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COMPRENSIÓN A LA INTERPRETACIÓN DE LA
REALIDAD”
1. INTRODUCCION
1 Trabajador Social, Magister © en Trabajo Social, Mediador Familiar, Terapeuta Familiar, Perito Social
Forense en ámbitos Familias y Penal. Docente Escuelas de Trabajo Social Universidad Católica Silva
Henríquez, Universidad Academia de Humanismo Cristiano y Universidad Tecnológica Metropolitana –
UTEM.
2. PRESENTACIÓN
2 Aguayo, C. “Las profesiones modernas. Dilemas del Conocimiento y del Poder”. Ediciones
Universidad tecnológica Metropolitana, Santiago de Chile, 2006.
2
En este “nuevo quehacer”, que podríamos llamar de la
“pericia”3 como proceso dialogante, interesa ampliar las posibilidades
de explicación de los fenómenos humanos y sociales, donde
necesariamente el profesional perito está incluido como observador
interesado y co-explicador de la vida de las personas y sus dinámicas
sociales.
3. LA CONSTRUCCIÓN PERICIAL
3 Entenderemos el concepto pericia como el proceso realizado por personas que sin haber presenciado
directamente los hechos de un caso, emiten acerca de él juicios para los cuales se requiere una
determinada experticia; lo realmente valioso es su opinión como experto.
3
Al mismo tiempo, puede ocurrir que los periciados al no sentirse
interpretados por los “dichos del perito” -ya sea por una mala
interpretación en los conceptos vertidos- pueden verse perjudicados
en sus intereses personales o el deseo de “que se haga justicia” o
también que “por un error pericial” el dictamen judicial sea adverso a
sus intereses o expectativas.
4
Estas relaciones intersubjetivas existen por cuanto ellos
orientan su conducta en función del otro”4.
Sin embargo, el Peritaje Social como saber experto tiene
particularidades de la disciplina del Trabajo Social que otras áreas no
tienen. Para ello es necesario construir una definición que explique e
interprete el sentido de este tipo de pericia. Es acción social como se
señala en el párrafo anterior, de carácter específico, que tiene
reconocimiento jurídico, legitimada en ese ámbito y que es preciso
delimitar en su acción para construirla como herramienta del Trabajo
Social, es preciso como nuevo quehacer comprenderlo en sus
aspectos teóricos, metodológicos y culturales. Es precisamente la
hermenéutica como señala C. Aguayo la que permite darnos cuenta
de ese mundo profesional cotidiano que se construye en las
intersubjetividades de los mundos de vida5.
El Peritaje Social no se construye en cualquier ámbito, son
justamente los lenguajes y las narraciones las que se recogen y
validan en el proceso pericial que posteriormente, completarán el
puzzle del Juez.
Para construir este nuevo quehacer del Trabajo Social, como es
el Peritaje Social, se requiere de su validación social que en su
instalación en este mundo moderno, está sujeto a una razón de tipo
burocrático, institucional y normativo, y son la condición para ser
obedecidas por los individuos. Eso significa una racionalidad
instrumental que tensiona el quehacer del Perito Social, en cuanto
Trabajador Social, que no debería trasgredir la razón valórica y su
propios principios: justicia social, autodeterminación, secreto
profesional y en definitiva la promoción del desarrollo humano.
5
5. FUNDAMENTACIÓN DE LA ACCIÓN DEL PERITO JUDICIAL
SOCIAL FORENSE
6 Rojas, P. Cisternas, I. “La Pericia Social Forense: Reflexiones desde la Experiencia”. Curso dictado
por el autor en el Colegio de Asistentes Sociales, 2008.
7 Op. Cit. Rojas, P. Cisternas, I.2008.
6
ciencia o reglas del arte u oficio que profesare el perito” (Artículo
314, del Código de Procedimiento Procesal, 2005), y más aún, que
sólo serán considerados “los peritos y sus informes que otorguen
suficientes garantías de seriedad y profesionalismo al sistema
judicial” (Artículo 316, del Código de Procedimiento Procesal, 2005).
Desde esta posición se genera en el proceso pericial otra gran
tensión, que tiene relación con “decir lo que la parte que pagó la
investigación pericial quiere que se diga” ó lo que la ley intenciona en
su articulado.8. Desde este entendimiento podríamos señalar que la
acción pericial se sustenta desde una ética instrumental y
mercantilista. Estos dilemas se ven confrontados por la legítima
preocupación de parte de los requirentes del proceso pericial o
usuarios del sistema jurídico, de “no sentirse interpretados por los
dichos del perito” y que por una mala interpretación en los conceptos
vertidos pueden verse perjudicarles en sus intereses de “que se haga
justicia” y que “por un error pericial pueden torcerse los dictámenes
del juez”9.
En el dictamen pericial confluyen dos formas de visualizar los
hechos sociales, por un lado, los establecidos por los imperativos
pragmáticos del sistema judicial – Código de Procedimiento Procesal-
y la forma de entender lo que la gente “dice, señala o significa” (a
través de los cinco sentidos) de sus propias vivencias o de los hechos
en litigio.
En este comprender lo que el otro dice o pretende decir, la
valoración del juicio pericial se ve envuelto en un proceso dialéctico
que se consuma con el juicio de lo que es "bueno", "malo",
"mediocre", "genial", "perfecto", "defectuoso".... Debido a la
naturaleza misma de la interpretación, no es posible abstenerse de
valorar o juzgar lo que los otros dicen, porque actuamos en un
sistema prejuiciado, lo que Gadamer denomina “la pre-estructura de
7
la comprensión”, que anticipa una valoración comprensiva de aquello
que el sujeto se dispone a interpretar.
Aquí tiene sentido lo señalado por Schleirmacher,"el verdadero
punto de partida de la hermenéutica arranca de la pregunta: ¿cómo
una expresión, sea esta escrita o hablada, es entendida? La situación
propia del entendimiento es la de una relación dialogal, donde hay
alguien que habla, que construye una frase para expresar un sentido,
y donde hay alguien que escucha. Este último recibe un conjunto de
palabras para, a través de un misterioso proceso, adivinar su
sentido"10.
Ricoeur11 nos plantea que “a través de entender la complejidad
viviente del hablar humano, tendremos nuevos horizontes de
significación de lo que éste quiere señalar, lo que nos permite
descubrir nuevos aspectos de la realidad”.
De aquí la importancia en la forma en que se lleva a cabo el
diálogo entre las partes y el Perito en el proceso judicial, desde la
comprensión del lenguaje particular de cada persona, sabiendo que
éste – el lenguaje - no es sólo un instrumento de comunicación y
expresión de pensamiento, sino el intermediario que hace posible la
comprensión (interpretación) de los sentidos, que es el eje
transversal y articulador del proceso de la Pericia Judicial Social.
Los aspectos éticos de este diálogo tiene como pretensiones
comprender y valorar las diferencias, la búsqueda de puntos en los
que se pueda llegar a acuerdos, el respeto al punto de vista del otro,
la tolerancia, la búsqueda de consenso, la negociación, aprendizaje,
etc. Esto implica, entre otras exigencias, la de plantear el tema de las
identidades culturales – diversidad-, en el sentido del reconocimiento
y el respeto de la alteridad y la pluralidad, no sólo de los individuos,
sino también de los contextos donde éstos se insertan (etnias,
comunidades, organizaciones religiosas, movimientos sociales,
10 Echeverría, R.: “Actos del Lenguaje 1(La escucha)”. Editorial Granica,, 2007.
11 Ricoeur, Paul: “Teoría de la Interpretación”. Editorial Siglo XXI., México, 1995.
8
géneros, edades, entre otras) con sus derechos a existir y a
expresarse públicamente. El respeto a lo que “el otro señala”,
dentro del contexto de la investigación pericial, se enmarca en los
derechos humanos, y en la realización efectiva del derecho a la
expresión (como todos los demás reconocidos en la teoría, pero aún
no suficientemente logrados en la práctica) y el respeto a la dignidad
de la persona.
La concepción del peritaje como herramienta de investigación
social y jurídica no nos puede coartar la comprensión de la realidad a
una mera instrumentalización del derecho, sino de estar abiertos a
todos los sentidos posibles “tendremos más potencia de actuar si
nuestra comprensión se abre a la significación amplia, a la generación
de sentidos posibles, a la posibilidad de la re - significación y de la
apertura a nuestros saberes previos”12.
De acuerdo a esto, y desde una comprensión práctica de la
interculturalidad, la tarea de buscar explicaciones a las acciones
humanas nos obliga a una reflexión epistemológica previa13, que se
va resolviendo día a día en el quehacer concreto; de acuerdo a esto,
la comprensión práctica del quehacer pericial desde una concepción
intercultural debe, primero, considerar a las personas (usuarios del
proceso pericial) y su contexto como red de conversaciones. Entender
de este modo la labor investigativa del perito hace que se superen
concepciones que la restringen a una mera descripción de los hechos
sociales, desde una visión de “experto”.
Esta representación focaliza en el lenguaje y la interacción, más
que en las personas mismas o en el vínculo abstracto que las
relaciona. Esta concepción no nos puede limitar a una única forma de
“explicar” los hechos sociales, sino más bien, poder incorporar la
12 McBride S. et cols. “Un solo mundo. Voces múltiples. Comunicación e información en nuestros
tiempos”. FCE – UNESCO, México, 1980.
13 Es decir, revisar el cómo conocemos y qué supuestos anteriores avalan nuestros juicios, explicaciones
y teorías. También estaría a la base una reflexión hermenéutica, que atiende al cómo interpretamos la
realidad de nuestros clientes/beneficiarios (Cfr. H. Anderson & H. Goolishian: “Language System and
Therapy: An evolving idea”; En Journal of Psychotherapy; 24: 529-538; 1987).
9
diversidad cultural y facilitar el hablar de “los usuarios” más que del
esquema hegemónicamente impuesto por el sistema de
administración de justicia de nuestro país, no cuestionado y
finalmente, aceptado.
Desde esta forma de entender el proceso pericial y la acción del
profesional, se hace necesario el Diálogo Intercultural, desde donde
cada cual interpreta su propia experiencia de conocimiento de una
manera distinta, de tal forma que al final es fácil que no sólo sean
distintas e incluso incompatibles las visiones de la realidad, sino
también las comprensiones acerca de qué es “conocer” por tanto
como logramos “dialogar”; considerando que ambos conceptos son
vitales para el “aprendizaje”14, entendiendo que “logramos el
aprendizaje a través del conocimiento de un conjunto de significados
culturales y de valores apropiados de la realidad”15 y que son
necesarios de transmitir a otros para hacernos entender, es decir,
confrontarlo con la realidad percibida por el otro.
Es a través del diálogo intercultural que las personas tienen la
posibilidad de entender la gran cantidad de posturas y formas de
pensar y de percibir el mundo, tal como cada cual la ve en lo que
concierne a sus condiciones de vida, sus aspiraciones y sus
necesidades.
Por lo que el proceso pericial se debe fundamentar en la
comprensión de las distintas realidades y consensuar miradas acorde
a los requerimientos de la autoridad – el Juez – y basar su
conocimiento en la significación cultural y de valores de las personas
desde una interpretación reflexiva.
10
6. LA PERICIA SOCIAL Y EL CONFLICTO DE LAS
INTEPRETACIONES
16 Foucault Michel. “Vigilar y Castigar”. Esta Edición proyecto Espartaco (versión pdf). Pág. 141.
17 Foucault Michel. Op.cit. Pág. 117.
11
manera en que podían ser juzgados los hombres en función de los
errores que habían cometido, la manera en que se impone a
determinados individuos la reparación de algunas acciones y el
castigo de otras”.18
En este sentido, el peritaje social forma parte del ejercicio del
poder que en el ámbito judicial se alberga, y que a la vez tiene su
correlato en determinadas formas de saber propiamente
instrumentales (peritaje).
Entonces el poder en Foucault en cualquiera de sus
manifestaciones, incluido el judicial “no es tanto una propiedad como
una estrategia, y sus efectos no son atribuibles a una apropiación,
sino a disposiciones, maniobras, tácticas, técnicas, funcionamientos;
se ejerce más que se posee, no es el privilegio adquirido o
conservado de la clase dominante, sino el efecto conjunto de sus
posiciones estratégicas”19. Tal y como sucede en los procesos
judiciales ¿no es acaso el peritaje social una técnica del poder
judicial? Proceso que por intermedio de esta técnica y de otras
representa una mecánica del poder o una anatomía política que no
puede identificarse con una sola institución, por ejemplo, Tribunales,
el análisis fino de Foucault muestra que en torno a la disciplina propia
del aparato judicial u otro, existe un poder que se disemina como una
microfísica del poder integrada por distintos engranajes que
atraviesan todos los tejidos sociales, aparatos e instituciones que
finalmente convergen en dispositivos de control. Entre ellos, claro
está, y como herramienta del poder judicial, se encuentran los peritos
que sirven como retícula y a la vez como aseguradores del ejercicio
del poder en el ámbito judicial, a través de un instrumento que sirve
como medio de prueba legal. El cual es utilizado para refrendar el
innegable hecho que “la relación verdad-poder se mantiene en el
corazón de todos los mecanismos punitivos, y que vuelve a
18 Foucault Michel. “La verdad y las formas jurídicas” 1ra conferencia Pág. 58
19 Deleuze Gilles. “Foucault”. Editorial Paídos 1987. Pág.51.
12
encontrarse en las prácticas contemporáneas”20 justificándose en la
vindicta de la sociedad frente a los “desviados” que es menester
objetivar.
Ahora bien, la peculiar mirada de Foucault no representa bajo
ningún punto de vista la resolución de la conflictividad de la
interpretación y la comprensión -en la pericia social u en cualquier
ámbito- básicamente por su carácter nihilista de raigambre
Nietzschano (alejado de la hermenéutica). No obstante para
comprender su real aporte, es necesario detenerse en una de las
premisas que ha acompañado toda su obra, y que justifica su
intricado pensamiento, además de reflejar lo iconoclasta del mismo
“no he pretendido hacer la historia de este lenguaje, sino la
arqueología de este silencio”.21
Después de la antesala teórica Foucaultiana, que destaca por la
critica y la irreverencia en su discurso, haciendo la analogía con el
peritaje social, este último no queda bien parado, sin embargo aún
así es posible hacer justicia a los Trabajadores Sociales que
desempeñan dicha labor, recurriendo al excurso que traslapa lo
explicitado por Foucault hacia una mirada comprensiva que intente
articular dialógicamente el conflicto de las interpretaciones en el
peritaje social.
Entonces abordando el tema del peritaje social desde una
mirada fenomenológica-hermenéutica, se podría recrear el
pensamiento de Paul Ricoeur, quien en sus ensayos de hermenéutica
hace apología del injerto del problema hermenéutico en el método
fenomenológico, a saber: Ricoeur para realizar un puente dialógico en
lo previamente señalado vuelve a los autores fundamentales de la
hermenéutica (Schleirmacher, Dilthey etc.), no obstante para su
finalidad, más primordial aún es el análisis de Heidegger y su
analítica del Dasain. Asimismo desde la vereda de la Fenomenología
20 Foucault Michel. “Vigilar y Castigar”. Esta Edición proyecto Espartaco (versión pdf). Pág. 37.
21 Descombes Vincent. “Lo mismo y el otro. Cuarenta y cinco años de filosofía francesa (1933-1978)”.
Ediciones CATEDRA 1988.Pág.148.
13
es fundamental Husserl, básicamente el último Husserl (Krisis), es
decir, el que pone mayor énfasis en la lebenswelt.
Así, Ricoeur en su intento de injertar la hermenéutica en la
fenomenología, señala que existen dos vías para hacerlo, que por
diferentes que sean no son contradictorias sino complementarias.
Ricoeur llama vía corta a la ontología de la comprensión propuesta
por Heidegger (la que se abordara primero), y que se puede resumir
-teniendo en cuenta el carácter apodíctico de la filosofía de
Heidegger- de la siguiente manera: en palabras de Ricoeur “llamo vía
corta a esta de la ontología de la comprensión porque, al romper con
los debates del método (Dilthey), se inscribe de entrada en una
ontología del ser finito, y reconoce en él el comprender no ya como
un modo de conocimiento, sino como un modo de ser”.22
Importante es destacar que para lograr su comprensión del ser
Heidegger, utilizó al último Husserl, debido a que la ontología de la
comprensión se encuentra primero en Husserl antes que Heidegger,
toda vez que “su aporte a la hermenéutica es doble; por una parte
(…) la crítica del objetivismo es llevada a sus últimas consecuencias
(…) pues cuestiona a la epistemología de las ciencias naturales en su
pretensión de proveer a la ciencias humanas el único modelo
metodológico valido (…) por otra parte (…) articula su critica del
objetivismo con una problemática positiva que abre la vía hacia una
ontología de la comprensión. Esta problemática nueva tiene por tema
el “mundo de la vida”.23
Considerando lo señalado, Heidegger plantea una revolución en
la filosofía tradicional, irrumpiendo de manera radical, eliminado las
concepciones metodologías propias del método de la exegesis y
sustituyendo la interrogante tradicional de la problemática, “La
pregunta: ¿cuáles son las condiciones necesarias para que un sujeto
cognoscente pueda comprender un texto, o la historia misma, se
22 Ricoeur Paul. “El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de Hermenéutica. Fondo de cultura de
Cultura Económica”. Segunda reimpresión 2008. Pág.11.
23 Op.cit. Ricoeur P. Pág.13.
14
sustituye por esta otra pregunta: ¿Qué es un ser cuyo ser consiste en
comprender? El problema hermenéutico se convierte así en región de
la analítica de ese ser, el Dasain, que existe al comprender”.24
Después de lo explicitado en el acápite que precede y al hacer
la interconexión con la forma de interpretar y comprender en el
peritaje social surge la siguiente interrogante: ¿bastara con la
ontología de la comprensión propuesta por Heidegger, para hacer
frente al conflicto ligado a la interpretación y comprensión en el
peritaje social? Presumiblemente la respuesta de Ricoeur seria que
no. Debido a que él nos ofrece una segunda vía que de alguna otra
forma es complementaria al camino propuesto por Heidegger, quien a
la postre no logra demostrar en que sentido la comprensión histórica
se deriva de la comprensión originaria (ontología).
Para solucionar dicha aporía (del Ser) Ricoeur propone remitirse
al lenguaje, que es el plano mismo donde se ejerce la comprensión y
por tanto también la comprensión del ser (satisfaciendo a
Heidegger). Así Ricoeur propone “sustituir la vía corta de la Analítica
del Dasain por la vía larga iniciada por los análisis del lenguaje”.25
Cuando Ricoeur habla del plano semántico sostiene que “toda
comprensión óntica se expresa en el plano del lenguaje, ante todo y
desde siempre, en el lenguaje (…) no es en vano buscar del lado de la
semántica un eje de referencia para todo el conjunto del campo
hermenéutico”.26 No obstante para Ricoeur el plano del lenguaje
(semántica de las interpretaciones) no es suficiente para instalar la
hermenéutica filosófica, como la matriz que aúne a todas las
disciplinas que recurren al método de la interpretación, entre ellas, es
menester relevar al Trabajo Social en el campo pericial. Para
complementar su propuesta dialógicamente Ricoeur (volviendo a
Heidegger) propone conjugar el campo semántico con el campo
reflexivo argumentando que “la etapa intermedia, en dirección de la
15
existencia, es la reflexión, es decir, el vinculo entre la comprensión de
los signos (lingüísticos) y la comprensión de sí; ese sí mismo nos da
la posibilidad de conocer un existente (…) al proponer una relación
del lenguaje simbólico con la comprensión de sí, aspiro a satisfacer el
deseo más profundo de la hermenéutica”. 27
Ahora bien, antes de finalizar y para salir de los aires
netamente filosóficos, a propósito del conflicto de las
interpretaciones, se puede relevar (para los mismos fines) la
sociología fenomenológica de A. Schutz, quien pretende fundar una
teoría de la comprensión a partir de postulados weberianos, que
supera -principalmente- por la inclusión de los fenómenos subjetivos
en su reflexión, en desmedro de los hechos que sólo pueden
observarse empíricamente como sostenía Weber.
En este sentido el aporte fundamental de Schutz es “señalar
que las profesiones sociales se hacen y se construyen con el otro. El
encuentro cara a cara con las personas, grupos o comunidad, le
permiten establecer procesos de intersubjetividad”.28 Tal como se
expresa en la interrelación que se da en la práctica del peritaje social
“por esta misma razón, el Otro no puede ser explicado solamente
como un usuario, o un cliente. Es la relación de carácter
intersubjetivo la que permite reconocer a un Tú”.29.
A modo de epítome, el relevar la práctica del peritaje social, a
partir de la perspectiva hermenéutica- fenomenológica, tiene por
objeto mediar entre el derecho de carácter punitivo-positivista y los
contextos valorativos propios del mundo de la vida. Oscilando entre
una postura normativa propia de las meta-normas jurídicas
deontológicas y otra postura diametralmente opuesta que defiende
los contextos subjetivos de carácter axiológico, para lo cual es
necesario poner hincapié en “el reconocer que este quehacer
profesional se hace en el encuentro con el otro, en procesos
16
intersubjetivos, aboga por la propia persona, de los que están
comprometidos en esta situación social especifica”.30
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
17
12. Rojas, P. Cisternas, I. “La Pericia Social Forense:
Reflexiones desde la Experiencia”. Documento de Trabajo.
Colegio de Asistentes Sociales, Santiago, 2008.
13. Safford, Joan; Binder, Alberto; Caminos, Miguel;
Fabri, Marco; González, Daniel. La Implementación de la
Reforma Procesal Penal. Centro de Desarrollo Jurídico Judicial.
Editores: Williams Davis, Marco LILLO. CDJ/CPU-N.C.S.C.
SANTIAGO-CHILE AÑO 1996.
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