REsident Evil 7 - La Rosa Vacia

TADASHI AIZAWA RESIDEN EVIL 7 LA ROSA VACÍA
RESIDENT EVIL
VOLUMEN SIETE
LA ROSA VACIA
TADASHI AIZAWA
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Prólogo
Un sonido electrónico estridente impregnó el bosque. Reena Mittford comienza a moverse con
movimientos flotantes, porque el aire tenía una viscosidad casi como la del agua y había que nadar
literalmente. Extendió la mano para tocar la rama que apareció sobre su cabeza. Hasta aquí iba todo
bien.
Podía sentir la madera, que era difícil de doblar, en la palma de su mano. Pero cuando soltó la rama,
ésta volvió a su posición original con un brío irreal y se balanceó durante un rato, como si fuera de
goma. Se paró con cautela en el suelo. Se sentía diferente a la tierra blanda; era más como si estuviera
pisando goma dura. Similar a la forma en que se había sentido la rama, ella era aún más consciente de
la sensación de que tenía algo artificial que ver con eso. Se sentía como ese americano en su paseo por
la superficie de la luna. También su paso vacilaba; vagaba por el bosque más de lo que caminaba. Entre
los árboles, en la oscuridad, podía ver la maliciosa cresta del volcán y Agua brillando a lo lejos con una
luz plateada.
El ruido de fondo de los auriculares se volvió abruptamente más fuerte y Reena instintivamente se llevó
las manos a los oídos. Su reacción amateur hizo que sus labios formaran una leve sonrisa. Mientras
mantuviera sus oídos tapados, el ruido no era demasiado molesto. El ruido constante era un problema
inherente a este dispositivo, una enfermedad crónica, por así decirlo. Durante seis meses, Reena había
estado involucrada en este proyecto como técnica. Tenía un uso diario de la máquina, pero por mucho
que estuviera familiarizada con su funcionamiento, no había forma de detenerla. Como operadora,
había llegado a un callejón sin salida.
"Mecanismo de Realidad Virtual Sensorial Líquido" fue el nombre que le dio el fabricante a esta
cubeta, que estaba llena de fluido de cojinete de alta viscosidad. Estaba conectado a tres
superordenadores que se encargaban de controlar la máquina. El personal de la instalación simplemente
lo llamó "El Tanque".
Cualquiera que lo viera quedó inicialmente abrumado por la imponente vista del tanque, cuya forma
torpe y barata derivó el nombre. Un cubo de metal con una longitud de lado de cinco metros.
Un tercio del espacio de realidad virtual estaba ocupado por la enorme estructura; innumerables cables
iban desde él hasta las computadoras de alto rendimiento incrustadas en la pared. Eran el cerebro de la
máquina monstruosa, y las operaciones matemáticas que se producían en su interior daban vida al
mundo virtual. Los movimientos de la persona que se puso un traje especial fueron registrados por
medio de los sensores montados en el Tanque, que también miden los flujos dentro del fluido de
suspensión. Las tres supercomputadoras procesaron los datos en paralelo y calcularon todos los
cambios, así como las interacciones con entornos y objetos en tiempo real. Los resultados se
proyectaron en las gafas VR sin demora.
Además de todos los elementos visuales, el Tanque también pudo reproducir ruidos en el dispositivo de
audio utilizado para sus intercambios de almacén. Además, pudo bombear cantidades adecuadas de aire
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al traje mediante compresores, que se incorporaron en varios lugares, de modo que el cuerpo humano
interactuaba con un mundo que se sentía bastante real.
El sujeto estaba bajo la ilusión de estar realmente en las montañas de Guatemala.
La cordillera, el bosque, las tierras altas iluminadas por la luna: todo lo que mostraban los ojos de
Reena se basaba en datos satelitales. Que había escaneado con precisión la topografía de las tierras
altas de Guatemala, incluso antes de que se construyera esta estación de investigación. Un débil sonido
que sonaba un poco como un azote de viento hizo temblar la silueta oscura de los árboles, ocupando
todo el campo de visión de Reena. Parecía como si el bosque se estuviera riendo mientras le hacían
cosquillas.
La resolución aproximada de los monitores se debía al propio mundo virtual, que había sido creado
deliberadamente de esta manera. Si uno aumentaba demasiado la precisión, el ruido se volvía aún más
intrusivo. Reena era operadora y no conocía los detalles del sistema operativo. Sin embargo, sabía que
el programa enviaría automáticamente la compresión de los datos de sonido tan pronto como se
excediera el límite superior de los datos procesables, y que cuanto más se degradara el gráfico, mejor
sería la calidad del sonido.
Por ejemplo, los árboles extremadamente complejos consistían en solo veinte patrones fractales, y si
uno miraba el cielo nocturno con un poco más de atención a través de los espacios entre las ramas,
podría apreciar la cantidad de estrellas incrustadas en el fondo oscuro. La contaminación del aire no
estaba presente aquí, por lo que las estrellas eran alarmantemente claras para distinguir. Esta precisión
tuvo un precio: un recordatorio de que el vasto espacio no era real ni explorable, sino más bien un
elegante fondo de pantalla fuera de nuestro alcance.
Incluso la luna, que representaba plásticamente el denso y laberíntico bosque con su rica y opaca luz
blanca, estaba a unos 380.000 kilómetros de la tierra, pero era simplemente una fuente de luz fijada por
el programa.
Dado que la presión sobre el sistema respiratorio en esta instalación era un problema grave, uno no
podía experimentar la misma sensación despreocupada y refrescante que se experimenta al caminar en
el mundo real en un paisaje montañoso con brisa. Debido a la sensación posicional inestable y al hecho
de que el suelo que pisabas tenía una elasticidad antinatural, se garantizaba que la persona de prueba se
sentiría rara, si no estaba acostumbrada a la máquina. Sin embargo, para Reena fue una sensación
fantástica sumergir su cuerpo en este mar digital del que difícilmente podía escapar.
La estresante vida cotidiana se alejó gradualmente de ella y pudo disfrutar de los momentos que tenía
para ella sola. Simplemente dejó que su mente divagara, liberarse de todos los pensamientos y disfrutar
plenamente del mundo creado... Aquí, en este espacio tranquilo y pacífico, separado del mundo
exterior, el "Proyecto Rosa" cargado de maldiciones no tenía sentido, al igual que las discusiones con
sus superiores. Reena se escondió en el secreto del mundo virtual.
A lo lejos se elevaba una cadena montañosa y sobre su cabeza brillaba la pálida luz de la luna. Todo lo
que este mundo ofrecía era único a los ojos de Reena y existía únicamente para ella.
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Acurrucada, flotaba en el tanque con los ojos cerrados, fusionándose con el mar de ilusiones.
Enjambres enteros de abejas zumbaban junto a sus oídos. Cuando se concentró por un momento en lo
que había más allá de los almacenes electrónicos, en ese mismo momento escuchó un efecto de sonido
que de alguna manera parecía inapropiado. Un alondra cantando una canción de ópera sin duda sonaría
más apasionado por naturaleza...
Le recordó a su pueblo natal en Cornwall. El pueblo daba una impresión sencilla e idílica, la gente se
conocía entre sí, y una cara familiar nunca estaba a más de un tiro de piedra. En el fondo de su corazón
había pasado todos los días allí con cierta impaciencia e inquietud. Más tarde, se graduó de la
universidad y se fue de casa para trabajar como técnica en una profesión exigente. Pero su verdadero yo
aún podría estar dormido en ese pueblo natal.
Y esta engañosa ilusión, comúnmente conocida como "memoria", se dio acceso a esta esfera cerrada
para capturar a Reena. Nadie podía escapar de eso.
Reena abrió los ojos. Debajo de todo el ruido y la estática, podía oír... algo más. ¿Qué podría ser?
¿Mozart? ¿O tal vez sus sentidos le jugaron una broma y la hicieron sonar como una melodía?
No, ese fue el "réquiem". Una sonrisa cruzó los labios de Reena, pero al momento siguiente esa
expresión se congeló.
"¡No puedes salir! ¡Hay un brote ahí fuera!"
No había duda al respecto, era una voz clara.
El tormento del ruido se había comido hasta los rincones más profundos de su cerebro y rugía allí. Aún
así, estaba segura de que acababa de escuchar una voz.
Cuando levantó la mano derecha para llamar al teclado virtual para la comunicación, el escenario
cambió de repente. Las texturas de los modelos de árboles habían desaparecido repentinamente y lo que
había sido un bosque ahora se convirtió en una espesura de líneas: la cuadrícula del fondo, que se fue
desvaneciendo gradualmente.
La imagen de una ciudad más allá de la cordillera apareció frente a Reena como un espejismo de la
nada. La ciudad estaba en llamas.
Esta nueva imagen del entorno era tan clara, tan real como podría existir en un mundo virtual. Luego,
las llamas ocuparon todo el campo de visión y de repente, Reena se encontró en medio de las casas en
llamas.
Quería gritar, pero su voz se ahogó en silencio detrás de su máscara de oxígeno. La vista que se
presentó fue increíble. La gente se mataba entre sí, había un lío terrible: ¡la gente... estaba cazando
gente!
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No fue sólo uno o dos. Por todas partes en las calles se desarrolló un horror indescriptible. El
canibalismo dominó la escena.
Innumerables autos quedaron en las aceras y quedaron reducidos a cenizas. Las casas y otros edificios
quedaron atrapados en la conflagración y se alzaron como antorchas gigantes, emitiendo un humo
oscuro y denso. Bajo el cielo negro, innumerables grupos de personas deambulaban. La Ciudad se
estremeció con los gritos que perforaron todas las calles, y el ruido ensordecedor se mezcló con un
rugido despiadado y rugió en los auriculares de Reena.
Presa del pánico, no racionalizó la situación, solo escuchó sus instintos más básicos que le gritaban que
escapara del Infierno que tenía delante. El protocolo era iniciar un apagado de emergencia de la
máquina de realidad virtual.
Trató desesperadamente de correr, pero como en una pesadilla sádica, pero se quedó en el lugar. Se le
llenaron los ojos de lágrimas y trató de empujar las pegajosas masas de aire lejos de ella, manoteando
salvaje y desordenadamente. La imagen que la computadora mostraba en los monitores de las gafas se
desdibujó a través de las lágrimas en sus ojos hasta convertirse en un barro rojo negruzco sin contorno.
Más allá de su vista opaca, vio una pequeña canasta de baloncesto. Su mundo se llenó de una fuerte risa
reverberante que parecía hacer eco directamente a través de los auriculares en su cerebro.
Emily Ran acababa de terminar su almuerzo tardío y regresaba al laboratorio cuando notó que algo no
estaba bien en la sala de realidad virtual. Escucho la sirena de alarma que venía detrás de la puerta. Ella
inclinó la cabeza con escepticismo y abrió con cuidado la puerta corredera. Al momento siguiente pudo
escuchar la alerta proveniente de la sala de máquinas.
"Se ha excedido la estancia máxima recomendada para los sujetos de VR. ¡Detenga la simulación de
inmediato!"
Miró desde la entrada de un extremo de la habitación al otro. Lo que vio fue un área cuadrada que tenía
una longitud de lado y una altura de unos diez metros cada una. Pero en esta sencilla habitación, con
paredes de hormigón en bruto, no había señales de presencia humana.
Solo había este tanque colosal y una mesa al lado. Una pequeña luz de alarma parpadeó en la terminal
de computadora color crema indicando que la simulación VR había sido abortada prematuramente. El
monitor de 20 pulgadas parpadeó por un breve momento, pareciendo una ciudad sumergida en rojo,
pero la imagen desapareció inmediatamente después.
"¿Qué fue eso?"
Emily se quedó allí en estado de shock, mirando increíblemente el monitor ennegrecido. Luego se
despertó y sacudió la cabeza con entusiasmo.
"¡Alguien está en el tanque!" El pensamiento atravesó su cerebro como una bala.
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Ella irrumpió en el área, se lanzó al intercomunicador montado en la pared y gritó apresuradamente:

"¡Carmen! ¡Dale una advertencia a través de la red!"
"El proceso se está ejecutando" respondió una voz electrónica con sonido femenino desde el altavoz.
Emily subió la escalera al lado del tanque, abrió la escotilla redonda y miró adentro. En el interior, vio
a una persona impotente nadando en el abundante sustento. De no haber sido por la oxigenación del
traje, Reena Mittford se habría asfixiado como un pez en la superficie.
Hubo fuertes pasos provenientes de la entrada. Un guardia de seguridad uniformado de azul irrumpió
en la habitación. Emily lo llamó desde arriba, desde el borde del tanque: "¡Consigue un médico
AHORA!
¡Hubo un accidente!"
El hombre se apresuró a girar sobre sus talones y salió corriendo al pasillo.
"¡Usa a Carmen!" Emily se lo dijo, pero él parecía no escucharla más. Dejó escapar un suspiro y miró
dentro del tanque. Para no caerse, se paró con las piernas separadas para tener la mejor posición
posible. Estiró las manos hacia Reena, la agarró firmemente y tiró con todas sus fuerzas. Sus manos y
mangas estaban bañadas en un fluido verde amarillento. Emily movió el peso de su cuerpo hacia
adelante para levantar la carga en forma recta, como un levantador de pesas. Finalmente logró sacar a
Reena del tanque.
Mientras Emily intentaba recuperar el aliento, miró a Reena tendida en el suelo frente a ella.
Rápidamente se quitó las gafas de realidad virtual, la máscara y la mitad del traje. El fluido que había
empapado el cabello largo de Reena goteaba pegajosamente al suelo.
Emily puso su mano en la mejilla de Reena y quiso dirigirse a ella. En ese momento, Reena agarró el
brazo de Emily, sus uñas se clavaron profundamente en la piel de Emily. Emily apretó los dientes y
apenas logró reprimir un grito. Suavemente, tomó su mano, la apartó de su brazo y dijo, con la mayor
calma posible: "Reena Mittford, soy yo. ¿Sabes quién te está hablando? Soy Emily Ran".
"Sra. Gerente de Proyectos..." Los ojos de Reena estaban vidriosos y no mostraban emoción. "Alma
está en la simulación de realidad virtual. Soy Alma..."
Reena siguió repitiendo los mismos fragmentos de palabras, asintiendo constantemente, su expresión
carecía de emociones.
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Capítulo 1
El suave tictac del cronómetro rompe el silencio. Un baño de sangre invisible que tiene lugar en un
microcosmos.
¿Cuál es la mejor manera de decir?
Dado que la memoria y la razón están indisolublemente unidas, siempre hay recuerdos erróneos: nunca
recuerdas lo correcto. No cuando lo necesites.
Pongo mi dedo en el gatillo y miro tus ojos vidriosos y vacíos.
De un hueco en el callejón, un gato negro sale bamboleándose y deja un enorme agujero en mi campo
de visión: coincide exactamente con su silueta.
De hecho, pensé que estaba familiarizado con las pequeñas calles sinuosas, pero ahora siento que no las
he caminado en mucho tiempo. ¿Qué pasaría si hubieras intercambiado el lado izquierdo con el lado
derecho?
Creí encontrar la escuela aquí, el hospital allá, el supermercado. Si yo fuera en esa dirección, el parque
estaría allí...
La imagen en mi cabeza es una locura y estoy perdido. Bajo el cielo azul de esta ciudad, la piel blanca
y humana se destaca especialmente bien. La calma de la noche comienza a hacerse cargo. Las luces de
neón de las calles están brillando y los edificios dentro de ellas están degenerando en profundos
contornos negros. La gente espera con ansias sus horas después del trabajo afuera. Algunos letreros de
neón parpadean y dispersan la luz intermitente. La ciudad se hunde lentamente en una escena
vespertina ritual familiar para cualquier noctámbulo que haya pasado tiempo en áreas urbanas.
Así, hasta en la ciudad más saludable de este país, el día se convierte en noche.
Camino desde el hueco por donde se había escabullido el gato, hacia el centro de la ciudad, y como si
fuera un gato pequeño, cuyo radio de visión alcanza solo unos centímetros sobre el suelo, me alejo más.
Personas errantes solitarias a pesar de los medios modernos de comunicación - tic.
Bajo el manto de la multitud sola en su balsa de gente en movimiento - tac.
El desconcertante rasgueo de una caja registradora en el mercado de alimentos: tictac.
El bolso de diseñador, al que se le da más valor que a los niños jugando en la calle - tac.
¿El ritmo de la ciudad desde los tiempos del abuelo?
TIC Tac.
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Hasta la pequeña farmacia, la ciudad está bajo el cuidado de la gigantesca empresa farmacéutica, que se
ha convertido en el epítome de la salud. La ciudad está organizada y dividida como el disco duro de
una computadora con las particiones adecuadas. La fuente del parque con su escultura rizada está
perfectamente situada y casi purificadora.
El último grito de la civilización estadounidense, un engendro de limpieza y salud: Raccoon City. Por
encima de todo, un amado paraíso de salud.
Todas las fortunas de la ciudad las gestiona Umbrella, la farmacia gigante
Corporación que posee un gran número de empresas extranjeras.
Cualquiera que renuncie a la protección de la empresa queda excluido de la empresa y acaba como un
perdedor en la calle.
Umbrella ha ampliado gradualmente su alcance y ha creado una ciudad modelo de acuerdo con sus
ideas. Los fabricantes saben cómo degradar la salud de la mercancía. Aquellos que quieran seguir con
vida en esta ciudad tienen que anteponer su salud a todo lo demás. Deja de fumar, come verduras de
cultivo ecológico y rellena siempre tu cara con los últimos preparados vitamínicos. La infracción se
sanciona sin remordimientos, lo que significa que ya no se puede garantizar la alimentación de la
familia.
Todos ellos se convirtieron en polillas cuyo único propósito es la luz mortal. Como Jonas, que aguantó
tres días en el vientre de una ballena. Los empleados de Umbrella creían - en su mano izquierda, la
esperanza, en la derecha el amor eterno - en su bienestar. El error lo reconocieron solo cuando ya era
demasiado tarde. Abajo, en los rincones remotos de la ciudad, hay muchos marginados.
Corro hacia las vías del metro, paso las paredes pintadas y entro en la estación de tren. Me gusta el
metro. Aquí está el pulso cubierto de yeso blanco del pasado abierto.
La próxima estación del tren está escondida en la más profunda oscuridad, y el ruido de rodadura de las
vías me recuerda a los indios que golpean las vías con huesos de animales muertos como sólo sé por
leyendas y representaciones teatrales. Este es el ritmo subterráneo, el tic-tac subterráneo de la ciudad,
del cual el tiempo cuenta hacia atrás en un profundo agujero.
Mi cabeza se balancea de un lado a otro, junto con el carro. El sudor gotea lentamente por mi cabeza de
mi pesadilla. Las cosas malas que dejé que Alex me supere todavía están zumbando en mi cabeza. El
tiempo y el espacio, ambos parecen oscuros y me siento vacío.
Presiono mi cuerpo firmemente contra el asiento y trato de contar lentamente para mí mientras observo
el auto casi vacío.
Un payaso cubierto de pompones de colores sostiene un manojo de globos en la mano, pero aquí no
hay nadie que le compre algo. En el borde de un banco sucio se acuclilla una pareja cansada,
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acurrucada suavemente. La mujer que mira fijamente a la pareja se ha pintado dos nuevos sobre sus
cejas afeitadas, dando la impresión de que tiene cuatro. Detrás de ella, mi rostro se refleja en la
ventana. A la menor excitación, el hediondo olor de mi propio cuerpo sube hasta mis fosas nasales.
Apesto. Estaba sudado bajo el abrigo de terciopelo. Mi salud y apariencia han llegado a un punto bajo.
Me rasco la nariz y la grasa se me pega a los dedos. Estoy verdaderamente harto.
La foto de mi padre ronda mi cabeza. Por más lejos que quisiera alejarme de casa, al final no conseguí
nada. Tengo la sensación de que cuanto más me alejo de allí, más urgencia tengo de volver. Ya no
puede comer su propia comida. Suspiro y miro alrededor distraídamente en el auto.
En ese momento, me doy cuenta de una mujer. Sin darse cuenta antes, de repente se encuentra cerca de
la puerta del vagón. Su cabello se ve blanco en las luces eléctricas parpadeantes, y parece como si parte
de la sangre seca se hubiera pegado a su chaqueta verde.
Su cabeza no tiene ningún rasgo, solo un borrón gris sin forma donde debería estar una cara.
Rápidamente me doy la vuelta y miro mi propio reflejo en el cristal. Siento, sin embargo, que ella me
mira constantemente y no encuentro la paz. No quiero tener nada que ver con ella, pero se acerca a mi
asiento.
"Tú eres..." me habla y se detiene abruptamente. La miro. En verdad, no hay rostro. Sin ojos, sin nariz,
sin boca, solo una superficie que se asemeja a un tablero gris.
¿Cómo puede hablar sin rostro? ¿Es a través de mi mente?
"Nos conocemos ...?" No puedo decir más. La mujer inclina la cabeza con perplejidad. "¿Vas a decirme
tu nombre?"
Las campanas de alarma están sonando en mi cabeza. Este debe ser el espíritu malvado y devorador de
hombres de esta ciudad, que secuestra a niños pequeños. Lo más probable es que su memoria esté
grabada con los nombres de sus víctimas. Los nombres de los muchos niños que han desaparecido en
mi lugar ya no están vivos.
"Vete."
"¿Dime quien eres?" Ella se vuelve más impaciente. El tren frena, pero el cuerpo de la mujer también
frena. Afuera, mi parada aparece a la vista. Me levanto y paso junto a la mujer.
"Alma... Alma Hartline. ¿Y quién o qué eres? ¿Eres humana?"
Quiero mirar fijamente a la mujer, darme la vuelta... y asombrarme cuando ya no veo a nadie donde
ella estaba parada.
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Después de caminar durante media hora, llego a la urbanización donde se encuentra mi casa. Ya está
oscuro como boca de lobo allí. Con ambas manos extendidas sobre mi cabeza, protejo mi rostro de las
ramas bajas de la avenida de los árboles. Me tropiezo con uno tras otro, sintiendo que cualquiera que
me mire asumiría que estoy borracho o que soy un monstruo de una película de terror.
De hecho, ya soy un fugitivo aterrador. Aunque huía de cualquier problema no correspondido, siempre
me movía en círculos.
La vieja tienda de antigüedades del abuelo ahora está solitaria y desierta. El edificio de ladrillo de dos
pisos brilla azul a la luz de la luna. Tiro de la puerta vieja y oxidada, que chirría, y entro en la tienda.
Desde la muerte del abuelo, todas las antigüedades están desordenadas y ya nadie se preocupa por ellas.
Todo es un desastre y la tienda da la impresión de una casa abandonada. En tal caso, los objetos, sin
importar el valor que hayan tenido, degeneran en chatarra sin valor. Me detengo frente a los trastos y
por unos instantes me quedo helado.
En vida del abuelo, a menudo jugaba aquí y me regañaban repetidamente por ello. La madre a menudo
llegaba tarde a casa debido a su trabajo. Aunque estaba a cargo de un grupo de investigación en una
compañía farmacéutica, se infectó con un virus de gripe desconocido y murió terrible y repentinamente,
cuando solo tenía siete años. El padre trabajaba constantemente en el laboratorio y casi nunca volvía a
casa después de la muerte de la madre.
Cuando le preguntaba sobre su campo de trabajo, siempre tenía una sola respuesta: "No es de tu
incumbencia".
Mi abuelo fue el único que se preocupó por mí y me enseñó todo lo que sé. Para mí, las historias que
contó sobre los tesoros, y lo que estaba asociado con ellos, fue lo más importante del mundo. La
colección del abuelo y sus conocimientos eran tan extensos que se me abrió un segundo mundo, un
mundo tan ficticio como real que contrastaba con la realidad de la vida cotidiana.
Estaba, por ejemplo, el brazalete del general Custer, que había hecho irrevocablemente de este
continente lo que era hoy. O la alfombra más vieja contaminada con viruela, que mató a más
aborígenes que lo que hubiera podido hacer ninguna caballería. Luego, la máquina de escribir, ahora
ennegrecida, en la que (probablemente) el infame Hemingway había escrito una vez... toda la
monstruosidad del siglo XX, ordenadamente ordenada como salami en rodajas, inmortalizada en
revistas, o lo que sea.
La colección del abuelo es casi exclusivamente réplicas, imitaciones o simplemente cosas terriblemente
gastadas; en algunos, la escritura está descolorida o las páginas de imágenes están arrancadas.
"¿Entiendes, Alma?" El abuelo se rió con picardía ante sus palabras.
"Todas estas son malas acciones. He filtrado este mundo imaginario, pieza por pieza".
Una mañana, el "Ticktock" del abuelo se hundió en el mar de serios restos históricos, para siempre.
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Impulsado por un extraño deseo convulsivo, me sumerjo en el caos de escombros que llena la tienda.
Cerámica esparcida por todo el lugar y diversos objetos metálicos reflejándose en todas direcciones y
provocando tintineos al menor contacto. El reloj de pulsera sale volando, la manta levanta polvo, las
teclas de la máquina de escribir imprimen letras de forma independiente y la montaña de revistas se
derrumba. La vista que el abuelo ha dominado hasta el final se ha mantenido invariable salvo por la
situación de algunos objetos.
Afuera, un perro ladra, asustado por el ruido de todo cayéndose. Las figuras sombrías que viven en el
vecindario se mueven ligeramente, provocando un ruido silencioso.
Frente a mis ojos hay un arma de fuego plateada brillante, en el curso de la cual se refleja mi rostro
distorsionado. El revólver es parte de la colección del abuelo, y la gente solía llamarlo "pacificador", un
nombre peculiar para un arma.
En ese momento, el abuelo solía poner una silla al lado del gran reloj de pie y pulía el revólver con
evidente alegría. ¿Estaba haciendo esto para demostrar su última fuerza restante?
Así que finalmente regresé. Como ese embrión que una vez vi en un libro de texto, me acurruqué allí.
¿Por qué estoy realmente aquí?
"¿Dime quien eres tu?" ¿Era la pregunta de la mujer sin rostro del metro? Como el acertijo de la
esfinge: ¿qué tiene cuatro patas por la mañana, dos al mediodía y tres por la tarde? Toca, toca.
Cuando noto mi propia cara sonriente en el cañón del arma, siento escalofríos. Cada vez que froto, la
sonrisa no desaparece.
Despertado por el ruido, mi padre está en la trastienda. Inmediatamente tengo de nuevo en mente la
imagen de su cuerpo escarlata.
¿Qué hay de él?
Estoy buscando respuestas a mis preguntas.
2 de octubre, habitación privada de Emily Ran
En la pantalla de la telecom apareció el rostro de un hombre de mediana edad. Emily bajó la mejilla
hasta su mano y miró distraídamente la planta en maceta en el monitor, un geranio artificial. Una flor
falsa que nunca muere en cada habitación desde el principio que regañó el interior y no era más que
hortera.
Durante la primera semana, todos los que trabajaban aquí habían tirado esas cosas, solo que Emily se lo
había perdido de alguna manera. No pudo organizar su vida. Desde que se había mudado a la
habitación hacía meses, la decoración no había cambiado.
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En la sala rectangular empapelada de blanco había una mesa, un sofá amarillo de imitación de cuero,
un armario y, por último, pero no menos importante, una silla de mimbre negro de dos patas sin
respaldo; todo eso era decoración. También estaban las cosas necesarias para la vida diaria, como un
refrigerador y un microondas, que estaban colocados al azar en la habitación. Cerca estaba el escritorio
para el trabajo. Las voluminosas y engorrosas líneas de cables estaban ocultas dentro del escritorio, lo
que hacía que el frente pareciera limpio y ordenado. En él había dos monitores simples, uno de los
cuales, el Telecom, era para correspondencia.
De los parlantes montados en la pared, sonó la voz del hombre. Sin embargo, no penetró en Emily.
Había información actualizada sobre los experimentos y referencias a archivos más antiguos, así que
cosas de las que Emily ya estaba al tanto.
Ella había estado ansiosa por un cigarrillo durante bastante tiempo. Las personas que no fumaban en el
Instituto de Investigación de Virus del Grupo Umbrella estaban en un asombroso noventa y ocho por
ciento. De los cincuenta y tres empleados, solo Emily fumaba. ¿Debería fumar cerca de Christian
Selfridge... bueno, qué tenía él que decir al respecto? Ciertamente algo extremadamente inútil. Nadie la
había cuestionado al respecto, pero con el tiempo había llegado a fumar solo cuando estaba
verdaderamente sola.
Cuando no pudo controlarse, salió de la plaza frente a la telecomunicaciones y abrió la ventana de par
en par. Los oradores continuaron anunciando el informe. Como la cámara no podía verla, no le
importaba. La transmisión de imágenes del servicio de información interno no se realizó en tiempo
real, sino que solo transmitió imágenes grabadas. Usando las telecomunicaciones, el servidor reconoció
automáticamente la identificación y la imagen predefinida de la persona con la que se estaban
comunicando apareció en la pantalla.
Las ramas de los árboles carmesí del patio se movían con la brisa de la tarde. Al mediodía, iluminados
por el sol brillante, los árboles resplandecían con una luz carmesí, y al anochecer se tenía la sensación
de que estaban empapados de sangre. El rojo de los árboles, el negro de la noche se fusionaron en un
paisaje extraño.
El viento acarició agradablemente el cabello de Emily. Las imágenes de satélite mostraban un

cuadrado, un extraño edificio en el centro del instituto, con un agujero en el centro. El patio casi
cuadrado rodeado de paredes blancas tenía una longitud lateral de unos cincuenta metros. Había las
mismas ventanas cuadradas en todas las paredes que en esta habitación, y las líneas entre ellas
formaban un patrón de cuadrícula.
Todo tenía la apariencia de edificios residenciales. Los pequeños apartamentos se utilizaron como
alojamiento para investigadores; cada uno de ellos tenía una habitación con una cocina separada y daba
al patio.
Las gotas de agua de la lluvia vespertina corrían de rama en rama, produciendo un ritmo de fondo
agradable al oído. En el patio había una tubería por la que fluía agua del bosque. Esta agua se preparó
en una instalación dependiente del Instituto para el Uso Diario dentro del complejo de edificios.
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Emily se apoyó en el alféizar de la ventana y volvió a mirar el monitor. El viento que venía del bosque
soplaba sobre sus brazos desnudos. El sistema de ventilación montado en el techo comenzó con un
zumbido para regular la temperatura del aire en la habitación de forma independiente.
Emily se bajó las mangas arremangadas de su cárdigan y miró hacia el techo. "¿Y cuál es el estado de
Reena Mittford?"
"¿Eso significa que está encarcelada?"
"Temporalmente encarcelada. Porque ella hace el tonto de otra manera".
La imagen distorsionada de Robert Prasch a veces se movía de izquierda a derecha. Su cara toscamente
pálida e inexpresiva estaba hundida y plana. La imagen probablemente era de la época en que aceptó el
trabajo, y no importaba cómo la miraras, parecía nada más que una momia seca.
Emily sacó un cigarrillo de una caja arrugada y lo encendió. Respiró hondo y expulsó el humo por la
ventana. "¿Señora Gerente de Proyecto?"
"Sí! Estoy escuchando."
Recientemente, su capacidad de concentración ha disminuido y, a veces, tenía náuseas sin ningún

motivo. Después de llegar a la mitad de los treinta, el cuerpo, la mente y las expectativas cambian
rápidamente. Así es como funciona.
"Si se relaja por un tiempo, probablemente se sienta en forma pronto", dijo Emily.
Parecía que Prasch se estaba riendo para sus adentros cuando respondió: "Soy un poco escéptico.
Parece que la técnica Mittford se ha lastimado considerablemente. Supongo que en esta condición
necesitará tratamiento durante varios meses".
Hace varios meses. Hubo algunos colegas que se tomaron varios años de licencia después de completar
proyectos con éxito, pero el de Emily todavía estaba en pleno apogeo.
"Qué desgracia... ¿Reena es la única que puede usar el tanque?"
"Esa es la forma en que está."
“Si informas a la central y solicitas un nuevo técnico, ¿qué tienes que
¿suponer?"
"¿Perdón? ¿Te refieres a dinero o tiempo?"
"Tiempo. Es evidente, ¿verdad? No soy Selfridge".
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Prasch pensó un momento antes de responder. "Al menos dos semanas. Si quieres a alguien de su clase,
puede tardar un mes. Apenas hay técnicos en la empresa que se especialicen en realidad virtual, es un
campo muy especializado. Y, por supuesto, esto no se lo puedes confiar a nadie". fuera de la empresa".
Emily se quedó en silencio por un momento, y luego dijo: "No, no puedes. De todos modos, esta noche
jugaré con el manual y trataré de hacer funcionar el tanque. Por el momento, no le informes el asunto a
Reena". Todavía estamos observando el estado de Reena, pero está mejorando rápidamente cada día".
"¿Se va el gas? ¿Y el señor Selfridge...?"
"Está bien. El equipo fue puesto bajo mi cuidado. No te preocupes tanto".
"Lo siento" murmuró la voz por el intercomunicador.
Cuando Emily comenzó a trabajar en el instituto, Prasch había estado allí durante mucho tiempo, era
algo así como un viejo zorro. También era al menos diez años mayor que ella. Hacía medio año que se
había hecho cargo de este nuevo proyecto como directora ejecutiva, pero nunca en todo ese tiempo
había experimentado que este hombre se abriera a nadie. Incluso sobre las cosas pequeñas siempre
había un conflicto entre ellos.
Emily frunció el ceño ligeramente y le dio una calada a su cigarrillo. Preparó cuidadosamente sus
siguientes palabras. "¿Y cuál fue la razón?"
"Actualmente bajo investigación. Parece que es un proyecto privado del técnico Mittford".
Recientemente, Reena Mittford parecía un poco extraña. Las pequeñas cosas la enfadaban y le susurró
a Emily.
Sin embargo, ¿cómo era posible que un técnico tan experimentado cometiera un error tan amateur
como perder el conocimiento mientras simulaba?
La ciudad en llamas, vista brevemente en el monitor, volvió a pasar por su mente. "Ahora me levanté.
Haremos el resto mañana. Entonces aprenderé más sobre el asunto con Mittford del Sr. Selfridge".
"Absolutamente."
La imagen en la pantalla desapareció y la habitación quedó en silencio. Solo se escuchaba el sonido de

la lluvia.
Emily se alejó de la ventana y bebió el líquido en una taza de café sobre el escritorio. El sabor amargo
la hizo sonreír.
Lo único que Carmen probablemente nunca podría hacer bien era hacer un café decente. El bárbaro
capuchino estaba más espumoso que líquido y demasiado frío. Por supuesto, esto no fue culpa de
Carmen, ella sirvió solo de la máquina de café.
14
Emily sacó una botella de medicina del cajón del escritorio y tres tabletas rodaron en su mano abierta.
Las cápsulas volaron a su boca, seguidas de un sorbo de café tibio. Dejó la taza vacía sobre el
escritorio, se pasó el pulgar por la boca y una sonrisa apareció en sus labios. Al ver a los pacientes que
bebían su medicina con café, todos los médicos probablemente habían puesto los ojos en blanco.
Emily miró la fotografía de su hija Ann. La linda niña de ascendencia española se estaba riendo. Su
apariencia provenía del lado de su padre, y lo único que Emily le había dado eran genes rotos.
Sus ojos se posaron en el libro junto a la imagen. "Las aventuras de Huckleberry Finn" se suponía que
era un regalo para Ann, que Emily obtuvo excepcionalmente a través del servicio de pedidos interno.
No era posible decir que era un libro especialmente para niñas, pero Emily lo había heredado de sus
padres. Su padre, por puro interés, había desarrollado un programa de generación de texto del que
carecía por completo. El recuerdo del momento en que ella se sentó en su regazo y leyó las aventuras
de Huck Finn con ella hizo que su corazón latiera más rápido hoy.
Ann nació cuando Emily tenía veintitantos años y tuvo una aventura con uno de los empleados en ese
entonces. Hoy no podía recordar su rostro; solo quedaba una imagen vaga, que recordó cuando miró la
cara de Anna.
Sus padres no habían dicho nada cuando su única hija regresó soltera y con un hijo. Sin gruñir, dieron
la bienvenida al nuevo miembro de la familia. Ann, como Emily en su infancia, estaba muy enferma. A
sus padres les debe haber parecido como si su propia hija se hubiera puesto una vez más en los zapatos
de sus hijos y regresado a casa.
No importaba cuántas veces les había aconsejado que se mudaran, sus padres todavía se aferraban a
Los Ángeles, aferrándose a su pequeño apartamento.
Ann estaba ahora sentada en el regazo de su padre y escribiendo en el teclado. Las palabras tecleadas
con sus torpes dedos índices y los fragmentos contextuales emitidos por el programa se convirtieron en
la primera historia en su memoria.
Cuando termine el trabajo aquí, tomaré el libro e iré donde Ann para dárselo, pensó. Luego hablaremos
del libro. Me romperá el corazón. Si el trabajo aquí acaba de terminar...
El papel de regalo, decorado con un patrón floral, no parecía nuevo. Su mirada se posó en un trozo de
papel rosa pegado al monitor de telecomunicaciones, y Emily se estiró para arrancarlo.
3 de octubre, 14:00 hrs. Discusión con R.F.
Cuando llegó la noticia, Emily garabateó el memorándum con naturalidad y, mientras lo miraba ahora,
apenas podía distinguir las líneas parecidas a lombrices que reflejaban sus sentimientos en ese
momento como su propia escritura.
15
El hombre, Richard Fuchs, era considerado un reportero, que había escrito un compromiso ambiental
casi militante en la bandera. Emily había mirado su trabajo un par de veces en revistas; sus artículos
estaban destinados a hacer que las masas irrumpieran en los negocios, y sus actuaciones no carecían de
palabras y gestos llamativos y exagerados. Un hombre peligroso. Normalmente, un vocero oficial
tomaría tales reuniones, pero en este remoto instituto rodeado de montañas no había tales personas, por
lo que Emily y el director del instituto tuvieron que hablar directamente con el visitante.
¿Cómo encontró este lugar?
El rostro gordo y bronceado de Selfridge flotaba frente a sus ojos, haciendo que su estómago se llenara
con una mezcla de temor y anticipación.
Si no era suficiente que se enfrentara a un oponente tan fuerte, también tenía que examinar la máquina
de realidad virtual.
"Parece que una montaña de tareas se eleva frente a mí. Todo esto tiene que suceder ahora...", se dijo a
sí misma.
Se paró fuera de la ventana y siguió con la mirada el humo de su cigarrillo. Dan notó los ojos de Emily
en la habitación de Reena, que estaba a cincuenta metros de distancia, justo enfrente. Las luces
eléctricas estaban apagadas y la ventana parecía un tablón de anuncios.
La neblina del cigarrillo giró en dirección al pequeño bosque demarcado. Emily pensó en Reena, que
tenía la cara blanca y el pelo largo, como una muñeca de porcelana. La habían manchado
continuamente con un líquido pegajoso que parecía provenir de un ser vivo...
La vista se volvió más y más fea y distorsionada, y sus ojos azules estaban vacíos.
"Alma está en una simulación de realidad virtual. Soy Alma..."
Emily se sacudió la visión. Sacó el cenicero escondido del armario de la porcelana y apagó el cigarrillo.
El trabajo como líder era pesado y agotador. Especialmente de los asuntos secretos, en los que no
podías confiar ni siquiera en los miembros del equipo del proyecto, había demasiados.
El nombre de su hija pasó por su mente. Que injusto.
Simplemente la había dejado para que sus padres la cuidaran y así librarse de la parte desagradable. En
un momento difícil, como ahora, bastaba pensar en Ann para que se sintiera mejor, así que saboreó la
parte agradable de todo.
La voz de máquina de Carmen sonó de repente en la habitación. "Un visitante."
Emily inclinó la cabeza hacia un lado y volvió a colocar el cenicero en el armario.
16
A pedido de Emily, Carmen hizo que el corredor apareciera en la pantalla. Ren Sprague, director del
instituto, miró fijamente a la cámara. ¿Qué lo había llevado a venir aquí? Emily se encogió de hombros
y tocó el teclado electrónico.
Como había sido sorprendido por el fuerte ruido de aire comprimido de la puerta que se abría
repentinamente, el director se subió las gafas, que estaban a punto de resbalarse de su nariz.
"Señor director, ¿qué pasó?"
"Un... ah". Sprague tartamudeó, tirando de su cabello despeinado. Del bolsillo superior de su elegante
camisa a cuadros estaba su pluma favorita de color rojo brillante, con forma de cohete. Este objeto
infantil realmente se adaptaba a este hombre. Nervioso, miró a su alrededor a izquierda y derecha, lo
que lo hizo parecer bastante extraño.
—Ren, ¿qué pasó?
"Nada especial. Pensé que podrías haber estado preocupado".
"Gracias por tu preocupación, pero estoy bien. Tu preocupación se aprovecharía mejor si cuidaras de
Reena. Estoy ocupada".
Sprague pareció consternado y de repente se puso serio.
Cruzó ambos brazos frente a su pecho, pero luego tomó sus manos e hizo una marca en V. Usó este
gesto con prejuicio; significaba algo así como "Amor y paz".
Sprague fue un campeón sin esperanza de los Golden Sixties.
Como le gustaba citar una de sus novelas favoritas, fue uno de los recién llegados a la generación.
Había terminado la escuela con gran dificultad, pero cuando finalmente quiso mudarse, triunfalmente
quiso mudarse a la ciudad, la exageración ya se había instalado allí.
Los hippies se habían cortado el pelo y los términos "Amor" y "Paz" eran solo recuerdos nostálgicos.
En sus días de estudiante había sido miembro de una banda de rock y estaba orgulloso de ello. Hasta el
día de hoy llevaba el pelo recogido en una larga cola de caballo, encarnando para siempre su pasión por
el rock and roll.
Emily consideró que esta generación, o más bien el fenómeno en sí mismo, habla de una 'generación'
de una manera autocrática extremadamente tacaña. Ella no estaba completamente en contra. Sin
embargo, las opiniones de estas personas parecían demasiado sesgadas y unilaterales. Se habían
movido en su propio mundo, en su realidad separada, tratando de resolver los problemas de este mundo
con su amor fanático. Abrázate a ti mismo, luego abre los brazos, pronunciando el signo de la paz
omnipresente...
Para Sprague, este comportamiento significaba solo un "¡cuidado ahora!" Emily lo miró a la cara seria.
17
Sprague de repente sonrió, levantó una mano y gritó: "¡Vamos a buscar algo extraordinario!".
Este hombre no estaba aquí para consolar a Emily, no, parecía haber venido por dos razones: recogerla
y echarle un vistazo.
"¿Qué hay de extraordinario en ella?"
"Deberían haberla tirado como una vaca despellejada al tanque de almacenamiento de agua".
"¿Qué se supone que significa eso? ¿Es eso retórico, o qué?"
"¡Me escuchaste! ¡Una vaca desollada!" Gritó Sprague, que parecía bastante molesto por sus propias
palabras, y una vez más empujó las gafas, que se le habían resbalado hasta la punta de la nariz, con el
dedo índice.
2 DE OCTUBRE; 19:20 HRS: SÓTANO DEL INSTITUTO, TANQUE DE

ALMACENAMIENTO DE AGUA
Tras salir del ascensor atravesaron un pasillo blanco y llegaron a la piscina tras poco más de dos
minutos. Tan pronto como se abrió la chirriante puerta de hierro, la humedad se asentó en sus rostros;
un leve olor animal flotaba en el aire estancado.
El depósito era una enorme caverna subterránea. Del suelo al techo, se estimaba en cinco metros. La
piscina en sí era tan grande que podías tener una competencia de natación allí. La superficie oscura del
agua, iluminada por tubos de luz, era casi inquietantemente suave, y el ruido del motor de la planta de
tratamiento de agua adyacente hacía temblar la humedad que envolvía la habitación a intervalos
regulares.
Unos metros más allá, en el borde de la piscina, unas buenas diez personas estaban juntas.
Aparentemente, en realidad parecía haber algo como una vaca allí. Algunos guardias de seguridad
uniformados se habían unido al personal con ropa privada.
Emily metió ambas manos profundamente en los bolsillos de su chaqueta y se acercó a regañadientes a
la multitud, incitada por Sprague. Con cada paso, el olor a carne podrida se hacía más fuerte.
Sprague atracó como un niño de primaria en una excursión. Alternativamente se levantó las mangas
izquierda y derecha con energía y corrió hacia la multitud. Cuando se detuvo, Emily finalmente pudo
alcanzarlo.
Atrapada por el grupo, Emily, empujándose hacia adelante, asomó la cabeza por un hueco entre la
multitud para tener una mejor vista... y al mismo tiempo se arrepintió de haber venido aquí.
18
La vaca estaba bien desollada y peor por el uso.
Tendones rosados corrían sobre la carne roja, y en este patrón todavía hervía sangre débil; Los bultos
coagulados a veces se forman como injertos. De la vaca, que yacía casi como evidente, goteaba agua.
Por encima del cadáver había moscas que habían encontrado su camino y con sus alas devolvían la luz
como si se reflejara en el metal. En las inmediaciones de la vaca, el agua y la sangre se mezclaron en
un líquido negro rojizo, que se extendió gradualmente. El gancho utilizado para tirar de él había
perforado profundamente el abdomen del animal. El cuerpo parecía enorme.
El olor apestoso le causó a Emily una fuerte sensación de náuseas. Varias moscas se precipitaron sobre
su cuerpo para probar el néctar del sudor que se arremolinaba en sus brazos que se les presentaba.
Emily se sacudió varias veces, pero las moscas penetraron entre sus dedos y se detuvieron,
balanceándose salvajemente, hacia sus brazos.
Sprague silbó apreciativamente entre dientes. "Un espécimen espléndido, ¿verdad? ¡Alguien lo hizo
bien!"
"Espera... ¿eso estaba en nuestra piscina? ¿Desde cuándo? ¡¿No salimos a beber agua de aquí?!" jadeó
Emily, mientras tapaba su nariz contra el hedor omnipresente. Ella creía que el café que había bebido
antes seguramente saldría. Como todos sintieron lo mismo, las caras de los asociados cercanos se
torcieron y asintieron.
"Ha pasado tanto tiempo, creo. El olor es espantoso, pero la putrefacción aún no está muy avanzada",
dijo Sprague, quien se agachó sobre la vaca y levantó la cabeza. "La planta de tratamiento de agua está
interpuesta, por lo que probablemente no haya nada de qué preocuparse".
"Sí, si funciona correctamente".
Sprague se limitó a sonreír ante la objeción de Emily. Al sentir un cálido aliento en la pantorrilla, por
reflejo apartó la pierna. Mirando hacia abajo, notó que el Doberman de un guardia actuaba nervioso.
Para un perro que exploraba el mundo con su olfato, esta vaca probablemente fue un evento
extraordinario. Una albóndiga espectacular, incomparablemente más interesante que la gente reunida a
su lado.
Cuando los ojos de Emily y del guardia, que vestía un jersey de punto y sujetaba la cadena con fuerza,
cruzaron su rostro, se encogió de hombros. "El hedor hace que el perro esté listo para atacar".
"No, la carne probablemente le abre el apetito", dijo el joven de piel oscura, riendo.
19
Inconscientemente, Emily volvió a mirar a la vaca y volvió a sentirse mal. El dóberman, babeando
alrededor de su boca, se parecía cada vez más a una bestia.
“Qué ingenuo de mi parte compadecer al perro”, pensó Emily. Como podría parecer, fue una pérdida de
tiempo.
Mañana era una reunión con Richard Fuchs. No era suficiente que aún no se hubieran hecho los
preparativos para ello, la máquina de realidad virtual tenía que estar preparada. Quedarse aquí y mirar
el extraño cadáver de la vaca... bueno, solo la hizo sentir mal, mientras que la montaña de trabajo por
hacer no se redujo de ninguna manera.
Emily decidió irse, pero luego escuchó una conocida voz chillona.
"¿Cuántas veces debería decirlo? ¡No hay ninguna razón en particular!"
Algo alejados del grupo, un asiático corpulento y un hombre alto y esbelto conversaban. El inglés
estridente y con acento era el sello distintivo de Hiromu Kinuta, miembro del personal del instituto.
Kinuta era parte del equipo de Emily y era esencialmente la verdadera "mano derecha" de Emily, a
diferencia de Robert Prasch, que odiaba la simulación. Era uno de los empleados clave y complejo
además de eso.
Kinuta se limpió el sudor con una toalla enrollada alrededor de su cuello y su cuerpo tembló. Su piel
sudorosa brillaba con luz de neón.
El hombre que hablaba con Kinuta vestía el uniforme de un guardia de seguridad cuyo cabello gris
estaba afeitado en un corte cuadrado. Comparado con Kinuta, su piel aún más clara se veía casi azul a
la luz. Miró con frialdad a Kinuta, quien agitaba frenéticamente sus brazos brillantes y trataba de
enfatizar algún punto.
"¿Quién es ese?"
"Nuestro líder de grupo, Ulysses Allam", respondió el hombre de la trenza tejida.
"Ulysses Allam, el amante de Mittford", susurró Sprague después de levantarse.
Allam parecía un esqueleto, o un demonio, y su edad era inconmensurable. Debido a su tez enfermiza,
era difícil creer que estuviera vivo.
Cuando Allam notó la mirada de Emily, una sonrisa sombría cruzó sus labios. Era una sonrisa vacía, sin
emociones, sin compasión.
Las luces eléctricas calentaron el cadáver, y el hedor sofocante y podrido que emanaba de él se hizo
cada vez más insoportable.
20
Emily se estremeció y apartó la mirada.
El hombre le dio unas palmaditas a Kinuta en la espalda, lo que se suponía que significaba "muévete".
a un lado!" - y se acercó a la zona de la pelvis.
"¡Kinuta!" Se llama Sprague.
Kinuta respiró hondo.
"¿Qué está haciendo aquí?"
Kinuta se secó la papada de izquierda a derecha con la toalla, levantó el pulgar y señaló detrás de ella.
"No lo sé. Esta piel es rígida y firme, la estaba examinando".
"No te preocupes por eso. Te pareces a esta vaca, tienes casi el mismo cuerpo".
Kinuta frunció sus gruesos labios y se rió, riéndose.
"¡Estás exagerando, no soy tan grande!" Se dio unas palmaditas en el brazo "Y como puedes ver, MI
piel todavía está unida, a diferencia de nuestro amigo bovino aquí".
"Tú eres quien lo encontró. ¿Qué hiciste entonces?"
"Nada realmente. No tenía palabras. Solo miraba el agua, perdido en mis pensamientos. Puedo
relajarme ahora".
"Eso suena extraño. Eres realmente un nerd. Y, francamente, muy sospechoso".
Kinuta rió atormentado.
"Puedes decir lo que quieras, el accidente de Reena me hizo un poco mezquino".
"¿No quieres nadar un poco y distraerte de las cosas?"
Kinuta agitó la toalla riéndose como si quisiera protegerse de la diversión de Sprague. Su rostro se
sonrojó.
"Bueno, ¿de quién es el trabajo entonces?"
"Tal vez eran los lugareños que querían desahogar su ira. Estoy seguro de que has escuchado los
rumores sobre este lugar, donde los humanos son sometidos a juicios de exterminio".
21
"¡Jojo, no sabía eso! Supongo que somos impopulares. Aún así, con todas las cámaras que tenemos, no
hay forma de que alguien pueda colarse sin ser notado. ¿Verdad?"
Sprague y Kinuta se revolcaron, bromeando fuera de lugar. Los empleados cercanos y los guardias de
seguridad fruncieron el ceño observándolos a los dos desde la distancia.
Emily miró a cierto hombre, a Ulysses Allan. Allam sumergió un dedo en el agua y pareció reflexionar
sobre algo. Parecía tranquilo, casi meditativo. Era el tipo de persona que podía acercarse sigilosamente
a cualquiera o andar por ahí sin llamar la atención... siempre y cuando no abriera la boca. Cuando
habló, fue sorprendentemente carismático.
“El amante de Reena... No lo sabía”, pensó Emily.
Kinuta y Sprague continúan su alegre conversación. "O los cocineros los dejaron aquí y luego se
escabulleron".
"Si eso es cierto, entonces no podremos comer carne en el futuro. Eso sería una tragedia, ¡podría tener
que escabullirme!"
Emily se cruzó de brazos y los miró.
“Kinuta, ¿hasta cuándo vas a hacer estas bromas? El proyecto está en juego. No creo que tengamos
tiempo para tanta tontería”.
Kinuta trató de decir algo, pero luego cambió de opinión y miró hacia el suelo. "Sí, sí, entendido. Solo
querías decir que debería irme, ¿verdad? Me quitaré de tu pelo".
Emily miró a Ren Sprague, quien la había enredado en todo esto. Sonrió atormentado.
"Un momento más", preguntó Kinuta, rascándose la nariz sudorosa. "Lo he pensado. Al principio no
estaba seguro. Pero ahora... ¡Déjame meterme en el tanque!"
"Kinuta, ¿de qué estás hablando?"
"Jefe, sé que está ocupado. Pero siempre me ha interesado y me he ocupado del tanque con un poco
más de detalle".
Intrigada, Emily miró a Kinuta de pies a cabeza. La barbilla floja, los brazos abultados, los muslos
enormes. De la corona a los soles, era un solo perdedor. Que pudiera mantenerse erguido con tal
cuerpo... ¡Su figura no encajaría correctamente en un ajustado traje de goma VR!
A Emily realmente le vendría bien la ayuda, tenía que admitirlo. Si no quería correr riesgos
innecesarios, necesitaba a alguien que se metiera en el tanque y se sumergiera en el mundo virtual... y
alguien que hiciera cualquier cosa. No estaba claro para ella hasta dónde llegaba el conocimiento de
Kinuta, pero por el momento era bienvenido para ayudar.
22
Emily bajó los brazos, desde la posición doblada frente a su pecho, y miró a los ojos entrecerrados de
Kinuta. "El manual en línea está almacenado en el servidor. Con una identificación de nivel B, debería
poder leerlo. ¿Conoce la ruta?"
"Lo sé. Sabes... bueno, en verdad ya lo he leído..."
Emily frunció el ceño. Este tipo está a punto de recibir un shock. En esta situación particular, podría
resultar ser un caso inesperado de suerte, se peleó consigo misma.
"Hoy podríamos trabajar toda la noche. Te llamaré más tarde; prepárate en tu habitación".
Hiromu Kinuta se inclinó agradecido y apartó su enorme cuerpo del cadáver.
Ren Sprague miró a Kinuta y susurró: "Es difícil detenerlo, ¿eh?"
"¿Qué opina, señor director? ¿Tiene alguna idea de cómo proceder?"
Sprague se encogió de hombros. "Bueno. Bajo estas circunstancias..." Sus pupilas brillaron húmedas
bajo la luz de neón.
Sin darse cuenta de que se acercaba, de repente Ulysses Allam se paró junto a ellos. Sus ojos plateados
miraron sospechosamente a Sprague. Luego se acercó al cadáver y lo pateó levemente dos o tres veces
con la punta de la bota, haciendo que el enjambre de moscas se amotinara. Extrañamente, las moscas
no se pegaron a los talones de Allam, ignorándolo por completo. A pesar de la alta humedad en esta
habitación, probablemente él era el único que no sudaba.
"Bueno, señor director, ¿cómo procedemos? ¿Vamos a examinarla?"
Sprague negó con la cabeza ante la pregunta de Allam. "Probablemente no haya necesidad de eso.
Todo es más que divertido, y estamos lo suficientemente ocupados".
"¿Deberíamos contactar a la policía local?"
"No, si se va a enviar un mensaje, primero debemos consultar con el Sr. Selfridge. Pero, ¿debería
predecir su respuesta? ¡De ninguna manera, no! Este incidente ciertamente se debe a uno de los
nuestros".
El líder del equipo de seguridad asintió y dio algunas órdenes a su gente. Trajeron una enorme carretilla
y cargaron sobre ella el cadáver de la vaca. Los guardias uniformados de azul se fueron con el animal
muerto. El hombre con el gorro de lana se esforzaba por controlar al dóberman atado, que gemía
alrededor de la carretilla.
23
En poco tiempo la multitud se había aligerado. Emily miró los rostros de los pocos empleados que
quedaban y le susurró a Sprague: "¿Entonces crees que uno de nosotros lo hizo?".
Él la miró con los ojos muy abiertos y asintió con entusiasmo. "Creo que fue una broma elaborada. Un
verdadero trabajo de hueso. Deberíamos descansar para liberar nuestro cuerpo y mente de toda la
tristeza..." Sonrió ampliamente.
Emily dejó escapar un suspiro. "Por favor, responda con seriedad. Podría ser que quienquiera que haya
hecho esto esté entre nosotros".
Sprague tocó el brazo de Emily con el dedo índice. ”Y, ¿cómo estuvo el espectáculo? ¿Fue interesante
la vaca desollada?"
“Era mucho más que cualquier cosa que verías en un matadero. Esto fue mucho más visceral”.
Él la miró a los ojos, riéndose. “Este incidente es el primero de este tipo aquí, ¿correcto?”
"No, creo que de alguna manera, después de haber visto algo así, pero no puedo recordar bajo qué
circunstancias..." Emily metió ambas manos en los bolsillos e inclinó la cabeza.
“¡Probablemente en una sartén, siendo preparado por uno de tus seres queridos!”
Quería alejarse de este lugar lo más rápido posible a cualquier costo y le dedicó una sonrisa a Sprague,
quien continuó mirándola con picardía. "Yo en la cocina, ¿es esta idea tan descabellada? Bueno, vamos.
Tengo mucho trabajo que hacer".
Una mosca en busca del olor se posó en el brazo de Emily y le limpió el sudor. Sus alas brillaron
plateadas, desapareció en la oscuridad, tarareando suavemente.
24
Capítulo 2
Mi cuerpo se refleja en el cristal de la ventana. Afuera, el paisaje monótono sigue y sigue. Al igual que
con el Tanque, el aire exterior y el aire interior del autobús son completamente diferentes.
Las personas que no pudieron conseguir un asiento se pararon en el pasillo. El transporte urbano está
abarrotado y el aire en él es caliente y sofocante; la respiración es difícil.
Sin embargo, al huir a los suburbios, cada uno se baja en su parada, cada uno se apresura por las calles
de su vida y vuelve a sus agendas veraniegas.
Sí, hasta en Raccoon City llega el verano. En las tardes, después de la escuela, cuando iba camino a lo
de Frank, siempre sentía esa incertidumbre y esa expectativa, que se ve perturbada por la tristeza y la
alegría, y por un tremendo disgusto.
Afuera, un paisaje sin color me empuja y no puedo hacer nada más que mirar. Completamente relajado,
siento la vaguedad de mi propio ser.
En las concurridas carreteras de la autopista de la ciudad, el autobús se balancea terriblemente. Para no
caerme o ser tirado, me agarro al mango con todas mis fuerzas.
Tomar el autobús es una actividad estresante; todos los cuerpos presionados unos contra otros. Un
ambiente miserable, el apacible día de verano está en declive. El tiempo en el autobús y el tiempo fuera
obviamente no están en armonía. Siento que el tiempo se detiene y un sentimiento de soledad.
Mientras me aferro a la manija, mi rostro en la ventana de vidrio de repente parece el de un extraño.
Frank vive en las inmediaciones, pero en su entorno cotidiano, siempre se muestra algo desdeñoso
conmigo. no sé por qué Nuestras citas siempre tienen lugar en el parque de la tarde, que bordea el
cementerio.
El autobús está corriendo y los pasajeros se balancean hacia la izquierda y hacia la derecha. Mi cuerpo
también está expuesto a golpes dolorosos.
De un lado a otro, el autobús se tambalea como si estuviera realizando una danza báltica. Pero el
balanceo también tiene sus beneficios, porque cada vez estoy más cerca de ti.
El cristal brilla, y como en una pantalla aparecen mis recuerdos en él. De repente, las palabras de
alguien rondan mi mente.
¿Quien dijo que?
"El sexo y los espejos son desastrosos, porque ambos multiplican a las personas".
De pie en el escritorio del maestro, Steven Kirkwood alcanza detrás de sus tirantes con ambos pulgares
y los endereza. Sobre su cabeza proliferan unos rizos castaños, que lleva recogidos por detrás en una
cola de caballo rizada, lo que le da un aspecto un tanto exótico.
Una de las especialidades de nuestro maestro es el comportamiento del salmón y la trucha, y enseña sus
conocimientos con pasión.
"Supongamos que tuviéramos un salmón macho con buenos genes, un día realizaría espontáneamente
una variación de movimientos, una acción sin sentido, como sacudir la cabeza, hacer un acto de
equilibrio bajo el agua, había provocado que algunas de las hembras se sintieran atraídas por estos
movimientos de cortejo y -sin ninguna razón racional- eligen a este macho como compañero
reproductivo y hay muchos otros que comparten este deseo... El procedimiento se convirtió en el
estándar y hoy, cuando está por comenzar el desove, el salmón masculino y la danza de cortejo es un
25
acto reflexivo, por lo que el acto evoca un simple impulso procreador y se convierte en un notable
'espectáculo de amor', ¿qué te parece? ¡Y no es tan diferente de la danza de cortejo tembloroso de los
humanos usando un ramo de rosas!
El maestro parpadea y mira alrededor del salón de clases. Observa con placer cómo sus palabras son
absorbidas con avidez por nuestros jóvenes oídos.
Como en una película del oeste, forma pistolas con ambas manos, las pone en el aire y grita: "¡Pastor,
no puedes simplemente asentir con la cabeza aquí! ¡Vamos, baila tu baile, baila, baila!"
Un hombre gracioso, aunque no siempre se ríe. Kirkwood no es una persona tonta. Él sabe que sus
palabras morirán sin obstáculos. De todos modos, se para detrás de su escritorio y grita en voz alta:
"¡Baila, baila, baila!"
Por eso el Sr. Kirkwood me pone nervioso. ¿En que esta pensando?
A diferencia de su apariencia en el salón de clases, siempre habla en voz baja en la sala de profesores.
Afuera hay un calor de verano caliente. Hace fresco en la sala de profesores; una pequeña isla
acogedora en medio de las brasas que se derriten.
“ Alma, ¿quieres ponernos al día más tarde? Cuénteme cómo fue trabajar en la ONU o donde sea”.
-¿Quién se cree que es este tipo?-
Miro por la ventana. En el calor del día, los pájaros parecen caer del cielo. La profunda sombra negra
del edificio de la escuela carcome los granos de arena del suelo del patio.
La voz del profesor no es nada desagradable, hay que decir que hasta suena de maravilla.
Estará cantando en la sala de música el fin de semana, como barítono. solo lo se Tan pronto como
cierro los ojos, aparece el rostro negro profundo de Alex Snow, que está volando. Cuando abro los ojos
en el momento en que la reverberación del eco inunda el estrecho callejón, realmente puedo ver a Alex
Snow flotando en el cielo.
La patineta en la que vuela Alex gira hacia la izquierda en el aire, provocando un sonido sordo en el
concreto golpeado cuando aterriza. El tablero no quiere detenerse, pero Alex lo detiene con un pisotón.
Se ríe a carcajadas. Los dientes blancos brillan en su rostro negro. Con una patada, lanza la tabla al
aire; lo atrapa con una mano, dejándose caer lentamente sobre su espalda en esta posición y mira hacia
las nubes.
Algunos chicos parecen querer darle una paliza, pero él sostiene el tablero con ambas manos
firmemente frente a él y lucha contra sus ataques juguetones mientras se ríe.
No puedo mirar hacia otro lado. Apoyado en la pared con una mano, busco entre los ladrillos. Mi otra
mano buscando la rosa bordada en mi abrigo.
Con el cuerpo medio erecto, Alex, que me nota, levanta una mano y grita: "Oye, ¿tú no eres la bruja?
Llegas tarde".
De todos los niños de la calle aquí, es solo Alex, quien me llama "bruja". Una vez me vio en la tienda,
enterrado bajo toda la chatarra, y desde entonces me llama así.
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"El profesor me toma bajo su ala de nuevo. Realmente molesto".

“ Si buscas a un maestro, no está aquí. Se fue al cementerio.
"Está bien", asentí.
Alex se levanta y se acerca. "¿Otra consulta sobre tu futuro?"
"Así es", digo y me agacho.
"Él se preocupa por ti".
"¿Frank?"
Alex asiente y hace una mueca.
"Él necesita cuidarse a sí mismo".
La cara de Frank parpadea en mi mente. Realmente nunca lo entendí.

Si comparas a Frank con Alex, diría que Alex suele estar distraído, perdido en sus pensamientos, pero
en el momento siguiente, puede ser vivaz.
Recuerdo la primera vez que conocí a Frank. Cojeaba cubierto con ropa manchada de sangre hasta que
un grupo de adultos finalmente logró curarlo. Sus ojos inyectados en sangre me miraron; inspiraba
miedo.
¿Quién fue frank? Esto no podría llamarse amor si quisieras.

Por momentos, incluso pensé que tal vez no era solo una ilusión que se le ocurrió a la gente aquí en la
calle. Buscaron una salida a su frustración y esperanzas incumplidas que no podían confiar en nadie.
Así nació Frank.
Gracias a la voz de Alex, vuelvo en mí.

Mira hacia el cielo a través del espacio entre las casas, que solo se puede ver como una franja estrecha.
"Realmente no quiero elogiarte, pero probablemente tienes..." Alex se encoge de hombros y continúa:
"...talento".
Estallo en carcajadas.
"¿De qué estás hablando, qué talento?"
"¿Qué opinas?" Alex inclina la cabeza y sonríe.
"¿Tus padres eran ambos investigadores?"
Esta era la verdad, me guste o no, obviamente ellos son los responsables de que siempre haya una
brecha entre los niños de la calle y yo. Busco palabras para cambiar de tema.
"Padre, parece estar enfermo".
"¿Enfermo...? ¿Es algo malo?"
"Sí, creo que sí, pero no puede ver a un médico externo. Un equipo médico interno se reunirá en
breve". Alex acaricia en silencio el borde de su patineta: "Yo tampoco me siento muy bien últimamente,
los sofocos son aterradores".
Un chico se nos acerca riendo y agarra a Alex por diversión en el cuello. Alex se pone de pie y sacude
su mano. Mientras tanto, los niños han formado un círculo a nuestro alrededor.
La mejilla de Alex de repente se contrae. Sigo la mirada de sus ojos marrón oscuro y veo un grupo de
cinco o seis adultos que acaban de doblar la esquina y se dirige hacia nosotros. La inscripción
"ESTRELLAS" se puede leer en sus chaquetas marrones.
27
Es la milicia juvenil dirigida por el jefe de este barrio, Arthur House.

Se llaman a sí mismos STARS, rindiendo homenaje al grupo de trabajo especial de la ciudad STARS
Ayer escuché en las noticias que el verdadero STARS fue borrado de una manera poco clara. Esta
ESTRELLA vigilante, sin embargo, sigue viviendo.
No sé nada sobre Arthur House y no quiero saberlo. Pero corre el rumor de que parece haber sido
abandonado por su esposa a una edad temprana. Se supone que debe tener algunos hijos, pero él le
prohíbe verlos.
Este hombre tiene una fuerte voluntad de comunidad. Sabe todo sobre la situación económica y las
relaciones familiares de cada familia del barrio. Si hay problemas, interviene sin dudarlo para encontrar
una solución de alguna manera. Es su sentido de la vida. Como sustituto de su familia perdida,
estableció la llamada "sociedad regional", que forma una "familia" comunal, aún más grande, y en la
que puede saciar su sed de cohesión en su soledad.
Arthur está atrapado en el torbellino del ciclón que azota esta ciudad. Un fracaso marginado, al igual
que los demás nativos. Lo que lo distingue del resto aquí es el hecho de que está convencido de que es
superior a los demás, y que nunca ha olvidado que tuvo bastante éxito.
Un joven de los vigilantes sale del grupo. "Oye, tú, ¿qué haces ahí?"
Alex chasquea la lengua, inaudible para los demás. Otro niño adopta una postura militar y grita: "¡Solo
estamos jugando contigo!".
Los chicos saltan alegremente de un lado a otro, formando un círculo alrededor de los vigilantes. En el
medio se encuentra Arthur House, sin palabras y con los brazos cruzados. Tiene el pelo lacio y rubio y
usa anteojos de sol. Las comisuras de su boca muestran una sonrisa irónica.
"Las "ESTRELLAS"
¡Se ven geniales!"
Uno de los chicos extiende su mano. Quiere tocar el logo que está cosido en las chaquetas.
"Alto", dice con severidad el joven, quien obviamente disfruta de la imagen, pero no quiere admitirlo.
Por el rabillo del ojo, veo la sonrisa despectiva de Alex.
"Gracias por cuidar de la ley y el orden", susurra para sí mismo.

Se dice que Alex fue atrapado por ellos durante un pequeño robo y el gran castigo casi terminó en un
linchamiento. Desde ese incidente, odia a los vigilantes.
Sigilosamente miro a Arthur House con la expresión más ecuánime en mi rostro. En la oscuridad de las
gafas de sol, que cubre sus ojos azul claro, se refleja mi rostro.
De repente, los muchachos que rodean al escuadrón de defensa vigilante tiran sus patinetas al suelo,
silban y gritan:
"¡Hipócrita!"
"¡Hipócrita!"
"¡Apestas!"
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Todos los miembros del grupo de vigilantes se congelaron por un momento debido al cambio repentino.
La risa de Alex y sus amigos resuena por la calle. Los rostros de los adolescentes se vuelven azules,
luego de un rojo intenso. Los chicos saltan sobre sus patinetas, levantan los pies del suelo y se
dispersan con el viento.
Te sientas en el prado y me saludas con la mano. Iré primero, luego correré hacia ti.
Como siempre, trato de llenar el silencio con palabras, mientras tú apresurada y enérgicamente tratas de
quitarme las bragas.
"No tengas miedo, eso no duele un poco". Hablas dulcemente como un dentista.
Debe ser una ley no escrita ser tierno en esos momentos. Asiento con los ojos muy abiertos y te
obedezco como un paciente dócil.
Hasta donde alcanza la vista, solo se ven lápidas blancas.

Semidesnudos, nos abrazamos y rodamos por la hierba, resguardándonos del calor del sol de julio. La
hierba nos pica aquí y allá, y finalmente llegamos a la cima de la unificación, abrazados, nos miramos a
los ojos y luchamos por respirar.
El humano frente a mí parece ser la primera persona que conocí en mi vida. Nos sentamos en una
lápida caliente y respiramos con dificultad.
Y, sin embargo, no importa cuánto hayamos permitido que nuestros cuerpos tiemblen al unísono, la
distancia entre nosotros sigue siendo la misma. Sigue siendo solo un baile de cortejo, nada más que un
baile de cortejo, solo un baile de cortejo...
Una entrepierna oculta e invisible grita; Los peces plateados saltan del pequeño río y dejan que el agua
salpique.
Examinamos las sombras de los árboles y cerramos los ojos a la luz del sol. Nuestro sudor fluye a
raudales. Olemos bastante único.
Te sacudo el brazo y salto por los aires, hacia el aire enrarecido del cielo lejano y el reino del más allá.
Pero como mi cuerpo es de carne y hueso, caí exhausto y torpe en el río -mientras me río tan fuerte que
me mareo- y en cada chapoteo, innumerables ondas redondas de agua reflejan otro mundo.
Veo claramente a Huck y Jim montados en una balsa. Los cientos de años que están grabados en sus
rostros, también los reconozco claramente. Pero los dos no nos miran. Su balsa sigue flotando río abajo.
Los relucientes dientes blancos de Frank se reflejan en las ventanas rotas del autobús. Kirkwood
endereza los tirantes y Alex vuela por los aires.
La ventana pronto se convierte en las gafas de sol de Arthur House, que me mira fijamente. Del otro
lado, pasa una Vespa naranja.
Después de que el feroz viaje en autobús finalmente llega a su fin, me mareo. Un transporte, este acto
de moverse de un tiempo a otro, es esencialmente un lapso vacío que existe entre dos períodos llenos
de tiempo. Por eso te sientes tan borracho después, borracho del vacío.
Si uno se despoja de este sentimiento durante el proceso, que casi podría describirse como
"deformación", no dejará evidencia de las cosas encontradas durante el movimiento como fragmentos.
El autobús se detiene. Afuera, las lápidas se alinean hasta donde alcanza la vista.
29
3 de octubre, 17:40 hrs, sala VR
Emily se inclinó sobre el fregadero y se lavó la cara. Como si todo el estrés hubiera desaparecido con el
agua, los signos de falta de sueño desaparecieron de repente y su mente se aclaró.
Sin embargo, la opresión que se le había atascado en la garganta no podía eliminarse. Eso tenía que ser
la VR-náuseas, al menos eso es lo que se dijo a sí misma. Los círculos oscuros alrededor de los ojos
verdes de Emily se hicieron visibles en el espejo, y su cabello rubio ceniza recién cortado se había
vuelto grasoso; su apariencia reflejaba la medida de su agotamiento.
El traje de goma que Emily había usado para la simulación de realidad virtual estaba adornado con un
borde amarillo que era futurista como los que se encuentran en las películas clásicas de ciencia ficción.
El diseño funcional despertó tristeza.
Emily no estaba feliz trabajando en el turno de noche, incluso si le pagaban horas extras. Siempre hace
que el siguiente día de trabajo sea mucho peor, no poder dormir toda la noche y todo eso.
Ella y Hiromu Kinuta se habían unido para trabajar en el tanque. Sin embargo, como era de esperar,
ambos no estaban muy familiarizados con la operación.
Emily Ran estaba usando arreglos experimentales en los que controlaba el comportamiento de
"elementos" simples y probaba y registraba su interacción en innumerables combinaciones. Los
experimentos que encontraron se imprimieron en forma simplificada, como simulaciones por
computadora. Por ejemplo, programar correctamente las propiedades y modos de reacción de las
bacterias y los virus le dio resultados que nunca fueron tan precisos y rápidos con los experimentos
convencionales. Los cultivos de bacterias y virus criados en la computadora no se extinguieron
fácilmente debido a binarios externos, como podría ocurrir en el mundo real en condiciones normales.
En última instancia, por lo tanto, los experimentos podrían llevarse a cabo a un costo menor, en
términos puramente económicos.
En el sistema de simulación que usaba normalmente Emily, la realidad era lo que se suponía que era
hipotético. Podrías controlarlos desde afuera y reflexionar sobre ellos.
En una simulación por computadora pura, la idea era acercarse lo más posible a la visión de los
desarrolladores de la "realidad". Sin embargo, en este mundo virtual, se trataba de atraer a los
participantes y hacerles sentir, creer que estaban en un mundo real.
Después de una noche de ardua interacción con la máquina, Emily intentaba interactuar con el Tanque
y obtener acceso a él. Emily, después de algunas maldiciones, llegó a la inevitable conclusión de que
era compatible con él. El enfoque era demasiado diferente del tipo de simulaciones que solía realizar.
El mero arranque de la máquina ya había demostrado ser una tarea difícil.
Si Kinuta no hubiera estado a su lado, Emily se habría rendido hace mucho tiempo. Kinuta era un
genio: costaba creer que solo pasó una noche trabajando intensamente en el Tanque. Emily había
dejado que Kinuta operara el equipo mientras ella se sumergía en el tanque. Se había tomado un
descanso de cinco minutos cada hora, pero eso no impidió que fuera víctima de las náuseas de la
realidad virtual.
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Cuando salió del vestidor, quería ir a la sala de realidad virtual nuevamente, donde Kinuta
probablemente todavía estaría ajustando los aparatos.
Debería despedirme y luego irme a la cama, pensó.
La sala de realidad virtual estaba en el cuarto piso. Justo al lado estaba la sala cápsula de Rose, que
estaba cerrada para todos excepto para los gerentes de proyecto, Emily y Ren Sprague.
Después de abrir la sala de realidad virtual, Emily vio algo familiar. Kinuta se sentó adormilado en la
mesa al lado del enorme tanque. "Oh, jefe..." Empezó a levantarse cuando vio entrar a Emily, pero su
mano lo detuvo.
"Realmente te agradezco por ayudarme con esto. Sin ti, no habría ido bien".
"¿Cómo te sientes...? ¿Todo bien?"
"Funciona, pero me gustaría ir a mi habitación y acostarme un rato. De repente no me siento muy

bien".
Emily forzó una sonrisa forzada, acomodándose en la silla mientras bajaba los ojos al suelo y respiraba
profundamente.
El rostro de Kinuta mostró simpatía. "¿Es realmente tan malo? Yo tomaría tu lugar en el tanque. Pero
no encajaría…"
La voz aguda de Kinuta resonó en su cabeza. Emily se llevó una mano a la frente; simplemente se secó
el sudor de la cara. "Bueno, ¿qué piensas? ¿Puedes manejarlo?"
"He dominado los conceptos básicos de la operación, creo. Pero no estoy seguro..." Kinuta se frotó los
ojos cansados. "¿Por qué este tanque es tan esencial para el proyecto, jefe? Si no entiendo la razón,
¿cómo puedo seguir dándole sentido a todo?"
"The, Project Rose" es básicamente un esfuerzo de colaboración. Por un lado tenemos el hardware de
simulación y VR y por otro la inmunología. Estamos a cargo de la simulación real, Reena es nuestra
operadora habitual de realidad virtual y luego está Robert Prasch y el resto del departamento clínico.
Así que cada uno de nosotros analizó a Rose dentro del alcance de nuestra especialidad".
"Eso ya lo entiendo. Se trata de la producción de una vacuna para proteger el cuerpo humano del virus
T. Para la división del trabajo. Pero eso es todo lo que sé. Nosotros, el grupo de simulación, solo
tratamos con el grupo de simulación, solo nos ocupamos de las simulaciones y los resultados de la
observación de Rose, no entendemos la totalidad del proyecto. ¿Por qué necesitamos el Tanque?
"No es principalmente el software o los periféricos los que componen este enorme dispositivo de
realidad virtual: la clave es el hardware en forma de tres supercomputadoras ubicadas detrás de la
pared. Pero el hardware por sí solo es inútil, por supuesto".
"Así que eso explica el Tanque".
"Sí, - en estas supercomputadoras, la visión, el olfato, el gusto, el oído y el tacto, es decir, los estímulos
receptivos humanos, pueden procesarse como valores numéricos. Y la funcionalidad del tanque hace
posible exponer los objetos de prueba a diferentes influencias medioambientales."
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"Entonces eso significa que este sistema VR también está vinculado a la cápsula Rose, ¿verdad?"
"En algunas áreas, la capacidad de procesar información supera la de un ser humano. El
funcionamiento interno del sistema es muy complicado y se ha convertido en una caja negra para casi
todo el mundo: un libro con siete sellos. La interfaz a la que sirve es todo este espacio, junto con el
operador humano".
Como señal de comprensión, Kinuta levantó ambos brazos y su cuerpo se tambaleó como pudín.
"Jaja, fabuloso... Este tanque gigantesco y la habitación aquí son una sola interfaz".
Emily asintió.
"¿Lo entiendes ahora?"
"Nunca había usado una computadora tan grande. Una verdadera monstruosidad". El agitado Kinuta se
frotó la cara dos o tres veces con ambas manos. "Hay algo más, tengo una última pregunta". Kinuta
levantó un dedo con una sonrisa y se formaron pequeños hoyos en sus mejillas. "¿Qué es exactamente
esta Rose?"
"El material de investigación para el desarrollo de la vacuna. ¿Por qué preguntas esto?"
"¿Es cierto el rumor...?
"¿Qué rumor?"
"Rose es en realidad una sobreviviente de los eventos en Raccoon City, o eso dicen".
Emily frunció el ceño y miró a la cara de Kinuta.
"¿De quién escuchaste tal cosa?"
"De Reena Mittford".

Eso fue un ligero shock para Emily. Fue este rumor lo que causó a Reena un estrés extra...
Emily se tocó la frente. Relajarse. Si Sprague pudiera verla ahora, probablemente reaccionaría con una
carcajada.
"No sé nada específico sobre esto. Para mí, Rose es un objeto basado en datos para nuestra
investigación: una serie de números y fórmulas", dijo, cuando recuperó algo de compostura.
Kinuta sonrió. "Eso es una mentira. No puedes o no quieres decírmelo. De ninguna manera puedes,
como gerente de la fábrica, no saberlo".
"Puedes interpretarlo como quieras. No estoy tan seguro acerca de Reena, pero eres un científico de
pies a cabeza, ¿verdad? No importa qué trágica historia pueda tener un sujeto de investigación, no tiene
nada que ver con el análisis pendiente. Deja de hacer preguntas excesivas y concéntrate en lo esencial.
Después de todo, ese es el elemento crucial".
Kinuta se encogió de hombros y se levantó. "Entiendo..."

Se tambaleó como si su repentina aparición le hiciera parecer borracho. Se detuvo cerca de la puerta y
se dio la vuelta una vez más. "Hay algo que no le he dicho a nadie..." Kinuta se quedó en silencio,
luego dio un respingo y continuó: "Creo que Reena usó esta máquina en privado de vez en cuando".
Emily asintió. Es posible que no supiera sobre el amante de Reena. Pero este hecho no se le había
escapado. Carmen, que controlaba todas las actividades en el centro de investigación, siempre le
proporcionaba a Emily un informe detallado en su terminal personal.
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Mientras el proyecto fuera seguro, Emily no había querido intervenir. Pero, ¿por qué Reena, y en cierto
modo Kinuta, era tan aficionada al Tanque? Emily no podía entender el impulso detrás de él.
"Bueno, me iré ahora. Hicimos un muy buen trabajo, deberías ir a tu habitación y descansar ahora",
dijo Kinuta, inclinándose y desapareciendo en el pasillo.
Emily seguía sentada en la silla, con la cabeza apoyada en ambas manos; parecía desesperada. Los
interminables problemas los habían llevado al borde del agotamiento. El accidente de Reena, la vaca
tirada a la piscina, la próxima visita de este activista medioambiental llamado Richard Fuchs...
Quería volver a sus aposentos rápidamente, tomar una pastilla y dormir. Lentamente levantó los ojos y
miró a su alrededor.
Era una habitación sombría, sin ventanas, y el aire estaba viciado. Para evitar cualquier influencia
externa sobre el fluido portador, no había ningún sistema de ventilación. Hacía calor, y las náuseas de
Emily se hacían cada vez más fuertes.
Una máquina encantada: un tanque gris oscuro con una terminal de color crema delante. Emily se
quedó mirando el monitor vacío. Ayer se habían representado las casas rojas en llamas. La señal de
alarma intermitente…
Espera, eso es raro. Emily tragó la fuerte saliva de sabor agrio. De repente una sospecha surgió en ella.
Se requerían al menos dos personas para operar esta máquina: el sujeto y alguien para operar la
terminal. Aunque debería mantenerse en secreto, era difícil imaginar que Reena sola pudiera haber
llevado a cabo pruebas privadas. Entonces, ¿quién había usado la terminal en su accidente? ¿Y por qué
alguien no la soltó de inmediato?
¿O nadie había estado aquí excepto Reena en ese momento?
La primera persona elegible de la que Emily sospechó fue el alto líder de los guardias de seguridad…
3 de octubre, 14:10 horas, sala de conferencias
Emily miró por la ventana de la sala de conferencias. La lluvia de la mañana parecía haber disuelto
completamente las nubes, porque el cielo se veía increíblemente azul y claro ese día.
La familiar arboleda de color rojo fuego se destacaba aún más del paisaje.
El sol de la tarde era demasiado brillante para sus ojos privados de sueño. Dado que la sala de
conferencias estaba ubicada en la planta baja, la vista del cielo allí se limitaba a un gran espacio
rectangular.
Desde el exterior, el instituto de investigación no tenía una sola ventana. Parecía una enorme fortaleza
rodeada de paredes blancas. Las ventanas estaban todas dentro del complejo, dando al patio.
La justificación oficial de este diseño fue la protección de los elementos internos, pero Emily creía que
se debía a los delirios paranoicos de los planificadores; porque si quisieras, podrías ver el edificio
rectangular, incluso en el patio, por medio de un satélite espía.
Durante los proyectos de investigación en curso, los empleados no vieron nada de la tierra, o el área
circundante y el mundo, su mundo era el patio cuadrado. Un complejo de edificios morbosamente
introvertido que tensó los nervios de las personas que vivían allí hasta el borde.
Renna Mittford...
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Renna había utilizado en secreto la máquina de realidad virtual y su pareja probablemente había sido su
amante Ulysses Allam. ¿Pero no tenía sentido que Allam aceptara la voluntad de Reena de correr
riesgos y luego la defraudara dejándola en el Tanque?
Aunque Emily estaba feliz de interrogarlo, no podía decidirse sobre cómo hacerlo. Y además, no había
tiempo para preguntas en este momento. Estos pensamientos fueron inútiles en este momento: sacudió
la cabeza y examinó la habitación con una mirada rápida.
En la sala de conferencias había una enorme mesa ovalada hecha de tableros duros cuyas curvas se
redondeaban suavemente. Frente a una pizarra blanca en el otro extremo estaba sentado un joven cuya
edad estimada era de unos veinte años. Se sabía que Richard Fuchs odiaba a los medios. Parecía muy
joven, Emily no esperaba eso.
Con su chaqueta verde oliva y su corbata naranja, tenía el aspecto de un joven hombre de negocios
ambicioso que se cultivaba y se desempeñaba bien en la oficina: en el restaurante de al lado durante el
almuerzo, se sentaba sobriamente en su silla, su postura era casi estática, y echaba de menos todos los
movimientos superfluos. Mantuvo bajo control su inclinación a la impulsividad.
A su derecha estaba sentado el director del instituto, Ren Sprague, y frente a él estaba un hombre calvo
con un polo verde oscuro, el representante de la dirección, Christian Selfridge. La sala de conferencias
incluía solo cuatro personas, incluida Emily. La gran mesa de conferencias parecía un poco
abandonada.
" ¿Podrías traerme un café?" Fueron las primeras palabras de Fuchs después de haber usado el botón de
grabación en la grabadora portátil. Miró a Emily con ojos grandes y oscuros. El hombre debe haber
tenido antepasados españoles. Sus rasgos lo retrataban.
Involuntariamente, Emily pensó en el padre de Ann. El amargo final de un amor inexperto - pasado
lejano, hoy no había ni rastro de él.
Emily se acercó al intercomunicador montado en la pared. "Carmen, ¿podemos tomar un café, por
favor?"
"Entendido", sonó la voz de la máquina.
"Eso es útil. Una cafetera de alta tecnología, ¿eh?" Fuchs susurró, apoyándose en los codos.
Emily sonrió. "Carmen no es una máquina de café. Es una IA y supervisa la red del instituto. Las
estaciones de trabajo y los servidores aquí están controlados por ella. Ella controla todas las subredes.
Todos los programas y paquetes de datos que deambulan están agrupados por ella. Todo lo maneja
Carmen".
"Ella lo creó", dijo inesperadamente Ren Sprague, quien había estado perdido en sus pensamientos
hasta ese momento. Sonaba orgulloso.
Fuchs entrecerró los ojos y observó a Emily con creciente interés. "¿Inteligencia artificial basada en un
programa?"
"Para ser precisos, Carmen no es un simple programa, sino una red de programas. Toda la red es su
cuerpo. En lo que respecta a su inteligencia, nuestro compañero de conversación está increíblemente
avanzado, con una increíble cantidad de capacidad intelectual digital bajo la capucha."
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"Entendido. Suena interesante. Y los usuarios, nosotros los humanos, interpretamos esto como
conciencia, por supuesto. Bueno, también puedes pensar en el ecosistema global como un organismo
gigantesco, un juego mental similar..."
"¿Puntos de vista filosóficos de un activista ambiental?"
"No... solo una generalización", respondió Fuchs con una sonrisa.
"Ajá. Por ejemplo, la personificación de la tierra con el término 'Madre Tierra' para retomar su proceso
de envejecimiento y también la idea de hogar. Tengo poco interés en el concepto en sí. Es demasiado
sentimental para mí. La simulación de el ecosistema, por supuesto, es parte de mi investigación. Me
gustaría tratarlo mucho más a fondo que antes. Sin embargo, debido a las limitaciones del hardware, la
simulación, o partes de ella, son muy aproximadas…"
"¿Como la simulación de una colmena?"
Emily estaba un poco sorprendida. Su antiguo colega, más tarde amante y finalmente el padre de Ann,
había desarrollado la simulación de una colmena con fines de demostración. La reina, los zánganos, las
larvas los panales... todo el interior de la colmena. Todo encontró expresión.
"Por ejemplo, sí, exactamente".
Emily caminó hacia la puerta que se abría para tomar el café.
"El nombre Carmen es algo idiosincrásico para una inteligencia artificial. ¿Por qué este nombre?"
Sin responder a su pregunta, Emily esperó el café.
"Ella la bautizó con ese nombre", explicó Ren Sprague, "¿pero no querías ponerle el nombre de tu
hija?".
Emily se volvió bruscamente y miró fijamente al director por su boca lasciva. Sprague bajó
rápidamente los ojos, fingiendo escribir algo en sus papeles. Pero los ojos de Fuchs se clavaron en ella
y se vio obligada a responder.
"El nombre de mi hija es Ann, pero mis padres la llamaron Carmen. Un apodo, o un nombre cariñoso,
si lo prefiere".
"Oh, está bien. ¿El programa está relacionado de alguna manera con su hija?"
"Tal vez. Cuando quise darle un nombre a la Inteligencia Artificial, de alguna manera pensé que solo
este nombre era adecuado…"
Fuchs inclinó la cabeza. Obviamente no quedó satisfecho con esta respuesta. Aún así, dijo: “Bueno, de
todos modos. Deberíamos volver gradualmente al trabajo. En primer lugar, me gustaría escribir sus
nombres y cargos", dijo Fuchs, mirando alrededor de la sala de conferencias. Sus ojos se posaron en
Selfridge, quien asintió con la cabeza.
"Christian Selfridge, Oficial de Gestión de este Instituto de Investigación de Virus".

Sprague, que estaba concentrado en algo en sus papeles, levantó la cabeza. "Ren Sprague, Director del
Instituto".
Fuchs puso una sonrisa demostrativa. Luego se volvió hacia Emily. "¿Y tú?"
Emily miró fijamente a Fuchs. "Emily Ran. Yo dirijo el proyecto actual".
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Fuchs se tocó la frente; obviamente estaba tratando de recordar algo. Dos segundos después dijo
sorprendido; "Espera. Emily Ran... Simulación... ¿Eres posiblemente la Emily Ran? ¿La niña genio
que, a la tierna edad de quince años, escribió un artículo sobre virus y experimentos informáticos y
recibió un premio público de la universidad? ¿La Emily Ran? - Siempre quise saber a dónde habías ido,
y ahora te encuentro aquí, en un lugar así…"
"Esas son noticias viejas. Hoy soy una investigadora ordinaria que puede etiquetarse a sí misma como
'de mediana edad'", dijo Emily con amargura, sacudiendo ligeramente la cabeza. "¿Por qué no
encuentras escandaloso que alguien venga aquí a investigar?"
"Lo siento, solo me sorprendió un poco. Cuando era niño, el maestro había publicado un artículo en el
periódico sobre ti. Dijo que también debemos ser diligentes y aprender para poder llegar tan lejos como
tú".
Emily se encogió de hombros. "Lamento haberte expuesto a ti y a tus compañeros de clase
indirectamente a tal presión".
Cuando volvió a mirar el dispensario, el café estaba listo. Cogió el vaso de papel y se lo entregó a
Fuchs. "Aquí por favor."
Ella lo miró expectante, mientras Richard Fuchs tomaba un sorbo y ponía los ojos en blanco. El vaso de
papel aterrizó sobre la mesa, donde se derramó fácilmente. El rostro de Fuchs reflejaba sentimientos
encontrados. Se tragó el líquido que no parecía satisfacer su gusto. "Cosas de todos los días de
Carmen", se burló. "Realmente excelente".
"Nuestra cafetera ciertamente no es la corona de la alta tecnología", respondió Emily, con los labios
apretados para no tener que soltarla. Se acercó a Sprague y se sentó. "También tuvimos que aguantar
mucho hasta que nos acostumbramos".
"Ese no es un hábito que me gustaría", dijo Sprague, sin levantar la vista. Estaba completamente
absorto en sus garabatos. Emily lo miró, pero fue imposible descifrar ninguna de las señales.
Fuchs apuntó con el dedo a la pared y preguntó: "Noté eso cuando entré, ¿qué es?"
En la pared colgaba un gran cartel de madera con un cuadrado de lámina de cobre en el que se había
troquelado la forma de una vaca. Debajo de los cascos estaban las palabras "No atesorarás la vaca", y
justo debajo estaba escrito: "En mí está la verdad".
Sprague levantó la cabeza y sonrió. "Oh, eso. Ese es nuestro símbolo. Lo hicimos hacer por un artista
local. Es bonito, ¿verdad?"
"Parece el letrero publicitario de un asador". Fuchs estaba otra vez a punto de tomar un sorbo de café,
pero hizo una mueca ante el mero olor y volvió a rechazar la idea.
Sprague se rió entre dientes. Se abrazó a sí mismo, luego extendió ambos brazos e hizo una señal de
victoria. Fuchs pareció sorprendido.
"¿Conoces la génesis de la vacuna? La viruela estaba muy extendida en todo el mundo en el siglo
XVIII. Una enfermedad aterradora que, como sabes con seguridad, corroe la carne y la piel, provoca
fiebre alta y conduce a una muerte dolorosa. Edward Jenner, quien pasó años combatiendo esta
enfermedad, finalmente hizo un descubrimiento épico..."
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"¡Jenner! Hace mucho tiempo que no escucho el nombre. Una vez me sentenciaron a leer su
autobiografía y tuve que poner mis impresiones en papel. También usó niños como sujetos, un tipo
realmente loco".
“En ese momento, muchas personas que trabajaban en la industria láctea se infectaron con viruela
bovina. Esta variante del virus usaba el cuerpo de la vaca como huésped; era una enfermedad
relativamente inofensiva, con solo un poco de grietas en la piel. En sus observaciones, Jenner llegó a la
conclusión de que los afectados por la viruela bovina rara vez son atacados por la viruela normal y
mortal. Así que se le ocurrió la idea de prevenir la viruela normal mediante la vacunación con la viruela
bovina. Así que aplicó la primera prevención en la historia humana usando un vacuna."
“ Una enfermedad disipa a la otra… Es casi como envenenar un antídoto, ¿no es así?”
"Estrictamente hablando, los virus de la viruela bovina no expulsan los virus de la viruela. Entonces, lo
que se hizo con la viruela bovina es muy similar. El sistema inmunitario humano recuerda la viruela
bovina tan pronto como ingresa al cuerpo y luego se traslada a la fuente de inyección y hace todo lo
posible para eliminar todos los cuerpos extraños. Esto aún no lo sabía Jenner. Solo se sabía entonces
que el resultado fue que no fueron atacados por la viruela. Solo en los años sesenta del siglo XX la
inmunología alcanzó sus avances colosales. "
"Eso no fue hace mucho tiempo".
Sprague miró la pizarra con la vaca grabada. "Correcto. Pero eso no significa que esta área de la ciencia
esté todavía en su infancia. Más bien, la inmunología es una rama importante que redefine la vida.
Dime, ¿cuál es el límite entre el interior y el exterior de un cuerpo?"
Fuchs y Selfridge miraron al repentinamente hablador Sprague e intercambiaron miradas de asombro.
Sus rostros mostraban algo de complicidad y Emily se estremeció.
Fuchs finalmente miró a Sprague con una sonrisa. "Bueno, la piel, ¿verdad?"
"La estructura del sistema inmunitario no solo expulsa los patógenos. Es un sistema que distingue a una
persona de otra. Las propias células de anticuerpos del cuerpo eliminan los cuerpos extraños después de
pasar por varias etapas de prueba y error, y se adaptan individualmente a la situación particular". físico.
En pocas palabras, esto significa que el sistema inmunológico es el límite del cuerpo humano. También
se puede decir que el sistema inmunológico como tal, que responde a las influencias externas y trata de
desterrar todo lo extraño, representa el interior del hombre. Por supuesto, este límite no solo está
presente en los humanos, sino en todos los seres vivos".
"No entiendo completamente esto. ¿Este DNS, o como lo llames, disminuye?"

Sprague sonrió y miró a Fuchs. "Así es. El código de ADN es como un modelo que distingue a un
individuo de otro. Ese es el requisito. El tratamiento de la vacuna funciona sobre la base de un
intercambio exitoso del sistema inmunológico. Es burlado, y el cuerpo del hombre secretamente va. a
través de un cambio. Por lo tanto, la definición del propio cuerpo se modifica tanto en términos de
adentro como de afuera. El engaño del sistema inmunológico se convierte en una nueva realidad".
Selfridge tamborileó con el dedo índice sobre la mesa.
"Oye, ¿cuánto tiempo debería durar esta charla? ¿Estamos aquí en una fiesta de café? ¿O en una
conferencia? ¿Cantas tan bien mientras investigas? Una digresión tras otra... ¿Qué tal si dejas que
Fuchs hable una palabra?" Selfridge anunció en un tono irritado.
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Sprague abrió la boca con incredulidad y luego se dejó caer en su silla. "¿Te estoy aburriendo?"
Fuchs sonrió forzadamente y saludó. "No, eso fue interesante, señor director. Hablemos de eso en otro
momento".
"En otro momento, por supuesto..." El comentario de Selfridge fue pura ironía. "Bueno, entonces", dijo
Fuchs.
"Solo dame algunos datos sobre esta instalación aquí. El área de la parcela, la cantidad de bosque
deforestado para este lugar, los objetivos de la empresa..."
Selfridge, decididamente arrogante, respondió como si estuviera memorizado: "El área forestal
despejada para construir el complejo de edificios es de aproximadamente cien acres. La empresa ha
adquirido legalmente el terreno y todo está cubierto por un contrato. Como habrá notado en el camino
hacia aquí, estamos ante una especie de isla en medio del bosque, más bien se trata de que el entorno
juega con nosotros, no al revés, no voy a hablar del contenido exacto de nuestro trabajo, pero puede
suponer que es una investigación genética y un desarrollo de vacunas normales".
—Señor Fuchs —intervino Emily. "No entiendo por qué viniste aquí. Esto no es una fábrica, sino un
instituto de investigación. El impacto ambiental es marginal..."
Fuchs tiró de su corbata y miró el patrón en ella. Ignorando las palabras de Emily, continuó haciendo
preguntas. "Aquí es donde se llevan a cabo los experimentos genéticos. ¿Existe el riesgo de
contaminación biológica, el llamado riesgo biológico?"
"Sin peligro, absolutamente sin peligro", Sprague agitó ambas manos en un gesto exagerado.
Selfridge lo ignoró. "Por supuesto, consideramos todos los escenarios de amenazas potenciales. Los
controles de los sistemas de ventilación de todo el instituto están preparados para la ocurrencia de
circunstancias imprevistas y se han preparado para casos de un brote. El riesgo de que algo entre en la
naturaleza es casi imposible. "
Selfridge miró a Sprague desde un costado, reprimiendo una mirada inexpresiva. "El instituto es el
epítome de la seguridad. Si lo desea, puede obtener documentos escritos sobre el sistema de control de
ventilación y varias precauciones de seguridad. Esto no está sujeto a secreto".
"¿Entonces por qué estás aquí?" Emily preguntó deliberadamente.
"¿Qué es lo que realmente me preguntas?"
"Quiero saber cómo encontró nuestro instituto, Sr. Fuchs. Ya sé quién es usted. Usted
es un especulador. Buscan y difunden información desagradable sobre las empresas y manipulan el
mercado de valores".
Fuchs enarcó las cejas y miró a Emily con asombro. "Mira, pareces muy bien informado. ¿Hiciste la
investigación solo?"
“ Aunque trabajé casi toda la noche, me levanté temprano en la mañana e investigué un poco en la red.
Obviamente valió la pena".
"¿Debo creer que hay algo sobre mí en la red? ¿Encontraste algo de inmediato con un motor de
búsqueda? Sí, sí, el problema de la protección de la privacidad en la era de Internet... ¿hacia dónde va
esto?"
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Emily se quedó mirando su sonrisa desdeñosa. "Tenía acceso a la base de datos de la sede corporativa y
estaba buscando información sobre las líneas de negocios que tenemos. He revisado todos sus logros,
Richard Fuchs. Las campañas de difamación en veintiocho empresas, incluidas cinco compañías
farmacéuticas, están asociadas con el nombre Richard Fuchs. Estas empresas son grandes
conglomerados y tienen sucursales en todo el mundo. Cuatro empresas de las cuales un mes antes de
que fueran acusados tuvieron despidos récord. El momento ideal para comprar acciones farmacéuticas
de otras empresas. Inmediatamente después de los informes de escándalo , los cursos cayeron
naturalmente al pozo sin fondo. Por supuesto, un solo artículo no puede tener tal impacto en el curso de
las cosas. Se necesita una investigación más profunda... Y parece claro que esto iría más allá del
alcance de un individuo. actividad. Sí, incluso la de una organización. El sistema detrás de esta
manipulación tiene la forma disfrazada de múltiples organizaciones que operan en una red
internacional".
Fuchs detuvo el dictáfono sobre la mesa y respiró hondo. "Y tú... tu conclusión es?"
Emily hizo una pausa y miró a su alrededor. Selfridge y Sprague tenían la cabeza erguida y la miraban
fijamente.
"Mafia", dijo Emily.
Selfridge y Fuchs se miraron. Sprague se quedó atónito al ver el perfil de Emily. Los hombros de Fuch
se crisparon. Se rió, y esa risa se convirtió rápidamente en una carcajada estruendosa. Selfridge también
se unió. Ni siquiera Sprague pudo resistirse. Se mordió el labio, sus músculos temblaban ligeramente.
En ese momento, Emily no quería nada más que dejar atrás esta habitación.
Después de más de un minuto, Fuchs se secó las lágrimas de los ojos y dijo: "Ya veo, entiendo. Si es
así, ¿qué van a hacer, toda la policía? El títere de un sindicato del crimen está aquí. ¿Se lo dirás?".
¿que?"
"Ellos no entienden. Serán eliminados tan pronto como hayas sido expuesto como enemigo de este
grupo".
"Lo sé. De hecho, Umbrella es una organización clandestina que crea armas extrañas, y este es un
centro de pruebas de armas biológicas... Si alguien aquí no entiende algo, es usted, señorita Ran. No me
sacará de la Actualmente soy miembro de este grupo. Algunos grandes accionistas me contrataron para
venir aquí". Con ambos codos apoyados en la mesa, abrió las manos. "Quería ralentizar la
conversación, pero ahora parece que podemos ir directo al grano".
El rostro de Fuchs perdió repentinamente toda expresión. Bebió de la taza de café y luego la puso
tranquilamente sobre la mesa. Fuchs empezó a hablar lentamente. "Ha habido rumores inquietantes
últimamente en Wall Street. La destrucción de Raccoon City se debió a una contaminación biológica
causada por Umbrella. Se dice que un virus mortal escapó del laboratorio y acabó con la ciudad. Si eso
fuera cierto, sería sería un escándalo sin precedentes. Y lo que eso significa, puedes imaginarlo tú
mismo. En resumen, tu 'Paraguas' es en realidad la mafia. Una corporación despiadada que ni siquiera
se limpia el trasero cuando se caga en las corporaciones. reputación detrás de puertas cerradas en este
momento. Por lo tanto, el precio de las acciones de Umbrella está actualmente en caída libre, y los
accionistas están todos de infarto. El corazón de su grupo, la unidad militar, también parece alejarse de
ustedes. Esta información ha traído mis queridos intermediarios a la luz".
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Como para convencerse de que sus palabras lograron el efecto deseado, Fuchs miró profundamente a
Emily a los ojos. “Sin embargo, debo decir que sus afirmaciones suenan razonablemente plausibles.
Desde su nacimiento, los militares han estado exigiendo las mejores armas, sometiendo a muerte a sus
enemigos de la manera más segura posible. Con una bomba sin dispositivo de seguridad, solo un
esfuerzo suicida. funcionaría. A nadie le gusta caminar con una granada altamente explosiva que no
sabe si explotará en su mochila y cuándo. No hay soldado que con gusto participaría en tal misión
suicida".
Fuchs se levantó bruscamente y comenzó a pasearse de un lado a otro de la habitación.

“Simplemente, la pregunta clave es si existe o no una vacuna. Las armas biológicas prevalecen como
las armas más poderosas de la humanidad. Emerge un nuevo orden mundial con condiciones marco
modificadas y, en su horror, disuelve la era de las armas nucleares. Te tiran el dinero, solo quieren
saber. Quieren explicaciones. Si esto falla, quiebra. El dinero se ha ido. El grupo pierde sus cimientos y
se derrumba…"
"No estamos autorizados a dar tal explicación. Negocie con la sede". Por un momento, el rostro de
Selfridge se puso pálido.
Fuchs siguió subiendo y bajando por la habitación. "Precisamente porque si esto no funciona... es por
eso que vine aquí. ¿Eso parece ser obvio? Los superiores de Umbrella se han vuelto extrañamente
sensibles desde el accidente. Una Asamblea General y al menos una Reunión del Consejo de
Supervisión. Mis clientes ya no pueden aprobar de esta situación".
"No importa lo que nos diga, no podemos hablar sobre los contenidos de esta investigación". Selfridge
sacudió la cabeza obstinadamente.
Un gesto generoso, pensó Emily.
Fuchs se acercó a la vaca de cobre y, de pie debajo de la tabla, levantó el brazo y golpeó el metal con el
puño. “Este es un instituto para el desarrollo de vacunas… Hay otro rumor creíble de que el desarrollo
de un suero contra armas biológicas está progresando rápidamente en un centro de investigación de
Umbrella en América Central. Si eso resulta cierto, entonces se implementaría Umbrella nuevamente. ."
"Tal vez sí. Eso sería deseable", dijo Sprague con voz temblorosa. Garabateó un retrato de trazos
borrosos con un bolígrafo en forma de cohete. Las líneas formaron primero el cuello y la barbilla, luego
las mejillas. Los ojos, la nariz y la boca parecían más bien una cosa entrelazada, y la cabeza estaba
coronada por un celemín como lana de acero.
"Y otra cosa me viene a la mente. Umbrella usó la copia de un cuerpo humano único para su
investigación".
Los estrechos hombros de Sprague se tensaron por la tensión y, por un momento, abrió los ojos. Incluso
Emily tragó saliva inconscientemente y miró a Fuchs. Este hombre, ¿cuánto sabía? Selfridge se mordió
los labios y finalmente cerró la boca. "Estimado señor Fuchs, de ahora en adelante nos ocuparemos de
secretos corporativos. El bien de los valiosos accionistas que usted representa y sus ganancias están en
juego".
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"Hmm, está bien. Probablemente no debería publicar eso de experimentar con personas".
"¡T-tú! Entonces, los experimentos humanos, esto es fuertemente tabú ...", gritó Sprague.
"¡Callarse la boca!" Selfridge lo interrumpió con dureza y no hizo ningún intento por ocultar su
desprecio. Sprague lo miró atónito.
Fuchs continuó su trabajo. "Para obtener un cuerpo humano, se dice que Umbrella secuestró a niños de
los alrededores, al parecer".
"Esa es una suposición maliciosa, ¡completamente insostenible!"
"Sprague..." Selfridge sostuvo a Sprague, cuya nariz aguileña se movió nerviosamente, se sentó por un
momento.
"¿Qué más escuchó, Sr. Fuchs?"

"¿Es el llamado 'Proyecto Rosa' un concepto?"
Las palabras de Fuchs golpearon la sala de conferencias como un rayo. Sprague se derrumbó en su
silla. Nadie dijo nada. Todos estaban en silencio esperando que alguien más rompiera el silencio.
Algo está mal en esta reunión. ¿Qué esta pasando? Selfridge y Fuchs deben haberse conocido en algún
lugar con anticipación e hicieron un pacto. Selfridge ha lanzado un nuevo objetivo para desvincularse
efectivamente de su empleador que se hunde.
Emily se puso blanca ante la idea. No podías detener el flujo de las cosas. No sabía lo que estaban
haciendo, pero su interpretación hasta el momento -lo de la mafia- fue un gran error.
Su dolorido estómago bloqueó su pensamiento.
"¿Sabes siquiera sobre el "Proyecto Rosa"?" Sprague se levantó lentamente y caminó alrededor de la
mesa. Cuando llegó a Fuchs, se detuvo frente a él.
"El nombre de la niña es Rose, según los rumores, una sobreviviente de Raccoon City", dijo Fuchs.
Sprague parecía que estaba a punto de llorar. Bajó los ojos.
"Supervivientes", continuó Fuchs. "Una expresión graciosa, ¿verdad? Ella duerme. Ella sueña".
"Sueños..." Sprague pasó junto a Fuchs hacia la salida. "Me disculpo, pero no me siento bien. Debo
despedirme..."
Cuando salió, casi parecía una mueca en las comisuras de su boca, y las notas dejadas en su lugar
desierto de repente le parecieron a Emily un agujero abisal de color negro azabache.
3 DE OCTUBRE, 19:55 hrs, PATIO
Emily paseó por la arboleda de color rojo oscuro del patio. Llevaba vaqueros, un jersey de cuello alto
negro debajo de su chaqueta favorita. Los árboles en llamas con sus hojas rojas eran gruesos y
espeluznantes. El agua que escapó del sistema de destilación se evaporó a una neblina que se cernía
sobre la madera durante la noche. En el piso, que estaba reblandecido por la ducha de la tarde de ayer,
el barro le salpicó los pantalones. Sin embargo, era agradable sentir el viento a veces frío en su rostro y
escuchar el canto de los insectos.
La pequeña arboleda cuadrada con una longitud lateral de cincuenta metros había sido creada por
manos humanas. Emily se metió las manos en los bolsillos de los vaqueros y deambuló sin rumbo fijo.
¡Tenía que calmarse, de lo contrario explotaría por dentro!
Se detuvo frente a un árbol particularmente grande y miró su tronco. Las ramas colgantes parecían
envueltas por el viento.
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La mirada de Emily se hundió en la embriagadora danza de las hojas en el viento. Un suspiro de

admiración escapó silenciosamente de su boca.
Rodeada por los páramos blancos del instituto, el cielo nocturno cuadrado sobre ella era lo único que se
podía ver desde el mundo exterior. La luna brillaba, las estrellas brillaban y no había ni una sola nube
en el cielo. La luz eléctrica se filtraba a través de filas y filas de celosías.
Iluminados por esto, los árboles resplandecieron de color púrpura. Revoloteando en el viento, las hojas
rojas, fluyendo en la luz, atravesaron el espectro de color rojo. Rojo, púrpura y naranja bailaban en la
luz entrante como si estuvieran compitiendo entre sí.
Emily cerró los ojos y siguió sus pensamientos. Como en una simulación de realidad virtual, que se
ejecuta estrictamente de acuerdo con el plan, no hay coincidencias. El hombre con su conciencia
interpretativa percibe el juego de colores como fuego y lo asocia con llamas danzantes. El gusto
personal del ser humano decide qué emociones siente al mirarlos. El caos que reina en este instituto
sólo adquiere sentido, contorno, a través de la mirada respectiva del hombre; el uno intriga por el bien
de su propia voluntad, el otro simplemente huye confundido y aterrorizado por la conmoción. Los
eventos siempre corresponden solo a la realidad que las personas afectadas organizan por sí mismas,
pensó Emily. Estaba reprimiendo la creciente excitación con todas sus fuerzas.
Después de los eventos en la sala de conferencias, rápidamente regresó a su habitación. Allí se acostó
durante horas en la cama y practicó en su mente a través de varios escenarios. Luchó y peleó con todas
las formas posibles hasta que finalmente se durmió. Después de despertarse, comió una comida ligera.
La mayor parte de sus pensamientos giraban en torno al intruso Richard Fuchs. No sabía muy bien si
creerle, que él había venido como portavoz de los principales accionistas. Aunque Emily se había
puesto con confianza la palabra mafia en la boca, esta conclusión sin duda era más parecida a una
reacción de cortocircuito. En el interior, la risa hilarante de Fuchs perseguía su mente. Y si bien no
había evidencia de una relación entre él y el representante de la gerencia, Christian Selfridge, a ella le
parecía demasiado endeble.
Emily no pudo hacer nada. Especialmente porque estaba preocupada por Sprague, porque no tenía claro
qué estaba pasando con él.
Un segundo y extraño sistema chocó con el del instituto de investigación y, como resultado, se está
produciendo algún cambio, pensó Emily. Era una conclusión más que aventurera, pero lo único que se
le ocurrió.
Un sistema llamado "Richard Fuchs": la idea complació a Emily. Era un vasto, enorme sistema.
Ella pudo llevarse bien con esta idea y tomar cierta distancia de su trastorno mental.
Lo que ella se llevó con él fue su apariencia exterior y su personalidad. Ambos le recordaron a Emily a
su antiguo amante, el padre de Ann, y su incapacidad para vincularlos; eran de alguna manera
parecidos.
Esta realización la hizo enojar. Por supuesto, ella no juzgó si el hombre era simpático o su tipo.
Simplemente no podía perdonarse a sí misma por tener emociones tan tontas.
Podía sentir mariposas en su estómago, una tras otra, metiéndolas cuidadosamente en pequeños cajones
de su corazón. Ahora no era el momento de profundizar en lo sin importancia. Ahora mismo, el
proyecto era lo más importante. Pase lo que pase, el trabajo de Emily era sólo eso y merecía toda su
atención.
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Emily pensó que escuchó movimientos suaves. Además, tenía la incómoda sensación de que algo se
movía en la oscuridad.
Y poco después escuchó un estallido.
Abrió los ojos, pero el mundo a su alrededor estaba lleno de oscuridad. Las hojas de los grandes árboles
habían desaparecido. Escaneó el área rápidamente, pero no había nada más allá de la oscuridad. La luz
que había iluminado el patio a través de las ventanas se apagó por completo.
Emily fue presa de la incertidumbre; sintió que el suelo desaparecía y se balanceaba bajo sus pies. Los
latidos de su corazón se aceleraron; podía oír su pulso resonar en sus oídos. Por un momento no supo lo
que había sucedido. ¿Había habido un corte de energía?
Este instituto contaba con un generador de energía y fue protegido repetidamente contra fallas. Que era
necesario. De hecho, en el caso de una falla de energía real, todas las colonias de células y virus y las
simulaciones controladas por computadora estaban condenadas a la destrucción.
Y ahora que todas las luces se habían apagado, no podía evitar imaginar lo peor. Al otro lado de la
oscuridad, tal vez todo ya estaba llegando a su fin...
¿Debería el proyecto en el que había invertido el último medio año realmente haber tenido un resultado
sin precedentes? ¿Deberían todos los hocicos de esta oscuridad total, que parecía surgir de la nada, ser
llevados a esa misma nada?
Los rostros de sus empleados, con los más mínimos cambios, una vez de alegría, a veces de decepción
habían aparecido en sus pensamientos... y desaparecieron de nuevo. ¡No, eso no estaba permitido que
fuera verdad!
Tenía lágrimas en los ojos. Quería gritar y solo podía controlarse con dificultad. Con ambas manos
extendidas, tanteó su camino hacia adelante con cautela. Ella quería ir a Rose.
Su pie se enredó en la raíz de un árbol. La cogió fuera de equilibrio y tropezó. Mientras luchaba por
recuperar el equilibrio, golpeó el tronco de un árbol. El patio interior con su base de apenas cincuenta
metros se había convertido en un laberinto en este eclipse total.
Sin embargo, sus ojos se acostumbraron a las circunstancias, y la vaga silueta iluminada por la luna del
bosque lentamente ganó forma.
Cuando Emily se sacudió la rama que le había golpeado la frente con la presión de su mano, notó un
movimiento entre los árboles.
Eso ciertamente coincidía con los movimientos y la respiración audible de un ser vivo.
Solo un momento después, se congeló y pensó: ¿No hay animales salvajes en el patio?
Buscó desesperadamente en los bolsillos de su chaqueta, pero no pudo encontrar algo que pudiera
usarse como arma; estrictamente hablando, los bolsillos estaban vacíos. Por puro miedo, sus propios
dedos buscadores parecían extraños.
Emily comenzó a moverse con cuidado, pero le temblaban las rodillas y tropezó varias veces cuando
sus pies se hundieron en el barro. Sus piernas se volvieron autosuficientes, cada vez más rápidas, y
pronto Emily comenzó a correr.
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Un grito salió de su garganta, y Emily corrió para salvar su vida... o más bien, sus piernas autoactuadas
la llevaron lejos de allí.
La bestia notó el movimiento apresurado de Emily, por lo que comenzó la persecución.
¡Tengo que llegar al instituto! Por miedo, a Emily le resultó difícil pensar. Dio órdenes a sus piernas
descontroladas de seguir adelante con todas sus fuerzas. El barro salpicó y las ramas de los árboles le
golpearon la cara como látigos. Estrés, pena, miedo e ira... todo se había ido. Emily no era más que
instintos, apresurándose fuera del bosque.
El edificio del instituto se acercó. Solo quedan unos pasos...

Pero entonces Emily se detuvo de nuevo en una raíz y tropezó, cayendo hasta el vientre en el barro. Las
paredes exteriores blancas del instituto reflejaban la luz de la luna y brillaban débilmente. Emily estaba
agachada en el suelo lleno de tierra. La suciedad colgaba de su cabello y había penetrado incluso en sus
zapatos.
En las inmediaciones de Emily, un perro corría emocionado. Su aliento jadeante la golpeaba de vez en
cuando en el cuello, ya veces goteaba baba tibia en su rostro. El hombre con el gorro de punto que
Emily le había regalado una vez sonrió. En el brillo de la pared blanca, su rostro no tenía expresión,
casi parecía un modelo.
"¿Está todo bien? ¿Estás herido?"
"¿Puedes alejar a ese perro de mí?" Escupió Emily.
Emily no pudo calmarse al ver al dóberman gigante, que caminaba, resoplando. En la oscuridad, el
perro parecía un pequeño dragón.
"No tienes que preocuparte, es un chico inteligente. No te hará daño".
Para Emily, sin embargo, la actitud del dóberman era como si estuviera a punto de atacarla; pero
cuando el vigilante exigió: "¡Tobi, deja eso - Tobi!", el perro se calmó.
Emily se levantó, pero siguió mirando a Tobi con ansiedad. Se apoyó contra la pared del instituto y
suspiró.
"Por favor, perdóname. No esperaba que hubiera nadie en el patio", se disculpó el guardia y le puso una
correa al perro.
Emily agarró el barro que se le había enganchado en el pelo y lo arrojó lejos.
"¿Nombre?"
"¿Ja?... Bueno, Tobi," dijo el guardia, un poco desconcertado.
"No, tu nombre".
"Ah…" Sonrió. "Mi nombre es Simon. Simon Beach".
"Soy Emily Ran. Me alegro de conocerte". Emily le tendió la mano sucia y Simon la agarró con ambas
manos, por lo que el extremo de la correa del perro cayó al barro. Tobi, ahora libre de nuevo, comenzó
de nuevo a retozar alrededor de los dos.
"Es un honor, Emily".
Emily miró a Tobi y dijo: "Sujeta fuerte la correa, Simon".
Simon se sonrojó y agarró la correa, pero el perro tiró con todas sus fuerzas para que el guardia
perdiera el equilibrio y cayera. Tambaleándose, se enderezó y sonrió con fuerza.
"Es un chico inteligente, créeme. Sólo un poco travieso".
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Emily asintió y señaló con el pulgar hacia el instituto. "¿Alguna idea de lo que pasó?"
"Probablemente un corte de energía", dijo Simon. Había una mirada de sorpresa en su rostro.
"¿Qué lo causó?"
"Bueno... no lo sé. Una parte de Telecom parece funcionar de todos modos".
¡Eso significaba que el poder no había fallado por completo!
Emily respiró hondo y miró hacia el patio. La visión de un bosque fantasma se desvaneció
gradualmente y volvió la pequeña arboleda habitual.
Las luces del instituto aún no se habían vuelto a encender y la única fuente de luz era la luna que
iluminaba los árboles. Las hojas susurraron.
"La comunicación se volvió loca. Debe haber sido algún accidente. Se habló de un 'riesgo biológico'..."
Emily no confiaba en sus oídos. Más precisamente, no quería confiar en ellos.
"Un peligro biológico…" susurró ella.
Simón asintió. "Eso es lo que escuché. ¿Pero qué fue eso exactamente? Creo que está en las pautas que
obtuve cuando vine aquí…"
"¿De dónde vino la contaminación? ¿Hasta dónde se ha extendido?"

"La vaca... la vaca arrojada al tanque de agua. ¿Significa esto que estaba infectada... No estoy
informado sobre la situación actual, pero definitivamente hay caos? El informe fue contradictorio y,
finalmente, me enviaron a patrullar". en el patio."
Al pensar en la vaca desollada, a Emily se le puso la piel de gallina. ¿Estaba el virus escondido en él?
Su náusea volvió.
"El líder del grupo entró en pánico. Si la vaca estaba realmente infectada, ¡debe haber sido por culpa de
otra persona! Genial... mi estómago no se siente nada bien" Simon se agarró el estómago con
incredulidad.
Emily comenzó a temblar. “Tal vez el virus… Si ese fuera el caso, la gente que vive aquí…”
Hizo una pausa y miró a la cara de Simon, que había inclinado la cabeza hacia un lado... todos mueren,
continuó la frase en sus pensamientos. Una tormenta de emociones y pensamientos amenazaba con
abrumarla. Los reprimió con toda su fuerza de voluntad y pensamiento.
Relajarse. Puede que no sea el virus T. El riesgo biológico podría tener muchas variaciones. También
podría haber estallado un virus mucho más inofensivo. En cualquier caso, el proyecto prima sobre todo
lo demás.
Echaré un vistazo por el pasillo. Fue hasta la pared, abrió una puerta y miró detrás. La oscuridad total la
recibió. Incluso las luces de emergencia habían fallado.
La profunda oscuridad que llenaba el pasaje casi se extendió hacia ella. Se oyó un sonido en los
altavoces del pasillo. El pulso de Carmen. Emily gritó en el pasillo, pero no hubo reacción.
Pero no podía ser que la fuente de alimentación estuviera caída en todas partes. Era imposible que toda
la red eléctrica hubiera fallado. Algunos de los servidores tenían que permanecer intactos.
El suministro de electricidad que conectaba a Rose podría no haber sido interrumpido...
Emily miró hacia el pasillo oscuro. Como era de esperar, ella no pudo ver nada. Daba miedo porque no
había nada que escuchar excepto el sonido de Carmen.
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¿Realmente tengo que liderar el camino?

Se volvió y miró a Simon, que se había detenido en el patio.
"No tienes que preocuparte. Mira lo que tengo aquí". El guardia agitó una linterna riendo como si
hubiera notado la inseguridad de Emily.
"Quiero ir a la sala de la cápsula donde está Rose", respondió ella. "¿Funciona el ascensor?"
"Hm..." Simon vaciló. "No lo recomendaría. ¿Dónde estaba eso de nuevo, el cuarto piso?"
Emily asintió.
Simon parecía haber recordado algo; iluminó el fondo del patio.

"Hay un hacha de fuego afuera en alguna parte, creo..."
"Está bien, Simon, vamos a buscarlo". Emily cerró la puerta y volvió al patio.
Se llevaron al perro con ellos y caminaron en silencio bajo los árboles. Simon sostenía la linterna en
una mano y la correa a la que Tobi estaba sujeto en la otra.
Emily se aferró a su chaleco y lo siguió con cuidado. Se sentía como una niña asustada escondida
detrás de su padre. Pero en este caso, eso es exactamente lo que era.
"Eso me recuerda algo: creo que escuché música antes". Tan pronto como Emily pronunció las
palabras, Simon se detuvo abruptamente. La nariz de Emily casi le atravesó la espalda.
Simon se dio la vuelta, "¿Qué acabas de decir?"
"¿No escuchaste música? Justo antes, justo antes del corte de energía..."
"No me di cuenta." Simon se rascó la cabeza con la linterna. "Hay parlantes en el patio. De ahí penetra
bien la música. No noté nada…"
Emily miró alrededor del patio oscuro. Era cierto, incluso aquí había un sonido débil.
3 de octubre, 19:55 hrs, Sala cápsula Roses
La habitación cuadrada se parecía confusamente a la habitación de realidad virtual. La longitud de

todos los lados era de diez metros. La mitad de la habitación estaba ocupada por un enorme tanque. En
el suelo serpenteaban los cables. Sin embargo, en lugar de una terminal de computadora, había varios
dispositivos de medición. En el monitor adjunto estaba la imagen borrosa de un niño no nacido pálido.
A la luz de los tubos, las paredes de hormigón parecían de un blanco brillante. Aunque el sonido del
motor de la cuenca sonó ligeramente, penetró los confines de toda la habitación.
Estaba increíblemente cargado. Como en la sala de realidad virtual, no dio ventilación.
Richard Fuchs estaba en la habitación. Estaba solo y recostado contra la pared con los brazos cruzados.
Él habló en el micrófono allí.
"¿Eso fue bueno?"
"Sí, absolutamente perfecto", respondió desde el altavoz.
Aunque los elogios fueron agradables y buenos, no parecía contento con la situación. Ningún músculo
de su rostro se movió. El primer acto fue dominado, pero nada más. Comparado con lo que estaba por
venir, lo anterior era poco más que una pizca.
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Tragó la saliva que se había acumulado por la tensión en su boca, bajó los brazos y llevó la mano a la
funda para sentir la dura y fría Beretta.
"Ahora, después de pasar por el escenario, me pregunto si realmente era necesario intercambiarlos. Si
quieres, puedes hacerte cargo de todo aquí".
"Sí", sonaba desde el altavoz. "Sin embargo, es mejor si este malentendido dura un tiempo. Eso hace
que nuestras acciones sean más fáciles".
"Una maniobra de distracción", dijo Fuchs. "¿Esta conexión es segura en absoluto? ¿La conversación
no está grabada por Carmen, o como se llame el programa?"
"No te preocupes. Hay algunos obstáculos. Pero todo salió bien aquí. Casi demasiado bien. Esta cosa
con el técnico de realidad virtual fue un poco duradera, pero por lo demás..."
Fuchs pensó en todos los días que había invertido para llegar allí. Siempre veía los mismos momentos
en sus pesadillas.
Desde ese día no pudo dormir. Una oleada de personas de color negro rojizo rodeaba su cama noche
tras noche. Lo roían, mordiendo partes enteras del cuerpo. Siempre se despertaba sudoroso, exaltado
por un dolor indescriptible.
Las inyecciones diarias contra el virus T habían trastornado su sistema nervioso. A Fuchs se le había
ordenado continuar con esta tortura, él lo aceptó. Sin embargo, cada día que pasaba lo acercaba más a
su punto de ruptura.
El sudor que le caía en la frente no se debía solo al calor sofocante. Los efectos secundarios de la
vacuna provisional a menudo atacaban su cuerpo. Luego le temblaron las rodillas y sintió una
imperiosa necesidad de sentarse…
Sacó la pistola de la funda y se cortó la frente. La frialdad del arma era agradable.
"Todo está bien conmigo también. En cualquier caso, Fuchs parece confiar en mí".
“Eso entra en la categoría de igualdad de intereses. Solo somos trabajadores esclavos para estos tipos.
Si eres feliz o no, no importa. Se trata de hacer de 'T' el éxito de ventas mundial".
"He estado pensando en eso todo el tiempo. ¿No podrías decirme algo sobre el virus T?" Fuchs
preguntó con voz temblorosa.
"Sabes lo suficiente... lo has visto tú mismo".

"Sí, y probablemente nunca lo olvidaré... Pero en última instancia, no tengo idea de qué es
exactamente. Lo único que sé es que es un arma biológica de su corporación".
Fuchs se quitó el dispositivo de metal que tenía pegado a la frente, levantó la cabeza y exhaló
profundamente. El ataque disminuyó y la condición de su cuerpo volvió lentamente a la normalidad.
"El virus T fue creado accidentalmente por un científico. Una vez que ingresa al cuerpo, toma posesión
del sistema inmunológico y lo cambia. El resultado de esta invasión es que el 'sistema humano' ahora
está ansioso por transformarse. Humano se cuestiona la existencia como tal. Los límites se desdibujan,
la percepción de la muerte se desvanece. Y se despierta un apetito irreal -un anhelo- de destripar todo lo
vivo que hay en el entorno".
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Fuchs se mordió el labio inferior. Las imágenes de los cadáveres en sus sueños corrían
ininterrumpidamente en su cabeza, como un rollo de película desenrollado en un bucle sin fin. Agarró
el arma con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
"El sistema inmunitario está completamente destruido. El propósito del tratamiento preventivo con
vacunas es fortalecer el sistema inmunitario. Por lo tanto, es prácticamente imposible desarrollar una
vacuna que actúe constantemente sobre 't', o eso dicen".
"Pero...", comenzó Fuchs y miró alrededor de la habitación de nuevo. Sus ojos permanecieron en el
Tanque de gran tamaño, lo único que existía en este lugar desolado.
"Sí, claro, gracias a Rose, la situación ha cambiado".
El aire estaba cargado y pesado. Ya de mero estar de pie uno ya empezaba a sudar.
"Así que aquí está Rose..." Deslizó el arma en la funda y se limpió el sudor con el puño.
“Ya veo. Quieres conocerla seguro, ¿verdad?”, decía desde el parlante.
"¿En este Tanque?" preguntó Fuchs, señalando el depósito de agua.
"Sí... ella está ahí".
Fuchs miró hacia el enorme cubo que tenía un lado de cinco metros de largo. A la luz de los tubos de
neón, parecía de un gris apagado.
"Para el desarrollo de una vacuna, ¿encierras a un humano todo el tiempo? ¡Esto no es obra de
humanos, sino de... bárbaros!"
"Los humanos son bárbaros. Sin pestañear, los demás son linchados o fusilados en el frío helado.
Incluso fabricas armas de destrucción masiva para erradicar naciones enteras".
Fuchs chasqueó la lengua. Se tambaleó cerca del Tanque, su mirada demorándose en el monitor
colocado sobre los indicadores. La foto pálida en la pantalla vaciló.
"¿Qué es esto? ¿El hijo no nacido de Rose?"
"Eso no es un no nacido, Richard Fuchs. Esto es solo un gráfico de computadora, una imagen simulada,
una copia para experimentos de comparación. Si no simula todo, no puede dormir tranquila".
"¿Emily Ran?"
"Para los experimentos, las muestras que se pueden usar en cualquier momento con fines comparativos
son indispensables. Ella creó eso".
Fuchs recordó a la mujer que había estado en la sala de conferencias. Su cabello rubio oscuro y corto
no necesariamente enfatizaba su feminidad. La conversación había mencionado que ella tenía una hija.
Fuchs era de la opinión de que las personas que trabajaban en Umbrella estaban todas, como Ren
Sprague, destruyendo sus vidas de alguna manera, separándolas de la vida ordinaria, cotidiana y
laboral…
Pero, por un lado, era madre de una hija y, por otro lado, estaba involucrada en el desarrollo de armas
de destrucción masiva. Si la producción de la vacuna tuviera éxito, "T" se extendería como mercancía
por todo el mundo. ¿O creía en la perorata del médico de que convertían armas tan escasas en meros
elementos disuasorios?
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¿Cómo se sintió al respecto? ¿O simplemente hizo su trabajo sin pensar mucho en el resultado?
La vida de esta mujer probablemente estaba tan fuera de control como la otra. No había logrado ser
madre y, con el paso de los años, sus ideales se desvanecieron. Hasta que un día, se vio involucrada en
el desarrollo de armas devastadoras.
Le había dado el nombre de su propia hija al programa de inteligencia artificial escrito por ella, como
una triste
toque a esta sátira real. Incluso los prodigios estaban envejeciendo.
"¿Esta mujer no es un genio? Ella es inteligente y me ha hecho inteligente. Se podría decir que ella está
detrás de todo. Pero no tenemos nada que temer de esta", susurró Fuchs, apoyándose en el Tanque.
La voz del altavoz dijo: "No te preocupes, Richard Fuchs. Tengo la intención de poner fin a todo esta
noche. Incluso si ella no sobrevive, no importa. Terminará pronto... muy pronto. Ahora, ¿Qué piensas
acerca de conocer a Rose?"
Fuchs apoyó ambas manos con cautela en la escalera unida al tanque. Recordó las palabras de Sprague:
"Ella duerme. Ella sueña".
Una niña durmiendo en un ataúd de acero. Y como la princesa de los cuentos de hadas, se va a dormir.
Un largo y profundo sueño. Y ella está soñando. - ¿Es de noche en sus sueños?
"¿Qué has estado pensando todo el tiempo desde entonces?" La voz preguntó desde el altavoz.
"Nada. Facturación, discordancia, hacerlos rendir cuentas, no importa qué expresión use. Mis
pensamientos son todos acerca de la retribución".
Se sube al Tanque. La escalera de metal chirrió bajo su mano como un animal torturado, tambaleándose
dudoso con cada paso.
Fuchs pensó en Raccoon City, que había ardido brillantemente ese día y en todas las personas que se
buscaban entre sí; entonces no pudo ayudarlos. Mientras subía la escalera paso a paso, todas las bellas
imágenes pasaron por su mente. También lo es la imagen de la niña destrozada en el invernadero.
Estoy de vuelta, Rosa. Esta es tu venganza, también.
Se incorporó lentamente en el Tanque y contempló la habitación. La altura era más impresionante de lo
que había supuesto. Si uno salta hacia abajo sin cuidado, lo más probable es que se rompa un hueso o
algo peor.
"¿Lo tarde que es?" Fuchs llamó.

"Son exactamente las ocho", la voz salió del altavoz después de un rato.
Fuchs asintió y miró hacia la parte superior del Tanque. Había algo que recordaba a una tapa de
alcantarilla. Estiró los brazos.
"¡Lo abriré ahora...!" Sus palabras quedaron sin respuesta.
Tan pronto como se abrió la "tapa del ataúd", se encontró con un hedor intenso. Cerró los ojos y se
preparó para el momento en que viera a Rose. Abrió los ojos y se quedó petrificado. Nadie estaba en el
"ataúd".
49
No había ni rastro de Rose; en cambio, el tanque se llenó con agua fangosa roja ligeramente grasosa.
Miró adentro y miró hacia abajo lo mejor que pudo bajo la luz de un tubo de neón. Pero solo había este
líquido opaco mientras la superficie flotaba ligeramente de un lado a otro.
"¡Ella no está ahí!"
Fuchs se acurrucó en el borde del tanque y llamó en dirección al altavoz: "Oye, ¿qué está pasando? ¡No
hay nadie aquí! ¿Dónde está Rose?".
Fuchs cerró la escotilla con un golpe y se detuvo en el tanque. No recibió respuesta.
¡¿Este tipo me engañó...?!
"¿Qué está pasando aquí? ¿Esta es tu idea de una broma?" Estaba furioso. Bajó traqueteando la
escalera; el último paso lo superó de un salto. La torreta parpadeó en rojo; la habitación estaba cerrada.
¡Maldición!
Fuchs echó a correr y pateó la puerta con fuerza. Del altavoz de la pared salió un ruido. En lo más
profundo del ruido, que sonaba como si uno se frotara incansablemente, se escuchaba una voz sintética
que producía voces extrañas; eran una reminiscencia de la risa.
Después de un rato, la música salió del altavoz. Fuchs se tapó los oídos. La carga fue tan fuerte que
temió que pudiera reventarle los tímpanos.
¿Qué es eso? ¡He oído eso antes!
Un sonido como si algo estuviera volando por el aire, sonó, y la habitación quedó sumergida en la
oscuridad. En el mismo momento el altavoz se quedó en silencio, y de repente se quedó en silencio.
Fuchs rebotó contra la pared de hormigón en un alboroto. Un escalofrío frío le recorrió la espalda.
Raccoon City estaba en llamas: el paisaje del que había huido antes estaba grabado frente a él.
Tenía gotas de sudor en la frente. El poder en sus piernas disminuyó, tropezó y cayó al suelo. Al tratar
de volver a levantarse, perdió el equilibrio nuevamente y se desplomó. Acostado de lado, comenzó a
agacharse en el suelo.
"Maldita sea", dijo. La saliva que goteaba dejó un rastro en la comisura de su boca. "¡Maldita sea, qué
ahora...!"
Sin perder de vista al monitor, ¡agarró su arma!
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Capítulo 3
Acabo de darme cuenta de que mi período se ha retrasado. Que desconsiderado de mi parte.
Lamentablemente, tenía que conseguirlo el primero de mayo. Mi cabeza da vueltas. No tengo ganas de
hablar con nadie. Por supuesto que tampoco con Frank.
Sigo llorando cada vez más en mi habitación sin tener una idea de lo que debo hacer ahora. Desde mi
ventana miro al exterior.
En la intersección, los hombres divagaban sobre las oportunidades comerciales perdidas... el

"Patinador" sin hogar, una celebridad local, arrastra su equipaje de gran tamaño por la calle, y su
patineta, que se ha separado de sus pies, araña el suelo con un ruido sordo. ... Robin juega como
siempre en su videoconsola portátil y demuestra que tiene una habilidad increíble...
Mis ojos y oídos ofrecen un sinfín de impresiones. El reloj, que solo va en una dirección, muestra
inequívocamente cuán irrevocablemente pasan los días.
Padre está acostado en la cama. Su cuerpo está hinchado de color rosa, casi tan rosado como un recién
nacido, y en los lugares donde la piel ha sido rozada, la carne escarlata sale a la luz. ¿No hay una
historia en la que la gente muere después de que sus cuerpos se niegan a salir de la cama?
Definitivamente Edgar Allan Poe. El título era "Máscara" o algo similar, creo.
El padre abre los ojos cada quince minutos y pregunta la hora exacta. Se queja de los síntomas
atormentadores y yo escribo todo.
Después de que muera, dice, llévate esto y ve a la empresa. Si lo hace, puede obtener dinero,
sobrevivirá.
Incluso en esta condición, papá todavía le da confianza a la empresa.
¿Sobrevivirá?
Casi no hay recepción de radio en mi habitación, así que siempre escucho CD de Mozart y Bruckner.
Lleno los días vacíos con música...
Los sonidos que produce el cuerpo moribundo de Padre están ocultos. Si cierro los ojos, solo hay
Mozart y Bruckner en este mundo.
Una pequeña piedra choca contra el marco de madera de la ventana.
"¡Oye, Alma, baja!"
"Alma, Alma, ¿ha venido alguien?"
La maldita gelatina rosa se menea en la cama de la habitación contigua.

"Ahora no", respondo.
No se me permite salir, hay un motín ahí fuera.
El generoso príncipe Próspero, para escapar de la peste que se había extendido por todo el país, había
convertido su propio palacio en una fortaleza; Reunió a todos los sanos y organizó un magnífico baile
de máscaras.
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Fue en la víspera de la destrucción. Gloriosas túnicas cubiertas de sangre... y un intruso con una extraña
máscara colándose en la pomposa compañía para sellar su destino. El primero corrió hacia el intruso
enmascarado y le arrebató la máscara.
Y ahí estaba…
El título de la historia vuelve a mi mente: La Máscara de la Muerte Roja.

"¡Alma, baja! ¡Solo sal!"
Mientras miro por la ventana hacia la calle, veo a alguien allí, que está envuelto en una manta,
llamándome en la oscuridad de la noche.
"¿Quién está ahí?" Respondo suavemente.
"Soy yo, Alex", dice la figura vestida de manera extraña.
Alex. ¿Por qué lleva una manta? A pesar de mi incomodidad, me pongo el abrigo y salgo por lo que
parece ser el tiempo más largo desde que lo hice.
Alex se encuentra en un callejón oscuro, solo la luz de las luces de neón cae sobre él. Está envuelto en
una manta y me mira fijamente. Solo se ven sus ojos blancos, el resto de su rostro permanece en la
oscuridad.
La manta está bordada con un patrón de margaritas muy bonito. Sin embargo, dado que está roto,
deshilachado o sucio en algunos lugares, a primera vista se puede decir que fue recogido en algún lugar
de la calle.
Alex se ve completamente ansioso y se hace tan pequeño como un perro que espera una paliza porque
robó una salchicha.
"¡Estoy siendo perseguido, dicen que estoy enfermo!"

Alex está muy molesto. Lo llevo a una zona de la calle donde nadie nos puede ver. El hedor a carne
podrida escapaba de debajo de la manta.
Este dolor me es demasiado familiar, porque mi padre también lo tiene. Lo acaricio para tranquilizarlo
por encima de la manta que cubre su cabeza, y su cuerpo tiembla ligeramente.
"Alma, lo siento. No podía pensar en nadie más a quien acudir".
"¿Estás siendo perseguido? ¿Pero por quién?"
Los ojos de Alex brillan en la oscuridad con odio. "Esos tipos... Arthur House... estos tipos vigilantes
de STARS. Dicen que soy la raíz del mal y me sacaron a golpes del vecindario".
En su emoción, Alex gesticula mientras habla y un brazo se desliza fuera de la manta. La piel está
parcialmente arrancada, la carne roja suelta. Como era de esperar, muestra los mismos síntomas que el
padre.
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"Pero, Alma, ¡estoy realmente enferma! Para los sofocos normales es una lástima, la picazón es
realmente intolerable. Y cuando me rasco, la piel se disuelve de inmediato. Sin embargo, no duele y no
me siento demasiado malo de lo contrario. ¿Qué es? Seguramente tu padre lo sabría? Por favor,
pregúntale por mí.
"Lo siento, Alex, lo siento mucho. No puedo hacer nada. Papá también está enfermo. Tiene lo mismo
que tú".
Alex se apoya en un bote de basura y mira hacia el cielo. "Oh, es cierto. Sí, lo mencionaste una vez. Al
menos eso creo... Mi memoria se está volviendo cada vez menos confiable. Ya no sé quién soy".
Padre dijo lo mismo.
"Es incurable", dijo. "Una enfermedad diabólica invencible creada por nosotros. Pronto alguien de la
compañía vendrá y me llevará... pero... quería volver a verte antes de eso".
En algún momento vendrá alguien y se llevará a papá. Estuve preparado para eso todo el tiempo, pero
hasta hoy nadie vino, y el cuerpo de papá se descompone cada día más. Su carácter también se
desvanece.
Y ahora Alex - Alex tiene la misma enfermedad.

No puedo decirle que es incurable, simplemente no puedo. Alex, sin decir palabra, se rasca el brazo, y
la piel hace ruidos carnosos que resuenan suavemente por el callejón. Él endereza la manta de nuevo y
en silencio comienza a llorar.
"Por qué pasó esto...?"
lo abrazo Su cuerpo debajo de la manta está brillando caliente. El olor a carne podrida me sube a la
nariz, pero lo siento mucho. Sin embargo, también tengo que luchar contra las náuseas. El rostro de
Alex se ilumina de repente con un rayo de luz y brilla con un color rojo intenso. Sigo sus ojos
marrones, protejo mi mano frente a mi cara y me alejo de la luz brillante. Rayos de luz penetran mis
dedos como un patrón de paso de peatones y me queman en los ojos. Varios hombres con chaquetas
marrones sostienen linternas en sus manos, pero no puedo ver sus rostros a contraluz.
"¡Chicos! ¡Aquí está, vengan aquí!"
Alex me empuja y quiere correr, pero tropieza con sus propias piernas y cae. Más y más figuras
emergen de la oscuridad. Forman un círculo y nos rodean. Los tubos y tablones de metal que sostienen
no presagian nada bueno.
Arthur House sale del círculo; su cabello rubio peinado hacia atrás, los ojos azules, su rostro hundido y
antipático son inconfundibles.
"Tú eres... ¿Alma Hartline? ¿Todo bien? ¿Te hizo algo?"
"¡Él no me tocó! ¿Por qué lo haría? ¡Déjanos en paz!"
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Mis gritos pasan mayormente desapercibidos. Los jóvenes se miran y alguien debe haber hecho una
broma, porque de repente se están riendo. House es el único que se mantiene serio y no pone cara.
"¿Él es tu amante?"
La cara de Frank viene a mi mente. A mi lado, el derribado Alex comienza a retorcerse de dolor. "¡No!
¡Es solo un buen amigo...!"
House se me acerca y me mira con sus ojos azules. "Lo siento, pero... está enfermo. Tenemos que
llevarlo con nosotros. Todavía podrías contagiarte tú mismo".
Quiero gritar. quiero alboroto.
“ ¡Idiota! No me importa si estoy infectado, ¡quiero quedarme con él!”.

House se acerca a Alex, le pone la mano en el hombro y asiente. "Vendrás voluntariamente, ¿verdad?
Tienes que irte de este lugar. Si te quedas aquí, corres el riesgo de infectar a todos los demás. No
querrás enfermar a tu novia, ¿verdad?"
Alex agarra la mano de House que descansa sobre su hombro y muerde tan fuerte como puede. House
se enfurece y lo golpea.
"¡Tú, loco! ¡Tú, hilandero de virus! ¡Por tu culpa vamos a estar enfermos...! ¡Llévatelo!"
Alex comienza a respirar fuerte pero suena como un animal salvaje, pero a pesar de toda la resistencia,
los vigilantes lo arrastran.
"¡Alto! ¡Él no quiere ir!"
"¡Ayúdame, Alma!"
Los gritos de Alex se apagan en el círculo de adolescentes. Solo puedo llamarlo sin poder hacer nada.
Alex es apenas visible entre ellos. Uno de los adolescentes saca su pipa de metal y lo golpea
brutalmente. Un sonido sordo se extiende por el callejón, el sonido del metal y el hueso chocando entre
sí. Alex aúlla y comienza a rodar sin coordinación.
"¡Debes parar, por favor!"
Me aferro a la pierna de House y le imploro, pero no puedo ver su rostro, fusionado con la oscuridad.
"¡Asesinato!" Le grito al grupo de adolescentes vestidos de marrón.
"¡¡Cállate!! ¿Eso todavía te parece humano?!"
Alguien levanta ambos brazos y lanza un grito. El número de sombras de brazos levantados aumenta.
Vencido por mi impotencia, me siento en la calle.
Las sombras que bailan con sus armas mortales se mueven vacilantes y tenues. Observo la escena
distraídamente. Voces enojadas y gritos de dolor, el rugido de músculos desgarrados, huesos astillados,
tuberías de metal y maderas crepitantes...
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Los delincuentes violentos estaban en estado de embriaguez y el sentimiento se está convirtiendo

rápidamente en histeria. La voz de Alex no se puede escuchar desde el rugido enojado.
Uno de los adolescentes de repente parece notar algo. "Está muerto…"
Sorprendidos, comienzan a alejarse de Alex. De repente, casi como si el cuerpo de Alex fuera a
explotar en medio de ellos, los vigilantes se dispersaron de repente. Alex ya no está atrapado por ellos y
se vuelve visible para mí; Alcanzo mi garganta y hago un grito. Alex yace allí como un trapo andrajoso,
y sus piernas con las que recientemente saltó como un acróbata aéreo están completamente torcidas. La
manta que lo envolvía minutos atrás se fusionó con su carne y sangre; ya no parece un humano. Parecía
más una hamburguesa masticada por lobos y atropellada.
"¿Qué has hecho?" House responde bruscamente y me mira suplicante. "Eso... yo no quería eso."
Mi mirada vaga entre los ojos de House y el cadáver masacrado de Alex. Los jóvenes pálidos miran
alternativamente sus propias manos y los rostros nerviosos de sus camaradas.
"Tú lo viste, Alma. No queríamos eso".
"¿Qué, se supone que debo creer que no querías matarlo?" Voy lentamente hacia atrás.
"¿Solo queríamos ayudarte?" House dice, su voz aguda suena emocionada.
Corro y me deslizo en el interior de nuestra tienda. Cierro la puerta detrás de mí, pego un oído a la
madera y escucho.
Es tranquilo, muy tranquilo. Sólo el viento canta silbando.
3 de octubre, 20:15 hrs, Sala cápsula de Roses
Emily cruzó un amplio pasillo. Al llegar frente a la puerta objetivo, respiró aliviada, pero se maldijo por
no hacer al menos un poco de deporte de vez en cuando, manteniéndose en forma. A pesar de que había
una escalera empinada detrás de ellos que la había subido cuatro pisos, no debería haber estado tan sin
aliento ahora.
Simon ciertamente hizo ejercicio todos los días. Sin el menor signo de cansancio hizo que Tobi se
sentara.
Emily observó el área circundante. Y mientras intentaba recuperar el control de su respiración, sonó
una alarma.
"Inicio de contramedidas nivel cinco en el caso de una contaminación biológica. Se anima a todos los
empleados a seguir las instrucciones y mantener la calma", sonó la voz tranquila de Carmen.
Emily y Simon se miraron. Tobi aulló. De repente, algo, o alguien, golpeó con violencia desde el otro
lado de la puerta frente a la que estaban parados... y el ritmo cardíaco de Emily se disparó
abruptamente.
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"Probablemente haya alguien allí", dijo Simon.

Emily tomó la linterna de él e inspeccionó la puerta. La cerradura electrónica parecía estar fuera de
servicio. En cualquier caso, tener las llaves no sirvió de nada. "Solo el director y yo podemos entrar
aquí. Usando el reconocimiento de voz".
"Entonces el director debe ser el que está ahí…"
"Ni idea... pero suena plausible".
Emily llamó a la puerta, pero nadie respondió desde el lado opuesto. Usó la linterna alternando de
derecha a izquierda del pasillo, pero sin poder iluminar el final del pasillo con el haz de luz. En lo
profundo de la oscuridad, creyó escuchar un suave jadeo.
"¿Qué debemos hacer?" Ella preguntó. "Mientras el sistema no vuelva a funcionar, no abriremos la
puerta".
"No debemos preocuparnos por eso". Simon sacó una caja negra de la pequeña bolsa que colgaba de la
parte trasera de su cinturón. "Esta es una batería portátil. Este es un utensilio necesario para todos los
electricistas", dijo, notando la mirada inquisitiva de Emily.
Simon recogió los dos cables que salían de los puertos, los desenrolló y metió sus extremos en los
dispositivos enchufables al lado del panel de control. Giró la perilla por un momento, y unos momentos
después, algunas luces parpadearon en el panel de instrumentos que acababa de apagarse.
"¡Por favor trabaja!" Con la batería portátil en la mano, Simon se hizo a un lado y le dijo a Emily que
operara la centralita. Golpeó su dedo índice cuatro o cinco veces en la pizarra, que luego se iluminó.
"Habla por el micrófono". En comparación con Carmen, la voz sonaba rígida y aún menos modulada.
"Emily Ran...", dijo Emily al pequeño micrófono.
"Voz identificada. La puerta se abrirá".
Afortunadamente, la cerradura de la puerta no estaba conectada a la red. Si el caso y la solicitud de

verificación de voz hubieran desaparecido del servidor, esta habría sido la última parada.
Con un suave silbido del aire saliente del compresor resolvió el bloqueo. Emily usó su dedo índice para
presionar el botón para abrir la puerta. La pesada puerta corredera se deslizó a un lado y Emily apuntó
la linterna al interior de la habitación.
La vista inesperada la hizo estremecerse.
Un hombre corpulento con una Beretta apuntando hacia ellos estaba listo para dispararle directamente.
Entrecerró los ojos para protegerse del deslumbrante haz de luz.
¡Richard Fuchs! ¡¿Qué esta haciendo él aquí?!
Emily se congeló.
"Oye, eres tú. Estaba atrapado como un cerdo en un corral. Estaba atrapado".
"¿Cómo entraste allí?"
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"Eso no es importante ahora. El hecho es que obviamente me engañaron". Fuchs salió de la habitación
en una posición lista para disparar e inspeccionó el corredor. "No se puede confiar en ninguno de los
muchachos aquí... Absoluta escoria".
Emily tropieza con la espalda contra la pared. Trató de sonreír, pero sus músculos faciales estaban
congelados y no la obedecían. Sudor frío corría por su rostro y sus piernas comenzaron a temblar. Por
el rabillo del ojo, observó la reacción de Simon. "Fox... Relájate. Suelta el arma. Deberíamos hablar en
paz".
"¿Qué quieres decir?" Fuchs negó con la cabeza. "¡Ya no confío en nadie, no hay posibilidad!"
"¡Suelta el arma ahora!" Simon resopló en ese momento.
Fuchs se quedó mirando la pistola - una Glock, Simon de repente hizo un movimiento de la nada para
desarmarlo - por el rabillo del ojo Simon chasqueó la lengua. "Maldita sea..." Rápidamente apartó la
Beretta con una mano y estuvo a punto de dispararle a Simon.
De la garganta de Emily escapó un breve y explosivo grito. En el mismo momento, una sombra negra
salió de la oscuridad, embistiendo la mano de Fuchs, gritando de rabia y cayendo de nuevo en la
habitación. La Beretta se le escapó de la mano y se deslizó por el suelo.
Cuando Fuchs se dio cuenta de que la sombra era un perro grande, que ahora gruñía y se agachaba
sobre él, exclamó con rabia: "¡Mantén a la bestia lejos de mí!".
Simon apuntó su arma a Fuchs. "¡Manos detrás de tu cabeza!" Y llamó al perro agazapado: "¡Tobi!
¡Aquí!"
"¡Vamos, dispara! ¡Maldita sea!" Fuchs apretó los puños y saltó enojado hacia Simon. Quien respondió
con una patada derribándolo al suelo. Rápido como una flecha, sacó las esposas y las colocó a la fuerza
en Fuchs.
Fuchs jadeó y tartamudeó cosas incomprensibles. Simon recogió el arma de Fuchs sin apartar los ojos
de él.
Emily pasó junto a Fuchs hasta el tanque, subió la escalera y abrió la escotilla. Miró adentro para
hacerse una idea de la situación; el suministro de energía de la cápsula no parecía estar cortado, lo cual
fue un alivio.
"Fuchs, con suerte no entraste en contacto directo con esta agua fangosa aquí". Apuntó la linterna a
Fuchs en el suelo.
"Para que lo sepas, no me llevé a Rose. No había nadie en el tanque desde el principio".
Emily bajó silenciosamente la escalera. "Richard Fuchs, ¿qué hiciste aquí?"
Fuchs escupió y gritó: "¡Vuelve a la mierda, quítate estas esposas!".
Simon le sonrió y agitó la llave justo en frente de la nariz de Fuchs. Después de un rato, se los guardó
en el bolsillo con un gesto de burla.
"¡Maldita sea, estas cosas ya me están matando!"
"Quiero saber qué hiciste aquí".
Fuchs se retorció y gritó. "¿A dónde fue Rosa?"
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“ ¿Ella se fue? ¿Todavía está aquí en alguna parte?"
"Fuchs..." Emily lo miró a los ojos. "Te preguntaré una última vez…"
"Fue Selfridge", dijo Fuchs, apretando los dientes. "Él me trajo aquí. Pero este vagabundo tenía planes
desde el principio para traicionarme. ¡Me engañó!"
"Hasta donde yo sé, solo el director y yo podemos entrar en esta sala". ¿Cómo lograste acceder?"
"Usé la grabación de antes", respondió Fuchs vacilante y con voz ronca. Su voz le sonó extrañamente
agitada a Emily, pero en la oscuridad ella no pudo ver su expresión.
En el bolsillo de Fuchs estaba la máquina de dictado que había usado durante la reunión. Emily
presionó el botón de reproducción.
"Christian Selfridge, Oficial de Gestión de este Instituto de Investigación de Virus... Ren Sprague,
Director del Instituto... Emily Ran. Dirijo el presente proyecto..."
Las voces eran comprensibles. Emily habló inmediatamente cuando se detuvo.
"Entendido... Un plan bien elaborado, entonces." El dispositivo desapareció en su bolsillo.
"Eso es extremadamente astuto. ¡Eso no es apropiado!"
En un momento en que el éxito de todo el proyecto estaba en juego, uno no podía hacer más que usar
cualquier método para intentar obtener los resultados de la investigación.
Emily se acercó a la pared y comprobó las telecomunicaciones. "Muerto, como se esperaba", suspiró,
sacudiendo la cabeza. “Las telecomunicaciones no se pueden controlar desde aquí. Carmen no
reacciona, parece ser un problema de toda la institución”.
Fuchs yacía en el suelo con dolor. Él podría estar molesto, pero también parecía haber algo mal con él.
"¿Estás bien?" Emily miró a Fuchs, quien asintió débilmente y señaló el monitor con la barbilla.
"¿Qué son estas imágenes? ¿Por qué aparecen en la pantalla aunque no haya energía?"
Él estaba en lo correcto. Aparte de la linterna, el monitor era la única fuente de luz en la habitación. En
la pantalla no estaba la ciudad en llamas de antes, sino un callejón con una imagen grotesca. Hombres
con uniformes marrones, en los que estaba escrito ESTRELLAS, cargaban una vaca muerta sobre una
gruesa tabla de madera a través de la calle bordeada de árboles. Un hombre rubio con gafas de sol
caminaba en el medio y parecía encabezar la marcha.
Cuando Emily reconoció su rostro, se quedó helada de miedo y su boca permaneció abierta.
Su rostro solo había sido visible por un momento, pero eso fue suficiente para identificar al hombre
como Ren Sprague, el director del instituto.
Poco después, la escena cambió y se hizo visible un autobús lleno. Emily miró fijamente la pantalla
durante un rato, pero la secuencia anterior no apareció por segunda vez.
Las imágenes que ahora estaban en el monitor parecían haber sido tomadas desde la perspectiva de una
persona. Los parlantes obviamente estaban rotos, porque no había sonido y la resolución de la imagen
era muy tosca, como la máquina de realidad virtual.
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Los movimientos de la gente eran entrecortados, y todo le recordaba un poco a un morboso teatro de
marionetas. Desde esta perspectiva, se podía ver el interior de un furioso tren subterráneo. Sin embargo,
como las imágenes aleatorias se grabaron repetidamente, todo se convirtió en un caos que difícilmente
podía seguirse. Surgió la impresión de que la conciencia de la persona a través de cuyos ojos se miraba
había sido desterrada de la película.
"Tiene que haber alguien que muestre estas imágenes. La falla de energía, el brote del virus, todavía
hay estas grabaciones. El momento es demasiado perfecto. Prácticamente no hay electricidad, pero
¿este monitor funciona? Como resultado, el quien reproduce estas grabaciones y el que causó el corte
de energía deben ser la misma persona", dijo Emily después de un rato.
"O la falla de energía fue una necesidad, por lo que el sistema tiene suficiente capacidad para hacer que
aparezcan estas imágenes. ¿O tal vez es solo una maniobra de distracción para secuestrar a Rose?"
Ante las palabras de Fuchs, Emily se encogió de hombros. "Para reproducir estas imágenes, solo
necesitas una cantidad muy pequeña de electricidad. Probablemente la mente maestra de todo el asunto
quería causar un lío para tomar o destruir a Rose. Lo que a su vez te convierte en el principal
sospechoso, Richard Fuchs".
Fuchs gritó enojado: "¡Qué tontería! ¡¿Y qué hay de Selfridge?! ¡Estaba considerando seriamente
venderla a otra compañía!"
"De hecho, lo habría hecho. Y Rose habría sido un recuerdo apropiado que habría aumentado su valor
de mercado sin obstáculos. Pero dado que no hay evidencia, no puedo confiar en ti después de que te
atrapamos aquí en el acto".
"De todos modos, todavía no tengo nada que lo demuestre hasta ahora".
"¿Todavía?"
"Vine aquí con un objetivo específico, lo admito. Pero dejé mis objetivos temporalmente en suspenso,
porque estamos lidiando con una situación excepcional. Si esta contaminación biológica se extiende
más allá de esta instalación, tal vez tengamos otro Raccoon City". " Fuchs se estremeció ante sus
propias palabras.
Emily asintió. De hecho, la principal prioridad ahora debe ser obtener una visión general del alcance
del desastre. Todo lo demás sería peligroso para la vida e irresponsable.
"También podrías responderme una pregunta. No pareces lo suficientemente sorprendido de que Rose
desapareciera repentinamente. ¿Sabes algo? Selfridge no es el único sospechoso. ¡Tú y todos los demás
aquí, sois igual de sospechosos!"
"Shh, silencio. ¿Escuchaste eso también?" Una voz ruidosa sonó bastante lejos en la oscuridad. Emily
miró la sombría silueta de Simon, que acariciaba al perro, que se había puesto nervioso, y le apuntaba
con la linterna. Podía ver un indicio de miedo en su rostro.
"¿Qué ocurre?"
"Escuché ruidos extraños en tu dirección. ¿Hay algo ahí?"
"¡Ah!" Simon gritó de repente y se tocó la cadera.
"Mi radio. ¡Es mi radio! ¡Alguien habla!"
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Emily corrió hacia Simon. En el crepitar de la estática se podía escuchar débilmente una voz varonil.
"... hay alguien... yo... está hablando Robert Prasch... CQ, CQ... ¿hay alguien?"
"Espera", dijo Emily, entregándole la linterna a Simon y alcanzando la radio.
"¿Robert Prasch? Soy yo, Emily Ran. ¿Puedes oírme?"
Sr. Prasch... Emily recordó el rostro flácido e inexpresivo del demacrado asistente de investigación. Él
no era un hombre con quien hacer amigos, pero ahora, en una situación tan desesperada, de alguna
manera añoraba a este tipo impertinente. "¿Estás herido? Espero que no te haya pasado nada".
"... he conocido al director... ahora está en la sala de control... sistema de reparación…"
La estática se volvió más y más fuerte, y las palabras se volvieron más y más un susurro. Emily apretó
la radio contra su oído.
"El director, ¿está herido?"
"Sí... ahora buscando sobrevivientes no infectados…"
"¿Qué hay de Christian Selfridge? ¿Lo viste?"

Emily observó a Fuchs desde la distancia mientras escuchaba la radio. Parecía mirar al perro, pero no
podía ver la expresión de su rostro.
"... S t …"
"¿Prasch? ¿Robert Prasch? ¿Qué está pasando? ¡Ya no te escucho! ¡Responde!"
"Disculpe. Déjame ver". Simon se colocó la linterna en el cinturón y cogió la radio.
"¿Se rompió?"
"No, simplemente no funciona correctamente aquí. Los guardias están usando la radio solo al aire libre.
Para evitar la escucha ilegal desde el exterior, el instituto está construido de modo que las ondas de
radio son casi imposibles de alcanzar. Así que usas las telecomunicaciones por cable en el edificio,
¿verdad?"
"Correcto... Eso significa que, mientras el sistema no vuelva a funcionar, no aprenderemos nada sobre
la situación general", murmuró Fuchs en la oscuridad y luchó con las esposas. "¿Y qué hacemos
ahora?"
"Si no nos ponemos en contacto, estaremos solos. Prasch dijo que Sprague estaba en la sala de control.
Así que iremos allí".
Emily abrió la puerta y se asomó al pasillo. La oscuridad parecía interminable.

"Antes de continuar, tengo una pequeña petición: quítame estas esposas", susurró Fuchs al oído de
Emily.
"Eso no pasara."
"¿Tienes alguna idea de lo que nos espera en la oscuridad? ¿Pueden ambos protegerme de eso? No sé si
lo entiendas, ¡pero me gustaría cuidar mi trasero yo mismo! Y no te preocupes, lo haré tampoco causar
problemas".
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"¿Quién dice que estamos en peligro inmediato? Como gerente de proyecto, no puedo dejar que una
persona sospechosa como tú corra libre".
Fuchs se agarró la cabeza teatralmente con las manos esposadas. "Mujer de nariz dura. ¿Al menos me
tomarás de la mano y me guiarás?"
Un momento después, Fuchs notó a Simon, quien se había levantado y caminado hacia él,
retrocediendo instintivamente.
"¡Oye, dije que el tipo no debería acercarse demasiado a mí!"

Simon ignoró sus palabras, agitó la lámpara y se rió. Yo te guiaré.
Emily se volvió y miró el tanque de Rose por última vez.
En el monitor ahora había interminables filas de tumbas para ver.
61
Capítulo 4
Entre las revistas antiguas hay una cuya foto de portada muestra una colección de soldados y la bandera
estadounidense. Uno de los uniformados sostiene el asta de la bandera, mientras sus compañeros lo
rodean y levantan los brazos para alcanzar el asta.
He visto esta famosa foto de la Segunda Guerra Mundial antes. Mi abuelo me la mostró entonces y dijo
entre risas: "El pueblo estadounidense primero pensó que lo que estaban viendo en la foto eran los
soldados que acababan de clavar la bandera de la victoria en el suelo y ahora la enderezaban y
celebraban. Más tarde, sin embargo, Resultó que en realidad había sido una bandera que caía y todos
saltaron para aferrarse a ella. La gente estaba desilusionada y decepcionada. En realidad, ambas cosas
no eran ciertas. ¿Entiendes?
Cuando negué con la cabeza en señal de desaprobación, el abuelo continuó: "Se debatió si la bandera
cayó o se levantó. Era solo una foto y un momento congelado, congelado en el tiempo, que nunca
vuelve a cabiar en la eternidad. El tipo de movimiento... si quieres verlo de esa manera, que como
puedes ver aquí es un estancamiento total. Y detrás hay un vacío total. Sabes, Alma, eso es algo
importante. Lo que decide no es el contenido de la historia, sino la narración. en sí mismo, la
transmisión. No son los hechos históricos lo que importa, sino las circunstancias de cómo se entrega
una historia y lo que hace en la mente de las personas ".
La procesión que pasa al otro lado de la ventana me parece tan surrealista, como si la ventana fuera
solo una pantalla que ofrece un regalo ficticio. Me siento como si estuviera en una casa de espejos, a
través de la cual deambulo sin rumbo fijo.
Al anochecer, los jóvenes marchan por la calle con sus chaquetas marrones. Cuatro de ellos llevan una
gran tabla rectangular sobre sus hombros, sobre la cual algo negro y rojo - ¿una cabeza de vaca...? Justo
al lado hay alguien que sostiene una gran bandera blanca que dice: ¡EN ESTA CIUDAD SE PROPAGA
UNA TERRIBLE ENFERMEDAD!
La marcha se detiene en la carretera principal. Por la tarde, cuando se envuelve en luz naranja, la calle
ya se ve mágica, y más hoy.
Grupos más pequeños de personas observan la acción desde la distancia. Las ventanas que dan a la
calle están abiertas. La gente mira fuera de sus habitaciones para saber qué está pasando afuera.
Me escondo detrás de una cortina, para no ser visto, observo el bullicio a través de una rendija.
Arthur House sale del grupo y se lleva un megáfono a la boca.
"En este vecindario, se está extendiendo una terrible enfermedad. Es una enfermedad realmente mala.
Viene con síntomas indescriptiblemente espeluznantes. La piel palidece, y pronto te ves exactamente
como esta vaca aquí... Debo decirte la terrible verdad: La La enfermedad es transmisible, incluso
altamente contagiosa... ¡Piensa en los demás vecinos de este barrio! Acude al centro de salud e
inmediatamente al hospital en cuanto notes síntomas en ti mismo, créeme, esta es la única manera de
evitar que extendiéndose aún más... Sin embargo, también hay personas que acogen a los enfermos.
Puedo entender eso muy bien. Separarse de personas que ayer fueron parientes, amantes o amigos es
una prueba terrible. Pero, mis queridos conciudadanos, nosotros debemos compartir y superar este
dolor juntos. Todos estamos igualmente expuestos al riesgo de contagio. La tragedia puede golpear a
cualquiera de nosotros. Juntos tenemos que afrontarla con determinación. No podemos rendirnos ante
el duelo... También puede haber personas que no tienen dinero y por eso No podemos permitirnos un
tratamiento. Regístrese con nosotros sin dudarlo. Nos haremos cargo de todo..."
... y matar a los infectados! Esto último permanece tácito. Me aferro a la cortina y me maldigo en voz
baja. ¡Los matarás como mataste a Alex! ¡Todos ellos van a morir! ¡Mi padre, yo, todos!
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Hay un fuerte rugido afuera. Una madre tiene a su hijo, grita pidiendo ayuda, lleva de la mano y tira del
niño hacia el grupo; ambos lloran. Y nadie podía culpar a la madre.
El horrible destino de Alex vuelve a mi mente, y me siento como... ¡Asesinaron a un amigo ante mis
ojos, y yo no era capaz de nada más que maldecir!
Pienso en mi padre y tengo que admitir que en algún lugar de mi corazón anhelo que alguien venga y se
lo lleve. La preocupación y la esperanza son las dos caras de una misma moneda, porque ambas
contienen incertidumbre en sí mismas.
Hay algunas manchas rojas en las mejillas del niño molesto. El comienzo de la muerte roja. El niño es
levantado sobre el tablero, directamente detrás de la vaca. Su madre junta ambas manos sobre su
cabeza y, llorando en voz alta, observa los acontecimientos posteriores desde la distancia.
"Mis queridos conciudadanos, actúen con valentía. No nos queda mucho tiempo. Por favor, sean
razonables..."
Poco a poco, las puertas de entrada se abren a lo largo de la calle y los secretos ocultos de este barrio
salen a la luz.
Siguiendo el ejemplo de la madre, los padres sacan a sus hijos enfermos afuera; muchos pacientes son
llevados en camillas, algunos vienen por voluntad propia y con sus propias fuerzas, y todos se juntan
cerca de la vaca muerta.
La gente inicia una multitud de luto, fuertes sollozos y llantos resuenan por la calle. La voz de Arthur
House se vuelve cada vez más temblorosa; parece estar abrumado por toda la escena y tiene que
sentarse en una silla que ha presentado un juvenil de los vigilantes presentes. La voz amplificada por el
megáfono ahora ha perdido su poder y solo suena como una suave brisa.
Los sentimientos se esparcen más rápido que cualquier enfermedad contagiosa. En este momento, la
calle parece un lugar de maravillas; los reunidos aquí están unidos por su culpa común, y el sentido de
comunidad resultante les otorga la absolución. Están allí llorando y sollozando, hombro con hombro, y
el sol poniente los ensombrece sobre el asfalto.
Una pintura naranja. La bandera blanca ondea al viento. Si se está arrancando o cayendo, nadie sabe
exactamente.
Cuidaré de Frank. Querría quedarse en casa. Como en trance, observé la calle y mis ojos notaron a esa
mujer sin rostro. Ella se para allí y parece estar buscando a alguien. Nadie se fija en ella. Abro mucho
los ojos para verla mejor, pero de repente se ha ido.
La tarde se hace noche, llega la oscuridad. Y con ella el silencio. La calle parece haberse dormido, pero
claro, hoy nadie duerme.
Cierro mis ojos. Las personas esperan inmóviles en sus casas, yacen despiertas en sus camas, y en su
mente corren las trágicas imágenes de su futuro.
Oigo un ruido en el pasillo y abro los ojos. Todavía me aferro a la cortina.
Sobresaltado por el sonido, alcanzo al pacificador que está sobre el tocador y abro suavemente la
puerta.
El pasillo está oscuro. En un rincón, justo al lado de las escaleras, se acurruca un bulto rojo que levanta
la cabeza y me sonríe atormentado a medida que me acerco.
"... Alma... tu padre también tiene que irse ahora".
"Dónde…?"
El bulto rojo niega con la cabeza.
"Está bien... Alma... Aferrarme a la vida en tal estado... estaría mal... mientras todavía haya una chispa
en mi corazón... tengo que hacer lo que sea necesario... estoy asustado, ¿sabes? A veces ya no nos
llevamos bien... a veces... quiero comerte... comer tan terriblemente..."
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El pie de la escalera parece una entrada oscura y hueca. Me quedo clavado en el suelo y observo en
silencio mientras mi padre gruñe, sus piernas arrastrándose hacia atrás por las escaleras.
Cuando vuelvo en mí, corro hacia mi padre y lo agarro por los hombros.
"¡No hagas eso! ¡La enfermedad es incurable! ¡Te matarán!"
Papá me agarra del brazo y me sacude.
"¡Deténgase!"
Me suelto y grito; mi propia voz me parece como si la escuchara de lejos. Mi pequeño mundo de
repente está fuera de tiempo completamente fuera de lugar, por lo que me siento como si estuviera en
un mal sueño que no termina. El rostro sin piel de mi padre me sonríe.
"¿Lo ves?"
Mi mano agarra al Pacificador cada vez más firmemente. Hay un completo vacío en mi cabeza y no
puedo pensar con claridad; excepto que el cuerpo del padre brilla rojo en el oscuro corredor - rojo,
rojo...
Aparto la montaña de escombros, abro la puerta y salgo a la calle hacia la gente reunida allí.
3 de octubre, 20:45 horas, Corredor del Instituto de Investigaciones
Después de salir de la habitación cápsula de Roses y caminar unos diez metros, Emily se detuvo y
detuvo a los otros dos.
"Espera. Hay algo ahí fuera..."
Frente a ellos, a una distancia de cuatro o tal vez cinco metros, parecía haber un ser humano. Simon
apuntó la linterna al lugar en cuestión y una silueta humana apareció en la oscuridad.
Extraño. Desde esa distancia parecía demasiado pequeña, casi como el contorno de un niño; pero era la
voz de un varón adulto haciendo ruidos resonantes.
"¿Todo bien? ¿Estás herido?"
Simon dio unos pasos hacia el hombre, pero Tobi, el dóberman, aulló y aparentemente quería detenerlo.
El hombre vestía una bata blanca. Estaba cubierto de algo que podría ser sangre, y las manchas
negruzcas parecían un patrón de camuflaje. Un ligero olor levantó la nariz de Emily. Ella
instintivamente retrocedió unos pasos. Su corazón comenzó a latir más rápido.
"¿Te lastimaste las piernas?" preguntó Simón.
Las piernas del hombre estaban en un ángulo extraño, porque estaba de rodillas, lo que lo hacía parecer
tan pequeño. No respondió y no dijo nada por su cuenta. Sólo su respiración era muy violenta.
Simon dio unos pasos más hacia él. Tobi trató de retroceder. Simón, sin embargo, tiró de la cadena con
un fuerte tirón, lo que provocó un fuerte traqueteo, y corrigió al perro con brusquedad.
Hubo un sonido, como si uno estuviera arrastrando carne por el suelo, sonaba, sordo y húmedo. El
hombre se había puesto en marcha y ahora se acercaba paso a paso.
Emily miró fijamente a la oscuridad. Su sensación de inquietud pronto se hizo realidad, y la figura
sombría mostró su verdadero rostro.
A Emily se le puso la piel de gallina en todo el cuerpo. El hombre carecía de la parte inferior de las
piernas, y tiró de la piel y la carne que se derramaron de sus rodillas detrás de él. ¿Podría un ser
humano caminar en esta condición, sobre los muñones de sus piernas?
De repente se sintió mareada. Perdió el equilibrio y puso una mano contra la pared, si no fuera por esto,
se habría desplomado en el suelo.
"¡No! ¡Simon, aléjate! Este tipo es..."
En ese momento el hombre saltó sobre Simon, casi como un saltamontes.
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La linterna se cayó de la mano de Simon y rodó por el pasillo. Las paredes reflejaban la luz giratoria,
como si estuvieran bajo una luz estroboscópica. Simon fue derribado por la fuerza del ataque. Cayó de
culo, gritando y forcejeando, pero el repugnante bulto negro de un humano encima de él no lo dejó en
paz.
Tobi saltó y mordió el brazo del hombre. Los dientes del dóberman y los fuertes músculos de su
mandíbula casi le arrancan el brazo del cuerpo. Pero la víctima actuó completamente imperturbable y
se aferró fuertemente a Simon.
Gritos de dolor resonaron por el pasillo. La tenue luz de la linterna, aún moviéndose levemente en el
suelo, iluminó al ahora inmóvil Simón, cuyo rostro estaba lleno de sangre. El bulto negro siguió
encogiéndose sobre él, haciendo movimientos de espasmos.
Tobi jadeaba en voz alta y sus garras arrastrándose por el suelo emitían un sonido de pánico. El hedor
rancio estaba en el aire, y momentos después el pasillo se encontró con el agudo gemido de Tobi.
Desde la posición de Emily, era imposible ver exactamente lo que estaba pasando.
"¡Ayuda, haz algo!" Gritó Emily en dirección a Fuchs, él estaba apoyado contra la pared cerca de ella.
"Lo siento." Su rostro solo podía distinguirse vagamente en la oscuridad.
"Por favor...?" Emily le dio unas palmaditas en el cuello.
"¿Lo olvidaste? Tengo las esposas puestas. ¡Y él tiene la llave! Entonces, ¿qué podría hacer
exactamente?"
De cerca, se dio cuenta de que su rostro estaba pálido.
"Está sucediendo de nuevo... ¡Raccoon City se repite!", Fuchs jadeó con voz temblorosa.
Emily soltó las esposas de Fuchs y empujó al hombre. Luego se acercó a Simon con pasos temblorosos.
Tobi yacía junto a su amo en el suelo y también parecía estar gravemente herido; de ambos cuerpos se
derramó sangre negra.
El hombre seguía aferrado a Simon, que acababa de recuperar la conciencia y empezó a gritar de
nuevo.
¿Qué tengo que hacer? ¡¿Qué puedo hacer?! Emily miró al hombre con pánico. ¡Esta es una mala
broma! ¿Por qué me pasa eso a mí, de todas las personas?
Se deslizó lentamente hasta la espalda del hombre y agarró una esquina de su bata originalmente blanca
manchada de sangre. A medias y ansiosa, tiró de él.
Nada.
¿Ahora que?
Volvió a ponerse el abrigo, esta vez con más contundencia. En ese mismo momento, el hombre se
volvió como un relámpago, como si tuviera un resorte dentro de él, y se abalanzó sobre Emily.
Derribada por la fuerza, se golpeó la nuca contra la pared y cayó. La voz que salió de su garganta no
podía ser la suya, pensó.
Alcanzó el rostro del hombre con ambas manos, tratando desesperadamente de mantenerlo alejado.
Sus ojos estaban completamente torcidos, brillando blancos como la nieve. Detrás de sus labios
parcialmente desgarrados, vio sus dientes ensangrentados y al descubierto, que él intentaba hundir
incesantemente en ella.
Las palmas de Emily estaban presionadas contra las mejillas del hombre, y su rostro se sentía
espeluznante. Su piel se movió bajo sus dedos, desprendiéndose ligeramente de la carne, como una
fruta demasiado madura.
Se formaron grietas en su rostro. El hombre se inclinó más y más sobre Emily, su cabeza
amenazadoramente cerca de su rostro.
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Luego apretó los puños como si estuviera poseída, la carne de sus mejillas apretadamente encerrada en
él, y la desgarró con fuerza, cuando de repente se detuvo.
Sus mejillas colgaban solo de unas pocas fibras y, por lo demás, la piel estaba desgarrada hasta las
orejas. Los músculos expuestos se contrajeron, sus dientes castañetearon.
Emily lo miró a la cara. Su ojo derecho se había vuelto hacia atrás y ella vio una pequeña pupila en un
iris azul translúcido. El ojo estaba húmedo.
De su boca brotaron sonidos incomprensibles.
Gritó: ¿era el comportamiento de un hombre tonto? Quizás gritó todos sus pensamientos
subconscientes, una acumulación final de su voluntad contra su conciencia borrada. De su ojo derecho,
de repente, un líquido negro opaco corría y goteaba sobre la cara de Emily.
De repente, el cuerpo voló hacia un lado.
"¡Tú, monstruo!" Gritó Fuchs. Pateó como un jugador de fútbol y pateó de nuevo mientras el cuerpo
salía volando por el suelo en una posición acurrucada.
"¡Mueran, monstruos!"
El cuerpo se deslizó por el suelo de nuevo hasta la siguiente pared. Fuchs se agachó para recoger la
linterna y la sostuvo extendida. Apuntó el haz de luz al hombre.
"Bueno, ¿qué te pasó en las piernas? Tus amigos te han mordisqueado, ¿eh? ¿Y ahora quieres comerme
las mías?"
El haz de luz dirigido al hombre bailaba ligeramente hacia arriba y hacia abajo. Y no solo las manos de
Fuchs, su voz temblaba y sonaba temerosa, lo que no encajaba del todo con sus palabras sarcásticas.
"¡Ven y pruébalo!"
El hombre volvió a intentar ponerse de pie sobre sus muñones sin piernas, pero se cayó y cambió de
opinión. Luego comenzó a gatear en dirección a Emily y Fuchs.
Un fuerte golpe y algo voló por el aire mientras la sangre brotaba del pecho del hombre. Cayó de
espaldas, pero aun así trató de ponerse de pie tan sin sentido como torpemente.
"Te recuerdo…"
Emily se dio la vuelta. Simon se había levantado y sostenía su Glock frente a él. La cantidad de sangre
que se había coagulado de su cabeza, cuello y hombro había manchado todo su lado izquierdo. Dio
unos largos pasos hacia el hombre.
"Puedo recordarlo. Me invitó a cenar. Era un buen tipo".
"¡Dispárale en la cabeza, eso lo matará!" Fuchs les gritó.
Simon se volvió y miró a Emily. Su expresión era difícil de interpretar en la penumbra, pero parecía
estar riendo y llorando al mismo tiempo.
"Este ya no es un humano. Ya no puedes hacer nada por él. Solo una vez..."
Con la última frase apuntó al hombre y vació todo lo que quedaba en la revista en su cabeza.
El hombre no se movió más y se quedó en silencio.
Fuchs se echó a reír, con una risa aguda y ronca.
"Esa es una tragedia, realmente grandiosa. ¡De verdad! Ja, ¿así que se supone que hay buenos tipos
aquí? Todos aquí no son más que malditos sinvergüenzas".
Caminó hacia el hombre inmóvil, le dio un codazo con la punta de la bota y exclamó con desdén: "¡Y
eso va a la cuenta de su empresa!"
Emily se sentó en el suelo, con la espalda contra la pared e incapaz de levantarse. Cuando abrió el
puño, encontró en él las mejillas desgarradas del hombre, se sentían como papel mojado.
3 de octubre, 21:35 horas, Departamento Médico
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Emily y Fuchs llevaron a Simon al departamento médico en el tercer piso para curar sus heridas. Desde
lesiones cotidianas como un corte con cuchillo en el dedo hasta enfermedades graves que requerían
cirugía, era posible cubrir la mayor parte de las necesidades médicas. Para este propósito, todo fue
construido espaciosamente y completamente amueblado. Estaban preparados para situaciones
complicadas y asociados en largas estancias.
El departamento médico ocupaba un tercio de todo el piso. Una superficie de unos cinco metros sobre
cinco metros se dividió en tres áreas casi iguales.
El quirófano, donde todo era necesario para una operación, estaba al fondo de la sala. Para asegurar su
esterilidad, estaba separado por un grueso muro entre las otras dos habitaciones. En esta pared estaba
incrustada una enorme puerta de seguridad.
En la sección central estaba la sala de cubículos, aquí había barreras de medicamentos y cinco camas
para cualquier paciente. La división de la sala se pudo seccionar mediante divisores pivotantes. Por el
momento, ninguna de las paredes divisorias estaba ocupada y la habitación parecía un salón.
En el frente estaba la sala de tratamiento.
Emily se sentó frente a la terminal y la telecomunicaciones, que se instaló en su propia pequeña área. El
lugar estaba envuelto en la oscuridad, y desde aquí no podía ver toda la estación. El silencio era
increíble; también había un fuerte olor a drogas en el aire.
Simon descansaba en una de las camas de la "habitación de pacientes" y respiraba con dificultad. Tobi,
acostado debajo de la cama, había enterrado su cabeza entre sus patas delanteras. Era obvio que el
perro ya no podía ser ayudado. Su respiración se volvió notablemente más débil y su cuerpo a veces se
estremecía con fuertes calambres. A un lado se abrió una gran herida. La luz parpadeante azul y blanca
del monitor iluminó el costado abierto y las entrañas rosadas sueltas del perro que amenazaban con
derramarse.
Solo había pasado media hora desde el ataque, y la suerte fue que no se habían enfrentado a más
infectados. Si hubiera llegado a eso, Emily difícilmente tendría la oportunidad de llegar al
departamento médico junto con Simon gravemente herido.
Nadie dijo una palabra. A pesar de que la radio sonaba estática, Emily de alguna manera logró
comunicarse con Robert Prasch y decirle que viniera aquí. Entonces Emily se hundió en su silla,
exhausta, y cada uno de ellos miró sumido en sus pensamientos.
La conclusión de que la epidemia había afectado a toda el área del instituto era obvia. Entonces, el
virus que se había propagado era el virus T.
Todo parecía irremediable: el pánico y la desesperación dominaban los pensamientos de Emily. Con
ojos inexpresivos siguió la acción en el monitor. Desde los parlantes, que anteriormente no habían
reproducido más que ruido, se escucharon voces y sonidos que coincidían con las imágenes mostradas.
Parecía que no había fin para los infectados; fue un poco aterrador.
En su mayor parte, el monitor mostró masacres brutales. En el contexto de una ciudad en llamas, las
personas se reunieron y luego se dieron un festín con los cuerpos. Estos, a su vez, se levantaron de
nuevo después de un rato y mordieron a los que pasaban junto a ellos. Eran escenas indescriptibles,
bestiales.
"Todos estos pueden ser eventos reales", murmuró Emily más para sí misma.
"¿Qué?" Fuchs preguntó quién había estado cuidando previamente a Simon, se dio la vuelta.
"Estas imágenes... Al principio estaba convencido de que eran ficción. Pero pueden mostrar la
verdadera Raccoon City. Hay infectados que quieren atacarnos ahora. Con esta hipótesis de repente
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todo tiene sentido, ¿verdad? Tiraron la vaca en nuestra piscina y propagar el virus. Al mismo tiempo,
nos muestran estas imágenes. Esa es la forma en que quieren darnos una lección".
"Raccoon City no fue tu trabajo, ¿verdad?"
Emily negó con la cabeza. "También soy un empleado de Umbrella".
"Un empleado de Umbrella..." En la voz de Fuchs, había un toque indefinible de consideración.
Emily guardó silencio y se volvió hacia el monitor. Había una horda de zombis furiosos que rodeaban a
un niño pequeño y lo destrozaban. Fue una bendición que la calidad de la imagen fuera muy
incompleta, pero Emily rápidamente desvió la mirada antes de enfermarse.
“Me dejé llevar solo por el trabajo y las circunstancias. No entendía ni sabía nada, y no quería saber
nada. Me alineé con el mundo de la simulación. Eso es todo”.
"No te quejes, no eres diferente a los demás. Un espantapájaros no tiene voluntad propia; solo debe
mantener alejados a los cuervos. Yo tampoco soy mucho mejor".
Fuchs dio unos pasos hacia Emily y el monitor y pasó sus manos esposadas sobre la caja y la pantalla.
Justo donde se detuvo su dedo índice, un hombre mordió algo; casi parecía que el zombi estaba
tratando de arrancarle el dedo a Fuchs a través del monitor.
Simón se enderezó.
"Silencio. La radio está respondiendo... creo. Hay alguien cerca".
Fuchs se quedó mirando la puerta de la sala de tratamiento. Emily se apresuró a tomar la linterna y
enfocó la puerta.
Ambos se retiraron instintivamente y se retiraron lentamente a la habitación de Simon.
El cacareo de la radio hizo que se les erizaran los pelos de la nuca. Alguien estaba cerca, ¿tal vez
Prasch? ¿O alguien más, o algo más?
"Se ha ido..."
Un extraño monólogo luchó suavemente desde los altavoces. Era la voz artificial de Carmen, que, sin
embargo, difería un poco en el tono de su sonido familiar; de alguna manera parecía resonar con una
especie de voluntad.
Emily sintió un escalofrío en la espalda.
"Oye, ¿quién está ahí? ¡Si no eres una persona infectada, responde de inmediato!" Simon llamó con voz
ronca, apuntando el arma a la puerta.
La puerta de entrada se abrió vigorosamente y una gran figura humana llenó el marco de la puerta. Era
uno extremadamente masivo que levantó una mano para proteger sus ojos del haz de luz que se dirigía
a su rostro.
"¡Alto! ¡Un paso más y dispararé!"
"¡No! ¡No disparen! ¡No estoy infectado!"
"¿¡Kinuta!?" Emily exclamó, saltando inconscientemente.
"¡¿Jefe?!" El rostro familiar brillaba a través de la vista de Emily.
Simon bajó su arma aliviado y se dejó caer de nuevo en la cama. Tomó un respiro profundo.
Cuando Kinuta se dio cuenta de que realmente estaba tratando con Emily, entró corriendo en la
habitación.
"¿Te lastimaste la pierna?"
"Sí, me tropecé cuando estaba frente a él. Estoy avergonzado".
"¡¿Enfrente de él?!"
"Bueno..." Kinuta miró hacia la puerta.
Apareció la silueta de un hombre alto y de hombros anchos. La esfera resplandeciente de su reloj
flotaba como una luciérnaga en la oscuridad. Su corte de pelo ligeramente reconocible y su lenguaje
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corporal característico revelaron de inmediato que era el líder del equipo de seguridad de los guardias,
Ulysses Allam.
Sostuvo la metralleta, que colgaba de una correa para el hombro, firmemente en su lugar y miró
atentamente alrededor de la habitación.
El rostro de Kinuta estaba lleno de horror.
"Kinuta, ¿no te dije que no corras solo si quieres sobrevivir?" Allam esparció un fuerte olor a sangre.
"¡Quédate fuera, asesino!" Kinuta gritó mientras corría a la habitación del paciente.
Emily apuntó la linterna al rostro de Allam. Allam entrecerró los ojos y sonrió burlonamente. Fue a la
esquina de la habitación a la silla donde Emily se había sentado hasta hace poco y se sentó en ella. Sus
movimientos parecían un poco descoordinados y torpes, como si estuviera siendo guiado por hilos
colgando del techo.
"Una linterna, exactamente lo que estaba buscando", dijo Allam, extendiendo los dedos. Su mano se
balanceó a la luz de la linterna, como para equilibrar la luz.
"¿Qué?" Emily estaba perpleja.
"Dámelo. Es por nuestra seguridad".
"¡Jefe, no! ¡Es un demonio que mata personas indiscriminadamente!"
"Todo lo que buscaba era luz". Allam levantó el arma y su boca brilló en el rayo de luz. Emily tragó
saliva.
"¿Ves esto?"
"¡¿Quieres dispararme por una maldita linterna?!" le gritó en la cara.
"Un insecto trabaja para el beneficio de todos, no tiene en cuenta en absoluto su individualidad".
Allam se inclinó hacia delante y golpeó el suelo con el índice.
“¡ Hazlo rodar hacia mí!”, Su orden fue susurrada.
A Emily se le puso la piel de gallina. ¿Qué fascinaba a Reena Mittford de este hombre? No podría pasar
un segundo con él, pensó.
"¿Qué estás planeando?" Dijo, tratando de hablar con voz firme. Dejó la lámpara en el suelo y la dejó
rodar en dirección a Allam, de una sección de la habitación a la otra. Una vez allí, chocó contra su pie.
Allam lo recogió y lo miró con atención.
"¿Que esta haciendo?" Emily se volvió hacia Kinuta, quien negó con la cabeza en silencio.
"Líder del equipo de seguridad..." Simon levantó la voz.
Allam dirigió el cono de luz hacia la cama de la habitación contigua.
Simon enderezó la parte superior de su cuerpo. Parecía haber perdido una cantidad significativa de
sangre a través de la herida en el cuello; incluso a la luz del flash, se podía ver claramente la palidez de
su rostro. "Tú eres Simon Beach, ¿verdad?"
Allam se dirigió hacia Simon. Al llegar a su cama, accidentalmente pateó el cuerpo de Tobi y lo apuntó
con la linterna. Para Emily, Tobi parecía una montaña de carne negra.
Los pies de Emily comenzaron a moverse hacia atrás y golpeó con su cadera contra una de las camas
más atrás.
Emily miró alrededor de la habitación rápidamente. Aparte de Allam, que sostenía la linterna, en
realidad no sabía dónde estaban los demás en este momento.
"Ese es Tobi. Fue herido cuando quería protegerme de ellos..." La voz temblorosa de Simon sonó en
algún lugar de la oscuridad.
"¿Quiénes son ellos? ¿Fue atacado por ellos?"
"¿A ellos?"
"Sí. Ellos, ¿fuiste atacado por ellos?"
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"Ah... sí, uno del personal de investigación estaba infectado, y me acerqué a él sin darme cuenta. De
repente me atacó. Tobi vino en mi ayuda".
"¿Fuiste mordido?"
Iluminado por la luz de la lámpara, el rostro de Simon apareció de repente en la oscuridad. Allam
estaba de pie junto a él. "Sí..." Simon entrecerró los ojos con fuerza para que sus cejas formaran una
cuenta.
"Muéstrame", suspiró Allam, inclinándose hacia adelante para mirar el cuello de Simon.
De repente, tomó el vendaje y se lo quitó, al mismo tiempo que sonaban los gritos de dolor de Simon.
"Maldita sea..."
Allum negó con la cabeza y dejó escapar un suspiro. “¡Oh, wow!”, repitió varias veces, apuntó el cono
de luz al rostro de Simon y le apuntó con la metralleta.
Los ojos de Simon estaban muy abiertos, sus ojos llenos de pánico.
"No te preocupes, terminará pronto".
Segundos después, Allam apretó el gatillo.
La cabeza de Simon voló por los aires, empujando en todas direcciones, y su cuerpo se hundió sin vida
en la cama.
Emily gritó.
Allam se volvió cuando escuchó su voz. Su mano sostenía la linterna, su rostro era confuso; pero
ambos ojos parecían completamente torcidos, pues sólo se veía el blanco.
Su cráneo estaba extrañamente deformado, luego la linterna cayó al suelo. Sólo se escuchó su voz.
"... la luz..."
Emily no podía mover un dedo por el miedo y sacudió la cabeza con tanta violencia de izquierda a
derecha que uno pensaría que se le podría caer de inmediato. Su voz se atascó en su garganta, arañando
en algún lugar de la parte posterior de los tubos de aire. De repente, un objeto cayó sobre Emily y la
tumbó.
Uno de los divisores giratorios golpeó su cabeza y Emily se sintió abrumada por el dolor. Sonaron
disparos de ametralladoras y las puertas de vidrio de la barrera se hicieron añicos.
Para ponerse a salvo, Emily se arrastró por el suelo a cuatro patas cuando de repente la agarraron con
fuerza por el hombro y la arrastraron hacia la cubierta de la partición con bisagras. Quería gritar, pero
alguien le cerró la boca y le susurró al oído: "¡Tranquila, soy yo!".
Era la voz apagada de Fuchs.
Podía escuchar su corazón acelerado e instintivamente se agarró el pecho con la mano derecha, como si
creyera que los latidos se podían escuchar en toda la habitación, con la esperanza de apretarlo. Apenas
podía respirar. Quería gritar y así forzar el final.
La habitación quedó repentinamente en silencio. La luz de una linterna se movía en la oscuridad, muy
lentamente. A Emily le pareció como si estuviera tumbada en el fondo de un mar oscuro. La fuente de
luz se deslizó en dirección a la puerta y permaneció allí.
"Sra. Gerente de Proyecto... ¿Está usted aquí?"
En la puerta, la voz de otro hombre. Era la voz grave de Robert Prasch.
"¿Me llamaste aquí? ¿Qué fue ese ruido?" La luz de la linterna de Prasch cayó en la habitación.
"¡Rápido, Prasch, escóndete!" Gritó Emily. Fuchs saltó de detrás de la partición... pero solo para
ponerse a cubierto de nuevo.
La siguiente ráfaga de disparos de Allam se produjo inmediatamente después de la exclamación de
Emily, y se escuchó el sonido de un objeto arrojado que caía al suelo.
Algo se movió en la oscuridad, retorciéndose.
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"¡Mierda, qué es eso!" Prasch exclamó con pánico.

"¿Prasch?" Emily se aferró al final de la partición. Sabía que su voz era estridente y tenía grandes
dificultades para procesar toda la situación.
La sala de tratamiento se veía ligeramente azul desde donde estaba. La causa fue el monitor
parpadeante.
¡Estamos todos muertos!
Emily cerró los ojos.
Nada de esto es real, todo es solo un sueño. No puede haber tal cosa. Todo es una tontería...
Sus pensamientos giraban en torno a las imágenes de Raccoon City. Calles en llamas y cadáveres
deambulando. Cadáveres atacando a otros cadáveres y comiéndoselos.
Cuando ya no pudo soportarlo, abrió los ojos llenos de lágrimas. Cerca de la puerta, sin embargo, sonó
un fuerte grito de auxilio. Robert Prasch, este hombre por lo demás tan frío y controlado, gritó como un
niño.
¡Así que es solo un mal sueño, mi culpa reprimida me jugó una broma!
"¡Maldita sea, no me mates! ¿Quién eres de todos modos? ¡Solo quería ayudarte! ¡Detente, maldita sea,
no puedo moverme más! ¡Ay, qué es eso! ¡Déjalo! ¡No! ¿Qué haces? Detente...
Nuevamente, los disparos se estrellaron en la oscuridad. Luego, la voz gorgoteante de Allam llegó
desde la puerta.
“Doctor, carajo… estoy cubierto de sangre… asqueroso… revientas como un tomate… mírate… doc…
eres un picadillo… qué es eso ... ¿se orinó en los pantalones...? Asqueroso... doc...”
Sonaron ruidos; sonaba como frotar metal contra metal.
"¿Ya sabes...? Si te vuelves como ellos, tienes que dispararles en la cabeza... La mejor manera es
haciéndoles un agujero en el cráneo... la maldita cabeza tiene que irse..."
Él arrulló, probablemente riéndose. Emily miró hacia la puerta, concentrándose en la sombra humana
que estaba allí.
Su cuerpo retorcido y enroscado parecía una figura hecha con un extraño juguete de masilla.
"¡¿Qué pasó allí? ¡¿La mitad de su cuerpo implosionó?!" jadeó Fuchs, que estaba justo al lado de
Emily.
"No lo sé…" la voz de Emily tembló. "¿Es ese el virus T...?" ¿Qué es? ¿Ese es el resultado de tu
investigación?", le susurró Fuchs.
Emily quería decir que no, pero era obvio que cualquier otra cosa era impensable.
Fuchs le puso la mano en el hombro. Consígueme la llave de las esposas que llevaba Simon.
"¿Qué te hace pensar en eso ahora?" Emily protestó enojada.
"Si esto continúa, ambos moriremos. Déjame hacerme cargo, soy un profesional. Lo eliminaré".
Emily permaneció al abrigo del tabique, recordando el cadáver de Simon tirado en la cama. En su
mente ya estaba planeando la ruta. No estaba tan lejos, a lo sumo tres metros, pero ahora le parecía
mucho más largo.
La luz de la linterna de Allam se deslizó sobre el bulto negro que yacía acurrucado debajo de la cama y
parecía estar muerto, ya que no se inmutó.
"No hay posibilidad. Cuando me elevo y el rayo cae sobre mí, estoy muerto en poco tiempo. No
tenemos tiempo para buscar la llave ahora".
"La llave está en su bolso, lo vi metiéndola. ¡Consíguela, por favor!"
" ¡No!"
"¡Consíguelo!" Emily miró hacia la oscuridad insondable.
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Tobi estaba muerto. Simón estaba muerto. Se habían encontrado en el patio hacía sólo dos horas, y
ambos estaban vivos y coleando.
Ahora ya no se ríe. Descansa en paz con Tobi.
Lo que parecía tan real hasta hace poco era como una burbuja que estallaba, haciendo que los recuerdos
parecieran irreales.
Los ciudadanos de Raccoon City probablemente habrían muerto todos de esta manera, llenos de miedo
y paralizados.
El rostro de su hija apareció frente al ojo mental de Emily, y pronunció su nombre en voz baja y
esperanzada.
Esperó el momento en que la luz se deslizara más allá del cadáver.
Una vez examinada, es probable que la luz no regrese al mismo lugar tan rápidamente. En realidad es
como la ley de inmunidad, pensó. Si lo creemos, acabamos con nuestra vida de acuerdo con la ley de
inmunidad.
Se arrastró hacia la oscuridad de un salto. Gotas de sudor frío se habían formado en su frente. En ese
momento la luz de la antorcha se detuvo en una pared y todo lo demás quedó a oscuras. Más de la
mitad de la habitación estaba completamente a oscuras y la probabilidad de no ser descubierto era muy
alta. En algún lugar de la oscuridad, alguien respiraba con dificultad. Con sus manos, Emily sintió el
terreno por delante, tratando de evitar cualquier ruido. Avanzó de puntillas paso a paso. Se sentía como
si estuviera flotando en un completo vacío; fuera donde fuera, nada más que oscuridad, oscuridad,
oscuridad, negros impenetrables, como si estuvieras nadando en un ataúd.
La linterna y su emisión de luz eran como un pez luminiscente de aguas profundas donde la luz del sol
ya no puede penetrar.
Una sección más, ahí estaré.
Si la imagen en su cabeza era correcta, el cadáver tenía que estar justo frente a ella.
La luz pasó rápidamente junto a Emily y cayó sobre la partición detrás de ella. Emily tuvo que tragar, y
el suave sonido resultante le pareció increíblemente fuerte.
Quiero volver, quiero volver, pensó desesperada. Su pie topó con algo blando, era esa peculiar
consistencia esponjosa que era característica de los seres vivos. Cuidadosamente tocó el cuerpo con el
pie y le dio la vuelta. La sangre se adhería a su zapato; de repente sintió que se estaba resbalando.
Se tambaleó dos o tres veces y estuvo a punto de caerse, pero finalmente encontró el armazón de la
cama y lo alcanzó. Emily buscó a tientas alrededor de la cama, y finalmente su mano encontró el
cuerpo de Simon. Se puso en cuclillas y se zambulló detrás del cuerpo para evitar ser vista. Con suerte,
si la luz llegara aquí, Allam no sospecharía nada.
Un olor a sangre y pólvora emanaba del cadáver de Simon. Emily cerró los ojos y vio a Simon
decapitado en su mente; se derrumbó repetidamente en la cama y Emily se esforzó por no vomitar de
inmediato.
Allam golpeó la terminal con la metralleta.
"Esconderse no ayuda... Señorita Ran... salga... Ulysses Allam la necesita... Es por la seguridad de
todos..."
No fue fácil para Emily, Simon estaba de espaldas, ella extendió su mano y comenzó a buscar en su
cuerpo. En su torpeza apresurada, Emily entró en contacto con el cinturón y tocó un objeto de metal
frío; instintivamente, retiró la mano. Era la pistola que Fuchs había llevado consigo.
Respiró hondo y esta vez metió la mano suavemente debajo del trasero de Simon, donde buscó con
cuidado en el bolsillo de su pantalón, y como si la hubiera golpeado un rayo, tuvo un repentino shock
de que no estaba allí.
72
¡No ahí! ¡Mierda! ¡No hay llave por ningún lado!

Emily estaba al borde del pánico. Ella estaba tratando de mantener la cabeza fría. Gruesas gotas de
sudor corrieron por sus ojos, ella comenzó a cerrarlos reflexivamente.
Piénsalo. ¿Qué pasó cuando Fuchs consiguió las esposas? Simon agitó la llave... y entonces... con su
mano derecha sostuvo la cadena de Tobi, ¡así que solo pudo haberla guardado con la izquierda! Eso
significa que la clave...
El brillo de la linterna cayó en dirección a Emily, y ella se acurrucó lo más cerca posible del cadáver de
Simon. Dominó el pánico del miedo que estaba a punto de estallar en ella con toda su fuerza de
voluntad y apretó los puños.
Pero el rayo de luz se había movido en el momento siguiente. Cayó sobre Kinuta, quien se agachó
contra la pared y sostuvo ambas manos protectoramente frente a su cabeza.
"Basura... ¿has estado infectado todo este tiempo?... entonces... tú también tienes que morir".
Emily metió la mano ligeramente en el bolsillo trasero izquierdo y agarró un objeto metálico, que sacó
de un tirón.
¡Ahí está!
Apretó la llave con fuerza en su mano izquierda mientras que con la derecha tomaba el arma que era
mucho más pesada de lo que había imaginado.
Cambió de opinión, apretó la llave entre los dientes y agarró la pistola con ambas manos. Ella apuntó
en la dirección de la linterna.
El rayo de luz permaneció sobre Kinuta, dejando a Emily desapercibida. Si no hacía nada, Kinuta sin
duda estaba condenado a muerte.
Ella apretó el gatillo.
El disparo se fue desviado e impactó en un objeto que estalló en llamas. Allam rápidamente apuntó la
linterna y la ametralladora hacia el ruido y comenzó a disparar salvajemente.
Emily aprovechó la distracción y se apresuró a volver junto a Fuchs, que seguía ocultándose detrás de
la pared divisoria. La Beretta presionó casi con fuerza en las manos de Fuchs, se sacó la llave de la
boca y comenzó a tocar las esposas a toda prisa. No fue fácil dar con el pequeño ojo de la cerradura;
constantemente resbalaba sobre el metal, especialmente porque sus manos estaban empapadas. El
traqueteo de los disparos se apagó.
"Maldita sea... ¿dónde estás...? Sra. Ran..."
"Relájate. Solo está disparando el pánico. Relájate y luego intenta usar la llave de nuevo", la voz
susurrante de Fuchs llegó al oído de Emily. Ella asintió y trató de meter la llave muy lentamente en el
agujero...
Éxito. Un suave clic y las esposas abiertas volaron sobre la cama. Fuchs se asomó por detrás del
tabique, apuntó en dirección a la linterna y disparó varios tiros. La linterna salió despedida. La
metralleta de Allam traqueteó y las balas impactaron justo al lado de los dos. Algunos incluso cavaron
en la partición protectora.
Se sumergieron en la cubierta de la cama cercana.

"¿Cómo sobrevivió? ¡Eso debería haber sido un éxito!" exclamó Fuchs. Su voz sonaba
incontrolablemente insegura.
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"Pensé, ¿eres un profesional? ¡La situación está empeorando!"

"Mierda, tal vez - no, estoy seguro... ¡Lo golpeé en la cabeza tres veces! ¿Por qué sigue vivo?"
"Reena, Reena... ¿Lo ves...? Es Mapache..." Allam tartamudeaba palabras incomprensibles y parecía
estar girando en círculos. Disparó salvajemente alrededor; el vidrio se hizo añicos por todas partes, y
los objetos de metal giraron alrededor de la habitación.
Temeroso de los disparos y el caos, Kinuta comenzó a gritar histéricamente en la oscuridad.
"¡Maldita sea! ¡Todavía está disparando!" Fuchs siseó.
Y luego, de repente, volvió a ser claro, y una luz blanca inundó el departamento médico. En la puerta,
completamente sorprendida por el repentino estallido de luz, se encontraba la caricatura de un hombre
herido y hundido; de él salpicó sangre roja profunda en el suelo.
Allam retrocedió unos pasos a trompicones hacia la sala de tratamiento. Algo corrió por el suelo,
saltando hacia él. Allam levantó la mano con la metralleta y abrió fuego.
La cosa negra saltó al techo, y de una pared a otra. Finalmente, cayó sobre Allam.
74
Capítulo 5
Salgo a la calle y empiezo a correr. Nadie parece darse cuenta de mí. Ya es bien entrada la noche, el
asfalto brilla azul bajo la luz de neón.
El pueblo permanece inmóvil, como un ejército de sólidas estatuas. Está muerto de silencio. Miran al
vacío y no me prestan atención. En el interior, la batalla ruge contra su propia oscuridad.
Mientras me desplomo sobre la barrera humana, veo la vaca muerta: los humanos se han reunido
alrededor del animal. Sus síntomas varían en severidad, pero la mayoría tiene los mismos síntomas que
tuvo el padre. Algunos se acuclillaron, otros yacían muertos de costado. Algunos abrazan a la vaca
muerta como si estuvieran en un delirio: su podredumbre parece atraerlos mágicamente. Hombres,
mujeres, ancianos y niños, todos mezclados.
El que busco está sentado en una simple silla improvisada con tubos y retazos de tela. Arthur House,
líder de los "Vigilantes STARS", asesino. Verdugo.
Está inclinado sobre la silla hacia un lado y ahora permanece inmóvil en esta posición, sin ninguna
emoción. El cabello, por lo demás cuidadosamente peinado hacia atrás, está despeinado. Entre los
dedos de su mano, con los que sostiene su cabeza, cuelgan los lisos rubios lisos.
"¡Arthur House! ¿En qué estabas pensando?"
Sostengo el mango del pacificador con fuerza y tenso el gatillo. El ruido alerta a House para que
levante la cabeza. Me mira a la cara con una mirada increíble. Obviamente, él no sabe de inmediato
quién está frente a él. Piensa mucho y finalmente abre la boca. "Oh, eres tú..."
"¡¿Por qué hiciste eso?! ¿Quieres matar a todos? ¡Ahora habla!"
Las palabras salen de mi boca involuntariamente en voz alta, y sostengo el arma apuntándolo. La
multitud reunida nos examina a House ya mí con una expresión facial confundida.
"¡Todos aquí! ¡No se dejen engañar! ¡Lo vi con mis propios ojos! ¡Estas personas mataron a mi amigo
anoche como si fuera un insecto repugnante! ¡Ustedes mataron a Alex... mi buen amigo Alex!"
Su agarre del Pacificador tiembla. Los jóvenes de los vigilantes intercambian miradas.
"Oh, quieres decir... ¿qué demonios? Tómame si quieres. No importa de todos modos".
House mira a la gente reunida alrededor de la vaca muerta. Ya no parecen individuos, sino que se
fusionan en una masa sin rostro, como un enorme bloque de carne. Los cuerpos rojos no muestran
interés en lo que sucede frente a sus ojos. Sin involucrarse y sin miedo, simplemente observan los
eventos.
"Ya me he convertido en uno de ellos". Arthur House se sacude el mechón rubio que cae sobre su frente
con un gesto de cansancio.
Me estremezco hacia atrás. En su frente las marcas rojas comenzaron a extenderse.
"Solo hazlo, si quieres. No tengo miedo a la muerte. Mucho peor, tengo miedo de perder mi
personalidad, mi ego, mientras estoy vivo".
Todo el poder cede a mi cuerpo y dejo caer al pacificador. No me queda nada por hacer ahora.
De repente, uno de los jóvenes de los vigilantes comienza a gritar en voz alta: algunas de las figuras
reunidas alrededor de la vaca lo han montado. Lucha contra la ola de cuerpos rojos y grita más y más
estridentemente mientras lo agarran, tiran de él, lo hacen pedazos y lo devoran.
Se desata el infierno sin que nadie pueda hacer nada.
Como si les hubieran dado una orden, los infectados rojos comienzan a atacar a las personas
petrificadas a lo largo de la acera. El grupo probablemente está paralizado por su culpa colectiva y, por
75
lo tanto, no puede resistir: primero trajeron los sentimientos comunes de culpa de la absolución, ahora
traen la muerte.
El asesinato en masa tiene lugar sin resistencia. El pueblo está hecho pedazos. Por todas partes hay
brazos y piernas, cabezas, dedos y pequeños pedazos de carne, el origen del caos ya no se puede
determinar. Astillas de hueso en el camino: el infierno ahora es un lugar aquí en la tierra.
La oscuridad de la noche está brotando con ira del estallido de rojo. Un paño de carne roja ha sido
dibujado por la enfermedad, blanco en el medio están los sobrevivientes. Tan pocos de los que se han
librado del virus. Es un contraste horrible. Una y otra vez, creo que descubro rostros familiares. Incluso
siento varias veces que mi padre está en la mafia. Pero es difícil decir si realmente es él a quien vi.
Alguien debe haber incendiado las calles. Las lenguas de fuego se extienden por la ciudad y los gritos
estridentes resuenan por las calles.
De repente, me agarran del brazo y me arrastran a una calle lateral.
Esto es el fin. Las lágrimas se acumulan detrás de mis ojos y los hacen borrosos. Lo sé, no podré
escapar. Mi vida pasa como una película: veo a mi papá frente a mí, o alguien como él, antes de
convertirse en la maldita gelatina roja. Miré a la figura que sostenía mi brazo. es franco Me tiro a su
pecho y lloro sin control. Me está abrazando más fuerte.
"No te preocupes, Alma. Yo te protegeré". Su voz tiembla.
La ola mutante ya se está derramando en nuestro carril. Han asumido la persecución. Un rostro rojo
parpadea ante mis ojos... el rostro ensangrentado de Arthur House.
El callejón se llena de gritos, aullidos y gritos de puro frenesí. Una repentina ráfaga de viento hace que
el polvo, los trozos de papel y las hojas se arremolinen, y cierro los ojos con fuerza.
"¿Que es eso?" Se acerca un estruendo atronador. Frank levanta el dedo y luego grita. Entonces
descubro la sombra negra en el aire, pienso por un momento que un cuervo ha subido del infierno para
buscarnos.
es un helicóptero Baila en el aire y parece que se estrellará contra las casas en cualquier momento,
debido a lo bajo que está volando.
"¡Eh, tú ahí! ¡Cúbrete!", Nos anuncia por el sistema de altavoces y resuena por las calles. Frank de
repente me agarra y tira de mí hacia abajo, mientras golpeo el suelo sin piedad. Los cadáveres
ambulantes son hechos pedazos; la sangre brota en todas direcciones y se acumula en granizada en las
calles. Se lanzan a las calles, pero la ametralladora no tiene piedad y pronto tiñe todo de rojo.
Nos escondemos detrás de un montón de escombros y nos aferramos temblando. De repente hay un
silencio de muerte. El helicóptero ha desaparecido.
"Vamos", dice Frank decidido. Salimos corriendo a las calles y nos pellizcamos los ojos para no tener
que ver los montones de cadáveres.
Me aferro a su brazo y lo dejo navegar. La ciudad está ardiendo. Todo es rojo brillante iluminado por
las llamas.
Estamos perdidos en las calles que conocemos como la palma de nuestra mano y deambulamos, de
callejón sin salida en callejón sin salida. Finalmente nos detenemos. ¿Dónde estamos? A nuestro
alrededor, los habitantes de la ciudad se atacan unos a otros y se destrozan unos a otros llenos de
codicia.
El virus se ha propagado sin problemas y sin previo aviso, y su estallido repentino barre la ciudad como
un huracán: los padres se comen a sus hijos llorando; los niños devoran a sus padres con los ojos muy
abiertos con los dedos desnudos; los hermanos tienen los dientes enterrados el uno en el otro. Personas,
que hasta ayer eran amigas en la calle, ahora chocan sin piedad y se matan entre sí.
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Algunas intersecciones están bloqueadas, la infraestructura de la ciudad está completamente paralizada.

Finalmente llegamos a una cancha de baloncesto desierta. Decidimos tomar un descanso aquí y me
siento debajo de la canasta. Frank se apoya contra el poste con un suspiro y se para allí con las piernas
separadas.
"¿Adónde vamos ahora?" Se cuestiona a sí mismo... Cuando lo miro a la cara, no puedo reprimir un
grito de terror. Los signos de la enfermedad, las manchas rojas, se han extendido desde la frente hasta
la barbilla.
"¿Te asuste?"
¿Cómo puede ser esto? Me agarro la mejilla. De repente todo se siente diferente... mi piel se siente
esponjosa desde debajo de los ojos hasta mi barbilla. Cuando miro mi brazo, reconozco grietas rojas
que se extienden por la piel. Mi carne ha comenzado a agrietarse.
"No te preocupes, no duele nada". Habla suavemente como un dentista. Tan suave que su voz casi me
hace llorar. Por puro miedo, pierdo todo sentido de la realidad. Me acuesto en la cancha, brazos y
piernas estirados lejos de mí. Pensamientos extraños pasan por mi cabeza.
Los gemidos de la ciudad en llamas fluyen hacia mí entre aullidos de alegría. Tantas personas... tantos...
seres...
Como los soldados de la foto, se detienen y se congelan. Una imagen para siempre.
El abuelo se ríe. Padre se ríe. Álex se ríe. Arthur House, Sr. Kirkwood, ¿usted... y... yo...?
"Finalmente te tengo". La mujer sin rostro está de repente a mi lado. "¿Tú estás detrás de todo esto?",
me pregunta con una mirada de reproche.
Extraño. ¿Se supone que debo estar detrás de todo esto? Pensé que ella era… No hice nada excepto
vivir mi vida normal.
"¿Quién eres tú?"
"Te lo dije, soy Alma Hartline. ¿Cuántas veces más me lo preguntarás?"
¿Quién soy? ¿Cuándo un ser humano es humano? ¿Soy un ser humano? ¿O no?
"Tu nombre no me interesa. Quiero saber quién eres. ¡Qué eres!"
Toco el bordado de mi abrigo de terciopelo con la punta de los dedos; la rosa se destaca un poco del
resto de la tela y por lo tanto es fácil de notar.
"Una rosa... abierta a todo, que lo absorbe todo, que todo lo hace suyo".
"Rose... así es, ¿suponiendo que seas Rose?" Dijo con fuerza.
Envuelvo la rosa bordada en el abrigo entre mis dedos, y la tela se contrae en mi mano.
Rosa... un bonito nombre.
¿Dónde está Sprague?
La mujer es curiosa, aunque su rostro sin rasgos no lo muestra.
"¿Sprague...? No conozco a ningún Sprague".
Un helicóptero dando vueltas en el cielo. El ave de rapiña que antes mataba gente en la calle.
Tu amigo está a salvo a bordo.
Lo siento. Si todos fueron asesinados por la peste roja y se los llevó, alguien vendrá a la ciudad y
aprenderá sobre nuestras vidas. Este alguien se llevará a todas las personas que hasta entonces han
vivido aquí como meros instrumentos, convirtiéndolos en pretendientes y extras de su propia puesta en
escena.
"Mi diario... tengo que conseguirlo. Hay un montón de cosas vergonzosas ahí dentro..." murmuro para
mis adentros mientras el recuerdo me atraviesa.
Pero, ¿qué más puede ser vergonzoso?
"Dime, ¿realmente apesto?"
77
La mujer no contesta.
Cuando abro los ojos, el cielo es gris oscuro. Raccoon City está en ruinas. Todavía estoy apoyado en el
poste de baloncesto, pero he cerrado los ojos como si fuera a dormir.
Me levanto. Tengo que ir.
El creciente olor a descomposición... ¿viene de ti o es el hedor de mi propia piel podrida?
Así es como logramos convertirnos en uno.
Te susurro bajito mientras duermes: "Estoy embarazada. Es un hijo de los dos".
No hay nadie más fuera de nosotros. El mundo nos alberga a todos solos.
La tierra comienza a retumbar con resentimiento...
3. OCTUBRE, 22:05 hrs, SERVICIO MÉDICO
Cuando cerró los ojos, todo a su alrededor era blanco. Desde la distancia, un ruido le llegó a los oídos:
rugidos, gemidos, como si algo se derrumbara, disparos.
Este mundo de luz la confundió. No tenía idea de lo que estaba pasando, pero por alguna razón,
obviamente, la electricidad estaba encendida de nuevo. Y por alguna razón, ella todavía estaba viva...
Cuando alguien le tocó el hombro, abrió los ojos. A contraluz, reconoció el rostro de Fuchs. "Se acabó."
Emily miró la Beretta que sostenía en su mano derecha. Siguió su mirada y se rió. "No te preocupes, no
te dispararé".
Ella agarró su mano, que él le había tendido y finalmente se puso de pie. Sus piernas se sentían como si
fueran a flotar.
Después de que Fuchs hubo devuelto la pistola a la funda, sacó una segunda; La Glock de Simon, que
se había metido debajo del cinturón en la parte de atrás de los pantalones. "Eso es suyo. Deberías
llevarlo contigo para defensa propia".
Miró el cuerpo de Simon en la cama y bajó los ojos. Un hombre decapitado se parece
sorprendentemente a una muñeca rota, pensó.
Emily tomó el arma en silencio y la guardó en su bolsillo, donde la pequeña pistola desapareció por
completo. Fuchs señaló el cuerpo cerca de la puerta. Allí estaban los restos de Tobi, el torso
completamente hecho jirones, la cabeza y las extremidades arrancadas. Y en medio del espeso charco
de sangre alrededor del cual se extendían los restos del perro, reposaba el antebrazo de Allam. La
ametralladora todavía estaba agarrada por su mano. Cuando desvió la mirada con disgusto e inhaló,
recibió un hedor terrible. Se grabó a fuego en su cerebro con lo que había visto como un recuerdo
atormentador. En algún lugar más allá probablemente estaban los restos de Robert Prasch y al menos se
había ahorrado esa visión.
"¿Viste al perro? También estaba infectado. Entonces, ¿el virus también se transmite a los animales?"
"Ni idea... No lo entiendo, absolutamente nada. Solo sé de las simulaciones".
"Casi creo que quería crear su propio maestro. Incluso al final todavía tenía un plan, muy diferente a
nosotros". Fuchs hizo una mueca y se acarició lentamente la barbilla sin afeitar. Luego miró hacia la
luz. "El sistema de repente parece estar funcionando de nuevo, el diablo sabe por qué. Si queremos salir
de aquí, debemos irnos ahora mismo".
"¿Y Allam?" preguntó Emily.
"Ni idea. Salió corriendo y desapareció. Ya sea por la luz o porque Tobi le ha mordido el brazo. Y debo
haberlo golpeado con algunas balas".
"Jefe..." murmuró Kinuta, quien se había hundido en el suelo en la pared y claramente había tomado la
carnicería pesadamente.
"¿Todo bien? Tienes suerte".
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"Probablemente un milagro", respondió apáticamente Hiromu Kinuta. Intentó levantarse, pero no lo

logró. Se tambaleó, haciendo palanca con la mano en el suelo y sentándose de nuevo.
"¿Qué pasa con el instituto?" preguntó Emily.
Kinuta había renunciado a intentar ponerse de pie. Él le respondió mientras estaba sentado. "No lo sé.
La infección se propagó demasiado rápido. Tal vez a través del suministro de agua, aunque los sensores
de la IA deberían haber detectado cualquier contagio radical. Quienquiera que esté detrás debe haber
tomado a Carmen bajo su control".
Fuchs miró alrededor de la puerta y regresó a la habitación.
"Emily, cuando vuelva la energía, las telecomunicaciones deberían funcionar, ¿verdad?"
Emily miró el monitor de telecomunicaciones. ¿No dijo Prasch que Sprague estaba en la sala de
control? Lo intentaré allí. Cogió la tarjeta de identificación que llevaba colgada del cuello y la acercó al
lector de Telecom. El escáner comenzó y la voz femenina de la computadora pidió la dirección de
conexión deseada. Emily tecleó rápidamente el número de la sala de control. Técnicamente, la
telecomunicaciones en este tipo de aplicación no era más que un teléfono interno.
Empezó a sonar varias veces. Emily se puso nerviosa. Casi rezó para llegar a alguien.
De repente, la cara de Reena Mittford apareció en la pantalla. preguntó Emily. "¿Reena...?"
"No, soy yo, Sprague".
"La pantalla muestra el rostro de Reena Mittford..."
"Eso se debe a que el servidor no funciona como resultado del corte de energía. Las identificaciones
deben haberse mezclado. Aunque pude reabrir la fuente de alimentación, no puedo reparar el sistema en
este momento. Me alegro de usarlo nuevamente en todo. Pero se muestran incorrectamente, Emily".
Fue una sensación extraña ver la foto de Reena y la voz de un hombre habló.
"¿Estás bien?"
"Sí hasta ahora."
"¿Hay alguien contigo? ¿Seguridad tal vez o alguien más?"
"No, estoy solo. La fuerza laboral probablemente estaba completamente infectada por el virus o muerta
por los infectados. La mayoría probablemente esté muerta".
Emilio se entristeció.
"Estuve en contacto por radio con Prasch hasta hace poco", continuó Sprague. "Dijo que lo habías
contactado. ¿Es correcto?"
"Prasch... ¡Maldita sea!" Emily gira la silla y maldice. Las lágrimas corrían por sus mejillas. "¡Ese
bastardo lo mató! El líder del grupo de los guardias..."
¿Ulysses Allam?
"Sí. También Simon Beach, el adiestrador de perros, fue asesinado por él. No sé cuántas personas ha
matado en total. ¡Fue atacado por el virus y lo ha perdido por completo!"
"Bueno... al menos no te pasó nada. ¿Hay alguien más contigo?"
Emily miró a Kinuta, que estaba en cuclillas en el suelo con los ojos en blanco, mirando al vacío.
"Hiromu Kinuta de mi equipo".
"Ah, me alegro de que no le haya pasado nada. ¿Se controló?"
"¡Ren!"
Toda la fuerza restante parecía estar saliendo de Kinuta, porque en ese momento se hundió en su
rincón, apoyándose contra la pared como un saco de papas.
Emily acomodó la silla y se reclinó hacia atrás. "Además de Kinuta, Richard Fuchs todavía está aquí".
Fuchs se acercó a ella y miró la telecomunicaciones.
"¿¡Qué!?" Sprague exclamó, sobresaltado. "¿Qué está haciendo contigo?"
79
"Probablemente ya lo sepas", respondió Fuchs con ironía. "Yo no me doy por vencido."
El suspiro de Sprague no se escuchó por los altavoces. Fuchs tomó el micrófono. "Ren, cuéntanos sobre
la situación hasta donde tú sabes. Emily ya ha dicho que fuimos atacados por el jefe de los guardias de
seguridad. Todavía parecía tener un propósito, y finalmente abrió fuego contra nosotros con su pistola
ametralladora. Sin embargo, era más aguanieve que humano, la mitad de su cuerpo ya se había
licuado".
"Vaya...?" Gritó Sprague asombrado. "¿Así que la decadencia ha ido tan lejos?"
"¡No te sorprendas tanto!" Fuchs juntó las cejas. "¡Tú eres el que se ha derrumbado, hombre!"
Sprague se echó a reír. Parecía que la risa provenía del rostro fijo de Reena Mittford: una imagen
inquietante. Cruzó los brazos sobre el pecho frente al monitor, luego levantó las manos e hizo el signo
de una V: su símbolo es una
¿Gesto de "Amor y paz"?
"¿Qué tiene eso de gracioso?"
"Oh, nada. Obviamente, el virus lo propagó la vaca que fue arrojada al depósito de agua. Como Emily
ya temía, el sistema de purificación de agua falló. Pero... ¿por qué una vaca? ¿No crees que es un poco
gracioso? "
Gracioso…? ¿Cómo podía divertirse en un momento así? Tenía que estar loco.
Emily agarró el monitor y lo miró. Pero el rostro de Reena Mittford solo parpadeó sin comprender.
"¿Podrías tal vez hablar con algo de sentido?" exigió Fuchs con impaciencia.
"Bueno, Reena lo dijo. Alma está en la simulación de realidad virtual y Rose sueña con ella. ¿No es
obvio? Rose está en el centro de todo aquí. ¡Ella es el detonante!"
"Ren, ¿cómo es eso? ¿De qué estás hablando?"
"¿Cómo no me sigues, Emily? ¿Has mirado las imágenes del video? Las he mirado una y otra vez. En
él, un amigo se refiere a Alma como una 'bruja'. Me pregunto por qué".
"¡Ni idea! ¡Ya tenía suficiente que hacer, luchamos por nuestras vidas! ¡No había tiempo para estudios
precisos! ¡Se trataba de supervivencia pura!"
"Lo siento, lo sé. Bueno, déjame explicarte. La chica podía leer los recuerdos adjuntos al individuo en
el Tanque".
“ ¿Qué clase de mierda de cuento de hadas estás tratando de alimentarme? ¡Eso es una tontería! —
espetó Fuchs.
" ¿Estás seguro de eso?"
“ Sí, estoy segura”, enfatizó Emily después de la declaración de Fuchs.
La risa de Sprague volvió a sonar por los altavoces. "Bueno. Por supuesto, esa es solo mi propia
interpretación ridícula. Así que Alma estuvo durmiendo todo el tiempo en el fluido del Tanque y era
parte del mundo virtual creado por el sistema VR. Ella soñaba tranquilamente con caminatas en las
montañas de Guatemala. Pero uno día el sueño se convirtió en pesadilla. Los recuerdos que tenía dentro
de ella despertaron..."
"¿Estás tratando de decir que ella está causando esto? ¿Al tomar el control de la fuente de alimentación,
reproducir esas imágenes, apoderarse del sistema y destruir gradualmente todo el instituto de
investigación? ¡Qué tontería! ¿Cómo podría ser eso posible? ¿Y qué hay de la vaca? ¡Obviamente fue
arrojado al suministro de agua del instituto por manos humanas!”
"Una pregunta", intervino Fuchs. "¿Dónde está Rosa?"
Hubo un silencio por un momento antes de que la risa resonara en los altavoces. Fuchs frunció el ceño
y esperó a que cesara la risa casi histérica. Pareció que Sprague tardó casi un minuto en recuperar el
aliento.
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"¿Así que aún no lo sabes? ¿Y no lo notaste antes?" Pronunció las oraciones riéndose, porque
obviamente todavía no era capaz de mantener la calma. Fuchs le dirigió a Emily una mirada de
impotencia.
—Díselo, Emily. Él quiere saber.
Emily miró a Fuchs y por un momento no supo cómo explicárselo.
"Fuchs... tú también lo viste. Esta agua turbia roja en el tanque, en la sala de la cápsula.
Esa es Rosa. Una solución mixta de células madre, el fluido portador y el virus: esta es la forma real de
Roses".
"¿Qué, esta sopa podrida es Rose? Pero eso no puede..." Fuchs recordó el recuerdo de antes, el tanque y
su contenido, el recuerdo lo hizo temblar. Se apartó de la telecomunicaciones y caminó inquieto de un
lado a otro de la sala de tratamiento.
Sprague seguía riéndose, dando varias palmaditas al micrófono. "Un buen susto, ¿verdad? Pero
cálmate, Fuchs. No es tan malo. No cambia el hecho de que
El 'Proyecto Rose' todavía está en marcha".
"¡Maldita sea!" Fuchs gritó de repente en medio de la habitación. Kinuta, que estaba escuchando todo,
saltó, sobresaltado.
"¿Y qué pasó con la chica que llevamos con nosotros, allá atrás?" Gritó Fuchs.
"¿Allá atrás...?" Emily repitió. "¿Qué quieres decir con que se la llevó? ¿Estabas en Raccoon City?"
"Sí, por supuesto, antes de que todo fuera destruido por el ataque con armas nucleares. Solo estábamos
recolectando materiales cuando lo encontramos".
"¿Lo viste?" Emily preguntó en trance.
"Sí, un terrible accidente", respondió Sprague secamente.
"¿Y por qué no me dijiste?" Emily gritó en el micrófono.
"Lo sabías todo, ¿verdad? ¡Sabías qué tipo de investigación estamos haciendo aquí! ¡Y qué hicimos con
eso! Lo sabías todo. ¡Todo!"
"Pero usted también lo sabía, señorita Ran". La voz de los altavoces sonaba tranquilizadora. “Este
instituto de investigación ha sido construido para parecerse a uno en Raccoon City. Lo que estamos
experimentando actualmente es un ecosistema basado fuera de la ciudad.
Emily cerró los ojos y se mordió el labio.
"Emily, volvamos a la vaca... Encontré algo interesante durante la verificación del sistema en la cinta
de vigilancia de la semana pasada. Bastante esclarecedor... Puedes ver quién arrojó la vaca al tanque.
No parecía importarle en absoluto las cámaras de seguridad".
"¿Quién?"
"El líder del grupo de guardias que te atacaron... Ulysses Allam".
" ¿Hablas en serio?" Emily miró al techo. “Ulysses Allam… ¿lo hizo?” Con los ojos bien abiertos, miró
la imagen de Reena en el monitor.
"Estaba loco desde el principio, estuvo involucrado todo el tiempo. Debe haber usado la máquina de
realidad virtual regularmente con Reena durante mucho tiempo. Así que entró en contacto con Rose.
De hecho, Rose debe haber comenzado a capturar y desintegrarse. mucho antes de que Reena tuviera
este accidente. ¿Dijiste que ya estaba medio licuado? Esa es la prueba de que el tiempo se está
acabando. Pero eso no significa que Rose se esté despertando, Emily. Solo sueña. Y este sueño, esta
pesadilla, vendrá. cierto. Estamos en medio de este sueño en este momento, flotando impotentes en el
útero de una niña..."
La imagen de Reena de repente comenzó a parpadear violentamente y Emily golpeó el monitor con el
puño.
81
"Dime finalmente. ¿Cuál es la razón de todo esto? Eres tú, ¿verdad? ¡Tú creaste y reprodujiste estas
imágenes! ¿Por qué lo haces todo, loco? ¿Qué es Rose en realidad? ¡Ren...!"
"Somos los insectos que llevan el polen de una flor a la siguiente, la semilla... ¡el virus! Pronto la
sangre de Rose finalmente fluirá. Se acerca el Día de Acción de Gracias, el desfile va a comenzar
pronto..." La pantalla con Reena La cara comenzó a susurrar y parpadear.
"¡Está comenzando! La cosecha ha comenzado ... ¿Qué quieres hacer ahora? No tienes tiempo para
huir".
El monitor se oscureció brevemente, luego imágenes desconocidas parpadearon en la pantalla. Una
cancha de baloncesto. Un joven cuya piel estaba casi completamente arrancada apareció a gran escala.
Su rostro se veía extrañamente viejo en contraste con su cuerpo. Esa no era la cara de un hombre joven.
Perteneció a Ulises Allam.
Emily golpeó el monitor con el puño hasta que Kinuta se levantó y la tomó del brazo.
De repente, la voz de Carmen resonó en la habitación. "Riesgo biológico detectado. Advertencia a
todos los empleados. El virus T se ha propagado dentro del instituto. En diez minutos, toda la
instalación de investigación se desinfectará con la vacuna del virus T 'Rose'".
Fuchs levantó la cabeza y miró al techo. El sistema comenzó a zumbar como un enjambre de abejas y
comenzó a liberar una corriente de aire por los orificios redondos, que tenían un diámetro de unos
veinte centímetros.
La brisa inesperada hizo que Emily entrecerrara los ojos. Miró a Kinuta, quien gritó de desesperación.
"¡Esto no puede ser! ¡Ahora Rose rociará todo el sistema de ventilación!"
El corazón de Emily latía con fuerza. En su mente apareció Ulysses Allam, la mitad de su cuerpo se
había desvanecido.
Entonces escuchó a Fuchs gritar algo: "¿Qué pasa con el patio? ¿Podemos salir por la escalera de
incendios...?"
Emily negó con la cabeza. "No importará. También hay rociadores conectados al sistema de control de
aireación".
Los pensamientos de Emily parpadearon. Carmen había sido tomada. La cosecha era inminente. Era
imposible escapar. La toma de control deliberada del sistema controló todo este desastre, y todos
quedaron impotentes expuestos a la situación.
De repente, Kinuta habló. "¡La sala de realidad virtual! ¡Tenemos que ir a la sala de realidad virtual!
¡No hay sistema de ventilación allí!"
3 de octubre, 22:35 horas, Corredor del Instituto de Investigaciones
La cuenta regresiva había comenzado. El corredor oscuro ahora estaba bañado en luz blanca. Emily y
los demás corrieron sin decir una palabra. La sala de realidad virtual era su destino declarado. Para
proteger el equipo contra un ataque externo, la sala de realidad virtual era la única que no estaba
conectada al sistema de ventilación, lo que hacía que la sala fuera insoportablemente calurosa y
cargada, pero ahora resultó ser un amuleto de la suerte.
Había dos formas de llegar desde el tercer piso en el que estaban a la sala de realidad virtual en el
cuarto: por ascensor o escaleras. Sin embargo, el ascensor planteaba cierto riesgo. Carmen no se
comportó con normalidad y no había garantía de que se detuvieran en el cuarto piso.
El consenso unánime fue llegar al suelo a pie. Así que se decidieron por las escaleras.
Primero corrieron por el largo pasillo, luego giraron y finalmente llegaron a la escalera. Allí subieron
las escaleras.
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Kinuta se aferró a la barandilla y se arrastró hacia arriba en agonía. Estaba sudando terriblemente. El
sudor brotaba de cada uno de los poros de su cuerpo.
"¡Más rápido, no tenemos tiempo!" Gritó Fuchs, quien ya había llegado a la cima, pero retrocedió unos
pasos para motivar a Kinuta.
Kinuta puso sus manos sobre sus rodillas y jadeó violentamente.
"Seis minutos más para la liberación de Rose".
En el camino a la RV y la sala de la cápsula había tres o cuatro cuerpos frescos. Kinuta chilló y se
aferró a Emily.
"¡Vamos!", La voz de Fuchs resonó por el pasillo. Caminaron alrededor de los cadáveres con grandes
pasos; ni uno solo tenía la cabeza sobre los hombros. Kinuta se apresuró por el pasillo, los otros dos lo
siguieron.
Cuando Kinuta llegó a la puerta, comenzó a machacar los botones del panel hasta que finalmente
presionó el botón para abrir.
La pesada puerta corrediza se deslizó hacia un lado, revelando la habitación cuadrada de hormigón
cuyas paredes y techos eran idénticos: diez metros cada uno.
Junto al enorme tanque en el centro de la habitación estaba sentado un hombre apoyado con la espalda
contra la torre de metal. Era un viejo conocido. La cara gorda, el cráneo calvo, el cuerpo carnoso... La
camisa naranja brillante rasgada, y los pantalones negros anchos, su estilo de moda era cuestionable. En
su mano derecha sostenía una pistola automática.
"¡Oye!" Christian Selfridge levantó la mano izquierda.
"¿Qué estás haciendo aquí?" preguntó Fuchs.
"¿Qué estoy haciendo aquí? Podría preguntarte lo mismo. Huí aquí. Primero el apagón y luego, cuando
las luces finalmente regresaron, este mensaje de advertencia de Rose... Estaba un poco
desconcertado..." Él inclinó la cabeza hacia atrás contra el respaldo del asiento. "... y finalmente
terminé aquí". Selfridge se levantó y se acercó a grandes zancadas. "Sin embargo, hubo algunos
problemas imprevistos. No sé cómo operar esta fortaleza aquí y estaba desesperado. ¡Tuve suerte y te
vi! Selle bien esta habitación, asegúrese de que nada entre o salga".
Emily y Fuchs se miraron.
"¿Estás bromeando? ¿Hablas en serio cuando dices eso? ¡Con todo este pánico, ¿tenías la intención de
atrapar a Rose debajo del clavo en la habitación de al lado?! ¡Los muertos vivientes seguramente
entrarán!" Fuchs le gritó.
Selfridge apuntó con calma el arma a Emily. "No tenemos tiempo para discutir ahora. ¡Vamos!"
"Quedan cuatro minutos para la liberación de Rose".
"¡Vete al infierno, Selfridge!" Fuchs le apuntó con su Beretta.
El rostro de Selfridge tembló de rabia. Luego suspiró e inclinó la cabeza ligeramente hacia un lado,
apretando el gatillo de su arma. La bala golpeó el muslo de Fuchs. Fuchs gritó de dolor y cayó al suelo;
en poco tiempo, los azulejos blancos se mancharon de rojo con la sangre que goteaba.
Selfridge apartó de una patada la Beretta que tenía delante. El arma se deslizó hasta la pared y se
detuvo en un rincón de la habitación.
"Lo siento, pero no tengo tiempo para largas explicaciones", dijo Selfridge. "Tenemos
para tomar decisiones rápidas ahora".
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Kinuta miró a Emily con una expresión completamente confundida.

"Si amas tu vida, ¡tú también entras ahí!" Selfridge volvió a la habitación sin mirar a Emily.
Ella lo miró fijamente durante un rato. Luego ayudó a Fuchs, quien le pasó el brazo por los hombros y
lo arrastró detrás de Selfridge. Detrás de ellos, la puerta corredera se cerró. Fuchs se separó de Emily.
Desesperadamente, trató de pararse por sí mismo, pero el único resultado de sus esfuerzos fue que más
y más sangre se derramaba de su pierna.
Selfridge lo miró pensativo.
"Planeabas dispararle a Fuchs de todos modos, ¿no es así?" Emily tragó saliva y buscó en su bolsillo la
pequeña Glock.
Selfridge se limitó a encogerse de hombros. "Cree lo que quieras. Pero ahora no es el momento para
esta discusión".
De repente, algo del exterior golpeó contra la puerta con una fuerza indescriptible. Emily retrocedió,
observando angustiada cómo la pesada puerta vibraba bajo la fuerza de la gravedad. Una voz que no
podía pertenecer a alguien rugió al otro lado del mamparo.
Kinuta gritó de pánico y se deslizó detrás del tanque en una esquina, escondiendo su cabeza entre sus
brazos.
"Otros dos minutos..."
Selfridge empezó a hablar con voz firme. "Hay algo ahí fuera. Zombis o lo que sea, no lo sé... De todos
modos, no es humano, eso es seguro". Se frotó las manos. "Tenemos que cerrar la habitación".
Emily se volvió y se concentró en el arma que Selfridge tenía en la mano. El nudillo del dedo en el
gatillo parecía blanco. El arma tembló y la cara de Selfridge estaba histérica.
"Selfridge cálmate..."
"¡Tenemos que cerrar la habitación! Si no lo hacemos..." Miró a Kinuta, quien le dio la espalda y se
agachó en su esquina. "... Te dispararé y lo haré".
Emily se hundió en el asombro en la terminal de la computadora. Selfridge tenía razón: no tenían otra
opción en este momento. Así que puso su mano en el teclado, escribió rutinariamente algunos
comandos y activó el sello. La silicona, que estaba adherida a todas las válvulas para evitar riesgos
biológicos, se disparó en las grietas y la habitación se selló herméticamente.
“ Cinco... cuatro... tres... dos... uno..." En cero, Carmen anunció: "La vacuna 'Rose' ahora se
desplegará".
En el pasillo, pudieron escuchar que se rociaba líquido. Las gotas golpeaban con tanta fuerza contra la
pared que casi sonaba como si estuviera ocurriendo una tormenta de lluvia torrencial dentro del
edificio.
Gradualmente, el martilleo contra la puerta amainó.
"¿Fue eso?" Emily gimió débilmente.
"¿Puedes subir una transmisión en vivo de la situación en el instituto?" preguntó Selfridge.
Se secó el sudor de la frente con el antebrazo cansado. Emily tocó algo en el teclado y se conectó a la
red. Buscó la ruta de acceso correcta para ver a través de los ojos de Carmen lo que estaba pasando
afuera en el pasillo.
De alguna manera, las cámaras de vigilancia habían capeado todos los eventos. En la pantalla, cada
diez segundos, las cámaras individuales cambiaban a través de vistas separadas.
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Lo que vieron fue simplemente horrible. Por todas partes en los pisos del instituto, se veían charcos
resbaladizos negros y rojos, los restos de aquellos que ya habían sido infectados por el virus y se habían
disuelto. Estaba lloviendo limo rojo oscuro del techo, formando riachuelos en el suelo y corriendo por
los pasillos. En este brebaje irreal, las cabezas, los brazos y las piernas de aquellos que aún no se
habían disuelto por completo vagaron por las habitaciones.
Emily cortó la conexión en silencio. En la habitación, los gemidos dolorosos de Fuchs y los gemidos de
Kinuta resonaron. El monitor se puso negro. Cerró los ojos y hundió la cabeza entre los brazos.
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Capítulo 6
El joven soldado sostuvo su metralleta en el suelo frente a él y se acercó a Ren Sprague. De su cuello
colgaba una máscara de oxígeno, de las que usan los bomberos. Debido al traje protector negro, el
hombre casi fue tragado por la oscuridad y se veía espeluznante, casi como un fantasma.
"Aparentemente, no hay sobrevivientes aquí".
Sprague asintió, soltó la mano de la cámara de vídeo y apartó un montón de escombros de una patada.
Era bien entrada la noche en Raccoon City. Solo había pasado una hora desde que habían bajado del
helicóptero y, sin embargo, habían sido atacados varias veces por estos personajes humanos de terror.
La situación en la ciudad era diez veces peor de lo que se temía. El caos se había desatado por todas
partes; el fuego puede haber matado a más personas que el virus. Aparentemente, la gente entró en
pánico y prendió fuego a sus casas: toda su casa se quemó hasta los cimientos.
Era obvio que incluso este soldado estaba nervioso. Aunque había sido entrenado especialmente para
mantener la cabeza fría en cada situación. Y aunque había asistido a la sesión informativa que les había
dejado claro lo que debían esperar aquí.
¿Y Ren Sprague? Venía de una perspectiva científica y de cierta curiosidad, decidido a investigar la
catástrofe. Pero ahora no quedaba mucho de su determinación. Solo quería volver al instituto de
investigación y darse una ducha caliente, beber unas copas de brandy y olvidarse de todo. Tal vez elegir
una canción en la guitarra y cantar...
Eso era lo que él había querido. Pero antes de eso todavía había algo que hacer. Sprague se secó las
gotas de sudor de la frente.
El joven soldado que lo había acompañado como su protección se puso pálido y tembló levemente. Si
hubiera estado desarmado, apenas podría seguir caminando debido al miedo.
"Solo quedan cuatro horas, hasta que todo sea destruido por el ataque nuclear", gruñó. "Al menos la
vacuna está funcionando... Será mejor que salgamos de aquí rápidamente".
"Sí, lo sé. ¡Dame otros treinta minutos!" Sprague pasó por encima del montón de escombros. El
soldado de élite se dejó caer detrás de él y fue a su lado. "¿Qué estás buscando?"
"También la viste desde el helicóptero, ¿no? Todo sucedió muy rápido y no estaba claro, pero la niña no
parecía estar infectada todavía".
Sprague vio a la niña como si hubiera sido rodeada en la calle por los infectados. Le había dado al
piloto una orden de ataque y había visto con sus propios ojos cómo la niña había sido arrastrada fuera
de la calle en llamas alguien la había arrastrado a un callejón. Ella había logrado escapar.
"Eso fue hace más de una hora... ¿De verdad crees que todavía está viva?"
"Quiero encontrar un sobreviviente, cueste lo que cueste. Dirijámonos a este callejón, ¿de acuerdo?
Luego regresaremos". Sprague miró el mapa de Raccoon City en el dispositivo de navegación portátil
sujeto a su cinturón. "Estoy seguro de que estaba aquí en alguna parte..."
El soldado se mordió el labio y no dijo nada. Puso sus manos temblorosas alrededor de la metralleta,
que colgaba de una correa para el hombro. Solo gracias a ella, habían llegado tan lejos: había evitado a
los demonios de carne roja en los que los humanos se habían convertido.
Sin una palabra, treparon sobre las ruinas de la ciudad. El hecho de que no hablaran se debía al miedo
creciente que dominaba su mundo de emociones. La preocupación de estar demasiado lejos del
helicóptero. El miedo, a perderse. ¿O si el piloto hubiera sido atacado y el helicóptero destruido
mientras tanto? Luego quedaron irremediablemente atrapados en este infierno.
"Señor director... Por favor, dígame la verdad". El soldado se había detenido. "¿Tiene esto algo que ver
con la investigación que está realizando nuestro grupo?"
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Sprague se volvió y asintió. "Desafortunadamente, no puedo responder eso, pero puedo decirles que
este trágico accidente no está directamente relacionado con mi instituto..."
El soldado negó con la cabeza lentamente. "¿Cómo puedes estar tan tranquilo con esto? No fueron solo
un puñado de asesinatos... ¡toda la población de una ciudad fue privada de su humanidad y se perdió de
una manera tan brutal!"
"Lo sé. Es imperdonable". Sprague miró hacia el edificio de un supermercado, con todas las ventanas
astilladas, hacia el cielo gris plomizo. Había grietas atravesando las nubes, y casi parecía como si
hubiera otro planeta allí arriba.
"Yo también he sufrido un shock... pero es diferente al tuyo. Pero, ¿qué crees que deberíamos hacer?"
El clima tormentoso azotó la ciudad, dejando llamas de fuego ardiendo en diferentes direcciones,
formando atronadores remolinos. Una ráfaga de viento se apoderó del largo cabello rubio de Sprague y
tiró de su cola de caballo.
El soldado y él marcharon de nuevo, y el eco de sus botas sobre el cemento resonó en la ciudad
nocturna.
Sprague quería encontrar un solo sobreviviente en este pueblo fantasma. Este deseo lo fortaleció y le
dio el impulso de seguir buscando.
Entre las ruinas, Sprague de repente distinguió la forma de una mujer colapsada.
Su corazón comenzó a latir con fuerza en su pecho. ¿Es ella?
Corrió hacia ella y se detuvo, medio metro por delante de ella. A la luz de la lámpara que colgaba de su
cuello, se dio cuenta de que las ropas del cadáver estaban ensangrentadas. El abdomen de la mujer casi
había desaparecido. Una vista horrible. Con sus brazos flacos, sostenía el cuerpo de un bebé. Ni la
madre ni el niño tenían la cabeza. Parecía como si alguien les hubiera volado la cabeza.
No, no es ella...
Cuando se volvió, el soldado se había agachado justo detrás de él. Estaba temblando por todas partes.
"No puedo... ¡Maldita sea! ¿Qué estamos haciendo aquí?"
Sprague miró al hombre con calma y evitó el impulso de agacharse junto a él y también ceder a la
desesperación. Caminó hasta la calle, se detuvo y se dio la vuelta.
"Ambrose, quédate aquí. Continúo. Si pasa algo, puedes llamarme por radio".
Con la ayuda de su dispositivo de navegación, caminó un rato por la ciudad destruida y finalmente
llegó a su destino. El codiciado callejón estaba cubierto de ladrillos y madera; se había creado un
laberinto de escombros. Dondequiera que mirara, había cadáveres andrajosos por todas partes.
Sprague tuvo un ataque de ansiedad. El sudor frío llegó a su frente. Apagó la cámara de vídeo y se la
sujetó al cinturón. Luego tomó la metralleta con ambas manos y miró a su alrededor con pánico: ¡en
cualquier momento uno de estos temidos mutantes podría saltar de una esquina y atacarlo!
Se mordió el labio nerviosamente, casi asustado.
Si me matan, ese es el sacrificio que estoy dispuesto a hacer. ¡No dejaré que este miedo me detenga! Mi
vida no es tan importante para mí, reunió todo el coraje que pudo y siguió adelante.
De repente, un disparo resonó en sus oídos. Provenía de la dirección de la pequeña tienda por la que
pasaba.
Sprague se detuvo y miró hacia el edificio en ruinas. HARTLINE ANTIQUITATES estaba escrito en el
letrero sobre la entrada.
El disparo procedía de detrás del edificio. Como tenía que esforzarse en casi cada paso, Sprague se
dirigió silenciosamente como un profesional a la parte trasera de la casa. El suelo estaba muy
empapado y se formaron huellas de barro en las suelas de sus botas.
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Entonces vio a la niña frente a él, quiso ir hacia ella, pero resbaló y evitó caer con una mano en el
suelo. Después de eso, su guante estaba lleno de barro. Sprague siguió su camino.
"¿Hay alguien ahí?" Gritó hacia el invernadero. El aire pesado y viciado se atascó en la habitación
impredecible. Pero más allá de eso, también estaba el olor típico en el aire, el mismo que había estado
respirando desde que llegó a esta ciudad: el hedor a descomposición.
En la oscuridad hacia atrás vio una capa marrón a la luz de su lámpara. El corazón de Sprague empezó
a latir con fuerza: ¡era el abrigo que había visto desde el helicóptero!
Ella esta aquí. ¡Gracias a Dios! ¡Finalmente la encontré! ¡Lo sabía!
Lentamente entró en el invernadero y se acercó a la chica. Sostuvo la mano de un chico, el mismo
chico que probablemente la había llevado a un lugar seguro antes.
Estaba acostado sobre una lona y estaba cubierto de hinchazones de color rojo oscuro por todo el
cuerpo, al igual que los infectados que habían sido atacados afuera. El cuero cabelludo y las úlceras
gigantes se habían reventado, la sangre y la masa cerebral se extendían como gruesos charcos sobre la
lona.
Sin duda, estaba muerto. Junto a la niña había una pistola.
¿Se suicidaron juntos por miedo y pérdida completa de sus personalidades y transformación en uno de
estos... zombis?
Sprague corrió hacia ellos. El pecho de la niña subía y bajaba débilmente. ¡Gracias al cielo!
Se detuvo frente a ella y se agachó junto a ella, estudiándola, agachándose junto a ella, estudiando su
rostro. En ese mismo momento sintió un escalofrío recorrer su espalda. La piel de la niña ya estaba
severamente afectada por la influencia del virus T. Había llegado demasiado tarde.
Una vez que está infectado con el virus, no puede detenerlo, por mucho que su cuerpo intente
combatirlo. Al final, el virus siempre gana y se apodera por completo de su víctima...
Sprague acarició suavemente el rostro de la niña con su mano enguantada de blanco. Las bolsas rojas
en sus mejillas estaban hinchadas como si estuvieran a punto de estallar.
Sprague se sintió abrumado por una ola de resignación. La voz de Ambrose resonó en su cabeza:
"Maldita sea, ¿qué estamos haciendo aquí?"
Sin un guante protector, ni siquiera se me permitía tocar su mejilla. Esa es la realidad que creamos. La
triste realidad.
Apartó la mirada del rostro de la chica y la estudió de arriba abajo; rápidamente reconoció otro hecho
triste que le revolvió el estómago: la joven estaba embarazada. Sprague vio un cuaderno a su lado. A la
luz de la lámpara leyó unas pocas líneas. Al parecer era el diario del pequeño.
Miró a su alrededor y respiró hondo. Este era probablemente su invernadero.
¿Qué podría haber cultivado? En los canteros y macetas había plántulas aisladas esporádicamente,
plantas que apenas crecían y de aspecto decrépito.
Sprague de repente sintió que nunca sería capaz de ponerse de pie de nuevo.
"¿Quién eres tú?"
Sprague casi salta en estado de shock, ¡la joven de repente abrió la boca y habló! Ella había abierto los
ojos; sus pupilas negras parecían querer desterrarla. Cuando le iluminó la cara con la lámpara, ella
entrecerró los ojos.
"¿Quién eres tú?" Repitió con voz atormentada.
"Soy Ren... Ren Sprague. ¡Vine a salvarte!" La voz de Sprague casi se quebró, pero aparentemente no
la escuchó. Sus mejillas temblaron.
"Me estoy muriendo, ¿verdad?"
"Tonterías. No morirás tan rápido". Miró el diario y repitió: "Estoy aquí para salvarte".
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Ella no respondió. La chica que yacía en el costado de la lona había vuelto a cerrar los ojos. Su pecho
subía y bajaba irregularmente.
Imposible. ¡Todavía está en su sano juicio!
Sprague caminó inquieto arriba y abajo del invernadero. Después de cinco minutos, finalmente tomó la
radio. "Ambrose... ¡Ambrose! ¡Responde!"
Sonó la voz monótona del soldado, la cual era difícil de entender debido a la estática.
"¿Qué está pasando? ¿Dónde estás? ¡No queda mucho tiempo hasta el ataque nuclear!"
"Tengo una. Encontré una sobreviviente, la chica de antes. ¡Tienes que volver al helicóptero, tomar una
camilla y traerla aquí! ¡La llevamos con nosotros!"
En la voz de Ambrose había asombro, pero también una pizca de duda. "¿Está sana?"
"No, está infectada. Pero se ha desmayado".
"¡Pero está prohibido tener contacto con infectados! ¡No podemos llevarla con nosotros!"
"Ella está infectada, pero todavía está en sus cabales. Su condición sí está infectada, ¡pero su
personalidad todavía existe! Una reacción muy peculiar. Esta chica podría serme de gran utilidad en mi
investigación de vacunas. Lo explicaré delante de mis superiores. Asumo toda la responsabilidad. No
tenemos tiempo que perder, ¡así que date prisa!
"Comprendido." La comunicación por radio terminó.
Sprague volvió a la lona, donde la niña aún respiraba con dificultad. Conmocionado, estudió su rostro
afectado por la infección, y los pensamientos más aventureros pasaron por su mente.
¿Era posible que la niña sufriera de una inmunodeficiencia? ¿Un defecto que condujo al hecho de que
el propio sistema de defensa de su cuerpo contra el virus estaba teniendo lugar? Tal vez tuvo algo que
ver con el hecho de que la joven estaba embarazada...
Sprague recordó las ideas de su propia investigación anti-T-virus: si el virus atacaba y destruía el
complejo "sistema humano", significaba la muerte. Pero desde un punto de vista más elevado, se
añadió un nuevo elemento accidental a la "estructura química del hombre"... Así que el virus fue, en
última instancia, algo más que un instrumento que creó un nuevo orden.
Que la gente vea esto como una enfermedad simplemente porque tiene miedo de perder su conciencia
individual, pensó Sprague.
El virus T atacó al individuo humano, y cuando se apoderó del sistema humano y tomó posesión del
cuerpo, las fronteras se disolvieron y se trazó una nueva línea divisoria con el medio ambiente. En otras
palabras, ¡los individuos que habían sufrido este cambio eran los precursores de una nueva especie!
Como esta joven aparentemente tenía un defecto en su función inmunológica, no pudo realizar este
“salto evolutivo”. Debido a esto, había sobrevivido al ataque del virus T, cuya capacidad para
apoderarse de su sistema inmunológico y cambiarlo. Una coincidencia paradójica...
Sprague sostuvo la mano suave de la niña. La niña era tan vulnerable que era un milagro cómo pudo
haber sobrevivido tanto tiempo.
"¡Quiero que vivas!"
Sprague miró el abrigo de la niña y encontró la rosa bordada en él.
4 DE OCTUBRE, 00:15, SALA VR
"No puedes salir, Emily. Afuera está lleno de bacterias". Su padre se rió y abrazó a Emily por detrás.
¿Qué edad podría haber tenido?
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Recordó lo brillante que había brillado el sol de California y lo oscuro que había estado en la
habitación. La pequeña Emily una vez más no había logrado escabullirse sin ser vista. Maldijo tan
suavemente que nadie la escuchó.
Frente a la puerta, las palmeras ondeaban al viento. En la calle frente a la ventana, un joven pedaleaba
su bicicleta; el casco que se había puesto reflejaba la luz azul del sol.
Si seguías la calle, llegabas al bullicioso centro de Los Ángeles, con sus altos edificios comerciales, las
fachadas de las ventanas extendían el paisaje de la ciudad como un laberinto de espejos en todas
direcciones. Allí, las calles se llenaron del bullicio de la gente.
Emily acababa de recuperarse de una fiebre que le había durado una semana entera. Tanto sus padres
como ella misma habían sufrido, su morbo ya era rutinario. Y tan pronto después de la curación, no se
le permitió salir. Su padre la levantó y la puso sobre sus hombros. "Vamos, vamos a mi estudio. Te
mostraré algo especial, ¿de acuerdo?"
En algún momento, los sollozos de Hiromu Kinuta también se calmaron y se convirtieron en un ligero
ronquido. A Emily le dolían las piernas porque había estado sentada así durante más de una hora.
Levantó la cabeza, que había estado enterrada entre las rodillas, y abrió lentamente los ojos. Cuatro
personas, tres hombres y una mujer, encerradas en una habitación de diez por diez metros. A estas
alturas se había vuelto duro. Había un olor a una mezcla de sangre, sudor y fluidez viscosa. La cabeza
de Emily se sentía pesada.
La habitación todavía estaba sellada herméticamente. ¿Cuánto tiempo podría durar el oxígeno en una
habitación así para cuatro pasajeros? Ella buscó a tientas por un tiempo, pero simplemente no podía
concentrarse. Detrás de la puerta, todavía sonaba como si hubiera una ducha.
"Ahora lo entiendo", dijo Emily. "¡Yo soy Carmen!"
"¿Disculpa...? ¿Te afectó el calor?"
Fuchs, que yacía de lado, abrió un poco los ojos. Respiró uniformemente. El vendaje temporal, o más
bien el pañuelo, se había vuelto rojo a través de su sangre; el color original ya no era reconocible.
No. Emily negó con la cabeza. De alguna manera, en realidad se sentía rara, incluso estaba muy
enferma.
Ella no había tomado sus pastillas para la noche.
Ese día, su padre le mostró su obsoleto programa de generación de texto de desarrollo propio. Es
extraño que lo recordara todo con tanta claridad en este momento, porque no había pensado en las
conexiones más finas durante mucho tiempo. Y sin embargo ahora, o simplemente por la situación,
había bautizado el sistema del instituto con el nombre de "Carmen", inconscientemente.
Pensó en Ann. Más tarde, sus padres la habían apodado Carmen.
Quería ir con sus padres. Ella quería ir a Ann. Quería presionar su pequeño y tibio cuerpo contra su
pecho y nunca soltarlo. Pensó en "Las aventuras de Huckleberry Finn" en su escritorio.
"¿Cuánto tiempo tenemos que quedarnos aquí?" preguntó Selfridge hoscamente. Se sentó en un rincón
de la habitación, con la espalda contra la pared. Tenía los ojos inyectados en sangre y hilos de saliva
seca en las comisuras de la boca. El hombre está totalmente exhausto, pensó Emily. Deberíamos
manejar nuestro ataque con más cuidado.
Emily se quitó la chaqueta sucia y espesa de sangre y se acostó sobre ella. En el techo corrían tuberías;
si no resistieran la carga. Entonces ese fue su fin.
"¿Puedo preguntarte algo?" Emily cerró los ojos. "Fue Ren Sprague quien te llevó a la habitación
cápsula de Roses y te dejó entrar, ¿verdad?"
"Sí, eso es verdad."
"¿Pero dijiste que te involucraste con esto?" Sacó la grabadora de voz de su
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bolsillo.
"Bueno, esa fue una idea tonta..." Fuchs se sonrojó un poco. "En ese momento, no tenía idea de cuáles
eran los planes reales de Sprague. Pensé en mi ingenuidad que todo podría salir bien y confié en él a
pesar de todo lo que estaba pasando. Sin embargo..." Señaló con la barbilla a Selfridge. "...Rose quería
escapar, ¡cierto!"
"¿Así que solo cooperaste conmigo para el espectáculo?" Selfridge preguntó, resoplando enojado.
"Callarse la boca."
"¿Cooperar?"
Selfridge bajó los ojos ante la pregunta de Emily y se calló.
“ Richard Fuchs es, en cierto sentido, solo un seudónimo de mi papel, que implica el contramovimiento
de todas las corporaciones que se han vuelto demasiado poderosas como para correr el riesgo de
alejarse de la influencia del estado. La personificación de un consorcio poderoso: la identidad colectiva
de una organización particular, así como el papel que debe desempeñar en las operaciones".
Emily asintió después de permitir que Fuchs descansara un rato. Tal vez ese sea el significado original
de autoridad, pensó. Hay innumerables autoridades en el mundo, y mucha gente está armando sus
autoridades, sus personalidades, para evitar que el orden se derrumbe. Si lo piensas bien, autoridad e
individuo no son necesariamente términos relacionados. Cuando las personas se otorgan autoridad entre
sí, algunos individuos adquieren primero una personalidad y se crea una organización.
El sistema humano no es más que una sola existencia débil que un "yo" tiene que generar para
separarse del "tú". Un sistema inmunológico. Pero el virus T ataca el sistema de defensa, y cuando lo
ha derribado, el ego se desdibuja visiblemente y el hombre, despojado de su demarcación, se disuelve
en el mundo, sin poder mantener su conciencia.
Los pensamientos de Emily se dirigieron a Rose. La propagación del virus nos roba la individualidad
como humanos y la "Rosa" abstracta ahora ha pasado por todo el instituto de investigación. Estamos en
Rosa. Quizás no somos más que elementos individuales, que juntos forman la organización Rose.
"Me convertí en la encarnación de esta autoridad y traté de rastrear a los patrocinadores de las
empresas. Cuanto más grande es un grupo, más juega en segundo plano. Recojo la información y la
registro en el sistema que la filtra a los medios de comunicación". - para que se controle el mercado y la
estructura de poder. Las corporaciones que están fuera de línea, se reincorporan al equilibrio general".
"¿Paraguas fue considerado una amenaza?"
"Más que eso. Y el hecho de que recientemente se hayan vuelto cada vez más orientados a Europa y
que no se podía descartar una reubicación de la oficina principal fue el factor decisivo. Sin olvidar que
incluso se usaron armas nucleares para remediar las consecuencias. del accidente en Raccoon City.
América no simplemente ignora tales incidentes".
"Pensé que Umbrella era América..."
"No es tan fácil. Por supuesto, Umbrella es más que una simple compañía farmacéutica. Umbrella
también es una corporación, eso es un secreto a voces. Y los altos ejecutivos mantienen conexiones con
los niveles más altos del gobierno. Precisamente por esta razón, Habría sido fundamental que esta
empresa con su virus de importancia estratégica y la vacuna asociada se trasladara a Europa. Eso habría
destruido el equilibrio mundial. El desarrollo de una vacuna para un virus biológico de este tipo tiene,
por supuesto, la máxima prioridad. La orden que recibí fue investigar el Proyecto Rose y obtener
información sobre las intenciones actuales de Umbrella. Y debería robar la vacuna en desarrollo, como
una especie de promesa".
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"¿Deberías tomar la vacuna como una promesa?" preguntó Emily. “Como presión política contra
Umbrella. Aquellos que tienen la vacuna en la mano no deben temer el efecto del virus T. Para el grupo
eso significó perder más de América”.
Fuchs miró fijamente a Selfridge. "Planeó traicionar a Umbrella y correr hacia otra compañía
farmacéutica. Como una rata que abandona el barco que se hunde. Pero alrededor del barco no hay
nada más que un océano oscuro".
Selfridge luchó. "¡Se aprovechó de mí! Me hizo creer que había una empresa que quería comprar la
vacuna. ¡Y yo le creí!".
"Como saben, en el momento del accidente yo era el director del instituto en Raccoon City. Era soldado
en Umbrella y era su escolta en ese momento. Pasamos por este infierno juntos, vimos el horror con
nuestros propios ojos. En En ese momento decidimos que algo así nunca más volvería a suceder y que
habría que destruir Umbrella. Ese era nuestro, bueno, al menos mi objetivo. Me comuniqué con la
organización usando el nombre de Richard Fuchs y les informé que tenía información sobre Umbrella y
podría obtener más. Por cierto, Selfridge finalmente entró en juego como un medio para un fin.
Además, Raccoon City, que había sacudido los precios de las acciones y lo que siguió, Umbrella
inmediatamente centró su atención aquí y exigió que termináramos el vacuna. Si la hubiera robado, el
valor disuasorio y el valor del virus T habrían sido cero".
"Pero Sprague tenía otros planes..."
"No me importa lo que realmente pensó", respondió Fuchs.
"¡No está del todo bien de la cabeza!" Selfridge exclamó enojado.
"De cualquier manera, ese es el final ahora. Todos vamos a morir aquí". Fuchs cerró los ojos y pareció
escuchar el chapoteo de la lluvia de color rojo oscuro en el pasillo exterior.
"¿Morir? ¿Cómo...?" Hiromu Kinuta aparentemente se había despertado de nuevo. Se frotó los ojos con
una expresión en blanco en su rostro. "¿Qué... aún no ha terminado?" Gritó mientras el chapoteo
persistente continuaba. Todo su cuerpo se estremeció cuando sacudió sus brazos alrededor de sus
rodillas.
Emily lo miró sin decir palabra. Las tuberías sobre sus cabezas comenzaron a gritar cada vez más
estridentemente. Sabía que no durarían mucho más. Emily respiró hondo. El nombre de su hija rondaba
sus pensamientos.
Ahora o nunca. Esta es la última oportunidad.
Ella se enderezó. "No podemos darnos por vencidos todavía. Echemos un vistazo a los hechos..."
Fuchs también se puso de pie con una mirada de dolor en su rostro y miró a Emily.
"Exactamente. Tenemos que hacer algo."
"Bueno, primero fue el accidente de Reena Mittford. ¿Fue planeado o fue un accidente real?"
"Fue un accidente", respondió Fuchs. Sprague dijo que fue un accidente.
Emily asintió y continuó. "Entonces la vaca se infectó con el virus. Eso no fue una coincidencia,
¿verdad? Ulysses Allam lo arrojó al embalse".
"Sprague cree que Allam había sido capturado por Rose mientras usaba en secreto la máquina de
realidad virtual con Reena". Kinuta miró al Tanque mientras hablaba.
"Sí." Emily miró su mano. "Así es. Así que estos dos incidentes han ocurrido en el mismo lugar".
"¿Qué significa eso?" Selfridge sonó.
"En pocas palabras. Ambos fueron manipulados por Rose en el mundo virtual, quien los usó como un
medio. Se conocieron aquí como amantes, entregándose al ciberespacio, pero fue un trío desastroso. A
eso se reduce, ¿verdad?"
92
Selfridge sacudió la cabeza molesto, rascándose la cabeza calva. "¡Esos idiotas! ¿Qué pensaban que era
en realidad esta máquina extremadamente cara? ¿Un parque de atracciones? ¡Esos tontos infantiles...!"
Emily lo ignoró y siguió hablando. "Y luego ocurrió la falla de energía. ¿Qué pasa con eso?"
"El momento fue demasiado perfecto. El brote de contaminación, la furiosa propagación del Biohazard,
y luego estas extrañas grabaciones de video..."
Kinuta apretó su papada y bajó los ojos. "Estoy de acuerdo. Tal vez Carmen fue tomada durante el
apagón. El apagón gradualmente puso el sistema bajo control y finalmente lo abusó".
"Cuando estuvo completamente bajo control, Rose fue liberada, ¿verdad? ¿Pero por qué?"
"Se trata de la 'investigación'. El objetivo es que la vacuna devore al virus".
"Solo un momento. ¿Se trata Rose de algo más que una vacuna? ¿Algo así como... un ser vivo?" Kinuta
gritó.
Dentro de Emily, se despertó una idea. "Ah…"
“ Los continuos impulsos de la realidad actual. Un sistema que envía retroalimentación sobre señales
eléctricas. ¡Es la verdadera forma del 'Proyecto Rosa'! ¿Qué pasa si hay una entidad viviente actuando
como un dios para este mundo? Pondría todos sus sentidos ilimitados dentro. ¿Y si este instituto de
investigación, como dijo Sprague, está realmente atrapado en el sueño de Rose?
"Aquí." Emily fue al tanque. "Tal vez podamos hacer contacto con Rose".
Los tres hombres observaron con irritación cómo Emily paseaba de un lado a otro.
"Kinuta, levántate y ayúdame. Haré una inmersión de realidad virtual. Entraré en el sistema desde el
Tanque y recuperaré a Carmen. Si puedo manejar las funciones del sistema de control, podremos
escapar de aquí". ."
Kinuta la miró con los ojos entrecerrados sin sentido. Emily miró las tuberías del techo, que emitían
ruidos aún más estridentes e inquietantes. ¡Tenía que hacerlo antes de que todos perecieran aquí!
"¿Entraremos en la simulación de realidad virtual sin Carmen?" preguntó Kinuta, obviamente
conmocionado por la mirada de Emily hacia el techo.
"La terminal y la supercomputadora del tanque están conectadas localmente y no pueden ser
influenciadas por el sistema. Así que tiene que funcionar".
Emily miró las tres supercomputadoras incrustadas en la pared.
"Kinuta, siéntate en la terminal e intenta que el sistema funcione lo más rápido posible. Busca las
neuronas de Carmen y comunícate con ellas. Y yo..."
Miró el tanque con los ojos entrecerrados. "Me subiré a esta caja mágica y me enfrentaré a sus
fantasías".
Emily descubrió el traje de goma en la entrada detrás del tanque; estaba allí tal como lo había dejado la
última vez, rápidamente se movió detrás del contenedor. Luego subió por la escalera y abrió la escotilla
redonda. El tanque estaba rebosante del líquido de cojinetes de color verde amarillento, y la cabeza de
Emily estaba llena de dudas.
Lo que le pasó a Reena Mittford también me puede pasar a mí. En el peor de los casos, moriré en este
caldo viscoso...
El líquido verde amarillento de repente le pareció como la entrada al inframundo. Para sacudirse la
incertidumbre, se concentró por completo en la tarea que tenía por delante.
Sacó la manguera que sobresalía de la escotilla del tanque y la conectó a su traje. Con un sonido como
si se estuviera sacando un corcho, el fluido comenzó a correr hacia las cavidades del traje. A pesar de la
goma gruesa, sentía bastante frío.
93
Emily se quitó las gafas de realidad virtual y miró el espacio circundante. Tal vez no era una vista
particularmente refrescante: mampostería de hormigón desnudo, tuberías de techo desnudas... una
realidad muy poco atractiva.
Selfridge se sentó junto a la puerta, mudo escrito en su rostro. Kinuta estaba absorta en el trabajo frente
a la terminal, y Fuchs la miró después de haber apoyado lentamente la parte superior de su cuerpo
contra la pared. Su pierna parecía dolerle, al menos su rostro estaba distorsionado por el dolor.
Quería grabar todo lo que veía en su memoria para que la imagen se convirtiera en un ancla que la
sostuviera en este mundo.
"Está bien, encendí el sistema de realidad virtual", llamó Kinuta desde la terminal a Emily.
"¿Seguro que quieres hacer esto?"
Emily mostró su determinación con un asentimiento confiado. La máscara de oxígeno le impedía
hablar, extendió el brazo derecho y levantó el pulgar.
Kinuta se volvió hacia el monitor. "Por favor, no tardes demasiado. Si sientes una anomalía, envíame
una llamada de emergencia de inmediato, ¿de acuerdo?"
Emily respiró hondo y luego volvió a ponerse las gafas. Las presionó con fuerza contra su rostro para
que el aire escapara con un siseo y las gafas VR se fusionaran con su rostro. Luego miró fijamente la
superficie del líquido y se zambulló en silencio en el tanque, con los pies por delante.
4 DE OCTUBRE, 01:00 hrs, MÁQUINA VR - SALA VR
Estaba oscuro. Una oscuridad que absorbía toda la luz.

Después de un tiempo, los picos surgieron en la distancia, se multiplicaron y se extendieron
rápidamente. Pronto, el paisaje montañoso nocturno de Guatemala se extendió alrededor de Emily. Un
escenario basado en datos topográficos del mundo real. Emily miró atentamente la jungla generada por
computadora.
El bosque era real, no parecía una maqueta. Las texturas con las que se proporcionaron los árboles se
expandieron en algunos lugares de forma poco natural para adaptarse a la cuadrícula. Pero cuando se
tocaban, se sentían como árboles reales. Incluso había un olor a madera, a árboles vivos en el aire.
Pero para Emily ahora era necesario penetrar más profundamente en el sistema, en el núcleo que se
escondía detrás de esta simulación. La verdadera forma de la máquina VR. Tenía que meterse en esta
caja negra.
Emily llamó a un teclado virtual frente a ella. Debido a la máscara de oxígeno que respiraba, no era
posible el intercambio de idiomas con el mundo exterior. Por eso se había desarrollado el teclado.
Emily flotaba frente a unas pocas letras brillantes en el aire. Una interfaz imaginaria basada en
algoritmos matemáticos. Emily pasó los dedos por este teclado.
ESTÁ BIEN. TODO BIEN EN ZONA VERDE. YO SIGO ADELANTE.
A través de los auriculares llegó la voz aguda de Kinuta. "Entendido. Pero el sistema está bastante bien
protegido. No esperaba menos. Aunque conozco todas las contraseñas del instituto de investigación, me
resulta difícil llegar allí. Así que disfrute explorando. Disfrute de la vista de las montañas, ¿no?" ¿tú?"
Emily se rió atormentada. Para Kinuta obviamente no era nada nuevo anular las restricciones.
Soy realmente un pésimo jefe. Bueno, de todos modos, pensé desde el principio que no soy apto para
posiciones de liderazgo.
Emily miró al cielo. En el cielo nocturno se veía una gran luna llena. Pero incluso esta luna era solo una
ilusión. A diferencia de lo real, parecía una fuente de luz fija que estaba muy cerca.
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La luna solo estaba aquí para hacer que este mundo se sintiera real, no es un cuerpo celeste real
orbitando esta tierra. Y no sólo la luna, sino también todas las demás cosas que existen en este mundo,
pueden subdividirse en categorías elementales para este ser, que están detrás de todo lo visto, oído,
olido o sentido; en el caso del sentido de la vista, por ejemplo, cuadrículas y texturas...
Si Sprague realmente hubiera tratado de crear vida solo mediante el uso de una simulación que
aprovechaba estas realidades virtuales, ¿cómo se sentiría esta vida, sabía Rose, en el mundo real?
Emily miró la cadena montañosa lejana.
Rose no sabía sobre el Caribe más allá de las montañas, no podía saberlo. Y los patrones de
movimiento de las olas que surgían allí eran demasiado complejos para que la representación actual los
reflejara con precisión.
En algún momento, llegará el día en que todos los movimientos de las olas en el mar puedan ser
muestreados en tiempo real.
Y para Rose, esta realidad sin forma hecha por el hombre, tal vez algún día llegue un momento en que
llegue a conocer el mar.
Mientras Emily contemplaba este paisaje desaliñado, adherida y atrapada en la maquinaria,
deambulando por algún lugar en el límite humano-máquina, se sintió abrumada por la melancolía.
Sprague, ¿qué intentas hacer?
"¡Bien, estoy en el sistema! Jefe, ¿hay algún cambio?"
Las texturas de las cuadrículas se desprenden de los modelos y se desintegran en partículas que
desaparecen como píxeles. Incluso el bosque, que se había convertido en un esqueleto de celosía
inorgánica, comenzó a colapsar rápidamente... no, más bien, las líneas formaron nuevas estructuras.
HAY…
Emily quería escribir algo en el teclado, pero se detuvo y miró a su alrededor, perpleja. Después de que
la repentina tormenta de formas geométricas se calmó, de repente se encontró en un metro. Era el
escenario que ya conocía por el video.
No había pasajeros en el metro. Estaba tranquilo, parecía estar en el vagón delantero del tren.
Emily sintió algo cálido pasar rápidamente por sus piernas, y cuando miró hacia abajo, esa calidez
esponjosa resultó ser un gato negro. El gato se movió hacia el vagón trasero y luego se detuvo. Volvió a
mirar a Emily, su cola ondeando suavemente en el aire. Parecía que le estaba pidiendo a Emily que la
siguiera.
"¿Qué está pasando? ¡Por favor responde!", Sonó la voz de Kinuta desde los auriculares.
Emily escribió su respuesta sin apartar los ojos del gato.
Ella se estremeció, luego siguió tensamente al gato.
TODO ESTÁ BIEN. HACIA ADELANTE.
"¿Eh?"
Después de que Kinuta recibió la respuesta de Emily, notó una señal extraña e inclinó la cabeza.
Además de las señales del tanque, de repente apareció otra firma de acceso. Esto significaba que
alguien más estaba accediendo al sistema de realidad virtual desde el exterior. ¡Ahora, en este mismo
momento!
"¿Qué es?" Preguntó Fuchs, quien observaba junto a Kinuta y la pantalla.
"Además de nuestra conexión local, alguien tiene acceso al sistema".
"¿Qué pasa con Sprague?"
Kinuta rápidamente ingresó comandos y trató de localizar la fuente del tráfico. Esto fue
sorprendentemente fácil, el resultado fue aún más sorprendente.
95
"El acceso es a través de los cinco servidores del instituto y también desde la cápsula Rose. ¡También
es un gran impulso individual!" Kinuta miró a Fuchs con sorpresa.
"¿Y eso significa?" preguntó Fuchs.
"Tal vez sea Rose. Una entidad de información, como Carmen. La superestructura, la encarnación de
toda la información dentro de la red".
"Tonterías. He visto a Rose en Raccoon City en persona. Era una chica de carne y hueso", respondió
Fuchs.
"¿Y pensé que Rose era una vacuna?" Selfridge gritó desde la puerta.
Kinuta puso sus brazos detrás de su cabeza y pensó por un momento.
Rose no tenía un cuerpo físico; nada que captar concretamente. Los seres vivos tienden a consistir en
mente, cuerpo, espíritu…
"¡Por supuesto!" De repente gritó y saltó emocionado. Aliviada por el peso de Kinuta, la silla emitió un
chirrido de júbilo.
Si uno considera mente, cuerpo y función exclusivamente como una unidad, la respuesta está oculta.
Pero Rose no era una unidad, era un ser vivo dividido en varias partes. Tenía una mente en forma de
información de la red, tenía un cuerpo en forma de caldo fangoso y, finalmente, tenía un papel como
vacuna contra el virus T.
"¡No fue el director el que se hizo cargo de Carmen, sino Rose...!"
Fuchs levantó una ceja en respuesta a los murmullos de Kinuta.
"Y los videoclips en el sistema son sus pensamientos. Aquí, y solo aquí, Rose tiene un mundo en el que
vivir". Kinuta cambió el monitor al modo de video y se sorprendió con el paisaje que apareció en la
pantalla: ya no eran las montañas de Guatemala. Era el interior de un... ¿metro?
La mirada de Emily se movió lentamente en el furioso metro, balanceándose ligeramente al ritmo de
sus pasos. En la oscuridad frente a ella se oyó un ruido estridente de equipaje. Kinuta se sobresaltó
cuando notó que su respiración se había acelerado por sí sola. Agarró su pecho cerca de su corazón con
ambas manos, pero su corazón acelerado no quería calmarse.
En este momento podemos tocar el núcleo de todos los eventos.
Fuchs gritó al micrófono: "¡Señorita Ran, hay alguien más que está accediendo a la simulación! Es
demasiado peligroso. ¡Salga de ahí!"
"¿De qué estás hablando? Estamos llegando al fondo de la verdad", respondió Kinuta, sorprendido.
"Si alguien de afuera puede controlar el sistema aquí, ¡entonces puede cortar fácilmente el suministro
de oxígeno! Necesitamos abortar la misión antes de tiempo".
"Pero…"
Un mensaje de Emily apareció en el monitor.
TODO VA SEGÚN LO PLANIFICADO. CARMEN ESTÁ BAJO NUESTRO CONTROL DE
NUEVO. POR FAVOR. AHORA DEBE SER POSIBLE CONTROLAR EL SISTEMA DE CONTROL
DE VENTILACIÓN.
Fuchs y Kinuta se miraron. Kinuta saltó hacia atrás en su silla y tecleó con entusiasmo en el teclado -
una pantalla de estado de los sistemas de ventilación internos apareció en la pantalla. Inmediatamente
dio órdenes para detener la fuga del virus en el pasillo frente a la sala de realidad virtual, y las
salpicaduras que habían escuchado desde el exterior se silenciaron al instante.
El ruido era insoportable. Emily quería taparse los oídos, pero como el ruido provenía directamente de
los auriculares, era un esfuerzo inútil. No le quedaba nada más que hacer que tratar de ignorar el
traqueteo del equipaje. Emily pensó que había oído a alguien gritarle en medio del rugido, pero estaba
demasiado ocupada concentrándose en lo que le esperaba para estar segura.
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Su campo de visión estaba muy limitado y tenía miedo de perder de vista al gato que tenía delante. El
gráfico también fue severamente perturbado por la conmoción. Era como si el gato negro pudiera
desaparecer en cualquier momento en una de las muchas pequeñas grietas que se abrían por todas
partes.
Un payaso con pompones de colores pasó junto a ella. Emily lo miró fijamente, pero el payaso no
respondió, dando la impresión de una mente completamente incapaz. El gato negro ahora corría más
rápido y parecía dirigirse directamente a los vagones traseros. Pero justo cuando el gato entró en el
siguiente automóvil, de repente se elevó en el aire y desapareció sin dejar rastro.
Emily se detuvo y miró a su alrededor preocupada. Aunque la vía se balanceaba violentamente, no tuvo
problemas para mantener el equilibrio. Se acercó a uno de los asientos donde estaba sentada una sola
chica. Tal vez estaba durmiendo, porque permaneció inmóvil.
Aunque tenía que ser una persona virtual en una realidad virtual, a diferencia del payaso, esta chica
emanaba una presencia muy real.
Tenía la cara de Reena Mittford. Emily abrió el teclado virtual.
TÚ ERES… Emily comenzó a contactarla.
La niña la miró distraídamente, como si estuviera mirando a Emily pero sin percibirla. Su conciencia
parecía morar en una tierra de ensueño distante.
"Nos conocemos...?" preguntó la chica. A Emily le resultó imposible saber si era Reena o cualquier otra
persona.
¿ME PUEDES DECIR TU NOMBRE?
Ante la pregunta de Emily, la chica hizo una mueca. Emily sintió un escalofrío en la espalda, porque no
parecía una mujer haciendo muecas. Parecía como si un pedazo de papel se estuviera arrugando.
"Vete", dijo la niña.
OYE, ¿QUIÉN ERES?, Emily entró apresuradamente en el teclado.
El tren se detuvo y la niña se levantó. Parecía que quería bajarse en esta estación. Al salir del
compartimiento, la niña casi susurró: "Alma... Alma Hartline. ¿Y quién o qué eres? ¿Eres humana?".
Con la respuesta ya en los labios o más bien en la punta de sus dedos, Emily notó que de repente estaba
de regreso en otro lugar. Suspiró, abrió el teclado virtual y escribió un mensaje para Kinuta.
KINUTA, ¿CÓMO TE VAN LAS COSAS?
Escuchó atentamente y trató de filtrar la voz de Kinuta de la corriente de ruido. Pero por más que se
concentraba, no podía escuchar una respuesta.
"Todo un éxito. ¡Carmen vuelve a correr!", gritó Kinuta al micrófono.
"¡Jefe, parece que tenemos control total sobre el sistema de control de aireación de nuevo!"
Aparecieron letras en la pantalla.
EN ORDEN. PARA QUE FUNCIONE. ROSA DE PURGA DEL INSTITUTO.
"Estoy en ello", murmuró Kinuta, lamiendo sus labios felizmente.
Apretó las manos y se hizo crujir los nudillos con fuerza. Luego se volvió hacia el teclado. No sabía
por qué, pero toda la situación era muy divertida.
El pánico de estar atrapado y rodeado se había desvanecido por completo.
"¿De verdad es todo tan fácil?", susurró Fuchs, quien estaba de pie junto a Kinuta y levantó las cejas
para enfatizar su escepticismo.
Kinuta detuvo sus dedos por un momento en el teclado y sonrió brillantemente a Fuchs. "Es como el
huevo de Colón. La solución más simple, como predijo Emily Ran. Quien sea nuestro oponente,
probablemente no esperaba que fuéramos directamente a la guarida del león. Al final, el que está listo
para actuar gana. "
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Entrada por entrada, las pantallas de los sistemas de ventilación individuales saltaban de rojo a verde
nuevamente. El mapa topográfico del instituto en el sector superior izquierdo de la pantalla indicaba
que ahora todos los sistemas de ventilación estaban parados.
"Bien, está hecho. Solo un poco más de este misterio para desentrañar. Pero..."
Kinuta detuvo sus dedos, que habían corrido por el teclado a una velocidad vertiginosa, y se detuvo a
pensar. Poco después, comenzó a ingresar pedidos nuevamente con una velocidad impresionante.
"¿Qué estás haciendo ahora?" preguntó Fuchs.
"Cambiado de nuestra conexión local a la red... Buscaré en los servidores".
Kinuta levantó la cabeza.
Esta es nuestra oportunidad. ¡Echaremos a Rose de la red!".
"No se atasque. Es mucho más importante verificar el statu quo".
Fuchs agarró el brazo de Kinuta. Miró a Fuchs un poco molesto. Pero él realmente no entiende nada.
Esta es la oportunidad de finalmente deshacerse de Rose.
"Está bien, incluso esto debería satisfacerte..." Kinuta dio una orden con la mano.
"Ahora tengo la conexión local y la red bajo control al mismo tiempo". Su pulgar palmeó con
impaciencia el borde del teclado.
De repente, se oyó un silbido cuando salió aire comprimido y la puerta, que se suponía que estaba
cerrada con llave, se abrió. Selfridge, que se había sentado letárgicamente frente a la entrada, saltó
sobresaltado.
En la puerta estaba parada una mujer alta. Tenía el pelo largo y negro, un rostro de porcelana y sus
esbeltos miembros temblaban. Su overol rasgado colgaba en harapos sobre su cuerpo.
"¿Qué estás haciendo?" Kinuta frunció el ceño. Caminó lentamente hacia la mujer, casi como si
estuviera en trance. "¿Qué haces aquí... Reena Mittford?"
"¡Oye, no te acerques más!", advirtió Fuchs.
Kinuta se detuvo en medio de la habitación. El agua fangosa roja que había llovido por los pasillos
entró a raudales en la habitación entre las piernas de la mujer y se depositó en el suelo como una
película de aceite.
Kinuta sintió que cada uno de los vellos de su cuerpo se erizaba. Selfridge tanteó lentamente su camino
a lo largo de la pared hacia el tanque.
"¡Oye, Kinuta! ¡Mira esto! ¿Qué ha pasado ahora?" La voz procedía de Fuchs.
"¿Qué es?" Kinuta respondió.
"¡Las luces verdes se están volviendo rojas lentamente!"
Este comentario de Fuchs parecía haber sido la señal.
Una detonación, como si el metal chocara entre sí, sonó y el aire comprimido salió disparado por las
aberturas del sistema de ventilación. En el momento siguiente, el agua fangosa roja comenzó
nuevamente a irrigar el corredor exterior. ¡Nos engañaron!
Kinuta tembló. Rose había estado esperando que él abriera la conexión local y la red al mismo tiempo.
Y ahora estaba aprovechando todo el poder necesario para eliminar los cuerpos extraños que habían
invadido el sistema de realidad virtual. El muro protector no duró mucho.
"¡Toma, Kinuta! ¡Ayúdame a sacarla del Tanque!"
Kinuta miró a su alrededor. Richard Fuchs se había subido al enorme cubo de metal y gritó hacia él.
Junto a Fuchs estaba Christian Selfridge, quien también miró en dirección a Kinuta. Pero las rodillas de
Kinuta eran tan suaves como Pudding, y no logró poner un pie sobre el otro. Segundos después,
finalmente se sacudió la parálisis y trató de entrar a una de las áreas traseras de la habitación. Sin
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embargo, se resbaló en el agua fangosa roja y cayó al suelo. Su cuerpo estaba cubierto de mucosidad
roja.
"¿Por qué estás tratando de escapar?" preguntó Reena, riéndose detrás de él. "¿A dónde quieres huir?"
Los largos brazos de Reena serpentearon alrededor del cuello de Kinuta. De los poros de sus brazos
brotaron innumerables puntos rojos, que poco a poco se hicieron más grandes y finalmente eclipsaron
por completo su cuerpo como en un lapso de tiempo.
"Tú…"
Kinuta se giró y miró a la cara de Reena. Se congeló por un momento. No había nada donde se suponía
que debía estar la cara. Allí se extendía un mundo de nada roja y bullente.
El líquido que corría por el suelo se reunió alrededor de Reena, la rodeó y comenzó a fusionarse con
ella.
Así estamos unidos
El pecho de Reena se abrió de golpe y apareció una segunda cara. Miró a Kinuta mientras cambiaba
constantemente como papilla burbujeante en una cacerola y diseñaba nuevas formas. El rostro soltó una
sonora carcajada. El grito de auxilio de Kinuta resonó en la habitación. El lodo rojo cubrió por
completo a Reena, y se convirtió en un enorme bulto púrpura gelatinoso que se balanceó y se retorció y
finalmente absorbió a Kinuta.
La escena cambió. Nuevamente Raccoon City. Una situación que ya se había visto en los monitores del
instituto. Zombis humanos carnívoros caminando por las calles... Emily se escondió detrás del montón
de escombros más cercano. Su corazón pareció saltar salvajemente en su pecho.
El traje de realidad virtual incluso llevó el viento abrasador causado por los fuegos ardientes en todas
partes. El olor a carne quemada estaba en el aire, y el hedor era tan extremo que Emily quería
arrancarse la máscara de oxígeno, que habría apagado todos los componentes de los olores simulados.
Ella estaba luchando por su autocontrol.
Mantenga la calma, esto no es más que una realidad virtual. No hay peligro. Estoy en el tanque.
Una persona infectada pasó tambaleándose justo en frente de su cara. Emily contuvo la respiración
porque el hombre no la notó, pero Emily se sobresaltó por una razón muy diferente.
Eso es... ¡Robert Prasch!
Sin pensarlo, Emily quiso correr tras el hombre, pero se detuvo bruscamente en su movimiento. Estos
fueron sin duda los programas de Prasch. Su cara hundida, inexpresiva, parecida a la de una momia, la
conocía muy bien de las telecomunicaciones... ¡Oh, sí, era esa cara de las telecomunicaciones!
La comprensión golpeó a Emily como un rayo. Saltó de detrás del montón de escombros y estudió los
cadáveres ambulantes. Todos tenían rostros que ella había visto antes en alguna parte. Obviamente,
muchos usaron las imágenes de identificación del servidor de los miembros del personal que sirvieron
para la comunicación a través de Telecom. Casi parecía como si estuvieran compitiendo por los extras
en una nueva película de terror.
¡Los retratos habían sido colocados como texturas sobre las cabezas de los modelos!
En algún lugar de aquí, tal vez, un cadáver también corre con mi cara. Temblando, Emily se quedó
mirando a la gente que se balanceaba. Eso es casi como una parodia de nuestro instituto de
investigación.
Ren Sprague había dicho que los eventos en el instituto eran similares a los de Raccoon City, y estaba
convencido de que el instituto había sido tomado por Raccoon City.
Y en estas imágenes aquí, Raccoon City imita los eventos dentro del instituto como un salón de espejos
en la feria. Una sensación de levitación, como si uno hubiera sido arrojado a un torrente eterno de
reflejos.
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Risa fuerte.
Cuando Emily levantó la cabeza, el gato negro estaba posado sobre la pila de escombros. El gato saltó,
dio unos pasos y luego volvió a mirar a Emily.
Quieres llevarme a algún lado otra vez, ¿eh?
Emily siguió al gato y caminó hasta una cancha de baloncesto cercada en una calle más grande. Solo
había un niño y una niña en el campo; el gato había desaparecido en algún momento. Incluso antes de
que Emily abriera la puerta de la cerca y entrara al patio, Emily ya sabía quiénes eran los dos jóvenes.
Los ojos de Emily se posaron en Ulises/Frank. El chico estaba de pie, con las piernas separadas,
apoyado en el poste de la cancha de baloncesto y mirando al cielo con indiferencia. La niña estaba
tirada en el campo con los brazos y las piernas estiradas, mirando también al cielo. Ambos mostraban
claros signos de infección: lágrimas rojas en la piel, manchas en la cara y, en algunos lugares, carne
desnuda. La chica tenía, sin embargo, como antes, un aura real extraña, que faltaba con el otro
personaje aquí.
Reena/Alma miró a Emily y se rió. "Por fin llegaste".
por fin te tengo ¿Estás detrás de todo el asunto? Emily llamó al teclado y martilló sin sentido. Cambió
de opinión una y otra vez y tuvo que corregir la calumnia. Reena/Alma observó todo con una sonrisa.
¿QUIÉN ERES TÚ?
"Te lo dije, soy Alma Hartline. ¿Cuántas veces más me lo preguntarás?"
TU NOMBRE NO ME INTERESA. QUIERO SABER QUIEN ERES. ¿QUÉ ERES?
"Una rosa... abierta a todo, que lo absorbe todo, que todo lo hace suyo". Persistió en estas palabras
como si estuviera distraída. Con impaciencia, Emily se arrodilló y la sacudió. Sin reacción.
Apresuradamente, Emily llamó al teclado y escribió un mensaje.
ROSE... ESTÁ BIEN, SI ACEPTO ERES ROSE, ¿ERES TU?
La chica asintió.
¿DÓNDE ESTÁ REN SPRAGUE?
La niña miró a Emily y negó con la cabeza.
"¿Sprague...? No conozco a ningún Ren Sprague".
Emily se arrodilló y miró hacia el cielo donde un helicóptero volaba en círculos.
"Porque mi amigo está a salvo a bordo. Mi diario... Tengo que conseguirlo. Hay muchas cosas
vergonzosas allí... Dime, ¿realmente apesto?"
Este comentario hizo que Emily se diera cuenta de algo. Por unos momentos, el hedor había
desaparecido de su nariz. Además, el aire que entraba en su máscara se había vuelto más delgado y
oscuro.
¡No hay más oxígeno! Emily apenas podía respirar de repente. KINUTA,
KINUTA! MIERDA, EL SUMINISTRO DE OXÍGENO ESTÁ INTERRUMPIDO. ¡AYÚDAME!
¡POR FAVOR AYUDA!
Emocionada, Emily trabajó en las llaves. Reena/Alma miró hacia arriba, lamiendo. El cielo estaba
levantado por tormentas eléctricas. Emily llamó a la interfaz virtual y la calibró en la red.
No puedo esperar más.
Todas las texturas se desprendieron, el mundo solo quedó como una cuadrícula de celosías. Incluso la
forma era concebiblemente simple, la cuadrícula no formaba más que un solo cubo enorme. Emily
estaba en medio de este cubo, sin forma.
La calidad del sonido ahora era nítida y libre de ruido, y la velocidad de procesamiento era
increíblemente rápida.
100
Emily estaba emocionada, casi exultante. Marcó la copia de respaldo de Carmen dentro del sistema y se
preparó para reiniciar. Una Carmen recién nacida: incluso si muriera, podrías crear rápidamente una
nueva.
Carmen - Oxígeno, por favor!
Sintiéndose avergonzada, Emily pensó que se movía a través de varios escenarios: una avenida, el
interior de un autobús, un cementerio, un invernadero... y entendió.
Esto ni siquiera era una caja negra. Todo era ilusión. Una litografía del saber en la que las reacciones se
fingían como conciencia. No más que un diario lleno de recuerdos de su pasado. Ya fuera la palanca del
imperialismo o un toque de ternura, una historia seguía siendo una historia.
Ren Sprague apareció en su mente. Su cabello claro, su rostro demacrado, marcado por innumerables
decepciones y juicios.
Los anhelos de Sprague habían producido la historia, y la historia, después de todo, había devorado a
Sprague.
¡La respuesta es tan fácil! Y Carmen - así yo también, como cómplice,
contribuido a hacer avanzar la historia. Carmen no causó ningún problema en absoluto, solo jugó con
Rose sin ninguna resistencia. Rose y Carmen fueron una desde el principio.
"Genial, ¿eres tú, Emily?" Su padre se rió.
El programa de generación de texto encadenó aleatoriamente los episodios. Así funcionaba este juego.
Las historias almacenadas que el usuario real ingresó se encontraron y se entrelazaron. De esta forma,
poco a poco, surgió un extraño collage de historias individuales.
El sastrecillo valiente apareció de repente en los Cuentos de las mil y una noches, y don Quijote se
peleó con el capitán Ahab. Pero el programa podría hacer aún más; incluso una simple conversación era
posible con él.
¿QUIÉN SOY?, entré con mis torpes dedos índices sobre el teclado.
Tras una breve reflexión, la desfasada Apple responde: CARMEN. ERES CARMEN.
Padre resopló. "¡Ese es el nombre de la mujer que toreaba!"
A partir de entonces yo era Carmen, y mi hija recibiría el mismo apodo.
"¡No puedes salir, hay demasiados gérmenes!"
Mi hija, mi pequeña y dulce Carmen, que ha heredado mi débil sistema inmunológico. le puse este
nombre...
"Carmen inmediatamente puso fuera de servicio todos los sistemas de ventilación".
"Entendido."
Emily respiró hondo, incluso esta Carmen probablemente iba a ser tomada por Rose de nuevo, pero eso
no podía detenerse.
Emily comprobó la hora proyectada en los anteojos. Ya eran las 02:00 am. Decidió fijar la fecha del
renacimiento de Carmen como IA a las 03:00 am, la hora de la verdad.
De repente, el mundo se estremeció. El fuerte ruido comenzó de nuevo a su patrón habitual, y la
existencia de un simple cubo de rejilla se disolvió de un momento a otro. Su campo de visión de
repente se volvió negro azabache y el pánico se apoderó de ella. Histéricamente golpeó y pateó.
En medio de la oscuridad perfecta, absorbiendo toda la luz, Emily nadó salvaje y desordenadamente en
el líquido pegajoso, buscando una salida. Aunque el tanque tenía solo cinco metros de ancho, no se
podía encontrar ninguna salida. Era casi imposible distinguir desde arriba y desde abajo en el agua
pesada, pero entonces, de repente, debajo de Emily, apareció algo redondo que era como la luz al final
del túnel.
101
El pequeño mundo cuadrado se había puesto patas arriba. Con todas sus fuerzas, Emily se abrió camino
hacia la luz. De repente, una mano fuerte alcanzó su brazo, tirando de ella y torciéndola, y antes de
darse cuenta, Emily fue sacada del tanque. Se aferró al brazo que la sujetaba, se subió a él y salió
encima del tanque después de un movimiento de barrido que estaba apartando de la escotilla. Se sentía
ansiosa, la consecuencia normal de una sesión prolongada de RV. Ella yacía sobre el tanque de su lado.
Emily se quitó las gafas y se quitó la máscara de oxígeno de la cara.
"¿Qué pasó? ¡Casi me matan!"
"Yo también…"
Emily miró en la dirección de donde provenía la voz. En las inmediaciones, un hombre alto se quedó
sin aliento. Era Richard Fuchs. De su cuerpo goteaba el líquido portador de color verde amarillento.
Fuchs se acomodó en el tanque y respiró hondo. Emily tiró de un tirón de la capucha ajustada del traje
de goma, que se soltó de su cabeza con un chasquido y luego colgó entre sus omoplatos. El líquido
viscoso se atascó en su corto cabello rubio oscuro, y casi parecía que Emily se había peinado hacia
atrás con gel. Se quitó los guantes y se secó la cara con las palmas de las manos. Se sintió miserable.
"Me salvaste. Gracias".
Fuchs solo levantó la mano en silencio.
"¿Estás bien?"
Fuchs asintió casi imperceptiblemente. Todo su cuerpo estaba cubierto de sangre, y se podía ver de
inmediato que tenía que estar gravemente herido. "Rose vino aquí eventualmente. No sé qué pasó
exactamente. Nos engañaron".
¿ Engañado? ¿Y adónde fue entonces?"
"Ni idea. Ella no vino a matarnos de todos modos. Después de haber destruido totalmente las
instalaciones, simplemente desapareció de nuevo".
Emily miró alrededor de la habitación. Estaba completamente devastado y presentaba un panorama
terrible. La terminal se desarmó en pedazos y se derramó humo de las supercomputadoras en la pared.
El tanque estaba inclinado hacia un lado y lleno de golpes y abolladuras.
"Kinuta, ¿dónde está Kinuta?" preguntó Emily.
"Fue tomado por ella, ella lo consumió. Estaba petrificado por el miedo y no tenía ninguna
posibilidad..." Fuchs hizo una pausa, como si solo ahora pudiera recordar correctamente y se puso
blanco.
Emily bajó los ojos. "Kinuta..."
"¡Los sistemas de ventilación están fuera de servicio!", una voz vino desde la puerta. Selfridge se aferró
al marco de la puerta. Su mirada estaba fija en el pasillo, parecía exhausto. Los pocos cabellos que le
quedaban en la cabeza estaban despeinados en todas direcciones, y su camisa naranja estaba arrugada
como si la hubieran lavado sin suavizante de agua y luego la hubieran dejado sin revisar.
Emily saltó del tanque abollado. "Es mejor esperar hasta que todo esté completamente
descontaminado". Desapareció detrás del tanque, se quitó el traje de realidad virtual y se puso la ropa.
Mirando su chaqueta sucia, hizo una mueca, y en su lugar se puso una bata blanca, que había sido el
cesto. Devolvió las bolsas al suelo, dejó caer unas cuantas notas adhesivas arrugadas y guardó los
artículos de los bolsillos de su chaqueta sucia en su abrigo nuevo.
Cuando salió de detrás del Tanque, Fuchs estaba en cuclillas contra la pared, apoyada contra el suelo.
Emily se acercó a él y se sentó a su lado. Selfridge estaba de pie cerca de la puerta, todavía mirando
inquieto hacia el pasillo.
Fuchs habló primero. "¿Entonces? ¿La conociste? ¿Qué es esta Rose en realidad? ¿Qué pasó allí?"
102
“Eso es difícil de explicar… Había muchos escenarios al principio, y pensé que tal vez era la
conciencia de Roses. Pero al final, solo era parte de un guión preparado por Sprague. Que Rose se
uniera a Carmen. , fue pensado desde el principio. Para este fin, se ha integrado en el sistema del
instituto y se ha cultivado de esta manera".
"Eso realmente no me hace sentir mejor. No es que te entienda de todos modos".
"Bueno, bueno... cuando comenzó este proyecto, me llenó de alegría porque me dio la oportunidad de
hacer mis simulaciones experimentales. No podría haber pedido más. Simplemente transfiera las
simulaciones a la prueba de fluidez, reconcilie sus respuestas, y registrar los resultados. Una vez más,
comparé meticulosamente estos resultados con re-inyecciones de otros experimentos, tratando de llegar
al patrón de reacción más apropiado para un anticuerpo. Así que desarrollé las proteínas necesarias para
el desarrollo de una vacuna contra el virus T. a base de prueba y error. Esto apenas difiere de lo que
sucede en el cuerpo de un ser humano. Estas simulaciones teóricas deberían haber sido el punto de
partida para el desarrollo práctico de una vacuna contra el virus T. Pero Ren Sprague perseguía otros
objetivos. Ahora Me doy cuenta de eso. Para él, Rose fue un movimiento revolucionario para verificar
su propia teoría".
"¿La teoría de Sprague? ¿Y qué clase de teoría es esa?"
"No se puede simplemente dar al sistema inmunitario una vacuna y confiar en un efecto universal. La
inmunidad es desde el principio un sistema cerrado hecho a la medida del individuo".
"Eso surgió antes, pero todavía no lo entiendo del todo. Entonces, ¿la inmunidad no es una función que
combate las enfermedades?"
"Exactamente. El sistema inmunitario diferencia entre el propio cuerpo y el de otra persona. Por lo
tanto, no puede simplemente usar anticuerpos para la enfermedad de una persona con éxito,
especialmente para otra persona. Por el contrario, incluso podría suceder que la enfermedad real se pase
por alto y las células sanas del cuerpo son atacadas. Digamos, una vacuna no hace más que fortalecer a
los humanos contra el enemigo real permitiéndoles luchar por adelantado contra un oponente
imaginario. Sin embargo, el desarrollo de la sustancia de defensa real, es decir, el anticuerpo, se hace
cargo del sistema inmunológico. sistema, dentro de las condiciones individuales del paciente".
“ Imagina un juego de disparos con dianas de cartón. Si atrapas a un criminal, mejorarás tu puntaje,
pero si matas a un civil, hay una deducción".
Fuchs juntó las manos, fingiendo que sus dos dedos índices eran un arma, apuntando al aire e imitando
el retroceso de un disparo.
“Es solo una analogía para entender la situación… Pero es un ejercicio que, si no se hace bien, puede
matar a alguien. Especialmente si el enemigo es tan fuerte como el T-Virus. El T-Virus, después de
entrar en el cuerpo, se adhiere a las células y altera su estructura para su propio beneficio. Similar a un
soldado que es hipnotizado y de repente ataca a su propio país. Por lo tanto, es extremadamente difícil
desarrollar una vacuna, porque, cuando se infecta con el virus T, dos ADN diferentes están en un
cuerpo. En el caso desfavorable, este ejercicio no mata al virus sino al ADN del huésped".
“Así es, eso es lo que dijeron ayer… A través de la autodestrucción del sistema inmunológico, el
hombre es despojado de su humanidad, y las líneas de su existencia se pierden, que es básicamente
cuando te conviertes en uno de estos… zombis".
“Como medida para combatir el virus T, el director ha estado buscando una forma de atacar el sistema
inmunológico de antemano y dejarlo hasta cierto punto fuera de acción. Pero un cuerpo indefenso se
convierte necesariamente en un nido de bacterias extrañas. y virus; en pocas palabras, se enferman.
Pero Sprague no lo creía así. Simplemente vio esto como un cambio de cuerpo ".
"Qué idiota. ¡Una enfermedad es una enfermedad!"
103
"Pensar así sería normal. Pero no para Ren Sprague. Según su teoría, una ciudad sigue siendo una
ciudad, incluso si después de un bombardeo toda la vida en ella ha sido borrada y todos los edificios
han sido destruidos. Sin embargo, este lugar es sigue siendo una ciudad, solo que con una apariencia
cambiada. Por supuesto, esta lógica en última instancia niega la vida humana como consecuencia. Y
Sprague dijo que la manifestación en expansión era entonces el agua turbia. El objetivo de Sprague no
era crear una vacuna sino una nueva forma de vida que cualquier sistema puede superar. Y él ha
elevado esta forma de vida en el camino de la realidad virtual ".
Algo que está abierto a todo, lo absorbe todo, hace que todo se detenga.
Un culto sin límites. Una comprensión sin límites. Una evolución sin límites.
"¿Así que se supone que es Rose?" Fuchs empezó a temblar.
Emily lo miró inquisitivamente. Él rió. Se rió desesperadamente, las lágrimas derramándose en sus
ojos.
"Estaba en Raccoon City en ese entonces. Como soldado en el ejército privado de Umbrella, que usaba
el nombre de 'fuerzas especiales contra el riesgo biológico'. Nos habían enviado a recopilar
información, y ninguno de nosotros le había hecho justicia. El terrible ¡Esta realidad completamente
caótica y de mierda! Soy un hombre adulto y, sin embargo, estaba traumatizado, mis ganas de vivir
desaparecieron. Cuestiones morales, correcto e incorrecto, bueno y malo, blanco y negro, ¡mierda!
Vivir tan simple como posible, para dar gracias. Sobrevivir o morir, lo que eligieras, era siempre la
misma mierda.
Todavía apoyado contra la pared, Fuchs se levantó lentamente. "Tienes un hijo, ¿verdad?"
"Sí, lo tengo. Una niña, siete años..."
"¿Y el padre?"
"¿No sé dónde?"
"Nada parece ser fácil para ti... ¿a quién le importa el pequeño?"
"Mis padres, en nuestra casa. No soy muy adecuada como madre. Por muchas razones. No soy
necesariamente un gran modelo a seguir".
"¿Qué dices eso?"
"Bueno, no es como si siempre hubiera hecho lo mejor que podía y llegué a la cima. Así es como va la
vida. Las cosas pueden ir bien y las cosas pueden ir mal. Cuando era niño, la vida parecía diferente;
más bien en un curva constante, no solo altibajos!"
"Incluso si parece diferente, ten esto en cuenta. Eso hace una gran vida para tu chica".
Involuntariamente, Emily miró a Fuchs. "Que estas palabras vengan de ti es lo que más me sorprende".
"¡Asegurémonos de salir vivos de aquí!"
Fuchs hizo un esfuerzo honesto para producir un guiño genial.
Selfridge, que estaba sentado junto a la puerta, habló después de mucho tiempo y les susurró: "Basta de
sentir lástima por ustedes mismos. Salgamos de aquí ahora".
Emily miró su reloj. Sí, era hora. Miró la máquina de realidad virtual destruida. Ahora ya no es posible
contactar a Rose. Y Carmen solo puede reiniciarse una vez más. Esta es definitivamente la última
oportunidad.
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"¿Y cuál es el plan? ¿Vamos a despedirnos de este instituto maldito?" Fuchs preguntó mientras extendía
sus manos.
"No, es demasiado pronto para escapar". Emily agarró sus manos y tiró de él hacia arriba.
Fuchs la miró inquisitivamente. "¿Y qué hacemos entonces?"
"¡Vamos a encontrar al director! Ren Sprague probablemente esté en la sala de control. Le haremos una
pequeña visita".
105
Capítulo 7
4 DE OCTUBRE, 14:45, SALA DE CONTROL
Innumerables cables, que brotaban del gigantesco generador del instituto, vagaban aquí y allá por las
paredes. Todo el asunto ofrecía una imagen muy extraña. Varios tubos corrían por el techo y las
paredes, y pegados entre sí, de alguna manera parecían un esqueleto, o al menos parecían crecimientos
óseos. En otra pared había innumerables monitores cuadrados pegados y mostraban diferentes áreas del
instituto. En todas partes de las pantallas se podía ver el agua fangosa roja de Rose, que parecía haberse
extendido por todo el complejo.
En la sala de control, apestaba casi impensable a podredumbre. En una silla redonda de metal en un
rincón estaba sentado Ulysses Allam. Sostenía una metralleta como un muñeco tieso, y parecía que
masticaba palabras en su boca.
El olor más extremo soplaba desde su dirección. La piel de la mitad de su rostro ya había desaparecido
por completo y la carne roja colgaba. Sus músculos podridos, que ya no sostenían la mandíbula inferior
en su lugar, se mostraban libremente, y la mitad izquierda de su cuerpo se había licuado casi por
completo. Un tentáculo que sobresalía de la articulación de su codo izquierdo fue colgado
cariñosamente sobre el cañón de la ametralladora. Su figura a la luz de los deslumbrantes tubos de neón
parecía la de una criatura espeluznante de un mundo extraño. Sorprendentemente, Hiromu Kinuta se
sentó justo al lado. Tenía los brazos alrededor de las rodillas.
Kinuta no hizo nada más que mirar fijamente al techo y no mostró ninguna reacción cuando Emily
apareció frente a él. Sprague se sentó en una silla en la esquina trasera de la habitación. A sus pies había
una caja azul que emitía un zumbido constante, probablemente una unidad de refrigeración de algún
tipo.
"Bueno, mis queridos invitados, en primer lugar me gustaría expresarles mis más sinceras
felicitaciones. Lo han hecho bien, sobrevivieron y llegaron hasta aquí. Estoy realmente feliz de
corazón. Por cierto, fue importante para que yo te apoye en tus esfuerzos".
"¡Señor director, dígame inmediatamente qué está pasando!" —exclamó Selfridge, que había vuelto a
su antigua arrogancia.
Ren Sprague lo miró con indiferencia. Emily, exhausta, se apoyó en el escritorio cerca de ella.
"Ren, ¿qué hiciste con Kinuta?"
"Nada en absoluto. Lo habías metido en este asunto. Kinuta conoció a Reena y desafortunadamente fue
asimilado por Rose".
"¿Dónde está Reena Mittford? ¿Está viva?"
"Su vida como individuo ha terminado. Ahora duerme, en armonía con Rose".
"No nos digas esa mierda. Seguramente fuiste tú quien mató a Reena, ¿fuiste tú?" Emily estaba
molesta.
Sprague resopló por la nariz. "Bueno, ¿cómo puedo explicar esto? Si lo miras desde tu punto de vista,
prácticamente se suicidó. Pero esa sería una visión unidimensional. Tal vez comparable a la caída de
lemmings desde un acantilado, también podría ser descrito como suicidio grupal. Reena estaba bien,
después del accidente en la sala de realidad virtual. Empezó a pensar que ella era Alma. Esa fue
realmente una desafortunada coincidencia. La conciencia de Roses había pasado al frente desde el
fondo de la simulación. Reena tontamente repitió la misma inmersión de una simulación de una
inmersión privada y probablemente fue el detonante. Lo más probable es que Rose usó la cara de Reena
106
como una máscara para su alter ego, ella consideraba a Reena un 'pariente'. Entonces decidí no dudar
por un momento por más tiempo. Finalmente había llegado el momento de liberar a Rose.
Sprague entrecerró los ojos hasta convertirlos en rendijas y se rió rotundamente.
"¿Y Kinuta?"
"Era demasiado curioso. Por eso perdió la vida. Es decir, su vida como individuo independiente. Ahora
es un vehículo que transporta parte de Rose".
Emily volvió a mirar la figura agachada de Kinuta. Sus ojos estaban vacíos, su respiración se había
detenido y su cuerpo no mostraba el más mínimo movimiento. No podía haber ninguna duda para
Emily de que Kinuta estaba muerto.
En ese momento, Hiromu Kinuta se derrumbó, temblando a intervalos regulares. Como un pez
arrastrado a la orilla, luchando con una muerte segura, retorciéndose por aire.
"¿Qué está pasando ahora? ¿Qué diablos está pasando ahora?"
Fuchs, que quería ayudar a Kinuta, fue retenido por Emily. "No él…"
De los ojos y la nariz de Kinuta, se derramó una masa floja de color rojo oscuro, que de ninguna
manera era sangre... la velocidad del chorro aumentó explosivamente y su boca se abrió tanto que
desgarró la piel profundamente en las mejillas. Su nariz reventó como una fuente, y el líquido corría
ahora por el pasillo. Por un momento, la repugnante masa se elevó hasta las rodillas, luego rápidamente
volvió a caer al nivel del suelo. Allí comenzó a fluir lentamente, a filtrarse entre las finas juntas de las
baldosas y extenderse como una red hasta el último rincón de la habitación.
Aparte de Ren Sprague, todos se quedaron sin palabras al ver esta escena extraña y repugnante. El
dolor, el terror y el miedo se impusieron. Solo Sprague observó el espectáculo con indiferencia, como
si nada especial hubiera sucedido.
"Por cierto, esa es una vieja conocida tuya. Oh, pobre Rose. Si no recibe más electricidad, muere de
esta triste manera. Y eso, a pesar de que previamente había entrado en una simbiosis con su anfitrión...
sería horrible. Una forma de vida perfecta que puede tragarse incluso el poderoso T-Virus y, sin
embargo, la más frágil de este mundo..."
Christian Selfridge gritó de rabia: "No me importa el virus, ¡cuántos empleados del instituto ya han
muerto aquí! ¡Basta de tonterías! ¿Dónde diablos está la vacuna? Mientras el suero esté intacto, tú
también lo estás". fuera del gancho. Entonces, ¿qué pasa con la vacuna?
Sprague hizo una mueca. "¿De verdad quieres tirar a Rose como un regalo no deseado? Selfridge, eres
un tonto hasta el final, nadie piensa que eres inteligente. ¿Qué planeas hacer después de esto? Vive una
vida de lujo, olvida lo que es". ¿Te gusta trabajar para lograr esos objetivos y simplemente comer,
beber y entretener a putas todo el día? ¿Es ese el tipo de vida que quieres? ¿Un estilo de vida aburrido y
excesivamente indulgente que no produce ningún progreso? Supongo que sería más agradable para ti.
haber estado tan cerca de la muerte..."
Sprague había descartado por completo su naturaleza reservada y ligeramente tímida, y el rostro de
Selfridge se puso verde de asombro e ira ante esta transformación.
"¡¿Con quién crees que estás hablando en realidad?!"
"¿Nunca tuviste dudas de por qué un experto en simulación era el jefe de un proyecto de desarrollo de
vacunas?"
Selfridge luchó por encontrar las palabras y se congeló en sus movimientos efervescentes y
arremolinados.
"¡Eres un tonto crédulo! La niña Rose no existe. Cuando Ambrose y yo encontramos a Alma en
Raccoon City, apenas estaba viva. Pero murió en el helicóptero. ¿Entiendes? Murió. Pero a pesar de
que estaba infectada, ¡Ella murió sin convertirse en un zombi! Inmediatamente le inyecté un
107
medicamento para evitar que su sangre se coagulara. De vuelta en el instituto, inmediatamente examiné
su sangre y su útero. Pensé que tal vez su hijo aún podría vivir, pero fue en vano. . Las funciones vitales
del feto ya se extinguieron. Todo lo que Alma dejó fue un feto, que había dejado de respirar, y las
células de su sangre".
Sprague sacó un diario gastado de su bolsillo y lo dejó suavemente sobre el escritorio. "Este es su
último legado. El diario de Alma Hartline. El guión de esta historia".
"¿Entonces ella ya estaba muerta?" Fuchs escupió la pregunta directamente.
"Sí, pero no quería rendirme todavía. Después de todo, ella había muerto a mitad de la transformación
en un zombi. Emily, tenemos mucho que agradecer por tus simulaciones. Las supercomputadoras VR
han jugado a través de todas las posibilidades imaginables de la vida y Rose fue constantemente
provisto de impulsos eléctricos. Y así se creó una nueva vida, similar al comienzo de la evolución,
cuando las leyes de la naturaleza crearon a los neandertales primitivos. Solo miles de millones de veces
más rápido. La simulación había dejado atrás a la humanidad y le había dado a Rose una forma
completamente nueva. Rose ha estado en la simulación en todas las encrucijadas teóricamente posibles
de la evolución, desde formas de vida potencialmente concebibles como impensables experimentadas y
creadas una y otra vez dentro de esta experiencia. ¡Es verdaderamente una existencia filosófica!
Emily miró por la ventana y se sorprendió al ver el patio cuadrado, de cincuenta metros de ancho, el
patio comenzó a convertirse en un estanque lleno del líquido rojo, y la superficie brillante se elevó
constantemente.
"Pero... ¿por qué se multiplica tanto?" preguntó Fuchs, sacudiendo la cabeza.
"La vaca...?" Emily murmuró.
"Ya veo. ¡El cuerpo de la vaca era un portador!", respondió Sprague.
"¿Y qué significa eso?" preguntó Fuchs, observando el líquido pegajoso que se elevaba.
"Si solo se trataba de propagar el virus, se suponía que solo contaminaría el suministro de agua. Pero
no solo inyectó el virus en la vaca, sino que también le puso a Rose al mismo tiempo, porque puso a
Rose en el agua, que no tiene electricidad, entonces habría muerto poco después. Entonces él incluyó a
Rose en la cápsula de carne, probablemente con una batería de nueve voltios entre las costillas..."
"Ese fue el comienzo, un simple disparador, la primera ficha de dominó. Después de eso, Rose se
esparciría sola, con cuerpos humanos como alimento".
Sprague agarró las muñecas del Selfridge que se retiraba y se echó a reír.
"¡Mira! Esta agua turbia es la vacuna que buscas tan desesperadamente. Rose no solo puede penetrar en
todos los seres vivos imaginables, sino también destruir cualquier tipo de virus. ¡Ella es una vacuna
viva! Desafortunadamente, también destruye los sistemas enfermos... ."
Emily miró la albóndiga hundida que había sido Hiromu Kinuta recientemente.
"Curar significa destrucción en cierto sentido. Porque lo que generalmente se percibe como 'bueno' es
en realidad extremadamente cruel. Cualquier tipo de curación destruye el virus del patógeno; ese es el
método básico detrás de cualquier cura".
Sprague movió la cabeza de un lado a otro con entusiasmo. Mientras lo hacía, el bolígrafo con forma de
cohete que había sujetado detrás de una de sus orejas cayó al suelo y rodó justo en frente del pie de
Emily.
Emily se agachó lentamente y lo recogió. "Ren, tu lógica se basa en simplemente amputar una pierna
lesionada y permitir que la herida 'desaparezca'".
"¡Ves que es completamente correcto! De hecho, la curación no me interesa al final". Sprague una vez
más se echó a reír.
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Las costuras de algunas tuberías en las paredes finalmente cedieron a la presión interna y se abrieron de
golpe. El agua fangosa, Rose, se derramó fuera de las tuberías. Como si siguiera un propósito muy
específico, el líquido se acumulaba gota a gota. Al mismo tiempo, parecía querer sellar lentamente a las
personas en la habitación. Sprague levantó la caja azul cuadrada que parecía una hielera con ambas
manos.
“ Aquí están las nuevas células madre que se cultivaron a partir de las células sanguíneas avanzadas de
Rose. El calor generado por el propio motor de la caja los protege para que duren otros tres días".
Sprague dejó la caja frente a los pies de Emily.
"Llévate esto contigo. Eres la persona adecuada para ello".
Emily, quien por un momento estuvo a punto de extender los brazos instintivamente, pero recordó algo
y rápidamente enterró sus manos en los bolsillos de su bata blanca. Luego sacó un disquete que sostuvo
frente a la nariz de Sprague.
"No necesito eso. Anteriormente en la sala de realidad virtual, copié la mayoría de los datos
importantes en este disco aquí. Me ocupo de simulaciones. Es por eso que solo estoy interesado en los
datos y no en ninguna de las células que llevas contigo. "
Sprague pareció dolido por un momento. Él sonrió tímidamente. "Oh, cierto. Genial. Si crees eso,
también está bien... Bien, entonces quiero darle esta caja como regalo al 'Honorable' Sr. Selfridge. -
¡Simplemente desaparece con ella! Porque querías esto, estabas tan intrigado y esto es lo que quieres,
¿verdad, Selfridge? A partir de estas células de Rose finalmente puedes ganar y crear la vacuna que
deseas".
Sprague recogió la caja azul y se la tendió a Selfridge. Tomó la caja riendo y colgó la correa alrededor
de su cuello. Parecía un vendedor de bebidas en un estadio de béisbol, y cuando ese pensamiento
golpeó a Sprague en la cabeza, tuvo que estallar en carcajadas.
"Sin embargo, Rose ya está en todas partes. Absorbe grandes cantidades del virus T y continúa
cultivándose infectando un sistema y optimizándolo para su propio beneficio. Quién sabe, esta vacuna
administrada puede incluso ayudarlo a curar la escala de su enfermedad sin precedentes". estupidez."
A Emily se le puso la piel de gallina. Rose, que sin duda se ha convertido en la reina que todo lo
controla del instituto. Así como había apagado el suministro de oxígeno de la máquina VR, podría
sofocar fácilmente a todos los presentes bloqueando el sistema de ventilación.
"Tengo un mal presentimiento. Tenemos que salir de aquí. De lo contrario, todos estaremos
recreado!", Emily llamó emocionada a Fuchs.
Selfridge salió corriendo de la habitación, como si fuera una señal, tan pronto como Emily terminó de
hablar. Y justo cuando todos los ojos se volvían hacia Selfridge, Fuchs reunió todas sus fuerzas y
golpeó con todo su peso a Ulysses Allam.
Sin dejar escapar un solo sonido, Allam se estrelló contra la pared.
Inmediatamente Fuchs agarró la ametralladora que Allam había dejado caer. Apuntó a la masa
arremolinada de carne roja. Sin dudarlo, Fuchs disparó. De la lluvia de balas, Allam fue arrojado
nuevamente contra la pared y luego cayó boca abajo. El tentáculo de su brazo se movía salvajemente,
como si quisiera alcanzar algo, y todo el cuerpo se estremecía con calambres, que se repetían a
intervalos breves.
La repentina escalada de violencia pareció dejar completamente frío a Ren Sprague. Él solo levantó
ligeramente las cejas.
"Ulysses Allam, el pobre", dijo. "Hasta hace poco, caminaba en la frontera entre el virus T y Rose,
oscilando entre humano y zombi. ¿Era tan odioso para ti?"
109
Fuchs no apartó la vista de Allam, que se retorcía en el suelo y jadeaba durante un rato, y luego apuntó
con su arma a Sprague.
"¡No te muevas, bastardo! ¿Así que ese era tu maldito plan? Difundir la verdad sobre Raccoon City y
Rose, haciendo que Umbrella colapsara en la bolsa de valores. ¿Era ese tu noble objetivo? Entonces,
¿por qué la filtración? ¿Qué es esta locura? !"
Sprague seguía sin mostrar apenas ningún movimiento. "Ambrose, eres un exaltado, como siempre.
Hubiera sido mejor si te hubieras quedado en el refugio de la habitación cápsula de Roses. Para ese
mismo propósito, había cerrado la habitación extra... Bueno, tu trabajo ha terminado. ", el público
estadounidense de este instituto se verá muy perjudicado por Umbrella, y está en tus manos cuidar de
eso, después de eso. Porque, ¿qué sucede cuando ya no existe Umbrella? La gente no puede adaptarse a
las nuevas circunstancias tan rápido como Rose". . Como consecuencia del curso natural de la acción
humana, inevitablemente arruinará a la humanidad, inevitablemente llegará a una segunda, incluso una
tercera Raccoon City".
"¡Deja de hablar como un científico loco! ¡Con tu sofisma egocéntrico has matado a todos tus colegas,
bastardo!"
"No hice nada más que crear a Rose. No era mi deseo que tanta gente muriera. Pero no tengo influencia
en eso. Porque todo lo que sucede aquí surge únicamente del trauma de Rose".
Emily se dirigió hacia Sprague. "Tuve contacto directo con Rose. ¿Ella está al tanto de eso?"
"Rose no está en posesión de algo como la conciencia. Por favor, no lo compares con una forma de vida
tan inferior como el hombre y su supuesta conciencia. Rose se mueve en una esfera mucho más alta e
inaccesible. Aunque puede parecerte que Rose se ha convertido en humana, simplemente ha consumido
emociones humanas. Con las imágenes de realidad virtual como sus gestos y palabras, nos transmite
mensajes fugaces. Pero depende de nosotros los humanos interpretar estos mensajes. Por supuesto, ese
era mi guión. Pero el El intérprete y portador de los mensajes es Rose. Eché a perder el sistema. Allam
se había convertido en su soldado y arrojó el cuerpo de la vaca junto con Rose y el virus T al suministro
de agua. La gente bebió el agua y propagó el virus T. Parece contradictorio. , pero para Rose, la
propagación de la vacuna viva y el mortal virus T son esenciales como enemigos. Necesitábamos la
combinación".
"¡Oh, cállate, tonto!" gritó Fuchs.
Emily lo agarró del brazo. "¡Mira de cerca!"
De una de las fosas nasales de Sprague salió una sola gota roja. No era sangre, era Rose.
Sprague se limpió el líquido con la mano. "Bueno, parece que también comenzó conmigo... Si esto
continúa, terminaré allí como el Kinuta muerto".
La válvula de uno de los tubos que corrían a lo largo del techo aulló como un niño chillando, apretada
por una fuerza invisible, la tubería se partió y fue enviada a través de la habitación, y golpeó el suelo.
De la abertura resultante goteaba lentamente el líquido. El color, el olor y la textura son muy similares
a los de la rosa cuando aún estaba en la cápsula.
Sentándose, Sprague recogió un cable del suelo conectado a la unidad de emergencia en la esquina de
la habitación. Casi imperceptiblemente, sus dedos acariciaron el cable.
"Si Rose no está conectada a una fuente eléctrica, muere en muy poco tiempo. Una criatura tímida y
frágil..."
Emily siguió la escena con creciente lástima. La mano libre de Sprague metió la mano en su bolsillo y
sacó una llave, que le tendió a Emily. "Esta es la llave de mi Land-cruiser. No es hermosa pero es
confiable. ¡Si logras escapar del instituto, aléjate!"
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Emily tomó la llave de la mano de Sprague y la deslizó en uno de los bolsillos de su abrigo. "¿Fue tu
objetivo desde el principio morir de esta manera? ¿Desde cuándo? ¿Desde ese día en Raccoon City?"
"Eso no importa. Lo que sea que me hace 'yo' se fue hace mucho tiempo. Olvídate de mí, solo vete y
vete a casa, consigue tu comida favorita".
Emily reprimió la fuerte necesidad de gritar en voz alta. En cambio, dijo: "Una pregunta más. ¿Tenías
la intención de matarnos a todos? Si es así, ¿por qué me dejaste venir aquí?"
Sprague se quedó mirando las clavijas del enchufe, que reflejaban débilmente la luz entre las yemas de
sus dedos. Había cañerías reventando en alguna parte. Rose comenzó su último ataque en la sala de
control y, sin embargo, Emily no podía apartar los ojos de Sprague.
"Bueno... Honestamente, eso tampoco lo entiendo. Solo quería ver tu reacción. Siempre te he
respetado, eras mi único compañero de investigación. Quería mostrarte todas mis ideas y quería tu
opinión. Realmente fue no era mi deseo que alguien se infectara y, sin embargo, por supuesto, no había
nada más que hacer... No sé si fue Roses o mía... Honestamente, no tengo idea. Antes de darme cuenta,
tenía convertirse en parte del cuerpo de Rose. Y no solo yo. Todos aquí en el instituto se volvieron más
como Rose en algún momento. Realmente no tengo idea de en qué punto fue mi propia voluntad o
inspirado por el sueño de Roses ".
Fuchs disparó todo el cargador al rugiente mar de líquido rojo que tenía delante, pero todo lo que pudo
hacer fue esparcir unas cuantas salpicaduras en la habitación. Arrojó la ametralladora al suelo y le gritó
a Emily: "Ahora está a punto de apoderarse de esta habitación, ¡tenemos que escapar! ¡Rápido!".
Pero Emily estaba atrapada en un eclipse del que no podía librarse. El parpadeo de las luces de neón
representó el rostro risueño de Sprague, y esa risa conjuró una juventud en su rostro que Emily nunca
había visto antes.
"Ren, ¿por qué Rose tomó forma humana? ¿Y por qué finge tener emociones humanas?"
"¿Por qué? Tal vez Rose piensa que es humana. Pero entonces... ¿dónde está el límite entre lo humano
y lo no humano? El hombre es un pedazo de masa inestable y aterradoramente vulnerable, nunca se
sabe cuándo podría desintegrarse. Este pedazo de masa se entrega a sí mismo". por un corto tiempo a la
ilusión de ser humano. Pero en realidad, el hombre constantemente abandona su cuerpo material
creando cosas nuevas".
Sprague sostuvo el conector del cable frente a su cuello. Las tuberías que recorren el techo estallaron y
salpicó un lodo rojo intenso.
"Adiós, Emily. Adiós, Ambrose. No tengo nada más que decir. Se acabó mi tiempo".
Lentamente presionó el tapón en un punto blando de su cuello. Su cuerpo se sacudió violentamente
bajo las ráfagas de electricidad y cayó al suelo. El agua turbia roja que salía de su cuerpo era como una
prominencia sobre el sol y dibujaba un hermoso cuadro. Rodeaba el cadáver de aspecto solitario de
Sprague.
Los monitores, que habían mostrado las salas y pasillos del instituto, volvieron a mostrar las terribles
imágenes de Raccoon City en llamas. Ulysses Allam se puso de pie, estiró ambos brazos y cayó en un
rugido estremecedor. La luz de la habitación se apagó, pero el parpadeo de los monitores iluminó la
habitación como una luz estroboscópica. Fuchs rodeó con sus brazos a Emily, que se había detenido en
seco, y la condujo por el pasillo.
4 DE OCTUBRE A LAS 14:50 PUERTAS DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES
111
Christian Selfridge corrió hacia los ascensores con una determinación que desafiaba a la muerte. Todas
las preguntas que se había hecho hasta ahora desaparecieron de sus pensamientos. Sólo queda un
anhelo en su cabeza.
¡Quiero vivir!
La horrible visión de Kinuta, que había estallado como un globo y había muerto miserablemente, se
había grabado profundamente en su memoria.
¡No quiero morir así!
La caja que se suponía iba a ser la base de la vacuna lo estorbaba. El cinturón se retorció y atrapó su
cuello. La respiración se hizo cada vez más difícil para él. Selfridge quería deshacerse de esa carga,
pero no podía dejar atrás la caja.
Todo será diferente si me salgo con la mía. Puedo recuperar mi honor injustamente perdido y obtener la
prosperidad que merezco. ¡Por mi vida sin sentido! ¿Qué no entendió ese loco maníaco? Mi vida está
hecha de desafíos. En una batalla constante, he derrotado a todos mis oponentes. ¿Y sin embargo tengo
una vida sin sentido?
La caja saltaba adelante y atrás sobre su cuello oscilante. Era insoportablemente pesado, casi como si
pudiera romperle el cuello en cualquier momento.
¡Maldita sea, solo quiero tirar este pedazo de basura, pero no puedo hacerlo bajo ninguna circunstancia!
Con ímpetu, la caja rebotó contra su rótula, y abrumado por la fuerza del impacto y el dolor, lo golpeó
en los ojos mientras brotaban las lágrimas.
¡Maldición!
Enfadado, Selfridge arrojó la caja. Hizo un sonido alto y metálico cuando se deslizó por el suelo.
Finalmente se estrelló contra una pared y se detuvo.
Selfridge miró al techo. ¿Por qué sucedió todo esto? Había creído firmemente que era un movimiento
inteligente utilizar a Richard Fuchs. Pero las cosas se habían vuelto completamente absurdas y ahora
excedían con creces la mente de Selfridge. Los pensamientos racionales o las preguntas sofisticadas ya
no tenían ninguna importancia aquí.
Esa flema asquerosa, apestosa y sin forma era la vacuna... ¿Era Rose? Selfridge simplemente no podía
creerlo. Su risa histérica resonó por el pasillo. Se arrodilló en el suelo y rió. Selfridge se sentía tan puro.
Lo habían transferido a este instituto de investigación remoto, forzado a este trabajo indescriptible
como "oficial de administración"... y casi se aburría aquí.
Pero la realidad que se desarrollaba a su alrededor le resultaba tan incomprensible, tan incomprensible
como la estrella más lejana del universo. Todo lo que quedaba era esa innegable sensación de miedo,
ese miedo abrumador de perder la vida.
Pero sobreviviré. ¡Yo ganaré!
Selfridge se espoleó, luchó por ponerse de pie y finalmente se puso en pie de nuevo sobre ambas
piernas. Miró pasillo abajo, con la mirada fija en la caja azul que Sprague le había dado. La lámpara
azul en la parte superior lo miró fijamente como un ojo espeluznante. Hubo una risa en la parte superior
del techo como si alguien se estuviera ahogando. Su corazón latía tan rápido como si pudiera explotar
en cualquier momento.
Como atraído por arte de magia, Selfridge se acercó a la caja. Pero cuando había dado dos o tres pasos,
de repente se apagó la luz del corredor. Directamente de sus ojos parpadeó un monitor, que estaba
incrustado en un pequeño pilar. Todo recordaba de algún modo a un reloj de pie, y la pantalla en la que
normalmente se leía el menú de la cantina mostraba la cara andrajosa de una niña. Selfridge no pudo
evitar pensar que esta chica lo estaba mirando, con una expresión ligeramente desconcertada.
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Casi asustado, Selfridge se tambaleó hacia la caja azul, se puso en cuclillas y la abrazó como si fuera su
propia carne y sangre. Su niño.
"¡No fui yo! ¡No es mi culpa! ¡Por favor perdóname!"
La tubería del techo cedió a la presión y reventó. Brotó un líquido turbio de color rojo oscuro. Cálidas
gotas cayeron sobre las mejillas de Selfridge y un aura espeluznante se apoderó del pasillo. Con la caja
bien envuelta, Selfridge levantó la cabeza y miró hacia el pasillo oscuro. Allí, frente a él, la gente
estaba parada una al lado de la otra; le resultaron familiares. Eran miembros del personal a los que
menospreciaba y de quienes siempre se había burlado en secreto. Atónito, los ojos de Selfridge se
abrieron como platos y una risa débil escapó de su garganta.
Todos ellos tenían una piel de color rojo oscuro y se tambalearon en el lugar. Sus piernas estaban
firmemente juntas, y tan pronto como uno de ellos se movía, tiraba de su vecino, quien inmediatamente
se movía en la misma dirección. Esto resultó en una reacción en cadena que interrumpió a todo el
grupo. Cada uno miró fijamente a Selfridge, sin darse cuenta de una curiosidad instintiva. Lleno de
miedo y desesperación, Selfridge pronunció algo así como un grito de batalla. Y como si la multitud
fantasmal lo hubiera estado esperando, las personas que ahora lo rodeaban en un semicírculo se
fusionaron por completo y se convirtieron en un solo bulto enorme, que se elevó como una ola y
finalmente cayó sobre Selfridge.
El rostro de Selfridge estaba rebosante de la masa traviesa que inmediatamente le cerró la boca y la
nariz. Sintió que la baba se movía por sus pantalones y fluía en dirección a sus nalgas. Poco después,
un fuerte dolor lo atravesó cuando algo penetró en su ano. El cuerpo de Selfridge se elevó y aterrizó en
el suelo, balanceándose salvajemente. La masa de limo inundó su ano como un torrente y fluyó hacia
su cuerpo.
Pero Selfridge no sintió dolor, a pesar de que su trasero estaba formalmente desgarrado. Estaba más
bien intoxicado por un sentimiento extremo que nunca antes había conocido.
¡Si mas! ¡Pétrame! Eso se siente... increíble. ¡Es la primera vez que me siento así!
Selfridge se retorcía en el umbral entre el miedo a la muerte y el éxtasis total, sollozando. Su
conciencia abandonó el cuerpo. Finalmente se levantó y comenzó a caminar, la caja azul agarrada como
un bebé en su pecho. Entonces Selfridge fue empujado hacia delante por un fuerte impacto en su
interior. Increíblemente, miró el enorme agujero en su pecho, del cual inmediatamente se derramó un
líquido negro no identificable. Si se trataba más de su propia sangre o de la masa fangosa, no pudo
distinguir. Sin caer al suelo, el líquido poco a poco formó un tentáculo, que acarició sus entrañas.
La corriente. ¡Así como las polillas buscan la luz, tú anhelas el poder!
Selfridge no podía creer que estuviera vivo, aunque tenía un agujero en el pecho, lo suficientemente
grande como para que el viento pasara silbando. Pero su fuerza lo abandonó, y cuando finalmente no
pudo mantenerse en pie, se hundió en el suelo. Las yemas de sus dedos estallaron a su vez, y el agua
turbia se derramó de ellos como mangueras. Después de un rato, le destrozó por completo ambas
manos y el muñón comenzó a bombear mucosidad sin cesar. Selfridge aún no sentía dolor, pero sí una
profunda sensación de satisfacción. Finalmente, todo su cuerpo estalló y el líquido fangoso salió
disparado de él en una enorme fuente. Sorprendentemente, Selfridge todavía estaba consciente en ese
momento.
Soy el ser que está abierto a todo, que toma todo y lo hace suyo…
4 DE OCTUBRE, 02:55 HORAS, EL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN
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Emily Ran y Richard Fuchs caminaron juntos por los pasillos del instituto. En las tuberías sobre sus
cabezas escuchan estruendosos retumbos. Rose absorbió electricidad de todos los rincones del instituto
de investigación. Al igual que los estruendos a través del sistema de tuberías, los destellos de luz
causados por las descargas eléctricas descendieron por las tuberías como serpientes dentadas.
"¡Mira! ¡Todavía nos sigue!"
Fuchs maldijo, sin aliento.
A Emily le pareció claro que Fuchs ya había llegado al final de su límite. La herida de bala en su pierna
había comenzado a sangrar nuevamente. También parecía como si un número considerable de sus
costillas se hubieran roto, y en esa condición era un verdadero milagro que todavía pudiera mantenerse
en pie. Pero no sería capaz de aferrarse a esta demostración de fuerza por mucho más tiempo. Fuchs se
apoyó contra la pared, exhausto, y luego se agachó. "¡Vamos!"
"¡Apóyate en mí!" Emily se acercó a Fuchs y le tendió el hombro.
"Olvídalo. Este monstruo nos atrapará de inmediato".
Los dos miraron al final del corredor. Allí estaba el cadáver viviente de Ulysses Allam, enojado y
gritando locamente.
"Maldita sea, ya ni siquiera tenemos un arma. ¡Se acabó! ¡Deberías salir de aquí!" Fuchs sonrió a
Emily.
Emily lo agarró por ambos hombros, lo sacudió y él dijo enérgicamente: "¡No digas tonterías! ¿Tan
pronto como pierdas tus armas, te rindas? ¡Podemos hacerlo! ¡Juntos!"
"¡Tienes que estar loco! ¿De verdad crees que puedo hacerlo?"
Con una cara adolorida y ojos decaídos, Fuchs pasó un brazo alrededor de los hombros de Emily y se
inclinó sobre ella. Los dos tropezaron por el pasillo. Una tubería frente a ellos se abrió de golpe y Rose
salió disparada.
La superficie de la masa resplandeciente brillaba de color azul bajo el resplandor de las innumerables
descargas eléctricas y mostraba escenas de una apocalíptica Raccoon City: imágenes de personas
comiéndose unas a otras frente a casas en llamas.
La peculiar exhalación animal de Rose, sonaba casi como si le hubieran cortado la garganta a alguien.
"¿Tus recuerdos se pueden cargar?"
Emily se detuvo sorprendida. Algo que estaba lejos de la conciencia humana e indescriptible se saltó la
interfaz creada por Sprague.
La voz de Allam se acercó peligrosamente desde la oscuridad detrás de ellos.
Fuchs soltó los hombros de Emily y rugió, ¡la saliva salió volando de su boca! "¡Mierda! ¡Un monstruo
frente a nosotros, un monstruo detrás de nosotros! ¿Hacia dónde ahora, Emily?"
Mirando hacia la oscuridad, Emily respondió: "¡Adelante! Allí mismo hay un desvío hacia el
estacionamiento. ¡Tenemos que ir allí antes de que Rose nos agarre!"
Ambos respiraron hondo y miraron hacia adelante. Pensaron en la muerte de Hiromu Kinuta. Cuando
Rose los arrebató, la muerte era igual de segura. Emily se metió en las rendijas estrechas y se limpió la
baba que goteaba de su cara mientras avanzaba. El líquido estaba tan caliente como el agua hirviendo,
y era como si la lava burbujeante escurriera por su brazo. También le estaba quemando las pantorrillas.
Emily y Fuchs corrieron por el barro y giraron en el pasillo de delante. Allí, con todo lujo de detalles,
alguien había empapelado las paredes y el suelo con cadáveres. Fragmentos de Rose aferrados a cada
cuerpo mostraban el rostro de Alma, a veces enojado, a veces receloso, a veces sonriendo, a veces
llorando. Por un cambio repentino en su cuerpo, Emily tuvo un ataque de tos. Fuchs, que estaba
apoyado contra la pared y quería recuperar el aliento, se volvió hacia ella de inmediato.
"Oye, ¿estás bien?"
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"Parece que fui atacado por Rose. No hay problema, es solo una pequeña cantidad".
Algo atravesó su cuerpo. Un extraño ritmo dentro de ella la hizo vacilar.
"Está todo bien ...?"
Fuchs fue hacia Emily, pero ella estiró los brazos y lo detuvo. Las náuseas aumentaron en ella, y dentro
de ella ardía una lujuria sin precedentes.
Esa es Rosa. Ya lo he sentido en alguna parte.
La cabeza de Emily parecía estar temblando y sintió una sensación de ardor en todo su sistema
nervioso.
Su conciencia fue eclipsada por algo; visiones desconectadas se sucedían a sacudidas.
Quiero dejar mi cuerpo. Quiero dormir.
El gruñido de su propia boca le sonó a Emily como si viniera de algún lugar lejano. Desilusionada, se
quedó mirando el líquido que caía.
Ulysses Allam venía pisando fuerte a través de la lluvia de lodo rojo. Él gruñó como si respondiera a
los sonidos de su boca. Luego profirió un grito bestial y el aire realmente tembló. Su figura ya no era la
de un ser humano. Su cuerpo se había licuado casi por completo y estaba atravesado por un flujo
constante de Rose. La cabeza se había fusionado con el torso, y sus brazos se habían convertido en
enormes trozos de carne que se arrastraban por el suelo. Una mano había crecido desde el hombro,
aleteando sin rumbo fijo en el aire. Las piernas se habían juntado sobre las rodillas muy hinchadas, y de
ese bulto parecido a una hinchazón salían cuatro brazos color carne que podaban el cuerpo. De un
espacio rojo que se había formado entre la cabeza y el torso, penetró una voz animal. Fuchs gritó y se
hundió horrorizado. Emily notó a Allam y sintió como si la estuviera llenando de conocimiento. Solo su
cabeza estaba ardiendo: un impulso ardiente en su cuerpo envió pensamientos claros como el cristal a
través de su mente.
yo soy alma
No había ningún monstruo temible frente a los ojos de Emily. No, esta era una criatura lamentable,
plagada de un dolor incurable y terrible, que estaba justo en medio de la guerra entre Rose y el T-Virus
y deambulaba inquieta. Una sensación extraña, pero Emily sintió como si ella misma se hubiera
convertido en esta grotesca aparición. Sus pensamientos continuaron.
Soy Rose... Soy el ser que está abierto a todo, todo lo absorbe, todo lo hace suyo. Soy Reena. Soy
Kinuta. soy roberto soy Simón yo soy tobi soy emily Soy Ren Sprague. Soy Alex. Soy Arthur House.
YO.
Emily se volvió hacia Fuchs. Carmen ha vuelto a ponerse en marcha a las tres.
"Richard, solo has estado aquí recientemente. Es posible que aún tengas esperanza. No te preocupes,
esta expansión de Rose es solo un fenómeno pasajero..."
Emily tomó cierta distancia de Allam y al mismo tiempo una postura tensa.
No tengo miedo.
En su mente, apareció la imagen de sus padres y su hija Ann.
Perdóneme. Pero ahora tengo que enfrentar todo lo que he hecho hasta el día de hoy. Tengo que poner
fin a todo el asunto. El amor que no pude darte, las palabras que no pude decirte... Lo único que te di es
el lastre de una inmunodeficiencia genética. Pero Ann, ciertamente te levantarás de tu propia fuerza y
seguirás tu camino. Comenzarás a escribir tu propia historia, donde estás ahora. Emily miró la hora y
tiró su reloj. Tenía miedo de que la diminuta cantidad de electricidad de la batería pudiera traicionarla.
Además, no había necesidad de saber la hora. Era casi demasiado tarde, pero había llegado el momento
de Carmen.
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Emily abrió lentamente la boca mientras mantenía los ojos en Allam. "Carmen, ¿puedes oírme? Vuelve
a poner el sistema en funcionamiento. Enciende las luces".
"Entendido."
Los tubos de neón del corredor parpadearon, zumbando y cobrando vida. Emily entrecerró los ojos y
observó cómo se comportaba Allam. Ella recordó su reacción extrema cuando de repente se encendió la
luz en el departamento médico.
En el brillo de neón, Allam se tambaleó alrededor y miró hacia el techo. En el mismo momento, miles
de pequeños pinchazos atravesaron el sistema nervioso de Emily. Se sentía como si su pecho se elevara
y flotara sobre el suelo.
"Eso no es suficiente, Carmen. Suministra electricidad a todas las salidas eléctricas. ¡Todo!" Emily
forzó las palabras que había formado en algún lugar de las profundidades de su menguante conciencia.
Sin excepción, todas las computadoras y el equipo eléctrico dentro del instituto comenzaron a
funcionar de nuevo.
Carmen chilló y salió. El campo de visión de Emily estaba ensombrecido por un blanco brillante. El
mundo giró a su alrededor como un torbellino y comenzó a expandirse y contraerse alternativamente.
El generador de energía del instituto estaba sobrecargado y a punto de fallar. El suministro de energía
se eliminó gradualmente, la iluminación se encendió y se apagó nuevamente. Si todo lo que este ser
pudiera percibir fuera electricidad, entonces para Allam y Rose, el mundo ahora se expandiría y
contraería continuamente: un torrente de luz pronto se convertiría en un mar de oscuridad.
Pongo el dedo en el gatillo y miro los ojos vidriosos y sin vida.
Atrapado en su conciencia parpadeante, Ulysses Allam llamó en su mente. Eran las voces de Reena
Mittford y Alma Hartline, que estaban profundamente inmersas en su corazón. Con los ojos en blanco,
Emily abrió ambos brazos para abrazar a Allam, pero en ese momento cayó de espaldas y comenzó a
retorcerse espasmódicamente en el suelo. Su figura no era más que un mosaico color carne. Un bulto de
carne, rugiendo incontrolablemente, extendiendo un oscuro lago de sangre a su alrededor, mientras que
su cuerpo liberaba una luz azul en descargas eléctricas, y estaba cubierto por el líquido que caía.
Abrazado por Rose, que estaba vestida con las imágenes de Raccoon City en llamas, parecía que Allam
iba al purgatorio. Fuchs finalmente logró ponerse de pie empujándose contra la pared. Luego puso
ambas manos sobre los hombros de Emily.
"¿Hey que pasó?" él la sacudió violentamente.
Emily lo miró a los ojos marrones. "Todo está bien."
Las luces de neón en el techo solo brillaban débilmente. Emily volvió los ojos al suelo. Incluso el agua
turbia de Rose, que se había acumulado allí y lo cubría todo, ahora fluía hacia alguna parte, y cierta
tristeza se apoderó de ella.
"Rose está en nosotros".
La mayor parte del cuerpo de Ulysses Allam también se disipó, dejando solo la parte superior del
cuerpo y latiendo débilmente.
Franco.
Emily se acercó lentamente a él y sacó la glock de Simmons de su bolsillo.
Cuando encendió la llave de contacto, el motor del Land-Cruiser arrancó sin gruñir. Emily puso la
marcha atrás y pisó el acelerador directamente contra la puerta del garaje.
La puerta se abrió, rompió sus goznes y salió despedida de una pieza. Emily tiró del volante y metió la
marcha adelante. Corrió hacia la puerta principal con las dos garitas desocupadas, y el todoterreno
cruzó la calle dando vueltas.
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Esta es nuestra última oportunidad de escapar. No mucho, y Rose se tragará todo lo que hay aquí. El
Instituto se ha convertido en Rose...
Fuchs inhaló y exhaló desde el asiento del pasajero.
"¿Estamos fuera de peligro?"
Emily miró por el espejo retrovisor. "Todavía no. Rose nos sigue".
Fuchs miró hacia atrás, exhausto.
Rose no puede vivir sin electricidad. Hay una batería en el auto, y los sensores de Rose la siguen como
una abeja, atraída por una flor. Pero no podemos parar el coche y huir a pie. Cuando hacemos eso,
estamos seguros de ser atrapados y tragados por la fluidez en expansión. No nos queda nada por hacer
más que tratar de ser más rápidos.
"¿De verdad te sientes bien? ¿No sientes el impacto de Rose?"
Emily respondió a la pregunta de Fuchs con silencio.
Ni idea. Pero mis pensamientos se están aclarando. Increíblemente claro.
Rose salió disparada del complejo de edificios, chapoteando por los terrenos del instituto a una
velocidad vertiginosa, y en poco tiempo alcanzó casi la parte trasera del auto. Emily vio la masa roja
gelatinosa amontonarse detrás de ellos. Cuando volvió a mirar hacia adelante y vio un objeto saltando
salvajemente en el tablero, tuvo que sonreír a pesar de la precaria situación.
Un paquete de Marlboro. El pequeño secreto de Sprague.
Realmente no lo sabía.
Decidida, pisó el acelerador.
El gato negro deja un enorme agujero en mi campo de visión. Cierro mis ojos. También he cerrado bien
los oídos para no escuchar el disparo del cartucho. Porque me llega el olor a pólvora, apago el sentido
del olfato.
Pero en realidad, escucho tu grito - en el momento en que aprieto el gatillo. El estallido del arma que
dispara disparando en las inmediaciones, que casi me rompe el tímpano. Saco del hedor de una vida
terminada y mantengo los ojos cerrados. En la piel se nota una sensación extraña, como si se estuviera
extendiendo un hematoma. Todavía estoy consciente. Fuerzo mis párpados y observo tu muerte. La
cabeza medio explotada de tu cadáver.
A través del agujero en tu cráneo veo Raccoon City. El gato negro vaga por las calles.
La ciudad se está muriendo.
Después de haber terminado mis gritos de duelo, ahora, en mis últimas respiraciones superficiales, solo
siento como mi cuerpo poco a poco va deteniendo todas sus funciones. El invernadero cruje
silenciosamente con el viento. En algún momento, un cuervo se posa sobre el pecho de tu cadáver
decapitado.
¿Quién eres tú?
El cuervo me mira en silencio. Muy atrás, en sus ojos negros como el carbón, se encuentra una razón de
oscuridad aún más profunda. Allí el gato se sienta y ronronea ruidosamente.
Me estoy muriendo, ¿verdad?
El cuervo extiende sus alas y su pico abierto escapa de un grito inaudible. Miro el cadáver de Frank, a
quien le había volado la mitad de la cabeza. Me vienen muchos recuerdos. Deseos. Deseos
incumplidos, ambiciones a medias y momentos de desesperación. Estoy confundido.
Me acurruco en la lona, donde tu sangre y masa cerebral se han esparcido. Cuando cierro los ojos se
vuelve muy silencioso, y casi me siento como si estuviera acostado en una playa de arena. El sol brilla
sobre los granos de arena, como en una casa de espejos que refleja hasta el fin de todos los mundos.
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Momento a momento se detiene y vuelve a empezar. Cada momento hay una detonación. Y, sin
embargo, la gente mira hacia la eternidad y se esfuerza por lo impermanente. La gente anhela la
eternidad y crea cosas. Construyen ciudades para la eternidad, autos para la eternidad, escuelas,
bibliotecas, empresas. Bailando de noche, se ven a sí mismos después de la eternidad, se ahogan en
estímulos eróticos y se prometen el cuerpo eterno real. Todo el mundo es un mago, Alex. Cada uno
escribe acostado en su cama, ya sea de espaldas con los ojos en el techo o boca abajo con las piernas
pataleando, leyendo con avidez su breve vida en su libreta. Estas fórmulas mágicas personales y sin
sentido se reflejan entre sí, y así la casa del espejo se extiende cada vez más en una variedad infinita.
¡No puedes quedarte dormido! ¡Vamos, baila tu baile! Kirkwood se endereza los tirantes. ¡Baila Baila
Baila!
¿Qué crees que trae el mañana? ¿Qué baile mostraré?
Pero el cuervo se estrella en su respuesta: ¡NUNCA MÁS! Y sus alas yacen a mi alrededor, levántame
en el aire. En sus alas me deslizo por el cielo. Debajo de mí, arde Raccoon City, que ha suprimido todas
nuestras acciones. Llega a su fin. El sufrimiento, el odio, la tristeza, la alegría y el placer se mezclan y
desaparecen. El final del principio. El principio del fin. La serpiente enroscada se adhiere a la cola.
Acaricio al niño en mi estómago. Me despido de Raccoon City. La ahora diminuta ciudad se asemeja a
una flor que arde en la conciencia de sus pecados.
Epílogo
Un solo Land Cruiser corría por el paisaje montañoso nocturno. Dos faros cortan su camino entre las
colinas negras. Las montañas yacían tan tranquilas que parecía como si estuvieran durmiendo
profundamente en la oscuridad de la noche sin luz. En todas partes el paisaje era como una gran
mentira. El Land-Cruiser se abrió camino por el sendero de la montaña, arrastrando una nube de polvo
y guijarros arremolinados detrás. En una pendiente, donde la carretera se ensanchaba ligeramente, el
land-cruiser finalmente redujo la velocidad y se detuvo. Emily parecía completamente agotada. Sus
brazos estaban impotentes sobre el volante, su cuerpo estaba tan fofo que ni siquiera podía sentir un
solo dedo moviéndose. Se hundió en el asiento del conductor y respiró hondo.
Debería ser suficiente aquí.
Miró por el espejo retrovisor. No había ninguna señal de que todavía estuvieran siendo examinados. Se
habían escapado. En seguridad. Toda la ansiedad y el dolor se habían desvanecido por un momento, y
una dulce sensación de alegría invadió a Emily.
"¡Mira este!" Fuchs gritó en el asiento del pasajero. Emily miró hacia donde estaban sus ojos, muy
abiertos por la sorpresa, miró fijamente. Casi se atragantó con la respiración.
Bajo la luna llena, en la distancia entre las montañas, el instituto de investigación brillaba con un azul
apagado. Las paredes exteriores del edificio estaban cubiertas por un enorme cuerpo bermellón de color
negro rojizo.
"¿Era realmente tan grande? ¿Este monstruo que estaba en el tanque?" jadeó Fuchs.
"Rose obviamente consiguió cosechar. Devoró el virus T extinto, así como toda su vida en el instituto y,
por lo tanto, se cultivó a sí misma. Esta cosa crece con cada momento que pasa".
Fuchs se estremeció por todas partes. "¿Está bien, si lo dejamos así? Si continúa creciendo así, en algún
momento envolverá al mundo entero".
Emily había bajado la cabeza, riendo suave y atormentada. “Qué fantasía tienes, Fuchs. Pero sí, creo
que está bien", dijo, sus ojos se reflejaron en la luz de la luna que se crispaba.
Una forma de vida perfecta... y, sin embargo, la más perecedera de este mundo.
La electricidad en el instituto fue generada exclusivamente por su propio generador de electricidad.
Rose ya había absorbido todo en el instituto, por lo que debería disolverse en breve. Había proliferado e
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inevitablemente siguió el camino de la autodestrucción. Y, de hecho, parecía como si el brillo azul en la

superficie de Rose ya estuviera perdiendo su brillo.
Salieron juntos del auto y se sentaron en el capó. Sentados uno al lado del otro, observaron la inevitable
y mortal manifestación final de Rose. Sus piernas colgaban sobre el suelo mientras fumaban los
cigarrillos que quedaban en el salpicadero. Estaba tranquilo. La luna derramó su luz desde el cielo, y la
cordillera brilló con un destello plateado, mientras los árboles se mecían con un viento suave. Pero esta
imagen también puede haber resurgido de la conciencia de una existencia intangible e inimaginable.
Así como la realidad virtual había simbolizado la conciencia de Rose, este escenario también podría ser
el majestuoso producto de una entidad que superaba con creces la comprensión humana. Pero incluso
eso fue probablemente un error humano, como lo fueron dos espejos opuestos que se reproducían
infinitamente. Nadie podía escapar de este ciclo; mientras respirabas, el mundo continuaba
moviéndose, y cada vez que volvías a enfocar el punto de vista, aparecían más coordenadas dentro del
sistema fijo.
Emily escuchó el aliento de las montañas dormidas, apartadas y densamente boscosas. El viento
sacudía las copas de los árboles y las hojas charlaban en sueños pequeños secretos, como si nada
hubiera pasado. Aquí y allá se escuchan los cantos de una lechuza, el zumbido de los insectos, el
susurro de las copas de los árboles. Nada mas y nada menos.
En la capucha junto a Emily, Fuchs susurró: "En realidad, quería escapar de mi pesadilla. Pero ahora
parece que he ampliado mi repertorio de inspiraciones para las noches sudorosas. Probablemente
seguiré viviendo este sueño. Y con cada paso tiempo, estaré un poco más cansado. ¿Cuánto tiempo he
querido que este día termine?
Emily asintió suavemente. "Probablemente sea mejor no enfrentar tales catástrofes nuevamente con
vacunas provisionales. Si no es el virus, al menos estás infectado con un trauma".
Fuchs asintió con una débil sonrisa. "Por supuesto, tal como fueron las cosas, no tengo planes para
nada más como esto. En cierto modo, he nacido de nuevo hoy. Puede que hayan sido malas
circunstancias, pero nací de nuevo. Llorando y gritando".
Fuchs se rascó la cabeza. "Me ayudaste mucho; me cambiaste. ¿Crees que podrías darme un nuevo
nombre?"
"¿Quieres ir por un nuevo nombre?"
"Sí, ya has oído algunos de mis nombres. Ambrose y Richard Fuchs son solo dos de ellos. Si mi
paradero cambia, mi nombre también cambia. Pero ahora estoy en un punto en el que me empieza a
gustar la idea de un nombre."
Emily cerró los ojos por un momento y luego abrió la boca.
"Tomás."
"¿Perdóneme?"
"Tu nuevo nombre: Tom".
El hombre al lado de Emily se echó a reír. "¡Tom, Tom!" ¿Así que voy a ser bautizado como Tom?
Realmente no tienes gusto por los nombres geniales, ¿verdad? ¿No podrías haber elegido uno más
exótico? ¿Como Moctezuma u Osiris o algo así?"
Emily miró hacia el cielo, sonriendo. "Simplemente me gusta Tom".
Tom negó con la cabeza, lo que era un gesto de resignación, y se recostó sobre el capó del coche. Puso
sus manos detrás de su cabeza. Este gesto infantil inevitablemente le recordó a Emily a Sprague, y un
dolor punzante recorrió su pecho.
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Ren, ¿por qué creaste a Rose? me gustaria saber eso ¿Por una deuda con Raccoon City? ¿Por
curiosidad sobre la creación y la vida? ¿O terminaste siendo nada más que una marioneta atrapada en la
historia de Rose?
"Huck y el esclavo fugitivo Jim están sin rumbo fijo en Mississippi. Un viaje sin rescate, el río
interminable, la deriva…"
"¿Qué estás pensando?"

"Huckleberry Finn".
"Oh, Mark Twain. Lo leí hasta que se me cayeron las páginas cuando era pequeño. Era el único libro
que tenía".
"Huck quería liberar a Jim. Pero la esclavitud estaba demasiado arraigada en la sociedad. Su viaje
continuó sin rumbo, y Huck tampoco sabía la solución. Pero Mark Twain no quería esta historia en
ningún eslogan. Pero Mark Twain no quería hacer esta historia es una narrativa lucrativa, por lo que
puso a un niño en la historia como salvador".
" Ah, Tom Sawyer, ¿verdad?"

Emily asintió en silencio y miró las nubes que se movían en el cielo nocturno.
Tom Sawyer interfirió en la historia de Huck, reescribiéndola y creando su propia historia con un final
feliz.
"Y después del aventurero rescate, resultó que Jim ahora era un esclavo liberado".
Emily cerró los ojos y vio la cara lasciva de Sprague, justo antes de que golpeara el conector del cable
en su cuello, la sacudió profundamente. Tal vez Sprague hubiera querido una historia con un final feliz.
Una historia que afirmaba todo lo que había sucedido en Raccoon City. Había trabajado tan duro para
llegar a un final prematuro.
"Bueno, no soy tan educado y noble como Tom Sawyer y no leo ningún libro".
Tom rodó a su lado divertido, luego de repente se congeló y gritó: "¿Qué va a hacer esa cosa ahora?"
Se enderezó y señaló el instituto. Allí, Rose, cuyo brillo ahora casi se había extinguido, se había
enroscado en una serpiente larga y delgada y estaba a punto de saltar hacia el cielo: la enorme luna
llena que se elevaba sobre el instituto. Emily supo de inmediato lo que Rose estaba haciendo.
"La luna... Rose quiere ir a la luna que conoce de la simulación. Como insectos atraídos por una luz,
Rose cree que la luna es una gran fuente de electricidad. En el mundo virtual, la luna tenía unos pocos
kilómetros de altura. con luz fija.”
"¿Unos pocos kilómetros? Al menos ella no puede llegar al original".

"No, el intento inevitablemente fallará".
El líquido goteó goteando hacia el cielo y se convirtió en una serpiente púrpura. En su camino hacia
arriba, dibujó una espiral azul, siguió y siguió su camino, tratando de alcanzar la luna distante
inalcanzable.
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A ese cuerpo celeste en el que había quedado allí la bandera americana.

Rose tuvo una visión que nunca podría alcanzar. Cuando Emily se dio cuenta de esto, sintió una gran
pena en el pecho. Probablemente aún quedaba un remanente de Rose en su cuerpo, y ahora lloraba y
pensaba en la luna con infinita tristeza.
Poco después, Rose hizo una pausa en su ascenso inútil y vaciló, como si sacudiera la cabeza. Su punta
se hinchó y formó una enorme bola que imitaba a la luna. La pelota se balanceó ruidosamente en el
viento y luego brilló repentinamente en un rojo intenso.
"¿Se está quemando ahora?" Tom murmuró sorprendido.
Solo ahora Emily se dio cuenta de que estaba derramando lágrimas. "Estos son sus recuerdos... Los
recuerdos de Raccoon City en llamas manifestados en su superficie…"
Era la sangre de una rosa siniestramente grande flotando en el cielo nocturno. Diferentes viñetas de
recuerdos aleatorios se mostraban en sus rostros. Las escenas que Emily había visto en su breve y
casual encuentro con Rose podrían estar dando vueltas allí. La Raccoon City en llamas, la gente
devorándose unos a otros, y Alma y Frank, quienes, por toda la eternidad, rodaron semidesnudos en la
hierba del cementerio llegando hasta el horizonte y más allá.
La rosa se marchitó y se convirtió en cenizas, lloviendo silenciosamente sobre las montañas, los
bosques, la tierra y las cabezas de los dos observadores en el Landcruiser. Fuchs usó un dedo para
escribir su nombre en las cenizas, que quedaron sobre el capó y se formó una capa melancólica.
Emily rebuscó brevemente en su bolsillo, sacó el bolígrafo en forma de cohete y lo sostuvo con fuerza
en su mano derecha.
FIN
121

REsident Evil 7 - La Rosa Vacia

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TADASHI AIZAWA RESIDEN EVIL 7 LA ROSA VACÍA

"¡No puedes salir! ¡Hay un brote ahí fuera!"

No había duda al respecto, era una voz clara.

"¿Qué fue eso?"

"¡Alguien está en el tanque!" El pensamiento atravesó su cerebro como una bala.

Ella irrumpió en el área, se lanzó al intercomunicador montado en la pared y gritó apresuradamente:

El hombre se apresuró a girar sobre sus talones y salió corriendo al pasillo.

¿Cuál es la mejor manera de decir?

Pongo mi dedo en el gatillo y miro tus ojos vidriosos y vacíos.

Personas errantes solitarias a pesar de los medios modernos de comunicación - tic.

Bajo el manto de la multitud sola en su balsa de gente en movimiento - tac.

El desconcertante rasgueo de una caja registradora en el mercado de alimentos: tictac.

¿El ritmo de la ciudad desde los tiempos del abuelo?

Todas las fortunas de la ciudad las gestiona Umbrella, la farmacia gigante

Corporación que posee un gran número de empresas extranjeras.

Me rasco la nariz y la grasa se me pega a los dedos. Estoy verdaderamente harto.

¿Cómo puede hablar sin rostro? ¿Es a través de mi mente?

"Alma... Alma Hartline. ¿Y quién o qué eres? ¿Eres humana?"

"¿Entiendes, Alma?" El abuelo se rió con picardía ante sus palabras.

¿Por qué estoy realmente aquí?

¿Qué hay de él?

Estoy buscando respuestas a mis preguntas.

2 de octubre, habitación privada de Emily Ran

El viento acarició agradablemente el cabello de Emily. Las imágenes de satélite mostraban un

"¿Eso significa que está encarcelada?"

"Temporalmente encarcelada. Porque ella hace el tonto de otra manera".

"Sí! Estoy escuchando."

Recientemente, su capacidad de concentración ha disminuido y, a veces, tenía náuseas sin ningún

"Qué desgracia... ¿Reena es la única que puede usar el tanque?"

"Esa es la forma en que está."

“Si informas a la central y solicitas un nuevo técnico, ¿qué tienes que

"¿Perdón? ¿Te refieres a dinero o tiempo?"

"Tiempo. Es evidente, ¿verdad? No soy Selfridge".

"¿Se va el gas? ¿Y el señor Selfridge...?"

"Está bien. El equipo fue puesto bajo mi cuidado. No te preocupes tanto".

"Lo siento" murmuró la voz por el intercomunicador.

La imagen en la pantalla desapareció y la habitación quedó en silencio. Solo se escuchaba el sonido de

3 de octubre, 14:00 hrs. Discusión con R.F.

¿Cómo encontró este lugar?

"Alma está en una simulación de realidad virtual. Soy Alma..."

El nombre de su hija pasó por su mente. Que injusto.

La voz de máquina de Carmen sonó de repente en la habitación. "Un visitante."

Emily inclinó la cabeza hacia un lado y volvió a colocar el cenicero en el armario.

"Señor director, ¿qué pasó?"

—Ren, ¿qué pasó?

"Nada especial. Pensé que podrías haber estado preocupado".

Sprague pareció consternado y de repente se puso serio.

Sprague fue un campeón sin esperanza de los Golden Sixties.

"¿Qué hay de extraordinario en ella?"

"¿Qué se supone que significa eso? ¿Es eso retórico, o qué?"

2 DE OCTUBRE; 19:20 HRS: SÓTANO DEL INSTITUTO, TANQUE DE

La vaca estaba bien desollada y peor por el uso.

"Sí, si funciona correctamente".

"¿Cuántas veces debería decirlo? ¡No hay ninguna razón en particular!"

"Nuestro líder de grupo, Ulysses Allam", respondió el hombre de la trenza tejida.

"Ulysses Allam, el amante de Mittford", susurró Sprague después de levantarse.

Emily se estremeció y apartó la mirada.

a un lado!" - y se acercó a la zona de la pelvis.

"¡Kinuta!" Se llama Sprague.

Kinuta respiró hondo.

"¿Qué está haciendo aquí?"

"No lo sé. Esta piel es rígida y firme, la estaba examinando".

Kinuta frunció sus gruesos labios y se rió, riéndose.