y cálculos que intervinieron en la ejecución reaiizada.
de los mareriaies que percibimos a mavés de las sensaciones tácitas de ia herramien- De manera similar, aprendemos a realizar cosas can complejas como andar a ga-
ta que está en nuestras manos. ras, caminar, hacer juegos malabares o montar en bicicleta sin ser capaces de pro-
Con frecuencia, taies procesos de reconocimiento o apreciación adopcan la for- porcionar una descripción verbal de esros acros, incluso moderadarnence adecuada.
ma de juicios normarivos. En el mismo acro por e! que somos capaces de recono- En realidad, si se nos pide que digamos cómo hacemos taies cosas solemos dar res-
cer algo, también lo percibimos como «bueno» o «malo». Chris Alexander (1968) puestas incorrectas que nos traerían problemas si fuéramos a actuar en consecuen-
ha descrito cómo los arresanos reconocen la disarmonia de un elemento con el cia. Cuando, por ejemplo, se ie pregmta a alguien que sabe montar en bicicleta
conjunro -su ejemplo más famoso es la confección de chales rústicos al estilo de cómo evitar caerse cuando la bicicleta empieza a inclinarse hacia la izquierda, nos
10s campesinos eslovacos-, sin la más mínima capacidad o necesidad de describir dirá que recupera su equilibrio girando la rueda hacia la derecha. Si en realidad lo
con palabras las reglas que perciben como wineradas. Y Geoffrey Vickers (1978), hiciera así, muy probablemente se caería; por suene, no obstante, el conocimienro
comenrando el ejemplo de Alexander, ha ido aún más lejos ai observar que, no só- implícito en nuestras acciones es incongruenre con la descripción que hacemos de
lo en el juicio arúsuco sino en todos nuestros juicios comentes acerca de las cuali- eiias.
dades de las cosas, podemos reconocer y describir desviaciones de una norma mu- Uulizaré el término conocimiento en la acción para referirme a los tipos de CO-
cho más claramente de lo que somos capaces de describir la propia norma. nocimientos que revelamos en nuesrras acciones inteligentes ya sean observables al
Esta capacidad parece tener mucho que ver con la forma en que aprendemos exterior -ejecuciones físicas, como el acto de montar en bicicleta- o se trate de
nuestras desuaas. Un profesor de tenis conocido mío escribe, por ejemplo, que él operaciones privadas, como es el caso de un análisis instanráneo de un baiance. En
siempre empieza tratando de ayudar a sus alumnos a conseguir la sensación de ambos casos, el conocimiento esrá en la acción. Lo revelamos a iravés de nuesrra
la pelara correctamente). Una vez que reconocen esta sensación, la disfru- ejecución espontánea y hábil; y paradójicamente somos incapaces de hacerlo explí-
tan, y aprenden a distinguirla de las diversas sensaciones asociadas con ((golpear cito verbaimente.
mal la pelota»; empiaan a ser capaces de detectar y corregir sus propios errores. No obstante, algunas veces es posibie, medianre la observación y la reflexión
Pero normalmente no pueden, y no lo necesitan, describir cómo es la sensación o a sobre nuestras acciones, realizar una descripción del conocimiento tácito que está
rravés de qué medios la producen. implícito en ellas. Nuestras descripciones son de distintas clases, en función de
Los médicos competentes dicen ser capaces de reconocer en ocasiones una de- nuestros propósitos y de los sistemas lingústicos de descripción a nuestro alcance.
rerrninada enfermedad en el mismo momento en que la persona a f e a d a por tal Podemos hacer referencia, por ejemplo, a las secuencias de las operaciones y 10s
i 3-
36 El desafío de la perspediva artística 5 La ensefianza del arie
iE
procedimientos que eiecuramos; a ios indicios que observamos y a la reglas que de ia acción para hacer io que Hannah h e n d t (1971j denomina un .(pararse a
seguimos; o a los vaiores, estratesia y supuestos que constituyen nuesrrx ((teorías))
t pensarx. En cuaiquier caso, nuestra refiexion carece de una conexión directa con ia
de la acción.
i acción presente. De un modo aiternanvo, podemos reflexionar en medio de la ac-
Aun así, independienremenre del lenguaje que uciiicemos, nuestra descripcio-
nes del conocimiento en !a acción son siempre consmccionc-s. Son siempre inten- 1 ción sin.liegar a interrumpirla. En una acción presente -un periodo de tiempo.
variable según el conrexrol durante e! que podemos todavía marcar ,una diftrenck
ros de poner en forma explícita y simbólica un tipo de inteligencia que comienza
siendo tácita y espontánea. Nuestras descripciones son conjeturas que precisan ser
pues-as a prueba ante la observación de sus originales; los cuales, al menos en al-
gún aspecto, van a ser distorsionados. Pues el conocimiento en la acción es diná-
I con la siniación que renemos enue manos- nuestra acción de pensar sirve para
reorganizar lo que estamos haciendo mientras lo estamos haciendo. Diré que, en
casos como éste, estarnos reflexionando ni la acción.
Hace poco tiempo, por ejemplo, construi una cancilla a base de estacas de ma-
mico, y !os <(hechos»,los r<procedimientos»,las «reglas,,y las «reorías»son estáticos. dera y correas. Había hecho un dibujo y caiculado las dimensiones que quería, pe-
Cuando. por ejemplo, sabemos cómo coger una peloca, anricipamos la llegada de
ia peiora por la forma en que extendemos y ahuecamos nuestras manos y por los
ajusres aucomacicos que realizarnos a medida que se acerca la peiora. Coger una pe-
iit
E
ro no había contado con el problema de mantener la esuucnira cuadrada. Cuando
empecé a su~etarcon davos las correas a las estacas percibí un bamboleo. Sabía que
la esrmcmra se voivería rígida en e¡ momento en que clavara una pieza en Gago-
lota cs una actividad conrinuada t n !a qus el conocimiento consciente, la aprecia- nai, pero icómo podría estar se,wo de que adoptaría una forma cuadrada? Me vi-
ción y los ajustes juegan su parte. De modo similar, ir serrando a lo largo de una !í- no a la memoria un vago recuerdo sobre diqonaies: en un rectángulo las diagona-
nea marcada a lápiz requiere un proceso más o menos continuo de detección y les son iguales. Cogí una vara de medir yardas con la idea de medir las diagonaies,
corrección de las desviaciones de la línea. De hecho, es esre ajuste 9 anr~cipación pero me di cuenta que no podía usarla sin mover !a estructura Se me ocurrió uriii-
autornáricos, esta continua detección y correccion del error, lo que nos lleva, en zar un trozo de cordel. Entonces se me hizo patente que para medir las diagonaies
primer lugar, a denominarla una actividad «inteligente». La actividad de conocer necesitaba una ubicación precisa en cada esquina. Después de varias pruebas, des-
sugiere la cualidad dinámica del conocer en la acción que. cuando la describimos, cubrí que podía ubicar el punto centra en cada esquina trazando diagonaies ailí
se convierte en conorimtento en la acción. (ver la ilustración). Clavé una punta en cada uno de los cuatro puntos centrales y
utiiicé las puntas como anclajes para el cordei de medir. Me iievó varios minutos
c a l d a r cómo ajustar la esuucnua para poder corregir los errores que encontre al
Reflexión en la acción medir. Y así, cuando cenía las diagonaies iguales, clavé con punras un trozo de co-
rrea a fin de asegurar con firmeza la estnicnira.
Una vez que hemos aprendido cómo hacer algo, podemos llevar a cabo secuen-
cias fáciles de actividad, reconocimiento, decisión y ajuste sin, como solemos decir,
rener que «pensar sobre ello». Nuestro conocimiento espontáneo en la acción suele
acompaiiarnos a lo largo del día. No obstanre, en ocasiones, esto no es así. Una ru-
tina familiar produce un resultado inesperado; un error se resiste obstinadarnenre a
ser corregido; o, a pesar de que las acciones rurinarias producen siempre ios mis-
mos resultados, descubrimos algo enraño acerca de ellas porque, por alguna razón,
las hemos empezado a observar de manera distinta. Todas las experiencias de este En este caso, un ejemplo que debe de tener muchos ouos análogos en las expe-
tipo, agradables o desagradables, contienen un factor sorpresa. iUgo falla a la hora riencias de los carpinteros aficionados de codo el mundo, mi manera inniiiva de
de satisfacer nueseras expecrauvas. En un intento por mantener la constancia de abordar la tarea me ilevó a una sorpresa (el descubrimiento del bamboleo) que inter-
nuestros patrones usuales de conocimiento en la acción, podemos dar respuesta a preté como un problema En medio de la acción invence procedunientos para resol-
la sorpresa dejándola de lado, sin presrar una acención patí;icu!ar a los síntomas ver el problema, descubrí posteriores sorpresas desagradables y realicé invenros de
que la producen o podemos responder a ella mediante la reflexión, y poaemos ha- corrección subsiguienres incluyendo algunos de escasa imporrancia pero nec&hos
cerlo así de una o dos maneras. para llevar adelante la idea de uuii7a.r un cordei para me& las diagondes.
Podemos reflexionar sobre la acción, retomando nuestro pensamiento sobre lo Podríamos denominar a esre tipo de proceso «por ensayo y erron), si bien ¡os ensayos
que hemos hecho para descubrir cómo nuestro conocimiento en la acción puede no se relacionan entre si aieatoriamente; la reflexión sobre cada ensayo y sus resulta-
haber contribuido a un resulrado inesperado. Podemos hacerlo así una vez que el dos establece el paso al siguiente ensayo. Tal patrón de indagación se describe mejor
hecho se ha prociucido, ya rranquiiamence, o podemos realizar una pausa en medio como una secuencia de (cmomentosBen un proceso de reflexión en la acción:
38 El desafio ae la perspectiva artistica La ensefianza oei ario "
"0
C

1
* Para empezar, existe aquella situación de la acción a la que traemos respuestas en ia acción puede fundirse en un solo proceso. Pero independienremente de la di-
espontáneas y rutinarias. Tales respuesras revelan un conocimiento en la acción BE ferencia de sus momenros o de la constancia de la secuencia de éstos, lo que distin-
que puede describirse en términos de esrraregias, comprensión de los fenómenos y Bi gue la reflexión en la acción de otros cipos de riilexión es su inmehata relevancia
maneras de definir una tarea o problema apropiados a la situacicn. El conocimien- para la acción. En ia reflexión en la acción el hecho de volver a pensar sobre aiguna
to en la acción es tácito, formulado espontáneamente sin una reflexión consciente;
!
parte de nuestro conocimiento en ia acción nos lleva a ia sxperimen~aciónin sirzi
y además funciona, produciendo los resultados esperados en ranro en cuanto la si- y a pensar más allá, y esto afecta a lo que hacemos, :anto en la siruación inmediata
tuación se mantenga dentro de los límites de aquello que hemos aprendido a con- como quizás también en otras que juzgaremos similares.
siderar como normal. La distinción entre reflexión y conocimienro en la acción puede que resulte su-
Las respuestas rutinarias producen una sorpresa, un resultado inesperado, ril. Un buen prácrico ajusta sus niveles de respuesta a las variaciones que se produ-
agradable o desagradable, que no corresponde a las categorías de nuestro conoci- cen en los fenómenos. En su apreciación paso a paso de un proceso, despliega todo
miento en la acción. Inherente a toda sorpresa está el hecho de que se consigue lla- un repenorio de imágenes de contextos y de acciones. Así, un lanzador de beisbol
mar nuestra atención. Por ejemplo, yo podría no haberme sorprendido por el adapta el esdo de su lanzamiento a las peculiaridades de un determinado bateador
bamboleo de mi cancilla porque podría no haberle prestado atención; la estructura o de una determinada situación en el juego. Un jugador de tenis reaiiza cambios
podria haber terminado por no ser cuadrada y puede ser que yo no lo hubiese no- en e1 juego en fracciones de segundo con ei fin de contrarrestar los cambios de es-
tado. rraregia de su oponente. En casos así, podemos decir que el práctico responde a la
* La sorpresa conduce a una reflexión dentro de una acción-presente. La refle- variación más que a la sovresa , ya que los cambios en el contexto y el nivel de res-
xión. d menos en alguna medida, resulta consciente, aunque no se produzca nece- puesta nunca traspasan los límites de lo familiar.
sariamente por medio de paiabras. Tenemos en cuenta ranro el aconrecimiento Sin embargo, en cierro tipo de procesos que, vistos desde fuera, pueden pare-
inesperado como e1 conocimiento en la acción que preparó e1 terreno para ello, cerse a los descritos anteriormenre, un buen práctico puede integrar la reflexión en
preguntándonos algo así como: ¡(;qué es esto?))y, ai mismo tiempo, ((;cómo he es- la acción en simultáneo con una tranquiia ejecución de una tarea en curso. Hace
tado pensando sobre ello?» Nuesuo pensamiento se vuelve sobre el fenómeno que poco, escuché la hisroria de un violonceiisra a quien se le había pedido sumarse a
nos sorprende y, en simultaneo, sobre sí mismo. la interpretación de una nueva pieza de música de cámara. A causa de una enier-
La reflexión en la acción posee una función crítica, y pone en cuestión la es- medad, faltó a los primeros ensayos y por fin hizo acto de aparición justo el día an-
trucniia de suposición del conocimiento en la acción. Pensamos de manera crítica rerior ai estreno de la obra. Se sentó con el resto de los músicos y repentizó como
sobre el pensamiento que nos trajo a esta situación de apuro o a esta oportunidad; pudo su parre llegando a ejecutarla tan bien que ei director no tuvo necesidad de
y durante el proceso podemos reestructurar estrategias de acción, la comprensión introducir cambios en la interpreración. A medida que el violoncelista iba repenti-
de los fenómenos o las maneras de formular los problemas. En mi ejemplo, ia sor- zando la partitura, es seguro que no podía saber donde destacaba más la pieza. Sin
presa provocada por la observación del bamboleo me condujo a la iormulación de embargo, cabe suponer que debió haberse percatado de la dirección que cobraba
un nuevo problema: ,<;cómo mantener la cancilla con forma cuadrada!)) en cada momento, recogiendo en su ejecución las líneas de desarrollo que los de-
La reflexión da lugar a la experimentación in sim. Ideamos y probamos nue- más músicos ya dominaban. Sin duda, hubo de encontrar sorpresas como respues-
vas acciones que pretenden explorar los fenómenos recién observados, verificar ta a lo que, de un modo automático, él concebía como una interpretación guiada
nuesua comprensión provisional de los mismos, o afirmar los pasos que hemos se- por su sentido de deducción del conjunro. Y la ejecución de esta proeza le dejó
guido para hacer que las cosas vayan mejor. Con mi experimento del cordel de me- con una comprensión recién desarrollada de la pieza musical y de cómo interpre-
dir, no sólo comprobé mi comprensión de la forma cuadrada de la cancilla, sino tarla, lo que él revelaría como conocimiento en la acción el día del estreno.
también la igualdad de las diagonales y la eficacia de los procedimientos que había Cuando los buenos músicos de jazz improvisan juncos muesuan, de un modo
inventado para determinar cuáodo las diagonaies eran iguales. La experimentación aigo similar, una forma de reflexión en la acción integrada suavemente en la inter-
in siru puede funcionar, bien en el senudo de conducir a resultados deliberados, o pretación en curso. Estudiándose unos a ouos, escuchándose a sí mismos, «sien-
en el de producir sorpresas que exigen posteriores reflexiones y experimentaciones. ten» por donde va la música y en función de ello ajustan su propia forma de inrer-
pretar. La idea que anuncia uno de los intérpreres será captada por ouo, elaborada
Por supuesto que la descripción que aquí he dado está idealizada. Los pasos de y convexida en una nueva melodía. Cada músico reaiiza invenciones sobre la mar-
la reflexión en la acción raras veces son tan distantes entre si como yo los he hecho cha y 62 respua-;i a las sorpresas provocadas por las invenciones de los otros músi-
aparecer aquí. La experiencia de la sorpresa puede presenrarse de modo tal que pa- cas. IJsru ei D ~ O C C S Ocoiecrivo de invención musical se organiza en torno a una es-
r e z a que ya ha sido interpretada. La crítica y la reesuuci-uración del conocimiento rri:cixr. s!:Byar.:nrc. S i s i c un esquema común de métrica, melodía y desarrollo
E
40 El desafío de la perspectiva artística La enseñanza del arte i 4'

armónico que proporciona a la pieza un orden predecible. Memás, cada músico E xiona es e1 «quanerback»que jugará (y 10 hará de un modo diferente a causa de su
dispone de un repenorio de ideas musicaies en torno a las cuales puede ir entreia- iE pase de ~quanerback)) del iunes por la mañana) en el partido del sábado siguiente.
m d o variaciones a medida que lo pide el momento. La improvisación consiste en Cuando vueivo a pensar acerca de mi experiencia con la cancilla de madera, puede
variar, combinar, y volver a combinar un conjunto de ideas deniro de un esquema
que proporciona coherencia ai conjunro de la obra musicai. A medida que los mú-
1
f
ser que consolide mi comprensión del problema o imagine una soiución mejor o
más generai. Si lo hago, mi reflexión acrual sobre mi anterior reflexión en la acción
sicos sienren en qué direcciones se va desarroiiando la música, le van dando un
nuevo senrido. Reflexionan en la acción sobre la música que están produciendo de
un modo colectivo, aunque, por supuesto, no por medio de paiabra.
1 r comienza un diálogo de pensamiento y acción a través del mai me voy convirrien-
do en un carpinrero más diestro {aunque todavía aficionado). En realidad, como
veremos en capítuios posteriores, estos disnncos niveles y tipos de reflexión juegan
Su proceso nos recuerda los pacrones familiares de la conversación cotidiana. f papeles importantes en la aprehensión del arte.
En una buena conversación, predecible en cienos aspectos y en otros no, los parri- k
cipantes seleccionan y desarrollan temas de charla y cada uno va dándole vuelta a
estos remas introduciendo variaciones sobre el propio repertorio de cosas por decir.
La conversación es una improvisación verbal colectiva. A veces cae en ruinas con-
vencionales -por ejempio, la anécdoca, con sus comencarios y reacciones colarera-
:I La práctica
Hasca aquí, en esre c a p í d o , he ido cambiando el centro de arención desde el
les, o el debare- que se desarrollan según la pauta y el ritmo de interacción que a arre especiaiizado y esorérico de la práaica profesional hasra el más corriente, pero
los participantes, sin habérselo pianteado conscienremence, les parece oportuno no menos inreresanre, ane de la vida cotidiana. Lo he hecho así para demostrar
poner en común en el conrexto de una.división cambiante de careas, Otras veces que el conocimienro en la ación y la reflexión en la acción forman parre de las ex-
puede haber sorpresas, cambios inesperados en e! curso o direcciones de su desa- periencias del pensar y del hacer que todos comparrimos; cuando aprendemos el
rrollo para los que los parúcipanres inventan respuestas sobre la marcha. arce de una práctica profesionai, no impona cuán alejado de la vida ordinaria pue-
En todos estos ejemplos, los participantes están harienda algo. A panir de los da parecernos en un principio, aprendemos nuevas formas de utilizar tipos de
materiales musicales o de los temas de charla, son capaces de construir una pieza competencias que ya poseemos.
musicai o una conversación, un arrilugio con su propio significado y coherencia. No obstante, el contexto de una práctica profesional es significativamente dis-
Su reflexión en la acción es una conversación reflexiva con los materiales de una si- unto de otros conrextos; y los roles del conocer y ei reflexionar en la acción en la
mación; «conversación», ahora, en un sentido me~afórico.Cada uno desempeiia su práctica profesional competente, son rambién diferenres.
propio ~ a p e cambiante
l y progresivo en la ejecución coieaiva, <cescucha»las sor- Evererr Hughes, como ya he mencionado, definió al profesional como alguien
presas -o, como yo lo iíamaré, «charla retrospeaiva»- que se producen en reia- que recurre ai conocimien~oextraordinario en asuncos de gran importancia hurna-
ción con los primeros pasos y responde por me&o de la producción automática de na (Hughes, 1359). E1 vio ia demanda de conocimienco extraordinario del profe-
nuevos pasos que proporcionan un nuevo significado y nuevas direcciones ai desa- sionai estrechamente relacionada con un pacro paradigmático con la sociedad. En
rroilo del artilugio. E! proceso nos recuerda aquella descripción que Edmund recompensa por el acceso a su conocimienro especial, ai profesional se le otorga un
Carpenrer hacía del escuitor esquimal que pacienremenre railaba un hueso de re- mandato especial para e1 control social en asuntos propios de su pericia, una iicen-
no, examinando la forma que progresivamente iba emergiendo, y exclamzndo fi- cia para dererminar quién entrará a formar parte de su campo profesiond y un
nalmente: «iAh, f o d » grado reiativamente elevado de autonomía en la regiamenración de su práctica.
I g d que el conocimienro en la acción, la reflexión en la acción es un proceso Así,en estrecha reiación con la propia idea de una profesión, encontramos la idea
que podemos llevar adelante sin ser capaces de decir lo que estamos haciendo. de una comunidad de prácticos cuyo conocimiento especial los hace sobres& por
Aquellos que son buenos improvisadores con frecuencia se quedan sin saber qué encima de ouos individuos respecto a los que mantienen derechos y privilegios es-
decir o dan respuesras totaimente inadecuadas cuando se les pide que digan lo que peciaies.
hacen. Claramente, una cosa es ser capaz de- reflexionar er, la acción y otra muy Una práctica profesional es la competencia de una comunidad d e prácticos que
distinta es ser-capaz de reflexionar s o b ~ enuesua reflexión en ia acción, de- manera cornprcen, en paiabras de John Dmey, las tradiciones de una profesión. Compar-
que produzcamos una buena descripción verbal de ella; e induso es otra cosa ser ten convenciones de acción que induyen medios, lenguajes e insrnimencos distinu-
capaz de reflexionar acerca de la descripción resuitanre. ~ o s Funcionan
. en el marco de instituciones de un cipo muy parricular: por ejem-
Pero nuestra reflexión sobre nuesua reflexión en la acción pasada puede mode- !]lo, los j q a d o s , las instituciones educativas, los hospitaies y las- empresa. Sus
lar indirectamente nuesua acción f u m a . Las reflexiones de un ~quarcerbacbun
--
,
.7...-./--
~,UL~IL.A
. - se s t r u c w a n en términos de formas particulares de unidades de acuvidad

lunes por la mañana pueden estar cargadas de significado si la persona que refle- (5.2; ~:j;mpio: casos, visiras de pacienres o lecciones) y son modeladas a nivel social
4g
Si
42 i El desafío d e la perspectiva anisilca La enseñanza del arte ! 43

e institucional de manera que se repiten dererminados tipos de situaciones. Una no resultan complicadas.
practica^^ consta de fragmenros de acrividad divisibles en clases más o menos h- Hay también situaciones no tan farniiiares donde e! problema no resulta ini-
miliares, cada una de las cuales es vista como una profesión para el ejercicio de un cialmente claro y no hay un aiuste evidenre entre las características de la situacion
cieno tipo de conocimientos. v el corpus disponible de teorías y técnicas. Es frecuente, en este tipo de situacio-
Los miembros de una profesión se diferencian entre si, por supuesto, en sus nes, habiar de c(pensar como un medicon -o como un abogado o como un direc-
respecri~msubespecidizaciones, en las parricuiares experiencias y perspectivas que tivo empresarid- para referirse a los tipos de indagación mediante los que OS
aporran a su trabajo y en sus estilos de actuación. Pero también comparten un prácticos competentes recurren al conocimiento disponible para resolver aquellas
:ronco comun de conocimiento profesional explícito, más o menos organizado sis- situaciones de la práctica en las que la aplicación de dicho conocimienro resulta
tematicamente, y io que G e o f i w Vickers ha denominado un ((sistema apreciati- problemáeico. En este mismo sentido, los típicos ejercicios de las facuitades Oe
vo»: el conjunto de vaiores, preferencias y normas que les sirvcn para inrerpretar Derecho conducen a los estudtantes a través de un proceso que comienza con una
las situaciones prácticas. formuiar objetivos y direcciones para la acción y desermi- declaíación de ((loshechos del caso» y conúnúa con parrones ca-acterísticos de ra-
nar lo que constituye una conducra profesional aceptable. zonamiento para determinar qué cuestiones l e d e s se ponen más en juego en el ca-
El conocimiento en la acción de un profesional está incrustado en e1 contento so y qué precedentes judiciaies resuitan más pertinentes para su resolución. De un
estrucmrado a nivei social e instirucionai que comparte una comunidad de prácri- modo similar, los estudiantes de medicina aprenden a «hacerse cargo d e un caso re-
cos. El conocimienro en la pr&ctica se ejercita en los ámbitos instirucionaies pro- a i de enfermedad» en el que el estudiante, a partir de observaciones generaiizadas,
pios de la profesión, y se organiza en función de sus unidades características de ac- examen físico, enrrevisras y pruebas de laboratorio, debe razonar acerca ae como
rividad y sus formas familiares de situaciones de la práctica, y se ve impedido o llegar a un diagnóstico plausible sobre la enfermedad del paciente y el tipo de tra-
faciiitado por su rronco c o m h de conocimienro profesional y por su sistema de tamiento que aconseja.
valores. Desde la perspectiva de la racionalidad técnica, «pensar como unluna...)) debe
Esto es toao lo que .podemos decir sin hacer referencia explícita a una determi- comprenderse como un tipo de i n k a c i ó n gobernado por la regla. El práctico
nada episremoiogía de la prácrica Más allá de esre punto' sin embargo, comperente se concibe, desde esta perspecúva, como alguien que sigue reglas para
nuestra concepción del conocimiento de .un práctico afecrará en gran medida a la recogida de datos, la inferencia y la comprobación de hipótesis, lo que le permi-
nuestras descripciones de las funciones y las inreraccionec del conocimiento profe- ee esrablecer claras conexiones entre las situaciones concretas y el cuerpo de cono-
sional y del arre profesional. cimiento profesional, en donde taies conexiones resultan inicialmente probiemáti-
Desde la perspectiva de la racionaiidad récnica, como ya he indicado, un pr2c- cas. Tales reglas se supone que son explicables, en el caso de que no resulten ya
rico competente se preocupa siempre por los ~roblemasinsrrumentales. Trata de sxplíciras en sí mismas. Los &remas experrosz, hoy tan populares en la medicina
encontrar íos medios más idóneos para la obtención de dererminados fines que no hospitalaria al igual que en otros campos, intentan hacer exp1ícim.s ias fases de in-
admiten ambi@iedades: en medicina, la salud; en la ley, el &ito en el pleito; en los formación, las reglas y los procedimientos mediante los que el conocimienro profe-
negocios, el beneficio. Su eficacia se mide por su éxito en enconrrar, en cada caso, sional se aplica a casos problemáricos s i n d a r e s (Kassirer y Gorry 1370).
ias acciones que producen los efecros deseados que son consecuentes con sus obje- En este contexro, apenas queda sitio para el m e ~rofesionalexcepco que se
tivos. Visca así, ia competencia pro+ssional consiste en !a aplicación de teorías v considere como un problema de estilo implantado en la habilidad técnica. Se po-
rknicas derivadas d e la invesriigación sistemática, prefenbiernenre científica, a ia dría reconocer la existencia de arrisras profksionales capaces de dar sentido a situa-
solución de los problemas instnunentaies de la prácuca. ciones de singulaiiáad e incenidumbre, pero no hay forma de h a ~ l a rrazonabie-
Desde esta perspectiva, distinguir dos tipos de situaciones de !a prác- mente acerca de su arce a no ser que, quizás, mencionemos el hecho de que siguen
rica y dos formas de conocimienro que resultan apropiadas. regias que todavía no han llegado a ser explíciras.
E;ulsren situaciones familiares en las que el práctico puede resolver el problema Desde la perspectiva de la epistemología de la práceica que, de forma alrernaú-
mediante la apiicación ruunaria de acciones, regias y procedimientos derivados del va, se sugiere en este libro, e1 arte profesional se entiende en términos de reflexión
tronco del conocimiento En urbanismo, por ejemplo, hay reglas de es- en la acción y desempeña un papel cenrral en la descripción de la comperencia
timación empírica que le sirven a un pianficador para calcular, de acuerdo con profesional.
una determinada ordenanza municipal para esa zona, el número de espacios de Desde esre enfoque, reconocer como un caso límite aquellas situa-
aparcamiento necesarios para cada unidad familiar en un edificio de viviendas. En ciones en las que es posible llevar a cabo una apiicación rutina.ria de los procedi-
medicina, se producen diagnósucos rutinarios de ciertas alteraciones de los pacien- mientos y reglas existentes a sirnaciones probiemáticas concretas. Más allá de e s t a
tes lo mismo que prescripciones rutinarias para c i e m enfermedades familiaes que situaciones, las redas famitiares, las reorías y Iris técnicas se ponen en funciona-
44 El desafio de la perspecriva artística La enseñanza. del arte 45
, .
rnienco en ejemplos concietos 2 tra\,és de !a mediación de un arte que consiste en ro profesionai y a su habilidad. Escán en transacción con el mundo de su prac:ics.
una forma iimitada de reflexión en la acción. Y aún más allá de és~as.podríamos definiendo los problemas que surgen en las situaciones de la práctica y adaprando
reconocer casos de complejo diqnóstico en los que ios prác~icosno sóio siguen re- situaciones para aius~arla estructura de los probiemas, configurando sus roirs 7
glas de indagación sino que, alawas veces. responden también ante resulraaos que construyendo las sit~acionesde la práctica para hacer operativos sus esquemas cie
les sorprenden mediante el recurso a la invención de nuevas reglas sobre ia marcha. rol. En orras paiabras, los prácticos poseen una forma particular, ~rofesional,de
Este tipo de reflexión en la acción es cenuai al arte con que los prácticos algunas ver su mundo y una forma de configurar y mantener el mundo según lo ven eilos.
veces clarifican siruaciones de incenidumbre, singularidad y conflicro. Por ejem- Cuando el práctico responde a las zonas indeterminadas de la práctica mantenien-
plo: do una conversación reflexiva con los materiaies de tales situaciones, rehace una
parte de su mundo práctico y con ello revela el proceso, habitualmente tácito, de
Un médico, consciente de que un 85 por ciento de los casos que vienen a su consuucción del mundo que subyace a toda su práctica.
consulta no figura «en el libro)), reacciona ante la singular configuración de sínto-
mas de un paciente inventando y probando un nuevo diagnóstico.
Un investigador de mercados, encargado de comprobar las reacciones de los
consumidores ante un nuevo producto, descubre que estos han visro en el produc-
to determinados usos que él nunca imaginó y reacciona replanteándose e1 produc- Cuando alguien aprende una práctica, se inicia en las tradiciones de una comu-
to en función de los descubrimientos de los consumidores. nidad de prácticos y del mundo de la práctica que estos habitan. Aprende sus con-
venciones, limitaciones, lenguajes y sistemas de valoración, sus repertorios de
En casos así, el prácrico experimen~auna sorpresa que le lleva a replanrearse su ejemplos, su conocimiento sistemático y sus patrones de conocimiento en la ac-
conocimiento en la acción en aspectos que van más dá de las reglas, los hechos, ción.,
las reorías y las operaciones disponibles. El práctico reacciona ante lo inesperado o Puede aprender la práctica de una o de varias maneras. En muy contadas oca-
lo exuaño reestructurando dgunas de sus estrategias de acción, teorías de los knó- siones, puede aprender la práctica por sí mismo, de la forma en que aprendemos a
menos o modos de contigurar el problema: e inventa experimentos sobre la mar- cazar, a hacer trabajos de carpintería o a cometer acciones criminales. Puede con-
cna para poner a prueba su nueva comprensión. Se comporra más como un inves- venirse en aprendiz de otros prácticos experimentados, como todavía hacen mu-
tigador que trata de modelar un sistema experto que como el *experro» cuyo chos artesanos, trabajadores de l a industria y profesionales. O puede panicipar en
comportamiento está modelado. un prácticurn.
Subyace a esta pareicular visión de la reflexión en !a acción de los prácticos una La elección de la práctica por uno mismo posee la ventaja de la libenad: la li-
concepción constructivista de la realidad con la que se enfrentan, una conctpción berrad de experimentar sin la coacción de las concepciones recibidas. Pero también
que nos iieva a considerar al práctico como aiguien que construye las sirnaciones tiene la desventaja de exigir de cada estudiante reinvenrar la rueda, ganar poco*
de su práctica, no sóio en el ejercicio del arte profesionai sino también en todos los nada d e la experiencia acumulada de otros. El aprendizaje iniciático ofrece una ex-
restantes modos de la competencia profesionai. posición directa a las condiciones reales de la práctica y a las pautas.de1 trabajo.
La racionalidad técnica descansa en una concepción objerivis~ade la relación del Pero la mayor p m e de las oficinas, fábricas, empresas y clínicas no escán en condi-
práccco competenre con la realidad que conoce. Desde este punto de vista, los he- ciones de asumir las tareas de iniciacion y formación que se les demanda. Las pre-
chos son los que son y la verdad de las creencias se comprueba con toda exactitud siones para pasar a la acción suelen ser imponantes; ei tiempo es oro y los errores
mediante la referencia a éstos. Todos los desacuerdos significativos se pueden resol- resultan caros. Los profesionales experimentados han aprendido, además, a esperar
ver, ai menos en principio, mediante la referencia a los hechos. Y el conocimiento que los aprendices vengan provistos de unas destrezas para la práctica muy elemen-
profesional descansa fundamentalmente sobre una base de hechos. d e s . No obstante, muchos noveles aprenden todavía a través de un aprendizaje
Desde el puneo de vista constructivisra, nuestras percepciones, apreciaciones y iniciático, y muchos prácticos veteranos y cnricos de la preparación profesional
creencias tienen sus raíces en los mundos que nosotros mismos configuramos y aún lo ven como el mérodo a elegir.
que terminamos por aceptar como la realidad. En su conjunto, los prácricos están Un prácticurn es una situación pensada y dispuesta para la tarea de aprender
permanentemente comprometidos con aquello que Neison Goodman (1978) de- una praaica. En un contexto que se aproxima al mundo de la práctica, los esm-
nomina «la construcción del mundo». A través de incontables actos de atención y diantes aprenden haciendo, aunque su hacer a menudo se quede corto en relación
descuido, denominación, clarificación, establecimiento de límites y conuol, los con e1 trabajo propio del mundo red. Aprender haciéndose cargo d e proyectos que
prácticos construyen y mantienen los mundos que corresponden a su conocimien- simulan y simplifican la práctica, o llevar a cabo, relativamente libre de las presio-
46 ! El desafío de la perspectiva artística La enseñanza del arte 47

nes, las disrracciones y los riesgos que se dan en el mundo real ai que, n o obstante, de conocimienco que se describen en la sección anterior, y las diferences perspecri-
el prácricum hace referencia. Se sitúa en una posición intermedia entre el mundo vas que sobre ellos se dieron en dicha sección, sugieren diferentes concepciones de
de la prácrica, el mundo de la vida ordinaria, y el mundo esocérico de la un prácticum.
Universidad. Es también un mundo colecrivo por derecho propio, con su propia Si vemos el conocimiento profesional en términos de hechos, reglas, y procedi-
macia de maceriaies, instrumen-cos, lenguajes y valoraciones. Incluye formas pat-ri- mientos aplicados de una Corma no conflictiva a los problemas inscrumencdes, ve-
cuiares de ver, pensar y hacer que, en e1 tiempo y en la medida que le preocupe al remos el prácricum en su conjunto como una forma de preparación técnica. Será
esnidiante, tienden a imponerse con creciente auroridad. competencia del insrructor transmitir y demostrar la aplicación de las reglas y las
Cuando un esrudianre ingresa en un prácricum se enfrenta, de manera explícita operaciones a los hechos de la prácrica. Desde esra perspecriva se podría imaginar
o implícita, a cienas tareas fundamentales. Debe aprender a evaiuar la práctica un prácticum para aprender !un lenguaje informáuco, las técnicas de química ana-
competente. Debe construir una imagen de eiia, debe aprender a vaiorar su propia lírica o los métodos d e análisis estadísrico. Se esperaría que los alumnos adquirie-
posición ante ella y debe elaborar un mapa del camino por el que puede llegar des- sen ei material por medio de lecturas, charlas y observación, familiarizándose con
de donde se encuencra a donde desea estar. Debe adaprarse a las demandas impiíci- ejemplos de problemas de la prácrica ajustados a las categorías apropiadas de la
[as en el prácricum: que una práctica es algo que existe, que vaie la pena aprender, ceoria y de la técnica. El papel del cucor consisuría en observar la actuación de los
que se puede aprender, y que está representada en sus rasgos más esenciales por el dumnos, deeecrar errores de aplicación y señaiar las respuesras correctas.
prácucum. Debe aprender «la práctica del práccicum)):sus instrumentos, sus méco- Si vemos el conocimiento profesional en rérminos de ((pensarcomo unluna ...»
dos, sus proyectos y sus posibilidades; y a codo eilo debe aiíadir su propia imagen directivo, un abogado o un profesor, los estudiantes aprenderán hechos y operacio-
aún imprecisa de cómo puede sacar mejor partido a lo que quiere aprender. nes relevantes pero aprenderán, también, la formas de indagación que sirven a los
El trabajo del prácticum se realiza por medio d e algún tipo de combinación del prácricos compecences para razonar acerca del camino a seguir en situaciones pro-
aprender haciendo de los alumnos, de sus interacciones con los tutores y los ocros blemácicas, a la hora de clarificar las conexiones encre el conocirnienco genera y
compafieros y de un proceso más d i h o de «aprendizaje experienciai)). los casos particuiares. Los ejercicios habituales de las clases de una facultad de de-
Los estudances reaiizan sus prácricas en un doble sentido. De una forma simu- recho y de la medicina hospitalaria son buenos ejemplos de esca concepción. En
lada, parciai o respaldada, los estudiantes se compromecen con la prácuca que de- un prácucum de esre cipo se supone que hay una respuesta correcra para cada si-
sean aprender. Pero también pracrican, como cuando uno coca el piano, aquellas tuación, algún cema en ei corpus de conocimiento profesional que se considera
cosas que en sus respecrivos campos son análogas a las escaias jarpegios del pianis- svencuaimente apropiado para el caso en cuestión. Pero en función de la propia
ta. Y hacen todas esras cosas bajo la dirección de un prácuco vererano: ei maestro concepción que se tenga del «pensar como u d u n a ...», los tutores pueden poner.
de un tailer, un médico s u p e ~ s o or un inscrucmr de casos, por ejemplo. D e v a énfasis bien en las regias de indagación o bien en la reflexión en la acción por lo
en cuando, estos individuos pueden enseñar en un sentido convencionai, cransmi- que, en ocasiones, los escudiances deben desarrollar nuevas reglas y mérodos pro-
ciendo información, defendiendo ceorías o describiendo ejempios de la prácrica. pios.
No obsrante, suelen trabajar más como atores cuyas principaies actividades son Si dirigimos nuesrra atención a los tipos de reflexión en la acción por los que
demosnar, aconsejar, plantear problemas y criticar. aigunas veces los prácucos clarifican ;irnaciones de la práctica que son incienas,
La mayor parre de los práaicums incluyen grupos d e dumnos que, con fre- singuiares o conilicrivas, no seremos capaces de asumir ni que el conocimienco
cuencia, resultan tan vaiiosos unos para los orros como el mismo cucor. Algunas profesional exisrente se acomoda a cada caso ni que cada problema tiene una res-
veces desempefian ei papel de NtOr y es, precisamente, por medio de su grupo de puesta correcra. Veremos que los estudiantes rienen que aprender un cipo de reíle-
iguales que un esnidianre puede mererse de lleno en el mundo del prácricum xión en la acción que va más allá de las regias existentes, no sólo por el estableci-
-todo io que rodea a un taller de diseño, un conservatorio de música o la supemi- miento de nuevos métodos de razonamiento, como los arriba sefiaiados, sino
sión psicoanalítica, por ejemplo- aprendiendo nuevos hábitos de pensamiento y también por la construcción y comprobación de nuevas categorías de conollmien-
acción. El aprendizaje a través d e la exposición y la inmersión. el aprendizaje -e- co, esrracegias de acción y maneras de forrnuiar los Los mcores darán
&acial con Frecuencia se desarrolla sin un conocimiento consciente, aunque los énfasis a las zonas indereminadas de la prácuca y a las conversaciones reflerivas
estudiantes puedan llegar a ser conscientes de eilo más carde cuando cambian de con los componentes de una situación.
contexto. Es imponante añadir que el tercer cipo de práccicum no necesita exduir el cra-
Nuesua penpecriva del trabajo que se reaiiza en un práaicum y d e las condi- bajo del primero y del segundo. Quizás aprendamos a reflexionar en la acción
ciones y procesos que le son propios, depende en parre de nuestra concepción de aprendiendo primero a reconocer y aplicar r d a s , hechos y operaciones esrándar;
los tipos de conocimiento esenciales para una compecencia profesional- Los tipos luego a razonar sobre los casos probiemáucos a partir de la replas propias
de la profesión; v sólo después llegarnos a desarrollar y comprobar nuevas -hrni-s
de conocimiento y acción allí donde fracasan las categorías y !as f ~ r m a sfamiliares
de pensar.' Segunda parte
Existen prácticums de este tercer tipo, en mayor o menor medida, en las tradi-
ciones marginaes de los estudios de arquirecnira y de los conservatorios. Mgunas
veces aparecen asociados con los periodos de aprendizaje iniciático o, aunque me-
nos frecuentemente y sin un status o legitimidad formal, en las clínicas, talIeres e El d e r de arquitectura
internados de las escuelas profesionales. Estos práccicums son reflexivos en canco como modelo formativo
que persiguen ayudar a los estudiantes a saber cómo llegar a ser eficaces en un tipo
de reflexión en la acción. Son reflexivos, como veremos, también en el sencido de para fa reflexión en la acción
que dependen para su efectividad de un diálogo reflexivo y recíproco entre e1 mtor
y el alumno. Estos prácticums, así como su diseño, su dirección, sus condiciones y
sus dilemas característicos centran la acención de los capídos que siguen. A primera vista puede que el arre de la arquitecrura no parezca un prototipo de
reflexión sn la acción para otras profesiones. El caiier de arquitecrura puede parecer
una elección rara con relacion a su utilidad como prococipo de un prácticum reBe-
xivo. Sin embargo, debemos considerar el hecho de que los arquitecros se preacu-
pan fundamencaimence del diseño --en realidad uenen canco derecho como cual-
quiera para representar a aquellas profesiones relacionadas con el diseño- y éste,
plobdmente concebido, es el proceso Fundamental para el ejercicio del arte en
cuaiquier profesión.
En su libro Lar ciencias ríe lo arrrfcial, Herben Simon (1976) adoptó esta posi-
ción, si bien su punto de vista sobre el diseño era muy distinto del que yo expon-
dré aquí. Su visión del diseño correspondía a la de una perspectiva instrumental de
resoiución de problemas: en su forma mejor y más pura, un proceso de opcimiza-
ción. Este punco de vista ignora aquellas funciones más imporrances del diseño en
situaciones de incenidurnbre, singuiaridad y c o n r k o en las que la aproximación
inscnimencd de resolución de problemas, y sin duda la oprimización, ocupan u n
lugar secundario, si es que líegan a ocupar aíguno. Por conuasre, yo enciendo el di-
seño como una forma de creación.
Los arquitectos, bien sean paisajistas, incenorisras, industriaies o diseñadores
técnicos, consuuyen objetos físicos que ocupan un espacio y poseen una forma
plástica y visual. En un sentido más general, un diseñador realiza una imagen, una
* Hay aquí dos cuestiones que resultan de a n d o p imparrancia. La primera a que el conocirnien-
representación, de algo que quiere convenir en realidad, haya sido o no concebido
to e n la acción que carame& a los priaicos amperentes en urr campo profesional no a el mismo originariamente en términos visuales, espaciales o plásúcos. En su sencido más arn-
que el conocimiento profesional que se enseña en ias escueias de formaaón; en cualquier caro, la reía- piio, el diseño implica complejidad y síntesis. A diferencia de los analistas o los crí-
aón encre Los dos tipos de conocimiento deberia considerarse como una cuesoón no cerrada- Ei cono- ticos, íos diseñadores ensamblan las cosas y dan vida a nuevas cosas y, a lo largo del
cimiento en la acción más usual puede ser una aplicación del conocimienta pcofaionai aenúfico que
se enseña en las escuelas, puede coincidir ~arciaímentecon él o puede no tener nada que ver. Esta
proceso encienden de muchas variables e imoedimenros que, o bien conocen ya de
cuación s s i d a r a la que Charla Lindblom y David Cohen p h c w en Ei conocimimw utiüzabie antemano o van descubriendo a través de la actividad del diseño. Casi siempre los
.
(1979).. pasos que siguen los diseñadores uenen consecuencias disrincas a ¡as que se preten-
La segunda cuauón es que los profaionala compecmra de la p&zica v c e n a menudo la capaci- dan. Un disefiador juega con ias variables, reconcilia los valores en conflicto y
dad de generar un nuevo ~ ~ n ~ a m i eenn tlao acción a mv& de una rerlerion en la acción emprendida
en aqueilas zonas ~~~~~~~adas de la pricrick Las fuenra del c o n d e n c o en la acción i n d u ~ e n
transforma los irnpedhentos. Se rraw. de un proceso en el que, aún a sabiendas de
rna reflexión en la acaón v no se i i m i ~ na la investigación producida por los centros supenores ae que unos productos diseñados pueden ser inejores que otros, no exisre una única
formación dc las universidades. respuesta válida
LA UTILIZACION DE UN PRXCTICUM
REFLEXIVO PAR4 EL DESARROLLO DE
DESTREZAS PROFESIONALES

En este capido, a panir de mis observaciones de talleres de diseño arquirectó-


nico, esbozo las líneas generales de un prácticum reflexivo, una idea cuya aplica-
ción en la formación para el arre en otros campos de la prácrica será el tema de Ia
tercera y cuarta parte.
El ane de diseñar, tanto en su sentido arquitectónico más estricto como en el
sentido más amplio que implica la comprensión de cualquier práctica profesional
como una forma de diseño, debe aprenderse haciendo. Por mucho que los estu-
diantes puedan aprender acerca del diseño a través de conferencias o lecniras espe-
cializadas, exisre un componente fundamenta de la competencia en diseño - e n
realidad, su propio corazón- que no pueden aprender por esta vía. Una práctica
como la del diseño se puede aprender, pero no se puede enseñar mediante méto-
dos de aula. Y cuando se ayuda a los estudiantes a aprender a diseñar, las interven-
ciones que resultan más provechosas para eiios se producen más en forma de turo-
rías que de clases, como en un prácticum reflexivo.

Por qué no se puede enseñar a diseñar

Los profesionales del diseño, tales como arquitectos y diseñadores urbanistas,


lo mismo que los prácticos de otras profesiones como la abogacía, la gestión em-
presarial, la enseñanza y la ingeniería, a menudo tratan con la incenidumbre, la
singularidad y el confliao. Las situaciones no rutinarias de la praaica resultan, al
menos en parte, indeterminadas y se les debe proporcionar algún tipo de coheren-
cia. Los prácticos competentes aprenden a experimentar sobre el marco concep-
mal, lo que les sirve para imponer una determinada coherencia sobre situaciones
confüsas y, a parrir de ahí, descubrir consecuencias e implicaciones de los marcos r
que han elegido. De v a en cuando, sus esfuenos por poner orden en una determi-
a
146 El taller de aquilecrura Utiiizacion ae un pracricurn reiiexivo i

nada situación picrvocan íesu!rados imprevistos: !a e?char!a retrospscuva~~ que da a los experimentos parciales tienen sentido solamente dentro del conrexro de un
ia situación un nuevo significado. Escuchan y reformulan e1 probler.. . Lsrs con- experimento a mayor escala. Y Michai no puede hacer un diseño simple-
junto de cuesrionrs -la refoírnulscióii del problema, e! expcrirnenc~-i~uroso,ei mente agrupando ias soiuciones a sus s~bproblemas;los movimientos que produ-
descubrimiento de consecuencias e irnplicaciones, la charla retrcspi-criva y las res- cen una impresión de idenridad con la nacuraieza también poseen consecuencizs
1
pueses a este tipo de charla- es el que configura una conversacib.: :iiiexiva con
.
para ocro cipo de efenos. Aunque un problema de diseño a gran escaia pueda divi-
los materiales de una situación: el arte de la práctica profesional que .;.-zcxeriza ai dirse en partes, la solución global no consisce en la suma de las partes más peque-
diseño. ñas.
Existen varias caracterisricas que convierten esrc procero en algo faaible de ser Cumcio un estudiante ha aprendido a desarrollar unidades más pequeñas de la
aprendido y cutorizado, pero no enseñado. acrividad de diseño pero no ha aprendido cómo integrarlas en un proceso de dise-
1. Un proceso de diseño comperente es una forma de conocimiento en la ac- no más amplio, es probable que ia n a d a a del conjunto mayor resulte c o n h a .
ción. Se pueden describir las regias que se usan en e1 diseño, por ejemplo, las re& Resulra bastanre típico el hecho de que 10s tutores puedan describir la coherencia
de Quisr sobe los usos apropiados a los declives de grados diferiil:e; o ia resla de gesráiuca de una red de movimientos, consecuencias e irnpiicaciones del disefio so-
Xordiover de que hay que dibujar a escaia. Pero algunas de las regias más impor- lamente por medio de drminos indirectos, por 10 genera de cipo mecaiórico (co-
canres no se pueden seguir de un modo simple y mecánico. Encre u~i.;regla como mo los de Quisc: uiDará al traste con coda la idea!» o da menor esda, es la cues-
<,dibujara escaiai) y su aplicación concreta en un diseño competente; <::is~esiempre tión principal*). Y es probable que los esnidiano encuenuen ara descripciones
un vacío de significado. X fin de actuar sobre esre tipo de reglas, un discríador de- oscuras hasta que efeccivamence hayan experimentado la coherencia de un proceso
be aprender una forma de experimencación, no e1 «ensq-o 7 .:rrop>, ,::le sugiere giobai de diseño en sus propios diseños y, en esre punto, puede que ellos encuen-
una falta de conexión razonada enue los errores previos y los erss.yos iubsiguien- rren más clarrticadoras las metáforas que uuiiza un tutor.
res, sino la creación rigurosa de íiuevos ensayos fundamsr,r:di -n :;i;i>r:cl~ción de 3. Un proceso competente de diseño depende de la habilidad del disefiador
los resultados de los pasos anteriores. La apiicación de esre cipo de rcgk a ~n caso para reconocer y apreciar cualidades del diseño deseables o no deseables. Si un di-
concreto debe esrar mediada por una forma de reflexión en la aciihp?. secador sabe cómo reconocer cuaiidades del tipo ((terriroriaiidad), «privativo»,
Esto z p d a a explicas por qué los esrud;anttzs deben p r a c u w si quieren apren- ((orientación,, -suavizar las formas de perfiles duros))o scrabajar iigeramerxe con la
&r a diseñar -y sugiere, además, que su piácri~adebe implicar la reflexión en la configuración del rerrenon, puede reguiar la experimencación de sus movimientos
acción- pero no explica por qué no pueden aprender a disena en el orden pro- mediante la referencia a eíias. Un estudiante que sabe cómo reconocer cualidades
pio de un currículum profesionai normacivo: primero ceorías en el aula, después de este tipo puede aprender a experimentar con diferentes recursos para su produc-
un práctic~mque las aplica. Para explicar esre punto, debemos añadir que normas ción, y un mcor puede ayudarle en esta labor. Pero si un esnidiance no sabe rodavía
del tipo ((dibujaa escala o ((impónuna disciplina, aunque sea arbinaria, siempre como reconocer una determinada cuaiidad del diseño, es improbable que se le
puedes modificarla más adelante» cienen sencido -un sentido útii para la ac- pueda ayudar a consegurio mediante e1 recurso exclusivo a las descripciones verba-
ción- soiarnenre cuando los esnidiantes escán implicados en su esfuerzo por lo- les (aunque, nacuraimenre, aigunas descripciones pueden resultar mucho más úu-
grar diseñar dgo. Y para esto, hay más de una razón. les que otras). Pues hay que tener en cuenta que un tutor puede ser incapaz de ex-
2. Diseñar es una habilidad integral. En cierro sencido, es imponante que uno presar lo que quiere decir mediante hases como «una buena forma», «una buena
la capte globaimence si quiere captar algo de d a . Por tanto, uno no puede apren- visión)) o «iínels firmes»; e incluso en el caso de que pueda hacerio, los esnidiantes
deria de una forma acomizada, aprendiendo primero a desarrollar. unidades más pueden ser incapaces de imaginar qué upo de cuaiidades pranicas se quieren expre-
pequeñas de acrividad y luego a ensamblar esas unidada en un proceso de diseño sar por medio de esas &des.
gíobai; pues las piezas cienden a interacniar enue sí y a derivar sus significados y Sin embargo, a un estudiante se le puede enseñar a reconocer y apreciar una
consecuencias del proceso global de1 que esrán formando parte- cualidad como «cerriroriaiidad»u «orientación»sin recurrir a una descripción ver-
Evidentemente, es cieno que los procesos de diseño pueden dividirse en sus bal. Un tutor puede ponerie ejempios posirivos, ejemplos negativos o mostrarle va-
componentes mediante esmregias de destncegración úules canco para la práaica riantes de la cualidad en cuesuón citando ésta por su nombre en d nanscurso de
como paka la tarea de mro rizar. Por ejemplo, Quist ayuda a Peua a aprender a mo- su intervención. Pueae deaosrrar cómo una configuración de diseño puede cam-
verse a través de una f a e concreta del diseño: el establecimiento d e una geornema biarse a t?n- de proporcionarle más o menos temrorialidad u orienración. Y, a con-
jlobai de las edificaciones en un decerminado solar. Y, con la ayuda de Dani, tinuación, puede pedirle a¡ alumno que discrimine enrre ejemplos que poseen te-
Michai divide el problema de la granja-escuela en tres problemas más pequeños, mtorialidad y orientación en mayor o menor grado. Es evidente que, cuando. hace
cada uno de los cuales busca producir un efeczo deseado. Pero en el caso rie Peca, aro, su insmcúón es una forma de mtorización: ayuda a su aiurnno a aprender a
148 El taller de arquitectura Utilización de un practicum reflexivo : 149

reconocer cualidades del diseño oriencindoie a travks de una forma dererminada canco el conocimienco previo a su parricipación en ei railer como los conocimien-
de aprender haciendo. [os, o ia falca de ésros, consrruidos a partir de Las inten~encionesde sus cucores.
Inciuso cuando un esíiudiance apreade, de esra u ocras Formas, a reconocer una j. Diseñar es una actividad creadora. La conversación retlesiva que un diseiia-
cuaiidad del diseño en lo que orro sjecuca, puede que le resulte todavía difícii de dor esrabiece con los maceriaies de una dererminada situación puede generar nur-
reconocer en su propio crabaio. Como ya dijimos en ri capímlo cuarto, es cipico vos descubrimiencos. significados e invenciones; ai igual que Quist, por ejempio,
que un rscudianct aprenda a reconocer una cualidad como «e! suavizar formas de llegó a ver la galería de una nueva Forma: como el cipo de artificio que Aalto in-
duros perfiles), en el mismo proceso por el cuai aprende a producida. ventaria),. Naturalmente, es posible hablar acerca de1 aspecco creacivo del diseño.
4. Lo que es cierro para la descripción y el reconocirnienco de las cualidades También es posible -y, sin duda, mucho más venrajoso- ilustrarlo, como hizo
del diseño io es, carnbién, en términos generales, para la descripción y ei reconoci- Quisr., mediance una demosrración. Pero una descripción o demosrración de esta
miento de un diseño comperence. naturaleza no logra que un alumno sea capaz de dar el jipiente paso en la inven-
La descripción del propio conocimienco en la acción que uno posee es, en sí ción o e1 descubrimienco sin que l l e p e a implicarse en su propia versión de la re-
misma, una compecencia, y los diseñadores pueden poseerla en mayor o menor iiexión en ia acción, ya que ei proceso que se describe o se demuesua consiste en
medida. Los diseñadores pueden aprender a mejorar las descripciones del diseño llegar a ver y a hacer algo de una forma nueva. Si fuese posible su descripción com-
-a hacerlas más compiecas. precisas y útiles para la acción- por medio de una . pieca con anceiación, no sería algo nuevo.
redexión continuada sobre sus propias ejecuciones competentes. ilo obscance, lo De nuevo nos encontramos que exisre, necesariamente, un vacío enue Ia des-
lejos que puedan llegar por esre camino debería considerarse como una cuestión cripción y ia acción; y, una v a más, los estudiantes pueden aprender a llenarlo me-
sin resolver, verificable en cada nuevo esfueno por mejorar la descripción. diance su implicación en la acción de diseñar. No obsrance, 4vacío de que aquí se
Los límices de la descripción pueden establecerse en cuanto a la incapacidad de crata no ciene su origen en una descripción o comprensión imperrecra, sino en la
un diseñador para decir lo que sabe o por la dificuicad inuínseca del conocimienco creauvidad que resuica inherence a i proceso de diseño.
del diseño. Parece más razonable poner a prueba estos límices en cada nuevo ejem- Así, exisren varias razones por las cuales una práctica como ia del diseño no
plo que asegurar, o bien que los rasgos fundamentales del diseño no son subscan- puede rransrnicirse a los esrudiances en su totalidad, o fúndamencaimence. a través
ciahnence facribles de ser expresados mediante palabras, o que e1 conocimienco del de la enseñanza en el aula:
diseño, si es que llegase a exisrir, debe ser faccible de describir por completo me-
diance a i g h sistema formal de símbolos. * El vacío enrre una descripción del diseño y ei conocimiento en la acción co-
hcluso cuando los rurores de diseño consiguen formular descripciones verbaiss rrespondience debe Uenarse mediance la reílexión en la acción.
O graficas sobre el diseño -descripciones que a tilos les parecen basrance cornple- * El arre del diseño debe capcarse de manera incegrai, experirnencándolo en la
ras, rigurosas y úriles- es probable que los esrudiances primerizos !as encuencren acción.
extra'as, imprecisas, ambiguas o incomp!etas. Términos como dióujar, un'lizar E! arte del diseño depende del reconocimienco de las cuaiidades del diseño,
rneta$rar o imponer una discipíina p e d e n resultar especialmente conhisos porque que deben aprenderse haciendo.
sus usos en el ámbito de1 diseño arquireaónico difieren de sus significados habi- Es probable que, ai principio. las descripciones sobre el diseño se perciban co-
tuales, o bien porque forman pace del vocabulario personal de !un determinado mo c o n h a s , imprecisas, ambiguas o incompiecas; su clarificación depende de una
diseñador. conversación en la que la comprensión, o ia i-aica de comprensión, se ponen de
Por aiguna de esxas razones, o por todas en conjunto, los significados que 10s manifiesro por medio de ia acción.
escudianres consrruven, en los primeros momentos, para las descripciones que dan iU ser el arre del diseño un proceso creador, en el que un diseñador llega a ver
sus atores acerca del diseño, es probable que resulten incongruenres con !os signi- y a hacer cosas de nuevas maneras, ninguna descripción anterior puede ocupar el
ficados que aquellos pretenden transmitir. lugar de1 aprender haciendo.
La clarificación de significados y el descubrimienco v la reso-
lución de las incongruencias enrre las intenciones dei curor y lo que los alumnos Por supuesco que de todo esto no se deriva que los esnidiantes no puedan
comprenden, se adquieren mejor a cravés de la acción. Es mucho más probabie aprender a legar a ser buenos diseñadores en cada uno de los aspeaos señalados
que los esnidianca vean lo que sus cumres quieren decir cuando &tos llevan sus arriba. Pueden conse,pírio, Y se les puede ayudar a ello mediante la exposición a
descripciones hasta sus últimas consecuencias, como sucede en la demosuación descripciones explícitas sobre el m e de diseñar. Existen aigunas descripciones de¡
que hace Quis~.Y cuando los estudiantes cracan de guiarse por lo que han visro U conocimiento propio de1 diseño -por ejemoio, las características del solar y la
oído, es probable que sean capaces de revelar, para sí mismos o para sus tutores, o las orientaciones del sol en verano e inviern- que los escudiantes
15.3 ' El ialler de arquitectura Utilización de un prácticum refiexivo 151

p e d e n comprender antes de empezar a diseñar. Es más. los esmdiances difieren en gar, el tutor debe tratar con los problemas sustantivos de la tarea propia del d i s e h .
cuanto a su disposición para hacer uso de las descripciones de un cui-or, del mismo Debe demostrar si diseño, desde diferemes puntos de vista y a grupos con distin-
modo que los Furores varían en cuanto a la claridad con la que pueden decir lo que tos niveles. Debe rambién describir el diseño, en los modos de que dispone: sl
quieren que sus esmdiantes aprendan. :Más bien, se trata de que, aún Dajc ias cir- consejo, la crírica, la pregunta o ia explicación. Pero, en segundo lugar, debe parri-
cunstancias más óptimas -máxima disposición para comprender, por parire del cuhn'mr sus demoscraciones y descripciones. Las demostraciones deben estar
alumno, y máxima claridad, por parce dei curor- algunos rasgos esenciales del di- adaptadas a las tareas que un determinado alumno está intentando llevar adelante
seño no se pueden describir antes de tiempo de forma que los esrudiances ~ u e d a n sn un preciso momento. La descripción debe estar ajustada al tipo de coniúsión,
renrabiiizarios. A fin de que esras descripciones lleguen a ser de utilidad para la ac- las preguntas y las dificuirades o posibilidades que un aiumno concreco posee en
ción, los esmdiantes deben implicarse en el aprender haciendo y en el diáiogo con an dererminado momento. Por ranro, el turor improvisa y, para hacerlo, dibuja va-
d p e n que cumpla el papei de tutor. riantes de descripciones o demosrraciones de su propio reperrorio o bien las inven-
ca sobre la marcha. De v a en cuando, cambién reflexiona. sobre su propia ejecu-
ción, preguntándose: <(;Quées lo que hago espontáneamente en esta situación?»,
Las condiciones de partida de un prácticum reflexivo de forma que pueda describir con más precisión los pasos que puede sugerir a su
dumno. Sus intervenciones son experimencos 'in sim' que verdican, en simuirá-
Como ya hemos visto, una parre imporrance de lo que un esrudianre que inicia neo, su conocimiento sobre su propio conocimiento en la acción, su grado de per-
una prácrica como la del diseño necesita aprender, no puede ser comprendida por cepción acerca de las dificultades del alumno y la eficacia de sus intervenciones.
ésre antes de que empiece a diseñar. Debe empezar a diseñar a fin de aprender a di- Durante este proceso, 21 tutor debe ser capaz de viajar con libertad por la escalera
señar. de reflexión, cambiando, a medida que la siniación lo requiera, de diseñar a descri-
No sin sorpresa, la confusión y el misterio reinan en las primeras fases de un ca- bir sobre el diseño o de describir a reflexionar sobre la descripción para, en segui-
iler de diseño o en un prácticum reflexivo cualquiera. Aún así, es frecuente que al- da, volver de nuevo a diseñar.
J U ~ Oesnidiantes,
S en cuestión de unos pocos anos o inciuso meses, comiencen a El alumno, por su parte, craca de construir y verificar los significados de aque-
producir de un modo significativo lo que ellos y sus tutores consideran un diseño llo que ve y oye. Ejecuta las descripciones del tutor (por ejemplo, muevete te hacia
comperente; y alumno v mror alcanzan una convergencia de significado que se ha- atrás y hacia adelante entre la unidad y el conjunco*) y reflexiona sobre la expe-
ce Nidente en la facilidad con la que parecen comprenderse enrre sí, reminando riencia de ejecucarlas. También puede refiexionar sobre sus propias ejecuciones es-
uno las frases del ocro, y hablando metafóricamente hasra el punto de dejar toral- pontáneas a fin de descubrir lo que ya sabe que le ayuda o le retrasa en su carea de
mence desconcertados a los no iniciados. aprendizaje. A rravés de ia imitación reflexiva, crara de incroducir en la ejecución
Tutor y alumno realizan esta especie de metamorfosis -10s que lo !ogran- de sus propias acciones aquellos rasgos caracrensticos que ha visto en La demostra-
mediante su mutua participación en una aventura comunicativa muy especiai, un ción de su tutor. Improvisa, también, sobre la marcha, experimentos espontáneos
diálogo de palabras y acciones, que le sirven para descubrir y verificar lo que el mmr puede e s a cracando d e co-
El diálogo entre tutor y alumno. En el didogo que mantienen entre si. rutor y munica.de. Y, para hacer codo esco, el alumno adopca un determinado tipo de ac-
alumno se transmiten mensajes no exciusivamenre, ni incluso fundamentalmente, titud; la de responsabiiizarse por formarse a sí mismo en aquello que necesita
en forma de palabras sino rambién a través de su forma de ejecutar. E1 alumno cra- aprender y ai mismo tiempo, mantenerse dispuesto a recibir la ayuda de1 mcor.
ta de hacer lo que busca aprender y por eso revela lo que enuende o lo que no Las dos dimensiones de la tarea del tutor se convienen, en el caso del aiumno,
comprende. El u ~ o responde
r con su consejo, su crítica, sus explicaciones y sus en algo así como dos vecrores, cada uno de los cuales contribuye a un círcuio de
descripciones, pero también con más ejecuciones por su parre. aprendizaje. Para el alumno, lo mismo que para ei mror. existen dos clases de prác-
Cuando el didogo funciona bien, adopta la forma de una reflexión en la acción rica implicadas en el prácricum: el m e sustanri-vo de diseñsr que mara de aprender
recíproca. El alumno reflexiona acerca de lo que oye decir al tutor o lo aue le ve y la reflexión en ia acción rnedianre la cual r a t a de aprendedo. Cada ripo de
hacer, y reflexiona cambien sobre el conocimiento en la acción de su propia ejecu- aprendizaje alimenta al ouo, y el circulo resultante puede ser vimioso o vicioso.
ción. Y el tutor, a su v a , se pregunta lo que este estudiante rwela en cuanto a CO- El alumno debe ser capaz de tomar parre en el diálogo si e s a dispuesto a
nocirnienros, ignorancia o dificultades y piensa en las respuesras más a~ropiadas aprender la prácrica sustanuva, y, en alguna medida, debe ser capaz de diseñar para
para ayudarle mejor. poder participar en el diálogo. Sus inrentos por aprender la prácuca se ven impedi-
La reflexión en la acción del mcor gira alrededor de dos cuesriones que están dos hasta el punto de que no ha dominado las destrezas de participación en el diá-
siempre presentes en el didogo (yo añadiré en seguida una tercera). En primer ¡u- logo. Pero, a medida que aprende la reflexión en la acción del diáiogo, aurnenra su
152 j El taller de arquitectura
Utilizaciór; de un práaicum reflexivo : 153

vos ~apeles,sino también de su disposición para hacerlo. Y en esto. los sencimien-


habilidad para txrraer de ello lecciones de gran uriiidad para si diseño. Y cuanto :os estin c a n implicados como lo están los conocimiencos, ligados unos y otros crí-
mavor r e s d ~ asu competencia en el diseño, mavor capacidad posee para la refle- [icamence encre si.
xión en la acción del diálogo. Las aí'mensiones afictiuas deiprácrinrm. La paradola de aprender a diseñar con-
hlumno y curor pueden cornenzw su proceso de metamorfosis a partir de un lleva un dilema. Para el estudiante, el hecho de tener que lanzarse de cabeza a las
periodo iniciai de confusión, misterio s inconoruencia
3 7; avanzar hasta una fase aguas de la acción -sin saber. de un modo hndamencai, lo que necesita apren-
posterior d e convergenciade significado que los introduce en la primera vueita del der- provoca un senrirnien~ode pérdida. Excepco en casos poco frecuentes. los
círculo de aprendizaje. esrudianres experimentan una pérdida de control, de aptitud y de confianza; y con
El curor puede dar aigún tipo de descripción de acciones que hay que empren- estas pérdicias aparecen las sensaciones de vulnerabilidad y dependencia Forzada.
der y el aiumno puede reaccionar haciendo algo que no alcanza de lleno el campo Bajo estas circunstancias, es fácil ponerse a la defensiva.
de expeaarivas del cutor. Pero por muy incompletas o mecánicas que resdren sus La versión del dilema de¡ aprendizaje en ei caso del [uror opera a dos niveles.
acciones iniciales, el alumno puede empezar haciendo las cosas de este modo para Debe aceptar el hecho de que no puede decir a los aiumnos sobre el diseño nada
aprender lo que se siente ai hacerlas y ver qué cambios aportan. Tal como que les Ueve a comprender ya desde el principio, y luego aebe enfrentarse a sus re-
Wicrgensrein lo expresó en una hase eficaz, el aiumno aprende el significado de las acciones ance el dilema en el que él ha ayudado a instaiarios.
operaciones ejecutándolas. Por ocra parre, ei aiumno ddopca una disposición men- Ocurre de vez en cuando que un estudiante, como johanna, llega ai tailer con
tal que le permite concentrar su atención operativa en el hacer y el decir del cu- una cierta apcitud para experimentar el dilema de aprender a diseñar sin necesidad
cor. Busca descubrir en sus propias acciones io que significan los mensajes dei tucor. de ponerse a ia defensiva. Johanna comparte el punco de vista de Quisr sobre el di-
Este, a su v a , funciona como una parre esencial del campo de experimentación seño, confiada en que siempre puede dejarlo más adelante. Pero es más frecuente
del alumno, jugando, en parre, el papel de .la realidad,). Dada la limicada capaci- quc la vuinerabdidad de1 esnidiante en los primeros momenros del prácricum se
dad que el alumno posee para decir por sí mismo si su ejecución ha tenido éxito o vuelva hacia una postura defensiva, y entonces el dilema del aprendizaje puede
ha fracasado, y de qué modo esro ha sido así, se ve obligado a depender inicial- convertirse Fácilmenre en una aradura el aprendizaje. Como Norrhover y Judirh,
mente de las percepciones del cutor para poder detecrar y corregir los errores. cucor y alumno pueden llegar a encerrarse en un cicio de incomunicación. Su diá-
Así renemos que el tucor da una insuucción, observa la acción del alumno, y logo puede llevarles a aprender o a una acadura del aprendizaje, en vinud de la dis-
vuelve a insuuir o a demostrar para corregir el error que ha percibido- O bien e1 posición del uno para con el otro, dependiendo del mundo componamental que
alumno hace algo que cree que está mal, como Petra creía que estaban mal sus pri- creen para sí mismos y, sobre todo, en función de la habiiidad del mcor para favo-
meras aproximaciones al boceto, pero no es capaz de decir por qué; y el curor le recer una relación abierta a la indagación. Esta es una tercera dimensión de las ca-
proporciona una manera de comprender lo que está mal y le muestra una alrema- reas del curor y, a i iguai que las dos anteriores - q u e tracan de los problemas sus-
tiva, como Quist le demuestra a Petra la forma de escuipir la geometría de las aulas cantivos de la ejecución, de la pa-ticuiarización de la demostración Y de la des-
en forma de L en e1 terreno. O ei tucor puede pedir al alumno que haga algo para cripción- está presence en cada una de las interacciones entre mtor y alumno.
l u g o ayudarle a reflexionar sobre e1 conocimiento en la acción implícito en su for- La carea de construir una reiación que conduzca ai aprendizaje comienza por el
ma de hacer, como Dani ayudó a iMichal a tomar conciencia de su creencia de que establecimiento, irnplícico o expiícito, de un concraco que favor- expecracivas
debía producir una solución académica». para el diálogo: ;Qué esperan, cucor y durnno, darse entre si y recibir uno del ouo!
En codo esre tipo de casos. el tutor asume que una insrrucción o dernosuación :Cómo mantendrán su muruo compromisoi Estos incerrogances no se contestan
inicial es suficiente para conseguir que ei alumno hagg algo. Esta iniciariva, enrai- de .una vez por todas ai principio (aunque las primeras interacciones puedan ata-
zada en lo que el durnno va sabe, da comienzo al círculo d e aprendizaje. blecer el tono para las siguiences) sino que se están planteando y resolviendo conti-
Proporciona una primera ocasión para el fiedback que, dadas ¡as cualidades de una nuamente, de diferentes maneras, a lo largo de la duración de1 prácricum.
práaica como la del diseno, es probable que el alumno encuenue confusa y ambi- No existe una única forma «correcra>pde contrato o relación. Diferentes Ypos
gua. De este modo, las-cosas están dispuestas para que renga lugar un diálogo con- pueden resuicar igual de eficaces, dependiendo de las caraaeríscicas parricdares del
tinuo de palabra y obra, de murua reflexión en y sobre la acción. A través de este proyecto, del aiumno, del tutor y del propio contexto organizarivo. Por ejemplo, la
proceso, el alumno puede aumentar su capración del diseño con su participación demanda explícita de Quist sobre una cregua voluntaria de increduiidad resulm
en el diálogo y acrecentar su habilidad para aprender del diálogo por medio de su apropiada para ayudar a una aiumna a aprender un punto de vista sobre el diseño
ampliada capacidad para diseñar. que ésta encuentra, ai principio, misterioso. La manera en que Dani implica a
Clato que la tarea comunicanva del diálogo, con s u círculo vimoso de apren- Micha¡ en un experimento companido parece, en panicuiar, muy bien ajustado
dizaje, n o depende sólo de la habilidad de mtor y alumno para jugar sus respecci-
154 , El taller d e arquitectura Utilizacion de un prácticurn reflexivo 155

para una aiumna que es capaz de describir con coda claridad los efectos que a ella jecos a se: parciales ;í aproximados. Yo obscmte, es describir a í p n a s de las
ie gustaría proyectar, pero que se ha visro refrenada por su creencia de que debería dimensiones de los resuitados del aprendizaje, guiándonos por !a ixperiencia de jos
formuiar soluciones académicas. E2 modelo de cutorización que elige Quisc sirve esrudiantes en ios raileres de diseño arquitecrónico. Cada una de las siguienrcs
para sacar el máximo partido a su virtuosismo y fluidez. pero cambien hace que le oposiciones identifica 10s dos polos de un eje en los que puede desembocar ei
iesillic muy fácil evitar la indagación de lo que Pecra aprovecha de sus intervencio- aprendiz+ de un estudiante:
nes. E1 enfoque de Dani libera a Michai de la sospecha de sentirse condicionada, la
anima a mecerse en la situación con objetivos de su propia cosecha, e inicia un * Vocabulário en circuito ce7~adolcomprrnsiónsustanriva. Un esnidiance puede
proceso de experimencación que es capaz de concinuar por sí misma. que no sea capaz de hacer 'otra cosa que repetir las palabras que ha aprendido, co-
Estos y otros enfoques de la cutorización pueden verse como estrategias enfoca- necrándola~enrre sí pero no con algún cipo de experiencia o acción; o puede que
das hacia la uiple dimensión de la tarea de un tutor. Establecen los concextos gene- adquiera una comprensión sustantiva de los procesos a los que se refieren esas pda-
raies dentro de los que un cucor reflexiona en la acción, droncando los probiemas bras.
sustantivos de una carea propia del diseño, acomodando sus movimientos al 9po * Procedimientos parriaies/comp~mio'~ integraf Un esnidiante puede aptender
de alumno que uene ance él y construyendo una relación conducente al aprendi- a desarrollar procedimientos moderados, como Judith aprende a %introduciralgu-
zaje. En su elección de un modelo de esras condiciones, ei curor esrá dirigiendo, nas metáforas., sin ser capaz de integrarios en un proceso slobd de diseño. O pue-
conscientemente, una investigación educativa, que puede desarrollarse bien o mal de aprender a combinar muchos procedimientos parciaies difercnces en una red
en función de su f o r t d a a o debilidad, de las dificultades y posibilidades del aium- coherente de movimientos, consecuencias e impiicaciones;
no en parucular y de la carea de diseño en cuesuón. * Errrecho y sjeqficiallancho y profindo. Un estudiante puede aprender sola-
Cuando cutor y alumno quedan apresados en una atadura d d aprendizaje -y mente a resolver el problema de un proyecto concreto o puede aprender a verlo, de
esto puede suceder independieneemente de lo que un cutor pretenda- su hablli- modos diferentes y a disiincos niveles, como un modelo para la prácuca futura; en
dad para escapar de ella depende de la capacidad del mror para reflexionar, y ani- dtimo término, como un ejemplo de una forma de diseñar apiicable a cualquier
mar a la reflexión, sobre el propio diálogo entre el proceso de aprendizaje y ei de siniación de la prácuca.
nirorización. Diagnósticos can corrientes como «faira de calenco~,(<incapacidadpa- Sobreapr~ndi+e/rqresmraciones rnúiiip&s. ü n estudiante puede adopcar el
ra capcar los implícitos>, adificultad de visualización» o «maia asimilación)) puede punto de vista sobre el diseño que defiende un cutor como si se tratase del camino
ser que digan menos sobre la falta de adecuación de un aiumno que sobre el fraca- correcro a seguk ennegándose a él como un auténuco devoto -isobreaprendién-
so de un cutor a la hora de negociar la escalera de reflexión. Pero la habilidad de un dolo»- o.- puede verlo como un punto de visra, una forma de pensar y de hacer
cucor para animar a la reflexión sobre un diálogo que ha salido mal, requiere una que debe ser anaiizada críticamente :J yuxtapuesta y combinada con otros puntos
teoría implícita que minimice la protección unilateral y dé un vdor más elevado a de vista.
la indagación que al «ganar»; una ceoría implícita como la que Argyris y yo deno-
minamos Modelo 11. El lugar en e1 que desemboque ei aprendizaje de un esnidiance, a lo largo de es-
cas secuencias, depende de cómo él trasiade los mensajes del práaicum a sus pro-
pias apreciaciones y a su propia ejecución, lo que, a su v a , depende de cómo
Los resultados del aprendizaje cranscurra e1 diáiogo con su cutor. En la medida en que ese diáiogo se acerque ai
ideai de la mutua redexión en la acción, que ya hemos esbozado con anterioridad
Resulta siempre difícil decir lo que un alumno, en última instancia, ha apren- en esce capítulo. el aprendizaie del esrudiante tiende a ser más amplio y profundo
dido de la experiencia d e un prácticum reflexivo. Y resdta especiahence dificil de- y, cambién, más susranrivo, incegrai y rndtipie. Claro que la medida en que esro se
cir, con una razonable dosis de seguridad, lo que no ha aprendido, pues ia expe- produzca varía con las comperencias que curor v aiumno aporten a su diáiogo: la
riencia del práccicum puede echar raíces en el subsuelo de ia*mente, como dice habiíídad de1 cucor para adaptar su demostración y su descripción a las necesidades
Dewey, asumiendo nuevos s i g d c a d o s cada v a a lo largo de la posterior evolu- cambiantes del alumno; la capacidad iniciai del aiumno para la rededón en la ac-
ción del individuo. Y el bagaje de aprendizaje que un día se absorbió en un practi- ción dei diáiogo.
cum puede llegar a hacerse evidente sólo cuando un esnidianee entra en un nuevo Sin embargo, además de estas capacidades cognitivas, mucho depende de¡ upo
contexto que le permite ver lo que ha aprendido cuando s e da cuenca de lo dife- d e situación de aprendizaje en que se encuentre el esrudiante. Si la posnira defensi-
rente que él o ella es en relación con los demás que le rodean. va iniciai de un estudianee y la forma de reaccionar ance ella de su mtor dan como
Los juicios más inmediatos acerca de lo que se ha aprendido están siempre su- resuitado una atadura del aprendizaje que permanece sin desararse, eneonces es
156 El taller de arquitectura Utilizacion ae un prácricum reflexivo !57

~robableque e! aprendizaje del estudiante adopte la forma de un vocabulario en aprender haciendo a la rutorización En m b o r casos. ei reto psra por inrcnrii
circuito cerrado. SI la siruación del aprendizaje conduce a una dependencia pro- un maridaje iactibie entre la ciencia aplicada y ei arte. la actividades de aula y
longada del estudiante de su rutor, entonces el resultado probable es un sobrca- pracricum reilesivo.
prenciizaje. Los ejemplos de Quisr y Johanna y de Dani v hlicnal suoleren formas La creación de un prácticum reilexivo demanaa formas de investigación nuevas
muy diferentes de ¿n diálogo de mutua reflexión en la accion conbucenre a un para la mayoria de las insriruciones que forman a profesionales: la invesricación so-
aprendizaie del alumno más profundo, mas ampiio, más intesra; y rndtipie. bre !a reflexión en la acción que caracteriza a ios prácricos competentes. sobre todo
30obstante, estas relaciones tienen su premisa en el supuesto de que el apren- en las zonas indeterminadas de la práctica, y la investigación sobre la labor rutoriai
dizaje de un estudianre depende del sentido que él le da a las demostraciones v y el aprender haciendo. De otro modo. resuitara difícil para estos cenrros determi-
descripciones de un tutor. Pero existen otros factores que r a b i e n están implicados nar cómo sus conceptos preliminares acerca dei conocimiento protesiond y la en-
en esto. Los propios compañeros de un estudianre pueden, de diversas maneras. señanza sisuen siendo válidos en relación 3 las aptitudes que resulran centrales a la
jupar el papel de ruror. Otros contextos - o t r o s prácticums u orros mundos de la práctica y al prácricum: sus esfuerzos por crear un prácricum reflexivo puede que
práctica- pueden ayudar a configurar la experiencia del esrudianre. Y, más impor- tan sólo produzcan una nueva versión de un curriculum d u d en e1 que ias acrivi-
tante aún, la autoformación del estudianre puede trascender al prácticum: lo que dades de aula el prácricum no guardan enrre si ningún cipo de relación distingui-
ble.
obtiene de él puede servir, básicamente, para sentar las bases para un aprendizaje ,~n. pracricum refiexivo es improbable que prospere como una acrividad de se-
posterior más próximo a la autonomia.
sunao orden. E1 centro de formación debe ororgarie un airo srarus y legitimidad o
ser víctima del dilema de las profesiones menores. de Glazer, en el que los esru-
lmpiicaciones para la preparación profesional diantes se ven forzados a elegir entre la ~~perrinencia* de bajo irarus o el nrigorx de
alto r r a m Los cutores deben ser profesora universitarios de primera categoría, y
Esta inrroducción a un prácricum reflexivo, fundamentada en un análisis de las
- los criterios de selección, contraración, promoción y posesión de plazas deben re-
rradiciones de los talleres de arquiiectura, sugiere cuestiones y dilemas que resultan flejar erra prioridad. Además. el proceso de rurorización y las experiencia de
cenrraies para la creación de un prácticum -eflexivo para cualquier ripo de practica aprendizaie deben llegar a centrar el discurso intelectual del centro.
semejanre a ¡a del diseño. Un prácticum reflexivo es una experiencia de enorme intensidad inrerpersonai.
Como va he señaiado, un prácticum es un mundo virruai. Pr;sigue representar La situación del aprendizaie. ia vuinerabilidad de los esrudianres y los mundos
rasgos esenciales de una práctica que debe ser aprendida mienrras que ofrece posi- comportarnentales creados por turores y esrudianres influyen criticamenre en los
bilidades a los estudiantes para experimenrar con poco riesgo. variar el rirmo y e! resultados del aprendizaie. Esre ripo de cuestiones resultan iguaimenre importanres
foco de su trabajo, y volver a revisar las cosas cuando resulta beneficioso hacerlo en las clases, si bien en esre caso tienden a quedar enmascaradas por las rurinas
asi. Un prácricum puede fracasar porque SU ssfueno a favor del reali~mosobrecar- convencionaies de las lecciones y el copiado de apuntes. En un prácticum reflexi-
ga a los estudiantes con limitaciones p r á c t i h o porque (corno a menudo se dice vo, es más evidenre que se espere de los tutores que examinen las teorías en uso
que llevan a la instrucción; y de los centros, que creen un contexto inrelectud re-
que sucede en ios [dieres de arquitectura) hace caso omiso de muchas de las carac-
terísticas relevantes de la prácuca del mundo red. ceprivo a este cipo de reflexión.
Para que un prácucum resulte piausible y válido, debe llegar a convenirse en Esto forma pane de aquellas cuestiones que abordaremos en la tercera y cuarta
un mundo con su propia cultura, incluyendo su propio lenguaje, sus normas y sus parte a medida que exploramos la extensión del concepro de un prácticum reflexi-
rimales. De orro modo, podría resultar aplasrado por las culturas académicas y vo a otros campos de la práctica profesional.
profesiondes que lo rodean. Pero si logra rener éxito en el escablecimiento de su
propia cultura, aislado de los poderosos. mundos de la universidad v de la pránica,
entonces puede llegar a ser, en el sentido peyorativo del término, un mificio; en
de Herrnann Hesse, un juego de abalorios de crisrd)).
En arquitecrura, algunos formadores buscan la manera de introducir la ciencia
aplicada y la erudición en un currícdvm dominado por 1 s tradiciones del railer.
En otras profesiones, los modelos sobre el conocimiento profesionai y las activida-
des de aula que más abundan cierran filas en torno a su común hosrilidad hacia la
creación de un prácucum en el que se conceda una importancia prirnordid 21
Tmmaparte

Cómo funciona el prácticum reflexivo:


ejemplos y experiencias

Los tres capítulos que siguen se aventuran más aiiá del caller de diseño arqui-
tectónico a fin de examinar ocras formas tradicionales o experimentales de forma-
ción en el m e profesional: clases magisuales de incerprecación musical, supenri-
sión psicoanalícica y un seminario que Chris hrgyris y yo hemos impartido para
ayudar a los estudiantes a aprender nuestro enfoque de la ~ceoríade la acción» a la
orientación y al consejo.
Se utilizarán escos casos con el fin de comprobar la propuesta de que el m e en
ocros campos de la práctica profesional es semejante al del diseño; y que los prácri-
cums reflexivos en ocros campos son similares en sus condiciones de partida, sus
discursos y su dinámica a los talleres de diseño. El capículo octavo, sobre clases ma-
gistrales de incerpretación musical -otra tradición marginal de la preparación pa-
ra la práctica- s t a mis próximo al concexro de1 cdler. La incerpreración musical
es similar al diserío, aunque codmenre diferente del diseño arquitectónico en su
medio y en su concenido; y los didosos entre tucor v alumno en las clases magis-
trales y en el taller son básicamente similares, si bien difieren en ciercos aspectos
que marcan las diferencias entre los dos tipos de práctica. Los capítulos noveno y
décimo, sobre supervisión psicoanalítica y seminarios de ((teoríade la acción», ex-
tienden la idea de una práaica como la del diseño y su práccicum reflexivo a profe-
siones que, en un senado esuicro, están Fuera del ámbito de las mes o e1 diseño.
Estos eres capítulos desarrollan la idea de un prácticum reflexivo de eres mane-
ras disuncas, no sólo a causa de su concenido esencid sino cambien porque se fun-
damentan en un tipo de datos diíerence. Igual que las experiencias descritas en la
segunda pme, el capítulo o a v o emplea una serie de ilustraciones de tutorías con
ei fin de centrarse en modelos de diálogos y en ssuios del arte de cucorizar. El capi-
d o noveno compara iiuscraciones y descripciones indirectas de la supervisión psi-
coanaiíuca; introduce la idea de una .sda de los espejos* en la que los paralelismos
entre la prácrica y d prácticum ocupa. un lugg central, para bien o para mal, en
función de la habilidad del mtor para e~plocarfos.Y en el capitulo décimo, donde
cenemos ocasión de ver 10 que tutores y alumnos hacen y piensan durance largos
periodos de tiempo, examinaremos los cidos de aprendizaje de los alumnos y las
retlexiones de los rutores sobre la pdaica de la tucona.
UNA CLASE ,MAGISTRAL DE
INTERPRETXION ,MUSICAL

j
t
La incerprecación musical es una forma de diseño. Es cieno que el intérprete
1 tiene acceso a una partimra que le da los sonidos y las duraciones que hay que to-
¡ car, junto a las indicaciones de digiración, iiuno legato y sraccato, aire, cempo y
1 expresiones can descriptivas como «brioso» o «andante cancabile>,.Pero el intérpre-

l
ce dispone, cambién, de una buena dosis de decisión. Es libre de decidir sobre los
agrupamientos de los sonidos y sus patrones de acentuación, la calidad cona y el
colon^, y, dentro de los amplios límites que le permice la partitura, el aire, 1: tem-
po y el mbaco. Todas esras decisiones se ponen en practica mediante la utilización
/1 íiiica del insrrurnento: en el piano, medianre la diginción. intensidad del sonido y
pedal; en los inscrumencos de cuerda, la digicación v el movirnienco de arco; en los
1I insrmmencos de viento, la digiración, el lengueteo y la respiración.
Escos son rnedtos físicos por los que el intérprere realiza y comunica el sentido
de una pieza que se esrá ejecutando. Debe descubrir el significado de la obra musi-
1
i cal que se le entrega en forma de partitura, plantearla a mvtls de sus propias deci-
i siones y ejecutarla medianre e¡ manejo de su instrumento. Sus decisiones, una v a
i sfecmadas. son movirniencos que puede escuchar como realizaciones fidedignas de
1
i
sus intenciones, errores que deben ser corregidos o la charla reuospeaiva que rwe-
i !a resdtaaos sorprendentes que pueden adoptarse, junco con sus impiicaciones, en
i los rnovimiencos siguienres. Por canco el inrérprece consuuye su arcehao efímero,
i de desarrollo temporal.
ii En una clase rnagisuai de interpr-ión musical, un profaor &aja con un
1 aiumno avanzado que ha preparado una pieza del repertorio de s u inscnunenco. El
orofkor wca de comunicar dgo sobre cómo consuuir ei sentido y dar senudo a la
It pieza en cuestión, pero puede a r a r comunicando, en simultáneo, conocimientos a p -
ii cables a la ejecución de ouas piezas; de hecho, a la inrerpreración musical en generai.
Aquí. i g d que en un caiier de diseño, d profesor se enfienm a una triple tarea
162 1 Como funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral 1 163

En primer lugar, debe tratar con los problemas sustantivos de la incerpreración, tuviese sonido estereofónico; dos violoncelos sonando a la v a [Delbanco, 1985,
recurriendo para este fin a muchos ámbitos distintos del conocimiento; por ejem- pág. 501.
plo, las propiedades técnicas del instrumento, la acúsrica del recinto, las caracterís-
ticas de la estructura musical, el estilo de la composición, y detailes de la vida del Sin embargo, una v a que este aito grado de mimetismo había sido adquirido,
compositor que puedan dar alguna pista para la interpreración. Todas estas cues- Casals hizo algo sorprendente:
tiones, junto con sus implicaciones para las decisiones del intérprete, no son facti-
bles de ser comunicadas por un tutor a través del análisis académico formal, sino Y ai llegar a este punco, cuando habia sido capaz de conseguirlo, me dijo: «Bien.
Ahora sientare. Dela que repose ni v~olonceloy escucha la Suire en Re- menor.» Y
que debe hacerlo por medio del análisis en la acción. comenzó a tocar esta pieza y cambió cada arqueo y cada digiración y cluia frase0 y
En segundo lugar, el tutor debe ajustar sus conocimientos a las necesidades y todo el matiz contenido en la frase. Yo estaba ailí sentado, absoluramente boquia-
posibilidades de un determinado alumno en una fase determinada de su evolución. bieno, escuchando una interpretación que resultaba divina, absolutamente hermosa.
Debe dar prioridad a algunas cosas y no a otras. Debe decidir el tema del cual ha- Y cuando terminó, se voivió hacia mí con una amplia sonrisa en su romo, y me di-
blar, y cuándo y cómo hablar sobre ello, desplegando pata este fin todo el repeno- jo: +hora ya has aprendido c h o improvisar a Bach. De ahora en adelante, esmdia
rio de medios y signos lingiúscicos a su alcance. Puede dar consejos verbales o criu- así a Bach!~[Delbanco, 1985, pág. 5 11.
car, contar cosas, plantear interrogantes, redizar demosrraciones o interpretar la
parricura del alumno. La tarea de la imiración al pie de la letra había sido, pues, en la mente de
En tercer lugar, debe realizar todas estas cosas en el marco de un papel que eli- Casals, una preparación para «improvisara Bach~.
ge desempeñar y un cipo de relación que desea establecer con el alumno, teniendo h lo largo de las lecciones, hasta el punto en que las describe Greenhouse,
en cuenca los habituales peligros de la vulnerabilidad y la indefensión. Casals recurrió a la demostración (Greenhouse no nos cuenta en qué medida los
recuerdos de Casals o las discusiones sobre técnica musical pueden haber esrado re-
lacionados con el trabajo de interpretación de la primera hora). Sentado a un me-
Tres breves ejemplos tro del maestro, el discípulo tuvo que repetir cada uno de los decaiies de la ejecu-
ción, logrando producir copias exactas de los sonidos del maesuo imitando cada
Consideremos la siguiente descripción de una clase magistral de violoncelo. uno de sus procedimientos y de sus gestos. Luego, una v a que Greenhouse hubo
Esta es la manera en que Bernard Greenhouse, violoncelista del Trío Bellas k e s , aprendido hasta el más mínimo detaiie cómo construir una interpretación, con sus
describe sus primeras lecciones con Pablo Casals: arqueos, digitación, fraseo y matiz, Casals le ofreció una interpretación totalmente
distinta pero «absolutamentehermosa.
Empleábamos al menos [-es horas en una lección. La primera hora era de ejecu- Con esto, C a s h realizó, de nuevo, una demostración. Esta v a , no obstante,
ción; ia hora siguiente se dedicaba a discutir técnicas musicales; y la tercera hora no esperaba que Greenhouse la reprodujese- Se esperaba que la segunda interpreta-
la pasábamos recordando su propia carrera. Durante la primera hora se sentaba a ción, en yuxtaposición con la primera, sirviese como objerivo de una lección sobre
un meno de mí, cocaba una frase y me la hacía repetir. Si el arqueo y la digitauón improvisación-.Y Y a amplia sonrisa de Casals sugería que le había jgasxado una bue-
no eran exacramente iguales a los de él, y el matiz en la culminación de la frase no na broma a su discípulo, algo así como de&- «Creías que esrabas aprendiendo a
era el mismo, me paraba y me decía: «No, no. Hado de este modo.* Y esto se re- tocar igual que yo, ;eh! ¡Pues acabas de aprender algo bastante distinto!».
petía así a lo largo de unas cuantas lecciones. Yo estaba estudiando la Suite en Re- Por cemor a que hubiese aiguna duda sobre este asunto, Casais k dice a
Menor de Bach y él quería que yo Fuese casi una copia perfecra. En un determina- Greenhouse lo que ha aprendido - + h o r a ya has aprendido cómo improvisar a
do momento, le sugerí con mucha cautela que solamente conseguiría llegar a ser Bachb- y atíade, en efecto, que una improvisación de esta dase es una buena for-
una pobre imiración de Pablo Casas, y me contestó: «No te preocupes por eso,
porque yo ya tengo secenta aiíos y me iré pronto, y la genre no recordara mi mú-
ma de pracucar: «deahora en adelante, le ordena, «estudiaasí a Bach*.
sica pero escuchará la tuyan, Sucedió, por supuesro, que vivió hasta la avanzada Podemos preguntarnos, algo que ni Casals ni Greenhouse nos cuentan, cómo
edad d e noventa y siete años. Pero ésa era su forma de ensefiar... Era exuemada- la esmerada imitación de una interpretación y la repentina demosuación de algo
mente meaculoso en exigir que yo siguiera cada uno de los derdes de su inter- tocaimente d i s ~ t ollegan a comunicar la lección sobre improvisación- Podríamos
pretación- Y, después de varias semanas de estar trabajando en aquella suire de Lmapinar la siguente expiicación.
Bach, a i finpudimos sentarnos los dos e interprerar y tocar las mismas digitauo- La «iección» tiene dos partes. En la primera, Greenhouse descubre por imi-
nes y arqueos y realizar todo el fraseo de la misma manera- Y, en realidad, habia tación cómo está construida la interpretación de Casals en cada fiase. a través de
llegado a convel-rirrne en una copia del maesuo. Era como si aquella habitación los detailes precisos del arqum, la digitación y el matiz. En la segunda parte,
164 Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral 165

Greenhouse ve y escucha cómo un2 configuración, totalmenre diferente pero R o s e m ~puso la cabeza entre sus manos, pensando sobre el problema. Luego
igualmente precisa, de arqueo, digitación, fraseo y matiz dentro de la frase, produ- diio:
ce una alternativa a la primera ejecución i p a l de hermosa. La lección no dice que
existan dos formas válidas de interpretar la pieza sino que existen [ancas como ei Iíay un compás alto que va descendiendo hasta una pausa. Tai vez podrías redmen-
re sasfarreio y descender en el siguiente ...ra-Mtm!
inrérprere sea capaz de inventar v ejecutar; cada una de ellas para ser ejecutada, fra-
se a frase, a través de una coordinación precisa de medios récnicos y efecros musi-
La aiumna lo inrentó, produjo el efecto y le gustó. Luego dijo Rosemary:
d e s , cada una de ellas para ser lograda a cravés de una experimentación cuidado-
sa. Casals ha desarrollado las posibilidades que pretende que Grecnhouse explore
iQué me dices del rercero? ;Cómo lo harías reaimente reflexivo?
de ahora en adelante a rravés de su propia reflexión en la acción.
!
En un sentido más profundo, toda la Lección consiste en demostración e imita-
La alumna pareció quedar confundida. Después de un inscanre, probó con una
ción. Sin embargo, en este sentido, la imiración que Casds espera de su discípulo
digitacion y un arqueo que consiguieron darle a la figura una interpretación muy
es de una naturaleza diferente, ya que Greenhouse puede reproducir convenienre-
suave. Rosemary dijo: «Si, podrías hacer eso. O también podrías restringir el ar-
mente la principal demostración solamente si es capaz de crear nuevas interpreta-
queo», imitando con el violín lo que quería decir con las palabras. La alumna lo
ciones por sí mismo. Y, con un cierto tono de paradoja -tal vez sea este el verda-
l intentó. Sí, aquello también podía valer.
dero sentido de la broma- Casals le oráena hacerlo así. Todo esro me recuerda
una historia sobre un rabino de ia secta de Hasid cuyos seguidores le reprochaban
I
que no hubiese seguido el ejemplo de su ilustre padre. ((Yosoy exactamente como
mi padre)),contestó él, <élno imitaba, y yo no imiro*.
1 iCuál crees que vas a utilizar?

La alumna pareció quedar confundida de nuevo:


Volvamos ahora a un modelo de cucorización y de aprendizaie muy ciisunto.
Hace unos cuantos veranos, ruve la oportunidad de observar a una famosa profe-
sora de violín que estaba trabajando con un grupo de jóvenes talentos. Cada esru-
diante interpretaba la pieza que había preparado. mientras la profesora -a quien
l No esrov sepra, tendré que pensar sobre ello.

Rosemary volvió a sentarse, evidentemente complacida.


llamaré R o s e m q - estaba senrada, impasible, escuchando. Después de que cada
Igual que Dani. el maestro del taller de arquitectura que preguntaba a su alum-
uno de los estudianres había tocado, algunas veces incluso por espacio de veinte
na Michal: cómo quieres que sea la granja-escueia?)~,R o s e m q le preguntó a su
minutos, R o s e m w comenzaba diciendo algo parecido a: «eso estuvo maravilloso, alumna: d;Cómo quieres que suenen estos temas?))En ambos casos, los tutores re-
queridos)).N o obsrante, a parrir de aquel momento, sus respuestas iban dirigidas al conocieron el hecho de que aigo podía ser de! ,pro o no de sus alumnos, y en arn-
alumno en cuestión que tenía ante ella. Unas veces hablaba acerca de la afinación bos casos invitaron a los estudiantes a reflexionar sobre las cualidades que les e s -
(en estos casos, se aybdaba de un diapasón eiec~rónico);ocras, se centraba en ¿era- taban o que no les gustaban. Entonces estas cuestiones fueron romadas como los
lles de digitación o arqueo. Una vez, en e1 caso de un estudiante aiemán que se in- materiales de un problema: jcómo producir aquello que resultaba satisfactorio?
clinaba hacia un lado de un modo inestable, habló acerca de. la postura. La única Tutor y alumno permanecieron uno al lado del otro haciendo frente al mismo pro-
v a que habló d e cuestiones específicamenre musicales fue a una joven chilena que blema. El tutor sugería formas de producir las cualidades que se pretendía lograr,
no había elegido precisamente un ejercicio vixuoso sino e1 primer movimienro de invitando al alumno a tomar parte en un proceso de experimenración y enseñan-
una sonata de Brahms. Rosemary le pidió que identificara los temas principales. La do, por medio de la demostración, el concepto de la práctica como experimento. Y
estudiante condescendió tocando primero uno, luego o u o y después un tercero. El la relación construida no era la de ejecutante y crítico, sino la de colegas en una in-
rercero le pareció a Rosemary una variante del primero y le preguntó a la joven si
vestigación.
no había algo «de modulación». La alumna lo comprobó, lo tocó y aseguró que se
Un compositor y profesor de piano me contó acerca de un e j e r c i ~ oque a veces
trataba, sin duda, de un tercer tema. le ~ i d ehacer a sus esrudianres, un tipo de experimentación similar a la de
Rosemary le preguntó cómo describiría las cualidades de estos remas. La aium- Rosemary en algunos aspectos pero diferente en otros:
na pensó durante un momento. A continuación opinó que el primero era alegre; el
segundo, agitado; e1 tercero, reflexivo. Rosemary dijo: Es algo sin importancia, práctico... Les muesuo la parúrura de un esnidio de
Chopin. Luego les pido que anoten la intensidad de cada so/ agudo. Digo: «dadles
Supongamos que quisiéramos acencuar la vivacidad del primero. ;Cómo lo haríamos? un valor de uno 2 cinco. No me pre,wréis si la inrensidad se refiere a sonoridad, a
168 C6mo funciona el pi-acticurn reflexivo Una clase magistra! j 169

muy bien ... Lo que más me gustaría criticar es, pienso que es, que lo encuentro un
consi~esandoprimero uno de SUS apecros y iueso otro. Luego cambia a un paidreo
poco excesivamente apacible,
jubito,
y entonces, td vez como reacción a una expresión. de decepción en el rostro de
i9wanon, i
dernzs~doapacible, me crezi o no, p a a e s a paaa- Un poquseo uauforrne, lo baca
demassado uruficado Igual entre los ronos fuertes y los suaves. Ya sabes que e s a pie-
l
za puede ser dgo así como la escpresrón de la dtsaperaaón.

Se deriene en la palabra «desesperación~con un énfais algo carral. Y iuego co- 1 donde Schuberr ineerrumpe la melodía, cayendo hacaa acris como si fuera a ex-
m i e m a hablar sobre la canción: eenderla y iuego desiiz&dose agitadamenre hara un r a d t a d o fin-! que marca la
exposlc~óndel prlrner rema. h esto ic sigue una sesiCan de $=rollo m w i d ,
TeP ya conoces E l p e ~ e p m oy la canción. E l p m e p n o , esa daesperada, &sespep&
bksqueda. de ia feiicidad que está en alguna uva pariee, ya me enciendes. Las dumas
h e a s de E l p o e p n o dicen: .Allí donde ni no es&, se encuenua m feiicidad,
donde ná no esrisa.

Y aápihcsnee, despuks de un breve cambio de impraiones enue los asistentes


mienm él sale un momento,

,Por supuesto, uno nao ciene por qué cocz de este modo coda la paca, pero hav una que conduce a un segundo rema:
p a e en ella que nene esa.. cernble desesperaeaon san Iírniees! T ú la haces un poco
aces~aramc-ntesuave. Me parece que, cal va,uenes m e d o de prodanelr sonidos poco $
!
a d e a d o s y re e s a s acordando de la duma pica [ejemeada en las dclasss mapesua- i
les] era que comenemos: ,No taapom 10 h a r i c o que sea, hacedo hemosha! En
es= pieza se mea de algo d;&-cegice. Si d g m a v a ce excedes vaa poco con ni hrrna
de hacer mísaca no re preocupes. Se caca de esa clase de pieza, sobre roda en eb da-
rnhp mowmeeraro; ro&vxa no lo h a o s roado, pera m r&ace pueda meerpaeras-
la con una a e m libcmd... y yar desde e! parncipio.

M con esto, se laara og aiaacerpseeaP 10spnrneros compases, Frana no hace referencia explícira a 10 que ios ansdisras m u s i d g s f l m a i a n la
- . '~esrmczura* de la pieza- ido utiliza ~érminosde! tipo prime t m &~c s I ~ /mmP- ~
cal., sep& tema Pero en su selección de los morneneos de Ia pmnmha a-los que
concede una aeención, concenrr~dosesiempre sobre problema de ejecu-
ción, subraya la estmcnara a través de! máiisis en !a acción.
Decpuk de haber complepiado 10s primeros compasa, F
rnenrario que ha hecho.

senado de desespera- Xo es nada br!llanráslmo, lo que hice,na& increíblemenee &do. Pero f%rrae>mo m0
Su inee~raaca6wde este pasaje r h e n r e crmsmre que rmga que serio. TU lo haces, en c:em medi&, mwM [coca laha momento rde
ci6n. Las- dos pwmeros csmpasas son muy s~srenidos~ La repeeaci~ndel r i m o va -
manera criunxM~].No ~~~. Es desesperado, , ~ das c cuenca?
sosé-emewdo la meldia en un p u c o , consrmye ia eaiergia que acaba por a p i o e a
e a Ia s e m c o r & a y conduce a l acode final. , b n o n le pregunta: 5podrk.i inceneasio?~y F m conraca, '<porS U P U ~ E O » .
Este es el primer tema $e la fanraía. F r m se concentra en él dwmce u raro3 h o n coca los mismos compases y Franz le acacoani~acarx&doios:
166 Como Tunctona el practicum reflexivo Una clase rnagisrral íE i

escmcrura! o a la Funcjón esencial del cono. Sirnpierneátie, ;i:acrdo!,,. i.o hacen. &ros ejemplos re-resenm vzrianres de una forma de aborcda.r ia rripiz :>.rca i:
r\i;unos asignan diiererires inrensicasies a rada .roi oeroi, ia misma p;ua rodos. . '
rutarizar: esrablecir y dar solución a OS probienas sus~arrcivosde ia eicciuiion:
Luego les prdo que ii~rerpreren!a p r m Y escuchen las inrensidades que cn realidad ajusrar !a demostración o la descripción a las rlecesidades especificas 9 e )ir: csru-
han dado a esos ronos. I'or SUPUP-SCO que 1s in~ensidadesque elios eiecui-an car! diante, y crear un cipo de reia-ción conducente al aprendizaje.
nunca coinciaeri con aqileiias que han morado. L s pido que conironcen sus anota-
ciones con las descripciones que cferrlv~.nenrehar? ejecucado en su iriterpreraiiclón.
Me interesa que escucher~«Lo que ya sabenw. li contln~aciónies p r e p n i o : ,<;Qué os
parrcij io que h~ciseeis?»Por supues~o,e¡ ejercicio sólo da resuirado cuarido se saris- Una elase magistral de piano
farcn dos condiciones; ellos en rediciad saben mucho, como se demucscra por su ac-
ruación, p pueden describir solamenre de una mmcra o de un iriodo inco- En el caso que describiré a coneinuación más ampliamenre, el profesor es un
rrecto, lo que ya saben. Yo quiero ayudarla a hacer una descripcibn que !es permita pianisra de iama niundial a quien llamaré Franz; ci aiurnno, un muchacho israelí a
descubrir io que ya saben y despues criucario, a fin de conrra~rariocon orras desciip- quien IImiart! h n o n . h n o n , qae conraba &eciséis d o s en ei momento en que
cianes posibles. tenáan l u p esias lecciones, era uno de 10s esru&mees qse se reunían en el Centro
Musical áe Jerusalkn para recibir clases magistrales de Franz.
b mismo que Rosernaq el compositor invi:a a sus disclpdos a co~~siderar 10 Yo no esmve presenre en esta iecciórr pero ruve la oporrunidad de verla en ví-
que les satistace. Pero aquí e¡ concepto de (<sasisfacción»se produce en un contexro j deo duranre ?an seminario sobre la clase magisrrai de música en el que pxricipe
diferenre. ?i los esnidiantes se ies pide que digan cómo les pareció lo que hicieron 1 junco a otras personas; músicos, psicólogos y teóricos de la música. Sus comenta-
y que lo comparen con los conocimienros implícitos en sus anotaciones previas. Se
Ies pide que reflexionen sobre sus descripciones lo mismo que sqbre su interpreta-
ción y que las comparen entre sí. En el ejercicio «sin imporrancia, prácrico)) se a p -
da a los esrudianees - c o m o en ios ejemplos de Casals y Rosemary- a romar con-
I rios y las discusiones que hemos tenido juntos me han ayudado n llegar a la si-
guenre descripción de la ieccibn.
Franz y h n o n s e á n sentados uno juneo ai ocro, cada uno frente a su propio
piano. En Lente de eilos, sin que aparezcan en la cinra que obsewamos sobre ia
ciencia de nuevas posibilidades pero, al mismo riempo, a ser conscienres de ias lección, esrin los operadores de las cámaras de reievisión y, a un lado, una reducida
opciones que esrán inplicieas en !o que ya saben cómo hacer. audiencia, entre quienes figuran la madre y el profesor de -imnon. En este conrex-
En cada uno de esros tres e~emplos,irn iuror a p d a a un alumno a romar con- [o, I r m z ha dado ya varias lecciones magisrrales, cada una a un esruddm~ediferen-
ciencia de las &ferencia.s en cuaneo a efecros musácdes y cecnicas de producción 1 re que incejreca una pieza disiinta. h n o n va a interpretar La Fantmk de(
dI
que proporcionan un marco para ia experhenración. Hay ossa forma de inrerpre- Pn-ep'no , Opus 15, de Schubert, uaia pieza pwa plmo cuyo segundo movimienro
c a r la sudre para vioionceio de Bach, con roda su coordinación de digieaciones, ar-
!
eseá inspirado en una irse de ia cancidjn de Shnlbrrr El Pe~@no, lana a$sbpración
queos y mariz, y luego hay a r a opa forma- Hay esta .manera de intensificar ia c i ~ a - m u s i d de un poema de Von L&beck (Schuberr, 1 82%).
iidad que rú quieres que tenga este rema, y existe rambién esea orra forma de Sobre el piano íie Franz hay una copia de ia pxneura; en el de h n o n , no hay
hacerlo. Hay rsre modelo de inrensidada que f i w a en 12. czregorización que has ninguna. PI:o obmanrr, inciuso sin parrin~ra,parece que h n o n es c a p a d e co-
Cbescri~ode las nora5 206apdo en el esmdio de Chopin, y luego hay este otro mo- m e m m cuaiqilier punto de la pieza y r o de ~memoria.
d d o di- intensidades q:ie ní has egeci~eadoen nu interpretación, y hay por último, La. ieccibn da comienzo con iu inrerpree2-ci6n que. bace h n o n de las dos pri-.
el modelo que a ~i l e yiasia despuks de haber tornado conciencia de las posibilida- meros movimierreos. Toca con Cinidez, con un aire rriiinld, mqr~íficamenre,pero
des. Ea cada ejemplo, ei am.&arare aprende a ampliar su arención hasasra e i punto de un modo que también r a d r a ---al inenos s i lo comparamos con ia h r m a en
de inciiir dZerenres eteccos nausic-es que se adquieren a t r a v k de rr>e$soscécnicos que cocasá más adeianre en la lección--- más bien apagado, apácico, poco movido y
diferentes y aprende a considerar, evaluar y elegir enu-e poslbdidades aicernatlvas sin inzerk. Franz le observa y escucha, con sus ojos fijos unas veces en las marios
para ia acción. El, o dia, vive la psácria en forma de experimenracián, d e modo de h n o n y otros en la panirnra. Ei rosuo de Franz es el de m hombre de media-
que cada. n e m e n r o de un experimento revela una nueva conexión entre los medios na edad que riene aperiencia de la vida.
técnicas y d resealtado musical. Más pronco o más exde, e1 ecni&tlaair.e queda iavl- C w d o h n o n termina, se produce una ovación de aplausos e n m i a s a s .
rado a hacerse cargo de sm propias preferencias y a considerar ésras, m& que como Franz se suma rápidmente y a con~irauacióninicia una cnidahiosa wielra d asunaro
una auroridad externa, como criterios que le sirven para regular sus acciones. Y en que tiene cnue maraos:
cada m o de los -es qemplos --aunque de muy diferentes maneras-- el curot
despliega aquellos méeodos y mareriales que resultan factibles para 12 colaperkenra- ¡Muy bien. Bello. Redmente magnífico! Me encéuiparía seguir oyéndote. Pero uno
ción. no puede cenei-10 todo. .%sí que si ahora vamos a discutirlo un raro ... e& muy bien,
170 Cómo funciona el pracricum reflexivo Una clase magistral j 171

cio, ambas frases esrán conecradas. Sin embargo, cuando rtmnon las repite, su
pausa no acierta a establecer esra conexión.
Franz, no repara en este punto sino que más bien cambia su atención hacia
otro aspecto.de los primeros compases:

Ahora, no exageres lo que yo dije. Yo dije que no tiene por qué ser hermoso ... A
Yam-ba-ba-bum ba-ba-bum b a - b a - b u m - m propósito [dirigiéndose a la audiencia], espero que todos ustedes enriendan esco con
las debiaas reserras. No quiero decir que debería estar descompensado. No debería,
A concinuación, no debería estar10 nunca.
Vale, muv bien. Mucho mejor. Pero al mismo tiempo, f i é a b ~!

Y coca de nuevo los dos primeros movimientos, tarareando,

Ram-purn-tres, cuauo! -uno...

Ya-ramp-~a-~a
ya-ca-ca ramp-pa-pa ra-pa-pum-& ...p um-pum
h n o n pasa ahora ai segundo movimiento y Franz conrinúa carareando con él.
Pero a mitad de la ejecución, le vuelve a interrumpir:

¡Espera! ;Espera! ;No llegues demasiado pronto!

Franz vuelve a cocar, La primera vez que toca, demuesrra la descompensación del mauz sobre los co-
...pum-pum nos más agudos y más graves de los acordes; 1a segunda, compensación. No hace
faíta que sea «hermoso», pero debe resultar (<equilibrado».Y, a continuación, dice
lo que enciende por equilibrio y cómo se adquiere técnicamente:

Debería ser todavía alto y menos pulgar.

Es decir, el dedo meñique de la mano derecha, en la parre aíta del acorde, debería
cuatro!,,)sirve de puente entre las dos frases de conresración:
Su pausa (~~cres, presionar su tecla con más fuem; y el p d g x , en la pane baja del acorde, debería pre-
sionar su ceda con menos fue-

Las mismas reglas son de apiicacicin a lo que hemos estado discuuendo codo el tiem-
po, acerca del equuibno y los sonidos. Todo lo que quise decir fue que no lo hicieras
demasiado suave. Pero el mismo equilibrio.

i
Franz vuelve a reperir los acordes y escucha cómo los interpreta h n o n .
Sus manos están ahora suspendidas sobre el teclado. A la voz de qtres, cuatro!» f
hace un amplio gato que arricda la pausa. descendiendo ienrmente sobre ei ce- 4 ;Eso está bien!
z-
dada, allenandou ei silencio entre las dos frases de comesración. A pesar de1 siien- -...
.-7
172 ; Como funciona el prácticum reflexivo Una clase magistrai : 173

Xo obsranre, cuando rtmnon imita ia interpretación que hace Franz de esros pri-
meros compases, ésce cambia su atención hacia orro aspecto de h ejecución. Insrste
Luego pasa a incerprecar los sipienrss compases:
en que Amnon también d a frasem e indica. a través de coda una gama de medios y
métodos, la forma de llevarlo a Ia práctica. Primero, ejecuta de nuevo los compases
v también cama mienrras los ejecuta, como en

Las sílabas que tararea Franz config;utan agrupamienros, con un número disnn-
co dde nempos en cada uno, ejemplificando los agrupamientos y los niveies de
agrupamiento en la frase. cal como se indica arriba. ,Más tarde, cuando Franz quie-
Ram-pa-pa-pah ca-ramp-pa-pa-pum. re mostrar lo que significa sostener el h e o de un modo consraníe mienuas se va-
ria el dinarnlsmo (as1 aigo es homblemenre alto, punrcsk, mnzo fk, fir&i-
Ahora veamos, siempre decimos que no importa si algo es horriblemente alto, mo...,B), udiza diferentes sílabas í«Tim-ta-ca-umr frenre a e W 4 - p a - p i - ) para
pianisszmo, mnzofirte, firtissimo, el h e o es el mismo, canco si es
mostrar cómo cambia el carácter rnienuas e1 kaxo permanece igud También un-
[forcissimol
liza gestos que acornpdan la incerpreraci6n y el tarareo para indicar la dirección
de la figura musicai: el impulso hacia el úinmo upm* , que también avanza hrvra
adplante, como muestra su gesto. Con esta combinación de interpretación, carareo
y gesnculación, Franz está realmente dis&ndo ia h e .
Después, según Amnon crata de reproducir lo que Franz ha hecho, éstc h co-
rrige y cambia de nuevo su arención: a r a v a , porque rimnon debería haber uespe-
Xim-ca-ca-Um da-da-ca-ca-cim radop entre las primeras dos fiases, como m s w d a demuesua Franz contando,
tocando y gesucuiando para hacer parecer la pausa algo semejante a un suspiro que
como si es [suavemente]
separa y conecta a la vez las dos frases. Finaimente, en un Ultimo cambio de acen-
cióc, Franz corrige la forma en que &non «-era>> su búsqueda del sonido in-
creíblemenre hermoso. Los acordes finales de la h e deben permanecer «eqdibra-
dos». Franz ejecuta los acordes, clta la regla sobre equdibno y somdo, y da una
insuucuón especíñca sobre la producuón de un sonido equrlibrado: a l t o sosrem-
do y menos pulgam.
Ildni-da-pa-pi da-dam-da-da-di -Así, en su craramenco de estas dos primeras tiases de la pieza - u n o s seis com-
I pases en rotai- Franz ha ejecutado cuatro cambios de arención. Comienza con la
Franz ilustra y zata de clarificar lo que quiere decir por h e o . ;U margen de !
i cuaiidad emocionanre de la desesperación y luego pasa ai liaseo. d orden mémco,
que las notas sean interpreradas en un tono airo o más suave, uno debe compren- la crucial importancia de la pausa y, por úicimo, e1 equdibno del somcio. En cada
der y comunicar ia e s r r u m a subyacenre de la Frase, cómo se aggpan ias notas, ejemplo, su respuesta improvisada a la interpreracrón de ,tnnon va más ailá del
cómo cienen una dirección en su movimiento hacia un objetivo, cómo se coninp- --: conrenido evidente de la p m t u r a de Schuben en busca de nuevos signdcados. A
can.
Por canto, en su uacamiento de los primeros compases de la pieza, Franz ha co-
--
ir
navés de la descripción cuaiicauva, la msuucuón c h i c a v ta demosuac~ón,mues-
tra a h n o n ia manera de sacar már parr~dode lo que está allí.
menzado por criticar la interpretación de rimnon: es demasiado apacible, sume,
'3 panir de las dos frases que anuncran ei pnmer rema, Franz conanúa con 10s
monótono, demasiado ipd entre íos altos y bajos; debería ser «desesperado». En
sigxuenees compases que va Uevando equilibradamente hac~aun c~ímax,internun-
su primera ejecución ('nada increíblemente bella», demuesíra la udesesperación».
174 / Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral 1 175

pido, no obstante, por un piano trenzoío,


;Sin ninguna piedad, sin ninguna piedad!

Y más tarde, cuando Amnon vuelve a tocarla una v a más,

;Eso es!

En este punto, Amnon hace una pregunta, la primera que se logra escuchar en
durante el cual Franz exclama: la cinta,

jUn tremendo... [piano subtroj ! Amnon: Tal v a lo quiero escucharfortc, y luego lo quiero inmediatamentepiano.
Franz. Inmediaramenrc piano.
Franz coca el piano subito una y oua v a , enfarizando el repentino cambio al Arnnon: Así que, ¿qué puedo hacer? Lo digo por el pedal.
suave piano rremoio. Lo vuelve a cocar, esta vez tarareándolo, como si Fuese el
acompafiamienro, Y vuelve a cocar el pasaje, mostrando como el sonido de su forre llega a pene-
cm e impregnar el piano subito. Franz dice:
;No lo puedo remediar!
Depende de la acústica Por supuesto, éste [el auditorio] es un lugar magnífico para
Ahora Amnon vuelve a cocar este pasaje, realizando el repentino contraste que esto -jves?-
ha hecho Franz. Franz exclama:
Y, una v a más, toca el piano subir0 vacias veces.
Se uaca, como casi todo en esta vida, de algo por lo que hay que optar, algo que UC-
nes que sacrificar. En una buena acústica, donde haya un poquiún de eco, si quiera
No'obstante, mientras Amnon continúa tocando, Franz le interrumpe inespe- obcener un piano inmediato y no quieres esperar, o más bien, si lo quieres ya piano,
radamente: cienes que elegir enue cener el sonido compleramenre nítido, en cuyo caso ucncs
que esperar, o no esperar y no rener un sonido w nítido. No puedes tener las dos
No, no vayas tan rápido, no es tan rápido. cosas. No hay uum de pedal ni ninguna otra cosa que ce permita cener ambos. La
cuestión es que, o bien re !imites un poquito o que esperes. Y eso es algo que queda
No hay ninguna necesidad de rocar más rápido, ya que en esre punto Schuberc por encero a ru propio arbimo.
se mueve a uavés de una carrenlla en semicorchea galopante hasta llegar a las oaa-
vas que conducen inexorablemente a un clímax, una progresión que n o debe ha- A diferencia del «iEspera!» anterior, que marcaba una pausa enue las dos pri-
cerse de un modo precipitado, Franz toca de nuevo el pasaje, carareando. meras frases de la pieza, este ((esperan,marca un nítido corre enue el piano forre y
tremolo.
Franz toca el piano subito ouas dos veces, tarareando

Y según lo hace, Franz esrá en realidad aiasgando los dos úlumos acordes. Parece es= escuchándose a sí mismo, como si se preguntara: ;Cuál hago d e es-
Luego lo inrerprera h n o n mientras Franz, con un cono c o m t e , dice : tos realmente? Luego,
e33
176 i Cómo funciona el prácricum reflexivo Una clase magistral 177

;Xaturaimente, yo se lo que a mi me gustaría!

Ahora roca Amnon, esperando momentáneamente antes del piano hemolo.

Franz: Si, exactamente


Eso, lo discuriamos ayer, eso es técnica, técnica. Ser capaz de tocar estas siete notas
h n o n pasa ahora a tocar los siguientes compases, pero Franz le interrumpe pianzss~mo y exactamente agrupadas.
inrnediacamenre:
Y, conforme hmnon las incerpreca,
;Sin acento, sin acento!
Sí, si. Eso es precisamente tan difícil y aigo que necesita ser can practicado como,
Ejecuta estos compases demostrando su progresión deliberada, sin acento, y [ejecuta unos arpegios] Ya sabes. siempre creemos que la técnica es exclusivamente...
íknnon los repire: Fundamenralmenre octavas y exalas rápidas y saltos. jEs todo!

h n o n coca de nuevo el pasaje, mientras F m z canta (uciiizando las mismas si-


labas que había usado anceriormence para describir el primer tema pzanlrszmo):

Ra- pa- pa- pa- pa-pa-pa- p a - U


Franz. ;Vaie!, ;muy bien! Ya-wa-pa-pim wa-pa-pim
Ahora pasa a la siguiente frase:
,?/lb carde, cuando h n o n continúa hasta «el siguiente lugant, Franz vuelve a
urgirle a que «lo fraseen:

Cunrrtbik. fortissimo pero canrabiic.

Varios compases más adelante, Franz vueive una vez más a la idea de constancia
en el fraseo:
y mienuas Ia incerprera, dice: Pero no olvides lo que dijimos antes, siempre el mismo haseo, sea %erre o sea suave,
canto si está encerrado, como si proviene del fondo de un pequeño escondite o de lo
Cógelo en su globaiidad como u n eco. d t o...Ves, no basta con saber llmuna melodía, hay que hacerlo fraseándola.

Esros compases, pianisimo, sirven de eco a la primera frase, que Schuberr ha Con esto, vuelve a i segundo cema de la pieza:
introducido forticsimo.
d o n ejecuca estos compases mientras Franz le acompaña entonándolos, ;%hora cenemos aigo de lo que teníamos en la sonara en la mayor, una especie de dos
tipos de acontecimientos. Una canción sentimental al máximo.
; Animo, ánimo! -nada, nada- ;Ah,si, sí, ahí. ahora sí!
Ahora esto:

Continúa tocando,
178 i Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistrai 1 179

indicando la dirección y ei objerivo de la frase. Y siiade:

Sí. y mano izquierda, un poco más de esro:

De nuevo comienza con el C Q P ~ C ~ Pdel


T tema (aqui una «canción senrimencd»,
igual que en el primer tema había sido .deseperada») y procede a rnosrrar como
incensifialo. Primero ejecuta e! rema, iwciinando su cabeza hacia el rnemo de la
mano izquierda en contraposición a la canción sentimental (1a.lmáxknio» de la rna-
2- f-I-7 Jd
no derecha Luego cambia, despuk de que h n o n lo ha inreneado, a los medios Ym-pa-di-di di-da-di-da-di-di
dcnicos de prodiacción (exacxanaewre ipd que había hecho con «el equdibrio del
sonido)^): De nueva, inclina su cabeza hacia La izquierda para sefidar la rapuara de la
mano iquierda a la canción senrimened de la mano derecha:
L mano derecha más-.. papda al eeclado, naás encima, más encima.
[mano izquierda]
por deirno, vuelve a la inrensificcisión de 10 «senrimenrd»:
A h no es lo baseante sentirnened. me refiero a sennrnencd en un buen senei- B 'Ji r-7
do, a e d o de senrimien~o, Ya-tup-cup-tup da-da-da-da -crap-rup

ca-ya-da-di ra-ya-da-&
Y coa cuia sola frase, sineetiza d carácrer de la figura de la iWao izquierda;

Como si, en ciem mcdida, esniviese tocando om persona.

Mientras h n o n prosigue, F m cmbia ad problema récwico de la produ~ción


de la canción seneimend de la mano derecha.
Lntesqareza d pasaje compBeco, afiadiendo, como 5i acuchxa de numo su pro-
pia ejeacióra: ...
Mmrenio Lgato ai rnzkimo. Teclkiio, debes c d a ~ o Tededo s i n más n o es bas-
cante. Debes ceclalo y t o a lepro.

Es decir, uno debe tocar las oeeoivas de la mano dereda de forma que p r d u a
$ik~ra,i& que en d phmer Frmz c o ~ e n ; e a lo m m i d , no la sensacibn de un sonido suave, Lga~o,y u d ; t a r raarabitn ei cumo y ei quinto de-
medimec. un an&.sis de ceoeia me%aid,sino por medio de un aspiliíis en la acciípn do de la mano derecha para aykish a cowecrx iaa noeas entre sí. Ea efecto m m i d
aue
1
ensefia a L b n o ncómo ~roducire ineensi5- la esrrucmra esencid dei rema. debe ser, como &CC Fraraz,
M a a s roca de nuevo el
En absgiuto seco, nada seco.

Y como si cpataba de iilaseraf estas pdabra9 F r m iareqrera la melo$ía de otra


pieza s&ubeseiaaa. la S & ~ m k a ,
180 Cómo tuncionz el practicum reflexivc Una clase magistral ! 181

.*orz cenemos el comienzo de dgo nuevo y, mientra >&non !o interpreta,


Franz dice:

Da-da-da-dim da-da-da-da-dim da-dim da-da-da-da-dm


X continuación, sin hacer comentarios acerca de la suul similitud de ambas
melodías, establece una consideración general sobre la interpretación de la música
de Schubert: holamente ahora, sólo ahora se conviene en ...una rempescad, sí, rocaimtrir
C...

Lo más difícil a la hora de interpretar a Schuberr es mantener el equilibrio, mante- Más tarde, Franz se detiene para hacer una pregunta a h n o n :
nerlo en vivo, y además hacerlo de un modo pausado-
Franz: ;Lo encuentras dificil?
-imnon prosigue hasta el siguiente... lugar de transición ... en la Fantasia, Arnnon: No acaoo de cogerlo.
Franz Tampoco yo. Pero tienes que logrario -yo rambién solía encontrar dificil
ese pasaje. Con los años te irá resultando más fácil.

Un poco más carde, Amnon esrá tocando un nuevo pasaje y Franz comenta
acerca de su carácrer:

Yo sugeriría aquí ahora, ya que se mita de una especie de punco dave, que lo hicieras
y Franz urge, amplio y victorioso. Sí. Para dar un cambio.

Ahora color, ahora color, color. Por dtimo, mientras h n o n ejecuta los últimos compases del movimiento,
Franz le advierre:
En esre punco h n o n se detiene a hacer una pregunta, ininteligible en la cinta,
y Franz le concesra diciendo: Sí, todavía Ato, la tormenta aun sigue ahí. no se ha caimado, sigue ahí.
;Puedes hacer?
Bien, lo que me gasta pensar es, la lluvia comienza 2 caer. Ya ennendes, en la lluvia
de Schubert uno se moja. Sabes que es así. Volvemos a encontramos con esto en el Interpreta el pasaje, Amnon lo repite, y Franz dice:
segundo movimiento, si bien aquí aparece ya como un avance. Así que hazlo sin ata-
ka-ta-ka-m[tocandoj. Xo, jubito, subiro.

Después que ,han ha tocado el mismo pasaje, Franz observa: Franz lo interpreta para mostrar lo que quiere decir,

Resuira un poco anquiiosado, o lo coco un poco más... uhm ... aníunico: ;Ponle al-
go más de rirmo!

Y, según han lo toca de nuevo,


Eso es -va bien. M bien, muy bien- y no lo olvides, esa es la nueva armonía Un
nuevo pedal porque se mara de la nueva annonía. Esro era demasiado suave... an- y, a conunuación, dice:
tes... cuando ni lo rocabas.
18z / Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral 1 183

calles concretos, cómo quiere que suene la pieza. La interpretación que ciene en
U n es-cremecirniencoentre eiios -un coque de pedai- cermina con el pulgar y mente es aquella que él ya ha diseñado; sin embargo, en el contexro de esta lec-
arrasrra; un pequeño golpe de pedal sobre eso. ción, Franz reilexiona sobre ella y la vuelve a crear en provecho de Amnon.
Las descripciones y demosrraciones erperíficar. Franz ayuda a Amnon a produci:
efectos musicales diferenciadores mientras mantiene el equilibrio del sonido y ia
Lo que sucede en la lección persiscencia del fraseo, improvisando respuestas sobre la marcha a los defectos con-
cretos que encuentra en la eiecución de h n o n . Inventa su plan global de la lec-
En la tutoría de Franz, las tres partes de su tarea de mtorización aparecen dis- ción para contrarrestu la uniformidad y la suavidad de la primera incerpr:ración
cribuidas equitativamente. Tanto en el conjunto de la lección como en cada uno que h n o n hace de la pieza en su conjunco. Luego, en cada contexro concreto,
de sus componentes parcides, Franz entrelaza el diseño de la interpretación, la res- contesta a las imitaciones de h n o n con descripciones y demosrraciones ajustadas
puesra a las dificultades concretas del estudiante y la contribución a una relación a las dificultades de éste (según Franz las percibe). En su cratamienco de ios prime-
que conduzca al aprendizaje. ros compases, como ya hemos visto, cambia su centro de acención cuacro veces,
El diseño de la inrqretacion. La manera en que Franz enfoca la tarea sustantiva dando respuesta en cada caso concreto a los problemas de la repetición que acaba
de interpretar la Fanraria se hace, en primer lugar, evidence en su critica global de de completar h n o n . Franz inventa instrucciones para ayudar a h n o n a conse-
la inrerpretación de h n o n . Contrasta la ejecución de h n o n «demasiado suave... guir e1 efecro de legato del segundo rema. Y en una clara muestra de experimenca-
uniforme... unificada* con su propia representación de la desesperzción del pere- ción compmida, en e1 piano jubito, le dice a h n o n la elección que debe hacer y
grino, la adesesperaah búsqueda de la felicidad que está en aiguna otra parte». A luego estruccura un experimento para enseñarle cómo hacerlo. En codos estos
partir de ahí, todas las intervenciones de Franz sirven para elaborar su crítica ini- ejemplos, Franz reflexiona en la acción con relación a los puntos débiles concretos
cid y poner en. práaica su plan de corrección. Empieza por formular el problema que descubre en la interpretación de h n o n , dejando al margen sus puntos fuenes
de la interpretación en términos de la imagen del peregrino que se va moviendo de o sin entrar a fondo en ellos. Otro estudiante disrinco, con una combinación dife-
uno a otro lugar a través de los contrastes de los cambios mereorológicos y Los rente de puntos fuertes y débiles, podría haber provocado otro cipo de respuestas.
cambios de ánimo, siempre adelante, hacia el próximo lugar, atraído por lo que h medida que Franz va guiando a tlrinon a través de la Fantaút, se sirve de un re-
pueda existir más adelante, aiií donde él no está. Franz desarrolla esta imagen en pertorio de medios v recursos iingllísucos de lo más variado, uuiizándolo en cada nuevo
términos de lugares en el piano y lugares en la pieza, a medida que e1 ejecutante se pasaje canto para desarrollar posibilidades de ejecución como para acoplar su d&puón
mueve a través de claves e ideas temáticas distintas y contrascantes y a través de zo- a las dificultades concreras que ia inrerpreacián de h o n ha puesro de m d e s t o -
nas que contrastan el caricter musicai. Lzs intervenciones de Franz siguen el viaje La diálogos immmenral/verbaies de Franz -su lenguaje de la interpretación-
del peregrino, desde su desesperada figura inicial hasta el tremendo rubiro, la rw- 2s muy similar a l lenguaje de diseño -a base de dibujos y diálogos- que uriliza
nudación del incesante clímax que no ciene «ninguna cornpasiónn, la canción sen- Quist. iilgunas veces, Franz habla mienu~sestá cocando; ~cjánimo,ánimo!» mien-
timentai del segundo tema salpicada por el comentario irónico sobre la mano iz- tras coca un pasaje pianrisimo en la fase de desarrollo, o «;no lo puedo remediar!))
quierda, los inicios de la tormenra, la .gran sorpresa de la tempestad, su mientras toca el piano subito. Otras veces habla o tararea mienuas toca Arnnon,
persisrencia, y su esuemecedor desenlace final . En cada etapa del viaje, Franz esrá como en: «si, muy bello,,, «Uega hasta & N, «sí, y mano izquierda, un poco.más de
preocupado, en primer lugar, por apreciar el carácrer de aquel lugar, en contraste esto*. Pasa con tanta tranquilidad de estar hablando sobre su propia interpreración
con sus alrededores, y, luego, por producir una intensificación de sus cualidades a la de Xmnon y de nuevo a la suya, que resulta difícil poder decir, a partir tan sólo
musicales distintivas. Pero su preocupación por los movimientos del peregnnoJeje- de la cinta, lo que está sucediendo. Podría decirse que las palabras que acompañan
cutante a través de lugares de un carácter musical díferenciador esrá en tensión con a su ejecución musical describen, de un modo selectivo, aspeaos de su música, O,
el mariz que pone sobre el equilibrio del sonido y persiscencia del fraseo. EI equili- por e1 contrario, que es su ejecución musical la que da lugar a sus palabras.
brio del sonido debe mantenerse por medio de variaciones en la cualidad del tono Una buena parce del discurso de Franz, hablado o tarareado, está formado por
y el dinamismo. Y la estrucnua de las frases debe conservarse por medio de las va- sílabas cuya estrucrura de sonido, secuencia y acento transmite cualidades musica-
riaciones en el tempo, d dinamismo, la armonía y el carácrer. les. Franz, por ejemplo, interpreta de este modo los primeros compases de la piezx
Franz utiliza sus referencias a la línea argumentai, la esu-uctura, las cuaiidades
musicales, las operaciones técnicas y los contextos asociados, con el fin de describir
y hacer operauva una imagen claramente definida y bien establecida d e la Fantruía
de Schuben. El sabe, no solamente en cérminos generales sino también en sus de-
184 i Cómo funcionael practicum reflexivo Una clase magistral i 185

Aquí vemos cómo cada nueva combinación de sílabas marca una agrupación
de nocas que conscituye una frase. Las agrupaciones de sílabas no tienen en cuenca
las restricciones métricas y delimiran ias figura musicaies. Y dentro de las agrupa- ! Ya-ramp-pa-pa ya-ca-ca rarnp-pa-pa ra-pa-pum-g&
ciones, cada sílaba representa una función concreta, no siempre en una correspon- !
dencia exacra con las notas. El primer {(ya))es una especie de punto de partida para extiende su mano derecha codo lo que puede hacia la derecha en e1 pum para
: mosrrar !a figura moviéndose hacia adelante de lo que viene a concinuación.
«rampa, el primer sonido bajo; en el segundo (cramp-pa-pa», ((ramp. corresponde a ,
ias dos primeras de las seis sernicorcheas que conducen a la negra acentuada («pa»). Luego suspende ambas manos en e1 aire y las deja caer lentamente sobre el reclado -
Las sílabas acentuadas indican la estructura de acentuación de grupos de conos, co- en acritud de estar midiendo la pausa (nitres, cuarro!»)entre la primera y la segun-
mo en da fiase.
[ Las inrervenciones de Franz son interpretaciones por medios múltiples en las
que coordina ia incerprecación, !a gesriculación, los diálogos y el tarareo (sílabas o
palabras) a fin de comunicar los rasgos musicales de determinados pasajes y con-
cretar términos tan abstraccos como jksear. En esras interpretaciones, hace uso de
varios niveles y tipos de descripción, en ilnción de aquellos aspecros de su diseño
global que resultan sobresdientes para él en un momento dado.
Franz usa un lenguaje cargado de sentimiento a la hora de describir el carácter
Y diferentes tipos de sílabas evocan ejecuciones cualitativamente distintas de la 1 que desea en un determinado pasaje; por ejemplo, «en absoluto seco, nada secon.
misma figura musical. Así, la figura que arriba aparece representada por «ya-[a-tm
se conviene, más adelante, en
1 (<demasiadouniforme», «cógelo en su plobalidad como un ecoH o «fartissinio pero
canrabih. Califica ai piano subiro de ~<cremendo)p, y exclama: qNo lo puedo reme-
diar!» mientras lo coca. Y a medida que la pieza comienza a subir de nuevo, encres-
pándose hacia un clímax, cxclama: ySin ninguna piedad, sin ninguna piedad!» Los
primeros compases deben resulrar ((desesperados,desesperados», no «triunfales»;
pero a i final del movimiento, hay un pasaje que debería ser ((amplioy... vicrorio-
so...p ara dar un cambio». El segundo cema debería tocarse de forma cal que resulte
vientimentai en el buen sentido, cargado de sentimiento».
wa-pa-pim wa-pa- pim Franz transmite también los efectos musicaies deseados por medio de referen:
c~asa la cualidad del tono («ahora color, color»), tempo («no demasiado rápido))),
cuando se ejeruta pzanrrszmo, sraccato, y exaaamenre un~hrme.Y e1 pasaje en
el segundo cema, «dos tipos de acontecimientos,, es dinamismo todavía demasiado deo... nada, nada) e insuumentación (hay un
pasaje que no cité donde él habla de escoger enrre hacer resaltar la cualidad de [O-
i no del «violín>)o de la «viola»).
i Sin embargo, cuando le dice a h n o n cómo producir cualidades específicas de
sonido, se está refiriendo sobre todo a las manos y a sus movimientos sobre el te-
clado:

((codavíaalto y menos puigam, para tocar los acordes «eqdbrados» (expresión


Tiene el msmo riuno que en el primer tema, pero las sílabas son disuncas a fin taquigráfica para «las notas rnás aitas, que ejecuta e1 dedo meñique, rnás altas; y las
de transmitir su diferente carácter sentirnentai. nocas más bajas, que ejecuta el pulgar, más suaves*).
l * El wspera» ante. del plano subim, para lograr un corre «completamente nítido*.
Además de su lenguaje de músicaidiálogos, Franz también u& bastante los
i
* Los acordes pianisszmo de la sépúma que deben rocarse cceractamentejuntos?.
gestos. Por ejemplo, en su traramienro de los dos primeros compases, mienuas está
Los pasajes de la octava donde hmnon debe «cedearioy tocar l q c o »
cocando y tarareando,
1 La cancion sentimental dei segundo tema que debe ser interprerada con «La ma-
no derecha más... pegada ai teclado),.
186 ./ Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral / 187

Franz no hace referencia explícita a la estructura de las frases ni al conjunto de presaron juicios de valor muy diferentes sobre el impacto de la tucoría de Frmz y
la estrucnira musical de la pieza, como haría un teórico de la música. Pero por me- la calidad de su relación con h n o n .
dio de sus elecciones de los momentos de mayor concentración de su atención, su Estuvieron de acuerdo en que ambos ejecutantes comenzaron con una aprecia-
manera de asociar medios técnicos con cualidades de sonido, aunósfera ambiental ción y un conocimiento de la obra muy distintos. Todos los participantes se hicie-
o carácrer, revela el armazón esrrucniral utilizando un análisis en la acción que se ron eco del sentimiento de fragilidad de rlmnon en su papel de estudiante debu-
centra exclusivamente en cuesriones relativas a la interpretación. De este modo, sus tando en público que más parecía tener que ver con el mundo del espectáculo qire
sílabas vocalizadas, su interpreración y su gesrudización indican las agrupaciones, con el de la educación. Sin embargo, expresaron unos puntos de vista y unas acti-
la direccionahdad y la estructura de acentuación de las frases. Cuando llega el mo- tudes que contrastaban bastante de unos a otros con relación al proceso observado
mento de establecer los límites de las transiciones en la estrucrura global, Franz re- en el vídeo.
comienda un cambio de pedal (porque «hay una nueva armonía») o un ((amplioy Más de un observador vio el abismo entre Franz y h n o n como insalvable.
viaorioso sonido)) (porque hay un cambio de cono). Su forma de aiargat el piano Uno de ellos, un estudiante de desarrollo arrísuco, vio en h n o n «un muchacho
subito hace resaltar la interrupción de Schuberr y la extensión del movimiento ha- joven, orgulloso, parecido a un joven guerrero), y en Franz «un viejo y sabio lobo
cia adelante del pasaje. Franz nunca introduce el término segundo tema , pero, no de mar rodeado de todo un Weltschmm. Se imaginó a Franz ~uatandode crans-
obstante, marca ese tema con imágenes evocadoras del tipo ((canción sentimental» Formar a i joven guerrero en su propia imagen» y (<sintiólásuma dei joven guerrero
u uotra persona tocando* y con alusiones a contextos ajenos a la pieza como en el a quien se le pedía que renunciara a sus cualidades de guerrero en favor del mundo
caso de la sonata en la mayor de Schuberr o el mundo de las canciones schubertia- frágil y solirario del viejo. Pero ;cómo puede hacer esto el muchacho?)).
nas. Y en la sección que desarrolla el tema de la tempestad que sigue a la canción Otros también vieron a h n o n como aturdido por Franz y compleramence
sentimental, las melodias que Franz urge a &non a frasear son variantes sobre el distante de él. No aprobaron la forma de cutorizar de Franz porque parecía apoyar-
primer y segundo tema. Aunque Franz nunca menciona «tema y variantes)) -o se exclusivamente en el principio jsígame!. Para estos observadores, no parecía que
desarrollo musicai» a ese respecto- indica ambos por medio de su atención selec- Franz tuviese algún interés por comprender la forma en que h n o n concebía la
tiva a las caracrerísucas de la inrerpreración. pieza o en ayudarle a desarrollarla; más bien, parecía insistir en que él estaba en
Franz describe la estructura de la pieza también de otro modo, mediante la re- posesión de la única interpretación correcta, la que iimnon debe «seguin).
ferencia a su argumento. Así, por ejemplc, el comienzo de la lluvia -«la lluvia de Otros participantes en el seminario --entre los que se encontraban algunos, no
Sdiubem,, en la que «uno se moja- y después la tempestad, y la tormenta que todos, de los músicos y y o - vimos a Franz y h n o n como implicados en un diá-
no cesa, con su esmemecedor desenlace finai. Sobre todo se percibe el argumento logo de creciente inrimidad y eficacia, y quedamos impresionados con su recipro-
de la obra como un codo: el peregrino, con su desesperada búsqueda de la felicidad cidad. En nuestra opinión, Franz respondía continuamente a los esfuerzos de
que se haiia «en aiguna oma parre..., d í donde tú no estás». 'Imnon, aunque fuese a la luz. de su propia imagen preferida de la interpretación.
F m z juega con los distintos niveles y tipos de descripción que encontramos Vimos que Franz había sido capaz de formular el verdadero problema de la inter-
aquí con la finalidad de comunicar a h n o n una forma determinada de diseñar la pretación en contestación a su apreciación y críuca de ia forma de tocar .de
interpretación de la pieza. Conforme al patrón que domina en su discurso, Franz i h n o n , y quedamos impresionados por la piasricidad de las respuestas de
empieza por imponer el carácrer musical que quiere que tenga un pasaje -la «de- h n o n rniencras buscaba reproducir en su ejecución lo que Franz le acababa de
sesperación* que aparece ya al principio d d primer tema, el (<eco»de su segunda describir o demostrar. Pero, tal vez, io más imponace es que escuchamos cómo
aparición- y luego le dicc a h o n cómo producir la cuaiidad deseada, acomo- cambiaba la interpretación de h n o n a lo largo de la lección desde una ejeca-
dando sus insuucciones y demosrraciones a los defeaos concreros que acaba de ción inicial que, aun siendo fluida, comperente y triunhce, resuitaba más bien
descubrir en la forma de tocar de éste. uniforme, a una forma de interpretar mucho más diferenciada, interesanre, co-
El final de la lección es, en esre sentido, igual a su comienzo. Franz &de al «es- herenre y viva.
tremecimiento» de la cormenca que va amainando y luego le dice a Amnon como Si bien reconocimos perfeeccamenre el modeio subyacente de dernoscración e
hay que producirlo: imitación que había en el «jsígame!>,de Franz no nos dejamos engafiar por ello, ya
que comprendimos que la lección iba más allá de la simple interpreíación de la
Un toque de ~edal,termina con el pulgar y arrasua, u n pequeño golpe de ~edalso- pi- musical en cuesuón. NOSpareció que Franz intentaba demosuar y describk
bre eso. una manera deremiuiada de diseñas una interpreración coherente d e esru pieza a
fin de uansrniúr a Amnon cómo se podía hacer para diseñar una ejecución cohe-
La c o ~ n ' ó de
n una relanón. Los diversos pmicipantes en el seminario ex- rente de ouas piezas, uarando, por medio de esa experiencia tan bien trabajada,
!5 3 ' Cómo funciona el prácticum reflexivo Ufla clase magistral 185

de ayudar a h n o n a construir su propia apcicud para posteriores diseños. en el prácricum musical como lo son en el del diseño arquitectónico.
Los diálogos entre cucor y aiumno muestran diferencias crucides a ala ilora de
comparar las prácricas de la interpretación musicai y las del diseño arquitectónico;
Conclusión pero cambién existen semejanzas evidentes que subyacen a ambos procesos.
La gran diferencia encre los concenidos y los medios de ias dos prácricas se :e-
;Cómo se pueden comparar esras ilustraciones de aprendizaje y rurorización en Reja en los ámbitos de! discurso ran disrintos a los que recurren los mcoces y 1 -
cias& magisrrales de música con nuestras observaciones del cder de diseño arqui- instrumentos de comunicación mediante los que desarrollan sus diálogos; el ins-
[ecrónico? ;Qué nos dicen, de manera más general, sobre la creación y el desarroilo crumenco comunicarivo del dibujarihablar, en el caso de1 diseño, y ei de cocar/ha-
de un prácticum reflexivo? blat en el de ia interpretación musicd. En ambos casos, no obsrance, los cucores re-
Confirman nuestra forma de razonar sobre el diseño, aunque con aigunas dife- curren a un sistema de medios múltiples para comunicar sus demostraciones y
rencias importantes. Revetan ei carácrer de diseño de la inrerpretación musicd y el descripciones, y analizan ia práctica en términos de movimientos cuyas consecuen-
fuerte parecido familiar que las clases magisrrdes de interpretación musical guar- cias e impiicaciones sobrepasan diferentes ámbitos.
dan con los taileres de diseno. Pero las clases magistrales también se diferencian de Los incérpcetes rnusicaies nabajan a partir de una parúmra; los arquitectos no
los talleres en aspecros que rerlejan diferencias en cuanto a los medios y a los con- Lo hacen así. Sorprende, no obsrance, observar cuánros srados de liberrad posee un
cenidos de una y otra prácrica. intérprete musicai a la hora de explorar y verificar las disrinc.~Formas dcernacivas
El disen'o cle la zjecución y la qemzón del diseño. Cuando a los estudiantes se les de diseñar una incerpretación; en realidad, una buena parre de la carea de cucoriza-
inrroduce en e1 arre de la incerpretación musical, aprenden una forma muy parti- ción en nuesrras clases rna.$straies parece orientada hacia el desarrollo de posibiii-
cular de diseño. En el más simple de los casos, aprenden a acomodar los medios dades paxa la incerpretación que los escudianres no habían irnagmado hasxa ahora.
técnicos a los efectos musicales deseados. En el caso del composiror cuyo ejercicio Y en el caso de la arquirecmra, los supuestos de la ubicación y planificación, igual
((sinimportancia, prácucon ya describí anteriormente en esxe capinilo, a los esni- que los antecdences y procoripos sobre los que se basan tos diseñadores, cumplen
dianres se les ayuda a diferenciar entre los efecros que dicm que producen y aque- aigunas de 13s funciones de ia partitura musicai. En nin&no-de los dos casos se
[los que en realidad producen durance la interpreración, como si dijéramos: produce una libertad ilimitada o un grado de coacción que demande ((unúnico ca-
((Aprendeaquello que ya haces para que :reas capaz de elegir lo que vas a hacer». En mino válido,,.
[res de nuestras ilusrraciones --Casals, Rosernary, Franz- vimos que los tutores Nuesrros ejemplos de clases de incerpretación musical se diferencian de los ra-
cracaban de ayudar a un estudiante a aprender a (<repentizan> sobre una partitura lleres de diseño en el carácrer inminenre que poseen las recíprocas +cienes de
m u s i d . Por medio de muy disuncos métodos, todos ellos buscaron transmitir la m o r y alumno. En 10s diálogos que hemos enraído de !os cdleres de arquirecnira,
idea de que no existe un único camino correcro para la incerpretación de una obra, cucor y alumno discucen acerca de un boceto que el esnidiante ha producido por sí
sino muchas posibles formas válidas, cada una de las cuales debe ser esrimada canto mismo. $olamente el curor diseña sobre la marcha, haciendo un boceto preliminar
en su e s r r u a r a giobai como.en los de-ralles más concretos de su producción. En para mostrar en qué dirección podría ir el verdadero diseño. A tenor de como el
todos los casos, trataron de ayudar al esnidiante a concebir y producir efectos mu- estucúante reaccione ante este eAnfíentamienro,volverá de nuevo a uabajar por sí
s i d e s concreros. El caso de Franz, sobre codo, sirvió para iiusrrar un proceso aná- mismo. En las clases magisrrales, por el conrrario, Greenhouse, h n o n , y la dum-
logo ai que sigue Quisx en su exper&entación del repianreamienro: el signif cado na cnilena de R o s e m q responden a las inrervenciones de sus tutores mediante un
globai impuesro sobre la partirura de toda una pieza musical Y luego elaborado en tipo de ejecución casi ins-mcánea. La interacción de turor y alumno encierra fran-
cuanto a sus impiicaciones con respeno a las cualidades musicales y a los medios queza y celeridad, de forma que Rosemary puede decir inmediacarnence lo que-su
cecnicos apropiados para cada pasaje concreto. aiumna hace-con el segundo tema de la sonara de Brahms, y Franz y h n o n pue-
Igual que en el rder de diseño arquitecrónico, [os estudiances aprenden ha- den pasar con rapida a través de cidos reirerauvos de demosrración.e irniración.
ciendo, con ayuda de la cucorización. Los e s d a n c e s preparan e inrerpreran una Esta diferencia en cuanto a la ({recíprocaceleridad))parece directamente aauibui-
obra musical o una de sus partes; el curor escucha y a continuación responde con ble a 10s áisrinms medios que e s t h implicados: por regia generai, iieva más uem-
sus criucas, sus preguntas, su consejo o su demostración; Y tutor y alumno se im- po ejecutar una Fase del diseño arquitecrónico que interpretar un pasaje musical.
plican en un didogo de discurso verbal e inrerpreraúón musical. En este tipo de Sin embargo, una p m e de la diferencia puede ser debida a las cosrumbres u-adiúo-
ilustraciones, dado que disponemos de muy poca información acerca de lo que naies del prácricurn. Los estudiantes de arquitecrura pueden ser animados (y algu-
piensan o sienten los alumnos, no tenemos ninguna base para tomar decisiones en nas veces lo son) a redizar alguna-panede su tarea de diseño en ~resenciade SU m-
cuanto a si la paradoja y la situación de aprender a diseñar son can predominantes cor; y después de una clase magistral, los estudiantes de música sueien volver a la
190, 1 Cómo funciona el prácticum reflexivo Una clase magistral j 191
/

intimidad de su propia aula de prácticas para continuar con la carea de rediseñar su


1
! un lado e1 hecho de que a veces resultan secuestrados en discos o cintas). No obs-
interpretación de una dererminada pieza.
Esras observaciones acerca de las características distintivas de la formación para
i cante, como ya hemos observado, un indrprere musical como Franz dire6a su eje-
cución y un diseñador arquirectónico como Quist q e c u t a el proceso que conduce
la inrerpretación musical plantean una cuestión más general sobre el concepto de a su diserío.
un prácricum reflexivo: ;Se limita ia inrerpretación a lo que vulgarmenre llamamos
((las artes interprecativas» o resulta, también, una cuestión central para algunas
otras manifestaciones - q u i z á para roda- de la prácrica profesional?
Nuestra respuesta depende, evidentemente, del concepto de ~cejecución»que
I
i
Como ya hemos visto también, es pre~isamenteen el concexro del aprendizaje
de! arte de una práctica donde esras relaciones entre diseño y ejecución adquieren
una relevancia absoiutamenre crucial. Quisc ejecuta para Perra porque quiere que
.

ella vea la manera de emprender un determinado tipo de proceso de diseño que


tengamos en mente. No toda la práctica profesional consiste en una acmación pú- proporciona una buena disposición globd de las edificaciones en un solar. E¡ quie-
ilz'c~.ante una audiencia, aunque una buena parre de ella sí lo sea. Basra con con- i re que ella aprenda no sólo a reconocer un buen diseño cuando io renga delance,
siderar la comparecencia de un procurador anre un juez y jurado, la acmación de
un profesor en una clase, las alocuciones públicas de un directivo a sus empleados 1 sino a reconocer y a llevar adelante un buen modo de dispn'ar. Por el contrario,
Franz trata de ayudar a Arnnon a improvisar su ejecución de la Fantaría schuber-
o clientes, las presentaciones de un planificador urbanista, o las visiras de inspec-
ción de un médico. En este tipo de campos, son bastantes los profesionales que ile-
i tiana facilitando su comprensión de cómo está configurado este tipo de ejecución;

gan a especializarse en el diseño y propagación de actuaciones públicas competen-


i y al mosrrarle lo que puede estar implicado en una ejecución de la Fantaráa schu-
bertiana, cambién desarrolla cuestiones y procesos que resuitan de v i d imporran-
ces hasta el punto de referirse a si mismos, en momentos de descuido o despreo- cia para el diseño de una ejecución de cualquier orra obra de Schuberc, o, en cier-
cupación, como ~~ejecutivos». No obstante, para muchos otros miembros de estas tos aspectos fundamentales, de cualquier obra en general.
profesiones, y para la mayor parte de los profesionales en el ámbito de la ingenie- Resuira vencajoso yuxtaponer-aquellas prácticas que hndamenraimente rende-
ría, la estomatología, la enfermería o la psicocerapia, las actuaciones públicas ocu- mos a ver como productos y aquella otras que vemos más como procesos, de forma
pan un lugar mucho menos relevante en e¡ terreno de la práctica. que podamos ver más fácilmente la ejecución en las primeras y el producto en las
Pero si udizamos e1 drmino ejecución para referirnos a la ejecución de cud- segundas. Pues si, en un prácticum reflexivo, es absolutamenre crucial ver a un
quier proceso comperente, público o privado, enronces está claro que toda la prácti- práctico como un construaor de objetos, resulta iguaírnenre imporrance verle co-
ca profesional consisre en ejecurar. Sin embargo, por lo general, no hacemos hinca- mo un ejecutor cuyo conocimienro en la acción incluye, como un eiemento fun-
pié en la ejecución en este sentido ni la disringuirnos de la consecución de los damenrai, la capacidad para diseñar su ejecución.
resultados profesionales aperecidos. Solemos juzgar a los profesionales por sus re- iMadelos de tuton'zacibn. Agunas de las ilustraciones presenradas en este capítu-
sultados, en algunos casos, por sus producros rangibles. Solemos decir de los abo- lo son sorprendencemence similares a algunos de los diálogos de raller analizados
gados que son buenos.cuando ganan los casos, protegen a sus dientes de los peli- en la segunda parte. El diálogo enrre Rosemay y su alumna chilena debería ser pa-
gros legales o redactan convenios que resisten al paso del ciempo. Solemos decir de rangonado al que tiene lugar enue Dani y ,Michal; y el de la clase ma$stral de
un arquirecro que es bueno cuando construye buenos edificios, y lo apiicarnos a Franz con h n o n al diálogo enrre Quist y Perra. Las dos comparaciones evocan
los médicos cuando redizan diagnósucos precisos y prescriben un tratamiento efi- modelos de mtorización que uanscienden a los estilos de determinados insuucto-
caz. Nos cenrramos en la ejecución en este sentido más amplio solamente cuando res y sobrepasan los límites h a b i d e s enue los campos de la práctica.
adopramos un punro de vista más neuual y esrérico sobre la prácrica, por ejemplo Cada uno de ios dos modelos sometidos a análisis -(experimentación com- -
cuando admiramos el refinado trabajo de investigación c h i c a de lun médico o ia panida» y «jsígamd»- resulta una forma disuntiva de cumplimentar la triple carea
capacidad de un directivo para llegar rápidamente al meuiio de un complejo pro- de mtorización. Cada una de ellas se ajusta a los diversos conrextos y demanda
blema de organización. Pero un médico que normahente realiza diagnósticos pre- competencias direrenta d d mcor y del alumno.
cisos o un abogado que frecuentemenre gana sus casos poseen una forma caracre- Al igual que Dani, Rosemary invita a su alumna a escoger las cualidades musi-
ríscica de ocuparse d d proceso de diagnóstico o de liugio. ES en la manera que cales que a eiia misma le gustaría escuchar en los remas del primer. movimiento de
tienen estos profesionales de inkgpremr donde reside su forma disUnciva de cono- la sonata de Brahms. Rosemary deja en manos de la alumna la elección de los efec-.
cimiento en la acción. ios musicales apetecidos pero comparte con eiia un experimento orientado a la in-
EL diseño arquitectónico y la interpretación musical pueden seMr de modelos censificación de esos efectos. A igual que Dani, Rosemary es relarivista acerca de
para dos formas diferentes de mirar a la práctica. ~ M i e n mque solemos pensar en 10s efectos y objeriva acerca de los medios. Por ejemplo, cuando la esnidiante &de-
1a.arquiteaura en rérminos de sus productos (bocetos, planos, edifiúos),.vemos a
los músicos profesionales principaimente en términos de sus procesos (dejado a
-
1! na prueba f~rmasde producir la serenidad del segundo rema, Rosemary
',a ayuda a ver que puede jugar sus resultados por medio de la evidencia-de sus
192. / Cómo funciona el prácticum reflexivo I Una clase magistral 1 193

propios sentidos; no necesita depender para ello de la opinión de nadie más ni de i «jSígame!»conduce a esta misma circunstancia Su modelo dominante es ir de-
la autoridad de su tutor. mosrración e imitación; su mensaje subyacente es ((hadocomo lo hago yo», bien se
Resulta crucial para la manera de cucorizar de Rosemary, como para ta de Dani, comunique de una manera explícira, como hace Casals, o implícita, como hacen
que la esrudianre imagine más de una forma de producir las cualidades que desea. Franz y Quist. La invitación a imitar es también, en cierro modo, una invitación a
Implícitamente, Rosemary transmite la idea de que la técnica no es un asunto que
tenga que ver con ia aplicación de la regia sino con el ensayo y la evaluación de
1I experimentar, ya que, si quiere «segur», el esnidiante debe construir en su
ejecución aquello que él ejecuta como rasgos esenciales de la demosuación del m-
métodos aitemacivos de producción. Por canco, cuando orienta su labor mrorid de
esta Forma (y no conviene olvidar que cambién nisotiza a ouas alumnos de otras
[ eo r.
Tanto en el caiier como en la clase magisnal hemos tenido ocasión de ver aígu-
maneras) lo primero que hace es ayudar a la alumna a idenu&?cartemas diferentes n a variantes de «isígame!». Casals manifiesta una disposición de absoluta fianque-
a y a s cudidades son imponantes, luego ie pregunta cuáies son las cualidades que za a la hora de demostrar su forma de interprttar 12 suite de Bach; espera que
ella escucha en ellos, representa (igual que Dani había esbozado) diferentes mane- Greenhouse le siga hasca en los más mínimos derdles. Quist ie pregunta primero a
ras de intensilicar esas cualidades, y, por dtimo, le pide a la aiurnna que decida so- Perra cuáles son los problemas que ya ha descubieno y sólo después le muesm una
bre el método que ella prefiera. I manera de enfrentarse a la carea en la que sus problemas aparecen replanteados y
A lo larso de este proceso, Rosemary demuestra una forma de descomponer la [ resueitos. Lranz comienza con una critica global de la interpretación que hace
ejecución global en problemas conexos, cada uno de los cuales puede encontrar so- h n o n ; ofrece, por contraste, su propia imagen de la ejecución; y pasa a demos-
lución a través de la experimentación. Trata el diseño de una ejecución como una 1 trae en cada uno de los pasajes cómo puede iíevarse a cabo a r a nueva imagen.
serie de experimentos acerca de la producción de efectos musicales deseados, igual 1 h s t e n también diferencias en la manera en que cada mtor adapta su carea al
que Dani había hecho con las cualidades de identificación con la naturaleza, fo- I aiumno en parricdar que tiene ante él. Casals, hasta el punto en que podemos
mento de la inceracción social y esrimulación de ¡os sentidos.
Rosemary y Dani parricdarizan su enfoque de la tarea interpretativa cenuán-
l afirmarlo a panir de lo que nos cuentri Greenhouse (y existe una evidencia impar-
cial de otros de sus anriguos discípulos), enseñaba genériccmenre por medio de la
dose en Las intenciones y dificultades de esta esmdiante y ofreciéndoie luego La ii- - 1
I demosrración e imiracion; parece no haber hecho ningún esheno para darse cuen-
berrad de poder eiegir la opción que ella prefiera. Y -desde e1 punto de visía de
la relación- Fraguan una alianza con la alumna llegando a decirle, de hecho, -
i
I
ca de la idiosincrasia de Gieenhouse. Fraaz, no obstante, respondió sistemática-
mente a aqueilos puntos FUerres y débiies que surgían en el esfueno de imitacion
f que hacía h o n , moviéndose con una celeridad reciproca a través de cicjos de
Aquí probiema que rú has escogido. Vamos a dejarlo ahi a un Lado y veamos
esri ei demostración, imitación y crítica. Quisc adoptó como plunco de parcida para su
como podríamos resoiverlo juntos. dernosrración los problemas coccreros de Pena pero, una vez que se lanzó sobre
eilos, bu) muy poco por descubrir o responder a ias difidcades apccificas que
iidopcan una postura de acercamiento 4alumno, sentándose a su lado ]í com- ella tenía.
pmiendo ei probIerna. En cuanto a ia conserucción de relaciones, Quisr, Franz y Casals asumen Dási-
Para que ia experimentación compartida sea. apropiada y facGble deberán saus- camence que es su propia responsabiiidad mosnar el camino y la de los durnnos
facerse varias condiciones. Debe haber una manera de dividir ia carea jiobd en seguirlo. Sin embargo, a pesa del hecho de cornpanir esre supuesto básico, sus es-
problemas imrnunentdes manejables. EA esmdianre debe ser capaz de decir cuáles tilos son dzerences. En su clara exigencia de una imitación d pie de ia letra, Casals
son los efectos que le gustaría producir, debe saber lo que quiere. Y, por díimo, el resuira de lo más apremianre e iniiexible. F r z parece establecer una relación más
mror debe aras dispuesro a mantener los objeuvos formawos denuo de los Iími- cálida y más íntima con h n o n que la que Quist mantiene con Petra.
ces del modelo. La experimentación compamda puede empicarse para ayudar a ver Franz y Quise parecen tener a veces la sensación del peiigro de provocar acum-
:,un m d i a n t e que puede piantear con- iibercad sus propios objeuvos. P\iede desa- des defensivas en sus dumnos y matan de suavizar su impacro. Franz, siempre tan
rroilar muchas forrnas posibles de obtener un efecro deseado, incrociucir ia idea de apacible, se acerca con mucha cautela a la primera crítica que hace cie la interpreta-
disefiar una ejecución a uzvés de una serie de qerimentos parciales, y ayudar a ción de h n o n :
refinar las percepciones que tiene el esrudiance sobre las c d d a d e s d e sus resula-
dos. Pero la experimentación compartida resdca inadecuada cuando un mtor de- ;Muy bien, Bello. Redmenee magnífico! Me encanda s e r oyéndote- Pero uno
sea transmie una manera determinada de trabajar, o una forma d c ver la ejecu- no puede renerio codo. .kí que si ahora vamos a dlcuúrio un raro... acá muy bien,
ción, que va más allá de io que un e s d a n t e es capaz d e describir en ese muy bieq ... Lo que me &a criticar es, pienso.quc es, que lo encmmua un
p w excesivamente apacibie, aemasiado apacible, me crea o no, paba esa pieza
-194- Cómo iunciona ei prácticum reflexivo

Y Quist finaliza su diálogo con Pecra diciendo:


l EL APRENDIZAJE DEL ARTE DE LA
PRACTICA PSICOANALI?'IGA
Sigue adeiante, vas a conseguirlo.
I
Esras tácricas de suavidad y compensación se comprenden (por eficaces O inefi- l
caces que puedan resultar) si tenemos en cuenta que «isígame!»posee un potencial 1
especial para provocar las actitudes defensivas de un estudiante. «iSígame!» apela a
que el tutor critique la ejecución del aiumno en v a de compartir con él, colabora- /
civarnente, una tarea de resolución de problema; y, por fuerza, evoca cualquier tipo
de vulnerabilidad y ambivdencia que el estudiante pueda sentir en el transcurso de
su imiración deliberada.
Aun así, {(jsígame!)~resulta fundamental para un prácticum reflexivo. Su necesi-
dad se hdarnenca en la paradoja de aprender a interpretar una tarea como dise-
ño. ,4 veces, sobre todo en los primeros momentos del prácíicum, el estudiante
tendrá que seguir a su instructor incluso cuando no esté muy seguro - e n realidad
precisamente porque está insegur- de lo que va a aprender haciéndolo de este
modo. Incluso la experimentación comparrida viene a ser, en cierto sentido, una Diseñar es, como hemos visto, una actividad esenciaherice consuucuva. Un
versión de «jsígame!», pues Rosemary y Dani en realidad demuestran, y esperan diseñador da coherencia a una situación más o menos indeterminada, comproban-
que sus estudiantes la imiten, una nueva manera de pracucar e interpretar absolu- do su estrucnira a través de una. red de movimientos, consecuencias e implicacio-
tamente trascendental. nes. A veces, percibe las consecuencias de sus movimientos como una conversación
rettospecuva que demanda un nuevo giro de la experimentación sobre el marco
conceprual. Mantiene una conversación reflexiva con los maceriaies de la situación
que nos recuerda el relato que-Edmund Carperuer hacía del escultor esquimd que
pacientemente cailaba un hueso de reno, exclamando finamente : foca!*
Hay un paso reaimente muy pquefio enue el diseño que hace Quist y el que
realiza Franz de su ejecución rnusicai.. Si tornamos buena noca d e las diferencias
significativas que existen enue los dos tipos de medios y d e lenguaje, podemos ver
sin mavor dificuitad que el diseño de Quisr sobre la geometría de unos edificiosen
una decerminada ubicación y e1 que realiza Franz sobre. una interpretación de l a
Fantasía de Schuben son modelos muy parecidos de una experimentación sobre ef
marco concepcuai..
La distancia se hace mucho mayor -realmente es un saito- a la hora de.reco-
nocer como diseñadores a 10s prácticos. de otras profesiones que. es& he=.del
ámbito de las bellas mes. Para poder conremplar la abogacía,. la gestión empresa-
rial, la. docencia o la medicina hospidaria como una f o m . de experimentación
sobre el marco c o n c e p d -a veces como una conversación reflexiva con.los ma-
ceriaies de la situación- no nos queda más remedio que adoptar un devis- r3

ta consrrucrivisra,
Lo que hace que esto resulte difícil, o-inusuai, e s nuesua; tenden& a pensar
que los arristas.crean cosas y los profaionales que pertenecen a- o-. profesiones s e
ocupan de las cosas d como éstas les vienen dadas. Según el punto d e vista positi-
vista d e la competencia profenonal como pericia técnica, los p r o f a i o d e s compe-
tentes poseen modelos precisos d e sus objeros específicos.junto a técnicas podem-

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