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Derechos sociales

Son aquellos que facilitan a los ciudadanos o personas de un país a desarrollarse en autonomía,
igualdad y libertad, así como aquellos derechos que les permiten unas condiciones económicas y
de acceso a bienes necesarios para una vida digna. Estos fueron ratificados por la ONU en 1988 a
nivel internacional y aparecen en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC) aprobado en 1966 y que entró en vigor en 1976 y de forma más genérica en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

Tomando en cuenta varios artículos de la constitución política, los derechos sociales serian, por
ejemplo:

-El derecho a un empleo y a un salario.

-El derecho a la protección social en casos de necesidad (jubilación, seguridad social, desempleo,
bajas laborales por causas de salud, maternidad o paternidad, accidentes laborales).

-El derecho a la vivienda, un hogar seguro.

-El derecho a la educación.

-El derecho a la salud.

-El derecho a un medio ambiente saludable, al acceso a la cultura y a todos los ámbitos de la vida
pública.

-El derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria.

Los derechos sociales están pensados para las personas que se encuentran en alguna situación de
desventaja social o económica. Esta situación de inferioridad puede estar causada por numerosos
factores. Tales como pertenecer a una familia sin recursos o desestructurada, ser víctima de
violencia doméstica, no disponer de las mismas oportunidades que otros, etc. Hay que destacar
que son derechos positivos, es decir, el Estado ha de proveer las herramientas para que se vean
cumplidos. Por ejemplo, si se reconoce el derecho a la educación universal, el Estado ha de ofertar
colegios y profesores para materializar dicho derecho.

¿De dónde vienen los derechos sociales?

los derechos sociales van ligados al concepto de sociedad, es decir, necesita de la existencia de
una sociedad, de grupos organizados en los que cada persona desempeña unos roles y ocupa un
lugar que le es reconocido por sus semejantes, para poder existir.

Aunque desde la Antigüedad ya se habían introducido figuras legales en este sentido, como en
Grecia, el Imperio romano y otras civilizaciones, los derechos sociales se remontan a la Revolución
francesa, cuando emerge la figura de la ciudadanía y se le asignan derechos y obligaciones.

No fue hasta los inicios del siglo XX, tras la Primera Guerra Mundial, cuando se logró un cierto
consenso sobre la importancia de estos derechos y su alcance.

¿Y por qué es tan importante luchar por estos derechos en el siglo XXI? Porque todavía existen
situaciones de riesgo en donde las personas no pueden cumplir estos objetivos. Por ejemplo, hay
lugares del mundo en los que una dolencia que en un país desarrollado ha sido perfectamente
superada gracias a la mejora de las condiciones de vida, puede tener una intensa gravedad por la
falta de recursos médicos.

En definitiva, el ser humano tiene derecho a crecer y desarrollarse como persona. Para ello,
necesita de los recursos externos de la sociedad de la que forma parte. Un entorno que respeta los
derechos sociales pone al servicio del bien común la principal riqueza: recursos de formación,
cultura, medicina, trabajo y ocio. La sociedad está formada por muchas personas distintas.

¿Cómo trabajar en defensa del derecho social?

Programa de voluntariado. Por medio de una iniciativa de estas características puedes participar
como voluntario dedicando una parte de tu tiempo libre a un proyecto en el que crees.

Puedes experimentar la satisfacción de trabajar por una causa noble. En ese caso, por medio de tu
implicación, tu generosidad y tu constancia durante tu tiempo libre puedes lograr este objetivo.

En tu experiencia como voluntario puedes descubrir que recibes mucho más que lo que das. Y,
también, por medio de la vivencia de un voluntariado internacional tienes la oportunidad de
descubrir las costumbres, tradiciones y la cultura del lugar de destino.

1. Ayuda económica. El tiempo es un factor económico muy importante en términos temporales,


sin embargo, existen momentos y circunstancias en los que tal vez no tengas la disponibilidad de
tiempo para implicarte con una causa social. Existen otras formas de ayuda y colaboración
desinteresada. Por ejemplo, hacer un donativo económico concretando una cantidad específica.
Lo más importante es que incluso las ayudas más pequeñas son valiosas para sumar valor en la
defensa del bien social.

Por ejemplo, puedes donar una cantidad económica concreta con motivo del cumpleaños de un
amigo ya que este gesto es un verdadero regalo para quien lo recibe como protagonista, pero
también, para la propia sociedad.

2.Defensa de los valores. Allí donde estés puedes ser un embajador del humanismo a través de tus
acciones, palabras y pensamientos. Es decir, un referente ético y moral en una sociedad que
necesita de personas que inspiren la importancia de la práctica del bien como verdadera causa de
felicidad.
3.Lista de bodas solidaria. Algunas parejas que se casan piden a sus invitados que en lugar de
comprar un regalo específico hagan un pequeño donativo en una entidad social.

4.Ser solidario en casa. Es una buena forma de entrenar los valores sociales desde el propio hogar
para después proyectar esta actitud más allá de la propia casa.

5.Dar voz a las situaciones de injusticia o a aquellas campañas destinadas a favorecer la evitación
de las desigualdades. Por ejemplo, a través de un blog personal o las redes sociales. Desde tu
propia posición tienes la autoridad de informar sobre estas cuestiones.

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