Está en la página 1de 7

SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1614/2005-R

Sucre, 9 de diciembre de 2005

Expediente: 2005-12813-26-RHC
Distrito: La Paz
Magistrado Relator: Dr. Willman Ruperto Durán Ribera

En revisión la Resolución 22/2005, de 4 de noviembre, cursante de fs. 34 a 35, pronunciada por el


Juez Tercero de Sentencia de La Paz, dentro del recurso de hábeas corpus interpuesto por Luis
Hamilton Gaspard Neyra contra Julia Parra C., Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal, alegando
la vulneración de su derecho a la libertad, consagrado en el art. 6.II de la Constitución Política del
Estado (CPE).

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

I.1.1. Hechos que motivan el recurso

Por memorial presentado el 3 de noviembre de 2005, cursante de fs. 5 a 6 vta., el recurrente


expresa que ante el Juzgado de la autoridad judicial recurrida se tramitó en su contra el proceso
penal seguido por el Ministerio Público a denuncia de Servicio Nacional de Áreas Protegidas
(SERNAP), en el que fue condenado a dos años de privación de libertad. En cumplimiento del art.
368 del Código de procedimiento penal (CPP), en la misma audiencia de 13 de octubre de 2005 fue
beneficiado con el perdón judicial, habiendo sido todas las partes notificadas en ese acto en forma
oral por la Jueza recurrida. En tal virtud esperó la emisión en su favor del mandamiento de libertad
por cuanto para el procedimiento abreviado llevado a cabo, el Ministerio Público pidió se le
imponga dos años de privación de libertad, habiendo aceptado de su parte su culpabilidad, así
como la condena solicitada, renunciando expresamente ir a juicio oral, público y contradictorio; es
más, el Ministerio Público no objetó el perdón judicial otorgado y la entidad denunciante recuperó
la computadora sustraída y aceptó el pago de Bs1.000.- que realizó de su parte por concepto de
daños y perjuicios, sin que tampoco haya objetado el procedimiento abreviado ni el perdón
judicial concedido, al contrario, se cumplió con lo determinado por el art. 373 del CPP, pues todos
prestaron su consentimiento por lo que en ese acto debió ordenarse su libertad.

Pese a todos los antecedentes anotados, la Jueza recurrida no expidió el correspondiente


mandamiento de libertad, sino que le hizo conocer por Secretaría del despacho que debía esperar
quince días por si el Fiscal o la Entidad denunciante apelaban la Sentencia en supuesto
cumplimiento del art. 407 del CPP, término que en ningún caso interrumpía ni interrumpe que se
concrete su libertad por efecto del perdón judicial, aún si hubieran apelado las partes, ya que igual
debió haberse dispuesto su libertad en el mismo acto en que se le concedió dicho beneficio. De
todas formas, respetuoso de la disposición de la Jueza recurrida esperó los quince días señalados
sin que la Fiscalía ni la Entidad denunciante hubieran apelado de la sentencia ni del perdón
judicial, sin embargo, continúa detenido hasta el presente, incurriendo la Jueza demandada en su
evidente detención indebida.

I.1.2. Derecho supuestamente vulnerado


Señala como vulnerado su derecho a la libertad, consagrado en el art. 6.II de la CPE.

I.1.3. Autoridad recurrida y petitorio

Con esos antecedentes plantea recurso de hábeas corpus contra Julia Parra C., jueza Segunda de
Instrucción en lo Penal, pidiendo se declare procedente, por ende se disponga su inmediata
libertad.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de hábeas corpus

La audiencia se realizó el 4 de noviembre de 2005 (fs. 32 a 33) en ausencia del Representante del
Ministerio Público, ocurriendo lo siguiente:

I.2.1. Ratificación y ampliación del recurso

El abogado del recurrente ratificó el recurso y lo amplió indicando que su cliente fue sometido a
procedimiento abreviado y ante la no objeción de las partes se dictó la Sentencia con el perdón
judicial, esperando desde el 13 de octubre de 2005 en que fueron notificados, que transcurran los
quince días para que el fallo se ejecutorie. Dicho plazo ya venció y las partes no opusieron recurso
alguno, correspondiendo que se expida el mandamiento de libertad. Aclaró que el SERNAP no se
opuso a la notificación oral en audiencia, pero ahora, después de veintidós días pide que se le
notifique personalmente con ese fallo, buscando apelar fuera de término. Por lo señalado, pidió la
procedencia del recurso y se disponga la inmediata libertad de su cliente.

I.2.2.Informe de la autoridad recurrida

La autoridad recurrida, Julia Parra C., Jueza Segunda de Instrucción en lo Penal informó en
audiencia que pronunció sentencia a favor del recurrente y dispuso el perdón judicial conforme a
derecho; asimismo, notificó oralmente a las partes presentes de manera personal, cual consta de
las diligencias de 13 de octubre de 2005, sin embargo, la parte civil solicitó el 23 de octubre de
2005 que se le notifique, lo que puso en conocimiento de la parte imputada ahora condenada para
que se pronuncie al respecto. Con referencia a la supuesta detención indebida del actor, señaló
que la Sentencia no estaba ejecutoriada el 1 de noviembre de 2005, cuando la defensa solicitó el
mandamiento de libertad y observó la solicitud de la parte querellante. A los fines de establecer el
término de la sentencia, la tácita ejecutoria y resolver lo pedido por la parte querellante solicitó
informe a Secretaría sobre los plazos procesales y las notificaciones respectivas, informe que es de
3 de noviembre de 2005, razón por la cual aún no se pronunció y tampoco emitió mandamiento de
libertad por los feriados.

I.2.3. Resolución

La Resolución 22/2005, de 4 de noviembre (fs. 34 a 35), resolvió declarar procedente el recurso,


disponiendo que la recurrida expida el mandamiento de libertad con las formalidades de ley, con
los siguientes fundamentos:

a)Dentro del procedimiento abreviado seguido por el Ministerio Público contra el recurrente, a
denuncia del SERNAP, por los delitos sancionados por los arts. 200 y 326.5 del Código penal (CP), la
Jueza recurrida dictó la Sentencia 255/2005, de 13 de octubre, condenando al recurrente a dos
años de privación de libertad y concediéndole el perdón judicial. En la misma Sentencia dispuso la
notificación oral a las partes procesales, las que también fueron notificadas en la misma fecha 13
de octubre según consta de las diligencias de notificaciones, sin que hayan interpuesto recurso
alguno en el plazo de quince días señalado por el art. 407 y siguientes del CPP, el cual se cumplió el
31 de octubre de 2005, empero el 24 de octubre el abogado del SERNAP solicitó se le notifique con
la Sentencia no obstante haber sido notificado en forma personal como se establece por la
diligencia antes referida; por otra, el actor pidió mandamiento de libertad, emitiéndose informe
por secretaría del juzgado de la recurrida a efectos de cómputo de plazos, debiendo considerarse
que las sentencias quedan ejecutoriadas automáticamente cuando se cumplen los plazos
establecidos conforme el art. 126 del CPP.
b)En el caso presente, al haberse impuesto al recurrente la pena de dos años y concedido el
perdón judicial mediante Sentencia condenatoria, ejecutoriada la misma correspondía expedirse
mandamiento de libertad evitando dilaciones como solicitar informes de secretaría que no
corresponden al caso y que violan el art. 9 del CPE, por lo que corresponde dar curso a la tutela
invocada.

II. CONCLUSIONES

Del análisis del expediente y de las pruebas aportadas, se concluye lo siguiente:

II.1. Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra el recurrente por
falsificación de documento privado y hurto agravado, se llevó a cabo la audiencia conclusiva de
procedimiento abreviado el 13 de octubre de 2005, (fs. 9 a 16), fecha en la cual, las partes
procesales accedieron a someterse al procedimiento abreviado, habiendo señalado el abogado de
la víctima que fueron satisfechos del daño civil. Así, la Jueza recurrida dictó la correspondiente
Sentencia condenatoria contra el actor (fs. 13 a 16), imponiéndole la pena de dos años, más costas
procesales al Estado y el daño civil; asimismo, haciendo una valoración de la prueba documental le
concedió la gracia del perdón judicial a los efectos del art. 368 del CPP. En la misma Sentencia
señaló que quedaban oralmente notificados los sujetos procesales presentes a horas 15:20, para
que hagan uso del recurso de apelación restringida en el plazo de quince días conforme a los arts.
407 y 408 del CPP; notificación ratificada por las diligencias sentadas en la misma fecha (fs. 19 y
vta.).

II.2.Por memorial presentado el 24 de octubre de 2005, el apoderado de la parte querellante pidió


se le notifique con la sentencia a los fines de formular el recurso de ley. La Jueza recurrida
providenció el 25 del mismo mes y año en sentido de que se notifique como se pide (fs. 20 y vta.).

II.3.En el memorial presentado el 28 de octubre de 2005, el recurrente pidió se expida


mandamiento de libertad en su favor al haber transcurrido quince días de dictada la Sentencia sin
que ninguna de las partes haya interpuesto recurso alguno. Por proveído de 29 del mismo mes y
año, la Jueza recurrida dispuso: “ pídase conforme datos del proceso, hecho lo cual se dispondrá”
(fs. 21 y vta.).

II.4.Por memorial presentado el 31 de octubre de 2005, el recurrente responde negativamente a la


solicitud de notificación de la parte querellante, por cuanto ésta fue notificada personalmente el
13 de octubre de 2005 en la audiencia conclusiva, pidiendo en definitiva se expida el
mandamiento de libertad en su favor (fs. 4). La Jueza recurrida, de acuerdo a su informe en la
audiencia de hábeas corpus, solicitó informe sobre los plazos procesales y las notificaciones
respectivas.

II.5.La Abogada Secretaria del Juzgado de la Jueza recurrida informó el 3 de noviembre de 2005 (fs.
23), que dentro del procedimiento abreviado se dictó la Sentencia condenatoria de dos años
contra el recurrente, habiéndole concedido en la misma audiencia el perdón judicial. Concluida la
audiencia se notificó al fiscal, al condenado y al abogado defensor, así como al abogado y
apoderado del SERNAP en la misma fecha 13 de octubre a horas 15:20, habiendo solicitado el 24
de octubre el apoderado y abogado del SERNAP, de quien no consta que hubiera presentado
querella, la notificación formal con la Sentencia.

II.6.El recurrente guarda detención preventiva desde el 27 de julio de 2005 (fs. 15).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente alega la vulneración de su derecho a la libertad, aduciendo que la Jueza recurrida no


obstante haberle concedido en sentencia el perdón judicial, no dispuso su libertad
inmediatamente sino que le dio a conocer por secretaría que debía esperar a que esté
ejecutoriada la Sentencia; y que no obstante de que ninguna de las partes presentó apelación,
tampoco ordenó su libertad, estando a la fecha indebidamente detenido. Consiguientemente,
corresponde analizar si los hechos reclamados se encuentran dentro del ámbito de protección que
otorga el art. 18 de la CPE.

III.1. Fines del perdón judicial

El perdón judicial es una medida de política criminal adoptada por el legislador, destinada a paliar
los efectos negativos de la llamada contaminación penitenciaria así como desvinculación del
recluso con su familia y la colectividad, causada por la ejecución de una pena de corta duración,
que precisamente por su escaso tiempo, no llega a cumplir los fines de enmienda y readaptación
social destinados a evitar su reincidencia, que se le atribuye de manera general a la pena privativa
de libertad. Conforme a esto, el perdón judicial beneficia al condenado con una pena de corta
duración por un primer delito, cuyo quantum no es uniforme en la legislación comparada pero que
de manera más o menos coincidente, no debe ser mayor de dos años.

III.2. ¿El Juez debe disponer la libertad del condenado al conceder el perdón judicial?.- Su
relevancia constitucional.

Nuestra legislación penal acoge el instituto del perdón judicial en el art. 368 del CPP, bajo el
siguiente texto: “ El Juez o tribunal al dictar sentencia condenatoria, concederá el perdón judicial
al autor o partícipe que por un primer delito, haya sido condenado a la pena privativa de libertad
no mayor a dos años”.

Si bien es cierto que en la legislación comparada no se exige que exista ejecutoria para que el Juez
dicte mandamiento de libertad a favor del condenado favorecido por el perdón judicial, - (así el
art. 340 del Código procesal penal de la República Dominicana)- en nuestro País, no se precisa este
extremo; pues si bien podría sostenerse a prima facie que el perdón judicial como tal no está
incluido dentro de los medios de impugnación en el sistema de recursos establecidos en el Código
de procedimiento penal -(arts. 394 con relación al 403 y 368 del CPP)-, y por tanto la resolución
que conceda el mismo adquiriría ejecutoria a su emisión, ello no es así; debido a que el perdón
judicial no esta desvinculado de la suerte de la Sentencia, -que sí es impugnable vía apelación
restringida (art. 407 del CPP)-, por cuanto la misma es el presupuesto mediante el cual se viabiliza
el perdón judicial.

Puestas así las cosas, y constatado que no se trata de una interpretación de mera legalidad
ordinaria que es labor de la jurisdicción común sino que tiene relevancia constitucional al tratarse
de una problemática que incide sobre una posible afectación a un derecho fundamental como es
la libertad, corresponde dilucidar la problemática a través de una interpretación desde y conforme
la Constitución.

Tal labor exige, en un modelo de Estado como el nuestro - que sustenta el derecho a la libertad
como valor superior del ordenamiento jurídico de la Nación (art. 1.II de la CPE) -, efectuar un juicio
de proporcionalidad entre el sacrificio que implica la restricción de tal derecho esencial y la
eficacia que exige la función de defensa social que la misma Constitución encomienda al Ministerio
Público (Título IV de la Parte Segunda); eficacia que exige en determinados casos la aplicación de
medidas cautelares de naturaleza personal (detención preventiva), a través de la cual se expresa
de manera nítida una de las principales limitaciones al derecho a la libertad, cual es la privación de
la libertad física o de locomoción.

El punto de partida puede estar en la respuesta que se tenga sobre ¿cómo se legitima o justifica la
detención preventiva en un Estado democrático de derecho?, por la utilidad procesal que la misma
representa; esto es, para asegurar la presencia del imputado en el desarrollo del proceso, así como
para precautelar que no destruya u oculte pruebas o coaccione a los testigos (art. 233 del CPP); lo
cual se muestra proporcional, al encontrar justificación en fines constitucionalmente legítimos y
necesarios.

Ahora bien, corresponde responder una segunda interrogante ¿se justifica por su utilidad que el
favorecido por el perdón judicial siga privado de su libertad hasta en tanto se ejecutoria la
condena que le fue impuesta?, de ninguna manera, porque el sacrificio del valor libertad sería
injustificado al haber desparecido la utilidad procesal en la que se sustenta la medida cautelar
personal, y es más, no guardaría congruencia con el principio de intervención penal mínima que
caracteriza al derecho sancionador en todo Estado democrático de derecho, en el que la
imposición de toda medida restrictiva de la libertad se justifica solamente en casos de estricta
necesidad, por la utilidad que la misma representa para la consecución de otros fines, que como se
dijo, que también sean constitucionalmente legítimos.

Es precisamente en aplicación de este principio, que el art. 364 del CPP, establece que en los casos
de dictarse sentencia absolutoria: “…se ordenará la libertad del imputado en el acto…”; pues
resulta claro que la medida cautelar ante la emisión de la sentencia, ha perdido toda justificación
por su falta de utilidad procesal.

Tan es así, que nuestra legislación procesal vigente, en coherencia con el principio de
proporcionalidad y dentro de él, del principio de intervención penal mínima, en el art. 21 del CPP
establece que el Fiscal podrá solicitar al Juez que: “…prescinda de la persecución penal de uno o
varios de los hechos imputados, respecto de uno o algunos de los partícipes, en los siguientes
casos”:
1.Cuando se trate de un hecho de escasa relevancia social por la afectación mínima del bien
jurídico protegido;
2.Cuando el imputado haya sufrido a consecuencia del hecho, un daño físico o moral más grave
que la pena por imponerse;
3.Cuando la pena que se espera por el delito de cuya persecución se prescinde carece de
importancia en consideración a una pena ya impuesta por otro delito;
4.Cuando sea previsible el perdón judicial; y,
5.Cuando la pena que se espera carezca de importancia en consideración a las de otros delitos, o a
la que se le impondría en un proceso tramitado en el extranjero y sea procedente la extradición
solicitada.

Por tanto, no es constitucionalmente justificable, que el condenado favorecido con el perdón


judicial deba continuar privado de su libertad, por haber desaparecido el factor utilidad procesal
en el que se justificó desde el juicio de proporcionalidad, el sacrificio del derecho a la libertad por
la eficacia en la protección de los bienes jurídicos penalmente tutelables que se realiza a través de
la defensa social, que la Constitución le encomienda al Ministerio Público.

III.3.Del análisis de autos se establece que la Jueza recurrida, dentro del procedimiento abreviado
adoptado en el proceso penal seguido por el Ministerio Público contra el recurrente, pronunció
Sentencia condenándolo a este último a sufrir la pena privativa de libertad de dos años, y en el
mismo fallo, al amparo del art. 368 del CPP, le concedió el perdón judicial.

Sin embargo, la Jueza recurrida no libró inmediatamente el mandamiento de libertad para hacer
efectivo el beneficio concedido como correspondía a partir de una interpretación desde y
conforme la Constitución, sino que, en principio condicionó indebidamente su emisión ante la
posibilidad de que se presente recurso de apelación, a la ejecutoria de la Sentencia y una vez
transcurridos quince días de la notificación a las partes, tampoco emitió el mandamiento de
libertad sino que pidió indebidamente un informe sobre las notificaciones y los plazos procesales,
dilatando con esas actuaciones ilegales, en forma arbitraria e innecesaria la detención del
recurrente, conducta que denota un menosprecio por uno de los derechos fundamentales más
esenciales de cuantos la Constitución protege, incurriendo con ello en privación indebida de
libertad y por ende, en la violación del derecho a la libertad del recurrente, por lo que corresponde
otorgar la tutela solicitada por el actor.

Por consiguiente, el Juez de hábeas corpus al haber declarado procedente el recurso, ha hecho
una correcta evaluación del caso en análisis así como de los alcances del art. 18 de la CPE.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción que ejerce por mandato de los arts. 18.III y
120.7ª de la CPE; arts. 7 inc. 8) y 93 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), resuelve:

1º APROBAR la Resolución revisada.

2º Se condena la Jueza recurrida al pago de daños y perjuicios, que serán calificados conforme el
art. 91.VI de la LTC.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.


No intervienen los magistrados, Dra. Elizabeth Iñiguez de Salinas, por encontrarse con licencia; el
Dr. José Antonio Rivera Santivañez por encontrarse en vacación anual y la Dra. Silvia Salame Farjat
por no conocer el asunto.

Fdo. Dr. Willman Ruperto Durán Ribera


PRESIDENTE

Fdo. Dra. Martha Rojas Álvarez


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Artemio Arias Romano


MAGISTRADO

FUENTE: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

También podría gustarte