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El Estatuto Docente nada dice con relación a la posibilidad de que el

empleador pueda modificar la distribución horaria de un docente, por lo


tanto hay que recurrir a las normas del Código del Trabajo las cuales
indican que es posible modificar el contrato de trabajo de común acuerdo en
todas aquellas materias en que las partes hayan podido convenir
libremente. Así, el empleador para alterar la distribución horaria que tiene el
docente deberá contar con la aceptación de éste.
Si el docente presta servicios en un establecimiento de educación particular, resulta aplicable
lo dispuesto en el artículo 78 de la ley 19.070, esto es, que la relación laboral, al ser de
derecho privado, se rige por las normas del Código del Trabajo en todo aquello que no esté
expresamente establecido en el Título IV del Estatuto Docente. Ahora bien, atendido que el
Estatuto Docente nada dice con relación a la posibilidad que el empleador pueda modificar la
distribución horaria de un docente, debe recurrirse a las normas del Código del Trabajo que se
aplican supletoriamente. Este cuerpo normativo establece, en su inciso 3° del artículo 5°, que
el contrato de trabajo se puede modificar de común acuerdo en todas aquellas materias en
que las partes hayan podido convenir libremente. De esta manera, el empleador para alterar la
distribución horaria que tiene el docente deberá contar con la aceptación de éste. En el caso
que la distribución horaria se haya estipulado en un anexo del contrato con una vigencia del
año laboral docente, las partes podrían convenirla para el nuevo año laboral. Así las cosas,
teniendo el docente pactado en su contrato de trabajo una determinada carga horaria así
como su distribución semanal, para alterarla el empleador debe contar con la aceptación del
profesional de la educación. Modificarla unilateralmente importa infringir el contrato de trabajo
cosa que los Servicios del Trabajo sancionan con multa. Así se ha pronunciado la Dirección
del trabajo, entre otros, en dictamen 4023/0198 de 30.10.2001.

Precisado lo anterior, cabe advertir que el Estatuto Docente, en el referido título IV, aplicables
a los profesionales de la educación a que alude la presente consulta, no contempla norma
alguna en materia de modificación de la duración de la jornada de trabajo de los docentes,
razón por la cual, como ya se expresara, se hace necesario recurrir a las disposiciones que
supletoriamente rigen al efecto, contenidas en el Código del Trabajo.

Ahora bien, el artículo 10 Nº 5 del citado Código, prescribe:

"El contrato de trabajo debe contener, a lo menos las siguientes estipulaciones:


"5.-duración y distribución de la jornada de trabajo, " salvo que en la empresa existiere el
sistema de trabajo por " turno, caso en el cual se estará a lo dispuesto en el " reglamento
interno".

Por su parte, el artículo 5º del texto legal en comento, en su inciso 2º, expresa:

"Los contratos individuales y colectivos de trabajo podrán ser modificados, por mutuo
consentimiento, en aquellas materias en que las partes hayan podido convenir libremente".

De los preceptos legales transcritos y de acuerdo a la reiterada doctrina de este Servicio, se


colige que la duración de la jornada de trabajo no puede ser modificada sino por
consentimiento mutuo de las partes.

Corrobora lo anterior el precepto del artículo 1545 del Código Civil que, prescribe:

"Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los " contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su " consentimiento mutuo o por causas legales".

De la norma legal preinserta se infiere, igualmente, que las cláusulas de todo contrato
legalmente celebrado son jurídicamente obligatorias y no pueden ser modificadas sino por
mutuo consentimiento o por causas legales.

Conforme con lo expuesto, es posible afirmar que las partes, en virtud del principio de la
autonomía de la voluntad, pueden acordar modificar la carga horaria dentro de los límites
legales.

En mérito de lo expuesto, no cabe sino concluir, que en la situación en análisis las


extensiones horarias constituyen una modificación del contrato de trabajo, específicamente,
en lo que a la duración de la jornada de trabajo se refiere.

Es necesario advertir, además, que las mencionadas modificaciones producirán sus efectos
en los términos que las partes lo han convenido, de forma tal que si las mismas han sido
circunscritas a un plazo determinado, significa que a su vencimiento el docente quedará
afecto, nuevamente, a la jornada laboral convenida antes de la respectiva modificación.

Con todo, considerando que la programación de las actividades docentes de un


establecimiento educacional y el cumplimiento de la función educativa, de acuerdo con los
planes y programas de estudio fijados por el Ministerio de Educación se encuentran
comprendidos dentro de las atribuciones del empleador de organizar y dirigir el trabajo desde
un punto de vista técnico, no cabe sino concluir que éste último se encuentra facultado para
fijar anualmente de forma unilateral, la distribución de las actividades docentes acordadas con
los profesionales de la educación, respetando, en todo caso, la duración y distribución de la
jornada diaria y semanal pactada en los contratos y sus respectivos anexos. Así por ejemplo,
podría determinar que la primera y segunda hora de clases de un día lunes, sea destinado a
docencia de aula o bien a curricular no lectiva.

De ello se sigue, entonces, que en la especie se cumple con las estipulaciones mínimas de
que se trata, debiendo el empleador para modificar las mismas, contar con el consentimiento
del respectivo profesional de la educación, salvo en lo que dice relación con el horario de las
funciones acordadas, que tal como ya se expresara pueden ser fijadas unilateralmente por el
sostenedor, en ejercicio de su poder de mando y dirección, pueda unilateralmente fijar los
horarios de las funciones convenidas con el docente, siempre y cuando respete la duración
diaria y semanal de la jornada de trabajo convenida en el respectivo contrato o sus anexos.

Esta es la excepción que existe pero, esta duración diaria y semanal debe constar en el
contrato o en su anexo de contrato, sino está vulnerando los derechos del docente y puede
realizar una denuncia a la Inspección del Trabajo.

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