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Tema 3. El krausismo.
Origen y significado
El Krausismo se refiere a una corriente filosófica alemana cuyo artífice es
Karl Krause (1781-1832) que escribe Ideal de la humanidad para la vida. El
krausismo en Alemania fue una corriente minoritaria que no tuvo demasiado éxito.
Características:
- Esta corriente intentaba mediar entre el idealismo de Hegel y el
materialismo.
- Se conoce como una filosofía del armonicismo racional:
- Para Krause el ser humano era un ser armónico, formado armónicamente
entre la naturaleza y el espíritu.
- Encontramos el concepto fundamental del ideal. Hace referencia a un
concepto guía; tiene que ver con una idea de dinamismo y proyección,
mientras que una “idea” puede ser algo fijo.
- El ideal de armonización se entiende como un acuerdo entre la razón y el
orden divino.
- La propuesta de Krause tiene una importante traducción práctica. Para él
la Filosofía era la encargada de explicitar esta búsqueda del
acuerdo armónico entre el espíritu y la naturaleza.
La Historia era la encargada de estudiar los estadios en los que
a lo largo de la historia se había dado esta relación.
La Política era la encargada de transformar la realidad en
busca de este ideal.
Las implicaciones prácticas del Krausismo dan lugar a o promueven pensamientos en
corrientes intelectuales como la Filosofía de Derecho o la Ética, que se encargarán de
dar forma a este ideal en la sociedad.
Krausismo en España
Uno de los autores fundamentales que difunde el Krausismo en España es Julián
Sanz del Río. Veía esta corriente como una filosofía que permitía aspirar a un
cambio sin cuestionar el orden religioso vigente. En una sociedad como la española
esto permite a las corrientes más liberales no enfrentarse al poder de la iglesia. Sin
embargo, los difusores de esta visión son perseguidos y acusados, ya que podría ser una
filosofía peligrosa.
Como hemos visto más arriba, es una filosofía que se trata de un racionalismo
armónico, es decir, potencia el poder de la razón para buscar una síntesis superior. En
España, esto se traduce en una honda esperanza en el progreso moral de la sociedad.
Los krausistas fueron en general pedagógicos y juristas cuyo ideal tenía que ver con el
progreso moral; toma un contenido ético. Para ellos, es posible perfeccionar al
hombre y la sociedad. No es importante desde el punto de vista metafísico o teórico,
sino por los cambios pedagógicos que produjo en la época, por su traducción
práctica.
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Grado en antropología social y cultural.
Antropologías españolas e iberoamericanas.
Paul Ioan Moga.
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Grado en antropología social y cultural.
Antropologías españolas e iberoamericanas.
Paul Ioan Moga.
- servicio de biblioteca, que proveía de libros tanto a los campesinos como a los
profesores locales
Todo esto se ve reflejado y desarrollado en el documental de Moodle.
El siguiente texto siempre se leía al llegar a los pueblos. Su autor es Cossío, y explicaba
la presencia de los misioneros pedagógicos en el lugar.
Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela
donde no hay libros de matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no
se pondrá a nadie de rodillas como en otro tiempo. Porque el gobierno de la República
que nos envía, nos ha dicho que vengamos, ante todo, a las aldeas, a las más pobres,
a las más escondidas y abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo que no
sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, y porque
nadie hasta ahora ha venido a enseñároslo; pero que vengamos también, y lo primero,
a divertiros".
Manuel Bartolomé Cassio, (1931)
Otra de sus propuestas fue crear un museo del pueblo: Ramon Gaya, pintor murciano,
se encargó de hacer reproducciones de tamaño natural de las obras del prado que se
llevaban en camionetas a los otros pueblos, y se exponían en el pueblo y se explicaban
las obras.
Yo mismo, encomendado durante años de una tarea de divulgación cultural entre las gentes
populares, he podido recorrer pueblo a pueblo, palmo a palmo casi toda España, y comprobar
que un lienzo de Goya venía a ser para esas gentes virginales tan extraño como un Picasso o un
Cézanne. La misma estupefacción les producía Velázquez que Gauguin. Sólo uno de los cuadros
que llevábamos les rozaba más de cerca, lo sentían más próximo: una tabla pintada por
Berruguete. Y se comprende, porque a estos campesinos, a esos hombres rurales se les había
dejado tan hundidos en una fecha remota que aquella tabla del siglo XV parecían reconocerla.
Ramón Gaya, España, toreadores, Picasso, en Obra completa. Ed. de Nigel Dennis e Isabel
Verdejo, pról. de Tomás Segovia. Valencia/Madrid, Pre-Textos, 2010, p. 318.
No se trata de una visión paternalista, sino más bien de dar algo de lo que esa gente ha
sido privada (dando así la posibilidad de elegir), y de un intercambio entre la gente que
iba al pueblo y los campesinos. Se oponen de esta forma a la idea o posición política de
que no merece la pena enseñarle estas cosas al pueblo ignorante y alejado de los centros
de conocimiento. Defienden un patrimonio común que tendríamos que tener a nuestra
disposición.
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