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EL MU:&O VE:&DE
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atención. El niño gris estaba en cuclillas a su la-
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do, inclinándose para mirar, también, el objeto
o que ella tenía en la mano.
76 1 Laura No El nombre secreto 1 77
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i Igualmente no .
bían acampado a los pies del muro. !o que encontró ~l lle estab~ preparada para lo
,, Mientras se dormía desesperanzada, Runa que sostener! gar arnba y el niño gris tuvo
·~ cantar para hacer crecer una rna ta
oyo al nino a.
80 / Laura No
Runa creía qu e ya
Afuera, pe ro se eq w
.
ha bí a visto el Mundo de
vo ca ba . Del otro lad O
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m ur o, se ve ía un a lla nu ra infinita de hierb a veder-l .EL OTEO LADO
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de. a 6 1a m an e on es de bosques po r tod os 1a-
po r kilómetros · unas
dos y algunos se ex te nd ía n
os o at , .
ra ve sa ba n la region
franjas de co lo r ar en
er an ríos, corrientes
Runa se dio cu en ta de qu e
color que ella ni si-
de agua de un ta m añ o y un
les. H as ta pudo ver y lo s so ni do s de l
quiera había so ña do posib L o s olores, los co lo re s
vastos sectores inundados. in es pe ra do s pa ra
otro lado er an to ta lm en te
llos parece una ad a en tr e la hi er ba
Al fondo, un a m as a de deste ella. Runa es ta ba ag az ap
ciudad lejana pe rd id a en tre
la neblina que la ma- se gu ra en el nu ev o
verde y se se nt ía m uy in
ña na levanta de los ríos. paisaje.
Ru na sin tió vé rti go , no de la altura , sino del
de sc en de r de l m ur o, se ha bí an en co nt ra -
Al
á de cualquier cosa , cu bi er to de pa st os
paisaje que es ta ba m ás all do en un claro m uy am pl io
nt ur a.
que hubiera po di do imagin
ar. que les llegaban ha st a la ci
m en zó a ba ja r rá pi da m en te pa ra dejar de ño gris y la m an tis pú rp ur a se m ov ía n
Co El ni
ad or a. ot ro , re co rr ie nd o la s
ver esa inmensidad ab ru m s a~egremente de un la do a
qu e cr ec ía n en tr e la
d~ferentes flores Y pl an ta s
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hierba. Runa ' e n ca mb'10, se se ntia , . de sp ro te gi da
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Y a merced de cu a1qu ie • r pe lig. ro . Er a la pr im er a
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~ -S e en ce rr ar on en su la do ' ni ño gris. El
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igo no ap ar ec10 .,
m as en D ra m a po rq ue hi
-
82 1 Laura No El nombre secreto 183
cieron el muro y se quedaron acá. Están cerca os de los seres grises que tenían
laban 1os rostr
de nosotros.
allí su hogar. f
Al niño gris le llevó un buen rato de cantos . ron que rodear el bosque. Runa ue
Tuvie ._
y silbidos convencerla de que se moviera. . d 1 frutas y las hojas que e 1n1no 1e se-
1untan o as .
-na1aba. Comieron exquisitos frutos roJos de to-
,..
Se encaminaron hacia el más cercano de los 1
d . s las formas y tamaños. Los anima es y paJa-
numerosos ríos que habían visto desde lo alto r~s que quedaban a la vista de ellos eran iguales
del muro. Avanzaban por pequeños tramos: la 0
similares a los que Runa había visto del otro
mantis se adelantaba a explorar y, si no se pre- lado del mundo. Lo mismo ocurría con la mayo-
sentaba nada, Runa y el niño la seguían. ría de las plantas.
Runa se obligaba a caminar, con la esperan- Una sola vez, cruzaron un sendero de hue-
za de ver el extraño río que tenían delante. Cada llas dejadas por un grupo de animales grandes y
tanto, podía vislumbrar el brillo de la ancha fran- corredores que ya no estaban a la vista.
ja de agua aleonada y su color la fascinaba. El río A medida que no encontraban señales del
la atraía, pero todo lo demás la inquietaba bas- enemigo, Runa caminó un poco más tranquila;
tante. El movimiento ondulante de la hierba, las al menos por el momento, no corrían peligro.
nubes rápidas que surcaban el cielo las bandadas Finalmente, llegaron a los cañaverales que
de pájaros que se elevaban desde ;sos ríos inve- bordeaban la orilla del río. Las cañas sobrepasa-
rosímiles, la ausencia de piedra y tierra por enci- ...ci~ ban a Runa en altura y estaban pobladas de de-
ma del ve rde, todo eso junto le producía una es-
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licadas hojas verde claro. El niño la ayudó a
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pecie de mareo. .o
E abrirse paso entre ellas, mientras la mantis vola-
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Entre ellos Y el río se levantaba una zona de '¡¡j
1
ba_ más allá contra el cielo. Caminando por el
canaveral, fueron entrando en el agua fresca.
b~sques. Al llegar hasta ella, el niño gris se ne-
go ª entrar entre los árboles: desde las sombras 1o
Las cañas terminaron y Runa se encontró
frente a la P1en1·tud de1 no,
,. con el agua a la c1n-
.
1 1 os amenazadores y se per f'1-
se sentían los s'lb'd
84 Laura No
1
El nombre secreto ! 85
tura. El río era impresionantemente ancho . t· , que el corazó n comen zaba a gol-
Runa. La otra orilla, también cubierta por Parla ,., y sin 10 .
1os a- nas t nta fuerza, que su latido le retum-
tos cañaverales, estaba a una considerable di· t pearle con a
san- baba en los oídos.
da. El agua se veía plana, apenas recorrida Por . de enfren te había una person a.
En 1a on11a .
algunas ondas. El color era indescriptible, entre . ,., gris ni un tipo de ser desconocido:
No un n1no , .
marrón, rojo y dorado por los reflejos del sol. Ru- un hombre joven. y tenía el cabello y los OJOS
na hundió, incrédula, los dedos en la superficie tan oscuros como los de ella.
del agua aleonada. En las monta ñas, Runa solo Runa contuvo la respiración. No había duda
había conocido los arroyos angostos, transparen- _posible; estaba lejos, pero no tanto como para
tes y gélidos del deshielo. A pesar del color el no distinguir algunos detalles. Era un mucha cho
.
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agua era limpia. Algunos islotes de plantas flotan- de unos veinte años, de hombr os ancho s y ros-
tes y juncos eran arrastrados por la corriente. tro serio. No la miraba; estaba ocupa do llenan-
La mantis apareció repent inamen te y se do de agua una cantimplora hecha de un mate-
acomodó en el hombro del niño. Runa levantó rial transparente y nunca visto por ella. Runa,
la vista hacia adelante. Algo se acerca ba por en- sin embargo, ni miró el extrañ o material, porque
tre los cañaverales de la orilla opuest a. Las ca- el joven desconocido absorbía su atenció n.
ñas se sacudían y golpeaban unas contra otras El cabello y los ojos.
produciendo un sonido musical. -Es como yo.
Runa, atemorizada, retrocedió un paso para 2 Runa jamás había visto ni espera do ver a al-
~
meterse de nuevo en el cañaveral y se agachó u
~ guien que tuviera su mismo color castañ o. No
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hasta dejar solo la cabeza fuera del agua. ¿Sería .o parecía cierto ni posible, pero el cabello largo,
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un enemigo? Miró al niño gris, pero solo vio a
e: recogi·dO en tres largas
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trenzas , y la barba rala
la mantis suspendida en el aire, delante de ella ~ del muchacho eran notori ament e oscuras. La
i emoción la embar gaba, sin
el niño era invisible a cualquier ojo. Luego, Ru- .xi . t·10. . que 1as respue s-
o
na observó la ribera contraria por entre las ca- tas que buscaba estaba n más cerca.
86 1 Laura _N o -- ~ El nombre secreto 1 °1
-3
había perdido. ..
. -Mañana habrá que ver cómo cruzar el no !
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