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LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

El 1 de julio de 1916, las fuerzas de infantería británicas y francesas atacaron las líneas de
defensa alemanas en una extensión fronteriza de más de 40 kilómetros, cerca del Río
Somme en Francia. Pronto, la maquinaria alemana abrió fuego y su eficaz manejo de la
tecnología industrial proporcionó a los germanos una inigualable ventaja: 21 mil soldados
ingleses perdieron la vida en tan solo un día. Después de seis meses de guerra, Gran
Bretaña únicamente había logrado avanzar ocho kilómetros hacia el centro de Europa. El
resultado: la muerte de más de 1 millón de militares alemanes, franceses y británicos.

de batalla, 1915-1918.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue el evento histórico que definió el acontecer
del siglo XX; devastó el orden político, económico y social de Europa, y su dudosa
conclusión sentó las bases y preparó el camino para un escenario aún más destructivo: la
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europeos, la Primera Guerra Mundial era un acontecimiento inverosímil, pues ocurría en
el marco de la supuesta era del progreso. A pesar de los estragos económicos y las serias
crisis internacionales, Europa había logrado evitar guerras a gran escala. La prosperidad
material y una enorme confianza en el desarrollo tecnológico convencieron a muchos de
que los humanos estaban al borde de crear un paraíso terrenal. Al término de la Guerra,
no fue posible mantener las ilusiones sobre el progreso de la civilización occidental: los
enfrentamientos bélicos estuvieron seguidos de revoluciones, dictaduras militares,
matanzas en masa—entre las cuales destacó el genocidio de armenios—y la catástrofe sin
paralelo de la Segunda Guerra Mundial. Para entonces, era aparente que Europa y el
Medio Oriente se habían convertido en una pesadilla en la que la Gran Guerra representó
el primer escenario de las crisis del siglo XX.

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El 28 de junio de 1914, el heredero al trono austro-húngaro, el archiduque Francisco


Fernando, fue asesinado junto con su esposa, la duquesa Sophie Chötek, en Sarajevo. El
evento sirvió como causa inmediata de la Guerra; sin embargo, otros motivos políticos y
de muy largo alcance, como el expansionismo del Imperio austro-húngaro, la unificación
alemana de Otto von Bismarck o el imperialismo británico en las zonas norte de África y el
Medio Oriente, tuvieron a los europeos en constantes enfrentamientos desde finales del
siglo XIX. La creencia liberal de que los Estados debían organizarse bajo líneas
nacionalistas para lograr la pacificación generó, más allá de cooperación, competencia. De
tal manera, las rivalidades imperiales en las colonias y en las rutas de comercio se
intensificaron con el expansionismo. Al mismo tiempo, las grandes potencias se dividieron
en dos bandos: Alemania, Austria-Hungría e Italia formaron la Triple Alianza en 1882,
mientras que Francia, Gran Bretaña y Rusia crearon la Triple Entente en 1907. Para el
inicio de la guerra, el sistema de alianzas permitió que el mundo se dividiera y que los
antagonismos jugaran un rol decisivo: la crisis económica en la Península de los Balcanes,
así como la lucha por el dominio de los estados en el suroeste europeo –mayoritariamente
entre la Rusia Imperial y Austria-Hungría–, brindó la oportunidad de que el Imperio
otomano se insertara en el bando de la Triple Alianza, persiguiendo objetivos similares.

1. Por progreso debemos entender un movimiento social desarrollado desde la década de


1830 que se basaba en condiciones bosquejadas y sucedidas en la Revolución Industrial,
confiándose en un mundo que operaba mediante cánones surgidos alrededor de la
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aumento de la población, en el crecimiento de las necesidades, en la apertura de nuevos
ámbitos para el hombre que llevaban a considerar la vida desde el punto de vista de la
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Alfred. 1997. Historia de la cultura: Fondo de Cultura Económica.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
La Segunda Guerra Mundial (también escrito II Guerra Mundial)1 fue un conflicto militar
global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas la mayor parte de
las naciones del mundo —incluidas todas las grandes potencias, así como prácticamente
todas las naciones europeas— agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas: Los
Aliados, por un lado, y las potencias del Eje, por otro. Fue la mayor contienda bélica de la
historia, con más de 100 millones de militares movilizados y un estado de guerra total en
que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad económica, militar y
científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción entre recursos civiles y
militares. Marcada por hechos de enorme repercusión que incluyeron la muerte masiva
de civiles (el Holocausto, los bombardeos intensivos sobre ciudades y el uso, por primera
vez en un conflicto militar, de armas nucleares), la Segunda Guerra Mundial fue la más
mortífera de la historia, con un resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5 %
de la población mundial.2

El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión


alemana de Polonia, cuando Hitler se decidió a la incorporación de una de sus
reivindicaciones expansionistas más delicadas: El Corredor Polaco, que implicaba la
invasión de la mitad occidental de Polonia; la mitad oriental, junto con Estonia, Letonia y
Lituania fue ocupada por la Unión Soviética, mientras que Finlandia logró mantener su
independencia de los soviéticos (guerra de Invierno). El Reino Unido y Francia le
declararon la guerra a Alemania, que esperaban como una repetición de la guerra de
trincheras («guerra de mentira») para la que habían tomado toda clase de precauciones
(línea Maginot) que demostraron ser del todo inútiles. Las maniobras espectaculares de la
blitzkrieg ("guerra relámpago") proporcionaron en pocos meses a Alemania el control de
Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y la propia Francia, mientras que el ejército
británico escapaba in extremis desde las playas de Dunkerque durante la batalla de
Francia. La mayor parte del continente europeo estaba ocupado por el ejército alemán o
por sus aliados, entre los que destacaba la Italia fascista, cuya aportación militar no fue
muy significativa (batalla de los Alpes, guerra greco-italiana).

La batalla de Inglaterra, la primera completamente aérea de la historia, mantuvo durante


el periodo siguiente la presión sobre el nuevo gobierno de Winston Churchill, decidido a la
resistencia («sangre, sudor y lágrimas») y que finalmente venció, entre otras cosas
graciasa una innovación tecnológica (el radar) y al decisivo apoyo estadounidense, que
negoció en varias entrevistas con Franklin D. Roosevelt (Carta del Atlántico, 14 de agosto
de 1941).
En 1941, la necesidad estratégica de ocupar los campos petrolíferos del Cáucaso impulsó a
Alemania a invadir la Unión Soviética (operación Barbarroja), inicialmente exitosa, pero
que se estancó en la batalla de Moscú y los sitios de Leningrado y Stalingrado. Al mismo
tiempo, Japón, en su campaña de expansión por Asia y en venganza por el embargo
económico que el gobierno estadounidense les había impuesto, atacó Pearl Harbor el 7 de
diciembre de 1941; la agresión precipitó la entrada de Estados Unidos en la guerra. Pocos
meses después, la batalla de Midway (en julio de 1942) marcaría un punto de inflexión en
la guerra del Pacífico ante el debilitamiento de la capacidad de combate japonesa frente a
los estadounidenses. En el norte de África, los británicos frenaron el avance de los Afrika
Korps alemanes desde Libia hacia Egipto en la batalla de El Alamein (1942), después de la
invasión italiana al canal de Suez (1940).

El periodo final de la guerra se caracterizó por las complejas operaciones necesarias para
los desembarcos aliados en Europa (Sicilia, en julio de 1943; Anzio, en enero de 1944;
Normandía, en junio de 1944) y por el hundimiento del frente oriental, en el que se
libraron las operaciones con tanques más encarnizadas de la historia (batalla de Kursk,
especialmente en Prójorovka, julio de 1943), mientras en el frente occidental los alemanes
experimentaban armas tecnológicamente muy desarrolladas (misiles V-1 y V-2) y
soportaban bombardeos destructivos sobre sus ciudades a una escala nunca antes vista
(bombardeo de Dresde, en febrero de 1945) y la destrucción total de su capital (batalla de
Berlín, entre abril y mayo de 1945).

En el frente del Pacífico, los estadounidenses tuvieron que desalojar isla a isla a los
japoneses, tanto en el sur del Pacífico (Guadalcanal, en agosto de 1942) como en Filipinas
(Manila, en febrero de 1945); tras librar las mayores batallas navales de la historia (batalla
del Mar del Coral, en mayo de 1942; batalla del Golfo de Leyte, en octubre de 1944),
alcanzaron tierras niponas (Iwo Jima, en febrero de 1945 y Okinawa, en abril de 1945). En
agosto de 1945, el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman ordenó bombardear
con las recién inventadas armas nucleares las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. La
devastación causada por el ataque, que a la larga se cobraría la vida de 250 000 personas,
precipitó la capitulación de Japón.

A diferencia de la Primera Guerra Mundial, la rendición (tanto la japonesa como la


alemana) se produjo por derrota incondicional, sin pasar por ningún tipo de negociación.
Las conversaciones decisivas fueron las que plantearon la división de Europa en zonas de
influencia entre los aliados, y que se negociaron en sucesivas cumbres (conferencia de
Teherán, el 1 de diciembre de 1943; conferencia de Yalta, en febrero de 1945; y
conferencia de Potsdam, en julio de 1945).
La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del mundo.
Tras la conflagración, se fundó la Organización de las Naciones Unidas con el fin de
fomentar la cooperación internacional y de prevenir potenciales conflictos. La Unión
Soviética y Estados Unidos se erigieron como superpotencias rivales, estableciéndose el
escenario para la Guerra Fría, que se prolongó durante los siguientes 46 años. Al mismo
tiempo, la influencia de las grandes potencias europeas entró en decadencia,
materializada en el inicio de la descolonización de Asia y África. La mayoría de los países
cuyas industrias habían sido perjudicadas abordaron la recuperación económica con la
ayuda financiera del país americano (plan Marshall), mientras que la integración política
emergía como un esfuerzo para establecer las relaciones de posguerra.
LA TERCERA GUERRA MUNDIAL
El término «Tercera Guerra Mundial» (en inglés World War III) es la denominación
utilizada para aludir a un posible conflicto militar a gran escala posterior al final de la
Segunda Guerra Mundial en 1945.1 Algunos autores han asociado este nombre a
conflictos como la Guerra Fría,2 la guerra de Corea,3 la crisis de los misiles en Cuba,4 la
guerra contra el terrorismo5 y la guerra contra Estado Islámico.6 Desde entonces el
concepto de una tercera guerra mundial se introdujo en la cultura popular difundido por
medio de libros, películas, series de televisión y documentales

Al término de la Segunda Guerra Mundial, el Comité Internacional de la Cruz Roja y la


Oficina Internacional de Documentación Médico-Militar solicitaron la destrucción y
prohibición de las armas de destrucción masiva, tres años después de que el Congreso
Internacional de Microbiología de 1947 declarara su rechazo a las armas biológicas. Pese a
los esfuerzos de estas instituciones, sumado a los de la Organización de las Naciones
Unidas, ciertos países han mantenido hostilidades entre sí, lo cual ha derivado en el
surgimiento de conflictos armados que han llevado a algunos autores y a la prensa a
hablar de una hipotética «tercera guerra mundial».

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