Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En la clase anterior vimos como el apóstol Pablo trae la acusación del pecado
contra la humanidad completa y revela que a misma conciencia del hombre
pone de manifiesto que él sabe hasta cierto punto lo que está bien y lo que
está mal, encontramos esto en Romanos 2.
En Romanos 3 vimos que nadie busca de Dios, no hay uno justo, no hay uno
bueno. Lo cual completa la idea que toda la humanidad ha quedado bajo juicio.
A partir de Romanos 3:20 en adelante, Pablo comienza a conectar con la idea
que la salvación es por gracia a través de la fe.
A manera de introducción quiero aclarar algunos temas que aún pueden ser
confusos para varios.
La primera es con referencia a la ley y las obras. La ley es buena, sus obras
son buenas. Pero las obras de la ley a mi no me salvan porque yo no hago
ninguna bien hecha. Este punto es el más fácil de entender pues hemos
hablado mucho que la salvación no es por obras.
Porque no hay nada que yo pueda hacer 100% puro, no es posible, es parte
del problema del hombre. No acabamos de entender que todas nuestras
facultades están manchadas por pecado. Para que pueda realizar algo
totalmente puro, tendría que sacar el pecado que mora en mí por una hora,
hablar durante toda una hora en absoluta santificación y dentro de una hora
recoger mi pecado y meterlo dentro mío nuevamente. Nosotros no vivimos así
¿te das cuenta?
Cuarto punto, la recompensas son por mis obras, pero las bendiciones no son
merecidas. No hay una bendición que hayas recibido que sea merecida, sin
embargo, cuando te vayan a recompensar por tus obras, las van a contar y te
recompensarán por ellas. Pero aún eso será un acto de gracia por parte de
Dios, porque si le quitas la gracia, no te dan nada, pues todos nosotros nos
hemos quedado cortos de Su gloria. No puedes separar la gracia de Dios de
ninguno de nuestros actos, de nuestra obediencia, de todo lo que hagamos, es
todo un trayecto de gracia.
En Romanos 1:18 al 3:21 Pablo demuestra que toda la humanidad está bajo
condenación. En 2:1-29 explica que la ley de Moisés no provee poder para la
obediencia y como no provee poder para la obediencia, no provee salvación. Al
contrario, lo que hace la ley de Moisés es condenarme. Por otro lado, la ley de
mi conciencia me acusa de todo lo malo que he hecho.
Romanos 3:21-26, “Porque por las obras de la ley ningún ser humano será
justificado delante de El; pues por medio de la ley viene el conocimiento del
pecado. Pero ahora, aparte de la ley, la justicia de Dios ha sido manifestada,
atestiguada por la ley y los profetas; es decir, la justicia de Dios por medio de la
fe en Jesucristo, para todos los que creen; porque no hay distinción; por cuanto
todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente
por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús” (aquí viene el
corazón de la epístola y del evangelio) “ a quien Dios exhibió públicamente
como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su
justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos
anteriormente, para demostrar en este tiempo su justicia, a fin de que El sea
justo y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús.”
2
En el versículo 20 Pablo nos explica que la ley no sirvió para justificar a nadie,
ni nadie se salvó a través de sus obras.
De modo que la ley es nuestro ayo. El ayo viene a ser como una nodriza que te
guía hasta tu madurez, en otras palabras, la ley nos conduce hacia Cristo para
que seamos justificados por fe (Gálatas 3:24).
Cada vez que vemos la palabra 'justicia' como aparece en el versículo 21, la
frase 'justicia de Dios' podemos leerla en su traducción original como: el
carácter moral perfecto de Dios (righteousness en inglés). De modo que
quedaría de la siguiente manera: “Pero ahora, aparte de la ley, el carácter
moral perfecto de Dios ha sido manifestado, atestiguado por la ley (¿cómo?
Porque la ley es la revelación del carácter moral perfecto de Dios) y los
profetas”. De modo que yo necesito ese carácter de Dios para entrar al Reino
de los Cielos, pero la única manera de hacerlo es a través de la fe en Cristo
Jesús para todos los que creen, porque no hay distinción.
Ahora, resulta que Dios también es infinito, eso implica que su amor, su
santidad y su poder son infinitos. Cuando yo peco contra su santidad, yo peco
contra su santidad infinita. De modo que mi pecado es infinitamente
pecaminoso. Pablo dice que Dios usó la ley para mostrarnos cuán pecaminoso
es el pecado, Pablo no pudo encontrar otro término más malo que el pecado
para definir al mismo pecado, algo que gramaticalmente no se puede hacer.
Dice que Dios quiso mostrar cuando 'pecaminoso' es el pecado, pudo usar la
palabra 'dañino' u 'oscuro', pero no encontró una palabra que describa mejor la
esencia del pecado.
4
Miguel: Sí, yo soy culpable
Juez: En virtud del derecho y la autoridad que yo tengo sobre este juzgado, yo
le declaro inocente. Se puede ir.
El Salmo 7:11 dice “Dios es juez justo, y un Dios que se indigna cada día
contra el impío”. ¿Cuántas veces hemos oído la frase 'Dios odia el pecado pero
no el pecador? Sin embargo el que se va a infierno es el pecador y no el
pecado. El texto dice “Dios se indigna cada día contra el impío”, si no lo hiciera
no fuera justo, no puede ser que Dios vea al impío pecar y Dios se quede
tranquilo, sin reaccionar. No, Él tiene que indignarse contra el impío que
comete perversidad todos los días. Por ese motivo nosotros necesitamos el
evangelio cada día, porque cada día pecamos de una u otra manera.
El Salmo 103:10 “No nos ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado
conforme a nuestras iniquidades”. A veces nos quejamos y nos preguntamos
¿por qué Dios tolera tanto el mal? Sin embargo no nos damos cuenta que si Él
no lo hiciera, tu y yo no estaríamos aquí.
Dios tenía el derecho para pasar por encima de su propia justicia, pero no
podía, de modo que tenía dos opciones. Por un lado, castigaba el pecado en la
espalda del ser humano en el infierno, o lo hacía en la espalda de su Hijo. Dios
prefirió castigar el pecado en su Hijo que mandar a la humanidad entera al
infierno.
6
Como decía un predicador, esto sólo debería darnos a nosotros un gran
sentido de agradecimiento. Él decía, de forma jocosa y seria a la vez, 'yo tengo
un nietecito y es la cosa más bella del mundo, y le voy a decir la verdad, si yo
tuviera que matar a mi nieto para que tu recibas salvación, tú te irías al
infierno'. Sin embargo, eso fue lo que Dios hizo: Dios mató a su Hijo,
literalmente, para que tu y yo fuéramos a la gloria. Entonces ¿cómo es que no
podemos responder de mejor manera?
A.W. Pink decía “Dios con frecuencia ha perdonado pecadores, pero nunca
Dios ha perdonado el pecado porque cuando un pecador es perdonado, es
siempre a expensa de otro”. Es decir que a quien Dios perdona es al pecador,
al pecado lo castigó, Él lo cobró. O se lo cobra al condenado en el infierno, o se
lo cobra a Cristo en la cruz, pero el pecado Dios no lo ha pasado por alto.
Romanos 3:27 “¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál
ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.”. Pablo hace la pregunta
retórica aludiendo dónde está nuestro crédito para salvación. No por las obras,
la jactancia queda excluida por varias razones. Primero, fuimos justificados
gratuitamente, no hemos pagado un sólo centavo por esto, ni siquiera hemos
hecho un esfuerzo por ganarlo. Todo fue por Su gracia, por medio de la
redención en Cristo Jesús. De modo que no me puedo jactar de algo en lo que
no he participado.
Ahora, ¿cómo es que yo soy salvo? Por medio de la fe, pero esa fe no es de
nosotros, porque no teníamos fe, no había en nosotros ni el querer ni el hacer.
Hasta eso nos lo dieron, es un don de Dios para que creyéramos. Nosotros
somos salvos por gracia por medio de la fe que Dios depositó en nosotros,
nada depende de nosotros, absolutamente nada.
Si el cristiano entendiera su salvación no hiciera otra cosa que querer vivir para
Su Señor. Pero no la entiende, él cree que esa fe vino por medio de oir un
mensaje. Pero Dios dice 'No, yo te traje hoy para que cuando oyeras el
mensaje, la fe que yo te entregara te diera confianza en lo que fueras a oir',
pero la fe te la da Dios.
7
En Gálatas 2:16 dice “Sin embargo, sabiendo que el hombre no es justificado
por las obras de la ley, sino mediante la fe en Cristo Jesús, también nosotros
hemos creído en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo,
y no por las obras de la ley; puesto que por las obras de la ley nadie será
justificado.” Esto se repite una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez.
Dios había revelado que Él era el Dios de los gentiles y los judíos. Se lo reveló
a Abraham en Génesis 18:18 “puesto que ciertamente Abraham llegará a ser
una nación grande y poderosa, y en él serán benditas todas las naciones de la
tierra”. La salvación no era solamente de los judíos, lo judíos perdieron esa
visión. Dios dijo en Génesis 22:18 “Y en tu simiente serán bendecidas todas las
naciones de la tierra, porque tú has obedecido mi voz”. ¿Quién es la simiente
de Abraham? Jesús. Cristo, el que vendría, Abraham de algún modo sabía que
ese mesías, ese simiente vendría, y no simplemente era Isaac.
Romanos 3:31 ”¿Anulamos entonces la ley por medio de la fe? ¡De ningún
modo! Al contrario, confirmamos la ley”. Confirmamos que la ley es perfecta, es
santa y que revela el carácter perfecto de Dios. Confirmamos que a través de
la ley llegamos a Cristo y encontramos salvación. La ley sirvió hasta que Cristo
llegó porque Él cumplió la ley.
En segundo lugar tiene que tener “assensus” que se refiere a que yo asiento
que eso es verdad. Tu asientes que Cristo es el Salvador del mundo, tu crees
que solamente hay un nombre debajo del cielo por medio del cual tu puedes
ser salvo. Satanás tiene “assensus”, sí, él sabe que eso es verdad.
La fe de la que está hablando “pisteúo”, (Ro. 4:5), “más el que no trabaja pero
cree”, esa fe tiene un componente racional (notitia), tiene un componente de
fiduccia (confía) , y él se ha adherido y asiente también a eso que él ha
confesado.
Entonces, el versículo 5 dice “mas al que no trabaja, pero cree en aquel que
justifica al impío”. Antes de creer nosotros éramos impíos. Impío en griego
10
quiere decir “a sebés”, “a” = sin y “sébomai” = adoración. Es un individuo que
vive para si y no adora a nuestro Dios.
John Piper en su libro sobre evangelismo “Alégrense las Naciones” dice que la
misión de la iglesia no es el evangelismo, sino es la adoración. Nosotros
evangelizamos porque la gente no está adorando a nuestro Dios. Cuando el
plan de evangelización termine nosotros nos encontraremos en el cielo a
personas de toda nación, pueblo, tribu, lengua adorando, ahí nos daremos
cuenta que el evangelismo tenía
Cuando el impío sea justificado por medio de la fe, por medio de la gracia, él
será un adorador. El propósito del evangelismo es convertir personas rebeldes
en adoradores. La realidad es que tu adoras a Dios o te adoras a ti mismo,
literalmente. Otros medios por los cuales nos adoramos a nosotros mismos son
los ídolos como el dinero o la profesión, etc. Lamentablemente cuando hemos
pecado rendimos la voluntad antes el dios yo.
De esa misma manera el hombre le debía a Dios porque había violado su ley, y
como Dios había pasado por alto el pecado del hombre, Dios decidió pagarse a
sí mismo, Dios se paga su propia deuda, es increíble. Él sabe que el hombre
no tiene con qué pagar la deuda, pero dice, 'tampoco la voy a dejar abierta, y
tampoco voy a dejar mi justicia sin cubrir'. A modo de ilustración, es como que
el juez te condene a 20 años de cárcel, y luego te diga que él va a ir a la cárcel
por ti, y tu puedes ir a tu casa. Eso es lo que Dios ha hecho por nosotros.
Por ejemplo, qué pasaría si alguien te perdona una deuda de mil millones de
pesos. Digamos que, como mínimo, le dirías que para el resto de tu vida en
todo lo que puedas, en todo lo que necesite, en el lugar que se encuentre, no
importa el día ni la hora, estarás a su servicio. Al menos, como muestra de
agradecimiento, como mínimo, pues la deuda era monumental. Pues eso es lo
que Dios ha hecho contigo, Él ha pagado tu deuda monumental, y tu deberías
decirle: Dios, no importa de qué manera, cuándo, dónde yo quiero servirte para
el resto de mi vida. ¿Por qué? Porque el pago que Dios ha hecho es
extraordinario.
www.integridadysabiduria.org www.institutois.org
12