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LOS NAHUAS DESPUÉS DE LA CONQUISTA.

HISTORIA SOCIAL Y
CULTURAL DE LOS INDIOS DEL MÉXICO CENTRAL DEL SIGLO
XVI AL VIII. James Lockhart
Es posible encontrar hablantes de las llamadas lenguas utoaztecas desde Estados Unidos
hasta una pequeña parte de Nicaragua, la rama meridional de la familia utoazteca es el
náhuatl que en la época precolombina (entre el siglo XV y XVI) era la lengua de la mayoría
de la población en el centro de México que usualmente se dividían en estados regionales
separados con un origen étnico singular, a éstos pueblos se les llamó nahuas.
Se pretende utilizar los registros en náhuatl para aclarar la historia y cultura de éstos
pueblos y las primeras implicaciones que surgieron al contacto de los europeos y en la
época anterior a la conquista.
OPINIONES SOBRE LA LENGUA NAHUA DESPUÉS DE LA CONQUISTA.
Las obras históricas que se refieren a los originarios de México y otras partes de América
en el tiempo que siguió al contacto de los europeos se concentraron en recrear la posición
de los nativos a relativa de los españoles. Se presentan dos dimensiones relacionadas entre
ellas, los papeles que se suponían cada uno de los dos grupos: las fuentes españolas para
proporcionar la primera perspectiva sobre los indígenas determinan en gran medida a como
se determinan estos supuestos papeles.
Generaciones de historiadores han considerado la interacción de los nahuas y los españoles
de maneras diferentes. William Prescott, siguió las crónicas españolas al escribir historias
narrativas de la conquista del siglo XVI. Subrayaron el choque militar, el conflicto y la
resistencia que han conformado en mucho tiempo los conceptos de estudio entre españoles
e indígenas. También se enfocó al tema del desarrollo de la civilización de la américa
hispánica a través de las instituciones formales que reemplazaron los elementos o
estructuras indígenas por sus equivalentes europeos.
Aunque se comprendía la importancia de las estructuras indígenas no era de interés
mencionarlas cuando se realizaban informes, en cambio presentaban imágenes de las
grandes transformaciones que se estaba generando en la vida indígena y lo “aceptadas” que
eran las medidas introducidas. Los documentos más importantes y accesibles son los que
produjeron los frailes mendicantes de México después de la conquista, dichos escritos
hablan de la forma de conversión de los indígenas y la introducción de elementos de la
cultura europea (gobierno, técnicas de agricultura, artesanías, música) con resultados
espléndidos. Esas versiones sirvieron como modelo para interpretar la interacción cultural.
Los historiadores encontraron en la ley española una doctrina de dos sistemas políticos
separados, uno para españoles y otro para indígenas, esta ilusión de dos esferas separadas
fue reforzada con el hecho de dar realce a las actividades.
En el caso de Tlaxcala el gobierno municipal de estilo español fue introducido y adaptado a
la situación indígena local pues los tlaxcaltecas consideraron que podría ser útil a sus
intereses. Muchos estados indígenas conservaron sus territorios y mecanismos internos
después de la conquista, supervivencia base para estructuras que instalaron los españoles en
el campo, dependió precisamente de la aceptación y conservación de elementos y patrones
indígenas que en muchos aspectos eran similares a los de Europa. Pero, con el paso del
tiempo, la influencia española sobre los patrones indígenas de uso del alcohol y homicidio
fue considerable, en especial donde había un gran número de población española.
El grado de contacto entre las poblaciones conformó procesos que duraron siglos de
transformación gradual con profundas continuidades. En las áreas centrales de México, el
contacto entre las dos culturas fue bastante estrecho desde el principio que se hizo cercano
con tendencia acumulativa a través de siglos que permitieron la implantación rápida de
formas europeas como la encomienda, las parroquias rurales y las municipalidades ya que
tenían más en común.
A finales del siglo XVIII casi nada de todo el sistema cultural indígena permanecía sin
modificaciones y se remontaba de una u otra forma a tiempos anteriores a la conquista.
USOS DE LA LENGUA
Los frailes franciscanos no han sido superados en la importancia que le dieron a la lengua,
tanto escrita y hablada, para entender a la población indígena de México, pues produjeron
obras indispensables. Fray Andrés de Olmos terminó una gramática completa del náhuatl,
fray Alonso de Molina publicó un diccionario náhuatl- español y fray Francisco de Sahagún
junto con un grupo de nahuas trabajaron durante décadas en una obra enciclopédica que
abarcaba los aspectos de los nahuas antes de la conquista. Sahagún se dio cuenta de la
potencialidad de su trabajo e ilustró el vocablo de los indígenas.
Se les enseñó a los nahuas a escribir su lengua en el alfabeto latino para perpetuar el arte de
los escribanos en el mundo nahua y mantener registros de toda clase, tendría que pasar
mucho tiempo para que se aprovechara la historia que escribió el pueblo en registros
únicos. Los historiadores prestaron atención a los indígenas a través de los ojos de los
españoles utilizando los registros de éstos. Se realizaron estudios serios de los materiales de
la lengua náhuatl, pero sin dar la atención que merecía al periodo de la conquista pues hubo
interés en los indígenas antes del contacto europeo además de concentrarse en los
documentos más interesantes y accesibles.
En la década de 1970 se dirigió la atención a documentos mundanos escritos en náhuatl; la
amplitud, riqueza y variedad de la literatura sorprendió y continúa sorprendiendo a quienes
participan en su estudio, la comprensión de su naturaleza ha requerido una nueva filología
para hacerlos inteligibles y utilizables para ubicarlos en su contexto verdadero para escribir
la historia de un pueblo.
Esto no quiere decir que las fuentes en español carezcan de valor para la historia nahua,
pues es rara la vez que se encuentran expedientes completos en náhuatl. Los frutos
etnohistoriadores e investigadores deberán prepararse para utilizar el material en ambas
lenguas.
El propósito es analizar y describir el mundo nahua posterior a la conquista analizando
fuentes que provienen directamente de los nahuas, los materiales que dejaron pueden
parecer exóticos, aunque las culturas son fluidas y variadas, todo el contacto entre personas
o entre sí afecta a todo, conforme el avance del estudio nos convenceremos de que el
mundo náhuatl era en realidad una unidad en muchos aspectos donde observaremos
diferencias subregionales.

EL ALTÉPETL.
En la organización nahua se encontraba el altépetl o estado étnico, el náhuatl es muy
metafórico por lo que si tratamos de traducir altepétl viene derivando de in alt “las aguas”
“las montañas”. Se refiere en primer lugar al territorio, pero es más empleado como una
organización de personas que tienen el dominio de determinada región como una entidad
soberana o parcialmente soberana.
Las entidades más grandes a las que también se les llamaba altépetl (un ejemplo es
Tlaxcala) eran confederaciones que carecían de un centro y se compartían mutuamente
deberes y beneficios, después de la conquista adquirió aún más importancia, pues las
instituciones de los españoles (la encomienda, parroquias rurales, municipales indígenas,
jurisdicciones administrativas) fueron constituidos sobre el altépetl.
En 1571 fray Alonso de Molina define al altépetl como “pueblo”, palabra que los españoles
ya empleaban para referirse a las unidades políticas y asentamientos indígenas de cualquier
tamaño porque cada altépetl se imaginaba a sí mismo como un pueblo separado. Al igual
que un altépetl, una municipalidad española comprendía un vasto territorio y no estaba
limitada a un centro urbano.
PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA ORGANIZACIÓN DEL ALTÉPETL.
La manera nahua de crear grandes unidades sociales, económicas y políticas acercó una
serie de partes separadas y autónomas, a esta organización era el principal receptáculo de la
vida nahua. La organización del altépetl consistía en un territorio, un conjunto de partes
constitutivas con nombre propio y un gobernante dinástico. Casi cualquier altépetl
conservaba la tradición de haber sido establecido por inmigrantes, algunos bajo el liderazgo
del tlatoani.
Las partes constitutivas de un altépetl se les conoce con el nombre de calpolli, que significa
“casa grande”, los subgrupos del altépetl son semi independientes, se encuentran en casi
todas partes, pero es menos común el calpolli que el término tlaxilacalli, cada uno tenía una
parte del territorio del altépetl para el uso exclusivo de sus miembros.
El calpolli surge de una serie de procesos de división de una unidad de personas, algunos de
sus nombres implican a una etnia extranjera conformada por extranjeros El calpolli tenía un
nombre distintivo que conservaba durante largo tiempo que se refería a ragos geográficos o
afiliación étnica, además de contar con su propio jefe denominado teuctocaitl además de
una parte del territorio del altépetl. Así el calpolli es un microcosmos del altépetl en
muchos aspectos y se dividían en secciones o distritos que constituían independiente y
equitativamente las obligaciones comunes del altépetl.
Otro punto importante del calpolli era el mercado y el templo del dios principal, el mercado
estaba estrechamente asociado con el tlatoani pues imponía tributo y lo reglamentaba-
Todos los calpolli veían al templo y a su dios de la misma manera en la que miraban al
tlatoani. El palacio, el templo y el mercado se localizaban cerca el uno del otro, lo que
representa una fuerza considerable que impulsaba la formación de un núcleo, en un altépetl
nahua ningún grupo urbano central existente constituía a una jurisdicción separada, sino
que estaba incorporada a un calpolli.
EL ALTEPETL COMPLEJO.
Las grandes entidades retuvieron un carácter étnico, surgiendo de una subdivisión
progresiva o separaciones de un grupo unitario, en esencia dentro de un estado étnico
complejo los altépetl se desempeñaban en conjunto constituyendo un estado muy grande al
que se le consideraba otro altépetl. Este mega estado contaba con un tlatoani de mayor
rango que era cabeza de todo que solo recibía tributo de sus súbditos, más no de sus partes
constitutivas. El estado compuesto necesitaba reforzar su unidad para seguir existiendo
como tal, una manera de lograr esa unidad era mediante alianzas matrimoniales.
Un ejemplo conocido es el de Tlaxcala, que consistía en cuatro altépetl, distribuidos en
forma de pastel circular, la sede de cada altépetl estaba en el centro muy cerca la una de la
otra, aunque no tan cerca para fusionarse. Según la tradición tlaxcalteca Tepeticpac fue el
primer reino que se fundó, seguido por Ocotelulco, Tizatlán y Quiahuiztlán; la organización
interna de cada una de las cuatro partes constitutivas del altépetl de Tlaxcala no es del todo
conocida en el presente, quizás en Tlaxcala el desarrollo de los teccalli funcionaba en
contra de la multiplicación de jefaturas y entidades soberanas.
Cuando los españoles llegaron al México central y lo conquistaron, necesitaron operar para
numerosos aspectos por medio de unidades socio- políticas existentes, una vez que
transformaron el poder militar, económico y religioso de la región no había nada que
evitara el conglomerado imperial se fragmentara en sus altépetl étnicos constitutivos como
ocurrió durante la conquista española.
No obstante, los españoles tenían cierto grado de flexibilidad pues los altépetl eran
estructuras en evolución con tensiones internas y los nahuas de ninguna manera mostraban
unanimidad entre ellos mismos acerca del tamaño y naturaleza de sus propias identidades,
después de la conquista española, la primera forma organizativa fue crear y conceder
encomiendas a cada español como su recompensa por haber participado en la conquista con
la intención de depender de las unidades indígenas sin importar su constitución. Entonces el
altépetl sobrevivió en los tiempos de la conquista como la base de todas las formas
institucionales más importantes que afectaban a la vida del campo indígena distante de las
ciudades españolas.

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