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Historia Universal

Jii'!. e!) 1
Siglo veintiuno

Volumen 36

EL SIGLO XX
III. Problemas mundiales
entre los dos bloques de poder
VOLUMEN COMPILADO POR

W olfgang Bem:
Nació en 1941 en Ellwangen/Jagst. Doctor en Filosofía e historia- ___compil~o por
dor, es colaborador científico del Instituto de Historia Contem- .~/· Wolfgang 13eñZ,,
poránea y redactor-jefe de la Serie de Documentos de los Cuader-
nos Trimestrales de Historia Contemporánea (Vierteliahrshefte
für Zeitgeschichte).
~
Es autor de numerosos libros, entre ellos: Süddeutschland in
der Weimarer Republik (1970); Politik in Bayern, 1919-1933
( 1971); Quellenkunde :r.ur Zeitgeschichte ( 1973 ); Einheit der Na-
tion. Diskussion und Konz.eptíonen :r.ur Deutschlandpolitik der
grossen Parteien seit 1945 (publicado en 1978 en colaboración
con Günter Plum y W. ROder); Bewegt van der Hoffnung alter
Deutschen. Zur Geschichte des Grnndgesetz.es (1979); Rechtsradi-
kalismus. Randerscheinung oder Renaissance? (1980).

Hermann Graml
Nació en 1928 en Miltenberg/Meno. Historiador, colaborador cien-
tífico del Instituto de Historia Contemporánea en Munich. En
esta última ciudad es redactor responsable de los Vierteliahrhef te
für Zeítgeschichte. MEXICO
Autor de numerosas publicaciones sobre temas de política ex- ESPA~lA
ARGENTINA
terior en el período de entreguerras, sobre la resistencia en el COLOMBIA
III Reich, las persecuciones nazis de los judíos, etcétera.
2. El mundo árabe-islámico en marcha leva de muchachos (en turco dewshirme) pasaban a formar parte
del servicio civil turco y se convertían al Islam. También c:s
característico que la decadencia y descomposición del imperio oto-
mano se produjesen y acelerasen por el posterior abandono de
esta regla. El imperio universal se fue minando ::ada vez más, a
partir del siglo XVII, por la corrupción y la influencia cada vez
mayor de las potencias europeas, sobre todo de Rusia, Francia,
Inglaterra y la monarquía de los Habsburgo. Las primeras reformas
I. LA HERENCIA DEL IMPERIO OTOMANO. EL SURGIMIENTO DE LOS que se introdujeron en 1826 con la disolución del cuerpo de jení-
ESTADOS ARABES NACIONALES zaros y la reordenación del sistema militar y de la adminístración
bajo el concepto de Tanzimat-i hayriye (disposiciones beneficiosas),
El Oriente arabeislámico es, en la forma en que hoy lo conocemos, contribuyeron más a impulsar el proceso de descomposición que a
un producto de la primera guerra mundial, es decir, del reparto del detenerlo. El Estado adquirió un carácter cada vez más musulmán,
último imperio universal oriental, la Turquía otomana, por las que hasta entonces no había tenido, a pesar de confesarse islámico,
potencias occidentales. Los países surgidos después como Estados con lo que esto significaba para la dinastía y el funcionariado. El
árabes de Occidente (Magreb) y de Oriente (Mashrek) en el norte imperio otomano no se sintió turco en sentido nacional hasta la
de Africa y en el «Creciente Fértil» se crearon en aquella fase del revolución de los Jóvenes Turcos, acaecida en 1908.
reparto como resultado de la política de inter~ses occidentales. Desde este momento el nacionalismo turco despla7.Ó al Islam.
El período que va desde la primera guerra mundial hasta ~uestros Esto condujo a la represión brutal de otras nacionalidades en el
días se caracteriza por violentos movimientos árabes . ~e. mdepen- imperio, sobre todo de los árabes, que habían empezado a des-
dencia. Estos movimientos de independencia se han dirigido sobre arrollar una conciencia propia. Pero también quedaron expuestas
todo contra aquellos países que no cumplieron las promesas hechas a la discriminación, la persecución y la expulsión las nacionalida-
durante la primera guerra mundial a sus aliados árabes o que des- des cristianas. El exterminio masivo del pueblo armenio en los
preciaron la estatalidad formal de estos países a fin de mantenerlos años de 1914-15 marcó el punto culminante del nacionalismo de
en una relación de dependencia política y económica. los Jóvenes Turcos, que pretendía mantener todavía a la nueva
El imperio otomano, de cuya bancarrota salieron la rr;iayoría de Turquía dentro del ropaje del imperio otomano.
los países del Próximo Oriente, no era un Estado nac10nal. Los La confrontación con el Oeste, con Occidente, fue para el
otomanos turcos, que fundaron ya su dinastía en el siglo XIV en Oriente islámico un factor desencadenante de su despertar nado·
Bursa, Asia Menor, y se consolidaron definitivamente en el año na!. El Oeste, el Occidente cristiano europeo, no había podido
1453 con la conquista de Constantinopla, establecieron un sistema vencer al «Islam», como a otras altas culturas sometidas por los
complicado en su zona de soberanía, rápidamente ext~ndida hacia europeos desde el descubrimiento de América, a lo largo de su
Europa. El sistema de millets (millet en :urco'."'~on:um~a~) esta~a historia expansionista. Pero Europa logró penetrar en el Oriente
estructurado de tal manera que la comurudad 1slam1ca v1via en pie islámico. El comercio europeo del Levante, del Mediterráneo orien·
de iouaidad con ias comunidades no islámicas, es decir, las cris- tal, el establecimiento de bases comerciales, la destrucción de la
tiana~ y judías. Dicho en otras palabras: no exi~:ía la rela~ión desarrollada estructura artesanal por la inundación de mercancías
habitual de dominio entre la mayoría de la poblac1on Y las mmo- acabadas europeas, todo esto arruinó al Oriente islámico con su
r(as como es (y fue) típico de los Estados nacionales posteriores. diversidad de comunidades y su diversidad religiosa y étnica. Así,
En contraste con los Estados nacionales posteriores, el imperio pues, mucho antes de que las potencias europeas se lanzasen al
otomano uo se basaba en los principios islámicos del Estado Y la reparto de la región, conocida después como Oriente Próximo, du-
sumisión. originariamente rigurosos. Entre los fenómenos más no· rante la primera guerra mundial y después de ella, esta parte del
tables de la historia otomana está el hecho no sólo de que hubo mundo se hallaba sometida económicamente y degradada al papel
numerosos renegados, en su mayoría cristianos, entre los grandes de proveedor dependiente de materias primas de la industria
estadistas que produjo, sino también, y sobre todo, que las tropas europea. El odio al Oeste, al Occidente cristiano, fue y es la ex-
de élite del imperio. los yeni-zeri o jenízaros, estuvieron c?mpues- presión de una experiencia larga y dolorosa, experiencia que se
tas exclusivamente de cristianos de nacimiento que mediante la inició todavía bajo el dominio nominal de los otomanos y llevó

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a que esos países tuvieran muy poco que oponer a la interven-
ción europea, sobre todo en el siglo xrx.
Resulta, pues, que la manida hipótesis de que el encuentro
propiamente dicho entre Oriente y Occidente se produjo con la Unión Sovlórlca
r-.· Porc1:mtaje do la población tola!:
invasión de Egipto por Napoleón no es del todo exacta. En el "'?J 12·15 «• aproxlm.:1d11m1!,nlo

intento de cortar los lazos de unión de Inglaterra con su colonia


más importante -la India-, Napoleón cayó sobre Egipto en el
año 1798-99. La campaña egipcia de Napoleón representa, en ver-
dad, la primera expedición militar de Europa en esta región, pero
el hecho de que Napoleón luchase en Egipto casi contra Inglaterra
evidencia al mismo tiempo que los pueblos de esta región ya no
eran por aquellos tiempos dueños de su historia y que sus países
se habían convertido en el campo de batalla de ejércitos extran-
jeros.
El imperio otomano no sólo había sufrido grandes pérdidas en
la lucha contra las potencias europeas en los Balcanes y el mar
Negro. Al débil poder central de Estambul se le había escapado
también el vasallaje del jedive, el virrey del sultán en el Nilo.
Muhammad Ali, que se había distinguido en los combates contra
el ejército invasor francés, había llegado en 1806 a El Cairo como
gobernador del sultán otomano. En pocos años se liberó de Estam-
E. AU.: Emrrato:i Arabo3~~!da2
bul e intentó emprender un nuevo cami.n.o como primer soberano D.: Rahrain
O.: Ojlbutl
t Mlombro do lo •C<1nferentl11 laliimlca•
oriental, empezando a modernizar Egipto e incluso a industriali- K.: Kuwait

zarlo. Esto iba dirigido contra dos potencias: por un lado, contra
el ÍIIlperio otomano, en decadencia y en descomposición, y por otro, Mapa 4. La difusión del Islam.
contra Gran Bretaña, aliada de Estambul. Dentro del país, Muham- Mapa esquemático, sin ·tener en cuenta la propagación dentro de
mad Alí introdujo reformas de una manera muy poco convencio- cada Estado con respecto a la población total saivo en el caso de
nal: aniquiló la casta militar feudal de los mamelucos y se con- China, India, Filipinas y la URSS.
virtió en defensor de los pobres fellagas al introducir garantías de
carácter socialista de Estado en favor del campesinado. Con la mitido la_ i_ndependiza??n ~e Alí con respecto a Estambul, ya que
construcción de una red de carreteras se desarrolló un sistema de les benehc1aba la debihtac1on de la Puerta. Sin embargo, no tenia
comunicación moderno. Además se introdujo un sistema escolar n~gún i?terés. por entonces en su aniquilamiento total puesto que
según el modelo francés. Con este sistema escolar se consolidó solo un imperio otomano debilitado podía favorecer la penetración
esencialmente la influencia francesa en el Egipto de Muhammad europea en Oriente Próximo. Por tanto, cuando Alí arrebató a los
Alí, quien se alió por lo demás con Francia en contra de su otomanos Levante hasta el norte de Siria, la flota británica le
rival Inglaterra: se llevaron maestros franceses al país y se en- obligó a evacuar de nuevo esta zona. También Francia consideró
cargó a técnicos franceses la modernización de Egipto. Con este excesivo el ascenso del jedive. De ahí que las do:; potencias euro-
respaldo francés, Muhammad Alí podía ahora independizarse de peas pract:Icasen juntas una política mediante la cual debía prolon-
la soberanía del sultán sobre Egipto. Cuando AH inició una mar- garse artificialmente la agonía del «enfermo del Bósforo», política
cha militar contra el sultán para arrebatarle Siria, su ejército y su con la que luego, durante la guerra de CrÍIIlea (1853·1856) im-
flota se habían adiestrado ya en numerosos combates en las fron-
pidieron que la Turquía otomana sucumbiera ante los obj:tivos
teras de Egipto. expansionistas de la Rusia zarista en el sur, en dirección al Medi-
Entre 1811 y 1819, Alí consiguió reprimir la rebeli6n de los terrár,,eo.
wahabbíes en la península arábiga y someter las regiones del Alto
. 1:-os sucesores de Muhammad Alí no continuaron la política del
Nilo (1820-1822). Las potencias europeas habían fomentado o per-
Jedive. Se endeudaron con Inglaterra, que se afirmó cada vez más

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como la potencia propiamente dicha del Nilo. _De_spués de_ ~ue el otra vez, a intervalos cortos, la resistencia contra los colonizadores.
desastroso estado de las finanzas estatales egipcias permmera a Uno de los ejemplos más conocidos fue la rebelión mahdista. El
Inglaterra hacerse con el 44 por ciento de las acciones de la So- Mahdi sudanés (en árabe: el que está ba¡o dirección divina),
ciedad del Canal de Suez, se fijaron finalmente las b:ises para la Muhammad Ahmad ibn Abd Allah (184.3-18851 conquistó Jart~m
toma del país del Nilo por la Inglaterra imperialista en 1882. en 1885. Su sucesor, el califa Abd Allah, fue sometido en 1389
Cuando Arabi Pachá opuso resistencia armada a los ataques euro- por el cuerpo expedicionario inglés a las órdenes de lord Kitche-
peos y exigió el restablecimiento de la independe:i~ía egi~cía, In- ner en una batalla sangrienta. La rebelión sudanesa del Mahdi
glaterra invadió abiertamente Egipto con tropas militares . .i-a Jlo.ta tuvo muchos precedentes, como, por ejemplo, bajo Ubayd Allah
británica bombardeó Alejandría. En la batalla de Tell el-Keb1.r, (934), fundador de la dinastía fatimí, y bajo Ibn Tumart (1077-
Egipto sufrió una decisiva derrota militar que. f!n~lmente condu¡o 1130), fundador de los almohades. La rebelión del Mahdi sudanés
a que Egipto se convirtiese en protectorado bntamco. iba dirigida, como movimiento de renovación fundamentalista, con-
Egipto era de importancia capital par~ el i;nperio británico. !'lº tra la penetración de los europeos.
sólo constituía una bisagra para la colonia mas importante del im-
En 1926 los rebeldes norte;africanos sufrieron también una derro-
perio, la India, sino que además unía las P:1_sesiones afríc?~as del ta a manos de un gran cuerpo expedicionario de tropas francesas
sur con las asiáticas, estableciendo un triangulo estrateg1co El Y españolas. Hasta que Francia no perdió la guerra de Indochina
Caíro-Ciudad del Cabo-Calcuta que facilitaba las comunicaciones. en los años 50 de este siglo, no volvió a recibir nuevo impulso la
Egipto se convirtió en el centro del imperio británic?, . adminis- voluntad de independencia que, tras años de lucha encarnizada,
trado como modelo de la época di! esplendor del colomahsmo por condujo finalmente a la independencia.
lord Cromer, la eminencia gris de la política imperial británica. Mucho antes de que el imperio otomano se disolviera formal-
En los países del Magreb, el desarrollo fue distinto, aunque mente tras ia primera guerra mundial y la abdicación del o;ultán,
no del todo. La socavación del poder central otomano tuvo un se desarrollaron ya diversos nacionalismos en el últímo tercio del
doble efecto. Por un lado, los notables locales, los dayis y los siglo XIX. Además de! nacionalismo árabe, que, como hemos men-
beys, ::- ..idieron separarse de la Puerta, y por otro lado, quedaron cionado, fue bárbaramente reprimido por los Jóvenes Turcos, sur-
así expuestos a la intervención europea. Sobre todo, el hecho de gió sobre todo el elemento nacional turco. Es cierto que el sultán
que después del período de la revolución Francia dependiera del había intentado contrarrestar el nacionalismo de los Jóvenes Tur-
suministro de cereales de Argelia, reforzó el interés francés por cos equiparando incluso, durante la primera guerra mundial, el
el norte de Africa. En 1830, Francia tomó la demora de Argelia en sultanato al califato panislámico y declarando la «guerra santa» a
el pago de las deudas como pretexto para invadir y c~nquistar los aliados. Sin embargo, la legitimidad islámica del imperio que
Argelia. En contraste con los británicos, que en lo esencial perse- s~ venía abajo no pareció convencer como medio de integración
guían una política colonial inspirada en motivos estratégicos y co· m a los turcos (cada vez más nacionalistas) ni a los árabes que
merciales de tipo capitalista y, por tanto, como evidenció el ejemplo luchaban por la independencia nacional. El r.acionalismo, forma de
de lord Cromer, preferían un control indirecto, el colonialismo conciencia política desconocida hasta entonces en Oriente sus-
francés en el norte de Africa se orientó sobre todo hacia una polí· tituyó al lazo religioso y aceleró el incontenible proceso d~ des-
tíca de asentamiento. Así pues, los franceses sometieron a la composición.
población norteafricana para dominarla. Mientras que Inglaterra Los aliados apostaron por este nacionalismo que, naturalmente,
dejó intactas las estructuras locales en interés del comercio ~ropio, era una espada de doble filo. Los británicos lo saludaron con la
Francia aniquiló la identidad cultural y local de los norteafricanos, esperanza de que contrarrestarían los esfuerzos alemanes por man-
árabes y beréberes. Este fenómeno de pérdida de identidad de los tener el imperio otomano apoyando la rebelión árabe del desierto
argelinos se reveló como un gran proble:na durante la lucha. de en 1915. Con su promesa a Hussein, soberano de Hedjaz en la
liberación argelina, iniciada en 1954. Mediante esta lucha de libe- península Arábiga, de establecer, tras la derrota del imper,io oto-
ración pudo desarrollarse por primera vez una nueva identidad mano, un reino árabe bajo el dominio hachemita en toda .A.rabia
1
nacional, en opinión del teórico de la revolución y combat.ie:ite '1cluidos Siria, Líbano y Palestina), creyeron con ello asegurar sus
por la libertad de Argelia Frantz Fanon, oriun~o de M~rtm1ca. leteas de hegemonía en Oriente. El nacionalismo frustró estas in-
Desde la penetración europea en el Norte de Afnca estallo una y tenciones y se convirtió en una fuerza que a partir de ese momen-

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to se dirigiría contra las potencia_s vencedoras aliadas Y en los que duraría hasta 1925; en Libía se luchó hasta 1931 contra los
sesenta años siguientes sería dec1s1va para el desarrollo de toda colonizadores italianos. En 1921 se creó en Mesopotamia, t:n cali-
dad de mandato británíco, el Estado árabe semisoberano <le «Irak»,
la región. l rd . d
La primera resistencia cont~a los pl~~es de os a 1a os. ,vmo e solución de compromiso que en lo esencial debía satisfacer,
los turcos. Kemal Pachá, un ¡oven oficial turc?: :e volv10 contra al menos parcialmente, las pretensiones dei emir Faysal ante los
· ' itu de la paz de Sevres de 1920 y movilizo las tropas tur- ingleses. Tambíén la subida al poder de Rashid Alí al-Gaylani,
er esp1r . · !' h ocurrida veinte año~ después en Irak, formó parte de este con-
cas, todavía intactas, contra franceses, griegos e 1rn 1anos que a-
bían desembarcado en Anatolia y en la costa de. Asta M_e~or. Con texto: su objetivo era atacar la potencia colonial junto con las
d de la Rusia sovíética, creó en rápidas acciones militares los potencias del Eje. La resistencia masiva de la década de 1950
ayu a
presupuestos para la fundación de 1a R epu'bl'1ca, p_rocl a_mada en contra Gran Bretaña y Francia se vio impulsada una vez más por
Ankara en octubre de 1923. El kemalismo, forma nac1onal1sta, esta- el hecho de que el nacionalismo árabe tuvo su punto culminante
tista y secular del nuevo ~~tado turco.'. se ap~yó en el modelo en la era de Gama! Abdel Nasser.
soviético de economía planificada y antumpenahsta. Du:ante mu- El desarrollo de las distintas regiones árabes transcurrió de
cho tiempo figuró como ejemplo de los pueblos de Asia comba- forma parecida hasta finales de la segunda guerra mundial, aunque
tientes por su liberación. con ciertas diferencias. En Siria se estableció un protectorado fran-
Por lo que respecta a las promesas hechas por los. británicos a cés en 1920 en contra de la voluntad de la población. Feisal,
los hachemitas sobre el futuro de Arabia, se p~so ctarament~ de proclamado rey por el congreso Sirio, expulsó a los franceses de
manifiesto la perfidia de la obra. Después de que las mbus Irak. Para defenderse mejor de la resistencia de la población, la
árabes participaran en Ja derrota del imperio otomano en favor de potencia francesa del protectorado dividió, a la vieja usanza de la
Inglaterra, ésta y Francia firmaron en 1916_ un trat~do secreto para represión imperialista, el país en varias formaciones estatales:
repartirse el Oriente árabe en zonas de mfluencia. El «Tratado Siria, situada en el extremo oriental, Líbano y Laodicea, es decir
de Sykes-Picot» estaba en contradicción flagrante con las pro:nesas las zonas costeras de la Siria actual, así corno el Yébel Druso, la
que el negociador británico MacMahor: había hech~ al em1; del principal zona de asentamiento de la población drusa a lo largo de
Hedjaz antes de la intervención de los arabes. Un ano desp~;s, en la actual frontera jordana. La zona del Líbano se «enriqueció» en
1917, se les aseguró a los sionistas, en las famosa. de,clarac1on del el este con grupos de población sunní, con lo que se modificó
Balfour, el establecimiento de un hogar para los 1ud10~. en Pales- considerablemente el viejo principado de Monte Líbano. La parti-
tina. Así se crearon, ya durante la primera guerra mundial, las ba- ción del Levante en diversas zonas gobernadas independientemente
ses de unos conflictos que duran hasta hoy. unas de otras condujo a rebeliones y luchas. La disputa más san·
La región se levantó y rebeló una vez que los aliados formaliza- grienta de esta fase, la gran rebelión drusa de 1925, fue reprimida
ron en 1920, en la conferencia de San Remo, sus tratados secretos brutalmente. Curiosamente coincidió con el levantamiento de Ab-
sobre el reparto del Oriente Próximo. Los pu,eblos de esta z~na del Krim en Marruecos, otra circunstancia que denota el carácter
no sólo se fiaron de las promesas que les abnan las perspectivas común de Ja resistencia contra el dominio colonial (sobre todo por-
de su independencia. También los principios relacion~dos con el que en ambos casos se trataba del dominio francés).
derecho a la autodeterminación proclamado por ~l _Presidente ame;· También la década de 1930 se caracteriza por desórdenes cre-
ricano Woodrow Wilson dieron un impulso ad1c1onal a sus ex1· cientes. Las rebeliones y escaramuzas estuvieron a la orden del
gencias de soberanía nacional, que se había vuelto a P?sponer. En día. La calma no llegó hasta que el gobierno francés accedió a
Jos veinte años siguientes se inició una lucha encarnizada con.tr~ firmar con Siria y el Líbano tratados que les prometían la inde-
los nuevos señores, ingleses y franceses, lucha que_ no term1~0 pendencia para 1939. El estallido de la segunda guerra mundial
hasta la década de 1960. Este período de cuarenta anos, a media- impidió una vez más esta independencia, que no pudo llevarse
dos del cual se produjo la segunda guerra mundial, r.epresenta para a cabo hasta después de la retirada de las tropas extranjeras
los pueblos del Oriente Próximo y Medio una umdad. Fue una en 1946.
fase de la historia universal contemporánea en la que el mundo Irak se declaró monarquía constitucional conforme a la Cons-
árabe desde el Mashrek hasta el Magreb, miró a Europa Y :!l titución de 1924. En virtud de otro tratado de 1926, se adjudica-
Oest~ con ojos llenos de odio: en Siria y el Líbano comenzó la ron a Irak los campos petrolíferos de Mosul y Kirkuk. Este
guerrilla contra las tropas francesas al mando ·del general Weygand, tratado tuvo lugar sobre todo a instigación de los ingleses. Sí

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pues, en. ~922 declaró terminado d prctectorado Je] país del Nilo
hasta entonces írak había tenido sobre todo imporranda geográ- Y concedio a Egipto una mdependem:r:1 nominal. El jedive Ahmed
fica para Gran Bretaña como vía de comunicación del Oriente Fuad tornó el título de rey con el nombre de Fuad I: Sin em-
Medio y vía terrestre para la India. el mterés de los británirns bargo, este ,paso formal no supuso más que una calma transitoria.
se centraba ahora, en ,pnm<::r lugar, en la explotación del petróleo, Y ~anta r:ias cuanto que los privilegios del alto comisario oerma·
La cuestión de los kurdos está relacionada con los mismos intere- ne~eron . :ntactos y l., política egipcia, sobre wdo la exter;or, 51•
ses. El movimiento independentista de los kurdos apoyado por los guro haciendose en Londres y no en El Cairo. El borrador Je!
ingleses durante la primera guerra mundial fue rechazado por el tratado de 1928 no preveía ninguna inJependencia real. Se eiabo-
protecrorado posterior de Gran Bretaña, que, habí~ _Pasado a dis- raron otros muchos proyectos. No se alcanzó un acuerdo hasta
poner de los campos petrolíferos, y combatido militarmente con 1936. Pero este tratado también reservnba a Gran Bretafía todos
su ayuda. los derechos que había ejercído hasta ahora sobre el país. Así,
Prescindiendo de su función vinculante con la India, Irak se :.:t.re otras cosas, se U:?ntuvo !'d ocupación esrratégica del país.
convirtió así en el baluarte económico más importante de Ingla- J:..,1pto, por tanto, siguio siendo parn Inglaterra una base ímoor-
terra en el Mashrek. El perróleo extraído de los campos de Kirkuk tante, :n la confluencia estratégica de los tres continentes. Esro. no
y Mosul y llevado hásta la costa de Levante convirtió a toda la cambio hasta el año de 1956. El tratado d~ 1936 garantizaba a
reoión en una zona de influencia británica. Una de las estaciones Inglaterra los derechos de permanencia por los que tan encarniza-
fi~;;les de los oleoductos estaba en Haifa, situada en Palestina. De damente se lucharía en la década de 1950, esto es, en la fase
este modo Palestina e Irak representaban una pareja de gemelos culmmante d~l nacion?lisrno árabe bajo Nasser, Entre estos dere-
estratégicos para los intereses británicos. En contraste con la polí- chos se contaoa tarnbien la presencia de 10 000 soldados británicos
dca francesa, los británicos supieron imponer indirectamente sus :n l~ zona del canal, con la que prácticamente se arrancaba del
intereses en Oriente. Para evitar las revueltas y asegurar el su- am?ito de soberanía del país la arteria fluvial más imoortante de
ministro de petróleo sin que el país lograra la independencia, los Egipto. Además, la utilización de Alejandría y Port • Said como
ingleses permitieron al rey Feisal que en 1932 anulase formalmente bases :n~r'.tirnas britán~cas, el derecho al libre movimiento de rro-
el protectorado. La influencia británica se mantuvo así íntegra. p~s bntamcas en el pais en caso o peligro de guerra así corno una
Esta influencia quedó formalizada en un tratado de an istad que alianza e~tre arn~os paí~es q~e imponía o garantizaba a Inglaterra
garantizaba a Inglaterra bases aéreas y un derecho especial de ín- la defensa ~e Egipto. ~1 partirnos del hecho de que tres años más
tervencíón en caso de guerra. Este dominio indirecto no se cues- ta~de_ estallo la segu~áa guerra mundial, resulta evidente que los
tionó hasta el golpe de Estado del antiguo presidente del go- eg1pci~s apenas pudieron desarrollar una conciencia acerca de la
bierno Rashid Alí al-Gaylani, llevado a cabo en 1941 bajo la poca independencia que este tratado, medido por el status qua
influencia del ascenso de la Alemania de Hitler. Pero estas ideas ante, . les había :eportado efectivamente. El levantamiento anti-
de alianza no deben interpretarse en el sentido de que este in- colo~ial. general áe la década de 1950 siguió casi sin solución de
tento de tornar el poder supusiera una declaración de simpatía ideo- continuidad a las luchas de las décadas de 1920 y 1930 y sus se-
lógica hacia las potencias del Eje. Fue más bien un intento de cuelas.
aprovecharse de las debilidades de Gran Bretaña, como ocurrió ~ final de ~a segunda guerra mundial, que, a pesar de la vic-
también en Egipto. ton~ de los .aliados, implicó un debilitamiento de las viejas po-
t~ncras colom~les (Inglaterra y Francia), Inglaterra tardó mucho
tiempo en retirar sus tropas de las regiones, zonas y bases previs-
II. LA REVOLUCION EN EGIPTO: NACIONALISMO ARABE E INTERESES tas en el trat~do. de 1936. La cuestión del Sudán, P.s decir, la dis-
puta ~nglo-e~ipcia sobre lo que debía ocurrir con el país al sur
OCCIDENTALES
de Egipto, d10 _lugar a tensiones crecientes entre Egipto e Ingla-
terra. Corno pais dependiente del Nilo y su agua debido a su es-
Después de la paz de Sevres del 15 de mayo de 1919, interpretada tructura agraria, Egipto no podía permanecer neutral en la cuestión
por los pueblos de Oriente como una traición a su derecho a la
de lo .~ue ocu~ría ,en el S~dán. De ahí que Egipto presionase para
inJependencia. esrnllaron numerosos disturbios en Egipto. Lo mis-
mo que en om1s regiones, Gran Bretafía intentó tarnbtén frenar
'.ª ?el
~n.ion_ Suda~ a Egipto. Esta demanda tenía '.ambién cierta
¡ustificac1on a los o¡os de los egipcios por el hecho histórico de que
la rebelión incipiente de Egipco mediante un paso formal. Así,

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tropas anglo-egipcias sometieron conjuntamente la reg1on en 1899.
Inglaterra, que veía con malos ojos semejante independencia de de la región. Sólo teniendo presente este ca .
derse las modificaciones que d el mb10 pueden enten.
Egipto, aunque estuviese limitada al terreno económico, enca- . · d
histona es e este mom ,
e una nueva con c1enc1a
. . ara , be enro caractenzan la
minó su política a establecer un Sudán independiente antes que
unir el país del alto Nilo a Egipto. La ;·evolución de los Oficiales Libr~s
esforzo por llevar a cabo con , l al mando de Nasser se
La ruptura final con Gran Bretaña se produjo con la guerra de caure a sus pla d ,f .
para conservar la continuidad d. nes e re arma social
Palestina. Esto no sólo rige para Egipto. También la guerra árabe- pesar de la ruptura con l , me iante una persona popu ¡ar. A
israelí de 1948-49 por Palestina actuó en Siria como catalizado~ e sistema se c l , ¡
general Naguib a la cabeza del p d, L º. ?co por o pronto al
de los cambios internos. Pero fue sobre todo en Egipto donde la . , ~sta o. os ¡avene e· , ¡ ,
P_~ca experiencia en el ejercicio del oder , , s Oilcia es teman
revolución de los jóvenes oficiales pondría fin '.! ln era de la de- cion de las reformas sociales N pd poht1.co y en la realiza.
pendencia y la sumisión. Hasta entonces había siclo el partido · · o "S " extr - ,
un poco, que su revolución Fue -! - . - anar. s1 se reflexiona
tradicional, el Wafd, el que había dirigido la política egípda. Pero h. istoria moderna del O . - ;a a primera de este tipo en la
los notables, comerciantes y terratenientes que se habían reunido nente arabe M · , ,
ideas ele concordia nacional cu d . uneron rap1damente las
en este partido no podían llevar a buen término el movimiento mera ley de reforma a . an 1º1' tras la proclamación de la prí-
de independencia a costa de una ruptura con Inglaterra. Los jó- grana, esta aron d. b. d
todo por las fuerzas religiosas istur ios esatados sobre
venes oficiales que habían comprendido en las trincheras de Pa- ria de Jos -Oficiales Libres d co~s~vadoras. La intención origina-
lestina que su derrota ante los israelíes se debía a la incapacidad, modelo europeo occidental :r~: e rar e:eccíones libres. según el
corrupción y sumisión de sus estadistas, representaban una nueva abandonada 0 pospuesta pay , r un siotema plunpart1dista fue
capa social que hasta entonces no había podido articularse política- d .f ·
1 erenc:as de opinión y ¡
ra mas tarde Cu d
· an o aumentaron las
, os roces en Al Co · d l R
mente. Los jóvenes oficiales que pretendían el poder por entender se encargo a Gama) Abd 1 N - nse¡o e a evolución
que su impotencia (armas anticuadas, equipo desgastado, etc.) sólo míen to social-reformista dee los a~~~:Íal verdader.a ca.~eza del moví~
era consecuencia de las lamentables condiciones sociales y políticas Su predecesor, el general Naguib f ~s, la d1recc1on del Estado.
de sus países, procedían en su mayor parte de la pequeña burgue- cado bajo arresto domicil. . ' ue epuesto, desterrado y colo-
r iano.
sía, para la que el ejército suponía la única posibilidad de ascenso. .Los problemas con que se enfre . b
El ejército representaba entonces, hasta cierto grado, una institu- seio de la Revolución se refe , n;a an ahora Nasser y el Con-
,. nan soore todo a ~ ,
ción en la que se daba importancia a la modernización y el saber Y de po¡mea exterior La el ,, d -uest1ones sociales
· evac10n e1 ni ¡ d 'd
técnico, es decir, formas de conciencia que estaban en contradic- capas de la poblarión cuest1', , 1 ve e v1 a para amplias
t b - • on esencia para ¡ . l . .
ción con la vida y la política anteriores de las capas dirigentes tra- es a a estrechamente vinculada a la ~s ievo uc1onanos,
dicionales. Fue del ejército, de sus filas y de su nueva conciencia, r~specto a Occidente: ¿era posible 11 dependencia de Egipto con
de donde surgió el cambio más importante del Oriente Próximo sin chocar con los intereses tradiciona~varda ~ b~ reformas sociales
árabe, cambio que marcaría decisivamente durante los veinte años de Inglaterra y también cad , eds e cc1dente, sobre todo
' a vez mas e lo E d U .
siguientes la historia ulterior de la región. otr~ parte, la cuestión pendiente del Sud, s sta o~ i;i1dos? Por
Los oficiales estaban organizados en grupos secretos que man- deb1a ser parte de Egipto f an -es decir SI este país
tenían entre sí escasos contactos. El 23 de julio de 1952, el grupo tanto, realmente dependiente od oGrmalmBente - independiente y, por
u ·, e ran retana- ¡
de los Oficiales Libres desencadenó en Egipto, con los tanques, na cuest1on de prestigio político sí . , ' no era so amente
un golpe de Estado que sirvió de modelo a otras muchas revo- supervivencia económ1'ca (t t ', no tamb1en, y sobre todo de
an o mas cuant ¡ '
luciones de la región. Los Oficiales Libres ocuparon el palacio agua del Nilo en el Sudán era , o que a regulación del
o _muerte). A ello se sumab 1 ~ª:ª Egipto una cuestión de vida
tnalización de los reformadª e e-~ol de que los planes de indus-
real y enviaron al exilio romano al rey Faruk, figura simbólica del
feudalismo oriental y del ocio hed9nista. Faruk, que representaba ., ores socia es p e , d
cuest1on energética y ésta ar c1an epender de la
la fase de la historia egipcia en la que no pudo realizarse la inde-
presa en el Nilo Por eso '¡ a s~ vdezd, de la construcción de una
pendencia (1936-1952), y Nasser, el héroe del nacionalismo árabe, . . ' a actJtu el Sud, d .
capital para Ecrip to tanto 1 an era e importancia
ilustran simbólicamente la ruptúfa que se efectuó con el estallido º • en e terreno d ¡ ·
en el de la industria. e ª agnculrura como
de la guerra de Palestina en la historia del Oriente árabe. Esta
ruptura no es comparable a ninguna otra cesura de la historia Egipto tenía que seguir disputando .
les en relación con la cuesti, d l cobn las potencias occidenta-
on e as ases y de la política de
98
99
, do la zona del canal cciya médula la constituía el pacto de Bagdad, alianza entre Irn.k,
.. L bfrá·ücos segurnn ocupan .
alianza mthtar. os "' <l'· los tratados existentes, pero la Turquía e Inglaterra. Sobre la base <le su función como bisJgrn
S . d d e·to respon ia a
de Suez_. m u a, ~ , . ultaba ya compatible con os
1 geopolítica, Egipto debía poner a su disposición bases y vias <le
l bntamcos no res . , p
presencia d e os l· ena política de la region. ues comunicación. La part1cipación <le Nasser en la conferencia de
.
cambios rea es e
1 fectuados.
en a ese
, d.
.
niendo de una parte impor- Bandung en abril de 1955, en la que empezó a formarse el bloque
gracias a esta .pre.sencta ~~guia~ ~~o ingresos de la Sociedad del neurralista afruasiánco, produ¡o otro enturb;amiento de ln atmós-
tante del terrttono eg1pc10 y ~ . fera polírica. Cuando en el mismo año aumenwron los ataques
S na sociedad anomma. l'
Canal .d e_ uez, u In !aterra y los representantes d~ l~ .Pº i· militares de los israelíes en la línea de demarcación y Occidente
Occ1dc.itc, sobre to?o g , todavía claro lo que significaba condicionó su disposición de proporcionar armas a Egipto a la
. · . encana no ve1an . entrada de éste en el pacto occídenrnl de defenso. Nass·~r se dirigió
tica exterior norteam .'. b . Nasser algo que era obv10 para
que Egipto empez.ase a exigir aJ~ no se les hubiese dado a los al bloque oriental. El tratado checoegipcío para la entrega de ar-
un país indepen<li~nte, ~nque ~~n aquella época; disponer de su mas, firmado en septiembre de 1955, creó una situación totalmente
países árabes semidepen ienr~s , ma's importante disponer de distinta en ei Oriente Próximo: por pnmera vez se entregaron
. · · lo qt•e aun sena ' armas soviéticas a un país situado fuera del propio bloq;_ie. De
propio territorio Y, 'b d d 1 •·Jetróleo que hasta en ton·
les so re to o e , · esta manera el Oriente Próximo se convirtió definitivamente en
sus recursos natura ' d . . d des occidentales, principalmente
ces se hallaba en manos e soc1e a una parte del conflicto Este-Oesre.
angloamericanas. . .. , . en donde no sólo iban a El antagonismo entre Egipto y Occidente se iba convirtiendo
Este era el esc.enan_o P?ht~c~~~::t~~~~ de Nasser. Se trataba de cada vez más en un conflicto paradigmático para los demás país;;s
Plantearse las· ' exigencias md P dos que fue decisiva durante árabes, e incluso para los que más carde se incluirían a secas en
d · t eses entrecruza
esa constelac1on .e 1;1 er , l h de1 mundo árabe contra Oc- el «Tercer Mundo». Este amagonismo latente se agudizó cuando
. - 1entes en ia uc a • · , el Consejo de la Revolución se dispuso a crear una perspectiva de
los vemte anos stgu · . . d l ei·emplo de Egipto, llevanan
. U 1 ' q e s1guien o e . desarrollo económico a largo plazo para el populoso Egipto, pers·
c1dente. na ucna u ' . . con sus ~orrespondientes vana·
a cabo durante los años siguientes, o~ ºd t pectiva que se basaba principalmente en la estructura agraria.
' l , ' abes contra cci en e.
ciones, casi todos os paises ar artida se sumaba la dificultad Dado que la Unión Soviética no se mostró dispuesta a ofrecer
A esta situación fundamental de p los Estados árabes al con· ayuda económica a Egipto para la construcción de la planeada
'd · ·entaba arrastrar a , presa de Asuán, Nasser se dirigió a Occidente. En julio de 1956,
de que O cc1 ente ifü . ., anifiesta de Occidente provoco
flicto Este-O.este. Esta m~e~~~~~t:s países. Así, por ejemplo, los El Cairo aceptó las propuestas amerkanas de financiación. Pocos
reacciones diversas ,en los claramente conservadores, especialmente días más tarde, sin embargo, los Estados Unidos se retractaron
intereses de los regu:ienesd b' Nuri al-Said radicaban en espectacularmente. El Banco Mundial, que estaba encargado del
. , b . su ¡efe e go ierno ' desarrollo de la financiación, se sumó a esta decisión. El golpe se
d el 1raqui a¡o b 'ta'ni"cas para protegerse. De esta
· · ., d de las •ropas n . basaba en ei cálculo siguiente; el secretario de Estado americano,
seguir s1rv1en ose ' E tados árabes a una alianza occ1-
1
suerte, la id~a de arra~ra; ª os fl~encía de la Unión Soviética en John Foster Dulles quería aclarar de forma parente a los egipcios
1 que seguían siendo totalmente dependientes de Occidente. A los
dental (destmada a re ucir lla m ntra la voluntad de indepen·
la región), tenía que estre arse Ncoasser no tenía ninguna noción americanos les parecía posible una humillación de Nasser sin con·
. d N ser Por "ntonces i • • secuencias períudiciales, ya que la Unión Soviética había adoptado
d encia e as, . . ~ ~ ás tarde se denominó <<neutralismo pos!·
clara de la poltttc~ _que m adisras como Nehru, Tito y Nasser. A una actitud negativa en la cuestión de la presa. Como figura sim·
tivo» y que reunma ab est d l retirada de los británicos de bólica del nacionalismo árabe, Nasser se vio obligado a tomar una
, · t ba so re to o a d postura que nadie había esperado: el 26 de julio Nasser nadona·
este 1e impor a 1 ' diese actuar efectivamente e ma·
Egipto, a fin de que e pais p~ . , Nasser mostró una actitud lizó el canal de Suez durante un acto de masas, un desafío a
. d d' t En un pnnc1p10 . Occidente al que todavía no se había adherido ningún político ni
nera m epe~ ien e. .d tendencia que se dio por en·
amistosa hacia los Estad~ Um o~ bían estado bajo la influencia dirigente de ningún país afroasiático.
tonces e:i _rodos l~s 1~~~é~s yq~r:nc~s y por tanto mostraban gran Después de haber fracasado todos los esfuerzos diplomáticos
del dominio _colom~ americanas de descolonización. para hacerlo retroceder, Israel, Inglaterra y Francia intentaron pro-
simpatía hacia las ideas f ba por integrar a los Estados vocar militarmente la caída de Nasser. La diplomacia británica,
Por su parte, OccidentEe ~e es orza ma alianza militar occidental sobre todo. acusaba a Nasser de lesionar los intereses británicos
árabes, y sobre todo a gipto, en l
101
100
en el mundo árabe. El primer ministro británico, Anrhony Eden, que había salido victorioso en 1 " . .
veía en Nasser la causa de los sentimientos anti-británicos y, como otoño de 1956 Nabuls1· f as pt!meras elecciones iibres d,
dijo su anterior ministro de Esrado, Nutting, desarrolló la «idea
·
el pretexto de haber preparad~ el
hachemita.
da
ue ~ncarc 0 [· d b·
o en a rtl de 1957 baje
errocamiento de la casa rea
"

de que Nasser tenía que irse». francia opinaba que la guerra de


liberación argelina estaba también inspirada y dirigida por Nasser, Los disturbios desencadenados l . .
hipótesis que evidenciaba lo poco dispuestas qu.:: estaban las po- do árabe eran cada ve.z m, . ]por a ola nac1ona11sta en el mun.
. as vio enros y . ¡
tencias coloniales a comprender las condiciones reales. Israel lle- mmante en 1958 A , . a canzaron su punto . 1
. · umento especialment l ·, . LU •
vaba tiempo esperando esta alianza a fin de asestar un golpe a su bre Siria. Con su gobierno , . ¡· e a pres1on ocudental so-
. nac1ona ista que hob' b.
adversario militar más importante, Egipto, al unísono con las po- en la primavera de 1957 b' ~ ta su ido al poder
. . y se apoya a much El , .
tencias occidentales. Políticamente, la agresión, que se inició el masco se convirtió en la ciudadela del nac10 . ? en , - Ca1ro, Da-
29 de octubre de 1956 con un ataque israelí, fue un gran triunfo taron las tensiones entre los na . . ,nalismo arabe. Aumen-
para Gama! Abdel Nasser. Las tropas egipcias fueron aniquiladas neutralidad y los Estados miem~;o~al~s\as .arabes q.ue buscaban la
dertamente en el Sinaí pero la resistencia de la población contra dad, sobre todo en la frontera . . e pacto occidental de Bag-
la agresión y la clara condena del ataque, a la que se unieron tam- Dulles había impedido la con:;;:~:u~~ª· Poco ,ª~tes, John Fos¡er
bién los Estados Unidos, convirtieron a Nasser en rais (en árabe, del Banco Mundial a Sir1'a ,., f un credtto de desarrollo
1a reacc1on . , de Siria se· trad· '-'ºn . orme al. prob ado mo delo egipcio
«caudillo»), en el símbolo íncuestionablé.:del nacionalismo árabe.
Los acontecimientos de 1956 provocaron un viraje que anunció el cuando, finalmente el v1'rusun¡oacen ul? g1rof mayor hacia Moscú. 'l
fin del dominio colonial de Occidente en el mundo árabe. Tam- O cc1·¿ente pasó a i'a '
ofe ns1va.
·
10na ista a ect0'
ª todo e¡ Mashrek '
bién se consolidó el prestigio internacional de Nasser con su de- En el Líbano, Occidente y sobre todo l
cisión de nacionalizar el canal de Suez: la Unión Soviética sumi- apostado por el presidente r . • os Estados Unidos habían
'f ~nstiano Chamo .
nistró comestibles, China concedió créditos de dólares y finalmente mam estado muy hostil al , li , un, qmen se había
d 'f' , , nac1ona smo arabe ( . .
la URSS, retractándose de su decisión anterior, decidió financiar e um icaaon de los árabes rontr l d ~orno movuníento
la construcción de la presa de Asuán. en el Líbano como en los o~tr a e, mun o occidental). También
. ·1d ' os paises se ,
Aunque los Estados Unidos habían condenado la agresión de 0 f icia e la «doctrina Et'se h requena 1a aceptación
· n ower» antes de ¿·
Francia, Inglaterra e Israel contra Egipto, comprendieron muy ~1va para el país. Las manipulado 1. que pu Jera ser efec-
pronto que el nacionalismo árabe de Nasser se propagaría tam- mfluencia hicieron que una nes e ectorales y otras formas de
gran parte de lo5 l'b 1 aneses se pusiera .
bién a los otros países árabes. El hecho de que Nasser hubiera contra Chamoun y su m· · d ,
. ., m1stro e nsuntos E • . M
perseguido y encarcelado a los comunistas en su propio país no opos1c1on le reprochaba la dest ., d 1 x,enores, l alik. La
significaba, ni mucho menos, que fuese hostil a la URSS. Junto en donde se fi¡'aba el 'l'b .rucc1on e pacto nacional de 1943
1 . equ1 1 r10 entre las e · '
con la Unión Soviética, que cortejaba al rais, se preparaba una a comumdad cristiana había 1 L'b con,es1ones. Dentro de
evolución que debía repercutir negativamente sobre los intereses veían amenazado por e'l p e~ e I ano fuerzas políticas que
, ensam1ento pan 'b' 1
globales de Occirlente. Para prevenir semejante evolución, los Es- de1 pais y su carácter basado 1 ar~ ig~ e. statu especial
tados Unidos formularon en marzo de 1957 la «doctrina Eisen- La agitación contra el presid::tee . con~es1onalismo.
hower» cuyo objetivo consistía en proteger los regímenes prooc- prooccidental y contrario al . a/1banes: que seguía un rumbo
cidentales de la infiltración comunista o de una amenaza por parte culminante en 1958 1tf1'ent nac10n Ihsmo arabe, alcanzó su punto
bl · ras tanto abían .
de la URSS. emente las perspectivas d Ch empeorado considera-
La valoración occidental de aquella evolución dentro del mundo ayuda a los Estados U 'd e P amoun. En esta situación pidió
árabe se hizo desde un punto de vista demasiado estrecho. Se I ra k • muy prooccidental me os. t
ara esta d
«ay.u a» se recurrió al
'
partía del principio de que el nacionalismo árabe, encaminado a deo del pacto de Bagd d nUonces, q~e. constituía también el hÚ-
la independencia y a la soberanía, era equiparable a las tendencias debJan, . ª · nas mamooras mil'!tares
cubrir las espald d l Líb
. d .
e diversión
est a acc10n ., .. as e r ano. P"'ro los ·
comunistas. Semejante doctrina no podía sino reforzar la oia de militar en Irak f f - preparanvos de
nacionalismo árabe en vez de frenarla. Las tensiones se agudizaron presidente Nuri al-Said y pa uOero~d unestos para el régimen del
adidonalmenre con la presencia de unidades de la marina ameri- Kassem aprovechó el· paso ra... cc1 ente · El corone¡ Abd al-Karim , .
cana en el Levante. Esta nueva ofensiva antinacionalista de Occi- odiada dinastía hachemr'ta dm1lu~ar !por Bagdad para derrocar a la
e lra{ ruyo d ' .
dente llevó al derrocamiento del nasseriano Nabulsi en Jordania, en el consenso de la pobl · , . ' ~ om1mo no se basaba
ac1on, smo que -"ra resu 1ta do de la esrrn-

102
10.3
dad con los Estados árabes que aspiraban a la independencia au-
tecria britÍlnÍCa para asegurar en esta parte del mundo árabe los
mentaron también sus pérdidas. No sólo fracasó la doctrina Eisen-
in~creses ele Gran Bretaña con la ayuda de una dinastía «débil» en hower y, por consiguiente los Estados Unidos dejaron de ir a la
el aspecto nacional. zaga _d~ Inglaterra y Francia por lo que se refiere a la pérdida de
El 14 de íulio de 1958 estalló la lucha abierta y las tropas de p~est1g10 en el Oriente árabe, sino que, además, la doctrina
Kassem ocuparon los edificios públicos más importantes de la capi- Ers~nhower_ aceleró considerablemente la decadencia de toda la zona
rnl. Nuri al-Saíd fue reconocido en la calle vestido de mujer Y la de m~lu_encia: se perdió incluso el Irak. que hasta entonces había
población m<lignada lo descuartizó literalmente. El nuevo régimen constituido el puma! de Occidente en el Oriente árabe. Entre los
de Kassem proclamó la abolición de la monarquía y declaró la Estados árabes partidarios del nacionalismo radical (Egipto, Siria
salida de lrak dd pacto de Bagdad. e IrakJ se preparaba la formación de un bloque que parecía acer-
Occideme veía en la intervención militar la única posibilidad carse cada vez más a la Unión Soviétíca. La RAU, la República
de detener la rueda de la historia. Una vez más resultó funesto Ar~be Uni~a: creada el 4 de febrero de 1958 con la fusión de
para la política occidental el hecho de que sus exponentes no re- ~gtpto y S,ma, amenazaba con extenderse a otros países árabes.
conocieran el cadcter independiente del nacionalismo árabi:. Los ~asser habrn dado este paso, más propagandístico que real, bajo
dirigentes occidentales no tomaron en considera~ión el he:ho _de ciertas presmnes. Pero una cosa era segura: en el año de crisis
que se trataba de un movimiento totalmente autonomo. Mas bien de 1958, el nacionalismo árabe, aunque no pudiera satisfacer ni
partían de que los cambios acaecidos en la región eran conse- mucho menos las expectativas de las masas, se había convertido
cuencia de un comolot de Moscú. Así pues, los Estados Umdos en una fuerza triunfante por primera vez en los casi cincuenta
pusieron en movimÍento la VI flota y desembarcaron ~1~ri11es en aiío~ de relaciones entre Occidente y el mundo árabe. Gracias al
el Líbano para salvar el régi:rien de Chamoun. Parac~idista~ bri- nacionalismo árabe, esta relación de sumisión a los intereses occi-
tánicos aterrizaron en Jordania para proteger al rey Hussem de dentales había sido puesta seriamente en entredicho. Se trataba
las llamas del nacionalismo árabe. Con esa acción los Estados también del comienzo de un proceso acerca del cual había opinio-
Unidos se aislaron internacionalmente. La ONU obligó a Washin- nes enfrent~das dentro del propio campo nacionalista árabe .
gton a renunciar a una prolongación de su cabeza de puente. Los
. Los Of!ciale_s Libres. egipcios habían actuado en 1952 bajo un
libaneses aprovecharon la ocasión para destituir a Chamoun eli- signo nacionalista, antrfeudal y anticolonial. No tenían nociones
giendo en su lugar, como presidente, al general Ch~hab, ~oman­ cl_aras con resp~cto a una transformación profunda de su sociedad
dante en jefe. Al igual que su antecesor, era maromta, miembro n: tampoco una ideología adecuada. :::1 «socialismo árabe», que no
de una comunidad cristiana oriental íntimamente vinculada a los solo estaba representado por Nasser sino que también forma la
intereses occidentales en el Levante. Gracias especialmente a las ?ase del programa. del partido Baas, el partido del «renacimiento»
relaciones con la anterior potencia mandataria, Francia, esta co- arabe, y de la variante libia del «socialismo islámico» de Gaddafi
munidad simbolizaba la peculiaridad del Líbano como Estado «in- no se puede comparar con el marxismo de Occidente. '
dependiente», es decir no puramente árabe. Chehab adoptó una
Pese a la ~iversid~d y rivalidad existente entre ellos, todos es-
postura neutralista y rechazó la doctrina Eisenhower. De esta
tos .mod~los tienen,_ sm. embargo, algo en común: son, sobre todo,
forma los Estados Unidos se vieron obligados a retirar sus tropas
nacionalistas y parndanos de la propiedad privada. Los rasgos co-
del Líbano. r:iunes, que durante muchos años existieron con la Unión Sovié-
tica solo eran, en el fondo, externos. En sus deseos de liberarse
totalment~, de la_ ,t;rtela occidental, los nacionalistas árabes veían
III. LAS CONSECUENCIAS DE LA CRISIS DE SUEZ. LA REPUBLICA en la Umon Sov1et1ca un aliado natural.
ARABE UNIDA Y EL SOCIALISMO ARABE DEL BAAS EN SIRIA Y Nasser ~ctuó en un principio de manera pragmática. Hasta que
no empezo a llevar a cabo medidas sociales no necesitó basarlas
EN IRAK
en u~a ideología como la que representaba el socialismo árabe
Pºf'.uhsta Y pequeñoburgués. En contraste con la ausencia oricri-
La crisis de Suez y la consiguiente doctrina Eisenhower tuvieron
nana de una concepción de Nasser, los principios ideológicos de
consecuencias devastadoras para Occidente. En la medida en que
los baasistas, de Siria e Irak que, de forma diferente, iban a do-
el mundo occidental se negó a tener en cuenta el carácter autó-
minar las decadas de 1960 y 1970, se habían desarrollado sobre
nomo del nacionalismo árabe y a entrar en una relación de igual-

105
104
una base teórica madura. El fundador teórico y organizativo del ha conservado el árabe como lengua litúrgica y siempre se ha guia-
socialismo del Baas fue M. Aflaq. Había estudiado filosofía a do, por lo demás, por su origen árabe. Sin embarcro como reli"ión
.. les de la década de 1920 y comienzos de la de 1930 en París universalista, está en contradicción con el naci~n~lismo y e~pe­
f ma Af ., l d'
y trabajado como maestro. Al partido de laq se um~ _en a e- cíalmente con el carácter secular del arabismo, y sobre todo de un
cada de 1940 otro grupo («Renacimiento árabe»). d:ngido por arabismo como el que represenca el Baas. Esta contradicción no ha
Arsouzi, y en 1953 se sumó a ambos el Partido Socialista Araoe» podido evítarla tampoco el ideólogo del «Partido del Renacimíen-
de Akram al-Hawrani. ~o, A~abe», M. Aflaq. ~or eso ha acentuado siempre la herencia
La característica especial y más notable del socialismo Baas es- islamica del arabismo. Srn embargo, la secularización del Islam so-
triba en que los componentes sociales no se consideran como un bre la base de la comprensión especial, no coránica, del Islam
fin en sí. sino sólo como un medio de alcanzar el rena~imiento como din va daula (Estado y religión) equivale a su abolición 0
árabe. El renacimiento del arabismo, que se remite a la epoca de sólo permite un nacionalismo árabe que no puede sino reforzar
esplendor árabe a comienzos del Islam, d~fine al B~as co;no ~~ otros fenómenos nacionales de particularización en Oriente. De mo-
partido ultranacionalista, al menos en teona: Tamb1en la n~st1h­ rr_ient~.' este, antagonismo sólo existe en germen, puesto que el na-
dad o distanciamiento con respecto al marxismo en cuanto ideo- c10naiismo arabe se encuentra en retirada desde la década de 1970
logía materialista es un elemento siempre destacado por el Baas y Y durante los últimos años se ve cada vez más desplazado a un
su ideólogo principal, Miguel Aflaq. Más tarde, sobre ~odo en ~a segundo plano por el Islam revolucionario, como manifestación
década de 1960, cuando rivalizaban entre sí las cornentes mas conservadora y también como fenómeno progresista. Independien-
diversas del nacionalismo árabe y particularmente el nasserismo y te_r;iente de esto, sería prematuro ver aquí el fin del arabismo.
el baasismo, este antagonismo se agudizó tanto organizativa como l-.fas bien hay que rete11er el hecho de que sus impulsos más
institucionalmente. Pero el Baas sólo tenía en el Mashrek un ad- fuertes provinieron originariamente de ia resistencia contra el do-
versario serio: los comunistas. De ahí que el antagonismo fuese minio extranjero de los otomanos y de las potencias coloniales
además acompañado de una rivalidad organizativa. e_uropeas d~spué~. El arabismo fue, por tanto, una ideología nega-
Hay que mencionar otro rasgo de la ideología del Baas que tiva de resistencia que al mismo tiempo intentó renovar unos valo-
acentúa su carácter transitorio: fue la primera ideología elaborada res a los que no podía renunciar sin perder los contenidos a los
que separó totalmente el arabismo del Islam y proclamó el ara- que también se refería implícitamente: el Islam. Sin embargo el
bismo como valor específico. No es ciertamente casual que su Islam es univ.e,rsalist,a ~n su con:epción, aunque, como por ejem'plo
fundador, Miguel Aflaq, no sea musulmán sino de pr?cedencia en la revolucton 1slam1ca de Iran, sea utilizado instrumentalmente
cristiana. El nacionalismo árabe temprano, que tan sangnentamen- como correa de transmisión de determinados contenidos naciona-
te persiguieron los otomanos, halló también muchos partidarios en listas que son expresión del desarrollo histórico particular del
Levante precisamente entre la población cristiana. Apoyándose en shiísmo.
el desarrollo europeo típico, el nacionalismo tenía que presentarse La ola de :enovaci~n islámica se caracteriza, por tanto, y no
como antirreligioso y secular a fin de actuar com~ factor integ~a­ c~sualmente'. stn~ ~or !alta de una base de identificación más pre-
dor. La dificultad del socialismo del Baas como ideología radica cisa, corno ¡omem1smo. Y a decir verdad se trata de un Islam
en que se remite a un arabismo separado del Islam. No obstante, nacionalista _de origen amiimperialista y antimodernista que, sin
la visión de sí mismo del árabe es inseparable de la época histó- embargo, qmere ser reformista en el terreno social. La distinción
rica de esplendor del Islam, en la que no existió ningún antagonis- burda, pero oportuna, entre nasserismo y jomeinisrno es la siouien-
mo consciente entre islamismo y arabismo. La fuerza y la capacidad te: el nacionalismo árabe se dirigía contra la opresión y la "expo-
de intecrradón del Islam frente a otros grupos étnicos Y pueblos, liación colonial e imperialista de los países orientales a fin de
así com~ su capacidad de asimilación, estribaba en que no conocía modernizar, con ciertas limitaciones, estos Estados siguiendo in-
precisamente este elemento nacional o en que por aquella época cluso el modelo occidental. El jomeínlsmo surgió en el terreno de
no era imaginable una ideología como el nacionalismo. unas relaciones sociales como las que se daban en el Irán bajo
Las ideas del Baas, encaminadas a impulsar un renacimiento el sha, es decir en un país que disponía ya de unos medios a los
árabe sobre una base nacionalista, están, por tanto, en contradic- que aún no tenían acceso los nacionalistas árabes en el que sin
ero b argo, esos mismos . medios fueron utilizados ' por el sha' en
ción con los principios básicos dd Islam. Es cierto que el Islam

106 107
beneficio del capital extranjero y en interés de la redu~ida capa de países como de un conflicto constante provocado por los esfuerzos
una burguesía de compradores .. Res~miendo'. pue?e anrmarse que de ambos por ganarse a la Siria central, conflicto que, oor [o d<!-
la decisión defüiitiva entre nacionalismo e 1slam1smo, entre ,secu- más, desempeñó un papel bastante esencial cuando s~ rracó de
· , b e ;deolog1'a religiosa no se ha tomado todavia en entrar en el pacto de Bagdad. Cuando Irak fue protagonista Je
1ansmo ara e • ' 'd un levantamiento anticolonial que condujo al derrocamiento de la
los oaíses arábigo-islámicos, aunque el Islam se haya convertl o en
la ideología dominante durante el último decenio Y .~ªYª g~nado dinastía hachemita, esta rivalidad encontró otros cauces. Mientras
mucho terreno. La consecuencia de esto es que la iaeolog:a ?el Siria fue miembro de la RAU, Abd al-Karím K,assem se esforzó, en
Baas. secular, nacionalista y, más en la teoría que. ~n :a practica, el otoño de 1959, por establecer una unión con Siria sobre la
· · l' · ti.ene que buscar también un eqmhbr10 con las base del nexo geográfico cultural del «Creciente Fértil». Sin em-
an tHs amica, . bargo, existían ya corrientes contra=ias a la umón con la RAU,
corrientes islámicas de ia época.
La RAU (República Arabe Unida), la prim~.ra unión de ~stados corrientes que habían aparecido sobre todo en los círculos política-
árabes sobre la base de un arabismo nacional!sta y progresista, se mente desarrollados de los intelectuales: por un lado en el partido
derrumbó, a los tres años de su creación, en el otoño de 19~1. La comunista de Irak, uno de los más importantes de Oriente; por
alianza se había efectuado menos en interés dt; Nasser Y mas por otro, entre los demócratas nacionalisrns que aspiraban a un ré-
presiones de los nacionalistas sirios, que se vetan amenazados por gimen parlamentario según el modelo europeo. Se afirmaba que
el fortalecido partido comunista de su país. La razón de la ru~tura Kassem les había concedido demasiado espacio en el espectro
el°" la afrmza radicaba en el centralismo y la preponderancrn de político del país. Contra estas influencias se dirigió un movimien-
Ecrioto sobre Siria circunstancias que finalmente provocarc;n la to que partió de .lviosul y se Jefiuió cumo totalmente amkomu-
re"b~lión de los mÚitares sirios. Además, había cesado .la presi~n nisrn.
exterior del año de crisis (1958 ), haciendo por t~nto .mnec:sario A nadie se le ocultaba que apuntaba también contra Kassem.
v absurdo un frente común. Por otra parte, el na.::ior:ahsmo ,arabe, S.in./i:1bargo, lo qu~, hizo enfriar las relaciones con Egipto e impo-
impulsado fuertemente por el ejército y la burocrac:a? habta sus- s1bu1to la colaborac10n de ambos regímenes fue sobre todo el hecho
citado la rivalidad de las distintas instituciones pol1t1cas. La pe- de que la oposición iraquí contra Kassem se remitiera a menudo
queña burguesía, que veía sus int~reses representados en esos. apa- a Nasser. Kassem reprimió sangrientamente una rebelión. Se des-
ratos estaba interesada sobre todo, pese a las solemnes ahrma- truyó, por tanto, la coalición anti-Kassem, compuesta por terra·
cion:s panarábigas, en asegurar sus posici~n~s locales de poder. tenientes locales, comerciantes y oficiales. El paso siguiente en la
La unión no significaba la adición de los distintos centro: de po- fase general de la represión fue la disolución de los partidos del
der sino más bien la sumisión de uno a otro. El panarab1smo, tal país en julio de 1959. Cuando Kassem proclamó que el emirato de
con~o lo representaban los nasseristas. baasistas Y unionistas ~e Kuwait pertenecía realmente al Irak, se enviaron tropas panárabes
a Kuwait a fin de intimidar a los íraquíes. El hecho de que la
todos los colores, partía también de la noci~n de que .la propia
burguesía nacional no debía sacrificarse al idea'. superior de la Liga Arabe, dominada por Egipto, permitiera incluso el desembarco
fusión. Egipto se reservó también el derecho a ¡u~ar la carta de de tropas británicas, si es que no lo estimuló, evidencia hasta qué
su importancia como país mayor y, en consecuenc;a, a releg~r a punto las rivalidades internas árabes superaban a veces al antago-
un se<>undo plano a todas las demás corrientes nacionales. Egipto nismo con Occidente_ Así, por ejemplo, la colaboración de Kassem
se co~sideraba el centro del arabismo y ello a pesar de que la con la URSS y China anunciada ostensiblemente que despertó por
identidad específicamente egipcia había chocado siempre con la de pronto ciertos temores de que Irak se convirtiese en una nueva
panarábiga. Hay que afirmar que tai;i;o el inten;o de unión como Cuba, fue sustituida en el verano de 1960 por un brusco giro hacia
la tendencia separatista de la evolucton de la decada. de 1960 so~ Occidente.
sintomáticos dentros del mundo árabe. Esta tendencia se acentuo Las oscilaciones en la línea política de Kassem y la tradicional
aún más en el momento en que otro país árabe, Irak, entró con brutalidad con que se libraban en Irak las luchas por el poder,
sus importantes recursos en el escenario de los deseos árabes de así como la división étnica y religiosa del país en kurdos. sunníes
y shiíes, se contrarrestaron con una planificación económica ra-
unidad. N'l cional. El poder de los grandes terratenientes fue debilitado me-
Trak mantenía una competencia tradicional con el país del 1 o.
N; se trataba tanto de una competencia histórica entre los dos diante una reforma agraria. El factor de poder e:m:ríor en el

109
108
tas y nasseristas, se unió contra Kassem a fin de detener el des-
arrollo izquierdista del régimen. Los servidos secretos occidentales
intervinieron también en este proceso. Cuando, a primeros de fe-
brero, el ejército marchó contra Kassem, los mismos cámaras de
la televisión lo fusilaron y entre sus partidarios se efectuó un
terrible baño de sangre.
Desde este momento, el centro del Baas se desplazó en dirección
occidental hacía Siria. Un mes después del derrocamiento de Kas-
sem, un golpe inspirado por el Baas destituyó al gobierno de
Damasco. El Baas. que anteponía siempre el nacionalismo a ios
proyectos de reforma social (puesto que, según su ideología, éstos
sólo servían de vehículo para la conoecución de un gran Estado
panárabe), se esforzó desde un principio en no asustar a las capas
sociales dominantes. Sabía que la reforma agraria, realizada toda-
vía en el marco de la RAU en favor de los pequeños campesinos,
tenía que convertir necesariamente a los grandes terratenientes en
adversarios del sistema. El Baas se situaba, por su pragmatismo
concreto, entre las reformas nasseritas originadas en la fase de la
unión y el desarrollo burgués efectuado entre 1961-1963.
La subida al poder del Baas tenía que haber restablecido en
Siria la unidad con Egipto, debido a la tendencia panarábiga del
partido. En ia ideología del partido tenía prioridad ab>oluta «el
L.-Ji:..;).;:..-l-...:...1 ¡__.,...;.._,;..;.,.-'-"'"' LJ:,_l::;!._,....,,...¡;,+.=--'-' Eg1pto·SuJón. ?rn· RepU!Jllt;a ?o~ul;r renacimiento árabe». Sin embargo, no se podía llevar a efecto una
ycr:tados: rl es de Ocmuc1át!c:.1 dn, Y!'·
t97A un mando ¡¡o· men·R•ipü:Jft<:'<t Ai 1·
lítico conjunto. un ha del 'l•:mon. Con· nueva unión entre Siria y Egipto tras la disolución de la RAU.
conse10 du planifi· vcrsac!nn'IS Ól!.'l<l!l
cación con¡unto v 197'1 p;1r:i !lu~~r a Nasser rechazó la oferta de unión de Miguel Aflaq en El Cairo. En
umi unlOn adu;111cr;J una rau:u'1Guc11in
(en consum:ciónl su lugar se firmó en abril de 1963 entre los dos países una carta
de unión que suponía una especie de declaración de intenciones
Mapa 5. Liga Arabe y proyectos de unión de los Estados árabes. en el sentido de una unión paulatina. Las reservas de Nasser con
respecto a una nueva fusión no sólo se remontaban a los tiempos
de la RAU. Provenían sobre todo de un recelo hacia el gobierno
ámbito económico, la IPC -Irak Petroleum Company-:- se redujo
del Baas en Damasco y Bagdad, que necesariamente había produ-
considerablemente mediante las correspondientes me~1das. en. ,su
cido un debilitamiento del papel egipcio. Además, resultaba evi,/
radio de acción. Estas medidas, que rayaban en la nac1onalrzac1on,
dente que los baasistas tenían la pretensión de ser los únicos re-
provocaron la oposición de Occidepte e hicieron retroceder a Kas-
sem. Por dos razones no había llegado todavía la her.a de hacerse presentantes del nacionalismo árabe y de las tendencias a la unifi·
cargo de la producción petrolífera: en primer lug~r, el mercado cación árabe y que empezaban a excluir a otros grupos nacionalis-
estaba enteramente dominado por las sociedades occidentales y, en tas, particularmente a los nasseristas. Otro tanto ocurrió con los
segundo lugar, faltaban en el país los especialistas necesarios para comunistas.
tomar en sus manos la producción petrolífera. No obstante, las En la esfera económica, los baasistas tenían ideas semejantes a
medidas introducidas por Kassem anunciaban ya un desarrollo que las de Nasser durante los tiempos de la RAU. Se introdujeron
sería característico en toda la región en los años siguient,es. Esta reformas en la agricultura. Se estatalizaron las propiedades supe-
nueva fase es también significativa por cuanto que los paises _P;=o· riores a las 15 ha, así como los bancos v determinadas ramas
ductores de petróleo dieron ya los primerns pasos que conducman de la industria. Estas medidas provocaron, una enorme fuga de
a la fundación de la OPEP en 1960. capitales a los otros países árabes y abocaron finalmente en una
En 1962 la oposición, compuesta de sectores del Baas, unionis- crisis económica y en el racionamiento de los artículos de primera

111
110
necesidad. Las prácticas de infiltración en otros países árabe5 solución del
llev:iron finalmente a que el espacio ár;ibe se dividiera muy pron- Po r 1a Un10n. , conflicto
S . , . de.DOriente Próximo similar a la ucren
..1,' d'd
i a

! ]' ovietica. · e esta


.. manera entraba e· n' cootrad· ·,
, !CC!Ofl
to en un bloque pro-baasisra y otro anti-baasista, con lo que los
con a . rr·'.ea de la anterior dirección del Baas, que perócguía la
adversarios del Baas estaban constituidos principalmente por los
nasseristas.
<lesapar~c10n de Israel. Con Assad resuitó posible una solución
negocia a para el gobierno del Baas, sobre la base de que Israel
Tampoco quedó tranquila Siria, el país de los dos fundadores
e ideólogos del Baas, Miguel Aflaq y Salah Bitar. El partido del abando.nara _1as zonas ocupadas y permitiera d derecho a la auto·
Baas se vio afectado por luchas fraccionarias y discordias internas. detc.rmm~c.r?n del pueblo palestino. Esta actimd se confirmó con
En el sexto congreso del partido, celebrado en Damasco, se im- la. d1sposic10n del gobierno sirio a participar en una conf-:rencia de
pusieron las fuerzas más radicales. Aflaq y Bitar fueron destitui- Gmebra P~;a la solución del conflicto de Oriente Próximo cuando
esta, cuestlon se incluyó en el orden del día tras la "Uerra de
dos. Los conflictos afectaron también al Irak, puesto que la nueva octuore de 1973. º
dirección pretendía extender su política a la rama iraquí del Baas.
Sin embargo, el ejército, que era bastante independiente del par- .Ha~ta la guerra d~ junio de 1967, que supone una cesura en la
tido, se oponía a semejante evolución. Los baasistas fueron perse- dhtstona del nac10nahsrno árabe ' eJ ,_
nr>ntro de los ""COn t-cC!ITilen
' · tos
guidos y el presidente Aref, que había podido mantenerse en el .entro del mundo árabe se había desplazado al Irak, si se pres-
poder con ayuda del ejército y gracias a una política de neutrali- cmde de la, guerr~ _del Yemen, de la que hablaremos más adelante.
dad entre los partidos, formó un gobierno compuesto principal- La evolucion. poltt1ca del Irak
· -~stuvo marcada po r un prob'1ema
mente de nasseristas y unionistas. muy especial, la cuestión kurda.
Aunque en los años siguientes pudieron formarse una y otra vez Como país de diferentes C0!1fesioncs y grupos étnicos que lin1!-
gobiernos del Baas, sobre t0do en Damasco, la importancia de :aba con el Irán no árabe, el Irak se concebía como Est 3 do de los
este parrido en el mundo árabe empezó a disminuír desde este mo- arabe.s ~ los kurdo:, simultáneamente. Los kurdos, pueblo monta-
mento. En Sida, donde había llegado a institucionalizarse perdió nes tsl~r;i1co, no arabe, de origen indoeuropeo, viven hoy en
su fuerza revolucionaría y unitaria. Su actitud, a menudo sectaria una reg10n que se extiende corno un triángulo entre los Estados
frente a los demás partidos del nacionalismo árabe. lo descalificó de, Turquía, Irán, Siria e Irak: los kurdos, uno de los pueblos
a los ojos de los mismos unionistas. Sus fracasos económicos soca- ~as antiguos ?e~ m.u_ndo, se han resistido siempre a los distintos
varon también su prestigio. Con la resurrección de las tradiciones mtenr?s, de as1rnxlac1on por parte de los Estados nacionales en los
islámicas en el mundo árabe a comienzos de la década de 1970, el ~ue ~!vtan Y. de esta manera han preservado un sentimiento de
Baas sirio quedó reducido a un puñado de intereses de la buro- 1de.nt1dad nacional muy marcado. Tras la prírnera guerra mundial
cracia y de los militares, a una institución que se había alejado de se les ~scamoteó su índependencia cuando Gran Bretaña, que había
la inmensa mayoría de la población. apoy~~o en un princi~io los deseos kurdos de independencia,
Los gobiernos baasistas de la década de 1960 encabezados por cambio. ;le frente tras nacerse cargo del protectorado en Irak y
Atassi, Hafiz y Chedid se mantuvieron dentro de la tradición de ~omb~t1~ a, l~s kur~os jumo con las fuerzas árabes del ejército
la ideología del Baas. Su política social y económica, de inspiración iraqm. "'-'.ª um~a razon para l~ represión de los deseos kurdos de
mucho más socialista que la de sus antecesores, tenía sin embargo aut~nom1a radica en la s1tuac1ón estratégica de sus zonas de asen-
un carácter más marxista que baasista. ta'.11iemo. Corr;o en las reg.iones kurdas había importantes yaci-
El régimen de Atassi, que también se calificó de baasista de iz- m;en_tos petrohferos, el gobierno central iraquí temía, además, la
quierdas, no se apoyó únicamente en la Unión Soviética, sino que perd:da de sus zonas petrolíferas más imporrames con la indenen-
también recurrió a la República Popular China. Su relación con el dencia kurda. l
«Septiembre Negro» de 1970, esto es, la liquidación de la resis- La lucha de _los kur~os por la autonomía, por una autonomía
tencia palestina en Jordania, provocó el derrocamiento del go- cult~ral .Y. econorn1ca mas fuerte dentro del Estado central iraquí,
bierno de Atassi. Se hizo cargo del poder el comandante de la se vio dificulta.da por otro factor. Bajo Abd al-Rahrrrnn Aref. her-
fuerza aérea siria, Hafiz al-Assad. tras haberse opuesto a la orden mano del mariscal Aref rnuerro en un ac~ideme le ' el· ,
de su gobierno de emplear sus aviones contra las fuerzas arma- 1966 l . . , - l n rcoptero
en .- .' e gobierno 1raqui aprovechó la guerra de junio n:mi
das jordanas que habían chocado con los tanques sirios en el norte
nacionalizar los yacimientos petrolíferos. Desde ese moment; la
del país. Hafiz al-Assad fue partidario desde este momento de una
lucha de los kurdos podía presentarse como un medio de presión

112
113
de las sociedades internacionales y de 6ccidente que favorecían y b_rusco que el propio país no tuvo la o or . ,
apoyaban por razones naturalmente egoístas la separación de la crones y estructuras propias ue ud" P tu~r~~d de crear rnstitu-
zona kurda con respecto del Estado central de! lrak. Tras d derro- cambios necesarios. q p reran asim!lar por sí solas los
camiento de Aref por el general al-Bakr. quien, en contraste con Esta guerra se desencadenó con 1
su predec<::sor nasscrista, representaba una tendencia m.ís radical, septiembre de 1962 El , l a muerte del imán Ahmad en
. pa1s, tota mente aislado d ' .
se buscó una solución a la cuestión kurda. En diciembre de 1969 entonces, pasó a manos del h"" d Ah e1 extenor hasta
despues , de su ascenso al tr !JO f e d mad • al-Badr, qmen poco
se firmó finalmente una paz y se ofreció a los kurdos la partici-
pación en los beneficios del petróleo y una vicepresidencia. Pero jóvenes oficiales. Los oficiale~noe ueb edrrocado por un golpe de
1al, Jntro
. du¡eron
, . d eza os por el corone l al-Sa1-
reformas pr • . nea , ,
tampoco se podía solucionar la cuestión kurda de esta manera, ni ec1p1ta as en e] p í
en ei Irak ni en los demás países de población kurda. Los deseos pronto con la resistencia enea d· d l a s que c110caron
l b' . , na a e os orupos t ¿· . 1
de autonomía de los kurdos se refuerzan en la medida <'!n que el a po lac1on, y especialmente d l "b º ra 1c10na es de
7 fl" e as tn us nómad d 1 , .
Estado correspondiente se presenta como nacionalista y ~entralista. .LOS con Jetos entre Jos republ" l . as e Jntenor.
ron el país durante años no fu1canos yd os realistas, que sacudie-
. , . , • eran esde ,,1 pum d ·
c101og1co, mas que una luch el l ' - o e vista so-
y en parte rurales contra lasª tr~b os g,rupos de población urbanos
J us nomada t d · ·
IV. EL CONFLICTO DEL YEMEN COMO LUCHA INTESTINA ENTRE ta ba, pues, de un conflicto tí , d , s ra 1c1ona1es. Se tra-
· · pico e paises de far ·, · il
ARABES Y del que existen numerosos . . mac1on s1m ar
1
islámico, como por ejemplo ;¡e~P ~ es~e~1almente en el Oriente
revolución de abril de 1978. e gan1stan poco después de la
Durante la década de 1960, el nacionalismo árabe fue un instru-
mento de movilización de los árabes contra la influencia occiden- Cronológicamente, los acontecimientos d 1
tal, sobre todo mientras ésta estuvo presente de forma directa de la manera siguiente· el im' l B d e Yemen transcurrieron
· an a · a r no rn · ,
en las bases militares y políticas. Los otros esfuerzos de unidad puso, en el bombardeo del 1 . l uno, como se SU·
, . - pa ac10 rea e:'ectuad 1 f
árabes eran demasiado vagos y diferenciados como para poder aerea, smo que pudo escapar por rd o por a uerza
dirigirse a un objetivo común. También son (y eran) demasiado q;-1~ El Cairo prestó, al menos ve=~ :a td a s~~terránea. El apoyo
diferentes las respectivas condiciones regionales y sociales que pro- reg1men republicano aseguró aut , . eolog1camente, al nuevo
d e 1os conservadores saudíes omat1camente al im, 1 d
dujeron movimientos unitarios como el Baas y el nasserismo (dis- . an a ayu a
l "b ' que socorneron con d"
tinto al primero). En contraste con la ideología unitaria abstracta a as tn us rebeldes de los b d . , rnero y armas
e umos Arabia Saud' t , b
del Baas, el nasserismo tenía acentos muy pragmáticos. El hecho razones para considerar el d ll ·d 1 ema uenas
. esarro o el y eme
de que Nasser interviniera en los conflictos árabes internos se de- naza d irecta a la monarquía d Ri d r , n como una ame.
bió a unos lazos directos y no, como imaginaron los comentaristas del. peligro que estratégicamen~e lo: .....os sa~dres eran conscientes
occidentales, a sus planes ideológicos. occidental. De ahí que tras l f d ~enazaoa por su flanco sud-
Un ejemplo paradigmático lo constituye el conflicto del Yemen, Arabia Saudí tratase ~iem e dln e a guerra del Yemen en 1965,
pre e mantener en S , .
lucha intestina entre árabes que forma parte del conflicto Este- que al menos no fuese hostil l . . ana un reg1men
Oeste y al mismo tiempo es expresión de las diferencias y anta- terior fundación de la R 'bl" a pas rntenc10nes saudíes. La pos-
epu rea opular De , · d
gonismos entre los llamados progresistas y conservadores árabes. de1 Sur, con capital en Ad, 1 . mocrat1ca e Yemen
· · · en, Y ª aproximación de 1 d y
Desencadenada por las tensiones sociales del lugar, la guerra del rmciada en ios años 1979-80 os os emen,
Yemen se convirtió muy pronto en escenario de la red de intere- los saudíes. Tanto más cua~t~eprese~tan duna amenaza seria para
ses internacionales. El punto central de las disputas era, sin diferente medida, se sienten aliad~ue los os. Yeme~., ~unque en
embargo, el problema de una profunda transformación social que parte la Unión Soviética ha re s dde !al l!món Sov1etica. Por su
conoc1 o a importan . d 1 E
afectó en distintas épocas a todos los países árabes y se manifestó ta dos ribereños del estr h cm e os s-
I d' ec o que une el mar Ro¡· ' ,
de distintas formas. En el Yemen, en la región montañosa del n ico y, por consiguiente h o con e1 oceano
sur de Arabia, el conflicto adoptó la forma de conflicto militar central etíope en su lucha ~o~~r a lpFuesto del la_do del gobierno
abierto con otros Estados árabes debido al retraso del país y, a
trea. ª e rente de Liberación de Erí-
de,cir verdad, debido a que el proceso de cambio social fue tan Así pues, Arabia Saudí apoyó a la fracción realista en la guerra

114
115
3. Israel: el problema del Estado nacional
y el conflicto del Oriente Próximo

El Esrndo de Israel s<.: prodamo el 15 d::: mayo de 1948. En esta


fecha se suele situar el corrnenzo del conflicto del Oriente Próximo.
Tambten es habitual que la op1r;lón pública hable dt una lucha que
dura ya más de r.reinta años v pretenda enttnder los aconti:c1-
mientos del Próximo Oriente por la cronología de las guerras en-
tre los Estados árabes e Israel de 1948/4<.J. 1'!56, 1967 y 1973.
Pero esta forma de valorar la cuestión, que parre del acro de crea-
ción del Estado de Israel, lleva a entender el conflicto-árabe-israelí
como s1 se tratase de un conflicto entre Estados nacionales. entre
adversarios iguales, el cual podría solucionarse mediante un com-
promiso territorial o incluso mediante d elemento remediador del
tiempo. Esta esperanza, lo mismo que la analogía de la rivalidad
entre Estados nacionales, oculta necesariamente el carácter espe-
cial de las disputas entre árabes y judíos en torno al antiguo pro-
tectorado británico de Palestina, disputas que datan de antes de
la creación del Estado judío en mayo de 1948. Esre hecho no
supuso realmente más que un cambio de forma en un conflicto
cuyas condiciones se fijaron ya antes de la fundación del Estado y
cuyas repercusiones se dejarán sentir más allá del presente'.

I. CONDICIONES DE LA CREACION DEL ESTADO NACIONAL JlJD!O EN


PALESTINA

El conflicto de Paiestina empezó hace más de ochenta años, cuan-


do se planteó la reivindicación siomsta, es decir, nacionaljudía, de
Palestina y se emprendió una colonización organizada del país por
inmigrantes judíos. Los sionistas pretendían crear allí un Estado
que «debe ser tan judío como Inglaterra es inglesa» 2, según pala-
bras del después presídente de Israel y antes presidente durante
muchos años de la Organización Sionista Mundial, Chaim W eitz-
mann.
Sin detenernos en la legitimidad de semejante pretensión, mo-
tivada entonces por la discriminación, represión y persecución ele
los judíos en Europa oriental, sobre todo en la fase final del si-
glo XIX, parece conveniente, a fin de comprender mejor el conflicro

145
del Próximo Oriente, ocuparse de las especiales condiciones )' con- su adquisición sería propiedad nacional. Esta reglamentación, que
secuencias de la creación de semejante Estado nacional en .Pales- todavía mantiene su validez jurídica en el actual Estado de Israel,
tina. El propósito de crear tal Estado era ya peculiar, porque la no debe confundirse con una medida de socialización encaminada
población judía que debía alcanzar su independencia nacional en a estatalizar la tierra. Se trata más bien de una nacionalización en
él no se hallaba en el lug r de la pretendida fundación estatal. Más el sentido originario de la palabra, en tanto en cuanto que estas
aún: el país de Palestina en donde debía erigirse la soberanía na- tierras sólo pueden ser reclamadas y colonizadas por un grupo na-
cional judía estaba ya habitado. Habitado por hombres de otra cional de la población, el judío. El agrónomo y sociólogo Abraham
lengua, otra cultura y otra filiación religiosa, atributos que no Granovsky (Granott), corresponsable de la política de asentamien-
podían responder y se contraponían a la nacionalidad judía que tos en la primera fase de la colonización, puso de manifiesto que la
se pretendía establecer en el país. Por consiguiente, los árabes que propiedad privada de la tierra implicaba, por tanto, «grandes pe-
vivían en Palestina iban a constituir desde un principio un obstá- ligros para toda la colonización, desde ei punto de vista nacional,
culo a la pretensión sionista de crear un Estado judío en virtud de puesto que Israel no tiene ninguna seguridad de que el suelo
su mera presencia física en el lugar. permanezca en manos judías y no se vuelva a vender a no judíos ...
El proyect0 sionista de establecer la soberanía judía en Pales- Eso queda excluido de una colonización en suelo nacional»'- Pero,
tina cambió también la relación de los judíos asentados ya allí con para los árabes, estas normas de nacionalización tienen carácter
respecte a los árabes mayoritarios. La consecuencia de la preten- de exclusión, pues «en este proceso no puede reconocer la socia-
sión de crear en este país un Estado nacional judío sería que la lización el grupo étnico que no pertenece a la societas» '. Estas
población árabe existente quedaría en minoría. Ninguno de los normas equivalen, tanto en el pasado como en el presente, a medios
grupos establecidos en el lugar, y mucho menos una mayoría arrai- para transformar en territorio judío las tierras de los árabes pa-
gada desde hacía muchos siglos en el país, como la población lestinos primero compradas, luego conquistadas en la «guerra de
árabe de Palestina, podía someterse voluntariamente a semejante independencia» de 1948 / 49 y más tarde confiscadas por el Estado
proyecto. Y menos aun cuando, como en Palestina, la población in- de Israel. De las manifestaciones del destacado sionista y antiguo
migrante renía que apropiarse, como premisa de la creación de director del fondo de tierras, el KKL, Menájem Usshiskin, se de-
una mayoría, de las condiciones materiales para la fundación del duce que también las tierras compradas en la época del mandato
Estado nacional judío. Se trataba, sobre todo, del suelo, del terri- británico, esto es, antes de 1947, por las instituciones sionistas
torio en el que se levantaría el Estado nacional. Para consagrar en Palestina se consideraban únicamente como un medio oara la
este suelo como posterior territorio israelí, había que ocuparlo creación de un Estado nacional judío. En su opinión, h;y tres
inmediatamente con judíos. Pues sólo la colonización con hombres posibilidades de adquirir tierras: «Por la fuerza, esto es, por la
del grupo nacional garantizaba que el suelo de Palestina pudiera conquista bélica, o dicho en otros términos, robándoselas a sus
transformarse en un territorio israelí habitado por personas de na- propietarios; por compra forzosa, es decir, por incautación de la
cionalidad judía. Si no se lograra, la nacionalidad judía podría propiedad del suelo recurriendo a la fuerza del Estado; y, final-
tener entonces el poder estatal en sus manos, pero este poder se mente, por compra con el consentimiento del propietario. ¿Cuál
vería en entredicho una y otra vez al seguir aferradas al suelo las de estas posibilidades está a nuestro alcance? El primer camino
personas de nacionalidad árabe y negar con su mera presencia el no es viable, carecemos de poder suficiente para ello. Esto significa
pretendido carácter judío del Estado. que debemos tomar el segundo y el tercer camino» 5 , Antes de la
La compra y colonización del suelo eran, pues, desde un prin- fundación del Estado de Israel, hasta el año 1947, la organización
cipio, las condiciones para la creación de un Estado nacional ju- sionista había adquirido solamente 1 734 000 dunam, o el 6,6 por
dío en Palestina. Pero de este modo se determinaba ya la forma en ciento del suelo palestino 6 •
que iba a transcurrir el conflicto: había que vincular al suelo co- Todavía hoy siguen vigentes en el Estado de Israel leyes que
lonos judíos, en vez de la población campesina árabe, los fellagas, prohíben la enajenación, transferencia o labranza por no judíos de
y, al mismo tiempo, había que impedir que ese suelo pudiera las tierras que jurídicamente pertenecen al KKL o son «tierras esta-
ser comprado de nuevo por los árabes. Esto se consiguió, sobre tales». Además de los estatutos del Fondo Nacional, existe una
todo, haciendo que la organización sionista para la compra de «Ley constitucional sobre la propiedad del suelo», una «Ley sobre
tierras, el Keren Kayemeth Leisrael (KKL), prohibiera expresamen- la propiedad del suelo en Israel» y una «Ley de administración
te a los judíos enajenar el suelo adquirido. Desde el momento de territorial de Israel» del 19 y 15 de julio de 1960, respectivamente.

146 147
Estas leyes se aplican a ::así el 92 por ciento de la superficie del Por tanto, a fin de evitar que las consecuencías del trabajo asa-
país, es decir 18 000 km2 de los 20 255 según las fronteras ante- lariado en la agrícultura, que haría volver a los árabes al terruño.
riores a la guerra de junio de 1967 '. tuviesen efectos negativos en d proceso de creación del Estado
Para que un grupo de la población, definido como predominan- nacional, el departamento <le colonización de la organización sio-
te, conserve la propiedad del suelo no bastaba, sin embargo, con nista determinó que se prohibiera por principio el trabajo asalaria-
la prohibición meramente formal de transferirla. Para que el suelo do en las tierras del KKL. Más tarde, en el Estado <le Israel, esra
palestino se convirtiera en territorio nacional judío hubo que to- condición para el cultivo de las tierras del KKL y del denomrnado
rnar otras medidas. Hubo que establecer sobre todo una vincula- suelo estatal se convirtió en una norma casi constirnc1ona.l. aunque
ción real entre los coionos judíos y la tierra. El pionero teórico de esta norma se rompe una 'J otra vez por la presión económtca en
la apropíación sionista del suelo, el sociólogo y economista Franz orden a la obtención de beneficios.
Oppenheimer, propuso garantizar la «colonización con campesinos En la primera fase preestarni de la colonización los colonos srn-
que trabajasen ellos mismos la tierra y el derecho estatal de pro- nistas tuvieron que recurrir al traba10 personal q1w les pern1ma
piedad»'. En sus memorias escribe lo siguiente: «Theodor Herzl y organizarse de la manera más eficaz en formas cok:cdvas. Lo:; kib-
el congreso sionista de Basilea decidieron, a instigación mía, con- butzim y los moshamm, que trabaían en forma colecuva, renun-
quistar Tierra Santa con la única arma con que puede ganarse ciando a la propiedad prívada o a la plena disposición de sus
realmente una nación: ei arado»'. Este era, pues, el profundo tierras, tíenen un gran sentido político de posesíón de la tierra
sentido político del trabajo agrícola: era sobre todo un medio prescindiendo incluso de las ideas socialistas de r..lgunos de sus
político de adquirir tierras. Pues una actividad agraria que atara miembros, y tanto en el pasado como en el presente se han visto
a los hombres a la tierra asegurándoles el sustento constituiría un estimul:tdos mediante créditos y otros ser1icios.
verdadero lazo en contraste con la reclamación puramente formal. Resumiendo las condiciones de creación del Estado nacional ju-
Otro responsable de la ocupación de tierras en Palestina, Adolf dío en una Palestína poblada por árabes, dada la inexistencia
Bohrn, saca del principio de la colonización agraria una conclusión hasta 1948 de un poder estatal ¡udío, fueron ne::csarias medidas
que ha sido hasta hoy el hilo conductor de la política sionista del económicas que en realidad tuvieron escasa importancia económica
suelo en Israel y en las zonas ocupadas en 1967: «En toda la ya que su función fue más bien la de crear un Estado: compra
historia se pone de manifiesto que sólo el pueblo que la cultiva de tierras y cultivo de las mismas a fin de vincular al judío al
realmente es el que posee permanentemente la tierra y el que de- suelo en su calidad de futuro ciudadano del Estado nacional,
termina su carácter. No es el propietario de la tierra el que la nacio- limitar su movilidad e impedir la vuelta de los árabes como jorna-
naliza, sino el que la trabaja,> 10 • Por eso, «la gran obra naciona_l. .. leros. De ahí el predominio de las formas colectivas de asenta-
sólo podrá lograrse cuando los judíos estén efectivamente arraiga- miento en las posesiones sionistas de Palestina.
dos en el suelo» ". En el ámbito industrial, la diversificación de la economía de
Pero la prohibición de vender y el cultivo de la tierra tampoco Palestina, junto con ias diferencias nacionales corno condición de
bastaban para nacionalizar el suelo con vistas a la creación de un la creación del Estado nacional, fue acompañada sobre todo de la
Estado judío mientras siguiera allí instalada una población árabe fundación de la central sindical sionista, la Hist<Jdrut. Como ésca
considerable. El incentivo económico del beneficio y la rentabili- s0lo aceptaba a trabajadores judíos, cosa que Zví Sussman cali-
dad de la producción mueve cada vez más a emplear una fuerza fica de «discriminación institucional» n, y los anteponía a los
de trabajo barata. Esta la constituía y constituye en Palestina o árabes, se ejerció una presión sobre los empresarios íudíos, para
e:i Israel el trabajo asalariado árabe. La consecuencia de una ex- que en lugar de los salarios más altos que estaban obligados a
plotación orientada abiertamente al beneficio habría sido que los pagar, importasen más máquinas de las que hubiesen sido necesa-
árabes privados de sus tierras por la ocupación judía habrían vuelto rias en caso de haber recurrido a la fuerza de trabajo árabe más
corno jornaleros y deshecho así la pretendida estructura homogénea barata 1'. La consecuencia fue que los obreros judíos pasaron a
de la población judía en la correspondiente zona de colonízación. constituir la mano de obra cualificada y los árabes la ~o cualifi-
Por eso, tal corno dispusieron los planificadores del asentamiento, cada. Así pues, el mercado de trabajo se desarrolló de ral manera
«el primer mandamiento de la colonización agr:.iria tenía que ser que el elemento social fue inseparable del nacional. Los conflictos
la exclusión del trabajo asalariado, puesto que el judío sólo puede nacionales provocaron conflictos sociales, v viceversa.
11
enraizarse en la tierra trabajándola con sus propias manos» Fueron sobre todo las organizaciones ¿breras sionistas, los lla-

148 149
mados sionistas de izquierda, los que impulsaron esa nacionaliza- Palestina". A ello se suma otro factor que hace obligatona la
ción de la economía, que se contradecía abiertamente con su !deo· ocupación de tierras en Israel: pese a la creación del Estado israelí,
logía socialista. Esa contradicción es subrayada por un destacado el Estado judío, con su minoría árabe de un 17 por 100, aproxima-
damente. carece de fronteras fijas. de un tcrrítono Jdimdo, en
representante del sionismo obrero que recuerda có;no t~as. la prl·
una región que tiene un carácter marcadamente árabe. La mmoría
mera guerra mundial, tuvo que explicar a los <lemas sociahstas de
árabe de Israel forma parte de una mayoría regional que oeñaia
los países de la Commonwealth el socialismo sionista: «Tuve. que
claramente el carácter minoritario de Israel como Estado judío en
discutir con mis amigos sobre el socialismo judío (en Palestina},
e:ste entorno. Esto hace que dicha mmoría sea cada vez más opri-
tuve que defender el hecho de que no se aceptase a ningún ~rabe
mida en Israel, opresión que se traduce directamente en discrim1·
en mi sindicato, la Histadrut; de que vigilásemos las plantaciones
nucíón, puesto que un Esrndo nacional como Israel no sólo acentua
fruteras para evirar que los trabajadores árabes encontrasen tra· su carácter judío como razón de ser en la conciencia de sus ciu-
bajo; de que echásemos gasolina en los tomates árabes; de que dadanos, sino que también debe garantIZarlo con una política sio-
atacásemos a las mujeres judías y destruyésemos los huevos árabes nista práctica, es decir, con medidas legales y administrativas con-
que habían comprado; de que saiudásemos alborozados los f~ndos cretas.
nacionales judíos que enviaba Hankin [un comprador de tierras Los privilegios constitucionales de los inmigrantes judíos y de
sionistas] a Beirut para comprar la tierra de los terratenientes. au- la población judía como tal significan de por sí una discnminadón
sentes y expulsar de ella a los fellagas árabes; ·de que estuviese de los ciudadanos árabes de Isrvel y suponen un rechazo esrruc-
permitido comprar miles de dunam a los árabes, pero. pr,~h!bido tuml del principio de igualdad ante la ley de los ciudadanos, ral
vender un solo dunam judío a un árabe... No era nada racil ex- como se presupone en una democracia burgue:sa. El trato diferen-
p•:car todo esto» '5 • cial se introduce mediante la contraposición entre la declaración
Este proceso de colonización, que puede ser calificado también de independencia, en la que se garantiza " la igualdad de todos,
de ocupación, puesto que un grupo de la población sustituyó a cualquiera que sea su origen, religión y sexo " y la «Ley de Re-
otro con el fin de crear un Estado nacional, puede considerarse torno», que ha adquirido el rango de constitución. Por eso ha sido
como concluido con la creación del Estado de Israel en 1948. Este calificada con razón como el Derecho sionista del Estado de Is-
pasado de desplazamiento y expulsión de los árabes palestino~ sería rael 19 • El postulado de la igualdad incluido en la declaración de
de lamentar desde un punto de vista moral, aunque aceptable post independencia pasa a segundo término tras el contenido preferen-
festum como hecho históricamente consumado, siempre q~e. ~os cial de la «Ley de Retorno», válida solamente para los judíos. y se
afectados hubieran sido indemnizados por los daños y perJUlC!OS reduce así jurídicamente a una declaración de intenciones polídcas
sufridos y con su aceptación hubiesen reconocido al menos las con: susceptible de ser impugnada 20 • Tampoco serviría de nada mejorar
secuencias de tamaña injusticia como un nuevo statu quo. Pues si las condiciones de vida de la población árabe de Israel con respec-
los procesos históricos llegan a un fin o se interrumpen Y no al- to a su situación social originaría, ya que no podría resistir la
canzan al presente o no se continúan en el futuro, todo lo demás comparación con la superior posición de los ciudadanos judíos o
puede juzgarse desde la perspectiva del statu quo. con los medios a ellos destinados. Al contrario: cuanto meior sea
En el caso de Israel o de la ocupación sionista no puede ha- la situación relativa de la población árabe, tanto más estará en
blarse, sin embargo, de semejante conclusión de la evolución his- condiciones de reconocer, por su educación y formación, la dife-
tórica que condujo a la formación del Estado nacional judío. Israel rencia absoluta que la separa por principio de los judíos en el
no puede librarse del conflicto originaría de su nacimiento, por las Estadc sionista.
razones siguientes: Israel no se considera el Estado de sus ciuda- Pero no se trata sólo de esto. La lucha de ambas nacionaliJad.:s
danos, es decir, el Estado de los judíos y árabes que viven en él, dentro del Estado de Israel y en toda Palestina prosigue también
sino el Estado judío, el Estado de los judíos, del pueblo judío, porque la mayoría dominante de los judíos en d e:ntorno tírabe,
que en su inmensa mayoría no vive en el país. Los sionistas, prescindiendo del postulado ideológico del «retorno» sionista y de
incluso los más moderados, siempre persiguieron el objetivo «de los conflictos que de él se derivan, no puede dejar de temer que
establecer una colonización judía masiva con una tendencia inma- el aumento de ia población árabe, en virtud de su tasa de natali-
nente a la ampliación», afirma el antiguo director científico del dad más elevada, pase a convertirla biológicamente, de forma na-
departamento de planificación económica de la Agencia Judía de tural, en mayoría, en comra de lo que se ha propuesto o se pO'O·

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150
pone políticamente, es decir, programáticamente, el sionismo fren- que todavía hoy sigue privilegiando a los judíos, por ejemplo, con
te a los árabes de Palestina. Esto sucede sobre todo en aquellas la mencionada «Ley de Retorno» y con otras medidas encubiertas,
partes del Estado en las que los árabes de Israel viven en colonias y discriminando de este modo a los árabes.
aisladas y trabajan la tierra. En un informe en un principio secre- Para contrarrestar la posibilidad de que los árabes superen en
to, el delegado del ministerio del Interior en el norte del país, número a los judíos en Galilea, con todas sus consecuencias polí-
Israel Konig, afirma que «el crecimiento natural de la población ticas, las autoridades israelíes, junto con la ejecutiva de la orga-
árabe de Israel asciende al 5 ,9 por ciento anual, mientras que nización sionista, Agencia Judía, se ven obligadas" a proseguir la
el de la judía sólo llega al 1,5 por ciento. Este problema se plan- ocupación de tierras para asegurar el Estado judío en el llamado
tea en términos muy preocupantes especialmente en la parre norte núcleo de Israel. Con la confiscación de las «tierras árabes>>, esto
del. país, donde vive una gran parte de la población árabe. En la es, de las tierras que son propiedad privada de los árabes, se
segunda mitad de 1975, la población árabe ascendía a unas 250 000 pretende sobre todo dividir las zonas homogéneas de colonización
personas, y la población judía a 289 000. Del estudio por distritos árabe mediante la instalación de asentamientos judíos. Esta «judai-
se desprende que en Galilea occidemal la población árabe supone zación» de Galilea, como se llama en Israel a la ocupación interior
el 67 oor cí.ento de la población total. En el distrito de Yisrael de tierras, refuerza la conciencia de los árabes de Israel en el sen-
;1sdemie al 48 por cíen to de la poblacíón total. .. Si sigue la tasa tido de que no son ciudadanos del Estado, sino más bien foras-
de crecímiento, la proporción de los árabes supondrá en 1978 m:1s teros en su propia tierra. La resistencia de la población árabe a
dd 51 por ciento ele lu población del distrito»". Ei hecho de que estas confiscaciones llevó el 30 de marzo de 1976 a huelgas gene-
la población árnbe viva allí en colonws aisla~as y cons.tit~~ya mavo- ralizadas y boicots que las autoridades israelíes reprimieron san-
das rcg~onui¿::: ::.:;:rescn~n l!na :..~me!!gza parR ~l Estado Jud10 porque . grientamente. La fecha, conocida desde entonces como el «Día
los árabes poseen todavía la tierra, aunque esas zonas pertenecen del Sµelo», marcó un hito para los árabes ele Israel, que hasta ese
formalmente al Estado de Israel. Ra'anan Weitz, director del de- momento reivindicaban el reconocimiento pleno como ciudadanos
partamento de colonización de la Organización Sionista Mundial, israelíes: desde entonces se conciben sobre todo como palestinos.
ilama la atención sobre el hecho de que, por consiguiente, «existe La continuación del conflicto en su forma originaria como ocu-
un verdadero peligro de que Galilea no forme parte integrante pación de tierras se agudizó tras la guerra de junio de 1967. La
del oaís>> 12 • conquista del resto de Palestina, es decir, la orilla occidental (Cis-
P;ra los planificadores no existe, pues, ninguna diferencia entre jordania), enfrentó al Estado de Israel con zonas donde las co-
la Galilea israelí y las zonas ocupadas en 1967. Así, por ejemplo, lonias árabes tenían un carácter homogéneo. Aunque los corres-
cuando se maugur6 una nueva colonia judía en Galilea central, pondientes gobiernos israelíes aseguraron públicamente que, en
llamada Zalmon, en las proximidades de la aldea árabe de Dir caso de una solución pacífica, devolverían las zonas y sólo las
J ana, el comandante de las fuerzas armadas del sector norte sub- retendrían como garantía, se inició inmediatamente la ocupación
rayó la importancia de este asentamiento «al compararlo con una de las tierras. Desde el punto de vista de la estrategia de asenta-
avanzadilla de primera línea» ". mientos, la acción estuvo centrada en las zonas habitadas por
Sobre todo desde que se habla de la creación de un Estado los árabes a fin de aislar topográficamente a la población pales-
palestino en la milla occidental de la Jordania ocupada por Israel tina de los Estados árabes. Ese muro de asentamientos judíos de
desde 1967, y en la franja de Gaza, existe en Israel el temor a tipo agrícola fue introducido y practicado masivamente hasta 1977
gue los árabes de Galilea, aunque oficialmente ciudadanos israelíes, por el partido laborista en la cuenca del Jordán y en la zona de
::med:m pedir su fusión con ese Estado palestino. Por otro lado, Gaza. Su sentido más profundo es impedir la creación de un Es-
hi plena equiparación de los árabes dentro de Israel supondría tado palestino independiente que podría convertirse en un Estado
qw~ a cada israelí, cualquiera que fuera su origen, se le garanti- soberano si los distritos esencialmente árabes del eje norte-sur de
zaría la participación ilimitada en la vida estatal. Pero semejante la margen occidental, a lo largo de las ciudades de Yenin, Nablus,
conceoción de! ciudadano israelí, en vez de la actual diferencia- Jerusalén, Belén y Hebrón, no estuvieran rodeados de asentamien-
ción ~ntre judíos y no judíos, :ansformaría a Israel, de un Estado tos judíos.
exclusivamente judío y sionista, en un Estado binacional. Israel Si la política de asentamientos de los partidos laboristas sionis-
no sería ya un Estado ele los judíos, sino el Estado de sus ciuda- tas de izquierda iba, por tanto, encaminada a impedir, mediante
danos, con todas las consecuencias pura el orden estatal y íurídico, este aislamiento de los árabes, una soberanía palestina en la mar-

152 153
gen occidental y en la franja de Gaza y a dejar abierta todavía la los israelíes donde están. Sólo cuando se pretende continuar el
vuelta de la administración jordana («Plan Allón» ), el sionismo de proceso sionista hay que justificar su pasado» 2',
derechas, representado por el gobierno de Beguin, parte de que Dado que Israel necesita la ayuda <le Occidente, sobre todo
las zonas ocupadas en 1967 al oeste del Jordán y en la franja de financiera, y que con la anexión abierta de la margen occidental
Gaza también pertenecen al pueblo judío por razones de legitima- como provincias israelíes de «Samaria» y «Judea», así como del
ción bíblico-histórica y, por consiguiente, son inalienables. Esta «distrito de Gaza», chocarían con la resístencía occidental, que
pretensión sionista, que se remite a un derecho imaginario y di- socavaría las bases de su existencia, se encontró otra fór-
vino sobre la tierra, tiene necesariamente que restar importancia mula para reivindicar la colonización como condicíón material de
a las razones concretas que llevaron a la inmigración masiva de la soberanía judía: el «plan de autonomía» de los acuerdos de
judíos en Palestina, y especialmente a la persecución y al exter- Camp David de 1978. Tal como la entienden los israelíes, la auto-
minio de las comunidades judías europeas por el nacionalsocia- nomía supone la continuación de la ocupación sionista de tierras,
lismo. De cara a la legitimación sionista o a la reivindicación ideo- en ia medida en que se debe privar a la población árabe del acceso
lógica de Palestina, estas personas no pueden ser consideradas al suelo. Las personas pueden ser «autónomas», es decir libres
como fugitivos que, junto con otros judíos, representan en Israel de la intervención israelí en· su forma actual de régimen militar,
una nueva nacionalidad independiente. Para los sionistas carece pero no las comarcas en que viven. En sus tierras debe seguir
de importancia, e incluso de sentido, basarse en el derecho a la siendo posible el asentamiento de judíos. Esto significa el derecho
existencia de una nacionalidad judea-israelí, hebrea, que se ha de disposición israelí sobre el suelo. La presencia del ejército
constituido mi:::ntr::s tanto en d pais. Los sionistas se remiten m:ís israelí. sobre todo para la protección de los asenrnmientos, de>be
bien al «derecho histórico» de un p11eblo judío, políticamente ser garantizada. lo mismo que el acceso a las reservas de agua en
indeterminable, a la tierra, a Erez Israel. Esta postura ideológica la margen occidental. La importancia del agua está íntimamente
llega en sus consecuencias históricas hasta el extremo de aceptar ligada a las correspondientes zonas de colonización. El acceso al
una posible autodestrucción de los israelíes judíos en aras del agua pone límites al crecimiento de la población árabe, y me-
principio sionista. Así lo ha expresado nada menos que Menájem diante el permiso para utilizarla, concedido por las autoridades
correspondientes, se fomenta la expansión de los asentamientos íu-
Beguin. En una conferencia que pronunció en el kibb11tz de Ein
díos. Además, la agricultura israelí en el núcleo central depende
Hakhoresh respondió a una pregunta del público sobre el recono-
en una proporción considerable de las reservas de agua de la mar-
cim)ento de la existencia del pueblo palestino: «Tenga cuidado,
gen occidental.
amigo mío: si usted reconoce a Palestina destruye su derecho a
Lo que queda de la interpretación israelí del concepto de auto-
vivir en Ein Hakhoresh. Porque si está aquí Palestina y no Erez
nomía es una especie de autonomía cultural y una limitación o
Israel, entonces usted es un conquistador y no un constructor del
supresión de la administración militar israelí, pero no la retirada
país. Es usted un intruso. Si está aquí Palestina, el país pertenece de las tropas de la margen occidental y de la franja de Gaza. El
al pueblo que vivía aquí antes de que usted viniera. Solamente resultado sería un bantustán palestino, un homeland árabe en el
si está aquí Erez Israel, tiene usted derecho a vivir en Ein que el Estado israelí, sin necesidad de una anexión tal como la
Hakhoresh y Degania. Si éste no es su país, el país de sus ante- entiende el derecho internacional, no reconocería siquiera el dere-
pasados y el de sus hijos, ¿qué hace usted entonces aquí? Ha cho de la población a un trato igual. Esto se aplicaría sobre todo a
llegado a este país de otro pueblo, como ellos afirman. Les han las prestaciones sociales, al derecho de participación en los sub-
expulsado y les han quitado su tierra» '5. sidios y otras formas de previsión. Semejante interpretación del
Los sionistas necesitan un «derecho histórico», ideológicamente «plan de autonomía» iría en contra de la intención de poner fin a
fundamentado, del pueblo Judío a la tierra. Una nacionalidad judeo- la ocupación israelí: Israel se reservaría los territorios importantes
israelí que no se apoye en el sionismo sino simplemente en su para continuar la ocupación sionista de las tierras, pero abandona-
existencia y rompa así con el sionismo, carece de todo derecho ría aquéllas hacia los que está obligado en virtud de la ocupación,
sobre la base de la legitimación sionista, como expuso ejemplar- tal como se define en el derecho internacional. La situación de los
mente Beguin. Pero para los judíos-israelíes no sionistas, que prác- palestinos empeoraría aún más, comparada con la de los ciudadanos
ticamente se convierten con estas premisas en antisionistas, resulta árabes que viven y son discriminados en Israel, y de este modo
entonces superflua la cuestión de «con qué derecho se encuentran se legalizaría jurídicamente.

1.54 155
Pero también es objeto de controversia en Israel el concept~ de de junio en la Knesset una ley que presentaba la anexión de la
autonomia, enten d'd · , a E gtpto.
i o como conces10n · Esto
· puede tlus-l parte árabe como una «reunificacíón» meramente administrativa
trarse con la espectacular «ley de Jerusalén», presenta~a en ~ de Jerusalén oriental y occidental". El entonces ministro ísra.;lí
verano de 1980 por el partido Tehiya (renacimiento), de tdeologia de i\suntos Exteriores, Abba Eban, reaccionó ante la ONU, cuando
ultrasionista. La intención de su diputada Geula Cohen era rom- se le reprochó la anexión, diciendo que las medidas legales que se
per las negociaciones de paz con Egipto, especialmente sobre la le imputaban en relación con Jerusalén solamente eran decisiones
«autonomía» de los palestinos. En una paz árabe-israelí y en cual- «administrativas y municipales» 28 • Pero en realidad se trataba de
quier devolución de las zonas ocupadas, el Tehiya no sólo ve una una ley parlamentaria (de car:ícter nacionall y no de una decisión
amenaza a la seguridad y existencia de Israel sino también una de la administración municipal de Jerusalén, que por entonces sólo
traición ideológica al sionismo. Al presentar a modo de protesta podía representar oficialmente a la población judía. Que con esta
en forma de ley de anexión israelí la cuestión de Jerusalén, que ley promulgada el 27 de junio por la Knesset, se pretendía la
debía aplazarse y seguir siendo tabú en los acuerdos de Camp anexión oficial es algo que se desprende también del hecho de
David y en las negociaciones egipcio-israelíes sobre la autonomía que ya el 28 de junio el Derecho y la administración cívil israelíes
de los palestinos, debido a su explosividad, reconocida por .ambas se hicieran extensivos a «todo» Jerusalén, incluidos la ciudad vieja,
partes y por los Estados Unidos, esperaba alcanzar sus ob¡ettvos el aeropuerto de Kalandia, el barrio de Sheikh Jarrah y otras
ulteriores a saber, torpedear la iniciativa de paz planteada por Sa- zonas. Para etectuar matenalmente esta anexión formal se modi-
dat v su~ consecuencias. Para ello contaba, no sin razón, con el ficó también el carácter demográfico y urbano de la parte orien-
ampÍio consenso que era de esper~r dada. la ideo~ogía sionista d.e tal anexionada mediante una amplia colonización de la ciudad.
los partidos del gobierno y de casi todos Jos partidos de la oposi- Por eso Abba Eban presenró la ley de 27 de junio de !967
ción representados en la knesset, incluido ei mayor grupo de la como meramente «administrativa y municipal», a fin de reducir
oposición, el partido laborista. la esperada oposición internacional a los hechos consumados uni-
El consenso sionista fue perfectamente entendido por los diputa- lateralmente por parte de Israel. La diputada Cohen :Jretendía
dos radicales de derechas; al plantear la cuestión ideológica fun- exactamente io contrario con su petición, en el verano de 1980
damental del «derecho histórico» de los judíos al centro de Erez de declarar en una ley con rango constitucional a Jerusnlén «~apí'.
Israel, es decir Jerusalén, lugar político sagrado que represen~ª. ,el tal eterna» de Israel. De esta manera se superaban las trabas para
núcleo de la reivindicación «histórica», el bloque de la opos;c1on otr~s, anex!ones oficiales, ;rabas que, sí no cuentan con la a-pro-
sionista de izquierdas, con excepción de algunos diputados del bacion occidental activa, s1 cuentan con su consentimiento pasivo.
MAPAM y del diputado Jossi Sarid, no fue capaz de hacer fren- Los Estados occidentales, cuyas embajadas se encuentran en la
te a este desafío ideológico de su razón de ser y votó en contra parte occidental, esto es judía, de Jerusalén y que con ello reco.
de una política más realista. Con ello, la diputada Geula Cohen nacían la pertenencia de la parte occidental al Estado de Israel
ha puesto en marcha, por purismo ideológico, un mecanismo auto- retiraron su personal a la llanura costera. especíalmente a Tel
mático de cuya aplicación se habían abstenido hasta ahora otros Av~v, después de que se declarase públicamente israelí todo Jeru-
responsables del Estado judío por consideración a los protectores salen. De esta manera, gracias a la iniciativa de Geula Cohen la
occidentales de Israel. Del contenido material de la ley se deduce r<;nesset y el gobierno de Beguin han conseguido que hoy día' no
que su carácter provocador iba dirigido tanto contra el gobierno s?lo se v:ielva a pla~tear la cuestión del carácter jurídico de la
sionista de derechas de Beguin, del que se habían separado Geula ciudad oriental conqmstada en 1967, sino también Ja situación de
Cohen y sus partidarios a consecuencia de los acuerdos de Camp la parte occidental como parte integrante del Estado israelí.
David, tras formar parte del partido Herut (libertad) de Beguin, Originariamente, según el plan de partición de la ONU de 1947,
como contra Sadat y Occidente, a fin de inmunizar la conciencia Jerusalén no debía pertenecer ni a la parte judía de Pales-
aislacionista de Israel contra cualquier cesión territorial. Pues la tina ni a la parte árabe. Jerusalén debía ser internaciona-
intención de consolidar legalmente la anexión de todo Jerusalén lizado en su conjunto y considerado jurídicamente como cor-
como «Capital eterna» del Estado de Israel mediante una petición pus separatum. Sin embargo, en conversaciones secretas los
formal era realmente superflua. dir!gentes sionistas y posteriormente el gobierno israelí 'y el
Tras la guerra de junio de 1967 y con la conquista de la parte emir de Transjordania y posterior rey de Jordania, Abdullah, se
oriental jordana y por tanto árabe de la ciudad se aprobó el 27 pusieron de acuerdo en repartirse la ciudad-, lo mismo que el resto

156
157
de Palestina. Por eso, durante la primera fase de la gue:ra pales- mcrcialrr.ente son de un maxtmo valor nacional»". Así pues esta
tina de 1948/49, Israel introdujo de motu propto mcdtdas para política se <lirígín sobre todo contra el «propietario privad~ [ju-
hacer fracasar la posible intenucionalizaciún de la parte judía, al Llío] de tierrns al que lo único que le importaba era la rentabilidad
oeste de la ciudad. El 20 <le diciembre de 1948 fueron traslada- de la empresa y quien no solía emplear a trabajadores judíos sino
dos a Jerusalén diversos organismos gubernamentales. El 11 de a no ¡u<líos, d<:bido a su baratura".
diciembre de 1949, tras nuevas medidas en su política de hechos Como ya se ha 1nencionado, las instítuCiones sionistas de Pa-
consumados, se decidió declarar a Jerusalén sede dei gobierno. Para lestma impusieron una economía dividida por grupos étnicos. En
el reconocimiento exterior de esta decistón era problemático el el_ ámbito no ~olcctivo fue posible privilegiar al grupo propio me-
traslado del ministerio de Asuntos Exteriores de Tel Aviv a Jeru- dwnte prestac10nes especiales a los traba¡adores judíos. Esras pres-
salén el 12 de julio de 1953, debido a que el ministro responsable, taciones especrnles resultaban necesarias porque los salarios árabes
Moshe Sharett, temía un boicot a su ministerio por parte de los eran demasiado ba¡os para garantizar las necesítades vitales de los
embajadores. Los Estados Unidos aplicaron efectivamente tal boi- inmigr~ntes judíos .. Los obreros árabes tenían asegurada la super-
cot entre 1953 y 1955. El hecho de que nasta la «ley de Jerusalén» vivencia gracias a las comunidades de aldea, todavía intactas. El
de Geula Cohen, de 1980, se olvidase el carácter jurídico de todo trabajo asalariado de la ciudad representaba por tanto para ellos
Jerusalén como corpus separatum, internacionalmente reconocido una ganancia adicional. Las instituciones síonistas aportaron medios
en su origen mediante el establecimiento de las embajadas occi- «para complementar los salarios de los trabajadores judíos allí don-
dentales en la parte judía, se debió a la política seguida por los de, por razones de competencia, se ven obligados a aceptar sala-
partidos del sionismo laborista hasta 1977: crear situaciones de rios por debajo del mínimo vital» 32 • De este modo los salarios
hecho sin darles publicidad mediante su declaración oficial y evitar de los «obreros judíos... podían ser desde un principio mucho
así una oposición internacional que pudiera perjudicar a Israel. más altos que los de los árabes, incluso cuando se trataba del mis-
Geula Cohen parecía poner fin a esta práctica. mo trabajo»". Con salarios iguales, los obreros judíos no podrían
haber satisfecho sus necesidades vitales en la Palestina bajo man-
dato y se hubieran visto obligados a emigrar de nuevo .
Il. SOBRE LA ECONOMIA DE LA OCUPACION DE TIERRAS . Este aumento ficticio de los costes de reproducción de la comu-
nidad judía (iishuv), en comparación con los de la comunidad
El proceso de formación del Estado nacional judío se llevó a cabo árabe ~e Palestina, tenía que ser importado a título de donación
sobre todo con medios económicos hasta los combates de 1947 /48, de cap1:a1 y la importación de capital a título de donación ha
que conducirían a la fundación del Estado de Israel. El primer constituido hasta hoy un rasgo específico de la economía israelí.
plano lo ocupó la compra de tierras por terratenientes locales, ad- Todos los esfuerzos posteriores de los gobiernos israelíes en ma-
quisición que exigió un considerable esfuerzo financiero de la Agen- teria de política económica han tendido a reducir la constante de-
cia Judía. Como no era posible una conquista militar dada la pendencia del país respecto del exterior y los consiguientes acha-
correlación de fuerzas existente, la expansión de la empresa colo- ques Y deformaciones. internos de la economía. Generalizando, se
nizadora dependía «del montante de los fondos disponibles» 29 , Es- puede defender la tesis de que la estructura sionista de Israel es
tos medios, conseguidos en su mayor parte a través de donaciones, ~e,cir .el ,marc~ instituci?nal .Y económico que permite la inmi~ra­
no podían utilizarse, debido a la necesidad de adquirir tierras, ~1on ¡ud1a, evita la em1grac1ón, crea puestos de trabajo para los
con vistas a una rentabilidad económica. El suelo no se adquirió ¡udíos Y coloniza la tierra con judíos, se mantendrá con la afluen-
principalmente para sacarle provecho, sino para disponer de él cia de capital extranjero en forma de donativos financieros. Esto
más tarde como territorio estatal. Esta intención política impedía im?ide u.tilizar los fondos de acuerdo con una racionalidad capi-
aplicar el principio de rentabilidad y beneficio, si no se quería per- talista onentada al beneficio. No se trata de inversiones . sino de
mitir la rearabización del suelo a través del trabajo asalariado y con medios necesarios para la creación del Estado nacional. Lo mismo
ello poner en peligro la meta sionista de crear un Estado. El des- puede decirse de los gastos militares. Pues si se juzga el conflicto
tacado planificador de la colonización Arthur Ruppin aclaró en un d~ Oriente Próximo sobre todo como consecuencia y ampliación
congreso sionista que «las empresas más rentables para el comer- de la lucha por Palestina, resulta que los gastos de armamento han
ciante de Palestina ... suelen ser las menos rentables para nuestra de imputarse al capítulo de los costos relacionados con el manteni-
misión nacional; y, viceversa, muchas empresas no rentables cb- miento de la estructura sionista del Estado de Israel.

158 1.59
La necesidad de estas donaciones de capital fue también una bierno intentó introducir una política econom1ca más orientada a
de ias razones de la orientación prooccidcntal de Israel poco des- Ja rentabilidad y la productividad. El descenso de la inmigración,
pués de ]a fundación del Esra~o: En la guerra de 1948-49:, Israel estímulo de la coyuntura israelí a través del motor económICo alo-
luchó todavía con ayuda sov1ctrc.a. Hasta 1950, la d~recc1on del ba! de la constru~ción de víviendas, indujo al gob1erno a frena; la
Estado se esforzó por adoprnr una postura de «no ahenam1ento» economía mediante medidas deflacionarías. Con estas medidas se
en la agudizada «guerra frí~,,, entre el Este. y el. Oeste. Pero el desencadenó, sin embargo, una recesión. -Además, el intento de
hecho de que Israel dependiera para su exi:tenc1a de. las dona- buscar una rentabilidad con vistas a la exportación tuvo conse-
ciones de capital hacía inevitable la oncntac10n proocc1dental del cuencias políticas que forzosamente chocaroi; con la idea sionista
. ' obre [a base de los prínc:1pios sionistas. El antiguo goberna- del Estado. Sobre todo la emigración de obreros cualificados a
pa1s s . . · d · b' l Occidente tomó proporciones amenazadoras. En el tercer tnmes-
dor del Banco Central J sraelí, David Horownz, escn ia a s1tu,a-
ción de la economía israelí, conducente a una nuev: aprox1mac1on tre de 1966, el paro afectaba al 9 por ciento de la población ac-
a Occidente, de la siguiente manera: «Nos :ncontrabamos en una tiva; once mil universitanos abandonaron ei país"
situación económica desesperada. Nos hallabamos a las puertas En 1967, año de la guerra de junio, todavía no se veía el fin
de una posible bancarrota. Las reservas de divisas se habían ago- de la crisis económica. El antiguo ministro de Comercio e Indus-
tado pricticamente. Todo barco era importante, pues las rcserv~s tria, Pinhas Sapir, advertía en enero de 1967 «que la recesión
de pan del país (1950-51) apenas alcanzaban para una seman,a» . puede durar todavía dos años o m<ÍS» ". Las especulaciones sobre
El antiguo director del ministerio de ~suntos Exten~rcs, Cha1m si fueron la recesión y el puro los que llevaron al gobierno a la de-
Yahiel. aclaró que «el paso del no almeam1cmo al auncumie~to cisión de desencadenar la guerra son difíciles de confirmar en la
con los EsraJu, UniJoo en 1950 estlil'O detcrrnmado pnmordial- práctica. Pero es indudable que la situación económica facilitó
mente por el temor a que se limitasen seriamente las a~udas, y notablemente la decisión de llamar a los reservistas. Así pues, para
especialmente las del gobierno americano Y las de los 1ud10s ame- la relación entre el desencadenamiento de la guerra y la situación
rícanos, a !os que no les gustaba el neutralismo»'-'. económica es indudable que la recesión de mediados de la dé-
Las donacione:; de capital podían resultar, sin embargo, un cada de 1960 y el paro consiguiente favorecieron considerable-
arma ele dos filos: sin duda contribuyeron a introducir y man· mente el estallido de la guerra. Lo contrario ocumó, por ejemplo,
tener una esm1ctura sionista; pero al mismo tiempo la dependen- antes de la guerra de octubre de 1973. Entonces Israel atravesaba
cia de Occidente y especialmente de ios Estados Unidos era tan por una coyuntura de boom económico, de suerte que la nueva
completa que los americanos pudieron obligar a Israel en 1956-57, movilización que debería haberse efectuado en tales circunstancias
bajo la amenaza de rescindir su ayuda, a desaloíar la península de chocó con las condiciones económicas porque los trabajadores te-
Sinaí ocupada por el Estado judío y anexionada según palabras nían que abandonar la producción. Además hay que tener en cuen-
de Ben Gurion durante la agresión de Ingiaterra, Francia e Israel ta que la movilización general significa siempre en Israel una deci-
contra Egipto en Suez y el Sinaí. La dependencia financiera de sión previa al desencadenamiento del conflicto militar", puesto que
Occidente puede obligar, por tanto, a Israel a renunciar a otros los daños provocados por semejante movilización producen ya gas-
objetivos sionistas. tos similares a los de los conflictos militares.
Los medios de que Israel disponía o dispone eran enormes en Tras la guerra de junio de 1967, el mercado interior israelí se
relación con la productividad del país. Desde 1950 hasta 1973 amplió con más de un millón de consumidores árahes. Baio la
Israel recibió de los Estados Unidos 18 000 millones de dólares bajo presidencia de Leví Eshkol, el gobierno sionísta de izquierdas llevó
distintas formas. En 1978 la cuarta parte de toda la ayuda exterior a cabo una política de prívatización de las empresas estatales. La
americana fue para Israel. Desde 1951 a 1977, Israel recibió de afluencia de capitales y la reforzada inmigración del extraníero
las comunidades judías del mundo 4 300 millones de dólares. Hasta estimularon enormemente la economía. Pero el capital invertido
1978, el déficit de la balanza de pagos del Estado judío ascendía tenía sobre todo carácter especulativo. El sector de la construccíón,
a 12 500 millones de dólares y figuraba como el mayor del mundo dominado por encargos militares improducurns de fortificaciones
per dpita ''. como, por eíemplo, la línea Bar-Lev en el canal de- Suez, sirvió de
El volumen de las donaciones de capiral determina también el plataforma de lanzamiento a una capa de capitalistas que hasta
ritmo de la economía israelí. Cuando a mediados de la década de entonces eran desconocidos en el país. El boum de Ja construcción
1960 se acercaban a su fin los pagos de la RFA a Israel ", el go- fue acompañado de una demanda de mano dt: obra que se satisfizo

160 161
principalmente gracias a los trabajadores ~abes peor pagados de sionista que constituye la base de esa política. Pues, sin una ga-
las zonas ocupadas. Hoy en día, los . traba¡ado:es del s~ct.or de la rantía del puesto de trabajo, sin una renuncia a los beneficios a
~ · 'n y de la agricultura (circunstancia esta ultima que largo plazo por parte de las empresas establecidas en las llamadas
~onstrucc 10 . . · 1 ·
· sacrilegio para los sionistas) son casi exc us1Vamen- regiones de desarrollo y unos servicios sociales relat1vameme altos
const1tuye un , . , d d l b · no podía mantenerse una economía correspondiente al nivel de vida
te árabes. Actualmente la economia 1sraell. depen e e os tra a¡a-
, b es h asta el punto de que ' especialmente en las llamadas europeo. La recesió1:" de 1965-67 y la consiguiente emigración pu-
d ores ara . .
ramas estructurales israelíes, apenas se vislumbra una sa~1da. . , sieron ya en entredicho el sistema polí nco-económ ico de la crea-
T · • • , de las empresas estatales o de la . partic1pacion ción del Estado nacional para un Israel sionista, un país de in.
~a pnvat1zac1on
migración ideológíca.
estatal y pública en las fábricas y empresas no produ¡o consecuen-
cias políticas hasta diez años después, .en mayo de 1977. ~n esas La, «nueva política económica» del gobierno parte de una ín-
fechas el partido laborista fue sustituido por d ~laque .siomsta- flac1on .supe.nor al 100 por ciento anu<Ü y de una redistribución
buraués el Likud. Aunque Menájem Beguin presidia el Likud, no r~voluc1onana d~ la riqueza social cuyos beneficiarios son los pro-
debló s~ victoria a sus ideas sionistas extremistas. El voto estuvo p.ietanos del capital de~tmado a la inversión. Esto lleva a que los
dirigido más bien a la sustitución de los partidos l.aborist~s. que neos sean cada vez mas neos y los pobres cada vez m<Ís pobres.
a la elección de Beguín. La campaña electoral del L1kud, dir.1g1da Las. ramas exportadoras, esto es, los sectores de la economía que
por Ezer Waizman, había atacado principaln;ente la c1.ecad7r:cia de debido a su productividad pueden competir en el mercado m~n­
Ja economía y la administración. Las cuest10nes de «poht1ca ex- dial, seguirán siendo preferidas, por lo que respecta a los créditos,
terior» habían sido secundarías. La mayoría de los votos que per- a los sec~ores. qu_e solo pueden sobrevivir económicamente con la
dió el bloque laborista fueron a parar al nuevo partido de Yigal s~b~e:ic1on y la intervención del Estado. En pocas palabras: esto
Yadin el DASH (Movimiento Democrático para el Cambio). Por lo s1gmfic.a que ahora se ven sensiblemente afectadas las empresas
tanto,' Beguin accedió al poder más por la ruina económica e que .existen a base de subvenciones y cuya función es la ocupación
institucional interna, ruina que cristalizó en escándalos de corrup- de tierras, sobre todo en la agricultura.
ción y nepotismo, y gracias a la nueva formación política del DASH, ~st~ no significa, si'.1 embargo, que el campo burgués sionista
que por su programa del Gran Israel. este dispuesto a. renunciar a la ocupación expansiva de tierras, devo-
El bloque sionista burgués intenta desde ento11ces, sobre todo radora. ?e med.ios. El gobierno seguirá destinando fondos a la
desde diciembre de 1979, abandonar progresivamente la econo- ocupac1on de tlerra,s, especialmente en las zonas ocupadas, e in-
mía política de la ocupación de tierras o la creación del Estado cluso los aum~ntara. ~stos fondos no se encubrirán en el futuro
nacional en aras de la competitividad de la economía israelí en el c?n otra~ partidas, socialmente más atractivas. del presupuesto na-
mercado mundial, naturalmente sin renunciar a la ocupación de a~nal, ~1,no ~u~ se mostrarán con mayor claridad que antes. La
tierras. En contraste con la política de los partidos laboristas, los ?ne,ntac10n sr?rusta de la política de Israel no se díferencíará de
fondos destinados a la ocupación de tierras no se guarda en se- ia !mea a~tenor por la nueva política económica burguesa. La no-
creto, sobre todo en los servicios económicos del Estado, sino que vedad -:es1de tanto en los privilegios económicos de las esferas
se habla de ellos abiertamente. El ahorro debe basarse sobre todo f'.roductrvas cor:i? en la financiación abierta de los proyectos polí-
en la supresión de las subvenciones a los alimentos básicos y a ticos de ocupacron de tierras, tales como los nuevos asentamientos
la agricultura, hasta ahora privilegiada 41 • Mediante una política de h n~;:esa~ia .infraestructura para ellos, etc. En relación con la in'.
dinero escaso debe conseguirse que cierren las fábricas menos tenc1on s1om~ta, ª.Pe~as se vislumbra cambío alguno, puesto que
competitivas; mediante despidos en la Administración deben re- el «compromiso stomsta del gobierno del Likud es todavía más
ducirse los gastos del Estado. La consecuencia es el cierre de em- fu~rte que su creencia en un empresariado libre» 42 • Pero, en tér-
n_imos ge ~eraleys, se pone n:ás de manifiesto la costosa «misión
presas, sobre todo en aquellas regiones que se des<1rrollaron en el
centro de Israel para asegurar el asentamiento de los nuevos inmi-
4
s1omsta» de i~rael. El gobierno corre así dos riesgos: a la larga
grantes y por tanto no tenían por qué ser productivas en un prin- no p;iede escaparsele a .la p_oblación que tendrá que renunciar a
cipio. La contradicción de estas medidas radica en que el gobierno su m~el de vida material s1 se mantiene la rigurosa política de
pretende por un lado sustituir el modeio parcialmente dirigista del aust~ndad, pero al mismo tiempo el Estado sigue poniendo los
sionismo laborista por una tendencia muy fuerte hacia el capita- medios para alcanza_r. las metas sionistas, y especialmente para
lismo competitivo, sin reconocer por otro lado la motivación llevar a :::abo la polrtica de asentamícmos; por otro lado, Israel

162 163
se expone cada vez mas . a la pr<:s1.6n extran¡er
· a, sobre. todo occi-
ª
dental, porque la política de asentamientos es contra.na una P~ tinos no pudieron recuperarse de esta derrota militar hasta la fase
. y por tanto tam b'ien
amplta . se ven amenaz~ d os los. . mtereses occ1-• ele la creación del Estado iudío. La desmoralización causada por
dentales en ei Oriente Próximo. El apoyo mcond1c1onal a la poh- la derrota que les infligieron sobre todo las tropas coloniales bri-
rica israelí por Occidente tiene hoy día unos límites, p~esto que tánicas se tradujo políticamente en los años 1947-49 e:n el hecho
ha cambiado la relación entre Occidente y los Estados arab;s-, El de que las agrupaciones sionistas de combate y el postcnor ejér-
conflicto tradicional entre Occidente y los árabes era en ultima cito israelí se enfrentaron casi exclusivamente a tropas de los
instancia la razón decisiva del apoyo a Israel por parte del mundo Estados árabes duranre el conflicto armado acaecido antes de la
occidental 44 • fundación del Estado. Los desorganizados palestinos, por el con-
trario, apenas represemaban entonces un adversario digno de ser
romado en serio.

m. DEL CONFLICTO DE PALESTINA AL CONFLICTO DEL ORIENTE PRO- En lo esencial, la reacción de los palestínos fue la pasividad,
XIMO
que halló su expm;ión en el movimiento de huida de notables
y representantes de la burguesía comercial. Este movimiento de
El conflicto de Palestina es el meollo, aunque no siempre el mo- huida, iniciado ya en 1947, no puede compararse con la expulsión
tivo inmediato de las hostilidades y la guerra entre Israel Y los masiva de los palestinos llevada a cabo por los israelíes durante
los combates de 1948.
Estados árabes.' En el conflicto general árabe-israe~ se trata de u~a
prolongación regional del conflicto local ~e Pal.estm~. Esto no sig- En relación con la creación del Estado nacional sionista la dis-
nifica que todo d conjunto del conflicto arabe-tsraeh, en forma .~e cusi~n ~e la h.uída o exp.ulsi~n de los palestinos care.ce <l~ impor-
tensiones y guerras interestatales, no haya ;ido ,Y sea !ambien tancia. i..o dec1s1vo es mas bien el hecho mncgabJe de que Israel
expresión de conflictos y rivalidades entre paises arabes. 1:'ª. com- ~o estaba en 11bsoluto dispuesto a readmitir a los refugiados, a
petencia entre los países árabes, sobre todo por el papel dmgente f:n de poder crear de esta manera un Estado nacional judío rela-
en los movimientos de unificación árabe en los momentos de su tivamente homogéneo en Palestina. Si la población iirabe de Pa-
fase culminante en las décadas de 1950 y 1960, y las tensiones en- lestina se hubiese quedado en su mayoría dentro del país, no se
tre regímenes árabes derivadas de las· diferentes c~ncepdones so- habría podido imponer esa creación del Estado. Por csrn razón el
ciales y alianzas extrarregionales con superpotc::ncias pueden ser primer presidente del Estado de Israel, Chaim Weitzm,1nn, rniificó
fácilmente distinguidas de la postura correspondiente ante la cues- la huída o expulsión de los árabes palestmos de «maravillosa facili-
tión palestina y vinculadas a la l_egitimación árabe en general. En dad para los objetivos de Israel» 47 • Por consiguiente, todos los
este sentido, la cuestión de Palestina, o sea el apoyo de los Est~dos gobiernos israelíes han rechazado categóricamente la vuelta de los
árabes a los palestinos no ha perdido jamás del todo su caracter refugiados en interés de un Estado nacional judío homogéneo.
originariamente táctico. Los distintos .~am?ios de frente a lo largo Pero no sólo el rechazo de la vuelta parece aluo intenuonado.
de más de 30 años revelan esta relac10n mstrumental. También está documentado que se efectuaron ex;ulsíones preme·
La función de Israel para los regí~enes ár~bes no anula, ~i;i­ di~a?as y p!anific~das en masa. El historiador israelí y biógrafo
pero, el potencial conflictivo que enc;erra rea1me?te la cuestlo?
oficial de Ben Gunon, Michael Bar-Zohar ha descubierto, por ejem-
de Palestina. Existiría aunque no la mstrumentahzasen los reg1-
plo, que la población árabe de las cmdades de Lidda y Ramla no
menes árabes.
huyó ante la conquista israelí de estos lugares. Durante una sesión
La creación del Estado nacional judío tenía necesariamente que
que se ocupó de la cuestión de cómo se debía proceder con aque-
ir unida a la paulatina expulsión de los árabes palestinos. E.sto lo
llos habitantes, Ben Gurion, que estaba presente, se reservó su
tenía bien claro la población árabe palestina desde los com1~nzos
de la colonización sionista ". Su resistencia a los proye7tos sionis- opinión. Fuera, después de la sesión, a la pregunta de Yiga! Allon
tas se materializó en un principio en congresos, resoluciones y ac- en el sentido de qué iba a suceder con aquellos árabes Ben Gunon
dijo que se les debía expulsar". Lo mismo se pu~de decir de
ciones de protesta, y más tarde en la ,v_lolencia armada: De 1:36
a 1939, la opos1ción árabe a la ocupa.c1on s1omsrn. de tierras } _al Nazaret. La población tampoco había abandonado sus casas des-
protectorado británico _que la permma se ~~asmo e~ una luch~ pués de la conquista de la ciudad por las tropas israelíes. Mordehai
armada que fue sangrientamente reprimida . Los arabes pales Makleff, ayudante del comandante Moshe Carmel comunicó al
biógrafo que, a su llegada a Nazaret, Ben Gurion s~ indignó a la
164
165
vista de tanto árabe y exchnmí: «¿Por qué tantos árabes? ¿Por e.1 ámbito vital al que estaban acostumbrados, tenía que verse di-
ficultada. tan pronto como esos países modernizasen su agricultur~.
qué no los habéis expulsado?»". ..
La cuestión de los refugiados se convirtió en el confücto cen tr~l Una ag~icultura basada en el cultivo intensivo, como la que se
entre Israel y los árabes. En los campamentos y viviendas provi- mtrod~¡o .~n Oriente. Próximo a través de la reforma agraria y la
me~anizacion en sentid.o progresista, disminuía las ya escasas opor-
sionales establecidos en las lineas del armisticio de 1948-49. los
palestinos manifestaban su voluntad. <le volv~r. Es;a voluntad n~ tunidades de mtegrac1on de los refugiados. Es cierto que la refor-
. ¡ mente expresíón de una obstmada ahrmac1on. nacional. .,ta1 ma _agraria condujo a una nivelación de los ingresos agrícolas, pero
eras 0 a . paso por alto totalmente los intereses de los refugiados, puesto
como corresponde a la conciencia palestina ~,a la mterpretac1?n
general. La obstinación nacional que .se manitestaba en la .r~ivm- que la «mecanización de la agricultura, acelerada cada vez más tras
. · · d 1 retorno habría desapnrec1do pronto . s1 la cuesuon de la reforma agraria, liberaba conrmuamcnte mano de obra agrí-
elrcac1on e , , cola» ", A arra reparto del suelo se oponía, por un lado. la escasa
los refugiados hubiera sido solamente una cuestwn nacwna• Y no
.· obre todo una cuestión socwl, un problema social que productividad, resultado de una división en parcelas todavía más
mm b ien, v s · 'd 1 - · pequeñas. Por otro lado, es difícil imaginar que los propietarios
arras Est;dos árabes no podían solucionar deb1 o a as rel:ciones
sociales existentes en ellos, y, a decir verdad .. tam~oc.o pod:a? so- tradicionales de las tierras en unos regímenes conservadores hu-
lucionar aunque tuviesen la voluntad y la disposICion poht!ca Y bieran renunciado por voluntad propia a la base económica de su
poder. Lo que quedó de la estrategia integradora fue una oferta
subjetiva de hacerlo. . de puestos de trabajo en la industria. Semejante perspectiva de
Al enjuiciar la controvertida cuestión de los refugiados hay que
integración de los refugiados palestinos excedía, sin embargo, to-
tener en cuenta que en la inmensa mayoría de lo~ casos los refu-
talmente de las posibilidades que tenía entonces la región. Habría
giados árabes de Palestina de 1948 eran c~mpesmos. que con la
requerido una transformación revolucionaria cuyas proporciones
conquista y ocupación sionista habían perdido su.s nerras y, con
habrían rebasado con mucho las de la cuestión global de Pales-
ellas la base de su existencia. La estructura social de las zonas
tina.
árab~s que rodean a Israel apenas se diferenci~n del entorno so-
cial del que procedían estas personas. Un estud10 basado en datos El estuciio, cuyas conclusiones son todavía válidas, analizaba
de la década de 1960 pone de manifiesto que «la estru:tura ocu- detalladamente todas las opciones, incluidos los «presupuestos eco-
pacional de los refugiados presentaba una gran analog1a con la nomtcos globaleo» en el sentido de un proceso reaional de forma-
estructura ocupacional de la població'.1, de l~s zonas que lo~, aco- ci~n de capital", ~e~ho posible por los elevados Ingresos del pe-
, n pues la estructura de la poblacion alli asei:tada tamb1en se troleo durante los ultimas años. Pero hay que tener en cuenta que
g¡a ' ' d' d segiJr: los cálculos q':C: se hicieron en 1959, el «gasto de capital ne'.
caracterizaba por una elevada proporción de personas ae ~ca as a
· ult ra Esto se observaba sobre todo en la agncultura, cesano para la creacron de un puesto de trabajo ascendía a 13 000
l a agnc u ... • d · DM», es decir que se necesitarían 6 500 millones de n111 para la in-
que no estaba en condiciones de acoger al gran numero . e agn-
cultores existentes entre los refugiados, pues~o q~e ya e~istía un corporación de los refugiados palestinos ". Pero esta base de cál-
excedente de esta mano de obra y sólo se dispoma de tierra cul- c:ilo no tenía en cuenta las implicaciones infraestructurales y polí-
tivable en proporciones limitadas» 50 • La integración de los :ef~­ t!cas de la consiguiente industrialización, proceso en el que debería
incl~irse a la població~ no palestina de esas zonas. Gordon Ciapp,
giados como campesinos habría requerido al menos una red1stn-
bución del suelo en los países árabes vecinos de Israel. Las poc~s presidente de la com1si6n de observación económica de la ONU
para el Oriente Medio, advirtió por tanto, en un informe relativo
tierras cultivables estaban ya repartidas, y el suelo es un medio
de producción que no se puede incrementar a voluntad. La estruc- a las posibilidades de integración de los refugiados: «La región,
tura social existente tampoco habría podido absorber a los refu- los pueblos y los gobiernos no están preparados para un amplio
des~rrollo del sistema fluvial regional o de las grandes zonas no
giados aunque se hubieran hecho esfuer~?s sub¡etivos ~or ab~or­
berlos. Tan sólo una profunda revoluc1on social habna po.dido culttvadas. Insistir ,en ello sería una locura y una frustración y, por
compensar el «equilibrio de población»
51
roto p~r la corriente lo t~~to, supondrta aplazar a un futuro todavía más lejano la
de refugiados palestinos en relación con las condiciones de r;~rcr cuestion transcendental del crecimiento económico»".
ducción social. Pero a ello se oponían las estructuras políncas L~ c~nsecue~cia fue que «los costos políticos y económicos de
de los países árabes. Además, hay que tene~ en cuenta qi;e la la perdida de tierras se transfirieron ahora por medios militares a
integración social de los refugiados en la agncultura, es decir en los Estados árabes y a la ONU»". Fue, pues, sobre todo la dimen-

ló7
166
es:e modo, los «ac:os de r.epresalia» israelíes cada vez se dirigieron
s1•m sochtl de la cuestJOn de los refugiados la que mantuvo la mi·
mas contra Jordania Y Egipto. El resultado fue que estos Estados
semi rn los campamentos y la que agudizó la cuestión nacional a
se vieron inmersos en la década de 1950 en el conflicto de Pales-
lo largo de los aüos. Entre ias filas de los refugiados palestinos
tina más de lo que ellos habrían querido. El conílicto de Palestina
que en un principio querían sencillamente volver a sus campos Y
se transformó, por tanto, en el conflicto de Orí.;nte Próximo o
a sus casas. surgió paulatinamente un movimiento nacional cuya
meta consiste hoy en la creación de un Estado nacional palestino. árabe-israelí.
El paso del elemento social al nacional se refleja en los combates Los Estados árabes, y sobre todo Jordania y Egipto, que con-
lih;ados desde 1949 a lo largo de la sangrienta línea de armisticio trol~ban las . partes del antiguo protectorado de Palestina que no
dd Estado de Israel. políticamente consolidado. Para imponerse babia cor:qu1stado Israel en 1948-49, se dieron cuenta del peligro.
<.:omo Estado nacional judío en Palestina, Israel tenía que marcar Por eso intentaron no dejarse arrastrar por los refugiados pales-
a fuego su frontera dentro de la anterior estructura social de toda tino.s a un conflicto armado con Israel. militarmente superior. Jor-
Palestina. Así pues, los árabes volvieron a encontrarse en sus al- dama, por e¡emplo, se estorzó por perseguir los ataques de los
deas del lado jordano de la línea de demarcación, mientras que «infiltrados» palestinos y por colaborar con las autoridades israe-
su base vital, sus campos y bosques quedaron del lado israelí. Más líes". El observador de la ONU responsable de ese sector Hutchín·
57
de 100 aidcas han perdido así su «base de subsistencia» • «Esto son, informa que las cárceles de «Nablus. Hebrón v A~rnán esta·
hizo que muchos árabes de las aldeas de la margen occidenrnl se ban llenas de presos, muchos de los cuales sólo habían sido en-
hallaran en una situación económica peor que la de los refugiados, carcelados por ser sospechosos de infiltración»".
los cuales recibían ayuda de la ONU»". ¿Qué cosa más natural, en }fasta la primera mitad de 1955, Egipto tomó también medidas
eS>tS condiciones, c.¡ue los palestinos afectados intentasen pasar al para retener a los palestinos detrás de la frontera. Para ello se
lado israelí de la nueva frontera a fin de recuperar por la noche sus emplearon, no pocas veces, métodos brutales. Frente a las publi-
pertenencias abandonadas, recoger la fruta o incluso labrar sus caciones oficiales israelíes y a la imagen supuestamente cierta de
campos? Diariamente la prensa informaba de los intentos de los que Egipto animó y orgamzó a ios palestinos en esa fase decisiva
aldeanos árabes por volver a sus campos, «de los que habían sido del conflicto, .;stán las investigaciones del arabista israelí y des-
separados por la línea de armisticio y que ahora estaban en sa- tacado periodista de televisión Ehud Ya'ari. Sobre la base de los
zón». Al ser rechazados, empezaron los combates habituales, con documentos egipcios y jordanos capturados en 1956 v 1967 afirma
muertos por ambas partes". Nada menos q~e Dayan, como jefe que las autoridades egipcias hicieron todo lo posibl~ hasta' media-
del Estado Mayor en 1956, expuso este aspecto de la ocupación dos de 1955 o hasta el ataque israeií a Gaza el 28 de ·febrero de
de tierras a costa de los palestinos en un discurso fúnebre pro· 1955 para impedir que los palestinos cruzaran la frontera y en-
nunciado con motivo de la muerte de un miembro de un kibbtttz trasen en Israel". Se tomaron medidas represivas que excedieron
de las proximidades de Gaza: «No condenemos hoy a los asesinos. incl.uso a las represalias israelíes, como, por ejemplo, la orden de
¿Qué sabemos nosotros del implacable odio que nos tienen? Desde abnr fuego contra cualquier «infiltrado» que se mostrase a la vista
hace ocho años tienen que vivir en los campamentos de refugiados el encarcelamiento preventivo de sospechosos y su concentració~
de la franja de Gaza, mientras que nosotros, ante sus mismos ojos,
en campos especiales de prisioneros, así como el reasentamiento de
hacemos nuestra la tierra donde vivieron ellos y sus antepasados ...
s?spechosos o de pers;mas sospechosas de colaborar con los «in-
Hagamos hoy borrón y cuenta nueva. Somos una generación de
filtrados» y su traslado lejos de la línea de armisticio".
colonos que no puede plantar un árbol ni construir una casa sin
Por tanto, la guerra de Palestina se prosiguió como una pe-
casco y sin fusil» ".
queña guerra fronteriza. Sin embargo, en esta guerra frontenza
La violencia reinante en las líneas de arm1st1c10 trazadas en
estuvo siempre en germen su extensión a un conflicto armado más
torno a Israel hacía inevitable que la violencia armada del Estado
sionista, aplicada como «represalia» por la transgresión de la fron· ª'.Ilplio. Las tensiones existentes en la frontera sólo necesitaban
tera, se contagiara a los Estados árabes, sobre todo teniendo en vmcularse a otros CC;)flictos regionales o globales para culminar en
una gran guerra de Oriente Próximo.
cuenca que la «represalia» militar de Israel se desarrollaba en su
terntorio. Para no tener que reconocer a los palestinos, Israel par· En octubre-noviembre de 1956, la sangrienta guerra fronteriza
tía del principio de que de cada acción violenta que se ejerciese llevó a la agresión d~ Inglaterra, Francia e Israel contra Egipto.
desde territorio árabe eran responsables los Estados árabes. De El hecho de que puniera llegarse a esta situación presuponía, sin

169
de Palestina no era posible poner fin al conflicto árabe-israelí. El
embargo, la existencia de ese elemento global de conflicto, que
pasado no ha podido ser desplazado ni enterrado, al no haber sido
se sumó a la guerra fronteriza árabe-israelí: la intención, de ~ran­
superado políticamente.
cia e Inglaterra de asestar <1sÍ un golpe mortal al nac1onahsn;o
árabe con el derrocamiento de Nasser. Con ello, Inglaterra creta
poder anular la nacionalización del canal de Suez declarada por
Nasser cuatro meses antes y volver a constituirse así en potencia IV. ISRAEL Y LA IMPORTANCIA POLITICA A NIVEL MUNDIAL DEL CON-
hegemónica «al este de Suez». Francia esperaba poder sofoi::ar la FLICTO DEL ORIENTE PROXIMO
guerra de liberación argelina con la caída de Nasser. Semeiantes
ideas sólo podían nacer de las fantasías coloniales acerca de una Desde su inicio sistemádco a princip10s de este sia]o v debido a la
ocupación de tierras y al consiguiente antagonís;o' ~on la pobla-
confabulación; pues ni Nasser era la causa del movimiento antiim-
perialista existente en la región de Asía anterior, aunque fuese su
ción árabe, la creación del Estado nacional judío dependió de la
símbolo, ni la resistencia argelina se iniciaba y desarrollaba en El protección de potencias no regionales, es decir, europeas. El in-
Cairo, aunque el gobierno argelino en el exilio residiese allí. terés de Gran Bretaña, como potencia protectora, por la coloniza-
La auerra
0
de junio de 1967 se desencadenó también en la fron- ción sionista se debió también a razones principalmente estraté-
tera y por tanto debido al conflicto de Palestina. Los ataques ar- gicas. Las grandes arterias del imperio británico pasaban por el
mados de los comandos de al-Fatah, realizados desde territorio Oriente Próximo. El centro de esas vías de comunicación, de las
sirio y iordano, indujeron a Israel a llevar a cabo amplias «accio- «rutas imperiales» 67 británicas, era el canal de Suez. Ya antes de
nes de represalia». El ataque a la población jordana de Samua, 1914 y durante la primera guerra mundial, los británicos, que do-
situada en la margen occidental, en noviembre de 1966, puede minaban de hecho Egipto desde 1882, planearon establecer una
considerarse como el preludio de la guerra de junio, acaecida poco zona de amortíguación en el flanco nordeste de esas arterias de
después. El empleo masivo de armamento por Israel provocó dis- tráfico. Cuando resultó evidente que el imperio otomano estaba a
turbios en la margen occidental palestina. La polémica interna punto de descomponerse, Inglaterra se esforzó, en un tratado
árabe, sobre todo entre Egipto y Jordania, contribuyó a la crisis secreto con Francia, por dividir el Oriente árabe en esferas de in-
de mayo de 1967, cuando se acusó a Nasser de ocultarse tras las tereses. La zona del posterior mandato británico de Palestina debía
65
tropas de paz de la ONU estacionadas en el Sinaí • desempeñar, en la estrategia británica del Oriente, la función de
En la frontera siria fueron también las acciones armadas de los un centro estratégico y de tráfico. lord Kitchener había afirmado
palestinos las que llevaron a la agudización del conflicto entre mucho antes de la primera guerra mundial, siendo un joven fun-
Israel y Siria. arrastrado desde 1949, por el control de las llamadas cionario colonial, que «Gran Bretaña tenía que apropiarse de la
zonas desmilitarizadas, que por lo demás no habían dejado de tierra entre Acre y Akaba», a fin de estabilizar su posición estra·
provocar tensiones entre ambos países. Para los palestinos, estos tégica en Oriente••. Una vez que Inglaterra se hubo asegurado
conflictos y los relativos a la desviación del agua del Jordán re- Palestina a través del mandato de la Sociedad de Naciones trans-
presentaban la oportunidad de volver a poner en juego su causa formó la antigua aldea de pescadores de Haifa en un imp~rtante
como parte del conflicto árabe-israelí. Los combates fronterizos se puerto para barcos de gran tonelaje. Un oleoducto iba desde los
redoblaron después de que Israel amenazase con un ultimátum a campos petrolíferos iraquíes hasta Haifa, donde también se cons-
Siria 66 • Antes, en el mes de abril, habían sido destruidos un gran truyó una refinería. El aeropuerto de Lod asumió una función de
número de aviones sirios en un combate aéreo sobre Damasco. De bisagra entre Asia y Africa.
aquí a la guerra árabe-israelí de junio de 1967 no había más que Antes de la guerra mundial, los británicos pensaron ya en erigir
en Palestina, fomentando la colonización judía, una barrera física
un pequeño paso.
De esta guerra, que llevó a la destrucción de los ejércitos árabes, contra la posible amenaza del canal por parte de Turquía y el
salieron vencedores, paradójicamente, los palestinos, si no militar imperio alemán aliado de ella, así como contra los aliados rivales
al menos polídcamente. Con la conquista del resto de Palestina Francia y Rusia". Pero al mismo tiempo existían también plane;
que eran contrarios a esas intenciones y tendían al apoyo del mo-
el mundo volvió a tomar conciencia de la vieja cuestión palestina,
vimiento nacional árabe por Inglaterra, en la medida en que los in-
encubierta por el concepto generalizador del «conflicto del Oriente
tereses árabes coincidían con los británicos. Esta identidad de in-
Próximo». Se hizo así evidente que sin una solución del problema

171
170
tereses con el nacionalismo árabe sólo se dio, sin embargo, hasta embargo, esta protección sólo se dio mientras se mantuvo intacta
la conquista de las zonas árabes del imperio otomano, pero no des- la posición de Inglaterra como potencia hegemónica en el Oriente
P.róximo. Ben Gurion _reconoció ya duramc la segunda guerra mun-
pués.
La resolución británica contraria a los intereses árabes se tomó dial que Gran Bretana tenía que perder su importancia después
,ya durante la guerra, cuando los representantes diplomáticos de In- de la guerra ,Y supuso que los Estados Unidos asunurían d papd
glaterra y Francia, Sykes y Picot, firmaron un tratado secreto. En de Inglaterra:. Desde ese momento fueron los Estados Umdos los
el mitado de Sykes-Picot, entre otras cosas, la región del posterior que actuaron como potencia protectora oficiosa.
mandato británico de Palestina fue separada de la zona en la que A fos intereses estratégicos y geográficos de la vieja potencia
los árabes plantearían sus reivindicactones sobre la base de las comercial -Inglaterra- en el Oriente Próximo se sumó otro
promesas británicas anteriores y la aplicación del principio de la elemento antes de la primera guerra mundial y sobre todo cks-
autodeterminación para la población local. Este acuerdo imperia- pués de ella: el petróleo se convirtió cada vez m<ÍS en una m1-
lista permitió a los británicos prometer a los sionistas lo que sería portante fuente de energía. Las favorables condiciones de extrac-
el contenido de la declaración de Balfour de noviembre de 1917, ción y transporte hacían que el petróleo del Oriente Próximo
a saber, el apoyo a la construcción de un «hogar nacional» para fuese m,uy barato y los beneficios muy altos. Semejante polítíca
el pueblo judío en Palestina. Los ingleses suponían con razón que de prec10s era posible sobre todo gracias a la prcsenc1:1 rnilirar
la declaración de intenciones a los sionistas desencadenaría una y política de las potencias occidentales en el Onente Próximo.
ola de indignación, sobre todo entre los árabes de Palestina, y Se podía obligar a los gobernantes tradicionales del lugar a en-
por eso aplazaron todo lo posible su publicación, aunque en la tregar sus materias primas en condiciones favorables n, La pre-
declaración de Balfour se establecía que sólo se trataría de un sencia occidental en el OrierHé Próximo consolidó, por tanto, los
«hogar nacional» para los judíos en Palestina, preservando los gobiernos tradicionales de estos países frente al movimiento na-
derechos religiosos y culturales de la población no judía. Aunque cional revolucionario que no sólo exigia la independencia nacíonai,
esta formulación permitía deducir que los derechos de árabes, sino también la plena disposición de las riquezas minerales de
designados como «comunidades no judías», la inmensa mayoría del sus países, es decir la nacionalización de los yacimientos de petró-
país, no serían respetados, para los sionistas estaba claro que el leo. Estas aspiraciones fueron reprimidas por todos los medios,
término «hogar» era sinónimo de .Estado judío. Sin embargo, era
como lo demuestra el ejemplo iraní en la décad:i de 1950. Los
poco oportuno mencionar semejante intención en aquella fase del
esfuerzos del ,presidente del gobierno iraní Mosadeq revolucio-
desarrollo. nario nacionalista, por nacionalizar el petróleo en 1953 conclu-
Los sionistas y la empresa de colonización planeada por ellos
yeron con un golpe de la CIA y la forzada vuelta del sha del exilio.
dependieron, pues, desde un principio, de la protección y la
Pero a partir de mediados de la década de 1950, los países árabes
benevolencia de Gran Bretaña. También después, y a pesar de las
consiguieron librarse de la presencia occidental en sus territo-
luchas contra el mandato británico de 1944 a 1947, Ben Gurion
rios. La evacuación de la zona del canal de Suez por Inglaterra
se esforzó por mantener la presencia británica en el Oriente Pró-
ximo 70 • Por esta razón las tropas israelíes se comportaron con dis- Y la nacionalización del canal de Suez por Nasser fueron en 1956
creción frente a la legión transjordana probritánica en la guerra de la respuesta indirecta a la costumbre de Occidente de considerar
Palestina de 1948-49. La protección británica esperada para el fu- el Oríente Próximo como su finca particular.
turo era de interés mutuo para ambos Estados. Incluso la obsta- Poco, después, en 1958, se produío la caída de la monarquía
culización a la creación de un Estado de Palestina en una parte hachem1ta en Irak. Las convulsiones que sufrió el Oriente Pró-
del país, tal como exigía la resolución de la ONU de noviembre ximo en las décadas de 1950 y 1960 hicieron finalmente que
de 1947, se remontaba a un acuerdo secreto que Ben Gurion ha- Occidente perdiera sus bases militares y con ellas también el
bía concertado con el emir Abdullah •
71 control directo de las materias primas y las vías de comunicación
Aunque existían concepciones distintas entre Gran Breraña y los de .la región. El científico árabe-americano Charles Issawi, espe-
sionistas en algunos detalles importantes, como por ejemplo en la cialista en petróleo, afirma que «hacia mediados de la década
cuestión de la mmigración y la compra de tierras, sobre todo des- de 1960, era evidente que se iba socavando paulatinamente el
pués de la rebelión palestina de 1936-1939, los dirigentes sionistas doble pila,r en el que, se apoyaba el poderío militar y político
estaban seguros de la benevolencia de su potencia protectora. Sin angloamericano en Oriente Medio y en el norte de Afríca, así

172 173
c1~les, circunstancia que podría eliminarse mediante el reconoci-
como el control de la producción de las compañías [petroleras] i:n.1ento mutuo, con lu que llegaríamos de nuevo al núcleo del con-
americanas y británicas» •
73
tli cto, a;in
, sm· reso l ver 1•c
. un las acciones armadas de mediados
Con estos cambios se perfilaba también la tendencia a una mo- de la decada de 1960 se p~so en marcha, por tanto, la espiral d<:
dificación de la actitud occidental frente a Israel. A pesar de toda la escala~a que, con sus etectos secundarios para los países ára-
la ambivalencia frente a la empresa sionista, Israel era para Occi- bes, llevo a la guerrn de junio de 1967. Pero prescindi<.:nJo de
dente un aliado más seguro que los Estados árabes cuyos regí- esto, Y de la polémica en tomo al proyecto de Israel de desviar
menes no representaban evidentemente los intereses <le la pobla- las aguas d~l Jordán, la guerra se desencadenó principalmcmc
ción y cuya estabilidad estaba siempre, por tanto, en peligro. El porque los mtereses de los regímenes nacionalistas árabes cho-
antagonismo que enfrentaba y enfrenta a Israel con los árabes debido caban cada vez más con los de Occidente. En Irak se veía arne-
a la ocupación sionista de tierras en Palestina hace que la pros- n~zado el monopolio de la Irnk Petrokum Company por las me·
peridad o la ruina del Estado judío dependa de la ayuda exte- d1~as de progresíva nacionalización. El gobierno baas1sta de íz-
rior y por consiguiente es algo que pueden instrumentalizar estas qmerdas cortó la Trans A:-abían Pipeline (T.\PI) •:n Siria. El país
potencias extran¡eras. se hallaba a punto de colmenar con Occidente, y sobre todo con
El propio Israel ha elevado el antagonismo entre Occidente y los Estados Urudus. El gobierno israelí responsabilizó a los sirios
ei nacionalismo árabe a principio de su seguridad nacional. cam- de '.os actos ~e sabotaje pa.Iesünos. El jefe del Estado Mayor,
biando su protección por algunos «favores» prestados a Occiden- Rabm, amenazo el 14 de abnl de 1967 con una intervención mili-
te", Especialmente en la década de 1950, Israel emprendió accio- tar israelí.
ne~; militares que, aunque desencadenadas por las violaciones El hech~ de que ü:diguernos los distintos elementos dei proceso
palestinas ele la frontera, consiguieron, en cuanto «represalias», ~ue condu¡o al estallido. de la guerra de junio de 1967 no signi-
un efecto político que. como expresaron también dos estudiosos fica que Israel actuase directamente por órdenes occidentales cuan-
75
israelíes, tenían también una «función latente» en relación con do. el 5 de ¡umo marchó militarmente contra los Estados árabes
el conflicto árabe-occidental. Así, por ejemplo, el ataque israelí ur:1?os .. Pero, la , in?i7ación debe dejar bien claro que la acción
a Gaza del 28 de febrero de 1955 fue dirigido contra el intento militar 1sraeh comc1dia plenamente con los intereses occidentales.
de aproximación egipcio-sirio, a fin de frustrar el proyecto de .esto resulta evidente s! se la compara con la guerra de octubre
alianzas occidentales en el mundo árabe tai como se reflejaban de 1973: en esta ocasión, el gobierno de Estados Unidos hizo
en el pacto de Bagdad 76 • Algo parecido ocurrió con el ataque a l~egar a Israel la advertencia de que el inicio de operaciones mi·
las posiciones sirias del lago de Genezaret el 11 de diciembre litares ~or par:e de Israel no . contaría con la ayuda americana 7'.
de 1955. Entre otras cosas, tuvo la función de señalar a Francia S7 confirma ~s1, aunque a la mversa. un viejo principio del con-
que Israel estaba dispuesto a establecer con esta potencia colo- füct~ del Onente Próximo, principio formulado por el director
nial una alianza antiárabe. El punto culminante de esta colabo- di;l importante periódico israelí Ha'arez, Gershorn Shoken, en Ja
ración fue el ataque a Egipto en octubre de 1956, efectuado junto decada de 1950: . ~ara Occidente resulta muy cómodo que se man-
con Inglaterra. Más tarde Dayan explicaría que «los franceses bus- tenga. l~ correlac10n de fuerzas políticas del Oriente Próximo en
caban aliados en su lucha contra los árabes». La Francia colonial ~enef1c10 suyo. mediante el fortalecimiento de Israel. «En este sen-
«quería impedir la extensión de la esfera de influencia de Nas- tido se ha ambu1do a Israel el papel de perro guardián. No hay
77
ser. Nos dieron armas para combatirlo» • ~ue tem~r que adopte una postura agresiva contra los Estados
Desde mediados de la década de 1960 los fedayin palestinos a~abes mientras esta postura sea contraria a los intereses de Arné-
empezaron a realizar acciones militares contra Israel. En las accio- nc~ Y de Gran Bretaña. Sin embargo, si las potencias occidentales
nes armadas de los palestinos, así como en el caso de la guerra h1c1eran la vista gorda por, uno u otro motivo, podrían estar segu-
israelí, se trata de una aplicación de la fuerza indiferenciada una ras de que Israel casngana a los Estados vecinos cuva fa] ta de
aplicación de la violencia que no hace ninguna distinción ~ntre respeto a Occidente ha rebasado los límites permisible~»'°.
combatientes y no combatientes, entre militares y civiles. Esto . _Desde la guerra de octubre de 1973 se ha modificado la rela-
se relaciona sobre todo con el carácter esencialmente colonial del c~on de antagonismo histórico entre Occidente y !os países árabes,
conflicto, el cual impide el reconocimiento del enemigo como s1em~re que éstos no sean aiiados de la Unión Soviética en el
adversano y, por tanto, corno sujeto del derecho internacional. conflicto global Este-Oeste. Con la plena independencia nacional
La violencia así aplicada no tiene pues límites personales ni espa-
175
174
y el consiguiente control de su territorio, los Estados árabes ad- tina. Estos son los primeros presupuestos para una solución del
yuirieron también el control directo de sus materias primas y de conflicto, presupuestos que requieren además el abandono de la
las vías de comunicación de su zona. Por eso pudieron decidir estructura sionista de Israel, tal como se ha plasmado en sus
también los pn:ctos de sus materias primas, es decir del petróleo, leyes e. Jnstituciones. De este. modo se reconocería también que
y elevarlos oportunamer.. .:. Ya no existía el peligro inmediato de ha nacido en Israel una nacionalidad hebrea, judea-israelí, que
un régimen radical, porque se había producido la retirada militar no cumple ninguna función propulsora para el pueblo íudío en
de Occidente de la región, retirada forzada sobre todo política· toda Palestina, sino que existe por sí y de por sí ¡unto con la
mente. En la llamada «crisis del petróleo» de 1973 se fiió un nacionalidad árabe-palestina en la zona comprendida emre el mar
precio que supuso la definitiva revisión de la relación de sumi- M~diterráneo y el río Jordán. Sería ésta una solución bmaczonal
sión del Oriente Próximo bajo hegemonía occídental. No fue casual ~el con~licto de Palestina, solución que, indu<lablemenre, no pue-
que en las horas más difíciles de Israel, en la guerra de octubre, de reahzars.e de la noche a la mañan:1 y que, adem,ís, exigiría
cuando el Estado judío perdió en los primeros días de la guerra transformaciones sociales. Sin embargo, como punto de partida
el mito de su invencibilidad militar, el «16 de octubre de 1973 de un proceso cvolutívo, es la única posibilidad real de acabar
acordasen por primera vez en la historia seis ministros de la con el conflicto en beneficio de los hombres que allí viven.
OPEP, en Kuwait, elevar colectiva y unilateralmente el precio del
petróleo de 2,89 a 5,11 dólares el barril» 81 •
En este aumento de precios y en la posterior política de precios V. LA NACIONALIDAD JUDEO-ISRAELI; DIALECTICA DEL
se expresaba una nueva relación entre los países occidentales y RECONOCI~!!ENTO
los productores de petróleo, relación que debía plasmarse a su
vez en las relacíones de Occidente con Israel. Pues al desaparecer La pe.rspectiva de una comunidad binacíonal. judea-israelí y árabe-
el antagonismo entre los países occidentales y los árabes causante pal~stma en., una Palestma global parte, a nivel conceptual, de la
del aumento de precios tenía que debilitarse y, en ciertas circuns- real~<lad pollttca de que en ese país viven dos pueblos. Esta
tancias, desaparecer por completo el apoyo occidental en el que rea;1dad no puede sin embargo ser 'políticamente eficaz nasta que
se basa la existencia de Israel como Estado sionista. Al menos, amoa: .Partes la reconozcan conscientemente y la defiendan pro-
Occidente estaba ahora interesado en terminar pacíficamente el gramaticamente. Para la nación judea-israelí, que ha crecido mien-
conflicto árabe-israelí. A diferencia de situaciones anteriores, ahora tras tanto en el país, esto significa respetar los derechos indivi-
había que evitar que la violencia resultante de l~ cuestíón pales- duale; y colectivos de los árabes pdestinos y romper, no sólo
tina aún sin solucionar se extendiese y abarcase a toda la región, rdeologicamente, smo también en la práctica, con el sionismo,
región en la que no sólo se encuentran las mayores reservas de anul~n~o todas. la~ :nedidas legales y políticas que privilegian a
energía del mundo, susceptibles todavía de explotación rentable, l?s ¡udios Y discnmman a los árabes y suprimiendo las institu-
sino a la que afluyen también en grandes proporciones capitales c10nes correspondientes. La nación árabe Palestma, por su parte,
occidentales. Los esfuerzos intensificados desde 1973 por poner n~ne. ~ue reconoce~, que, aunque a través de un proceso de colo-
fin de una vez por todas al conflicto del Oriente Próximo, inicia- n.1zac1?n Y usurpac10n, se ha constituido mientras tanto una na-
dos con la retirada de las tropas egipcio-israelíes después de la c10nahdad judeo-israelí independiente. Los derechos colectivos de
guerra de octubre, hasta la «iniciativa de Sadat» de noviembre esta última en et país hallarían así una nueva leoitimación basada
de 1977, los acuerdos de Camp David y el tratado de paz egipcio- en su mera existencia; y esto se haría no a ca:sa del sionismo,
israelí de 1979, persiguen este fin. Pero en la medida en que es smo a pesar de él.
preciso suprimir el carácter internacional del conflicto, se choca ¿Cómo pueden justificarse la perspectiva histórica del conflicto
con el quid de la cuestión: el· problema palestino, o mejor dicho que h;mos expuesto y la salida binacional? A esta visión de la
los efectos, repercusiones y condiciones de la ocupación sionista c.uest10n palestma. ~e ~ega si se abandonan el programa y la rea-
de tierras o de su continuación. lidad de unas reivm~1cac1ones nacionales excluyentes, tales como
Se cierra así el círculo en el que confluyen los diversos com- las del program~ s1?~ista, cualquiera que sea su tendencia política.
ponentes del conflicto global: no podrá ser resuelto mientras Este programa sigmfica el mantenimiento de grado o por fuerza de
Israel no renuncie a continuar con la ocupación de tierras y no las estructuras colomales en toda Palestina, es decir tamo en el
conceda a los palestinos el derecho a la independencia en Pales- Estado de Israel como en las zonas ocuradas en 1967. De la es-

176
177
tructura colonial tal corno viene dada por la forma s~onista de deo-israelí. Así pues, la actitud de los palestinos no estar:í deter-
· · d ,. stado na-
Estado, corno condición para e1 mantenuniento e _un_~. . . , minada por la igualdad potencial que podría compartir con la po-
donal de carácter judío -Israel-, se denva la d1sc~1;nmac10n Y blación judea-israelí, sino por el proceso permanente <le la ocupa-
·o'n de los palestinos v en consecuencia, tamb1en la cons- ción sionista de tierras. El reconocimiento de la nación ¡udeo-1sraelí
repres1 ·' . , , El d"d
tante amenaza física a !E población ¡u<lia en el pais. n a me l a por los palestinos significaría la antte1pación a unos resultados his-
en que por el lado sionista se aceptan, para alcanzar la meta n~­ tóricos cuyos beneficiarías no se han decidido políticamente por él
cional, la resistencia palestina y la forma total de reparto pr~P'.ª o no han reconocido la disposición a terminar con ei proceso de
del carácter colonial del conflicto, se mantiene latente el dornm10 usurpación. Además, el reconocím1ento anticipado por parte de
l to de un grupo étnico por otro. Hasta ahora los palestinos los palestinos de la nacionalidad judea-israelí corno entidad sustitui-
corn~ e , . íctirna colectiva de la colonización siomsta, pero las da por el sionismo viene dificultado por la conciencia de una injus-
son a um~a v<le la ~o!onización también podrían volverse contra los ricta sufrida en la propia carne y continuada. Es cierto que el cam-
consecuencias '- ., · · d' ·
· d' · Palestina La reprobac1on de las re1vm 1cac1ones bio de conciencia no va necesariamente unido al c::imbto de las con-
JU :os qlue v1vetunaemnente pxcl~yentes conduce también al rechazo de diciones sociales que lo producen; la norma suele ser el desajuste.
nactona es mu ,, - · ·· d l
' . . d' c1"ones de hegemonía árabes. Pues la mvers10n e as Pero la moral política que se remite a ia injusticia sufrida perderá
ias re1vm 1ca · l
. írtud de una vuelta al statu qua antenor a proceso su base legítima cuando desaparezca la prolongación material de
r el ac1ones en v ·, d E t do nacio
sionista de colonización llevaría a la creac1on ~, un s a - la injusticia histórica, la estructura sionista de Israel. Los pasos que
nai árabe en toda Palestina y, con ello, la negac10~ de los derechos se dieran en este sentido significarían una reducción del conflicto.
. 1es d e la poblac'1o'n 1· udeo-israelí. en el pa1s.. Esta, perspec-
nactona . , Preverlos sería realizar una ruptura con la lógica del conflicto irr:-
. d , su "eZ carácter de expulsión colectiva e irnp1icana puesta por el s10nisrno y preparar el terreno para un posible reco-
uva ten ria a v
posiblemente una lucha total. nocírnienro de una nación judea-israelí separada del sionismo.
A la vista de estas reivindicaciones rnutuame.nte excluyentes, la Este proceso de des-sionización de Israel podría acelerarse y
alternativa de la binacionalidad en toda Palesnna torna en c~ns1- facilitarse con el reconocimiento anticipado de una nación judeo-
·' t to la realidad histórica corno . , la forma del confücto, israelí por los palestinos. De este modo los propios palestinos ára-
d erac1on an
en la medida en que supone la superac1on de ambas. bes participarían en el proceso de separación entre la nacionalidad
En el mismo Israel apenas existen actualmente defenso~es. de judea-israelí y el sionismo. Esto significa algo muy distimo a reco-
un proyecto semejante, pues se trata de un pr?grarna p~sts~orusta nocer al Estado de Israel con su constitución sionista. El reco-
que persigue la disolución del Estado. ex,cl~s1var:iente ¡u~10. La nocimiento de la nacionalidad judeo-israetí contribuiría a anular
t'tución del sionismo por el Estado ¡ud10-1sraelt, necesaria para esa confusión con la que la política israelí ha logrado hasta ahora
su S l . . 1 . de utilizar el miedo traumático de los judíos a un nuevo exterminio
esto, todavía no ha calado en la co:ic1en.crn _co ecuva, ª. pesar
-o debido a- que la realidad social bmac1onal empuja en esta corno motor de la empresa sionista.
dirección en virtud de la integración económica ~e ambos pueblos, El reconocimiento de Jos derechos colectivos de la nacionalidad
que ya coexisten. Las reticencias de los palestrnos para aceptar judeo-israelí dentro de Palestina se diferencia cualitativamente del
esta perspectiva son, en cambio. de otro ti~o. ~ara empezar, n~ proyecto palestino de un Estado democrático laico en el que de-
pueden admitir la peculiaridad de una nac1onaltdad ¡udeo-1sraelt berían ser reconocidos por igual los cristianos, judíos y musulma-
, a que por cu] pa del sionismo y de las formas del nes que viven en él. Al hacer hincapié en una igualdad que pres-
en el pa1s, Y ' · l'd d · d
conflicto, que le vienen dadas de antemano, 1a nac1ona 1 a JU e0- cinde de la confesión religiosa se elude la cuestión nacional como
israelí no ha sido capaz de desprenders~ hasta ~hora de las e~truc: problema realmente dominante. Los judíos, corno todos los demás
turas sionistas dominantes en su cornumdad a fm de reconoc~r as1 ciudadanos potenciales de un Estado unitario de Palestina, se re-
a los palestinos como grupo con los mismos, derechos ~ valores conocen así únicamente en sus derechos individuales, pero no en
co1ect!VOS· ·· d'lVl'duales • Y ba1'0 la hegernoma
e 1Il . . .
del s1orusrno,
, .
los
.
sus derechos colectivos y nacionales. Se elude por tanto Ja cuestión
palestinos no pueden reconocerse a priori ru corno Jegmrnos su1e- nacional porque, al hacer hincapié en los derechos individuales y
d d hos individuales v mucho menos colectivos. La conse- en la garantía de la libertad religiosa no se tiene en cuenta un~
tos ': ereqcue la persistencia- del conflicto entre sionistas y pales- postura expresa ante la cuestión de la cultura, la lengua y la iden-
cuenc1a es "bl d' · · '
· h errnitido que se haga realidad la sens1 e 1stmc10n tidad de cada grupo corno contenidos políticos que, por tanto, de-
tinos n~ ª·sps1"onista v valide.,. no sionista de una comunidad ju- ben ser reconocidos constitucionalmente. La democracia es una for-
entre genesz _ -

179
178
roa de gobierno formal, abstracta, que no toma ei;i 7onsideraci?n bido aprovew."'iar hasta ahora para su propia legitimación. Pero la
las peculiaridades y diferencias. Abstra~r las pe:uhand~des i;i~cio­ exigencia de que los palestinos reconozcan a Israel como Estado
nales existentes que dominan el conflicto, haciendo hmcap1e en sionista es tan absurda como las prevenciones pales tinas al recono-
una religión despolitizada como confesión, s~gnifica eludir la cue~­ nocimiento de Israel como un arreglo con el sionísrno y como una
tión decisiva del carácter ··nacional de seme¡ante Estado democra- negación de fa subjetividad palestina. Mientras que exigir el reco-
nocimiento israelí-sionista por parte de los palestinos significaría
tico laico. . justificar no sólo la pasada injusticia de la usurpación por el sionismo
Por eso es tan decisivo el alcance del carácter nacional de tal
comunidad, porque la democracia formal significa s!e.rnpre go- a costa suya, sino también la continuación del proceso de creacíón
bierno de la mayoría. De esta manera el p~oyecto p~Unc;o ~e u~ del Estado nacional judío contra ellos mismos, el reconocimiento
Estado democrático laico, aunque no querido, reactivar'.~ impll- palestino de los resultados de la ocupación sionista de tierras en
citamente la demografía y, con ella, la política de pobl~c1on, con· forma de un Estado de Israel todavía sionista no tiene que signi-
virtiéndolas en medios de control de los colecti~os nacionales. Se ficar necesariamente el reconocimiento del sionismo. Más bien pue-
llega así, naturalmente desde. ~tro. ?unto de partida Y, con otra l~­ de beneficiarse así a la parte polfricamente entremezclada que
gitimación, a una nueva poht1zac:on de la, de;nograha, del sentl· podría salir reforzada del proceso como nacionalidad judeo-israell
miento nacional mayoritario de arabes y ¡ud10s, con lo. q':1e se no sionista. Las iniciativas palestinas en este sentido no harían
iniciaría un nuevo ciclo de represión nacionaL ·Por, ~ons1~1ente, sino acelerar ese proceso de entremezclamiento como des-sioniza-
~orno se establece en el proyecto de Estado democrauco laico, no ción de Israel.
~s necesaria la des poli tización de la región, si~o .más bien la des- Pero sobre esta base -la tendencia a la des-sionización- no
politización de la nación mediant~ el . ~econoc1m1ento cxpres~ de exis¡e la menor disposición israelí-sionista a dejarse reconocer por
los derechos colectivos de las nac1ona11dades. En una. comumdad los palestinos. El mantenimiento de la confusión entre el sionismo
binacional se trataría de separar las esferas de doIDI:i10 de l~ n~­ como estructura política de dominio del Estado judío y la naciona-
cionalidad, de impedir la creación de un Estado naoonal urutano lidad judeo-israelí derivada de él beneficia de hecho al sionismo en
de carácter e.."'<clusivamente judío o árabe. la medida en que a la población judeo-israelí no se le ofrece ~in­
El reconocimiento de la nacionalidad judeo-ísraelí por parte de guna alternativa al conflicto y a sus formas antagónicas. De esta
los árabes palestinos sería de una necesidad nacid~ de la lóg1:a d~l manera no puede escapar al proceso de formación del Estado na-
conflicto que contribuiría a deslindar la autonoIDia de i.:na 1de~tl­ cional en condiciones coloniales como única forma de autoconser-
dad judeo-israelí de la lealtad al sioni~mo. L~s palestii;ios sa1vo vación.
pequeños grupos, no comp.renden todav1~ e~ta ¡mport~ncia de.l r~­ El reconocimiento de los derechos colectivos, es decir nacionales,
conocimíento. Un giro haoa este reconocimiento podrrn cont~ibuir del pueblo judío-israelí puede justificarse legítimamente mediante
incluso a terminar con la paralización política e. ideológica ex1s~en­ el resultado y no mediante la génesis del proceso de colonización
te en el proceso de autodefinición de los pa~~stmos .Y. a neutraliz_:'r y de su continuación. Así ocurre también con la importancia de la
una aparente contradicción elevada a cuestr~n dec!Slva: pequeno binacionalidad, en contra de lo que afirman los minimalistas sio-
Estado en la margen occidental y en la fran¡a de G:aza o .toda. Pa- nistas históricos como Martín Buber, Jehuda L. Magnes y otros
lestina contradicción comprensible, pero en esencia nacionalista. cuya idea binacional debe considerarse como parte integrante del
En la' confrontación de esas concepciones alternativas terrítorial- proceso de colonización y del sionismo, porque su binacíonalidad
mente cuantificadoras se elude la cuestión pollticamente walitativa se refiere al proceso, todavía por realizar, de la creación de la
de las condiciones decisivas para una coexistencia que no sea ex- nación judía en Palestina y, por tanto, parte del pueblo judío, es
cluyente en el aspecto nacional y ~o~ial .. Así pues, ~e v~elve al decir sobre todo de los judíos fuera de Palestina y de los árabes
fraccionamiento territorialmente IDin!IDalista o maximahsta del residentes en Palestina".
campo palestino. Ese bínacionalismo, debido a su propia asimetría nacional, re-
No es de extrañar que la conciencia palestina desarrollada en presentaba así un elememo del movimiento sionista, sobre todo
oposición al sionismo no pueda es;apar a .1~ lógica del s~oll;Ísmo porque tenía que imponerse a través de un proceso de colonización,
en la cuestión del reconocimiento . .1..a cuestron del reconocimiento querido o no querido, en contra de los árabes palestinos. La bina-
de la nacionalidad judeo-israelí se sigue conf11ndiendo, pues, con cionalídad perseguida por esos grupos y personalidades era, por
el reconocimiento del sionismo; confusión que el sionismo ha sa· tanto, parte del proceso de colonización, aunque con el programa

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minirnalista se pretendiera evitar sufrimientos humanos y conse-
cuencias polítJCas imprevisibles.
Á Nuevo:; asentamientos !srneHe5 La binacionclidad aquí esbozada se remite en cambio al reml-
..._._...
Q 10 :g\.,
taao, a la nación juJeo-1sraelí en Israel o en una Palestina global
y no a la ejecución de sus condiciones de creación y conservación.
El resultado de lti disolución de la constitución sionisra de lsrael
Mar Medilorrénno sería una nacionalidad judeo-isrnelí y árabe-palestina auróctona.
Esta es la ímporwncia de la binadonalidad en el sentido de un
reconocimiento post festum del statu qua, de la nación judeo-
israelí sin sionismo.
La supresión de la estrucmra sionista significa históricamente la
negación de la negación de la existencia judea-israelí y árabe-pales-
tina en una Palestina global. Negac1ón de la negación en tanto en
cuanto la estructura sionista del Estado de Israel significa delimi-
tación y discriminación de los árabes palestinos, y esros últimos,
Mar Mediterráneo en su reacción a su expulsión, en lugar de dirigir exclusivamente
sus ataques contra la estructura sionísta de Israei, pueden caer en
la confusión creada entre estructura sionista y existencia judeo-is-
raeií dominada por la pnmera y no disti.'1guir entre ambas. La
aclaración y solución real del conflicco no será posible hasta que
los judíos israelíes no deseen teórica y prácticamente la ruptura
con el sionismo en cuanto ideología y estructura material y hasta
que los árabes palestinos no estén dispuestos a reconocer la exis-
rcncia colectíva de la. nación judeo-israelí en Palestina. Eso sig-
nifica para ambas partes reconciliarse con la historia.

VI. APENDICE CRONOLOGICO

Al comienzo propiamente dicho de la colonización sionista, del asen-


tamiento judío programático y sistemático para la definitiva crea-
ción del Estado, debe situarse en el año 1907, ~uando en el octavo
congreso sionista de La Haya se decidió la creación de la Oficina
~to=tFrontera ost<.ita! Palestma en Jafa. La dirección de la oficina fue encomendada a
=-o= Ferrccarrll

=Carrc11m1
A,.thur Ruppin.
A Pt:lró!eo Tras el trntaclo franco-británico de Sylus-Picot de 1916, que pre-
.Jr. Nuevos
vefa d reparro del ímperío otomano (Turquía) en esferas de intere-
ascntam1onto:i
lsratllies
ses, Palestina debía ser internacionalizada.
La declaraczón de Ba!four del 2 de noviembre de 1917, efectuada
por el ministro británico de Asuntos Exteriores Lord Balfour ante
Lord Rothschild. en su calidad de representante sionista, fue una
.Mapa 6. La sctcwctdn ctltte d _cat~~ l . ei e. S, iw.::.- y el ria Jordán tras la declaración de simpatía del gobierno brítánico que sirvió casi de
firma del tratado de paz egtpcw-isradi el 26 de marzo de 1979.
base jurídica a Íü c:mpresa sionista en el senrído de la exigencia de
Theodor l:Ierzl de la creación de un Estado iudío.

183
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En 1917-18 se efectúa la conquista militar de Palestina, una Entre el 12 de enero y el 20 de julio de 1949 se firma un armis-
parte del imperio otomano, por las tropas británicas. De~de 19~0 ticio con los Estados árabes que participan en la guerra.
el país se halla bajo administración británica. En el mismo ano El 24 de abril de 1950 Transjordanía se anexiona el resto de la
se funda el sindicato sionista Histadrut. En 1926. la emp7es.a colo- zona no conquistada por Israel (margen occidental) del Estado de
. adora sufre un duro golpe a causa·.
ruz . .de la. , cns1s econom1ca. La Palestina previsto en la resolución de división. El 25 de mayo
emigración supera en número a la mm1grac1on. . Estados Unidos, Inglaterra y Francia garantizan el statu q110 terri-
El año 1929 marca uno de los hitos del conflicto d~ Pale;tma: torial del «Oriente Próximo» (declaración tripartita). El 12 de
por un lado se lleva a cabo la ftmdacíón de la Agencia ]u~ta sio- julio de 1950. Egipto declara cerrado el canal de Suez para los
nista (en h~breo sokhnut) como entidad pública con el o~¡eto ~e barcos y mercancías israelíes.
establecer el hogar nacional iudío sobre la base de los amculos 4, La acción de represalia israelí contra la aldea jordana de Kibia
6 y 11 de la constitución del mandato. Por ot~o lado, y como re:ic- el 15 de octubre de 1953, en la que murieron 60 personas, es un
ción, se produce una rebelión árabe en Palest11:1ª• en el curs? de la ejemplo de la continuación de la guerra de Palestina como conflicto
al es aniquilada la comunidad judía pres1omsta de Hebron. fronterizo entre Israel y los Estados árabes.
cu Con el establecimiento del Tercer Reic?·. con la. ~ubida ~l P?der Las desavenencias provocadas por la actitud israelí contra los
de los nazis en Alemania en 19.33, se m1cia tam~1en una. mm1gra· árabes entre el ministro de Asuntos Exteriores Moshe Sharett y el
ción no sionista de judíos a Palestina. El extermm1~ de millones ~e jefe del gobierno Ben Gurion caracterizan a esta fase de la polí-
judíos europeos durante la segunda guerra mundial hace, q~e ;ª tica israelí en relación con los conflictos fronterizos. El 25 de enero
mayoría de los judíos pongan sus esperanzas en un Estado ¡ud10 de 1954 Sharett pasa también a ser jefe de gobierno. Ben Gurion
soberano. . .• se retira provisionalmente de la política oficial.
En 1936-39 la población árabe de Palestma se opo_ne al manda.o El 23 de iulio de 1952, oficiales jóvenes derrocan en Egipto el
británico y a la política sionista de ocupación de tierras con una régimen feudal del rey Faruk. Los «oficiales libres» toman el poder.
rebelión armada que es reprimida sangrientamente. . En diciembre de 1954, el coronel Nasser asume la presidencia del
En 1937 el plan Peel propone la división de Palestma e? un Consejo de la Revolución.
Estado judío y otro árabe. El 17 de mayo. de 1;1.3~ e~ gobierno En febrero de 1955 se firma un pacto militar occidental para
británico publica un libro b~a~~~ qi;e ~ont1~ne. hm1tac1ones a la el Oriente Próximo (Pacto de Bagdad). El 28 de febrero se lleva
inmigración judía y a la adqu1s1c1on s1omsta ae tierras. . , a cabo una «acción de represalia» israelí contra Gaza, administrada
En la resolución de Biltmore de mayo de 1942 ( denommada as1 por Egipto. Pocos días antes Ben Gurion había vuelto a ocupar el
por la conferencia sionista extraordinaria celebrada en. el hotel ministerio de Defensa.
neoyorquino de Biltmore), la Organización Sionista M~nd1al rompe Egipto firma con Checoslovaquia un tratado de abastecimiento
la. alianza tradicional con Gran Bretaña y ~eclara ab1ert~mente la de armas después de haberle negado Occidente armas a Nasser
intención de crear un Estado judío en Palesuna. Ben Gun?n (1921· deJ.,ido a su política de neutralidad. El tratado se da a conocer el
1935 secretario general de la Histadrut; 1935-1948, presidente de 27 de septiembre de 1955.
la Agencia Judía) busca ahora la colaboración con los Estados El 26 de iulio de 1956, Nasser proclama la nacionalización del
Unidos. canal de Suez.
El 29 de noviembre de 1947, la asamblea de la ONU acuerda la En vísperas de la guerra de Sinaí/Suez, fuerzas de seguridad
división de Palestina en un Estado judío y otro árabe. -yuelven a israelíes fusilan el 28 de octubre de 1956 a 49 habitantes de la
estallar así, en Palestina, los combates entre judíos stomstas Y aldea árabe de Kf ar Kassem, en Israel. Esto sigue determinando
árabes palestinos, interrumpidos desde 1939. . . las relaciones entre judíos y árabes dentro de Israel. El 29 de
El 9 de abril de 1948, las organizaciones de combate s1omstas octubre de 1956, Israel inicia la guerra de Suez con su ataque a
destruyen la aldea árabe de Dir Yassin, cerca de Jerusalén, y exte,r- Egipto. Por presiones americanas, Israel desaloja la península del
minan a su población. Dir Y assin figura como el comienzo de ia Sinaí el 7 de marzo de 1957.
huida o expulsión de los árabes de Palestina. En junio de 1963 Ben Gurion abandona el cargo de presidente
Al término del mandato de Palestina (el 15 de mayo de 1~48) del gobierno. Le sucede Leví Eshkol.
se proclama el Estado de Israel el 14 d~ mayo. Con ello empieza La primera conferencía cumbre de jefes de Estado y monarcas
oficialmente la primera guerra de Palestma. árabes se reúne en Alejandría en enero de 1964. El motivo es,

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entre otras cosas, el conflicto entre Israel y Siria por la desviación denta del gobierno al fallecido Eshkol. abandonó el gobierno como
de las aguas del Jordán. consecuencia de supuestas «negligencias» en la guerra de octubre.
En mayo de 1964, el Congreso Nacional Palestino crea la Or- En octubre de 1974, se celebra en Rabat una cumbre árabe. En
ganización para la Liberación de Palestina (OLP). Las prímeras ella se reconoce a la OLP como única representación legitima del
acciones militares organizadas de los palesrinos contra Israel corren pueblo palestino. El 13 de noviembre. Yasir Arafat habla ante la
a cargo de la Organización de combate al-Fatah en enero de 1965. Asamblea General de las Naciones Unidas.
Como organización política secreta, al-Fatah había sido fundada en El 13 de abril de 1975 estalla en el Líbano la guerra civil tras
1956 por Yasír Arafat en Gaza. la matanza de Ain Roumaneh, en Beirut, donde murieron varios
En 1965 Israel sufre su crisis económica más grave hasta el viajeros libaneses y palestinos de un autobús a manos de falan-
momento, crísis que no se supera hasta la guerra de junio de 1967. gistas libaneses derechistas.
En febrero de 1966 el ala izquierda del Baas, al mando del gene- El gobierno israelí expropia en Galilea tierras :írabes. La pobla-
ral Yedid, se hace con el poder en Siria. Acto seguido aumentan las ción árabe de Israel se manifiesrn contra las exoropiaciones en una
tensiones con Occidente. huelga general el 30 de marzo de 1916. Las ~utondades israelíes
El 13 de noviembre de 1966, Israel emprende una amplia «ac- emplean el ejército; el día del rnelo constituye un hito en la con-
ción de represalia» contra la aldea de Samua, situada en Jordania, ciencia palestina entre los árabes de Israel.
desencadenando así manifestaciones palestinas contra el régimen , El 1 de junio de 1976 interviene el ejército sirio conrra pales-
hachemita en la margen occidental. tinos y progresistas en los combates del Líbano.
El 5 de itmio de 1967 Israel ataca militarmente a los Estados En las elecciones anticipadas celebradas en Israel el 17 de mayo
árabes adyacentes. El ataque fue precedido de un complicado mon- de 1977 se hace cargo dd gobierno el bioque sionista de derechas
taje en el que intervinieron factores conflictivos internacionales, Likud. l\!Ienájem Beguin es elegido presidente del gobierno. Por
interárabes y árabes-israelíes. El motivo de los ataques israelíes fue primera vez desde el comienzo del proceso sionista de colonización
sobre todo el cierre egipcio de la vía marítima a Eilat el 23 de el sionismo laborista se halla en la oposícíón. '
mayo de 1967. Con su espectacular visita a Jerusalén, Sadat in tema abrir el
En la batalla de Karameh, en la orilla oriental del Jordán, libra- 17 de noviembre de 1977 una brecha para llegar a una paz entre
da el 28 de marzo de 1968 entre f edayin y tropas israelíes, los pa- Israel Y los árabes. La visita y las consiguientes conversaciones
lestinos adquieren conciencia militar, sobre todo con el fondo de conducen a los acuerdos de Camp David, organizados conjuntamen-
la derrota árabe de la guerra de junio. te con los Estados Unidos, en los que se decide sobre todo con-
El doble gobierno establecido mientras tanto entre f edayin pa- ceder autonomía a la población palestina de la margen occidental
lestinos y monarquía hachemita en Jordania se inclina sangrienta- Y de la franja de Gaza. Israel entiende por «autonomía» el man-
mente en favor de la monarquía en septiembre de 1970. Tras la tener abierta la cuestión de la soberanía y la ulterior colonización
muerte de Nasser, ocurrida el mismo mes, en Egipto se impone con judíos de estos territorios, lo que, a largo plazo, tiene que
Sadat y se convierte en presidente. lle~ar una definitiva superioridad numérica sobre los palestinos allí
Tras el armisticio del 7 de octubre de 1970 en el canal de Suez, res.1dentes y, en última instancia, a la anexión por parte de Israel.
donde se libraron combates desde abril de 1969, aunque de carác- Egipto, por el contrario, quiere llegar, a través de una lenta tran-
ter local, en febrero de 1971 se discute la iniciativa del delegado sición, a la autodeterminación palestina.
de la ONU, Jarring, que fracasa. Esta contradicción fundamental pone en peliaro el tratado de
El 6 de octubre de 1973 empieza la cuarta guerra del Oriente paz egipcio-israelí de marzo de 1979, puesto q~e mientras no se
Próximo, seguida en el terreno político de la conferencia de Gine· r:s~:lva la cu_estión palestina Egipto permanecerá aislado y será
bra del 21 de dicíembre. d1f1c1l proseguir las negociaciones de paz entabladas a iniciativa de
La aproximación egipcio-israelí a instancias de los Estados Uni- Sadat.
dos se inicia con la firma del llamado tratado de separación de
tropas dd 18 de enero de 1974. Siria firma también un tratado
similar con Israel.
El 3 de iumo de 1974, Rabin forma un nuevo gobierno israelí.
Golda Meir, que en febrero e.le 1969 había sucedido como presi-

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