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La constitución política de 1991 marcó un hito en la historia de Colombia al renovar por primera vez la carta política en más de 100 años para reflejar los problemas sociales, económicos y políticos del pueblo. La nueva constitución surgió como una respuesta a la violencia de las décadas anteriores y apostó al cambio para lograr la paz, el reconocimiento de la diversidad y la igualdad. Treinta años después, aunque se sigue conmemorando el cambio constitucional, se cuestiona si las políticas actuales son capaces de responder
La constitución política de 1991 marcó un hito en la historia de Colombia al renovar por primera vez la carta política en más de 100 años para reflejar los problemas sociales, económicos y políticos del pueblo. La nueva constitución surgió como una respuesta a la violencia de las décadas anteriores y apostó al cambio para lograr la paz, el reconocimiento de la diversidad y la igualdad. Treinta años después, aunque se sigue conmemorando el cambio constitucional, se cuestiona si las políticas actuales son capaces de responder
La constitución política de 1991 marcó un hito en la historia de Colombia al renovar por primera vez la carta política en más de 100 años para reflejar los problemas sociales, económicos y políticos del pueblo. La nueva constitución surgió como una respuesta a la violencia de las décadas anteriores y apostó al cambio para lograr la paz, el reconocimiento de la diversidad y la igualdad. Treinta años después, aunque se sigue conmemorando el cambio constitucional, se cuestiona si las políticas actuales son capaces de responder
Hace más de 30 años Colombia pasaba por un punto crítico de su historia, la
violencia arrasaba con las calles del país al grado de incitar movimientos sociales en busca de soluciones para alcanzar la paz, obligando al gobierno del momento a impulsar uno de los mayores cambios a nivel constitucional.
La constitución política de 1991 marcó un hito en la historia colombiana al renovar
por primera vez una carta política con más de 100 años, aquella que se encontraba lejos de las personas, al no representar los problemas sociales, económicos y políticos de la realidad del pueblo para esos tiempos. La nueva carta surgió como una respuesta colectiva a la violencia donde se apostó al cambio apuntando a la paz, logrando como resultado reconocer la diversidad, igualdad y libertad del pueblo colombiano. Según los constituyentes encargados de este suceso, el que se haya logrado llevar a cabo fue algo casi milagroso; fue la primera vez que en un proceso de esta índole se veía reflejada la diversidad política del país, permitiendo una representación adecuada de la ciudadanía y sin la necesidad de ser un obstáculo para llegar a consensuados políticos. Se aseguraba que esta sería la mejor constitución posible para Colombia, dando paso a un nuevo país con políticas descentralizadas y dispuestas para cumplir las necesidades de los colombianos.
Ahora, treinta años después, aunque se sigue conmemorando el cambio de la carta
magna, es imposible no cuestionar los avances y resultados que se proponían lograr. A lo largo de estos años, la constitución ha sufrido diversas reformas, evidenciando que las realidades políticas siempre se pueden mejorar. Se cuestiona si las políticas actuales son capaces de responder por las necesidades sociales, económicas y culturales de los ciudadanos y si siguen siendo ideales para mantener la paz, teniendo en cuenta el paso del tiempo, la llegada de la modernidad y los cambios que pueden traer estos factores en tanto a las necesidades del pueblo colombiano. Se me es importante señalar que las críticas hacia la constitución de 1991 no son principalmente fundamentadas en sus textos sino en el mal uso de ellos. Las políticas están ahí, pero las últimas administraciones gubernamentales no han mostrado resultados óptimos en la aplicación de ellas; el país sigue viviendo olas de desigualdad, violencia y corrupción, situaciones contrarias a la realidad esperada del “nuevo país” que los constituyentes planearon al plantear la constitución en aquellos años.
La constitución política de 1991 fue, innegablemente, un gran avance para el país y
una gran respuesta hacia la violencia, pero al parecer no fue suficiente. Se necesita empezar a aplicar y desarrollar con la constitución, permitiendo justicia pronta y cumplida, y la adecuada representación del pueblo colombiano. Referencias
- Lo bueno y lo malo de la Constitución de 1991. (2018, mayo 21). Noticias
Caracol. https://www.youtube.com/watch?v=4evGqVar25o - Polo, G. G., & Lombo, J. S. (2021, julio 4). Constitución política de 1991: 30 años de un nuevo país. El Espectador. https://www.youtube.com/watch?v=9S0zRUxmRCA