LA IMPORTANCIA DE LOS PIES EN LA ANATOMÍA EXPERIENCIAL

¿Por qué comenzamos el estudio de la anatomía experiencial con los pies? ¿Por
qué son tan importantes?.

Los pies son la primera extremidad en desarrollar tono. El tono es la habilidad

subyacente de los tejidos para responder; en los músculos, es la habilidad de éstos para
contraerse o relajarse. Un tono vibrante nos da sensación de enraizamiento y confianza.

Los pies también son la última extremidad en desarrollar respuestas de equilibrio y

articulación. Las respuestas de equilibrio son necesarias para mantener la estabilidad, la
confianza al erguirnos sobre nuestros pies y la sensación de comodidad al recorrer el
camino de nuestra vida.

La capacidad de articulación de los pies les permite dirigir el movimiento de las

piernas para una mayor flexibilidad, fuerza y coordinación.

En la infancia, cuando los pies van cubiertos por medias, escarpines o zapatos, ven
limitado el desarrollo de su capacidad perceptiva al estar reducidos el tacto, la
propiocepción y la movilidad. La percepción es la habilidad para sentir el lugar que una
parte del cuerpo ocupa en el espacio y por consiguiente, la habilidad para mover y coordinar
cada uno de los huesos como un todo dinámico y funcional.

Un ejemplo sería imaginar que nos pusieran manoplas en las manos y zapatos en
los pies desde el nacimiento: nuestra habilidad para usarlos sería muy limitada.

A través de los pies sentimos conexión con la tierra. Nos dan sensación de
enraizamiento. Subyacen a nuestra firmeza, flexibilidad y fortaleza al interactuar con las
fuerzas gravitatorias de la tierra y desenvolvernos en la vida. Influyen en nuestra sensación
de firmeza, flexibilidad, fortaleza, comodidad, seguridad y confianza.

Los pies también nos dan sensación de levedad: cómo podemos levantarnos del
suelo y dar un salto hacia el cielo.

Juntos la levedad y el enraizamiento proporcionan rebote y resiliencia a nuestro

cuerpo y nuestra conciencia.

La conexión de los pies con la cabeza puede liberar tensión innecesaria y equilibrar
la columna. Puede dar soporte a nuestro sentido del yo y a nuestra habilidad para dirigir la
atención, ordenar nuestro abanico de elecciones, y dar profundidad a nuestra sensación de
confianza y disfrute.