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América sin nombre, no 15 (2010) 112-117

ISSN: 1577-3442

Elvira García Alarcón


Licenciada en Filosofía por la Uni-
versidad de Murcia, profesora de
esta disciplina, y vicedirectora del
IES Bernat de Sarrià (Benidorm).
Participa en el proyecto de inves-
tigación Escritoras y Pensadoras
Europeas. Es autora de diversos
trabajos críticos sobre obras ensa-
yísticas, y colabora mensualmen-
te en el suplemento cultural Arte
y Letras del diario Información
LUIS VIVES Y LA EDUCACIÓN
(Alicante).
FEMENINA EN LA AMÉRICA COLONIAL
ELVIRA GARCÍA ALARCÓN
elviragarcialarcon@gmail.com

RESUMEN

Los conquistadores españoles y los religiosos que marcharon a las Indias dedicaron sus
esfuerzos a la educación de indígenas, criollas y españolas. Influenciados por el humanismo
europeo, formaron a las mujeres de acuerdo con su sexo. Instrucción de la mujer cristiana de
Luis Vives sirvió de modelo en este proceso de adoctrinamiento.
Palabras clave: Humanismo, Educación Femenina, Luis Vives, Instrucción de la mujer
cristiana.

ABSTRACT

The Spanish conquistadors and priests who went to the American colonies dedicated their
efforts to educate Indians, Creoles and the Spanish. Influenced by European humanism, they
Anónimo. María Tudor.
trained women appropriately according to their sex. Instruction of a Christian woman written
by Luis Vives served as a model in this process of indoctrination.
Key words: Humanism, Female Education, Luis Vives, Instruction of a Christian woman.

1 Las filosofías dan expresión, sin duda, a las aspira- diferentes corrientes de pensamiento: Platón,
Aristóteles fue considerado una
autoridad durante la Edad Me- ciones e intereses de clases y de grupos sociales muy las escuelas del helenismo, Cicerón, Séneca,
dia. El humanismo pretende la distintos a lo largo de su historia: […] siempre son Virgilio, Horacio… Así, propusieron una
difusión de otras filosofías, y
deshacer el binomio Antigüe-
producidas por varones que no han puesto en tela vuelta a la cultura clásica, estableciendo una
dad-Aristóteles. de juicio el orden patriarcal. Son los portadores del concordia entre clasicismo y cristianismo; y
logos. confiaron en poder mejorar el género humano
Celia Amorós, Hacia una crítica de la razón a través de la enseñanza.
patriarcal En este contexto, la formación cultural de
las mujeres empezó a preocupar a pedagogos
El «descubrimiento» y la conquista de y filósofos. Tomás Moro pensaba que también
América tuvieron lugar en el apogeo del ellas tenían derecho a desarrollar su propia
humanismo europeo. Los humanistas del Re- humanidad a través del estudio de las letras y
nacimiento buscaban, mediante la enseñanza las ciencias; por ello, era necesario instruirlas
de gramática, retórica, historia, filosofía, poe- al igual que a los hombres. Así, mostró un
sía… el cultivo de las facultades del hombre; audaz empeño por la educación de sus hijas,
resaltaban su dignidad, su valor, así como en contra de la misoginia imperante, convir-
su capacidad racional para practicar el bien tiéndolas en modelo de mujer cultivada. La
y hallar la verdad. Respecto a esta última, labor realizada por el humanista inglés con
Luis Vives y la educación femenina
en la América colonial
decían que no es exclusiva de ningún filósofo Margaret, Elisabeth y Cecily le produjo gran-
ELVIRA GARCÍA ALARCÓN en particular1, sino que se puede encontrar en des satisfacciones, e incluso ayudó a Erasmo a

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desprenderse de algunos prejuicios acerca de Estas creencias en torno a la inferioridad de


la ilustración femenina. las mujeres, y su necesaria sumisión al varón,
Ahora bien, evitemos precipitarnos en han manchado la historia de la humanidad
nuestro optimismo, y tengamos presente que con la complicidad de axiomas «científicos»,
«para el hombre renacentista, la mujer resulta dogmas religiosos, leyes, refranes populares,
un ser desconocido: despreciable, inferior, escritos filosóficos y literarios… Los prime-
taimado, infiel, temible» (Langa, 2010, p. 507). ros educadores novohispanos, influenciados
Moro no es una excepción. Cuando su hija por las corrientes de pensamiento europeo,
Margaret estaba a punto de dar a luz, le escri- no estaban exentos de estas ideas2. Y con ellas
bió que imploraba para que «fuera agraciada marcharon al Nuevo Mundo.
con un pequeño que sea como su madre en
todo menos en su sexo» (Silva, 2007, p. 98). Y Influencia de Instrucción de la mujer cris- Fray Juan de Zumárraga.
en Utopía profiere estas palabras: tiana

al elegir esposa, cosa que puede llenar de placer o de El humanismo europeo se extendió hasta
pesar toda nuestra vida, obramos tan atolondrada- las colonias españolas en América. Muchos
mente que apreciamos el valor de una mujer con sólo de los doctos humanistas que allí marcharon
2
ver un palmo de su cuerpo […], ya que el resto de su incluyeron en su equipaje escritos de Erasmo, Similares a las que se tenían
cuerpo está cubierto con vestidos, y puede suceder de Moro, de Vives, y fueron formando sus en América, donde las mujeres
«eran compradas, vendidas,
que luego descubramos algún defecto en su cuerpo librerías personales para promulgar la palabra regaladas, robadas.» (Langa,
y tomemos aversión a la mujer. […]. La belleza, las divina y dar instrucción. Si el fundamento de 2010, p. 499).
gracias del cuerpo, añaden valor a las virtudes. […]. la educación era transmitir las costumbres
Y si tales deformidades se descubren después de que de la madre patria y la doctrina cristiana, las
se haya consumado el matrimonio, el esposo tiene obras permitidas debían ir en esa línea. Sirva
que resignarse a su suerte. ¡Cuánto mejor sería que como ejemplo la siguiente Real Cédula, fe-
hubiese una ley que impidiese esos engaños antes de chada el 4 de abril de 1531, expedida por doña
casarse! (2010, pp. 97-98). Isabel de Portugal:

Si bien la instrucción, entendida como Yo he seydo informada que se pasan a las Indias mu-
un proceso de humanización y de formación chos libros de romance de ystorias varias y de pro-
moral, era considerada por algunos humanis- fanidad, como son el Amadís y otros desta calidad;
tas como imprescindible para todo el mundo, y porque éste es mal exercicio para los yndios e cosa
debía adecuarse a la posición social y al sexo. en que no es bien que se ocupen ni lean, por ende,
De este modo, Luis Vives afirmaba que la yo vos mando que de aquí adelante no consyntáis ni
enseñanza femenina tenía como finalidad su- deys lugar a persona alguna a pasar a las Yndias libros
perar los defectos y la malicia natural de las ningunos de historia y cosas profanas, salvo tocante
mujeres: «no hay mujer buena si le falta crian- a la religión cristiana e de virtud, en que se ejerciten
za y doctrina;» (1948, p. 19). Y, por supuesto, y ocupen los dichos yndios e los otros pobladores de
no era propio de ellas ni la adquisición de las dichas Yndias, porque a otra cosa no se ha de dar
conocimientos ni el discurso, sino el silencio lugar (Millares, 1993, p. 268).
y la virtud:
La constitución de bibliotecas entre los
El tiempo que ha de estudiar la mujer yo no lo de- siglos XVI y XVIII se debió, fundamental-
termino más en ella que en el hombre, sino que en el mente, a franciscanos, dominicos, agustinos,
varón quiero que haya conocimiento de más cosas y jesuitas y mercedarios. Juan de Zumárraga
más diversas, así para su provecho de él como para tenía en su biblioteca, al menos, catorce vo-
bien y utilidad de la república para enseñar a los lúmenes de las obras de Erasmo; Vasco de
otros. Pero la mujer debe estar puesta en aquella Quiroga fundó hospitales-pueblo inspirándo-
parte de la doctrina que la enseñan virtuosamente se en la Utopía de Tomás Moro. Los tratados
vivir, y poner orden en sus costumbres y crianza y de Luis Vives (Valencia, 1492 - Brujas, 1540)
bondad de su vida, y quiero que aprenda por saber, dejaron su huella en escuelas, universidades y
no por mostrar a los otros que sabe, porque es bien métodos educativos. Su pensamiento es uno
que calle, y entonces su virtud hablará por ella (Vives, de los mayores exponentes del humanismo
Luis Vives y la educación femenina
1948, p. 26). renacentista del siglo XVI, y la influencia que en la América colonial
ejerció sobre la Europa del Renacimiento fue ELVIRA GARCÍA ALARCÓN

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enorme. No sólo acudie- rías que servían para clasificar a unos «seres
ron a consultarle los más inferiores», unos entes que se debían a sus
influyentes artífices de la padres, a sus hermanos, a sus maridos (Vives,
Reforma protestante y de la 1948, p. 16). El filósofo se erigió en autoridad
Contrarreforma católica, si- sobre el tema: «porque tengo de hablar de tus
no que fue tutor y educador perfecciones y mostrarte lo que tienes en ti
de muchos nobles que ocu- misma» (1948, p. 36), ocupándose de la for-
paron puestos de respon- mación femenina «con una especie de amor
sabilidad en la monarquía paternal», sin ocultar ni disimular aquello
de Carlos V, como Gracián que creyese adecuado para nuestra erudición
de Alderete —intérprete del (Beltrán, 1994, p. 297). Así, rotula una y otra
emperador—, Guillermo de vez la virginidad como excelente y maravi-
Croÿ —consejero personal llosa joya, esencia de la sabiduría femenina y
del emperador y arzobis- fundamento de las demás virtudes:
po de Toledo—, Pedro de
Maluenda —teólogo impe- las mujeres, cuando no saben guardar su castidad,
Pasquale Cati. Concilio de Trento. Santa Maria del Trastever.
rial— y Francisco Cervan- merecen tanto mal, que no es bastante el precio de
tes de Salazar. Este último la vida para pagarlo. A los hombres muchas cosas
3 fue miembro fundador, profesor y rector de les son necesarias. Lo primero tener prudencia y que
De manera frecuente, aparece
impreso como año de publica- la Real y Pontificia Universidad de México, sepa hablar, que sea perito y sabio en las cosas del
ción el 1523. Ahora bien, de ese autor de la primera biografía de Luis Vives, mundo y de su república, tenga ingenio, memoria,
año es la dedicatoria a la reina
Catalina de Aragón —esposa de publicada en México en 1554, y traductor al arte para vivir, ejecute justicia y liberalidad, alcance
Enrique VIII de Inglaterra— para castellano de la obra vivesiana Introductio ad grandeza de ánimo, fuerza de cuerpo y otras cosas in-
la formación de su hija María
Tudor (Moreno, 2006, p. 395).
sapientiam. finitas. Y si algunas de éstas le faltan, no es mucho de
Vives expresa las ideas más importantes culpar con que tenga algunas. Pero en la mujer nadie
4 sobre la educación femenina en Instrucción busca elocuencia ni bien hablar, grandes primores de
El latín y el griego eran los idio-
mas humanísticos de la cultura; de la mujer cristiana (De institutione femi- ingenio ni administración de ciudades, memoria o li-
así que el autor no escribió nada nae christianae, 15243). Dado el éxito de beralidad; sola una cosa se requiere en ella y ésta es la
en lengua castellana.
este tratado, decidió complementarlo con la castidad, la cual, si le falta, no es más que si al hombre
5 publicación de Los deberes del marido (De le faltase todo lo necesario (Vives, 1948, p. 44).
Etimológicamente, perfección
procede del verbo latino perfi-
officio mariti, 1528). El primero, más exten-
cere, que significa realizar una so y elaborado, alcanzó una extraordinaria La mujer virtuosa debe ser casi invisible; el
cosa completamente, terminarla. popularidad: fue traducido a varios idiomas4, destierro de la vida pública es su espacio. El
De ese verbo procede el adjetivo
perfectum, aquello que está aca- y se hicieron alrededor de cincuenta edicio- ágora solo está reservada para quienes pueden
bado. Algo es perfecto cuando nes en el siglo XVI (Moreno, 2006, p. 396). y deben hablar, los hombres. Si perfección
alcanza el ser, la realidad que le
conviene según su naturaleza. Entre los libros llegados a la Nueva España, significa no cambio5, la mujer perfecta es
conservados en colegios, conventos y casas aquella que se ajusta al marco teórico de la
particulares, no pudo faltar De institutione quietud. El silencio permite ese estado: «no
feminae christianae. es cosa fea a la mujer callar» (Vives, 1948, p.
El autor dividió la obra en tres libros, uno 24); el hogar lo garantiza: «que la doncella,
para las doncellas, otro para las casadas y un o nunca salga de casa, o muy tarde» (1948,
tercero para las viudas. En apoyo a sus argu- p. 69). La sustancia de las mujeres debe ser
mentos, recurre al Antiguo Testamento, a Pa- la misma que la de los cementerios, la calma.
dres de la Iglesia —como Jerónimo, Agustín, Teniendo en cuenta que sus estudios las van a
Tertuliano—, a pensadores griegos y latinos, preparar para el hogar, los maridos y la crian-
a numerosos moralistas y, sobre todo, a Pablo za, educarlas no es peligroso: nada las puede
de Tarso, auténtico fundador del cristianismo, incitar a la mudanza.
que despreciaba la filosofía y que, sin ser nada Esas directrices fueron las que se siguieron
original, defendió la subordinación de las mu- para la educación femenina en la América
jeres a los hombres. colonial. Comenzando por a quiénes corres-
Para la elaboración de su discurso, que pondía instruir
versaba, con todo lujo de detalles, sobre cómo
eran y cómo debían comportarse las mujeres, Ahora el maestro que ha de tener la nuestra virgen;
Luis Vives y la educación femenina
en la América colonial Vives no contó con ellas. No es de extrañar, yo, por mí querría que fuese alguna mujer antes que
ELVIRA GARCÍA ALARCÓN si el mutismo y la ausencia eran las catego- hombre, y antes su madre o tía o hermana que no al-

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guna extraña, y cuando extranjera hubiere de ser, sea para aprender, y la impor-
conocida, y si puede ser que tenga las circunstancias tancia de «convertirlos a la
siguientes, es a saber: que sea en años anciana, en vida fe, industriarlos en ella’ para
muy limpia, en fama estimada (1948, pp. 24-25). que vivan como cristianos
y se salven» (Muriel, 1995,
Y continuando por las labores que debían p. 30). Por supuesto, esta
realizar, los libros que les estaba permitido misión no podían encomen-
leer (Evangelios, Antiguo Testamento, vidas darla sino a religiosos y a
de santos, algunos autores clásicos como personas de buena vida.
Platón, Séneca, Cicerón)… Esta era la norma Así, el Emperador deci-
ideal, y a ese fin se debía aspirar. dió, ese mismo año, que se-
rían franciscanos flamencos
La educación femenina los primeros misioneros en
la Nueva España: Juan de Georges de la Tour. Adoración de los pastores.
El proceso de Conquista se caracterizó Tecto, Juan de Aora y Pedro
por una situación sociológica muy especial, de Gante. La primera escuela para indígenas 6
En 1528, el emperador Carlos
que generó relaciones ilegítimas, casos de fue establecida en Texcoco. Ese sería el princi- V le otorgó tal nombramiento,
mujeres solteras, separadas, viudas, abando- pio de un largo camino evangelizador. El pri- por lo que viajó a México para
ejercer el cargo; pero hubo de
nadas… Este escenario exigió la aplicación de mer obispo de aquellas tierras, Fray Juan de regresar a España por no estar
una legislación considerada, en principio, de Zumárraga6 (España, 1476? - México, 1548), consagrado. De modo que tuvo
que serlo, tras intervención del
excepción. Muchas mujeres se vieron obliga- fomentó escuelas y colegios, tanto para niños rey ante el papa Clemente VII,
das a buscar su sustento y el de sus criaturas. cuanto para niñas. Respecto a estas últimas, el 27 de abril de 1533. También
expresa: «Hay gran necesidad que se hagan hubo de responder a un total
de 34 acusaciones de abusos
De ahí la frecuencia con que la mujer novohispana casas en cada cabecera y pueblos principales, contra los indígenas, similares a
aparece en actividades lucrativas o remuneradas: donde se críen y doctrinen las niñas y sean es- los que él denunciaba. En junio
de 1534, regresó a la Nueva
grandes hacenderas dedicadas a la agricultura y la capadas del adiluvio maldito de los caciques» España. A él se debe la biblio-
ganadería, comerciantes y proveedoras de las tiendas (Zepeda, 1999, p. 60). De ese modo, se empie- teca más antigua de América,
así como la primera imprenta
de la ciudad de México (incluyendo carnicerías), pero za a promover la fundación de escuelas exclu- (1539). Además, fundó los cole-
también labradoras en pequeña escala o humildes sivas para ellas. Con tal fin, solicitó mujeres gios de Santa Cruz de Tlatelolco
productoras y expendedoras de pulque; maestras piadosas a la reina Isabel quien, emocionada y San Juan de Letrán. Asimismo,
creó el primer hospital, e inició
de primeras letras (llamadas «amigas»), impresoras por sus cartas, se interesó por la educación de gestiones para la creación de la
(la mayoría de las imprentas de México terminaron las niñas. Con el propósito de atender el pro- Universidad. Escribió Doctrina
breve para la enseñanza de los
en las manos de viudas), bordadoras y tejedoras, blema de la educación de indias y mestizas, se indios (1543), Doctrina cristiana
obrajeras, pero también actrices y curanderas (Duby hizo necesario el dictamen de Reales Cédulas. más cierta y verdadera (1546) y
Regla cristiana breve (1547).
y Perrot, 1993, p. 654). Como afirma Josefina Muriel,
7
Otras solo encontraron el camino de la las más antiguas que conocemos son las enviadas por Catalina de Bustamante, terciaria
seglar, fue la primera maestra de
mendicidad y la prostitución. Ahora bien, la reina gobernadora doña Isabel de Portugal, mujer América, y directora del colegio
estas circunstancias en que se desenvolvía del emperador don Carlos; están fechadas en Toledo de Texcoco. Por supuesto, re-
unía las condiciones exigidas a
la vida colonial no fueron óbice para que el los días 10, 24 y 31 de agosto de 1529 y van dirigidas quienes enseñarían a las niñas:
proyecto de trasladar las costumbres hispanas al obispo electo don fray Juan de Zumárraga y a la honestidad, virtud… Se convirtió
en defensora de los derechos
a los nuevos territorios se desarrollara con Primera audiencia de México (1995, p. 32). humanos de las niñas indígenas,
éxito. Los religiosos dejaron de ocuparse de al oponerse a su venta o regalo
los problemas derivados de la Conquista, y se Doña Isabel buscó maestras de vida ejem- por parte de los caciques de la
época.
centraron en la imposición de textos, materias plar, y las envió a la Nueva España7. Comenzó
e ideas ajenas a aquella realidad. Así, la edu- así la instauración de internados y escuelas 8
A partir de la segunda mitad
cación femenina en la época colonial consistió para indias8, escuelas de amigas, colegios, con- del siglo XVI, la única educación
en consolidar la vida familiar y fomentar la ventos, beaterios. Por supuesto, las mujeres que recibirían las indígenas se-
ría la catequesis en los atrios de
religiosidad. carecieron de formación media o superior, y los conventos.
La Corona española desempeñó una labor «los educadores se preocuparon especialmen-
fundamental en el adiestramiento y cristiani- te por la educación de la juventud criolla»
zación del Nuevo Mundo. En 1523, Carlos I y (Gonzalbo, 2005, p. 24). Las criollas y las
la reina doña Juana enviaron al conquistador españolas debían preservar las costumbres
Luis Vives y la educación femenina
Hernán Cortés una Real Cédula en la cual de la madre patria, y realizar las funciones en la América colonial
señalaban la inteligencia de aquellas gentes propias de su sexo. No debemos olvidar que ELVIRA GARCÍA ALARCÓN

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las mujeres transmitirían los podemos considerar los conventos como una
valores y la fe cristiana en excepción. En ellos, la educación femenina
el seno familiar; invertir en logró sus más importantes avances durante la
su educación era garantía colonia, porque
de éxito.
Las Escuelas de Amigas fueron instituciones donde las mujeres tuvieron
fueron instauradas a media- su propio círculo, su propio gobierno y su pro-
dos del s. XVI, y no fueron pia práctica en el ejercicio administrativo. Estaban,
públicas y gratuitas hasta la desde luego, supeditadas a una jerarquía masculina
segunda mitad del s. XVIII. fuera del claustro, pero precisamente por ser parte
Se trataba de casas atendidas de la iglesia, que les prestaba su estructura básica de
por respetables mujeres, a apoyo, pudieron sobrepasar los límites que afectaban
ser posible, ancianas. Reci- a la mayoría de las mujeres, logrando un notable
bían la visita de inspectores, grado de autoindependencia como grupo (Lavrin,
enviados por el gremio de 1981, p. 279).
maestros de México, para
controlar su misión: pre- En definitiva, el número de instituciones
parar a las niñas, hasta los fundadas para la formación de las mujeres
diez años, para las tareas era muy reducido, en comparación con la
Tiziano. Isabel de Portugal. Museo del Prado. domésticas y los valores totalidad de la población femenina, y no
cristianos. «Quedaban, pues había un plan de estudios definido (esto
largos años de adolescencia ocurriría a partir del s. XVIII). La educa-
y juventud, antes de tomar estado, y toda una ción que recibían estaba encuadrada en los
vida de matrimonio o soltería, en la que las marcos de virtud cristiana y vida cotidiana;
mujeres recibían los mensajes formativos de y colgada en los clavos de la mudez y la
su familia o de los clérigos o directores espi- inmovilidad.
rituales» (Gonzalbo, 2005, p. 339). Podemos decir que los hombres del Re-
En cuanto a los Colegios de Niñas, la ma- nacimiento se apropiaron aquella famosa ex-
yoría de los establecidos en la Nueva España presión que Diógenes Laercio, en Vida de
tenían como objetivo «acoger a niñas huérfa- los filósofos más ilustres, atribuye a Tales de
nas y preservarlas de los peligros del mundo» Mileto: «Que por tres cosas daba gracias a la
(Gonzalbo, 2005, p. 327). Así, se fundó el fortuna: la primera por haber nacido hombre
Colegio de la Madre de Dios y, en 1548, el y no bestia; segunda, varón y no mujer; ter-
Colegio de Nuestra Señora de la Caridad, que cera, griego y no bárbaro» (1949, p. 29, vol.
serviría de modelo para fundaciones posterio- 1). Sin lugar a dudas, a todos afectó la Con-
res. Este último, comenzó siendo un colegio quista pero, desde luego, con la llegada de los
para mestizas, pero acabó destinándose a españoles al Nuevo Mundo, las mujeres no
españolas. En cualquier caso, su acción edu- alcanzaron su emancipación. El discurso pa-
cativa siempre correspondió al humanismo triarcal de quienes allí fueron perpetuó el mito
de los cofrades fundadores. ¿Sus actividades? de que la débil naturaleza femenina necesitaba
Coser, rezar, cantar, escribir (poco), leer libros de la tutela masculina. Ya en la «Epístola a los
«adecuados», realizar cuentas. Las mujeres Efesios» (inciso 5) de Pablo de Tarso (s. I)
debían ser educadas para ejercer como esposas podemos extraer la pauta del mensaje que se
y madres, independientemente de su ascen- trasladaría a América:
dencia étnica. Su educación se basaba en el
aislamiento de la sociedad como preámbulo Sed sumisos los unos a los otros en el temor de
de su destino: «las visitas de padres, parientes Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor,
y amigos se harían con rejas de por medio, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo
en días y horas señalados; y la asistencia a los es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así
oficios religiosos, se verificarían tras las rejas como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las
de los coros» (Muriel, 1995, p. 140). mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
Teniendo en cuenta la formación de las
niñas, y la suerte que les esperaba, se enten- Los humanistas confiaron en una mejora
Luis Vives y la educación femenina
en la América colonial derá que las mujeres no podían actuar en de la humanidad a través de la educación, y
ELVIRA GARCÍA ALARCÓN grupos. De acuerdo con Asunción Lavrin, las mujeres fueron incluidas en este proceso.

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Ahora bien, del mismo modo que Europa, Langa Pizarro, Mar (2010), «Imágenes de la
considerada por sus habitantes como centro mujer en el Siglo de Oro español e hispa-
del mundo, convertía al resto del planeta noamericano» en José María Ferri y José
en periferia que debía dominar, los varones Carlos Rovira, Parnaso de dos mundos. De
se pensaron como médula de la especie, y literatura española e hispanoamericana en
ejercieron su autoridad sobre las mujeres. el Siglo de Oro, Universidad de Navarra,
Destierro de la vida pública, mutismo, hu- Iberoamericana, pp. 479-510.
millación, ausencia eran los valores que les Lavrin, A., Couturier, Edith (1981), Las mu-
asignó la pedagogía patriarcal. Paradigma jeres tienen la palabra: otras voces en la
de esta didáctica fue Instrucción de la mujer historia colonial de México, Historia Mexi-
cristiana de Vives, obra que, ajustándose al cana, nº 33, pp. 278-313. Luis Vives Instrucción de la mujer
ideal femenino, se convertiría en modelo de Millares Carlo, Agustín (1993), Introducción cristiana. Portada.

la educación de las mujeres en Europa y en a la historia del libro y de las bibliotecas,


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Luis Vives y la educación femenina


en la América colonial
ELVIRA GARCÍA ALARCÓN

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