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LABOR PROCEDURAL

PRINCIPLES
AROUND THE WORLD
Edited by
CLÁUDIO JANNOTTI DA ROCHA
EDILTON MEIRELES

LABOR PROCEDURAL
PRINCIPLES
AROUND THE WORLD

PORTO ALEGRE, 2020


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Diagramação: Nilciany Camargo

L123 Labor procedural principles around the world / Editado por Cláudio Jannotti da
Rocha e Edilton Meireles. – Porto Alegre : Retrabalho/LexMagister, 2020.

16x23 cm. ; 217 p.


ISBN 978-65-88059-09-8

1. Direito do trabalho. 2. Direito processual do trabalho. I. Rocha, Cláudio


Jannotti da. II. Meireles, Edilton.

CDU 349.2

Catalogação na publicação: Leandro Augusto dos Santos Lima – CRB 10/1273


3. CHILE

PRINCIPIOS FORMATIVOS DEL


PROCESO LABORAL EN CHILE.
UNA EXPOSICIÓN GENERAL

Francisco A. Ruay Sáez 1

INTRODUCCIÓN
La reforma procesal laboral, iniciada con la dictación de la Ley nº 20.087, promul-
gada el 15 de diciembre de 2005 y publicada el 03 de enero de 2006, pretendía modernizar
el funcionamiento de los órganos jurisdiccionales en materia laboral, y a la vez, reforzar
la protección eficaz y oportuna de los derechos laborales en sus distintas dimensiones
(ius fundamental, derechos específicos laborales, derechos inespecíficos, etc.). Para dar
cumplimiento al objetivo propuesto, se establecieron una serie de nuevas reglas proce-
sales, inspiradas todas de manera explícita en los principios de inmediación, impulso
procesal de oficio, celeridad, buena fe, bilateralidad de la audiencia y gratuidad. El legis-
lador prescribe además que, en general, los procedimientos del trabajo, sin distinción,
serán orales, públicos y concentrados, tres caracteres que pasarán a ser comprendidos
también como principios informadores del proceso laboral.
El legislador ha embalsamado las reglas reguladoras del proceso con los princi-
pios enunciados, adoptando una orientación publicística e inquisitorial manifiesta, bajo el
entendido de que aquella sería la forma idónea para satisfacer de manera plena el clamor
por la garantía de tutela judicial efectiva, y de esa manera, dar cobertura a la demanda
social de “justicia” por parte de los trabajadores, que sería la razón o fundamento que
sostendría en último término esta serie de modificaciones.
1
Abogado. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad de Chile. Magister Derecho del Tra-
bajo y de la Seguridad Social Universidad de Chile. Magister en Derecho Procesal de la Universidad
Nacional de Rosario, Argentina. Académico Dpto. de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la
Universidad de Chile y de la unidad de postgrado de la Universidad de los Andes de Chile.
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En el mensaje presidencial que acompaña al proyecto de ley original queda


plasmado el espíritu inspirador de la reforma, y señala:

“Es un hecho que los demandantes de justicia laboral deben poster-


gar sus expectativas de solución jurisdiccional, debido a lo extenso
de los procesos y a las dificultades para ejercer patrimonialmente
los derechos declarados en juicio. Es por ello, que se hace patente
e impostergable la necesidad de introducir profundas transforma-
ciones en el sistema de la justicia laboral y previsional [...]”.2

Tutela judicial efectiva como clamor por la celeridad y la exigibilidad de los créditos
laborales. La finalidad de la reforma queda entonces sentada esencialmente en dicha
tutela judicial efectiva de los créditos laborales, y es entonces que teniendo en mente
dicho horizonte el legislador ha de escoger una técnica legislativa procesal, que, de la
lectura del texto normativo, evidencia una cercanía a lo que se ha denominado “publi-
cismo procesal”.
En la consagración legal de los procedimientos laborales la intención preponde-
rante del legislador ha sido que el juez pase a cumplir un rol activo, tanto como director
de la contienda, como también en cuanto sujeto activo en la determinación del thema
probandi, e incluso con facultades e incidencia en la aportación e incorporación del
material probatorio. En última instancia, se encomienda al juez laboral la garantía de
la eficacia de los derechos laborales, en un sentido amplio de la expresión. La opción
de configurar las potestades jurisdiccionales comprometiendo su ejercicio y finalidad
sistemáticamente con los intereses de una de las partes del litigio (el trabajador), no es
una decisión meramente técnica, sino que responde a una ideología procesal identifi-
cable, y en el fondo, a una determinada concepción de las funciones del Estado, y del
Estado Juez, en particular, portadora de una lectura propia sobre los fines y funciones
del proceso, que de manera sintética puede ser identificada como Publicismo o Activismo
Judicial,3 en tanto opuesto del denominado garantismo procesal.4
2
MENSAJE presidencial Nº 4-350/. Santiago, 22 de septiembre de 2003.
3
Para quienes adhieren a esta doctrina “el proceso es un instrumento o herramienta para la realización
del derecho de fondo, donde el juez (principal actor en este sistema) debe velar por la búsqueda de
la verdad objetiva material” GODOY, Mario Rodolfo. Garantismo y activismo: posiciones encontradas.
Revista Electrónica Cartapacio de Derecho, v. 14, 2008 [en línea] http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.
php/ctp/article/view/1147/1147; en otra dimensión relevante, señala Pico i Junoy que “[l]a ‘justicia’ como
valor superior del ordenamiento jurídico, representa un ideal de la comunidad, un objetivo a alcanzar
por el ordenamiento jurídico, por lo que si existe un interés público en que el resultado del proceso sea
“justo”, el Estado debe poner al servicio de los jueces todos los medios y poderes necesarios para que
puedan alcanzar dicho fin” PICÓ I JUNOY, Joan. El derecho procesal entre el garantismo y la eficacia:
Un debate mal planteado. En: MONTERO AROCA, Juan (coord.). Proceso Civil e Ideología. Valencia:
Editorial Tirant Lo Blanch, 2006. p. 110.
4
Quienes adhieren al garantismo procesal señalan que el Proceso sería esencialmente “[...] un método
pacífico de debate dialogal y argumentativo [en donde] la razón de ser del [mismo] es la erradicación
Chile 49

En las siguientes líneas pretendemos identificar cuáles son los denominados “prin-
cipios formativos” del proceso laboral chileno y su manifestación en la legislación positiva.

1. PRINCIPIOS FORMATIVOS DEL PROCEDIMIENTO Y PRINCIPIOS


DEL PROCESO

a. Concepto
Por principio comprendemos las directrices fundamentales que inspiran e insuflan
el conjunto normativo de una determinada rama jurídica, o el Ordenamiento Jurídico en
su totalidad. En este sentido, es preciso distinguir para estos efectos los principios del
Proceso, en general, de los principios que rigen la secuencia procesal laboral en concreto,
tipificados en el Código del trabajo como principios formativos del proceso laboral.
Existen ciertas directrices fundamentales que nutren a la noción de Proceso de
su naturaleza propia y permiten identificarlo como tal, mientras que su concreción proce-
dimental en materias especiales estará constituida por reglas autónomas atendida la
naturaleza de la materia puesta en conocimiento de tribunales, cuya decisión en último
término recae en el legislador.
En nuestra Constitución si bien no contamos con una mención al debido proceso
como garantía fundamental, aquella se desprende de la expresión contenida en el artículo
19 nº 3 inciso sexto que dispone que “toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción
debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado”.
El derecho a defensa, a su vez, se encuentra regulado con rango constitucional
en el artículo 19 nº 3 inciso segundo, que dispone que “toda persona tiene derecho a
defensa jurídica en la forma que la ley señale y ninguna autoridad o individuo podrá
impedir, restringir o perturbar la debida intervención del letrado si hubiere sido requerida”.
Nuestro legislador laboral al regular normativamente el proceso laboral optó por
regular positivamente los denominados principios formativos del proceso laboral, y como
veremos, estos irradian todo el íter procesal, manifestándose de diversas formas en cada
una de sus etapas.

de toda fuerza ilegítima dentro de una sociedad dada para mantener un estado perpetuo de paz”
ALVARADO VELLOSO, Adolfo. El garantismo procesal. En: Estudios de derecho procesal civil: bases
para un nuevo código procesal civil. Paulo de la Fuente Paredes (coord.). Librotecnia, Chillán, Chile,
2010. p. 63-64; Omar Benabentos señala a su vez que: “[e]l proceso tiene una doble misión: a) satis-
facer las pretensiones jurídicas que esgrimen los litigantes en la contienda, es decir, atender al interés
"privado" de los litigantes y b) suprimir el estado de conflicto, buscando la pacificación social por me-
dios civilizados (interés público)”. BENABENTOS, Omar. Teoría General Unitaria del Derecho Procesal.
Rosario, Argentina: Editorial Juris, 2001. p. 42.
50 Labor Procedural Principles Around the World

Los principios formativos del proceso laboral, en este sentido, deben comprenderse
como reglas cuya manifestación es posible encontrar en las diversas disposiciones que
regulan cada uno de los procedimientos laborales, y por supuesto, sus reglas comunes.
En todo caso este excesivo recurso a los principios, tanto en el trámite legislativo como
en la técnica de positivización del proceso no ha estado exenta de críticas.5
Es posible constatar que a pesar de que el legislador optó por la positivización
de los principios formativos del proceso, no incluyó ninguna norma que refiera expresa-
mente al principio de protección del trabajador en una dimensión procesal, omisión que
mantiene además la ley sustantiva del trabajo de Chile, que ha positivizado principios
como el de irrenunciabilidad,6 pero no específicamente el protectorio del trabajador, ni su
manifestación en el in dubio pro operario.
Por otra parte, conforme a lo dispuesto en el artículo 432 del Código del Trabajo,
es posible que el juez del trabajo aplique supletoriamente las normas contenidas en
los Libros I y II del Código de Procedimiento Civil, a menos que dichos preceptos sean
contrarios a los principios que informan este procedimiento. En tal caso, el tribunal debe
disponer la forma en que se practicará la actuación respectiva.

b. Regulación normativa
Como hemos señalado, el legislador ha optado por el reconocimiento positivo
expreso de los principios formativos que insuflaran el espíritu del proceso laboral. De
esta manera, en el artículo 425 del Código del Trabajo7 ha reconocido, en primer lugar,
que los procedimientos del trabajo serán orales, públicos y concentrados, lo que ha
llevado a la doctrina a identificar estas tres características como principios del proceso,
5
PALOMO, Diego. Proceso laboral chileno y la tutela judicial efectiva: Sobre el difícil avance hacia un me-
jor modelo que no sacrifique postulados elementales del debido proceso. En: PALOMO, Diego. Proceso
y Justicia laboral: lecturas a contracorriente. Santiago de Chile: Ediciones Jurídicas de Santiago, 2015.
p. 381-429, p. 390.
6
Art. 5º El ejercicio de las facultades que la ley le reconoce al empleador, tiene como límite el respeto a las
garantías constitucionales de los trabajadores, en especial cuando pudieran afectar la intimidad, la vida
privada o la honra de éstos.
Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras subsista el contrato de
trabajo.
7
Artículo 425: “Los procedimientos del trabajo serán orales, públicos y concentrados. Primarán en ellos los
principios de la inmediación, impulso procesal de oficio, celeridad, buena fe, bilateralidad de la audiencia
y gratuidad.
Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las excepciones expresamente contenidas en
esta ley.
Las actuaciones realizadas oralmente, por o ante el juez de la causa, serán registradas por cualquier
medio apto para producir fe y que permita garantizar la fidelidad, conservación y reproducción de su
contenido.
Chile 51

correspondiendo respectivamente al principio de oralidad, publicidad y concentración.


Pero además ha tipificado expresa y directamente a los principios de la inmediación,
impulso procesal de oficio, celeridad, buena fe, bilateralidad de la audiencia y gratuidad.

c. Sobre su manifestación y aplicación normativa


Sin perjuicio de lo que hemos señalado respecto de la tipificación expresa de los
principios que informan el proceso laboral, es de utilidad, a fin de desarrollar una inter-
pretación armónica de la ley, interpretar cada una de las normas del proceso a la luz de
dichos principios, y a la vez, tener en consideración también los principios que subyacen
a la noción misma de Proceso, que no son sino derivaciones del genérico concepto de
“debido proceso”.
Conforme a lo señalado, aunque se tipifique, por ejemplo, el impulso procesal de
oficio como uno de los principios informadores del proceso laboral, es preciso que en su
interpretación como norma autónoma se tengan en consideración las directrices funda-
mentales de todo proceso, como lo son el concepto de imparcialidad del juez, el derecho
a defensa y el derecho al contradictorio.
El proceso ha sido comprendido como una instancia de pacificación social en
donde las partes concurren en pie de igualdad ante un tercero imparcial dispuesto por el
Estado con la finalidad de que se solucione hetero compositivamente el conflicto. En este
sentido, si bien existe una desigualdad material entre las partes que enfrentan un juicio en
el proceso laboral, dicha desigualdad no puede alterar la esencia misma del proceso, y,
por tanto, el juez deberá atenerse a las reglas con fines compensatorios que el legislador
haya definido, siempre con la finalidad de armonizar la noción de debido proceso con las
particularidades o el particularismo del derecho procesal laboral.
Por otro lado, es preciso en la tramitación procesal tener siempre a la vista lo
dispuesto en los Libros I y II del Código de Procedimiento Civil, en razón de su aplica-
ción supletoria dispuesta por el artículo 432 del Código del Trabajo. En este sentido,
las normas sobre tramitación del recurso de apelación, los incidentes, entre otros, son
aplicables en materia procesal laboral.
En todo caso, el artículo 432 contiene una directriz interpretativa, que ordena al
juez analizar si la norma del CPC a aplicar resulta contraria a los principios informadores
del proceso laboral. En caso de que así sea, el legislador ha resuelto esta antinomia
normativa ordenando al juez no aplicar la norma procesal civil que conflictúe con la norma
procesal laboral. Asimismo, el legislador ha reconocido la potestad del juez de determinar

Se considerarán válidos, para estos efectos, la grabación en medios de reproducción fonográfica, au-
diovisual o electrónica. La audiencia deberá ser registrada íntegramente, como asimismo todas las
resoluciones, incluyendo la sentencia que dicte el juez fuera de ella”.
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la creación de la forma procesal idónea para proseguir la tramitación del asunto que ha
quedado sin norma regulatoria expresa.
Los principios formativos del proceso cuentan con manifestaciones expresas en
el Código del Trabajo, y es posible encontrarlos, por ejemplo, en las siguientes disposi-
ciones normativas:
• Principio de oralidad: es recogido por lo dispuesto en el artículo 425 inciso 2º
Código del Trabajo (“Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las
excepciones expresamente contenidas en esta ley”), en el artículo 425 inciso
3º (“Las actuaciones realizadas oralmente, por o ante el juez de la causa, serán
registradas por cualquier medio apto para producir fe y que permita garantizar
la fidelidad, conservación y reproducción de su contenido”), y artículo 455
Código del Trabajo, contrario sensu (“Al finalizar la audiencia se extenderá el
acta correspondiente, en la que constará el lugar, fecha e individualización del
tribunal, de las partes comparecientes, de sus apoderados y abogados, y de
toda otra circunstancia que el tribunal estime necesario incorporar”);
• Principio de publicidad se encuentra recogido en el artículo 428 CT (“Los
actos procesales serán públicos…”);
• Principio de concentración: encuentra manifestación en el artículo 428
Código del Trabajo (“Los actos procesales … deberán realizarse con la cele-
ridad necesaria, procurando concentrar en un solo acto aquellas diligencias en
que esto sea posible”), 426 inciso 3º Código del Trabajo (“Iniciada la audiencia,
ésta no podrá suspenderse. Excepcionalmente, y sólo en el evento de caso
fortuito o fuerza mayor, el juez podrá, mediante resolución fundada, suspender
la audiencia. En el mismo acto deberá fijar nuevo día y hora para su realiza-
ción”); artículo 426 inciso 4º (“El tribunal deberá habilitar horarios especiales en
caso de que el desarrollo de la audiencia exceda al horario normal de su funcio-
namiento”), y artículo 443 Código del Trabajo (“Los incidentes de cualquier
naturaleza deberán promoverse preferentemente en la audiencia respectiva y
resolverse de inmediato. Excepcionalmente, el tribunal podrá dejar su resolu-
ción para la sentencia definitiva”);
• Principio de inmediación: encuentra sus manifestaciones normativas en el
artículo 427 inciso 1º (“Las audiencias se desarrollarán en su totalidad ante
el juez de la causa, el que las presidirá y no podrá delegar su ministerio. El
incumplimiento de este deber será sancionado con la nulidad insaneable de
las actuaciones y de la audiencia, la que deberá declarar el juez de oficio o a
petición de parte”), y en la consagración de delegación excepcional en Secre-
tario de Juzgado de Letras suplente, bajo determinadas condiciones;

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