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Importancia de la constitución política

Si bien es cierto que a nivel mundial se entiende la constitución de cada país


soberano como la hoja de ruta para cada uno de sus connacionales y autoridades
legítimas establecidas que buscan garantizar los derechos de las personas y el
control del poder para que nadie llegue a tener un poder supremo e ilimitado fuera
del control político y social de los demás; es preciso citar y comprender que en
nuestro país (Colombia) convergen mil y un distinciones, situaciones y
circunstancias que la hacen diferente al resto del mundo y en consecuencia su
carta política no puede ser inferior al reto que representa la variedad pluricultural y
multiétnica que converge a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional.

Para comprender un poco la integralidad de nuestra carta política es pertinente dar


un corto paseo por los hechos trascendentales que hemos vivido en nuestros 2
siglos de independencia conociéndonos ante el mundo como:

 La gran Colombia, 12 años (1819-1831)



 Nueva granada, 29 años (1832 -1861)
 Confederación Granadina, 2 años (1862- 1863)
 E.U. de Colombia, 23 años (1863-1886)
 República de Colombia,136 años (1886-2022)

No menos importante a estos nombres han sido las constituciones políticas


anteriores (1821,1830,1832,1843,1853,1858,1863,1886) que han marcado el paso
de una nación que se ha construido a si misma y ha generado los cambios
constitucionales pertinentes para las necesidades y problemáticas de cada época
en aras de apaciguar las necesidades de un pueblo que busca la paz, equidad y
equilibrio social para coexistir de manera armónica y racional.
A pesar de que las constituciones siempre propender por un bienestar equilibrado
y justo, en Colombia quizá por lo complejo y variado en sus costumbres y culturas
tan diferentes entre sí, fueron tomando distancia las clases dirigentes
posesionándose por así decirlo de manera suprema y autoritaria sobre las bases
sociales perdiendo la característica de representar a su pueblo para convertirse en
dueños de la vida y los derechos de las clases menos favorecidas, escudados en
una constitución (1886) donde el estado prevalece por encima de las personas y
los intereses de la nación son de principal obligatoriedad para todos; estas
circunstancias dieron espacio a que algunas personas con una visión de justicia y
equilibrio diferentes a las que las clases dirigentes les promulgaban empezaran a
cultivar en el pueblo la insatisfacción y el rechazo a una clase de burguesía
acomodada que vulneraba mas que sus derechos sus propias necesidades
ahondándose cada día más en la pobreza, la miseria y el abandono de un estado
liderado por unos pocos que solo buscaban su bienestar y mantenimiento de sus
cada vez mejores condiciones económicas y propias de una elite.
Distintos episodios y confrontaciones de estas clases políticas (conflictos armados
internos entre liberales y conservadores que llevaron a destierros y persecuciones
injustas) bañaron con sangre las zonas campesinas principalmente mientras los
líderes políticos que suscitaban y alimentaban este odio tomaban wiski en la
capital del país.
Alimentaron tanto el inconformismo del pueblo dando origen a movimientos
insurgentes denominados como guerrillas (argumentan su conformación en la
necesidad de confrontar el estado por medio de las armas) y autodefensas
campesinas (las cuales se forman como ejércitos privados afines al estado que
buscan protegerse del actuar de las guerrillas en zonas con baja presencia de
fuerzas de gobierno) que a mediados del siglo XX y tras diferentes
confrontaciones con las fuerzas del estado mantuvieron su presencia inicialmente
en el departamento del Tolima y los llanos extendiéndose con el paso del tiempo
por gran parte del territorio nacional y siendo conocidas como FARC (Fuerzas
armadas revolucionarias de Colombia).

No bastando estos hechos la insatisfacción se alimentaba en otras partes del


territorio nacional y en hechos políticos de fraude electoral dieron paso a la
creación de otros grupos guerrilleros sobre los años 60 conocidos como ELN
(ejército de liberación nacional) Según el primer comandante Nicolás Rodríguez
Bautista, alias Gabino, esta agrupación fue creada con el objetivo de “luchar al
lado de los oprimidos y explotados de Colombia, para seguir enfrentando los retos
de las oligarquías".
Y en los años 70 el M-19 (movimiento del 19 de abril) Nacieron con la idea de
tener en el país una democracia verdadera y participativa, asegurando elecciones
limpias y transparentes; luego del supuesto fraude en las elecciones de 1.970,
todos estos que en su creación representaron la insatisfacción de un pueblo mas
tarde se vieron afectados e inmersos en el desarrollo de actividades ilegales de
trafico de estupefacientes lo cual les resto credibilidad en el pueblo y trajeron a su
vez una violencia mas marcada y extendida por décadas.

Uno de estos grupos a quienes se les conoció como una guerrilla universitaria (M-
19) se presentó como una organización político-militar urbana, nacionalista,
antiimperialista y anti oligárquica la cual se desmovilizo en 1990 y a la cual se le
atribuye como el mayor de sus triunfos la motivación para la reforma constitucional
también conocida como la séptima papeleta, que llevaría al país a un equilibrio
social y devolvería la paz y la esperanza a un pueblo de solucionar todas sus
diferencias a través del dialogo en medio de grandes confrontaciones violentas
que le arrebataron la vida a importantes dirigentes y miles de ciudadanos solo se
podía solucionar con el ejercicio armónico de la política pero depurándola de los
altos grados de corrupción que para la época habían permeado todas las esferas
sociales.

Es aquí donde nace la CONSTITUCION POLTICA DE 1991.La Constitución


Política de Colombia de 1991 está catalogada como una de las más completas,
avanzadas y pioneras de América latina, así lo describió la BBC en un especial
sobre la carta magna colombiana.
Y es que esta carta política transformo las prioridades y visión de nuestro estado
de una manera incluyente y progresista (Estado social de derecho) en la cual cada
ciudadano es el principal protagonista motivador y causante de las finalidades y
propósitos del gobierno de turno que representa al estado como su protector.

Demasiados cambios de esta carta dieron espacio a muchas transformaciones


sociales entre ellas el desligar la iglesia católica del poder del estado y dar paso a
la libertad de culto o mejor llamado un estado laico, fue un reconocimiento pleno al
derecho de profesar y elegir de forma abierta la manera que cada quien tomase
como pertinente para profesar sus creencias y para rechazarlas si así lo prefiriere
(ateísmo).
Para aclarar un poco esta información antes de la constitución política de 1991 en
Colombia solo estaba permitido profesar la religión católica, por ser una
constitución de corte conservador, se encomienda al país al Sagrado Corazón de
Jesús como su patrono, por ende, solo se podía rendir culto a la iglesia católica,
no existía posibilidad de profesar otros credos de manera abierta y solo a través
de la clandestinidad se ejercían otro tipo de cultos.

No menos importante todos los poderes del estado estaban en la obligación de


protegerla hacerla respetar como esencial elemento del orden social, teniendo
injerencia muy marcada en la educación que se impartía en el país, poder que se
disminuyo sustancialmente como lo puede mostrar el artículo 19 de la CPC/1991:
Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar
libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las
confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley.
De igual forma el declarar la nación como un estado social de derecho como lo
describe la carta política en su articulo primero pero que viene ligado a un bloque
muy importante de derechos económicos, sociales y culturales.

En segundo instancia, el establecimiento de una amplia carta de derechos


fundamentales, con una acción de garantía directa y rápida como la tutela que se
ha convertido en la herramienta más común a la que deben concurrir los
ciudadanos para garantizar sus derechos en especial los relacionados con la salud
y la vida ya que como todo sistema no basta con la exactitud y benevolencia de
sus leyes siempre habrá quien pueda entorpecer el desarrollo de la mismas por
buscar su propio bienestar y atropellando el bienestar común. También se suma
una Corte Constitucional independiente, que no solo tiene en cuenta para la
interpretación de los derechos la Constitución, sino también los tratados sobre
Derechos Humanos firmados y ratificados por Colombia.

También trajo la limitación de los Estados de excepción, al establecer el control


previo de la Corte Constitucional y que estos no suponen una limitación absoluta
de los derechos fundamentales para proteger los intereses generales del pueblo y
no permitir que se convirtiera en una herramienta que diera posibilidad a un
gobierno autoritario de sobre pasar el bienestar de loa sociedad. La
descentralización y autonomía territorial mediante el fortalecimiento de la
descentralización política, fiscal y administrativa, y la posibilidad de crear
provincias y regiones.

La instauración de varios mecanismos de participación ciudadana como el


plebiscito, el referendo, la consulta popular, la iniciativa popular, la revocatoria del
mandato (muy de moda en los últimos años pero que también se ha convertido en
una gran afectación a las finanzas del estado, es imposible esconder los altos
costos que genera este mecanismo y que en muchas ocasiones no ha pasado de
ser como dicen en el lenguaje popular un disparo al aire) los cabildos abiertos, que
pretendían empoderar a los ciudadanos en las decisiones que los afectan de
manera directa.

Por último, el reconocimiento de la diversidad étnica y cultural del Estado


colombiano, como lo expresábamos al inicio del texto Colombia es un país con
una gran diversidad étnica, cultural, ambiental y de variadas costumbres con la
posibilidad de que se creen los territorios indígenas, la jurisdicción especial
indígena, el reconocimiento de los pueblos afro, raizales y la conservación de la
lengua y las tradiciones de las comunidades étnicas.
Si bien es claro muchos de estos pilares no se han desarrollado suficientemente,
lo cierto es que la Constitución de 1991 supuso un cambio de paradigma, que
posibilitó la modernización de nuestras instituciones y el empoderamiento de las
personas en el ejercicio de sus derechos, aunque no basta en la bondad expresa
en la constitución es muy importante rescatar que el pleno desarrollo de ella radica
en la voluntad y compromiso de cada uno de los ciudadanos por interiorizarla y
participar de los espacios políticos y culturales a que tiene pleno derecho;
desafortunadamente debemos batallar con la pereza mental que hoy nos embarga
y que esconde en el uso desmesurado de las herramientas informáticas mal
encaminadas restan el interés a los ciudadanos para reconocer los espacios y
rutas que permiten mejorar su calidad de vida y ejercer control ciudadano sobre
los entes y/o organismos del estado que están comprometidos para el pleno
ejercicio de sus derechos y garantías.

En relación con el debido funcionamiento del estado, la justicia y los organismos


de control aprovechando la falta de interés ciudadano por la vigilancia y
seguimiento de las instituciones se han politizado y de cierta forma revierten la
finalidad de la constitución y permite el beneficio propio de algunas clases
dirigentes que acumulan poder y se escudan en el manejo inadecuado de los
poderes públicos ante la analfabetismo de un pueblo que no se educa ya sea por
falta de oportunidades o por consecuencia de unas costumbres sociales facilistas
que le hacen ver como adecuado la subsistencia y aislamiento del manejo del
estado como responsabilidad ajena que ve la corrupción como mecanismo para
obtener los fines o propósitos que desea. A pesar de lo anterior y en términos
generales podemos decir que nuestro país no necesita una nueva constitución
política por que sus actuales problemas no se relacionan con la constitución sino
con la aplicación adecuada de ella.

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