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TEMA 4.

FISIOPATOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO Y ÓRGANOS DE LOS


SENTIDOS.

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................. 1
2. ANATOMÍA DEL SISTEMA NERVIOSO............................................................................. 2
2.1. Sistema nervioso central............................................................................................. 3
2.1.1. El encéfalo..........................................................................................................3
2.1.2. La médula espinal.............................................................................................. 5
2.1.3. Las meninges y el líquido cefalorraquídeo.........................................................5
2.2. Sistema nervioso periférico (SNP).............................................................................. 6
2.3. Sistema nervioso somático o voluntario......................................................................7
2.4. Sistema nervioso autónomo........................................................................................7
2.5. Receptores sensoriales...............................................................................................8
2.6. Los sentidos químicos: el gusto y el olfato..................................................................9
3. PATOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO..........................................................................11
3.1. Tumores cerebrales...................................................................................................11
3.2. Meningitis.................................................................................................................. 12
3.3. Trastornos degenerativos..........................................................................................12
3.4. Trastornos neurológicos............................................................................................ 14
3.5. Otras afectaciones del sistema nervioso y órganos de los sentidos.........................15

1. INTRODUCCIÓN

Una vez que conocemos aspectos generales de los organismos vivos a nivel tisular y a nivel
celular, y teniendo nociones de anatomía y de conceptos relacionados con la salud y la
enfermedad, conviene empezar a desgranar la fisiopatología de los diferentes aparatos y
sistemas de nuestro organismo, y así tener una visión en conjunto del cuerpo humano y de
la forma en la que éste responde a la enfermedad. Para ello, en esta unidad nos
centraremos en estudiar aquellos sistemas que se encargan, de diferente manera, de
coordinar de forma conjunta las funciones de todos los aparatos y sistemas del cuerpo
humano.

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El sistema nervioso es el encargado de coordinar y regular prácticamente todas las
funciones del organismo, y es el responsable de nuestra actividad intelectual (la conciencia,
el pensamiento, el lenguaje, la memoria y el resto de funciones superiores o
comportamiento cognitivo). A nivel interno, se coordina con el sistema endocrino
estimulando o inhibiendo ciertas glándulas de nuestro cuerpo para que secreten hormonas,
unas sustancias que actúan como mensajeros químicos.
Además, el sistema nervioso es el que nos ayuda a relacionarnos con el medio externo, ya
que recibe, procesa y en consecuencia actúa, con toda la información recogida a través de
los órganos de los sentidos.
La información en ambos casos se transmite de distinta forma: en el caso de la información
sensitiva y motora recogida a través de los sentidos, el sistema nervioso actúa rápidamente
a través de impulsos nerviosos conducidos por los axones de las neuronas. En las sinapsis,
los impulsos nerviosos desencadenan la liberación de moléculas mediadoras (mensajeros)
llamadas neurotransmisores.
En el caso de la información interna mediada por las hormonas, las respuestas del sistema
endocrino a menudo son más lentas que las respuestas del sistema nervioso; a pesar de
que algunas hormonas actúan en segundos, la mayoría requieren varios minutos o más
para producir una respuesta. Sin embargo, los efectos de la activación del sistema nervioso
son por lo general de menor duración que los del sistema endocrino.
Además, el sistema nervioso actúa sobre músculos y glándulas específicas, y la influencia
del sistema endocrino es más amplia; ayuda a regular a todos los tipos de células del
organismo.
También tendremos varias oportunidades para ver cómo los sistemas nervioso y endocrino
funcionan juntos como un "supersistema" entrelazado. Por ejemplo, determinadas partes del
sistema nervioso estimulan o inhiben la liberación de hormonas por parte del sistema
endocrino.

2. ANATOMÍA DEL SISTEMA NERVIOSO.

El sistema nervioso puede dividirse desde el punto de vista anatómico y desde el punto de
vista funcional:

Según sus características anatómicas

Sistema nervioso central (SNC) Sistema nervioso periférico (SNP)

Comprende al encéfalo y la médula espinal Comprende los pares craneales (XII) y los nervios
espinales.

Según sus características funcionales

Sistema nervioso somático o voluntario (SNS) Sistema nervioso autónomo o vegetativo (SNA)

Comprende los nervios sensitivos y motores Comprende el sistema nervioso simpático y el


que inervan a los músculos esqueléticos de sistema nervioso parasimpático, que inervan los
contracción voluntaria. músculos de musculatura lisa, el miocardio, los
vasos sanguíneos y glándulas.

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2.1. Sistema nervioso central.

En el sistema nervioso central se van a recibir los diferentes estímulos (tanto internos como
externos) para interpretarlos y generar una respuesta dirigida hacia músculos o glándulas a
través del sistema nervioso periférico. Está formado por el encéfalo y médula espinal, así
como por una serie de estructuras que lo protegen: las meninges y el líquido
cefalorraquídeo. Cubriendo todas estas estructuras, existen además dos estuches óseos:
el cráneo, que contiene y protege al encéfalo, y la columna vertebral, que hace lo mismo
con la médula espinal.

2.1.1. El encéfalo.

El encéfalo consta de tres partes principales: el cerebro, el tronco del encéfalo y el


cerebelo. Cada una de estas partes tiene varias zonas más pequeñas con funciones
específicas.

● Cerebro:
El cerebro propiamente dicho es el telencéfalo, responsable de nuestra actividad
intelectual: controla prácticamente todas las actividades sensoriales, motoras, instintivas y
emocionales del ser humano. Es la parte del encéfalo que tiene un mayor tamaño y la que
se sitúa en una posición más elevada. En él podemos encontrar la corteza cerebral que
envuelve el cerebro, la cual está formada por dos capas, una superficial que forma una serie
de pliegues o circunvoluciones (la sustancia gris), y otra capa más profunda que constituye
la sustancia blanca. En la sustancia gris es donde se sitúan la mayor parte de las
neuronas del sistema nervioso, mientras que la sustancia blanca está formada
principalmente por axones que conectan las neuronas de la corteza cerebral entre sí, así
como con otras zonas del encéfalo y de la médula espinal.

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Además, el cerebro se divide en dos mitades: los hemisferios cerebrales derecho e
izquierdo. Los dos hemisferios están conectados por un puente de sustancia blanca
formado por fibras nerviosas (llamado cuerpo calloso) que atraviesa el centro del cerebro,
comunicando ambas partes entre sí.

Cada hemisferio está subdividido en 5 lóbulos (frontal, parietal, temporal, occipital e


insular), cada uno con funciones específicas, pero para la realización de la mayoría de las
actividades se necesita la cooperación de varias áreas en diferentes lóbulos de ambos
hemisferios. Así, por ejemplo, el lóbulo frontal entre otras cosas, es el que controla el
lenguaje y el pensamiento, pero para ello necesita del lóbulo temporal para controlar la
memoria, tanto la reciente como a largo plazo (demencia frontotemporal).

● Situada inmediatamente por debajo del telencéfalo y por encima del tronco
encefálico, existe una zona intermedia llamada Diencéfalo, la cual algunos autores
lo incluyen como una cuarta parte de la división del encéfalo y otros autores lo
incluyen dentro del cerebro. Sea como fuere, el diencéfalo está encargado del
control de las emociones y las sensaciones del ser humano y se divide en varias
partes cada una con funciones específicas, de las cuales destacamos:

○ El tálamo: situado casi en el centro del cerebro, recibe, procesa y filtra todos
los estímulos que se reciben a través de los sentidos que van al cerebro (a
excepción del olfato), es decir, el tálamo procesa esta información sensorial,
descarta las partes que no sean demasiado importantes y manda el resultado
final hacia la corteza cerebral, donde esta información seguirá siendo
procesada.
○ Hipotálamo: es el órgano que enlaza el sistema nervioso con el
endocrino, ya que regula a la hipófisis. Además controla la temperatura
corporal, actividades viscerales (hambre, sed) y emocionales (dolor, placer,
ira, agresividad) entre otras funciones.
○ Hipófisis o glándula pituitaria: es un órgano pequeño que se ocupa de
producir las hormonas que estimulan a otros órganos diana.
○ Glándula pineal: es una pequeña glándula endocrina que produce
melatonina, una hormona derivada de la serotonina que afecta a la
modulación de los patrones del sueño, tanto a los ritmos circadianos como
estacionales (se verá en el tema 5, sistema endocrino).

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● Tronco del encéfalo:
Se sitúa por debajo de la corteza cerebral y comunica el cerebro con la médula espinal.
Está formado por tres partes (mesencéfalo, protuberancia o puente y bulbo raquídeo) y se
encarga de regular todas las funciones internas de nuestro cuerpo, como la intensidad y
frecuencia del latido cardíaco o la frecuencia respiratoria, entre otras, principalmente a nivel
del bulbo raquídeo. Si se lesiona gravemente, se pierde la consciencia y todas estas
actividades automáticas dejan de funcionar. Como resultado de esta muerte cerebral se
produce prontamente la muerte (puntilla del toro). Sin embargo, si el tronco cerebral se
mantiene intacto, el cuerpo puede permanecer vivo, incluso cuando existen graves daños
en el cerebro que hacen que sea imposible la conciencia, el pensamiento y el movimiento
(estado de coma).

● Cerebelo:
Localizado en la parte posteroinferior del cerebro, entre sus muchas funciones la más
estudiada es la regulación y monitorización de movimientos complejos que requieren una
cierta coordinación, es decir, de la motricidad. También tiene un papel en el mantenimiento
del equilibrio al estar de pie y caminar, ya que está conectado con los órganos del equilibrio
del oído interno. Su lesión produce la ataxia cerebelosa.
https://www.youtube.com/shorts/CaswWaUGgdU

https://www.msdmanuals.com/es-es/hogar/enfermedades-cerebrales,-medulares-y-nerviosa
s/biolog%C3%ADa-del-sistema-nervioso/cerebro (ver modelo 3D)

2.1.2. La médula espinal.

Es una estructura de tejido nervioso con forma cilíndrica que se extiende desde el encéfalo
hasta la primera vértebra lumbar por el interior de la columna vertebral, en un espacio
llamado canal medular. En ella están todos los nervios que inervan los miembros superiores
e inferiores, con lo que su sección implicaría la parálisis del cuerpo desde su rotura hacia
abajo (paraplejia, tetraplejia).

2.1.3. Las meninges y el líquido cefalorraquídeo.

Tanto el encéfalo como la médula espinal están recubiertos por tres capas de tejido
(meninges) que los protegen:

● Duramadre, es la membrana más externa y resistente. Debajo de duramadre esa SUBDURAL


● Aracnoides, es la capa intermedia. Está separada de la duramadre por el espacio
subdural. Debajo de aracnoiges esta el espacio SUBARACNOIDEO
● Piamadre, la capa más interna, está adherida a la superficie del cerebro y de la
médula espinal. Está separada de la aracnoides por el espacio subaracnoideo. Por
este espacio circula el líquido cefalorraquídeo.

El líquido cefalorraquídeo es un líquido incoloro, cuya función principal es proteger el


encéfalo y la médula espinal, actuando como amortiguador y ayudando a contrarrestar la
presión intracraneal.

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2.2. Sistema nervioso periférico (SNP).

El sistema nervioso periférico comprende todas aquellas estructuras de tejido nervioso que
se ubican fuera del SNC, es decir, los nervios o pares craneales y los nervios espinales
o raquídeos. De esta forma, la función principal del sistema nervioso periférico es conectar
los estímulos que recibe el cuerpo tanto externos como internos, con el sistema nervioso
central.

Los nervios o pares craneales son 12 pares


de nervios que se originan y parten del
encéfalo y se conectan con estructuras de la
cabeza, cuello y tronco por los agujeros del
cráneo. Estos nervios pueden estar formados
por fibras sensitivas, motoras o ambas
(mixtas). Cada uno recibe un nombre
reflejando su función principal y se numeran
utilizando los números romanos indicando su
nivel de aparición, de delante hacia atrás.

(ver vídeo classroom)


https://www.youtube.com/watch?v=Vkm8ER1EF1Q

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Por su parte, los nervios espinales o raquídeos son 31 pares de nervios que salen o llegan a
la médula espinal y se distribuyen por la piel, mucosas y músculos esqueléticos de todo el
organismo. Para ello, los nervios espinales tienen una rama aferente o sensitiva (sube
información) y otra eferente o motora (baja) por donde se transmite la información desde el
SNC al cuerpo y viceversa.

2.3. Sistema nervioso somático o voluntario.

Atendiendo a sus características funcionales, el SN se divide en el SN somático y el SN


autónomo (SNA).
El sistema nervioso somático o voluntario se encarga de realizar el control de las
funciones voluntarias, las que permiten al organismo su relación con el medio externo. Lo
comprenden los nervios sensitivos que recogen información desde los receptores
sensoriales hasta el SNC, y por nervios motores que inervan a los músculos estriados
esqueléticos, es decir, aquellos que tienen una contracción voluntaria dependientes de la
voluntad y responsables de movimientos como mover un brazo, retirar la mano al
quemarse, andar, correr, saltar, … En estas respuestas voluntarias interviene la corteza
cerebral (SNC) y el SNP.

2.4. Sistema nervioso autónomo.

El sistema nervioso autónomo (SNA) es una parte del sistema nervioso que controla las
funciones corporales involuntarias y los órganos internos, como la respiración, la
digestión, la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal.
Está compuesto por dos subsistemas principales: el sistema nervioso simpático y el
sistema nervioso parasimpático, donde la acción de estos sistemas es antagónica de uno
con respecto al otro. Ambos sistemas trabajan juntos para mantener el equilibrio en el
cuerpo, lo que se conoce como homeostasis.
En situaciones de estrés o peligro, el sistema nervioso simpático se activa para ayudar al
cuerpo a responder de manera efectiva (“reacción de lucha y huida”), por lo que suele ser
excitador y está mediado en gran parte por la hormona cortisol y la adrenalina. Ej.:
Taquicardia.
Por el contrario, el sistema nervioso parasimpático ayuda al cuerpo a recuperarse y volver a
su estado de equilibrio después de la situación estresante, lo prepara para el reposo y
ahorro energético. Suele ser inhibidor (ej.: bradicardia). Su neurotransmisor más típico es la
noradrenalina y la acetilcolina.

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2.5. Receptores sensoriales.

En su función de relación tanto con el medio externo como con el medio interno, la puerta
de entrada de la información al sistema nervioso es proporcionada por los receptores
sensoriales que detectan estímulos tales como tacto, sonido, luz, dolor, frío, calor, etc.
Los receptores sensoriales son los encargados de convertir la energía del estímulo
detectado en mensajes nerviosos. Esta señal viaja por neuronas sensitivas hasta el SNC, el
cual recibe y procesa la sensación captada por el receptor. En este proceso participa otro
más complejo, la percepción, la cual podemos definir como la interpretación que hace
nuestro cerebro del estímulo sensorial recibido y que está ligado a la información
previamente adquirida (por ejemplo, una persona puede oler una colonia desconocida y le
gustará más o menos, mientras otra persona al oler ese misma colonia inmediatamente la
asocia con alguien conocido).

Los receptores pueden clasificarse de distintas formas según el criterio empleado:

A. Según el origen de los estímulos:

● Exteroceptores: captan estímulos provenientes del exterior del cuerpo. Se localizan


cerca de la superficie de la piel y detectan principalmente el tacto, el olfato, la
temperatura, el dolor, el sonido, la vibración, el picor, etc.
● Interoceptores: son los receptores sensoriales que detectan los estímulos
provenientes de los órganos internos y los vasos sanguíneos, particularmente los
sistemas cardiovascular, digestivo, reproductivo, respiratorio y urinario. Son capaces

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de detectar cambios en la presión (barorreceptores) o en la concentración de
determinadas sustancias químicas (quimiorreceptores), tales como el nivel de
oxígeno en sangre, el nivel de glucosa en sangre, etc.
● Propioceptores: proporcionan información acerca de la posición y orientación del
cuerpo en el espacio y del movimiento muscular. Se ubican en músculos y
articulaciones principalmente.

B. Según la naturaleza física del estímulo al que responden:

● Fotorreceptores: detectan estímulos luminosos (luz), permiten la visión y se


ubican en la retina del ojo (sentido de la vista). Son los llamados conos y bastones.
● Quimiorreceptores: captan moléculas de sustancias químicas que pueden
encontrarse en el aire (sentido del olfato), en los alimentos al disolverse en la saliva
(sentido del gusto) o en la sangre (por ejemplo, niveles de calcio).
● Nociceptores: captan dolor, son un tipo especial de quimiorreceptores que
detectan sustancias que liberan las células al ser dañadas, están por todo el cuerpo.
● Mecanorreceptores: detectan estímulos mecánicos y generan sensaciones de
presión, vibración, tacto y cosquilleo (sentido del tacto y oído). Los propioceptores
son un tipo de mecanorreceptor.
● Termorreceptores: detectan cambios de temperatura (frío o calor). Se ubican en
todo el cuerpo.

https://www.youtube.com/watch?v=ocSxFcVkUn0&t=95s (receptores)

2.6. Los sentidos químicos: el gusto y el olfato

Los sentidos especiales son aquellos órganos de los sentidos que presentan una
agrupación de sus receptores en una zona concreta del cuerpo, tales como el oído, la vista
y los sentidos químicos, gusto y olfato.
Los receptores del gusto y del olfato son quimiorreceptores, se activan ante estímulos de
naturaleza química. La diferencia entre ambos respecto al estímulo radica en que los
quimiorreceptores gustativos detectan moléculas que están en solución, y los olfativos,
moléculas que, además de ser solubles, han de ser también volátiles.

● El olfato:
El sentido del olfato no está muy desarrollado en el ser humano. Los receptores sensitivos
olfatorios están situados en una zona especializada de la mucosa nasal, el epitelio
olfativo, situado en la parte superior de la cavidad nasal. Sin embargo, para que una
sustancia química sea capaz de estimular a los receptores olfativos que entran en la
cavidad nasal debe cumplir una serie de características: debe ser volátil, tener un tamaño
adecuado, estar presente en una concentración determinada capaz de ser detectada, y
tener la capacidad de disolverse en la capa mucosa del epitelio olfativo. Si cumple con estas
características, se produce la estimulación de los receptores olfativos, y estos llevarán la
información al encéfalo a través del nervio olfatorio (par craneal I).

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● El gusto:

La principal responsable de este


sentido es la lengua, en la cual, en
su mucosa se encuentran los
botones gustativos, que se
encuentran agrupados en las
papilas gustativas. Además de en
la lengua, también existen botones
en la mucosa del paladar blando
incluyendo la faringe y el primer
tercio del esófago. Los botones
gustativos están formados por
células sensoriales (50 cél/botón),
las cuales presentan
prolongaciones en forma de microvellosidades por su extremo apical con las que captan los
estímulos químicos. En la cara basal o polo opuesto las células receptoras hacen sinapsis
con fibras aferentes que envían la información al SNC.

Existen clásicamente cuatro sabores primarios: dulce, salado, ácido y amargo, y también
se ha incorporado un quinto conocido con el nombre de umami, correspondiente al
glutamato y aspartato sódico, dos aminoácidos presentes naturalmente en muchos de los
alimentos que comemos todos los días (quesos curados, carnes curadas, tomates,
champiñones, salmón, bistec, anchoas, té verde, etc) y utilizados ampliamente en la comida
oriental. Los sabores principalmente son reconocidos en diferentes lugares de la lengua, de
acuerdo con la siguiente imagen, pero toda la lengua posee receptores de todos los
sabores:

➔ El sabor dulce corresponde principalmente a moléculas de naturaleza glucídica.


➔ El sabor ácido se debe a la concentración de iones H+.
➔ El sabor salado está causado normalmente por cationes de Na+.
➔ El sabor amargo está causado por compuestos orgánicos muy diferentes, como la
quinina, cafeína, nicotina, morfina, etc.

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La saliva mezclada con el alimento va a dar lugar a la liberación de las sustancias químicas
responsables del sabor. Éstas serán captadas por los quimiorreceptores de los botones
gustativos, los cuales transmitirán la información al encéfalo del SNC a través de los pares
craneales VII, IX, y X (facial, glosofaríngeo y vago) para procesar la respuesta.

Ambos sentidos están muy relacionados, ya que el sabor de diversos alimentos es, en gran
parte, una combinación de su sabor y de su olor. En consecuencia, muchos de los alimentos
pueden tener un “sabor diferente” si la persona tiene un resfriado que disminuye el sentido
del olfato.

3. PATOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO.

El sistema nervioso tiene una gran complejidad estructural, por ello debemos tener en
cuenta que su correcto funcionamiento depende de la perfecta integridad en los distintos
elementos que lo componen. Las patologías del sistema nervioso afectan tanto al sistema
nervioso central, con alteraciones de todo el organismo, como al sistema nervioso periférico,
produciendo modificaciones en el movimiento y sensibilidad de las extremidades. Para
hacer una clasificación de estas enfermedades, se suelen agrupar en categorías según sus
características y partes afectadas, sin embargo, es importante destacar que en muchos
casos, una misma enfermedad podría pertenecer a varias categorías, lo que hace que la
clasificación no sea tan clara y definitiva.

3.1. Tumores cerebrales.

Pueden ser benignos (20%) o malignos (80%), y


en el caso de estos últimos, primarios o
metastásicos. Ya sean benignos o malignos, los
tumores cerebrales pueden ocasionar graves
problemas por interferir directamente en las
funciones cerebrales, ya sea por compresión o por
infiltración de los tejidos circundantes. Los síntomas
son muy variables y dependerán del tamaño, la
ubicación y el tipo de tumor. Algunos de ellos son
dolor de cabeza, náuseas y vómitos, debilidad o pérdida de sensibilidad en una parte del
cuerpo, convulsiones, cambios de la personalidad y problemas de visión o equilibrio. El
tratamiento para un tumor cerebral depende del tipo, velocidad de crecimiento, ubicación y
la gravedad del tumor. Algunos pueden ser tratados con cirugía, mientras que otros pueden
requerir radioterapia o quimioterapia.

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3.2. Meningitis.

Es una inflamación de las meninges que protegen el encéfalo y la médula espinal. Hay
varias especies de bacterias, virus, hongos y parásitos que pueden causarla, aunque el tipo
más frecuente de meningitis es de causa bacteriana y puede ocasionar la muerte en menos
de 24 horas (Neisseria meningitidis (meningococo), Streptococcus pneumoniae
(neumococo), Haemophilus influenzae y Streptococcus agalactiae (estreptococo del grupo
B)). Es una infección grave y entre los síntomas más frecuentes tenemos la fiebre alta,
fotofobia y la rigidez de cuello, confusión o alteración del estado mental, cefaleas, náuseas y
vómitos. El tratamiento dependerá de la causa que la haya producido; si es bacteriana con
antibióticos y si es vírica, tratamiento sintomático para aliviar la inflamación. Actualmente
hay algunas vacunas frente a esta infección, incluidas en el calendario vacunacional (para
las 3 primeras).

3.3. Trastornos degenerativos.

Los trastornos neurodegenerativos son un grupo de enfermedades que afectan al sistema


nervioso central, especialmente al encéfalo y a la médula espinal. Estas enfermedades se
caracterizan por una gradual y progresiva pérdida de las funciones cerebrales, incluyendo la
memoria, el habla, el equilibrio, la movilidad y el control muscular.
Estos trastornos afectan la capacidad de las personas para llevar a cabo actividades
cotidianas y son enfermedades crónicas, progresivas, irreversibles y no tienen cura,
por tanto el tratamiento consiste en retrasar el avance de los síntomas y/o mejorar la calidad
de vida de las personas que los padecen. Dentro de este grupo encontramos:

➢ Enfermedad de Alzheimer: es una enfermedad que produce degeneración y atrofia


de la corteza cerebral provocada por el acúmulo de unas proteínas con estructura
anómala dentro y fuera de las neuronas que van recubriendo el cerebro, lo que
producen por una parte la muerte de las neuronas, y la imposibilidad de la
comunicación sináptica interneuronal por otra. La atrofia comienza por el hipocampo,
zona encargada de la memoria y las emociones, y de ahí se extiende hacia el resto
del cerebro. Por ello, las primeras dificultades cognitivas se reflejan en la pérdida de
memoria, primero para hechos recientes y después a largo plazo, pero
progresivamente se añadirán, entre otros, problemas de lenguaje, de orientación, de
razonamiento o de reconocimiento visual, de comportamiento y del estado de ánimo,
hasta llegar a la zona que controla las funciones vitales y producir la muerte. El
Alzheimer es la causa más común de demencia en personas mayores y aunque
la edad es el factor de riesgo principal, también hay otros como mutaciones
genéticas, el sexo (más frecuente en mujeres que en hombres), antecedentes de
ictus, de traumatismos craneoencefálicos, y el estilo de vida (dieta, ejercicio, drogas,
alcohol y tabaco).

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➢ Enfermedad de Parkinson: https://www.youtube.com/watch?v=sbr7LxtkENw&t=345s

El Parkinson es uno de los trastornos degenerativos más comunes del sistema nervioso
central. Suele afectar a personas mayores de 60 años, aunque también existe una forma
más agresiva en personas jóvenes (menores de 40 años). La causa es desconocida, pero
se sospecha que los factores ambientales tóxicos asociados o no a un factor genético
hereditario, pueden desempeñar un papel importante. La enfermedad se produce por una
falta en la producción de dopamina, un neurotransmisor responsable de los movimientos
y de la regulación del estado de ánimo de la persona. Como consecuencia, aparecen
alteraciones de la actividad motora, en el equilibrio, rigidez en las articulaciones y el más
característico, el temblor. No se ve afectada, o muy poco, la capacidad intelectual de la
persona que padece la enfermedad.

➢ Esclerosis múltiple:

La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune del sistema


nervioso central (SNC) donde el organismo ataca y destruye a la mielina que recubre los
axones neuronales. Al dañarse la mielina, los impulsos y órdenes nerviosas no circulan
bien y aparecen déficits neurológicos. Suele cursar en forma de brotes y afecta a adultos
jóvenes, principalmente mujeres (3:1). Entre los síntomas más comunes se encuentran las
alteraciones motoras que producen pérdida de fuerza en las extremidades superiores e
inferiores, fatiga al realizar pequeños esfuerzos, alteraciones sensitivas como
adormecimiento o parestesias (hormigueos), alteraciones oculares (visión borrosa, pérdida
de visión), incontinencia vesical o intestinal.

Aunque se desconoce la causa de la esclerosis múltiple, su desarrollo está asociado a una


combinación de factores (genéticos, infecciosos y ambientales) que propician la aparición
de la enfermedad. Recientemente, un estudio (año 2022) ha demostrado que el virus de

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Epstein-Barr (VEB), que causa la mononucleosis entre otras enfermedades, desempeña un
papel clave en el desarrollo de la esclerosis múltiple. En concreto se encontró que el 97%
de las personas que tienen Esclerosis Múltiple se han infectado por el virus Epstein-Barr.
Estos datos demuestran que el virus Epstein-Barr es un factor predisponente y
necesario, pero no suficiente para desarrollar esclerosis múltiple y, por tanto, las
personas que desarrollan la enfermedad necesitan de la combinación de otros factores.

➢ Esclerosis lateral amiotrófica (ELA):

De origen desconocido, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad


degenerativa, progresiva y mortal que afecta a las neuronas motoras, encargadas de
controlar los movimientos musculares voluntarios. La disminución progresiva de la actividad
de estas células y su posterior muerte causa una parálisis muscular que se inicia en las
extremidades superiores. A medida que avanza la enfermedad, se afecta la musculatura
encargada de la deglución y de la articulación del lenguaje, produciendo la parálisis de esa
musculatura y, como consecuencia, la aparición de disfagia, disartria (dificultad para hablar)
y atrofia lingual. No afecta a las facultades intelectuales ni a los órganos de los sentidos.
Actualmente, no existe cura para la ELA y los tratamientos se centran en aliviar los
síntomas.

3.4. Trastornos neurológicos.

➢ Cefaleas:

Se denomina cefalea al dolor localizado en cualquier parte de la cabeza. Es el trastorno


neurológico más común en la población y pueden ser muy incómodas y molestas para
aquellas personas que las padecen. Puede tener diversas causas, desde una infección de
senos paranasales a las ocasionadas por falta de sueño, pero aquí sólo trataremos los tipos
más comunes. En general, las cefaleas se clasifican en:

○ Primarias, si se presentan como síntoma principal. Entre ellas se


encuentran:
■ cefalea tensional: es la forma más común de cefalea y se produce
debido a la tensión acumulada en los músculos de la cabeza, cuello y
hombros producida por contracturas musculares o por estrés. Es un
dolor opresivo que rodea toda la cabeza.
■ migrañas o jaquecas: son dolores de cabeza intensos y pulsátiles
que suelen venir acompañados de náuseas, vómitos y sensibilidad a
la luz y el sonido. Afecta solo a la mitad derecha o izquierda de la
cabeza. Entre el 12 y el 16% de la población mundial padece
migrañas. Se cree que las migrañas están causadas por una
combinación de factores genéticos y ambientales, incluyendo estrés,
cambios hormonales, cambios en los patrones del sueño y ciertas
bebidas y alimentos que pueden desencadenar las crisis (excitantes o
muy grasos, tipo queso curados, chocolate, cocacola, café y alcohol
especialmente cerveza y vino tinto, entre otros).

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○ Secundarias: suelen considerarse síntoma de otra enfermedad conocida,
como una infección, un tumor o una lesión cerebral.

El tratamiento de las cefaleas no requiere un tratamiento especial, pero en algunos


casos se pueden tomar medidas de cuidado personal, como descansar lo suficiente,
mantener una buena postura y evitar factores desencadenantes, como el estrés o la
falta de sueño. También puede ser útil practicar técnicas de relajación, como la
meditación o el yoga. En casos más graves, es posible que se requieran
medicamentos como analgésicos, antiinflamatorios o medicamentos para las
migrañas.

➢ Epilepsia:

Es una enfermedad desconocida y causada por un desequilibrio en la actividad eléctrica


de las neuronas del SNC, que provocan ataques periódicos, breves y recurrentes de mal
funcionamiento motor, sensorial o psicológico. Los ataques se inician con descargas
eléctricas anormales y sincrónicas de millones de neuronas en el encéfalo que pueden
afectar parcialmente o totalmente al cerebro, distinguiéndose así dos categorías generales
de epilepsia (parcial y generalizada).

Las crisis epilépticas pueden ser de dos tipos:

○ Crisis de gran mal: aparecen las convulsiones típicas donde hay pérdida de
conciencia y convulsiones musculares tónico-clónicas violentas. Se suele
acompañar de incontinencia urinaria, pérdida del equilibrio, salivación y muy a
menudo comienzan con un aura (síntomas psicológicos que preceden a una
convulsión, es decir, se notan cosas como pitidos, luces, hormigueos en la cara, etc
que indican que les va a dar un ataque).
○ Crisis de pequeño mal: cursan sin convulsiones. El síntoma más frecuente es la
pérdida de conciencia, llamándose crisis de ausencias, durante las cuales los
pacientes interrumpen su actividad y aparecen como distraídos, con mirada vacía e
inmovilidad ocular. Reanudan la actividad a los pocos segundos, adquiriendo de
nuevo un aspecto normal.

Actualmente no hay cura para la epilepsia y los tratamientos van dirigidos a disminuir la
frecuencia y gravedad de los ataques.

3.5. Otras afectaciones del sistema nervioso y órganos de los sentidos.

➢ Parálisis.

Las parálisis son el resultado de una lesión en las vías de conducción de los
impulsos nerviosos del encéfalo o de la médula espinal. Hablamos de:
○ hemiplejia, cuando se refiere a una parálisis total o parcial de un lado del
cuerpo (derecho o izquierdo), normalmente causada por un ictus.

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○ paraplejia, cuando se refiere a una parálisis que afecta a la mitad inferior del
cuerpo causada por una lesión medular.
○ tetraplejia, si la parálisis afecta a las cuatro extremidades y al tronco,
también causada por una lesión medular. Tanto la paraplejia como la
tetraplejia, la pérdida suele ser sensorial y motora.

➢ Neuropatía por compresión.

Es un conjunto de síntomas y alteraciones generados por la compresión de un


nervio periférico al pasar éste por un canal o agujero estrecho.
El cuadro clínico depende del nervio comprimido, el sitio, el grado y la duración de la
compresión, y suelen cursar con entumecimiento de la zona, hormigueos, dolor y
debilidad muscular. El tratamiento varía en función de la causa de la neuropatía: si la
compresión se debe a edemas e inflamaciones, una sola inyección de
glucocorticoides en el sitio de compresión suele ser útil; si la compresión se debe a
una causa traumatológica como hernias discales, fracturas, artritis, nódulos, fibrosis,
etc, suele ser la cirugía. La recuperación de la función del nervio dependerá del
grado de deterioro.
Entre las neuropatías más conocidas encontramos la ciática y el síndrome del túnel
carpiano.
○ Ciática: es una alteración producida por el nervio ciático, uno de los nervios
más importantes del cuerpo responsable del control motor y sensitivo de la
parte posterior de la pierna. El síntoma principal es un dolor fuerte que se
origina a nivel lumbar, y que se irradia o extiende por el glúteo y detrás del
muslo, hasta llegar al talón, provocando incapacidad para andar.

○ Síndrome del túnel carpiano: es una alteración que se produce por la


compresión del nervio mediano de la muñeca, debido a un estrechamiento
por donde pasa este nervio (túnel carpiano). El nervio mediano es uno de los
nervios principales de la mano que se extiende por el brazo y antebrazo
hasta la mano, donde proporciona sensibilidad a los dedos pulgar, índice,
medio y anular. El nervio también controla los músculos alrededor de la base
del pulgar. El túnel carpiano es un canal estrecho situado en la cara anterior
de la muñeca, de aproximadamente 2,5 cm de ancho, situado entre los
huesos carpianos y un ligamento, por el cual pasan los tendones flexores de
los dedos y el nervio mediano.

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➢ Anosmia y ageusia.

Los sentidos del gusto y del olfato están relacionados, de forma que la alteración en
el sentido del olfato puede alterar la percepción del gusto y sentir que los alimentos
son insípidos. Las causas patológicas más comunes de la pérdida del olfato o
anosmia son la infección de las vías respiratorias superiores que causan rinitis
(inflamación de la mucosa nasal) como el resfriado común o el covid, en el que hay
una barrera física para que el olor llegue hasta las fosas nasales, la sinusitis y el
traumatismo craneoencefálico. En los casos debido a infecciones, la pérdida de
olfato es temporal. Si se produce una lesión en el nervio olfatorio por un traumatismo
por ejemplo, la alteración será permanente. También se puede producir la alteración
del epitelio olfativo por inhalación de sustancias tóxicas (drogas). Puede ser
fisiológica en el envejecimiento, ya que se produce una pérdida significativa de las
neuronas receptoras olfatorias que conduce a una marcada disminución del sentido
del olfato.
Por la relación que existen entre ambos sentidos, la pérdida del gusto o ageusia
suele ser secundaria a la anosmia, pero también existen algunas alteraciones que
dificultan este sentido, por ejemplo, la disminución de la secreción salival, la
inflamación de la membrana mucosa de la cavidad oral (particularmente de las
células epiteliales de la lengua que hace perder las papilas gustativas), o por acción
de tóxicos como ciertos medicamentos (muy típicos en los quimioterápicos) o el
tabaco. En los ancianos también se produce de forma fisiológica una atrofia de las
papilas gustativas, que pueden reducir su número total en grandes proporciones
(descienden de 400-500 a 100 aproximadamente).

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