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All content following this page was uploaded by Luis Alfredo De la Peña on 29 May 2020.
acontecimientos que son de vital importancia en la actualidad, un siglo después: el fin del
imperio otomano como órgano administrativo que gobernó en medio Oriente durante casi
generación de conflictos. Así como un nuevo comienzo para cientos de inmigrantes de los
dominios otomanos que llegaron hasta costas colombianos. Gallípoli sintetiza el fin y el
Al fin el año llegó, la fecha que muchos historiadores, especialmente los que se dedican a
estudiar la guerra o los asuntos militares, esperaban con ansias, para redescubrir, repensar y
ocasión de su centenario. Pero a pesar de esto, uno puede acercarse a las principales
librerías de cualquier ciudad, y ver en las marquesinas y los estantes, libros ilustrados sobre
ventas– que los libros que conmemoran los cien años de la Gran Guerra.
¿Por qué pasa esto? ¿Por qué para los mismos historiadores (ni que decir del público
general), la Primera Guerra Mundial se ve lejana, difusa, y mucho más complicada que la
Segunda? Es cierto que la Segunda Guerra Mundial plantea dilemas morales más potentes a
de la frontera entre guerra total y guerra absoluta, además de una mayor claridad entre el
carácter y naturaleza de los bandos beligerantes, son problemas que no se ven en la Primera
guerra Mundial, donde todos estos aspectos están de una u otra manera presentes, pero son
Ahora bien, si es complicado crear una idea histórica general de la Primera Guerra
Mundial y su presencia en las mentes de quien se les menciona se reduce al barro de las
trincheras del frente occidental, las operaciones militares en otras latitudes generalmente
son en su totalidad desconocidas. Hablar además del frente oriental, en muchas ocasiones
se reduce a hablar sobre las acciones del ejército ruso y las operaciones de ambos bandos en
los que hayan conmemoraciones. Este es el objetivo de este escrito, realizar un ejercicio
Mundial.
Para cumplir este cometido, se empleará el episodio más conocido de este espacio
ingreso del Imperio Otomano a la Primera Guerra Mundial, en especial de los territorios y
posterior derrota, desintegración y legado, para las consecuencias que dejó la ausencia de
un poder centralizado y fuerte en el medio oriente que duró casi 500 años prácticamente
Este artículo no empieza cien años atrás, empieza mucho antes, exactamente en 1344
italianas, y pueblos de las estepas que querían repartirse el imperio Bizantino. El cual
agonizaba lentamente desde hacía ya tres siglos, pero por sobre todas las cosas, las riquezas
de Constantinopla, la nueva Roma. Por esta razón le concedió al sultán otomano Orhan, la
base marítima de Gallipoli, para que le ayudara contra las incursiones serbias y búlgaras en
Anatolia, convirtiéndose en el primer enclave turco en Europa, y la cabeza de puente para
la posterior conquista del mismo imperio Bizantino, que comenzaría pocos años después en
1353.1 De ahí en adelante, el imperio Otomano, que pocos siglos antes surgía en Asia
Norte de África, El medio oriente, y los Balcanes que duraría casi 500 años.
Durante los últimos veinticinco años del siglo XIX la «cuestión oriental» fue un
juego muy complejo de equilibrios entre las principales potencias europeas que buscaban
preocupación por un vacío geopolítico en la región de los tres continentes que los dominios
del imperio Otomano (o como el zar Alejandro III lo había denominado, “el hombre
diplomáticos de Europa. Aun así con la tensa calma que trajo el desenlace de la guerra
donde cada cual con sus objetivos y proyectos buscaba acomodarse dentro del apretado
mapa del continente formándose así las zonas geopolíticamente conflictivas hasta el día de
hoy y que hacían parte del Imperio Otomano: el Próximo Oriente y los Balcanes.2
En 1878, del 13 de junio y durante un mes después bajo la batuta del “canciller de
hierro” Otto Von Bismarck.3 Se celebró la Conferencia de Berlín en la cual las potencias
1
Veiga, Francisco: El turco: diez siglos a las puertas de Europa. 2 a. ed. Barcelona. Debate, 2007. 666 p. il.
mapas; 24 cm. p. 107
2
Miller, William: The Ottoman Empire and its succesors, 1801-1927 : with an appendix, 1927-1936. 4ta. ed.
Cambridge. Cambridge University Press, 1936. XV, 644 p. 5 mapas; 19 cm. p.358
3
Miller, op.cit. P. 387-389
europeas decidían la suerte del Imperio Otomano bajo el arbitrio del II Reich mientras los
delegados del sultán fungían como simples espectadores. Esta Conferencia consagró a los
industrial triunfante.
las Tanzimat* se empezaron a aplicar con mayor rigurosidad, incluso la calidad de califa
(líder espiritual y político de los musulmanes) que ostentaba el sultán desde 1774 fue
presas del nacionalismo, identificándose cada vez más con la vertiente turco-musulmana,
extendiendo este pensamiento hacia todos los confines del imperio, cerrándose el proceso
con las guerras balcánicas de 1912. Este nuevo período de las Tanzimat c oincidió con la
derrota del ejército del zar en la guerra ruso-japonesa de 1905. En la coyuntura del
momento, Japón se perfilaba como una opción antiimperialista no solo para los otomanos
sino para los filipinos, indios, iraníes y todos aquellos países sometidos durante la segunda
etapa de colonización.4
Y aunque el imperio gozaba de relativa paz, parecía que el sultán se confiaba en este
bienestar sin lograr un avance significativo y la modernización del estado otomano. Es así
Revolución de los Jóvenes Turcos.5 La única posesión que aún mantenía la Sublime Puerta
en África del Norte era Libia que sería anexada por Italia luego de la invasión de 1911
siendo este un golpe mortal para el imperio, pues se había llegado al punto en el que hasta
las potencias europeas de segundo nivel, osaban atacar los dominios otomanos sin
Libia al ser su población casi en su totalidad musulmana golpeó fuertemente la moral del
Mientras todo esto sucedía, las ideas se movían frenéticamente en el Imperio. Ziya
Gökalp, principal ideólogo del nacionalismo turco y quien había estudiado a Durkheim y
poseía su propia cultura vital que la historia había sumergido en una civilización medieval,
bizantina y árabe por partes iguales. Por lo tanto el camino a seguir consistía en reemplazar
cultura turca. Relación académica aplicada a la política que se utiliza hasta prácticamente
hoy en día.7 Al final, la última aventura que el Imperio Otomano emprendería sería la
5
Veiga, op.cit. P.383
6
Veiga, op.cit. P.388
7
Veiga, op.cit. P.398
participación en la Primera Guerra Mundial que durante su primera etapa ni veía ni la
grandes y fuertes como el ruso y el británico, contando solo con el apoyo de la lejana y
ruso-japonesa habían sido humillantes derrotas para el zar y para el rey. Obviamente, en
Londres y en San Petersburgo la derrota en las guerras balcánicas, les daba argumentos
para pensar en una fácil victoria sobre las fuerzas otomanas. Pero la Sublime Puerta fue
capaz de mantener a raya a los rusos y de infligir quizá una de las derrotas más sonadas de
Todo esto suponía un peligro permanente para la paz, como era igualmente delicada
la creencia, tanto de los aliados como de los alemanes o austríacos, de que cuando más
pronto tuviese lugar la guerra más pronto se ganaría. Es cierto que unos y otros no hablaban
de la misma guerra: guerra local o guerra continental, guerra con Inglaterra o guerra sin
Inglaterra. Lejos de imaginar que esta guerra sería mortal para tres monarquías y veinte
millones de hombres, se mostraban de acuerdo en un único punto: que sería corta y que
8
Erickson, Edward J. Ottoman Army Effectiveness in World War I. A comparative study. Nueva York.
Routledge. 2007. 244 págs.
9
Ferro, Marc. La Gran Guerra (1914-1918), Alianza Editorial, Madrid, 1984, 392 págs. p. 96
Los ingleses, cuyo suelo europeo no estaba amenazado directamente, analizaban la
situación con más sangre fría. A principios de 1915, el informe del coronel Hankey
demostró que durante muchos años no se moverían los frentes. Kitchener consideraba que
esta guerra no era suya y pretendía resucitar el tipo de lucha a que estaba habituado. Así
nació la idea de una expedición de tipo colonial, un ataque «a los flancos» del adversario,
como proponía W. Churchill, entonces primer lord del Almirantazgo, quien quería atacar a
puesto que se había mostrado allí inexpugnable, sino precisamente en el lugar donde era
vez; después se pensó en atacar a Austria-Hungría por el Adriático, pero se consideró que el
así prevaleció la idea de atacar a Turquía, que constituía el eslabón más débil de la cadena
de las coaliciones enemigas y cuya derrota podría arrastrar a Italia y a Bulgaria a entrar en
El proyecto se justificaba por más de una razón; parecía probable que las potencias
centrales habrían de concentrar sus esfuerzos, en 1915, contra Rusia, y los aliados deseaban
despejar la ruta que les permitiera el aporte de material, municiones y refuerzos. Además,
un ataque serviría para aligerar la carga que los rusos soportaban en el frente del Cáucaso.
Precisamente, a fines de diciembre de 1914, el gran duque Nicolás pidió socorro a los
aliados, porque los turcos desencadenaron una gran ofensiva en la región de Sarikamisch,
10
Ferro, Marc. p.130
ofensiva que fue rechazada, pero que, mientras duró, sirvió para que los «orientales»
ingleses y franceses cogieran la ocasión por los pelos e hiciesen triunfar su proyecto.
oposición de los jefes de las fuerzas armadas. Lord Fisher juzgaba que la operación estaba
las pérdidas aliadas, inquieto por la escasez de municiones y afectado por el escándalo que
eso había causado, vacilaba ahora en sustraer tropas al frente occidental. Pero la operación
fue decidida a pesar de todo, aunque con la condición de que no participara en ella más que
la flota; de este modo no había que consultar ni a Joffre ni a French y, por un tiempo, la
operación se realizó a sus espaldas. El ataque tendría por objeto forzar los Dardanelos,
del adversario, pero además las fuerzas otomanas, compuestas casi en partes iguales por
árabes y turcos, habían sido alertados, a principios de noviembre de 1914, por el inesperado
ataque de una escuadra inglesa. El almirante que la mandaba no había podido resistir a la
disposiciones para reforzar su potencia defensiva, cosa que ignoraban los aliados.
El 19 de febrero de 1915 tuvo lugar el primer ataque; la flota inglesa logró hacer
callar a las baterías turcas situadas en los lugares más expuestos. Ante esto, no fueron los
aliados los únicos que creyeron que tenían la victoria al alcance de la mano, sino que
también el primer ministro griego Venizelos, con simpatías republicanas y partidario de una
expedicionario que habría de dirigirse contra Constantinopla; así, pues, resurgiría una vieja
querella en la que los rusos, los ingleses y los griegos resultaban a la vez rivales y aliados,
como en 1824. Venizelos tuvo que presentar la dimisión, que el rey Constantino aceptó de
buen grado, porque era germanófilo y se había opuesto siempre a los proyectos de su
ministro.
El 18 de marzo tuvo por fin lugar la gran tentativa contra la posición de los
Dardanelos; la flota aliada quiso franquear el estrecho, pero fracasó, abandonando el tercio
de sus navíos. Los turcos no habían perdido más de 200 hombres. El almirante Carden
consideraba que el resultado había estado pendiente de un hilo, que hubiera bastado con
en el engranaje, sin darse cuenta de que las normas de la operación habían dado la vuelta;
en efecto, en el proyecto inicial la flota tenía que abrir el camino para un cuerpo
expedicionario, pero, en realidad, las tropas de desembarco tenía por misión facilitar el paso
Nada más recibirse la petición de los rusos de ayuda para distraer los recursos
Guerra británico. Inicialmente, Churchill y lord Fisher (primer lord del mar) consideraron
su ciudad más importante, y era la llave de los Dardanelos y el paso del mar de Mármara, a
Constantinopla y desde allí al mar Negro. Esto podía ser acompañado por un desembarco
franco-británico en el lado asiático del canal, en el cual los Dardanelos serían forzados por
arriesgarse en una batalla con la flora alemana, considerándose, por tanto, como
desechables.
intentado la misma maniobra si éxito en 1807. El concepto, sin embargo, era bueno; una
vez la flota hubiera pasado las decrépitas batería de costa turcas y hubiera entrado en el mar
de Mármara, se esperaba que Grecia (si no estaba ya en el campo aliado), Bulgaria, y quizá
Turquía; y asegurar los Dardanelos y el mar de Mármara permitiría a los barcos rusos pasar
de nuevo desde el mar Negro al Mediterráneo, posibilitando el que pudieran ver enviadas
municiones a Rusia y grano ruso a los aliados occidentales. El plan, que ha sido calificado
como el único concepto estratégico realmente innovador de toda la guerra, tuvo la
occidental.
certero golpe. Al discutirse el plan Rusia lo recibió con gran entusiasmo y hasta Francia
ofreció una escuadra para seguir bajo el mando británico en esta operación11
El grueso del ejército turco era reclutado entre la población rural de la península de
Anatolia y entre los habitantes árabes del imperio. Los campesinos anatolios eran el
recurso más importante del ejército otomano, estaban acostumbrados a una vida dura,
podían sobrevivir con las pobres raciones que se daban en el frente y eran tremendamente
De todas maneras y a pesar de este carácter combativo de los efectivos turcos su ejército
contaba con muchas limitaciones: su cuerpo de oficiales era pequeño y estaba muy
pobremente entrenado ( a excepción de los mil quinientos extranjeros que fueron instruidos
tropas en combate y aunque cuando el imperio declaró la guerra a finales de 1914 sus
11
H diciones del Prado, Madrid, 1994, 96
aythornthwaite, Philip, Gallipoli 1915. Asalto frontal a Turquía. E
pags., p. 8-9
frentes, a saber, los Dardanelos, el Cáucaso, el Oriente Medio y Mesopotamia, no permitió
Por estos y otros motivos, y en especial como el resultado de las guerras balcánicas
pocos años antes de Gallipoli, Se había creado, con ayuda de la propaganda oficial en
Europa occidental, una imagen del imperio otomano no sólo como un «hombre enfermo»
sino a sus combatientes y a los miembros de su ejército como una partida de salvajes
capacidad de combate en la campaña de Gallipoli por parte del ejército turco cambió
radicalmente esa opinión a otra posición de respeto. Durante las batallas de Suvla, Ansak y
“Johnny el Turco” o «Abdul» no era un pagano sin principios como sus jefes se empeñaban
en decir sino como escribía el poeta Argent “un buen y limpio combatiente”13.
Las tropas que habían llegado así a la península de Gallipoli cayeron en la trampa
porque los turcos cerraban el camino y no era cuestión de reembarcar. Esperaron los
refuerzos, que el alto mando no envió más que con parsimonia. En un momento dado, los
aliados intentaron abrir la brecha, pero la batalla de Anafarta fracaso como las pasadas
tentativas. Y, sin embargo, a la inversa del 18 de marzo, fue entonces cuando los aliados
reintegrarse a sus bases. El almirante Fisher habría predicho la catástrofe. Era necesario
12
Haythornthwaite, Philip p.21
13
Haythornthwaite, Philip p. 61
impedir que las tropas aliadas fuesen arrojadas al mar. Estaba previsto el envío de nuevos
En Basora aumentaba los envíos de hombres, pero se hacían esperar siempre los
víveres y el material. Unas semanas más tardes los turcos ponían cerco a Kut-el Amarna
con las tropas coloniales del general Townsend dentro. Por tres veces se intentaron
expediciones de socorro, pero la realidad no tenía nada que ver con la imagen tradicional de
los lanceros de Bengala y las tropas de socorro perecieron en ruta, perdidas en el desierto y
no llegaron nunca. Los británicos ofrecieron dos millones de libras esterlinas al Sultán para
que los sitiados pudiesen regresar a sus bases sanos y salvos, pero ese rechazo la oferta y
dio cuenta de cómo intentaban los ingleses rescatar a sus cautivos (diciembre de 1915). Y
así fueron conducidos hasta Bagdad 12.000 anglo-indios, agotados por el asedio y las
Santa tuvieron que desfilar durante horas enteras en una marcha que era una pesadilla,
mientras los soldados turcos les pegaban con látigos y bastones ante la muchedumbre
estupefacta.
Esta capitulación de Kut tuvo una gran resonancia en todo el oriente árabe, y, sin embargo,
esta victoria que seguía al avance de las tropas turcas en Siria. La situación no cambió en
estos dos frentes hasta 1917, cuando, gracias al levantamiento de los árabes y al sentido de
organización del general Maude, los británicos pudieron rehacerse y ocupar Bagdad,
14
Ferro, Marc. p. 130-132
mientras que los Anzacs de Alleby, quien se consideró el vengador de Ricardo Corazón de
Repartido entre Rusia y Turquía, el pueblo armenio deseaba recobrar la independencia que
había perdido desde hacía trece siglos, pero puestos a elegir entre dos amos, los armenios,
que eran cristianos, preferían la tutela del Zar, menos cruel que la de los turcos. Además, el
Zar reivindicaba en nombre de ellos la parte de territorio armenio que había quedado en
manos de los turcos y había prometido dotar a los armenios de algunas libertades religiosas
movimiento nacionalista armenio pareció tomar una orientación anti-rusa. No obstante, las
una comisión secreta a Occidente para abogar por la causa de una Armenia independiente,
insurrección contra los turcos. Estos no tenían, sin embargo, medios para ello, pero cuando
el ejército del sultán, vencido en Sarikamisch, se replegó, los armenios de Turquía creyeron
Armenia los civiles acogieron a las tropas vencidas con sarcasmos y realizaron actos de
sabotaje en la retaguardia. El castigo fue espantoso. Todos los armenios de Imperio fueron
15
Ferro, Marc. p 134
sacados de filas, desarmados, agrupados en batallones de trabajo y deportados. Después les
tocó el turno a los civiles, incendiaron los pueblos, y los hombres, mujeres, ancianos y
niños, maniatados en filas de cuerda, fueron llevados a las montañas con destino
desconocido. En los sitios donde población armenia era claramente mayoritaria, como Van,
Bitlis, Samsún, etc., los civiles y los batallones de trabajo fueron asesinados a sangre fría.
principios de verano; los más débiles morían en el camino, los supervivientes llegaron
inanición. No existen estadísticas, pero se sabe que en Erzurum de 20.000 armenios solo
quedaron 200 supervivientes. Cerca, pues, de un millón de hombres y mujeres habían sido
un genocidio. Se dice que Hitler se basó en estos hechos para el genocidio más conocido de
bando turco prima el silencio y la negación del hecho, algunos historiadores turcos han
calculando las bajas de los soldados turcos en este hecho.17 El bando aliado, desde el mismo
16
Ferro, Marc. p 186-187
17
Veiga, Francisco p. 414-415
momento en que ocurrió, condenó profundamente este hecho, satanizando la «barbarie»
otomana al respecto, Pero al parecer, para los altos mandos y la propaganda oficial, no es
un genocidio enviar sin piedad a miles de jóvenes a una muerte inútil, como en Verdún,
inglesa, contaban ciertamente con los árabes, pero en tanto que instrumentos de una
política, y promover su independencia no era un fin en sí, sino un medio de debilitar a los
intervenir los términos del problema no por cálculo, sino por ideal, sin que ello dejase de
tener los mismos efectos para los intereses de su país. Lawrence era un joven orientalista,
familiarizado con el Islam y con los árabes, cuya civilización apreciaba. Conocía todos sus
refinamientos y había recorrido por entero la región entre La Meca y Damasco, hablaba los
dialectos de las diferentes tribus, vivía su existencia cotidiana y se vestía con chilaba.
Cuando estalló la guerra, disponía en el país de toda una red de amigos entre los que se
Lawrence comprendió que había sonado la hora de realizar el gran proyecto, pero
que era inútil intentar enrolar a los árabes en formaciones regulares, porque los turcos
acabarían con ellas en seguida, y en conexión con el general Allenby, cuya confianza había
sabido ganar, coordino con el avance de las tropas inglesas los movimientos de la guerrilla
árabe. Dejo a los turcos conservar el control de La Meca y condujo a los árabes a
operaciones, en apariencia más modestas, pero más importantes desde el punto de vista
estratégico, como fueron la toma de Wedj y la de Akaba. Y en 1918 llego por fin la
En Asia, los ingleses habían intentado atacar Constantinopla y levantar a los árabes.
Los alemanes y los turcos, por su parte, acometieron la empresa de levantar a la India, al
Asia central y a todo el mundo musulmán; tenían la intención de dominar el Irán y luego,
partiendo de Persia, pasar a Afganistán, desde donde podrían atacar a la vez hacia el Norte
levantamiento de los nómadas del Turquestán de 1916; la insurrección tenía por causa
inmediata la negativa de los musulmanes a enrolarse en los ejércitos zaristas y por objetivo
la recuperación de las tierras arrebatadas por las autoridades cuando se construyeron los
ferrocarriles, pero se trataba también de una guerra santa (gazovot), c uyo fin era la
Estado armenio-azerí. Por el Sur, turcos y alemanes contaban igualmente con sublevar a las
poblaciones en nombre del Islam y poner así fin al dominio de los ingleses en la India.
Negro y el mar Caspio». Juicio excesivo, pero que da la medida de la situación. La idea de
llegar a la India era tan antigua como ilusionaría en la mente alemana, pero el fracaso de
18
Ferro, Marc. p 188
Gallipoli le prestó nuevo interés. Y en 1914 el cañonero alemán Ecbatane había intentado
Kuwait, pues a falta de la India los petróleos del golfo Pérsico ejercían una gran fascinación
sobre los alemanes. «Los ingleses consideraban esta región como coto reservado –escribía
el coronel Sykes- pero era seguro encontrar sobre el menor pedrusco, sobre la mota de
El Gobierno ruso juzgaba, sobre todo, que la política inglesa en el Mediterráneo era
un golpe bajo contra Rusia. Ya en 1915 los británicos habían organizado la operación de
Grecia, los acuerdos Sykes-Picot, constituían nuevos y graves agravios; resultaba claro que,
una vez más, Gran Bretaña conducía su política en relación con Turquía sin tener en cuenta
los intereses de Rusia, con el fin de marginar a los rusos de Constantinopla y de los
Estrechos.19
turco, rico en recursos petrolíferos, sobre los cuales habían puesto los suyos sobre Siria y
dieron comienzo a unas negociaciones secretas a las que Rusia fue asociada e Italia
marginada. Estos acuerdo Sykes-Picot delimitaban las zonas respectivas que se reservaban
las tres potencias en relación con la posible creación de un estatuto especial; los sionistas
esperaban establecer allí el hogar de la colonización judía. Tanto en los Estados como en
Gran Bretaña, los sionistas actuaron en ese sentido, obteniendo del Gobierno inglés una
19
Ferro, Marc. p 241
promesa que se hizo pública a finales de 1917 (Nota Balfour). Al norte del Imperio turco,
Zar. 20
El desastre de Gallipoli a principios de 1915, en el cual como buena potencia colonial, los
ingleses (aunque sufrieron grandes y lamentables bajas, gracias a la terquedad del primer
lord del almirantazgo, Winston Churchill) hicieron que las tropas de sus colonias
neozelandeses fueron aniquilados sin contemplación y durante largos 9 meses frente a las
costas de la península, una victoria que no sólo fue contra la marina más fuerte del mundo
en ese momento sino que al ser Gallipoli el primer punto en Europa desde donde se
La otra gran derrota infringida a los tommies, y de la que se habló un poco más
arriba, durante la Primera Guerra Mundial es menos conocida pero quizá más humillante.
Las fuerzas imperiales enviadas desde la India y el mar Rojo para tomar posesión de
guarnición de 10.000 soldados indios y británicos con toda la oficialidad y el mayor general
Charles Townsend a la cabeza.21 Aun así, los eventos más presentes de la desintegración del
20
erro, Marc. p 247 Veiga, Francisco p. 428
F
21
Veiga, op.cit. P. 405
Imperio Otomano después de la derrota de la Entente en la Gran Guerra están relacionados
con la pérdida de los territorios propiamente árabes en Asia de la Sublime Puerta; Palestina,
Siria, Irak y parte de la Península Arábiga pasaron a estar bajo la protección británica, los
pueblos árabes al ver la caída libre del gobierno del sultán se rebelaron con el apoyo
posteridad por su sobrenombre de Lawrence de Arabia y por su colosal obra “Los siete
pilares de la sabiduría”, quizá esta “rebelión” árabe fue absurdamente inflada por los
medios británicos y por la historiografía posterior cuando en realidad los árabes pelearon
hombro a hombro con los turcos tanto en Gallipoli como en Kut-al-Amara y fue más bien el
interés netamente económico (los beduinos llamaban a Lawrence de Arabia “el Hombre de
Oro”) y el visto bueno que el gobierno británico había dado para la creación de un estado
alemanes y rusos acordaron secretamente sus intereses y límites para expulsar a las tropas
otomanas y azeríes del país y mantener la zona de influencia rusa por una parte, y el
suministro de hidrocarburos a Alemania, por la otra. Se dio una situación por demás
grotesca, cuando Alemania quiso unirse al reparto del desmoronado imperio otomano. Los
resistían la presión de las divisiones otomanas en Bakú,m a quienes la noticia del pacto
secreto entre Berlín y Moscú por el reparto de esta parte de Asia Central los llenó de
22
Veiga, op.cit. P. 418-419
consternación y estupor. Pero ya eran los últimos cartuchos de la guerra los que se
después de la pérdida de las provincias árabes el fundamento religioso del sultán como
califa al tener el control sobre las ciudades santas de La Meca y Medina dejaba aún más
desprotegido al imperio. Tanto así que después de la Primera Guerra Mundial los griegos
invadieron Anatolia24, llegando a las puertas de Estambul siendo sólo repelidos por la
heroica resistencia liderada por el que sería el padre de la moderna república de Turquía,
Mustafá Kemal, Atatürk (padre de los turcos), figura preponderante en la historia de este
país, heredero político e ideológico de los Jóvenes Turcos y quizá uno de los líderes
históricos que más han permeado la sociedad, la historia y la mentalidad de una nación.
sentando un precedente histórico al iniciar juicios por crímenes de guerra, así como la
detención de los responsables de la misma derrota, hecho que no ocurrió en ninguna otra
potencia derrotada.25
Conclusiones.
23
Veiga, p. 430
24
Anderson. Op. Cit. P. 353 ss.
25
Veiga, p.438
Aunque Esta campaña causó enormes e irreparables daños al imperio otomano, a su
ejército y a sus recursos, fue sin lugar a dudas una catástrofe para los ejércitos aliados,
quienes perdieron en esa pequeña península a la mitad del medio millón de hombres que
en Gallipoli; la del jefe de la Fuerza Expedicionaria Mediterránea, sir Ian Hamilton, quien
nunca volvió a tener un mando en campaña y la del joven lord del Almirantazgo, Winston
Churchill.
Por el lado turco, Enver Pasha el polémico líder del gobierno luego de fracasar en la
ofensiva del Cáucaso, tener un comportamiento timorato en Gallipoli y ser uno de los
pero quien resultó ser la personalidad más descollante de esta campaña fue un joven militar
líder de la defensa turca llamado Mustafá Kemal quien ocho años después de la invasión a
Australia y Nueva Zelandia lo fue mucho más, las tropas de la ANZAC (Australian and
New Zealand Army Corps) y su valiente reputación, forjada con pundonor en el hostil
el día de hoy. El 25 de abril día en el que se conmemoran los desembarcos de las tropas de
la ANZAC en Gallipoli y es el día festivo celebrado con más orgullo en Australia y Nueva
Zelanda. Pero aparte de estos sentimientos nacionales esta campaña debe ser vista como
una ambiciosa estrategia horrible y mezquinamente dirigida y que muy a pesar de la
Gallipoli, la última cita con su historia, donde tuvo lugar la primera y última victoria del
imperio otomano en Europa, se conjuga la muerte de una entidad que sufría una penosa
Las conspiraciones y el reparto del imperio otomano por parte de las grandes
potencias han generado úlceras sangrantes, aún un siglo después de los hechos27: La
retorno del pueblo judío a su “tierra prometida” han generado un constante conflicto con los
causantes del problema) a la fecha no se han podido solucionar; los protectorados franceses
parte de Rusia en Asia Central que incluso antes de la entrada del Imperio Otomano en la
Guerra, ya estaban repartidos y divididos con cuadrícula, como hasta el día de hoy
ellas, como en el caso del Kurdistán; Además de todo esto, el catalizador de los recursos
sobre estos territorios, es por estas y otras muchas razones que la participación del Imperio
26
Haythornthwaite, Philip p. 90, o el completo texto de Macleod, Jenny (ed.) Gallipoli. Making History.
Nueva York. Frank Cass. 2004. 205 págs.
27
Veiga, Francisco p. 423
El desmembramiento del imperio Otomano, la falta de unidad política en medio
oriente y las posteriores crisis y revueltas en la región del Levante, originaron una
donde inmigrantes palestinos, turcos, sirios y libaneses entrar por el muelle de Puerto
minorías étnicas y culturales más significativas del país. Esta es la conexión entre Gallípoli,
BIBLIOGRAFÍA
Aksakal, Mustafá. The Ottoman road to war in 1914. Nueva York. Cambridge Univeristy
Erickson, Edward J. Ordered to die. A history of the Ottoman Army in the World War I.
28
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Miller, William: The Ottoman Empire and its succesors, 1801-1927 : with an appendix,
1927-1936. 4ta. ed. Cambridge. Cambridge University Press, 1936. XV, 644 p. 5
mapas; 19 cm.
Colombia y Ecuador: Balance Cultural de una relación sostenida durante 110 años”,
Restrepo Mejía Isabela, "Migración árabe en Colombia: un encuentro entre dos mundos"
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