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1. Introducción
De todas las ciencias jurídicas que integran el sistema jurídico de un Estado de cualquiera de
los sistemas; anglosajón, positivista (romanista), consuetudinario (nativo-originario), el Derecho de
las Obligaciones es la rama de las ciencias más importante del Ordenamiento Jurídico, puesto que
tiene su génesis desde que el ser humano tuvo conciencia de la necesidad de su supervivencia, de su
pertenencia social y su entorno físico geográfico de donde se desarrollaba en su relación con sus
congéneres y con el medio geográfico del que tomaba los medios para sobrevivir, así surgió la
palabra “esto es mío porque es fruto de mi propio esfuerzo y lo necesito para que mis
descendientes y yo podamos supervivir y sobrevivir”. Ésta es la frase y filosofía que dio origen a
la organización social, política y económica en las relaciones intersociales de los seres humanos,
naciendo incluso antes que el mismo Contrato Social, puesto que las sociedades antes de dar origen a
la comunidad y sociedad organizada con ello al Estado, primero requería y necesitaba en forma
individual luchar por su supervivencia y posteriormente por su sobrevivencia.
La Supervivencia es el instinto natural de lucha contra la extinción del ser individual como ser
humanos en su lucha en forma individual en un medio hostil contra la vida individual de cada ser
humano efecto de la naturaleza, clima que trajo como consecuencia extremo frío, extremo calor, con
ello sobrevino las sequías, congelamientos del medio, incendios, catástrofes, terremotos,
inundaciones, repercutiendo en los medios de sobrevivencia, como los alimentos, el cobijo, en
definitiva tuvo que luchar contra la naturaleza, los depredadores, y enfermedades en forma
individual, posteriormente vencido ésta etapa, se vio obligado a enfrentar la sobrevivencia como
especie, la cual no es otra que la preservación de la especie humana, para ello se dio cuenta que
necesitaba unirse con otros congéneres para cooperarse en esa necesidad de supervivencia y de allí
sobrevino la sobrevivencia y subsistencia como tal, para ello requería de una organización social en
la que se establezcan reglas de convivencia bajo un liderazgo sea del más sabio por ser de
capacidades intelectuales producto del razonamiento analítico mejor desarrollado y ejercitado que
denotaba la distinción del grupo social sedentario o en su caso del más fuerte por ser el mejor
cazador y guerrero en las sociedades primitivas nómadas.
De esas reglas nacen las obligaciones que deberían ser respetadas por la comunidad primitiva, que la
primera fue la de respetar la propiedad que pertenecía a otro miembro de la comunidad, pero bajo la
condición que se la respeten la suya y nadie más podía disponer de las pertenencia de cada uno, por
ejemplo respetar su lugar de dormir, su cama, su cabaña, su mujer o su hombre, sus hijos, sus
utensilios de alimentación, sus armas de caza, sus herramientas de recolección y cultivo de la tierra,
los cuales eras producto de sus esfuerzos propios, como la presa de la caza, de la pesca, sus cereales
y sus campos de cultivo, sus sembradíos y todo aquello cuanto era propio y necesario para su
subsistencia.
Cuando estas reglas de la propiedad privada y de convivencia en sociedad eran violadas, eran
reclamadas ante el líder de la comunidad, el que exigía que se cumpla con el resarcimiento del daño
causado mediante la reposición (devolución), la compensación (entregar otro bien que supla lo
usurpado), el pago del valor (con otros productos) que también eran necesarios para la subsistencia
del o la miembro de la comunidad al que se le violó la propiedad privada, naciendo así el trueque
como una de las formas de economía primitiva, pero también sobrevendría el resarcimiento del daño
impuesto por el líder de la comunidad al infractor de las reglas de la propiedad privada, el que
consistía en el pago en especie con mayor valor que el bien originariamente usurpado.
Así el derecho de las obligaciones ha existido desde que el ser humano se ha asociado con uno
o muchos otros congéneres para sobrevivir y permitir la sobrevivencia y subsistencia a la especie
humana, por lo que podemos afirmar con toda seguridad que el Derecho de las Obligaciones ha
existido desde los orígenes mismos de la especie humana y se ha dado en todas las civilizaciones,
culturas y grupos sociales más primitivos que han existido en la faz del planeta tierra.
También es la que dio origen al contrato social, puesto que los miembros de la comunidad para
hacer respetar sus bienes personales y sus patrimonios necesitaban de un líder que organice a la
comunidad bajo reglas de interacción social, por tanto para hacer que se cumplan el respeto del
patrimonio personal o particular, se requería del gobernante que imponga normas y autoridad a la
sociedad, así nacen el gobernante y el juez para que hacer cumplir, momento del cual se da inicio al
contrato social, el que se sustentaba en la entrega de una parte de la libertad personal de decidir por sí
y para sí en forma individual frente a la sociedad, entregando esa libertad individual eligiendo a un
gobernante para que brindara a la comunidad la seguridad de hacer cumplir las reglas de convivencia
social, administrando el aporte de todos en beneficio de la comunidad imponiendo las reglas,
administre la justicia y haga cumplir las normas. Si cada miembro de la sociedad hubiese ejercido
justicia por mano propia se hubiese vivido en un caos social que muy pronto terminaría con la
comunidad con la consecuencia de la destrucción de la sociedad que hubiese terminado con la
especie humana y con ello su extinción ya que el ser humano físicamente frente a la naturaleza y a
los depredadores por sí solo sobrevivir hubiese sido imposible, sería muy fácilmente presa como
alimento dentro de la escala alimenticia animal, tampoco hubiese tenido capacidad de cazar presas
para su propia alimentación.
De toda ésta explicación previa que hemos realizada, afirmamos con toda razón y sin lugar al
equívoco, que el Derecho de las Obligaciones se relaciona con todas las ramas del Derecho, desde el
Derecho Público puesto que es una norma básica que el ciudadano está obligado a cumplir, de las
que surgen las normas constitucionales, penales, administrativas, laborales, convenios y tratados
internacionales. Se relaciona también con el Derecho Privado puesto que también el ciudadano está
obligado a respetar el derecho de los demás, cumplir deberes y asumir responsabilidades en materia
civil, comercial, familiar y en todo el ámbito de sus relaciones interpersonales y sociales, en suma se
relaciona con todo el sistema del ordenamiento jurídico de un Estado.
Haciendo una comparación figurativa simplista, diríamos que primero tratamos de aprender lo que es
un ser humano ya adulto y su complejidad, para luego tratar de aprender sus orígenes desde la
fecundación, su desarrollo desde el vientre materno, el nacimiento y evolución hasta llegar a la
adultez, cuando el estudio del ser humano debe ser a la inversa, primero debe aprenderse sobre el ser
humano desde la fecundación siguiendo un orden académico y sistemático hasta que llega a la edad
más adulta, seguro que entenderemos mejor su desarrollo.
Con el solo detenerse un momento a repasar las actividades desarrollan diariamente, alcanza para
advertir las transferencia que tiene nuestra materia en la vida humana. Las actividades comerciales,
industriales, laborales, tributarias, bancarias, profesionales, de transporte, las prestaciones de
servicios, y un sinfín mas de explotaciones constituyen o giran en alrededor de las relaciones
obligacionales. A ese se puede sumar nuevas modalidades comerciales, como la contratación
informática, las transacciones realizadas por cajeros automáticos, las compras por internet.
Todas las relaciones jurídicas entre las personas son relaciones de obligaciones (en sus diversos
subtipos). En consecuencia no es exagerando afirmar que el derecho de las obligaciones constituyen
un núcleo central de todas las relaciones jurídicas patrimoniales. Y este cúmulo de obligaciones
enunciadas solo constituye una parte de nuestra materia: aquellos que tienen origen contractual.
Ingresando en el terreno de los hechos ilícitos (delitos y cuasidelitos) y todas aquellas que requieren
un indemnización por daños causados, podemos tener un visión mucho más cercana de la extensión
de los dominios de la teoría general de las obligaciones.
Se aprecia entonces que el ser humano crea obligaciones todos los días y a cada instante. Desde los
actos más simples y comunes y ordinarios de la vida, como la compra de alimentos, el alquiler de
viviendas, el transporte de pasajeros hasta lo mas sublime y sagrado como el matrimonio constituyen
contratos, que a su vez son fuentes de las obligaciones. Por ello es que el Maestro ASCOLI ha
podido decir que el derecho de las obligaciones es el Derecho del cotidiano comercio de la vida.
Y dicho ello, corresponde aclarar que el Derecho de las Obligaciones no es solamente el estudio de la
responsabilidad civil de una persona que chocó al pasar un semáforo con luz amarilla o en roja.
Existen también obligaciones cuasicontractuales tales como, por ejemplo sacar un café de una
máquina expendedora insertando una moneda. Si alguien mañana se envenena, porque un saboteador
pudo haberle agregado cianuro en el café, ¿quién responde?.
Todos estos temas están vinculados a la teoría general de la responsabilidad civil que forma parte
integrante del derecho de las obligaciones.
Pero éste Derecho obligacional abarca mucho más que la teoría general de la responsabilidad civil.
Incluye también la teoría del pago, de los otros medios de extinción de las obligaciones, de las
fuentes de las obligaciones, de los medios de lograr el cumplimiento de ella, del cumplimiento
involuntario, etc.
Pero además, la teoría de las obligaciones no es solamente trascente para el estudio del Derecho civil.
Al dominar todas las relaciones jurídicas que existen entre los hombres, resulta indispensable para el
adecuado conocimiento del Derecho comercial e inclusive, de todo el Derecho privado (RIPERT Y
BOLLAND) y aún de lo administrativo.
El Derecho Civil codificado, a diferencia del Derecho Público, que es local y está disperso, es
autosuficiente al no necesitar de otro texto para solucionar los conflictos. Al tener una parte general
ordenada exporta instituciones y técnica al Derecho Público, especialmente al Derecho
Administrativo. Como este último se ha constituído usando procedimiento técnico e instituciones del
Derecho Privado, los contenidos fundamentales del Derecho de las Obligaciones se encuentran
también en las relaciones jurídicas del Derecho Administrativo, aun cuando la satisfacción del interés
público imponga algunas adaptaciones a las reglas ius privatistas.
Como bien dice CARLOS LAZARTE el tratamiento contemporáneo del Derecho de las
Obligaciones por parte de los tratadistas del Derecho Civil alcanzaron grandes alturas conceptuales,
gozando hoy esta materia de una técnica muy depurada.
Hecha de versa entonces que la materia posee una importancia enorme, que desborda en sus
aplicaciones prácticas incluso el ámbito del derecho Civil, lo cual confiere gran importancia teórica y
utilidad profesional a esta materia.
Esa importancia radica nada menos que en dedicarse al Derecho de las Obligaciones, es al estudio de
las relaciones jurídicas que sirven de soporte jurídico de intercambio de bienes y servicios entre las
personas. Estando presente multiplicidad de relaciones obligacionales en la existencia cotidiana, tal
importancia práctica es superlativa.
El derecho de las obligaciones también requiere que sea analizada cuál es su importancia práctica y
su función. Podemos afirmar con toda seguridad que todas las relaciones intersociales de los seres
humanos y en todas las sociedades, son relaciones obligacionales, tan simple que desde una relación
de carácter moral o de buenas costumbres como el de no realizar necesidades biológicas y sexuales
en la vía pública, como el de comprar un pan, como un dulce o tomar el microbús como el taxi, y
todas las actividades intersociales son una cadena y red de relaciones obligacionales, pasando por las
actividades o relaciones comerciales, profesionales, laborales, industriales, tributarias, bancarias,
transporte, prestación de toda forma de servicios, la contratación informática, las transacciones
bancarias por internet o en un cajero automático, compras por internet.
Ahora podemos afirmar que después de establecer la importancia práctica del Derecho de las
obligaciones, podemos con toda seguridad confirmar que la función que cumplen el derecho de las
obligaciones, es la de permitir la circulación económica vital como herramienta indispensable para
que se haga efectiva la circulación de la riqueza, de los bienes y servicios.
Ahora bien, después de esta parte introductoria que estamos abordando en nuestros estudios, no está
por demás asegurarles que la sistemática que vamos a enfrentar en el presente estudio sobre el
Derecho de las Obligaciones, está diferente a la sistemática legislativa que ha seguido el código civil
boliviano, sino que seguiremos la sistemática tanto legislativa como académica que hemos propuesto
precedentemente, que a fín de ser un poco reiterativo la reiteramos a continuación: Iniciaremos
estudiando los principios generales y su evolución, pasaremos a los conceptos, presupuestos y
elementos constitutivos, luego las clases y formas de obligaciones, seguidamente las fuentes de las
Obligaciones como ser; Los contratos, La Promesa unilateral, El enriquecimiento ilegítimo, El pago
de lo indebido, La Gestión de negocio ajeno y Los hechos ilícitos y posteriormente estudiaremos la
complejidad de los elementos y presupuestos del cumplimiento de las obligaciones, la mora, el
incumplimiento, la extinción y al final sobre los plazos de la prescripción de las Obligaciones,
además de a medida que vamos avanzando en cada uno de los temas también haremos un estudio del
Derecho comparado.
El Derecho de las obligaciones es el Conjunto de normas, reglas y principios que sirven para
determinar el concepto de las obligaciones, sus diferentes elementos y presupuestos constitutivos, sus
características, sus fuentes, sus diferentes clases, sus modos de cumplirlas, sus medios de exigirlas,
sus medios de prueba y su extinción.
LÓPEZ MESA afirma que, las obligaciones son actos jurídicos que crean derechos personales y su
respectiva obligación en virtud de la ley o de su propia voluntad, también afirma que La
obligación; “Es un vinculo jurídico entre dos o más personas determinadas, que coloca a una de
ellas en la necesidad de dar, hacer o no hacer una cosa respecto de otra….
El artículo 291 del C.C., incorpora dos presupuestos los cuales consideramos, son esenciales para
determinar la existencia de una obligación, el deudor al cual preferimos llamarlo sujeto pasivo y el
acreedor al cual lo llamaremos también sujeto activo, también incorpora la existencia de una
prestación debida por parte del deudor en su forma exacta tal como se he definido en la fuente de la
obligación y por parte del acreedor el derecho de exigir el cumplimiento efectivo y exacto de la
prestación por medios legales, a lo cual le llamaremos la constricción.
Entonces extrayendo los elementos constitutivos de las obligaciones que establece el artículo 291,
tenemos los siguientes; sujetos de las obligaciones con intereses contrapuestos, el acreedor (sujeto
activo) y el deudor (sujeto pasivo), también tenemos la existencia de una prestación debida, la que
puede ser de; dar, no dar, hacer y no hacer y por último la existencia de un vínculo legal, también
podemos llamarlo jurídico, que se encuentre en el marco del ordenamiento jurídico y que no altere
el orden público, vínculo jurídico que trae como naturaleza jurídica de la obligación la constricción,
que en caso de su incumplimiento por parte del deudor otorga al acreedor el derecho de uso de la
tutela judicial para hacer efectivo el cumplimiento de la prestación en las condiciones exacta
establecida en la fuente formal de la obligación.
Del artículo 292 del C.C. extraemos que, la prestación debe ser susceptible de evaluación o
valoración económica, definitivamente de poder evaluarla numéricamente en dinero, de monetizarla
en una cantidad dineraria, inclusive si no fuera de carácter patrimonial pero que corresponda a un
interés legítimo del sujeto activo o acreedor, interés que al final pueda ser valuado económicamente
por el daño causado al sujeto activo por el pasivo, por ejemplo el caso del daño a la moral, a la
dignidad, al honor del sujeto activo, aún si acudir previamente a otras vías judiciales como la penal,
pudiendo ser directamente a la vía civil mediante una acción de indemnización. Entonces, del
artículo 292 podemos extraer los siguientes elementos constitutivos de las obligaciones; que una
obligación debe ser patrimonial o susceptible de valuación patrimonial por interés legítimo del sujeto
activo por daño causado por el sujeto pasivo.
Del artículo 293 del c.c. extraemos que, reitera lo ya afirmado en el artículo 291, que las
obligaciones deben estar enmarcadas en el ordenamiento jurídico y para hacer efectivo el
cumplimiento, los modos de fuentes formales y extinción de las obligaciones se rigen por el Libro V
del c.c., sin embargo ésta afirmación no es tan cierta, puesto que también las formas de cumplimiento
y extinción se encuentran regidas por el libro III del mismo Código Civil.
Y por último, del artículo 294 del c.c. extraemos que éste mandato establece que las fuentes de las
obligaciones tienen sus orígenes en actos jurídicos, los cuales pueden ser negocios jurídicos o actos
de violación de los derechos de las personas protegidos por el ordenamiento jurídico, como el
Derecho penal, el derecho civil, el derecho constitucional, el derecho familiar, el derecho comercial,
el derecho laboral, derechos intelectuales e industriales.
Ahora bien, después de escudriñar por los artículos 291, 292, 293 y 294 del c.c. para sustraer el
concepto de la palabra obligaciones, asumimos nuestra propia postura como concepto de
obligaciones que el código civil boliviano asumiría, lo haremos por sus elementos constitutivos y es
el siguiente:
“Obligaciones es vínculo jurídico entre los sujetos acreedor y deudor para la satisfacción de
prestaciones debidas, de dar, no dar, hacer y no hacer susceptibles de valuación económico-
patrimonial en las condiciones que se impusieron en la fuente formal, otorgando al acreedor el
derecho de la constricción judicial para hacerla efectiva”.
De éste concepto de obligaciones nacen también los elementos constitutivos de las obligaciones que
abordaremos en el siguiente acápite.
Concepto de Obligación: Definición de las Institutas y otras más
modernas. Deber Jurídico y Obligación
Cuando hablamos de elementos constitutivos, estamos refiriéndonos a las partes componentes
esenciales sin los cuales no podría existir una obligación, necesariamente deben cumplirse todos ellos
para que pueda identificarse la plenitud de la existencia de una obligación y para ello en materia civil
lo más importante es la prueba material la que nos mostrará la verdad histórica de la materialización
de la obligación, si faltare una de las partes esenciales no se puede hablar de una obligación,
elementos que extraemos descomponiendo el concepto en presupuestos, para lo cual es necesario
reiterar nuestra postura de obligación civil y es la siguiente. “Obligación es vínculo jurídico entre los
sujetos acreedor o activo y deudor o pasivo, para la satisfacción de prestaciones de dar, no dar,
hacer o no hacer susceptibles de valuación económica, en las mismas condiciones que se impusieron
en la fuente formal voluntaria o judicial, otorgando al acreedor el derecho de la tutela judicial para
hacerla efectiva mediante la constricción”. Entonces descomponiendo el concepto de obligación
civil tenemos los siguientes presupuestos:
A continuación analizaremos uno por uno los elementos constitutivos de la obligación civil.
1.3.1. El primer elemento es; La existencia de un vínculo jurídico probado por una fuente
origen enmarcada en la Ley.
Es una relación que sanciona la ley -que la ley reconoce- en cuanto confiere al acreedor los medios
necesarios para que obtenga la satisfacción del interés que envuelve el vínculo creado. En Roma el
vínculo jurídico entre la persona deudora y su acreedor (entre personas) diferencia de hoy que no es
un vínculo entre las personas por que se podía constituir a la esclavitud al deudor impagado al ser un
vínculo de carácter personalísimo de derecho público, en Chile hasta 1868 existía la prisión por
deuda y en Bolivia hasta la Ley de Reformas del Derecho Civil del 19 de diciembre de 1905
promulgada por el presidente constitucional Ismael Montes, cuando Juan Misael Saracho era
Ministro de Justicia, estableció los siguientes mandatos:
Artículo 11°.Queda abolida la prisión por deudas, excepto en los casos siguientes: 1° Las deudas
contraídas con anterioridad á la promulgación de la presente Ley. 2° Las que provengan de fraude,
dolo, delito ó cuasi delito. 3° Las obligaciones de hacer ó no hacer ó sus equivalentes. 4° En los casos
en que hubiere resistencia á la entrega de una cosa por mandato judicial. 5° En las deudas
provenientes de costas procesales, así como en las contraídas ó resultantes á favor del Erario Fiscal ó
Municipal. 6° En las deudas provenientes de contratos de arrendamientos y de alquiler de servicios,
de que trata el capítulo 7°, título 9°, libro 3° del Código Civil. 7° En las deudas provenientes de
depósitos en general. Se derogan los artículos 475 y 522, inciso 2° del Procedimiento Civil y se
modifican los artículos 442 y 469 del mismo en los siguientes términos: "Artículo 442. Siempre que
el ejecutivo no dé fianza de saneamiento, no se admitirá excepción ni recurso alguno. "Artículo 469
La fianza de saneamiento se reduce á asegurar que los bienes embargados son propios libres de
hipoteca y bastantes para cubrir sus responsabilidades, obligando á esta seguridad los bienes que le
quedan ó los de un tercero en su defecto.
Ésta abolición es exclusivamente para las deudas contraídas por contratos verbales o escritos de
préstamos de dinero y créditos con garantías reales o personales, sin embargo para las otras fuentes
formales de las obligaciones subsiste la prisión hasta la reforma al Código penal mediante la ley del
15 de noviembre de 1994 que en su artículo 6 establecía el siguiente mandato “En los casos de
obligaciones de naturaleza patrimonial, el cumplimiento forzoso de las mismas podrá hacerse
efectivo únicamente sobre el patrimonio del o de los sujetos responsables, sin que en ninguno de
los siguientes casos sea procedente el apremio corporal del deudor. Responsabilidad civil
derivada de la comisión de hechos ilícitos tipificados como delitos Arts. 334 y 335, costas
procesales emergentes de procesos penales Art. 352 del Código de Procedimiento Penal”. Por
último éste mandato se constitucionaliza en la reforma a la Constitución Política del Estado aprobada
mediante referéndum del 07 de febrero de 2009, la que el artículo 117 parágrafo III establece el
siguiente mandato; “No se impondrá sanción privativa de libertad por deudas u obligaciones
patrimoniales, excepto en los casos establecidos por la ley”. Ésta última reforma deja
completamente abolida la prisión por obligaciones patrimoniales.
El fundamento principio central de ésta disposición se sustenta en que las obligaciones patrimoniales
no persiguen corporalmente a la persona, dicho de otra manera, no persigue el cuerpo de la persona,
con ello no persigue su vida, su libertad física, moral o intelectual, sino persigue al patrimonio de la
persona y en el código civil boliviano lo tenemos con mayor explicitud en los artículos 1335, 1341,
1398, 1401, 1429, 1431, 1444, 1445, 1446, 1447 y 1448 del c.c.
Las fuentes origen de las obligaciones son tres; la primera es de origen voluntaria representada por el
contrato enmarcado en la ley, la segunda es la sentencia u orden judicial emergente de la tutela
jurisdiccional no obligacional y la tercera es el Laudo Arbitral en procesos de arbitrajes. Para que un
contrato tenga la calidad de coercible y prospere la tutela judicial civil o comercial, debe estar
enmarcado en el ordenamiento normativo de la materia alcanzando también a los contratos atípicos
entre ellos se tiene enraizado en la cultura boliviana el contrato de “pasanaku” como forma de
economía de ahorro entre familiares y allegados de confianza, así también el contrato de “al
partido” entre pequeños agropecuarios, agricultores y ganaderos muy común en el área rural de
Bolivia, por el cual el propietario de un terreno cultivable o animales de crianza, entrega al partidario
una parcela de terreno para que la cultive bajo ciertas obligaciones sinalagmáticas y la cosecha se
dividen en igual proporción, en cambio cuando se trata de animales de crianza el propietario entrega
al partidario cierta cantidad por un plazo de un año para el cuidado y alimentación dividiéndose la
producción de huevo, leche, lana y otras según la características propias y crías que nacen al cuidado
del partidario se dividen en iguales proporciones. Con relación a los Laudos Arbitrales, habiéndose
cumplido con los requisitos del arbitraje como el sometimiento consensuado al Tribunal Arbitral y
conforme a los arts. 117 y 118 de la Ley N° 708 de conciliación y Arbitraje del 25 de junio de 2015 y
art. 404 del Código Procesal Civil, Ley 439, numeral 6, el Laudo Arbitral ejecutoriado es coactivable
en la jurisdicción civil con el mismo valor probatorio de un contrato civil o comercial.
La existencia de un objeto de prestación debida que puede ser de dar, no dar, hacer o no
hacer.
Las obligaciones pueden ser de dar cuando el sujeto pasivo está constreñido a dar una suma de dinero
al sujeto activo por un crédito o un pago de deuda, entrega de bienes inmueble (terreno, vivienda de
toda naturaleza), mueble (vehículo motor, acuático, marítimo, aéreo, maquinaria), precederos (que
con su uso desaparecen como ropa, computadoras, de hogar, alimentos, derechos como las pensiones
vitalicias de jubilación que con la muerte del titular caduca y desaparece), imperecederos (no
desaparecen ni con su uso, subsisten más allá de la muerte), semovientes (ganado vacuno, caballar,
lanar, caprino, avícola, piscícola, etc.)
Las obligaciones de no dar, son aquellas impuestas por orden judicial, de embargo de pagos de
obligaciones de un deudor a favor de un tercero acreedor, también son obligaciones de no hacer las
prohibiciones de innovar las resoluciones judiciales que dan por probado el interdicto de obra nueva
perjudicial, de daño temido, las medidas de prohibición de contratar, cese de actos atentatorios a la
intimidad, imagen y a la voz. Por ejemplo si JOSÉ es acreedor de MARIO de una suma de dinero,
pero también JOSÉ es deudor de PEDRO, ante el incumplimiento de JOSÉ de cumplir con la
prestación de pagar a PEDRO, éste le sigue un proceso ejecutivo para el cumplimiento de la
obligación y mediante orden judicial contra MARIO de embargo de la acreencia frente a JOSÉ, ahora
MARIO tiene la obligación judicial frente a PEDRO de no dar a JOSÉ lo adeudado, ahora desde el
momento de la notificación recibida por el destinatario de la orden judicial surge una obligación de
MARIO frente a PEDRO de no dar a JOSÉ lo adeudado hasta nueva orden judicial.
Las obligaciones de hacer son aquellas reguladas por los artículos 732 al 749, que son los contratos
de obras y prestación de servicios, como ser la construcción de edificios, casas, carreteras, estudios
de consultorías, pinturas, obras de arte, obra literaria, monumentos, normalmente todo aquello cuanto
tenga relación con la profesión, arte, habilidades, destrezas siempre y cuando no signifique una
relación de vínculo laboral de dependencia.
Las obligaciones de no hacer están reguladas por el artículo 1464 del c.c. y artículos 336.II y
II.1.2.3.4; 337.II y II que es el riesgo del daño temido, en la que la autoridad judicial ordenará no
hacer una obra o acto que ponga en riesgo el patrimonio, la moral o el bienestar del sujeto que teme
el daño. La prohibición de un daño material temido está demasiado claro en el tipo civil del artículo
1464, sin embargo la prohibición de un acto contra la moral y dignidad del sujeto del riesgo temido
es claro también cuando el tipo civil del mismo artículo 1464 del c.c. establece tal imperativo con la
expresión “…u otra cosa que origine peligro puede denunciar el hecho al juez y pedir se (…)
provean otras medidas a fin de evitar el peligro…”, prohibiciones que al ser ordenadada el acto de
no hacer y el sujeto obligado incumple ésta obligación de no hacer, causa un daño moral surge una
obligación pecuniaria para reparar o resarcir el daño causado, el que será valuado según la calidad de
la persona víctima del daño moral, el alcance y los medios utilizados para causar el daño moral,
valoración que estará sujeto al libre arbitrio de la autoridad judicial, cuando la víctima o victimatario
no están de acuerdo con la fijación económica, podrá recurrirse a peritos conforme a lo regulado por
el procedimiento civil.
Para que pueda determinarse la existencia de una obligación debe existir una relación de intereses
contrapuestos representada por sujetos de la relación obligacional, los cuales deben ser determinados
o en su caso determinables, debe estar suficientemente individualizados, el deudor nunca puede estar
indeterminado, aunque el acreedor puede estar indeterminado pero siempre que a la época del
cumplimiento este determinado. Una en posición de sujeto es la del acreedor que tiene el interés de
recuperar su acreencia, sea mediante la vía normal que es el cumplimiento de la obligación para la
cual ha nacido ésta como consecuencia natural de la fuente origen. El acreedor también está
identificado como sujeto activo de la relación obligacional, es el que tiene la posición dominante,
puesto que tiene a su disposición todas las vías legales para hacer efectiva la prestación debida.
El otro sujeto con interés contrapuesto es el deudor, cual obligación es la de satisfacer la prestación
debida en las condiciones que impone la fuente formal origen de la obligación, la que podría ser un
contrato verbal, escrito o tácito, o una resolución judicial como consecuencia de un acto contrario al
derecho, sea penal, civil, constitucional, laboral, familiar, etc. Un contrato verbal es el que actos
idóneos se demuestra que la intención es la de crear, modificar o extinguir una obligación, por
ejemplo cuando dos sujetos acuerdan verbalmente un préstamo de dinero por un determinado plazo y
con una tasa de interés específica, al momento de entregarse el dinero se entrega el deudor entrega un
recibo de la recepción del dinero, luego al cumplirse el plazo éste paga lo adeudado y el acreedor
también entrega un recibo de recepción del pago más los intereses
La existencia de una fuente formal origen de la obligación.
Se entiende por fuente formal origen de las obligaciones, los actos de donde las obligaciones surgen,
en otras palabras se puede decir que la fuente es el antecedente inmediato o próximo al nacimiento de
la obligación. El código civil boliviano reconoce seis fuentes formales origen de la obligación, las
cuales se encuentran en la Parte Segunda, del Libro Tercero y éstas son las siguientes: a) Los
contratos, art. 450 del c.c.; b) La Promesa unilateral, art. 955 del c.c.; c) El enriquecimiento ilegítimo,
art. 961 del c.c.; d) El pago de lo indebido, art. 963 del c.c.; e) La Gestión de negocio ajeno, art. 973
del c.c. y; f) Los hechos ilícitos, art. 984 del c.c.
De ser las obligaciones un vínculo corporal o físico entre sujeto activo o acreedor y pasivo o deudor
como se lo asumía en el Derecho Romano y posteriormente en el Derecho Colonial y hasta la
primera reforma de 1905, paso a un plano meramente espiritual llamado crédito, que viene de la
palabra creer en la persona que contrae la deuda, posteriormente pasa a un tercer sistema donde el
vinculo que se contrae es con el patrimonio de la persona. Este sistema se conoce como derecho de
prenda general contra el deudor pudiéndole embargar los bienes de su patrimonio hasta el límite
necesario para satisfacer las prestación debida.
Posteriormente el sistema crece incluyendo a los herederos quien asume en virtud del patrimonio del
deudor, pero no se pueden traspasar entre vivos, ya que en Chile no existe la cesión de deudas como
existía en Roma, sin embargo en Argentina sí existe la cesión de deudas mediante las transmisiones
intervivos y por sucesión hereditaria en las universal, en cambio en Bolivia también existe la cesión
de obligaciones tanto intervivos como en la sucesión hereditaria siempre y cuando sea universal la
persecución de la obligación alcanza al patrimonio del heredero no así cuando la sucesión hereditaria
es con beneficio de inventario, la cual no persigue la prestación universalmente al patrimonio propio
del herederos, sinó únicamente es hasta el valor del patrimonio heredado.
La prestación debe de ser carácter económico o moral y existen varias discusiones y teorías al
respecto tanto en pro como en contra. Algunos autores afirman que la prestación solo debe proteger
el interés valuable en dinero, ya que el deudor de una obligación moral podría dejar de cumplirla y el
acreedor no estaría posibilitado de pedir indemnización o el resarcimiento de daños morales y de
perjuicios, ya que el incumplimiento no le traería un perjuicio pecuniario. Según los autores de ésta
posición no existe forma de hacer cumplir forzadamente un hecho de carácter moral.
Hay otros que mencionan que se pueden fijar prestaciones de carácter moral si se fijan sanciones para
ello cuando el daño moral se encuentra protegido por el Derecho Civil como es el caso de los
artículos que van del 12 al 23, lo ya establecido precedentemente respeto al daño temido por el
artículo 1464 del c.c., cuando se atenta contra los derechos morales como el nombre, seudónimo, la
imagen, el honor, la dignidad, la intimidad, la igualdad, todos ellos son derechos morales protegidos
por el derecho privado como lo es el derecho civil, además de los derechos morales protegidos por el
derecho penal en sus artículos 282 al 290 y en los contratos que conocemos como cláusula penal que
busca el cumplimiento del honor en la palabra empeñada o comprometida con el sujeto de la
contraparte.
Las obligaciones pueden ser de dar cuando el sujeto pasivo está constreñido a dar una suma de dinero
al sujeto activo por un crédito o un pago de deuda, entrega de bienes inmueble (terreno, vivienda de
toda naturaleza), mueble (vehículo motor, acuático, marítimo, aéreo, maquinaria), precederos (que
con su uso desaparecen como ropa, computadoras, de hogar, alimentos, derechos como las pensiones
vitalicias de jubilación que con la muerte del titular caduca y desaparece), imperecederos (no
desaparecen ni con su uso, subsisten más allá de la muerte), semovientes (ganado vacuno, caballar,
lanar, caprino, avícola, piscícola, etc.)
Las obligaciones de no dar, son aquellas impuestas por orden judicial, de embargo de pagos de
obligaciones de un deudor a favor de un tercero acreedor, también son obligaciones de no hacer las
prohibiciones de innovar las resoluciones judiciales que dan por probado el interdicto de obra nueva
perjudicial, de daño temido, las medidas de prohibición de contratar, cese de actos atentatorios a la
intimidad, imagen y a la voz. Por ejemplo si JOSÉ es acreedor de MARIO de una suma de dinero,
pero también JOSÉ es deudor de PEDRO, ante el incumplimiento de JOSÉ de cumplir con la
prestación de pagar a PEDRO, éste le sigue un proceso ejecutivo para el cumplimiento de la
obligación y mediante orden judicial contra MARIO de embargo de la acreencia frente a JOSÉ, ahora
MARIO tiene la obligación judicial frente a PEDRO de no dar a JOSÉ lo adeudado, ahora desde el
momento de la notificación recibida por el destinatario de la orden judicial surge una obligación de
MARIO frente a PEDRO de no dar a JOSÉ lo adeudado hasta nueva orden judicial.
Las obligaciones de hacer son aquellas reguladas por los artículos 732 al 749, que son los contratos
de obras y prestación de servicios, como ser la construcción de edificios, casas, carreteras, estudios
de consultorías, pinturas, obras de arte, obra literaria, monumentos, normalmente todo aquello cuanto
tenga relación con la profesión, arte, habilidades, destrezas siempre y cuando no signifique una
relación de vínculo laboral de dependencia.
Las obligaciones de no hacer están reguladas por el artículo 1464 del c.c. y artículos 336.II y
II.1.2.3.4; 337.II y II que es el riesgo del daño temido, en la que la autoridad judicial ordenará no
hacer una obra o acto que ponga en riesgo el patrimonio, la moral o el bienestar del sujeto que teme
el daño. La prohibición de un daño material temido está demasiado claro en el tipo civil del artículo
1464, sin embargo la prohibición de un acto contra la moral y dignidad del sujeto del riesgo temido
es claro también cuando el tipo civil del mismo artículo 1464 del c.c. establece tal imperativo con la
expresión “…u otra cosa que origine peligro puede denunciar el hecho al juez y pedir se (…)
provean otras medidas a fin de evitar el peligro…”, prohibiciones que al ser ordenadada el acto de
no hacer y el sujeto obligado incumple ésta obligación de no hacer, causa un daño moral surge una
obligación pecuniaria para reparar o resarcir el daño causado, el que será valuado según la calidad de
la persona víctima del daño moral, el alcance y los medios utilizados para causar el daño moral,
valoración que estará sujeto al libre arbitrio de la autoridad judicial, cuando la víctima o victimatario
no están de acuerdo con la fijación económica, podrá recurrirse a peritos conforme a lo regulado por
el procedimiento civil.
De ser las obligaciones un vínculo corporal o físico entre sujeto activo o acreedor y pasivo o deudor
como se lo asumía en el Derecho Romano y posteriormente en el Derecho Colonial y hasta la
primera reforma de 1905, paso a un plano meramente espiritual llamado crédito, que viene de la
palabra creer en la persona que contrae la deuda, posteriormente pasa a un tercer sistema donde el
vinculo que se contrae es con el patrimonio de la persona. Este sistema se conoce como derecho de
prenda general contra el deudor pudiéndole embargar los bienes de su patrimonio hasta el límite
necesario para satisfacer las prestación debida.
Posteriormente el sistema crece incluyendo a los herederos quien asume en virtud del patrimonio del
deudor, pero no se pueden traspasar entre vivos, ya que en Chile no existe la cesión de deudas como
existía en Roma, sin embargo en Argentina sí existe la cesión de deudas mediante las transmisiones
intervivos y por sucesión hereditaria en las universal, en cambio en Bolivia también existe la cesión
de obligaciones tanto intervivos como en la sucesión hereditaria siempre y cuando sea universal la
persecución de la obligación alcanza al patrimonio del heredero no así cuando la sucesión hereditaria
es con beneficio de inventario, la cual no persigue la prestación universalmente al patrimonio propio
del herederos, sinó únicamente es hasta el valor del patrimonio heredado.
La prestación debe de ser carácter económico o moral y existen varias discusiones y teorías al
respecto tanto en pro como en contra. Algunos autores afirman que la prestación solo debe proteger
el interés valuable en dinero, ya que el deudor de una obligación moral podría dejar de cumplirla y el
acreedor no estaría posibilitado de pedir indemnización o el resarcimiento de daños morales y de
perjuicios, ya que el incumplimiento no le traería un perjuicio pecuniario. Según los autores de ésta
posición no existe forma de hacer cumplir forzadamente un hecho de carácter moral.
Hay otros que mencionan que se pueden fijar prestaciones de carácter moral si se fijan sanciones para
ello cuando el daño moral se encuentra protegido por el Derecho Civil como es el caso de los
artículos que van del 12 al 23, lo ya establecido precedentemente respeto al daño temido por el
artículo 1464 del c.c., cuando se atenta contra los derechos morales como el nombre, seudónimo, la
imagen, el honor, la dignidad, la intimidad, la igualdad, todos ellos son derechos morales protegidos
por el derecho privado como lo es el derecho civil, además de los derechos morales protegidos por el
derecho penal en sus artículos 282 al 290 y en los contratos que conocemos como cláusula penal que
busca el cumplimiento del honor en la palabra empeñada o comprometida con el sujeto de la
contraparte
Los contratos. Concepto del Código civil boliviano en su Art. 450.- (NOCION).
Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para constituir, modificar o extinguir
entre sí una relación jurídica. (Arts. 110, 294, 352, del Código Civil). El Código de Comercio tipifica
como contrato o negocio jurídico o mercantil (Arts. 793 C.Com.)
Contrato es el acuerdo de voluntades entre dos o más partes por el cual se pacta la creación,
modificación o extinción de derechos y obligaciones jurídicas. Cada parte puede ser de una o de
muchas personas.
Todos los comentaristas están de acuerdo en anotar que los términos contrato y convención no son
sinónimos. La convención es genérica y el contrato específico. Las Convenciones se suelen definir
diciendo que son los acuerdos de las voluntades de dos o más agentes encaminado a crear, modificar
o extinguir relaciones jurídicas de cualquier índole.
La convención es un acuerdo de voluntades respecto de un hecho jurídico destinado o no a generar
obligaciones, ejemplo; la remisión de una deuda, el convenio entre el acreedor y el deudor sobre la
prórroga del término para el cumplimiento de una obligación ya existente entre ellos, el pago que
hace el deudor al acreedor y que es el modo normal de extinguir las obligaciones, etc.
Para concluir podemos decir que el objeto de las convenciones es la creación, modificación o
extinción de relaciones jurídicas de cualquier naturaleza, al paso que el objeto principal y
generalmente exclusivo del contrato es la creación de obligaciones. Por lo expuesto es común la
expresión de que "todo contrato es convención, pero no toda convención es un contrato".
2.1 "El acuerdo puede ser bipartito o plurilateral. En esta última eventualidad cada contratante
tiene ante sí, simultáneamente tantas partes cuantas personas concurran independientemente a
concertar sus voluntades. Y a diferencia de los llamados contratos de cambio, en los cuales los
contratantes solo pueden ser dos aunque cada parte esté integrada por varias personas, en el
plurilateral el número de contratantes es ilimitado. Además, si con posterioridad a su celebración se
aumentan o disminuyen o algunos son sustituidos, no se alteran los fundamentos o la sustancia del
contrato.
2.2 "El acuerdo (contrato) puede referirse a derechos reales o a derechos personales, inclusive a
algunos derivados del estado de familia que tengan un valor patrimonial específico.
2.3 "La proyección del acuerdo es primordialmente económica, ya que sus estipulaciones
disciplinan relaciones jurídicas patrimoniales.
2.4 "Si el acuerdo, además de plurilateral es de organización, suele surgir un ente casi siempre
dotado de personalidad, y entonces no hay intercambio o cruzamiento de prestaciones porque estas se
estipulan para integrar el patrimonio o el fondo de dicho ente, el cual se vitaliza precisamente cuando
las partes cumplen sus respectivas obligaciones. El acuerdo está llamado a perdurar y la satisfacción
de los interese de los contratantes es coordinada y paralela para todos.
2.5 "Si el acuerdo es plurilateral, el incumplimiento de una o varias de las partes no libera de sus
obligaciones a las demás, salvo que se haya celebrado intuito personae, vale decir, en consideración
a tales contratantes o que sin ellos no sea posible alcanzar el fin propuesto. Se descarta la exceptio
non adimpleti contractus admisible en los contratos bipartitos y la de cumplimiento imperfecto
(exceptio non rite adimpleti contractus).
2.6 "Si el acuerdo es plurilateral y las prestaciones de cada una de las partes se encaminan a la
obtención de una finalidad común, la nulidad que afecte la vinculación de una de ellas no acarrea la
de todo el negocio jurídico, salvo que la participación de aquella respecto de la cual se declara sea,
según las circunstancias, esencial para la consecución del fin común.
Estos últimos aspectos se aprecian con gran nitidez en el contrato de sociedad. Ciertamente el
incumplimiento de un asociado o la nulidad que se declare respecto de alguno, no extingue el
negocio jurídico si con la presencia de los demás socios puede subsistir la sociedad y acometer el
objeto o empresa para la cual se constituyó. Los socios no incursos en incumplimiento o en vicio que
anule su vinculación continúan ligados por el contrato, al paso que el incumplido o cuya vinculación
se declara nula, queda excluido de la sociedad."
1. Fuentes de las obligaciones en el derecho civil romano
Las fuentes de las obligaciones en el Derecho Civil Romano son; Los contratos, Los cuasicontratos,
los Delitos, los Cuasidelitos y la Ley.
En el Derecho Civil universal, las obligaciones mantienen la misma clasificación que el Derecho
Romano, asumiéndose éstas como doctrina universal.
3. Fuentes de las obligaciones en el derecho civil boliviano. Art. 294 del cc.
Las fuentes de las obligaciones son aquellos hechos jurídicos a los cuales el ordenamiento jurídico
Romano atribuía eficacia para que surjan vínculos obligatorios entre dos o más personas.
El jurisconsulto romano, Gayo, afirmaba que las obligaciones derivan de dos fuentes: el contrato y el
delito, pero en la doctrina llamada Res cottidianae atribuida a Gayo, surge una clasificación tripartita
que daban origen a las obligaciones: así afirmaba ésta escrito, que las obligaciones nacen del contrato
o del delito, o por un cierto Derecho peculiar de varias especies de causas, la doctrina se inclina hoy
por creer que tal división no es clásica. Los jurisconsultos romanos al referirse al tercer término,
indicaban a veces que la obligación se desarrollaba en ellos de un modo parecido como se
desenvolvía la procedente de un contrato determinado o de los delitos.
En las escuelas universitarias bolivianas, se enseñaba como fuente de las obligaciones la clásica
establecida por la doctrina Romana, Clasificación que afirmaba la siguiente; Los contratos, los
cuasicontratos, los delitos, los cuasidelitos y la Ley.
Para la compresión con mayor facilidad del derecho de las obligaciones, es necesario profundizar un
poco el estudio por separado de las Fuentes de las Obligaciones, tal como asume el Código Civil
boliviano y no como los tratadistas del Derecho de las obligaciones la asumen, puesto que ello da
lugar a una confusión del estudiante, es por ello que nos estamos saliendo del formato universal que
se aplica en todas las universidades del mundo, particularmente en las que enseñamos el derecho
positivista. El Código Civil Boliviano asume el tratamiento de las fuentes de las obligaciones como
ya lo dijimos precedentemente, en la Parte Segunda, del Libro tercero del Código Civil y éstas son:
Los contratos: Concepto del Código civil boliviano en su Art. 450.- (NOCION).
Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para constituir, modificar o extinguir
entre sí una relación jurídica. (Arts. 110, 294, 352, del Código Civil). El Código de Comercio tipifica
como contrato o negocio jurídico o mercantil (Arts. 793 C.Com.)
Contrato es el acuerdo de voluntades entre dos o más partes por el cual se pacta la creación,
modificación o extinción de derechos y obligaciones jurídicas. Cada parte puede ser de una o de
muchas personas.
Contrato y convención.
Todos los comentaristas están de acuerdo en anotar que los términos contrato y convención no son
sinónimos. La convención es genérica y el contrato específico. Las Convenciones se suelen definir
diciendo que son los acuerdos de las voluntades de dos o más agentes encaminado a crear, modificar
o extinguir relaciones jurídicas de cualquier índole.
La convención es un acuerdo de voluntades respecto de un hecho jurídico destinado o no a generar
obligaciones, ejemplo; la remisión de una deuda, el convenio entre el acreedor y el deudor sobre la
prórroga del término para el cumplimiento de una obligación ya existente entre ellos, el pago que
hace el deudor al acreedor y que es el modo normal de extinguir las obligaciones, etc.
Para concluir podemos decir que el objeto de las convenciones es la creación, modificación o
extinción de relaciones jurídicas de cualquier naturaleza, al paso que el objeto principal y
generalmente exclusivo del contrato es la creación de obligaciones. Por lo expuesto es común la
expresión de que "todo contrato es convención, pero no toda convención es un contrato".
"El acuerdo puede ser bipartito o plurilateral. En esta última eventualidad cada contratante tiene ante
sí, simultáneamente tantas partes cuantas personas concurran independientemente a concertar sus
voluntades. Y a diferencia de los llamados contratos de cambio, en los cuales los contratantes solo
pueden ser dos aunque cada parte esté integrada por varias personas, en el plurilateral el número de
contratantes es ilimitado. Además, si con posterioridad a su celebración se aumentan o disminuyen o
algunos son sustituidos, no se alteran los fundamentos o la sustancia del contrato.
"El acuerdo (contrato) puede referirse a derechos reales o a derechos personales, inclusive a algunos
derivados del estado de familia que tengan un valor patrimonial específico.
"La proyección del acuerdo es primordialmente económica, ya que sus estipulaciones disciplinan
relaciones jurídicas patrimoniales.
"Si el acuerdo, además de plurilateral es de organización, suele surgir un ente casi siempre dotado de
personalidad, y entonces no hay intercambio o cruzamiento de prestaciones porque estas se estipulan
para integrar el patrimonio o el fondo de dicho ente, el cual se vitaliza precisamente cuando las partes
cumplen sus respectivas obligaciones. El acuerdo está llamado a perdurar y la satisfacción de los
interese de los contratantes es coordinada y paralela para todos.
"Si el acuerdo es plurilateral, el incumplimiento de una o varias de las partes no libera de sus
obligaciones a las demás, salvo que se haya celebrado intuito personae, vale decir, en consideración
a tales contratantes o que sin ellos no sea posible alcanzar el fin propuesto. Se descarta la exceptio
non adimpleti contractus admisible en los contratos bipartitos y la de cumplimiento imperfecto
(exceptio non rite adimpleti contractus).
2.6 "Si el acuerdo es plurilateral y las prestaciones de cada una de las partes se encaminan a la
obtención de una finalidad común, la nulidad que afecte la vinculación de una de ellas no acarrea la
de todo el negocio jurídico, salvo que la participación de aquella respecto de la cual se declara sea,
según las circunstancias, esencial para la consecución del fin común.
Estos últimos aspectos se aprecian con gran nitidez en el contrato de sociedad. Ciertamente el
incumplimiento de un asociado o la nulidad que se declare respecto de alguno, no extingue el
negocio jurídico si con la presencia de los demás socios puede subsistir la sociedad y acometer el
objeto o empresa para la cual se constituyó. Los socios no incursos en incumplimiento o en vicio que
anule su vinculación continúan ligados por el contrato, al paso que el incumplido o cuya vinculación
se declara nula, queda excluido de la sociedad."
c) Las obligaciones que nacen del contrato deben ser susceptibles de valoración económica.
Por consiguiente, no son contratos propiamente dichos, los acuerdos de voluntades que generan
efectos no pecuniarios: ni el matrimonio, ni la adopción, como sí lo sería la sociedad conyugal.
Tampoco constituyen propiamente contratos los acuerdos de voluntades destinados a reglamentar o
extinguir obligaciones, aunque tengan carácter pecuniario. Son pues, simples convenciones.
Clases de contratos
Los contratos que se constituyen en fuentes de las obligaciones son:
Contratos típicos.
Contratos atípicos.
b) Contratos de permuta.
c) Contratos de donación.
d) Contratos de arrendamiento.
f) Contratos de Sociedades.
h) Contratos de Depósito.
i) El secuestro.
k) Contratos de préstamo.
El mutuo.
El préstamo con interés.
Compraventa de bienes de consumo, como de alimentos, vestuario, material de escritorio.
De bienes perecederos.
El comodato.
Compraventa de bienes suntuosos (joyas, vehículos) y no suntuosos como bienes y
mobiliarios de uso domésticos.
De bienes imperecederos.
l) Contratos de fianza.
m) Contratos de transacción.
n) La promesa unilateral.
o) El reconocimiento de deuda.
p) Las loterías, rifa y sorteos.
Articulos de contratos
El contrato de compraventa (art. 584 CC. 824 C. Com.)
En materia civil, la venta es un contrato por el cual el vendedor transfiere la propiedad de una cosa o
transfiere otro derecho (de autor, industrial, derechos intelectuales) al comprador por un precio en
dinero.
La permuta es un contrato por el cual las partes se transfieren recíprocamente la propiedad de cosas o
intercambian otros derechos.
La donación es el contrato por el cual una persona, por espíritu de liberalidad, procura a otra un
enriquecimiento disponiendo a favor de ella un derecho propio o asumiendo frente a ella una
obligación.
El arrendamiento es el contrato por el cual una de las partes concede a la obra el uso o goce temporal
de una cosa mueble o inmueble a cambio de un canon.
I. Por el contrato de obra el empresario o contratista asume, por si solo o bajo su dirección e
independientemente, la realización del trabajo prometido a cambio de una retribución convenida.
Por el contrato de sociedad dos o más personas convienen en poner en común la propiedad el uso o el
disfrute de cosas o su propia industria o trabajo para ejercer una actividad económica, con el objeto
de distribuirse los resultados.
Por el contrato de sociedad comercial dos o más personas se obligan a efectuar aportes para
aplicarlos al logro del fin común y repartirse entre sí los beneficios o soportar las pérdidas. 1)
Sociedad colectiva;
4) Sociedad anónima;
El mandato es el contrato por el cual una persona se obliga a realizar uno o más actos jurídicos por
cuenta del mandante. (Arts. 297, 467, 809, 813, 821, 834, 982 del Código Civil)
El depósito es el contrato por el cual el depositario recibe una cosa ajena, con la obligación de
guardarla, custodiarla y devolverla al depositante. (Arts. 369-II, 830, 842, 862 del Código Civil)
El secuestro es el depósito de una cosa litigiosa en poder de un tercero, hasta que se decida el litigio
sobre la cosa, para entregarla a quien corresponda. Es convencional cuando todas las partes
interesadas convienen en el depósito; judicial, cuando lo ordena el juez. (Arts. 454, 858, 872, 873 del
Código Civil)
El contrato de hospedaje, es mercantil cuando el alojamiento y los servicios accesorios son prestados
por empresas dedicadas a esa actividad.
El préstamo es un contrato por el cual el prestador entrega una cosa al prestatario para que éste la use
y consuma y se la devuelva o restituya su equivalente después de cierto tiempo. Hay dos especies de
préstamo: el de cosas fungibles y el de cosas no fungibles; el primero se llama mutuo o préstamo de
consumo o simplemente préstamo; el segundo, comodato o préstamo de uso.
El mutuo es el préstamo de cosas fungibles que el mutuario está obligado a devolver al mutuante en
cosas de igual género, cantidad y calidad.
Es permitido en el préstamo de dinero, productos u otras cosas muebles fungibles estipular intereses
sobre el valor principal. Existe interés convencional, legal, judicial, bancario.
Las loterías son permitidas sólo cuando están autorizadas por ley. Las rifas y sorteos se sujetan a las
disposiciones administrativas pertinentes. (Art. 909 del C.C.). Se prohíben los juegos de azar de
acuerdo al Art. 909 que establece; se prohíbe todo juego de envite, suerte o azar y se permiten los que
comúnmente se denominan juegos de carteo y los que por su naturaleza contribuyen a la destreza y
ejercicio del cuerpo o de la mente.
La fianza es el contrato en el cual una personase compromete a responder por las obligaciones de
otra. La fianza es válida aún cuando el deudor no tenga conocimiento de ella. (Arts. 361, 919, 921 del
C.C.)
Son todos aquellos que no se encuentran regulados por ninguna norma positiva y tampoco se
encuentran prohibidos por norma alguna, que no violen el orden público, la moral y las buenas
costumbres. Entre los más comunes que podemos encontrar en las costumbres contractuales son:
a) El contrato de al partido.
b) El contrato de pasanaku.
El contrato al partido.
Es el contrato por el cual se pacta la entrega para la crianza de animales domésticos y cultivo de
productos agrícolas bajo condiciones de contraprestaciones y los frutes o producción de los animales
nacidos y cosecha del producto durante la vigencia del contrato se dividen por la mitad o en partes
iguales.
El contrato de pasanaku.
Es el contrato por el cual grupos de personas con iguales fines e intereses, pactan un mutuo de dinero
en efectivo bajo condiciones de sorteo de turno para recibir en plazos y cuotas determinadas
convertidas en periodos y montos fijos sin intereses. Tiene la característica de un mutuo rotativo de
igual suma por cada número sorteado.
La promesa unilateral, como fuente de obligaciones en el derecho privado, se entiende como; "La
obra estrictamente de una sola voluntad, donde no es necesario la intervención de otra, para obligar a
su emitente" (Silva-Ruiz, Pedro. 1992) o bien como lo define el artículo 955 del Código Civil
Boliviano, "Por la promesa unilateral el promitente queda obligado, por su sola declaración de
voluntad, a cumplir una determinada prestación a favor de otra persona".
En algunos ordenamientos jurídicos como el Alemán -cuna de la promesa unilateral como fuente
de obligación-, el Peruano, el Español y el Mexicano, la promesa unilateral tiene varias formas:
(entre otras)
- La promesa de recompensa.
En el caso de la oferta de venta, el código civil federal mexicano, en su artículo 1860 establece: "El
hecho de ofrecer al público objetos en determinado precio, obliga al dueño a sostener el
ofrecimiento". Un ejemplo práctico se ve en las tiendas y en los medios de comunicación como las
revistas y el periódico, en donde a un artículo determinado se le estipula un precio y el ofertante debe
cumplir con dicha oferta, una vez tenga clientes en reclamo de ese artículo por el precio establecido
en la oferta.
Para la promesa de recompensa, el art. 1861 del referido código mexicano, establece: "El que por
anuncios u ofrecimientos hechos al público se comprometa a alguna prestación en favor de quien
llene determinada condición o desempeñe cierto servicio, contrae la obligación de cumplir lo
prometido". Esta modalidad de la promesa la vemos cuando una persona o bien un animal
se extravía y se solicita información, sin embargo a cambio de esa información, el promitente se
obliga a entregar una recompensa. Es importante destacar que esta obligación nace desde el momento
en que se hace pública la recompensa, es decir, desde que se anuncia en volantes, carteles y panfletos
en las calles y medios de comunicación públicos o masivos.
Es interesante como la voluntad unilateral de la persona está regulada de esta forma por el derecho
positivo vigente. No obstante nuestro ordenamiento jurídico no contempla esta figura. Más adelante
podremos abundar más sobre la cuestión.
En el Código Civil Boliviano, la Obligación por promesa unilateral en el artículo 955 establece que
es exclusivamente expreso y esto es únicamente escrita. El Art. 956 y 957 reconocen tres
modalidades de promesa unilateral siendo éstas: la promesa unilateral de pago, el reconocimiento de
pago y la promesa pública de recompensa. Las obligaciones por promesa unilateral son las
siguientes:
La persona en favor de la cual se hace por declaración unilateral promesa de pago o reconocimiento
de deuda, queda dispensada de probar la relación fundamental, cuya existencia se presume, salva
prueba contraria.
Quien, mediante anuncio público, promete alguna prestación en favor de alguien que ejecute un acto,
queda obligado a cumplir lo prometido.
El que ejecuta el acto puede exigir la prestación prometida, si varias personas ejecutan el acto, la
prestación prometida corresponde al primero que dé noticia de su ejecución al promitente y si varias
personas lo ejecutan en cooperación, ellas deben designar un representante para que reciba la
prestación prometida.
La promesa pública de recompensa no puede ser revocada mientras esté en curso el término fijado
por el promitente o el que resulte de la naturaleza o la finalidad de la promesa.
La promesa pública de recompensa puede ser revocada antes del vencimiento del término señalado
en el artículo anterior, sólo con justo motivo, por ejemplo cuando no es necesaria la realización del
acto, sin embargo la revocación no tiene efecto si el acto ya se ha ejecutado y toda revocación debe
hacerse pública en la misma forma que la promesa o en forma equivalente.
Ahora debemos saber que esta fuente generadora de obligaciones, tiene su base legal, en el Capítulo
IV de la Parte Segunda, del Libro Tercero del Código Civil boliviano, más propiamente desde el
artículo 961 y 962 del c.c.
En nuestra vida social, no nos encontramos a menudo con estas figuras, sin embargo es importante
conocerlas bien, porque uno nunca sabe cuándo se pueden presentar.
Nos daremos cuentas que para que exista el enriquecimiento ilegítimo, tendremos que tener en
cuenta los siguientes presupuestos:
4.- Que haya una relación que los vincule; y que este sea ilegítimo, que no le corresponda
legalmente, que carece de legitimación para acceder de ese enriquecimiento o patrimonio; para que
pueda existir este, además veremos sus características y sus variables en relación a estos
presupuestos, según como lo marca nuestro Código Civil.
El artículo 961 del Código Civil menciona que; “Quien, sin justo motivo, se enriquece en detrimento
de otro está obligado en su condición de sujeto pasivo o deudor, en proporción a su
enriquecimiento, a indemnizar a éste por la correspondiente disminución patrimonial”.
Entendemos que esta encuentra el fundamento en el principio de equidad de que nadie puede
aumentar su patrimonio injusta e ilegítimamente en perjuicio de otro y por eso el código hace que el
que se enriqueció sin justa causa quede obligado a restituir del daño al que empobreció al sujeto
perjudicado, quien se convierte en la relación jurídica obligacional en sujeto activo o acreedor.
Ahora al actualizarse al caso concreto lo anterior el acreedor sería el que tuvo detrimento de su
patrimonio, y este tiene el derecho subjetivo para iniciar la acción de indemnización “actio in rem
verso”.
El artículo 962 del Código civil establece que; “La acción de enriquecimiento no es admisible
cuando el perjudicado puede ejercer otra acción para obtener, se le indemnice por el perjuicio que ha
sufrido”. Nos muestra éste mandato es que, previo a accionar en la vía civil cuando el origen del
empobrecimiento es un hecho delictivo, primero debe agotarse la vía penal, sin embargo cuando el
delito es irrelevante socialmente o corresponde al catálogo de los delitos de acción privada, puede el
perjudicado accionar por la vía civil la que no es excluyente de la acción penal, pero cuando se ha
iniciado primeramente la acción penal ya no corresponde la acción civil en forma paralela o por
cuerda separada, sino que deberá concluir primero la penal para proseguir con la vía civil.
La acción de enriquecimiento ilegítimo a que se refieren los artículos 961 y 962 del Código Civil
boliviano está constituida por los siguientes elementos:
b) Empobrecimiento del actor, al perder algo que estaba en su patrimonio, o dejar de recibir de lo
que tenía derecho a recibirlo.
c) Que exista vínculo de causalidad entre los dos elementos anteriores, es decir, deben ser
recíprocos y correlativos, de tal manera que no pueda existir el enriquecimiento si no es como efecto
del empobrecimiento y a la inversa.
Ahora al actualizarse al caso concreto anterior, el acreedor sería el que tuvo detrimento o
disminución de su patrimonio, y éste tiene el derecho subjetivo (uso de los recursos legales, como ser
acudir al Estado-Juez) para solicitar la acción de indemnización como “actio in rem verso” (Acción
de reverso). Éste instituto jurídico se encuentra regulado por los artículos 961 y 962 del Código civil
Boliviano.
Nociones.
El pago de lo indebido; tiene lugar cuando una persona, aparentemente deudora o creyera por error
ser deudor o pagó más de lo realmente debía a su acreedor, creyendo que paga a quien no es su
acreedor o si es realmente deudor y paga más de lo debido. La ley obliga a aquel que ha recibido el
pago que de lo que no es realmente ni legalmente debido, a repetir o restituir a favor del pagador no
deudor.
El pago supone el cumplimiento de una obligación, y es un acto jurídico cuyos elementos son los
sujetos solvens o deudor y accipiens o acreedor.
El objeto de la prestación en las obligaciones “de dar” es aquello que se paga ya sea en efectivo o en
especie según el artículo 1467 del c.c.
En la obligación de “no dar” cumpliendo una orden de retención de pagos, embargo de pagos,
embargo de entrega de bienes o especies según los artículos del 1470 al 1478 del c.c.,
También una prohibición de innovar según el artículo 336 parágrafo I del n.c.p.c. 1. Procesos
interdictos, 3., abuso de derecho, 4. derecho a la intimidad, a la voz y a la imagen, prohibición de
contratar del artículo 337 del n.c.p.c, en la obligación “de hacer” una obra según el artículo 1468 del
c.c.,
En la obligación de “no hacer” del artículo 522 del c.c. como se una obra nueva perjudicial según el
artículo 1463 o un daño temido del artículo 1464 del c.c. en aplicación del artículo 1969 del c.c. y la
causa (entendiendo por tal tanto la fuente - deuda anterior que sirve de antecedente al pago, cuando el
fin u otro objetivo al que se orienta el solvens: la extinción de la deuda)
Todo pago presupone la existencia de una deuda; si esta no existe, la entrega no tiene razón jurídica
de existir y debe ser restituida. Tal devolución es conocida como repetición de lo indebido. En
consecuencia, hay pago indebido cuando:
b) El accipiens no es acreedor.
c) Si el acto no tiene objeto, porque se paga algo distinto, y no hay acuerdo en la sustitución
d) Si carece de causa – fuente formal, porque nada se debe ni hay contrato de obligación.
e) Si carece de causa - fin, porque por ejemplo, se pretende cancelar una obligación o se cancela
otra:
El llamado pago indebido, por el contrario, adolece de la falta de alguno de estos elementos, que lo
despojan del carácter de pago. De esta manera tenemos los siguientes conceptos:
Cuando por error se ejecuta una prestación sin que haya existido obligación de verificarla, se
configura un pago indebido, un pago falto de equidad y, por tanto, contrario a la justicia; el cual se
convierte - a nuestro modo de ver - en causa eficiente del derecho a exigir la devolución y de la
obligación de restituir lo ilegítimamente pagado.
Siempre que hay pago indebido, es porque se cumple una obligación que no existe, ya sea que
carezca totalmente de existencia y nunca la haya tenido, o se haya extinguido, o se yerre en la
prestación, en quien la hace o a quien se hace.
El desplazamiento patrimonial indebido es aquel realizado por una persona que actúa por error de
derecho o de hecho al considerarse obligado no siéndolo, creyendo extinguir una relación obligatoria
que en realidad no existe o siendo realmente deudor, al verificar el pago, no lo hace quien es titular
del crédito.
“El pago de lo indebido es una especie de enriquecimiento sin causa, que se presenta cuando sin
existir relación jurídica entre dos personas una de ella entrega una cosa a la otra con el propósito de
cumplir una supuesta obligación. El supuesto ocurre cuando una persona denominada solvens efectúa
un pago a otra persona denominada accipiens, sin tener una causa que lo justifique o lo legitime”.
Emilio Cavo Baca en sus comentarios al Código Civil.
1) La realización de un pago.-
Entendiéndose como tal la entrega de un cuerpo cierto o de cosas in genere. Cuando se trate del
cumplimiento de una determinada actividad o conducta, no son aplicables las reglas específicas del
pago de lo indebido, sino las del enriquecimiento sin causa, pues dichas reglas sólo parecen
aplicables a aquellos casos en que la prestación consista en la entrega de una cosa cierta in genere,
pero no a la ejecución de una determinada conducta.
2) La ausencia de causa.
Ahora bien, el citado autor plantea un aspecto importante que es la prueba del error, señalando que
algunos autores sostiene el criterio de que la demostración del error es esencial para la existencia del
pago de lo indebido, ya que opinan que si una persona paga a sabiendas de que no debía, no merece
protección del ordenamiento jurídico, y por lo tanto, para quien efectúa un pago pueda disponer de la
acción de repetición, se requiere que ese pago lo hubiese efectuado por error, que es el único motivo
por el cual puede pretender la protección de dicho ordenamiento, en consecuencia, tal prueba es una
condición sine qua non.
Así mismo, plantea los casos en que no procede la acción por repetición, los cuales son los
siguientes: que el pago se refiera a obligaciones naturales y fuese hecho espontáneamente; cuando
un solvens creyéndose deudor, paga al verdadero acreedor y éste se ha privado de buena fe de su
título o de las garantías de su acreencia o deja prescribir la acción; y por último cuando
el accipiens haya enajenado la cosa un tercero a título gratuito. Como se puede observar, ninguna de
estas causales se aplican al caso en cuestión.
3) La existencia de error.-
Algunos autores sostiene el criterio de que la demostración del error es esencial para la existencia del
pago de lo indebido, ya que opinan que si una persona paga a sabiendas de que no debía, no merece
protección del ordenamiento jurídico, y por lo tanto, para quien efectúa un pago pueda disponer de la
acción de repetición, se requiere que ese pago lo hubiese efectuado por error, que es el único motivo
por el cual puede pretender la protección de dicho ordenamiento, en consecuencia, tal prueba es una
condición sine qua non. Así las cosas tenemos que los artículos 963 y 967 del Código Civil plantean
que quien recibió el pago de mala fe, está obligado a restituir tanto el capital como los intereses o los
frutos desde el día del pago.
El pago de lo indebido procede cuando un sujeto que no tiene vínculo jurídico alguno con otro le
paga erróneamente, siendo el error un elemento constitutivo del pago de lo indebido quedando el
accipiens obligado a demostrar el error del pago para la procedencia de la repetición de lo pagado
Pero también la doctrina fuera de nuestro orden jurídico menciona otros requisitos para la
configuración del pago de lo indebido.
Resulta evidente que debe existir una obligación previa que haya generado precisamente el deber de
cumplir.
El pago no basado en una obligación que le dé sustento, nos conduciría - de presentarse los requisitos
de esta figura - al tema del pago indebido. Y este concepto nos llevaría a afirmar que el pago
indebido no es otra cosa que el lado oscuro del pago, aquella faz de un pago en el cual no se verifica
el cumplimiento de alguno de sus requisitos.
El animus solvendi no es otra cosa que la voluntad del deudor para pagar, es decir, que cuando paga
es consciente de lo que está haciendo y que desea hacer lo que está haciendo (pagar).
Cabe observar que el pago efectuado sin animus solvendi podría también llevarnos a la figura del
pago indebido, siempre y cuando se cumplan los demás requisitos que la legislación y doctrina le
atribuyen a esta institución. Sin lugar a duda, el tema que constituye una de las exigencias del pago
indebido.
Ello no significa que todo pago con ausencia de animus solvendi sea necesariamente un pago
indebido. Sin embargo, en aquellos casos en los que esté presente el elemento del error
(configurativo del pago indebido), sí habrá ausencia de animus solvendi.
Esta exigencia se relaciona con el principio de identidad en las obligaciones, el mismo que en el caso
de las obligaciones de dar tiene su correlato en la primera de las normas del Derecho de
Obligaciones, que reza: "el acreedor de bien cierto no puede ser obligado a recibir otro, aunque éste
sea de mayor valor", no obstante lo cual la trascendencia del tema abarca también en las obligaciones
de hacer y las de no hacer, pudiendo concluir en que el deudor está obligado, en virtud del principio
de identidad, a ejecutar la prestación convenida y no otra.
También resulta evidente que el alejamiento del principio de identidad en la ejecución de una
obligación podría llevarnos, si se cumpliesen los demás requisitos de esta figura, al tema del pago
indebido, de tal manera que estaríamos en presencia de una deformación del pago, tal como éste debe
ser, lo que nos conduciría a pensar que a través de esta derivación el pago indebido se configura
como un pago patológico, un pago que no reúne los requisitos del pago en estricto como medio
extintivo de obligaciones.
Lo ideal en materia de pago sería que se cumpliese en los términos más precisos con lo pactado o con
lo previsto por la ley, pero sabemos que en muchos casos no ocurre así, en la medida en que el
cumplimiento se aleja de las dimensiones estipuladas o legales, en desmedro, por lo general, de los
intereses del acreedor.
Cuando un pago se aleje de sus requisitos, vale decir, cuando pierda ese rasgo de idoneidad que le es
propio, se abre la puerta a un camino lleno de deformaciones, al fondo del cual está la faz más oscura
del pago, una faz tan deformada que incluso llega al límite de discutirse su naturaleza misma de
pago, de modo que, como ha sido visto, para algunos autores no es pago sino una fuente más de las
obligaciones.
Otros requisitos
El pago no debe ser debido.
El presupuesto inicial de esta institución es la inexistencia de una obligación entre quien paga y quien
acepta el pago.
A decir de PETIT, el pago es indebitum cuando la obligación que el pago estaba destinado a
extinguir, no existía entre el solvens y el accipiens para el derecho civil, ni el derecho natural[1].
En igual sentido, MARTÍNEZ ALFARO, señala que el pago indebido consiste en la ejecución por
error de una prestación, sin haber obligación entre el que la ejecuta y el que la recibe[2].
GAUDEMETE expresa que para poder hablar de pago indebido se requiere que la deuda no exista;
por lo menos en las relaciones entre el solvens y el accipiens.
a) La deuda ha podido no existir jamás, si, por ejemplo, faltó una de las condiciones para su
existencia.
b) La deuda puede existir, pero respecto de un acreedor que no sea el accipiens. Pedro debiendo a
Pablo, paga a Santiago. Hay deuda pero el pago se hizo a quien no era acreedor.
c) Inversamente, la deuda puede existir, pero a cargo de persona distinta del solvens: Pedro paga a
Pablo la deuda de Santiago, creyendo saldar su propia deuda. Hay deuda, pero pagó persona distinta
del deudor[3].
Este error puede ser de hecho o de derecho, excusable o no, pero lo importante aquí es que el deudor
a [sic] efectuado un pago que no debe, por lo tanto la repetición procede, salvo que exista por parte
del solvens un animus donando, pero la palabra pago no deja ningún tipo de deudas.
Cabe tomar en cuenta, que el pago hecho por error carece de causa- fin pues, no obstante existir
causa- fuente (la deuda), hay una falla en la voluntad jurídica necesaria para el acto de pago.
Efectos.
El efecto principal del pago de lo indebido es la repetición de lo pagado, entendiéndose como tal el
derecho que tiene el solvens a que el accipiens le restituya o le devuelva la prestación o cosa que le
ha cumplido o entregado. Repetir el pago significa la devolución de lo pagado, la restitución de la
prestación ejecutada.
La Doctrina ha establecido que el pago de lo indebido tiene dos elementos que deben cumplirse para
que sea procedente en derecho la acción: A) Que se trate solo de prestaciones de dar. B) Que se
pague con el ánimo de extinguir una obligación por parte de quien se cree deudor o a quien
erróneamente se le supone ser el acreedor.
En el Código civil boliviano el Pago de lo indebido se encuentra regulado por los artículos que van
del 963 al 972, el rembolso de gastos y mejoras al poseedor según los artículos 95 y 97 del c.c., que
restituye al acreedor de la acción de repetición por pago de lo indebido cuando lo es de buena fe y
cuando es de mala fe sin derecho al reembolso.
II. Esos deberes y cualquier otro respecto al cual la ley no concede acción y excluye repetición, no
producen otros efectos.
El pago hecho en cumplimiento de una obligación cuya finalidad es contraria a las buenas
costumbres, no se puede repetir.
I. Quien creyéndose deudor, por error excusable, paga una deuda ajena puede repetir lo que pagó
siempre que el acreedor no se haya privado, de buena fe, del título o de las garantías del crédito.
II. Cuando la repetición no es admitida, quien ha pagado se sustituye en los derechos del acreedor.
I. Quien recibió indebidamente una cosa determinada queda obligado a restituirla en especie.
II. Quien la recibió procediendo de mala fe, debe reembolsar el valor de la cosa si ella perece o si se
deteriora aún por caso fortuito o fuerza mayor, excepto si, en el caso de deterioro, quien dio la cosa
solicita se le restituya y además se le indemnice por la disminución del valor.
II. Quien enajena la cosa habiéndola recibido de mala fe o conociendo la obligación de restituirla,
queda obligado a restituirla en especie o a abonar su valor.
III. Quien la recibió procediendo de buena fe responde por el perecimiento o deterioro, aunque
dependa de un hecho propio, dentro de los límites de su enriquecimiento.
El tercero adquirente a título gratuito, está obligado, frente a quien ha pagado lo indebido, dentro de
los límites de su enriquecimiento.
El incapaz que personalmente reciba un pago indebido, queda obligado a restituir sólo en la medida
del beneficio que obtuvo.
Aquel a quien la cosa es restituida, debe reembolsar al poseedor conforme a los artículos 95 y 97.
8. la gestion de los negocios ajenos como fuente de las obligaciones (art. 973 c.c.)
Generalidades.
Nuestro código civil vigente trata la gestión de negocios entre los artículos 973 al 983. Apoyándose
en los códigos civil argentino e italiano y en el artículo en del proyecto del Código franco-italiano.
Es el acto en virtud del cual una persona, denominada gestor, interviene o se ocupa de los asuntos de
otro denominado dueño, sin obligación legal o convencional de hacerlo.
Es una fuente de obligaciones que provienen de un hecho voluntario y lícito, concebido en el derecho
romano, como un cuasicontrato al igual que el Código Civil Santa Cruz derogado en 1976, que
consideraba el hecho voluntario y lícito como fuente de obligaciones y dentro de éste, la gestión de
negocios ajenos y el pago de lo indebido, hasta que el Código Civil vigente consagró ambas figuras
como fuente autónoma de obligaciones.
Para los hermanos MAZEAUD, "la gestión de negocios ajenos es el hecho de una persona, el gestor
de negocios que sin haber encargado de ello, se ocupa de los asuntos de otra persona, el gestionado o
dueño del negocio"[1].
Requisitos Negativos.
a- No presencia del dueño: la simple ausencia que impide al dueño ocuparse de alguno o de todos
sus asuntos; por ejemplo la persona que se ausenta de su casa pero se sabe o se presume dónde está.
Debe tenerse en consideración la situación concreta, pues son las circunstancias las que determinaran
si se cumple o no este requisito.
b- Imposibilidad del dueño de atender sus negocios: si el dueño ha encargado a otra persona la
gestión de sus negocios, un tercero no puedo intervenir con el pretexto de la no presencia del dueño.
c- Falta de consentimiento del dueño: el dueño no debe haber consentido la gestión, así sea
tácitamente, en cuyo caso habría un mandato.
d- Ausencia de oposición del dueño: si este ha manifestados a sus vecinos que durante su ausencia
no se ocupen de sus asuntos, o lo hace una vez iniciada la intervención del gestor, se viola el
principio de no inmiscuirse en los asuntos ajenos y que pretenda hacerlo es responsable de sus
actuaciones. Al cometer un hecho ilícito deberá pagar los daños causados al dueño, por ejemplo en
caso de incendio de una cosa perteneciente al dueño.
e- Ausencia del ánimo de liberalidad del gestor: cuando se interviene en un asunto del dueño sin
cumplir con ninguno de los requisitos antes señalados, se presume que se trata de una libertad de
liberalidad del gestor y no de una gestión de negocios; por ejemplo, procedo a pintar la casa de mi
vecino, estando este presenta y sin su oposición; se puede presumir, inclusive por el dueño que se
trata de un favor gratuito de quien ejecuta la obra quizás en su propio interés.
Requisitos Positivos.
a- Intención de gestionar: el gestor debe tener el propósito de gestionar intereses ajenos, por ello,
cuando pro erros se inmiscuye en negocios de un tercero, creyéndolos propios, no hay gestión de
negocios, podrá haber enriquecimiento sin causa.
b- Interés del dueño: el gestor debe acotar en interés del dueño, pues si procede en su propio
interés no está gestionando un negocio ajeno, falta el elemento de la alienidad. Sin embargo puede
tratarse de un interés común, por ejemplo, reparar una pared medianera, en cuyo caso se aplicara las
reglas de la medianería que trata el Código civil en el artículo 173, 174 y siguientes.
c- Iniciativa espontanea del gestor: tratándose de una persona que procede a efectuar una
actividad propia de su profesión, sin haber recibido instrucciones del interesado, la jurisprudencia ha
considerado que tiene derecho a sus honorarios profesionales, por ejemplo, el médico que auxilia a
una persona herida.
e- Iniciar una obra necesaria: puede tratarse de un negocio nuevo, contratar las horas necesarias
para evitar la ruina de una edificación del dueño.
Se entiende uno o más negocios o relaciones jurídicas, susceptibles lícitamente de ser realizadas por
el gestor quien sabe que se está inmiscuyéndose en los asuntos del otro. El que gestiona un asunto
ajeno creyéndose propio, no realiza gestión de negocios. La gestión puede consistir en el
cumplimiento de un acto jurídico que puede efectuarse de dos maneras: Cuando el gestor actúa en su
propio nombre con la intención de beneficiar al dueño y cuando el gestor actúa por cuenta del dueño
del negocio. Y en la realización de los actos materiales que pueden ser demostrados por cualquier
medio probatorio
a) El gestor debe ser capaz ya que de conformidad con el artículo 812 del Código Civil vigente,
quien es incapaz de aceptar un mandato es incapaz de obligase como gestor de negocios.
b) La intervención debe ser intencional, el gestor debe saber que se está inmiscuyendo en los asuntos
del otro.
c) La intervención debe ser espontánea, no debe prevenir de un mandato legal, ni de solicitud del
dueño del negocio.
d) La gestión no debe ser emprendida contra la expresa voluntad del dueño del negocio, en razón de
que la invasión de un negocio ajeno es excepcional y normal es que cada cual decida y ejecute lo que
sea conveniente en salvaguardia de sus intereses personales, salvo que se trate de una gestión por
utilidad pública o social.
Para fijar los efectos de esta fuente de obligaciones se debe partir de la naturaleza bilateral, de la
gestión de negocios por lo tanto, se desprenden obligaciones tanto para el gestor, como para el dueño
del negocio. El dueño del negocio para ejercer o hacer cumplir sus obligaciones tiene la acción
negotiorum directa, contra el gestor, y al gestor, para hacer cumplir las obligaciones se le acuerda la
acción negotiorum gestorum contraria contra el dueño.
a) Debe obrar conforme a los intereses del dueño del negocio; conforme a la voluntad presunta del
dueño.
c) Debe dar aviso al dueño y esperar su decisión mediante avisos en la prensa o por cualquier otro
medio que permita comunicarse con él.
d) Debe continua la gestión y llevarla a término hasta que el dueño se encuentre en estado de
proveer por sí mismo.
e) Debe someterse a las consecuencias del mismo negocio el gestor queda liberado de la obligación
contraída en los siguientes supuestos: cuando el dueño se encarga de su negocio; cuando el dueño
muere; cuando el heredero de dueño toma la dirección del negocio.
f) Debe rendir cuentas; dada la naturaleza especial de la gestión, el gestor está obligado o rendir
cuentas al dueño como cualquier administrador, y a restituir todo lo recaudado por concepto de la
gestión.
g) A la muerte del gestor, sus herederos no están obligados a continuar la gestión.
a) Si el gestor actuó en su propio nombre: Queda obligado respecto a los terceros en todo lo
referente a las obligaciones derivadas de su gestión, aun cuando la gestión no haya sido útil.
b) Si el gestor actúa en nombre del dueño; no está obligado contractualmente frente a los terceros; el
único obligado será el dueño, contra quien los terceros tienen la acción directa, siempre y cuando la
gestión no haya sido útil, el tercero puede repetir contra el gestor.
a) El dueño deberá cumplir todas las obligaciones que haya contraído el gestor en su nombre.
b) Si el negocio fue útilmente gestionado deberá reembolsarse los gastos útiles y necesarios
realizados con motivo de la gestión, y los intereses legales desde el día en que el gestor ha efectuado
esos gastos.
El dueño del negocio sólo responde a terceros por las obligaciones contraídas por el gestor en su
nombre, siempre y cuando el negocio haya sido bien administrador, el dueño no responde si la
gestión ha sido comenzada o ejecutada a pesar de su prohibición expresa, a menos que esta
prohibición sea ilícita.
La ratificación o aprobación de actos de gestión, por el dueño del negocio, produce los efectos de un
mandato, en este caso el dueño deberá pagar todos los gastos, aunque no hubiere sido útil la gestión e
indemnizar los daños y perjuicios. El gestor podrá ejercer el derecho de retención y cobro de
honorarios, esto como consecuencia de la reconvención legal de la gestión de negocio en un
verdadero contrato de mandato.
A falta de ratificación por el dueño, sólo deberá responder por los gastos que originó la gestión hasta
la concurrencia de las ventajas que obtuvo del negocio.
Según lo estudiado por Emilio Pittier, se entiende por ratificación de la gestión de negocios la
aprobación del dueño a los actos de gestión. Puede ser expresa cuando directamente así exprese su
voluntad el dueño o puede ser tacita cuando se desprende de las actuaciones del dueño.
La ratificación produce los efectos del mandato en todo lo relativo a la gestión, aun cuando esta haya
sido cumplida por una que creía gestionar su propio negocio y transforma retroactivamente la gestión
de negocios en un mandato.
Quien sin estar obligado a ello asume voluntariamente la gestión de un negocio ajeno, tenga o no el
propietario conocimiento de ella, contrae la obligación tácita de continuarla y acabarla hasta que el
propietario pueda hacerlo por si mismo. Debe encargarse igualmente de todas las dependencias del
mismo negocio.
Este artículo obliga al gestor a continuar la gestión hasta que el dueño pueda actuar por sí mismo. Es
pues la acción del gestor que no puede ser por etapas o dejarlas a medias, desde el momento en que
se asume la obligación hay la obligación de continuarla hasta que se concluya con la gestión.
I. El gestor se somete a todas las obligaciones que resultarían de un mandato, en cuanto sean
aplicables.
II. Debe continuar la gestión aún después de la muerte del propietario, hasta que el heredero pueda
dirigirla.
Hay una penalización al gestor incapaz, quien también es incapaz de obligarse por sí mismo, sus
actos serán de su propia responsabilidad y hasta de ser posible, ser acusado o demandado por
enriquecimiento sin causa, hay que observar que el gestor solamente actúa por el dueño, más no
puede considerarse como tal, debe cometer la gestión siempre en beneficio del dueño y no en
beneficio propio.
El gestor debe dar aviso de su gestión al propietario tan pronto como fuere posible y esperar lo que él
decida, excepto si hubiera peligro en la demora.
I. El gestor debe emplear la diligencia de un buen padre de familia. Es responsable de los daños que
cause por su culpa.
II. Sin embargo, los motivos que le han conducido a encargarse del asunto, pueden autorizar al juez a
moderar el resarcimiento resultante.
III. Si la gestión ha tenido por objeto evitar un daño inminente al propietario, resarcirá el daño sólo
en el caso de dolo o culpa grave.
El gestor responde, aún por caso fortuito o fuerza mayor si asumió la responsabilidad contra la
prohibición del propietario o si ha hecho operaciones arriesgadas u obrado más en interés propio,
excepto si probase que el perjuicio habría igualmente sobrevenido aún absteniéndose.
I. El propietario cuyos negocios han sido útilmente administrados, debe cumplir con todas las
obligaciones que el gestor ha contratado en su nombre, indemnizarle por las personales que ha
tomado así como por los perjuicios sufridos, y reembolsar todos los gastos útiles o necesarios con los
intereses desde el día en que los gastos se han hecho.
II. Esta norma se aplica aún a los actos de gestión realizados contra lo que haya prohibido el
propietario, siempre que la prohibición no sea ilícita.
Art. 980.- (APRECIACION DE LA UTILIDAD).
La utilidad o la necesidad de gasto que realice el gestor o del acto de gestión emprendida, no se
apreciará por el resultado obtenido, sino según las circunstancias del momento en que se realiza.
Si los gestores son dos o más su responsabilidad es solidaria. (Art. 435 del Código Civil)
Si el dueño del negocio ratifica la gestión, este acto produce todos los efectos del mandato, aun
cuando la gestión se haya cumplido por persona que creía gestionar un negocio propio,
extendiéndose en tal caso los efectos retroactivamente al día en que la gestión comenzó, salvo el
derecho de terceros.
Cuando sin conocimiento del obligado a prestar asistencia familiar o a correr con los gastos
funerarios, los ha satisfecho un extraño, tiene derecho a reclamarlos de aquél, a no ser que conste
haberlo hecho como acto de liberalidad o filantropía y sin intención de reclamarlos.
9. Los hechos ilícitos como fuentes de las obligaciones (art. 984 c.c.)
Se entiende por hecho ilícito todo aquél acto contrario a las leyes del orden público o a las buenas
costumbres. Engendra obligaciones.
Conducta antijurídica culpable y dañosa, que impone a su autor la obligación de reparar o resarcir los
daños.
Cualquier violación culpable de una norma jurídica en cualquiera de las especialidades del Derecho
(civil, penal, constitucional, laboral, familiar, etc.) que cause daño a otro, es un hecho ilícito fuente
de obligaciones.
Análisis de los elementos del hecho ilícito (antijuricidad, culpa imputable y daño)
Es antijurídica toda la conducta o hecho que viola lo establecido por las normas del derecho.
Para CASTAN TOBEÑAS respecto a los hechos ilícitos afirmaba que; “Para que el hecho o la
omisión constituya una falta a la norma, es preciso que sea contrario al derecho, o, lo que es igual,
que contenga violación de una obligación legal”[1]
Tipos de Antijuricidad
Existen principios que no fueron consagrados en una disposición especial, cuya existencia, no
obstante, es indudable porque han inspirado las reglas legales; éstos son los principios generales de
derecho.
Si las normas de derecho mandan hacer alguna cosa, será antijurídica por omisión la conducta pasiva
que desacate la orden legal; si la norma de derecho prohíbe realizar determinado hecho, será
antijurídica por vía de acción su verificación o ejecución.
En la actualidad, el hecho antijurídico civil está claramente diferenciado del penal: el derecho civil
vigila el interés de los particulares y los protege de la acción de los demás, creando normas cuya
inobservancia es un hecho ilícito civil; el derecho penal clasifica y reprime ciertos hechos,
particularmente graves y disolventes de la convivencia humana, mediante normas cuya transgresión
es un antijurídico penal que, conforme a los códigos penales de los Estados occidentales y orientales
del planeta, se conocen como delito tipificados en la ley penal.
Los hechos antijurídicos en materia civil se llaman “delito civil”, porque la palabra deriva de dos
componentes fonéticos, “de” y “lito”, el componente “de” deriva de la palabra latina “directum” o
castellana “derecho”, que quiere decir “recto” y de la palabra latina “litium”, “litigum” o castellana
“litigio” o “lito”, que significa en “discusión” o “controversia”, por tanto es aplicable la palabra
delito a todas las materias del Derecho, no solo a la penal, también podemos hablar de “delito civil”,
“delito penal”, “delito laboral”, “delito familiar”, etc.
Otra acepción que le podemos dar a la palabra delito, es que “de” significa “contra”, y “lito” o “litis”
es ley, por tanto la frase “delito” significa “contra la ley”, por lo que también es aplicable a todas las
materias del derecho, “delito civil”, “delito penal”, “delito laboral”, “delito familiar”, etc.
“Cuando un solo hecho es a la vez delito civil y penal, la victima tiene la facultad de ejercer su
acción civil ante el tribunal represivo, que entonces conoce simultáneamente de ambas acciones. Se
constituye en parte civil”[2] (GAUDEMET)
Antijuricidad por transgresión de una norma jurídica general o de una disposición particular.
Si tanto las normas generales (las leyes) como las individuales o particulares (contrato, declaración
unilateral, sentencia, etc.) Son derecho, de aquí se deduce con rigor lógico que es igualmente
antijurídica la violación de una ley (hecho ilícito extracontractual) que la violación de un contrato o
cualquier otro acto de este tipo (hecho ilícito contractual).
Se dice que hay responsabilidad extracontractual cuando el carácter de la norma transgredida es una
norma de observancia general. El origen de esta obligación es la violación de una ley y no de un
contrato.
Las obligaciones de resultado serán quebrantadas siempre que no se hubiera logrado el fin propuesto
para el cual nació la obligación, es decir cumplir con la prestación de dar, no dar, hacer o no hacer;
bastará demostrar que la prestación no fue alcanzada, por ejemplo en una obligación de dar bastará
probar la violación de la obligación de cumplir con la prestación de entregar la mercancía o no fué
entregada el día previsto. En la obligación de no dar el obligado ha dado lo que el justiciero ha
prohibido al obligado entregar al sancionado. En las obligaciones de hacer el obligado no ha
concluido y entregado la prestación del servicio o trabajo en el plazo previsto en el contrato, orden
judicial o sentencia. En las obligaciones de no hacer el obligado ha hecho o continuado haciendo lo
prohibido por el justiciero sin cumplir las previsiones que ha impuesto al obligado.
Las obligaciones de medios o de prudencia y diligencia resultan transgredidas cuando el obligado no
pone en práctica los procedimientos idóneos para lograr el fin propuesto, es decir cuando no obro con
diligencia necesaria de un buen padre de familia para satisfacer las prestaciones como establece el
art. 302.I del c.c.
Quien con un hecho doloso o culposo, ocasiona a alguien un daño injusto, debe ser justamente
reparado y queda obligado al resarcimiento.
Sin embargo tenemos también la excepción a la regla del resarcimiento del daño por los hechos
ilícitos en los siguientes mandatos civiles.
Quien en defensa de un derecho propio o ajeno, al rechazar por medios proporcionados una agresión
injusta y actual, ocasiona a otro un daño, no está obligado al resarcimiento.
Quien por salvar un derecho propio o ajeno de un peligro actual no provocado por él y no evitable de
otra manera, ocasiona a otro un daño para impedir otro mayor, sólo debe indemnizar al perjudicado
en proporción al beneficio que personalmente ha obtenido.
La misma obligación debe el tercero en favor de quien ha precavido el mal.
El perjudicado puede pedir el resarcimiento del daño contra quien ocasionó culposa o dolosamente el
estado de necesidad, pero en este caso ya no tiene derecho a reclamar la indemnización prevista en el
artículo anterior.
Art. 988.- (DAÑO CAUSADO POR PERSONA INIMPUTABLE). Quien en el momento de cometer
un hecho dañoso no tenía la edad de diez años cumplidos o estaba por otra causa incapacitado de
querer o entender, no responde por las consecuencias de su hecho a menos que su incapacidad derive
de culpa propia. (Art. 5º del Código Penal, Art. 60 del Código de Procedimiento Penal).
I. El resarcimiento del daño causado por el menor de diez años o por el incapacitado de querer o
entender, se debe por quien estaba obligado a la vigilancia del incapaz, excepto si se prueba que no
se pudo impedir el hecho.
El padre y la madre o el tutor deben resarcir el daño causado por sus hijos menores no emancipados o
por los menores sujetos a tutela que vivan con ellos, excepto si prueban que no pudieron impedir el
hecho.
Los profesores o maestros y los que enseñan un oficio deben resarcir el daño causado por sus
discípulos y aprendices menores de edad no emancipados estando bajo su vigilancia, excepto si
prueban que no pudieron impedir el hecho.
Art. 992.- (RESPONSABILIDAD DE LOS PATRONOS Y COMITENTES).
Los patronos y comitentes son responsables del daño causado por sus domésticos y empleados en el
ejercicio de los trabajos que les encomendaren.
II. El patrono, el comitente y el que enseña un oficio pueden asimismo repetir lo pagado contra el
autor del daño.
I. El perjudicado puede pedir, cuando sea posible, el resarcimiento del daño en especie. En caso
diverso el resarcimiento debe valorarse apreciando tanto la pérdida sufrida por la víctima como la
falta de ganancia en cuanto sean consecuencia directa del hecho dañoso.
II. El daño moral debe ser resarcido sólo en los casos previstos por la ley.
III. El juez puede disminuir equitativamente la cuantía del resarcimiento al fijarlo, considerando la
situación patrimonial del responsable que no haya obrado con dolo.
Quien tenga una cosa inanimada en custodia, es responsable del daño ocasionado por dicha cosa,
excepto si prueba el caso fortuito o fuerza mayor o la culpa de la víctima.
El propietario de un animal o quien de él se sirve es responsable del daño que ocasiona dicho animal
sea que está bajo su custodia, sea que se le hubiese extraviado o escapado, salvo que pruebe el caso
fortuito o fuerza mayor o la culpa de la víctima.
Quien en el desempeño de una actividad peligrosa ocasiona a otro un daño, está obligado a la
indemnización si no prueba la culpa de la víctima.
I. Si son varios los responsables, todos están obligados solidariamente a resarcir o a indemnizar el
daño.
II. Quien ha resarcido o indemnizado todo el daño, tiene derecho a repetir contra cado uno de los
otros en la medida de su responsabilidad. Cuando no sea posible determinar el grado de
responsabilidad de cada uno, el monto del resarcimiento o de la indemnización se divide entre todos
por partes iguales.
La clasificación del Derecho de las Obligaciones ha sido motivo principal de estudio de la ciencia
jurídica desde el Derecho romano, y aunque no ha sido nada fácil entenderla en su real dimensión,
sin embargo, los romanos intentaron darle una clasificación más de orden sistemática metodológica
que desde el punto de vista jurídico.
El Código Civil boliviano le ha dado una clasificación más apegado el Código Italiano, claro, esto en
respuesta a la sistemática argentina de la que el nuestro ha tomado su fuente. En cambio, la de los
romanos ha perdurado casi intacta hasta nuestros tiempos.
Clasificación de las obligaciones en el derecho romano
Cuando hablamos de género, ello especifica la cantidad, peso, y medida. No se especifica que cosa
dentro del género es lo que yo quiero. En el derecho clásico la elección del objeto entre varios del
género, y su calidad, si nada se determinaba, pertenecía al deudor, quién podía cumplir dando
cualquiera de las cosas comprendidas en el género. Si la elección que se ha convenido la hace el
acreedor, puede elegir, que se le de la calidad óptima del objeto debido.
Bajo el Emperador Justiniano el objeto elegido debe ser de calidad mediana. De modo que si nada se
ha acordado al respecto, el deudor no se libera dando cosas pésimas del género previsto, pero
tampoco el acreedor puede exigir la calidad óptima del objeto.
Son aquellas obligaciones en donde se debe una cosa determinada dentro de un género que está
también perfectamente determinado. En estos casos el objeto de la obligación está determinado de tal
forma que no puede ser reemplazado por otro de su misma especie y calidad.
La importancia aquí es que el objeto que ha sido especificado no puede ser reemplazado por otro.
Esta clasificación tiene importancia con relación a la pérdida o destrucción de la cosa debida por caso
fortuito pues mientras en las obligaciones de género el deudor no queda liberado de la obligación,
porque según el derecho romano el género no perece. En cambio, en las obligaciones de especie o
cuerpo cierto se extingue la obligación para el deudor, a menos que se encuentre en mora o que el
caso fortuito sea imputable al deudor. "Genus nom perit"
Esta clasificación de las obligaciones también son incorporadas al Derecho Civil boliviano, las que
abordaremos más adelante. Los romanos llamaban obligaciones alternativas o plurales, aquellas en
las que se debían dos o más objetos de tal manera que el deudor extinguía la obligación pagando con
uno de ellos. La elección del objeto debido era normalmente del deudor, sin embargo, podían las
partes, convenir que elija el acreedor.
Aquí hay una obligación con varios objetos o pluralidad de objetos, y por lo tanto, mientras existía
uno de ellos, aunque los demás se hayan hecho imposibles, la obligación subsistía.
En estas obligaciones la elección de entregar la cosa determinada para cumplir la prestación era del
deudor. El escogía con cuales de los tres objetos que debe pagaba.
Cómo se extingue una obligación alternativas o con pluralidad de objetos cuando el deudor
tiene la elección del objeto del pago.
En las obligaciones alternativa con objeto múltiple, cuando el deudor tiene la elección del objeto de
pago, en la que tiene que entregar como pago, sea un vehículo lujoso, o una casa, o una quinta
campestre, El deudor puede disponer de cualquiera de los objetos y enajenarlos sin el consentimiento
del acreedor siempre y cuando no haya señalado antes cual exactamente de los tres objetos debidos
va a pagar. Por lo menos debe quedar un objeto para extinguir la obligación.
En las obligaciones alternativas con objeto múltiples es el acreedor quien escoge el objeto de pago, el
deudor no puede enajenar ninguno de los objetos hasta que el acreedor le notifique con cual quiere
que se le pague.
2. Obligaciones facultativas
Se llamaban obligaciones facultativas a las que tienen por objeto una cosa determinada, pero se le
concede al deudor la facultad de pagar con esta cosa debida o con otra cosa no debida pero que se
designa en el título constitutivo de la obligación. En estas obligaciones el objeto que se debe es uno
sólo, si bien en el momento de pagar el deudor, puede liberarse de la obligación cumpliendo con la
otra prestación distinta a la debida.
Esta facultad que tiene el deudor sólo podrá ejecutarse en el momento en que se realice el pago o
cumplimiento de la prestación y siempre y cuando el objeto debido exista al momento de realizarse el
pago.
Diferencias: Al momento de negociar el contrato. Si yo no te puedo pagar con el vehículo lujoso,
dame la facultad de pagarte con la casa ubicada en los pozos. Ello se debe especificar en el título
constitutivo, el objeto que se debe es el vehículo de tal marca, modelo y matrícula, no la casa. Sin
embargo se deja facultado al deudor para que si lo desea pueda pagar con la casa de tal lugar en vez
de pagar con el vehículo.
Me obligo a pagar este maletín, pero dame la opción de pagarte con 200 dólares. Llegado el día de
pagar se pierde el maletín por caso fortuito no imputable al deudor. Se mantiene la obligación o se
extingue?
En las obligaciones facultativas el objeto debido es uno solo, en ese sentido la pérdida del objeto
debido por caso fortuito extingue la obligación para el deudor, porque el objeto facultativo no
pertenece a la obligación, es decir, no es un objeto que se deba, así, si el único debido objeto perece,
la obligación se extingue y no hay lugar a la sustitución del objeto aunque el objeto facultativo sea
posible de entregar.
Una obligación es divisible cuando puede ser cumplida por partes iguales, mediante la división o
fraccionamiento del objeto o prestación total en varias porciones o fracciones menores, pero de igual
contenido y valor proporcional.
Hoy día, la categoría de fraccionamiento o no de una prestación se ha dejado al criterio de las partes.
(En Roma esto no se veía).
Serán obligaciones indivisibles cuando tal cumplimiento de la obligación por partes iguales no sea
posible.
La clasificación de las obligaciones en divisibles e indivisibles tuvo especial trascendencia en caso
que hubiere varios acreedores o deudores de una misma obligación lo que ordinariamente ocurría en
caso de herencia y en relación a la posibilidad de fraccionar los créditos y las deudas entre varios
coherederos.
Así, que en caso de tres herederos debían pagar una deuda hereditaria consistente en una suma de
dinero, como por ejemplo 600 ases la obligación era divisible y cada uno de ellos se liberaba
cumplido la prestación, es decir, pagando 200 ases cada uno. Y en caso de que los acreedores
también fuesen varios, ninguno de ellos podía exigir al heredero más allá de su cuota en la deuda.
En la muerte de una persona, siendo causante, trasmite la masa hereditaria a sus herederos, que son
3, cada uno de ellos asume la totalidad de las deudas pero a la hora de cumplir con la obligación se
fraccionan las deudas.
Pero si la obligación era indivisible como cuando los tres herederos debían pagar un legado
consistente en constituir una servidumbre de paso en beneficio del predio o finca del predio vecino
cualquiera de ellos podía ser requerido para el cumplimiento del total de la prestación debida.
Servidumbre: gravamen que se impone en un predio en beneficio de un predio vecino. (NO se puede
dividir)
La servidumbre se constituye por entero. Si una persona compra un terreno gravado por una
servidumbre, debe soportarlo ya que no puede eludir la responsabilidad, de esa servidumbre hasta
que termine el plazo de ese gravamen.
Si una persona quiere comprar una propiedad, el abogado debe verificar sino pesa un gravamen
sobre el predio. Se tendría que verificar si pesan impuestos de servidumbres no pagados, tanto en
el Registro Público, o ante Impuestos Internos, Impuestos anuales a la propiedad inmueble en la
Alcaldía Municipal.
Como principio de carácter general, se puede afirmar que las obligaciones de dar (dare) son
divisibles, salvo el caso de las servidumbres y las llamadas obligaciones alternativas. Si la
obligación consiste en transferir el dominio de una cosa, siempre existe la posibilidad de ceder a
favor del acreedor una cuota, aunque la cosa corporal sea indivisible, como es el caso de una
escultura en mármol. (Fraccionamiento intelectual o teórico)
La regla general es que toda obligación de dar se puede fraccionar. Excepciones, el derecho real de
servidumbre.
Las obligaciones de hacer podían ser divisibles o indivisibles procediendo con la siguiente regla: si se
trataba de una actividad uniforme, la obligación era divisible como por ejemplo, una labor ejecutada
por días.
Sin embargo, aquellas obligaciones de hacer cuando el deudor debe ejecutar un hecho que se mira
como un resultado único la obligación eran consideradas indivisibles como, por ejemplo la
construcción de una obra.
Obligaciones civiles.
Obligaciones naturales.
En el derecho de obligaciones, las obligaciones naturales son una categoría intermediaria entre las
obligaciones civiles (o jurídicas) y las obligaciones morales.
Las obligaciones naturales carecen de fuerza coercitiva exterior para imponer su cumplimiento. La
obligación natural es lícita, pero no goza de coactividad, es decir, no son judicialmente exigibles.
Como efecto jurídico, existe solamente el pago: si el pago se cumple voluntariamente, éste no es
luego repetible.
La mayoría de las obligaciones son personales, pesan sobre las personas que las contrajeron y
persiguen su patrimonio, sin embargo también existen las obligaciones llamadas ambulatorias o
Propter Rem. El derecho real es el poder jurídico que ejerce una persona natural o jurídica sobre una
cosa de manera directa e inmediata para un aprovechamiento total o parcial, siendo este derecho
oponible a terceros. La figura proviene del Derecho Romano ius in re o derecho sobre la cosa. Es un
término que se utiliza en contraposición a los derechos personales o de crédito.
- De acuerdo con la índole del contenido, las obligaciones pueden ser de medios o de resultados.
Por el sujeto, las obligaciones pueden ser clasificadas de sujeto simple o de sujeto
compuesto o plural, las que a su vez se subdividen en:
- Las de pluralidad conjunta, en ellas hay una concurrencia de deudores y/o acreedores.
Estas a su vez, teniendo en cuenta la índole de la prestación pueden ser: divisibles o indivisibles
- Simplemente mancomunadas
- O solidarias.
-Accesorias
-Nominadas
-Innominadas.
a) Por el Sujeto.
Singular y,
b) Por el Objeto.
- Simples
- Divisible e
- Indivisible.
- Unilaterales
- Bilaterales.
g) Por su Autonomía.
i) Por su Fuente.
- Convencionales.
- Expresas.
- Verbales.
- Tácitas.
- Legales.
- Típicas.
- Atípicas.
1. Obligaciones pecuniarias.
2. Obligaciones no pecuniarias.
Son todas aquellas de sumas líquidas o posibles de valoración económicas que tienen que ver
únicamente con obligaciones cuyas prestaciones son de; dar, no dar y hacer. Las de no hacer no
pueden ser consideradas obligaciones pecuniarias debido a que éstas no tienen sumas líquidas o
posibles de valoración económicas, considerando que una prohibición de “no hacer” carece de valor
económica, por ejemplo dentro de una acción judicial por interdicto de obra temida, el Juez declare
probada la prohibición de continuar una obra temida, prohibiendo la prosecución de los trabajos.
El deudor de una obligación alterativa se libera cumpliendo una de las dos o si son más una de las
que se tiene comprometidas como prestaciones comprendidas en la obligación, no puede obligarse ni
en la vía judicial al acreedor a recibir parte de la una y parte de otra, sino que cada una debe ser
cualquiera de las que se cumpla en forma íntegra.
Una vez cumplida la prestación o también por haberse declarado o publicado por escrito o notificada
la elección a la otra parte o a ambas partes, sea realizada por el deudor o por el acreedor o por el
tercero designado según la fuente origen, la elección se hace irrevocable.
La elección se hace y debe hacer en el plazo o término establecido o el que, a falta de éste, el plazo
que establezca la autoridad judicial cuando no se encuentre en la fuente origen y si no se realiza en el
plazo establecido por el designado en la fuente origen de la obligación, el derecho del plazo pasa a la
otra parte o al juez, si la elección debía hacerla un tercero. Una vez cumplida la elección de la
prestación en el plazo pactado o definido por la autoridad judicial según corresponde, la prestación
elegida se considerará como la única debida desde el principio. Así lo ha definido el artículo 418 del
c.c.
La obligación se considera pura y simple, lo que significa que no está sujeta a condiciones ni a la
alternatividad, cuando al momento de constituir la fuente origen una de las prestaciones alternativas
era posible y las otras imposible, explicado en otras palabras que la única posible es la que desde el
principio nació como obligación pura y simple, sin condiciones de plazos, ni elección de
alternatividad siempre que las prestaciones alternativas que nacieron imposibles o posteriormente se
han convertido en imposible, sean por causa no imputable a ninguna de las partes.
Primera Regla.
Segunda Regla.
Si la imposibilidad es atribuible al deudor como culpable, el acreedor puede elegir la otra prestación
que ha quedado subsistente o pedir el resarcimiento del daño por cualquiera de las prestaciones o por
la convertida en imposible sobreviniente que le hubiese sido más favorable.
Primera Regla.
Si el deudor tiene el derecho de la elección y debe responder de una de ellas, pagando el valor
económico equivalente a la última que se hizo imposible.
Segunda Regla.
Si el acreedor tiene la elección puede pedir el valor económico de una sola pero de cualquiera de las
prestaciones.
De las obligaciones pecuniarias con prestación sustitutivas; del art. 423 al 426 del c.c.
Las obligaciones pecuniarias con prestaciones sustitutivas son aquella en las que se han pactado
reemplazar o sustituir una prestación principal de dar, hacer y no dar como objeto de la prestación
pecuniaria o susceptible de valuación económica por otra prestación también de dar, hacer o no dar,
por ejemplo; si la obligación de prestación es de construir un edificio podrá sustituirla pagando en
dinero o con una casa, etc. En cambio las prestaciones sustitutivas pueden ser de la misma especie y
género o de diferentes especies o género, por ejemplo si la obligación de prestación es la de dar en
pago por un crédito una determinada suma de dinero en moneda nacional, podrá liberarse pagando su
equivalente en moneda extranjera, si la obligación era de hacer una pintura de un paisaje, podrá
liberarse haciendo una pintura de la Gioconda.
El deudor de una obligación pecuniaria con prestación sustitutiva se libera ejecutando la única
prestación debida, pero tiene la potestad de sustituirla por otra fijada en la fuente origen de la
obligación.
La obligación se considera pura y simple, lo que significa que no está sujeta a condiciones ni a la
alternatividad, cuando al momento de constituir la fuente origen una de las prestaciones sustitutivas
era posible y las otras imposible, explicado en otras palabras que la única posible es la que desde el
principio nació como obligación pura y simple, sin condiciones de plazos, ni elección de sustituirla
siempre y cuando las prestaciones que nacieron imposibles o posteriormente se han convertido en
imposible, sean por causa no imputable a ninguna de las partes.
Primera Regla.
Segunda Regla.
Primera Regla.
Si el deudor tiene el derecho de la elección y debe responder de una de ellas, pagando el valor
económico equivalente a la última que se hizo imposible.
Segunda Regla.
Si el acreedor tiene la elección puede pedir el valor económico de una sola pero de cualquiera de las
prestaciones.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas o con sujeto múltiple; del art. 427 al 428 del
c.c. la
Son obligaciones pecuniarias mancomunadas aquellas que tienen más de un acreedor o más de un
deudor y una sola prestación de dar, de hacer o no dar.
Los acreedores o el acreedor podrán exigir y los deudores ejecutarán y cumplirán sólo una parte o la
totalidad de la prestación comprendida en la obligación mancomunada, según las reglas que a
continuación se explican.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas, solidarias divisibles del art. 429 al 430 del c.c.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas con prestación divisible, cada uno de los acreedores
no puede pedir el cumplimiento de todo el crédito o prestación, sinó únicamente de la cuota parte y
porción que le corresponde, y cada uno de los deudores no están obligados a pagar toda o el total de
la obligación sinó únicamente por la cuota parte y porción que le corresponde a cada uno de los
acreedores.
En el supuesto que un deudor fallece y tiene una obligación pecuniaria sea de dar, hacer o no dar y
los demás coherederos han designado como encargado a uno de los herederos que se encuentra en
posesión o administración de la masa hereditaria en la que se encuentra la cosa o prestación debida
hasta antes de la división de la herencia, no puede pedir el beneficio de división de la deuda
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas indivisibles, del art. 431 al 432 del c.c.
Las obligaciones pecuniarias mancomunadas indivisibles son aquellas prestaciones de dar, no dar o
de hacer, cuando no puede cumplirse por partes o fracciones sea por la misma naturaleza de la
prestación o por voluntad pactadas entre las partes.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas con prestación indivisible, cada uno de los
acreedores puede pedir el cumplimiento de todo el crédito o prestación y responde a los demás
acreedores solidarios indivisibles por la cuota parte que les corresponde, y cada uno de los deudores
mancomunados indivisibles están obligados a pagar toda o el total de la obligación y tiene el derecho
de repetir o reclamar el pago a su favor de la cuota parte de los demás deudores mancomunados
solidarios indivisibles, dicho en otras palabras, el deudor que pagó toda la obligación solidaria
indivisible se convierte en acreedor de los demás deudores solidarios indivisibles por sus cuotas
partes que les corresponde a cada deudor solidario indivisible.
La indivisibilidad subsiste para los herederos del deudor o del acreedor; pero el heredero del acreedor
mancomunado solidario indivisible que reclama la totalidad del crédito debe dar caución de garantía
o fianza a los demás coherederos del acreedor.
Segunda Regla.
La remisión (condonación) de la deuda o el recibo de otra prestación en lugar de la debida que hace
uno de los coacreedores, no libera al deudor frente a los demás coacreedores; estos últimos podrán
pedir la prestación indivisible reembolsando el valor de la parte y porción del coacreedor que remitió
(condonó) o recibió la prestación diversa a la prestación debida. Esta misma regla es también
aplicada a las formas de extinción de las obligaciones como; la transacción, a la novación, a la
compensación y a la confusión.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas solidarias e indivisibles, del art. 433 al 448 del
c.c.
La mancomunidad solidaria puede también ser con prestación diversa, es decir unos pueden ser
deudores de una prestación de dar, otros de no dar y otros de hacer, sin embargo la fuente origen
establece que todos los deudores son mancomunados y solidarios, lo que significa que la solidaridad
es obligatoria y cualquiera de los codeudores solidarios, por lo general se dirige contra el más
solvente, puede ser obligado a cumplir con todas las prestaciones diversas y en la mismas
condiciones, cualquiera de los coacreedores solidarios tiene el derecho de exigir frente al deudor si es
único o contra todos o contra cualquiera de los codeudores el cumplimiento de todas las prestaciones
diversas.
La mancomunidad solidaria puede tener su fuente origen por contrato entre partes, en una sentencia
judicial como consecuencia de hechos ilícitos sean en materia penal, civil, comercial, laboral, etc.,
también en los casos de sucesión hereditaria, cuando el causante (fallecido) deja un patrimonio
sucesorio, todos los herederos universales también heredan la o las acreencias que tenía el causante a
su favor o la o las obligaciones que tenía en su contra el causante de la sucesión hereditaria, las
cueles pueden ser de diversas prestaciones, las que entre coherederos de la acreencia u obligación se
convierten en coacreedores o codeudores mancomunados y solidarios.
Excepción a la solidaridad entre herederos.
Elección de sujetos acreedor o deudor para el pago de la obligación, art. 437 del c.c.
El acreedor si es único o cualquiera de los deudores si son mancomunados solidarios, puede o pueden
dirigirse contra cualquiera de los deudores o contra todos los codeudores mancomunados solidarios
en forma simultánea, sin que el haberse dirigido primero contra uno de los deudores solidarios sea un
obstáculo o excepción al derecho de accionar contra otro o todos los codeudores solidarios, hasta
obtener el cumplimiento entero de la acreencia o deuda. El deudor o codeudores solidarios elegidos
no tienen el derecho de oponer el beneficio de división frente al acreedor o coacreedores.
El deudor único o codeudor solidario puede elegir a cualquiera, sea a uno u otro de los coacreedores
para efectuar el cumplimiento de la prestación u obligación, sin embargo ya no podrá hacerlo cuando
haya sido previamente notificado o citado con una demanda promovida por otro u otros de los
coacreedores, que una vez realizado el pago es liberado frente a los demás coacreedores si es deudor
único y también libera a los demás codeudores si es solidario.
Excepciones oponibles por los codeudores solidarios contra el o los deudores solidarios o único
puro y simple, art. 438 del c.c.
El codeudor solidario no puede oponer contra el acreedor si es único o puro y simple o coacreedores
solidarios las excepciones que son personales como la imposibilidad sobrevenida de uno o varios
codeudores.
El codeudor solidario está obligado frente a los demás codeudores por lo que responde frente a ellos
por no oponer las excepciones como de imposibilidad sobrevenida cuando es de todos los codeudores
u otras resultantes de la naturaleza misma de la obligación como de imposibilidad de división del
bien objeto de la prestación.
Las relaciones internas entre codeudores y coacreedores solidarios, Art. 439 del c.c.
La obligación y la acreencia mancomunada solidaria se divide entre codeudores y coacreedores por
la cuota parte que les corresponde internamente acordada entre ellos en las relaciones internas de los
sujetos entre los diversos deudores o entre los diversos acreedores, a no ser que haya sido contraída
en beneficio exclusivo de uno de los codeudores o coacreedores, pero deberá demostrarse éste
interés.
El deudor que ha satisfecho la obligación mancomunada solidaria puede repetir por el pago de las
cuotas partes de cada uno de los otros codeudores que no han cumplido con su obligación interna, la
repetición únicamente puede ser accionada por la cuota parte que corresponde a cada uno de ellos.
Si alguno de los codeudores resulta insolvente, o en su caso surge la imposibilidad sobreviniente que
no le sea imputable como culpable, la cuota parte de éste o de los demás insolventes o con
imposibilidad sobreviniente se divide por contribución entre los otros codeudores también en
proporción en la cuota parte que le corresponde a cada uno de ellos, incluyendo al que ha efectuado
el cumplimiento de la obligación. Ésta misma regla se aplica cuando el codeudor al que se le
benefició exclusivamente con el crédito u obligación mancomunada y solidaria asumida se vuelve
insolvente o le es sobrevenida la insolvencia por culpa no imputable como culpable a ninguna de las
partes, se distribuye entre todos los demás codeudores mancomunados y solidarios solventes.
Primera Regla.
Segunda Regla.
La remisión o condonación es también otra de las formas de extinción de las obligaciones. Remisión
en el derecho de las obligaciones se utiliza como sinónimo de remitir la acreencia a una situación de
eliminación de la obligación mediante la condonación o perdón de la misma, por ello el instituto de
la novación en el derecho de las obligaciones recibe también el nombre de perdón de obligación o
deuda.
Ahora bien, la Novación pura y simple en forma general por toda la obligación a favor de uno de los
deudores mancomunados solidarios sin identificar ni individualizar la cuota parte a favor de quien se
hace la remisión o condonación, libera también a los demás codeudores mancomunados solidarios,
pero si ha individualizado la cuota parte a favor del codeudor se hace la remisión o condonación,
reservando sus derechos respecto a los demás codeudores, solo podrá y debe exigir el cumplimiento a
los demás codeudores mancomunados solidarios de la obligación restante de la condonada, es decir
restando la cuota parte que ha condonado. Así mismo, la remisión o condonación hecha por el
coacreedor solidario sólo libera de la obligación al codeudor a favor de quien se hizo la condonación
frente a los otros acreedores en la cuota parte que le corresponde al coacreedor que hizo la
condonación, no así por un valor superior de la cuota parte de la coacreencia, anulándose por el valor
que supera la cuota parte que le corresponde al coacreedor que realizó la condonación a no ser que se
acuerde o pacte que el coacreedor condonante responderá a los demás coacreedores por el valor que
sobrepasa su cuota parte condonada.
Tercera regla.
La compensación es también otra de las formas de la extinción de la obligación, significando que una
obligación de prestación sea por acuerdo entre partes o en la vía judicial, se la compensa con otra
prestación distinta siempre y cuando, si fuera en la vía judicial la nueva prestación objeto de la
compensación sea de un valor igual a la prestación comprometida o debida primitivamente y si es en
la vía contractual se exige que éste acuerdo cumpla los requisitos de formación de los contratos
exigidos por el artículo 452 del c.c., que son; el consentimiento de las partes, el objeto, la causa y la
forma legalmente exigible, si no los tiene se presta a la nulidad o anulabilidad del acuerdo o contrato.
La compensación sólo puede reclamarse hasta el valor total de la cuota parte por el deudor a quien ha
favorecido y por los demás codeudores hasta la concurrencia de la parte que corresponde al codeudor
favorecido con la compensación en la obligación, no podrá liberar o favorecer a los codeudores no
favorecidos con la compensación.
La misma regla se aplica en las relaciones de los coacreedores solidarios, solo puede aplicar el
coacreedor mancomunado solidario la compensación de su cuota parte de la acreencia, no así por los
demás coacreedores, subsistiendo la acreencia entre los demás coacreedores que no han aplicado la
compensación con el deudor o codeudores.
Cuarta Regla.
En el caso de confusión del acreedor con su misma acreencia, siguiendo el anterior ejemplo; PEDRO
ésta vez también en su condición de socio otorga un préstamo o crédito a TRASPASA S.R.L., pero
posteriormente bajo los mismos supuestos de la concentración del capital social en TRASPASA
Unipersonal, en PEDRO se convierte en acreedor de su propio patrimonio, por tanto existe una
Confusión de obligaciones, extinguiéndose la obligación.
La transacción.
La transacción es otra de las formas de extinción de las obligaciones y conclusión del proceso
judicial, transacción que puede ser judicial a solicitud o convocada por el mismo juez a audiencia una
conciliatoria o extrajudicialmente mediante un contrato debidamente reconocido de firmas ante
Notario de Fe Pública, la cual en la práctica se denomina acuerdo de conciliación entre el acreedor y
el deudor.
La transacción entre uno o varios de los codeudores o uno o varios de los coacreedores no produce
efectos con relación a los otros codeudores o coacreedores respectivamente que no hayan prestado su
consentimiento, sin embargo cuando participan en la transacción sean todos los coacreedores o todos
los codeudores surte los efectos legales que en la transacción se pretende.
Cuando el proceso de cobro se encuentra en la vía judicial y entre codeudores o coacreedores sea uno
o varios o todos, para la sentencia la autoridad judicial debe aplicar los requisitos de validez de los
contratos exigido por el artículo 452 del c.c., que son; el consentimiento no viciado de las partes; el
objeto cierto y valuable; la causa y la forma legalmente exigible; si le faltare uno de estos requisitos
se presta a la nulidad o anulabilidad del acuerdo o contrato
Juramento de reconocimiento de deuda por deudores únicos o uno o varios de los codeudores
solidarios a favor del acreedor, uno o varios coacreedores solidarios y de reconocimiento de no
acreencia por de uno o varios coacreedores solidarios a favor del deudor o varios codeudores
solidarios, art. 443 del c.c.
El juramento de reconocimiento de deuda prestado por uno de los codeudores solidarios a favor del
acreedor o por uno de los coacreedores solidarios a favor del deudor o codeudor solidario, o bien por
el acreedor a favor de uno de los codeudores solidarios o por el deudor a uno de los coacreedores
solidarios, respecto al reconocimiento de deuda, se aplica el principio de “ante confesión de partes
relevo de pruebas” regulado por los artículos 1321, 1322 y 1323, en la sentencia se aplican las
siguientes reglas:
Primera Regla.
El juramento negando la existencia de obligación de una prestación por el acreedor o el deudor o bien
prestado por el codeudor o el coacreedor, favorece a los otros codeudores o coacreedores
Segunda Regla.
El reconocimiento de la deuda hecho por uno de los deudores solidarios no afecta a los otros
codeudores solidarios por ser ésta totalmente personalísima, aplicándose el principio de “confesión
de parte relevo de pruebas” únicamente tiene afectación contra de quien la prestó o la hizo, no así en
contra de los demás codeudores solidarios; pero si se presta su declaración el deudor común a favor
de uno de los coacreedores solidarios favorece a los demás, relacionado con los Arts. 443, 956 del
c.c.
La constitución en mora de uno de los codeudores solidarios surte efectos contra los demás
codeudores pudiendo éstos recurrir a los medios a su alcance para hacer efectiva la obligación entre
ellas la judicial, más daños, perjuicios, frutos cesantes y costas procesales, puesto que la obligación
de prestación se fusiona en una sola prestación indivisible, a no ser que los demás codeudores
solidarios respondan por el codeudor moroso, quienes tienen el derecho de repetición contra el
moroso. La mora del deudor único o común (que es lo mismo), por acto doloso o mal intencionado
de uno de los coacreedores solidarios surte efectos de desfavorecimiento contra los otros acreedores,
vinculado al Arts. 340 del c.c.
Primera Regla.
Los actos que interrumpen la prescripción contra uno de los codeudores solidarios, o bien por uno de
los coacreedores solidarios contra el deudor único o común, la interrumpen también respecto a los
otros deudores o a los otros acreedores, respectivamente.
Segunda Regla.
La suspensión de la prescripción respecto a uno de los deudores o uno de los coacreedores solidarios
no surte efectos con relación a los otros. Pero el deudor que pagó por habérsele precisado a ello
puede repetir contra los codeudores liberados por la prescripción.
Tercera Regla.
La renuncia a la prescripción hecha por uno de los codeudores solidarios no surte efectos contra los
otros; pero la que hace frente a uno de los acreedores solidarios favorece a los demás. El codeudor
renunciante no puede repetir contra los otros que se han liberado por la prescripción. Éste instituto se
complementa con los Arts. 440, 1492, 1496. 1503 del c.c.
Si la prestación se ha hecho imposible por causa imputable a uno o varios de los codeudores
solidarios, todos deben resarcir solidariamente los daños al acreedor en la cuota parte de los
beneficios o deuda de cada uno, sin perjuicio de repetir la acción de cobro contra el o los codeudores
culpables, por lo que el acreedor o coacreedores pueden accionar por el cobro contra todos los
codeudores o el más solvente, ahora bien en las relaciones internas de lo codeudores solidarios se dan
las acciones de repetición contra el o los codeudores culpables, se complementa con el Arts. 339 del
c.c.
Otra de las formas de renuncia del coacreedor solidario a la solidaridad, es cuando acciona contra
uno de los codeudores únicamente por su cuota parte y no la hace por toda, a estas formas de
renuncia son en forma tácita o expresa, tácita cuando la hace por la entrega del recibo o la acción
judicial por la cuota parte de uno de los codeudores y el demandado se allana a la demanda o se dicta
contra él sentencia condenatoria, se complementa esta disposición con los Arts. 432, 441, 932, 1318
del c.c.
Segunda Regla.
El acreedor que recibe, separadamente y sin reserva, la parte de frutos o intereses de uno de los
deudores solidarios, pierde contra éste la solidaridad respecto a los deudores pero la conserva sobre
los futuros frutos si los hubiera.
Obligaciones no pecuniarias.
Son aquellas Obligaciones de no hacer que afecten al patrimonio o también de carácter personal, ya
sea por acuerdo de voluntades mediante un contrato dentro de una conciliación contractual, también
aquellas dispuestas judicialmente adoptadas como medidas cautelares o precautorias contra los
patrimonios para su inamovilidad en el mercado o en las mejoras a introducirse en el mismo bien,
como las prohibiciones de innovar, de trasferir el dominio o derecho real patrimonial, prohibir
hipotecar, ceder en usufructo, arrendar u otra forma de disposición.
Las de carácter personal son aquellas que afecten a derechos fundamentales, como la dignidad,
nombre, personalidad, integridad física, mental. Son disposiciones y órdenes judiciales que prohíben
a un sujeto atentar contra la dignidad, la moral, el prestigio, la imagen, las buenas costumbres, que
significan en realidad un daño temido en la persona. Se pueden fijar prestaciones de carácter moral
(no difamar, no usar la imagen, etc.) si se fijan sanciones para el que estando obligado a cumplir la
prestación hacer caso omiso o infringe la prohibición siempre que el daño moral se encuentra
protegido por el Derecho Civil como es el caso de los artículos que van del 12 al 23, lo ya
establecido, como el no hacer un daño temido ya citado precedentemente aplicándose el artículo
1464 del c.c., cuando se atenta contra los derechos morales como el nombre, seudónimo, la imagen,
el honor, la dignidad, la intimidad, la igualdad, todos ellos son derechos morales protegidos por el
derecho privado como lo es el derecho civil, además de los derechos morales protegidos por el
derecho penal en sus artículos 282 al 290 y en los contratos que conocemos como cláusula penal que
busca el cumplimiento del honor de la palabra o la voluntad empeñada o comprometida verbalmente
o por escrito entre los sujetos contraparte.
Lo dijimos ya, que las obligaciones de no hacer están reguladas por el artículo 1464 del c.c., que es el
riesgo del daño temido, en la que la autoridad judicial ordenará no hacer una obra o acto que ponga
en riesgo el patrimonio y la moral del sujeto que teme el daño. La prohibición de un daño material
temido está demasiado claro en el tipo civil del artículo 1464, sin embargo la prohibición de un acto
contra la moral y dignidad del sujeto del riesgo temido es claro también cuando el tipo civil del
mismo artículo 1464 del c.c., establece tal imperativo con la expresión “…u otra cosa que origine
peligro puede denunciar el hecho al juez y pedir se (…) provean otras medidas a fin de evitar el
peligro…”, prohibiciones que al ser ordenadada el acto de no hacer y el sujeto obligado incumple
ésta obligación de no hacer, causa un daño surge una obligación de reparar o resarcir el daño
causado.
El Código Civil boliviano le ha dado una clasificación más apegado el Código Italiano, claro, esto en
respuesta a la sistemática argentina de la que el nuestro ha tomado su fuente. En cambio, la de los
romanos ha perdurado casi intacta hasta nuestros tiempos.
Cuando el objeto de una obligación no se especifica en sus cualidades singulares o individuales para
distinguirlas de otras de su misma categoría, la obligación es de género (genus). No obstante, aún así,
debía determinarse a lo menos su cantidad o su número o bien su peso y su pertenencia en la vida
práctica aún a cierta categoría o género. Así a manera de ejemplo tenemos dos arrobas de vino, tres
esclavos.
Cuando hablamos de género, ello especifica la cantidad, peso, y medida. No se especifica que cosa
dentro del género es lo que yo quiero. En el derecho clásico la elección del objeto entre varios del
género, y su calidad, si nada se determinaba, pertenecía al deudor, quién podía cumplir dando
cualquiera de las cosas comprendidas en el género. Si la elección que se ha convenido la hace el
acreedor, puede elegir, que se le de la calidad óptima del objeto debido.
Bajo el Emperador Justiniano el objeto elegido debe ser de calidad mediana. De modo que si nada se
ha acordado al respecto, el deudor no se libera dando cosas pésimas del género previsto, pero
tampoco el acreedor puede exigir la calidad óptima del objeto.
Son aquellas obligaciones en donde se debe una cosa determinada dentro de un género que está
también perfectamente determinado. En estos casos el objeto de la obligación está determinado de tal
forma que no puede ser reemplazado por otro de su misma especie y calidad.
La importancia aquí es que el objeto que ha sido especificado no puede ser reemplazado por otro.
Esta clasificación tiene importancia con relación a la pérdida o destrucción de la cosa debida por caso
fortuito pues mientras en las obligaciones de género el deudor no queda liberado de la obligación,
porque según el derecho romano el género no perece. En cambio, en las obligaciones de especie o
cuerpo cierto se extingue la obligación para el deudor, a menos que se encuentre en mora o que el
caso fortuito sea imputable al deudor. "Genus nom perit"
Esta clasificación de las obligaciones también son incorporadas al Derecho Civil boliviano, sin
embargo las que abordaremos más adelante. Los romanos llamaban obligaciones alternativas o
plurales, aquellas en las que se debían dos o más objetos de tal manera que el deudor extinguía la
obligación pagando con uno de ellos. La elección del objeto debido era normalmente del deudor, sin
embargo, podían las partes, convenir que elija el acreedor.
Aquí hay una obligación con varios objetos o pluralidad de objetos, y por lo tanto, mientras existía
uno de ellos, aunque los demás se hayan hecho imposibles, la obligación subsistía.
En estas obligaciones la elección de entregar la cosa determinada para cumplir la prestación era del
deudor. El escogía con cuales de los tres objetos que debe pagaba.
Cuando el deudor es quien escoge, veamos el siguiente ejemplo: En la que el deudor debe un
vehículo lujoso, una casa y una quinta campestre. El deudor puede disponer de cualquiera de los
objetos y enajenarlos sin el consentimiento del acreedor siempre y cuando no haya señalado antes
cual exactamente de los tres objetos debidos va a pagar. Por lo menos debe quedar un objeto para
extinguir la obligación.
El deudor no puede enajenar ninguno de los objetos hasta que el acreedor le notifique con cual quiere
que se le pague.
Se llamaban obligaciones facultativas a las que tienen por objeto una cosa determinada, pero se le
concede al deudor la facultad de pagar con esta cosa debida o con otra cosa que se designa en el
título constitutivo de la obligación. En estas obligaciones el objeto que se debe es uno sólo, si bien en
el momento de pagar el deudor, puede este librarse de la obligación cumpliendo con otra prestación
distinta.
Esta facultad que tiene el deudor sólo podrá ejecutarse en el momento en que se realice el pago o
cumplimiento de la prestación y siempre y cuando el objeto debido exista al momento de realizarse el
pago.
Me obligo a pagar este maletín, pero dame la opción de pagarte con 200 dólares. Llegado el día de
pagar se pierde el maletín por caso fortuito no imputable al deudor. Se mantiene la obligación o se
extingue?
En las obligaciones facultativas el objeto debido es uno solo, en ese sentido la pérdida del objeto
debido por caso fortuito extingue la obligación para el deudor, porque el objeto facultativo no
pertenece a la obligación, es decir, no es un objeto que se deba, así, si el único debido objeto perece,
la obligación se extingue y no hay lugar a la sustitución del objeto aunque el objeto facultativo sea
posible de entregar.
Una obligación es divisible cuando puede ser cumplida por partes iguales, mediante la división o
fraccionamiento del objeto o prestación total en varias porciones o fracciones menores, pero de igual
contenido y valor proporcional.
Hoy día, la categoría de fraccionamiento o no de una prestación se ha dejado al criterio de las partes.
(En Roma esto no se veía).
Serán obligaciones indivisibles cuando tal cumplimiento de la obligación por partes iguales no sea
posible.
Así, que en caso de tres herederos debían pagar una deuda hereditaria consistente en una suma
de dinero, como por ejemplo 600 ases la obligación era divisible y cada uno de ellos se liberaba
cumplido la prestación, es decir, pagando 200 ases cada uno. Y en caso de que los acreedores
también fuesen varios, ninguno de ellos podía exigir al heredero más allá de su cuota en la deuda.
En la muerte de una persona, siendo causante, trasmite la masa hereditaria a sus herederos, que son
3, cada uno de ellos asume la totalidad de las deudas pero a la hora de cumplir con la obligación se
fraccionan las deudas.
Pero si la obligación era indivisible como cuando los tres herederos debían pagar un legado
consistente en constituir una servidumbre de paso en beneficio del predio o finca del predio vecino
cualquiera de ellos podía ser requerido para el cumplimiento del total de la prestación debida.
Servidumbre: gravamen que se impone en un predio en beneficio de un predio vecino. (NO se puede
dividir)
La servidumbre se constituye por entero. Si una persona compra un terreno gravado por una
servidumbre, debe soportarlo ya que no puede eludir la responsabilidad, de esa servidumbre hasta
que termine el plazo de ese gravamen.
Si una persona quiere comprar una propiedad, el abogado debe verificar sino pesa un gravamen
sobre el predio. Se tendría que verificar si pesan impuestos de servidumbres no pagados, tanto en
el Registro Público, o ante Impuestos Internos, Impuestos anuales a la propiedad inmueble en la
Alcaldía Municipal.
Como principio de carácter general, se puede afirmar que las obligaciones de dar (dare) son
divisibles, salvo el caso de las servidumbres y las llamadas obligaciones alternativas. Si la
obligación consiste en transferir el dominio de una cosa, siempre existe la posibilidad de ceder a
favor del acreedor una cuota, aunque la cosa corporal sea indivisible, como es el caso de una
escultura en mármol. (Fraccionamiento intelectual o teórico)
La regla general es que toda obligación de dar se puede fraccionar. Excepciones, el derecho real de
servidumbre.
Las obligaciones de hacer podían ser divisibles o indivisibles procediendo con la siguiente regla: si se
trataba de una actividad uniforme, la obligación era divisible como por ejemplo, una labor ejecutada
por días.
Sin embargo, aquellas obligaciones de hacer cuando el deudor debe ejecutar un hecho que se mira
como un resultado único la obligación eran consideradas indivisibles como, por ejemplo
la construcción de una obra.
Las obligaciones naturales carecen de fuerza coercitiva exterior para imponer su cumplimiento. La
obligación natural es lícita, pero no goza de coactividad, es decir, no son judicialmente exigibles.
Como efecto jurídico, existe solamente el pago: si el pago se cumple voluntariamente, éste no es
luego repetible.
La mayoría de las obligaciones son personales, pesan sobre las personas que las contrajeron y
persiguen su patrimonio, sin embargo también existen las obligaciones llamadas ambulatorias o
Propter Rem. El derecho real es el poder jurídico que ejerce una persona natural o jurídica sobre una
cosa de manera directa e inmediata para un aprovechamiento total o parcial, siendo este derecho
oponible a terceros. La figura proviene del Derecho Romano ius in re o derecho sobre la cosa. Es un
término que se utiliza en contraposición a los derechos personales o de crédito.
-De acuerdo con la complejidad, se las clasifica en obligaciones simples o de prestación singular (una
prestación) y compuestas o de prestación plural, a su vez estas últimas son subdivididas en-
conjuntivas, el objeto de la obligación contiene dos o más prestaciones, todas las cuales deben ser
cumplidas por el deudor
-Disyuntivas, el objeto de la prestación abarca varias prestaciones y el deudor cumple entregando una
de ellas (comprende las obligaciones alternativas y facultativas)
- De dar dinero
- De acuerdo con la índole del contenido, las obligaciones pueden ser de medios o de resultados.
3.5. Por el sujeto, las obligaciones pueden ser clasificadas de sujeto simple o de sujeto
compuesto o plural, las que a su vez se subdividen en:
-Las de pluralidad conjunta, en ellas hay una concurrencia de deudores y/o acreedores.
Estas a su vez, teniendo en cuenta la índole de la prestación pueden ser: divisibles o indivisibles
- Simplemente mancomunadas
- O solidarias
3.6. Por la interdependencia las obligaciones pueden ser:
-Principales
-Accesorias
-Nominadas
-Innominadas.
a) Por el Sujeto.
Singular y,
b) Por el Objeto.
- Simples
- Divisible e
- Indivisible.
- Bilaterales.
g) Por su Autonomía.
i) Por su Fuente.
- Convencionales.
- Expresas.
- Verbales.
- Tácitas.
- Legales.
- Típicas.
- Atípicas.
Son todas aquellas de sumas líquidas o posibles de valoración económicas que tienen que ver
únicamente con obligaciones cuyas prestaciones son de; dar, no dar y hacer. Las de no hacer no
pueden ser consideradas obligaciones pecuniarias debido a que éstas no tienen sumas líquidas o
posibles de valoración económicas, considerando que una prohibición de “no hacer” carece de valor
económica, por ejemplo dentro de una acción judicial por interdicto de obra temida, el Juez declare
probada la prohibición de continuar una obra temida, prohibiendo la prosecución de los trabajos.
4.1.1.1. De las obligaciones pecuniarias alternativas; del art. 416 al 422 del c.c.
Son obligaciones alternativas aquellas en las que se pactan prestaciones con diferentes objetos de
cumplimiento, sea con una obligación de dar o de hacer, por ejemplo la de pagar una suma de dinero
o con la de dar un vehículo o de construir una casa. Pueden ser de dos o más prestaciones
sustitutivas.
Una vez cumplida la prestación o también por haberse declarado o publicado por escrito o notificada
la elección a la otra parte o a ambas partes, sea realizada por el deudor o por el acreedor o por el
tercero designado según la fuente origen, la elección se hace irrevocable.
La elección se hace y debe hacer en el plazo o término establecido o el que, a falta de éste, el plazo
que establezca la autoridad judicial cuando no se encuentre en la fuente origen y si no se realiza en el
plazo establecido por el designado en la fuente origen de la obligación, el derecho del plazo pasa a la
otra parte o al juez, si la elección debía hacerla un tercero. Una vez cumplida la elección de la
prestación en el plazo pactado o definido por la autoridad judicial según corresponde, la prestación
elegida se considerará como la única debida desde el principio. Así lo ha definido el artículo 418 del
c.c.
La obligación se considera pura y simple, lo que significa que no está sujeta a condiciones ni a la
alternatividad, cuando al momento de constituir la fuente origen una de las prestaciones alternativas
era posible y las otras imposible, explicado en otras palabras que la única posible es la que desde el
principio nació como obligación pura y simple, sin condiciones de plazos, ni elección de
alternatividad siempre que las prestaciones alternativas que nacieron imposibles o posteriormente se
han convertido en imposible, sean por causa no imputable a ninguna de las partes.
Imposibilidad de cumplir una de las prestaciones pecuniarias alternativas culposas o
imputables a una de las partes.
Primera Regla.
Segunda Regla.
Si la imposibilidad es atribuible al deudor como culpable, el acreedor puede elegir la otra prestación
que ha quedado subsistente o pedir el resarcimiento del daño por cualquiera de las prestaciones o por
la convertida en imposible sobreviniente que le hubiese sido más favorable.
Primera Regla.
Si el deudor tiene el derecho de la elección y debe responder de una de ellas, pagando el valor
económico equivalente a la última que se hizo imposible.
Segunda Regla.
Si el acreedor tiene la elección puede pedir el valor económico de una sola pero de cualquiera de las
prestaciones.
4.1.1.2. De las obligaciones pecuniarias con prestación sustitutivas; del art. 423 al 426 del c.c.
Las obligaciones pecuniarias con prestaciones sustitutivas son aquella en las que se han pactado
reemplazar o sustituir una prestación principal de dar, hacer y no dar como objeto de la prestación
pecuniaria o susceptible de valuación económica por otra prestación también de dar, hacer o no dar,
por ejemplo; si la obligación de prestación es de construir un edificio podrá sustituirla pagando en
dinero o con una casa, etc. En cambio las prestaciones sustitutivas pueden ser de la misma especie y
género o de diferentes especies o género, por ejemplo si la obligación de prestación es la de dar en
pago por un crédito una determinada suma de dinero en moneda nacional, podrá liberarse pagando su
equivalente en moneda extranjera, si la obligación era de hacer una pintura de un paisaje, podrá
liberarse haciendo una pintura de la Gioconda.
El deudor de una obligación pecuniaria con prestación sustitutiva se libera ejecutando la única
prestación debida, pero tiene la potestad de sustituirla por otra fijada en la fuente origen de la
obligación.
La obligación se considera pura y simple, lo que significa que no está sujeta a condiciones ni a la
alternatividad, cuando al momento de constituir la fuente origen una de las prestaciones sustitutivas
era posible y las otras imposible, explicado en otras palabras que la única posible es la que desde el
principio nació como obligación pura y simple, sin condiciones de plazos, ni elección de sustituirla
siempre y cuando las prestaciones que nacieron imposibles o posteriormente se han convertido en
imposible, sean por causa no imputable a ninguna de las partes.
Primera Regla.
Segunda Regla.
Si la imposibilidad es atribuible al deudor como culpable, el acreedor puede elegir la otra prestación
que ha quedado subsistente o pedir el resarcimiento del daño por cualquiera de las prestaciones o por
la convertida en imposible sobreviniente que le hubiese sido más favorable.
Primera Regla.
Si el deudor tiene el derecho de la elección y debe responder de una de ellas, pagando el valor
económico equivalente a la última que se hizo imposible.
Segunda Regla.
Si el acreedor tiene la elección puede pedir el valor económico de una sola pero de cualquiera de las
prestaciones.
4.1.2. En las obligaciones pecuniarias mancomunadas o con sujeto múltiple; del art. 427 al 428
del c.c. la
Son obligaciones pecuniarias mancomunadas aquellas que tienen más de un acreedor o más de un
deudor y una sola prestación de dar, de hacer o no dar.
Los acreedores o el acreedor podrán exigir y los deudores ejecutarán y cumplirán sólo una parte o la
totalidad de la prestación comprendida en la obligación mancomunada, según las reglas que a
continuación se explican.
4.1.2 1. En las obligaciones pecuniarias mancomunadas, solidarias divisibles del art. 429 al 430
del c.c.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas con prestación divisible, cada uno de los acreedores
no puede pedir el cumplimiento de todo el crédito o prestación, sinó únicamente de la cuota parte y
porción que le corresponde, y cada uno de los deudores no están obligados a pagar toda o el total de
la obligación sinó únicamente por la cuota parte y porción que le corresponde a cada uno de los
acreedores.
En el supuesto que un deudor fallece y tiene una obligación pecuniaria sea de dar, hacer o no dar y
los demás coherederos han designado como encargado a uno de los herederos que se encuentra en
posesión o administración de la masa hereditaria en la que se encuentra la cosa o prestación debida
hasta antes de la división de la herencia, no puede pedir el beneficio de división de la deuda
4.1.2.2. En las obligaciones pecuniarias mancomunadas indivisibles, del art. 431 al 432 del c.c.
Las obligaciones pecuniarias mancomunadas indivisibles son aquellas prestaciones de dar, no dar o
de hacer, cuando no puede cumplirse por partes o fracciones sea por la misma naturaleza de la
prestación o por voluntad pactadas entre las partes.
En las obligaciones pecuniarias mancomunadas con prestación indivisible, cada uno de los
acreedores puede pedir el cumplimiento de todo el crédito o prestación, y responde a los demás
acreedores solidarios indivisibles por la cuota parte que les corresponde, y cada uno de los deudores
mancomunados indivisibles están obligados a pagar toda o el total de la obligación y tiene el derecho
de repetir o reclamar el pago a su favor de la cuota parte de los demás deudores mancomunados
solidarios indivisibles, dicho en otras palabras, el deudor que pagó toda la obligación solidaria
indivisible se convierte en acreedor de los demás deudores solidarios indivisibles por sus cuotas
partes que les corresponde a cada deudor solidario indivisible.
Primera Regla.
La indivisibilidad subsiste para los herederos del deudor o del acreedor; pero el heredero del acreedor
mancomunado solidario indivisible que reclama la totalidad del crédito debe dar caución de garantía
o fianza a los demás coherederos del acreedor.
Segunda Regla.
La remisión (condonación) de la deuda o el recibo de otra prestación en lugar de la debida que hace
uno de los coacreedores, no libera al deudor frente a los demás coacreedores; estos últimos podrán
pedir la prestación indivisible reembolsando el valor de la parte y porción del coacreedor que remitió
(condonó) o recibió la prestación diversa a la prestación debida. Esta misma regla es también
aplicada a las formas de extinción de las obligaciones como; la transacción, a la novación, a la
compensación y a la confusión.
4.1.2.3. En las obligaciones pecuniarias mancomunadas solidarias e indivisibles, del art. 433 al
448 del c.c.
La mancomunidad solidaria puede también ser con prestación diversa, es decir unos pueden ser
deudores de una prestación de dar, otros de no dar y otros de hacer, sin embargo la fuente origen
establece que todos los deudores son mancomunados y solidarios, lo que significa que la solidaridad
es obligatoria y cualquiera de los codeudores solidarios, por lo general se dirige contra el más
solvente, puede ser obligado a cumplir con todas las prestaciones diversas y en la mismas
condiciones, cualquiera de los coacreedores solidarios tiene el derecho de exigir frente al deudor si es
único o contra todos o contra cualquiera de los codeudores el cumplimiento de todas las prestaciones
diversas.
La mancomunidad solidaria puede tener su fuente origen por contrato entre partes, en una sentencia
judicial como consecuencia de hechos ilícitos sean en materia penal, civil, comercial, laboral, etc.,
también en los casos de sucesión hereditaria, cuando el causante (fallecido) deja un patrimonio
sucesorio, todos los herederos universales también heredan la o las acreencias que tenía el causante a
su favor o la o las obligaciones que tenía en su contra el causante de la sucesión hereditaria, las
cueles pueden ser de diversas prestaciones, las que entre coherederos de la acreencia u obligación se
convierten en coacreedores o codeudores mancomunados y solidarios.
Elección de sujetos acreedor o deudor para el pago de la obligación, art. 437 del c.c.
El acreedor si es único o cualquiera de los deudores si son mancomunados solidarios, puede o pueden
dirigirse contra cualquiera de los deudores o contra todos los codeudores mancomunados solidarios
en forma simultánea, sin que el haberse dirigido primero contra uno de los deudores solidarios sea un
obstáculo o excepción al derecho de accionar contra otro o todos los codeudores solidarios, hasta
obtener el cumplimiento entero de la acreencia o deuda. El deudor o codeudores solidarios elegidos
no tienen el derecho de oponer el beneficio de división frente al acreedor o coacreedores.
El deudor único o codeudor solidario puede elegir a cualquiera, sea a uno u otro de los coacreedores
para efectuar el cumplimiento de la prestación u obligación, sin embargo ya no podrá hacerlo cuando
haya sido previamente notificado o citado con una demanda promovida por otro u otros de los
coacreedores, que una vez realizado el pago es liberado frente a los demás coacreedores si es deudor
único y también libera a los demás codeudores si es solidario.
Excepciones oponibles por los codeudores solidarios contra el o los deudores solidarios o único
puro y simple, art. 438 del c.c.
El codeudor solidario no puede oponer contra el acreedor si es único o puro y simple o coacreedores
solidarios las excepciones que son personales como la imposibilidad sobrevenida de uno o varios
codeudores.
El codeudor solidario está obligado frente a los demás codeudores por lo que responde frente a ellos
por no oponer las excepciones como de imposibilidad sobrevenida cuando es de todos los codeudores
u otras resultantes de la naturaleza misma de la obligación como de imposibilidad de división del
bien objeto de la prestación.
Las relaciones internas entre codeudores y coacreedores solidarios, Art. 439 del c.c.
El deudor que ha satisfecho la obligación mancomunada solidaria puede repetir por el pago de las
cuotas partes de cada uno de los otros codeudores que no han cumplido con su obligación interna, la
repetición únicamente puede ser accionada por la cuota parte que corresponde a cada uno de ellos.
Si alguno de los codeudores resulta insolvente, o en su caso surge la imposibilidad sobreviniente que
no le sea imputable como culpable, la cuota parte de éste o de los demás insolventes o con
imposibilidad sobreviniente se divide por contribución entre los otros codeudores también en
proporción en la cuota parte que le corresponde a cada uno de ellos, incluyendo al que ha efectuado
el cumplimiento de la obligación. Ésta misma regla se aplica cuando el codeudor al que se le
benefició exclusivamente con el crédito u obligación mancomunada y solidaria asumida se vuelve
insolvente o le es sobrevenida la insolvencia por culpa no imputable como culpable a ninguna de las
partes, se distribuye entre todos los demás codeudores mancomunados y solidarios solventes.
Para realizar cambios en la obligación mancomunada solidaria se aplican las siguientes reglas:
Primera Regla.
La novación entre uno de los coacreedor solidarios y el deudor único solo tiene efectos por la cuota
parte del coacreedor solidario que hizo la Novación, no así sobre toda la coacreencia de los demás
coacreedores solidarios, por lo que el deudor único sigue atado o vinculado en su obligación de
prestación a los demás coacreedores mancomunados solidarios que no han realizado la Novación ni
suscrito la Novación.
Segunda Regla.
La remisión o condonación es también otra de las formas de extinción de las obligaciones. Remisión
en el derecho de las obligaciones se utiliza como sinónimo de remitir la acreencia a una situación de
eliminación de la obligación mediante la condonación o perdón de la misma, por ello el instituto de
la novación en el derecho de las obligaciones recibe también el nombre de perdón de obligación o
deuda.
Ahora bien, la Novación pura y simple en forma general por toda la obligación a favor de uno de los
deudores mancomunados solidarios sin identificar ni individualizar la cuota parte a favor de quien se
hace la remisión o condonación, libera también a los demás codeudores mancomunados solidarios,
pero si ha individualizado la cuota parte a favor del codeudor se hace la remisión o condonación,
reservando sus derechos respecto a los demás codeudores, solo podrá y debe exigir el cumplimiento a
los demás codeudores mancomunados solidarios de la obligación restante de la condonada, es decir
restando la cuota parte que ha condonado. Así mismo, la remisión o condonación hecha por el
coacreedor solidario sólo libera de la obligación al codeudor a favor de quien se hizo la condonación
frente a los otros acreedores en la cuota parte que le corresponde al coacreedor que hizo la
condonación, no así por un valor superior de la cuota parte de la coacreencia, anulándose por el valor
que supera la cuota parte que le corresponde al coacreedor que realizó la condonación a no ser que se
acuerde o pacte que el coacreedor condonante responderá a los demás coacreedores por el valor que
sobrepasa su cuota parte condonada.
Tercera regla.
La compensación es también otra de las formas de la extinción de la obligación, significando que una
obligación de prestación sea por acuerdo entre partes o en la vía judicial, se la compensa con otra
prestación distinta siempre y cuando, si fuera en la vía judicial la nueva prestación objeto de la
compensación sea de un valor igual a la prestación comprometida o debida primitivamente y si es en
la vía contractual se exige que éste acuerdo cumpla los requisitos de formación de los contratos
exigidos por el artículo 452 del c.c., que son; el consentimiento de las partes, el objeto, la causa y la
forma legalmente exigible, si no los tiene se presta a la nulidad o anulabilidad del acuerdo o contrato.
La compensación sólo puede reclamarse hasta el valor total de la cuota parte por el deudor a quien ha
favorecido y por los demás codeudores hasta la concurrencia de la parte que corresponde al codeudor
favorecido con la compensación en la obligación, no podrá liberar o favorecer a los codeudores no
favorecidos con la compensación.
La misma regla se aplica en las relaciones de los coacreedores solidarios, solo puede aplicar el
coacreedor mancomunado solidario la compensación de su cuota parte de la acreencia, no así por los
demás coacreedores, subsistiendo la acreencia entre los demás coacreedores que no han aplicado la
compensación con el deudor o codeudores.
Cuarta Regla.
La transacción.
La transacción es otra de las formas de extinción de las obligaciones y conclusión del proceso
judicial, transacción que puede ser judicial a solicitud o convocada por el mismo juez a audiencia una
conciliatoria o extrajudicialmente mediante un contrato debidamente reconocido de firmas ante
Notario de Fe Pública, la cual en la práctica se denomina acuerdo de conciliación entre el acreedor y
el deudor.
La transacción entre uno o varios de los codeudores o uno o varios de los coacreedores no produce
efectos con relación a los otros codeudores o coacreedores respectivamente que no hayan prestado su
consentimiento, sin embargo cuando participan en la transacción sean todos los coacreedores o todos
los codeudores surte los efectos legales que en la transacción se pretende.
Cuando el proceso de cobro se encuentra en la vía judicial y entre codeudores o coacreedores sea uno
o varios o todos, para la sentencia la autoridad judicial debe aplicar los requisitos de validez de los
contratos exigido por el artículo 452 del c.c., que son; el consentimiento no viciado de las partes; el
objeto cierto y valuable; la causa y la forma legalmente exigible; si le faltare uno de estos requisitos
se presta a la nulidad o anulabilidad del acuerdo o contrato
Juramento de reconocimiento de deuda por deudores únicos o uno o varios de los codeudores
solidarios a favor del acreedor, uno o varios coacreedores solidarios y de reconocimiento de no
acreencia por de uno o varios coacreedores solidarios a favor del deudor o varios codeudores
solidarios, art. 443 del c.c.
El juramento de reconocimiento de deuda prestado por uno de los codeudores solidarios a favor del
acreedor o por uno de los coacreedores solidarios a favor del deudor o codeudor solidario, o bien por
el acreedor a favor de uno de los codeudores solidarios o por el deudor a uno de los coacreedores
solidarios, respecto al reconocimiento de deuda, se aplica el principio de “ante confesión de partes
relevo de pruebas” regulado por los artículos 1321, 1322 y 1323, en la sentencia se aplican las
siguientes reglas:
Primera Regla.
El juramento negando la existencia de obligación de una prestación por el acreedor o el deudor o bien
prestado por el codeudor o el coacreedor, favorece a los otros codeudores o coacreedores
Segunda Regla.
El reconocimiento de la deuda hecho por uno de los deudores solidarios no afecta a los otros
codeudores solidarios por ser ésta totalmente personalísima, aplicándose el principio de “confesión
de parte relevo de pruebas” únicamente tiene afectación contra de quien la prestó o la hizo, no así en
contra de los demás codeudores solidarios; pero si se presta su declaración el deudor común a favor
de uno de los coacreedores solidarios favorece a los demás, relacionado con los Arts. 443, 956 del
c.c.
La constitución en mora de uno de los codeudores solidarios surte efectos contra los demás
codeudores pudiendo éstos recurrir a los medios a su alcance para hacer efectiva la obligación entre
ellas la judicial, más daños, perjuicios, frutos cesantes y costas procesales, puesto que la obligación
de prestación se fusiona en una sola prestación indivisible, a no ser que los demás codeudores
solidarios respondan por el codeudor moroso, quienes tienen el derecho de repetición contra el
moroso. La mora del deudor único o común (que es lo mismo), por acto doloso o mal intencionado
de uno de los coacreedores solidarios surte efectos de desfavorecimiento contra los otros acreedores,
vinculado al Arts. 340 del c.c.
La prescripción es una de las formas de extinción de la obligación, cual significa que el o los
acreedores único o común o codeudores solidarios, no realizaron actos destinados al cobreo de la
prestación dentro del plazo ordinario o especial para cada forma de obligación, hacerlo vencido el
plazo legal se extingue el derecho de o los acreedores para realizar el cobro de la prestación, como
consecuencia de derecho tenemos la extinción de la obligación favoreciendo al deudor, por tanto
queda libre de la prestación. Al mismo tiempo existen actos del acreedor único o común frente al
deudor o codeudores frente al acreedor común o único o coacreedores pueden ser; Carta Notariada de
cobro antes del vencimiento del plazo, renuncia a la prescripción por parte del deudor o codeudores,
Carta Notariada de pago de la obligación por el deudor al acreedor, presentación de demanda
ejecutiva, demanda ordinaria de cumplimiento de contrato, demanda de medidas preparatoria,
demanda de dación en pago, demanda de consignación, todos estos actos interrumpen el plazo de
prescripción de la prestación, por lo que se aplican las siguientes reglas:
Primera Regla.
Los actos que interrumpen la prescripción contra uno de los codeudores solidarios, o bien por uno de
los coacreedores solidarios contra el deudor único o común, la interrumpen también respecto a los
otros deudores o a los otros acreedores, respectivamente.
Segunda Regla.
La suspensión de la prescripción respecto a uno de los deudores o uno de los coacreedores solidarios
no surte efectos con relación a los otros. Pero el deudor que pagó por habérsele precisado a ello
puede repetir contra los codeudores liberados por la prescripción.
Tercera Regla.
La renuncia a la prescripción hecha por uno de los codeudores solidarios no surte efectos contra los
otros; pero la que hace frente a uno de los acreedores solidarios favorece a los demás. El codeudor
renunciante no puede repetir contra los otros que se han liberado por la prescripción. Éste instituto se
complementa con los Arts. 440, 1492, 1496. 1503 del c.c.
Si la prestación se ha hecho imposible por causa imputable a uno o varios de los codeudores
solidarios, todos deben resarcir solidariamente los daños al acreedor en la cuota parte de los
beneficios o deuda de cada uno, sin perjuicio de repetir la acción de cobro contra el o los codeudores
culpables, por lo que el acreedor o coacreedores pueden accionar por el cobro contra todos los
codeudores o el más solvente, ahora bien en las relaciones internas de lo codeudores solidarios se dan
las acciones de repetición contra el o los codeudores culpables, se complementa con el Arts. 339 del
c.c.
Otra de las formas de renuncia del coacreedor solidario a la solidaridad, es cuando acciona contra
uno de los codeudores únicamente por su cuota parte y no la hace por toda, a estas formas de
renuncia son en forma tácita o expresa, tácita cuando la hace por la entrega del recibo o la acción
judicial por la cuota parte de uno de los codeudores y el demandado se allana a la demanda o se dicta
contra él sentencia condenatoria, se complementa esta disposición con los Arts. 432, 441, 932, 1318
del c.c.
Segunda Regla.
El acreedor que recibe, separadamente y sin reserva, la parte de frutos o intereses de uno de los
deudores solidarios, pierde contra éste la solidaridad respecto a los deudores pero la conserva sobre
los futuros frutos si los hubiera.
Son aquellas Obligaciones de no hacer que afecten al patrimonio o también de carácter personal, ya
sea por acuerdo de voluntades mediante un contrato dentro de una conciliación contractual, también
aquellas dispuestas judicialmente adoptadas como medidas cautelares o precautorias contra los
patrimonios para su inamovilidad en el mercado o en las mejoras a introducirse en el mismo bien,
como las prohibiciones de innovar, de trasferir el dominio o derecho real patrimonial, prohibir
hipotecar, ceder en usufructo, arrendar u otra forma de disposición.
Las de carácter personal son aquellas que afecten a derechos fundamentales, como la dignidad,
nombre, personalidad, integridad física, mental. Son disposiciones y órdenes judiciales que prohíben
a un sujeto atentar contra la dignidad, la moral, el prestigio, la imagen, las buenas costumbres, que
significan en realidad un daño temido en la persona. Se pueden fijar prestaciones de carácter moral
(no difamar, no usar la imagen, etc.) si se fijan sanciones para el que estando obligado a cumplir la
prestación hacer caso omiso o infringe la prohibición siempre que el daño moral se encuentra
protegido por el Derecho Civil como es el caso de los artículos que van del 12 al 23, lo ya
establecido, como el no hacer un daño temido ya citado precedentemente aplicándose el artículo
1464 del c.c., cuando se atenta contra los derechos morales como el nombre, seudónimo, la imagen,
el honor, la dignidad, la intimidad, la igualdad, todos ellos son derechos morales protegidos por el
derecho privado como lo es el derecho civil, además de los derechos morales protegidos por el
derecho penal en sus artículos 282 al 290 y en los contratos que conocemos como cláusula penal que
busca el cumplimiento del honor de la palabra o la voluntad empeñada o comprometida verbalmente
o por escrito entre los sujetos contraparte.
Lo dijimos ya, que las obligaciones de no hacer están reguladas por el artículo 1464 del c.c., que es el
riesgo del daño temido, en la que la autoridad judicial ordenará no hacer una obra o acto que ponga
en riesgo el patrimonio y la moral del sujeto que teme el daño. La prohibición de un daño material
temido está demasiado claro en el tipo civil del artículo 1464, sin embargo la prohibición de un acto
contra la moral y dignidad del sujeto del riesgo temido es claro también cuando el tipo civil del
mismo artículo 1464 del c.c., establece tal imperativo con la expresión “…u otra cosa que origine
peligro puede denunciar el hecho al juez y pedir se (…) provean otras medidas a fin de evitar el
peligro…”, prohibiciones que al ser ordenadada el acto de no hacer y el sujeto obligado incumple
ésta obligación de no hacer, causa un daño surge una obligación de reparar o resarcir el daño
causado.
El Art. 291 del c.c. establece que la obligación es la prestación debida frente al Derecho del acreedor
y el deudor tiene el deber de proporcionar el cumplimiento exacto de la prestación debida en las
condiciones pactada, tenemos que éste mandato se relaciona con los Arts. 295, 302, 303, 310, 316,
317, 1465, 1467, 1468 y 1469 del Código Civil.
Por su parte, el acreedor en caso de incumplimiento de la obligación del deudor, puede exigir que se
haga efectiva la prestación por los medios que la ley establece, siendo éstos la tutela judicial tanto en
materia civil como así en lo comercial, disposición que se relaciona con el Art. 786 del código de
comercio y para que una relación jurídica pueda tener la calidad de Obligación, la prestación debe ser
susceptible de evaluación económica y corresponder a un interés del acreedor, aun cuando éste no
sea patrimonial pero pueda evaluarse económicamente, así por ejemplo una obligación de no hacer,
de prohibición de levantar un muro que signifique riesgo temido para una de las partes.
Los efectos de las obligaciones entre el acreedor y deudor, conforme al Art. 293 código civil, en
cuanto al ejercicio de sus derechos así como en cuanto a las garantías de la obligación se rigen por las
disposiciones del Libro Quinto también del código civil, en lo referente al plazo, lugar y forma de
cumplimiento, mora, daños y perjuicios, que lo estudiaremos en los siguientes acápites.
El principio general de las obligaciones es, “las obligaciones solo suerte efecto entre partes,
acreedor y deudor sin alcanzar a terceros”, sin embargo un tercero puede estar involucrado de forma
voluntaria emergente de un interés personal en cumplir una prestación sin estar obligado o de un
mandato otorgado por el acreedor a un tercero para recibir el pago y por último un acreedor aparente
que recibe un pago a sabiendas que no es el titular del crédito, que pasamos a explicar a
continuación.
El Art. 295 del Código Civil prevé quienes pueden efectuar el cumplimiento de la Obligación y
establece que, la obligación puede satisfacerse por toda persona, tenga o no interés en el
cumplimiento, y a sabiendas del deudor o no, pero también el Art. 296 del c.c. establece la
improcedencia del cumplimiento de la obligación por un tercero en los siguientes casos; el acreedor
puede rechazar el cumplimiento de la obligación por un tercero únicamente cuando tiene interés
legítimo en que el deudor ejecute personalmente la prestación debida. Este interés legítimo del
acreedor puede estar materializado por la existencia de posibilidad de compensaciones emergente de
vínculos jurídicos u obligacionales preexistentes o de terceros, como también la liberación de fianzas,
prendas y garantías, de no existir éste presupuesto el acreedor puede ser conminado a recibir el pago
por un tercero. Asimismo el acreedor puede rechazar el cumplimiento de la obligación por un tercero
si el deudor le comunica su oposición al pago por un tercero.
El Art. 297 del c.c. establece que puede hacerse el pago al acreedor o a su representante habilitado
por mandato notarial, o bien a la persona indicada por escrito al deudor por el acreedor o que esté
autorizada por la ley o por el juez. Actualmente no existe normativa alguna que autorice a un tercero
a recibir el pago por el acreedor, sin embargo el legislador prevé que a futuro pueda una normativa
autorizar a un tercero a recibir el pago por el acreedor, en cambio mediante un proceso de
interdicción puede el juzgador nombrar un tutor que en el código procesal civil abrogado se llamaba
curador de un interdicto declarado judicialmente conforme a los Arts. del 57 al 72 de la Ley 603 del
Código de las familias y del proceso familiar, pudiendo el juzgador nombrar un tutor para que obre
en nombre y representación del que era emancipado, pero fué declarado judicialmente interdicto en
proceso de interdicción.
Si el pago fuese recibido por una persona no legitimada ni habilitada para recibir el pago de la
obligación y si el acreedor ratifica como bien hecho el pago o bien recibida la prestación o se
aprovecha del pago hecho a persona no legitimada para recibirlo, el deudor queda liberado.
El Art. 298 del c.c. establece que el pago hecho a quien aparece legitimado para recibirlo libera al
deudor que ha procedido a pagar y cumplir con la prestación de buena fe. La buena fe puede estar
materializada por una confusión probada en la confusión de identidad del pagado y del acreedor
verdadero. Por ejemplo el pagado erróneamente es hermano idéntico o gemelo del acreedor, y éste
expone el título o la identidad o ambos, suplantando al acreedor. Así mismo el que recibió el pago
puede ser obligado a restituirlo frente al verdadero acreedor, conforme a las reglas de la repetición de
lo indebido. Arts. 440; 933; 936; 938; 993; 1267 cc.
El deudor tiene el deber de proporcionar el cumplimiento exacto de la prestación debida. (Arts. 295,
302, 303, 310, 316, 317, 1465, 1467, 1468 y 1469 del Código Civil)
El acreedor, en caso de incumplimiento, puede exigir que se haga efectiva la prestación por los
medios que la ley establece, la tutela judicial, concuerda con los Arts. 786 y siguientes del Código de
Comercio.
El pago. Los que pueden efectuar el pago, la prohibición del pago por tercero, los que
pueden recibir y el pago al acreedor incapaz y el pago efectuado por un incapaz. Arts.
295, 296, 297, 298, 299, 300 CC.
El acreedor puede rechazar el cumplimiento de la obligación por un tercero cuando tiene interés en
que el deudor ejecute personalmente la prestación debida.
El pago debe hacerse al acreedor o a su representante, o bien a la persona indicada por el acreedor o
que esté autorizada por la ley o por el juez.
Si el acreedor ratifica o se aprovecha del pago hecho a persona no legitimada para recibirlo, el
deudor queda liberado.
El pago hecho a quien aparece legitimado para recibirlo libera al deudor que ha procedido de buena
fe.
Quien recibió el pago puede ser obligado a restituirlo frente al verdadero acreedor, conforme a las
reglas de la repetición de lo indebido. Arts. 440; 933; 936; 938; 993; 1267 cc.
El pago al acreedor incapaz de recibirlo no libera al deudor, salva prueba de que ha redundado en
beneficio del incapaz.
El deudor que paga lo debido no puede impugnar luego el pago alegando su propia incapacidad.
El pago hecho por el deudor después de haber sido notificado con un mandamiento de embargo o con
una oposición, no libera al deudor quien puede ser obligado a pagar de nuevo por el embargante o el
opositor, salvo, solamente en este caso, su recurso contra el acreedor.
La diligencia del acreedor en el pago. La mora del acreedor y sus efectos. Arts. 327, 328
CC.
El acreedor se constituye en mora cuando sin que haya motivo legítimo rehúsa recibir el pago que se
le ha ofrecido o se abstiene de prestar la colaboración que es necesaria para que el deudor pueda
cumplir la obligación. Cuando el acreedor está en mora, se producen los efectos siguientes:
2) No tiene derecho a los intereses ni a los frutos que no hayan sido percibidos por el deudor.
Si la obligación tiene por objeto cosas determinadas únicamente en su género, el deudor se libera
entregando cosas de calidad media. Por ejemplo el dar cien botellas de aceite o una tonelada de
azúcar, etc.
El acreedor puede rechazar el cumplimiento parcial aun cuando la prestación debida sea divisible, a
menos que el cumplimiento se haya pactado o se acepte por partes, o se halle dispuesto de otra
manera por la ley o los usos.
Cuando la deuda tiene una parte líquida y otra ilíquida, el acreedor puede exigir y el deudor hacer el
pago de la primera, sin esperar la liquidación de la segunda.
El deudor no puede impugnar el cumplimiento que ha efectuado con cosas sobre las cuales no tenía
el poder de disponer, a menos que ofrezca cumplir la prestación con cosas de las cuales pueda
disponer.
En el mismo caso el acreedor de buena fe puede impugnar el cumplimiento y exigir uno nuevo
ofreciendo la devolución de las cosas que recibió, quedando a salvo su derecho al resarcimiento del
daño.
El deudor no se libera ofreciendo una prestación diversa de la debida aunque tenga igual o mayor
valor, salvo que el acreedor consienta en ella.
No reviven las garantías prestadas por los terceros, salva voluntad diversa en la que los terceros
quieran o tengan interés en mantener las garantías a favor del acreedor.
Queda a salvo lo dispuesto en el artículo 309 del c.c., es decir si el deudor que no puede pagar
conforme a lo estipulado o lo dispuesto por la ley, podrá hacerlo de modo distinto o con una
prestación diversa de la debida, mediante autorización judicial.
El deudor que no puede pagar conforme a lo estipulado o lo dispuesto por la ley, podrá hacerlo de
modo distinto o con una prestación diversa de la debida, mediante autorización judicial.
El lugar del cumplimiento será el designado por el convenio o el que resulte de los usos o se deduzca
según la naturaleza de la prestación u otras circunstancias.
En su defecto, la obligación de entregar una cosa cierta y determinada se cumple en el lugar donde
existía cuando nació la obligación. Si consiste en una suma de dinero se hace efectiva en el domicilio
que el acreedor tiene en el momento del vencimiento. Empero, el deudor, dando aviso al acreedor,
puede cumplir en su propio domicilio si el de éste último, al vencerse la obligación, es diverso del
que tenía cuando ella nació y ésto hace más gravoso el cumplimiento.
En los otros casos la obligación se cumple donde tiene su domicilio el deudor en el momento del
vencimiento.
Plazo del cumplimiento dependiente de la voluntad de las partes. Art. 312 CC.
Cuando el término se deja a la voluntad del deudor o del acreedor y no lo llegan a establecer, el juez
puede hacerlo, a pedido de uno u otro respectivamente, considerando las circunstancias.
El término se presume fijado a favor del deudor, a no ser que de lo convenido o de las circunstancias
resulte establecido a favor del acreedor o de ambos.
Sin embargo, el deudor no puede repetir (reclamar, accionar o demandar judicialmente para pedir
devolución) lo que ha pagado anticipadamente aunque haya ignorado la existencia del término; peor
en este caso podrá repetir, dentro de los límites de la pérdida que ha sufrido, aquello en que el
acreedor se haya enriquecido por consecuencia del pago anticipado.
El deudor de muchas deudas de la misma especie frente al mismo acreedor, cuando paga puede
declarar cuáles quiere satisfacer.
En su defecto, el pago se imputará a la deuda que esté vencida; si hay varias deudas vencidas, a las
que estén menos garantizadas; si están igualmente garantizadas, a la más onerosa para el deudor; y si
son todas onerosas, a la más antigua. En caso de ser las deudas en todo iguales o que los criterios
expuestos no sirvan para resolver el caso, la imputación se hará proporcionalmente a todas las
deudas.
El deudor no puede imputar, sin que el acreedor consienta, el pago al capital con preferencia a los
intereses y los gastos.
Pero el pago hecho al capital y a los intereses, sin observación del acreedor, se imputa en un quinto al
capital y el saldo a los intereses.
Entrega de recibo con imputación como renuncia expresa. Art. 318 CC.
El deudor de varias deudas que acepta un recibo por el cual el acreedor ha imputado el pago a una de
ellas, no puede reclamar una imputación diversa, a no ser que haya habido sorpresa o dolo por parte
del acreedor.
7. Gastos del pago y obligación de entregar recibo. Art. 319 cc
Derecho del deudor al recibo por el pago. Art. 320, 321 CC.
El deudor tiene derecho a exigir el recibo del pago que haga y, si la deuda se ha extinguido
totalmente, a pedir se le entregue el título de la obligación en el que conste el pago o la cancelación
que ha hecho.
Si el titulo confiere al acreedor otros derechos, el deudor puede solamente pedir un recibo y la
anotación del pago en el título.
El recibo dado por los intereses u otras prestaciones periódicas, sin reserva alguna, hace presumir el
pago de aquellos y el de éstas por los períodos o plazos anteriores.
El recibo otorgado por el capital, sin reserva de los intereses, hace presumir el pago de éstos últimos.
Si el acreedor adujera la pérdida o el extravío del título (afirma haber extraviado, robado o perdido el
título de la obligación) el deudor que ha pagado podrá exigir un documento en que aquél declare la
pérdida y anulación del título y la extinción de la deuda.
En lo que respecta a los títulos-valores se estará a las disposiciones que les conciernen.
El acreedor que ha recibido el pago debe consentir en la liberación de los bienes afectados a las
garantías reales del crédito y de los vínculos que de otra manera limiten la disponibilidad de aquellos.
2) No tiene derecho a los intereses ni a los frutos que no hayan sido percibidos por el deudor.
1) Se haga al acreedor capaz de recibir, o a quien lo represente o esté autorizado a recibir el pago.
3) Comprenda la totalidad de la suma adeudada o de las cosas debidas, y de los frutos o intereses, así
como de los gastos líquidos y una suma suficiente para los no líquidos, con protesta del suplemento
que pudiera ser necesario.
4) El término esté vencido, si se fijó a favor del acreedor, o que la condición esté cumplida, si la
obligación fuese condicional.
La oferta puede estar subordinada al consentimiento del acreedor para redimir (Liberar, perdonar) las
garantías reales u otros vínculos sobre los bienes, que limitan su libre disponibilidad.
Si la obligación tiene por objeto dinero, títulos de créditos o de cosas fungibles a entregarse en el
domicilio del acreedor, la oferta debe consistir en la exhibición de tales objetos ante quien
corresponda.
En cambio, si se trata de cosas muebles (bienes de capital o perecederos) o entregarse en lugar
diverso, la oferta se hace con intimación (conminatoria bajo responsabilidad) al acreedor para que las
reciba previa su notificación en forma legal.
En caso de que el acreedor rehúse aceptar la oferta real o, habiéndosele intimado, no se presente a
recibir las cosas ofrecidas, el deudor puede realizar la consignación.
Los efectos de la consignación declarada válida por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada o
aceptada por el acreedor, libera al deudor quien no puede ya retirarla.
1) (Debe ser precedida por una oferta de pago y debe contener los siguientes requisitos:) Haya
sido precedida de una intimación legalmente notificada al acreedor, con señalamiento de día, hora y
lugar donde la cosa va a depositarse.
2) El deudor haya entregado la cosa con los intereses y los frutos debidos hasta el día de la oferta
en el lugar indicado por la ley o, en su defecto, por el juez.
3) Se levante por funcionario público un acta en la cual se haga constar la naturaleza de las cosas
ofrecidas, la repulsa del acreedor o su no comparecencia y el depósito.
Si las cosas consignadas corren el riesgo de perderse o deteriorarse, o su guarda demanda gastos
excesivos, el juez, a pedido del deudor, puede autorizar su venta en subasta pública, debiendo
depositarse el precio.
El depósito que se retira por el deudor antes de su aceptación o de que se declare válido por sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada no produce ningún efecto.
Cuando el acreedor consiente en que el deudor retire el depósito después de su aceptación o de
haberse declarado válido por sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, no puede ya dirigirse
contra los codeudores y los fiadores, ni hacer valer los privilegios, la prenda y las hipotecas que
garantizaban el crédito.
Los gastos de la oferta real y la consignación válidas, corren a cargo del acreedor.
La oferta (de pago) para la entrega de un inmueble se hace intimándose al acreedor para que tome
posesión.
El deudor que no cumple exactamente la prestación debida está obligado al resarcimiento del daño si
no prueba que el incumplimiento o el retraso en el cumplimiento es atribuible a imposibilidad de
ejecutar la prestación por una causa que no le es imputable.
El deudor queda constituido en mora mediante intimación o requerimiento judicial u otro acto
equivalente del acreedor, como la notificación con una carta notariada de cumplimiento de la
prestación debida.
1) Se ha convenido en que el deudor incurre en mora por el sólo vencimiento del término.
El deudor en mora no se libera de la imposibilidad sobrevenida que para cumplir la prestación derive
de una causa no imputable a él, a menos de probarse que la cosa comprendida en la prestación
hubiera perecido igualmente en poder del acreedor, si se la hubiese entregado.
La pérdida o extravío de la cosa sustraída ilícitamente (sea por la vía del hurto o del enriquecimiento
ilegítimo y posterior a la mora perece el bien sin importar que igual hubiese perecido en posesión del
acreedor) no libera a quien la sustrajo, de la obligación de restituir su valor.
Las disposiciones sobre la mora son inaplicables a las obligaciones de no hacer, cualquier hecho que
contravenga a éstas importa incumplimiento.
Resarcimiento del daño por incumplimiento o retraso. Art. 344, 345, 346, 347 CC.
El resarcimiento del daño, en razón del incumplimiento o del retraso, comprende la pérdida sufrida
por el acreedor y la ganancia de que ha sido privado (fruto cesante), con arreglo a las disposiciones
siguientes.
El daño previsto, El resarcimiento sólo comprende el daño previsto o que ha podido preverse, si el
incumplimiento o retraso no se debe a dolo del deudor.
Hablando del daños inmediatos y directos, se tiene que, Aunque haya dolo del deudor, el
resarcimiento no debe comprender, en cuanto a la pérdida experimentada por el acreedor y la
ganancia de que ha sido privado, sino lo que sea consecuencia inmediata y directa del
incumplimiento (Interés convencional tres por ciento mensual art. 409; interés legal 6 por ciento
anual art. 411).
Art. 347.- (RESARCIMIENTO EN LAS OBLIGACIONES PECUNIARIAS).
En el resarcimiento en las obligaciones pecuniarias se tiene que, En las obligaciones que tienen por
objeto una suma de dinero, el resarcimiento por el retraso en el cumplimiento sólo consiste en el
pago de los intereses legales desde el día de la mora. Esta regla rige aun cuando anteriormente no se
hubieran debido intereses y el acreedor no justifique haber sufrido algún daño. Si antes de la mora se
debían intereses en medida superior a la legal, se deberán los intereses moratorios en la misma
medida, siempre que se encuentren dentro de los límites permitidos.
No hay lugar al resarcimiento por el daño que el acreedor hubiera podido evitar empleando la
diligencia ordinaria.
El deudor que para cumplir la obligación se vale de terceros, responde de los hechos dolosos o
culposos de éstos, salvo voluntad diversa de las partes.
Los que anteladamente exoneren o limiten el deber de resarcir el daño que deriva de la
responsabilidad del deudor por dolo o por culpa grave.
Se debe entender que el crédito es el Derecho que tiene el acreedor sobre el deudor, en cambio la
obligación es la prestación de dar, no dar, hacer o no hacer que debe el deudor al acreedor. Los
modos de transmisión del crédito son; la subrogación y la cesión, por otro lado los modos de
transmisión de la obligación son; la delegación y la expromisión.
Las obligaciones se pueden transmitir por activa y por pasiva. Es transmisión por activa cuando se
transmite el crédito por voluntad del acreedor y es por pasiva cuando se transmite la obligación del
deudor. Ahora bien la, obligación la puede transmitir el mismo deudor la cual se llama delegación y
también la puede transmitir el mismo acreedor sin el consentimiento del deudor la cual se llama
expromisión.
La delegación es el acto jurídico por el que un deudor asigna a su acreedor un nuevo deudor o
delegado por contrato de representación notarial o judicial, que se obliga a cumplir con la prestación
debida, el deudor originario no queda liberado de su obligación, la cual se convierte en subsidiaria,
excepto si el acreedor declara expresamente liberarlo.
La expromisión es el acto jurídico por el cual un tercero asume la deuda de un determinado sujeto
conviniéndolo con el acreedor y sin intervención del mencionado deudor, asumiendo solidariamente
la obligación con el deudor principal.
Concepto de Subrogación.
Subrogación en la posición del acreedor es aquella que mediante un negocio jurídico, ya sea inter
vivos (por ejemplo, la compraventa o la donación) o mortis causa (por herencia), una persona
adquiere la posición de acreedor en una deuda. Desde su comunicación al deudor, este deberá pagar
ahora a la persona que se ha subrogado en la posición de acreedor.
De forma más genérica, pero en el mismo sentido, una persona puede subrogarse en una posición
contractual. En ese caso estaría asumiendo, a la vez, las posiciones deudora y acreedora (según cada
cual) de todas las obligaciones que nacen de dicho contrato y que son aplicables a su recién adquirida
posición en el contrato. La subrogación puede ser convencional o legal, las que a continuación las
estudiaremos.
La subrogación convencional.
La subrogación es el cambio o sustitución del acreedor. El acreedor pagado por un tercero puede
subrogar a éste en sus derechos, acciones y garantías. La subrogación debe ser expresa y hacerse al
mismo tiempo que el pago.
El deudor que toma en préstamo una suma de dinero u otra cosa fungible para pagar su deuda, puede
subrogar al prestador en los derechos y garantías del acreedor, aún sin el consentimiento de éste.
3) En el recibo debe declararse que el pago se ha hecho con la suma dada en préstamos para ese
objeto. El acreedor, a pedido del deudor, no puede excusar la declaración.
1) A favor del acreedor, aunque sea quirografario (garantía general, precaria, débil o no específica
por un bien identificado o individualizado) que paga a otro que le precede por razón de sus
privilegios y garantías reales.
2) A favor del adquirente que emplea el importe de la adquisición del bien en el pago de los
acreedores a quienes éste se hallaba hipotecado.
3) A favor del que estando obligado con otros o por otros al pago de una deuda, la satisface.
4) A favor del heredero beneficiario que paga con dinero propio las deudas de la herencia.
La cesión de crédito consiste en la transferencia de cuentas por cobrar. Es decir, la entidad que
otorgó un financiamiento renuncia a su derecho de cobro en favor de un tercero.
Vamos a suponer que solicitamos un crédito al banco A. El banco A puede ceder su crédito a otro
Banco B. Por tanto, el Banco al que le pagamos el final es a B.
Los partícipes asumen las siguientes posiciones en el nuevo vínculo jurídico de una cesión de crédito
son los siguientes:
El cedente debe tener capacidad de disposición (mayoría de edad, plenas facultades habilitadas).
2) Los administradores de bienes del Estado, municipios, instituciones públicas, empresas públicas y
mixtas u otras entidades públicas, respecto a los créditos que administran.
3) Quienes por acto de autoridad pública administran bienes ajenos, para los casos en que se les
prohíba vender.
4) Los mandatarios y administradores particulares, respecto a créditos de sus mandantes o
comitentes.
La adquisición que contraviene las disposiciones del presente artículo es nula y da lugar al
resarcimiento del daño. (Arts. 468, 484, 485, 489, 592, 837 del Código Civil)
Para que tenga efecto la cesión de crédito, el cedente debe entregar al cesionario el documento
probatorio de aquél. Si se ha cedido sólo una parte del crédito, está obligado a dar al cesionario una
copia auténtica del título.
Los accesorios que comprenden la cesión del crédito. Art. 388 CC.
1) La cesión de crédito al cesionario comprende los privilegios, las garantías personales y reales y
todos los demás derechos accesorios, pero no los frutos vencidos, salvo pacto contrario.
3) Tampoco se traspasan las excepciones personales del cedente (la excepción de prescripción de
obligación contra el cedente).
Eficacia de la cesión del crédito respecto al deudor cedido. Art. 389 CC.
La cesión sólo produce efectos contra el deudor cedido cuando ha sido aceptada por dicho deudor o
cuando se le hubiera notificado con ella (cuando el deudor toma conocimiento pleno que es deudor
de otro acreedor).
Si hay diversos cesionarios sucesivos del mismo crédito, tiene prioridad el primero que ha notificado
la cesión al deudor, o que ha obtenido primeramente su aceptación, por acto de fecha cierta, sin ser
preciso tener en cuenta la fecha de la cesión.
La misma regla se aplica en el caso de que el crédito sea dado en usufructo o constituido en prenda.
El deudor cedido queda liberado si paga al cedente antes de la notificación o aceptación, excepto si el
cesionario pruebe que dicho deudor estaba en conocimiento de la cesión realizada.
Responsabilidad del cedente del crédito a título oneroso. Art. 392 CC.
Si la cesión es a título oneroso, el cedente está obligado a garantizar que el crédito transmitido le
pertenece al tiempo de hacerse la cesión.
Si a tiempo de la cesión el crédito no existe o no pertenece al cedente, éste debe, al cesionario, el
resarcimiento del daño. (Arts. 542 y 628 del Código Civil, se trata de la cesión de contratos el
primero y la compraventa el segundo)
Responsabilidad del cedente del crédito a título gratuito. Art. 293 CC.
Cuando la cesión se hace a titulo gratuito, el cedente está obligado a garantizar la existencia del
crédito sólo en los casos en que la ley establece a cargo del donante la responsabilidad por evicción
(Art. 674 donación con cargas, liberar la cosa donada).
Responsabilidad del cedente del crédito por insolvencia del deudor. Art. 294 CC.
El cedente no responde de la solvencia del deudor sino cuando la hubiese garantizado o cuando la
insolvencia fuese pública y anterior a la cesión. En tales casos, el cedente debe reembolsar lo que
recibió y resarcir el daño.
Cuando el cedente ha garantizado la solvencia del deudor, la garantía cesa si el no haberse realizado
el crédito por insolvencia del deudor es atribuible a la negligencia del cesionario en iniciar o
proseguir el juicio respectivo contra el deudor.
El delegado puede tomar para sí la obligación de realizar el pago a favor del delegatario (acreedor),
aún después de la muerte o incapacidad sobrevenida al delegante (Deudor poderconferente).
El delegado puede oponer al delegatario (acreedor) las excepciones concernientes a su relación con
él (delegante o deudor originario). (A su relación pactada en el poder notarial o judicial que le
haya otorgado el delegante).
Concepto de Expromisión.
El tercero (expromitente) no puede oponer al acreedor las excepciones inherentes a su relación con
el deudor originario (en su expromisión de la deuda), a menos que se haya convenido otra cosa.
Puede, en cambio, oponerle las excepciones que el deudor originario habría podido oponer, siempre
que no se trate de excepciones personales de dicho deudor, y no derivadas de hechos posteriores a la
expromisión.
Si existe convenio entre el deudor (primero o principal) y un tercero para que éste asuma la deuda de
otro (que es co-deudor fiador o garante), y el acreedor (segundo) se adhiere al convenio, la adhesión
vuelve irrevocable lo estipulado a su favor (a favor del acreedor y de sus derechos como en contra de
sus intereses como ser remisión o condonación de intereses, frutos cesantes, daños y perjuicios,
costas procesales, gastos de pago, etc.).
La adhesión del acreedor libera al deudor originario sólo cuando esto constituye condición expresa
de lo estipulado o cuando el acreedor expresamente declara la liberación. En caso contrario, el
deudor queda obligado con el tercero en forma solidaria.
Sin embargo, el tercero queda obligado respecto al acreedor dentro de los límites en que ha asumido
la deuda, y puede oponerle las excepciones fundadas sobre el contrato que sirvió de base a la
asunción (de la obligación por el tercero).
Si el delegado se ha vuelto insolvente, el acreedor no tiene acción contra el deudor originario si antes
lo había liberado ya, a no ser que haya hecho expresa reserva de interponer en tal caso, su acción.
Sin embargo, si el delegado era insolvente a tiempo de haber asumido la deuda frente al acreedor, el
deudor onginario no queda liberado.
Las mismas disposiciones se observan en caso de responsabilidad de tercero cuando la liberación del
deudor originario fue condición expresamente estipulada.
Si el acreedor libera al deudor originario, se extinguen las garantías anexas al crédito, excepto cuando
quien las prestó consiente expresamente en mantenerla.
Cuando se declara nula o es anulada la obligación asumida por el nuevo deudor habiendo ya el
acreedor liberado al deudor originario, la deuda de éste renace, pero el acreedor no puede valerse de
las garantías prestadas por terceros (delegado).
1) Su cumplimiento;
2) Novación;
3) Remisión o condonación;
4) Compensación;
5) Confusión;
7) Prescripción;
El fín supremo de las obligaciones es su cumplimiento, puesto que nacen para ser cumplidas y la
satisfacción de la prestación en las mismas condiciones que fueron pactadas y ordenadas en su caso.
Casos que no procede el cumplimiento de la obligación por tercero. Art. 296 CC.
El acreedor puede rechazar el cumplimiento de la obligación por un tercero cuando tiene interés en
que el deudor ejecute personalmente la prestación debida.
El pago debe hacerse al acreedor o a su representante, o bien a la persona indicada por el acreedor o
que esté autorizada por la ley o por el juez.
Si el acreedor ratifica o se aprovecha del pago hecho a persona no legitimada para recibirlo, el
deudor queda liberado.
3. La novación objetiva
Se extingue la obligación cuando se la sustituye por otra nueva con objeto o título diverso. (Art. 356
Código Civil)
Los privilegios y garantías reales del crédito anterior se extinguen por la novación si las partes no
convienen expresamente en mantenerlos para el nuevo crédito.
Cuando la novación se celebra entre el acreedor y uno de los deudores solidarios, pero con efecto
liberatorio para todos los demás, los privilegios y garantías reales del crédito anterior pueden
reservarse solamente sobre los bienes del deudor con quien se hace la novación.
La novación no tiene validez si la obligación anterior es nula. (Relacionado con el art. 549 c.c.)
Si la deuda anterior proviene de título anulable, la novación es eficaz cuando el deudor asume
válidamente la nueva deuda conociendo el vicio susceptible de invalidar dicho título. (Relacionado
con el art. 554 c.c.)
Cuando un nuevo deudor se sustituye al originario con liberación de este último, se observa lo
dispuesto en el Capítulo II, Título III, Primera parte del libro presente. (Leer art. Del 395 al 403,
consecuencia o efectos de derecho de la cesión, de la delegación y de la expromisión)
El delegado puede oponer al delegatario (acreedor) las excepciones concernientes a su relación con él
(delegante o deudor originario). (A su relación pactada en el poder notarial o judicial que le haya
otorgado el delegante).
La expromisión es; cuando El tercero (no apoderado) que, sin delegación del deudor (no se le
otorgó poder notarial o judicial), asume la deuda de éste y queda obligado solidariamente con él, a
menos que el acreedor libere expresamente al deudor originario.
4. La remisión o condonación
La declaración del acreedor de remitir o condonar la deuda extingue la obligación y libera al deudor,
desde que ha sido comunicada a este último. Sin embargo, el deudor, puede manifestar, dentro de un
término razonable, que no quiere aprovecharse de ella.
La entrega voluntaria del documento privado original que el acreedor hace al deudor constituye
prueba plena de liberación de este último. La que se hace a un deudor solidario también libera a los
otros codeudores.
La entrega voluntaria del testimonio correspondiente al documento público hace presumir la
liberación del deudor, salva prueba contraria. (Arts. 453, 1318 y 1329 (III) Código Civil)
La renuncia a las garantías, como la entrega de la prenda, no basta, para hacer presumir la liberación
de la deuda. (Arts. 1398 y 1406 Código Civil)
La remisión o condonación hecha al deudor principal libera a los fiadores. La concedida a uno de los
fiadores no libera a los demás fiadores sino en la parte del fiador liberado; pero si aquellos
consintieron en la liberación de éste último, quedan obligados por el total (Motivo de una Tesis de
Maestría o licenciatura).
El acreedor que renuncia mediante compensación, a la garantía de uno de los fiadores, debe imputar
lo recibido a la deuda principal en beneficio del deudor y los demás fiadores.
5. La compensación
Concepto de la compensación.
La compensación es un modo de extinción de las obligaciones en el que ambas partes, debido a dos
relaciones obligacionales distintas, son a la vez acreedor y deudor principal es, por lo que se
neutraliza la deuda que ha de estar vencida para poder compensarla, ser líquida y exigible
La compensación sólo se opera entre dos deudas que tienen por objeto una suma de dinero o una
cantidad determinada de cosas fungibles del mismo género y que sean igualmente líquidas y
exigibles.
Cuando dos personas son recíprocamente acreedoras y deudoras las dos deudas se extinguen por
compensación.
La compensación se opera desde el momento en que las dos deudas coexisten, en el importe de sus
cuantías, si son iguales, o de la menor, si no lo son. El juez no puede reconocerla de oficio. (Art. 363
Código Civil)
Si se opone en compensación una deuda no líquida pero fácil y rápidamente liquidable, el juez puede
declarar la compensación en cuanto a la parte de la deuda que reconozca existente y también puede
suspender la condena por el crédito líquido hasta que se verifique la liquidez del crédito opuesto en
compensación.
Cuando las deudas son pagaderas en distintos lugares, se deben computar los gastos de transporte al
lugar del pago.
1) De crédito para la restitución de cosas de las cuales el propietario ha sido injustamente desposeído.
3) De crédito inembargable.
El fiador y los terceros que han constituido prenda o hipoteca pueden oponer en compensación la
deuda que el acreedor tiene respecto al deudor principal; pero éste no puede oponer en compensación
lo que el acreedor deba al fiador o a los mencionados terceros.
El deudor que ha aceptado pura y simplemente la cesión que el acreedor ha hecho de sus derechos a
un tercero, no puede oponer al cesionario la compensación que habría podido oponer, antes de la
aceptación, al cedente.
La cesión no aceptada por el deudor, habiéndosele notificado, sólo impide la compensación de los
créditos posteriores a la notificación.
Cuando una persona tiene respecto a otra, varias deudas compensables, la compensación se arreglará
de la siguiente manera:
El pago se imputará a la deuda que esté vencida; si hay varias deudas vencidas, a las que estén menos
garantizadas; si están igualmente garantizadas, a la más onerosa para el deudor; y si son todas
onerosas, a la más antigua. En caso de ser las deudas en todo iguales o que los criterios expuestos no
sirvan para resolver el caso, la imputación se hará proporcionalmente a todas las deudas.
La compensación no se opera en perjuicio de los derechos adquiridos por un tercero sobre uno de los
créditos, a consecuencia de un embargo o por la constitución de un usufructo o prenda. (Art. 1413
Código Civil)
El que ha pagado una deuda que era compensable no puede valerse, en perjuicio de terceros, de los
privilegios y otras garantías establecidas a favor de su crédito, a no ser que por justos motivos haya
ignorado la existencia de este último en el momento del pago.
Las partes pueden hacer compensación voluntaria aún cuando no concurran las condiciones previstas
por los artículos anteriores y establecer también condiciones para que se opere tal compensación.
6. La confusión
Concepto de confusión.
La confusión, en Derecho Civil es un modo de extinguir obligaciones que se produce cuando por
algún motivo concurren, es decir, se confunden en una misma persona las dos posiciones
contrapuestas de una obligación, Acreedor y Deudor al mismo tiempo. Esta situación puede darse,
por ejemplo, cuando una persona ostenta, a la vez, la calidad de acreedor y deudor respecto de una
misma deuda en una sociedad comercial que posteriormente compra los derechos de los demás
socios y se convierte en una empresa unipersonal
Cuando en una misma persona se reúnen las calidades de acreedor y deudor, la obligación se
extingue y se liberan los terceros que prestaron garantías por el deudor.
Si se reúnen en la misma persona las calidades de fiador y deudor, la fianza puede sobrevivir siempre
que el acreedor tenga interés en ello. (Art. 939 del Código Civil)
La imposibilidad, vista desde el punto de vista jurídico, y dentro del sistema jurídico del Common
law, es un acontecimiento futuro e incierto que sirve para valorar y solucionar conflictos en donde el
cumplimiento de una obligación se ha vuelto imposible, y que tiene como consecuencia de Derecho
la extinción de la obligación, o que dicha afectación se vea reducida al mínimo posible. Su origen se
remonta al Derecho romano y la frase latina es "Impossibilium nulla obligatio est", que se atribuye
a Celso y significa que lo imposible es obligación nula.
La obligación se extingue cuando la prestación se hace imposible definitivamente por una causa no
imputable al deudor. (Arts. 303, 426, 600 del Código Civil).
Ésta norma es imposible aplicar y al mismo tiempo muy peligrosa porque daría lugar a la mala fe en
el deudor, que llevaría a desaparecer maliciosamente la cosa objeto del pago a fín de incumplir o
retardar el cumplimiento de la obligación
Sustitución a favor del acreedor en los derechos y acciones del deudor emergente de la
imposibilidad de la obligación. Art. 383 CC.
Así, mientras que el objetivo buscado por la prescripción es dar por extinguido un derecho que se
supone abandonado por su titular, la caducidad persigue el fijar de antemano el tiempo durante el
cual un derecho es susceptible de ser ejercitado útilmente; la primera tiene un poso subjetivo que la
segunda, basada, únicamente, en el plazo temporal, no necesita y su ámbito de actuación suele ser,
de ordinario, distinto ya que, mientras la prescripción opera en los llamados derechos
patrimoniales, la decadencia suele tener su campo de actuación en los potestativos de ejercicio del
Derecho del acreedor.
La caducidad es la muerte del plazo, tiempo o momento para que el acreedor ejerza su derecho,
resultando entonces la caducidad un castigo a la dejadez, negligencia, noimportismo o abandono del
Derecho.
Concepto de caducidad.
La caducidad es la decadencia de derechos que se produce cuando, bien la ley, bien una sentencia u
orden judicial o bien los mismos particulares en un contrato, señalan un términos y plazos fijos para
la duración y el ejercicio de un derecho, más allá del cual no puede ser el mismo ejercitado por que
ha perecido.
Los derechos se pierden por caducidad cuando no son ejercidos dentro el término de perentoria
observancia fijada para el efecto.
No son aplicables a la caducidad las reglas según las cuales se interrumpe o suspende la prescripción,
salvo que se disponga otra cosa.
Es nula cualquier cláusula por la cual se fijan términos de caducidad que hacen excesivamente difícil
el ejercicio de un derecho.
En los casos de quedar impedida la caducidad el derecho queda sujeto a las reglas de la prescripción.
La caducidad no puede aplicarse de oficio excepto cuando por tratarse de derechos indisponibles
deba el juez señalar los motivos que hacen inaceptables la demanda.
La prescripción es un instituto jurídico por el cual el transcurso del tiempo produce el efecto
consolidador de la extinción de hecho de una obligación, permitiendo la adquisición de la cosa ajena.
En el Derecho anglosajón se le conoce como statute of limitations.
Efecto extintivo de la prescripción de la obligación. Art. 1492 CC.
Los derechos se extinguen por la prescripción cuando su titular no los ejerce durante el tiempo que la
ley establece.
Se exceptúan los derechos indisponibles y los que la ley señala en casos particulares.
La prescripción comienza a correr desde que el derecho ha podido hacerse valer o desde que el titular
ha dejado de ejercerlo.
La prescripción se cuenta por días enteros y no por horas, cumpliéndose al expirar el último instante
del día final.
Sólo se puede renunciar a la prescripción cuando ella se ha cumplido y se tiene capacidad para
disponer válidamente del derecho. (art. 446 cc.)
La renuncia puede también resultar de un hecho incompatible con la voluntad de hacer valer la
prescripción.
Los jueces no pueden aplicar de oficio la prescripción que no ha sido opuesta o invocada por quien o
quienes podían valerse de ella.
La prescripción puede oponerse o invocarse por los acreedores y cualesquiera otros interesados en
ella, cuando la parte a quien favorece no la hace valer o ha renunciado a ella.
La prescripción sólo se suspende en los casos de excepción establecidos por la ley. (Arts. 556, 1502,
1515 del Código Civil).
La acción de anulación prescribe en el plazo de cinco años contados desde el día en que se concluyó
el contrato.
Se exceptúan los casos de incapacidad en los cuales corre a partir del día en que se levanta la
interdicción o el menor cumple la mayoridad, y los casos de vicios del consentimiento en los cuales
corren desde que cesa la violencia o se descubre el error o el dolo.
1) Contra quien reside o se encuentra fuera del territorio nacional en servicio de la República, hasta
treinta días después de haber cesado en sus funciones.
2) Contra el acreedor de una obligación sujeta a condición o día fijo, hasta que la condición se
cumpla o el día llegue.
3) Contra el heredero con beneficio de inventario, respecto a los créditos que tenga contra la
sucesión.
4) Entre cónyuges.
La prescripción se interrumpe por una demanda judicial, un decreto o un acto de embargo notificados
a quien se quiere impedir que prescriba, aunque el juez sea incompetente.
La prescripción se interrumpe también por cualquier otro acto que sirva para constituir en mora al
deudor.
La prescripción no se interrumpe:
La prescripción se interrumpe por el reconocimiento expreso o tácito del derecho que haga aquel
contra quien el derecho puede hacerse valer. También se interrumpe por reanudarse el ejercicio del
derecho antes de vencido el término de la prescripción.
Por efecto de la interrupción se inicia un nuevo período de la prescripción quedando sin efecto el
transcurrido anteriormente.
Plazos para la prescripción.
Los derechos patrimoniales se extinguen por la prescripción en el plazo de cinco años, a menos que
la ley disponga otra cosa.
Prescribe a los tres años el derecho al resarcimiento del daño que causa un hecho ilícito o generador
de responsabilidad, contados desde que el hecho se verificó.
Si el hecho está tipificado como delito penal, el derecho a la reparación prescribe al mismo tiempo
que la acción penal o que la pena.
3) En general, todo lo que debe pagarse periódicamente por un año o por plazos más cortos.
2) De los funcionarios y empleados tales como notarios, registradores, secretarios y otros a los
honorarios o derechos arancelarios que les correspondan y los desembolsos que hayan hecho.
3) De los maestros y personas que ejercen la enseñanza, a la retribución de sus lecciones dadas por
más de un año.
1) De los maestros y otras personas que ejercen la enseñanza a la retribución de sus lecciones dadas
por meses, días u horas.
4) De los comerciantes, al precio de las mercaderías vendidas a quien no comercia con ellas.
En los casos de los dos últimos artículos el plazo de la prescripción corre desde el vencimiento de
cada pago periódico o desde que se han cumplido las prestaciones a que se refieren.
Para las retribuciones y gastos debidos a los abogados o apoderados, el término corre desde que
concluye el proceso, desde la conciliación o avenimiento de las partes o desde que se revocan los
poderes concedidos. En los procesos no terminados, la prescripción se cuenta desde la última
prestación.
Los derechos sujetos a prescripciones breves y sobre los cuales se ha obtenido sentencia de condena
pasada en autoridad de cosa juzgada prescriben, por una sola vez, en el término que para éstas
prescripciones está señalado.