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Comunicación

Signos Lingüísticos:
Componentes y características del signo lingüístico.
El texto como unidad comunicativa, sus características y tipología.
Estructuras Literarias:
El personaje y el Conflicto. Construcción de un personaje literario

Prof. Josué Vallejos Vásquez


Lenguaje
¿Qué es un signo?
Es aquello que percibimos con nuestros sentidos y
que nos transmite alguna información.
?
El signo de interrogación nos
dice que la señora está
dudando.

La palabra árbol nos da la


árbol idea de una planta grande
con tronco y hojas.
Tipos de signos
Un signo es un elemento que sirve para representar una idea. Hay tres tipos de
signos:
 Los Indicios: mantienen una relación de contigüidad con la realidad.
Ejemplo: el humo es un indicio de fuego.

 Los Iconos: intentan reproducir la realidad, ya que mantienen una semejanza


con ella.
Ejemplo: las fotos, las estatuas, los planos…

 Los Símbolos: poseen una relación arbitraria con la realidad que representan,
es decir se establecen a través de acuerdos con los hablantes.
Ejemplo: los semáforos, las palabras…
¿Qué es el signo lingüístico?
Asociación indisoluble de una idea o concepto (significado) con una
forma sonora o escrita (significante). Es un símbolo.

Forma parte del código lingüístico.

Es comparable con una moneda, en la que cada una de sus caras


representa un plano:

Contenido Significado

Expresión Significante
Carácter lineal

 Los elementos de cada signo, respecto al


otro, se presentan uno tras otro, en la
línea del tiempo (cadena hablada) y en
la del espacio (escritura).

/Ojos/ + /mentirosos/
Características del signo lingüístico
Biplánico

Tiene dos planos:

Plano del contenido:


SIGNIFICADO
Plano de la expresión:
SIGNIFICANTE /árbol/
El signo lingüístico

El significado es el concepto o idea que evoca


la mente ante un significante concreto.

Significado
En este caso es el conjunto de características
comunes a todos los árboles (hojas, tronco…) que
permite agruparlos como clase. /árbol/
El signo lingüístico

El significante es la cadena de sonidos


o grafías que representa a una idea.

Significante /árbol/
En este caso =
/á/+/r/+/b/+/o/+/l/
Arbitrario
La relación entre significado y significante es un acuerdo
entre los hablantes. Por ello, cada lengua asocia un
significante distinto a un mismo significado.

perro dog
en castellano en inglés

cane
en italiano
Mutable e inmutable

 Carácter mutable e inmutable, por ser


arbitrario, el signo no depende de ningún
hablante en particular, es inmutable,
permanente, ningún individuo lo puede
cambiar. Por otra parte es evidente que las
lenguas cambian porque van variando los
signos; es decir, son mutables a largo plazo.
Articulado
Está compuesto por partes más pequeñas que se agrupan para formar
palabras, frases, oraciones.

En una primera articulación (división) el signo lingüístico se divide en


monemas: lexemas y morfemas.
Ejemplo: El coche nuev-o
En una segunda articulación el signo lingüístico se divide en fonemas
(sonidos).
Ejemplo: n-u-e-v-o
Interrelacionado
El signo lingüístico adquiere valor en su relación
con otros signos.

miércoles
martes jueves
lunes
viernes domingo
sábado
El signo “lunes” adquiere valor porque tiene significado diferente a los
otros días de la semana.
El texto como unidad comunicativa,
sus características y tipología.

El texto es la unidad máxima de comunicación. Es una unidad


comunicativa porque es el resultado de la actividad verbal de un emisor
que actúa movido por una intención comunicativa en un determinado
contexto. Un texto está formado por un conjunto de enunciados
internamente estructurados entre los que se establece una red de
relaciones semánticas y gramaticales que nos permite interpretarlo
como una unidad de sentido.

Para que una secuencia de enunciados pueda ser considerada un texto


debe reunir tres propiedades: adecuación, coherencia y cohesión.
Adecuación
Propiedad textual que se manifiesta en la adaptación de las características
lingüísticas del texto a las condiciones del contexto comunicativo.

Elementos
 El tema (general o especializado)
 La intención comunicativa
 El canal (oral, escrito, audiovisual)
 La relación entre interlocutores

Coherencia
Propiedad textual que permite que un texto sea comprendido por su destinatario
como una unidad con sentido.

Características
 Núcleo temático que se va desarrollando a lo largo del texto
 Información necesaria + organizada siguiendo un esquema previo: idea principal +
ideas secundarias, organizació n en pá rrafos (→ resumen)
 Estructura interna: las partes que lo integran están relacionadas entre sí
Coherencia

Propiedad textual que permite que un texto sea comprendido por su


destinatario como una unidad con sentido.

Características
 Núcleo temático que se va desarrollando a lo largo del texto
 Información necesaria + organizada siguiendo un esquema previo:
idea principal + ideas secundarias, organizació n en pá rrafos (→
resumen)
 Estructura interna: las partes que lo integran están relacionadas
entre sí
La progresión temática
Progresión de tema constante:
se produce cuando el mismo tema se
repite a lo largo de un texto. Ejemplo:

Todas las ideas del texto se


refieren al mismo tema: “el
frío”.

Cuando la temperatura del aire es mucho


más baja que la de nuestro cuerpo, y no
estamos suficientemente abrigados,
decimos que tenemos frío. El frío es la
sensación que tenemos cuando estamos
desprendiendo calor.
Progresión de temas derivados
Se produce cuando un tema se va
desarrollando en un texto. Las
El calor es una forma de energía que pasa de ideas van tocando nuevos
unos cuerpos a otros cuando éstos están a aspectos del tema.
diferente temperatura.
Los cuerpos que desprenden calor se llaman focos
caloríficos. Por ejemplo, el Sol y el fuego son
El tema del texto:
cuerpos caloríficos.
Hay muchas formas de obtener calor: quemando “el calor”; deriva
un combustible, usando la electricidad, etc. en tres subtemas.
Cohesión
Propiedad textual que se manifiesta en las relaciones semánticas y
gramaticales que se establecen entre los elementos que conforman el texto.

Procedimientos

Léxicos
 De repetición: reiteración léxica (exacta o parcial), palabras de un mismo
campo semántico o de un campo léxico, etc.
 De sustitución: sinónimos y antónimos, hiperónimos e hipónimos, nombre
común/propio, paráfrasis explicativas, proformas léxicas…

Gramaticales
De repetición
 De un elemento gramatical o de una misma función gramatical
 De las voces narrativas y de las marcas que señalan a los interlocutores
 De esquemas sintácticos (sintagmas, oraciones, tipos de oraciones)
Referencia anafórica: un elemento del texto se refiere a otro mencionado
anteriormente
Referencia catafórica: un elemento del texto se refiere a otro mencionado
posteriormente

Deíxis
Mecanismo lingüístico que señala el quién (deixis personal: pronombres
personales, posesivos y flexión verbal), el dónde (deixis espacial: demostrativos,
adverbios, algunos adjetivos y grupos preposicionales) y el cuándo (deixis
temporal: morfemas verbales, adverbios, algunos adjetivos, nombres de meses y
días de la semana, grupos preposicionales…) en el texto.

Elipsis
Omisión de palabras o expresiones redundantes (el sujeto, por ejemplo)
Las razones que puede dar un escritor para leer son, supongo, tan previsibles como las que podría
dar un compositor para escuchar música o un director de cine para ver películas. Quizá un profesor
dijera a sus alumnos que leyendo se aprenden infinidad de cosas, presentes y pasadas; que se ejercita
la imaginación; que se adquieren conocimientos que nos serán de gran utilidad en la vida y hasta que
uno se ayuda a sí mismo a triunfar. Todo eso es cierto, a mi parecer, pero nada de ello es exclusivo de
la literatura, de la novela, la poesía, los cuentos. Lo que sí nos da la literatura, y sólo ella, es, creo yo, la
posibilidad de ser también otros de los que somos, y de vivir las vidas que seguramente nunca
viviremos, y por lo tanto de descansar a ratos, de nosotros mismos, algo en verdad necesario y muy
satisfactorio. Y además, si no nos puede explicar los misterios de la existencia, por lo menos nos los
muestra y nos los cuenta. Y eso es ya muchísimo. Es casi algo ilimitado.

1. Repetición léxica: vivir-vidas-viviremos.


2. Sustitución léxica: literatura (hiperónimo) – la novela, la poesía, los cuentos.
3. Sustitución por proforma léxica: cosas = que se ejercita la imaginación; que se
adquieren conocimientos…
4. Campo léxico: escritor – compositor - director
5. Repetición de estructura sintáctica: un escritor para leer – un compositor para
escuchar música – un director de cine para ver películas.
6. Referencia anafórica: Todo eso (lo anterior) es cierto – Lo que sí nos da la
literatura, y solo ella, es…
7. Correlación de verbos en presente de indicativo.
Marcadores textuales

Palabras o expresiones que ayudan a interpretar el sentido del texto.

Estructuradores de la información: para empezar, en primer lugar, por


otro lado, por otra parte, por último…

Operadores discursivos (actitud del emisor ante el enunciado): en mi


opinión, es evidente, esto es, por ejemplo…

Marcadores conversacionales (indican la relación entre los participantes


y regulan la comunicación): ¿me entiendes?, ¡anda ya!, bueno, y tal, vale…
Conectores textuales
Palabras o expresiones que sirven para establecer relaciones de significado
entre las distintas partes del texto.

Adición
y, además, también, asimismo, encima, igualmente…

Contraste
pero, sin embargo, a pesar de, no obstante, ahora bien, aun así...
Causa/Consecuencia
luego, conque, entonces, por consiguiente, de ahí que…

Temporales
después, más adelante, entonces…

Espaciales: delante, al fondo, a la izquierda…


Los tipos de textos

El texto expositivo

Un texto expositivo es aquel que explica, que informa, que da instrucciones o


ideas sobre un tema. La exposición es la forma de organización textual que se
emplea para transmitir el conocimiento. Puede ser oral o escrito.

Según el tipo de destinatario al que van dirigidos, los textos expositivos pueden
ser divulgativos (dirigidos a un público general, sin conocimientos específicos
sobre el tema; aparecen en artículos de prensa, revistas divulgativas,
enciclopedias o libros de consulta) o especializados (destinados a personas que
ya poseen conocimientos sobre el tema, por lo que suelen emplear tecnicismos;
aparecen en revistas especializadas, o en manuales o publicaciones académicas
tanto científicas como humanísticas).
La estructura de un texto expositivo

La estructura general de un texto expositivo suele responder al siguiente esquema:

• Introducción: Presentación del tema y explicación del punto de vista desde el


que se aborda.

• Desarrollo: Parte fundamental del texto; se pueden usar diversos


procedimientos explicativos: clasificación, definición, descripción, ejemplos,
contrastes, citas de otros textos, testimonios, pregunta-respuesta, ordenación
cronológica…; se pueden usar fotografías, dibujos, gráficos, mapas, letra cursiva,
subrayados, comillas…

• Conclusión: Resumen de los aspectos más relevantes de la exposición


(prescindible). Esta estructura se suele corresponder con dos tipos de orden
expositivo: - Orden deductivo: se parte de afirmaciones generales para llegar a
casos particulares. - Orden inductivo: se plantean casos particulares para llegar a
una afirmación general.
Características lingüísticas

• Procedimientos tipográficos: numeración, títulos, subrayado, cursiva…


• Citas directas o indirectas que remiten a otros textos.
• Marcadores y conectores que permiten la comprensión.
• Predominio de oraciones enunciativas que manifiestan la preponderancia
de la función referencial del lenguaje.
• Adjetivos especificativos que aportan información acerca del sustantivo sin
introducir valoraciones subjetivas.
• Predominio de las formas verbales en presente de indicativo que se emplea
con valor atemporal.
• Utilización de oraciones impersonales y de pasiva refleja que evitan la
inclusión del emisor en el texto y le proporcionan objetividad.
• Predominio del léxico denotativo (se evita el uso de palabras que impliquen
valoración y resten objetividad al texto).
• Empleo de un léxico preciso y especializado.
Creación de exposiciones escritas

Para redactar un texto expositivo conviene planificar la tarea y considerar una serie
de aspectos que abarcan tanto la preparación como la realización final del trabajo.

1. Determinación del tema, intención y tipo de receptor, puesto que condicionan el


tipo de texto y el lenguaje empleado.

2. Búsqueda de información: Es aconsejable manejar fuentes variadas, por ejemplo,


documentación escrita (enciclopedias, manuales, diccionarios, revistas…),
audiovisual y electrónica y, si procede experiencias personales.

3. Planificación de la redacción: Los contenidos deben presentarse con orden,


coherencia y claridad. Hay que establecer los criterios de ordenación de las ideas:
- La estructura general (introducción, cuerpo y conclusión).
- La organización de las ideas del cuerpo o desarrollo.
4. Redacción: Se deben evitar las repeticiones y los rodeos
innecesarios. Es preferible usar oraciones breves y sencillas
bien agrupadas en párrafos. Hay que mantener la corrección
morfosintáctica, léxica y ortográfica.

5. Revisión: Debe prestarse atención a la presentación del


trabajo (márgenes, espaciados y sangrías; los tipos y
tamaños de letras adecuados, la indicación de notas y de
fuentes bibliográficas…)
SER REINA
La vida de las Reinas nunca fue fácil. Es cierto que gozaban de la mayor consideración social, que
llevaban una vida lujosa, rodeadas de criados, damas de honor, camareras, mayordomos, etc., pero
sus actos
siempre estaban regidos por las estrictas normas que imponía la etiqueta palaciega y bajo la
atenta mirada de la corte.
Hubo alguna excepción, como Isabel I de Castilla, forjadora, ella misma, de un reino que construyó
con gran sacrificio, dinamismo y esfuerzo personal. Pero no fue lo normal, pues las demás reinas
no tuvieron que luchar por su supervivencia, intervinieron escasamente en política y estuvieron
siempre sujetas a sus esposos, los Reyes.
Con demasiada frecuencia se las casaba a edad temprana, entre los doce y los quince años, con el
fin de consolidar los pactos políticos en los que ellas eran garantes, y que con harta frecuencia no
garantizaban nada. Lo que sí se esperaba de ellas era una pronta y numerosa descendencia,
necesaria para asegurar la continuidad de la línea dinástica directa y evitar la ascendencia de
ramas colaterales. Dar sucesores a la corona, sobre todos varones, fue la misión primordial de
estas mujeres, porque si no lo conseguían sus vidas se convertían en un fracaso. Conscientes de su
responsabilidad, no dudaron en exponer su vida, ingiriendo, a veces, insanas pócimas, y
sometiéndose a prácticas pseudogenéticas, que la ignorancia de la medicina de aquellos años
daban por buenas.
Por otra parte, la Reina se veía obligada a ejercer su oficio las veinticuatro
horas del día, lo que exigía un duro cometido, necesitando tener una salud
de hierro, un carácter templado, inteligencia y diplomacia. Dotes
imprescindibles para hacer frente a las numerosas intrigas de una corte
poblada por cientos de personas.
Si esto fuera poco, casadas por conveniencia de familia o políticas, fueron
mujeres destinadas a figurar en el ceremonial de la corte y relegadas a un
segundo plano. Muchas veces se vieron vejadas por su real esposo, teniendo
que soportar, de grado o por fuerza, las numerosas aventuras
extramaritales de su cónyuge.
El texto argumentativo
Un texto argumentativo es aquel que tiene como finalidad convencer de algo al receptor o dar
razones para justificar y probar una determinada afirmación. La gente tiene puntos de vista
distintos sobre las cosas y a veces es necesario defenderlos y para ello utilizamos la
argumentación: el abogado que defiende a su cliente, el político que trata de convencer a los
electores, el vendedor que trata de que el cliente compre un determinado producto, etc. El texto
argumentativo comparte muchas características con la exposición, e incluso va muchas veces
indisolublemente ligado a ella: cada vez que un autor intenta dar a conocer una teoría innovadora,
exposición y argumentación aparecerán unidas.

Estructura de un texto argumentativo (no siempre en este orden)


1. Introducción: presenta el tema, plantea la tesis, es decir, la opinión que se quiere defender,
e intenta crear una actitud favorable en el destinatario.
2. Cuerpo argumentativo: desarrolla los argumentos, las razones que justifican y avalan el
pensamiento que se defiende, y refuta e invalida los argumentos contrarios.
3. Conclusión: resume las ideas desarrolladas y establece como válida la tesis planteada al
principio de la argumentación.
Clases de argumentos
Aunque los argumentos que se utilizan en una argumentación pueden ser muy
variados, éstos son los más habituales:

• Argumentos objetivos: datos, cifras o hechos probables, que no dependen de la


opinión de la persona que argumenta.
• Argumentos de ejemplificación. Son aquellos que ofrecen casos concretos que
apoyan la tesis defendida.
• Citas o argumentos de autoridad. Son aquellos que utilizan la opinión
(normalmente en forma de cita directa) de personas de prestigio reconocido.
• Generalizaciones: ideas y verdades admitidas por el conjunto de la sociedad.
• Hay argumentos que se llaman falacias. Una falacia es un razonamiento no válido
que se pretende utilizar como argumento para convencer. Se consideran
argumentos falaces: el ataque y descalificaciones personales, la falsa autoridad y la
apelación a las emociones.
Características lingüísticas

• Empleo de conectores textuales que expresan relaciones lógicas: contraste (en


cambio, por el contrario…) o causa-consecuencia (por tanto, así que…).
• Utilización de operadores discursivos que orientan la interpretación de los
enunciados: en efecto, es cierto, según X…
• Tendencia a personalizar el discurso mediante apelaciones al destinatario para
que se implique en las afirmaciones del emisor: Estará de acuerdo conmigo en…,
Compartirá la opinión…
• Uso de enunciados asertivos que pueden aparecer acompañados de adverbios o
locuciones adverbiales de ratificación: evidentemente, sin duda…
• Construcciones impersonales que permiten la ocultación del emisor: se piensa
que…
• Utilización de la primera persona del plural (nosotros) con valor inclusivo, con
el fin de implicar al destinatario.
• El tiempo verbal característico es el presente atemporal.
• Abundan los elementos que sirven para introducir la propia opinión, como
entiendo, creo, a mi modo de ver, desde mi punto de vista, etc.
Las culturas viven a través de las lenguas
La frase con la que inició sus clases mi profesor de filosofía en el instituto fue esta: "Las culturas viven
a través de las lenguas". Si es así, parece evidente la importancia en preservar con rigor los idiomas: Ellos
son los verdaderos guardianes de las culturas del mundo.
Vivo en Marruecos desde enero del presente año. Suelo manejarme en taxi, lo que me ha permitido
entrar en contacto con los chóferes de estos vehículos, siempre dispuestos a mantener una conversación
con sus clientes. Puesto que mis conocimientos de árabe son prácticamente nulos, normalmente me dirijo a
ellos en francés. Esta mañana le comentaba al taxista que me llevaba a la oficina cómo me sorprendía lo
bien que hablaban los marroquíes la lengua gala. Él contestó explicándome cómo la población de aquí
asocia el uso del idioma francés con el éxito social: "En ocasiones, se llega a situaciones tan absurdas
como que una familia marroquí renuncie al árabe y hable entre ella exclusivamente en francés", concluía el
taxista.
No sé bien porqué eso me hizo recordar la canción de marcado ritmo flamenco de Raimundo Amador
titulada “Gitano de temporá” que dice así:
Cuando llegan los días señalaítos, / hay muchos gachositos que son gitanos, /visten gitano, fuman
gitano, / y juran que su abuelo fue un buen gitano.
Cuando pasan los días señalaítos, / los mismos gachositos cazan gitano, / muerden gitano, / no
quieren en la consulta a los gitanos, / y juran que en el mundo sobran gitanos.
Y cuando vuelven los días señalaítos, / hay muchos gachositos que son gitanos, / hablan gitano,
cantan casi gitano / y juran que su abuelo fue un buen gitano.
En el Madrid de mi infancia, el flamenco era considerado por algunos como un tipo de música muy
popular. Determinados estratos sociales no la escuchaban, quizás porque lo asociaban con algo parecido a
la humildad económica. Después, durante la década del 2.000, vino el boom económico español y todo lo
proveniente de nuestro país se puso de moda. Y esto, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras: con
independencia de clases sociales, cualquier cosa típicamente española era bien recibida.
pendencia de clases sociales, cualquier cosa típicamente española era bien recibida.
Quizás el flamenco fue lo que más se benefició de esta nueva etapa y autores con mayor o menor influencia flamenca,
como María Jiménez o como Diego el Cigala, se convertían en superventas. Muchos críticos de música a nivel
internacional han reconocido desde hace muchas décadas su admiración y su respeto por este tipo de arte musical
español: El flamenco es música de mucha calidad según los expertos en el tema. Por eso no es de extrañar que, pasados
los años de exaltación de todo lo español, la población de este país haya mantenido su interés por esa joya cultural que es
la música flamenca. Así, en el territorio español se ha preservado esta parte de nuestro patrimonio intangible. Pero no
todos los países cuentan con esta suerte: muchas naciones ven parte de su cultura desaparecer poco a poco. Y esto
debido al desinterés de su población y al de sus gobernantes por preservarla. Lo peliagudo del tema llega, como diría
Raimundo Amador, "cuando vuelven los días señalaítos": El día en el que una población se decide a rescatar una de sus
facetas culturales perdidas pero esta expresión cultural ha desaparecido ya.
Reanimarla resulta entonces imposible.
Hoy en día se publican más libros en catalán que en árabe a pesar de que la población de catalanohablantes es muchas
veces inferior a la población que habla árabe. Esto demuestra, por un lado, el admirable esfuerzo que se está llevando a
cabo por mantener la lengua catalana y, por otro, la insuficiente presencia actual del árabe escrito.
Más de la mitad del dinero que se destina a ayudar a los países más pobres proviene de la Unión Europea y de sus países
miembros, lo que convierte a Europa en el mayor donante a nivel mundial. La política de desarrollo de la Unión Europea
no se limita a suministrar servicios de primera necesidad como agua potable o carreteras practicables: El Programa de
Desarrollo Humano es uno de los instrumentos de financiación de ayuda al desarrollo de esta institución. En virtud de él,
50 millones de euros se destinaron, durante el periodo 2007-2013, a mejorar el acceso a la cultura local, a su
conservación, y a proporcionar
oportunidades para el intercambio cultural entre los diversos agentes culturales.
Efectivamente, la cultura juega un papel importante en la política de
la cooperación al desarrollo de la Unión Europea. Entre sus
principales objetivos, y en lo que a lenguas se refiere, está el de
promover la conservación, difusión y promoción de la diversidad
cultural en el ámbito local y nacional. La idea es contribuir a que
(permítanme acabar retomando la canción del cantaor gitano),
cuando vuelvan los días señalaítos, la gente pueda reencontrarse —
definitivamente, esperamos— con sus orígenes culturales y
lingüísticos.
Miguel Forcat Luque
EL PAÍS, 24/09/2014
El personaje y el conflicto narrativo
El conflicto narrativo es uno de los ejes fundamentales por los que discurre una historia narrada.
En su vertiente extrema, podríamos decir que “el conflicto es la historia”. O dicho de otra forma,
toda historia de ficción se basa en el planteamiento, nudo y desenlace de un conflicto inicial. Se
trata de una concepción aristotélica que después de más de dos mil años todavía sigue vigente.
Pero… ¿qué es el conflicto narrativo, en definitiva?

Si lo comparamos con una partida de ajedrez, sería el enfrentamiento del bando de las blancas
contra el bando de las negras. El escritor debe jugar alternativamente con los dos colores. Ahora
me toca mover un personaje “blanco”; a esa acción tendré que oponerle una contraria de un
personaje “negro”. No cabe adoptar una actitud ética estricta. Sabemos que tanto en la vida como
en la ficción no todo es lo que parece. En definitiva, el enfoque dependerá mucho de los
propósitos del autor respecto a su criatura. La partida completa sería la narración terminada.

El concepto del conflicto es aplicable a cualquier género narrativo, por supuesto. Da igual si se
trata de un detective que desea atrapar al culpable de un crimen o de un sacerdote que desea salir
por sí mismo de una crisis religiosa. Lo que debemos tener claro es que para armar nuestra trama
es imprescindible que dispongamos (primero mentalmente) de un conflicto narrativo claro,
concreto, preciso y coherente. Si este asunto no está claro desde el principio de nuestra
planificación previa navegaremos a la deriva, sin un objetivo preciso al que dirigirnos.
Conflicto narrativo: tipos

Vamos a ver primero los tipos de lucha (en un sentido amplio) que podemos afrontar
desde la narrativa de ficción. Siempre deben estar adecuados a nuestra historia.

Conflicto bélico

Probablemente (junto con el amoroso) es el conflicto narrativo más antiguo de la


literatura universal. El combate de unos pueblos contra otros todavía centra la atención
de muchos reporteros de guerra. O bien incluso la recreación de batallas pasadas o
conflictos armados de toda índole.

La figura prototípica del héroe nace en la literatura mundial al contar las hazañas del
mismo. El caso más claro es la Ilíada de Homero (Aquiles, Héctor, etc.). A veces el énfasis
se coloca en individuos concretos que personifican la lucha (por ejemplo, Napoleón
contra el zar de todas las Rusias). Una variante sería el conflicto armado entre un grupo
de individuos contra otro.
Conflicto histórico

Puede ser una variante del anterior si se basa en hechos bélicos. Sin embargo, el
conflicto narrativo también puede focalizarse en un contexto histórico determinado.
Será necesaria una gran documentación para no incurrir en anacronismos. Siempre es
un peligro que nuestros personajes piensen y sientan desde la actualidad y no en el
marco histórico y cultural que tenemos que prefijar de antemano.
Conflicto político

El conflicto narrativo, en este caso, se centra en los aspectos políticos o ideológicos


que llevan a los personajes a mantener determinadas posturas personales. La lucha
por el poder suele ser un leit motiv bastante usual en estos casos.

Conflicto social y cultural

Si nos olvidamos un momento de la cruda lucha por el poder (que da mucho juego en
diversos géneros novelísticos), también el conflicto narrativo puede girar sobre las
concepciones del mundo de determinados personajes enfrentados a su entorno socio-
cultural.
Conflicto interior

En ocasiones el conflicto narrativo involucra fuerzas opuestas dentro de un


mismo individuo. Es posible que se trate de cuestiones morales o éticas (por
ejemplo, en Crimen y castigo) o bien de tendencias y actitudes patológicas,
que hacen sufrir al individuo y le urgen a encontrar una solución a su
problema concreto. Es un tema que proporciona mucho juego en todo tipo
de historias.

Conflicto amoroso

Es de los más antiguos en la literatura de ficción de cualquier época. El amor


en su rica variedad de formas múltiples (incluidas las sexuales) ha
proporcionado y proporciona infinidad de variantes para armar todo tipo de
tramas. Desde el thriller con fondo amoroso hasta la inmensa producción de
todo tipo de novela sentimental. Es rara la novela que no contenga una
historia amorosa, aunque sea colateral o paralela a la historia principal.
Conflicto familiar

En el mundo de los afectos el ámbito familiar es decisivo para idear un conflicto


narrativo. También es muy raro que en cualquier obra de ficción no aparezcan
familiares de los protagonistas (o de antagonistas) y todo tipo de problemáticas
relacionadas con ellos. Pensemos, por ejemplo, en El padrino (novela o películas). Bajo
la capa del género de gángsteres se desarrolla asimismo una rica flora “familiar”: en
todos los sentidos, también en el específicamente mafioso.

Conflicto con cualquier tipo de autoridad o poder

En este apartado podemos incluir un número indefinido de conflictos según la óptica


que hayamos querido introducir en la trama. Basta con pensar en padres/hijos,
profesores/alumnos, patronos/empleados, amos/sirvientes, oficiales/soldados, etc.

El conflicto narrativo es susceptible de ser enfocado desde muchos ángulos diferentes


e introducir las aristas pertinentes. Un mismo tipo de conflicto narrativo puede ser
focalizado desde muy distintas perspectivas por autores distintos. Por eso mismo es
inagotable la producción de ficción narrativa.
Claves para utilizar el conflicto narrativo

Lo primero que hay que decir es que hay que huir de los clichés. Uno de ellos
consiste en el abuso de la descripción de situaciones cotidianas. No tiene mucho
sentido andar describiendo (en la era de la imagen) una casa o un camino, da
igual. Salvo que sean “personajes” también de la historia, que puede darse el caso
en ocasiones. Muchos escritores noveles hacen caso omiso de este fundamental
consejo y comienzan a escribir de esta manera:

“Fulanito se acercó a la repisa de la chimenea y jugó con una figurita de marfil.


Después se dirigió a la ventana, volvió sobre sus pasos y se encaminó a la cocina.
Abrió el frigorífico y sacó la mantequilla. Se sentó en la mesa de caoba y se
preparó una tostada, etc., etc.”

Todos sabemos que hay multitud de actos cotidianos y también sabemos cómo se
hacen. No hace falta incluirlo en las narraciones. Salvo, claro está, que el acto sea
esencial precisamente para entender el conflicto narrativo subyacente.
Hay que determinar desde el principio la corriente principal (la fuerza, por
decirlo de otro modo) que recorre la espina dorsal de la narración. Esa
fuerza, que da sentido a la acción, a que ocurran acontecimientos que atrapan
la atención del lector, a que interactúen los personajes entre ellos… es el
conflicto narrativo.

No tenemos que dejarlo de lado como algo secundario. Es la fuerza motriz de


la narración, es lo que da sentido a la secuencia planteamiento – nudo –
desenlace. No importa si el conflicto narrativo es interior o a tiro limpio, pero
debe ser diáfano, concreto, consistente y coherente durante todo el relato. El
lector debe tener la sensación de encontrarse ante una historia interesante
que le haga apegarse a la lectura hasta el final.
Construcción de personajes literarios
Para esto es esencial conocer dos categorías que pueden evitarnos algunas fallas
de ingeniería o una opinión negativa de nuestros lectores. Veamos:

Personajes planos
Un personaje plano es aquel que muestran muy pocos atributos de personalidad,
emociones, características, etc. Por lo general se destinan para los personajes
secundarios y figurantes. Existen y son igual de importantes, pero ocupan el
segundo lugar en la clasificación de personajes.

Personajes redondos
Contrarios a los personajes planos: tienen más atributos y su nivel de
complejidad se destina a los personajes principales. Una de las características
más resaltantes de esta categoría es que son contradictorios, están bien
matizados, y tienen una personalidad incluso imprevisible, hasta el punto de
acercarse siempre a sus propios límites.
• Hacemos mención de estas dos categorías por una razón importante: procura
que tus personajes principales sean redondos y que los secundarios sean planos.
Un principal que sea plano te coloca en el riesgo de que la obra entera sea
también plana, sin vida ni potencial de clímax, uniforme y poco diversa.

• No conviertas a tus personajes secundarios en personajes redondos o


excesivamente complejos. Recuerda que el punto de vista debe recaer en los
personajes principales y no en los secundarios.

• Si te extiendes demasiado en un personaje secundario, entonces no es tan


secundario. La fluidez y una poderosa intuición deben ser dos de los elementos a
tomar en cuenta.
¿De dónde surgen los personajes?

Fíjate en esta expresión: “Quiero escribir un libro sobre el amor”, aquí tienes que decidir el
género: ¿quieres escribir un libro de ficción o de no ficción? ¿sobre quién o quiénes?
Shakespeare respondió a esta pregunta de la siguiente manera: Romeo y Julieta.

Un dragón amigable y compañero fiel del héroe es uno personajes tipo que tienen las
novelas fantásticas. Un obrero cansado y con intenciones de cambiar su vida radicalmente
es el tipo de personajes de la realidad.

Los personajes surgen del genio fantasioso del autor, como Tolkien en El señor de los
anillos, de la realidad, caso de La madre de Gorki. También, de personajes reales o de
referencias históricas: novelas, relatos u obras de teatro que usan personajes que vivieron o
marcaron un hito en la humanidad: Napoleón, Ghandi, etc. No son biografías; son novelas
históricas en todo caso.

Para esto, no hay nada como leer novelas y analizar los personajes que aparecen en ellas.
Un método para creación de personajes
Quiero escribir una novela sobre una monja que se enamora de pronto de un
reconocido sacerdote. ¿Cuáles son los personajes principales? ¿Y los secundarios?

La mujer y el sacerdote serían los principales y partiendo de estos dos surgirán en el


camino los personajes secundarios. Pero, ¿es todo? ¿Puedo sentarme a escribir el libro
del primer capítulo hasta el último con sólo estos pocos datos?

Algunos genios creativos escriben sus libros sin un trabajo de ingeniería previo. Otros
necesitan un plan, una arquitectura, un mapa, o información detallada de sus
personajes, como vimos en el artículo de tipos de escritor. Esto también depende de si
escribimos un cuento, una novela o una obra dramatúrgica. En todo caso, para llegar
seguros al proceso de redacción, podríamos realizar un par de actividades previas sólo
para nuestro uso exclusivo y complementario:

Conocer a profundidad nuestros personajes principales.


Conocer nuestros personajes principales

Todos estamos sujetos a cuatro aspectos que nos constituyen como persona.
Los personajes de ficción también, independientemente de que sean
fantásticos o personajes tomados de la realidad.

Esos cuatro aspectos del personaje, son los siguientes:

Aspectos corpóreos.
Aspectos sociales.
Aspectos psicológicos.
Aspectos morales.

De modo que para conocerlos construyamos cada uno de estos aspectos. Se


trata de la historia o biografía del personaje, sus antecedentes, sus límites y
alcances, etc.
¿Cómo se caracteriza un personaje?

Definir los cuatro aspectos mencionados anteriormente. Usaremos el ejemplo de la


historia de la mujer y el sacerdote para que tengamos una idea de cómo podríamos
caracterizar en este caso a la mujer:

Aspecto físico: ¿Cómo se ve el personaje? 35 años, alta, delgada, blanca, cabello


negro, miope, es asmática y tiene un colibrí tatuado en una de sus nalgas.
Aspectos sociales: ¿Qué hace? soltera, sin hijos, huérfana de padre y de madre, hija
única, vive sola en un apartamento en la periferia de la ciudad, trabaja como psicóloga
en un sanatorio mental y es de clase media alta.
Aspectos psicológicos: ¿Cómo piensa y maneja sus emociones? emocionalmente
estable, no es muy afectiva, excesivamente racional y con criterio científico, es irónica,
sarcástica, muestra conductas sexuales un poco perversas, es egocéntrica pero pese a
su éxito y estabilidad sufre una soledad profunda e incomprendida.
Aspectos morales: ¿Es bueno, malo o ambiguo? no cree en Dios, tiene
comportamientos que son reprobables moralmente sin sentirse culpable, pero en
general sus convicciones están más allá del bien y el mal.
Constelación de personajes

Una constelación de personajes representa el conjunto de individuos que


participan en la trama y que están relacionados entre sí por distintos
factores: familia, amistad, trabajo, afectos, etc.

Esta herramienta permite contemplar visualmente el conjunto de


personajes principales y secundarios que transitan en el desarrollo de la
historia. Los escritores realizan mapas conceptuales muy similares a los
árboles genealógicos, para tener presente el conjunto de relaciones que
esquematizan la historia.

Para elaborarlo debe tenerse al menos una idea de los personajes


secundarios más importantes del relato. Veamos el ejemplo:
Nombres de personajes

La elección del nombre de un personaje es tan vital como la caracterización.


Veamos por qué es tan importante:

Define la identidad del personaje.

Lo circunscribe a una cultura o región específicas.


Depende de su elección si el lector lo recuerda u olvida con facilidad.
Dotan al personaje de veracidad.
Hay algunos escritores que consideran el nombre del personaje tan esencial, que
si no hacen una buena elección toda la historia se pone en duda. Elegirlo debe ser
un acto no deliberado. Lo nombres pueden producir en el lector efectos positivos
o negativos.
El universo lógico del personaje

Si el personaje es un granjero que no posee ninguna formación académica,


resultaría un error que hable sobre el libro Crítica de la razón pura, de Kant. Y
viceversa.

La literatura está llena de estas buenas y bien tratadas contradicciones, pero


también de personajes falsos. Algunos son intencionales, otros constituyen la
expresión de la inexperiencia o el descuido. Un hombre pobre no tiene las mismas
preocupaciones que un hombre rico. Tampoco ve el mundo de la misma manera.

Esta es la lógica del personaje: corresponder a su naturaleza, época, y al lugar donde


se desenvuelve. Esto no quiere decir que el personaje sea una estructura inflexible y
que no pueda diferir incluso de sí mismo. Pero lo que no perdona el lector ni la
literatura es la mentira. Los personajes deben ser verdaderos, creíbles, genuinos,
aunque sean imaginarios o estén dentro de un mundo imaginario.
Los hombres no despiertan convertidos en monstruosos
insectos, pero cuando leemos, creemos y acompañamos al
personaje como si tan absurda circunstancia fuera real. Es
cuestión de tratamiento, tono, técnica, y sobre todo, de la
forma en cómo planteamos al personaje. García Márquez lo
dijo: «Puedes escribir cualquier cosa siempre y cuando sea
creíble». A esto nos referimos con el universo lógico del
personaje.
Personajes de la novela

La novela es el género literario que por su extensión y complejidad


requiere de una mayor conciencia en cuanto a estructura y diseño.
Para la creación de personajes literarios en la novela, podrían usarse
los métodos que mencionamos anteriormente: los 4 aspectos del
personaje y la constelación.

Como una novela es un relato extenso, el lector puede saber


absolutamente todo de sus personajes. Por lo general son numerosos,
divergentes, bien diferenciados, complejos y suelen sufrir
transformaciones progresivas desde el inicio hasta el final. Crearlos
requiere de laboriosidad y de recordar permanentemente quiénes son
para no desdibujarlos o convertirlos en elementos inesperados.
Personajes del cuento

Contrario a la novela, el cuento es síntesis, concentración,


contundencia y brevedad. Los personajes de cuentos, entonces,
deben ajustarse en este caso a las dimensiones del relato. Para esto
es preciso que el escritor conozca bien la técnica del cuento, sus
efectos, la forma de estructurarlos, y en función de esto desarrollar
sus personajes.

Por lo general son personajes que parten de una situación particular


que se desarrolla con la misma estructura clásica de inicio-
desarrollo-cierre, pero con una extensión que no puede compararse
con la de la novela. Son personajes circunstanciales que responden a
un universo cerrado y que suelen buscar más el efecto de la
contundencia y sorpresa, que el de la profundidad.
Recomendaciones finales

Los personajes también dependen de la naturaleza del autor.


Pregúntate cuál es el tipo de personas que llaman más tu atención y
cuáles son tus temas más sensibles. Seguro encontrarás el universo
humano de tus libros.
Trabaja tus personajes constantemente. Realiza ejercicios con tu
imaginación: míralos, escúchalos, recréalos, si puedes dibújalos.
Agrégales detalles, manías, contradicciones, rutinas, intimidad. Procura
que sean personajes que emanen vida.
Puedes buscar referencias reales de tus personajes. Si el personaje es
un sacerdote, busca sacerdotes, míralos, habla con ellos si es posible.
La investigación es un valor agregado.
Si el personaje debe ser fiel a sí mismo, tú como escritor también debes ser
fiel al personaje. Él tomará la fuerza que le imprimas. Debes apasionarte y
ser leal. Pero cuida tu historia. Si comienzas con un objetivo, no permitas
que el personaje te lo cambie, a menos que encuentres una historia mejor. A
veces pasa.
Si eres novelista utiliza una libreta de notas, una cartelera, o cualquier lugar
donde puedas visualizar tu constelación de personajes o las fichas de los 4
aspectos. Regresa siempre a estos recursos si te sientes perdido.
Incluso los personajes fantásticos deben ser creíbles. Eso dependerá mucho
del estilo y la forma en que los plantees. No del personaje.
Gracias
..

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