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UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

DERECHO PROCESAL ADMINISTRATIVO

AUTORES:

AÑAZCO MONTERO, STEPHANY

CARRERA GUTIÉRREZ, MARI

ESCALANTE CARLIN, LUIS

GÁLVEZ INFANTE, SANDRA

MEDINA MINEMOTO, SHIRLEY

MEDINA NARRO, KATHERINE

REYES ROSADO, EDGARDO

ASIGNATURA:

ANÁLISIS ECONÓMICO DEL DERECHO

NRC:
1811 - 1812
DOCENTE:

Compañero, WILLIAM GUANILO ALCANTARA

TRUJILLO- PERÚ - 2023


PRESENTACIÓN

Es un honor para mí presentarles la monografía titulada "Revisión, Rectificación y

Revocación de Actos Administrativos". Este trabajo busca profundizar en los procesos

clave dentro del ámbito administrativo, explorando las herramientas que la

administración tiene a su disposición para corregir y ajustar sus decisiones. A lo largo

de la monografía, se analizarán con detalle la revisión de actos administrativos, la

rectificación de errores y la revocación de dichos actos, destacando la importancia de

estos procedimientos en el contexto del ejercicio del poder administrativo.


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
1. REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
1.1. Rectificación
1.2. Reconsideración
2. NULIDAD EN LA REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
3. RECTIFICACIÓN DE ERRORES Y NULIDAD DE OFICIO
3.1 Rectificación De Errores:
3.2. Nulidad de Oficio:
3.2.1 Causales de nulidad de oficio de un acto administrativo
3.2.2. Órgano competente para declarar de oficio la nulidad de un acto
administrativo.
3.2.3. Plazo para declarar de oficio la nulidad de un acto administrativo.
3.2.4. Plazo para solicitar la nulidad de un acto administrativo ante el Poder
Judicial cuando el plazo prescribió en sede administrativa.
3.2.5. Debido proceso y notificación
4. LA REVOCACIÓN DE UN ACTO ADMINISTRATIVO
4.1. Supuestos habilitantes para revocar un acto administrativo
4.2. Procedimiento que se debe seguir para revocar un acto administrativo
4.3. Órgano competente para declarar la revocación del acto administrativo
4.4. Indemnización por la revocación
4.5. La irrevisabilidad de actos judicialmente confirmados
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA:
INTRODUCCIÓN

En el dinámico entramado de la administración pública, la toma de decisiones no

siempre es un proceso exento de desafíos y complejidades. La emisión de actos

administrativos, siendo una manifestación tangible del ejercicio del poder estatal, no

está exenta de posibles imperfecciones o cambios en las circunstancias que rodean su

aplicación. En este contexto, la revisión, rectificación y revocación de actos

administrativos emergen como instrumentos fundamentales, dotando a la administración

de las herramientas necesarias para corregir errores, adaptarse a nuevas realidades y

garantizar la vigencia de la legalidad.

La presente monografía se adentra en el intrincado universo de la revisión de actos

administrativos, la rectificación de errores y la revocación de dichos actos, explorando

sus definiciones, alcances y procedimientos asociados. Estos tres procesos, aunque

distintos en sus naturalezas y finalidades, convergen en la búsqueda de un ejercicio

administrativo que sea no solo eficiente y eficaz, sino también acorde con los principios

de legalidad y justicia.

En el transcurso de este estudio, nos sumergiremos en el análisis detallado de cada uno

de estos procesos. La revisión, concebida como una herramienta para evaluar la validez

y legalidad de los actos administrativos, se erige como el primer filtro de control. La

rectificación de errores, por su parte, se presenta como un mecanismo esencial para

corregir imprecisiones materiales que puedan afectar la esencia misma de una decisión

administrativa. Finalmente, la revocación, en su capacidad para dejar sin efecto actos

administrativos, se revela como una manifestación de la adaptabilidad y flexibilidad

necesaria para un ejercicio gubernamental en constante evolución.


A través de esta monografía, se buscará no solo comprender estos procesos de manera

aislada, sino también explorar las intersecciones y tensiones inherentes a su aplicación.

Asimismo, se examinarán casos prácticos, jurisprudencia relevante y experiencias

comparadas, a fin de proporcionar una visión integral de cómo estos instrumentos

contribuyen a la construcción de una administración pública más justa, transparente y en

sintonía con las necesidades cambiantes de la sociedad.

Con la mira puesta en la eficacia administrativa y el respeto irrestricto a la legalidad,

esta monografía invita a sumergirse en la complejidad de la revisión, rectificación y

revocación de actos administrativos, explorando su importancia como pilares

fundamentales en la edificación de un sistema administrativo robusto y adaptativo.


1. REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

La rectificación de error material o numérico es un procedimiento administrativo

contemplado en la Ley 27444 que permite corregir errores que se hayan cometido en la

emisión de un acto administrativo, ya sea por equivocación en la transcripción, en la

suma o en la resta de cifras, o por cualquier otro error de carácter material o numérico.

Este se encuentra tipificado en el Título III De la Revisión de los Actos en Vía

Administrativa Capítulo I Revisión de Oficio, Art. 212 de la Rectificación de errores:

“Artículo 212.- Rectificación de errores

212.1. Los errores material o aritmético en los actos administrativos

pueden ser rectificados con efecto retroactivo, en cualquier momento, de

oficio o a instancia de los administrados, siempre que no se altere lo

sustancial de su contenido ni el sentido de la decisión.

212.2. La rectificación adopta las formas y modalidades de

comunicación o publicación que corresponda para el acto original.”

El procedimiento de rectificación de error material o numérico es bastante sencillo y se

puede realizar de oficio o a instancia de parte. En el primer caso, la entidad

administrativa puede rectificar el error por propia iniciativa, sin necesidad de que se lo

soliciten. En el segundo caso, la rectificación se realizará a petición de la persona

interesada.

Para que proceda la rectificación de error material o numérico, se deben cumplir los

siguientes requisitos:

● Que el error sea de carácter material o numérico.


● Que el error no afecte el sentido ni el alcance del acto administrativo.

● Que la rectificación no perjudique los derechos de terceros.

Una vez que se hayan cumplido estos requisitos, la entidad administrativa deberá emitir

un acto administrativo que contenga la rectificación correspondiente, el cual deberá ser

notificado a la persona interesada.

Usualmente, se suele confundir los términos rectificación y reconsideración al momento

de aplicarlos en los procesos administrativos, pero su diferencia radica en su finalidad y

en el momento en que se aplican en el ámbito administrativo.

1.1. Rectificación

La rectificación se refiere a la corrección de errores materiales o de hecho en los

actos administrativos, como por ejemplo errores de digitación, errores en la

transcripción de datos, entre otros.

La rectificación se realiza con el fin de corregir errores evidentes que no afecten

la esencia del acto administrativo.

Puede ser realizada de oficio por la administración pública o a solicitud de parte.

Supongamos que un ciudadano solicita a una entidad administrativa el pago de

una indemnización por un daño que sufrió en su propiedad debido a la

construcción de una obra pública. La entidad administrativa emite un acto

administrativo en el que reconoce el derecho del ciudadano a recibir una

indemnización por un monto de S/ 5,000. Sin embargo, al momento de emitir el

cheque correspondiente, se comete un error y se emite por un monto de S/ 50,00.


En este caso, la entidad administrativa puede rectificar el error material o

numérico de oficio, ya que se trata de un error que no afecta el sentido ni el

alcance del acto administrativo y que no perjudica los derechos de terceros. Para

ello, deberá emitir un acto administrativo de rectificación en el que se corrija el

error y se señale el monto correcto de la indemnización, el cual deberá ser

notificado al ciudadano interesado. De esta manera, se podrá corregir el error sin

afectar el derecho del ciudadano ni perjudicar los intereses de la entidad

administrativa.

1.2. Reconsideración

La reconsideración se refiere a la revisión de un acto administrativo por parte de

la misma autoridad que lo emitió, a solicitud de parte, con el fin de que se

modifique, revoque o anule el acto administrativo.

La reconsideración se realiza cuando la persona afectada por el acto

administrativo considera que este es lesivo a sus derechos e intereses.

La reconsideración es un recurso que se utiliza para impugnar un acto

administrativo y solicitar su modificación o anulación.

Supongamos que un ciudadano realiza el tramite de una licencia de conducir en

el Ministerio de Transportes y Carreteras (MTC), y días posteriores, al momento

de recoger su credencial se percata que redactaron erróneamente sus datos, por

lo cual realiza una reconsideración a fin de que se realice su modificación.


2. NULIDAD EN LA REVISIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS

El Artículo 11 de la Ley del Procedimiento Administrativo General establece el

procedimiento para impugnar o declarar la nulidad de los actos administrativos. Aquí

hay una explicación más detallada:

A) Los administrados plantean la nulidad de los actos administrativos que les

conciernan por medio de los recursos administrativos previstos en el Título III Capítulo

Il de la presente Ley.

a) Los administrados: Estos son los ciudadanos u organizaciones que están

sujetos a los actos administrativos en cuestión, es decir, aquellos que se ven afectados

por estas decisiones gubernamentales.

b) Plantean la nulidad de los actos administrativos: Los administrados tienen el

derecho de presentar una solicitud para impugnar o declarar que un acto administrativo

es nulo, es decir, que no debería tener efecto legal.

c) Recursos administrativos previstos en el título III, capítulo II: Esto se refiere a

los procedimientos y mecanismos legales detallados en el Título III, Capítulo II de la

ley, que deben seguir los administrados para impugnar los actos administrativos y

buscar su nulidad.

B) La nulidad de oficio será conocida y declarada por la autoridad superior de quien

dictó el acto. Si se tratara de un acto dictado por una autoridad que no está sometida a

subordinación jerárquica, la nulidad se declarará por resolución de la misma autoridad.


a) La nulidad de oficio será conocida y declarada por la autoridad superior de

quien dictó el acto: Cuando un acto administrativo se considera nulo por iniciativa de la

propia autoridad que lo emitió, esta nulidad debe ser reconocida y declarada por su

superior jerárquico.

b) Si se tratara de un acto dictado por una autoridad que no está sometida a

subordinación jerárquica, la nulidad se declarará por resolución de la misma autoridad:

Si el acto administrativo en cuestión fue emitido por una autoridad que no tiene un

superior jerárquico directo, la propia autoridad debe emitir una resolución declarando la

nulidad del acto.

c) La nulidad planteada por medio de un recurso de reconsideración o de

apelación será conocida y declarada por la autoridad competente para resolverlo:

Cuando un administrado plantea la nulidad de un acto administrativo a través de un

recurso de reconsideración o apelación, la autoridad competente para resolver ese

recurso es la encargada de conocer y declarar la nulidad si corresponde.

C) La resolución que declara la nulidad dispone, además, lo conveniente para hacer

efectiva la responsabilidad del emisor del acto inválido, en los casos en que se advierta

ilegalidad manifiesta, cuando sea conocida por el superior jerárquico.

a) La resolución que declara la nulidad: Se refiere a la decisión oficial que

declara que un acto administrativo es nulo.

b) Dispone, además, lo conveniente para hacer efectiva la responsabilidad del

emisor del acto inválido: Cuando se declara la nulidad de un acto administrativo y se

detecta una ilegalidad evidente, la resolución debe incluir medidas para asegurarse de

que la persona o entidad que emitió el acto nulo asuma la responsabilidad por su acción.
c) Cuando sea conocida por el superior jerárquico: Esto se aplica cuando la

ilegalidad en el acto administrativo es evidente y conocida por la autoridad superior en

la jerarquía administrativa. En ese caso, la resolución que declara la nulidad debe tomar

medidas para hacer que la parte responsable rinda cuentas por sus acciones.

La nulidad de oficio en actos administrativos se encuentra regulado en el artículo 211 de

la Ley del Procedimiento Administrativo General, en su inciso 1 nos mencionan los

casos en los que se aplica la nulidad, esto siempre y cuando represente un agravio al

interés público, lesionen derechos fundamentales o hayan quedado firmes, los referidos:

1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas

reglamentarias.

2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se

presente alguno de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el

3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación

automática o por silencio administrativo positivo, por los que se adquiere

facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico, o

cuando no se cumplen con los requisitos, documentación o tramites esenciales

para su adquisición.

4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se

dicten como consecuencia de la misma.

La nulidad de oficio solo puede ser declarada por el funcionario jerárquico superior al

que expidió el acto que se invalida, siendo que cuando se tratara de un acto emitido por

una autoridad que no está sometida a subordinación jerárquica, la nulidad es declarada

por resolución del mismo funcionario.


De igual forma la autoridad puede resolver sobre el fondo del asunto siempre y cuando

se cuente con los elementos suficientes a fin de obtener una reconsideración, pero

cuando no sea posible pronunciarse al respecto se regresa el proceso al momento en

donde se encontró o produjo el vicio que cause nulidad, Siendo también que en casos

donde la nulidad favorezca al administrado, la autoridad administrativa tendrá 5 días

para ejercer su derecho a la defensa.

La nulidad de oficio pierde su facultad a los 2 años de que haya quedado consentidos,

prescribe. Mientras que los actos de carácter infracción penal ya sea declarada o

sentenciada pierden su facultad hasta 1 años después de la notificación de la resolución

condenatoria firme.

Cuando hayan prescrito las fechas para declarar nulidad de oficio al acto administrativo

se puede recurrir a demandad la nulidad ante el Poder Judicial, en forma de proceso

contencioso administrativa siempre y cuando esta demanda sea presentada dentro de 3

años desde que prescribió su facultad para declarar nulidad vía administrativa.

Los actos administrativos resueltos en última instancia y que son pronunciados por

consejos o tribunales que están constituidos por leyes especiales, pueden solicitar su

declaración de nulidad solo en sede administrativa y evaluada por miembros del consejo

o tribunal de forma unánime y este solo podrán ser presentado hasta 1 año contado

después de notificado al administrado y para la entidad administrativa puede presentar

su nulidad vía proceso contencioso administrativo y esta facultada para declarar nulidad

hasta 3 años de notificada la resolución sobre el pronunciamiento del Consejo o tribunal

administrativo.
3. RECTIFICACIÓN DE ERRORES Y NULIDAD DE OFICIO

3.1 Rectificación De Errores:

El Artículo 212 del TUO de la LPAG establece la rectificación de errores de los actos

administrativos y establecen lo siguiente:

“212.1. Los errores material o aritmético en los actos

administrativos pueden ser rectificados con efecto retroactivo,

en cualquier momento, de oficio o a instancia de los

administrados, siempre que no se altere lo sustancial de su

contenido ni el sentido de la decisión.

212.2 La rectificación adopta las formas y modalidades de

comunicación o publicación que corresponda para el acto

original.”.

Por tanto, la rectificación de errores va a modificar errores de tipeo o de suma, que hará

que después seguirá teniendo el mismo contenido, no va a afectar al acto administrativo,

por ende, el cambio está en la forma mas no en el fondo.

Para Morón (2020) sostiene que todo acto administrativo que tenga alguna

irregularidad, desde un inicio debe declararse defectuoso, no obstante, hay defectos de

escritura pero que siempre y cuando no haya una duda sobre la identidad personal del

destinatario. En casos como esos en donde las equivocaciones son subsanables, serían

excepciones, que no serían llamadas un acto administrativo defectuoso y que es

irracional atribuirle un efecto sobre su eficacia jurídica.

La autoridad que emitió el acto administrativo, puede corregirlo por si mismo, es decir,

que no se necesita que el pedido sea de parte, ni que se derive a su superior. Esto es en
relación al principio de celeridad, para que todas las actuaciones dentro del proceso,

puedan obtenerse de forma beneficiosa dentro del plazo mas rápido y breve, para evitar

que se vulnere los derechos del administrado.

Por otro lado, si la revisión para una rectificación fuera a pedido de parte, esta acción no

sería considerada como un recurso administrativo, ya que la redacción del contenido del

acto no es definitiva, no obstante, al momento en que se corrijan estos errores se

obtendrá un acto definitivo y comenzará a ser válido para que este ejerza su derecho de

contradicción.

Las clases de errores no esenciales señalados en la LPAG se pueden definir como:

● Aritméticos: Se refiere a errores de números u operaciones matemáticas, es

decir, un error de consignación formal.

● Materiales: Son errores de tipeo del texto, de escritura que no cambian el sentido

jurídico de la decisión contenida en el acto administrativo.

Una diferencia entre la rectificación de errores con otras actuaciones administrativas

sería en casos de:

● Actos de Enmienda: Se emplean para convalidar actos que adolecen de vicios no

trascendentales, es un mecanismo de revisión de actos administrativos a fin de

evitar que los mismos sean pasibles de ser declarados nulos.

● Fe de Erratas: Opera únicamente frente a actuaciones normativas y no es

aplicable para actos administrativos.


3.2. Nulidad de Oficio:

La administración pública, puede declarar la nulidad de sus propios actos,

siempre que los mismos incurran en las causales de nulidad señaladas en el artículo 10°

de La ley, aun cuando hayan quedado formes y siempre que agravien el interés público.

Tienen efectos declarativos y retroactivos, puesto que establece la invalidez del acto

administrativo, desde que este ha sido emitido en una situación jurídica concreta. Es por

eso, que el deber es de la autoridad para ejercer esta potestad cuando dicho acto vulnera

este interés, y busca defender con las garantías que el procedimiento administrativo

brinda al evitar y dejar sin efecto las consecuencias establecidas por un acto que adolece

de un vicio grave.

Lo que genera el acto anulatorio es el agotamiento de la vía administrativa, permitiendo

que al administrado el ejercicio de su derecho de acción a través del proceso

contencioso administrativo.

3.2.1 Causales de nulidad de oficio de un acto administrativo

El Art. 202 inciso 1 de la LPAG, establece que cualquiera de lo casos que

se encuentran en el Artículo 10 de la misma ley, son vicios del acto

administrativo de oficio, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:

● La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas

reglamentarias.

● El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez,

salvo que se presente alguno de los supuestos de conservación

del acto a que se refiere el Art 14.


● Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la

aprobación automática o por silencio administrativo positivo, por

lo que se adquiere facultades o derechos, cuando son contrarios

al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los

requisitos, documentación o trámites esenciales para su

adquisición.

● Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción

penal, o que se dicten como consecuencias de la misma.

Normalmente se opta por comentar cada elemento o requisito y señalar qué

consecuencia produce su ausencia o defecto; este sistema es el que adoptaremos.

a) Sujeto. Si el acto es emitido por un órgano incompetente, no debe

producir efecto y resulta totalmente nulo o ineficaz.

b) Manifestación De Voluntad. Cuando haya existido algún vicio

del consentimiento, el acto podrá ser convalidado. Si no ha habido

voluntad alguna, no existirá el acto.

c) Objeto. Si éste no existe o es ilícito, habrá ineficacia total.

d) Forma. La falta de forma invalida el acto, pero si ésta es de

carácter secundario puede la autoridad restituir el procedimiento.

e) Motivo. La ausencia o indebida motivación pueden ser

subsanadas, si la ley lo permite.

f) Finalidad. Si no se persigue un fin de interés general, de manera

directa o indirecta, medita o inmediata, el acto es ineficaz. Esto

resulta difícil, más no imposible, de probar por parte del

administrado.
g) Mérito. Más difícil de probar que lo anterior, resulta la

inconveniencia o falta de oportunidad de un acto; pero si se

demuestra, tal irregularidad es insubsanable.

3.2.2. Órgano competente para declarar de oficio la nulidad de un acto

administrativo.

La nulidad de oficio del acto administrativo es declarada por el órgano superior

jerárquico de aquel que emitió el acto inválido. Esta regla constituye un

mecanismo de control interno de la propia Administración, porque, de un lado,

permite al superior

jerárquico controlar las actuaciones ilegales de los órganos inferiores, lo que es

una manifestación del principio de jerarquía que estructura la Administración

Pública. Por otro lado, obliga al órgano emisor a realizar un análisis idóneo y

objetivo sobre la legalidad de sus propios actos, así como de la existencia de un

agravio actual y real al interés público o una lesión a derechos fundamentales,

toda vez que el subalterno deberá elevar los actuados al superior jerárquico y

pondría en evidencia su actuación ilegal para que este la evalúe y declare su

nulidad. Respecto a esto último, cabe señalar que, al declarar la nulidad del acto,

la autoridad superior deberá disponer lo conveniente para hacer efectiva la

responsabilidad del órgano subalterno en caso de que se evidencie ilegalidad

manifiesta.
Se debe tener presente que la responsabilidad del emisor del acto inválido será

más grave si la facultad para declarar su nulidad ex officio prescribe y se torna

imposible invalidarlo en sede administrativa por el transcurso del tiempo. Por

esta razón, existe un incentivo para que el responsable del acto viciado busque

remediar la ilegalidad recurriendo al superior jerárquico. De este modo, la regla

competencial en virtud de la cual corresponde al superior jerárquico declarar la

nulidad de oficio de los actos administrativos importa un límite interno a la

arbitrariedad para la Administración.

La excepción a esta regla se configura cuando la autoridad administrativa que

emitió el acto objeto de invalidez no está sometida a subordinación jerárquica.

En este caso, la nulidad de oficio deberá ser declarada por resolución del mismo

funcionario del acto que se invalida. De este modo, ante la ausencia de una

revisión jerárquica en el interior de la propia Administración, se privilegia la

autotutela administrativa y la salvaguarda del principio de legalidad frente a la

alternativa de la revisión vía recurso de lesividad ante el Poder Judicial.

3.2.3. Plazo para declarar de oficio la nulidad de un acto administrativo.

Según el Artículo 202 de la LPAG, la facultad para declarar la nulidad de oficio

de los actos administrativos prescribe al año, contado a partir de la fecha en que

hayan quedado consentidos.

El plazo que se establece es con la finalidad de otorgarle una seguridad jurídica a

los administrados, y que la autoridad que sea la encargada no vulnere sus

derechos, respecto al tiempo o en un caso extremo que declaren nulo un acto

administrativo.
3.2.4. Plazo para solicitar la nulidad de un acto administrativo ante el Poder

Judicial cuando el plazo prescribió en sede administrativa.

La nulidad de oficio puede ser declarada en sede administrativa pero también

promovida por la propia Administración autora del acto viciado contrario al

interés público para que la revisión de la legalidad corra a cargo del Poder

Judicial mediante el proceso contencioso administrativo en los casos que haya

prescrito el plazo de 2 años para declarar la nulidad en sede administrativa, o se

trate de actos administrativos emitidos por tribunales administrativos, los que no

pueden ser anulados en sede administrativa, en cambio la revocación sólo puede

ser obra de una estimación o valoración realizado por la propia Administración

porque sólo a ella corresponde evaluar la adecuación del acto en cuestión a las

razones de oportunidad, mérito o conveniencia para el interés público.

3.2.5. Debido proceso y notificación

Núñez, señala que las notificaciones constituyen actos administrativos

independientes, aunque derivados del acto que notifica: “Esto quiere decir, de

una parte, que la existencia de la notificación deriva del acto principal que

traslada, sin el cual no se concibe la misma; y de otra, que una vez nacida la

notificación a la vida del derecho, con posterioridad a dicho acto, goza de

independencia jurídica, de tal manera que su validez o nulidad no afecta nada a

la validez o nulidad del acto que notifica, del que es solamente condición de

eficacia respecto del interesado en él”.


Dentro de la LPAG, Artículo 202 no establece una obligación legal expresa a

cargo de la Administración a efectos de incorporar al administrado a quién

beneficia el acto administrativo intervenido, es decir nulo. Y respecto al

Tribunal Constitucional ha declarado que existe esta obligación para que el

administrado pueda ejercer su derecho de defensa de sus intereses afectados y es

necesario informarle respecto al procedimiento. Esto se encuentra en el Artículo

2 de la Constitución Política del Perú inciso 24.

4. LA REVOCACIÓN DE UN ACTO ADMINISTRATIVO

Antes que todo es importante tener presente que la revocación es una forma de extinción

de los actos administrativos en la cual la Administración Pública, a través de la misma

autoridad o del superior jerárquico, dicta un nuevo acto contrario al acto revocado y que

la revocación de un acto puede ser efectuada por razones de oportunidad o por razones

de ilegalidad.

Se distingue de la anulación, porque en el caso de la anulación es dictada por un órgano

jurisdiccional y sólo por razones de ilegalidad.

Dentro del ordenamiento jurídico peruano, como regla general, no existe la posibilidad

de que la autoridad administrativa revoque, modifique o sustituya un acto administrativo

declarativo o constitutivo de derechos por razones de oportunidad, mérito o

conveniencia.

Todo el tema de la revocación de los actos administrativos es delicado por cuanto

enfrenta al principio de la seguridad jurídica, el de la certeza de las relaciones jurídicas

y de las situaciones subjetivas que de ellas nacen.


En cuanto a los efectos que acarrea esta forma de extinción, se reconoce que la

revocación por mérito opera solamente hacia el futuro, mientras que la revocación por

ilegalidad produce efectos inclusive hacia el pasado, ya que es la constatación de un

vicio que afecta al acto administrativo desde su nacimiento.

La potestad revocatoria es la más importante manifestación de la autotutela de la

Administración. Esta potestad comporta dos aspectos que la obligan y facultan al mismo

tiempo: por una parte es una potestad y por la otra es una obligación, ya que la

Administración está obligada a revocar el acto para ajustarse a derecho.

La Administración está limitada en cuanto al ejercicio de la potestad revocatoria, ya que

ella va a depender del tipo de acto que se pretende revocar:

a) Los actos administrativos generales pueden ser revocados en cualquier momento

por la autoridad competente.

b) El acto administrativo particular no creador de derechos puede ser revocado en

todo momento por la Administración y por cualquier motivo.

c) Los actos administrativos particulares que sean creadores o declarativos de

derechos a favor de particulares no pueden ser revocados a menos que sean

absolutamente nulos.

También podemos decir que la revocación es una potestad excepcional que tiene la

Administración para modificar, reformar, sustituir o extinguir los efectos jurídicos

futuros de un acto administrativo válido. El ejercicio de esta potestad se sustenta en un

cambio de las circunstancias (fácticas o jurídicas) que dieron lugar a la emisión del acto

declarativo o constitutivo de derechos y a que el interés público exija la revocación de

dicho acto.
Continuando con el tema, se expondrá cada uno de los supuestos habilitantes para la

revocación de un acto administrativo:

4.1. Supuestos habilitantes para revocar un acto administrativo

Según lo establecido en la Ley del Procedimiento Administrativo General, artículo 203.-

REVOCACIÓN, se dice que los actos administrativos declarativos o constitutivos de

derechos o intereses legítimos no pueden ser revocados, modificados o sustituidos de

oficio por razones de oportunidad, mérito o conveniencia. Excepcionalmente, cabe la

revocación de actos administrativos, con efectos a futuro, en cualquiera de los siguientes

casos:

− Cuando la facultad revocatoria haya sido expresamente establecida por una

norma con rango legal y siempre que se cumplan los requisitos previstos en

dicha norma.

− Cuando sobrevenga la desaparición de las condiciones exigidas legalmente para

la emisión del acto administrativo cuya permanencia sea indispensable para la

existencia de la relación jurídica creada.

− Cuando apreciando elementos de juicio sobrevinientes se favorezca legalmente a

los destinatarios del acto y siempre que no se genere perjuicios a terceros.

Cabe tener en cuenta lo siguiente, que la decisión de revocar un acto administrativo

lleva sobreentendido el deber que tiene la autoridad de proteger el interés público. La

prioridad que se le está dando al interés público, es lo que va a justificar que se pueda

revocar un acto administrativo aun cuando dicho acto declare u otorgue un derecho a un

administrado.
Para un mejor entendimiento, se sintetizará la información por medio de un organizador

visual, sobre los elementos que justifican la revocación de un acto administrativo:

Existe un acto administrativo vá lido


PRESUPUESTO
S DEL ACTO
REVOCATORIO

Facultad revocatoria prevista en la Ley.


Cambian las condiciones que dieron lugar al acto a revocar; o,
SUPUESTOS Sobrevienen circunstancias que favorecen al administrado y no se
HABILITANTES generan perjuicios para terceros.

Se debe seguir el procedimiento y los requisitos previstos en la ley para la


revocació n del acto administrativo.
EXISTE ALGÚN Se le debe indemnizar por los dañ os sufridos.
LÍMITE O
CONDICIÓN

4.2. Procedimiento que se debe seguir para revocar un acto administrativo

Se debe tener en cuenta que antes de revocar cualquier acto, la autoridad debe

garantizarle al administrado perjudicado con la decisión que se toma, un debido

procedimiento.

Para una mejor comprensión ejemplificaremos este supuesto:

EJEMPLO: NO SE PUEDE REVOCAR UNA LICENCIA SIN UN DEBIDO

PROCEDIMIENTO

Mediante la Ordenanza Nº 212, la Municipalidad de Miraflores dejó sin efecto todas las

Licencias Especiales dadas para los establecimientos comerciales ubicados en la Calle


de las Pizzas y zonas de influencia, debiendo adecuarse esos locales al nuevo horario de

funcionamiento que se estableció en esa ordenanza.

Criterio del Tribunal Constitucional

− El Tribunal Constitucional, mediante Sentencia recaída en el Exp. Nº 007-2006-

PI/TC del 22 de junio de 200740, manifestó que la Municipalidad de Miraflores

se encontraba impedida de revocar, directamente, una licencia sin que se haya

seguido previamente un debido procedimiento a cada una de las personas que

tenían vigente su licencia de funcionamiento en la Calle de las Pizzas y zonas de

influencia. Antes de proceder a revocar cualquier licencia de funcionamiento, la

Municipalidad debía iniciar un procedimiento a cada uno de los administrados

quienes podrían ejercer su derecho de defensa respecto de la aplicabilidad de la

ordenanza a su caso. Por esa razón, la modificación de las licencias sin un

debido procedimiento era inválida.

Como se puede apreciar en el caso anterior, el Tribunal Constitucional, señaló que no se

podía dejar sin efecto un acto administrativo, que vendría a ser la licencia en este caso,

sin antes haberle iniciado un procedimiento al administrado, en el cual, éste

administrado pueda ejercer su derecho de defensa que le corresponde, frente a la

decisión que la autoridad piensa adoptar. De la misma forma, la Sala N°1 del Tribunal

del Indecopi indicó que, dentro de las garantías mínimas, se encuentra el de comunicar

al administrado perjudicado que se le considera revocar un acto administrativo que le

concede un derecho, las razones que sustentan esa decisión y el otorgar un plazo

razonable para que el perjudicado pueda presentar sus argumentos y pruebas para que si

fuese el caso, pueda oponerse a la revocación. De todo lo mencionado, la idea principal


es que se le debe garantizar al administrado la facultad de contradecir la decisión de la

administración en un tiempo razonable.

4.3. Órgano competente para declarar la revocación del acto administrativo

Según lo establecido en la Ley del Procedimiento Administrativo General, artículo 203,

numeral 203.3, señala que “La revocación prevista en este numeral sólo podrá ser

declarada por la más alta autoridad de la entidad competente, previa oportunidad a los

posibles afectados para presentar sus alegatos y evidencia en su favor”.

4.4. Indemnización por la revocación

Según lo establecido en la Ley del Procedimiento Administrativo General, artículo 205,

numeral 205.1 y 205.2, señala que

− 205.1. “Cuando la revocación origine perjuicio económico al administrado, la

resolución que la decida deberá contemplar lo conveniente para efectuar la

indemnización correspondiente en sede administrativa”. La cuantía de la

compensación lo que deberá tener presente son dos daños importantes, el daño

emergente y el daño cesante que se le causa al administrado perjudicado

producido hasta la notificación de la resolución de revocación.

− 205.2. “Los actos incursos en causal para su revocación o nulidad de oficio, pero

cuyos efectos hayan caducado o agotado, serán materia de indemnización en

sede judicial, dispuesta cuando quede firme administrativamente su revocación o

anulación”. Esta segunda norma es útil para cuando estamos frente a actos

consumados, , cuyos efectos se han agotado y en las cuales no es posibleser

revocados, precisamente porque su eficacia ha concluido.


4.5. La irrevisabilidad de actos judicialmente confirmados

De acuerdo al Artículo 204 de la Ley del Procedimiento Administrativo General, señala

que “No serán en ningún caso revisables en sede administrativa los actos que hayan sido

objeto de confirmación por sentencia judicial firme”.

Esta regla, impide que los órganos administrativos revisen un acto cuyos hechos han

sido constatados en sede judicial, es decir que dentro de la categoría de “irreversible”

encontramos a los hechos que forman parte de un pronunciamiento jurisdiccional firme,

y la finalidad de esta regla es busca dotar de seguridad jurídica a la aplicación del

derecho, reduciendo probabilidad de contradicción en la calificación de un mismo

hecho.
CONCLUSIONES

La revisión de los actos administrativos es un proceso fundamental para garantizar su

legalidad y corrección, se busca verificar la conformidad del acto con la normativa

vigente y los procedimientos establecidos, Pueden existir diferentes causas para la

revisión, como vicios de forma, incompetencia del órgano emisor o cambio de

circunstancias.

La rectificación de errores en los actos administrativos permite corregir imprecisiones o

inexactitudes materiales. Debe llevarse a cabo de manera ágil y eficiente para evitar

posibles consecuencias negativas derivadas de errores administrativos. La rectificación

se limita a errores evidentes y no puede utilizarse como un medio para cambiar

sustancialmente el contenido del acto.

La nulidad de oficio implica la anulación automática de un acto administrativo por parte

de la propia administración, se fundamenta en la existencia de vicios graves que afectan

la legalidad y legitimidad del acto. La nulidad de oficio busca preservar la legalidad y la

regularidad de la actuación administrativa.

La revocación es la facultad de la administración para dejar sin efecto un acto

administrativo válido. Puede ser discrecional, basada en razones de oportunidad o

conveniencia, o estar sujeta a condiciones específicas. La revocación debe ejercerse

dentro de los límites legales y respetando los derechos adquiridos por los afectados.

En resumen, estos procesos están diseñados para garantizar la legalidad, corrección y

adecuación de los actos administrativos, permitiendo la corrección de errores, la

anulación de actos viciados y la revocación cuando sea necesario en el interés público.

Cada uno tiene sus propias condiciones y procedimientos, pero todos contribuyen a

mantener la integridad del ejercicio administrativo


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