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Esa es la pregunta que ha intentado responder, desde hace más que de quince años,
la experta en salud pública Sandra Cortés, quien ahora lidera un importante
estudio mandatado por el Ministerio de Salud en Coronel, así como también otro
próximo en la región de Valparaíso.
Coronel
El estudio en Coronel abarcará 1.260 personas adultas, quienes responderán una encuesta
demográfica, un cuestionario de salud para identificar algunos factores de riesgo, medición
de su función respiratoria, y una muestra de sangre y orina. “Vamos a tener una imagen
general de su estado de salud y si ésta se relaciona con factores ambientales", explica
Sandra Cortés, profesora del departamento de Salud Pública UC. (Fotografía: Equipo del
estudio en Coronel)
Ante las voces de alarma de la comunidad, el Ministerio de Salud realizó una
licitación para hacer un estudio de alcance poblacional en la comuna de Coronel y
que tiene una particularidad: es el primero con foco específicamente en la salud de
las personas.
“Es una especie de mini Encuesta Nacional de Salud, pero con un tamaño de
muestra que permite tener indicadores epidemiológicos con representatividad
comunal. Y eso es lo que lo hace tan valioso. En la encuesta nacional de salud
tenemos una muy buena imagen de las enfermedades crónicas en Chile, pero tiene
representatividad nacional y regional, lo que no permite visibilizar la situación a
nivel comunal. Este estudio va a permitir caracterizar en profundidad lo que
pasa en específico en la comuna de Coronel, tener representatividad a nivel de
población adulta, tanto en zonas expuestas a fuentes emisoras, como no
expuestas a estas”, explica la investigadora.
La otra gran diferencia es que en este estudio el equipo va a explorar en los niveles
de elementos químicos que para las personas son muy relevantes: el arsénico
inorgánico en orina y el plomo en la sangre.
“Y como vamos a tener una mirada completa de su estado de salud -porque vamos a
evaluar la función respiratoria, si hay alteraciones como diabetes, hipertensión, etc.-,
vamos a poder estimar si hay alguna relación o no entre la ocurrencia de este perfil
de salud y una reciente exposición a metales. Y si no la hubiera, vamos a poder
identificar efectivamente cuán distintos son respecto al resto de la región y de Chile,
porque usamos la misma metodología que se usa en la Encuesta Nacional de Salud”,
expresa Sandra Cortés.
“Vamos a tener una imagen general de su estado de salud y si ésta se relaciona con
factores ambientales, es una foto del momento presente, la que podría eventualmente
cambiar si es que cambiaran las condiciones ambientales”, dice la profesora Cortés.
La comunidad
“Una cosa que nosotros hemos explicado cuando hemos hablado con representantes
de la comunidad, es que no vamos a poder responder todas las preguntas. Pero las
que sí respondamos, vamos a hacerlo en base a metodología científica, validada y
con toda la autonomía que nos da el ir como universidad el hacer esta investigación.
Hay mucha desconfianza en las personas, ya que en estas comunidades se han
realizado varios otros estudios, pero esta es la primera vez que se va a usar una
metodología validada, estandarizada, comparable y por un ente autónomo, como lo
es la universidad. Eso lo valora mucho la gente, lo valora muchísimo".
"(...) No vamos a poder responder todas las preguntas. Pero las que sí respondamos,
vamos a hacerlo en base a metodología científica, validada y con toda la autonomía
que nos da el ir como universidad el hacer esta investigación" - Sandra Cortés,
académica Escuela de Medicina UC.
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Cambios
"Hay mucha desconfianza en las personas, ya que en estas comunidades se han realizado
varios otros estudios, pero esta es la primera vez que se va a usar una metodología validada,
estandarizada, comparable y por un ente autónomo, como lo es la universidad. Eso lo
valora mucho la gente, lo valora muchísimo", afirma Sandra Cortés. (Fotografía: Equipo
del estudio en Coronel)
“A mí me parece que esta es una muy buena oportunidad para empezar a desmitificar
efectivamente cuánto de los problemas de salud que nosotros vemos, pueden deberse
a estilos de vida, o bien a la historia residencial o a la historia ocupacional y otras
exposiciones recientes. Y eso ya es un tremendo avance que hasta ahora no se había
podido abordar en Chile”, dice entusiasmada Sandra Cortés.
Mi experiencia en Chañaral muestra que cuando uno les presenta los resultados de
las investigaciones a las personas, y estos se relacionan con las percepciones que las
personas tienen o con los cambios que han observado en el paisaje, comprenden
fácilmente y son capaces entonces de poder decidir de mejor manera lo que ellos
pueden controlar. Y en lo que no, entran al juego las políticas públicas. En Coronel
espero que tengamos muchos más resultados beneficiosos, porque las personas hoy
también son distintas. Hay muchas más organizaciones, más información; aunque
también hay muchas más fake news, muchos mitos en algunos casos…”
Mirada integral
“Vamos a tener un año bastante intenso”, dice Sandra Cortés. Y sí que lo será.
Porque casi en paralelo estará dirigiendo un estudio muy similar en Quintero,
Puchuncaví y Concón, con una muestra de un tamaño muy parecido al de
Coronel. Allí se van a evaluar los mismos metales: arsénico y plomo, y también
van a hacer un perfil de salud completo a la población.
Pero más que el trabajo, las preocupaciones de la investigadora van por otro
lado. “Nos pena el no tener una política pública de salud ambiental”, dice.
“Tenemos un sistema de salud muy fuerte en la atención primaria, pero que depende
fuertemente de los municipios, y por otro lado tenemos las autoridades centrales y
regionales de salud. Siempre se utilizan los fondos públicos para abordar estas
problemáticas, pero los énfasis y las priorizaciones muchas veces se han tomado sin
la consideración ni la participación de las comunidades, y por eso ellos se sienten
como zonas de sacrificio y se reconocen discriminados. Y por otro lado está la
autoridad ambiental, que solo puede gestionar cuestiones meramente ambientales,
que tienen un instrumento ambiental, sin abordar la complejidad que existe en las
poblaciones humanas expuestas a contaminantes ambientales generados por fuentes
fijas y móviles.
También tenemos que pensar cómo va a ser la recuperación post Covid , porque
nuestros edificios ´inteligentes’, por ejemplo, no tienen capacidad de abrir ventanas
y pueden representar un riesgo tremendo para las personas. Tenemos muchos hilos
sueltos, porque no tenemos una política de salud ambiental que se haga cargo de esta
complejidad. Ese es un tema del que tenemos que hacernos cargo”, concluye.
"El deterioro de la salud de las personas a causa del deterioro ambiental queda en
tierra de nadie. Necesitamos una política nacional de salud ambiental, donde se
pueda incorporar la problemática de los lugares contaminados (...)" - Sandra
Cortés, profesora del Departamento de Salud Pública UC.