Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1040/2008 de 30 octubreRJ\2009\404
UNION DE HECHO: REGIMEN JURIDICO: diferenciación del matrimonio: integración por quienes no
quieren contraerlo: inaplicabilidad del régimen económico matrimonial por analogía legis; RUPTURA:
efectos: compensación económica al conviviente perjudicado: inducción de una regla por analogía iuris:
aplicación del principio de proteción al perjudicado, de la doctrina del enriquecimiento injusto o de las
reglas previstas para la ruptura de la unión matrimonial; improcedencia: ausencia de acuerdo relativo a
la formación de un patrimonio común: independencia económica de los convivientes: falta de prueba de
la mayor dedicación de la actora a la pareja: inexistencia de enriquecimiento injusto del demandado a
costa de la actora.
Jurisdicción: Civil
Recurso de Casación núm. 1058/2006
Ponente: Excmo Sr. clemente auger liñán
SENTENCIA
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados indicados al margen el
recurso de casación contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Audiencia Provincial de
Alicante, Sección Séptima, como consecuencia de autos, juicio ordinario número 896/2002, seguidos
ante el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Elche, sobre acción declarativa de unión de hecho y
reclamación de cantidad, cuyo recurso fue interpuesto por Doña Carolina , representada por el
Procurador de los Tribunales Don Emilio Moreno Saura, en el que es recurrido Don Jose Carlos ,
representado por el Tribunal Don Luis Estrugo Muñoz.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO
Ante el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Elche, fueron vistos los autos, juicio ordinario,
promovidos a instancia de Doña Carolina , contra Don Jose Carlos , sobre acción declarativa de unión de
hecho y reclamación de cantidad.
Por la parte actora se formuló demanda arreglada a las prescripciones legales, en la cual solicitaba,
previa alegación de los hechos y fundamentos de derecho: "... se dictara sentencia por la que se
reconozca la ruptura de la unión paramatrimonial existente ahora entre las partes, acordando los
siguientes efectos:
.- Se declare que entre Doña Carolina y Don Jose Carlos existió una convivencia de hecho, que como
consecuencia de esa convivencia de hecho se adquirieron unos bienes, bienes que se relacionan en el
hecho sexto de la demanda, que con fundamento en reiterada doctrina jurisprudencial, en especial del
Tribunal Supremo, se otorgue a Doña Carolina , por ser la parte más perjudicada, una indemnización
correspondiente al cincuenta por ciento del valor de los bienes antes relacionados, como consecuencia
de la ruptura unilateral de la convivencia por parte de su pareja, evitándose así un perjuicio injusto a ésta
.- Que se conceda una pensión compensatoria, y/o indemnización compensatoria a favor de Doña
Carolina por el desequilibrio económico que ha sufrido como consecuencia de la ruptura unilateral de la
relación por parte del varón, Don Jose Carlos . Pensión y/ o idemnización compensatoria que ha de
cuantificarse en seiscientos euros (600 euros), mensuales, los cuales debe ingresar Don Jose Carlos , en
la cuenta bancaria que para tal fin suscribirá la demandante, y que previamente le comunicará, ingreso
que ha de efectuarse entre los días uno a cinco de cada mes, cantidad que ha de actualizarse
anualmente todos los meses de enero de cada año, según las variaciones del IPC, conforme al informe
del Instituto Nacional de Estadística y/o Organismo que haga sus veces.
.- Se atribuya a Doña Carolina al uso y disfrute del que es hogar familiar, sito en la CALLE000 número
NUM000 , planta NUM001 de Elche, así como enseres y muebles que conforman el ajuar doméstico, por
considerarse el interés más necesitado de protección por la situación de hecho.
.- De no apreciarse los anteriors pedimentos y de forma subsidiaria, una vez declarada la relación de
convivencia que existió entre la actora y el demandado, se proceda a la disolución y liquidación de la
misma, liquidación que habrá de efectuarse en ejecución de sentencia, con relación a los bienes que se
relacionan en el hecho sexto de la presente demanda, cuyo valor será el del momento en que se proceda
en definitiva a su liquidación y respectiva adjudicación a Doña Carolina , se admita la ación de
enriquecimiento injusto por la que se deberá condenar al demandado a entregar a su mandante una
cantidad que a juicio de S.Sª compense satisfactoriamente a Doña Carolina de los trabajos y servicios y
empobrecimiento sufrido a consecuencia de los años de convivencia y posterior disolución de la unión
extramatrimonial.
.- Se condene a Don Jose Carlos al pago de las costas si se opusiere a los pedimentos de la
demanda".
Asimismo, el demandado formuló demanda reconvencional contra Doña Carolina , y tras alegar los
hechos y fundamentos de derecho que estimó de aplicación suplicó al Juzgado: "...se sirva dictar
sentencia por la que se estime en su integridad la demanda reconvencional interpuesta por mi mandante
y, en consecuencia se acuerde haber lugar las medidas que sean precisas para la plena efectividad de la
posesión de la vivienda sita en la CALLE000 , número NUM000 , NUM001 planta, en relación a mi
mandante, adoptando las medidas precisas para asegurar y que por lo tanto y en ese sentido se requiera
a la Sra. Carolina a los fines de que desaloje la vivienda y subsidiariamente al lanzamiento de la misma
de la vivienda y los bienes que pudieran pertenecer a la citada, previo inventario de los mismos e
igualmente se adopte cauterlamente caución por importe de 9.000 euros y se condene a la demandada
en reconvención al pago de las costas procesales causadas, por su evidente temeridad y mala fe.
Por el Juzgado se dictó sentencia con fecha 1 de diciembre de 2004 , cuya parte dispositiva es como
sigue: "FALLO: Que estimando parcialmente la demanda formulada por el Procurador de los Tribunales
Don Pascual Móxica Prunesa, en nombre y representación de Doña Carolina , contra Don Jose Carlos
debo declarar y declaro que entre ambos existió una convivencia de hecho absolviendo al citado
demandado del resto de las pretensiones deducidas contra el en la demanda origen de esta litis con
carácter principal y subsidiario las cuales se desestiman, debiendo abonar cada parte las costas
causadas a su instancia y las comunes por mitad".
SEGUNDO
Tribunal Supremo (Sala de lo Civil, Sección 1ª).Sentencia núm.
1040/2008 de 30 octubreRJ\2009\404
Contra dicha sentencia se interpusieron recursos de apelación que fueron admitidos, y sustanciados
éstos, la Audiencia Provincial de Alicante, Sección Séptima, dictó sentencia con fecha 21 de Febrero de
2006 ( PROV 2006, 186628) , cuyo fallo es del tenor literal siguiente: "Que con desestimación del recurso
de apelación deducido por la representación de Don Jose Carlos y con desestimación del recurso de
apelación interpuesto por la representación procesal de Doña Carolina , debemos confirmar y
confirmamos la sentencia dictada en fecha uno de diciembre de dos mil cuatro, por el Juzgado de
Primera Instancia número 1 de Elche , en las actuaciones de que dimana el presente rollo, sin expresa
imposición de costas de esta alzada a ninguna de las partes"
TERCERO
El Procurador Don Emilio Moreno Sauz, en nombre y representación de Doña Carolina , formalizó
recurso de casación que funda en un solo motivo:
Motivo único: Se entiende como infringidos los artículos 3.1 y 4.1 del Código Civil ( LEG 1889, 27) , en
relación con los artículos 96, 97, 99 y 1438 todos ellos también del Código Civil , así como los artículos
14 y 39 de la Constitución ( RCL 1978, 2836) .
CUARTO
Evacuado el traslado conferido, por el Procurador Don Luis Estrugo Muñoz, en nombre y
representación de Don Jose Carlos , presentó escrito de impugnación suplicando a la Sala: "se declare
no haber lugar al recurso de casación formulado por la representación de Doña Carolina , contra la
sentencia dictada por la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Alicante de fecha 21 de febrero
de 2001 , y se condene a Doña Carolina al pago de las costas procesales causadas en el presente
recurso de casación.
QUINTO
Por Auto de esta Sala de fecha 26 de diciembre de 2007 se acuerda admitir dicho recurso de casación.
SEXTO
No habiéndose solicitado por las partes la celebración de vista pública se señaló para votación y fallo el
día 24 de octubre de 2008, en que ha tenido lugar.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
Doña Carolina dedujo demanda de juicio ordinario frente a don Jose Carlos alegando, en síntesis, que
en el año 1986 ambos decidieron formar una familia natural y una relación paramatrimonial
fundamentada en la idea de permanencia, consolidación y progreso. La relación de convivencia se
desarrolló de forma libre, pública, notoria e ininterrumpida durante 17 años, hasta que el demandado
decidió romper la unión de pareja. Con anterioridad a ello, y al verse obligada por un revés económico, la
actora -según expuso en la demanda- había decidido vender a su pareja la vivienda que era de su
propiedad por el valor exacto de la hipoteca que gravaba el inmueble, con objeto de poder superar las
dificultades económicas y con la idea de que, una vez desaparecida la situación de penuria, el
demandado volviera a escriturar la vivienda a su nombre, a lo que, sin embargo, éste se negó cuando le
fue solicitada la devolución de la escritura de la casa. Durante los años de convivencia, la demandante
-siempre según sus palabras- compaginó, mientras lo pudo hacer, su trabajo con las labores domésticas
y atendió a su pareja y a la familia de éste, soportando económicamente todos los gastos de la vivienda y
los propios del hogar familiar, habiendo aportado a la vida en común el inmueble, los bienes muebles y
los enseres durante casi todo el tiempo que duró la relación, que se deterioró cuando la actora cayó
enferma y comenzó a sufrir malos tratos por parte de su compañero. Como consecuencia del cese de la
convivencia se produjo para la actora un empobrecimiento respecto de la situación que disfrutaba
anteriormente, acrecentado por la minusvalía que le fue declarada y por su incapacidad total y
permanente para trabajar, en tanto que el demandado aumentó de fortuna, encontrándose aquélla en
peor situación respecto de éste tras la ruptura de la pareja, por lo que, siempre según la demandante,
procede arbitrar un sistema de equidad que permita liquidar la situación para-jurídica evitando el
desequilibrio económico entre los convivientes, y salvaguardando el interés más necesitado de
protección. Y sobre la base de todo ello, solicitó que se declarase que entre las partes existió una
convivencia de hecho, como consecuencia de la cual se adquirieron unos determinados bienes, y que se
le otorgase una indemnización equivalente al cincuenta por ciento de los mismos por ser la parte más
SEGUNDO
TERCERO
La adecuada respuesta a la cuestión suscitada en el recurso, y, por tanto, en la demanda, pasa, ante
todo, por poner de manifiesto, tal y como se hace en la reciente Sentencia de 8 de mayo de 2008 ( RJ
2008, 3345) -recogiendo, a su vez, los términos de la de fecha 19 de octubre de 2006-, que la realidad
social que encierra la convivencia a modo marital o las uniones de hecho ha carecido hasta fechas muy
próximas de toda consideración jurídica, lo que no significa que tales uniones fueran contrarias a la ley, ni
Tribunal Supremo (Sala de lo Civil, Sección 1ª).Sentencia núm.
1040/2008 de 30 octubreRJ\2009\404
Es, pues, esa diferencia entre la unión de hecho y el matrimonio, y la voluntad de eludir las
consecuencias derivadas del vínculo matrimonial que se encuentra ínsita en la convivencia "more uxorio",
la que explica el rechazo que desde la jurisprudencia se proclama de la aplicación por "analogía legis" de
las normas propias del matrimonio, entre las que se encuentran las relativas al régimen económico
matrimonial; lo que no empece a que puedan éstas, y, en general, las reguladoras de la disolución de
comunidades de bienes o de patrimonios comunes, ser aplicadas, bien por pacto expreso, bien por la vía
de la "analogía iuris" - como un mecanismo de obtención y de aplicación de los principios inspiradores del
ordenamiento a partir de un conjunto de preceptos y su aplicación al caso no regulado-, cuando por "facta
concludentia" se evidencie la inequívoca voluntad de los convivientes de formar un patrimonio común (
Sentencias de 22 de febrero ( RJ 2006, 831) y de 19 de octubre de 2006 ( RJ 2006, 8976) ), pues los
bienes adquiridos durante la convivencia no se hacen, por ese mero hecho, comunes a los convivientes,
sino que pertenecen a quien los ha adquirido, salvo que, de forma expresa o por medio de hechos
concluyentes se evidencie el carácter común de los mismos (Sentencia de 8 de mayo de 2008 ).
Inistiendo en lo anterior, se ha de significar que esta Sala -cfr. Sentencias de 12 de septiembre de 2005
( RJ 2005, 7148) , de Pleno, y 19 de octubre de 2006, y tras ellas, la de fecha 8 de mayo de 2008, en
recurso de casación 1428/2001 - ha acudido al mecanismo de la analogía "iuris" para extraer, por
inducción, un principio inspirador con arreglo al cual se pueda resolver la cuestión consistente en cuáles
han de ser las consecuencias económicas derivadas del cese de la convivencia "more uxorio",
presupuesta la ausencia de norma específica legal y la falta de pacto, expreso o tácito, establecido por
los miembros de la pareja. De esta forma, se ha buscado y encontrado fundamento a la compensación
del conviviente que ha visto emperorada su situación económica a resultas de la ruptura de la relación en
la figura del enriquecimiento injusto, ampliamente considerado, y gravitando en torno a la denominada
"pérdida de oportunidad", que sería -como explica la sentencia de 12 de septiembre de 2005 - <<el factor
de soporte que vendría de algún modo a sustituir al concepto de "empeoramiento" que ha de calificar el
desequilibrio>>.
Como se precisa en la Sentencia de 8 de mayo de 2008 , de continua referencia, hay, sin duda, otros
argumentos capaces de justificar la procedencia de la compensación económica en los casos de
desequilibrio tras el cese de la convivencia al modo marital. Se basan éstos, en unos casos, en el
principio general de protección al perjudicado, enraizado en el principio constitucional que proclama la
dignidad de la persona y el desarollo de la libre personalidad -artículo 10.1 de la Constitución ( RCL 1978,
2836) -, que sitúa el centro de atención, no en el hecho de si se han efectuado aportaciones económicas
o se ha sufrido un empobrecimiento, sino en la circunstancia de que haya habido importantes aumentos
patrimoniales durante la convivencia y en la dedicación al trabajo y atención al hogar, dejando al
conviviente que la ha prestado al margen de todo beneficio económico. En otros casos, la justificación de
la compensación económica viene de la mano de la aplicación al cese de la convivencia "more uxorio" de
las reglas previstas en el Código Civil ( LEG 1889, 27) para la fijación de las consecuencias derivadas de
la ruptura matrimonial -artículos 97, 98 y 1438- con base en la similitud relativa entre uno y otro caso -y,
desde luego, con base en el concepto amplio de familia que ha elaborado el Tribunal Constitucional (
STC 222/1992 ( RTC 1992, 222) )-, que justifica un método de integración que conduce a aplicar a las
situaciones de hecho las consecuencias establecidas para la disolución -o nulidad, según el caso- del
vínculo matrimonial sin necesidad de sostener la semejanza entre dos instituciones que son distintas -sin
necesidad, por lo tanto, de recurrir a sistemas de integración basados en la analogía-, y sin que sea
preciso acudir a la figura del enriquecimiento injusto.
Llegado este punto, debe recordarse que son ya doce las Comunidades Autónomas las que han
regulado legalmente las uniones de hecho en sus distintos aspectos, llegando algunas de ellas a
establecer las normas que han de regir las consecuencias económicas de su ruptura. Entre ellas se
encuentra la Comunidad Valenciana, que ha dictado la Ley 1/2001, de 6 de abril ( LCV 2001, 137) , por la
que se regulan las Uniones de Hecho, cuya aplicación está condicionada a la inscripción de la pareja en
el Registro Administrativo de Uniones de Hecho de la Comunidad Valenciana, que tiene, además,
carácter constitutivo (artº. 1.1 y 2 ), si bien dicha Ley no regula las consecuencias de la extinción de la
unión, limitándose exclusivamente a remitirse a la voluntad de las partes, y a prever la inscripción del
pacto entre ellas que regule dichas consecuencias.
CUARTO
Se está ya, por tanto, en condiciones de dar respuesta a los tres motivos del presente recurso, los
cuales, dada su finalidad común y el carácter complementario que presentan entre sí, deben ser
resueltos conjuntamente, y -ya se anuncia- ser desestimados.
Debe señalarse, ante todo, que es pacífica la inexistencia de norma especial que regule las
consecuencias de la ruptura de la convivencia extramatrimonial de que se trata: no es aplicable la Ley
1/2001, de 6 de abril ( LCV 2001, 137) , de la Comunidad Valenciana , reguladora de las uniones de
hecho, pues además de que su inaplicabilidad deriva de la falta de constancia de la inscripción de la
unión en el correspondiente registro administrativo, no establece, por ende, normas "ad hoc" más allá que
la referida a la simple reserva de la libertad de pactos, también con acceso al registro, que en este caso,
sin embargo, son inexistentes.
Ya se ha indicado que el criterio jurisprudencial con arreglo al cual debe decidirse la controversia
objeto del litigio y, por ende, de este recurso, es el que deriva de la Sentencia -de Pleno- de fecha 12 de
septiembre de 2005 ( RJ 2005, 7148) , que, consecuente con su carácter plenario, tiene una finalidad
Tribunal Supremo (Sala de lo Civil, Sección 1ª).Sentencia núm.
1040/2008 de 30 octubreRJ\2009\404
Faltan, por tanto, los presupuestos necesarios para reconocer el derecho de la solicitante a una
indemnización equivalente al 50% del valor de los bienes adquiridos durante la convivencia, toda vez
que, sentanda la improcedencia de la aplicación analógica de las normas reguladoras de la disolución y
liquidación del régimen matrimonial de ganaciales, no hay constancia de la voluntad de formar un
patrimonio común, ni se aprecia el perjuicio de la demandante que sirve de base a dicha pretensión
indemnizatoria. Igualmente improcedente resulta el abono de la pensión compensatoria y la atribución del
uso de la vivienda familiar que reclama: la aplicación analógica de los artículos 96 y 97 está excluída; y el
reconocimiento de tales derechos mediante la aplicación de principios generales por la vía de la analogía
"iuris" pasa ineludiblemente por verificar la existencia de un perjuicio y un desequilibrio en la posición de
la demandante respecto del otro conviviente y en comparación con la situación de convivencia, una vez
cesada ésta, que justifique la compensación pretendida y la atribución del derecho de uso de la vivenda
por ser portadora, en definitiva, del interés más digno de protección, presupuestos éstos que, sin
embargo, no concurren en el caso considerado. Y, en fin, las circunstancias expuestas conducen del
mismo modo a rechazar cualquier indemnización, y más aun compensación de todo género, con base en
el enriquecimiento injusto, pues impiden apreciar desplazamiento patrimonial alguno y el
empobrecimiento de la demandante, siquiera en un sentido lato del término, equivalente a una pérdida de
oportunidades como consecuencia de la dedicación familiar, que, sobre la base de su carácter injusto,
sirvan para asentar la reclamación económica y patrimonial que se contiene en la demanda.
La sentencia de instancia, así las cosas, resuelve adecuadamente la cuestión jurídica suscitada,
ajustándose a la doctrina jurisprudencial con arreglo a la cual debe solucionarse el debate, por lo que no
cabe sino rechazar los tres motivos del recurso.
QUINTO
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español
FALLAMOS
I.- Declaramos que la jurisprudencia no establece analogía entre la unión de hecho y el matrimonio. El
derecho a indemnización depende de las circunstancias del supuesto, en virtud de la doctrina del
"enriquecimiento injusto".
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto
las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos Juan Antonio Xiol Ríos . Jesús Corbal
Fernández. Clemente Auger Liñán. Rubricado. PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior
sentencia por el EXCMO. SR. D. Clemente Auger Liñán, Ponente que ha sido en el trámite de los
presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal Supremo, en el día
de hoy; de lo que como Secretario de la misma, certifico.
El presente texto se corresponde exactamente con el distribuido de forma oficial por el Centro de Documentación Judicial
(CENDOJ), en cumplimiento de lo establecido en el artículo 3.6 b) del Reglamento 3/2010 (BOE de 22 de noviembre de
2010). La manipulación de dicho texto por parte de Editorial Aranzadi se puede limitar a la introducción de citas y
referencias legales y jurisprudenciales.